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DESARROLLO PERSONAL
A modo de introducción
Contenidos:
El diálogo.
La sociabilidad: fundamento de la solidaridad.
La tolerancia.
1. El diálogo
Para la reflexión:
Los dos jilgueros
Dos jilgueros estaban muy alegres tomando el fresco sobre el mismo árbol. Éste
era un chopo. Uno se había posado arriba, en lo más alto de la copa del chopo; el otro,
abajo en la bifurcación de dos ramas.
Después de un rato, el jilguero que estaba arriba, por romper el silencio, dijo:
— ¡Hay que ver! ¡Qué bonito es el verde de estas hojas!
El jilguero que estaba abajo lo tomó como una provocación. Le respondió
secamente:
— ¡Tú estás ciego! ¿No ves que son blancas?
Y el que estaba arriba, todo picado:
— ¡Tú sí que estás ciego! ¡Son verdes!
Y el otro desde abajo, volviendo el pico amenazador hacia arriba:
—Te juego las plumas de la cola a que las hojas son blancas. Tú no entiendes ni
gorda. ¡Eres tonto!
El jilguero de la copa del chopo sintió que le hervía la sangre. Sin pensarlo dos
veces se precipitó sobre su adversario para darle una lección. El otro no se movió.
Cuando estaban juntos, el uno frente al otro, con las plumas del cuello alborotadas de
ira, por pura casualidad se volvieron los dos a mirar hacia arriba, en la misma
dirección. El jilguero que venía de lo alto de la copa del chopo emitió un « ¡Oh!» de
sorpresa.
—Pues llevas razón: ¡Son blancas!
Pero, en tono reconciliador, le dijo a su amigo:
—Ven, por favor, a la copa donde yo estaba antes.
Volvieron a la rama más alta del chopo y dijeron los dos a coro:
—Pues si que son verdes1.
«Un hombre joven, desanimado de todo, salió a dar una vuelta por el bosque.
Una vez allí, se quedó sorprendido de ver cómo una liebre llevaba comida a un tigre
atrapado y herido que no podíais valerse por sí mismo. Al día siguiente, volvió para
comprobar si aquel hecho era una casualidad o era habitual. Y vio que la escena se
repetía. La liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Y«así un día y otro.
1
GÓMEZ J., Buenos días 1, CCS, Madrid 1997, 142.
Admirado por la solidaridad, cooperación y sociabilidad de los animales, se
dijo: 'La naturaleza es maravillosa. Si los animales que son inferiores a nosotros, se
ayudan de esa manera, mucho más lo harán las personas'. Y decidió hacer la
experiencia. Se tiró al suelo, simulando que estaba herido y se puso a esperar que
alguna persona pasara por su lado y se compadeciera.
Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercaba a su lado. El aguantaba
el hambre y la intemperie porque confiaba en los demás hombres. Pero, al cabo de
unos días de esperar inútilmente, al límite de sus fuerzas, decepcionado de una
naturaleza que consideraba
desordenada, sintió una voz que le decía:
'Si quieres encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y
haz de liebre'. Se sobresaltó, no sabía si deliraba o soñaba, pero comprendió
inmediatamente el mensaje y se levantó para hacer de liebre2».
3. La tolerancia
"Los amados aman siempre. Los libres liberan siempre. Los que sufren hacen
sufrir, siempre. Los fracasados necesitan molestar a los que triunfan. Los resentidos
inundan de resentimiento su entorno vital. Una persona frustrada es verdaderamente
temible. Los sembradores de conflictos lo son porque están en eterno conflicto consigo
mismos, no aceptan a nadie porque no se aceptan a sí mismos. Siembran divisiones y
odio a su alrededor porque se odian a sí mismos y lo que es peor, no lo saben ni lo
reconocen4".
2
Adaptación del Cuento El Tigre y la Zorra de Miguel Ángel Ferrés. Cit por: AGUDELO H., Educación
en valores. Talleres Pedagógicos, Paulinas, Bogota 2000, 100.
3
Cf. RESTREPO A., Ética y valores 2, 89.
4
RESTREPO A., Ética y valores 2, 89.
Conclusión: Es tiempo perdido y pura utopía preocuparse por hacer felices a los
demás, si no se es feliz. Si no se tolera la propia persona con sus situaciones y
dificultades, no se puede tolerar a los demás.
3.2. La reconciliación
Hay que reconciliarse consigo mismo. Aquello que no gusta o choca de los
demás, es porque hace reconocer esas mismas fallas en sí mismo, que lleva allá en el
fondo el subconsciente.
Se decía que ha de reconciliarse consigo mismo, aceptarse a sí mismo y amarse
serenamente ("Amar al prójimo como a sí mismo"). Hay que empezar por sí mismo:
¿Cómo se hace? Todo desequilibrio interior se manifiesta en odio, rencor, tristeza,
angustia, ansiedad, temor.
Hay que comprender, tomar conciencia de lo que atormenta, por ejemplo: el
odio, el deseo de venganza, la ansiedad, el miedo. Todo esto se transmite a los demás,
pero antes ya te ha dañado a ti grandemente.
Cuando eres intolerante contigo lo eres también con los demás. Recuerda: se da
de lo que se posee. La paciencia es el arte de saber tomar conciencia de que la
naturaleza humana es así. Hay que aceptarla tal cual es. Pero si se supiera comprender
no habría necesidad de perdonar. He aquí un ejemplo de ser tolerante. Paciencia es la
ciencia de la paz.
El hombre verdaderamente libre no puede hacer mal, como tampoco Dios puede
hacerlo. Una parábola del Evangelio de san Lucas nos puede aclarar mucho lo dicho
hasta aquí: "Un rico preparó un banquete... traigan los lisiados, ciegos, cojos (Lucas 14,
16-24).
