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“Adicciones y su repercusión en la consecución de los Objetivos

de Desarrollo del Milenio”

Introducción

Una adicción es un estado psicológico y/o físico provocado por la interacción de un organismo
vivo con un fármaco que produce un comportamiento impulsivo irreflexivo por consumir una
droga en forma continua o periódica, para aliviar un malestar producido por la privación del
mismo. Esto último se llama síndrome de abstinencia.

Esta problemática se presenta a escala planetaria ya que en la actualidad, en el mundo hay


por lo menos 5,5 millones de consumidores de drogas intravenosas ---y posiblemente hasta 10
millones-, repartidos entre 128 países y territorios, en comparación con los 80 países
contabilizados seis años antes. Solamente en los Estados Unidos de América, se calcula que
hay hoy unas 700 000 personas que se inyectan drogas. En la Federación de Rusia, se estima
que hay entre 350 000 y 700 000 usuarios de drogas intravenosas: una cifra alrededor de 20
veces mayor que la estimada en 1990.

En todos los países del mundo estas adicciones generan un entorpecimiento en el desarrollo
humano, ya que el uso de drogas ilícitas plantea un grave peligro para la salud de la
humanidad entera. Esto se ve ampliamente relacionado con los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) dado que la propuesta de la “Declaración del Milenio” es justamente trabajar
de manera conjunta para construir un mundo más seguro, próspero y equitativo. Todo esto se
ve reflejado en el primero de ellos que nos indica como finalidad “Erradicar la Pobreza
Extrema y el Hambre”. A continuación veremos de manera más detallada la forma en las
drogas afectan el cumplimiento del ODM.

Causas de la Drogadicción
En cada estado las causas de drogadicción sea cual fuere el estupefaciente, varían según las
características de la sociedad que lo compone. Pero si tuviéramos que definir a grandes
rasgos cuales son los motivos que impulsan a las personas a consumir drogas ilegales
podríamos sintetizarlos en los siguientes:
• Familias disfuncionales, por lo general con ausencia de una figura paterna, o casos en
los que hay violencia intrafamiliar, padres de igual manera drogadictos, si alguna persona es

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expuesta a este tipo de ambiente tiene un 90% de probabilidad de experimentar la
drogadicción.

• Búsqueda de placer: existe en la juventud muchas veces la tendencia a experimentar


sensaciones diferentes que producen las variadas sustancias ilegales.
• Por cuestiones religiosas: existen comunidades religiosas, culturales o políticas que
utilizan estas como medio para conectarse con divinidades.
• Superar problemas personales: se encuentra muy relacionado con la primera causa,
pero no necesariamente se necesita una familia disfuncional, sino que también pueden ser
disparadores todo tipo de problemas en diversos ámbitos.

• Manera de ingresar a grupos sociales: existen sectores en donde es un “requisito” (ya


sea explícito o no) hacer uso de estas sustancias, etc.

Además cabe mencionar que el hecho de convertirse o no en consumidor está condicionado


por factores de riesgo y protección que provocan una mayor o menor probabilidad de ingresar
al mundo de las sustancias ilegales. Los factores de riesgo son los que impulsan a la persona a
realizar esta conducta prohibida en la mayoría de países, y factores de protección son los que
alejan a los hombres de estos vicios.

Prevención
“Prevenir” consiste en realizar una serie de acciones que permitan, prioritariamente, evitar
el consumo de drogas y alcohol o si esto no es posible, postergar la edad de inicio del
consumo y sus daños asociados. Es una acción anticipada y está orientada a evitar en
definitiva el daño que genera el consumo de drogas.
Esta actividad es la que deben llevar a cabo en sus políticas de gobierno todos los países ya
que es imposible afrontar este problema sin actuar en comunidad como lo indica el tercer
propósito de la Carta de Naciones Unidas, es decir, llevando a cabo la “Cooperación
Internacional”.

Tratamiento en Naciones Unidas


En el ámbito de Naciones Unidas existen dos organismos especializados para el tratamiento de
está cuestión, estos son la Comisión de Estupefacientes (CND, por sus siglas en inglés) y la
Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
El Consejo Económico y Social estableció la Comisión de Estupefacientes (CND) en 1946 como
el órgano normativo de las Naciones Unidas en asuntos relacionados con la droga.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) fue creada en 1997 con
el fin de reforzar la capacidad de las Naciones Unidas para abordar las cuestiones de la
fiscalización de drogas, la prevención del delito y el terrorismo internacional, que están

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relacionadas entre sí. Además, ofrece asesoramiento técnico a los Estados Miembros sobre
temas relacionados con la fiscalización de drogas; prepara estadísticas sobre el consumo y la
incautación de drogas y las tendencias en esa esfera y ayuda a redactar textos legislativos y a
capacitar a funcionarios judiciales. El programa también se ocupa de informar a la opinión
pública mundial sobre los peligros del consumo de drogas y de reforzar las iniciativas
internacionales contra la producción, y el tráfico de drogas y los delitos conexos.

