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Al duende del bosque le encanta ese momento, en el que puede hacer y deshacer cu anto pueda sin ser molestado

ni observado por nadie. Por la noche no existe el e strs provocado por el ajetreo constante del da y eso mismo es lo ke mas le gusta, todo el mundo sumergido en sueos ajenos, sueos suyos, o sueos tal vez k no pudieran ser de nadie, pero todos suean sin cesar. Asi pues el duende sali a pasear por la oscuridad de la aldea, porque l tena en mente solamente una cosa desde que desper t de ese sueo tan profundo, descubrir donde nacen y mueren esos sueos.

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