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Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares
Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares
Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares
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Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares

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About this ebook

El Programa WRAP nos ofrece una manera de vivir la vida de una manera nueva y diferente que promueve el crecimiento personal, la recuperación y el bienestar. Las habilidades y las estrategias que descubrimos en el Apoyo de Pares pueden hacerse parte de nuestro Programa WRAP y las habilidades y estrategias que descubrimos mientras usamos el Programa WRAP pueden ayudarnos en el Apoyo de Pares.

LanguageEspañol
Release dateJul 19, 2011
ISBN9781465755841
Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares
Author

Mary Ellen Copeland

Mary Ellen Copeland, PhD is the nationally recognized force behind WRAP® (Wellness Recovery Action Plan®). As Dr. Copeland was researching ways to help herself get well and stay well, she worked with groups of people who had similar stories of mental health challenges; they shared dreams of regaining their lives. WRAP® evolved out of this research and Dr. Copeland's personal experience. Her focus is on shifting the system of mental health care toward prevention and recovery through education, training, and research. New England, specifically Vermont is where WRAP was "born", since then it exists in thousands of groups, hospitals, agencies and various mental health environments. WRAP is universal, there are people facilitating WRAP all over the world.

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    Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar y el Apoyo de Pares - Mary Ellen Copeland

    Imaginémonos por un momento que nos hemos dado permiso para usar una gran parte del tiempo y de energía, que gastamos en sistemas y dirigirlos hacia el desarrollo de comunidades de curación y planes para el bienestar. ¿Qué pasaría si nos rodeáramos con personas que irradiaran esperanza para nuestro futuro y valoraran la responsabilidad mutua entre todos? ¿Qué pasaría si todos fueran animados a descubrir las destrezas que pudieran ofrecer y que se les diera la oportunidad de compartir sus conocimientos y habilidades? ¿Cuál sería el resultado de poner nuestra fe en la sabiduría común de nuestra comunidad y de enfocar nuestra atención hacia nuevas formas de pensar sobre nuestras experiencias?

    Al compaginar las filosofías y las herramientas del enfoque del apoyo de pares basado en la información del trauma (eso quiere decir que se entiende que las personas han pasado por experiencias horribles que afectan su manera de pensar, sentir y relacionarse con otras personas), con el Plan de Acción para la Recuperación del Bienestar (WRAP), este manual ofrece una guía para explorar las posibilidades del bienestar personal a través de la comunidad. Es un paquete convincente de la teoría y la práctica. El currículo ofrece a los lectores una nueva manera de enseñar y explorar el plan WRAP dentro de la seguridad de una relación de pares mutuamente apoyada. Lectores de todo tipo encontrarán que los ejercicios y las habilidades concretas son transferibles a sus propias situaciones. Los grupos de apoyo de pares, redes de autoayuda, individuos, familias y todo tipo de profesionales se beneficiarán del contenido de este manual.

    En el transcurso de los años he estudiado muchas iniciativas sobre la salud mental, y las evidencias acumuladas indican que el apoyo de pares y el Programa WRAP ofrecen una poderosa alternativa a las prácticas tradicionales, que se orienta a la salud. El Programa WRAP ha tenido una gran influencia positiva en las vidas de las personas que están comprometidas a trabajar en su bienestar. Esto es evidente por el gran uso y por el volumen de historias que la gente ha compartido acerca de sus éxitos. Las comunidades de apoyo de pares están ofreciendo un albergue de cuidados para mucha gente. Los estudios de estos programas indican que las relaciones de ayuda y las estrategias de curación ofrecidas por los compañeros son cualitativamente distintas a las ofrecidas en otras interacciones con profesionales.

    Sin embargo, vivimos en una época en que la credibilidad de un programa o una práctica está basada en la capacidad de mostrar resultados empíricos y por lo tanto, ya ha llegado el momento en que los programas de apoyo de pares se hagan presentes. El hacer empíricos los impactos del apoyo de pares y del Programa WRAP requerirá de un proceso de descubrimiento en diferentes tipos de comunidades de apoyo de pares. Hay que realizar investigaciones en una manera que refleje la teoría, las prácticas y los valores del apoyo de pares y del Programa WRAP.

    En concordancia con la tradición del apoyo de pares y del Programa WRAP, los estudios futuros tendrán que proponer preguntas distintas y desafiar suposiciones – suposiciones sobre lo que es importante saber, como se debe conseguir la información y como se representa lo que se ha aprendido. Solamente de esta manera vamos a darnos cuenta y ayudar a los demás a apreciar porque el Programa WRAP y el apoyo de pares son formas distintas de ofrecer ayuda.

    Los escritos de Mary Ellen Copeland y Shery Mead nos muestran una manera de redefinir el problema y nos ofrecen estrategias prácticas para mejorar nuestro bienestar. La premisa básica de su mensaje es ‘NO está solamente en su cabeza...está en todos lados!’ Celebremos la esperanza y las posibilidades que estas autoras comparten. Y ahora encontremos medios con los que podamos ayudar a los demás a entender lo que ahora estamos empezando a comprender.