La ONUDD estima que en 2007 entre 172 millones y 250 millones de personas consumieron
drogas lícitas por lo menos una vez el año anterior. La diversidad de drogas plantea
problemas variados para las diferentes regiones. Por ejemplo, en África y Oceanía, se
presentaron para tratamiento más personas debido a problemas causados por el cannabis que
por ninguna otra droga (63% en África; 47% en Australia y Nueva Zelandia). En cambio, los
opiáceos fueron la principal droga tratada en Asia y Europa (65% y 60%, respectivamente). La
cocaína fue más prominente en América del Norte (34%) y América del Sur (52%) que en las
demás regiones; y los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) estuvieron más generalizados
en Asia (18%), América del Norte (18%) y Oceanía (20%). El cannabis sigue ocupando un lugar
cada vez más importante en el tratamiento de la toxicomanía en Europa, América del Sur y
Oceanía desde fines del decenio de 1990; y actualmente los ETA representan una mayor
proporción de los tratamientos por consumo de drogas en América del Norte y del Sur que en
el pasado. Muchos Estados Miembros se están esforzando por ampliar sus respuestas a la
toxicomanía entre sus políticas nacionales; recientemente la ONUDD y la Organización
Mundial de la Salud (OMS) han comenzado una labor programática conjunta para mejorar la
calidad y la capacidad del tratamiento de la toxicomanía en todo el mundo.

Tratados Internacionales
Los tres principales tratados de fiscalización internacional de drogas se apoyan mutuamente y
se complementan. Un importante objetivo de los dos primeros tratados internacionales
aplicables a la codificación de las medidas de control a fin de garantizar la disponibilidad de
estupefacientes y sustancias sicotrópicas para fines médicos y científicos, y para impedir su
desviación hacia canales ilícitos. También se incluyen disposiciones generales sobre el tráfico
ilícito y uso indebido de drogas.

• Convención Única sobre Estupefacientes - 1961 (modificado por el Protocolo


de 25 de marzo de 1972): El presente Convenio tiene por objeto combatir el uso
indebido de drogas por una acción internacional coordinada. Hay dos formas de
intervención y de control que trabajan juntos. En primer lugar, se trata de limitar la
posesión, uso, comercio, distribución, importación, exportación, fabricación y producción
de drogas exclusivamente a fines médicos y científicos. En segundo lugar, se combate el

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tráfico de drogas a través de la cooperación internacional para impedir y desalentar el
narcotráfico.

• Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas - 1971

• Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de


Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas - 1988

Tráfico de Drogas

El tráfico de drogas cubre actividades que van desde la compra, el financiamiento y el


transporte de la materia prima, los insumos, los productos y los subproductos, el
establecimiento de laboratorios, operación de los mismos y aeropuertos clandestinos, hasta la
creación de intrincadas redes de comercialización al mayor y al detal, de aparatos de
violencia y de soborno a funcionarios y políticos y de mecanismos para el lavado de dólares.
Por tráfico de drogas se entiende no sólo cualquier acto aislado de transmisión del producto
estupefaciente, sino también el transporte e incluso toda tenencia que, aun no implicando
transmisión, suponga una cantidad que exceda de forma considerable las necesidades del
propio consumo, ya que entonces se entiende que la tenencia tiene como finalidad promover,
favorecer o facilitar el consumo ilícito (entendiéndose como ilícito todo consumo ajeno).
Por otra parte, dado su carácter de ilegalidad, conlleva el establecimiento de sociedades
secretas, cerradas y selectivas, como ocurre con todas las mafias. En la práctica, funciona
como un mercado segmentado, con ofertas y demandas generadas en países distintos y muy
localizados. En ese mercado, donde los protagonistas actúan con una gran racionalidad
económica -buscando optimizar sus beneficios económicos y políticos-funcionan dos sectores:
uno oligopólico, que controla las actividades más rentables del negocio (refinación,
transporte y distribución al por mayor del producto, así como de lavado de los beneficios) y
otro, competitivo, formado por los numerosos cultivadores independientes de la coca,
refinadores y comerciantes del PBC o pasta básica, y distribuidores callejeros de la cocaína al
en los principales centros de consumo.

La mayor parte de las sustancias producidas en el mundo se cultiva en países del tercer
mundo (muchos países de Sudamérica, Sureste Asiático y Oriente Medio), y después se
introduce de contrabando en los países consumidores. Tradicionalmente, Estados Unidos y
Europa han tendido a imponer restrictivas políticas de "tolerancia cero" a los países
productores. Sin embargo, los cultivos de coca, adormidera o cannabis son indispensables
para la fabricación de alimentos, bebidas y medicamentos en todo el mundo, y un sostén
económico para las regiones productoras.

