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Gonzalo Figueroa Yanez EL PATRIMONIO SEGUNDA EDICION ACTUALIZADA CON LA LEY N° 19.335 DE 1994 Editorial Juridica de Chile Ninguna parte de esta publicacién, incluido el disefio de la cubierta, puede ser reproduci- da, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningtin medio, ya sea eléctrico, quimico, mecénico, éptico, de grabacién o de fotocopia, sin permiso previo del cditor. © GONZALO FIGUEROA YANEZ © EDITORIAL JURIDICA DE CHILE Av Ricardo Lyon 946, Santiago Registro de Propiedad Intelectual Inscripcién N® 101.812, aio 1997 Santiago - Chile Se terminé de reimprimir esta segunda edi enel mesde octubre de 1997 IMPRESORES: Andros Impresores IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE ISBN 956-10-1987-5 EXPLICACION PREVIA Este libro es el resultado de los cursos de Derecho Civil Profundi- zado que ofreci en 1982 a los alumnos del 5° Ano de Derecho de la Universidad de Chile, y en 1987 a aquellos de la Universidad Diego Portales. Uno de los temas que surgieron durante el prime- ro de dichos cursos fue el de la asuncién de deudas y la cesién del contrato, los cuales me atrevi a exponer separadamente durante el curso de perfeccionamiento juridico sobre “La contratacién”, que organiz6 en 1983 la Facultad de Ciencias Juridicas, Econémi- cas y Sociales de la Universidad de Valparaiso. Ambos temas die- ron origen a un libro que imprimi6 la Editorial Juridica de Chile en 1987, sin perjuicio de lo cual se han incluido como capitulos de la presente obra por su intima relacién con las demas materias tratadas en ella. Otro tema que fue especialmente profundizado ante el curso de la Universidad Diego Portales, fue el de la cesién del derecho real de herencia cuando ella incluye bienes raices. Por su interés practico y por haber adherido el autor a la tesis que ha sido minoritaria en nuestro pais, que sostiene que esa cesién requiere de inscripcién conservatoria, llevé la ponencia a las Jor- nadas de Derecho Civil que organizé la Universidad de Chile en el balneario de Jahuel el ano 1989. Hoy tengo cl agrado de presentar cl curso completo, debida- mente revisado y puesto al dia, luego de las modificaciones intro- ducidas al Cédigo Civil por la Ley N° 18.802, que otorgé plena capacidad a la mujer da, y por la Ley N® 19.335, que establecio el régimen de participacion en los gananciales. Con ello cumplo ademas con una antigua tradicién de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en el sentido de publicar las reflexiones del profesor con motivo de los cursos de Derecho Civil Profundizado. 8 EXPLICACION PREVIA Los temas que se tratan en este libro constituyen s6lo una primera parte de una reflexion mas extensa que he venido formu- landome sobre el tema. Se tratan primeramente las diversas con- cepciones doctrinarias acerca del patrimonio, en especial en relacién con su caracteristica de constituir una universalidad juri- dica. Luego se formula la interrogante acerca de cual fue la con- cepcién que acogié nuestro Cédigo Civil, la cual servird mas tarde para solucionar el problema de la cesién del derecho real de herencia, sobre la base que la concepcién de patrimonio que aco- ge nuestro Cédigo debe necesariamente reflejarse al momento en que el causahabiente hace tradicién de la universalidad heredita- ria que recibié de su causante. Las reflexiones en torno a la idea de patimonio continian luego con el andlisis de algunas figuras juridicas que logran una buena explicacion con la concepcién de la doctrina clasica, y de otras que logran una mejor explicacion con la concepcion de la doctrina objetiva o finalista. Del contexto de tales andlisis surge nuestra tesis en el sentido que el eclecticismo del autor de nuestro Cédigo lo llev6 a sostener una concepcién de patrimonio que si bien se acerca a los postulados de la doctrina clasica, no ve incon- venientes en abandonarlos y acercarse a concepciones mas objeti- vas cada vez que alguna raz6n de justicia 0 conveniencia social lo hace necesario. Debo confesar que habia pensado continuar estas reflexiones acerca del patrimonio con otros temas que son la continuacién de aquellos que aqui se tratan, y que por el momento deberan que- darse en el tintero. Entre ellos, queria abordar la composicién interna del activo del patrimonio (derechos reales, personales e intelectuales y los limites no siempre claros entre ellos), y los medios de incorporar bienes 0 derechos a dicho activo. A este respecto, debe sefalarse que dichos medios no son los mismos que los llamados “modos de adquirir”, pues los contratos y otras fuentes son aptos también para incorporar derechos personales e intelectuales al activo patrimonial. En consecuencia, los contratos resultan ser en Chile medios de adquirir el dominio sobre crédi- tos, y se hace urgente marcar el limite divisorio entre contratos y otras fuentes, por un lado, y los tradicionales modos de adquirir el dominio, por el otro, asi como se hace urgente marcar el limite divisorio entre derechos reales y derechos personales. También me interesaba profundizar en los problemas juridi- cos que acaecen dentro del universo patrimonial a proposito de la SION PREVIA 9 transformacién de materias primas en productos elaborados, y en general, a propésito del proceso productivo, cuando diversos bie- nes corporales o incorporales, muebles o inmuebles, y tecnologias patentadas 0 no patentadas, de titularidad de distintas personas naturales o juridicas, confluyen en la producci6n de un determi- nado bien destinado al consumo. La produccién de frutos de estos bienes también requiere de un detallado anilisis juridico, en relaci6n con la teoria de lo principal y de lo accesorio, asi como la forma en que todos los fenémenos juridicos descritos se reflejan en la contabilidad y en la tributaci6n. Queria finalmente adentrarme en el interesante problema de la relaci6n entre patrimonio y propiedad, y en cé6mo las modernas concepciones de la funcién social de la segunda se reflejan en el patrimonio. Todo ello habra de quedar pendiente hasta que yo mismo 0 alguno de los alumnos que tanto contribuyeron con sus inquietudes, preguntas y sugerencias a este libro, nos resolvamos a abordar los temas referidos. Debo sefalar a este respecto que muchos de los pasajes que siguen se deben a la intervencién y al entusiasmo de esos alumnos, que me ayudaron extraordinaria- mente para dar unidad, concordancia y coherencia al conjunto, asi como para profundizar algunas materias que fueron de su especial interés. Al final del libro se encuentra una lista de temas de Memorias de Prueba, que fue confeccionada precisamente por el interés que esos alumnos demostraron en las clases. GONZALO FIGUEROA YANEZ PROLOGO La aplicacién de Gonzalo Figueroa Yanez a los asuntos de derecho viene desde antiguo. Junto con ella, su vocacién docente. Me atre- vo a decir que inseparables. De ahi que reflexion, investigacién y docencia se conjuguen en él, caractericen su obra, ya vasta, que excede con mucho lo que es habitual en nuestro ambiente, hasta hace algtin tiempo harto parca en publicaciones de estudios juri- dicos. Por aquello de que “la luz del entendimiento me hace ser muy comedido”, reflexién ésta de Federico Garcia, apenas si sabe- mos del pensamiento de notables profesores y juristas chilenos a través de notas de sus clases y algunos articulos pocos~ publica- dos en la Revista de Derecho y Jurisprudencia sobre temas delibe- radamente circunscritos a casos puntuales, en los que se dan por conocidos y sabidos los institutos y principios que informaron el ordenamiento juridico de nuestra patria, de raices romanas y flo- recimiento francés. Hay notables excepciones. Las obras publicadas entonces son de obligada consulta y mantienen vigencia hasta ahora. Sobrevino luego una desinhibicion, valida y valiosa, en esto de escribir para publicar, que ha enriquecido eficazmente el acervo cultural chile- no, sacindolo del raquitismo que atentaba contra el desenvolvi- miento de nuestro quehacer juridico, tan propio del caracter nacional, cuyas virtudes més salientes son la apetencia de saber, de conocimiento, de derecho y justicia. Gonzalo Figueroa ha contribuido generosamente. Repasando antiguos textos leo, en la edicién venezolana de las Obras Com- pletas de Andrés Bello, 1954, la mencioén al “joven abogado chile- no Gonzalo Figueroa Yanez a su contribuci6n —ademas del profesor Lira Urquieta- en la preparaci6n del texto concordado del Codi- 12 PROLOGO, go Civil de Chile”. Y no se ha detenido desde entonces. Ni en docencia ni en investigaci6n. La obra que ahora nos entrega contiene sus valiosas reflexiones, aquilatadas por el estudio y decantadas por el tiempo, en torno a las numerosas instituciones, figuras y situaciones juridicas que inciden en el patrimonio, directa o tangencialmente. Y como los intereses que cautelan o regulan unas no siempre armonizan con los que cuidan otras, sucede que si se mira el patrimonio como la proyec- cién de la personalidad conforme lo postula la llamada doctrina clasica, y por ende inseparable de la persona ¢ indivisible como ésta, las soluciones que provee el derecho positivo ante los conflic- tos de intereses, si bien los resuelve con equidad y armonia, contra- dicen la postulacion clasica y dejan en descubierto la necesidad de una reformulacién de la concepcién del patrimonio con un sentido tanto de la légica del pensamiento cuanto de las necesidades que debe satisfacer en una sociedad activa y cambiante. El autor ha debido examinar cuanto se ha escrito sobre ello (y mucho se ha dicho y escrito) y hacer un anilisis critico de nuestro derecho positivo, cuya base organica se halla en el Codigo Civil, que tan cabalmente conoce. Y ha examinado, asimismo, detenida y metédicamente, las diversas y variadas instituciones, figuras y situaciones juridicas que inciden en los activos y pasivos del patri- monio, acrecentandolo 0 gravandolo, o en la administracién y manejo del patrimonio, particularmente cuando la voluntad vin- culante de los bienes que lo incrementan y las responsabilidades que lo persiguen no estan radicadas en un “sujeto-persona-titular” sino en individuos -singulares o colectivos— intrinsecamente extra- ios a los intereses que les estan confiados y que, por tanto, tienen limitaciones en su actuar y han de dar cuenta de su gestién. Extensa ha sido la tarea que se impuso Gonzalo Figueroa y admirable que haya podido Ievarla a cabo inmerso, como ha esta- do, en la actividad profesional y en otras de interés ptiblico. Sélo se explica, como senalé al comienzo, por su vocacién de estudio- so, investigador y docente, sostenida larguisimo tiempo. No es éste un manual simplificado para el estudio del patrimo- nio. Digamos, de paso, que tampoco la figura del patrimonio se presta para exponerla en un manual sin incurrir en simplificacio- nes inocuas. Gonzalo Figueroa presenta en esta obra un texto de consulta de abogados, que puede y deberia ser guia de estudiantes —mas exactamente de estudiosos— del derecho. Que va mucho mas alla de su titulo: El Patrimonio, como la denomina el autor. PROLOGO 18 Me complace, y me honra, que Gonzalo Figueroa me haya pedido este prélogo. Habria debido ~para corresponderle— exten- derme a las diversas y diferentes materias que han sido expuestas con metédico rigor en este texto. Quienes examinen el indice de las materias, las abundantes citas y la riquisima bibliografia consul- tada, se explicaran por qué este prélogo no ha podido contemplar la totalidad del texto, aun cuando asi lo hubiese querido. Permitaseme sefalar, en cambio, cudnta satisfacci6n me alcan- za en decir que en este caso, como ha sucedido a veces y no tan raramente, el alumno sobrepasé largamente a su profesor. Ello me halaga. Pues Gonzalo Figueroa fue un alumno muy distingui- do en mis distantes afios de la caétedra de Derecho Civil. DAVID STITCHKIN BRANOVER Profesor Extraordinario de Derecho Civil ABREVIATURAS MAS USADAS art. articulo C.C. Cédigo Civil C. Com, Cédigo de Comercio C.O.T. Cédigo Organico de Tribunales C.P.C. Codigo de Procedimiento Civil DRL. Decreto con Fuerza de Ley D.L. Decreto Ley DS. Decreto Supremo inc. inciso N? numero ob, cit. obra citada pag. pagina RDJ- Revista de Derecho y Jurisprudencia secc. Secci6n PRIMERA PARTE LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO NTRODUCCION 1, DESARROLLO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO Un autor! ha imaginado que el concepto juridico de “patrimonio” —que es uno de los conceptos mas complejos del Derecho- se ha desarrollado siguiendo diversas etapas cronolégi Estas etapas tienen especial mérito pedagégico, con prescindencia de su exac- titud hist6rica, y son las siguientes: 1* etapa: El hombre se apropia de algunas cosas que existen en su entorno porque le son titiles. Podemos llamar “bienes” a estas cosas que presentan utilidad para satisfacer algunas necesidades, y denominar simples cosas a aquellas que no presentan dicha utili- dad. E] hombre “hace suyos” esos bienes. Una vez apropiadas, el hombre las consume, si se trata de cosas que se agotan con el primer uso, o las guarda para que le sirvan més adelante, y esto tiltimo, con el objeto de evitarse el esfuerzo de tener que readquirirlas, o el riesgo de que otros hom- bres se apoderen de ellas en el intertanto. Y en el caso que otro hombre ya se haya apoderado del bien que el primero necesita, éste tiene dos posibilidades: 0 le arrebata ese bien, lo que es ries- goso, 0 le ofrece otro bien en cambio. Juridicamente, esta primera etapa se caracteriza por el naci- miento del derecho real (definici6n: art. 577 del Codigo Civil ! Fuenzalida Faivovich, Edmundo, El patrimonio, Memoria de Prueba para optar al Grado de Licenciado en Ciencias Juridicas y Sociales de la Universidad de Chile, Editorial Universitaria S.A., Santiago, 1961. 20 EL PATRIMONIO chileno),? y en lo que se refiere al Derecho de los Contratos, por un trueque inmediato o contrato de permuta. En este contrato, cada “parte” esta interesada tan sdlo en el bien que la otra parte le va a entregar, puesto que sera precisamente ese bien el que recibi- ra en cambio, y no tendra interés alguno por saber si esa parte tiene otros bienes, ademas del que le entregara. El concepto de “conjunto de bienes” de la contraparte es, por el momento, un concepto inutil. 2° etapa: Se inicia con la invencién de la moneda, que sirve como medio de cambio, comtin medida de valores. Sin embargo, este acontecimiento trascendental en la vida econdémica desde otros puntos de vista, no modifica mucho el esquema de la primera etapa, desde la perspectiva en que estamos realizando nuestro andlisis. Un hombre puede no tener en su poder lo que otro necesita para ofrecérselo en cambio; pero puede tener monedas, que per- mitiran al otro adquirir lo que desee, después de finiquitada la primera operacién. Se realiza asi un doble trueque, primero de monedas por el bien que el hombre necesita, y, luego, de esas mismas monedas por el bien que necesita su contraparte. Juridica- mente ha nacido el contrato de compraventa (art. 1793), en el cual las monedas “se miran como equivalentes” al bien que se entrega en cambio (contrato conmutativo: art. 1441). En esta etapa no se modifica la noci6n basica de derecho real, que corresponde a una relacion persona-cosa. 3* etapa: En el caso que un hombre se dedique, por ejemplo, a la agricultura, es posible que en un momento no disponga ni de bienes ni de monedas para satisfacer sus necesidades; pero espere tenerlos en el futuro, cuando se produzca la cosecha. Quien lo provea de estos bienes que necesita no podra recibir antes de la cosecha la compensaci6n que requiere, por lo cual le podra entre- gar bienes ahora, sin recibir todavia su precio expresado en mone- das, siempre que el agricultor prometa entregarle esas monedas después. Ha nacido el crédito, que consiste en dar un bien a cambio de la esperanza de recibir otro bien mas tarde. * Cada vez que se mencione un articulo sin sefalar el cuerpo legal a que pertenece, ha de entenderse que la referencia es al Cédigo Civil chileno. De igual modo, si se habla del Cédigo Civil sin indicar el pais en el que rige. En otras ocasiones, dicho Codigo es mencionado tan s6lo por sus iniciales C.C. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 21 Al nacer la noci6n de crédito, la nocién de derecho real se hace insuficiente, puesto que ya no sirve para explicar la relaci6n que existe entre el proveedor del agricultor (que ha concedido el cré- dito) y las monedas, en el periodo anterior al dia en que las reciba. Ese proveedor no sabe ni siquiera donde estan “sus” mone- das en ese momento, ni quién las tiene, puesto que ignora a quién le vendera el agricultor su cosecha. Frente a este problema, la primera reacci6n es la de aplicar el concepto de derecho real sobre la propia persona del agricultor, del deudor. Si éste no entrega las monedas en el plazo estipulado, el acreedor podra disponer del propio deudor, como si fuese una cosa, darle muerte, esclavizarlo, venderlo. Aparece el concepto juridico de “obligacién”, concebida como una sujeci6n material del deudor al acreedor. Esta etapa de la evolucién de los conceptos juridicos corresponde al Derecho ro- mano primitivo, en que no existe atin distincidn entre los dere- chos que se pueden tener sobre seres humanos o sobre cosas materiales. El conjunto de facultades del titular qued6 encerrado bajo el nombre genérico de manus, y no aparece atin la distincién entre derecho real y derecho personal, puesto que la manus con- fiere al acreedor un poder real, absoluto e inmediato tanto sobre el deudor como sobre sus bienes. El conjunto de bienes que pue- da poseer el deudor tiene en esta etapa una importancia bastante pequefia, puesto que en caso de incumplimiento sera la persona misma del deudor la que el acreedor recibira en pago. 4* etapa: Como derivacién légica de la etapa anterior, se conci- be ahora que el acreedor obtenga del deudor que trabaje para él hasta que produzca las monedas que le debe, o bien la posibilidad de apoderarse de bienes del deudor que necesite directamente para la satisfaccién de sus necesidades, 0 que pueda vender a terceros, hasta recuperar por esta via el nimero de monedas que se le deben. En este momento se habra dado un paso fundamen- tal en el desarrollo de los conceptos juridicos, pues el deudor quedaré libre en su persona del cumplimiento de la obligacion, ya que responderan por ella los bienes que tenga, y que se venderan para hacer pago al acreedor. En esta etapa, el concepto de derecho real no sirve para explicar la vinculaci6n entre el acreedor y las monedas que con- seguira después de haber vendido bienes del deudor. El autor a que nos estamos refiriendo piensa que el concepto juridico mo- 22 EL PATRIMONIO derno de “obligacién” deriva directamente del concepto econ6- mico de “crédito”.' La etapa que estamos tratando parece corresponder, en todo caso, a un periodo mas avanzado del Derecho romano, que se inicia con la dictacién de la Iamada Lex Poetelia, en cuya virtud seran los bienes del deudor, y no el deudor mismo, los que res- ponderan por el incumplimiento de la obligacién. Es precisamen- te en esta etapa cuando adquiere especial importancia para el acreedor considerar la totalidad de los bienes del deudor, antes de concederle el crédito, puesto que sobre ellos dirigira su accién. El acreedor no estara interesado por los bienes en particular (éste 0 aquél), sino por la totalidad de ellos en conjunto (como universa- lidad, se dira después), y especialmente en consideracién al valor de los mismos el dia de su enajenacién, pues esos bienes seran los que podra vender en caso de incumplimiento. Asimismo, tendra interés el acreedor en saber si el deudor tiene otros acreedores, y en caso afirmativo, el monto de sus crédi- tos, pues esos acreedores también podran concurtir con él en la venta y enajenacion de los bienes del deudor. Ha nacido el concepto juridico de patrimonio,* concebido en esta etapa como el conjunto de bienes de una persona considera- dos en su valor econémico. Han nacido también otros conceptos juridicos ignorados en la etapa anterior, como el de obligacién, entendida en ese momento como un vinculo entre dos personas: el acreedor y el deudor,’ y el de derecho de prenda general, que consiste precisamente en el derecho del acreedor de dirigirse con- tra cualquiera de los bienes del patrimonio del deudor, y solicitar que se vendan hasta concurrencia de su crédito.® “El transito, producto de la evolucién del derecho antiguo, desde la responsabilidad estrictamente personal de los ordena- mientos primitivos, en los que la propia persona del deudor es el objeto mas adecuado para la ejecucién promovida por el acree- dor, al sistema de responsabilidad patrimonial, que implica una neta diferenciacidn entre el sujeto, cuya libertad se respeta, y su > Fuenzalida Faivovich, Edmundo, ob. cit., pag. 7. ‘ Véase a este respecto Plastara, La notion juridique du patrimoine, Paris, 1903, pig. 5. * El CC. define los derechos personales 0 créditos siguiendo el mismo con- cepto de obligacion, vinculo entre dos personas, en el art. 578. § Arts. 2465 y 2469 del C.C. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 23 esfera econ6mica, a la que se circunscribe el procedimiento de dacién, ha dado vida a un nuevo concepto juridico que hasta entonces era innecesario, a saber: el patrimonio.”” En raz6n de que el deudor conserva su facultad de administrar y disponer de sus bienes, puede suceder que por malos negocios Iegue a tener menos bienes al momento de la ejecucién que los que tenia al momento de contratar. Este es un riesgo que debera afrontar el acreedor, y que tomara en cuenta cuando otorgue el crédito. Pero en el caso que el deudor administre fraudulentamen- te, el acreedor podra hacer volver al patrimonio del deudor los bienes que no debieron haber salido, ejercitando la accién pauliana (art. 2468). El mismo objetivo de conservar la fuerza originaria del patrimonio del deudor tiene la Hamada accién subrogatoria (art. 2466). Todo lo expresado deriva, como se ha dicho, del sistema de responsabilidad patrimonial, con liberacién de la persona fisica del deudor, que caracteriza esta cuarta etapa del desarrollo del pensamiento juridico, etapa en que la consideracion de la totali- dad de los bienes del deudor adquiere una especial importancia. En caso que un mismo deudor tenga varios acreedores, tendra también importancia resolver el orden en que esos acreedores concurriran entre si sobre el patrimonio del deudor: es el proble- ma de la prelacién de créditos (arts. 2469 a 2491). 2. RELACIONES DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO CON OTRAS INSTITUCIONES Y FIGURAS JURIDICAS El concepto juridico de patrimonio no esta relacionado sélo con el concepto de obligacién y con su incumplimiento, con el dere- cho de prenda general que compete a todo acreedor, con las acciones pauliana y subrogatoria y con la prelacién de créditos de los distintos acreedores sobre el patrimonio de un mismo deudor. La verdad es que la nocidn de patrimonio se encuentra en la base de cualquier ordenamiento juridico moderno y resulta “determi- nante en la concepci6n de instituciones fundamentales del siste- ma social y econémico que nos rige”.’ Entre ellas cabe sefialar las * Bustamante Salazar, Luis, El patrimonio — Dogmdtica juridica, Editorial Juridi- ca de Chile, Santiago, 1979, pig. 19. * Stitchkin Branover, David, prdlogo a la obra de Bustamante, Luis, El patri- monio — Dogmdtica juridica, ob. cit., pag. 7. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 2 s) Elestablecimiento de comercio; t) El derecho real de herencia y su cesion. 3. DOCTRINAS JURIDIGAS QUE PRETENDEN EXPLICAR EL CONCEPTO DE PATRIMONIO Después que Zachariae y luego Aubry y Rau imaginaron una con- cepcién del patrimonio como una proyeccién de la personalidad, y, por consiguiente, como una garantia de la libertad de los indivi- duos, la doctrina se ha multiplicado en diversas posiciones encon- tradas y contradictorias entre si. Tales posiciones cubren una gama amplisima de posibilidades, desde la negacién pura y simple del patrimonio como concepto util para el Derecho, hasta su acepta- ci6n apasionada. Y entre aquellas que sustentan la nocidn, existe discrepancia cuando se tata de fijar su naturaleza juridica, su vinculacién con su titular, su comerciabilidad, caracteres y atribu- tos. También disienten los autores acerca de si cl patrimonio puc- de estimarse como una entidad diferente de las cosas que lo integran en un momento determinado —un continente separado de su contenido- 0 si, por el contrario, esta constituido precisa- mente por dicho contenido. Casi podria decirse que existen tantas posiciones como auto- res han tratado el tema. Un estudio detallado de esas posiciones y doctrinas, con sus puntos de acuerdo y desacuerdo, falta atin en nuestro medio. Sin embargo, y en un afan de simplificar, Castan’ ha distinguido dos escuelas o teorias, en las que pueden enmar- carse todas ellas: la teoria o doctrina clasica, subjetivista o subjetiva del patrimonio, que postula una fuerte vinculaci6n entre el patri- monio y la persona de su titular, en tal forma que aquél se consti- tuye en un atributo de la personalidad; y la teoria o doctrina objetiva, realista o finalista del patrimonio, mas moderna que la anterior, que sostiene una mayor desvinculacién entre persona y patrimonio, en forma que el fin o destino de este ultimo se con- vierte en un elemento fundamental. Admitiendo que la simplificacién exagerada puede prescindir a veces de los matices mds interesantes de cada posicién, hemos preferido seguir en esta obra la clasificacién sustentada por Cas- °® Castan, Derecho Civil espatiol comin y foral, Madrid, 1963, tomo I, vol. 2. pag, 585, 26 EL PATRIMONIO tan, por el innegable valor didactico de la misma. Algunas doctri- nas que se formularon con la pretensién de ubicarse en po: nes intermedias 0 en terceras posiciones seran expuestas junto con las explicaciones de la teoria objetiva o finalista, pues no lograron, a nuestro entender, apartarse significativamente del ra- zonamiento basico de dicha teoria."” Cada doctrina seré expuesta en los Capitulos I y II con inten- cionada brevedad, para dar al lector una esquematica vision hist6- rica y un pequeiio anilisis de los conceptos de derecho subjetivo, sujeto de derecho y obligacion, segiin entendié esos conceptos cada una de ellas, asi como de la forma en que concibieron el concepto de patrimonio. Se sefalara a continuaci6n la posicién que estimamos adopta el Cédigo Civil chileno frente a estas dos doctrinas. En los capitulos siguientes se trataran con mayor deten- cién las caracteristicas en que ambas doctrinas difieren. En la Segunda Parte de esta obra, Seccién I, se expondran las figuras juridicas que logran una buena explicaci6n con la concepcién de la doctrina clasica, en tanto se destinara la Seccién II de dicha Segunda Parte para exponer aquellas figuras juridicas que logran una mejor explicacién con la concepcion de la doctrina objetiva. Finalmente, abordaremos en la Tercera Parte el interesante pro- blema de la tradicién o cesién del derecho real de herencia, que tantas controversias ha suscitado entre los autores nacionales. ‘© Tales son, por ejemplo, las posiciones de Ferrara, Ruggiero y Coviello, y entre nosowos, la de Luis Bustamante Salazar, denominada del patrimonio-per- sonalidad. Véanse a este respecto Ferrara, Francesco, Trattato de Diritlo Civile italiano, Roma, 1921, tomo I; Ruggiero, Instituciones de Derecho Civil, Madrid, 1929; Coviello, Nicolis, Manual de Derecho Civil italiano, México, 1938, Parte General, y Bustamante, Luis, ob. cit, pags. 35 a 37 y 91 a 102. CAPITULO T LA DOCTRINA CLASICA O SUBJETIVA DEL PATRIMONIO Parrafo 1 VISION HISTORICA 4, AUSENCIA DE UN TRATAMIENTO ESPECIFICO DEL PATRIMONIO HASTA DESPUES DEL CODIGO CIVIL FRANCES Si bien el origen etimolégico del concepto “patrimonio” viene del Derecho romano," la verdad es que no existe un tratamiento es- pecifico de la institucién, que sefale su naturaleza, caracteristicas 0 aplicacién en ese Derecho.’ Tampoco se aborda como institu- cién en el Derecho medieval o en el Derecho moderno. El Cédigo Civil francés précticamente no emplea el término, aunque se refiere en varios articulos al conjunto de bienes de una persona, como, por ejemplo, cuando trata acerca de los beneficios " En el Derecho romano se denominaba patrimonium al conjunto de bienes que el padre entregaba a su hijo para que éste los administrara separa- damente. 12 Asi lo afirma Hanisch Espindola, Hugo, en El patrimonio en el Derecho romano con notas en relacién con su concepto en el Derecho actual, separata de la Revista Chilena de Historia del Derecho, Imprenta Salesianos, Santiago, sin fecha. Alli expresa este autor lo siguiente: “Los romanos no estudiaron el patrimonio como institucion y en relacién a quien lo detente, sino que su preocupacién se produjo al analizar la suerte de él en los casos en que la muerte del titular, o un cambio en su estado, significaba una transformacién en la titularidad”. 98 EL PATRIMONIO de inventario y de separacién. Colin y Capitant han dicho por ello que la teoria del patrimonio era ciertamente extrafa a las concep- ciones de los redactores del Cédigo Civil.'* Lo mismo sucede con el Cédigo Civil chileno, que prefiere usar expresiones tales como “los bienes”, “los bienes, derechos y acciones” 0 “los bienes, derechos y obligaciones” de una perso- na. El término “patrimonio” no es desconocido, sin embargo, en nuestro Cédigo.'! Lo que falta es el conjunto de disposiciones que disciplinen la instituci6n de manera general y fijen sus ca- racteristicas y alcances. En el Capitulo IV profundizaremos sobre este punto. 5, EL CONCEPTO DE PATRIMONIO ES UNA CREACION DE LA DOCTRINA POSTERIOR AL CODIGO CIVIL FRANCES. SINTESIS DE ESTA TEORIA La teoria clasica del patrimonio es una creacién de los autores franceses Aubry y Rau,'> aun cuando antes que ellos, Zachariae!® habia adelantado ya sus ideas fundamentales. Muchos la denomi- nan “teoria de Aubry y Rau”. Segtin esta teorfa, el patrimonio es una universalidad juridica de bienes y deudas apreciables en dinero, que constituye un atri- buto de la personalidad. La persona humana es el centro de esta universalidad; la idea de patrimonio se deduce directamente de la idea de personalidad; existe entre persona y patrimonio una vin- culaci6n imposible de romper. Por esta razOn, la doctrina se deno- mina también “subjetiva” o “subjetivista”. Aubry y Rau sefalan a este respecto: “La idea de patrimonio se deduce directamente de la de personalidad”."” 'S Colin et Capitant, Cours Elémentaire de Droit Civil Francais, Paris, 1934, tomo I, citado por Bustamante Salazar, Luis, ob. cit., pag. 20. % Véase Fueyo Laneri, Fernando, Repertorio de voces y giras del Cédigo Civil chileno, Santiago, 1952, tomo IIT, pags. 38 y 39, donde se sefialan los 18 articulos donde se utiliza el término “patrimonio” en nuestro Cédigo Civil. " Aubry et Rau, Cours de Dioit Civil Francais d'aprés la méthode de Zachariae, Paris, 1873. 1° Zachariae, Cours de Droit Civil Francais, tomo V, Auguste Durand, Editeur, Paris, 1854, ¥ Aubry et Rau, ob. cit,, tomo VI, pag. 229. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 20 Para sus creadores, el patrimonio es una potencialidad o aptitud juridica genérica que tiene toda persona por el hecho de ser tal, es un atributo de la personalidad, y llega a confun- dirse con la capacidad de goce. Si la potencia se actualiza y el titular llega a tener bienes y deudas, existe patrimonio en acto; pero si permanece como mera potencia, se habla mas bien de capacidad de goce, que es un patrimonio en potencia. “El pa- trimonio, siendo, en su mas alta expresién, la personalidad mis- ma del hombre en relacion con los objetos exteriores sobre los cuales puede o podra ejercer derecho, comprende no sdlo in actu los bienes ya adquiridos, sino in potentia los bienes por adquirir. Es lo que expresa muy bien la palabra alemana Vermé- gen, que significa, a la vez, poder y patrimonio. El patrimonio de una persona es su potestad juridica, considerada de una manera absoluta, liberada de toda limitacion en el tiempo y en el espacio”.'* Sefalan ademas: “El patrimonio no es sino la per- sonalidad misma del hombre en sus relaciones con los objetos exteriores sobre los cuales tiene o podria tener derechos que ejercer”.'" Finalmente, no debe confundirse, en esta universalidad de derecho denominada “patrimonio”, el continente del mismo, que es distinto de su contenido activo y pasivo, pues el titular puede ver aumentados en un momento dado los bienes o las deudas que integran ese contenido; pero ello no afectara al continente “patri- monio”, que no variard jamas. 6. FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA CLASICA La doctrina subjetivista recién resefada se fundamenta en la ne- cesidad de subrayar la soberania del individuo frente a la arbitra- riedad del Estado, a las limitaciones del antiguo régimen feudal de la propiedad, y al sistema de las corporaciones medievales, contra todo lo cual se habia levantado la Revolucién Francesa. La expresié6n maxima del anhelo de libertad individual se en- cuentra en la Declaraci6n de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789, la cual se concreta en la idea de cada indivi- '® Aubry et Rau, ob. ci " Aubry et Rau, ob. ci ., tomo IX, pag. 574. .. tomo IX, pag. 229. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 32 EL PATRIMONIO 0 como “ficciones” de la ley.” Los casos mas relevantes fueron los siguientes: a) Los beneficios de inventario y de separacién, en virtud de los cuales parecen mantenerse separados temporalmente los patrimonios del causante y del heredero, sin perjuicio de lo cual ambos patrimonios pertenecen al mismo titular, que es el heredero; b) Los bienes del ausente y los bienes del que esta por nacer, que aparen- temente carecen temporalmente de titular; c) La herencia yacente, que se encuentra en el mismo caso; d) Los peculios del hijo de familia y los patrimonios 0 bienes separados y reservados de la mujer casada, que parecen desmembraciones de un mismo patrimonio; e) Las fundaciones de beneficencia, que pueden concebirse como patrimonios afectados al cumplimiento de un fin moral, que carecen aparentemente de titular. 10. A PESAR DE LAS CRITICAS, ALGUNOS AUTORES MANTIENEN SU ADHESION A LA DOCTRINA CLASICA En general, y a pesar de las criticas formuladas y de su explicacion por la via de la excepci6n 0 de la ficcién, se ha mantenido, en el pensamiento juridico francés, una adhesién a la teoria de Aubry y Rau, que concibe el patrimonio como un atributo de la personali- dad. Esta adhesion se fundamenta en que se estima que la teoria aun es Util y beneficiosa. Los siguientes autores sostienen esta linea de pensamiento: Colin y Capitant,”” Bonnecasse,* Gary” y Planiol y Ripert," todos los cuales son denominados neoclésicos por ® Véase, por ejemplo, la explicacién de la aceptacién de la herencia con beneficio de inventario que da Baudry-Lacantinérie en la cita a que se refiere la nota 24, supra. * Colin et Capitant, Cours Elémentaire de Droit Civil Francais, ob. cit. ® Bonnecasse, Précis de Dit Civil, Paris, 1934, tomo I. ® Gary, Robert, Les notions d’universalité de fait et d’universalité de droit, Paris, 1932. ® Planiol et Ripert, Tiatado practico de Derecho Civil francés, La Habana, 1946, traduccin de Mario Diaz Cruz, tomo I. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 33 mantener la teoria de Aubry y Rau en sus grandes trazos subjetivis- tas y estimar que el patrimonio sigue siendo un atributo de la personalidad. E] fundamento de su pensamiento esta en el con- cepto que tienen estos autores de “sujeto de derecho”, “derecho subjetivo” y “obligacién”, nociones juridicas que en su criterio no pueden ser abandonadas, como se vera en el Parrafo 2 de este mismo capitulo. En Chile, han manifestado su adhesién a la doctrina clasica, si bien con algunas prevenciones, los profesores David Stitchkin’! y Humberto Pinto Rogers. Lo mismo, de manera general, nuestra jurisprudencia, que ha expresado lo siguiente: “El patrimonio, en su concepto primario, configura una universalidad juridica, en cuya estructura visible puede haber activo y pasivo: aquél, que esta formado por los derechos pecuniarios que le pertenecen, ya sean personales (llamados también de crédito) o derechos reales; y este Uiltimo, que involucra el conjunto de sus obligaciones. Esta univer- salidad, como entidad abstracta, es independiente de la existencia especifica de los bienes y de las deudas que lo forman. Asi, tanto los unos como las otras, pueden sucederse o sustituirse por otros bienes y otras deudas; pucden ser éstas superiores a aquéllos (caso de insolvencia), y aun suele ocurrir que no haya ni bienes ni deudas, bastando para el objeto la posibilidad de adquirirlos y de contraerlas: es el evento del patrimonio del que acaba de nacer. Y es ésta su caracteristica esencial, que consiste en que tenga una existencia distinta e independiente de los bienes y deudas que lo componen. Es, asimismo, lo que justifica la raz6n de ser de la instituci6n del patrimonio, puesto que de esta manera, entre otras aplicaciones, tiene cabida la responsabilidad patrimonial del deu- dor, sin menoscabo 0 entorpecimiento para la libre circulacién de cada uno de sus bienes y de sus deudas, bien sean presentes 0 futuros”.** " Stitchkin Branover, David, Teoria general del patrimonio, curso de Derecho Civil Profundizado, mimeégrafo, Santiago, 1974. ® Pinto Rogers, Humberto, Curso bisico de Derecho Civil - Derecho Privado 1, tomo III: £1 derecho de patrimonio, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 1972. % Corte Suprema, recurso de casacién en el fondo, 7 de julio de 1958 (considerando 9°), R.D.J., tomo LIV, sec. 1*, pag. 92. 34 EL PATRIMONIO Pérrafo 2 EL DERECHO SUBJETIVO, EL SUJETO DE DERECHO Y LA OBLIGACION PARA LA DOCTRINA CLASICA. CONCEPTO DE PATRIMONIO 11. CONCEPTO DE DERECHO SUBJETIVO Para la doctrina clasica, el derecho subjetivo es un poder conferi- do a la voluntad por el ordenamiento juridico. Fueron los autores alemanes Savigny* y Windscheid® los que concibieron y desarro- llaron esta definici6n. La noci6n asi definida emana del pensa- miento filos6ficojuridico individualista predominante en la época, y es una expresién del principio de los derechos naturales, innatos al hombre y preexistentes a la formacién misma del Estado. Este “poder” que el ordenamiento juridico confiere a un hombre de- terminado, puede ejercerse sobre ciertos bienes, que la ley le asig- na exclusiva y excluyentemente para que satisfaga sus necesidades, en forma que el titular podra recabar su utilidad sin temor a ser perturbado en el ejercicio legitimo de estos derechos. Y en caso que otro hombre le dispute su derecho o lo perturbe en su ejerci- cio, el titular podra recabar protecci6n al ordenamiento juridico para ser restablecido en su goce.*° 12. CONCEPTO DE SUJETO DE DERECHO. El sujeto de derecho es el titular del derecho subjetivo, vale decir, aquel que manifestara su voluntad en el sentido que autorice el ordenamiento. En esta virtud, sélo los que estén dotados de voluntad pueden ser sujetos de derecho, esto es, s6lo las personas naturales. El ordenamiento juridico confiere derechos a los seres humanos, pues esta hecho por y para ellos. ¢Qué sucede con cl caso de las personas juridicas que carecen de voluntad? La doctrina clasica contesta a esta pregunta que tales * Savigny, Sistema de Derecho romano actual, Madrid, 1879. ® Windscheid, Pandekien, Turin, 1930, tomo III. ® Vodanovic, Antonio, Curso de Derecho Civil, tomo I, 2* edicién, Editorial Nascimento, 1945, pags. 332 a 335 y 328 a 329. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 37 piedad;® pero es un bien diferente de los demas bienes que lo integran, no sdlo por ser continente de los otros bienes que son contenidos, sino también por no ser posible desvincularlo de su titular, lo cual lo convierte en un bien incomerciable, inalienable, imprescriptible e inembargable, como cualquier otro atributo de la personalidad. Diversas definiciones se han propuesto para esta institucién. Zachariae" piensa que patrimonio cs “la universalidad juridica de todos los objetos exteriores que pertenecen a una persona”. Y Aubry y Rau‘! consideran que patrimonio es “el conjunto de bienes de una persona, considerado como universalidad de dere- cho”. Ya sefialamos la definici6n de Josserand,* que estima que pa- trimonio es “el conjunto de valores pecuniarios, positivos o negati- vos, pertenecientes a una misma persona y que figuran unos en el activo y otros en el pasivo”. Colin y Capitant,* por su parte, piensan que patrimonio es “el conjunto de relaciones juridicas apreciables en dinero que tienen por sujeto activo y pasivo a una misma persona”. Y Planiol y Ri- pert“ definen la institucién sefialando que es “el conjunto de derechos y obligaciones de una persona, apreciables en dinero”. Entre nosotros, Humberto Pinto” adelanta la siguiente defini- cién de patrimonio: “Una universalidad de derecho, o unidad abstracta, formada por un conjunto de relaciones juridicas activas y pasivas pertenecientes a una persona, y que constituye un conti- nente distinto del contenido de aquellas relaciones, que tienen generalmente un valor econémico 0 pecuniario”. ® Véase Aubry ct Rau, ob. cit., tomo IX, pag. 347. Zachariae, Cours de Droit Civil Francais, ob. cit., tomo Il, pag. 38, 4 Aubry et Ran, Cours de Droit Civil Francais d’apris la mithode de Zachariae, ob. cit, tomo VI, pag. 229. * Josserand, Louis, Cours de Droit Civil Positif Francais, ob. cit., pag. 454. "Colin et Capitant, Cours Elémentaire de Droit Francais, ob. cit., citado por Bustamante Salazar, Luis, ob. cit, pag. 20. * Planiol et Ripert, Tratado préctico de Derecho Civil francés, ob. cit., citado también por Bustamante Salazar, Luis, ob. cit., pag. 20. © Pinto Rogers, Humberto, Curso basico de Derecho Civil — Derecho Privado, tomo III, El derecho del patrimonio, ob. cit., pag. 4. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO II LA DOCTRINA FINALISTA U OBJETIVA DEL PATRIMONIO Parrafo 1 VISION HISTORICA 18. SUPERACION DE LOS FUNDAMENTOS QUE JUSTIFICARON LA DOCTRINA CLASICA. INUTILIDAD DE LA ANTIGUA TEORIA Como ya se ha dicho,” muy pronto después de su concepcién empezaron a formularse las primeras criticas a la doctrina clasica o subjetiva del patrimonio, las que llevaron a la proposicién de una nueva doctrina o teoria, que denominaremos finalista u obje- tiva, y que se debe especialmente a algunos autores alemanes, seguidos por ciertos juristas franceses. La formulaci6n de esta nueva teoria debe relacionarse con la circunstancia de haberse alcanzado un cierto grado de liberacién del individuo frente al Estado, y a las limitaciones a que lo habian sometido el feudalismo y el sistema corporativo medieval, que caracterizaron al régimen anterior a la Revolucién Francesa," y no aparecer tan necesario, por tanto, levantar a su alrededor la valla del patrimonio. La nueva época exige menos la afirmacién del individuo que el alcanzar metas de desarrollo econdémico y social, resultando asi que la antigua concepcién del patrimonio qued6 en cierta forma superada. Algunos autores de la nueva hornada estimaron incluso que la teoria de Aubry y Rau habia perdido su utilidad originaria, para * Véase Parrafo 1 del Capitulo I, ntimero 9, supra, ® Véase Pirrafo 1 del Capitulo I, ntimero 6, supra. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 45 un elemento titil. Los ataques se dirigen al patrimonio en tanto se le estima atributo de la personalidad, en tanto se le vincula en forma inseparable con la persona. No existe razon alguna —sostienen los finalistas— para hacer casi sinénimos los términos “persona” y “pa- trimonio”. La afirmacién de que toda persona tiene un patrimo- nio es ridfcula, dice Coviello,” pues la vida demuestra que existen numerosas personas sin patrimonio; no puede afirmarse con serie- dad que tenga patrimonio un pobre que no posea mas que sus andrajos y alguna calderilla recogida por limosna. Existen, por consiguiente, personas sin patrimonio, cuando ellas carecen de bienes. El contrario también es vilido: pueden existir patrimonios sin personas, en el caso de aquellos conjuntos de bienes y deudas que giran en torno a una finalidad, a un objetivo protegido por el ordenamiento juridico, como son, por ejemplo, las fundaciones de beneficencia. Bekker distinguia a este respecto dos tipos de patrimonios de afectacién: los independientes y los dependientes. Los primeros “son complejos patrimoniales destinados a un fin y carentes de sujcto; los segundos, por el contrario, son patrimonios en el patrimonio de una persona, destinados a un fin especial y dotados de propia autonomia”.* Postulan, por tanto, la necesidad de desvincular los conceptos de “persona” y “patrimonio”. “Ningtin postulado légico exige la existencia de una persona como sujeto de derecho, como lo esti- ma nuestra dogm , Sefialaba Gény.® Y Plastara agregaba que “la patrimonialidad es una nocién absolutamente distinta de la personalidad”.” Desligando estos conceptos, se otorga una impor- tancia mucho mayor a Ja noci6n de patrimonio, pues se convierte en un elemento util en el campo que le es propio, que es el campo de los bienes. Ello los leva a revisar las nociones de “derecho subjetivo”, “sujeto de derecho” y “obligacién”, que no corresponden ya a las nociones clasicas. Adelantando lo que se expondra en el Parrafo 2 de este capitulo, podemos senalar que la expresi6n “sujeto de * Coviello, ob. cit., pag. 273. “ Bekker, Zweckvermégen insbesondere Peculium, Handelsvermiigen und Aktienge- sellschaft, Handelsrecht, ob. cit., pag. 10. © Gény, Método de interpretacién y fuentes en el Derecho Privado Positivo, ob. cit., pig. 136. ® Plastara, ob. cit., pag. 55. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 49 dotados de entendimiento y de voluntad. El ordenamiento confie- re un “poder” al administrador del patrimonio de que se trate, para que lo destine a la satisfacci6n del interés que se pretende proteger. Ese administrador no puede hacer con el patrimonio que administra lo que le plazca: s6lo puede destinarlo a conseguir el interés que se desea proteger, esta subordinado a ese interés. Tratandose de sujetos impersonales como las fundaciones de beneficencia, el interés juridicamente protegido esta constituido por los destinatarios finales de la fundacién, esto es, por los seres humanos cuyas necesidades seran satisfechas indirectamente por la afectaci6n de bienes a una finalidad determinada. En el caso de la herencia, los fenémenos juridicos que acae- cen después del fallecimiento del causante se explican senalando que este hecho del fallecimiento marca el término tan solo de un centro de interés subjetivo, constituido por el causante; pero sub- siste el patrimonio como un conjunto de bienes'y deudas adscritos a un centro objetivo de intereses, como es la sucesién. Asi se explica el fenémeno de la herencia yacente, patrimonio que, segtin la tesis cldsica, careceria de titular. Y cuando el heredero se decida a aceptar la herencia, surgira un nuevo centro de intereses, in dual y subjetivo, al cual se adscribira el patrimonio del causante. En la misma forma se explicardn las instituciones de la aceptaci6n de la herencia con beneficio de inventario, o el beneficio de sepa- racion, que la doctrina clasica encontraba dificil de explicar. En resumen, en esta teorfa objetiva, el patrimonio es una uni- versalidad jurfdica de bienes corporales e incorporales y de deu- das, que tienen significaci6n econdémica, afectos a algtin interés juridico subjetivo u objetivo, individual o colectivo, que tienen un administrador, que siempre es la persona humana. ivi- 22. EL ORDENAMIENTO JURIDICO ASIGNA BIENES A LOS DISTINTOS CENTROS DE INTERES, CONFORME A LA IMPORTANCIA QUE LES CONFIERE Frente a un conflicto de expectativas, como sucederia, por ejem- plo, si muchas personas desearan gozar de un mismo y unico bien, el Derecho debe comparar los intereses en pugna, y proteger en definitiva a aquel que le parezca mas importante. Adscribira el bien de que se trata a la realizacion del interés que haya escogido, y conminara a los otros intereses a no alterar esa destinacién, bajo amenaza de sancién. 50. EL PATRIMONIO En todo caso, sera necesario que sea una persona, un ser dota- do de discernimiento y voluntad, la que actualice la destinacién del bien al interés protegido, poniendo de hecho ese bien en situaci6n de satisfacer dicho interés. Parrafo 2 EL DERECHO SUBJETIVO, EL SUJETO DE DERECHO Y LA OBLIGACION PARA LA DOCTRINA OBJETIVA. CONCEPTO DE PATRIMONIO 23. CONCEPTO DE DERECHO SUBJETIVO Si bien algunos autores de la doctrina objetiva, como Duguit,” han negado la existencia de derechos subjetivos, la mayoria de ellos piensa que su mantenci6n es util. Seguiremos en este nime- ro el pensamiento de estos tltimos. Segtin la clasica definicién de Thering,” derecho subjetivo es un interés juridicamente protegido por medio de un poder conferido a la voluntad. En el derecho subjetivo existen, pues, dos elementos: un elemento de fondo, que es el interés que el ordenamiento desea proteger, y un elemento de forma, que es el poder que se confiere a Ja voluntad de una persona sobre un bien determinado, para que lo destine a la realizaci6n de dicho interés. Ya senalamos que no sdlo las personas pueden constituir inte- reses dignos de proteccién: también pueden existir intereses sub- jetivos colectivos, como la familia, e intereses objetivos, como las fundaciones de beneficencia o la empresa, que la ley puede que- rer proteger. En el fondo de estos intereses estara siempre la per- sona humana, que sera la destinataria final de cualquier protecci6n juridica. En la misma forma, solo las personas seran las Iamadas a la administraci6n de los patrimonios que se adscriben a los distintos intereses juridicos protegidos, por ser los tinicos seres dotados de voluntad y discernimiento. 7 Duguit, Leén, Las transformaciones generales del Derecho Privado desde el Codigo de Napoleon, ob. cit. ® Thering, Rudolph von, El espiritu del Derecho romano, ob. cit. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 51 24. CONCEPTO DE SUJETO DE DERECHO Conforme a las ideas anteriormente expuestas, son sujetos de derechos los centros de intereses que tengan responsabilidad auténoma, a los cuales el ordenamiento adscribe bienes y les permite asumir obligaciones, por estimarlos dignos de protec- cién, Si esos centros de-intereses no Ilegan a tener responsabili- dad auténoma, porque el ordenamiento no se la ha dado, pero si tienen bienes que se les han adscrito, estaremos en presencia de centros de intereses secundarios, que no Iegan a constituir sujetos de derechos. El fundamento de la unidad del patrimonio (de aquellas deu- das que pueden cobrarse en ciertos y determinados bienes, de aquellos bienes que responden a ciertas y determinadas obliga- ciones) no se encuentra pues en la persona, sino en el interés que el ordenamiento ha protegido, y en la medida en que dicho interés legue a tener -por disposicién de la ley- responsabilidad auténoma. Bekker” prefiere hablar de “sujeto de goce” en lugar de usar el término “sujeto de derecho”, pero en verdad se refiere con estas palabras al mismo concepto. Todos los centros de intereses que tienen responsabilidad auténoma (sujetos de derecho) son “sujetos de goce”. Con esta terminologia se evita hacer la distin- ci6n que hacia la doctrina clasica entre capacidad de goce —carac- teristica de todos los sujetos de derecho- y capacidad de ejercicio -caracteristica tan s6lo de aquellos que tienen suficiente discerni- miento-. Para los autores de la doctrina objetiva que usan la nue- va terminologia, los sujetos de derecho son “sujetos de goce”, sin perjuicio de que en ciertos casos requieran de un administrador para que manifieste su voluntad juridica. “Estan a la vista las dificultades practicas que produce la confu- sion de los sujetos de goce y de ejercicio en la aplicacién de la noci6n clasica. Por una parte, las personas juridicas, entidades abstractas, son consideradas como verdaderos administradores de sus bienes; por la otra, todo centro de goce digno de proteccién legal tiene que ser convertido en ‘persona’, 0 bien sdlo puede ser amparado en forma indirecta.”™ ™ Bekker, Zueckvermégen inshesondere Peculium, Handetsvermigen und Aktienge- sellschafi, Handelsrecht, ob. cit. © Stutzin, Godofredo, ob. cit., pag. 62. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 53 cual tendré las facultades 0 los poderes que para tal circunstancia le conceda la ley. Volveremos sobre este punto mas adelante. 25. CONCEPTO DE OBLIGACION El derecho subjetivo que ejerce un sujeto de derecho (0 “sujeto de goce”) sobre el bien que se le ha entregado para la satisfac- cién del interés juridicamente protegido, puede limitarse, con el objeto de que le sea posible obtener otro bien que le sirva para satisfacer esa necesidad; estamos en presencia de la obligacién. Si el derecho subjetivo consiste en un poder, la obligacién no es otra cosa que la limitacién de un poder, y si el derecho subjetivo se entiende como un interés, la obligacién es la limitacién de un interés. Para los finalistas, obligaci6n es un interés juridicamente limi- tado por medio de la restriccién del poder conferido a la voluntad sobre un bien adscrito a la satisfaccién de ese interés. Los clementos de la obligacién son los mismos que los del derecho subjetivo, pero mirados desde el punto de vista contrario: en primer lugar, un bien que se desafecta de la proteccién juridica de un interés, ya sea ese bien una especie o cuerpo cierto, un cierto nimero de individuos de una clase o género determinado, un servicio 0 actuaci6n de una persona, 0 una abstencion. El bien que se desafecta de su protecci6n originaria pertenece a un patri- monio que gira en torno a un sujeto de derecho, que en este caso pasa a denominarse sujeto de responsabilidad, que es precisamente lo contrario del “sujeto de goce” que encontramos en el derecho subjetivo. No sdlo pueden ser “sujetos de responsabilidad” las per- sonas, sino también los intereses subjetivos y los intereses objeti- vos; esto es, todos los sujetos de derechos pueden ser sujetos de responsabilidad. Finalmente, es necesario senalar la existencia del administrador del sujeto de responsabilidad, que algunos de- nominan “sujeto de ejecuci6n” para ponerlo frente al “sujeto de administraci6n”. Por la misma raz6n expresada anteriormente, denominaremos simplemente “administrador” a este “sujeto de ejecucién”. Y en la misma forma que sucede por el lado activo de la obligaci6n, s6lo las personas pueden ser administradoras de un “sujeto de responsabilidad”, puesto que sdlo ellas pueden manifes- tar voluntad juridica. El “administrador” de un “sujeto de respon- sabilidad” sera, pues, aquella persona cuya voluntad sea necesaria para dar origen a la obligacion. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL. PATRIMONIO 57 hb) El administrador, que es la persona humana que manifiesta la voluntad juridica que en definitiva obligara al patrimonio; c) El destinatario final, que es aquel o aquellos en cuyo beneficio se establecié el patrimonio, aquel o aquellos cuyo interés el ordenamiento ha resuelto proteger; d) Los bienes, derechos o relaciones juridicas positivas, ligados todos por su destinacién. Estos bienes no constituyen una cosa dis- tinta del patrimonio, sino que conforman el patrimonio mis- mo. El patrimonio esta compuesto por los bienes que existen en cada momento; e) Las deudas u obligaciones, correlativas a los anteriores bienes 0 derechos. 27. CARACTERISTICAS DEL PATRIMONIO, Conforme al concepto, definiciones y elementos precedentemen- te expuestos, se desprenden las siguientes caracteristicas del patri- monio para la doctrina objeti a) Es independiente de la persona; b) Es una universalidad juridica, cavacteristica que comparte con la concepcién de la teoria clasica. Sin embargo, para algunos autores finalistas, esta universalidad juridica no es diferente de los bienes y deudas que la integran, sino que esta compuesta precisamente por dichos bienes y deudas; c) Es comerciable, el patrimonio esta en el comercio humano, esta compuesto por bienes y deudas que tienen una apreciacién pecuniaria; d) Es enajenable por acto entre vivos. También es trasmisible por causa de muerte; c) Es divisible; f) Es prescriptible, puede ganarse y perderse por la prescripcién; g) Es embargable, debido a que esté compuesto por bienes que estan en el comercio humano. Todas estas caracteristicas seran estudiadas en los capitulos siguientes. 28. SINTESIS DEL APORTE DE LA DOCTRINA OBJETIVA La explicacion de los autores finalistas permite entender un con- junto de instituciones y figuras juridicas que no aparecian sufi- cientemente claras con las explicaciones clasicas, lo que se logra aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 6 Si una cosa esta destinada a automévil o a mesa, resulta posi- ble una cierta fungibilidad entre sus partes, la cual admite una cierta subrogacién entre ellas. Si el vendedor obligado a entregar un automévil comprueba que estando atin en su poder le han robado una rueda, podra adquirir otra rueda para reemplazar la robada y asi poder cumplir cabalmente con su obligacién. La nue- va viene a subrogar a la rueda robada, pues existe entre ambas una cierta fungibilidad que se justifica dentro de la unidad “auto- movil” de que ambas ruedas son partes. Igualmente, si una cosa estd destinada a mesa, la cubierta y las patas forman una unidad, y si se rompe una pata, puede cambidrsela por otra, sin que el bien “mesa” deje de ser tal. El destino “automévil” o “mesa” permite la fungibilidad y la subrogacion de las ruedas 0 de las patas. 31, CLASIFICACION DE LOS BIENES SEGUN SU COHESION INTERNA Conforme a las ideas precedentemente expuestas, los bienes pue- den clasificarse segtin su cohesion interna de la siguiente manera, partiendo de una mayor cohesion fisica, para concluir en formas de cohesién mas complejas:** a) Bienes simples o singulares, indivisibles en su individualidad, en forma que si llegan a dividirse dejan de ser lo que son, bienes que constituyen una unidad natural, cuyas partes estan intima- mente cohesionadas. Tales son, por ejemplo, un caballo, una planta, un invento, una obra literaria. b) Bienes compuestos que constituyen una unidad fisica, esto es, bienes formados por la conexién o combinacién material de varias cosas que pierden su individualidad en el conjunto al cual se han integrado. Tales son, por ejemplo, un reloj, un automévil, una casa. En este caso, las partes o cosas originarias pierden su individualidad en el conjunto, para dar nacimiento a una nue- va cosa, y la relacion juridica puede recaer sobre esta cosa nueva y no ya sobre los componentes individualmente consi- derados, como se vio mas arriba. Lo expresado es sin perjuicio de que cada elemento pueda pertenecer a diferentes duenos, o que las cosas que se han Seguimos muy de cerca la clasificacién de Enneccerus; pero con algunas modificaciones. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 65 dose reemplazar los animales de un rebafio, los arboles de un bosque, o los elementos de un establecimiento comercial, por otros animales, érboles 6 elementos, sin que pierdan su unidad el rebafo, bosque o establecimiento. El fenémeno de la subrogaci6n real se presenta sin mayores inconvenientes en este tipo de bienes. 32, LAS UNIVERSALIDADES PUEDEN TENER UNA COMPOSICION HOMOGENEA O HETEROGENEA El bien “universalidad”, esto es, el que esta formado por un con- junto de objetos unidos en torno a una destinaci6n comin, admi- te una clasificaci6n segtin los objetos que lo compongan tengan una composici6n homogénea 0 heterogénea. El rebano, el bos- que, una biblioteca, una coleccién de armas, de estampillas, son universalidades compuestas por objetos homogéneos. El estableci- miento comercial y el patrimonio son universalidades compuestas por objetos heterogéneos. El patrimonio es uno de los bienes universales mas complejos, pues esta formado por bienes hetero- géneos unidos entre si por su destinaci6n comin, mas las deudas u obligaciones que gravan estos bienes. 33. LAS UNIVERSALIDADES NO TIENEN UNA NATURALEZA DISTINTA DE LOS BIENES SINGULARES Se desprende de lo sefalado hasta aqui que los bienes universales, las universalidades, no poseen una naturaleza distinta de los bie- nes singulares, sea que ellas estén compuestas por cosas homogé- neas o heterogéneas. Ellas sélo constituyen un escalaf6n superior dentro de la complejidad creciente de cosas formadas por otras cohesionadas internamente entre si, sea que esta cohesién sea fisica, sea que se realice en torno a una cosa principal, sea que se haga tan sdlo en torno a una destinacién comin. Tampoco es rasgo exclusivo de las universalidades alguna cierta fungibilidad entre sus distintos componentes, ni el fenémeno de la subrogacién real, que permite a uno de estos componentes ubicar- se en el lugar preciso en que se encontraba otro componente que viene a reemplazar. El fendmeno de la fungibilidad y el de la subro- gacidn real pueden tener lugar, como se ha visto, en cualquier bien compuesto. Lo que sucede en las universalidades es que estos dos fenémenos se hacen mas patentes en raz6n de la inexistencia de vinculos fisicos que aten a sus distintos componentes. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 69 cientes a una misma persona unidas por un destino o finali- dad comtin, determinado generalmente por la voluntad de los particulares”.!° Debe agregarse una caracteristica de tipo negativo: la universa- lidad de hecho carece de pasivo, esti compuesta tan sdlo de ele- mentos activos, no reconoce obligaciones o deudas. Veremos que esta caracteristica permitira distinguir las universalidades de hecho de las universalidades de derecho. 37. RASGOS FUNDAMENTALES DE LAS UNIVERSALIDADES DE DERECHO La universalidad de derecho es primeramente una universalidad de hecho, pero compuesta no sdlo por bienes corporales, sino también por bienes incorporales y por deudas u obligaciones, caracteristi- ca que no corresponde a aquélla. En segundo lugar, es creada por ley, y no por la voluntad del hombre, como la universalidad de hecho. Las universalidades de derecho estan formadas por un conjun- to de bienes y derechos, que constituyen su activo, y por obligacio- nes 0 deudas, que forman su pasivo correlativo, unidos ambos por un nexo legal. Los autores clasicos agregan que este conjunto de bienes y deudas tiene por titular necesariamente a una persona, en tanto los autores finalistas sostienen que el conjunto de valores positivos y negativos gira en torno a un interés juridicamente pro- tegido. En esta vinculacién de activo con pasivo rige el principio de la funcionalidad, esto es, el activo tiene por objeto responder al pasivo. La universalidad de derecho se ha comparado con la cuenta corriente y con el balance comercial, por los valores positivos y negativos que contiene, pero éstas son meras imagenes destinadas a ilustrar un concepto juridico. El] rasgo fundamental que permite distinguir una universali- dad juridica de una universalidad de hecho es, en consecuencia, la vinculacién del activo con el pasivo. Ciertos autores han queri- do agregar, como segundo rasgo distintivo, la independencia del continente respecto del contenido, Para otros autores, en cambio, no es posible hablar de un continente en abstracto, sin referirse ™ Pinto Rogers, Humberto, ob. cit., pag. 66. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 73 mente considerado, resulta como consecuencia la fungibilidad de dichos elementos, la posibilidad de cambiar uno por otro, mante- niendo intacto el conjunto. Esta fungibilidad es el fundamento de la subrogacién real que tiene lugar al interior de ambas universalida- des, como sucede, por ejemplo, en las universalidades de hecho, conforme lo autoriza el art. 788, y en las de derecho, segiin lo establecen los arts. 2465 y 2469. Ya hemos dicho en mas de una ocasi6n que a nuestro enten- der tanto la fungibilidad como la subrogacién real no son caracte- risticas tan sdlo de las universalidades, sino de todos los bienes compuestos. Humberto Pinto,' por su parte, sefala dos semejanzas entre las universalidades de hecho y de derecho. En primer lugar, que ambas son conjuntos de afectacién, tienen una vincula- cién por su destino. Y, en segundo lugar, que ambas son cosas muebles, o por lo menos que estan sujetas al estatuto juridico de los bienes muebles, por ser este estatuto la regla general en el Derecho chileno. El profesor Pinto sosticne esta conclu- sién sobre la base de que una universalidad juridica tiene un continente distinto de su contenido. Se pregunta entonces de qué naturaleza, mucble o inmucble, es este continente, que en verdad es una abstraccién juridica, en el caso que dentro del contenido existan muebles e inmuebles, 0 sdlo inmuebles. Y se contesta que siendo la regla general el que las cosas sean muebles, debe estimarse que esta universalidad es mueble tam- bién, aunque contenga inmuebles. La conclusién nos parece, por lo menos, precipitada, y sera objeto de nuestra preocupacién mas adelante. 10 4 Pinto Rogers, Humberto, ob. cit., pag. 68. “4 ELPATRIMONIO. Pérrafo 3 LA UNIVERSALIDAD DE DERECHO “PATRIMONIO” PARA LA DOCTRINA CLASICA Y PARA LA DOCTRINA OBJETIVA 40. PARA LA DOCTRINA CLASICA, ES NECESARIO DISTINGUIR EL CONTINENTE, POR UN LADO, Y LOS BIENES Y DEUDAS QUE LO COMPONEN, POR EL OTRO, TODO LO CUAL CONSTITUYE EL “PATRIMONIO”. EL CONTINENTE ES COSA DIFERENTE DE ESOS BIENES Y DEUDAS Para la doctrina clasica, la universalidad juridica “patrimonio” es, antes que nada, una “universalidad”, esto es, un conjunto de bie- nes, derechos y relaciones juridicas, que por ser una universalidad “de derecho”, admite —ademas de su activo- un conjunto de obli- gaciones y deudas que forman su pasivo. Las universalidades de derecho son primeramente universalidades de hecho, a las que se agregan bienes incorporales y deudas, y son creadas por ley. Este conjunto de bienes y deudas tiene ademas un continente diferente de su contenido. Este continente constituye una categoria ontologica dis- tinta de las relaciones juridicas, derechos, bienes, obligaciones y deu- das que conforman su contenido: él continente es “cosa”, y representa el poder o la capacidad de goce de todo individuo para adquirir bienes y contraer obligaciones, esto es, la capacidad o poder de aumentar 0 disminuir el contenido de bienes y deudas. El “patrimonio”, como universalidad juridica, es tanto el continente como el contenido, es el conti- nente mas el contenido: el contenido solo no constituye por si mismo la univer- salidad (€sta sera la tesis de la doctrina finalista); menos el continente separado de su contenido; el patrimonio es la reunién de ambas cosas; la universalidad (bienes y deudas mirados como una unidad) se representa por el continente, pero no puede olvidarse que tiene contenido. Recordemos que Zachariae escribio: “El patrimonio de un deu- dor, es decir, la universalidad de sus bienes muebles e inmuebles, presen- tes y futuros, forman la prenda comtin de sus acreedores”,!"! y que definié el patrimonio como la universalidad juridica de todos los objetos exteriores que pertenecen a una persona.'!? Aubry y Rau, por ™ Zachariae, ob. cit., tomo V, pag. 18. 4 Zachariae, ob. cit., tomo II, pag. 38. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO su parte, sefialaban que “el patrimonio, siendo, en su mas alta expre- sidn, la personalidad misma del hombre en relacin con los objetos exteriores sobre los cuales puede 0 podra ejercer derecho, compren- de no sdlo in actu los bienes ya adquiridos, sino in potentia los bienes por adquiriv”!8 Y agregaban: “El patrimonio no es sino la personalidad misma del hombre en sus relaciones con los objetos exteriores sobre los cuales tiene o podria tener derechos que ejercer”.!"" Explicando la sucesion por causa de muerte, a titulo universal, estos mismos autores expresa- ban: “El conjunto de bienes de una persona no se pierde con su muerte, cl caracter de universalidad juridica. Es con este cardcter que esos bienes se trasmiten, bajo el nombre de ‘herencia’, a los que son Ilamados por la ley o por la voluntad del difunto, a recogerlos en su totalidad o solamente en una parte alicuota’.'’ Los mismos autores definieron la instituci6n del patrimonio como “el conjunto de bienes de una persona, considerado como universalidad de derecho”,"° esto es, considerados en su conjunto unitario. Los autores franceses posteriores, partidarios de la doctrina clasica o subjetivista del patrimonio, también repitieron estos con- ceptos. Asi, Josserand definié el patrimonio como “el conjunto de valores pecuniarios, positivos o negativos, pertenecientes a una misma persona y que figuran unos en el activo y otros en el pasivo”.!” Y Planiol y Ripert lo concibieron como “el conjunto de derechos y obli- gaciones de una persona, apreciables en dinero”.""* Sin perjuicio de su contenido, que integra también el patrimo- nio, como se ha visto, los autores clAsicos sostienen que el conti- nente mismo es una cosa, que el ordenamiento introduce al sistema juridico-social para propender a su mejor desarrollo, e incluso que lo eleva a la categoria de una cosa de orden priblico, que no puede ser modificada, alterada o desconsiderada por los particula- res. Como cosa, el continente del patrimonio es una cosa incorpo- ral, que carece de un ser real y no puede ser percibido por los sentidos; es una creacién de la ley. La relacién que existe entre ese continente y la persona de su titular es una relacién de derecho absoluto, erga omnes, de derecho real, como el derecho de dominio, a “ Aubry et Rau, ob. cit, ™ Aubry et Rau, ob. ci 45 Aubry et Rau, ob. cit., tomo VI, pag. 253. 46 Aubry et Rau, ob. cit., tomo VI, pag. 229. 47 Tosserand, ob. cit., pag. 454, citado en la nota 25. 8 Planiol et Ripert, ob. cit., citado en la nota 44. tomo IX, pag. 574. tomo IX, pag. 229. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 7 sucede, por ejemplo, con los gananciales de la mujer casada, que son un verdadero patrimonio; pero derivado, y que pueden renun- ciarse antes del matrimonio o después de la disolucién de la socie- dad conyugal (arts. 1719 y 1781 y siguientes). 41. PARA LA DOCTRINA OBJETIVA O FINALISTA, EL PATRIMONIO NO ES UNA COSA DIFERENTE DE LOS BIENES Y DEUDAS QUE LO COMPONEN EN UN MOMENTO DETERMINADO. Para la doctrina objetiva o finalista, la nocién de “patrimonio” no tiene el mismo caracter abstracto que para los seguidores de la doctrina clasica, puesto que entienden por tal la universalidad juridica de bienes y derechos, deudas y obligaciones que lo com- ponen en un momento determinado, sin que el continente Hegue a constituirse en una cosa diferente de esos mismos bienes, dere- chos, deudas y obligaciones; una cosa distinta de su contenido. El problema lo plantean primeramente en torno a la posibili- dad de que el “continente” pueda constituir una categoria ontolé- gica propia, diferente de su “contenido”, un objeto distinto de las relaciones y cosas que comprende. Como dice Stitchkin al exami- nar la posicién de los autores finalistas, “no cabe admitir la exis- tencia de una cosa que carece de ser en si misma”.'*! Incluso en el caso de afirmar la existencia del “continente” como “cosa”, cabe preguntarse cual es la esencia juridica de dicha totalidad.! Ya dijimos que, entre nosotros, han adherido a las ideas finalis- tas Stutzin y Cruzat, y, mas recientemente, Bustamante." Este tilti- mo recoge un ejemplo de Barbero en relaci6én con un texto de la Instituta: quien pretenda tocar una biblioteca o un rebano, dificil- mente lograria tocar mas que algiin libro o alguna oveja; y, aun para el caso que los tocase todos, tocaria todos los libros de la biblioteca, pero no ésta, que s6lo constituye un “nombre” para designar légicamente al conjunto. Concluye, por consiguiente, se- 1 Stitchkin Branover, David, prélogo a la obra de Bustamante, Luis, El patrimonio - Dogmatica juridica, ob. cit., pag. 8. ® Cossio y Corral, Instituciones de Derecho Civil, Parte General, Madrid, 1975, 134. Godofredo, Algunas consideraciones sobre la nocién juridica de patri- , ob. cruzat Paul, Gastén, Patrimonios de afectacién ~ La empresa indivi- dual de responsabilidad limitada, ob. cit., y Bustamante Salazar, Luis, El patrimonio — Dogmdtica juridica, ob. cit. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. $ SOBRE EL PATRIMONIO 81 44, PARA LA DOCTRINA CLASICA, LOS BIENES QUE INTEGRAN EL PATRIMONIO DEBEN TENER VALOR PECUNIARIO Para los autores clasicos “el patrimonio es una nocion de orden esencialmente pecuniario: los derechos que no tienen significa- cién pecuniaria quedan fuera del patrimonio”.' Asi sucede, por ejemplo, con los llamados derechos de la personalidad, con los atributos de la personalidad (estado civil, nombre, etc.), con algu- nos derechos de familia, con las cosas comunes a todos los hom- bres, etc. El patrimonio, por consiguiente, es una universalidad de bienes, entendiendo por tales aquellas cosas que presentan utilidad para la satisfaccién de algunas necesidades. Los bienes y las deudas que lo integran tienen todos un valor, y se les puede apreciar mirando tan sdlo dicho valor, con prescindencia de su individualidad o caracteristicas particulares, Si se considera solamente el activo del patrimonio, suele ha- blarse de “patrimonio bruto’; si al activo se le descuenta el pasivo, puede hablarse de “patrimonio neto”. La diferencia numérica en- tre activo y pasivo representa el estado actual del patrimonio, la “fuerza del patrimonio”. Debe reconocerse que esta caracteristica de ser el patrimonio un conjunto formado por un activo y un pasivo, y tener una cierta “fuerza”, constituida por el “patrimonio neto”, es una concepcién mas cercana de la doctrina objetiva o finalista, pues para ésta, la “fuerza del patrimonio” es el saldo que resulte en un momento dado si se resta el pasivo del activo, y que esta “fuerza” crecera 0 disminuira en cada oportunidad en que ingresen bienes o se con- traigan obligaciones. En cierto sentido, los clasicos se contradicen a si mismos al afirmar que el patrimonio es una abstraccion dife- rente de los bienes y deudas, pues si asi fuera, no tendria ningin sentido hablar de “fuerza del patrimonio”, como ellos mismos lo hacen, Esta “fuerza” puede apreciarse s6lo en concreto y en un momento preciso y determinado. La caracteristica sostenida por los clasicos de que el patri- monio esta integrado por derechos y obligaciones de valor pecu- niario, de significacién econémica, ha sido recogida por nuestra jurisprudencia cuando ha expresado: “El patrimonio, en su con- cepto primario, configura una universalidad juridica, en cuya '30 Josserand, ob. cit., pag. 353. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO IV LA CONCEPCION DE PATRIMONIO EN EL DERECHO CIVIL CHILENO 47. EL. CODIGO CIVIL. CHILENO NO TRATA ORGANICAMENTE LA INSTITUCION DEL PATRIMONIO El modelo francés que Bello tuvo especialmente a la vista al redac- tar nuestro Codigo Civil, no formuld una teoria general del patri- monio ni traté la materia orgdnicamente.'* La expresién misma fue empleada raramente por el Codigo Civil francés, pues cada vez que ese cuerpo de leyes se refirié al conjunto de bienes de una persona como universalidad juridica prefirié las expresiones “los bienes, derechos y acciones”, “todos los bienes”, 0 simplemente “los bienes”.!® Es por eso que Colin y Capitant afirmaron que la teoria del patrimonio era ciertamente extraiia a las concepciones de los redactores del Cédigo Civil." Esta afirmacién no resulta curiosa si se considera que tanto Zachariae como Aubry y Rau, a quienes se considera como los creadores de la doctrina clasica 0 subjetiva del patrimonio, escribieron sus obras para comentar y explicar el Cédigo de Napoleon, que, obviamente, fue anterior a dichas obras. El Cédigo Civil chileno siguié en esta materia las lineas traza- das por su modelo francés, No existe en nuestro Cédigo un cuer- po de disposiciones que estructure orgdnicamente el patrimonio, fije su naturaleza, contenido y caracteres, y s6lo hallamos disposi- "© Asi lo reconoce Zachariae al afirmar: “El Codigo no contiene, en ningun Titulo o Capitulo especial, una teoria general sobre el patrimonio. Los principios relativos a esta materia estin dispersos, y la legislacién no se ocupa de ellos sino incidentalmente”. Ver Zachariae, ob. cit, tomo Il, nota 1 al pie de la pagina 38. ® Bustamante Salazar, Luis, ob. cit., nota 9 al pie de la pagina 23. '™ Colin et Capitant, ob, cit., referido en la nota 13. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 89 obligaciones trasmisibles”. Nétese que, seguin esta disposicién, el patri- monio se compone de bienes, derechos y obligaciones, y que el heredero no sucede en un continente abstracto, metafisico, desprovisto de su contenido patrimonial. La historia de este articulo confirma lo que se viene sostenien- do. En efecto, el art. 2° del Titulo I del Proyecto de 1841, que corresponde al actual inc. 2° del art.951, decia: “Herencia es la coleccién de todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona difunta, o una cuota determinada de dichos bienes, derechos y obliga- ciones, como la mitad, tercio o quinto”. El Proyecto de 1846, en su art. 2° ine. 1*, expresaba: “Son asignaciones a titulo universal, las de todos los bienes, 0 las de una cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto...” El Proyecto de 1853, en su art. 862, decia por su parte: “Se llama titulo universal aquel por el cual se sucede en toda la universalidad de los derechos y obligaciones del autor 0 en una cuota de ella, como la mitad o el tercio...” Bello quiso explicar la diferencia entre “herencia” y “legado” en una nota puesta en el Proyecto de 1841, en la que senalé: “La diferencia entre la herencia y el legado se hace consistir en la naturaleza de la disposicidn y no en las palabras materiales que la expresan. Si se dejan a una persona todos los bienes o una cuota de ellos, esta persona es heredero; si una cantidad, especie o género, sera legatario...”; “lo que constituye al heredero universal y lo que le hace un verdadero representante del difunto, es el derecho a todos sus bienes y acciones, y 1a responsa- bilidad de sus deudas. Lo mismo se verifica cuando se deja una cuota de los bienes, como la mitad, tercio, quinto, excepto que el asignatario de cuota sucede en los bienes, derechos y obligaciones a prorra- ta de su cuota”.' Nétese que, para Bello, la universalidad patrimonial en que sucede el heredero esta compuesta siempre de bienes, derechos y obliga- ciones; que herencia es precisamente la coleccién de tales bienes, derechos y obligaciones o de una cuota de ellos, ¢, incluso, que el heredero de una cuota del patrimonio del causante, lo sucede directamente en sus bienes, derechos y obligaciones, a prorrata de su cuota. No existe para Bello, en este tiltimo caso, una hipotética sucesién en una cuota de la universalidad; pero no en los bienes mismos conteni- dos en ella: el heredero recibe directamente su cuota en cada uno de los 1% Bello, Andrés, Cédigo Civil de la Refniblica de Chile (texto concordado de los distintos proyectos), ob. cit., tomo XI, notas al art. 951, pags. 17y 18. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 93 Frente a la enumeracién de derechos reales contenida en el art. 577 no es posible confundir el derecho real de dominio con el derecho real de herencia. Ambos derechos se rigen por estatutos juridicos diferentes y estén protegidos por acciones reales distin- tas. Al fallecer el causante el heredero adquiere simulténeamente ambos derechos reales: adquiere el dominio de las cosas singulares de pro- piedad del causante, y, al mismo tiempo, adquiere el derecho real de herencia sobre la universalidad proveniente del patrimonio del de cujus, sobre el continente que en vida dio unidad al patrimonio del causante. El modo de adquirir de uno y otro derecho real seré la sucesin por causa de muerte. Lo dicho —que resulta incontestable en el caso que exista un solo heredero- es valido también en el caso que los herederos sean varios: cada uno de ellos pasara a ser titular del derecho real de herencia y de los bienes singulares que pertenecieron al causante, en propor- cién a sus respectivos derechos hereditarios. Los herederos pasaran a ser comuneros en la misma proporcién, tanto en la universalidad como en cada una de las cosas que pertenecieron al causante. Los articulos que siguen sirven para sostener la tesis que esta- mos defendiendo: 1) El art. 688 prescribe que “en el momento de deferirse la herencia, la posesién de ella se confiere por el ministerio de la ley al heredero; pero esta posesién legal no habilita al heredero para disponer en manera alguna de un inmueble”, mientras no precedan las inscripciones que en esa norma se indican. El heredero recibe, en consecuencia, la posesién legal de la herencia, y queda habilita- do para disponer de los inmuebles hereditarios, junto con sus demas coherederos, siempre que cumpla las exigencias que se sefalan en ese articulo. La herencia, cuya posesién legal se le confiere, corres- ponde al continente del patrimonio que fue del causante; los inmuebles de los cuales puede disponer, forman parte de su contenido. 2) El art. 1264 expresa que “el que probare su derecho a una herencia, ocupada por otra persona en calidad de heredero, tendra accion para que se le adjudique la herencia, y se le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales como incorporales...” Nuevamen- te, “la herencia” corresponde aqui al continente, en tanto “las cosas hereditarias” forman parte de su contenido. 3) El art. 1268 indica que —ademas de la accién de peticién de herencia reglamentada en los articulos anteriores— el heredero esta premunido también de la accién reivindicatoria sobre “cosas heredita- rias reivindicables”, que hayan pasado a terceros, y no hayan sido aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 97 decreto judicial que la declara (arts. 80, 81, 92, 82, 83, 85 y 84); b) el patrimonio del que esta por nacer, que permanece sin titular entre el momento en que se le defiere la herencia y el dia de su naci- miento (arts. 74, 75, 76 y 77); c) el patrimonio de personas futuras, que permanecera sin titular desde la delacién y hasta la existencia de tales personas (arts. 962 y 963), y d) el caso de la herencia yacente. Si la herencia nunca se acept6, pero se pagaron deudas con los bienes dejados por el causante, los cuales terminaron agotindose o depositandose en arcas del Estado, hubo un tiempo en que existi6 un patrimonio sin titular (arts. 481, 1240, 482, 490, 488, 489, 484, 2509 y 491). Ademas, conforme al art. 2509, la prescrip- cién adquisitiva ordinaria se suspende en favor de la herencia yacente, la que carece de personalidad juridica. No parece posible aceptar que se pueda ser titular de un derecho (derecho a la suspensién) sin ser persona, si se han de seguir rigurosamente los principios de la doctrina clasica. Los patrimonios que carecen momentdneamente de titular se estudian en el Capitulo XIV. Fuera de estos cuatro casos, de patrimonios que carecen de titular, lo que aparentemente se justifica por la transitoricdad de esta situacién excepcional, existen otros casos en nuestro Cédigo Civil en que parece repugnar a don Andrés Bello dejar un patrimonio sin titular por un lapso considerable. Ha debido recurrir en estos casos a dos ficciones legales: a) la ficcién de continuacién de la personalidad del causante en el heredero (arts. 951, 954 y 1097), y b) la ficciin de aceptacién de la herencia con efecto retroactivo (arts. 951, 956, 1239, 688, 722, 1245 y 1354). Por la primera, se explica por qué el heredero esta obligado a pagar las deudas del causante, y por la segunda, se asegura que juridicamente el patrimonio del “de cujus” no permanezca sin litular entre la delacion y la aceptacion. En el caso de los beneficios de inventario y de separacion, nuestro Codigo admite, por la via de la excepci6n a los principios genera- les de la doctrina clasica, que exista transitoriamente un titular de dos patrimonios diferentes. Asi lo sostenemos en ambas instituciones, re- conociendo que en el caso del beneficio de inventario hay opi- ni6n contraria que niega que exista alli una real separacion de patrimonios. Las disposiciones aplicables a estas instituciones son los arts. 1247 a 1263, 1610 N° 4°, 1669, 2487 y 1378 a 1385. Tanto en el beneficio de inventario como en el de separacién afirmamos ademas que el heredero se hace duerio de bienes singulares 0 de cuotas en ellos, sin perjuicio de hacerse dueno también del total o de una cuota en la universalidad continente, esto es, aplicamos el concepto de patri- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 101 51. CONCLUSIONES. REPERCUSION DE LAS MISMAS EN EL, PROBLEMA DE LA CESION DEL DERECHO REAL DE HERENCIA 1) El Cédigo Civil chileno, asi como su modelo francés, no trata de manera organica la institucion del patrimonio, ni fija su natu- raleza juridica, contenido o caracteres. Ello no obsta a que la palabra se utilice por el Codigo, queriendo significar con ella, en la mayoria de los casos, los derechos, bienes, deudas y obligacio- nes que constituyen el contenido de la universalidad. No faltan, sin embargo, disposiciones que utilicen el vocablo en su significa- cién de contenido mds continente. Un solo articulo usa la palabra “patrimonio” para referirse fan sélo al continente, sin relacion con el contenido. 