    Cheryl MacNeil, Ph.D.

    Consultora en Investigación y Evaluación

    macred@capital.net

    Mensaje de las Autoras

    Mary Ellen Copeland

    Este libro es un siguiente paso. Va más allá de todo lo que he aprendido en mis estudios acerca de cómo la gente hace frente a las dificultades día a día. Va más allá del Programa WRAP. Va más allá del Apoyo de Pares. Tiene que ver con el desarrollo y el uso del Programa WRAP junto con las metodologías del Apoyo de Pares que basados en la información del trauma para desafiar nuestras formas antiguas de pensar y para ampliar nuestras perspectivas. La combinación de estas dos estrategias nos ayuda no solamente a recuperarnos, sino también a cambiar nuestras percepciones acerca de nosotros mismos del paciente enfermo mental a personas sanas. Podemos aprender a establecer relaciones sostenidas con otras personas y a desarrollar patrones sanos de crecimiento y de cambio que nos apoyarán toda la vida.

    Como muchos de ustedes ya saben, la recuperación de lo que ha sido conocido como síntomas siquiátricos (a lo que ahora prefiero referirme como tiempos difíciles) es mi pasión. La recuperación me importa mucho, porque los tiempos difíciles y un sistema que no entendía le robaron a mi mamá ocho años de su vida y muchos años de mi vida. Mi madre encontró el camino para recuperarse (con poca ayuda) y yo también. Actualmente, muchos están encontrando el camino para recuperase y llevan vidas felices. Pero todavía existen millones de personas en todas partes del mundo que viven creyendo que nunca podrán recuperarse y que lo que les ha pasado es su culpa. Sus vidas están llenas de frustración y no se sienten realizados. Muchos de ellos viven en instituciones, en viviendas con apoyo o en hogares de cuidado de largo plazo. Algunos se encuentran en prisión. Muchos viven en las calles y en extrema pobreza. Muy frecuentemente son maltratados por sus familiares y por las personas que supuestamente les iban a ofrecer cuidado y seguridad.

    No hace muchos años que mi vida se vino abajo. Me sentía sumamente triste casi todo el tiempo. Sentía que no valía nada – que no tenía esperanzas ni valor. Muchas veces mi ansiedad era tan intensa que me sentía inmovilizada. Imágenes de experiencias pasadas me perseguían tanto despierta como dormida. Respondí a los demás y a las circunstancias de mi vida sintiéndome fuera de control, con rabia y con temor. Me aislé. Muchas veces me hice daño a mi misma, me auto-saboteé y repetidamente traté de acabar con mi vida. Sentí como si mi vida se hubiera acabado y estuviera descendiendo hacia el infierno. El único alivio fueron algunos períodos breves de euforia, pero a veces me sentí demasiado eufórica e hice cosas que hubiera deseado nunca haber hecho, gasté dinero que no tenía y me puse en ridículo en mi comunidad.

    Los profesionales me dijeron que sufría una enfermedad mental, igual que mi madre. Dijeron que tenía que pasar toda mi vida tomando medicamentos para poder sentirme mejor. Y por mucho tiempo acepté ese punto de vista, aunque no fue de mucha ayuda. Nunca me preguntaron que había pasado en mi vida. Nunca me preguntaron como era mi vida. No mencionaron el abuso sexual que yo había sufrido cuando era niña y las relaciones difíciles que atormentaron mi vida adulta. Y no mencionaron el trauma continuo que estaba sufriendo a manos del sistema de salud mental.

    Yo sola fui saliendo del hoyo poco a poco y empecé a trabajar en mi recuperación. Ha habido momentos en que mi progreso pareciera interminablemente lento – casi estancado. Luego, aprendía algo nuevo y sentía que estaba avanzando a la velocidad de la luz. En esos momentos en los que el cambio parecía ser tan acelerado fue donde me di cuenta que:

    Hay una gran esperanza – personas como yo podemos recuperarnos y avanzar con nuestras vidas.

    Soy una persona digna, especial, y única que merece todo lo mejor que la vida puede ofrecer.

    Tengo más fuerzas y recursos de los que me había imaginado.

    Puedo retomar el control de mi vida y hacer cosas que me ayudan.

    Hay muchas cosas sencillas y seguras que puedo hacer para ayudarme yo sola.

    Puedo aprender de otras personas que han pasado por experiencias similares.

    Las cosas malas que han pasado en mi vida han afectado toda mi vida, y han hecho que me sienta mal conmigo misma y han influido en la forma en que reacciono y me relaciono con los demás.

    Puedo superar los efectos de trauma y seguir trabajando hacia el bienestar.