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El problema del tráfico de drogas afecta, por tanto, a todos los países, desde los más
desarrollados hasta los que están en vía de desarrollo, implicando a las distintas esferas de la
sociedad, tanto las instituciones encargadas de crear políticas de prevención, control y
contención, como organizaciones que buscan concienciar a los ciudadanos de los riesgos y
peligros que trae consigo todo lo relacionado con el tráfico de las drogas ilícitas. Además de
esto, en torno al tráfico de drogas, debido a las cantidades ingentes de recursos que moviliza,
se ha creado una estructura de crimen organizado para garantizar el mantenimiento del
comercio y consumo de las drogas ilícitas. Todo lo cual ha llevado a gobiernos, junto con
organismos transnacionales y agencias no gubernamentales a declarar a las drogas ilícitas
como un problema para la seguridad ya sea nacional, societal o internacional. Por ello, ante
este impacto negativo que tiene el tráfico ilegal de drogas es pertinente cuestionarse si dicha
amenaza es un asunto prioritario de la seguridad.

Relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio

En los ODM se plasman las necesidades de la Comunidad Internacional de realizar la


cooperación para poder así cumplir con las necesidades que atraviesan todos los pueblos.

En la Declaración del Milenio, los Estados miembros decidieron intensificar los esfuerzos
para luchar contra la delincuencia transnacional en todas sus dimensiones, a redoblar los
esfuerzos para poner en práctica el compromiso para contrarrestar el problema mundial de
las drogas y adoptar medidas concertadas contra el terrorismo internacional, entre otras
cuestiones.

El desempleo y trabajo precario, la fragilidad de los vínculos, la pobreza estructural, la


reducción y transformación de la intervención estatal, la criminalización y represión de
determinados grupos sociales, la violencia estructural, la conformación de enclaves
territoriales cerrados, definen las condiciones centrales de vulnerabilidad social en las
sociedades contemporáneas y explican las razones por las que determinados sectores de la
población son más susceptibles de caer bajo el flagelo de la drogadicción. Sin embargo, las
características y consecuencias para las poblaciones vulnerables que adoptan estas fracturas
sociales varían de acuerdo a las políticas de salud, de seguridad y de represión en contextos
en que el uso de drogas está incluido.

Entonces aquí deberíamos entender que el uso de sustancias ilegales va aparejado de la


delincuencia diaria a la que la población se encuentra sometida. Estos delitos limitan la

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seguridad que el estado puede garantizar, logrando paralizar el desarrollo humano. La mayor
dependencia de las actividades ilegales (hurtos y robos, venta menor de drogas, etc.) para
obtener recursos se ha agudizado en el curso de los últimos años.. Además, entre los amplios
efectos de largo plazo de la criminalización del uso de drogas, se destaca el distanciamiento,
evitación y sospecha de los usuarios/as respecto de las instituciones estatales,
específicamente de salud. En este sentido, el crecimiento constante de las estadísticas de
consumo y de muerte joven es susceptible de ser considerado como la punta del iceberg de
una compleja conjunción de estos procesos. A su vez se ve perjudicada la salud de las
personas involucradas, nuevamente perjudicando el progreso social. Todo esto genera un
retroceso en todos los avances obtenidos respecto al Primer ODM.

Asimismo también reduce los esfuerzos de los estados por dar cumplimiento al Sexto ODM,
que es Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

En muchas partes del mundo, el consumo de drogas intravenosas es la principal vía de


transmisión del VIH. Eso es lo que ocurre en diversos países de Asia, incluidos Malasia, Viet
Nam, la provincia china de Yunnan y los estados nororientales de la India; en algunas partes
de Europa oriental y de los nuevos Estados independientes; en diferentes países de América
Latina, y en algunos países de Europa occidental como España a e Italia. En la Federación de
Rusia, más de la mitad de todos los casos de VIH notificados hasta la fecha se han producido
en consumidores de drogas intravenosas.

El consumo de drogas está íntimamente relacionado con el VIH. Ese lazo se produce cuando
las drogas se inyectan y se utiliza un material contaminado. Además, es un hecho reconocido
que el consumo de ciertas drogas puede hacer aumentar un comporta- miento sexual de
riesgo que a su vez puede favorecer la transmisión del VIH. El uso de drogas intravenosas
tiene un papel capital en la manera y el momento en que la epidemia de VIH empieza en una
determinada región y en cómo sigue extendiéndose.

