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LA POBREZA EN EL PERU

1. Introducción
La pobreza es un fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no
existe una única manera de definirla. Para efectos de su estudio práctico, la
mayor parte de las veces, la pobreza se ha definido como la incapacidad de
una familia de cubrir con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia.
Este enfoque metodológico clasifica a las personas como pobres o no pobres.
Similarmente, en el caso de que el gasto familiar no logre cubrir los
requerimientos de una canasta alimentaria, se identifica a la familia como pobre
extrema. Combinando ambas definiciones, una familia puede ser no pobre,
pobre o pobre extrema. Si bien existen otras aproximaciones metodológicas
muy importantes, ésta es la más extendida, por lo que se utilizará como
principal referencia para el análisis del problema de la pobreza en el Perú.

En una economía de mercado, el Estado tiene un rol muy importante que


cumplir en la lucha contra la pobreza, para permitir un mayor grado de igualdad
de oportunidades. Atacar el problema de la pobreza es una necesidad, no sólo
por razones humanitarias, sino también por razones económicas. La pobreza
es un círculo vicioso que, además de tener efectos graves sobre la calidad y
niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades de crecimiento
económico y estabilidad social y política. Las familias que enfrentan una
situación de pobreza se ven afectadas por secuelas en la nutrición, en la salud
y en la capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no pueden ser
remontadas, aunque los ingresos mejoren. Una población pobre tiene una baja
expectativa de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es
mano de obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de trabajo
poco productiva.

En los últimos 10 años, el Perú, como otros países de la región, aumentó


significativamente los recursos destinados a numerosos programas sociales
para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de la población de menores
recursos Diversos elementos de juicio sugieren que se puede mejorar la
efectividad de estos programas significativamente.

Aún con limitaciones, estos programas, aunados a la estabilidad económica y


al crecimiento económico general, permitieron una reducción importante de la
pobreza hasta 2007. Sin embargo, es probable que la recesión económica de
los últimos 2 años haya producido un deterioro de la situación, para lo cual no
se cuenta todavía con indicadores.

Todo lo anterior señala la necesidad de analizar, de manera técnica, la


magnitud del problema y las opciones de política que pueden ser más efectivas
para atender este problema tan importante. El Task Force analizó diversos
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aspectos del diagnóstico y propuestas, luego de sentar ciertos principios
orientadores del debate que se consideró pertinente destacar.

2.Relación Entre Pobreza Crecimiento Económico

Las políticas de lucha contra la pobreza deben tener como base una política
económica general que garantice la estabilidad y el crecimiento económico. El
Perú no produce lo suficiente para cubrir los requerimientos de sus habitantes.
En términos per cápita, el Perú produce lo mismo que en la primera mitad de
los ochenta. El crecimiento y la estabilidad económicos tienen una importancia
fundamental para la lucha contra la pobreza, no siempre reconocida de manera
explícita.
Un estudio reciente del Banco Mundial (2006) sobre la evolución de la pobreza
en el Perú indica que el crecimiento económico registrado entre 2004 y 2005
permitió la creación de cerca de 1.3 millones de puestos de trabajo. Muchos de
ellos fueron puestos informales, lo cual no es sorprendente si se considera que
aproximadamente el 45 por ciento del empleo urbano es informal. En el sector
rural la proporción de empleo informal es mayor, lo que se debe en parte a que
la legislación laboral y tributaria no está pensada para el agro y otras
actividades que son fuentes del empleo rural.
Por lo anteriormente expuesto, las medidas de lucha contra la pobreza no
deben ser contrarias a los principios que sustentan la estabilidad y el
crecimiento económico. Por el contrario, son parte importante de las políticas
de lucha contra la pobreza aquellas políticas que favorecen el crecimiento
económico, especialmente de los sectores más intensivos en mano de obra y
en zonas de pobreza. Asimismo, el nivel de gasto público para políticas de
lucha contra la pobreza debe ser compatible con niveles de tributación que
garanticen el crecimiento económico, por lo que el principal reto consiste en
optimizar el uso de los recursos destinados para ese fin, campo en el cual
existe mucho por hacer.

Asimismo, se debe buscar que los sectores más intensivos en mano de obra no
calificada puedan crecer –agricultura, construcción, turismo, comercio–, así
como aquellas actividades que, por estar localizadas en zonas geográficas
cercanas a poblaciones pobres, puedan generar un potencial muy grande de
empleo y movimiento económico, como es el caso de proyectos mineros,
forestales y petroleros. En esta misma línea de pensamiento, una estrategia
importante es dinamizar mercados locales cercanos a poblaciones pobres, lo
que se ha venido llamando desarrollo de ciudades intermedias y también
corredores económicos. En todos estos casos, naturalmente, es importante que
las inversiones cuiden los aspectos ambientales, culturales y sociales de las
zonas donde operan, para impulsar su desarrollo sin generar problemas de otro
tipo.