Si alguien te maltrata, ¿sabes si él, o ella, es responsable de ese
comportamiento...? Has de tener el control de ti mismo. ¿Cómo?, comprendiendo. No es
esa persona la que origina tus sentimientos negativos, así lo crees equivocadamente,
sino que es tu "programa" de comportamiento mental sobre acontecimientos ajenos.
"Tú ves a las personas y cosas, no tal como ellas son, sino tal como eres tú". Esa
pobre persona que te ofendió, (puedes ser tú también el ofensor) que tienes ante ti, es
una persona lisiada, ciega, coja, no la persona terca y malévola que tú, creías. Si
comprendes esta verdad profundamente, verás cómo tus emociones negativas dan paso
a la ternura y la compasión.
Veamos otra forma de maltratarte, o igual de no perdonarte o reconciliarte:
Alguien dice algo de ti y eso te hiere...
¿Qué vale ante ti o para ti: lo que ella (él) dijo, o lo que tú piensas que eres?
Mira lo que pasa en tu mente y en fracciones de segundo: tomas
inconscientemente lo que dijeron. Ese armazón de ideas externas que alguien dijo de ti y
que tú no aceptas. Te las colocas, las haces tuyas y aquí se tiene a una persona a imagen
y semejanza de otro, porque así lo dijeron y tú lo aceptaste. Te sientes otro a lo que tú
crees "SER TÚ".
Eres único e irrepetible. Te sientes incómodo con las vestiduras que otro te
ofreció. Las tomaste, te las colocaste, permitiste que eso fuera así, y como eso no es lo
que "eres tú", reaccionas gravemente: iras, odios, rencores, agresividad, angustias,
tristezas... miedo a perder tu imagen ante los demás. Recuerda siempre lo siguiente:
nadie puede ofenderte mientras tú en tu interior no lo permitas.
¿Qué vale más, tu propia imagen ante ti que te da seguridad e identidad, o la que
otros quieren colocarte y tú permites en tu mente?
Para la reflexión
Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que se enamoró, dio un nuevo sorbo a
su martín con dos aceitunas como siempre -y continuó: Los pianos tienen teclas
blancas y negras. Se toca en todas, en las negras y en las blancas.
Ambas forman parte del instrumento; las dos producen sonidos. Ni de unas ni de
las otras se debe prescindir. Los hombres tenemos también teclas blancas y negras
-siguió diciendo Jean Cusset-. Quiero decir que hay en nosotros cualidades y defectos.
Con lo bueno y lo malo tenemos que vivir, y hemos de aceptar también lo bueno y lo
malo que hay en los demás. Sería tonto querer oír únicamente el sonido de sus teclas
blancas. Con ellas solas la música no está completa.
Aceptémonos tal como somos -concluyó Jean Cusset-, y aceptemos a los demás
como ellos son. Con nuestras teclas blancas y nuestras teclas negras podemos tocar
hermosas melodías.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas como
siempre.
Armando Fuentes Aguirre5
INSTRUCCIONES
1) Reúnanse en grupos de cinco (5) o seis (6) participantes y respondan los siguientes
interrogantes:
a) ¿Hay alguna relación entre este cuento y la virtud de la Sociabilidad? ¿Por
qué sí o por qué no?
b) ¿Qué hechos de nuestra vida real se parecen a las actitudes de los personajes?
¿Por qué?
5
RESTREPO A., Ética y valores 2, 123.
2) Luego se realiza la puesta en común sobre los interrogantes estudiados en los grupos.
Conviene que se haga énfasis en las causas de las actitudes propias, sean las que sean,
en el trato con las personas de la propia realidad.
Si en esas causas hay alguna dificultad, ver entre todos, cómo puede ser vencida.
Tratar de aterrizar esa Sociabilidad de la que se habla o se comenta, a la realidad del
grupo, con sus dificultades y logros concretos.
INSTRUCCIONES: En los espacios que tienes a continuación escribe cinco (5) frases
que tengan la forma de: "La tolerancia es.... "
1.
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2.
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3.
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4.
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5.
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6
UNESCO, Un año para la tolerancia. El telón de fondo, 1995. Citado por Mendive, s/d, 1995, 109.
Cit. por: AA.VV., Desarrollo humano y calidad, valores y actitudes, 154.
¿Encuentras alguna diferencia entre las frases que escribiste y las afirmaciones
de la UNESCO? ¿Cuál?
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INSTRUCCIONES: Para esta actividad el facilitador avisará unos días antes de esta
sesión que se busquen, recorten y fotocopien algunos artículos del periódico que tengan
que ver con la discriminación, la xenofobia, la intolerancia, y los tengan preparados para
esta actividad.
Primer paso:
Organicen equipos de cinco (5) o seis (6) participantes. Cada equipo recibirá de
manos del facilitador al menos una (1) fotocopia de un artículo periodístico.
Segundo paso:
Lean con atención el artículo. Una vez concluida la lectura, entre todos
determinen: ¿Cuál es el problema central? ¿Quién o quiénes resultan afectados? ¿De
qué manera son afectados? ¿Cuáles son las razones para justificar las acciones que se
relatan en el artículo?
Tercer paso:
Ya que han terminado el trabajo anterior, entonces quien lo desee puede exponer
a sus compañeros de equipo hechos concretos de vida que resuman experiencias
personales relacionadas de algún modo con el problema detectado. Deberán ser
experiencias que de una u otra manera tengan que ver con su realidad habitual. Cada
persona cuenta con un tiempo máximo de tres (3) minutos para exponer el hecho en
forma breve y concisa. Cada uno deberá estar en actitud de escucha mientras los demás
hablan.
7
AA.VV., Desarrollo humano y calidad, valores y actitudes, 134.