Asimismo, la droga no solo causa daños nocivos sobre la salud humana, sino también sobre la
salud del medio ambiente, dejándose ver en este sentido lo que este flagelo implica al logro
del Séptimo ODM relativo a la sostenibilidad del Medio Ambiente. Esta situación se ve
reflejada, por ejemplo, en la colonización impulsada por la coca y la amapola que es, hoy en
día, causa principal de destrucción de selvas y bosques en Colombia y otros países
latinoamericanos; observándose un impacto especialmente grave sobre los bosques
amazónicos. La droga añade, así, a sus daños sobre la salud humana y social, su contribución
a cambios y desequilibrios climáticos planetarios, resultantes de la pérdida de regulación

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ecológica y del incremento de CO2 atmosférico y su efecto invernadero como consecuencia
del arrasamiento de la selva. Estos desequilibrios son causa de inundaciones, sequías y
huracanes cada vez más frecuentes y cuyos costos son graves en extremo, como puede ser la
pérdida de cosechas en todo el mundo que ha llevado a los niveles más bajos de seguridad
alimentaria. Todo esto se traduce en menores niveles de desarrollo y en un importante
retroceso de los compromisos del milenio.

Por lo tanto es imprescindible que el gobierno tome cartas en el asunto de la drogadicción.


Recordemos que prevenir es apostar a un presente y futuro con mejor calidad de vida.

Posibles mecanismos de solución: Intervenciones eficaces

A) Construir entornos propicios.


Esto significa reducir la pobreza y crear oportunidades de educación y empleo, cuya ausencia
con frecuencia conduce a las personas, en pleno desespero, a inyectarse drogas. También son
importantes las leyes y las políticas de los gobiernos en materia de drogas. En muchas partes
el consumo de drogas es lícito. Sin el apoyo normativo y de política adecuado desde las
instancias superiores ---sea a nivel nacional o local--- y sin los recursos necesarios, hay poca
esperanza de emprender, o de sostener con éxito, programas integrales de prevención. Crear
un entorno propicio significa también seguir haciendo todo lo posible para educar e informar
a la gente ---especialmente a los jóvenes--- sobre las drogas y sus implicaciones para la salud
y el bienestar social, con un lenguaje fácilmente comprensible.

B) Reducir la demanda
Junto con la reducción del daño causado, una estrategia paralela importante es disminuir la
demanda de drogas. El objetivo debe ser evitar en primer lugar que los jóvenes empiecen a
tomar drogas, así como también persuadir a los usuarios de drogas de todas las edades que
dejen de consumirlas participando en programas de tratamiento de las toxicomanías.
Concretamente, muchos gobiernos aún no le han asignado prioridad a esta cuestión, por no
contar con capacidades y recursos, especialmente en lo que respecta al tratamiento de la
drogadicción.

C) Asociaciones
Durante el proceso es sumamente necesaria la creación de asociaciones, tanto a nivel local,
como regional y principalmente internacional. Los estados deben entablar nuevos mecanismos
de cooperación para que el flagelo de la droga pueda ser combatido a nivel mundial.

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Conclusión

El uso indebido de drogas tiene repercusiones negativas en las personas y en el


funcionamiento de la sociedad en su conjunto. En muchos países el cultivo de drogas
entorpece el desarrollo. La pobreza y la debilidad de los gobiernos facilitan el tráfico. La
marginación y la exclusión ocasionan el uso indebido. Por ello, las prioridades de las
actividades de fiscalización de drogas deben figurar de forma destacada en el núcleo del
programa socioeconómico de todo país. Ello requiere, a nivel de toda la sociedad, el
compromiso de las familias, las escuelas, los equipos deportivos, las instituciones religiosas,
las organizaciones no gubernamentales y los medios de información. Necesitamos un firme
compromiso político al más alto nivel nacional y dentro del sistema de las Naciones Unidas
para asegurar que se establezcan y se sostengan los programas apropiados.

Disparadores
• Causas de Drogadicción en cada país/región.

• Prevención y Tratamiento que cada política de estado promueve para la drogadicción.

• Mecanismo de Cooperación entre los Estados para prevenir el tráfico ilegal.

• La manera en la que eso afecta al cumplimiento de los ODM en su país y a nivel


internacional
• Creación de nuevas estrategias de lucha contra la drogadicción

Bibliografía
Reunión de Alto Nivel, Naciones Unidas, Nueva York, 25 de septiembre de 2008 – Objetivos
de Desarrollo del Milenio:
http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/pdf/MDGOverviewSPANISH.pdf
Informe Mundial sobre las Drogas 2009 – Resumen Ejecutivo:
http://www.unodc.org/documents/wdr/WDR_2009/Executive_summary_Spanish.pdf
Las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito:
http://www.un.org/spanish/Depts/dpi/boletin/drogas/
The Commission of Narcotic Drugs (CND):
http://www.unodc.org/unodc/en/commissions/CND/index.html
Resolución de Asamblea General sobre “Cooperación Internacional contra el problema
mundial de Drogas” (1º de Agosto de 2006) A/61/221:
http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/V06/561/28/PDF/V0656128.pdf?OpenElement

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