¿Cómo se construyeron los monumentos megalíticos?

Las construcciones megalíticas siempre han sorprendido o llamado la atención. ¿Cómo fueron capaces
aquellas gentes, poseyendo una tecnología todavía precaria y desconociendo todavía el uso de los
metales, construir estos grandes monumentos en los que tenían que mover y colocar adecuadamente
piedras de hasta 200 toneladas?

Determinadas explicaciones tradicionales hablan de héroes míticos, de extraterrestres de otros planetas o

de gigantes, como los autores materiales de estos monumentos. Nada de eso es cierto, debemos decir
que fueron los seres humanos de la Prehistoria los que hace cerca de 6.000 años levantaron estos
colosales monumentos megalíticos, convirtiéndose en los primeros arquitectos de la Humanidad. ¿Cómo
lo hicieron?

La construcción de los monumentos megalíticos van a exigir los esfuerzos de numerosas personas, tal
vez la cooperación entre comunidades vecinas. En todo caso, era necesaria una dirección capaz de
unificar y coordinar todos esos esfuerzos diversos. Por tanto, debía existir alguna distribución de la
autoridad y el poder entre aquellas comunidades neolíticas.

En la construcción de los monumentos megalíticos podemos señalar tres fases:

a) La búsqueda y aprovisionamiento de la materia prima: las colosales piedras.

b) El transporte hasta el lugar escogido.

c) La construcción propiamente dicha.

La búsqueda y aprovisionamiento de la materia prima.

Debió ser la fase más sencilla de las tres. Había que buscar una cantera de donde sacar las piedras. La
cantera solía estar cerca del monumento megalítico, aunque, a veces, como es el caso al parecer de las
piedras azules de Stonehenge (Sur de Inglaterra), podía estar a cientos de kilómetros.

Para la extracción de las piedras se utilizaban picos de asta de ciervo, martillos de piedra y cuñas de
madera, para agrietar las rocas y facilitar los cortes.

El transporte hasta el lugar escogido.

Teniendo en cuenta de que aún no se conocía la rueda, ni seguramente se utilizaba el ganado vacuno
como fuerza de tracción, el transporte debía ser una de las fases más difíciles. En primer lugar, requería
la presencia de un número abundante de personas, entre 200 y 300 personas.

En segundo lugar, debían construir raíles de madera y sobre ellos, unos rodillos, también de madera,
sobre los que descansaban los bloques de piedra, que eran arrastrados gracias al esfuerzo humano y al
uso de fuertes sogas.

La construcción propiamente dicha.

Mediante el uso de palancas, sogas y el esfuerzo

humano, se conseguía levantar e hincar en el
suelo las piedras verticales. Éstas eran
adecuadamente calzadas para mantener su
verticalidad, y además eran apilados escombros
de piedras y tierra en su cara exterior para
asegurarlas más. Los escombros eran
prolongados de manera que se construía una
rampa de tierra y piedras. Por la pendiente de la
rampa se arrastraban las piedras de la cubierta.
Es posible que el interior del dolmen se llenara
también de escombros durante la instalación de la
cubierta, con objeto de proporcionar mayor solidez
a la estructura del monumento, evitando así el desplome o el movimiento de algunas de las piedras ya
hincadas en la tierra. Una vez que las losas de la cubierta quedaban colocadas de forma estable, se
vaciaría el interior del dolmen. Sin embargo, toda la estructura del dolmen era cubierta con tierra y piedras
en el exterior formando un túmulo, quedando libre de escombros la entrada.