2) Un anilisis detallado de las disposiciones de nuestro Cédi- go que se refieren a la materia (usen o no el término), nos condu- ce a afirmar que el legislador del Cédigo chileno entendi6 que el concepto “patrimonio” engloba tanto el continente abstracto, universal, como el contenido de derechos, bienes, obligaciones y deudas. A esta con- clusién se llega considerando, en primer lugar, que el patrimonio es, antes que nada, una universalidad, y que las universalidades (tanto de hecho como de derecho) son basicamente una agrupacién de “cosas”. No es comprensible una universalidad que no se componga de “cosas”, agrupadas en ella por el hombre o por la ley. Debe recha- zarse, por irreal, aquella explicacién exagerada que privilegia el continente en desmedro del contenido, y afirma que el patrimo- nio es una universalidad abstracta, incorp6rea, que no alcanza a ser mucble o inmucble en raz6n de su propia incorporeidad. 3) Las disposiciones de nuestro Cédigo cuyo estudio nos lleva a afirmar que en la universalidad “patrimonio” es imposible prescindir del contenido de bienes y obligaciones, son especialmente los arts. 951, 1097, 2465, 1407, 1409, 2056, 1811, 1900, 1066, 1134, 1744, 534 y 535, que fueron estudiados con detalle en el ntimero 48. 4) Ademds del contenido de derechos, bienes, deudas y obligacio- nes, el concepto de “patrimonio” abarca también el continente, la abstrac- ci6n que hace de todos esos bienes y deudas una “cosa unitaria”, una sola universalidad. Llegamos a esta conclusi6n al estudiar de- talladamente los arts. 577, 688, 1264, 1268 y otros que se analizan también en el ntimero 48. 5) La concepcién de patrimonio contenida en nuestro Codigo es esencialmente pragmdtica o realista, acercandose a veces a los postu- lados de la que seria mas tarde la doctrina subjetiva o clasica, y 102 EL PATRIMONIO abandonando tales postulados en otras ocasiones, para acercarse a las ideas de la doctrina objetiva o finalista. Es asi como el principio de la doctrina clasica en el sentido de que, por ser un atributo de la personalidad, cada persona puede tener un solo patrimonio, no fue jamés aceptado plenamente por el Cédigo Civil chileno. En los casos del hijo de familia y de la mujer casada, nuestro Codigo acepté que un solo titular lo fuera de varios patrimonios. 6) También acepté nuestro Cédigo la existencia de patrimonios que carecen momenténeamente de titular, con lo cual se aparté del postulado clasico que sostenia la imposibilidad de que existiera un patrimonio sin persona. Tales son los casos del patrimonio del ausente, del que esté por nacer, del de personas futuras y de la herencia yacente. 7) Fuera de estos casos, existen otros en nuestro Codigo Civil en que parece repugnar a don Andrés Bello dejar un patrimonio sin titular por un lapso considerable. Para evitarlo, recurre a dos ficciones legales: La ficcién de continuacién de la personalidad del causante en el heredero, y la ficcién de aceptacién de la herencia con efecto retroactivo. 8) En el caso de los beneficios de inventario y de separacién, nues- tro Cédigo admite, por la via de la excepcién a los principios clasicos de general aceptacién en la época de su dictacién, que exista transitoriamente un titular de dos patrimonios diferentes. 9) En el caso de las fundaciones, nos encontramos frente a verdaderos patrimonios de afectacién, desligados definitivamente de las personas. El reconocimiento que hace el Cédigo, en el sentido de que las funda- ciones son personas “ficticias”, no hace sino confirmar el aserto. 10) Algunas disposiciones del Cédigo Civil, sobre despersonali- zacién de la obligacién, permiten adelantar una posicién diferente de los postulados de la doctrina clasica del patrimonio, los cuales, sin em- bargo, son aceptados plenamente en otras disposiciones. Acogen los postulados clasicos, de relacién interpersonal entre acreedor y deudor, entre otros, los arts. 578, 1572, 1553, 1470, 1437, 2284, 2465 y 2469. Pero en otros articulos, el Cédigo parece abrir la puerta a una concepcién més objetiva de la obligacién, a una relacién entre el patrimonio acreedor y el patrimonio deudor. Tales son las disposiciones que se refieren a la representacién (que acogen la teoria de la modalidad del acto juridico), a la autocontra- tacion y a la asuncion de deudas (que aparece necesaria frente al art. 2151). La admision de la asunci6n de deudas Ileva natural- mente a la institucion de /a cesién de contrato, que no repugna, a nuestro entender, al Cédigo chileno. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 103 Las conclusiones recién sefialadas, y especialmente la concep- cién del patrimonio como continente mas contenido, tienen im- portantes repercusiones en el problema de la cesién del derecho real de herencia. En efecto, ha existido en nuestro pais una céle- bre controversia entre don Leopoldo Urrutia y don José Ramén Gutiérrez, acerca de la forma como debe realizarse la cesi6n del derecho real de herencia cuando existen inmuebles dentro de los bienes hereditarios. La doctrina y jurisprudencia mayoritarias pa- recen haberse uniformado en los tiltimos anos en torno a la tesis sostenida por el primero, y han concluido que dicha cesién del derecho real de herencia no requiere inscripcién en el Conservador de Bie- nes Raices, aunque la herencia contenga inmuebles. El fundamento de tal conclusién es la concepcién que don Leopoldo Urrutia tuvo del “patrimonio” (en este caso, del patrimonio que fue del causan- te, que es precisamente el objeto de la cesién del derecho de herencia), al entender por tal el continente abstracto, la universali- dad teGrica, con prescindencia de su contenido de bienes, derechos, obligaciones y deudas. Si se acoge, en cambio, la concepcién de “patrimonio” que hemos sostenido en el presente capitulo, debe llegarse a la conclusion contraria, que es la que sostuvo don José Ramon Gutiérrez. En efecto, si ha de entenderse por “patrimonio”, antes que nada, una coleccién de bienes y deudas, reunidos en una sola unidad (0 univer- salidad) por disposici6n de la ley, de la cual no es posible eliminar el contenido, para quedarse con el solo continente abstracto, debe concluir- se que la tradicién o cesién de la universalidad hereditaria no puede realizarse con prescindencia de la forma como deben tradirse los bienes que constituyen el contenido, y que, en consécuencia, si la herencia contiene bienes raices, es indispensable la inscripcién conservatoria, para perfec- cionar la cesi6n del continente hereditario. La conclusi6n que sostenemos es materia de nuestro estudio en la Tercera Parte, Capitulo XXII, que hemos denominado “El derecho real de herencia y su cesién”. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 105 de la separacién completa de la criatura de su madre, siempre que sobreviva a dicha separacidn un momento siquiera (art. 74), la criatura concebida no es persona, puesto que no ha principiado todavia su existencia legal, y si no es persona, es inconcebible que exista en torno suyo patrimonio alguno. Por la misma razén, el Codigo Civil senala que para ser capaz de suceder es necesario existir al momento de abrirse la sucesion (art. 962), y a continuaci6n declara incapaces de herencia o lega- do a “las cofradias, gremios, 0 establecimientos cualesquiera que no sean personas juridicas” (art. 963 inc. 1°). Pero si la asignacién tuviere por objeto la fundacién de una nueva corporacién 0 esta- blecimiento, podra solicitarse la aprobacién legal, y obtenida ésta, valdra la asignacion (art. 963 inc. 2°). Tanto en el caso de la criatura cuyo nacimiento se espera, como en la asignaciones a personas que no existan, la doctrina clasica es consecuente consigo misma al negar un patrimonio a quien atin no ha Ilegado a ser persona natural 0 juridica. La solu- cién que adopta en ambos casos, de mantener el patrimonio en Suspenso, mientras se espera que el nacimiento constituya un prin- cipio de existencia, o se obticne la aprobacién legal para que la persona juridica legue a existix, significa que el patrimonio se mantie- ne temporalmente sin titular. Este es uno de los puntos que mis criti- cas han suscitado a los autores que sostienen la doctrina clasica. Pueden consignarse las siguientes consecuencias del principio recién referido: a) Sélo las personas pueden tener patrimonio; las cosas no. La concep- cién cldsica del derecho subjetivo exige que exista una perso- na como titular de ese derecho, que pueda exigir de otra persona que dé, haga o no haga algo. La suma de todos los derechos y obligaciones constituye el patrimonio, cuyo titular, por consiguiente, no puede ser sino una persona. Los esclavos no tienen patrimonio porque no son personas: son objetos y no sujetos de derechos; son cosas y no personas. En el caso que el ordenamiento juridico autorice la existencia de bienes y deudas estrechamente vinculados entre si (como universalidad juridica), destinados a una cierta finalidad, esos bienes y deudas “necesitan” de un titular. Cuando ese titular no exista en la realidad objetiva, debera recurrirse a la “fic- cién” de la personalidad juridica. En el Capitulo XVII destina- mos algunos ntimeros a profundizar acerca de la nocién de personalidad juridica. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 109 Parrafo 2 COMERCIABILIDAD O INCOMERCIABILIDAD DEL PATRIMONIO 2.1, PARA LA DOCTRINA CLASICA, EL PATRIMONIO ES INCOMERCIABLE 54, EL PATRIMONIO ES INCOMERCIABLE POR SER UN ATRIBUTO. DE LA PERSONALIDAD Para los autores clasicos, la incomerciabilidad del patrimonio es la conclusién evidente de constituir el mismo un atributo de la per- sonalidad. El patrimonio esta fuera del comercio humano, como el nombre, el domicilio o el estado civil. De ello deriva que el patrimonio sea inalienable, imprescriptible e inembargable. Dedi- caremos a estas caracteristicas algunos de los parrafos que siguen. Lo seiialado se refiere, como es légico, al “continente”, y no se extiende hasta los bienes, derechos, etc., que constituyen el “con- tenido”, los cuales son perfectamente comerciables. La incomerciabilidad del patrimonio se refiere, ademas, tan solo al continente originario, que constituye propiamente el atributo de la personalidad, y no se extiende a algunos patrimonios “derivados”, conjuntos de bienes y deudas que una persona recibe durante su vida como complemento o adicién a su patrimonio originario. Tales patrimonios derivados pueden transferirse y prescribirse en ciertos casos, como veremos en los proximos parrafos. Entre di- chos patrimonios derivados se encuentran las herencias que se trasmiten al causahabiente durante su vida, los gananciales que puedan corresponder a la mujer al disolverse la sociedad conyu- gal, etc. 2.2. PARA LA DOCTRINA OBJETIVA, EL PATRIMONIO ES COMERCIABLE 55. CONSECUENCIA DE LA CONCEPCION DEL PATRIMONIO La comerciabilidad del patrimonio fluye de la concepcidn que los finalistas tienen del mismo: conjunto de bienes, derechos, relacio- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 3 condicionado, no obstante, al requisito de que no valdra sino “después de sus dias”, puesto que el testamento surte efecto sdlo en virtud de la muerte del testador. Ademas, éste conserva la facul- tad de revocar las disposiciones contenidas en el testamento, mien- tras viva (arts. 999, 1000 y 1001). Por estas consideraciones, el caso del testamento no constituye una excepcién a la regla de inaliena- bilidad del patrimonio originario entre vivos. La regla es diferente cuando acaece el fallecimiento. En este evento, el patrimonio cambia necesariamente de titular, y resulta perfectamente aceptable la trasmisi6n a titulo universal. Fallecida una persona, desaparece su personalidad, y en légica estricta, de- beria desaparecer también todo aquello que emanaba de esa per- sonalidad, como el patrimonio. Pero como esta conclusion traeria graves consecuencias en la vida econémica, se hace al heredero el continuador de la persona del causante, se entiende que “repre- senta” la persona del testador para sucederle en todos sus dere- chos y obligaciones trasmisibles: la sucesi6n es a titulo universal (arts. 951 y 1097). Debe reconocerse que, en este punto, la doctrina clasica con- tiene una grave contradiccién consigo misma, si se piensa que ningtin atributo de la personalidad es trasmisible a los herederos del titu- lar. El nombre, el estado civil, la nacionalidad, la capacidad de goce, el domicilio, desaparecen junto con el fallecimiento del titu- lar. El patrimonio es el tinico atributo de la personalidad que subsiste, para ser trasmitido a los herederos. En verdad, si el patrimonio fuera un atributo de la personalidad, deberia desaparecer junto con los demas, al momento del fallecimiento del causante. 58. SISE PERMITIERA AL TITULAR DESPRENDERSE DE SU PATRIMONIO ORIGINARIO, SE ESTARIA DESPRENDIENDO DE SU CAPACIDAD DE GOCE Los autores cldsicos no admiten la enajenacién del patrimonio originario entre vivos, pucs ello equivaldria al desprendimiento por parte del titular de su capacidad de goce. Podria pensarse que la persona que enajeno su patrimonio (capacidad de goce) se encuentra en una de estas dos posibilidades, cualquiera de las cuales es absurda: a) Que la persona de que se trata perdi6 su capacidad de goce al enajenar su patrimonio, lo que significaria que dejo de ser sujeto de derecho, y aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 17 que la sociedad les adeuda (art. 1770). La mujer tiene derecho para hacer estos retiros y deducciones antes que el marido, y si los bienes sociales no fueren suficientes, podra hacer las deducciones incluso sobre los bienes propios del marido (art. 1773). Retirados los bienes propios de los cényuges y efectuadas las deducciones referidas, los bienes que restan constituyen los ga- nanciales de la sociedad conyugal, los que deben dividirse por mitad entre los dos cényuges (art. 1774). Los gananciales son una universalidad juridica de bienes y deudas. En efecto, los bienes que constituyen su activo se encuen- tran vinculados a las deudas que forman el pasivo, y los acreedores de la sociedad conyugal podran perseguir sus créditos sobre los bienes que integraban dicha sociedad conyugal y sobre los bienes propios del marido, en la misma forma en que podian hacerlo antes de su disolucién. La mujer respondera de las deudas de la sociedad sdlo hasta concurrencia de su mitad de gananciales (art. 1777), pero el marido lo haré con todos sus bienes, sean propios o gananciales, salvo su accién contra la mujer para el reintegro de la mitad de lo que haya pagado, con el limite maxi- mo de los gananciales que hayan correspondido a ésta (art. 1778). Y aquel cényuge que pague una deuda de la sociedad tendra accion contra el otro conyuge para el reintegro de la mitad de lo que hubiere pagado. Si pagare, en cambio, una deuda propia del otro cényuge, podra solicitar el reintegro de la totalidad de lo pagado (art. 1779). Los acreedores no tienen por qué verse perju- dicados por la disolucion de la universalidad juridica sobre la cual podian dirigir sus acciones. Los gananciales provenientes de la disolucion de la sociedad conyugal constituyen también una uni- versalidad juridica en la cual los bienes que la componen estan vinculados a las deudas correlativas. Mientras los gananciales no se dividen por mitad entre los cényuges, constituyen una comunidad sobre una cosa universal, lo que permite el art. 2304. Esa comunidad no tiene su origen ni en un contrato de sociedad ni en otra convenci6n celebrada entre los cényuges, por lo cual constituye un cuasicontrato (art. 2304), en que cada uno de los comuneros es obligado a las deudas de la universalidad, como los herederos a las deudas hereditarias (art. 2306). Esta universalidad “gananciales” constituye para la mujer un patri- monio derivado, que viene a agregarse a su patrimonio originario. Este tiltimo esta compuesto por sus bienes propios, que fueron aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 120 EL PATRIMONIO cosa principal, la cual, en este caso, es el casco y quilla. Las modificaciones introducidas a los arts. aqui mencionados por la Ley N? 18.680, de 1988, no alteran el ejemplo que se ofrece en el presente acapite. La nave, sus aparejos y sus fletes no devengados constituyen un patrimonio separado o especial, de afectacién, destinado a realizar los actos de comercio maritimo que demande la activi- dad naviera. Se ha Hamado a este patrimonio maritimo “fortu- na de mar”, para distinguirlo del patrimonio o fortuna “de tierra” del naviero, el cual esta formado por el resto de sus bienes. El naviero tiene, asi, dos patrimonios o “fortunas” sepa- radas: la de tierra y la de mar, constituidas por bienes y deudas diferentes entre si. Dentro de las deudas que reconoce la fortu- na de mar, la ley distingue las deudas comunes y privilegiadas y establece un orden de prelacién de estas tltimas, para el caso de concurso o de quiebra. En el caso que el naviero quiera limitar su responsabilidad a su patrimonio maritimo, y liberar de responsabilidad el resto de sus bienes, puede hacer uso de la instituci6n del “abandono” de la nave y de los fletes percibi- dos y por percibir, a los acreedores de su fortuna de mar. Por el abandono hecho a favor de uno de los acreedores quedan com- pletamente extinguidas las acciones de los demas contra el na- viero. La fortuna de mar permite al propietario 0 armador limitar su responsabilidad por los riegos del transporte maritimo. En efecto, la responsabilidad por las averfas comunes queda limitada a la nave, el flete y las mercaderias que existan en ella al tiempo de correrse el riesgo, y son pagadas por contribucién de los propieta- rios de los objetos enunciados. El patrimonio maritimo 0 “fortuna de mar” puede ser enajenado separadamente del resto del patrimonio del titular, porque constituye a su respecto un patrimonio derivado distinto de su patrimonio originario. La compraventa de naves esta cuidadosamente regla- mentada por el Cédigo de Comercio. Conforme a ese cuerpo legal, la enajenacién de la nave se entiende e¢jecutada con todas las responsabilidades que la afectan y salvos los privilegios que establece la ley. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 121 3.1.4. El patrimonio de una sociedad de personas 63. LA CESION DE LOS DERECHOS DE UN SOCIO DE UNA SOCIEDAD DE PERSONAS A UN TERCERO QUE SE INCORPORA ALASOCIEDAD, ES UNA TRANSFERENCIA DE UNA PARTE ALICUOTA DEL PATRIMONIO DE DICHA SOCIEDAD. La sociedad forma una persona juridica, distinta de los socios individualmente considerados (art. 2053). El patrimonio de esta persona juridica esta constituido originariamente por los bienes que cada uno de los socios puso en comin, ya consistan en dinero © efectos, ya en una industria, servicio o trabajo apreciable en dinero (art. 2055), a los cuales se agregaran los bienes que ingre- sen al patrimonio social en el futuro y las deudas que la sociedad contraiga en su actividad. Los aportes consistentes en dinero o efectos salieron del patrimonio de los socios para constituir el patrimonio social, por lo cual este aporte en sociedad es un titulo traslaticio de dominio, y el modo de adquirir por la sociedad es la tradicién. El socio de una sociedad de personas puede ceder o traspasar sus derechos en ella a un tercero que se incorpore a la sociedad en su reemplazo, para lo cual deberan concurrir aceptando todos los otros socios. Esta es la regla para todas las sociedades de perso- nas, incluso para las sociedades colectivas, en las cuales la vincula- cién entre el patrimonio social y los patrimonios de los socios es mas estrecha que en otros tipos de sociedades. La cesi6n, traspaso o transferencia de los derechos de un socio a un tercero que se incorporara a la sociedad en su reemplazo tiene por objeto una parte alicuota del patrimonio social, y, por consiguiente, constituye una transferencia de patrimonio, de una universalidad juridica. El derecho que el socio transfiere al terce- ro es un derecho de crédito contra la sociedad; pero no por una cosa singular o por una determinada suma de dinero, sino que consiste en un crédito sobre todos los bienes que constituyen el activo de la sociedad, en proporcién a sus derechos como socio, en un porcentaje sobre el activo, el cual responde en el mismo porcentaje de las deudas que constituyen el pasivo. La cesion o transferencia de derechos del socio anterior al nuevo socio confi- gura también una subrogacién personal, parecida a aquella que tiene lugar en el pago con subrogaci6n (arts. 1608 a 1613). Pero en el pago con subrogacioén el cambio de titular se hace respecto 122 EL PATRIMONIO de un crédito especifico, en tanto que en la sociedad de personas la subrogaci6n de titular se refiere a una parte alicuota del patri- monio de la sociedad, traspaso que es perfectamente licito. Esta licitud proviene de que no se trata del traspaso del patrimonio originario del socio cedente, sino de un patrimonio de afectacién, destinado al cumplimiento de los fines para los cuales la sociedad se constituy6, patrimonio que puede ser considerado como patri- monio derivado para dicho socio cedente. En el caso que concurran todos los socios de una sociedad de personas a ceder simultaneamente sus derechos en ella a otras personas que los reemplacen, se estaria enajenando el patrimonio completo de la persona juridica sociedad, bajo la apariencia de diversas subrogaciones personales simultaneas. Las mismas consideraciones recién formuladas en relacién con la cesi6n o transferencia de derechos sociales en una sociedad de personas pueden ser validas respecto de las sociedades anonimas, con la diferencia de que en estas tltimas el derecho o crédito cedido esta representado por acciones de esa sociedad, cuya trans- ferencia ha sido reglamentada por la ley. 3.1.5. El patrimonio de un establecimiento comercial 64. PARA ALGUNOS, EL ESTABLECIMIENTO COMERCIAL ES UN VERDADERO PATRIMONIO QUE PUEDE TRANSFERIRSE El establecimiento de comercio, llamado también hacienda mer- cantil 0 fondo de comercio, es el conjunto de elementos corpora- les e incorporales que un comerciante destina al ejercicio de su profesién. Esté compuesto por cosas corporales muebles, como las instalaciones y la mercaderia; por cosas incorporales, como dere- chos reales y personales relacionados con la actividad comercial; por producciones del talento o del ingenio, Ilamadas también derechos intelectuales; por intangibles, como la clientela o la or ganizacién administrativa y contable, a todos los cuales algunos autores agregan los servicios personales derivados de contratos de trabajo, las cosas corporales inmuebles de propiedad del mismo titular, e, incluso, las deudas del establecimiento, que constituyen su pasivo. Remitimos al lector al Capitulo XX para un estudio mas acabado del establecimiento de comercio. Debe tenerse presente, ademas, que el tratamiento que se da a estos establecimientos de aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 124 EL PATRIMONIO 3.2. PARA LA DOCTRINA OBJETIVA, EL PATRIMONIO ES ENAJENABLE 65. NADA IMPIDE LA ENAJENACION DEL PATRIMONIO POR ACTO ENTRE VIVOS Entendido el patrimonio como el conjunto de bienes y derechos comerciables y sus deudas correlativas, que un individuo o un centro de intereses tiene en un momento determinado, y distin- guiéndose claramente este concepto de la capacidad de goce, la cual le permitira adquirir mas tarde otros bienes y otras deudas, nada se opone a la enajenaci6n del patrimonio por acto entre vivos. Asi lo autoriza expresamente, por ejemplo, el art. 419 del Codigo Civil aleman.'* Es justo, dicen los finalistas, que si existe un conjunto en que estan estrechamente unidos activo y pasivo, y un tercero se hace cargo del activo, ese tercero deba cargar también con el pasivo correlativo, esto es, que se le pueda transferir el patri- monio tal como esta constituido en un momento determinado. Asi se hace cominmente en nuestro propio pais, cuando se adquieren por convencién el activo y pasivo de una sociedad, por ejemplo. 66. LA LEY PUEDE PROHIBIR LA ENAJENACION DE PATRIMONIO EN CIERTOS CASOS Lo que se ha dicho sobre enajenabilidad del patrimonio puede no ser efectivo si la ley prohibe esta enajenacién en ciertos casos. Asi, al permitir la adscripcién de algunos bienes a un centro de intere- ses digno de proteccién juridica, la ley puede prohibir al mismo tiempo al administrador de ese patrimonio su enajenacién, para lograr que tales bienes sigan adscritos al centro de intereses de que se trata, y no pasen a otros centros de intereses para los cuales no estaban destinados. Es la ley la que en cada caso limitaré o prohibira la enajenacion de patrimonios, segtin la proteccion que desee brindar al respectivo centro de intereses. "2 Véase Loewenwarter, Derecho Civil alemdin, Santiago, 1935, tomo I, pag. 212. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 125 67. LOS CENTROS DE INTERESES PUEDEN CLASIFICARSE SEGUN SU PROTECCION LEGAL, EN EL CASO QUE LA LEY PERMITA, LIMITE O PROHIBA LA ENAJENACION DE SUS PATRIMONIOS Conforme a lo expresado en los nimeros anteriores, es admisible Ia clasificaci6n de los centros de intereses segtin la proteccién que la ley les confiera en lo que se refiere a la posibilidad de enajenar sus patrimonios, sea que ésta permita la enajenacion libre de los bienes y deudas que lo constituyen, sea que limite su enajenacion para casos y circunstancias especialmente considerados, sea que prohiba absolutamente esa enajenacion. En general, seran los centros dependientes, subordinados, de menor interés juridico, los menos protegidos por la ley en cuanto a la posibilidad de enajenar los bienes y deudas que forman su patrimonio. En Chile, resulta posible enajenar el activo y pasivo de una sociedad de personas,’ y segtin algunos autores, también un establecimiento comercial;'* pero estan prohibidas las dona- ciones universales (art. 1407), la compraventa de todos los bienes presentes o futuros (art. 1811), y las sociedades a titulo universal (art. 2056), en atencidén a la proteccién del centro de intereses constituido por la persona viva, que la ley ampara en mayor grado. En todo caso, el principio de la inalienabilidad del patrimonio no puede ser levantado, segtin los finalistas, a un principio de orden general. Parrafo 4 DIVISIBILIDAD O INDIVISIBILIDAD DEL PATRIMONIO 4.1. PARA LA DOCTRINA CLASICA, EL PATRIMONIO ES UNO E INDIVISIBLE 68. ASI COMO LA PERSONA ES UNA E INDIVISIBLE, LO ES EL. PATRIMONIO, QUE ES UNA EMANACION DE ELLA La persona misma no puede dividirse sin dejar de ser persona. Si el patrimonio es una emanacion de la personalidad, tampoco puede ‘8 Véase numero 63. '4 Véase numero 64. 126 EL PATRIMONIO dividirse. La idea de que la persona pueda tener mas de un patri- monio es inconciliable con la idea de que el patrimonio emana de a personalidad. “Siendo el patrimonio una emanacién de la personalidad, y la expresién del poder jurfdico del que una persona se encuentre investida como tal, resulta: "Que sélo las personas fisicas 0 morales pueden tener un patri- monio; "Que toda persona tiene necesariamente un patrimonio, aun cuando no posea actualmente ningtin bien; ”Que la misma persona no puede tener sino un solo patrimo- nio en el sentido propio de la palabra.”"** Todos los bienes de una persona estan sometidos al mismo poder juridico y tienen una finalidad comin: el servicio del titular. Y ello aunque el destino de los bienes sea diferente, aunque el poder del titular se ejerza en forma diferente sobre distintas secciones del patri- monio: todos los bienes forman una misma universalidad juridica. Para la Escuela Clasica, existe una estrecha relaci6n entre per- sona 0 sujeto de derecho, capacidad de goce y patrimonio, como ya se vio.'** De todos los atributos de la personalidad, el tinico que define realmente lo que es persona desde el punto de vista juridi- co es la capacidad de goce, aptitud juridica para ser titular de derechos y obligaciones, esto es, para adquirir derechos, que in- gresan al patrimonio, y para contraer obligaciones, que se hacen efectivas en el patrimonio. Una persona que no tenga bienes, tiene sin embargo patrimonio, aunque sea en potencia, pues tiene capacidad de goce.'’ De la unidad e indivisibilidad de la persona fluyen la unidad e indivisibilidad de su patrimonio. Lo dicho no se opone a que ciertos bienes del patrimonio puedan estar sometidos a estatutos juridicos especiales 0 a regime- nes de administraci6n diferentes, como sucede con los peculios del menor o con los bienes reservados de la mujer casada. En Chile, el principio de la indivisibilidad del patrimonio, sus- tentado por la doctrina clasica, ha sido derogado o superado por muchas instituciones y por innumerables disposiciones, que se estudian a lo largo de esta obra. ‘85 Aubry et Rau, ob. cit., tomo IX, pags. 335 y 336. '96 Véase el Parrafo 2 del Capitulo I (“El derecho subjetivo, el sujeto de derecho y la obligacién para la doctrina clisica. Concepto de patrimonio”), espe- cialmente los ntimeros 11, 12, 13, 14 y 15. ‘87 Véase ntimero 5. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 127 4.2, PARA LA DOCTRINA OBJETIVA, EL PATRIMONIO ES DIVISIBLE 69. LA UNIDAD E INDIVISIBILIDAD DEL PATRIMONIO RESULTAN INCOMPRENSIBLES PARA LA DOCTRINA OBJETIVA O FINALISTA La unidad e indivisibilidad del patrimonio no tienen sentido para los finalistas, cuya concepcién se basa en la idea de afectacion, que sirve de vinculo, de unién, a los bienes y deudas que constitu- yen una universalidad juridica. La idea de afectacién sirve para explicar no solamente la interdependencia de bienes y deudas en el patrimonio (que es una universalidad de gran extensién), sino también en las universalidades de menor extensién, como los pa- trimonios especiales 0 especializados. Premunidos de este concepto de “patrimonio de afectacién”, los finalistas no ven ningiin inconveniente en que un mismo titular pueda tener una universalidad juridica distinta de su pa- trimonio general, afectada a cierta finalidad especifica, y se sepa- ren, asi, los bienes y deudas de que es titular en dos o mas patrimonios independientes entre si, y sujetos a regimenes juri- dicos distintos. Ya se ha visto que la existencia de estos patrimonios 0 subpa- trimonios diferentes, dependientes del mismo titular, constituyé una de las primeras criticas que se formularon a la doctrina clasica.** Para los finalistas, el patrimonio no es una abstraccion, sino una reunion concreta de bienes y deudas estrechamente vincu- lados entre si, y existirdn tantos patrimonios como conjuntos asi constituidos, aunque dependan del mismo titular. Cada acree- dor podra perseguir tan sdlo los bienes a los que su crédito se encuentre ligado, sin que le sea permitido perseguir bienes que integren otros patrimonios, aunque dependan del mismo titu- Jar. 8 Criticas formuladas especialmente en relacién con la aceptacién de la herencia con beneficio de inventario (arts. 1247 y siguientes), con el beneficio de separacién (arts. 1378 y siguientes), y con los “patrimonios”, “peculios” 0 “haberes” de la sociedad conyugal y de los cényuges, y del hijo de familia, asi como con los casos de Ja fortuna de mar y otros, que la doctrina ckisica no explicé debidamente. Véase miimero 9. 128 EL PATRIMONIO Parrafo 5 PRESCRIPTIBILIDAD O IMPRESCRIPTIBILIDAD DEL PATRIMONIO 5.1, PARA LA DOCTRINA CLASICA, EL PATRIMONIO ES IMPRESCRIPTIBLE 70. EL PATRIMONIO ESTA FUERA DEL COMERCIO HUMANG, Y, POR CONSIGUIENTE, ES IMPRESCRIPTIBLE Como atributo de la personalidad, el patrimonio como tal, el con- tinente abstracto, esta fuera del comercio humano. Conforme a lo dispuesto por los arts. 2498 inc. 1° y 2510 inc. 1°, pueden adquirir- se por prescripci6n slo las cosas comerciables. Y como el patri- monio mismo es incomerciable,' no puede ganarse por prescripcién adquisitiva. Para poder concebir la prescriptibilidad del continente patri- monio, debe suponerse primeramente que el patrimonio es una “cosa”, exterior a la persona, susceptible de que se ¢jerza al respecto el derecho de dominio u otro derecho semejante. Se vio anterior- mente que, para los autores clasicos, el patrimonio en tanto conti- nente es una cosa diferente de los bienes y deudas que lo componen e integran,'” y que la relaci6n que existe entre el continente patri- monio y la persona de su titular es una relacién de derecho absolu- to, erga omnes, de derecho real, como el derecho de dominio. Existe, sin embargo, una relacién tan intima entre persona y continente patrimonio, que la primera no puede desprenderse de la cosa obje- to de su derecho, por lo cual el patrimonio como abstraccién, como continente, queda fuera del comercio humano, y no puede ganarse o perderse por prescripcién adquisitiva. 71. PUEDEN PRESCRIBIRSE, EN CAMBIO, LAS COSAS SINGULARES QUE INTEGRAN EL PATRIMONIO Si bien el patrimonio, como continente, como abstraccién, se en- cuentra fuera del comercio humano, y por tanto es imprescripti- ' Véase Parrafo 2, letra A de este Capitulo V, mtimero 54. ™ Véase numero 40. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 129 ble, no sucede lo mismo con las cosas singulares que lo integran y componen, las que son comerciables y, por consiguiente, perfecta- mente prescriptibles. La-prescripci6n adquisitiva de las cosas que componen el patrimonio no privara a su titular del patrimonio mismo, que puede equipararse a su capacidad de goce. Esta ulti- ma es la que no es posible prescribir. 72. LA REGLA DE LA IMPRESCRIPTIBILIDAD DEL PATRIMONIO SE REFIERE SOLO AL PATRIMONIO ORIGINARIO: ALGUNOS, PATRIMONIOS DERIVADOS PUEDEN PRESCRIBIRSE Se expres6 anteriormente"*! que la incomerciabilidad del patrimo- nio se refiere tan s6lo al patrimonio originario, que constituye propiamente el atributo de la personalidad, y no se extiende a algunos patrimonios derivados, que una persona recibe durante su vida como complemento o adicién a su patrimonio originario, cuando sus primitivos titulares han desaparecido. En estos patri- monios derivados, la regla de la inalienabilidad puede no exis- tir,"® y, por ende, puede no existir también la regla de la imprescriptibilidad. Estos patrimonios derivados tienen un régimen juridico pro- pio, con un activo y un pasivo ligados entre si, pero independien- tes del activo y del pasivo que conforman el patrimonio originario, y el fenémeno de la subrogacién real que tiene lugar en el inte- rior del patrimonio derivado es independiente del mismo fend- meno de la subrogacién real que acontece en el seno del patrimonio originario. Igualmente, los frutos que produzcan los bienes de uno o de otro patrimonio ingresan por accesi6n al patrimonio al cual pertenecen los bienes que los produjeron. Los patrimonios derivados son, por consiguiente, independientes del patrimonio principal originario, y responden con sus bienes pro- pios a sus propias deudas. Se estudiaran a continuacion algunos casos de prescripcion de patrimonios derivados. '®! Véase nimero 54. '? Véanse los ntimeros 59, 60, 61, 62, 63 y 64. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 133 5.1.4. El patrimonio de una sociedad de personas 76. LOS DERECHOS DE UN SOCIO DE UNA SOCIEDAD DE PERSONAS PUEDEN ADQUIRIRSE POR PRESCRIPCION En un ntimero anterior’ senalamos que la cesion, traspaso o trans- ferencia de los derechos de un socio a un tercero que se incorpora- rd a la sociedad en su reemplazo tiene por objeto una parte alicuota del patrimonio social, y, por consiguiente, constituye una transfe- rencia de patrimonio, de una universalidad juridica, que requiere para su validez de la concurrencia y aceptacion de los demas conso- cios. Esta cesi6n de una parte alfcuota del patrimonio social es perfectamente licita, siempre que se respeten en ella los requisitos que la ley sefiala, pues se trata de un patrimonio derivado para el socio cedente, y no de la enajenaci6n de su patrimonio originario. Si la operaci6n de que se trata no es capaz de transferir el dominio al cesionario, por no haber operado eficazmente la tradi- cién o por haberse celebrado por un mandatario que hubiera carecido de los poderes necesarios, este cesionario podra prescri- bir adquisitivamente los derechos referidos. Esta prescripcién es en verdad una prescripcién de una universalidad juridica, de un patrimonio derivado. 5.1.5. El patrimonio de un establecimiento comercial 77. EL. ESTABLECIMIENTO COMERCIAL PUEDE PRESCRIBIRSE ADQUISITIVAMENTE Finalmente, es necesario referirse al caso del establecimiento co- mercial, de que se trata en otros lugares de esta obra,’ el cual es perfectamente enajenable por su titular, conforme a la ley. Algu- nos autores piensan que el establecimiento de comercio es una universalidad de hecho, compuesta por cosas heterogéneas entre si, en tanto otros autores sostienen que se trata de una verdadera universalidad juridica, compuesta por un activo y un pasivo estre- chamente vinculados entre si.!® ‘6 Numero 63. ‘7 En la letra e) del Parrafo 3 de este Capitulo V, ntimero 64, y especialmen- te en el Capitulo XX. ‘8 Véase para estas dos posiciones doctrinarias el Capitulo XX, nimero 272. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 136 EL PATRIMONIO estar constituido por una masa concreta de bienes y deudas, resul- ta como consecuencia que el patrimonio es embargable por los acreedores. Sin embargo, es necesario advertir que la masa de bienes que constituye el patrimonio en un momento dado, puede embargar- se solamente por los acreedores que sean titulares de los créditos correlativos a esos bienes, inicos que tienen el derecho de prenda general sobre tales bienes, y no sera embargable por otros acree- dores vinculados a una masa de bienes diferente. Parrafo 7 LA TRASMISIBILIDAD DEL PATRIMONIO 7.1. LA TRASMISIBILIDAD DEL PATRIMONIO PARA LA DOCTRINA CLASICA 81. EL HEREDERO RECIBE EN HERENCIA EL PATRIMONIO DEL CAUSANTE Si un heredero acepta la herencia pura y simplemente, sin benefi- cio de inventario, debe pagar todas las deudas del causante, sean hereditarias o testamentarias, aunque tengan un valor superior al de los bienes que hereda (arts. 951, 1097 y 1245). La razén de este fenémeno es que el heredero recibe el patrimonio del causante o una parte alicuota de él, y no bienes singulares; recibe una univer- salidad juridica. “La sucesi6n a titulo universal tiene por objeto los bienes considerados como formando un todo ideal, abstraccion hecha de su contenido especial.”"” Por consiguiente, a pesar de ser incomerciable, inalienable, imprescriptible e inembargable, el patrimonio, para los clasicos, es trasmisible. "° Savigny, ob. cit., pag. 155. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO 137 82. FENOMENOS QUE TIENEN LUGAR CON MOTIVO DE LA TRASMISION DEL PATRIMONIO DEL CAUSANTE AL HEREDERO EN EL DERECHO CHILENO La wasmisi6n del patrimonio del causante al heredero se efecttia en la siguiente forma, conforme a nuestro Derecho: a) Muerto el causante, se abre su sucesi6n en su ultimo domicilio (art. 955). b) En el mismo momento de la muerte se produce la delacién de la herencia, que es el actual Ilamamiento de la ley a aceptarla o repudiarla (art. 956). c) La herencia es un derecho real (art. 577) que recae sobre la universalidad juridica patrimonio del causante o sobre una parte alfcuota de ella (arts. 951, 954 y 1097). d) Como derecho real que es, la herencia esta protegida por una accién real: la accién de peticién de herencia, que correspon- de al heredero que no esta en posesién, contra el que posee la herencia sin ser heredero (art. 1264). e) La herencia como continente abstracto es susceptible de pose- si6n, a la cual se aplica el art. 715, que expresa que la posesién de las cosas incorporales es susceptible de las mismas calidades y vicios que la posesi6n de una cosa corporal. El poseedor de una herencia puede ser, por consiguiente, poseedor de buena o de mala fe (arts. 706 y 1267), con justo titulo o sin él (arts. 704 N° 4° y 1269); esto es, la posesién de una herencia puede ser regular o irregular. f) El heredero adquiere la posesién “legal” de la herencia al momento de deferirse, por el ministerio de la ley (art. 688). En esta forma, el legislador patrio evita que la herencia quede transitoriamente sin poseedor. A la posesién “legal” puede agre- garse la posesién “real”, que es la tenencia de la herencia con animo de senor o duefio (art. 700). g) La posesion “efectiva” que se concede por medio de un decre- to judicial (art. 688 N? 1°) sera justo titulo para que el posee- dor pueda prescribir la herencia ordinariamente (arts. 704 N° 4° y 1269). h) La posesién del heredero principia en él, a menos que quiera afiadir la de su antecesor a la suya, pero en tal caso se la apropia con sus calidades y vicios (art. 717). Esto sucede no tan sdlo respecto del heredero y de su causante, sino también en el caso de cesi6n del derecho de herencia (art. 1909): la 138 EL PATRIMONIO dD k) posesién del cesionario principia en él, a menos que quiera anadir la del cedente. Siendo susceptible de posesién, la herencia es susceptible de prescripcién adquisitiva, la que puede ser ordinaria de cinco anos (arts. 1269 y 704 inc. final), o extraordinaria de diez anos (arts. 1269 y 2512 N® 1°).171 Al aceptar el heredero la herencia que se le defiere, cosa que de hecho sucede con bastante posterioridad al fallecimiento, se entiende que los efectos de la aceptacién se retrotraen al momento de la delacién (art. 1239). Esta es una “ficcién” a que tiene que recurrir el legislador para evitar que exista dis- continuidad entre el titular del patrimonio trasmitido y el he- redero que lo recibira.'” La sucesi6n por causa de muerte es un modo de adquirir el dominio (art. 588), en virtud del cual se adquiere la propie- dad de cada una de las cosas singulares comprendidas en el patrimonio del causante, asi como la propia abstracci6n “con- tinente” 0 “patrimonio” que pertenecié a éste. Sobre las cosas singulares establecera el heredero un derecho de propiedad, y sobre la universalidad abstracta patrimonio establecerd el de- recho real de herencia (arts. 951, 996 y 1097). La sucesi6n por causa de muerte también opera como modo de adquirir el dominio de los legados de especie 0 cuerpo cierto (arts. 951, 1118, 1125 y 1135). Al recibir en herencia el patrimonio del causante, los herede- ros responden ilimitadamente de las deudas hereditarias y tes- tamentarias, en virtud de una nueva “ficcién” a que tiene que recurrir el legislador: la ficci6n de continuacién de la persona del causante en el heredero.'” Los herederos deben pagar las deudas del causante a prorrata de sus cuotas (arts. 1097, 1245 y 1354), En cambio, los legatarios no representan al testador y no tienen mas derechos 0 cargas que los que expresamente se les confieran o impongan (art. 1104). m) Como los herederos adquieren por sucesién por causa de muer- te la propiedad de los bienes que componen cl patrimonio del causante, adquieren también aquellos bienes que sobrevengan ‘7! Véase el mtimero 73, sobre prescripcién del derecho real de herencia. '® Sobre las “ficciones” a que recurre la doctrina clasica en la sucesién por causa de muerte, véase el Capitulo XV. ‘8 Véase nota anterior. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS CONCEPCIONES SOBRE EL PATRIMONIO. 141 Asi sucede en Chile, por ejemplo, con el caso de la herencia yacente, a la cual se le nombra curador (art. 481), como si se tratara en verdad de una persona o de un sujeto de derecho, en circunstancias que es tan s6lo un patrimonio sin titular (arts. 1240 y siguientes). 85. a) b) c) d) Pérrafo 8 SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LAS CONCEPCIONES CLASICA Y OBJETIVA DEL PATRIMONIO 8.1. LAS DIFERENCIAS DIFERENCIAS ENTRE LAS CONCEPCIONES CLASICA Y OBJETIVA DEL PATRIMONIO, En relacién con el fundamento de la cohesidn de los bienes y de las deudas entre si, para los clisicos este fundamento es la persona (natural o juridica), en tanto que para los finalistas es el destino, la afectacién.'” Para los clasicos, sdlo las personas pueden tener un patrimo- nio, ya que s6lo ellas pueden ser titulares de derechos u obli- gaciones. Los finalistas no ven inconvenientes en la existencia de patrimonios desvinculados de personas, patrimonios de afec- tacién.'*° Para los clasicos, toda persona tiene necesariamente un patri- monio, aunque no tenga ningtin bien y esté recargada de deu- das. Para los finalistas, teniendo el patrimonio una composicién material, si no hay bienes, no tiene sentido hablar de patrimo- nio,*! Para los clasicos, el patrimonio como universalidad abstracta es incomerciable, sin perjuicio de que puedan estar en el co- mercio todos los bienes que lo integran. Para los finalistas, en cambio, cl patrimonio, conjunto determinado de bienes y deu- '? Esta diferencia se estudié en el Parrafo 1 de este Capitulo V. 1 Véase nota anterior. '§! Véase nota 179. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. SECCION I FIGURAS JURIDICAS QUE LOGRAN UNA BUENA EXPLICACION CON LA CONCEPCION DE LA DOCTRINA CLASICA CAPITULO VI EL DERECHO DE PRENDA GENERAL Y EL DERECHO REAL DE HERENCIA 87. EL DERECHO DE PRENDA GENERAL AFECTA EL PATRIMONIO DEL DEUDOR La instituci6n del derecho de prenda general (arts. 2465 y 2469) se hace comprensible en la ciencia juridica con la incorporacién del concepto de patrimonio, pues se entiende que este derecho de prenda general afecta el patrimonio del deudor, y no cada uno de los bienes que lo componen.'*° “El patrimonio de un deudor, es decir, la universalidad de sus bienes muebles e inmuebles, presentes y futuros, forma la prenda comtin de sus acreedores”, decia Zachariae.'*’ Y nuestro Cédigo Civil repite los mismos conceptos en su art. 2465, cuando expresa que “toda obligacién personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecucion sobre todos los bienes raices 0 muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuandose solamente los no embargables, designados en el articulo 1618”. Carbonnier, por su parte, ha expre- sado que “el patrimonio, como universalidad, determina la afecta- cion de los bienes futuros a la satisfaccion de la responsabilidad contraida y al pago de las deudas”.'* Y Coviello ha dicho que “en realidad, los acreedores no tienen una garantia real y especifica, sino una garantia genérica y eventual; tienen derecho a pagarse con los bienes de su deudor, si existen y en cuanto existan”.'? 6 Sobre esta materia, véanse los mimeros 1 (desarrollo del concepto de patrimonio, 4° etapa), 7 (ventajas inmediatas de 1a doctrina clasica) y 46 (fungi- bilidad de los bienes, subrogacién real y derecho de prenda general). 87 Zachariae, ob. cit., tomo V, pags. 11a 18. "8 Carbonnier, Derecho civil, Barcelona, 1961, tomo I, vol. 2, pag. 6. ™ Coviello, Doctrina general del Derecho Civil, México, 1938, pag. 274. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 163 101. LA REPRESENTACION ES UNA ESPECIE DE COLABORACION O COOPERACION DE VOLUNTADES Puede acontecer, y asi sucedera de ordinario, que el interesado en la celebracion de un negocio juridico manifieste personalmente su propia voluntad en torno al acto que desea celebrar. Pero tam- bién es posible que para la manifestacion de esa voluntad se util ce el concurso de otra u otras personas, que colaborardn o cooperaran en una u otra forma con el interesado. Se usa en estos casos el término “cooperacién 0 colaboracién de voluntades”, y en forma mas restringida, “cooperacién al contrato ajeno”. Messineo*"* distingue las siguientes formas de colaboracién 0 cooperaci6n de yoluntades en la generaci6n de un acto juridico: a) La del nuncio (“nuntius”) 0 emisario, que se limita a trasmitir mecanicamente la voluntad del interesado, sin agregar ningtin elemento propio, sea entregando al destinatario un documen- to en el cual el interesado ha estampado su voluntad, sea tras- mitiendo esa voluntad en forma verbal. El emisario es siempre un vehiculo de trasmisién de la voluntad ajena, y su papel equivale al que desempena una carta o un telegrama. No toma parte alguna en la formacién de esa voluntad, no tiene ningun poder de disposicién y nunca es parte en el negocio juridico de que se trata. Parte es aquel que se valid del nuncio para decla- rar su propia voluntad. En consecuencia, es indiferente que el nuncio 0 emisario sea un incapaz absoluto o relativo, que entienda o no el men- saje que debe trasmitir; lo tinico importante es que pueda trasmitirlo fielmente. La posible infidelidad del emisario en la trasmision de la declaracién del principal perjudicara por re- gla general tan sdlo a éste, por haberse servido de una persona incapaz de reproducir la declaracién que recibio. Lo dicho es sin perjuicio de la accién por daiios y perjuicios que el princi- pal pueda interponer contra el nuncio 0 emisario, y de las sanciones que pueda merecer el dolo de este tiltimo. Seguin Messineo,””’ el intérprete y el traductor desempe- fian el papel de nuncios o emisarios, pues traducen a otra lengua declaraciones de voluntad ajena. También es un nun- Messineo, Francesco, ob. cit, tomo II, pags. 405 y siguientes. 2” Ihidem, pag. 405. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL. PATRIMONIO 167 bre e interés se ha celebrado. Verificase asi una separaci6n de los efectos respecto de la causa: los efectos, 0 sea los derechos y obligaciones nacidos del negocio, se refieren a la persona del representado; la causa, o sea la declaracién de voluntad, mira a la persona del representante”.> Entre nosotros, finalmente, Stitchkin ha definido esta figura diciendo que “la representaci6n es una institucién por la cual una persona, que esta facultada para ello, afecta el patrimonio de otra al cumplimiento y demds consecuencias juridicas del acto que celebra en nombre y por cuenta de esta tiltima”. 103, EVOLUCION HISTORICA DE LA REPRESENTACION El Derecho romano no admitfa la representacion por regla gene- ral. Segtin los principios romanos, “cada uno debe intervenir y actuar por si mismo en la vida juridica, pues las consecuencias juridicas del acto afectan directamente al que lo ejecuta”.” Este principio alcanza una mayor extensi6n en el Derecho de las Obli- gaciones, en consideracién a la nocién misma de “obligacién” vigente entre los romanos, en virtud de la cual ésta es un vinculo subjetivo y personal que existe tan sdlo entre las partes que lo crean: una adquiere, respecto de otra, un crédito que no puede exigirse sino por aquélla, ni pagarse sino por ésta. Los romanos no conocieron ni la estipulacion en favor de un tercero (art. 1449), ni la promesa de hecho ajeno (art. 1450), ni la representaci6n (art. 1448), en que una persona actua en nombre de otra, en cuyo patrimonio se van a radicar los efectos del acto celebrado por la primera. La “obligaci6n” implicaba en Roma la dominacién de un individuo sobre otro, que en los primeros tiempos incluso permi- tia al acreedor encadenar al deudor moroso para pagarse con su trabajo. No concebian los romanos que la obligacién pudiera ser un vinculo entre patrimonios, y por esto era natural que se recha- zara la posibilidad de que un individuo quedara encadenado a otro por una manifestacién de voluntad de un tercero. Popesco = Coviello, Nicolas, ob. cit., pag. 431. ® Stitchkin Branover, David, La representacién en las actos juridicos, ob. cit., pag. 67. ®5 Ontolan, Histoire de la législation romaine, N® 162, citado por Stitchkin Bra- nover, David, La representacién en los actos juridices, ob. cit., pag. 15, nota 3. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 71 ciones de 1912, en el Cédigo de Turquia de 1914, y en el Proyecto de Cédigo Franco-Italiano de las Obligaciones.”” 104. REQUISITOS DE LA REPRESENTACION El art. 1448 dispone que “lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo”. Esta disposicién contiene los elementos o requisitos de la institucién, que son los siguientes: a) que una persona (el representante) ejecute un acto o celebre un contrato; b) que al hacerlo acttie a nombre de otra (el representado), y c) que esté facultado para ello por la ley (representacién legal) 0 por el representado (representaci6n voluntaria). Concurriendo estos tues requisitos, se producen los efectos de la representacién: el acto o contrato, en lugar de obligar a las partes que lo han cele- brado (representante y tercero), obliga al tercero y a otra persona que no intervino en su celebracién (representado), pero a cuyo nombre se actu6. Se veran los tres requisitos sucesivamente. a) Que el representante ejecute un acto o celebre un contrato (la mani- festacién de voluntad se exige de parte del representante y no del represeniado). Es el representante y no el representado el que manifiesta su voluntad con el objeto de generar el acto o contrato. Asi lo ha dicho nuestra jurisprudencia: “Es el representante o mandata- rio, en su caso, el que expresa su voluntad en el acto 0 contra- to”? Si el representante se limita a trasmitir Ja voluntad del representado sin poder alterarla, mecdnicamente, no sera real- mente un representante, sino un mero nuncio o emisario, de aquellos de que hablaba Messineo.*” Este requisito es de fundamental importancia en lo que dice relaci6n con la formacién del consentimiento y con los vicios que pueden afectarlo, En efecto, es la voluntad del re- presentante y no la del representado la que debe manifestarse con los requisitos que la ley exige, para que el acto juridico se *? Citados por Solis de Ovando, Jorge, La repmsentacién y el mandato, en RDJ., tomo XLI, afio 1944, 1? parte, pag. 148. 8 R.DJ., tomo LI, secc. 14, pag. 40. 2 Véanse niimero 101, supra, y nota 216. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 183 herido expresamente a ella Claro Solar,” Alessandri y Somarriva (Vodanovic),”*” Stitchkin,”* Leén*® y Alessandri Besa;” y Solis de Ovando”! y Carmona?” entre los memoristas. La jurisprudencia nacional se ha unificado, asimismo, tltima- mente en torno a esta teoria,”* abandonando la teoria de la fic- cién, a la cual habfan adherido algunos fallos anteriores.”* De especial interés resulta la polémica en relacién con los efectos del dolo 0 mala fe que pudo tener el representante al celebrar el contrato, en cuanto a la posibilidad del representado de alegar la nulidad del mismo. En efecto, el art. 1683 prohibe alegar la nuli- dad absoluta al “que ha ejecutado el acto 0 celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba”, y recoge asi la vieja maxima nemo auditur quod propriam turpitudinem allegans, que se traduce como “nadie puede alegar su propia torpeza”. E] problema esta en resolver si el representado queda privado de la acci6n de nulidad absoluta cuando su representante celebra el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalida. Al aplicar la teoria de la ficcién, se llega a considerar que es el representado el que celebré el contrato y, por consiguiente, se le priva de la accién de nulidad absoluta;”” pero si se aplica la teorfa de la modalidad, y se piensa que el representante es el que lo celebr6é, no habria raz6n para privar al representado de dicha * Claro Solar, Luis, ob, cit., tomo XI, pags. 374 y siguientes, especialmente pags. 390 y 391. 287 Vodanovic, Antonio, Curso de Derecho Civil basado en las explicaciones de los profesores de la Universidad de Chile Arturo Alessandri Rodriguez y Manuel Somarriva Undu- raga, Editorial Nascimento, Santiago, 2° edicién, 1945, tomo I, pags. 588 y 589. 28 Stitchkin Branover, David, Algunas nociones sobre la naturaleza de la represen- taciin en los actos juridicos, ob. cit., pags. 113 y siguientes, especialmente pag. 126. *" Leon Hurtado, Avelino, La voluntad y la capacidad en los actos juridicos, ob. cit., pag. 312. Alessandri Besa, Arturo, La nulidad y la rescisién en el Derecho Civil chileno, Imprenta Universitaria, Santiago, 1949, pag. 414. * Solis de Ovando, Jorge, ob. cit., pags. 157 y 158. = Carmona Peralta, Juan de Dios, La confirmacién y la ratificacién de los actos juridicos, Memoria de Prueba, Talleres Grificos La Nacién S.A., Santiago, 1943, pag. 95. 8 Véanse las siguientes sentencias: R.D,J., tomo XLII, 2* parte, secc. 2°, pag, 65; R.D,]., tomo XLVIII, 2" parte, secc. 1", pag. 171; R.D,J., tomo LI, 2" parte, secc. 1*, pag. 61, y R.D,J., tomo LI], 2 parte, secc. 1*, pag. 112. ”* Véase nota 251. 2 Los siguientes fallos razonaron en esta forma: RDJ., tomo XVII, 2* parte, secc. 1*, pag, 205; R.DJ., tomo XXXVI, 2 parte, secc. I, pag. 104, yR.DJ., tomo XL, 2* parte, secc. I", pag. 304. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 198 apoderado la facultad de representar al poderdante antes de la celebracién del acto 0 contrato, en tanto que en la ratificacién esa facultad es otorgada con posterioridad a dicha celebracién, y con efecto retroactivo. Por esto es que Messineo sefala que “la ratifica- cién implica hacer propio retrospectivamente (y, en sustancia, acep- tar) el negocio nacido por obra de un representante que, en rigor, no era tal. Esa ratificacién sucle Hamarse ratificaci6n-aceptacion o ratificacién-aprobacién; y tiene eficacia equivalente a la de la pro- cura dada previamente, ya que suple la insuficiencia de la procura o la radical falta de poder: en sustancia, la ratificaci6n sana el defecto de legitimacién de quien ha declarado en nombre aje- no”. No debe confundirse la ratificacién de un acto otorgado sin poder de representacién, con la confirmacién de un acto que adolece de nulidad relativa. La confirmaci6n se refiere a un acto anulable, que ha producido todos sus efectos entre las partes que lo celebraron, y que si no se confirma, llegara a sanearse por el transcurso del tiempo (art. 1684). Por consiguiente, si la rescisi6n no se declara dentro del plazo de saneamiento, los efectos del acto anulable pasaran a ser definitivos entre las partes. En el caso de la ratificaci6n, en cambio, el acto es perfectamente valido, pero inoponible, y mediante ella sus efectos se radican en el seudorre- presentado. Si trascurre el tiempo sin que sobrevenga la ratifica- cién, el acto no producird jamés efectos para el representado. Por consiguiente, el plazo para confirmar sera siempre limitado (en general, cuatro afos, segtin el art. 1691), en tanto que el plazo para ratificar es indefinido. La confirmacién, por ende, es la re- nuncia a la accién de rescisi6n; la ratificaci6n, en cambio, es la renuncia a la excepcién de inoponibilidad. Sin embargo, cl Cédigo ha confundido los términos y utiliza la palabra “ratificaci6n” en varias oportunidades para referirse a la confirmacién de los actos rescindibles. Asi sucede en los arts. 1683, 1684, 1693, 1694, 1695, 1696 y 1697.%° La ratificacién es un acto juridico unilateral, como lo es el apoderamiento u otorgamiento de poder, que emana de la sola voluntad de aquel que no estuvo debidamente representado en el ® Messineo, Francesco, ob. cit., tomo II, pag. 429. % Véase un paralelo entre confirmacién y ratificacién sefialando sus seme- janzas y diferencias, en Carmona Peralta, Juan de Dios, ob. cit., pags. 214 a 217. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 197 dor; el acto se celebra en funcién de un centro de intereses distin- to de la persona del representante. La representaci6n llega a ser asi para los finalistas una institu- cién enteramente normal, en forma que no existe distincién de esencia entre la actuaci6n a nombre propio (autorrepresentacién) y la actuacién a nombre ajeno (representacién propiamente tal). Siempre una persona manifiesta voluntad juridica a nombre de un patrimonio, pero a veces el sujeto de goce no es el mismo sujeto de administracion. Ademéas, si se admite que la obligaci6n es una relacién objeti- va, entre el patrimonio deudor y el patrimonio acreedor, la repre- sentaci6n adquiere su natural ubicacion al concebirsela como modalidad del acto juridico. En la concepcion moderna de la obligacién despersonalizada, la representaci6n llega a explicarse por si sola, pues la persona es siempre la administradora de un patrimonio propio o ajeno. 112. ACEPTACION DE ESTAS IDEAS POR EL DERECHO CHILENO Ya se ha visto que el Cédigo Civil chileno distingue claramente entre mandato y representaci6n, que en nuestro ordenamiento son dos instituciones que no pueden confundirse, admitiéndose el mandato sin representacién y la representacién sin mandato, sin perjuicio de que pueda existir asimismo mandato con representa- cién.5” También se ha visto que nuestro Cédigo acepta plenamen- te la teoria de la representaci6n modalidad del acto juridico, en cuya virtud cs la voluntad del representante la que da origen a tal acto; pero sus efectos van a radicarse,.en raz6n de tal modalidad, en el patrimonio del representado y no en el del representante.™" Para que la representaci6n produzca sus efectos, es necesario, entre otros requisitos, que el representante esté debidamente fa- cultado para actuar a nombre del representado, y que acttie den- tro de los limites del poder que se le haya conferido, esto es, que tenga suficiente “facultad”, “personeria” 0 “poder”. Actuando en esa forma, se produciran los efectos propios de la representacién, y los derechos y obligaciones que provengan del contrato se radi- caran en el patrimonio del representado y no en el del represen- 8 Véase mimero 98. ™ Véanse ntimeros 105 letra d), y, especialmente, ntimero 106. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCI NES DEL PATRIMONIO 201 patrimonio sometidos a regimenes juridicos distintos, es mas facil- mente aceptable si se acoge la doctrina objetiva o finalista del patrimonio; pero incluso puede existir en el caso de acogerse la doctrina subjetiva, como en el ejemplo de la posesién provisoria de los bienes del desaparecido, recientemente referida. El autocontrato se ha definido como “el acto juridico que una persona celebra consigo misma y en el cual acttia, a la vez, como parte directa y como representante de la otra, o como represen- tante de ambas partes”.*!° Es requisito fundamental del autocontrato que la voluntad tni- ca que le dard origen se exteriorice de manera que no exista duda acerca de la intencién de darle nacimiento. No seria aceptable que esta voluntad permanezca en el fuero interno de quien esta llamado a generar el autocontrato, y sea susceptible asi de una revocaci6n secreta. En el contrato propiamente tal esto no puede suceder, pues hay dos 0 mas personas que actiian, en forma que de la declaracién de voluntad de cada contratante tomara nota el otro, y ello obstara a su retractaci6n o revocacién. “Una declara- cién que en cualquier momento puede ser anulada, dice Hupka, sin que el representado 0 los dos representados hayan tenido siquiera noticia de su existencia, no puede considerarse como obligatoria en derecho.”*"° En consecuencia, es necesario que la voluntad que dara ori- gen al contrato consigo mismo se exteriorice en cualquier forma que impida su revocaci6n posterior. Tal exteriorizaci6n puede con- sistir en el cumplimiento de las obligaciones generadas por el autocontrato, o en el mero testimonio de su celebracién, como puede acaecer si el autocontratante comunica a sus representados la existencia del autocontrato, o si se deja constancia del mismo de cualquier otra manera fehaciente. Alessandri incluye entre las formas de exteriorizarse la voluntad generadora del autocontrato su otorgamiento por instrumento publico, la realizaci6n de cual- * Alessandri Rodriguez, Arturo, La autocontratacién 0 el acto juridico consigo mismo, Imprenta Cervantes, Santiago, 1931, pag. 5. Este estudio fue publicado también en la R.D,J., tomo XXVIII, I* parte, pags. 5 y siguientes, Las citas que hacemos en las proximas notas se refieren a las paginas de la obra independien- te, y no a las de la Revista. 516 Hupka, Josef, La representacién voluntaria en los negocios juridicos, traduccién de Luis Sancho Seral, 1930, pags. 263 y 264, citado por Alessandri Rodriguez, Arturo, ob. cit., pag. 28. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 207 conflicto de intereses es una cuestién de hecho que queda reser- vada exclusivamente a los jueces del fondo. Entre las disposiciones legales que prohiben la autocontrata- cién o subordinan su eficacia al cumplimiento de ciertos requisi- tos, pueden sefialarse las que se indican a continuacién, para los casos que se mencionan: a) Autocontrato de los guardadores. Esta materia se rige especial- mente por los arts. 410, 412 y 1799, que en algunos casos prohiben y en otros imponen ciertos requisitos al guardador para autocontratar. En efecto, si el guardador deseare cubrir con los dineros del pupilo las anticipaciones que haya hecho en beneficio de éste; 0 quisiere tomar la posesién de alguna especie raiz o mueble que el pupilo le adeudare a titulo de legado, fideicomiso u otro; 0 quisiere celebrar cualquier acto © contrato en que él, su cényuge, sus parientes 0 sus socios tengan interés directo o indirecto, el guardador necesite ser auto- rizado para ello por los otros guardadores generales del pupilo, o por el juez en subsidio. La voluntad vinculante en estos casos sera la del guardador, puesto que los otros guardadores o el juez con- curriran al acto tan sdlo autorizandolo. Sin embargo, esa con- currencia revestira al acto de la debida seriedad, en el sentido de que el guardador no autocontratara en su propio benefi- cio. Si los actos o contratos recién senalados se celebraran sin la autorizacion de los otros guardadores generales, o del juez en subsidio, se producirfa la nulidad relativa, pues el requisito de la autorizacion de tales personas esta establecido por la ley en consideraci6n a “la calidad o estado de las personas que los ejecutan 0 acuerdan” (art. 1682). Conforme al art. 412 inc, 2°, ni siquiera con la autorizacion de los otros guardadores generales, 0 del juez en subsidio, puede el guar- dador comprar bienes raices del pupilo, 0 tomarlos en arriendo, y se extiende esta prohibici6n al cényuge del guardador y a los parientes que en esa disposicidn se senalan. Como en este caso se trata de un contrato prohibido, la sancién, en caso de celebrarse, es la nulidad absoluta por objeto ilfcito (arts. 1466 y 1682). Los arts. 410 y 412 no se aplican a los casos en que una persona sea guardadora de varios pupilos, 0 sea guardadora de un pupilo y mandataria de otra persona, en los cuales el guardador puede autocontratar actuando como representante de ambas partes, salvo que el guardador o las personas indica- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO au hacerlo; si se lo ha prohibido, no le sera licito hacerlo sin violar la ley del contrato, y en este caso, al exceder los limites de sus facultades, se producira la inoponibilidad para el mandante (arts. 2154 y 2160) y el mandatario quedara responsable de los perjui- cios (arts. 2154). En el silencio del contrato debe estarse a la licitud del que el mandatario celebre consigo mismo para cum- plir el encargo que le haya confiado el mandante, puesto que los arts. 2144 y 2145 le prohiben autocontratar en casos espe- cialmente sefalados, y no es posible transformar esas prohibi- ciones especificas en regla general. A las prohibiciones establecidas por la ley debe agregarse el caso en que exista un conflicto de intereses entre mandante y mandatario, pues en- tonces tampoco podra celebrarse el autocontrato por las razo- nes indicadas anteriormente. En este caso cabria aplicar lo establecido en el art. 2149, en virtud del cual el mandatario debe abstenerse de cumplir el mandato cuya ejecucién seria manifiestamente perniciosa al mandante. El art. 2134, por otra parte, dispone que la recta ejecucién del mandato comprende no solo la sustancia del negocio encomendado, “sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo”. Las prohibiciones legales del autocontrato del mandatario estan establecidas en los arts. 2144 y 2145. Conforme al prime- ro de ellos, queda prohibido al mandatario autocontratar para comprar para si las cosas que el mandante le ha ordenado vender, o para vender de /o suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar. La prohibicion se aplica tanto a la compra o venta de muebles como de inmuebles, pues la ley no distin- gue entre ellos, y puede obviarse con la “aprobacién expresa del mandante”, en cuyo caso no puede decirse que se trata de un autocontrato, pues el acto requerira de la concurrencia de las voluntades del mandante y del mandatario, y se convertira en un verdadero “contrato”. Por esta circunstancia, de admitir- se el contrato de compra o de venta “con aprobaci6n expresa del mandante”, se ha estimado que la disposicion del art. 2144 no es una disposicién prohibitiva, sino imperativa de requisi- tos, y, por consiguiente, que su infracci6n producira nulidad relativa y no nulidad absoluta.™* ® Stitchkin Branover, David, El mandato civil, ob. cit., pags. 300 y 301. Esta es también la opinién de Alessandri Rodriguez, Arturo, ob. cit., pags. 128 a 130. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO IX LA ASUNCION DE DEUDAS 118. ANTECEDENTES PARA ACEPTAR LA ASUNCION DE DEUDAS. PRESENTACION DEL TEMA El tema de este capitulo es una continuaci6n légica de los temas tratados en los capitulos anteriores, esto es, la representaci6n y la autocontratacién; pero también es resultante de los nuevos con- ceptos sobre despersonalizacién de la obligacién, que adquieren relevancia con la doctrina objetiva o finalista del patrimonio. En efecto, si se autoriza al mandatario para contratar a su propio nombre, como lo hace entre nosotros el art. 2151, esto es, si se admite el mandato sin representaci6n*” y se permite al mandata- rio radicar en su propio patrimonio los derechos y obligaciones que emanan del contrato celebrado, es forzoso concluir que mds tarde ese mandatario debera poder traspasar al patrimonio de su mandan- te esos derechos y obligaciones. Esta transferencia se hari desde el patrimonio del mandatario que contraté a su propio nombre, sin poder de representacién, hacia el patrimonio del mandante. El mandatario debe tener la posibilidad juridica de waspasar al man- dante tanto los créditos emanados del contrato celebrado, lo que hara por medio de una cesién de créditos o de derechos persona- les (arts. 1901 a 1908), como las deudas u obligaciones emanadas de ese contrato. Si esta posibilidad juridica no existiera, el art. 2151 perde- ria absolutamente su sentido, pues habria que concluir que la figura juridica contemplada en esta disposicion es inaplicable por imposibilidad del mandatario que contraté a su propio nombre de traspasar mds tarde al mandante las obligaciones que emana- “Este tema fue tratado en los nimeros 98 y 100. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 225 créditos por salarios, siempre que ella no Ilegue a privar al ceden- te de su tinico medio de subsistencia, y que no se trate de un funcionario publico.*' 120. EL PROBLEMA DEL CAMBIO DE DEUDOR CON O SIN LIBERACION DEL DEUDOR PRIMITIVO. FIGURAS JURIDICAS POSIBLES Se vio en el mimero anterior cémo es perfectamente posible en las legislaciones contemporaneas mas importantes proceder al cam- bio de acreedor de una obligacién, mediante la cesién del crédito que el acreedor primitivo hace a un tercero —cesionario— que pa- sara a ser acreedor en su reemplazo. E] objetivo de cambio de acreedor también puede obtenerse mediante la novaci6n por cam- bio de acreedor a que se refiere el art. 1631 N® 2°. En este numero se planteara la posibilidad de lograr el cambio de deudor, sea por medio de una novaci6n por cambio de deudor (art. 1631 N® 3°), sea sin dicha novaci6n, con o sin liberacion del deudor primitivo. Hemos preferido hablar simplemente de “cam- bio de deudor”, y no hemos querido usar el término “transferen- cia de una obligacin”, pues él no es suficientemente amplio para englobar la novacion, que técnicamente no constituye transferen- cia, puesto que la obligacién primitiva se extingue y no se transfie- re, y se da nacimiento en el mismo momento a una obligacién nueva. Tampoco resulta suficientemente amplio el término “cum- plimiento de una obligacién por otro que no sea el primitivo deudor”, pues éste tampoco engloba a la novacién, ya que el nue- vo deudor, si bien sustituye al deudor primitivo, no cumple la obligaci6n precisa a que este Ultimo estaba comprometido, sino la nueva obligacién que nacié en su reemplazo. Hemos pensado que sélo el término “cambio de deudor” es extensivo a todas las situaciones que queremos tratar conjunta- mente, esto es, a la posibilidad de que un tercero que no sea el deudor primitivo resulte obligado, sea en la misma obligacién original, sea en otra obligacién que la haya sustituido, y ya se trate de que se obligue en reemplazo del deudor primitivo (que por tal motivo quedard libre), o que lo haga a mayor abundamiento, y sin la liberaci6n de dicho deudor primitivo. ®! Juicio “Lucas vs. Lucas and High Commissioner for India”, 1943. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 227 dor. El deudor primitivo quedara libre, por haber sido sustitui- do por el nuevo deudor. Llamaremos a esta figura simple- mente “novacién” o “novaci6n por cambio de deudor”. En tal caso, técnicamente no hay subrogacién personal, puesto que una deuda se extingue y una nueva la reemplaza; pero en la practica, tal subrogaci6n parece producirse en razon de la simultaneidad de ambos acontecimientos. b) Sin liberacién del primitivo deudor, esto es, quedando obligado el nuevo deudor ademas del deudor primitivo, sea que se obligue solidariamente con él, 0 que lo haga en forma subsidiaria, 0 que el nuevo deudor asuma la posicién de deudor principal, qaedan- do obligado el antiguo deudor en forma subsidiaria. Algunos Maman a esta figura “adpromisién” > Como el deudor origina- rio no queda liberado de su obligacién, el acreedor podra dirigirse contra él, y por consiguiente no habré aqui sucesién en la deuda, sino agregacién de un nuevo deudor al primitivo, y la obligacién pasara a tener dos sujetos pasivos, en el mismo plano de responsabilidad, o subsidiariamente uno del otro. Ello sucedera en nuestro Derecho, conforme al art. 1635, cada vez que el acreedor no exprese su voluntad de dar por libre al primitivo deudor, sea que no concurra a la convencién celebrada entre dicho deudor y el que le reemplace, sea que concurra a ella y exprese que acepta al nuevo deudor, pero no por ello da por libre al deudor primitivo. Las convenciones entre ambos deudo- res, a las que no haya comparecido el acreedor, seran inoponibles a éste por falta de concurrencia, y las relaciones entre ellos se regirdn por la convencién que hayan celebrado. En esta materia, es conveniente recordar que el consentimiento del acreedor s6lo es necesario para liberar al deudor primitivo de su obligacion; pero no tiene relaci6n alguna con el problema de la carga de la deuda entre los dos deudores, en el cual es suficiente el acuerdo entre ellos. Estamos aqui frente al mismo problema de la “obligacién a las deudas” y de la “contribuci6n a las deudas”, que también se presenta en otras instituciones juridicas.** *5% Entre ellos, Messineo, Francesco, ob. cit., tomo IV, pag. 175, y Abeliuk, René, Las obligaciones, LOpez-Viancos Editores, Imprenta Fantasia, Santiago, 1971, pag. 740. Por ejemplo, en la sociedad conyugal (art. 1740), en las obligaciones solidarias (arts. 1511 y 1522) 0 en la responsabilidad por el hecho ajeno (arts. 2320 y 2325). 228 EL PATRIMONIO La “obligacién a las deudas” mira al patrimonio en que el acreedor puede hacer efectivo su crédito, en tanto que la “conti- buci6n a las deudas” se refiere al patrimonio que en definitiva soportard la obligacién. Asi, por ejemplo, si bien en las obligacio- nes solidarias todos los deudores son obligados al pago total de la deuda (art. 1511), este aspecto se refiere tan s6lo con sus relacio- nes con el acreedor, esto es, con la “obligacién a las deudas”, pues en el aspecto interno entre los codeudores (“contribucién a las deudas”), ellos se la dividirdn en definitiva a prorrata del interés que cada uno tenga en la obligacién contraida (art. 1522). La misma distincién puede hacerse en relacién con las conven- ciones que se hayan celebrado entre el deudor primitivo y el nuevo deudor, tendientes a obtener que este tiltimo asuma frente al acree- dor la obligacién que pesaba sobre el primero. Si a esas convencio- nes no concurre el acreedor, o si concurriendo no expresa su voluntad de dar por libre al deudor originario, ellas no afectaran en absoluto el aspecto de la “obligaci6n a las deudas” (y el acreedor podra dirigirse sin problemas contra el deudor primitivo, por no empecerle la convencién celebrada entre ambos deudores); pero si influiran sobre el aspecto de la “contribucién a las deudas”, en tal forma que aquel deudor que se haya visto obligado a satisfacer la obligacién al acreedor sin tener que hacerlo, podra repetir mas tarde contra el deudor que estaba verdaderamente obligado. 121. DIFERENCIAS ENTRE ASUNCION DE DEUDAS, NOVACION Y ADPROMISION Las tres figuras juridicas delineadas en el nimero anterior (asun- cién de deudas, novacién por cambio de deudor y adpromision) pueden diferenciarse de varias maneras, de las cuales nos intere- san por el momento dos: A) Diferencias relacionadas con el consentimiento que se necesi- ta de parte de cada uno de los interesados, y B) Diferencias relacionadas con los efectos de las tres figuras so- bre las cauciones constituidas para garantizar el cumplimiento de la obligaci6n por el deudor primitivo. Se verdn estas diferencias a continuaci6én: A) Diferencias relacionadas con el consentimiento que se necesita de parte de cada uno de los interesados. En las wes figuras que estamos estudiando existen tres polos de interés: el acreedor, el deudor primitivo y el nuevo deudor, que cumplira la obligacién susti- DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 229 tuy€ndose o agregandose al deudor primitivo. En cuanto a la manifestacién de voluntad de parte de cada uno de ellos en las tres figuras en estudio, puede decirse lo siguiente: a) El acreedor: debe necesariamente expresar su voluntad en la figura de la asuncion de deudas, como se vera mas adelante,” para que quede libre el primitivo deudor y un nuevo deudor le subrogue en la misma obligacion. Obviamente no resulta indiferente para el acreedor quien sea la persona de su deudor, ni puede subrogarse un mis- mo deudor al antiguo sin su consentimiento, También debe expresar su voluntad el acreedor en la figura de la novacién por cambio de deudor, conforme al art. 1635, y esta expresién puede tener lugar con posterioridad al acue! do entre ambos deudores, segiin lo ha sostenido la doctri- na. Mientras el acreedor no exprese su voluntad de dar por libre al primitivo deudor, no tendra, sin embargo, efecto la novacién como modo de extinguir la obligacién que pesa sobre éste. No es necesario, en cambio, el consentimiento del acreedor en la figura de la adpromisién, esto es, en la agregaci6n de un nuevo deudor al primitivo, sin liberacién de este ultimo. Tal conclusién se deriva del mismo art. 1635, que establece que a falta de consentimiento del acreedor, se entiende que el tercero es solamente diputado por el deudor para hacer el pago, o que dicho tercero se ha obligado con el deudor solidaria o subsidiariamente, segtin parezca dedu- cirse del tenor o espiritu del acto. En nada perjudica al acreedor, por lo demas, que un tercero se constituya en deudor suyo, si ese acto deja vigentes todas las acciones y cauciones que podia esgrimir contra el deudor primitivo. b) El deudor primitivo: no es necesaria su concurrencia ni en la asuncién de deudas, ni en la novacién, ni en la adpromisién, como se vera mas adelante, sin perjuicio de que pueda concu- rrir a las tres figuras, si asi lo estima. En efecto, conforme al art. 1572, puede pagar por el deudor cualquiera persona a su nombre, aun sin su conocimiento o contra su voluntad, de donde se desprende que no existe inconveniente para que un tercero se obligue por el deudor, sin su conoci- “ Véanse ntimeros 125, 126 y 127. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 233 Por consiguiente, en la delegacién pasiva, el deudor (delegan- te) asignard al acreedor (delegatario) un nuevo deudor (delega- do), el cual se obligaré con éste. Y en la delegacién activa, el acreedor (delegante) autorizara a un tercero (delegado) para co- brar el crédito al deudor (delegatario). En uno y otro caso se advierte la asuncién de una iniciativa por parte del delegante (deu- dor © acreedor originario), para que un tercero (delegado) se entienda en adelante con su contraparte (delegatario).*” La delegacion pasiva puede ser a su vez: a) delegacién perfecta, si el primitivo deudor queda liberado de su deuda, y sdlo queda obligado el nuevo deudor, por lo cual se la Hama también delega- cin liberatoria, y b) delegacién imperfecta, si el nuevo deudor se obli- ga sin que el antiguo deudor quede liberado, por lo cual se la denomina también delegacién simple 0 acumulativa.** Esta ultima importa que el nuevo deudor (delegado) venga a agregarse, por efecto de la asignaci6n, al deudor originario (delegante), asu- miendo en el nexo obligatorio la posicion de obligado principal, de obligado solidario o de obligado subsidiario, de manera que el acreedor (delegatario) tendra dos obligados contra los cuales diri- girse solidaria o subsidiariamente. La delegaci6n perfecta o liberatoria, por su parte, dejara libre de obligacién al deudor primitivo (delegante), y el acreedor vera limitada su accion para exigir el cumplimiento tan sdlo al nuevo deudor (delegado), que sera el tinico obligado en adelante. Este tipo de delegaci6n perfecta o liberatoria esta expresamente auto- rizada en nuestro Derecho, si se efecttia por medio de una nova- cién por cambio de deudor, en cuyo caso el deudor primitivo (delegante) quedara liberado de la obligaci6n por haberse ésta extinguido por dicho modo de extinguir. La delegacién (sea perfecta o imperfecta) requiere siempre de la concurrencia de las voluntades del acreedor, del deudor primitivo y del nuevo deudor, esto es, un triple consentimiento. El art. 1631 se refiere de pasada a la delegacion cuando senala que en caso de concurtir estas tres voluntades para acordar una nova- cién por cambio de deudor (recuérdese que no es indispensable que concurra el deudor originario, ver cuadro N® 1, supra), el nuevo deudor “se llama delegado del primero”. *? Messineo, Francesco, ob. cit., tomo IV, pag. 174. 8 Abeliuk, René, ob. cit., pag. 740. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDIGAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 237 La novaci6n exige ademas otros requisitos, como son los si- guientes: c) la sustitucién de una obligacién valida que se extingue por una nueva que nace, también valida (arts. 1630 y 1633); d) que entre la obligacién extinguida y la nueva obligaci6n existan diferen- cias sustanciales (arts. 1646, 1647, 1648, 1649 y 1650); e) que las partes tengan capacidad para novar (art. 1629), y f) que exista inten- cién de novar 0 animus novandi. El art. 1634 prescribe que “para que haya novacién, es necesario que lo declaren las partes, 0 que aparezca indudablemente, que su intencién ha sido novar, porque la nueva obligaci6n envuelve la extincién de la antigua. Si no apa- rece la intencién de novar, se miraran las dos obligaciones como coexisten- tes, y valdré la obligacién primitiva en todo aquello en que la posterior no se opusiere a ella, subsistiendo en esa parte los privi- legios y cauciones de la primera”. El art. 1634 exige como requisi- to de la novacién que la intencidn de novar sea indudable; pero no es indispensable que esa intenci6n se declare expresamente; ella puede ser expresa 0 tdcita, pero no presunta, segtin ha resuel- to nuestra jurisprudencia®® Mas en la novacién por cambio de deudor se exige que la voluntad del acreedor de dar por libre al primitivo deudor se manifieste en forma expresa, conforme lo ordena el art. 1635. Junto con su efecto principal, de sustituir una nueva obliga- cién a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida (art. 1628), la novaci6n extingue junto con ella sus accesorios, derechos, ga- rantias, etc., de acuerdo con el principio de que estos accesorios siguen la suerte de lo principal, sin perjuicio de que las partes puedan convenir lo contrario, conforme a la autonomia de la voluntad de que disfrutan. Con la novaci6n se extinguen los inte- reses de la obligacion anterior (art. 1640), sus privilegios (art. 1641), sus cauciones reales (art. 1642) y personales (art. 1645), cesa la mora y se extinguen las modalidades. Pero las partes pue- den acordar que los accesorios de la obligacién anterior no se extingan con ella, y que accedan a la nueva obligacién, reservan- dose expresamente dichos accesorios (arts. 1640, 1642, 1643, 1644 y 1645). Sin embargo, no se permite la reserva de privilegios (art. 1641), y en caso que las cauciones reales hayan sido consti- tuidas por terceros o que los bienes dados en prenda o hipoteca %* R.DJ., tomo XXVII, 2" parte, secc. 2%, pag, 31. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 244 EL PATRIMONIO currir copulativamente los dos requisitos indicados en esas disposiciones, a saber: a) Que el acreedor exprese su voluntad de dar por libre al primitivo deudor (art. 1635), y b) Que las partes declaren su intencién de novar, 0 que esa intencién aparezca indudablemente de la convencién celebrada entre ellos (art. 1634). En estas circunstancias, es perfectamente posible que el acreedor acceda a dar por libre al primitivo deudor (y se cumpla asi con el requisito exigido por el art. 1635), y a la vez manifieste expresamente su intencién de no novar, y de mantener vigente la misma obligaci6n originaria, con subrogacién de un deudor por otro (con lo cual dejara incum- plido el requisito exigido por el art. 1634). Como ambos requisitos de los arts. 1634 y 1635 se exigen copulativamente para que exista novacion, la conclusion del razonamiento desarrollado hasta aqui es obvia: en el presupuesto en que nos hemos colocado no se produce la novacién por cambio de deudor. Se produce, si, el efecto querido por las partes, cuando declararon su intencién de dar por libre al primi- tivo deudor, pero en lugar de provocar la novaci6n, declararon su voluntad de que dicha novacién no se produjera, y que en cambio el nuevo deudor subrogara al antiguo en la misma obligacién. En resumen, la delegaci6n perfecta (se ver mas tarde que el fenédmeno también ocurre en la expromisién) no tiene por qué producir necesariamente novacién, si el acreedor accede a dar por libre al primitivo deudor, conforme al art. 1635, pero mani- fiesta su intencién de no novar y, por el contrario manifiesta ex- presamente su voluntad de mantener vigente la misma obligacié6n antigua, con subrogacién de un deudor por otro. Los arts. 1634 y 1635 autorizan esta interpretacién. Cabe destacar aqui el pensa- miento de Gonzalez Palomino cuando sejiala que “la sucesi6n de deuda a titulo singular no es un concepto que deba necesariamen- te ir unido al de novacién; por el hecho de que los cédigos con- templan la trasmisin pasiva de las obligaciones tan sdlo a través del recurso de la novaci6n no puede ni debe concluirse que la sucesi6n juridico-negocial en la deuda sea ilicita o imposible”.°” La tesis que estamos sosteniendo ha sido compartida entre nosotros por el profesor Hugo Rosende, el cual ha expresado: “En 5 Gonzalez Palomino, La adjudicacién por pago de deudas, en Estudios Juridi- cos I, Pamplona, 1964, pag. 205. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 258 EL PATRIMONIO 134. LA CESION DE CONTRATO. DEFINICION Ya se ha dicho que mediante la cesién del contrato podra éste circular en el comercio humano como cualquier otro bien de significaci6n econémica. Todo él contrato, en su complejidad ya senalada, y no sélo algunos de los derechos o algunas de las obligaciones que de él emanan, pasa integro al patrimonio de una persona que no fue “parte” originariamente, mediante el mecanismo de la su- brogacién personal.*** Conforme a los autores argentinos Alterini y Repetti, “cesi6n de contrato es la trasmisi6n voluntaria 0 forzosa por medio de la cual un contratante cede a un tercero su calidad de tal; que éste asume, colocandose en la misma situaci6n juridica del trasmiten- te, requiriéndose, en algunos casos, la conformidad expresa 0 taci- ta del cocontratante en la relacién basica”.* Se podra notar que esta definicién engloba dentro de la figura definida tanto la ce- sién de contrato convencional como aquella que tiene lugar por disposicion de la ley, por lo cual nos parece superior a la que propone Garcfa-Amigo, que no contempla tal posibilidad. Segtin este autor, cesi6n de contrato es “un negocio juridico concluido entre las partes contratantes y un tercero, cuya finalidad es susti- tuir a una de ellas por dicho tercero en la titularidad de la rela- cién contractual, la cual permanece idéntica en su dimensién objetiva”.*°” Ente los autores nacionales que han tratado el tema, también se ha olvidado incluir en la definicion la cesi6n de contrato por disposicion de la ley. Rosende entiende por tal “aquella convenci6n en la que uno de los contratantes transfiere a un tercero el conjun- to indivisible de derechos y obligaciones que adquirié o contrajo con motivo de su celebraci6n, quedando este tercero investido de la calidad de titular de la relaci6n contractual”.** Y Erika Diaz, por su parte, senala que en “la cesién de contrato existen dos figuras con- tractuales, absolutamente independientes y aut6nomas: un contrato basico u originario, y un contrato de cesi6n, en virtud del cual una de las partes del contrato originario, llamada cedente, traspasa toda 5 Véase Messinco, Francesco, ob. cit., tomo IV, pag. 511. %™ Alterini, Atilio Anibal y Repetti, Enrique Joaquin, La cesién del contrato, Editorial Bibliografica Omeba, Buenos Aires, 1962, pags. 44 y 45. ° Garcia-Amigo, Manuel, ob. cit., pag. 80. ** Rosende Subiabre, Hugo, ob. cit., pag. 22. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 264 EL PATRIMONIO diferentes, y pueden estar incumplidas por ambas partes, en cuyo caso puede resultar de gran interés acudir a la cesi6n de contrato."* Finalmente, como es necesario que las obligaciones que pesan sobre ambas partes se encuentren incumplidas, la figura de la ce- sion de contrato puede presentarse fan sélo en los contratos de ejecu- cion diferida, Se entienden por tales aquellos en los cuales el cumplimiento de las obligaciones que de él emanan se aplaza en el tiempo, sea que se trate de obligaciones de ejecucién tinica (como pagar cl precio de una compraventa en un plazo determinado) o de ejecuci6n continuada o periddica (que se Ilaman también de tracto sucesivo, como sucede con el contrato de trabajo, de arrenda- miento, de seguro o de renta vitalicia). La cesidn de conuato no es posible, en cambio, en los contratos de ejecucién instantanea, pues en estos casos jamas habra obligaciones incumplidas. En resumen, la cesi6n de contrato tendra real interés s6lo si concurren copulativamente las siguientes circunstancias: a) Que se trate de contratos bilaterales o de contratos sinalagma- ticos imperfectos; b) Que se trate de contratos de ejecucién diferida; ¢) Que existan obligaciones incumplidas por ambas partes. 137. NATURALEZA JURIDICA DE LA CESION DE CONTRATO, Existen diversas teorias acerca de la naturaleza juridica de la ce- sién de contrato, que no es del caso estudiar detalladamente aqui.” ° Asf opinan Alterini y Repetti, ob. cit., pags. 86 y 87, y Rosende Subiabre, Hugo, ob. cit., pag. 13. 7 Asi, por ejemplo Manuel Garcia-Amigo distingue las siguientes teorias: A) Teorias negativas: a) teorias de la modificacién: 1) teoria de la cesin de créditos y estipulacién por otro; 2) teoria de la asuncién del cumplimiento del contrato; 3) teoria de la cesién cumulativa, b) teorfas de la novacién: 1) teoria de la cesién de créditos y de la novaci6n de deudas; 2) teoria de la renovatio contractus. B) Teorias positivas: a) teorfa de la cesién de créditos mas la asuncién de deudas; b) teoria del negocio complejo; c) teorva de la cesién del contrato. Ver al respecto, Garcia- Amigo, Manuel, ob. cit., pags. 251 y siguientes. Y Rosa Galan Solano distingue las siguientes teorias: 1) teoria de la cesién de créditos y de la novacién de deudas, 2) teoria de la renovacién del contrato; 3) teoria de la cesin global del contrato, y 4) teorfa de la cesion de créditos y asuncién de deudas. Véase Galan Solano, Rosa, ob. cit., pags. 16 y siguientes. En general, estas teorfas pueden reunirse en dos grandes grupos: A) los que estiman que la cesién de contrato no es otra cosa que la suma de la cesién de créditos y de la asuncin de deudas y B) los que sostienen que la cesién de contratos es un fen6meno unitario producto de un negocio juridico tinico. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 268 EL PATRIMONIO dato (tanto civil como mercantil), con la cesi6n del contrato de seguro, del contrato de transporte, del contrato de obra, del con- trato de trabajo y de los contratos administrativos.""” El Cédigo Civil italiano de 1942 incorporé expresamente la figura de la cesién de contrato en sus arts. 1406 a 1410, los cuales constituyen un capitulo especial denominado “De la cesién del con- trato”, dentro del Titulo II (“De los contratos en general”) de su Libro IV (“De las obligaciones”). Conforme al art. 1406, la figura es admisible tan sdlo en los contratos con prestaciones reciprocas cu- yas obligaciones no se hayan cumplido todavia, y requiere siempre del consentimiento del contratante cedido. Las lineas esenciales de la regulaci6n del Cédigo italiano son las siguientes, segtin los auto- res argentinos Alterini y Repetti y segtin el profesor chileno Hugo Rosende,*"* ademas de la caracteristica recién indicada: a) El consentimiento del contratante cedido puede ser previo a la cesion, en cuyo caso la cesion es eficaz desde la notificacion que se le haga. También puede consentir al momento de la cesi6n o después que ésta se celebre. b) Si se trata de un contrato a la orden, su endoso produce su cesion.* c) En principio, el cedente queda liberado por completo con relaci6n al cedido. d) Sin embargo, el contratante cedido puede mantener como obligado al cedente, cuya responsabilidad resurge en caso que “? Todos estos casos estén tratados en Garcia-Amigo, Manuel, ob. cit., pags. 145 a 208. 418 Alterini y Repetti, ob. cit. pags. 77 y 78, y Rosende Subiabre, Hugo, ob. cit., pags. 26 y 27. “® Conforme al autor italiano Andreoli, Marcello. La cessione del contratto, Casa editrici Dott. Antonio Milani, Padova, 1951, citado por Alterini y Repetti, la ley juerido referirse, sobre todo, a la figura de la venta mediante los llamados stabiliti a la orden. Estas son escrituras privadas en las que se hace constar la celebracién de una venta a término en virtud de la cual el vendedor se obliga a entregar, en un lugar y tiempo determinados, una mercancia determinada en especie, calidad y cantidad; y el comprador, por su parte, se obliga a pagar su precio en el acto mismo de la entrega. Tales escrituras, en general en papel corriente, se redactan por duplicado, destinando un ejemplar al comprador y otro al vendedor, Ademéas de los elementos indicados, puede ponerse, y asi se hace con frecuencia, la clausula “a la orden”. Al llegar el dia fijado en ese documento para la entrega de la mercancia, el iltimo endosatario poseedor del documento retirara del vendedor la mercancia en el lugar indicado y le satisfard el precio pactado en el stabilito. Véase Alterini y Repetti, ob. cit., pag. 78, nota 65. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 2 EL PATRIMONIO 2° Todo aquel a quien se transfiere el derecho del arrenda- dor, a titulo oneroso, si el arrendamiento ha sido contrai- do por escritura ptiblica; exceptuados los acreedores hipotecarios; 3° Los acreedores hipotecarios, si el arrendamiento ha sido otorgado por escritura ptiblica inscrita en el Registro del Conservador antes de la inscripcién hipotecaria. En consecuencia, el adquirente de la cosa dada en arren- damicnto debera respetar un contrato en el cual él no fue parte, en los casos establecidos en la disposicién referida. El contrato se le traspasa integro, con todas sus cargas, derechos y particularidades; el adquirente asume la calidad juridica de contratante, en un contrato en que no era parte, y aun contra su voluntad.” La disposici6n mencionada, del art. 1962 del C.C., ha sido reproducida en términos parecidos por el art. 10 del D.L. N* 993, sobre arrendamiento de predios risticos, medierias 0 aparcerias y otras formas de explotaci6n por terceros. Esa dis- posici6n senala que si el arrendador vendiere o transfiriere a cualquier titulo el predio arrendado, el nuevo propietario es- tara obligado a mantener los términos del contrato, salvo acuer- do con el arrendatario. c) El contrato de seguro (art. 530 del C. Com.). Conforme al art. 530 del Cédigo de Comercio, si se trasmite el dominio de la cosa asegurada, el seguro contintia corriendo en provecho del ad- quirente, sin necesidad de cesi6n, desde el momento en que los riesgos le correspondan, a menos que conste que el seguro fue consentido por el asegurador en consideracién a la perso- na asegurada. En este caso, el tercero que adquiere la cosa asegurada, y que no fue parte en el contrato de seguro, pasa a ser titular de los derechos y obligaciones emanados del mismo como sucesor * A pesar de la claridad del art. 1962, en el sentido de que es el contrato entero, en su totalidad, el que se traspasa al adquirente y el que debe ser respeta- do por éste, dofia Aida Figueroa de Insunza estima que éste es un caso de asuncién de deuda y no de cesién de contrato. Véase Figueroa de Insunza, Aida, ob. cit., pag. 55. En contra de esta opinién se manifiesta dofia Rosa Galin Sola- no, la que sostiene que nos encontramos en este caso frente a una cesién forzada de contrato. Véase Galin Solano, Rosa, ob. cit, pag. 56. Nosotros estamos con esta tiltima opinién. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 276 EL PATRIMONIO delegado a nombre propio. Si el mandatario acttia en representa- cién del mandante, el contrato que celebre se radicara directamen- te en el patrimonio del mandante, en virtud de la representacion (art. 1448). C. CASOS EN QUE LA LEY AUTORIZA LA CESION DE CONTRATO Existen también casos en la legislacion civil chilena en que la ley autoriza a una de las partes para ceder su posicién contractual, 0 a un tercero para tomar la posici6n contractual de una de las par- tes. Los casos que estudiaremos son los siguientes: a) La ley autoriza a un tercero para subrogarse a un contratante, aun contra la voluntad de dicho contratante. La acci6n subrogatoria u oblicua es uno de los derechos auxiliares de que dispone el acreedor para obtener el cumplimiento de la obligacién, y consiste en la facultad que la ley le concede para sustituirse al deudor en el ejercicio de determinadas acciones y derechos de éste. El art. 2466 inc. 2° senala que los acreedores “podrin asimismo subrogarse en los derechos del deudor como arren- dador o arrendatario, segtin lo dispuesto en los articulos 1965 y 1968”. La primera de esas disposiciones establece que “si por el acreedor 0 acreedores del arrendador se trabare ejecucién y embargo en la cosa arrendada, subsistird el arriendo, y se sustitui- ran el acreedor o acreedores en los derechos y obligaciones del arrenda- dor”. De manera que el acreedor o acreedores estan autorizados por la ley, en caso de ejercitar la accién subrogatoria u obli- cua, para ocupar la posicién contractual de su deudor en su calidad de arrendador, y ejercer los derechos y acciones deri- vados del contrato de arrendamiento, el cual subsiste. El art. 1968, por su parte, declara que “la insolvencia decla- rada del arrendatario no pone necesariamente fin al arriendo. El acreedor o acreedores podran sustituirse al arrendatario, prestando fianza a satisfaccién del arrendador”. Nuevamente, en este caso, el acreedor o acreedores pueden ocupar la posi- cién de su deudor arrendatario, en el contrato de arrenda- miento celebrado por éste, y ejercer todos los derechos y acciones derivados del mismo. El contrato subsiste también en tal evento. En los dos casos, el acreedor 0 acreedores han asumido la calidad juridica de contratantes, en un contrato en que no eran parte, y normalmente contra la voluntad de una de las DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 277 partes de ese contrato, por ser esa parte (arrendador o arren- datario) deudor de dichos acreedores. Comentando esta figu- ra, el profesor Hugo Rosende ha expresado que ella “revela hasta qué grado esta entronizada en nuestro Derecho la posi- bilidad de cambio en la persona de los contratantes, sin provo- car alteracién alguna en el contrato mismo”.”’ Abeliuk, en cambio, distingue entre “cesi6n de contrato” y “traspaso de contrato”; y reserva la primera expresién a la transferencia voluntaria del mismo, por lo cual en el caso de la accién su- brogatoria u oblicua estariamos en presencia, segtin este au- tor, de un traspaso de contrato y no de una cesién del mismo.!22-29 b) La ley autoriza a las partes para ceder el contrato. Son varios los casos en que la ley autoriza a las partes para que cedan volun- tariamente la posicién contractual que tienen. Tales casos son los siguientes: 1) El contrato de arrendamiento (art. 1946, arts. 7° y 15 del D.L. N° 993 y art. 5° de la Ley N° 18.101). Conforme al art. 1946, “el arrendatario no tiene la facultad de ceder el arriendo ni de subarrendar, a menos que se le haya expresamente concedido; pero en este caso no podra el cesionario o subarrendatario usar 0 gozar de la cosa en otros términos que los estipulados con el arrendatario directo”. De mane- ra que si bien el arrendatario no tiene naturalmente la facultad de ceder el contrato de arrendamiento no existe ningtin inconveniente para que esa facultad se le conceda por medio de una clausula especial. La misma idea se halla en el D.L. N° 993, publicado en el Diario Oficial de 24 de abril de 1975, que contiene dispo- siciones especiales sobre arrendamiento de predios nisticos, medierias 0 aparcerias y otras formas de explotacién por terceros. El art. 7° de ese texto legal sefala que “queda pro- * Rosende Subiabre, Hugo, ob. cit., pag. 32. 8 Abeliuk, René, ob. cit., pags. 760 y 761. “© Dofia Aida Figueroa de Insunza ha estimado que en estos casos de ejerci- cio de la accion subrogatoria u oblicua estariamos en presencia de una mera asunci6n de deudas (y cesi6n de créditos), y no de una cesion de contrato. Véase Figueroa de Insunza, Aida, ob. cit., pag. 55. En contra de esta opinion se mani- fiesta dona Rosa Galan Solano. Véase Galin Solano, Rosa, ob. cit., pag. 56 y la nota 42, Nosotros estamos también en este caso con la tiltima opinién. 278 EL PATRINONIO hibido al arrendatario subarrendar el todo o parte del pre- dio que es objeto del contrato o ceder su derecho, o la tenencia total 0 parcial de los terrenos 0 introducir mejoras en el predio sin autorizacién previa y por escrito del propie- tario”. Y el art. 15 del mismo D.L. N? 993 expresa que “no podran cederse los derechos resultantes del contrato de me- dieria ni podra el mediero celebrar contratos que tuvieren por efecto establecer submedierias sin autorizacién previa y por escrito del propictario” El precepto contenido en el art. 1946 no constituy6 una novedad ni siquiera en el tiempo en que se dicté el Cédigo Civil, pues varias legislaciones de la época habjan aceptado la procedencia de la cesién del contrato de arrendamiento.“* Se desprende de esta disposici6n que la cesién del contrato de arriendo necesita de la concurrencia de las voluntades de las tres partes interesadas en dicha figura, puesto que la vo- luntad del arrendador cedido debe otorgarse previamente a la cesion, mediante la autorizacién expresa para que pueda procederse a ella. Las voluntades del arrendatario cedente y del tercero cesionario se otorgaran al momento de celebrarse entre ellos el contrato de cesion. Lo dicho se desprende de la circunstancia de que la cesién del arrendamiento no sea un elemento de la naturaleza de ese contrato, sino que deba agregarsele por medio de una clausula especial de autoriza- ci6n del arrendador (art. 1444). El art. 5° de la Ley N° 18.101 ha ido atin més alla, puesto que senala que en los contratos de *° En cambio, el D.L. N° 964, publicado en el Diario Oficial del 12 de abril de 1975, sobre arrendamiento de bienes raices urbanos, no tiene disposicién alguna sobre cesién del contrato de arrendamiento. Ante el silencio de la legisla- cion especial, entendemos aplicable la disposicién general del art. 1946 del C.C. ©" EI profesor Hugo Rosende cita como ejemplos las siguientes disposiciones de legislaciones extranjeras: Cédigo francés, art. 1717; Cédigo italiano, art. 1573; Cédigo austriaco, art. 1098; Cédigo holandés, art. 1595, y Cédigo prusiano, art. 309, Titulo 21, parte 1", En cambio, no existian disposiciones sobre la materia en las leyes espaiiolas. Véase Rosende Subiabre, Hugo, ob. cit., nota 20, en pag. 32. *# No sucede lo mismo en la legislaci6n civil argentina, en la cual el art. 1583 del C.C. dispone que el arrendatario puede ceder el arriendo a menos de habér- sele prohibido por la ley o por el contrato. La posibilidad de ceder el arrenda- miento se convierte, asi, en un elemento de la naturaleza del contrato, y la cesién puede entonces llevarse a cabo con la concurrencia de las solas voluntades del cedente y del cesionario, bastando la circunstancia de no haber prohibido la cesién el arrendador cedido, al momento de celebrar el contrato. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 279 arrendamiento de inmuebles destinados a la habitacién con plazo fijo superior a un aio, la facultad del arrendatario para subarrendar ha pasado a ser de la naturaleza del contrato, y solo puede eliminarse por medio de una estipulacién expresa. No debe confundirse la cesién del arrendamiento con el subarrendamiento, no sélo en raz6n de que el art. 1946 hace una clara distincién entre ambas figuras, sino tam- bién porque cl subarriendo implica un nuevo contrato que celebra el arrendatario con el subarrendatario, que deja subsistente en todas sus partes el contrato de arrendamien- to primitivo, y no traspasa ninguno de los derechos y obli- gaciones del arrendatario al subarrendatario.*** La jurisprudencia chilena ha creido en algunas ocasio- nes que la cesion del contrato de arriendo equivale a una novacién por cambio de deudor, y no ha sabido dar a esta figura su verdadera dimension juridica.** En otros casos, en cambio, ha distinguido con claridad entre subarrenda- miento y cesién del contrato de arrendamiento.** ** Sobre el subcontrato, véase Baeza Campos, Maria del Pilar, ob. cit., y sobre el subcontrato de arrendamiento, especialmente las pags. 127 a 136. ™ Véanse a este respecto las siguientes sentencias: Corte de Talca, 2 de abril de 1914, Gaceta de los Tribunales 1914, N° 94, pag. 207; y Corte de Santiago, 27 de diciembre de 1928, Gaceta de los Tribunales, 1928, N° 178, pag. 783. La doctrina de la primera de estas sentencias puede resumirse asi: si el arrendador presta su consentimiento para la cesin que del arrendamiento hace a un tercero el arrendatario, ¢ interviene expresamente en el contrato de cesién, comprome- tiéndose el cesionario a cumplir con todas las obligaciones del primitivo conuato de arriendo, entre las cuales esta la de pagar la renta al arrendador y no al cedente, con el expresado contrato de cesién cambia la persona del deudor y, en consecuencia, se produce la novacién del contrato primitivo de arrendamiento, por la sustitucién de un nuevo deudor al antiguo. De aqui se desprende que el cedente no tiene derecho a demandar las rentas de arrendamiento al cesionario. La doctrina de la segunda de dichas sentencias puede resumirse asi: cedido el contrato de arrendamiento con expresa autorizacién del arrendador, el primiti- vo contrato queda invalidado y dicho arrendador no pude, fundandose en este contrato, ejecutar al arrendatario por rentas insolutas, pues no existe obligacién de dar que sea actualmente exigible en contra del deudor. * Véase, por ejemplo, la sentencia de 12 de septiembre de 1918, de la Corte de Concepcién, publicada en la Gaceta de los Tribunales, 1918, N® 529, pag. 1640, cuya doctrina puede sintetizarse asi: El subarriendo pactado por el arrendatario con facultad para subarrendar no liberta a este tiltimo, como arrendatario direc- to, de las obligaciones contraidas por el contrato. En cambio, la cesién del arriendo determina que el cesionario quede obligado directamente para con el arrendador. 280 EL PATRIMONIO 2) El contrato de sociedad. La calidad de socio puede cederse a otro socio 0 a un tercero, siempre que se cumplan los requisitos que exige la ley par las distintas clases de sociedades que con- templa nuestro ordenamiento juridico. Conforme al art. 2088 del C.C., “ningiin socio, aun ejerciendo las mas amplias facul- tades administrativas, puede incorporar a un tercero en la so- ciedad, sin el consentimiento de sus consocios...”, de donde se desprende que es perfectamente posible la incorporacién a la sociedad de un tercero, si se cuenta con el consentimiento de la unanimidad de los socios. Con este consentimiento undnime, uno de los socios primitives puede perfectamente ceder su posicién contractual a un tercero, que entraré a subrogarlo en todos sus derechos y obligaciones, traspasandole todos esos derechos y obligaciones, y desligandose en adelante de toda relacién con la sociedad. Lo que se expresa en el art. 2088 del C.C. para la sociedad colectiva civil, se repite en el art. 404 N® 3® del Cédigo de Comercio para la sociedad colectiva co- mercial (“la cesi6n o sustitucién sin previa autorizacion de to- dos los socios es nula”), y debe entenderse aplicable también a las sociedades de responsabilidad limitada, por la mencién expresa a las sociedades colectivas que contiene el art. 4° de la Ley N® 3.918. La Corte Suprema ha resuelto que “la cesién del interés social de un socio a otro socio implica el retiro del cedente y la pérdida de su calidad de socio, 0 sea, la modificacién del contrato, que debe acordarse por todos los socios y reducirse a escritura ptiblica y cumplirse las demas formalidades que esta- blece la ley”.“° Tratandose de sociedades en comandita, el art. 482 del Cé- digo de Comercio faculta a los socios comanditarios para “ce- der sus derechos, mas no transferir la facultad de examinar los libros y papeles de la sociedad mientras ésta no haya dado punto a sus operaciones”. Y en las sociedades andénimas, la wansferencia de las acciones de un socio a su adquirente im- plica la cesi6n de la posici6n contractual del enajenante, deri- vada del contrato de sociedad celebrado con quienes fueron sus socios. “© Corte Suprema, recurso de casacién en el fondo, 25 de julio de 1924, RDJ., tomo XX, secc. 1%, pag. 198. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 292 EL PATRIMONIO propia declaracion, a no ser que se hubiere comprometido a esperar un cierto plazo. La voluntad ya manifestada queda igualmente sujeta a caducidad en caso de muerte 0 incapa- cidad sobreviniente del que la emitié, conforme a las reglas generales de la formacién del consentimiento (arts. 99 y 101 del C. Com.) Lo senalado no significa que las tres voluntades deban ser coetaneas. Lo normal sera que primeramente convengan en celebrar el contrato de cesién de contrato el cedente y el cesionario, y mas tarde soliciten la aceptaci6n del contratante cedido. Este orden no es, sin embargo, obligatorio, y cuales- quiera dos partes pueden convenir acerca del contrato, y lue- go solicitar la aceptacién de la parte restante. Pero mientras las tres partes no hayan consentido en el mismo contrato, éste no se habra perfeccionado. Un acuerdo bilateral, de caracter preparatorio, por ejemplo entre cedente y cesionario, no dara vida al contra- to, ni significara la subrogacion del primero por el segundo en la titularidad del contrato, mientras no se cuente con la apro- baci6n del contratante cedido. Tal acuerdo bilateral entre ce- dente y cesionario no podra mirarse sino como un “contrato en formacién”, que atin no se encuentra legalmente conclui- do. Y ello porque hemos deducido la licitud del contrato que nos ocupa del principio de la autonomia de la voluntad, y segtin este principio y lo que dispone el art. 1545, el contrato es ley para los contratantes, y si a éstos afecta en cualquier forma el contrato, no pueden ser parte en él si no intervienen en el contrato con su voluntad. Un acuerdo preliminar entre cedente y cesionario sera absolutamente ineficaz para obligar al contratante cedido. Tampoco es posible sostener que el contrato ha nacido con el acuerdo de las voluntades del cedente y del cesiona- rio, “sujeto a la condicién” de que acepte el contratante cedi- do. En nuestro Derecho, la condicién es un elemento accidental del contrato, 0, cuando mas, de su naturaleza, como sucede en el caso del art. 1489. Para que llegue a ser un elemento esencial, como en el contrato de promesa de celebrar un contrato (art. 1554), es necesaria una disposi- cién legal expresa. Salvo este caso excepcional, la condicién puede faltar en el contrato, sin que su exclusi6n influya so- bre la esencia del mismo. En el caso en estudio, la voluntad del contratante cedido es esencial al contrato de cesi6n de aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 296, EL PATRIMONIO obligaciones, cargas, responsabilidades y anexos de dicha cali- dad, la cual se traspasa al cesionario. El contrato de cesién de contrato implica, por tanto, una enajenaci6n de dicha calidad, es un acto de disposicién por parte del cedente. 144. EL CONTRATO DE CESION DE CONTRATO. ELEMENTOS Por tratarse de un contrato innominado, el contrato en estudio requerira para su validez tan sélo de los elementos generales de todos los actos juridicos: voluntad, capacidad, objeto y causa. Y por ser un contrato consensual, no necesitaré cumplir con solem- nidad alguna; salvo si el contrato cedido fuere solemne. Veremos a continuacion algunos aspectos de estos elementos generales en el contrato de cesién de contrato: a) Voluntad (Consentimiento). Dijimos anteriormente** que el con- trato de cesién de contrato es un negocio juridico wilateral, queriendo significar con ello que mientras no concurran las voluntades del cedente, del cesionario y del contratante cedi- do, no puede sostenerse que el contrato se haya perfecciona- do. La aceptacion del contratante cedido puede darse con anticipacion al acuerdo entre cedente y cesionario, 0 bien puede ser coeténea con dicho acuerdo, o bien puede darse con posterioridad al mismo. Lo que es necesario recalcar es que mientras no concurran las tres voluntades ya referidas, el contrato no se perfecciona. La aceptacién de contratante cedido se dara con anticipa- ci6n al acuerdo entre cedente y cesionario, en el caso del arrendamiento, si el arrendador autoriz6 expresamente al arrendatario, al celebrar el contrato, para cederlo a un tercero (art. 1946). En los casos de aceptaci6n del contratante cedido otorgada de antemano, el acuerdo a que lleguen cedente y cesionario debera enmarcarse dentro de los limites de la acep- tacién previa. La voluntad del contratante cedido puede manifestarse ex- presa o tacitamente, salvo en los casos en que la ley exige una manifestaci6n expresa, como sucede en el art. 1946. En los demas casos, en que no existe disposicién de la ley, nos parece que el contratante cedido puede, sin inconvenientes, manifes- 458 “* Numero 143, letra a). aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 300 EL PATRIMONIO d) la mayoria de los casos del mandato. Si el contrato 0 la posi- ci6n contractual del cedente hubieran sido embargados por decreto judicial, su cesién adolecera de objeto ilicito, aun cuan- do pueda celebrarse validamente el contrato mismo de cesién, sin que lo siga la cesi6n propiamente tal. También es necesario que el objeto de las obligaciones de las partes esté determinado, a lo menos en cuanto a su género. En lo que se refiere a las obligaciones del cedente, es necesa- ria la determinacion de la relaci6n contractual que se preten- de ceder, esto es, sera preciso especificar detalladamente cl contrato vigente entre cedente y contratante cedido, con sus partes, sus obligaciones, sus cldéusulas esenciales, naturales y accidentales. Finalmente, las obligaciones emanadas del contrato basico deben ser fisica y moralmente posibles, siendo fisicamente im- posibles las que sean contrarias a la naturaleza y moralmente imposibles las prohibidas por las leyes, o contrarias a las bue- nas costumbres 0 al orden publico (art. 1461 inc. 3°). Si esas obligaciones —que se traspasaran de cedente a cesionario— fue- ren fisica 0 moralmente imposibles, el objeto de la obligacién del cedente no cumpliria con los requisitos exigidos por el art. 1461, y el contrato de cesién de contrato seria inexistente o absolutamente nulo por falta de objeto. Causa. No es nuestro propésito adentrarnos en este lugar en las diversas teorias que exigen una causa para la existencia 0 validez de los actos juridicos, o que estiman inttil tal requisito, o en los distintos fundamentos 0 explicaciones que los causa- listas dan a sus concepciones. Baste con senalar que en el Derecho chileno, la causa y la causa licita son requisitos para la validez de los actos juridicos, conforme al N° 4° del art. 1445, y que “se entiende por causa el motivo que induce al acto 0 contrato; y por causa ilicita la prohibida por la ley, 0 contraria a las buenas costumbres 0 al orden puiblico”, segtin el inc. 2° del art. 1467. De la definicién de causa, algunos autores han creido desprender que nuestro Cédigo aceptaria la teoria de la causa ocasional, causa psicolégica 0 causa motivo, abando- nando la tendencia que predominaba en la época de su dicta- cin, de la causa final; pero este punto tampoco sera objeto de nuestra preocupaci6n en esta ocasion. Todos los autores que han estudiado el contrato de cesion de contrato coinciden en que se trata de un acto juridico aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 304 EL PATRIMONIO obliga el cesionario se mirara como equivalente con la presta- cién a que se obliga el cedente: el contrato oneroso sera en- tonces conmutativo (arts. 1440 y 1441), y el contrato sera bilateral (art. 1439). En el caso que el contrato de cesién de contrato fuere oneroso, el cedente sera acreedor del cesionario por el precio estipulado, y tendra ademas los derechos potestativos deriva- dos de la naturaleza bilateral del contrato, como el de ejercer la accion resolutoria emanada de la condicion resolutoria taci- ta (art. 1489). En cambio, si el contrato de cesién fuere gratuito, el ce- dente tendra frente al cesionario la misma posicién que el donante frente al donatario. B. EFECTOS PARA EL CESIONARIO Si el contrato fuere oneroso, la principal obligacién del cesionario es pagar al cedente la retribucién convenida, la cual ordinariamente con- sistira en un precio en dinero. Ademas, como recién se vio, el cesionario tendra también los derechos potestativos derivados de la naturaleza bilateral del contrato, como el de ejercer la accién resolutoria (art. 1489), en caso de incumplimiento del cedente de su obligacién de transferirle su posici6n contractual. La obliga- ci6n del cesionario de pagar la retribuci6n 0 precio convenido no es necesariamente una obligacién de ejecucién instantanea, desde que puede diferirse en el tiempo y efectuarse por parcialidades. Naturalmente que en el caso que el contrato de cesién de contrato fuere gratuito, la obligaci6n del cesionario recién referi- da no existira. Entre el momento en que el contrato de cesién se perfecciona y el momento en que la cesién se efecttia, por medio de la tradi- cién de la posicién contractual del cedente al cesionario, este ultimo ain permanece extrafo a la relaci6n contractual origina- ria. En cambio, es parte en el contrato mismo de cesi6n. Como consecuencia de lo dicho, el cesionario no tiene todavia relacién alguna con el contratante cedido, no puede accionar en su con- tra, ni puede ser objeto de acciones por parte de éste. Su tinico derecho es frente al cedente, para exigirle el cumplimiento de su obligacion de transferirle su posicién contractual, y con ella, los documentos que acrediten la existencia y validez del contrato. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 320 EL PATRIMONIO después, y atiende tan s6lo a su instrucci6n, senalando que aquel que logra darse a entender por escrito es plenamente capaz, y el que no lo logra es absolutamente incapaz, aunque revele inteli- gencia y pueda expresarse por medio de signos. Conforme al art. 1447 inc. 3°, son relativamente incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdiccién de administrar lo suyo. Antes de la modificacién introducida al Cédigo Civil por la Ley N° 18.802, publicada en el Diario Oficial de 9 de julio de 1989, también lo eran las mujeres casadas no divorciadas a perpetuidad ni separadas totalmente de bienes. Las separadas parcialmente de bienes eran incapaces en cuanto a los bienes no comprendidos en la separacion. A pesar de que la Ley N® 18.802 elimin6 a las mujeres casadas de la lista de las relativa- mente incapaces, pensamos que atin conservan tal caracteristica de manera larvada. Abordamos este punto en el numero 188. Para determinar la validez del acto juridico de que se trate en el supuesto que intervenga un incapaz sin la concurrencia de su representante legal, debe estarse, como es natural, al momen- to en que se celebré el acto. Si en ese momento existia la incapa- cidad, el acto juridico sera nulo absoluta o relativamente, segin el caso. En cambio, si la incapacidad sobrevino posteriormente, el acto sera perfectamente valido. Esta regla general es abando- nada, sin embargo, por nuestro ordenamiento juridico en el caso de la oferta, puesto que el art. 101 del Codigo de Comercio hace caducar la oferta si ocurre la incapacidad legal sobreviniente del proponente. 152. LAS PERSONAS JURIDICAS TIENEN SIEMPRE UN “SUJETO DE ADMINISTRACION” O REPRESENTANTE Si el interés juridico protegido por el ordenamiento no es una persona fisica, ese interés (o persona juridica) no podra adminis- trar su propio patrimonio por razones naturales. En las personas juridicas, el “sujeto de goce” y el “sujeto de administracién” deben necesariamente ser distintos. Quien adopta las resoluciones en el caso de las personas juridicas es el “6rgano”, llamado a ello por la ley 0 por los estatutos de dichas personas juridicas. Los arts. 551 y 552 de nuestro C.C. senalan al respecto: “Las corporaciones son representadas por las personas a quienes la ley o las ordenanzas respectivas, o a falta de una y otras, un acuerdo de la corporacion ha conferido este caracter” (art. 551). “Los actos del representan- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 3a EL PATRIMONIO carece de causa: lo que acontece en verdad es que el contrato no se ha generado por falta de uno de sus elementos esenciales. Y en los contratos gratuitos, la falta de liberalidad 0 beneficencia se confunde con la falta de consentimiento, que es otro elemento esencial para la generacién del contrato. En los contratos bilatera- les, por fin, la concepcién de causa también resulta imdtil, puesto que la causa de la obligacién de uno de los contratantes es el objeto de la obligacién del otro, y basta con que falte el objeto de alguna de las obligaciones para que pueda solicitarse la declara- ci6n de invalidez del contrato.** Finalmente, se ha senalado que la concepcién wadicional de la causa es incompleta, pues existen contratos no considerados en la clasificaci6n de Domat: los contratos consensuales a titulo one- roso que son unilaterales, como el contrato de promesa unilateral de compraventa o de mutuo, o el contrato de promesa unilateral de cumplir una obligaci6n civil o natural preexistente. En este tipo de contratos no esta claro cual es la causa final. A pesar de las criticas que se le han formulado, la teoria de la causa final o causa abstracta ha sido defendida por algunos auto- res, especialmente por su utilidad en relaci6n con los contratos bilaterales 0 sinalagmaticos, puesto que por su intermedio es posi- ble explicar la interdependencia que existe entre las obligaciones reciprocas que de ellos emanan. Los Mazeaud expresan al respec- to que Planiol -al formular su critica a la doctrina de la causa- “ha olvidado explicar por qué raz6n, si una obligacién carece de obje- to, la otra obligacién resulta nula. Si las obligaciones de las partes no se sirvieran mutuamente de causa, la ausencia de objeto en una de las obligaciones deberia anular esa sola obligacién y mantener subsistente la otra. La interdependencia de las obligaciones que nacen del contrato sinalagmatico, a la cual se refiere Planiol, es una constatacién y no una explicacién”.5"9 En la defensa de la teorfa de la causa final, Henri Capitant ha sostenido que la interdependencia de las obligaciones nacidas de los contratos bilaterales existe no tan s6lo al momento de la genera- cién del contrato, sino en todo el tiempo de su ejecucién, puesto que el incumplimiento de una de las partes repercute en el cumplimiento *8 Planiol, Marcel, Traité élémentair de Droit Civil, Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence, Paris, 1917, 7* edicién, tomo II, N° 1037 a 1039, pags. 344 a 346, °” Mazeaud, Henri, Léon et Jean, ob. ci , tomo II, pag. 211. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 335 de la otra. El principio de que la mora purga la mora, contenido en nuestro art. 1552, y la regla que permite al contratante diligente solicitar la resolucién del contrato o su cumplimiento, con indem- nizacion de perjuicios, contenida en nuestro art. 1489, se funda- mentan, segtin Capitant, también en la teoria de la causa.*° Nos parece que en esta afirmacion de Capitant hay una confu- sién. La causa es un requisito para la formacién del contrato que no puede influir sobre la ejecucién posterior del contrato ya for- mado. Lo que sucede es que tanto la teoria de la causa como los principios contenidos en los arts. 1552 y 1489 del C.C. chileno se fundamentan en la interdependencia de las obligaciones nacidas de los contratos bilaterales.™*! En Chile, la gran mayoria de los autores ha aceptado la con- cepcién de la causa final o causa objetiva. Entre ellos, es conve- niente sefalar a Luis Claro Solar, para quien tal conclusién “es evidente”;*” a Jorge E. Mera Molina,’ a Arturo Alessandri Rodri- guez,™ a Avelino Leén Hurtado, a Arturo Alessandri Besa**® y a Antonio Vodanovic.*” Algunos de ellos, sin embargo, como Aveli- no Le6én Hurtado, estiman aceptable acoger la doctrina de la cau- *° Capitant, Henri, De la cause des obligations, Librairie Dalloz, Paris, 1923, N 14 y siguientes, pags. 30 y siguientes. 5 En el mismo sentido, Mazeaud, Henri, Léon et Jean, ob. cit, tomo II, pag. 212. 522 “Es evidente que, en los arts. 1445 y 1467, el legislador no se ha preocupa- do, ni podido preocuparse de las causas ocasionales de las declaraciones de voluntad, que variando hasta el infinito, tienen una existencia puramente relati- va y variable de persona a persona, de tal modo que la consideracién que consti- tuye una causa ocasional para una persona, .no tiene este alcance para otras. Tales causas presentan esencialmente un cardcter personal; no son aparentes; y para descubrirlas, no habiéndose manifestado expresamente como condiciones del contrat, como requisitos de su existencia, serfa necesario escrutar los pensa- mientos, los deseos de cada una de las partes, cosa imposible para el juez”. Véase Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo XI, pag. 309. *9 Mera Molina, Jorge E., Exposicion de la doctrina de la causa, Santiago, 1940, N® 22, pag. 32, 521" Alessandri Rodriguez, Arturo, Contratos, pag. 53, citado por Leén Hurta- do, Avelino, La causa, ob. cit., pag. 28, nota 33. 