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¡En esta mujer japonesa superviviente del desastre del

Tsunami, la expresión más absoluta, de la desolación, del


vacío, de la finitud, de la pequeñez, de la levedad del ser,
del inmenso dolor de existir de todos los seres humanos!

“Me sonroja, que halaguen


mi ego...”
Me sonroja, que halaguen mi ego, diciéndome en
Twitter, por parte de círculos literarios de poetas
latinoamericanos, que soy un gran escritor, y un maestro de
la Literatura, y que no importa que haya perdido los Premios
Planeta, y Alfaguara, que ganaré un Premio Nobel de
Literatura, porque mis obras son inmortales...

Me siento muy halagado por los piropos, y les agradezco


profundamente que me tengan en tan alta consideración, y
estima...

Verdaderamente, no creo que nunca, si realmente lo


soy, llegue a tener un reconocimiento en vida, llámese
Premios de Literatura, o la misma fama, y el poder...

Creo, que si escribiera por el dinero, la fama, o el poder,


no lo haría nunca...

Porque como decía el gran poeta, Vicente Aleixandre:

"Para todos escribo, pero para quienes me leen


sobretodo..."

Pero a mí me pasa, que: "Ya que no puedo escribir, el


mundo que sueño, escribo, para soñar el mundo que no
vivo..."

USTED, ¿por qué escribe?, ¿por qué lee?:


“Gabriel García Márquez dice que escribe, para que sus
amigos le quieran más…”

Yo empecé escribiendo, para cumplir la palabra


empeñada a un hijo…

Y así escribí mi primer libro, “La Promesa”.

Y ahora que ya cumplí para con mi hijo, que sigue y sin


un padre, aunque ya tiene un libro escrito, para que cuando
sea mayor, y yo ya no esté, se acuerde de cuanto le quiero, y
le quise, y de que nunca le olvidaré, ni le olvidé…

Y ahora: ¿Por qué escribo...?

Escribo por mi desnudez, no ya la de mi alma, como la


de todos vosotros también, mis semejantes, sino la desnudez
de mi cuerpo, porque no tengo nada material a lo que asirme,
a lo que vestirme…

Por no tener, no tengo no ya, casa, coche, auto, dinero,


poder, trabajo…

Por no tener no tengo ya, ni siquiera familia, ni amigos…

¡En esta mujer japonesa superviviente del desastre del


Tsunami, la expresión más absoluta, de la desolación, del
vacío, de la finitud, de la pequeñez, de la levedad del ser, del
inmenso dolor de existir de todos los seres humanos!
Y estoy tan desnudo, ¡tanto!, y como jamás lo estuve, en
toda mi vida entera…

Y estoy en una lucha titánica y épica, luchando contra


los hados adversos, y el destino aciago, y contra todas las
mareas, y los vendavales, y las tormentas, y las tempestades,
y los huracanes, y los Tsunamis, que me trajo este mi
navegar, por el inmenso y desconocido océano de la vida…

La luz que alumbra…

Y así escribo, para vestirme, vestir mi desnudez, en


medio esta mi semejante tempestad, con las letras, estas
letras pocas y vagas, estas letras de poeta del amor…

Y esta es mi huella en la vida, esta es mi herencia, este


es mi epitafio, porque no tengo nada más que dejaros, a
todos vosotros, a todos mis semejantes, que sólo estas letras
que escribí, y que todavía escribo, y como poeta del amor…

Y si me recordáis alguna vez, cuando ya me haya ido,


cuando ya haya terminado este mi viaje por la vida, mi paso
por la vida, no me recordéis, los que me amasteis, no me
recordéis ni por mis triunfos, ni por mis éxitos, ni por mis
posesiones, si las tuve…

¡No me recordéis por nada material!


Sólo me recordéis, y por nada más, por lo que os quise y
os amé, y por lo que fui querido y amado…
El párrafo anterior, es un extracto, del Capítulo Décimo,
de mi segundo libro, La Promesa II:

Porque escribo: “No te des por vencido, ni aún


vencido...”

Francisco Antonio Cerón García


DNI de España número 27.478.316-D
Sin domicilio fijo en la Ciudad de Salta
4.400 Salta (República Argentina)
fcerong@gmail.com
Celular +54 9 387 5845950
Posdata:

Los libros, que le escribí a mi niño, por el amor de un


padre, se pueden leer por entero, online en Internet, y gratis,
en los enlaces:

http://es.scribd.com/collections/4086935/Trilogia-de-La-
Promesa-I-II-y-III

http://www.slideshare.net/fcerong/documents?order=popular

http://issuu.com/franciscoantoniocerongarcia/stacks/ca3cd68a
1ed446209eebddb0c6f12a6a

Los libros son la promesa cumplida, que le hice al


despedirme de él en España, y con sólo seis años recién
cumplidos (ahora va a cumplir los doce), decía son la
promesa cumplida de escribirle, ya que no pude prometerle,
volver a España para criarle, por mi divorcio, ni tampoco pude
prometerle, volver a visitarle, por mi ruina, y por mi exilio
forzoso…
La España que dejé, cuando me exilié a Latinoamérica:
Mi niño Daniel y yo, en la contraportada de mi primer
libro: "La Promesa I"

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