    Puedo cambiar mis reacciones basadas en el trauma a reacciones basadas en lo que realmente está pasando ahora en mi mundo.

    Puedo elaborar y utilizar un Plan WRAP para guiar y sostener mi bienestar.

    Puedo tener relaciones ricas y plenas.

    Espero que mientras usted lea este libro, y haga cambios en su vida y/o en su programa fundamentados en lo que ha aprendido, hayan muchos momentos en los que también sienta que está avanzando a la velocidad de la luz.

    Shery Mead

    Para mí, el concepto de Apoyo de Pares que encontrará en este libro es muy personal. De hecho, sin este concepto en mi vida, nunca hubiera avanzado más allá del papel de paciente mental. Permítame explicarle. Durante la mayor parte de mi vida vivía con los nervios de punta. Pensaba de una manera distinta a otras personas, actuaba de una manera que ocasionaba que terminara en sitios psiquiátricos, me sentía muy sola, aislada, con un fuerte sentimiento de ser diferente, que de alguna manera era defectuosa, mala y probablemente no buena para los demás.

    A la edad de 17 años, luego de algunas experiencias especialmente difíciles, terminé en una unidad psiquiátrica encerrada con llave, donde me dijeron que tenía algo que se llamaba esquizofrenia, (un diagnóstico común a finales de la década de los sesentas). Esto fue básicamente el mismo mensaje que les dieron a otros pacientes, así que empecé a adoptar las verdades culturales de este ambiente. Escuché al doctor cuando me dijo que necesitaba tomar el medicamento Thorazine y no opuse resistencia cuando él sugirió tratamientos de electrochoques. Por suerte, no acepté que me trasladaran al centro de reinserción social que me recomendó, pero ciertamente adopté la identidad de paciente mental que ellos habían creado para mí.

    Por muchos años, viví con la noción de que había algo terriblemente mal conmigo. Esto afectó profundamente mi percepción de lo que era capaz de hacer y me condujo a algunas relaciones muy abusivas. Creía con toda sinceridad que merecía el maltrato y siempre me sorprendía cuando la gente me tratara con amabilidad y cariño. No fue hasta que tuve mis propios hijos que empecé a darme cuenta del efecto que todos estos mensajes causaron en mi vida. Además, reconocí que mis mensajes iban a afectar las vidas de mis niños si yo no cambiaba.

    Tuve mucha suerte en encontrar a una profesional que tenía otra perspectiva. Nunca me juzgó y nunca me vio como una persona enferma. De hecho, aún cuando estaba en mis peores momentos y traté de convencerla de que yo estaba enferma, ella no lo aceptó. Esto no fue así con los otros profesionales. Cuando fui adulta y de nuevo terminé en hospitales psiquiátricos, me dijeron otra vez que tenía una enfermedad mental seria y que sería mejor abandonar mis aspiraciones. Por muchos años, esta cultura de enfermedadganó, a pesar de los mejores esfuerzos de mi profesional.

    No fue hasta cuando empecé a abogar por las mujeres, en un programa sobre la violencia doméstica, que por fin me di cuenta del impacto devastador en muchas otras mujeres de esta cultura de la enfermedad y de poner etiquetas psiquiátricas. Una y otra vez, les decían a las mujeres abusadas que buscaban tratamiento para la salud mental, que tenían una enfermedad psiquiátrica. Les dijeron que debido a su enfermedad debían de renunciar a la custodia de sus hijos, que necesitaban medicamentos y terapia y que no podían hablar del abuso porque no tenía nada que ver con la enfermedad mental. Una vez más, vi que otras personas estaban definiendo la realidad para esas mujeres.

    Por lo tanto, luché. Discutí con los psiquiatras, los profesionales de la salud mental y finalmente con el departamento de salud mental del estado, donde descubrí la posibilidad de financiamiento para el Apoyo de Pares. Aunque en ese momento no estaba muy segura de lo que significaba el Apoyo de Pares, creí con toda certeza que podíamos crear algo para ayudar a la gente a entender los profundos efectos del abuso, y lo que esto significaba en su auto- percepción. Estaba segura de que por fin podríamos ayudar a la gente para que empezara a formar relaciones constructivas y comunidades donde podrían hablar de lo que necesitaban decir sin ser juzgadas, ni tildadas y donde se les creyera.

    Sin embargo, después de poco tiempo, nos dimos cuenta que necesitaríamos mucha práctica para no continuar haciendo lo que nos habían hecho a nosotros. Después de todo, es fácil revertir el uso del poder y del control cuando uno se siente incómodo y no siempre es fácil apoyar a los demás a encontrar sus capacidades personales cuando se está aprendiendo conjuntamente. Decidimos que necesitábamos elaborar nuestra propia capacitación en vez de contar con los modelos tradicionales de ayuda, así que hablamos de lo que significaba compartir la responsabilidad, mantener una mutualidad y crear "una cultura de

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