85. tampoco ha podido referirse (la ley) a la causa ocasional, pues si se atiende a los méviles o motivos psicolégicos de cada contratante, a sus represen taciones psiquicas, que varian hasta el infinito, se crearia la total inestabilidad juridica”. Véase Leén Hurtado, Avelino, La causa, ob. cit., pag. 28. 5% Alessandri Besa, Arturo, La nulidad y la rescisiin en el Derecho Civil chileno, ob. cit., Imprenta Universitaria, Santiago, 1949, N° 198, pag. 187. *” Vodanovic, Antonio, ob. cit., tomo I, N° 569, pag. 428. 336 EL PATRIMONIO sa ocasional en ciertos casos especificos, referidos a la causa ilici- ta,8 y la misma posici6n adopta Humberto Pinto Rogers.*” La jurisprudencia nacional ha adoptado también, en la generalidad de sus sentencias, la concepcién de la causa final.3*° En cuanto a aquellos Derechos extranjeros que han prescindi- do de la causa como requisito para la formacién de los actos juridicos, como los Derechos aleman, suizo y polaco, han debido sustituir la teoria de la causa por el principio extracontractual del enriquecimiento sin causa.™*! 162. CONCEPCION DE LA CAUSA PSICOLOGICA O CAUSA SUBJETIVA La causa psicolégica, causa subjetiva, causa motivo o causa del contrato, es la razon individual, el o los motivos que llevan a cada uno de los contratantes a celebrar el contrato. Los motivos varian de contratante a contratante, son personales, psicologi- cos: el vendedor puede celebrar el contrato de compraventa para hacer una determinada inversi6n con el precio que recibira, o para pagar una deuda, o para hacer una donacion, o para salir de viaje, etc. El origen de esta concepcién de la causa se remonta a los trabajos de los canonistas, que exigieron del juez que considerara no tan sdlo la causa final, objetiva, de los contratos celebrados por las partes, sino que escrutara también el objetivo psicolégico, no- expresado, no-confesado, que llev6 a cada cual a contratar, que escrutara la conciencia de cada parte, para asegurarse de la mora- lidad de la convencién acordada entre ellas. El objetivo persegui- do debe ser, segtin Bardo, “conforme a la paz, a la concordia”; 58 «aun aceptando como valido el principio general de que el Cédigo se refiere a la causa final, es forzoso reconocer que cuando se plantea un problema de causa ilicita debe atenderse a la intencién real de las partes, es decir, a los motivos individuales, a la causa ocasional, que determiné a conuatar”. Leén Hurtado, Avelino, La causa, ob. cit., pags. 28 y 29. *® Pinto Rogers, Humberto, Curso bdsico de Derecho Civil, ob. cit., tomo IV, vol. 1, Los hechos y actos juridicos (Segunda Parte), pigs. 217 y 218. 5% Véansc, por ejemplo, las siguientes sentencias: R.DJ., tomo XXIII, secc. 1’, pag. 669; R.DJ., tomo XXVI, sece. 1%, pag. 693; R.DJ., tomo XXXVI, sece. 1", pig. 361, y Gaceta 1950, 2° semestre, pag. 481. 5%! Véanse a este respecto el Cédigo Civil alemn, arts. 812 a 822, y el Codigo Federal Suizo de las Obligaciones, art. 62. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 343, consagraci6n como tal en el derecho positivo, y siguié consideran- dose como mera regla moral. La actio de in rem verso continué aplicandose en Roma, por consiguiente, s6lo en casos especificos y determinados. La regla moral sefalada por Pomponio es recogida en las Sie- te Partidas en la siguiente forma: “Ninguno non deve enriquescer torticeramente con dano de otro”.*# Pero a pesar de su antigiie- dad y permanencia en el tiempo, la regla no logr6é un tratamiento orgénico en el Cédigo Civil francés, el que omite una declaracién que la sancione de un modo genérico, y se limita a reglamentar algunos casos particulares de enriquecimiento sin causa, sin indi- car el principio a que obedecen, Entre dichos casos, Josserand senala la accesién llamada industrial o artificial, la ejecuci6n de impensas en la cosa ajena, las recompensas entre los conyuges en régimen de comunidad de bienes y la comunidad conyugal, el caso de nulidad del contrato celebrado por un incapaz, y el pago de lo no debido.™* Por no haberse contemplado como declaracién general en el Cédigo Civil francés, tampoco existe una declaracién de esa indo- le en los demas Cédigos Civiles que adoptaron como modelo el Cédigo de Napoleon, entre los cuales se encuentra el Cédigo chileno. Nuestro Cédigo aplica los principios de esta institucion en miultiples casos, entre los cuales pueden mencionarse los si- guientes: a) De acuerdo al art. 2325, si una persona paga los dafios causa- dos por otra persona que de ella depende, tiene derecho a ser indemnizada sobre los bienes de ésta, si los hubiere. b) Conforme al art. 1688, en caso de declararse nulo un contrato celebrado con un incapaz, el que contrato con él no puede pedir restitucion 0 reembolso de lo que gast6 o pago en virtud del contrato, sino en cuanto pruebe haberse hecho mas rico con ello el incapaz. c) Seguin los arts. 904 y siguientes, que reglamentan las prestacio- nes mutuas, el reivindicador victorioso debe pagar al poseedor vencido las reparaciones necesarias que haya hecho, esté este ultimo de buena o de mala fe. & Partida 7, Titulo 34, regla 17. 8 Josserand, Louis, ob. cit., tomo II, vol. I, pag. 452. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 347 obligaciones, es una raz6n mas para que no pueda confundir- se “causa del acto juridico” con “enriquecimiento sin causa”, como hacen algunos.*™ e) Ausencia de otra accién expresamente concedida por la ley (la accién “de in rem verso” es subsidiaria). Si la ley ha concedido al empo- brecido alguna accién especifica, que conserve su eficacia juri- dica, sea que esa accién emane de algtin contrato, delito o cuasidelito, sea que emane de alguno de los cuasicontratos expresamente reglamentados, como la agencia oficiosa 0 el pago de lo no debido, no tendra derecho a ejercitar la accién de in rem verso, la cual tiene el caracter de subsidiaria. Lo mis- mo sucede si el empobrecido puede echar mano a alguna accién eficaz emanada de un derecho real. Si por alguna cir- cunstancia de hecho, la accién a que tendria derecho normal- mente el empobrecido se hubiese tornado ineficaz, podria recurrir extraordinariamente a la accién de in rem verso. La jurisprudencia francesa resolvié en una ocasién conceder esta acci6n al empresario que ¢fectué trabajos de reparacién en un inmueble por cuenta de su comprador, el cual, al caer en insolvencia, no pudo pagar ni al vendedor ni al empresario. Este empresario habria contado normalmente de una accion contra el comprador: la que emana del contrato celebrado entre ellos; pero esta acci6n resultaba en el hecho ineficaz en razon de la insolvencia del comprador, por lo cual el tribunal estim6 admisible la accién de in rem verso del empresario con- tra el vendedor, que en raz6n de la falta de pago del precio, habia recuperado la propiedad del bien raiz vendido por ha- berse resuelto el contrato de compraventa."™* En cambio, se ha resuelto por los tribunales franceses que la acci6n de in rem verso no puede ser acogida si la accion de que formalmente esta provisto el empobrecido hubiere pres- crito, o si la cosa que fue del empobrecido hubiere sido adqui- rida por otro, por medio de la prescripcion adquisitiva: resolver lo contrario seria dejar incumplidas las disposiciones que re- glan la prescripcion. Finalmente, también se ha resuelto que debe negarse la accién de in rem verso en el caso que el empo- 558 Véase ntimero 157. © Sentencia de 11 de septiembre de 1940, reproducida en Mazeaud, Henri, Léon et Jean, ob. cit. tomo II, pag. 648. 348, EL PATRIMONIO brecido haya perdido por su hecho o culpa la acci6n de que normalmente estaba provisto.”” 168. EFECTOS DEL ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA Acogida la accién de in rem verso, el enriquecido debera devolver al empobrecido e/ monto del enriquecimienio. En el caso que no sean idénticos el monto del enriquecimiento y el monto del empobre- cimiento, y este tiltimo sea menor que el primero, la jurispruden- cia ha resuelto que lo que se debe restituir es la cantidad menor, la cantidad en que el empobrecido se ha perjudicado, pues de lo contra- rio dicho empobrecido se convertira en enriquecido. Por regla general, se ha aceptado que cl momento que debe considerarse para determinar el monto del enriquecimiento y del empobrecimiento es el de la instauracion de la accidn, pues si se produjo algtin enriquecimiento 0 empobrecimiento con anteriori- dad, pero luego tal circunstancia desapareci6, no pareceria justo acogerla. “Es asi como la obligaci6n que pesa sobre el deudor esta do- blemente limitada: por su propio enriquecimiento y por el empo- brecimiento de su acreedor.”*° 169. EL QUE ALEGUE QUE ALGUIEN SE HA ENRIQUECIDO SIN CAUSA DEBERA PROBARLO Se presume que todo enriquecimiento tiene causa, que el enri- quecimiento es legitimo: aquel que alegue que es injustificado deberd acreditarlo, debera probar la falta de causa. La prueba corresponde, en consecuencia, al demandante, al que interpo- ne la accién de in rem verso. Al resolver en este sentido, no hacemos sino reiterar la regla general contenida en el art. 1698 del C.C. 5 Sentencia de 11 de julio de 1899, citada por Josserand, Louis, ob. cit., tomo II, vol. I, pag. 460, cita 20. © Mazeaud, Henri, Léon et Jean, ob. cit. tomo II, pag. 646, Estos autores citan algunas sentencias que han acogido los principios referidos. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 349 170. LA CONCEPCION DE LA OBLIGACION COMO UN VINCULO ENTRE PATRIMONIOS PERMITE EXPLICAR MEJOR EL. ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA El enriquecimiento sin causa y su accién de in rem verso pueden entenderse mejor si se acepta la concepcidn de la obligacién como un vinculo entre patrimonios, y no como una relacién entre acree- dor y deudor. En efecto, esta institucién se fundamenta en la necesidad en que se encuentra un patrimonio enriquecido sin causa, de reparar el empobrecimiento sufrido por otro patrimo- nio, sin que hayan intervenido en esas circunstancias las volunta- des, el consentimiento, de las personas que puedan aparecer como titulares de dichos patrimonios. Podria hablarse de um verdadero caso de responsabilidad objetiva, ajena al querer, a la voluntad de los interesados. 171, NECESIDAD DE LEGISLAR La jurisprudencia chilena se ha mostrado en general temerosa, sin Ja audacia que ha tenido la jurisprudencia francesa, para aceptar algunas figuras juridicas no reglamentadas expresamente en la ley positiva, como sucede con el enriquecimiento sin causa. En estas circunstancias, estimamos necesario legislar sobre esta institucién, para que Ilegue a aceptarse como fuente auténoma de obligaciones. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS IN CIONES DEL PATRIMONIO 351 dustrial, peculio adventicio extraordinario y peculio adventicio or- dinario) y del derecho de administracion que tiene el padre sobre los bienes del hijo. En consecuencia, se estudiaran en este capitu- lo todos los casos de menores sujetos a patria potestad, en los cuales las reglas legales son sustancialmente idénticas, salvo los casos de excepcién que oportunamente se senalaran. Los casos a que nos referiamos en primer lugar son los del hijo legitimo propiamente tal (art. 240 inc. 1°); los del hijo que esta en el vientre materno y que si naciere vivo se presumiria legitimo (art. 240 inc. 2°); los del hijo legitimado por matrimonio posterior de sus padres (art. 241); los del adoptado por adopcién simple (art. 14 de la Ley N® 18.703); los del adoptado por adopcién plena (art. 1° de la Ley N? 18,703), y los del adoptado por la Ley N° 7.613 (art. 15 de la misma), todos los cuales se encuentran sometidos a patria potestad. La existencia de varios patrimonios independientes empieza en todos estos casos cuando se dan las circunstancias especificas que permiten la aparicién del peculio profesional o industrial, y concluye con la emancipa- cién, que es “un hecho que pone fin a la patria potestad” (art. 264). Es por la circunstancia de no poder existir un peculio profesional o industrial en el caso del hijo que esta en el vientre materno que el supuesto de varios patrimonios no puede darse al respecto. En cambio, las disposiciones que se estudiaran no tienen apli- caci6n en los casos del hijo natural o del hijo simplemente ilegiti- mo, los que no estan sometidos a patria potestad. En el caso de los pupilos ptiberes también pueden existir varios patrimonios inde- pendientes pertenecientes a un mismo titular; pero este caso se rige por reglas un tanto diferentes de aquellas que se estudiaran aqui para el caso de los hijos de familia. Hemos destinado la letra B de este capitulo para estudiar ese caso de los pupilos ptberes. La restriccion de la patria potestad tan solo a los hijos legiti- mos, legitimados 0 adoptivos, ha sido objeto de criticas en los Ultimos tiempos, especialmente por excluirse de ella “la especta- ble categoria de los hijos naturales”, lo que determina “que los padres naturales no tengan ninguna potestad respecto del hijo por su sola condicién de padre o madre en lo relativo a la repre- sentacién del hijo o la administracién de sus bienes”.*” Este in- Las criticas, que compartimos, son del profesor Quintanilla Pérez, Alvaro, El Derecho de Filiacién en Chile — Perspectivas para una reforma, articulo en la obra Reformas al régimen matrimonial de filiacién, de los profesores Tomasello Hart, Leslie y Quintanilla Pérez, Alvaro, Universidad de Valparaiso, Edeval, 1981, pag. 197. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 367 con la autorizacion de otras. si el padre acepta una de estas herencias sin la exigencia del beneficio del inventario, el efec- to es el que dispone el inc. 3° del articulo 1250: el hijo no es obligado por las deudas y cargas de la sucesi6n sino hasta concurrencia de lo que existiere de la herencia al tiempo de la demanda o se probare haberse empleado efectivamente en beneficio del hijo. Es un verdadero beneficio de inventario automatico y de pleno derecho. Para repudiar una herencia deferida al hijo, el padre ne- cesita la autorizacién judicial con conocimiento de causa. Esta regla de los arts. 256 y 397 esta reiterada en el art. 1236, que se refiere no sdlo a las herencias, sino también a los legados, La infraccién por parte del padre a esta exigencia de la autorizaci6n judicial acarreara la nulidad relativa de la repudiacion, f) El padre no puede provocar el juicio de particién de las herencias o de los bienes ratces en que sea comunero el hijo, sin autorizacién judicial. Lo dispone asi el art. 1322. La autorizacién judicial requerida se exige tan solo si el padre desea “provocar” la particién, pero no si concurre en representacion del hijo al juicio de particién provocado por otro comunero, ni si la particién se efecttia de comin acuerdo, en conformidad al art. 1325. Este ultimo arti- culo autoriza esta forma de partici6n aunque haya incapaces entre los coparticipes, y entre los requisitos que exige no se cuenta la autorizaci6n judicial. La sanci6n al quebrantamiento de la exigencia de la auto- rizacion judicial cuando ella es menester, es la nulidad relati- va, puesto que se trata de un requisito exigido en atencién al estado 0 calidad del hijo. g) El nombramiento de partidor hecho por el testador 0 de comin acuerdo por el padre con los demas comuneros, respecto de bienes en que tenga interés el hijo, debe someterse a la aprobacién judicial. Asi lo estable- ce el art. 1326. La omision de esta exigencia acarrea también Ja nulidad relativa. 182. RESPONSABILIDAD DEL PADRE O MADRE EN LA ADMINISTRACION DE LOS BIENES DEL HIJO La responsabilidad del padre o madre en la administraci6n de los bienes del hijo se extiende hasta la culpa leve, segtin lo senala el art. 250, disposicién que reitera la regla general contenida en va- 368 EL PATRIMONIO. rias disposiciones del Cédigo respecto de los administradores de bienes ajenos.**” Referente a aquellos bienes del hijo en los cuales el padre tiene la administraci6n y el usufructo, la responsabilidad de éste se extiende tan sélo a la propiedad, puesto que los frutos seran de dominio del padre; pero abarca también los frutos res- pecto de los bienes del hijo que constituyen su peculio adventicio extraordinario. Asi lo dice el art. 250 inc. 2°. El hijo goza de un crédito privilegiado de cuarta clase para perseguir la responsabilidad del padre por la administracién que éste haya hecho, seguin lo sefiala el art. 2481, al incluir en su N° 4° los créditos “de los hijos de familia, por los bienes de su propiedad que fueren administrados por el padre o la madre, sobre los bie- nes de éstos”. La disposicién debe entenderse comprensiva del adoptado por adopcion plena, puesto que el art. 1° de la Ley N® 18.703 expresa que dicha adopcion tiene por objeto conceder al adoptado el estado civil de hijo legitimo de los adoptantes. Del mismo privilegio de cuarta clase goza el adoptado por la Ley N* 7.613, por los bienes de su propiedad que haya administrado el adoptante, sobre los bienes de éste, conforme al art. 20 de esa ley. Sin embargo, no goza de este privilegio el adoptado por adopcién simple, por no contener disposici6n alguna a su respecto la Ley N? 18.703, y constituir los créditos privilegiados la excepcién fren- te a los créditos valistas 0 quirografarios, que son la regla general, de acuerdo a los arts. 2470, 2471 y 2488 del C.C. En los casos en que exista privilegio de cuarta clase, éste se hard valer cuando el hijo o el adoptado se hayan emancipado, y el padre, madre o adoptado estén obligados a restituir los bienes que hayan administrado. 183. ADMINISTRACION EXCEPCIONAL DEL PATRIMONIO FORMADO POR LOS PECULIOS ADVENTICIOS: FACULTADES Y LIMITACIONES DEL CURADOR En el supuesto que la administraci6n del patrimonio del hijo, formado por sus peculios adventicios ordinario y extraordinario, no corresponda al padre o a la madre, lo que sucedera en los > Esta misma responsabilidad hasta la culpa leve esti establecida en el art. 391 para los tutores y curadores, en el art. 1299 para los albaceas, y en el art. 2129 para los mandatarios. En cambio, los arts. 1748 y 1771 hacen responder a los conyuges tan sélo de dolo 0 culpa grave. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 369 casos que se indicaron anteriormente, correspondera administrar aun curador, conforme lo sefala el art. 252 inc. 2°. Este curador es un curador adjunto, segiin la regla de los arts. 344 y 348, y puede suceder que le corresponda administrar la totalidad del patrimonio formado por ambos peculios adventicios, 0 sdlo una parte del mismo, correspondiendo al padre o madre la adminis- tracién del patrimonio restante. En su administracién de los bienes del hijo, el curador tiene menos facultades que las del padre o madre. La wegla general sigue siendo la administracién libre; pero el curador esta sujeto a mayores limita ciones y restricciones que aquellas a que estin sometidos el padre o la madre. El curador podra, asf, ejecutar todos los actos y cele- brar todos los contratos que tiendan a conservar, reparar y cultivar los bienes del pupilo (art. 391); podra cobrar y percibir lo que se adeude a éste y perseguir a los deudores del pupilo por los medios legales (arts. 408 y 405); interrumpira las prescripciones que pue- dan correr contra el pupilo (art. 409); podra prestar el dinero ocioso del pupilo con las mejores seguridades, al interés corriente de la plaza, o podra emplearlo en adquirir bienes raices (art. 406); podra pagar las deudas del pupilo para conservar intacto su crédi- to y ahorrar el pago de intereses; etc. Las limitaciones a que esta sujeto el curador en la administra- cién de los bienes del pupilo son las siguientes: a) El curador no puede enajenar ni gravar los bienes raices del pupilo ni los muebles preciosos 0 que tengan valor de afeccién, sin autorizacién del juez por causa de utilidad 0 necesidad manifiesta, y en pniblica subasta. Asi lo disponen los arts. 393 y 394. La limitacién se extiende a la enajenaci6n y a la constitucién de derechos rea- les limitativos del dominio, tanto respecto de los inmuebles como respecto de los muebles preciosos o que tengan valor de afeccién. También se extiende la limitacién a la enajenacién que quiera hacer el curador, del derecho real de herencia de que sea titular el pupilo, si en él se incluyen bienes raices, muebles preciosos 0 que tengan valor de afeccién, todo por las razones que senalaremos en el capitulo XXII, al cual nos remitimos. Si asf no fuera, se eludiria y se dejaria incumplida la regla de los arts. 393 y 394, cuya funcidn es de proteccién de los intereses del pupilo, La disposici6n que estamos comentan- do no se extiende a la enajenacion forzosa que puede tener lugar con motivo de una expropiaci6n ni a la enajenacién judicial decretada en un juicio ejecutivo, como lo establece el 370 EL PATRIMONIO art. 395. Tampoco es necesario el decreto judicial en el caso de constitucién de gravamenes forzados, como una hipoteca legal o un usufructo judicial, ni para la constituci6n de una hipoteca, censo o servidumbre, sobre bienes raices que se ha- yan transferido al pupilo con la carga de constituir dichos gravamenes. Asf lo precepttia el art. 395 inc. 2°. La autorizaci6n judicial debe darse precisamente por los fundamentos sefalados en el art. 393: utilidad o necesidad ma- nifiesta, y la venta debe hacerse necesariamente en publica su- basta. Determinar si los muebles enajenados eran 0 no preciosos, y si tenian 0 no valor de afeccién, son cuestiones de hecho que escapan, en consecuencia, al control de la Corte de Casacién. En los casos de enajenacién de otros muebles, que no sean preciosos ni tengan valor de afeccién, recobra su imperio la regla general, y el curador puede obrar libremente. En caso de infraccién a las disposiciones de los arts. 393 y 394, la sanci6n es la nulidad relativa, por tratarse de requisitos exigidos por la ley para el valor de ciertos actos 0 contratos en consideracién a la calidad 0 estado del pupilo (art. 1682). b) El curador no puede donar bienes raices del pupilo; ni puede donar bienes muebles sin autorizacién del juez, el que la daré silo por causa grave; ni puede dar en arrendamiento bienes races del pupilo por mas tiempo que el que le permite la ley; ni puede aceptar una herencia deferida al pupilo sino con beneficio de inventario, ni repudiarla sin decreto judicial con conocimiento de causa; ni puede provocar el juicio de particién de las herencias 0 bienes raices en que sea comunero el pupilo, sin autorizacién judicial. El nombramiento del partidor hecho por el testador 0 de comtin acuerdo por el curador con los demds comuneros, respecto de bienes en que tenga interés el pupilo, debe someterse a la aprobacién judicial. Todas estas limitaciones y requisitos se exigen tanto en la administraci6n que hace el padre respecto de los bienes de sus hijos de familia, como en aquella que hace el curador respecto de los bienes de sus pupilos. Ellas estén contempladas en los arts. 402, 403, 407, 397, 1250, 1236, 396, 1322, 1325 y 1326 del C.C. y fueron estudiadas a proposito de las facultades adminis- trativas del padre. Nos remitimos a lo que dijimos en esa oca- sion. Debe agregarse, si, que de acuerdo a lo prescrito por los arts. 399 y 1342, efectuada la partici6n en que tiene interés un pupilo, ella debe ser aprobada judicialmente. Este requisito no se exige para la particion en que tenga interés un hijo de familia. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 371 c) El curador no puede obligar al pupilo como fiador sin autorizacién judicial por causa urgente y grave, y sélo en favor de ciertas personas especificas. E] art. 404 dispone que el pupilo es incapaz de ser obligado como fiador sin previo decreto judicial, que s6lo au- torizara esta fianza a favor de un cényuge, de un ascendiente 0 descendiente legitimo o natural, y por causa urgente y grave. Si no se obtiene la autorizaci6n judicial exigida por este articulo, se producira nulidad relativa, por tratarse de un re- quisito exigido por la ley para el valor de la fianza en conside- raci6n a la calidad 0 estado del pupilo (art. 1682). En cambio, algunos autores han estimado que si la fianza se otorga en favor de personas distintas que las sefialadas en el art. 404 la nulidad serfa absoluta, por contener ese precepto una verda- dera prohibicién para el pupilo de afianzar a otras personas que las alli indicadas. Nosotros adherimos a esta opini6n. d) El curador no puede celebrar ningin acto 0 contrato en que directa 0 indirectamente tenga interés el mismo curador 0 alguna de las perso- nas sertaladas por la ley, sin la autorizacién de los otros curadores generales no implicados, 0 la autorizacién del juez en subsidio; pero ni aun con esas aulorizaciones puede el curador comprar bienes raices del pupilo 0 tomarlos en arriendo para si o para las personas consignadas en la ley. El art. 412 en su inc. 1° establece la exigencia de la autorizacién de los demas curadores generales no implicados, o la del juez en subsidio, en el caso de existir incompatibilidad de intereses entre el pupilo y el tutor, o entre el primero y ciertas personas muy préximas al tutor. Dice este inciso: “Por regla general, ningun acto 0 contrato en que directa o indirec- tamente tenga interés el tutor o curador, 0 su cényuge, 0 cual- quiera de sus ascendientes 0 descendientes legitimos, 0 de sus padres o hijos naturales, o de sus hermanos legitimos o natu- rales, o de sus consanguineos 0 afines legitimos hasta el cuarto grado inclusive, o de alguno de sus socios de comercio, podra ejecutarse o celebrarse sino con autorizacion de los otros tuto- res o curadores generales, que no estén implicados de la mis- ma manera, 0 por el juez en subsidio”. La sanci6n a la falta de autorizaci6n exigida por esta dispo- sici6n para el caso contemplado en ella es la nulidad relativa, 6 Asi opinan Somarriva Undurraga, Manuel, ob. cit, pag. 558, y Fueyo Laneri, Fernando, ob. cit., vol. III, pag. 666. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 373 bilidad es solidaria, segtin los arts. 418 y 419. Este es un caso de solidaridad pasiva legal. El pupilo goza de un crédito privilegiado de cuarta clase para perseguir la responsabilidad del curador en la administraci6n de sus bienes, conforme lo prescribe el art. 2481 N* 5°, que expresa que esta clase de créditos comprende “los de las personas que estan bajo tutela o curaduria contra sus respectivos tutores 0 cura- dores”. El privilegio se hard valer al concluir la curaduria y el curador esté obligado a rendir cuenta de su administraci6n 2. EL PUPILO PUBER 185. EL MENOR QUE NO ESTA SOMETIDO A PATRIA POTESTAD AMBIEN PUEDE TENER UN PECULIO PROFESIONAL O INDUSTRIAL SI ES PUBER, Y EN TAL CASO, TAMBIEN SERA ‘TITULAR DE DOS PATRIMONIOS, En la primera parte de este capitulo (ntimeros 173 a 184) estudia- mos la situacién de los menores sometidos a patria potestad, que en el caso de ser ptiberes y tener un peculio profesional o indus- trial, son realmente titulares de dos patrimonios diversos, com- puestos por bienes especificos, sobre los cuales pueden hacerse efectivas deudas determinadas, y que estén sometidos a un régi- men de administraci6n privativo. En los casos de los hijos naturales o de los simplemente ilegiti- mos, que no estén sometidos a patria potestad, también pueden existir dos patrimonios diferentes cuyo titular sera ese hijo natural o simplemente ilegitimo, en el supuesto que siendo puberes, ten- gan un peculio profesional o industrial. Esos dos patrimonios tie- nen un activo y un pasivo especificos, interrelacionados entre si por disposicion de la ley, en forma que el activo sirva para respon- der al pasivo, y éste pueda cobrarse en aquél. Ambos patrimonios tienen, ademas, una administracion diferente. El art. 439 senala que el menor que esta bajo curaduria tendra las mismas facultades administrativas que el hijo de familia, res- pecto de los bienes adquiridos por él en el ejercicio de una profe- sién o industria. Lo dispuesto en el art. 253 relativamente al hijo de familia y al padre, se aplica al menor y al curador. Conforme a esta Ultima disposicidn, los actos del pupilo que no fueren autori- zados por el curador lo obligaran exclusivamente en su peculio 374 EL PATRIMONIO profesional o industrial. Y si toma dinero a interés o compra al fiado (salvo dentro del giro ordinario de ese peculio), no sera obligado por esos contratos, sino hasta concurrencia del beneficio que haya reportado de ellos. 2.1. PATRIMONIO FORMADO POR EL PECULIO PROFESIONAL O INDUSTRIAL 186. ACTIVO, PASIVO Y ADMINISTRACION DE ESTE PATRIMONIO El patrimonio formado por el peculio profesional o industrial del pupilo pier se rige por las mismas reglas que el patrimonio profe- sional 0 industrial del hijo de familia; su activo y su pasivo estan compuestos por la misma clase de bienes 0 deudas, y su administra- ci6n corresponde precisamente a su titular, con las mismas limita- ciones administrativas del hijo de familia. Todo ello fue estudiado en los ntimeros 175, 176 y 177, alos cuales nos remitimos. 2.2. PATRIMONIO FORMADO POR LOS DEMAS BIENES DEL PUPILO 187. ACTIVO, PASIVO Y ADMINISTRACION DE ESTE PATRIMONIO Los demas bienes de que sea titular el pupilo piiber constituyen un segundo patrimonio respecto del cual el pupilo es relativamen- te incapaz, y que es administrado por el curador. El activo de este patrimonio esta constituido por los mismos bienes que integran el patrimonio del hijo de familia, formado por la reuni6n de los dos peculios adventicios, a que nos referimos en el niimero 179, y al cual nos remitimos. Sin embargo, el pupilo piiber tendré derecho a todos los frutos que produzcan los bienes de que sea dueno, cosa que no sucede en el caso del hijo de familia con los bienes que constituyen el peculio adventicio ordinario, cuyos frutos pertenecen al padre. El curador no goza de usufructo legal de ninguna especie. En lo que se reficre al pasivo, no rige en este caso la regla excepcio- nal del art. 254, en virtud de la cual los actos y contratos que el hijo de familia celebre fuera de su peculio profesional o industrial, y que el padre o la madre en su caso autoricen o ratifiquen por escrito, obligan directamente al padre o a la madre, y s6lo subsi- diariamente al hijo, hasta concurrencia del beneficio que éste haya aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 382 EL PATRIMONIO de adoptar como tal el régimen de participacién en los gananc les o derechamente el de separaci6n total de bienes, son respons bles de los defectos de esta nueva ley. Estimamos, asi, que esta Ley N® 18.802 “se qued6 a mitad de camino”, entre el sistema que le antecedi6 y el objetivo que se propuso, con todos los inconvenien- tes de las cosas hechas a medias. En lo que dice relacién con la incapacidad de la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal, esa incapacidad fue elimi- nada formalmente de los articulos del Cédigo Civil que la estable- cian, especialmente del art. 1447. En consonancia con ello, el marido dejé de ser representante legal de su mujer, eliminandose tal calidad de los articulos que la contemplaban, como el art. 43. En consecuencia, nadie puede sostener hoy en Chile que la mujer casada sea incapaz, ni por ser mujer, ni siquiera por ser casada. El baldon oprobioso de la incapacidad ha sido levantado. La conclusion formal recién senalada dista mucho, no obstan- te, de la realidad factica. En efecto, si se entiende por “capacidad de ejercicio” la facultad que tiene un sujeto de derecho para obli- gar “sus” bienes por un acto voluntario suyo, esto es, para manifes- tar voluntad vinculante, el concepto de “capacidad” no puede considerarse dentro de un limbo abstracto, sino precisamente en relaci6n con los bienes concretos y especificos que podran resul- tar obligados por medio de esa declaracién de voluntad. Una per- sona no es “capaz” si -teniendo bienes en su patrimonio y pudiendo manifestar voluntad juridica— no es apta para obligar esos bienes con esa manifestaci6n de voluntad. Esta es la situaci6n en que, a nuestro entender, se ha colocado a la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal, confor- me a las nuevas disposiciones de la Ley N° 18.802. En efecto, la mujer puede llegar a tener, como se vera luego, varios patrimo- nios diferentes si esta casada bajo el régimen de sociedad conyu- gal. Entre esos patrimonios, pueden sefialarse: el que esta constituido por los bicnes de su propiedad que no ingresan al patrimonio social (haber propio); el denominado “patrimonio re- servado”, establecido en el art. 150 del C.C., y el “patrimonio separado”, en el caso que los cényuges hayan pactado separacién parcial de bienes en las capitulaciones matrimoniales. A estos tres patrimonios, de los cuales la mujer es titular, deben agregarse el patrimonio social, que pertenece a la sociedad conyugal y que administra ordinariamente el marido, y el patrimonio propio de este Ultimo, DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 383 Pues bien, el problema de la capacidad 0 incapacidad de la mujer casada dice relacién tan s6lo con los bienes incluidos en su “haber propio”, esto es, con los bienes de su propiedad que no ingresan al haber social. El “patrimonio reservado” del art. 150 y el “patrimonio separado” eran administrados por la mujer aun antes de la dictacion de la Ley N° 18.802, puesto que respecto de ellos era plenamente capaz. Y en cuanto dice relacién con el “ha- ber social” o con el patrimonio propio del marido, no cabe hablar de capacidad o incapacidad, puesto que juridicamente se trata de patrimonios ajenos a la titularidad de la mujer, que le esta prohibi- do administrar sin mandato. En estas circunstancias, resulta que el patrimonio propio de la mujer, o “haber propio”, que debiera haber pasado a administrar si hubiera devenido realmente en una persona capaz, continia siendo administrado por el marido. Asi lo senala el art. 1749, que no ha sido modificado en esta parte por la Ley N° 18.802: “El marido es jefe de la sociedad conyu- gal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer...” En consecuencia, por muy capaz que aparezca la mujer en teoria y luego de haber sido eliminada de la lista de relativamente incapaces del art. 1447, no tiene aptitud juridica para administrar sus bienes propios, los cuales continiia administrando el marido, ya no como representante le- gal, puesto que ha dejado de serlo, sino simplemente con el titulo de “jefe de la sociedad conyugal”, con que lo distingue el art. 1749. 189. PUEDEN LLEGAR A EXISTIR HASTA CINCO PATRIMONIOS DIFERENTES EN EL CASO DE UN MATRIMONIO SOMETIDO AL REGIMEN DE SOCIEDAD CONYUGAL En un matrimonio sometido al régimen de sociedad conyugal pueden llegar a existir hasta cinco patrimonios diferentes entre si, con un activo y un pasivo especificos y una administracién auténo- ma. Tales patrimonios son los siguientes: 1) Patrimonio de la sociedad conyugal o bienes sociales, dentro del cual se incluyen tanto el denominado “haber absoluto” como el “haber relativo”, y forman el pasivo las deudas que en definitiva gravaran esos haberes. 2) Patrimonio propio de la mujer, constituido por los bienes de su propiedad que no ingresan al patrimonio social, y por las deudas que en definitiva se cobraran sobre tales bienes. 3) Patrimonio propio del marido, constituido por idéntico tipo de bienes y deudas que el de la mujer. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 397 da) de la sociedad conyugal, cuyo patrimonio esta confundido con su patrimonio propio, por lo cual es obviamente perse- guible el patrimonio social si ese administrador lo obligé personalmente. Por haber sido contraidas por la mujer durante el matrimonio con autori- zacién del marido, o bien con mandato general o especial de éste. Asi lo expresan los arts. 1740 N° 2° y 1751, los que sientan la regla que la autorizacién del marido trae como consecuencia que resultan obligados Jos bienes sociales y los propios del marido, y no los bienes propios de la mujer, los que podran perseguirse tan sdlo hasta concurrencia del beneficio particular que ella reporte del acto. Por consiguiente, los acreedores podran perseguir sin pro- blemas los bienes sociales en el caso en estudio. Por haber sido contraidas por la mujer durante el matrimonio con autorizacién judicial otorgada por impediment accidental del marido en casos urgentes, con tal que haya podido presumirse el consentimiento de éste. Asi lo dispone el art. 1740 N® 2°. En este caso, como en el anterior, quedan obligados los bienes sociales y los del marido, y los bienes propios de la mujer solo hasta concurrencia del bene- ficio particular que ella reportaré del acto. En consecuencia, ef tinico caso en que no es posible perseguir el patrimonio social es aquel en que la mujer ha sido autorizada por el juex contra la voluntad del marido. En este caso queda obligado solamente el patrimonio propio de la mujer; pero los acreedores podran perseguir los bienes sociales y los del marido si prueban que el acto cedi6 en beneficio de esos patrimonios, y hasta concurrencia de tal beneficio. La prueba, en este caso excepcional, corresponde producirla al acreedor que in- tenta perseguir el patrimonio de la sociedad conyugal, confun- dido con el del marido. Por haber sido contraidas por el marido y la mujer de consuno, 0 en que la mujer se obligue solidaria o subsidiariamente con el marido. En este caso son perseguibles el patrimonio social y el del marido, pero no el patrimonio de la mujer, el que podra perseguirse tan solo si los acreedores probaren que el contrato cedié en utilidad personal de la mujer, en conformidad con lo estable- cido por el art. 1751 inc. 3°, y en tal caso, esos acreedores podran perseguir los bienes que la mujer administre como titular de un patrimonio reservado o de un patrimonio separa- do parcialmente (art. 137 inc. 1°). Por provenir de un delito 0 cuasidelito cometido por el marido o por la mujer, segiin el art. 1748. En cuanto al resarcimiento del danio aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 402 EL PATRIMONIO e) si se realizaren en los bienes propios de los cényuges, genera- ran una recompensa contra el patrimonio propio del cényuge beneficiado, en los términos del art. 1746. Para que estas cargas y reparaciones ingresen al pasivo absoluto de la sociedad, deben haberse devengado o ejecuta- do durante la vigencia de la sociedad conyugal. Si ello hubiere ocurrido antes del matrimonio, serin deudas personales del cényuge propietario, que si son pagadas por la sociedad, gene- raran una recompensa contra dicho cényuge, conforme al art. 1740 N° 3°. Los gastos de mantenimiento de los conyuges (art. 1740 N° 5°, pri- mera parte). Se ha pensado que este gasto es una compensa- ci6n al hecho de beneficiarse la sociedad con el trabajo de los coényuges, lo que es efectivo en cuanto se refiere al marido, pero no lo es respecto de la mujer que trabaja separadamente de él. Estos gastos son los que se devengan durante la vigencia de la sociedad conyugal; si fueren causados antes del matrimo- nio o después de la disolucién de la sociedad conyugal, seran de cargo exclusivo del cényuge que los caus6, y, en consecuen- cia, seran considerados como personales suyos. Si la sociedad los paga, tendra derecho a recompensa, segtin el art. 1740 N° 3°, Entre estos gastos de mantenimiento deben incluirse los de vivienda, alimentacién, vestuario, médicos y medicinas, en- tretenimientos razonables, desarrollo fisico e intelectual. Los gastos de la ultima enfermedad son, por ende, gastos sociales; pero no asi los de funerales, que se realizan cuando ya la sociedad conyugal se ha disuelto por el fallecimiento de uno de los cényuges. Estos tltimos gastos son de cargo de la suce- sién del cényuge fallecido.* Los gastos de mantenimiento, educacién y establecimiento de los des- cendientes comunes (arts. 228, 1740 N° 5°, segunda parte, y 1744). Entre los gastos de mantenimiento (denominados también de crianza) deben entenderse incluidos los de vivienda, alimenta- ci6n, vestuario, médicos y medicinas, entretenimientos razona- bles y desarrollo fisico e intelectual, tal como acontece con los cényuges. Entre los gastos de educaci6n se incluyen los pagos ® En este sentido, Fueyo Laneri, Fernando, ob. cit., tomo Il, pag. 79. 406 EL PATRIMONIO. que sea responsable el cényuge heredero, y que hayan sido pagadas con dineros sociales. Al estudiar el pasivo absoluto, sefialamos que son de cargo del patrimonio social, sin derecho de recompensa, todas las pensiones e intereses que corran sea contra la sociedad, sea contra cualquiera de los cényuges y que se devenguen durante la sociedad (letra a) del ntimero 194). Pero esa disposicién no se extiende a las amortizaciones que se hagan al capital, ni al reajuste de este mismo capital. Si la socie- dad realiza los pagos de estas amortizaciones y reajustes, podra cobrar posteriormente las sumas invertidas en ello al cényuge beneficiado por la via de la recompensa. En consecuencia, los pagos de esas amortizaciones y reajustes deben entenderse pertenecientes al pasivo relativo de la sociedad conyugal. Expresamos asimismo, al estudiar el pasivo absoluto, que son de cargo social las cargas y reparaciones usufruc- tuarias de los bienes sociales o de cada cényuge (letra d) del ntimero 194), entendiéndose por tales las expensas ordinarias de conservacién y cultivo, y el pago de pensio- nes, cdanones y cargas periddicas a que estén afectos esos bienes; pero no abarcando las obras 0 reparaciones mayo- res, esto es, aquellas que ocurren por una vez o a largos intervalos de tiempo y que conciernen a la conservaci6n y permanente utilidad del bien de que se trate. Si estas obras 0 reparaciones mayores se vealizan en los bienes propios de alguno de los cényuges, generaran una recompensa contra el patri- monio propio del cényuge beneficiado, en los términos del art. 1746. En consecuencia, los pagos de estas obras 0 reparaciones mayores deben entenderse pertenecientes al pasivo relativo de la sociedad conyugal. Lo mismo aconte- cera si las cargas y reparaciones usufructuarias de los bie- nes de los cényuges se hubieren devengado o cjecutado antes del matrimonio, pero hubieren sido pagados des- pués del mismo con dineros sociales. También dijimos, al estudiar el pasivo absoluto, que los gastos de mantenimiento de los c6nyuges son de cargo del patrimonio social (letra e) del ntimero 194). Pero si estos gastos fueren causados antes del matrimonio o después de la disolucion de la sociedad conyugal, serén considerados como per- sonales del cényuge que los causé. Si la sociedad los paga, 408 EL PATRIMONIO del ntimero 191), las especies muebles que cualquiera de los cényuges adquiera durante el matrimonio a titulo gratuito (le- tra d) de ese ntimero), la parte del tesoro que ingresa a la sociedad con cargo de recompensa (letra f), y los demas que se estudiaron anteriormente. Deben agregarse el caso en que ingrese a la sociedad conyugal el valor del bien propio de uno de los cényuges, vendido durante la vigencia de la sociedad, a que se refiere el art. 1741, y el caso del pago de una deuda social con bienes propios de uno de los cényuges. Todas las recompensas generadas por el ingreso de estos bienes al “ha- ber relativo” deben agregarse al pasivo social, aunque no sean exigibles durante la vigencia de la sociedad conyugal. A su disoluci6n, sin embargo, se convertiran en deudas sociales ple- namente exigibles, por lo que no existe raz6n alguna para excluirlas de la lista del pasivo. 