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Aunque hiciste lo posible para evitarlo, llegu, y sub sola las oscuras escaleras. Las malditas escaleras.

Ansiosamente puse la llave, abr la puerta, entr y pegu el p ortazo ms fuerte de mi vida y con ello vibr el edificio completo, crujieron cornis as, sonaron alarmas, y ms de una vecina se asom en ropa interior creyendo que era un nuevo terremoto, pero no, era yo, que al fin haba logrado zafarse de tus compl ejos, de tus egosmos, de tus penurias de infancia, de tu vida mediocre, y de tu l arga lista de las mil maneras que tenas de hacerme sentir estpida y llorona. Vena destrozada pero feliz, liberada. Tir mis cosas en el silln, y qued con la flor en la mano. No dud ni un segundo ms y la arroj a la basura. Ah qued, pobrecita, hermo sa pero abandonada. Sonre. Abr el refrigerador y nada. Lo nico que quedaba era un l imn podrido. Mir bien, y claro, podrido estaba el refrigerador completo. A la mier da con todo, No tengo tiempo de andar limpiando refrigeradores. No importa. Resp ir profundo, fui a la pieza y me tir en la cama. Mi cama, tu cama, mi cama, tu cam a, a la mierda la nostalgia. No saba qu hacer. Me acost, me levant, fui al bao, me ac ost y me levant, me sent tom un libro y ah qued. Frente al espejo. frente a frente con mi desolacin. Me vi vieja, fea, desgastada, ojerosa, gorda, tuve repulsin de mi m isma. Pero lo peor vino despus, cuando prend la tele y ah estaba ella, nerviosa per o blanca y radiante. Gan!, Gan!, no lo poda creer. Y me vi en el espejo y la vi a e lla y a m y a ella y a m y a ella. Ya basta me dije. Pero no pude dejar de odiar a la huevoncita que se emocionaba, llevaba sus manos a la cara y ni el rimel se l e corra. Apagu la tele y ni me di cuenta cuando me dorm, Pero algo raro pas, despert de madrugada sin ese acostumbrado cansancio abrumador, me puse las pantuflas y m e sent liviana, delgada y bella, como una verdadera Miss Universo.

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