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Oracin por los que emigran

PETICIN: Seor, ensanos a ser sensibles y solidarios con los emigrantes, los desplazados, abriendo nuestras fronteras, acogindoles con amor fraternal, compartiendo lo que tenemos.

EN BUSCA DE LA TIERRA PROMETIDA


Muchos son los que suean, con una tierra donde las balas, las bombas y las armas de destruccin masiva, no maten a su familia y amigos. Muchos son los que suean con una tierra en la en la que sus hijos no mueran de hambre, o por una enfermedad que s tiene cura. Muchos son los que suean con una tierra en la que reine la justicia, donde todos tengan derecho a un trabajo y una casa dignos. Muchos son los que suean con una tierra donde ser libres, donde ser felices. Muchos son los que suean con la tierra prometida de Dios y se ponen en camino, cruzando desiertos, o grandes mares en cayucos o pateras, dejando atrs su tierra, su cultura... Qu busco en la vida: paz, amor, algo que le d sentido, un mundo ms justo y fraterno, un trabajo estable,...?

BUSCANDO MISERICORDIA
El emigrante, viene buscando la misericordia que no encontr en su tierra, la dignidad humana que tanto anhelaba, la justicia que le fue negada, y lo primero que se encuentra es una valla con cuchillas cortantes y chorros de agua con pimienta, centros de acogida donde las condiciones muchas veces son infrahumanas, y en mayora casos con la repatriacin.

Esto dice el Seor: El ayuno que yo quiero es ste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romper tu luz como la aurora, en seguida te brotar la carne sana; te abrir camino la justicia, detrs ir la gloria del Seor. Entonces clamars al Seor y te responder; gritars y te dir: aqu estoy. Cuando destierres de ti la opresin, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estmago del indigente, brillar tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volver medioda. El Seor te dar reposo permanente, en el desierto saciar tu hambre, har fuertes tus huesos, sers un huerto bien regado y un manantial de aguas cuya vena nunca engaa. (Isaas 58, 6-11).
Qu hemos hecho con la misericordia que se nos dio regalada al nacer? Qu he hecho con mi vida, para hacer del lugar donde vivo la tierra Prometida de Dios?

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