195. ADMINISTRACION ORDINARIA DEL PATRIMONIO SOCIAL. FACULTADES Y LIMITACIONES DEL MARIDO EN LA ADMINISTRACION DE ESTE PATRIMONIO Por el solo hecho del matrimonio, el marido toma la administra- ci6n de los bienes sociales y los de la mujer, conforme al art. 135, y se convierte en “jefe de la sociedad conyugal”, como lo llama el art. 1749, salvo que sea menor de edad, en cuyo caso necesitara de un curador para esta administracién, segtin lo sefiala el art. 139 (antiguo 148). Esta administraci6n perdura, generalmente, mien- tras perdure la sociedad conyugal misma. En el ejercicio de sus facultades, el marido administra los bienes sociales, de acuerdo al art. 1749, como si, respecto de terceros, fuese “dueno” de ellos, segtin dispone el art. 1750, sujeto, empero, a las obligaciones y limitaciones que la ley le impone. En la relacién del marido con terceros, la mujer no aparece teniendo derecho alguno sobre los bienes sociales, y ni siquiera puede considerarsele como comunera de los mismos: tiene tinicamente un derecho en poten- © No subsiste la administraci6n del marido después de disuelta la sociedad conyugal, ni siquiera para los efectos de la liquidacion de la misma; esa liquida- cién compete a los comuneros en el patrimonio que pertenecié a la sociedad. Véanse las sentencias de la Corte Suprema, de 25 de mayo de 1932, en R.DJ., tomo XXIX, secc. 1', pag. 462, y de 29 de septiembre de 1938, en R.DJ., tomo XXXVI, sece. 1", pag. 254. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 410 EL PATRIMONIO Antes de la dictaci6n de la Ley N® 18.802, de 1989, se discutié si en el caso que el marido hubiera prometido vender por si mis- mo, sin la autorizacién de su mujer, un bien raiz social, podia el prometiente comprador exigir ejecutivamente el cumplimiento de la promesa, y asi eludir el cumplimiento de la regla contenida en el art. 1749, que protegia a la mujer, al exigir su autorizacién para “enajenar” los bienes sociales. Alessandri estimé que la enajena- cién judicial que se originaba en una promesa de comprayenta de un bien raiz social celebrada tan sdlo por el marido, sin autoriza- cién de la mujer, adolecfa de nulidad relativa, por faltarle Ia for- malidad habilitante consistente precisamente en esa autorizacién, y no poder estimarse que en el caso se tratara de una mera enaje- naci6n judicial: la voluntariedad de esa enajenaci6n estaba repre- sentada por el contrato de promesa de compraventa, que era la causa originaria de la posterior enajenacién forzada.™’ De la Maza y Larrain Rios discreparon de la opinion anterior, y estimaron que esta enajenacion judicial era una verdadera enajenacién forzada, y, en consecuencia, no se regia por el art. 1749." Fueyo, por su parte, propuso que, antes de resolver, se citara a la mujer a la presencia judicial, para que aprobara la promesa celebrada por su marido o expresara las razones de su disenso, las que calificaria el juez conforme lo autorizaba el art. 1749 inc. final. Nosotros nos inclinamos en ese tiempo por esta tiltima posicién, que creimos protegia suficientemente los intereses de la mujer, que la ley se propuso tutelar. Hoy, la discusién referida esta superada con la dictacién de la Ley N® 18.802 y la actual redacci6n del art. 1749, que establece como requisito para la promesa de enajenacién o gravamen de bienes raices sociales, la autorizaci6n de la mujer. Como ese requisito esta establecido para el valor de la promesa en consideraci6n a la calidad o estado de la mujer, y no en considera- cién a la naturaleza del contrato, su inobservancia producira nuli- dad relativa, segtin el art. 1682. También se discutié antes de la Ley N° 18.802 la validez de un contrato de arrendamiento celebrado por el marido sin la autori- ® Alessandri Rodriguez, Arturo, Reformas introducidas al Gédigo Civil y a otras leyes por la ley N° 10.271, Ediar Editores Ltda., Santiago, 1955, pags. 98 y 99. 8 De la Maza Rivadeneira, Lorenzo y Larrain Rios, Hernan, Reformas intro- ducidas al Cédigo Civil por la Ley N® 10.271, Editorial del Pacifico, Santiago, 1953, pag. 283. ® Fueyo Laneri, Fernando, ob. cit., tomo II, pags. 104 a 106. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 421 generan. No es su existencia la que estd sujeta a un hecho futuro, sino tan s6lo su exigibilidad. Fn consecuencia, estas recompensas pertenecen al activo del patrimonio propio del cényuge acreedor y deben contabilizarse en él. Acerca de su reajustabilidad entre el momento de su generaci6n y su pago, debe recordarse la nueva redaccién del art. 1734, que dispone que todas las recompensas deben pagarse en dinero, de mane- ra que la suma pagada tenga, en lo posible, el mismo valor adquisitivo que la suma invertida al originarse la recompensa. En esta materia nos remitimos a lo que sefialamos en la letra a) del numero 191. Los inmuebles subrogados a inmuebles o valores propios de los cényu- ges. La subrogaci6n real de inmuebles por inmuebles 0 por valores propios de los conyuges, establecida en los arts, 1727 N® 1° y 2° y 1733, tiene por objeto evitar la incorporacién al patrimonio social de un bien raiz adquirido a titulo oneroso durante la vigencia de la sociedad conyugal, conforme lo orde- na el art. 1725 N° 5° y conserva ese bien raiz en el patrimonio propio del cényuge que ya tenia un inmueble o valores en su haber. La instituci6n beneficia especialmente a la mujer; pero es aplicable a cualquiera de los dos cényuges. El beneficio de la mujer estriba en que ese inmueble que se subrog6 a otro inmueble o a valores que le pertenecian, no podra ser perse- guido en principio por los acreedores de la sociedad 0 del marido, puesto que pertenecera al patrimonio propio de ella. E incluso el marido se verd imposibilitado de enajenarlo sin cumplir con los requisitos sefalados en el art. 1754. En cam- bio, los bienes del marido si pueden ser perseguidos por los acreedores de la sociedad, puesto que el patrimonio de ésta y el de aquél se confunden respecto de terceros durante la vi- gencia de la primera, por lo cual la institucién de la subroga- cién no tendra especial interés para el marido. La subrogacién de inmueble a inmueble puede efectuarse por permuta o por compraventa, debiendo el bien raiz que sale del dominio del cényuge permutante o vendedor pertene- cer a su patrimonio propio, y en el caso de la compraventa que con el precio percibido por la venta se compre el inmue- ble que ingresara a ese patrimonio propio del conyuge vende- dor. Naturalmente que no es necesario que el precio del bien raiz que se compra sea pagado con las mismas monedas que se recibieron al efectuarse la venta. Una exigencia de esta natura- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 455 aparecieren entre los restos de esa nave 0 aeronave, Cuyos cuerpos o no pudieren ubicarse 0 no pudieren identificarse; 0 de los que cayeren al mar © a tierra durante la nayegacién 0 aeronavegaci6n, sin que aparecieren sus restos. En estos casos, la fecha de la muer- te presunta se fija segun el dia en que la nave 0 aeronave se perdio, y no siendo enteramente determinado ese dia, se fija un término medio en la misma forma sefialada por el art.81 N® 7°, y se concede inmediatamente la posesi6n definitiva de los bienes de los desapa- recidos. En este caso, no es necesario citar por avisos a los desapa- recidos ni esperar el plazo de tres meses indicado en el art. 81 N® 3°, Finalmente, conforme al art. 81 N° 9°, después de un ano de ocurrido un sismo 0 catdstrofe que provoque o haya podido pro- vocar la muerte de numerosas personas en determinadas pobla- ciones o regiones, cualquier interesado puede pedir la declaracién de muerte presunta de los que habitaban en esas poblaciones o regiones. La citacié6n en este caso se hace mediante un solo aviso publicado en el Diario Oficial del dia 1° 6 15 de cada mes, o del dia siguiente habil si aquel dia no lo hubicre sido, y por dos avisos publicados en un periddico de la cabecera del departamento o de la provincia si en aquél no lo hubiere, corriendo no menos de 15 dias entre estas dos publicaciones. El juez fija como dia presuntivo de la muerte el del sismo, catdstrofe 0 fendmeno naturaly concede inmedia- tamente la posesi6n definitiva de los bienes del desaparecido. Todas las sentencias que declaren la muerte presunta deben inscribirse en el Libro de Defunciones del oficial del Registro Civil correspondiente al tribunal que hizo la declaracion, segtin lo or- dena el art. 5° N* 5° de la Ley N® 4.808, sobre Registro Civil. Si la sentencia no se inscribe, no puede hacerse valer en juicio (art. 8° de la misma Ley N* 4.808). 215. EN EL. PERIODO COMPRENDIDO ENTRE LA FECHA DE LA MUERTE PRESUNTA Y LA FECHA DEL DECRETO QUE CONCEDE LA POSESION PROVISORIA O DEFINITIVA, EXISTE UN PATRIMONIO SIN TITULAR En cualquiera de los casos resetiados, el decreto judicial que declara la muerte presunta fija como dia presuntivo de la muerte una fecha anterior a la del propio decreto. No puede ser de otro modo, puesto que siempre es necesario acreditar al juez las circunstancias que llevan a presumir la muerte, y solo después que el tribunal las haya dado aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 460 EL PATRIMONIO el aborto y el infanticidio.* Por su parte, las legislaciones sanitaria y laboral contemplan diversas medidas en favor de la mujer embarazada que tienden a proteger la vida y la salud del que esta por nacer. Entre ellas, puede especialmente citar- se el reposo pre y postnatal. b) Para proteger los derechos del que esta por nacer, segiin lo indica el art. 77, que expresa: “Los derechos que se deferirian a la cria- tura que esta en el vientre materno, si hubiese nacido y viviese, estaran suspensos hasta que el nacimiento se efectic. Y si el nacimiento constituye un principio de existencia, entrara el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese existido al tiempo en que se defirieron. En el caso del articulo 74, inciso 2°, pasaran estos derechos a otras personas, como la criatura no hubiese jamas existido”. Los derechos a que se refiere esta disposici6n son los que habrian correspondido a la criatura en las sucesiones que se hu- bieren abierto mientras estaba en el vientre materno, si ya hubiese nacido, como en el caso mas frecuente del hijo postumo. Segtin Claro Solar, la disposicién del art. 77 constituye una fic- cin, en virtud de la cual se entiende que la criatura habia nacido en el momento en que fue llamada a adquirir un derecho, a aceptar o a repudiar una herencia, legado o donaci6n, ficcién subordinada al nacimiento de esa criatura con vida.“ Los requisitos para que pueda aplicarse la disposicién del art. 77 son que la criatura ya esté concebida al momento en que se le defieren los derechos de que se trate, y que el nacimiento posterior constituya un princi- pio de existencia. Precisamente para determinar la primera de estas circunstancias, el art. 76 establece la presuncién de derecho en virtud de la cual de la época del nacimiento se colige la de la concepcién, con una antelacién minima de 180 dias cabales y maxima de 300 dias, contados hacia atras desde la medianoche en que principia el dia del nacimiento. La disposicién no protege perso- nas futuras, “que al tiempo de abrirse la sucesién no existen, pero se espera que existan” (art. 962 inc, 3°), a las que nosotros nos © Sobre la proteccién de la vida del que esta por nacer, véanse Novoa Aldunate, Eduardo, ob. cit., pigs. 37 y siguientes; Salas E., Oscar, Situacién ante el Derecho del hijo que esta por nacer, Memoria de Prueba, Santiago, 1943, y Manriquez, Eduardo, Proteccién penal de la vida humana en su primera etapa, Santiago, 1963. ® Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo I, pags. 222 y 228. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 467 bles que no sean corruptibles, a no ser que esta enajenaci6n perte- nezca al giro ordinario del patrimonio administrado, 0 que el pago de las deudas lo requiera (arts. 488 y 489); pero después de transcurridos cuatro anos desde el fallecimiento del causante, el curador podra solicitar del juez (el que procedera con conoci- miento de causa) que ordene que se vendan todos los bienes hereditarios existentes, y se ponga el producido a interés con las debidas seguridades, 0, si no las hubiere, se deposite en las arcas del Estado (art. 484). La curaduria de la herencia yacente expira, como lo sefala el art. 491, por la aceptacién de la herencia por alguno de los here- deros, por el depdsito del producto de la venta de todos los bienes conforme al art. 484, y por la extinci6n o inversi6n completa de esos bienes. La herencia yacente no es persona juridica, pese a que el art. 2509, al expresar que la prescripcién adquisitiva ordinaria se suspende en su favor, encabeza la enumeracién de los beneficiados con tal suspension diciendo que esa prescripcidn se suspende “en favor de las personas siguientes”. La doctrina nacional esta conteste en negar a la herencia yacente la calidad de persona juridica, y se funda, para llegar a esta conclusién, especialmente en el art. 2346, que senala que se puede afianzar a una persona juridica “y a la herencia yacente”. La herencia yacente, en consecuencia, no pue- de ser persona juridica.*” Por consiguiente, en este caso, al igual que en los casos ante- riores, ha existido un patrimonio que de hecho ha permanecido sin titular desde la muerte del causante y hasta la extincién de la curaduria, por el depésito del producto de la venta de los bienes, segtin el art. 484, o por la extincién completa de los bienes, patrimonio que puede no haber sido aceptado jamés. Se dira que lo normal es que la herencia yacente se convierta en definitiva en herencia yacante, y pertenezca al Fisco como he- redero abintestato en el ditimo orden de sucesién, y que —acepta- da la herencia por el Fisco— se entendera que éste sucedid directamente al causante desde el dia mismo del fallecimiento, por el efecto retroactivo que el art. 1239 da a la aceptacién. Es 7 En este mismo sentido, Somarriva Undurraga, Manuel, Derecho Sucesorio, ob. cit., pag. 472, y Meza Barros, Ramén, Manual de la sucesién por causa de muerte y donaciones entre vives, Coleccion Manuales Juridicos N° 51, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 1974, pags. 358 a 360. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. an EL PATRIMONIO a) Continuacion de la personalidad del causante en el heredero. Art. 951: “Se sucede a una persona difunta a titulo universal o a titulo singular, "El titulo es universal cuando se sucede al difunto en todos sus bienes, derechos y obligaciones trasmisibles, o en una cuo- ta de ellos, como la mitad, tercio o quinto...” Art. 954: “Las asignaciones a titulo universal se llaman he- rencias, y las asignaciones a titulo singular, legados. El asigna- tario de herencia se llama heredero, y el asignatario de legado, legatario”. Art. 1097: “Los asignatarios a titulo universal, con cuales- quiera palabras que se les llame, y aunque en el testamento se les califique de legatarios, son herederos: representan la persona del testador para sucederle en todos sus derechos y obligaciones trasmisibles. "Los herederos son también obligados a las cargas testa- mentarias, esto es, a las que se constituyen por el testamento mismo, y que no se imponen a determinadas personas”. Lo que caracteriza esencialmente a los herederos es que suce- den al difunto en la totalidad de su patrimonio 0 en una cuota del mismo (art. 951), que no reciben bienes determinados, sino una universali- dad juridica compuesta por bienes y deudas relacionados entre si, 0 bien una cuota de dicha universalidad juridica, Conforme al art. 1097, estos herederos “representan” a la persona del causante para suce- derle en todos sus derechos y obligaciones trasmisibles. Desde el Derecho romano se les ha considerado como los continuadores de la persona del difunto.”! Somarriva sehala que en este caracter “estan a las duras y a las maduras”:™ reciben el activo del patrimo- nio, pero se les trasmite también el pasivo. Y, por esta raz6n, los herederos nunca son terceros absolutos respecto de los contratos celebrados por el causante, puesto que pueden resultar obligados a cumplir las obligaciones emanadas del mismo. Quien contrata lo hace para si y para sus herederos. Sélo escapan a esta regla, como lo establece el art. 1097, los derechos y obligaciones intrasmisibles. ©" Notese que el Derecho chileno, en el art. 1097 del C.C., no llega a soste- ner esta “continuacién” de la persona del causante en cl heredero, y tan sélo sefiala que el heredero “representa” al causante y queda obligado a pagar sus deudas. ? Somarriva Undurraga, Manuel, Derecho Sucesorio, version de René Abeliuk, Editorial Nascimento, Santiago, 1961, pag. 21. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 476 EL PATRIMONIO dicho requerimiento, en el cual puede manifestar su voluntad (art. 1232). Constituido en mora de declarar si acepta 0 repu- dia, se entendera que repudia (art. 1233). En el caso que no haya requerimiento judicial de ningtin interesado, no existe plazo para que el heredero manifieste si acepta o repudia la asignacién, mientras conserve su derecho a ella, esto es, mien- tras un tercero no haya adquirido la herencia por prescripcién adquisitiva de cinco o diez afios, segtin el caso (arts. 704 inc. final, 1269 y 2512). El derecho de aceptar o repudiar la herencia es un dere- cho trasmisible, conforme al art. 957. La aceptacion o repudia- cién debe ser pura y simple, y no puede someterse a modalidades, segtin lo ordena el art. 1227. No se puede acep- tar una parte o cuota de la asignaci6n y repudiar el resto, esto es, la aceptacion y repudiaci6n son indivisibles; pero en el caso de trasmitirse el derecho de aceptar 0 repudiar conforme al art. 957, cada uno de los herederos trasmitidos puede aceptar o repudiar libremente su propia cuota (art. 1228). La acepta- cién y repudiacién pueden ser expresas 0 tacitas (arts. 1241, 1242, 1243 y 1244) y, por regla general, son irrevocables (arts. 1234 y 1237). La ley contiene, sin embargo, excepciones a este ultimo principio. La aceptacion y repudiacién operan con efecto retroactivo al momento del fallecimiento del causante, esto es, sus efectos se retrotraen al momento en que la asignacién fue deferida. Si el asignatario acepta, es tal desde que fallecié el causante; si repudia, se entien- de que no lo fue jamas. Es lo que expresa el art. 1239. En armo- nia con esta disposicién, el art. 722 seiala que el que validamente repudia una herencia se entiende no haberla poseido jamas. Finalmente, la sentencia judicial dictada a peticién de un acreedor hereditario o testamentario, que declara que una persona es heredera de otra, tiene un efecto absoluto respecto de los demas acreedores, sin necesidad de nuevo juicio, como lo prescribe el art. 1246. Esta regla es una excepci6n al princi- pio general de la relatividad de los fallos, consagrado por el art. 3°, tal como lo es el art. 315 para las sentencias que se dicten en materia de legitimidad. Agréguese a todo lo expresado hasta aqui que en el caso que el heredero se adjudique algtin bien hereditario, esa adju- dicacién opera también con efecto retroactivo al dia del fallecimiento, como lo sefiala el art. 1344. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 484 EL PATRIMONIO. De conformidad con el art. 1257, el heredero beneficiario “se hace responsable no sélo del valor de los bienes que entonces efectivamente reciba, sino de aquellos que posteriormente sobre- vengan a la herencia sobre que recaiga el inventario”. Finalmente, segtin el art. 1258, “se hara asimismo responsable de todos los créditos como si los hubiese efectivamente cobrado; sin perjuicio de que para su descargo en el tiempo debido justifi- que lo que sin culpa suya haya dejado de cobrar, poniendo a disposicion de los interesados las acciones y titulos insolutos”. De manera que si el heredero por su culpa no cobra un crédito here- ditario, debera responder por éla los acreedores hereditarios como si efectivamente lo hubiera percibido. 228. EL BENEFICIO DE SEPARACION. CONCEPTO. EFECTOS El art. 1378 senala que “los acreedores hereditarios y los acreedo- res testamentarios podran pedir que no se confundan los bienes del difunto con los bienes del heredero; y en virtud de este benefi- cio de separacién tendran derecho a que de los bienes del difunto se les cumplan las obligaciones hereditarias 0 testamentarias con preferencia a las deudas propias del heredero”. Conforme a este articulo, Somarriva define el beneficio de separaci6n como “la facultad que les compete a los acreedores hereditarios y testamen- tarios a fin de que los bienes hereditarios no se confundan con los bienes propios del heredero, con el objeto de pagarse en dichos bienes hereditarios con preferencia a los acreedores personales del heredero”.7!” El beneficio de separacién puede ser solicitado indistintamen- te por los acreedores hereditarios o por los acreedores testamenta- rios del difunto, y de acuerdo al art. 1379, no es necesario ser acreedor puro y simple: basta con ser acreedor a plazo o bajo condicién para poder pedirlo. Pero los acreedores del heredero no tienen derecho a impetrar este beneficio, segtin lo establece el art. 1381, El fundamento de la instituci6n radica, para Somarriva, en la equidad, pues no resulta justo para los acreedores del difun- to ver desmejorada su situaci6n por haber sobrevenido la muerte de su deudor. El beneficio de separacion, por otra parte, no perju- dica a los acreedores del heredero, que antes del fallecimiento del 7 Somarriva Undurraga, Manuel, Derecho Sucesorio, ob. cit., pag. 655. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO XVI LOS PATRIMONIOS PLURIPERSONALES QUE CARECEN DE PERSONALIDAD JURIDICA: LAS COMUNIDADES 231. CASOS DE PATRIMONIOS QUE TIENEN VARIOS TITULARES Existen en nuestro ordenamiento juridico algunos casos en que un solo patrimonio tiene como titulares a varias personas, sean naturales 0 juridicas, esto es, patrimonios en que el centro de interés juridico protegido esta constituido por una pluralidad de sujetos de dere- chos, por varias personas. Algunos de estos patrimonios han sido privilegiados por el ordenamiento juridico, escogiéndolos especial- mente por el interés que tiene dicho ordenamiento en su eficiente funcionamiento, y les ha concedido personalidad juridica, En tal caso se encuentran las sociedades o las corporaciones. Otros patrimonios, en cambio, no han logrado ese privilegio, la ley no los favorece, € incluso los mira con malos ojos, y, en consecuencia, no gozan de personalidad juridica. Tal es el caso de las comunidades. La nocién de personalidad juridica parece ser un criterio de seleccién y privi- legio respecto de aquellos patrimonios que el ordenamiento desea especialmente favorecer. Dedicaremos este capitulo a aquellos patri- monios que no gozan del privilegio referido, esto es, a las comuni- dades, y en el proximo capitulo trataremos la nocién de personalidad juridica y los patrimonios que han sido favorecidos con ella. 232. COMUNIDAD Y COPROPIEDAD. DISTINCIONES En la doctrina ha existido una cierta confusi6n acerca del signifi- ene . A 8 cado de los términos “comunidad” y “copropiedad”. Claro Solar, por ejemplo, los estima sinénimos.”"' Tiende a imponerse, sin em- ”® Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo VI, pag. 503. Este autor sefiala: “La copro- piedad, llamada también comunidad, es el derecho de propiedad de dos 0 mas aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 493, 234, DISPOSICIONES LEGALES APLICABLES A LA COMUNIDAD EN EL C.C, CHILENO A diferencia del Cédigo Civil francés, que no trata de la comuni- dad en general y solo se ocupa de manera insuficiente de algunas de sus formas, nuestro Cédigo Civil le dedicé el parrafo 3 del Titulo XXXIV del Libro IV, denominado “Del cuasicontrato de comunidad”, arts. 2304 a 2313, aparte de otras disposiciones aisla- das que ocasionalmente se refieren al condominio 0 copropiedad. Ademéas, el Titulo X del Libro III, arts. 1317 a 1353, destinado a la particién de bienes, no es aplicable solamente a la particién de la comunidad hereditaria, como podria parecer por su ubicaci6n en el Libro II, sino a cualquier especie de comunidad, como aquella proveniente de la disolucién de la sociedad conyugal (conforme lo ordena el art. 1776), 0 a aquella originada en un cuasicontrato (segtin lo establece el art. 2313), 0 a aquella resultante de la diso- lucion de la sociedad civil (de acuerdo al art. 2115). Estas disposi- ciones del Titulo X del Libro III se encuentran complementadas por aquellas contenidas en el Titulo IX del Libro III del C.P.C., arts. 645 a 666, sobre el juicio de particion, que también son de aplicacion general a todo tipo de comunidades. Entre las disposiciones legales aisladas que ocasionalmente se refieren al condominio o copropiedad pueden senalarse los arts. 662 (sobre la especificaci6n) , 663 (sobre la mezcla), 718 (sobre la coposesion), 772 (que admite la comunidad sobre el derecho de usufructo), 742 (que admite expresamente la existencia de dos 0 mas fiduciarios y de dos 0 mas fideicomisarios), 846, 851, 852, 853, 854 y 855 (que se refieren a la comunidad en las servidumbres), 886 (que reglamenta la prescripcién en el caso que el predio dominante pertenezca a varios pro indiviso), 892 (que admite la reivindicacion de una cuota determinada pro indiviso de una cosa singular), 1110 (que se refiere al legado de la parte, cuota o dere- cho que pertenecia al testador como comunero en Ia cosa lega- da), 1812 (que admite la venta de la cuota que pertenece al comunero en la cosa comin) y 2417 (que admite la hipoteca de cuota en el mismo caso). Habria sido sin duda conveniente que nuestro legislador civil hubiera destinado un Titulo en el Libro II a tratar acerca de la copropiedad, o incluso acerca de la comunidad en general. El tratamiento legislativo que tiene la institucién en estudio senala el caracter esencialmente transitorio que don Andrés Bello concibié para ella, siguiendo en esta materia las ideas entonces prevalecien- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 505 comuneros que no concurrieron a la enajenacién, una comuni- dad, pues respecto de las cuotas de esos comuneros no concurren- tes debern aplicarse las disposiciones sobre venta de cosa ajena contenidas en el art. 1815: “La venta de cosa ajena vale, sin perjui- cio de los derechos del duefio de la cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo”. El tercero adquirente de cuotas que no pertenecian al vendedor llegara a ser poseedor de dichas cuotas, y como tal podra prescribirlas, convirtiéndose asf en due- fio absoluto de la cosa. Aquellos comuneros que no concurricron a la enajenacién podran interponer contra el tercero poseedor de sus cuotas la accion reivindicatoria que les concede el art. 892. Si con posterioridad a la venta el copropietario que vendi6 la cosa entera de la cual tenia solamente una cuota, llega a adquirir el dominio de las demas cuotas o de algunas de ellas, se producira el efecto confirmatorio senalado en los arts. 1819 y 682. Para que la cosa comtin pueda enajenarse como tal deben con- currir a la enajenacién todos los comuneros sin excepcién: ninguno de ellos podra perder su cuota en la cosa comin si no es por haber concurrido al acto de enajenacién con su voluntad, o por haberla prescrito un tercero en el caso sefialado mas arriba. Mientras per- dure el derecho del comunero en la cosa comtin, dicho comune- ro podra, ademas, ejercer la accidn de particién contra los titulares del resto de las cuotas.”” En resumen, conforme a la explicacién “romana” o “romanis- ta” de la comunidad, acogida por nuestro Cédigo, debe distinguir- se entre la cuota ideal 0 cuota-parte (que pertenece en dominio exclusivo a cada comunero) y la cosa misma (que pertenece a todos los comuneros a prorrata de sus cuotas y, en consecuencia, no pertenece a ninguno en particular), Sobre su cuota-parte, el comunero tiene un verdadero dere- cho de dominio, y puede disponer de ella sin el consentimiento de los otros comuneros, cediéndola (art. 1320), vendiéndola (art. 1812), hipotecandola (art. 2417) 0 reivindicandola (art. 892). En cambio, sobre la cosa misma, si se quiere disponer de ella o gravarla, deben concurrir todos los comuneros sin excepcion; y cada comunero aislado carece del derecho de dominio exclusivo sobre la cosa. 22 Asi lo ha dicho la jurisprudencia. Véase R.DJ., tomo XXXVIIL, 2" parte, sec. 1*, pag. 113. 506 EL PATRIMONIO 239. LA ACCION DE PARTICION En conformidad al art. 1317, “ninguno de los coasignatarios de una cosa universal o singular sera obligado a permanecer en la indivision; la particién del objeto asignado podra siempre pedir- se”, salvo que la cosa sea de indivisién forzada (caso a que se refiere el inc. 3° del mismo art. 1317) 0 que los comuneros hayan estipulado la indivisiGn, lo que no pueden hacer por mas de cinco anos, sin perjuicio de la renovacién del pacto (parte final del inc. 1° e inc, 2° del art. 1317). La disposi subraya la reticencia de nuestra legislacién al estado de indi ny consagra la llamada “accién de particién”, por medio de la cual se pone fin a dicha indivision. La denominacién de “accién de particién” parece sefialar la exigencia de un juicio mediante el cual se ponga fin a la comuni- dad; pero ello no es asi, puesto que la particion puede hacerse también sin intervencién de la justicia, por el propio causante 0 por los comuneros de comin acuerdo. En verdad, deberia hablar- se del derecho a pedir la particién; pero el término “accion de particién” ha sido consagrado por la doctrina y es utilizado por todos los autores. Somarriva la define como “la que compete a los coasignatarios para que se ponga término al estado de indivisi6n”.”* La partici6n misma, segtin Vodanovic, “es un conjunto com- plejo de actos encaminados a poner fin al estado de indivision mediante la liquidacion y distribucién entre los coparticipes del caudal poseido pro indiviso, en partes 0 lotes que guarden pro- porcién con los derechos cuotativos de cada uno de ellos”, y en sentido restringido, “es la operacién por la cual el bien comtin se divide en tantos lotes cuantos comuneros haya, recibiendo cada uno de éstos la propiedad exclusiva de uno de esos lotes”. De esta manera, “las cuotas indivisas y abstractas de cada uno de los comu- neros se transforman en partes concretas y materiales; la propie- dad indivisa es sustituida por una propiedad unitaria”.™ La accion de particién presenta las siguientes caracteristicas: a) Es una accién personal, que debe entablarse en contra de todos y cada uno de los restantes comuneros. Si se omitiere a alguno de ellos, la particién le sera inoponible por falta de concurren- cla. > Somarriva Undurraga, Manuel, ob. cit., pag. 550. “* Vodanovic, Antonio, ob. cit., Los bienes y los derechos reales, pag. 238. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 510 EL PATRIMONIO. 240, EFECTO DECLARATIVO Y RETROACTIVO DE LA PARTICION Nuestro Codigo se apart6 de la concepcién “romana” o “romanis- ta” en cuanto a los efectos declarativo y retroactivo que tienen la particién y adjudicacién de los bienes comunes a los diversos co- muneros. En efecto, en el Derecho romano la adjudicacidén tenia efecto traslaticio y se la consideraba como una enajenacién. Esta concepcién fue abandonada en el antiguo Derecho francés, don- de se postulé la retroactividad de la adjudicacién, y la nueva con- cepcién fue acogida por el Cédigo Civil francés, de donde pas6 a nuestro Cédigo.”” Se entiende por adjudicacién “el acto por el cual se entrega a uno de los indivisarios un bien determinado que equivale a los derechos que le correspondian en su cuota ideal o abstracta en la comunidad”.™ Corresponde a la radicacién del derecho cuotativo del comunero en la comunidad en bienes determinados, respecto de los cuales pasara a ser propietario exclusivo. Segtin Somarriva, se produce una especie de metamorfosis del derecho ideal y abstracto. La adjudicacién exige que el adjudicatario tenga previamente la calidad de comunero de la cosa en la que constituird luego un derecho de propiedad exclusivo. De esta exigencia provienen las diferencias entre la adjudicacién y la compraventa o cualquier otro utulo traslaticio de dominio. En efecto, en la compraventa (0 en los demas titulos traslaticios referidos) el comprador no tiene con anterioridad derecho alguno en la cosa comprada. Asi, si con motivo de una particién se realiza un remate de un bien comin con admisién de postores extranos, y en esa subasta el bien es rematado por un tercero, habra compraventa. En cambio, si fuere rematado por un comunero, habra radicacién de su derecho cuo- tativo en ese bien subastado, y, en consecuencia, habra adjudica- cidn. El hecho de haberse adquirido el bien en piiblica subasta no obsta a que el subastador tenga la calidad de adjudicatario. Asi se ha fallado.™! La Corte Suprema ha establecido, también, que en la ™ Para una mayor profundizacién de este tema, véanse Cerda Varas, Fer nando, Caricter declarativo de los actos de particion y sus efectos, Memoria de Prueba, Santiago, 1933; Delpiano Delpiano, Victor, Naturaleza juridica de la adjudicacién, Memoria de Prueba, Santiago, 1933, y Silva Bascuiin, Marcos, La particién de bienes, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 1948. * Somarriva Undurraga, Manuel, ob. cit, pag. 611. ™ R.DJ., tomo XVII, sece. 1*, pag. 417. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 515 los concurrentes, que represente a lo menos la mitad de los derechos de la comunidad, 0 por resolucion del tribunal a falta de esa mayoria, el nombramiento de uno o mas administradores pro indiviso, sus atribuciones, deberes y remuneraci6n, la determinacién del giro que deba darse a los bienes comunes durante la adminis- tracién y las demas modalidades necesarias para una adecuada gestién. Sin embargo, mientras no se celebre el comparendo con- templado en las disposiciones citadas y no sea designado el administrador pro indiviso en la forma establecida en ellas, subsistira el derecho de oposicién que tiene cualquier comu- nero respecto de los actos administrativos de los demas, y sdlo sera posible la realizaci6n de actos de mera conservacién. En consecuencia, puede sobrevenir una posible paralizacién vir- tual de los negocios comunes.” E] pacto de indivisién, como es obvio, contendra, en la mayoria de las ocasiones, las normas que los comuneros hayan estimado adecuadas para una co- rrecta administraci6n de los bienes comunes. Conforme a lo establecido en el art. 2081 N° 1°, el derecho de oposicién de cualquier comunero a los actos administrati- vos de otro u otros comuneros no puede ejercerse si ese acto ya se ha ejecutado o si ya ha producido efectos legales. c) Ninguno de los comuneros puede hacer innovaciones en la cosa comin sin el consentimienio de los otros comunenos (art. 2305 en relacion con el art. 2081 N* 4°). Debe hacerse notar que el art. 2081 N° 4° limita la restricci6n a los inmuebles. Innovar en la cosa comuin implica modificarla, alterarla, cambiar su destinacién, y no sdlo mantenerla, conservarla. Claro Solar da como ejem- plo de innovacion la transformaci6n de una casa-habitacion en un almacén comercial, 0 un campo de siembra de cereales en una plantacion de arboledas 0 vinedos.” Una innovacion de tal naturaleza excede de los limites de una administracion ordinaria y requiere la concurrencia de la unanimidad de los comuneros. ™ La Ley N° 6.071, en su art. 57, establece una forma especial de designa- cién del administrador de los edificios divididos por pisos 0 departamentos, cuando no existe reglamento de copropiedad: ese administrador es designado por la mayoria de los propictarios que representen, a lo menos, los dos tercios del valor total del edificio. ™ Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo VI, pag. 518. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO XVII LA NOCION DE PERSONALIDAD JURIDICA Y LOS PATRIMONIOS QUE GOZAN DE ELLA: SOCIEDADES, CORPORACIONES, FUNDACIONES Y OTROS 243. NOCION DE PERSONALIDAD JURIDICA. DIVERSAS TEORIAS Juridicamente, es “persona” todo sujeto de derecho, esto es, todo ente capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones y, en con- secuencia, de participar en la vida juridica. No siempre han sido sindnimos los conceptos de persona e individuo de la especie humana, puesto que los esclavos no eran considerados personas sino cosas, esto es, objetos de derecho. No obstante, desde el desaparecimiento de la esclavitud, todo ser humano es persona, es favorecido por el ordenamiento juridico que lo hace sujeto de derecho. El art. 55 de nuestro C.C. sefiala que “son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe 0 condici6n”. Sin embargo, el ordenamiento juridico, en su deseo de favore- cer 0 privilegiar a otros entes que no son seres humanos, ha exten- dido la noci6n de “personalidad”, es decir, la noci6n de “sujeto de derecho”, para abarcar con ella a estos entes, y les ha otorgado una personalidad especial, que se denomina “personalidad juridi- ca”. Tales entes pueden ser un conjunto de personas o un patri- monio destinado a ciertos fines, como sucede respectivamente con las corporaciones y fundaciones, las que se asimilan, mediante este procedimiento tan original, a los seres humanos, pues gozan junto con ellos de las caracteristicas de los sujetos de derechos. “Las personas son naturales 0 juridicas”, dice el inc. 1° del art. 54 del C.C. Creemos que vale la pena ahondar un poco en esta no- ci6n de personalidad juridica. Los autores justifican esta extensi6n de la “personalidad” a entes que no son seres humanos sefialando que los hombres tien- den naturalmente a agruparse y asociarse para satisfacer sus nece- 520 EL PATRIMONIO sidades y para alcanzar ciertos fines que no podrian realizar aisla- damente, de tipo politico, administrativo, religioso, literario, cien- tifico, artistico, caritativo o simplemente lucrativo, y que estas agrupaciones adquieren una cierta individualidad y autonomia que las diferencian de los individuos que las componen. Necesitan adquirir y poseer bienes para realizar sus actividades, asi como contraer obligaciones propias de su giro, para lo cual la ley acude en su ayuda, les concede “personalidad juridica’, y como conse- cuencia de ella, las hace titulares de un patrimonio. Lo mismo sucede si una o varias personas destinan parte de sus bienes a alguna finalidad de interés social, pues en tal caso es til, para el cumplimiento de dicha finalidad, que el ordenamiento juridico le conceda “personalidad juridica” y le permita, por consiguiente, adquirir bienes y contraer obligaciones, esto es, disponer de un patrimonio.”* Estos entes que se asimilan a las personas fisicas por gozar de su misma capacidad de goce se Ilaman también “perso- nas morales” 0 “personas civiles”,* pero preferimos el término “personas juridicas”, que patrocin6 Savigny, que esta mas asentado en nuestra doctrina y que utiliza nuestro Cédigo Civil. Vodanovic define la persona juridica como “todo ente abstrac- to que persigue fines de utilidad colectiva y al cual, como medio para la consecuci6n de éstos, la ley le reconoce capacidad de goce y ejercicio”.” La nocién de persona juridica puede encontrarse ya en el Derecho romano, que si bien no formulé una teoria general que las explicara, la reconoci6 al Estado y otros organismos publicos, y luego a algunos establecimientos cristianos, como iglesias, monas- terios, hospitales u orfanatos. En los tltimos tiempos del Imperio romano existian también personas juridicas privadas (collegia), es- %* Este es el razonamiento clasico de los autores nacionales. Véanse, por ejemplo, Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo V, pag. 384, y Vodanovic, Antonio, Curso de Derecho Civil basado en las clases de Arturo Alessandri R. y Manuel Somarriva U. — Parte General y los Sujetos de derecho, 2* parte, Editorial Nascimento, Santiago, 1971, ig. 283. pee Ambos términos son de uso comun entre los tratadistas franceses. Véanse, por ejemplo, Michoud, Leén, La théorie de la personnalité morale, y Pillet, A., Des personnes morales en droit international privé. Laurent, por su parte, acuiié el térmi- no “persona civil”. Los tres autores referidos son citados por Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo V, pag. 385. %® Vodanovic, Antonio, ob. cit., Parte General y los Sujetos de derecho, 2° parte, pag. 284. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 521 pecialmente del tipo de nuestras actuales corporaciones; pero es dudosa la existencia de fundaciones. La nocién de personalidad juridica adquiere mayor desarrollo durante la Edad Media, con motivo de la proliferaci6n de gremios, cofradias y corporaciones, y en virtud de los trabajos de glosadores y canonistas, que son los responsables de la formulaci6n de la teoria juridica de la funda- cién. La Revolucién Francesa, como reaccién contra el monopolio de produccién de las corporaciones medievales, y en defensa del libre comercio, impuso el requisito de la autorizacién del poder publico para el nacimiento de corporaciones y fundaciones, si bien consagré también el principio de la libertad de asociacién. El Cédigo Civil francés no se refirié a las personas juridicas, las que se vinieron a reglamentar en Francia tan sélo por una ley de 1° de julio de 1901. En esta materia, el Cédigo Civil chileno fue el pri- mer Cédigo del mundo que les destiné un Titulo completo: el Titulo XXXIII del Libro I, arts. 545 a 564." Posteriormente, los Cédigos Civiles de Alemania, Suiza, Japon, Brasil ¢ Italia (de 1942) han tratado con detalle esta importante materia. En doctrina, se ha discutido arduamente acerca de la concep- cién de persona juridica, acerca de la posibilidad de que existan sujetos de derechos que no sean personas naturales, y acerca de la naturaleza juridica de las personas juridicas. Las diversas teorias propuestas por diversos pensadores y juristas son ordenadas y cla- sificadas de distinta manera por los expositores. Claro Solar, por ejemplo, distingue los sistemas negativos de la personalidad juridi- ca y los sistemas de la realidad técnica 0 de la persona real, todos los cuales se oponen a la teorfa de la ficcién legal, y en cada sistema ubica a diversos autores y a distintas opiniones.”” Vodanovic, % Antes de nuestro Cédigo el Cédigo austriaco de 1811 se habia referido a las personas juridicas; pero tan s6lo en dos articulos. 