EL DIARIO DE HOY NACIONAL
Martes 20 de octubre de 2009 nacional@elsalvador.com
La violencia requiere lucha con inteligencia
PNUD: la delincuencia paraliza y
empobrece a los salvadoreños
» Informe del PNUD
para América
Central sugiere vías
alternativas para
disminuir delitos
Susana Joma
La violencia constituye la epide-
mia más seria y de mayor impac-
to que afecta a Centroamérica, so-
bre todo a El Salvador seguido
por Guatemala y Honduras. Esa
es una de las conclusiones del In-
forme sobre Desarrollo Humano
para América Central 2009 -2010,
“Abrir Espacios a la Seguridad
Ciudadana y el Desarrollo Huma-
no”, que presentará hoy el Pro-
grama de Naciones Unidas para
el Desarrollo PNUD.
Según datos de la encuesta de-
sarrollada por la Universidad de
Vanderbilt para este informe, co-
mo resultado del sentimiento de
inseguridad: un 40% de salvado-
reños afirma haber limitado los
lugares donde va de compras, un
37.5% ha dejado de acudir a deter-
minados espacios de recreación,
14.2% ha sentido la necesidad de
cambiar de colonia y 12.2% ha ce-
rrado su negocio.
“En El Salvador las tasas de
criminalidad son sumamente al-
tas comparadas con el resto del
mundo”, advirtió Miguel Huezo
Mixco, gerente de productos del
conocimiento del PNUD quien
comentó el informe a los medios
de comunicación.
El informe revela que, en El
Salvador, tres de cada diez perso-
nas han sido víctima de un delito
durante los últimos doce meses y
la preocupación ciudadana por la
inseguridad es elevada. El docu-
mento señala que, más allá de las
elevadas tasas de violencia y de-
lincuencia, los Estados tienen que
buscar soluciones “más inteli-
gentes” y eso pasa por ir más allá
de medidas como las “manos du-
ras”, “manos blandas” y “la mili-
tarización de la seguridad”.
“Abrir Espacios a la Seguridad
Ciudadana y el Desarrollo Hu-
mano” indica que estas medidas
de corto plazo han desbordado la
LAS MUJERES son uno de los grupos más vulnerables ante la violencia doméstica, un delito considerado “silencioso”.
LAS PERSONAS que viven en zona con altos índices de pobreza son las víctimas más
frecuentes de la espiral de violencia y delincuencia que afecta al país.
capacidad policial, el sistema le-
gal y el sistema carcelario y limi-
tado el proceso de moderniza-
ción de las instituciones.
“Las policías centroamerica-
nas están sobrecargadas porque
la criminalidad es excesivamente
alta, por sus deficientes medios
técnicos y logísticos, y porque sus
energías se dedican principal-
mente a perseguir al delincuente
en lugar de prevenir la comisión
de delitos”, subraya.
Para el PNUD es necesario
que ahora, en medio este escena-
rio, se haga una reflexión de los
15
FOTO EDH / ARCHIVO
distintos tipos de violencia, dón-
de se presentan y cómo atacarlas
tomando en cuenta una escala de
prioridades y medidas específi-
cas para cada una.
Miguel Huezo, al presentar el
escrito, puntualizó que, además
de la delincuencia y el crimen or-
ganizado, existen otras situacio-
nes de inseguridad que están opa-
cadas. Tal es el caso de la corrup-
ción y de la violencia contra la
mujer. Este último delito es con-
siderado como “silenciado”, dado
el contexto en que ocurre. Gene-
ralmente, tiene como escenario el
FOTO EDH / ARCHIVO
hogar de la víctima y la identidad
del agresor es casi siempre cono-
cida: padres, tíos y otros parien-
tes cercanos.
Respecto al fenómeno trans-
nacional de las maras, el PNUD
advierte que es un tema de alta in-
cidencia en la región, pero en el
que se debe tener el cuidado de
no estigmatizar a la juventud.
“Por tratarse de un fenómeno
complejo, heterogéneo y cam-
biante en la región, las propues-
tas de solución no pueden ser ni
sencillas ni homogéneas, ni está-
ticas”, advierte. Cada estrategia o
programa debe basarse en el co-
nocimiento preciso de la pandilla,
de su entorno y de quienes la
componen o dirigen.
De esa forma, el PNUD plantea
que el principal reto es evitar que
estos grupos sigan creciendo, es-
fuerzo en el que juega un papel
importante el trabajo de preven-
ción. Esto implica atender de mo-
do prioritario a los niños, a las ni-
ñas y a los jóvenes en “alto ries-
go” que están cerca o que “coque-
tean” con las maras sin aún perte-
necer a ellas. Sugieren estimular
el retiro de las pandillas con me-
didas similares a las de la protec-
ción de testigos, además de pro-
veer estudio o un empleo digno.
SIETE MENSAJES
UNA EPIDEMIA
1 Los estragos de la violencia
tienen profundo impacto en el
desarrollo humano. Pese a su
gravedad, no hay sensibilidad y
no se ataca como emergencia.
LOS MÁS VULNERABLES
2 El Salvador es uno de los
países de América Latina que
más invierte en seguridad y uno
de los más inseguros. Entre los
costos: la pérdida de libertades.
AFECTA LA VIDA DIARIA
3 La gente ha limitado los
lugares de compra. Lo mismo
ha hecho con los espacios de
recreación para evitar ser
víctimas de alguna agresión.
UN ALTO EN EL CAMINO
4 Debe superarse esa especie
de “resignación” que hace ver
la violencia delincuencial como
algo ante lo que no se puede
hacer nada. Faltan estrategias.
NI DURAS NI BLANDAS
5 “La mano dura” no ha
funcionado y “la mano blanda”
no combate la impunidad. Se
debe terminar el divorcio entre
prevención y control.
LOS INVISIBLES
6 En El Salvador las agresiones
contra las mujeres y la niñez
no se perciben como problema
de seguridad ciudadana, como
resultado de factores culturales.
EXISTEN SALIDAS
7 Falta un liderazgo que articule
el quehacer de los diferentes
actores. Este debe involucrar al
Ejecutivo, a las alcaldías y a la
sociedad civil.
11%
Porcentaje del Producto
Interno Bruto (PIB) que perdió
el país en 2006 a causa de la
violencia. Honduras y
Nicaragua perdieron
alrededor del 10%, Guatemala
cerca del 8% y Costa Rica
menos del 4%. Para 2007 el
país gastó 2.3% en seguridad.