7 Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo V, pags. 390 a 437. Dentro de los sistemas negativos de la personalidad juridica, este autor coloca la teoria del patrimonio colectivo (cita a los autores Van de Heuvel, Vareiles-Sommiers y Planiol) y la teoria objetiva del patrimonio o del patrimonio de afectacin (cita a los autores Brinz y Bekker), agregando la posicién negativa de los derechos subjetivos (de Duguit). Dentro de los sistemas de la realidad técnica o de la persona real, coloca la teorfa de la voluntad de las personas juridicas (cita y expone largamen- te a Michoud, a Worms, a Gierke, a Zittelmann, a Jellinek, a Hauriou, a Saleilles, a Roguin, a Holder y a Binder). Todos estos sistemas se oponen, segiin Claro Solar, a la teoria clasica de la ficcién (de Savigny y Ducrocq). 522 EL PATRIMONIO por su parte, distingue las teorfas de la ficcién (doctrinal y legal) y de la realidad (técnica y objetiva).7*° Como el objeto de este estudio no es adentrarse en cada doc- trina o posicin, sintetizaremos a continuacién las teorias que nos parecen mas interesantes, siguiendo en lineas generales la exposi- cién del iiltimo de los autores mencionados. a) Teortas de la ficcién doctrinal. Los juristas que pueden agruparse bajo este rubro han coincidido en que la nocién de personali- dad juridica corresponde a una ficcién, a un artificio, a una creacion de la imaginaci6n humana, y sefialan a la doctrina como la creadora de tal ficcién. Propugnan, en consecuencia, la eliminacién de dicha nocién de personalidad juridica del ambito del Derecho, y su reemplazo por otras concepciones. Leon Duguit, al negar la existencia de los derechos subjeti- vos, niega también la personalidad en la cual esos derechos deben asentarse. Si no existe el derecho subjetivo, tampoco puede existir el sujeto de derecho, sea un individuo de la especie humana, sea una agrupacion de individuos. Lo sefala- do no es obstaculo para que el derecho objetivo reconozca la utilidad de alguna agrupaci6n de individuos, conforme a la solidaridad social que el ordenamiento haya concebido en un momento dado del devenir histérico-social, y, en consecuen- cia, reconozca juridicamente a tal agrupaci6n de individuos, y proteja los actos realizados por ella. Lo mismo sucede en el caso de afectaci6n de ciertos bienes al cumplimiento de algtin fin social de interés para el derecho objetivo.”” Marcel Planiol piensa que la nocién de personalidad juri- dica oculta la persistencia de una propiedad colectiva paralela a una propiedad individual. Bajo el nombre de persona juri- % Vodanovic, Antonio, ob. cit., Parte General y los Sujetos de derecho, 2* parte, pigs. 287 a 300. Dentro de la teoria de la ficcién doctrinal, este autor coloca las posiciones de Duguit, Planiol, Brinz y Bekker, Ihering y del jurista mexicano Manuel Cervantes. Dentro de la teoria de la ficcién legal, cita las ideas de Savigny y Ducrocq. Dentro de la teoria de la realidad técnica, este autor menciona a Michoud, Saleilles, Gény, Ferrara y Colin y Capitant. Finalmente, dentro de la teorfa de la realidad objetiva menciona a Worms, Novicow, Fouillée, Zittelmann y Gierke. Vodanovic expone, ademis, la teoria de la institucién, de Hauriou, Re- nard, Delos y Desqueyrat; la teoria normativa de Kelsen y la que denomina “teorfa ecléctica de tipo realista”, de Bonnecasse. *® Véase Duguit, Len, Las transformaciones del derecho privado desde el Cédigo de Napoleén, Madrid, 1912, y' Traité de Droit Constitutionnel, Paris, 1921. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 523, dica se mantienen bienes colectivos, de propiedad de gru- pos humanos de mayor 0 menor tamaio, sustraidos del ré- gimen de propiedad individual. Planiol postula el reemplazo del “mito de la personalidad moral” por la nocién mas posi- tiva de “propiedad colectiva”. Esta tltima no debe confun- dirse, sin embargo, con la copropiedad, en que los coparticipes conservan una cierta autonomia para celebrar actos juridicos. En la propiedad colectiva esa autonom{a individual desaparece y los bienes son administrados en con- formidad a reglas estatutarias independientes de la volun- tad individual de los componentes del grupo. La “propiedad colectiva” es un estado particular de la propiedad, distinto de la propiedad individual y de la copropiedad. Desde el punto de vista de las concepciones del patrimonio, al lado de los patrimonios individuales, Planiol senala la existencia de “patrimonios colectivos”. El Louvre pertenece a los fran- ceses y el British Museum a los ingleses: cuando se dice que pertenecen a la persona juridica representada por el Estado de Francia o de Inglaterra se da un paso que no tiene fun- damento juridico légico.”” Brinz y Bekker, como lo hemos dicho con mas extensi6n en otro lugar, al proponer la teoria objetiva o finalista del patri- monio, desligan el concepto de persona del concepto de suje- to de derecho y postulan la existencia de sujetos de derechos subjetivos (individuales y colectivos) y objetivos, que son centros de intere- ses juridicamente protegidos, en torno a los cuales se agrupan universalidades juridicas, esto es, bienes y deudas ligados entre sf por disposicion de la ley. Las llamadas “personas juridicas” no son otra cosa, en esta concepcin, que sujetos de derechos subjetivos colectivos (sociedades, corporaciones, sindicatos, etc.) w objetivos (fundaciones), privilegiados por el ordenamiento juridico al permi- tirles ser centro de un patrimonio.”™”' Ihering afirma que sélo el hombre puede ser sujeto de derechos, y, en consecuencia, las personas juridicas no pueden serlo. Los verdaderos sujetos de derechos en el caso de las personas juri- ™ Planiol, Marcel, Traité élémentaire de Droit Civil, Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence, Paris, 1917, tomo I, 9* edicién. * Brinz, Lehrbuch der Pandekten, 1873, tomo 1, y Der Begriff der obligatio, tomo I, ob. cit,, y Bekker, Zzveckvermigen inshesondere Peculium, Handelsvermiigen und Aktien- gesellschaft, Handelsrecht, 1861, y System des breutigen Pandekienrechsts, Weimar, 1886. 526 EL PATRIMONIO ser disueltas por ella o por la ley, si legan a comprometer la seguri- dad o los intereses del Estado, 0 no corresponden al objeto de su instituci6n. Lo que se viene afirmando, en cuanto a que nuestro Cédigo acepto la teoria de la ficcidn legal, es innegable cuando se trata de personas juridicas privadas que no persiguen fines de lucro, de aquellas reglamentadas en el Titulo XXXII del Libro I del Codi- go Civil, pero no parece tan claro respecto de aquellas otras que persiguen precisamente fines de lucro, como son las sociedades civiles, tratadas en el Titulo XXVIII del Libro IV. La sociedad colectiva civil, reglamentada en dicho Titulo, se constituye por un contrato consensual, que no requiere de elemento externo algu- no y queda perfecto tan pronto como convienen en el mismo los socios de que se trate. Conforme al art. 2053 inc. 2°, “la sociedad forma una persona juridica, distinta de los socios individualmente considerados”, y, en consecuencia, no necesita de decision alguna de la autoridad estatal. Claro Solar piensa que, a pesar de estas circunstancias, las sociedades siguen la regla general de la teoria de la ficcién legal, y que la autorizacién del Estado se les concede en general por la ley, si “se someten a las formalidades legales en el otorgamiento de los actos 0 contratos respectivos”, concedién- doles la personalidad juridica “de antemano, de un modo general, a todas las colectividades 0 establecimientos formados de acuerdo con ciertas reglas fijas”.””° Nosotros pensamos que resulta forzado elevar el concepto de solemnidad (requisito de algunas sociedades) al rango de autoriza- cidn estatal que “concede la existencia” a la persona juridica de que se trata. Una solemnidad es un requisito impuesto por la ley para que un acto juridico pueda existir o tener valor, pero no se convier- te por ello en un “fiat creador” de dicho acto juridico. Si se agrega que la sociedad colectiva civil que reglamenta nuestro Cédigo ni siquiera requiere de solemnidad alguna, nos parece necesario con- cluir que, en el caso de la sociedad, el Cédigo se aparté de la teoria de la ficcién legal que habia abrazado para las corporaciones y fundaciones, y acepté la realidad de dichas sociedades. Las socieda- des nacen en Chile en cuanto retinen los requisitos generales de todos los actos juridicos y los especiales del contrato especifico de que se trate, y cumplidos esos requisitos, pasan a constituir realida- ”° Claro Solar, Luis, ob. cit, tomo V, pags. 386 y 387. 528, EL PATRIMONIO 245. LA INTERVENCION DEL ESTADO PARA CONCEDER PERSONALIDAD JURIDICA A LAS CORPORACIONES Y FUNDACIONES NO REQUIERE SER ESPECIFICA RESPECTO DE CADA UNA DE ELLAS EN PARTICULAR Don Luis Claro Solar ha sostenido”™ que la intervencién del po- der ptiblico para conceder la personalidad juridica a las corpora- ciones 0 fundaciones, aprobando los estatutos por que han de regirse, puede ser general y no requiere obligatoriamente ser es- pecifica respecto de cada una de ellas en particular. El sefor Claro Solar senala que el art. 546 dispone que “no son personas juridi- cas las fundaciones 0 corporaciones que no se hayan establecido en virtud de una ley, 0 que no hayan sido aprobadas por el Presidente de la Repiblica”. En consecuencia, la autorizacion previa puede ser otor- gada de dos maneras diferentes: por medio de una ley o por medio de una resolucién del Presidente de la Reptiblica. Nada impide que la ley establezca las condiciones que los particulares deberian Ienar para constituir una corporaci6n o fundacién, y que esa misma ley declare que todas aquellas corporaciones o fundaciones que cumplan dichos requisitos, gozaran de personali- dad juridica por el solo hecho de haberlos cumplido, sin que requieran, ademas, de un decreto presidencial. Claro Solar piensa que esta idea de una ley general aplicable a todos los casos estaba ya presente en el Proyecto de Cédigo Civil de 1853, cuyo art. 646 decia que “las corporaciones establecidas conforme a las leyes son personas juridicas...”. Esta disposicién referen- cial a una legislacién especial sobre corporaciones y fundaciones, suponia que debia dictarse una ley especial sobre la materia, en la cual podrian haberse contenido los requisitos especiales necesa- rios para su constitucién y para que gozaran de personalidad juri- dica. La modificaci6n sufrida por el art. 646 del Proyecto de 1853 no ha significado un cambio de criterio, puesto que el actual art. 546 es tan permisivo como el anterior art. 646 para una ley de las caracteristicas que estamos senalando. Nosotros coincidimos con la opinién de Claro Solar. Esta opinién se ha visto reforzada por la legislacién dictada en los ultimos anos, como la Ley N® 18.893, referida en el numero anterior. ¥* Claro Solar, Luis, ob. cit., tomo V, pag. 439. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 531 personalidad, como el nombre, la nacionalidad, la capacidad de goce, el domicilio, y para los clasicos, el patrimonio. e) En la laguna de la ley, respecto de cuales disposiciones son aquellas por las que deben regirse estas asociaciones sin perso- nalidad juridica, creemos que debe aplicarse primeramente el estatuto convenido entre sus miembros, el pacto o contrato en virtud del cual éstos se asociaron entre si. A falta de disposicio- nes acordadas entre los miembros, parece razonable aplicar a estas asociaciones las normas de las comunidades, en el caso de existir bienes comunes. Como quiera que sea, tratandose de asociaciones licitas, aceptadas por el ordenamiento juridi- co, pareceria util que la ley les sefialara ciertas normas mini- mas que debieran aplicdrseles a falta de disposiciones estatutarias 0 contractuales convenidas entre sus miembros. B. EL CASO DE LAS SOCIEDADES. LA SOCIEDAD DE HECHO Como las sociedades en general no requieren solicitar su persona- lidad juridica a la autoridad publica, los casos de sociedades que carecen de personalidad juridica se restringen tan s6lo a aquellos en que no se han cumplido los requisitos de validez exigidos por la ley, y, en consecuencia, él contrato de sociedad ha resultado nulo. Siguiendo la regla general del art. 1687, mientras la nulidad no sea declarada por sentencia judicial ejecutoriada, la sociedad debe entenderse plenamente valida, pero acogida la nulidad se enten- derd nula desde el dia de la celebracién del contrato, en razén del efecto declarativo de la sentencia. El art. 2057 se refiere a estos casos de sociedad declarada nula y dispone: “Si se formare de hecho una sociedad que no pueda subsistir legalmente, ni como sociedad, ni como donacién, ni como contrato alguno, cada socio tendré la facultad de pedir que se liquiden las operaciones ante- riores y de sacar sus aportes. “Esta disposicién no se aplicaré a las sociedades que son nulas por lo ilicito de la causa u objeto, las cuales se regirin por el Cédigo Criminal”. La restituci6n de los bienes a cada uno de los seudosocios se les hard seguin las reglas de la comunidad, puesto que la sociedad no puede entenderse que haya existido: los socios nunca fueron socios y sus aportes no pudieron ser titulos traslaticios de domi- nio, por lo que debe entenderse que nunca se desprendieron de los bienes que quisieron aportar, y los retirarén en especie, si 584 EL PATRIMONIO el mismo Estado considerado en su capacidad patrimonial), las di- versas municipalidades y los establecimientos ptiblicos, los que se senalan por via ejemplar en el inc. 2° del art. 547. Esa disposicién menciona ademas, como personas juridicas de derecho publico, a los establecimientos que se costean con fondos del erario, a las iglesias y a las comunidades religiosas. Respecto de los primeros, ya hemos indicado que la sola circunstancia de que un establecimien- to se costee con fondos del erario no es suficiente para darle catego- ria de persona juridica de derecho piiblico: habra que estarse en cada caso a las demas caracteristicas especificas de la instituci6n de que se wate.™ Respecto de las iglesias y comunidades religiosas, existe consenso en la doctrina acerca de que la disposici6n del inc. 2° del art. 547 se refiere a aquellas del culto cat6lico, por ser las uinicas que podian existir bajo el imperio de la Constitucién de 1833, vigente cuando se dicto el Cédigo Civil. No existe acuerdo, sin embargo, acerca de la calidad que tienen las iglesias y comuni- dades religiosas de los demas cultos autorizados en Chile desde que la Constituci6n de 1925 estableci6 la libertad de conciencia y culto, ni acerca de la calidad de aquellas comunidades religiosas del culto catélico que se establecieron en Chile con posterioridad a 1925.”° Conforme al art. 547 inc. 2°, las disposiciones del Titulo XXXII del Libro I no se extienden a las personas juridicas de derecho ptiblico: estas corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y re- glamentos especiales. Lo senalado debe entenderse en el sentido de que las disposiciones sobre estructura, organizacién, toma de decisiones y administracién de las corporaciones y fundaciones, contenidas en el Cédigo Civil, no se aplican a las personas juridicas de derecho ™* Algunas sentencias de nuestros tribunales no lo han entendido asi y han otorgado calidad de persona juridica de derecho publico a algunas instituciones por el solo hecho de recibir financiamiento de presupuesto nacional. Véase RDJ., tomo VI, secc. 2°, pag. 57 y tomo 25, secc. 2*, pag. 37, y Gaceta de los Tribunales, aiio 1911, N° 816, pag. 107. ™5 Véanse, sobre este punto, Montero Fehrman, Benjamin, Sitwacién juridica de las confesiones religiosas, Memoria de Prueba, Santiago, 1940; Chana Cariola, Julio, Situacién juridica de la Iglesia. Memoria de Prueba, Santiago, 1931; Barriga Errazuriz, Gonzalo, La personalidad juridica de la Iglesia ante la reforma constitucional del afio 1925, en R.D,J., tomo XXXIX, Secc. Derecho, pag. 142; Larrain Eyzagui- rre, Ivan, Estatuto juridico de la parroquia, Memoria de Prueba, Santiago, 1956; Lazo Preuss, Santiago, Capacidad de las iglesias y comunidades religiosas en sus bienes futuros, en R.DJ., tomo XXXIX, Secc. Derecho, pig. 137, y Godoy Reyes, Orlan- do, La Iglesia y los eclesidsticos ante la legislaciin chilena y ante el Derecho Canénico, Memoria de Prueba, Santiago, 1943. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 541 “las que se forman para negocios que la ley califica de actos de comercio. Las otras son sociedades civiles”. Si bien el art. 2064 senala que las sociedades civiles an6nimas estan sujetas a las mis- mas reglas que las sociedades comerciales anénimas, esa disposi- cién debe entenderse modificada por el art. 1° inc. 2° de la Ley N® 18.046, que expresa que la sociedad anénima es siempre mer- cantil, aun cuando se forme para la realizacién de negocios de cardcter civil. Las estipulaciones de las partes pueden hacer aplica- bles a las sociedades civiles las reglas establecidas para las socieda- des comerciales, segtin lo autoriza el art. 2060. Esta clasificacién es importante, pues las sociedades civiles y comerciales se rigen por disposiciones legales diferentes. Atendiendo a sus caracteres, las sociedades (sean civiles 0 co- merciales) pueden ser colectivas, anénimas, en comandita o de respon- sabilidad limitada. Las tres primeras clases estén contempladas en el art. 2061. Las sociedades de responsabilidad limitada fueron incorporadas a nuestro ordenamiento juridico con posterioridad a la dictaci6n del Cédigo Civil, con ocasién de la dictacién de la Ley N° 3.918, de 14 de marzo de 1923. 250. LA SOCIEDAD COLECTIVA CIVIL. CARACTERISTICAS. (SINTESIS) E| art. 2061 inc. 2° define la sociedad colectiva como “aquella en que todos los socios administran por si o por un mandatario elegi- do de comtin acuerdo”. La definicién es defectuosa, porque no contiene todos los caracteres esenciales de las sociedades de este tipo, los que podemos sintetizar en los siguientes: a) En cuanto a su administraci6n, si bien es efectivo lo que senala la definicién del art. 2061 inc. 2°, esto es, que ella corresponde a todos los socios o a un mandatario elegido de comin acuerdo, debe agregarse lo que disponen los arts. 2071 y siguientes. Conforme a esos articulos, hay que distinguir: a) si los socios han conferido poder para administrar la sociedad, 0 b) si no lo han hecho. En el primer caso, debe subdistinguirse si el poder ha sido conferido a un tercero o bien a uno o mas socios. La administracién de la sociedad en el caso que se haya otorgado poder a un tercero, se rige en todo por las reglas del mandato. Si el poder se ha conferido en cambio a uno o mas socios, debe estudiarse si él le o les fue otorgado en el mismo contrato de sociedad o por acto posterior, pues en el primer aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EL PATRIMONIO. las mismas formalidades que para la constituci6n primitiva”. La disposici6n es curiosa en tanto se pretenda aplicarla a la prorroga de la sociedad colectiva civil, que es consensual, y que, en consecuencia, no necesita para su constitucién de fo malidad alguna. Meza Barros ha pretendido explicar este inci- so senalando que si la sociedad se constituy6 originariamente con algunas solemnidades establecidas por las partes, deberia pro- rrogarse cumpliéndose las mismas solemnidades consensua- les.” Nos parece dificil compartir esa opinion, frente a formalidades que dependen exclusivamente de la autonomia de la voluntad, y que por ende pueden ser derogadas por ella, y preferimos pensar que la disposici6n se aplica s6lo a aquellas sociedades solemnes por disposici6n de la ley. E] art. 350 del Codigo de Comercio exige que la prorroga de la sociedad colectiva comercial se efecttie con las mismas formalidades que su constitucion; pero debe tenerse presente que, segtin la misma disposici6n, ese tipo de sociedad es so- lemne. Sin embargo, el articulo en comento no exige el cum- plimiento de tales formalidades si se trata de una simple prorroga que se produzca de acuerdo con las estipulaciones del contrato de sociedad, como es el caso de la llamada “pro- rroga automatica”. En este caso, la sociedad se entiende pro- rrogada conforme a las estipulaciones de los socios, a menos que uno 0 varios de ellos expresen su intencién de ponerle fin en el plazo estipulado, mediante una declaraci6n hecha por escritura ptiblica y de la cual debe tomarse nota al margen de la inscripcién de la sociedad en el Registro de Comercio res- pectivo, antes de la fecha fijada para la disolucién. En cualquiera de los casos de sociedad, la prorroga debe acordarse antes del vencimiento del plazo fijado para su disolucion. Vencido ese plazo, la sociedad queda irrevocablemente disuel- ta, y s6lo pueden los socios constituir una nueva sociedad. Conforme al inc. 3° del art. 2098 del C.C., “los codeudores de la sociedad no seran responsables de los actos que inicie du- rante la prorroga, si no hubieren accedido a ésta”. b) Finalizacién del negocio para que fue contraida (art. 2099). Al con- seguirse la finalidad que los socios perseguian al constituir la ™ Meza Barros, Ramén, Manual de Derecho Civil — nes, tomo I, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 5* edi las fuentes de las obligacio- én, 1976, pag. 324. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. 553 sociedad, ésta carecera en lo sucesivo de razon de ser, circuns- tancia que reconoce el art. 2099 inc. 1° como causal de su diso- luci6n. La regla es aplicable solo si la finalizacién del negocio para el cual la sociedad fue contraida tiene lugar antes del venci- miento del plazo estipulado para su disolucién. Si sobreviene el tér- mino preestablecido y la sociedad atin no finaliza el negocio referido, ella se disolvera por la llegada de dicho plazo, a no ser que el mismo sea prorrogado oportunamente segiin las reglas senaladas anteriormente. Asi lo precepttia el art. 2099 inc. 2°. c) Insolvencia de la sociedad (art. 2100 inc. 1°, primera parte). Con- forme a la disposici6n referida, es la insolvencia de la sociedad, y no su declaratoria de quiebra, la que produce su disolucién. Que la sociedad esté o no insolvente sera una cuestién de he- cho entregada a la decisién soberana de los tribunales de la instancia, que no resulta revisable por la Corte de Casacién. Es usual que en las sociedades civiles los socios estipulen que en caso de perderse un porcentaje del capital social, la sociedad se disuelva. El art. 464 del Codigo de Comercio en su redacci6n originaria, sehalaba que en las sociedades anénimas la pérdida del 50% del capital social o del porcentaje que los estatutos fijen, producia la disolucién de dicha sociedad.” d) Pérdida total de los bienes sociales (art. 2100 inc. 1°, segunda par- te). La disposicion indicada prescribe que la sociedad se di- suelve “por la extincién de la cosa 0 cosas que forman su objeto total”, frase que se ha interpretado como la pérdida total de los bienes sociales,” esto es, como la pérdida del 100% del capital social. Lo anterior es sin perjuicio de la esti- pulacion de los socios en el sentido de entender disuelta la sociedad al perderse un porcentaje menor, como se expresO en el nimero anterior, y sin perjuicio de la disposicion de la ley en los casos en que ella establezca que por la pérdida de un cierto porcentaje del capital, la sociedad deba disolverse. ®8 El art. 105 de la Ley N® 18.046, sobre Sociedades Anénimas establece que una sociedad anénima puede disolverse por sentencia judicial, si lo solicitan accionistas que representen a lo menos el 20% del capital social, en los casos de infraccién grave a la ley u otras causales allf senialadas. ™ Vodanovic, Antonio, Curso de Derecho Civil basado en las explicaciones de los profesores de la Universidad de Chile Arturo Alessandri Rodriguez y Manuel Somarriva Undurraga, tomo IV, Fuentes de las obligaciones, Editorial Nascimento, Santiago, 1942, pag. 530, y Meza Barros, Ramén, Manual de Derecho Civil, De las fuentes de las obligaciones, tomo 1, ob. cit., pag. 326. 5 EL PATRIMONIO En el caso que no exista estipulacién de los socios 0 dispo- sici6n de la ley, la pérdida parcial del capital social no pone fin a la sociedad; pero los socios pueden pedir su disolucién “si con la parte que reste no pudiere continuar ttilmente” (art. 2100 inc. 2°), cuesti6n de hecho que debera apreciarse en cada caso particular por los tribunales de la instancia. En concordancia con esta disposicién, el art. 2102 senala que si un socio ha aportado a la sociedad la propiedad de una cosa, y ella perece, subsiste la sociedad, “a menos que sin ella no pueda continuar ttilmente”. En cambio, si s6lo se ha apor- tado el usufructo, la pérdida de la cosa fructuaria disuelve la sociedad, a menos que el socio aportante la reponga a satisfac- ci6n de sus consocios, 0 que éstos determinen continuar la sociedad sin ella, Debemos confesar que no comprendemos el diverso tratamiento de la ley para los aportes en propiedad y los aportes en usufructo, especialmente en el caso que estos Ultimos no sean de gran importancia econémica y su pérdida no afecte gravemente la marcha de los negocios sociales. Incumplimiento de la obligacion de efectuar el aporte (art. 2101). El incumplimiento debe proceder del hecho o culpa de alguno de los socios, 0, a mayor abundamiento, de su dolo, quedando excluido de la causal en estudio el incumplimiento que se deba a caso fortuito. En los eventos en que proceda esta cau- sal, los demas socios podran pedir indistintamente el cumpli- miento del aporte o la resolucién del contrato de sociedad, segtin las reglas generales (art. 1489). La expresién del art. 2101 “dar la sociedad por disuelta” no desvirtia la naturaleza de la acci6n de los socios diligentes, que es una verdadera accién resolutoria.” Muerte de uno de los socios (art. 2103). Siendo la sociedad por regla general un contrato intuito personae, la muerte de cualquiera de los socios disuelve la sociedad. Sin embargo, no es el hecho mis- ™ Don Alfredo Barros Errézuriz sostuvo en sus clases que no procede en este caso I accién resolutoria, porque el incumplimiento tiene en el art. 2101 una sancién especifica, como es el derecho de los socios diligentes de dar la sociedad por disuelta. Véase Barros Errazuriz, Alfredo, Curso de Derecho Civil, tomo III, N® 248. Su posicién no ha sido compartida por el resto de la doctrina, la que ha estimado que las palabras de que se vale el legislador en el art. 2101 del C.C. no son suficientes para entender derogado para este caso el art. 1489, apli- cable a cualquier contrato bilateral. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EL PATRIMONIO 8) h Si se hubiere estipulado, en cambio, que la sociedad conti- nue con los herederos del socio fallecido, todos ellos tendran derecho a incorporarse a la sociedad, salvo aquellos que por su edad 0 por otra calidad, hayan sido expresamente excluidos (art. 2105 inc. 2°). Es usual que en el acto constitutivo se esti- pule que todos los herederos del socio fallecido deben desig- nar un representante comin para sus actuaciones frente a la sociedad y a sus consocios. Incapacidad sobreviniente de un socio (art. 2106 inc. 1°, primera parte). En raz6n de ser la sociedad de personas un contrato intuilo personae, la incapacidad sobreviniente de un socio di- suelve la sociedad, conforme al art. 2106. Asi sucedera, por ejemplo, si uno de los socios es declarado en interdiccién por demencia. La sociedad, sin embargo, puede continuar con el incapaz, en cuyo caso éste sera representado en las operacio- nes sociales por su representante legal, que sera el curador en el ejemplo propuesto. Insolvencia sobreviniente de un socio (art. 2106 inc. 1°, segunda parte). La insolvencia sobreviniente de un socio, igual que la incapacidad, pone fin a la sociedad. La insolvencia es una cuesti6n de hecho que sera apreciada soberanamente por los jueces de la instancia, y que no debe confundirse con la decla- ratoria de quiebra, que es producida por una resoluci6n judi- cial. Sin embargo, el Cédigo parece confundir ambas situaciones cuando sejala en el art. 2106 inc. 1° que la socie- dad puede continuar con el fallido (no dice con el insolvente, como debi6 decir), el que sera representado en las operacio- nes sociales por sus acreedores. Conforme a la Ley de Quie- bras, no son los acreedores personalmente los que representan al fallido ante la sociedad, sino que es el sindico en represen- tacidn de los acreedores. Acuerdo undnime de los socios (art. 2107). Los socios que con su consentimiento dieron vida a la sociedad pueden con el mis- mo derecho ponerle fin. Si la sociedad fuere solemne, debera recurrirse para disolverla a la misma solemnidad que fue nece- saria para generarla. Renuncia de cualquiera de los socios (art. 2108). La renuncia de un socio, aun sin expresién de causa, disuelve la sociedad en el caso que ésta tenga una duraci6n ilimitada; pero si la soci dad se contrato por tiempo fijo o para un negocio de duracion limitada, no es admisible la renuncia sino por causa justifica- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 561 257. ESTATUTO JURIDICO DE LAS CORPORACIONES Y FUNDACIONES. CONSTITUCION. ADMINISTRACION. DISOLUCION™" Los elementos que intervienen en Ia constitucién de las corpora- ciones y fundaciones son dos: la voluntad de los miembros o bien la del fundador, y la autorizacién del poder publico. La voluntad de los miembros en las corporaciones se manifiesta mediante el acto constitutive, cuya naturaleza juridica es la de un acto colectivo, esto €s, un acto juridico unilateral que es el producto de las volun- tades conjuntas de varias personas dirigidas hacia un mismo obje- tivo, y que, en consecuencia, constituyen una parte tinica.“” Por lo tanto, la concurrencia al acto constitutivo de uno o varios incapa- ces no acarrea la nulidad del acto, que resulta perfectamente vali- do en la medida en que concurran otras personas con capacidad suficiente. Nuestro Codigo no exige un numero minimo de miembros para la constituci6n de una corporaci6n (en estricta teoria, po- drian ser incluso dos); pero de la disposicién del art. 560 se des- prende que el mimero minimo de miembros es el que permita cumplir los objetos para que fue instituida. Tampoco exige la per- manencia en la corporacién de un numero minimo de miembros, admitiendo aun el art. 560 que por muerte u otros accidentes leguen a faltar todos los miembros, a pesar de lo cual la corpora- cidn no se disuelve de pleno derecho, mientras no intervenga una decisién de autoridad que proceda a cancelar su personalidad juridica. Creemos que no existen inconvenientes en que los miem- bros de una persona juridica sean owas personas juridicas, y cono- cemos varios casos en que se ha concedido personalidad juridica a corporaciones compuestas por otras corporaciones, fundaciones 0 sociedades. ®1 E] autor aproveché este ntimero para repasar a sus alumnos de los cursos de Derecho Civil Profundizado las materias mas importantes relacionadas con las corporaciones y las fundaciones, con miras a la preparacién del examen de Licenciatura. Esas materias se han omitido en la presente version, conservandose tan s6lo lo mas elemental para la continuidad de la relacién. *2 Algunos autores han estimado que el acto constitutive de la corporacion es un contrato, pues consiste en un acuerdo de voluntades que genera obligaciones. La explicacién del acto colectivo ha ido ganando terreno, sin embargo, en doctri- na, y hoy son muy pocos los que siguen sosteniendo la teoria del contrato. Debe reconocerse, no obstante, que falta en nuestro medio un estudio pormenorizado del acto colectivo, y que dicho estudio bien merece una Memoria de Prueba. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 570 EL PATRIMONIO responsabilidad penal slo puede hacerse efectiva en las personas naturales. Por las personas juridicas responden los que hayan in- tervenido en el acto punible, sin perjuicio de la responsabilidad civil que afecte a la corporacion en cuyo nombre se ha obrado. La disolucién de las corporaciones puede ser voluntaria 0 por disposicién de la autoridad. En nuestro Derecho, los miembros de una corporacién o los administradores de una fundacién pueden tomar la iniciativa para disolver la instituci6n; pero su resolucién no producira de pleno derecho Ia disolucién, “sin la aprobacién de la autoridad que legitimé su existencia” (art. 559). Los arts. 25, 26 y 33 del Reglamento sobre Concesi6n de Personalidad Juridica senalan la forma como los interesados deben solicitar al Presidente de la Republica la dictacién del decreto que cancele la respectiva perso- nalidad juridica. Ya dijimos que el acuerdo respectivo para disolver la corporaci6n necesita de la concurrencia de los dos tercios de los asistentes a la respectiva asamblea general (art. 18 del Reglamento). La autoridad que concedié la personalidad juridica, esto es, el Presidente de la Republica, o bien la ley, pueden poner término a una persona juridica, a pesar de la voluntad de sus miembros, “si llegan a comprometer la seguridad o los intereses del Estado, 0 no corresponden al objeto de su institucién” (art. 559). De acuerdo al art. 25 del Reglamento, el Presidente de la Reptiblica puede cancelar la personalidad juridica a una corporacion (o fundacién, conforme al art. 30), desde el momento en que la estime contra- ria a las leyes, al orden ptiblico 0 a las buenas costumbres, 0 no cumpla con los fines para que fue constituida o incurra en infrac- ciones graves a sus estatutos. Las fundaciones, finalmente, tienen una causal propia para di- solverse, contemplada en el art. 564: la destruccién de los bienes destinados a su manutencién, causal que pone de relieve la impor tancia del elemento patrimonial en esta instituciones. Creemos, sin embargo, que no basta con el mero hecho del desaparecimiento de todos los bienes que integran el patrimonio de una fundacién, para entenderla disuelta de pleno derecho, Para ser consecuente con la teoria de la ficcién que inspira nuestro Cédigo y con las otras for- mas de disoluci6n de las personas juridicas, contempladas en el art. 559, en todas las cuales se exige un acto de autoridad para entender cancelada esa personalidad juridica, sostenemos que tam- bién se necesita de dicho acto de autoridad en el caso de destruc- cin de todos los bienes de una fundaci6n. El art. 33 del Reglamento sobre Concesi6n de Personalidad Juridica nos da la raz6n al estable- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 575 que la quiebra de una sociedad colectiva 0 en comandita importa la quiebra individual de los socios solidarios que la componen; pero la quiebra de uno de ellos no constituye en quiebra a la sociedad. La quiebra de la sociedad en comandita no importa la quiebra de los socios comanditarios, aun cuando éstos sean solidariamente responsables por haberse mezclado en la administracién, pero podran ser declarados en quiebra cuando hayan tolerado la inser- cién de su nombre en la raz6n social. A contrario sensu, la quiebra de una sociedad de responsabilidad limitada o de una sociedad anénima no importa la quiebra individual de sus socios 0 accionistas. Debe recalcar- se que en el caso de quiebra de una sociedad colectiva civil, ella no acarrea la quiebra de sus socios individualmente considerados, en razon de que su responsabilidad no es solidaria, de acuerdo a lo que pres- cribe el art. 2095 del C.C., y, en consecuencia, no quedan inclui- dos en el art. 51 de la Ley de Quiebras. La quiebra de una sociedad colectiva comercial significa la quiebra individual de los socios que la componen, por ser su responsabilidad solidaria, conforme lo dispo- ne el art. 370 del Codigo de Comercio. La quiebra de un socio colectivo -solidario o no- no provoca, en cambio, la quiebra de la sociedad a que pertenece. En todos los casos en que la quiebra de una sociedad provoca la quiebra de sus socios, se producen tantas quiebras como socios sean declarados en ella. Los activos y pasivos de cada una de las quiebras particulares son, sin embargo, absolutamente indepen- dientes entre si, puesto que se trata de patrimonios diferentes, cada uno de los cuales tiene su activo y pasivo propios. Apartandose notoriamente de los principios de la doctrina clasica o subjetiva del patrimonio, el art. 50 de la Ley de Quiebras reproduce casi textualmente lo que disponia el art. 45 de la Ley de Quicbras N° 4.558, y permite que la sucesién del deudor pueda ser declarada en quiebra como tal, a peticién de los herederes o de cualquier acreedor, siempre que la causa que la determine se hubiere producido antes de la muerte del deudor y que la solici- tud se presente dentro del aio siguiente al fallecimiento. En este caso, conforme al inc. 3° de ese art. 50, “las disposiciones de la quiebra se aplicaran slo al patrimonio del causante”, patrimonio que deberia haberse confundido con el patrimonio de los herederos causa- habientes en el mismo momento de la delacién de la herencia, y que, sin embargo de carecer de titular, se conservard como una uni- versalidad juridica para los efectos de ser afectado por la declaracién de quiebra en beneficio de los acreedores. Habra en este caso un verdadero aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO. En esta administraci6n de los bienes futuros adquiridos a titulo oneroso, ¢l fallido podra contraer nuevas deudas. Los nuevos acreedores que vayan surgiendo con motivo de esta administra- cién no pueden pretender pagarse con los bienes comprendidos en la masa de la quiebra. Existiran asi dos clases de acreedores, que podran ejercitar sus acciones sobre bienes diferentes: los acreedores de la quiebra sobre los bienes de la masa, y los nuevos acreedores sobre los nuevos bienes adquiridos por el fallido a titulo oneroso. Sobre estos ultimos bienes tienen los acreedores de la quiebra un dere- cho de intervencién y pueden aprovecharse de los frutos liqui- dos, de acuerdo al art. 65 inc. 2°. Existen en verdad dos patrimonios diferentes: el que esta sometido a las disposiciones de la quiebra, con sus bienes y deudas propios, y el que esta formado por los bienes futuros adquiridos a titulo oneroso, con sus propios acreedores, que no son los mismos que los primeros.*'® La declaracién de quiebra y el desasimiento, que es su conse- cuencia inmediata y necesaria, no son suficientes, sin embargo, para provocar la disolucion de la sociedad fallida. Conforme al art. 407 del Codigo de Comercio, la sociedad colectiva se disuelve por los modos que determina el Cédigo Civil, y lo mismo acaece con las sociedades de responsabilidad limitada, segtin la referencia conteni- da en el art, 4° de la Ley N® 3.918. El art. 2100 del Cédigo Civil, al que se remiten las disposiciones referidas, establece como causal de disoluci6n de la sociedad su insolvencia, pero no su declaracién de quiebra. Quiebra e insolvencia no son términos sindnimos. La quie- bra es un estado juridico, una situacién de derecho, que es genera- da por una resoluci6n judicial dictada a requerimiento del deudor o de uno o mis de sus acreedores.*"” La insolvencia, en cambio, es un estado de hecho que consiste en “la impotencia patrimonial del deudor para satisfacer regularmente sus propias obligaciones, mani- 86 Asi lo sostiene Palma, Gabriel, ob. cit., pag. 59. 87 Asi lo sostiene el profesor David Stitchkin Branover en un Informe en derecho mecanografiado que hemos tenido a la vista y que seguimos muy de cerca en esta parte. Véase Stitchkin Branover, David, Informe en derecho evacuado en los recursos de queja N* 4.660 y 4.668, deducidos ante la Excma. Corte Suprema por la “Sociedad Minera Aconcagua Lida.”, contra los Ministros de la Mustre Corte de Apelacio- nes de Antofagasta, Sres. Andrés Diaz Cruzat, Sergio Mery Bravo y Manuel Zanartu Vera, mecanografiado, 28 de noviembre de 1980, pags. 23 y 24. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DIVERSAS FIGURAS JURIDICAS SEGUN CONCEPCIONES DEL PATRIMONIO 597 b) ©) d) e) El art. 64 presume el dnimo de permanecer y avecindarse en un lugar por el hecho de abrir en él tienda, botica, fabrica, taller, posada, escuela “u otro establecimiento durable”, para administrarlo en persona. N6tese que varios de los términos utilizados por esta disposici6n coinciden con aquellos que uti- liza el art. 524 del Cédigo de Comercio al referirse al seguro de establecimientos comerciales. El art. 570 indica como ejemplos de inmuebles por destina- cidn las prensas, calderas, cubas, alambiques, toneles y maqui- nas que forman parte de “un establecimiento industrial” adherente al suelo, y pertenecen al duefio de éste. Es necesa- rio sefialar que esta disposicién concibe el “establecimiento industrial” como un bien raiz, caracteristica que muchos auto- res niegan al “establecimiento comercial”, como se vera mas adelante. El art. 861 establece que toda heredad est sujeta a la servi- dumbre de acueducto en favor de “un establecimiento indus- trial” que necesite aguas para cl movimiento de sus maquinas. La misma observacién que se hizo respecto del articulo ante- rior es valida aqui, esto es, que el Codigo considera el “estable- cimiento industrial” como un inmueble. Recuérdese que conforme al art. 820, toda servidumbre se impone sobre un predio en utilidad de otro predio de distinto dueno. El art. 890 excepwia de la a nn reivindicatoria las cosas mue- bles cuyo poseedor las haya comprado en una feria, tienda, almacén, “u otro establecimiento industrial” en que se vendan cosas muebles de la misma clase. En este caso, parece que el término “establecimiento industrial” tiene el significado de “es- tablecimiento comercial”, como Jo entiende el Codigo de Co- mercio. El art. 963 indica que son incapaces de toda herencia 0 legado las cofradias, gremios, “o establecimientos cualesquiera” que no sean personas juridicas; pero agrega a continuacion, en el inc. 2°, que si la asignaci6n tuviere por objeto la fundacion de una nueva corporacién o establecimiento, podra solicitarse la aprobacion legal, y obtenida ésta, valdra la asignacion. El Cédigo Civil contempla también la posibilidad de que el establecimiento sea pio o de beneficencia (art. 2047), na- cional (arts. 2481 N*2* y 2497), ptiblico (arts. 1250, 1579, 1797 y 1923), 0 que se costee con fondos del erario nacional (art. 547).

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