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3. Investigación sobre la pobreza y como salir de ella
Dada la complejidad del problema de la pobreza, es necesario desarrollar más
y aprovechar mejor los estudios empíricos que analizan los factores que
causan la pobreza, así como la efectividad de las políticas y programas
destinados a superarla.
Existen ya, para el caso peruano, algunos estudios empíricos sobre la base de
las ENNIV, que identifican los factores que explican por qué algunas familias
son pobres y otras no, así como los factores que les permiten pasar de un
estado a otro. En muchos casos, la sola identificación de estos factores permite
una recomendación de política de manera más o menos directa, mientras que
en otros se requiere un análisis más detallado, que merecería ser estudiado.
En su último reporte sobre la pobreza en el Perú, el Banco Mundial identifica,
mediante un estudio estadístico y econométrico de los resultados de las ENNIV
2004 y 2005 , los siguientes factores vinculados a la pobreza en el Perú:
Acceso a infraestructura y servicios básicos. Mientras mayor sea el número de
servicios a los que accede cada hogar, mayor es la probabilidad de que ésta se
encuentre fuera de la pobreza. Además, las condiciones de la infraestructura y
los servicios públicos tienen efectos sobre la rentabilidad de los bienes
privados. Por ejemplo, la educación o el acceso a la tierra son más rentables
cuanto mayor sea la dotación de otros bienes y servicios claves, como
electricidad, agua y desagüe. De ello se desprende que se debe continuar
ampliando el acceso a infraestructura y servicios básicos. Sin embargo, debe
analizarse la sostenibilidad de las inversiones y los factores que la afectan,
para que la infraestructura desarrollada continúe en buen estado y brindando
Educación. Los hogares con jefes de familia u otros miembros del hogar de
más de 14 años con mayor grado de educación y más experiencia progresan
más rápido. El énfasis en el campo de la educación básica es fundamental,
desde una perspectiva de lucha contra la pobreza. Un miembro del Task Force
planteó que algunos estudios internacionales señalan que, a nivel de grandes
cifras, la proporción de gasto destinado a educación básica, en comparación a
programas de apoyos alimentarios y nutricionales, es bajo en términos
comparativos.
Idioma. Existe evidencia de que los hogares en donde se habla lenguas nativas
tienen más probabilidades de permanecer en la pobreza que aquéllos en donde
se habla castellano. Es necesario evaluar cuál es el impacto de los programas
de educación bilingüe. Si bien éstos se fundamentan en el hecho de que es
más fácil y mejora la autoestima de los niños el aprender la lecto-escritura en
su idioma materno, facilitando luego el aprendizaje de otros idiomas, dados los
bajos niveles de escolaridad, es posible que en la práctica ello dificulte el
aprendizaje del español, lo que limita las opciones futuras de superación de la
pobreza de dichos niños. Al respecto, uno de los miembros del Task Force
planteó que no sólo se trata de un tema educativo, sino que existe también una
dimensión cultural de por medio, y que no se debe imponer la visión occidental
del desarrollo. Otro miembro señaló, sin embargo, que el idioma materno,
siendo un tema cultural, debe estar vigente en la educación como lenguaje de
tradición oral, pero que actualmente la mayor parte de niños es expuesto al
español por los medios de comunicación, lo que permitiría que sí se enseñe
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español desde una edad temprana, y con ello se podría evitar el riesgo de que
los niños abandonen la escuela sin conocimientos suficientes de este idioma
Migración. Las familias migrantes progresan. El desarrollo de políticas que
favorezcan procesos migratorios ordenados desde zonas que no tienen mayor
viabilidad económica hacia ciudades intermedias del país es una opción de
combate contra la pobreza.
Tamaño del grupo familiar. Las cifras indican que las condiciones de vida de las
familias numerosas son peores frente a las de familias menos numerosas. Por
ello, las políticas de población bien diseñadas, que eviten los problemas de
desinformación, son un componente importante de una política de lucha contra
la pobreza.

Composición familiar. Aunque no tiene implicancia directa sobre políticas,


resulta interesante señalar que el estudio encuentra que los hogares dirigidos
por mujeres progresan más que los dirigidos por hombres, aislando los efectos
de otras variables como educación, consumo inicial, tamaño del grupo familiar,
nivel de dependencia, etcétera.

Interés empresarial. Las familias que usan por lo menos una de las
habitaciones de su vivienda con fines comerciales, tanto en zonas urbanas
como rurales, logran alcanzar un crecimiento significativamente más alto de
bienestar que el resto. El acceso al crédito y los ahorros financieros también
favorecen la superación de la pobreza.

Acceso a la propiedad. En el caso de los pobres urbanos, la formalización de la


propiedad de la vivienda es muy importante. El reconocimiento de la propiedad
permite el acceso al crédito, a través de la posibilidad de contratar garantías
hipotecarias, y crea incentivos para la inversión en la propiedad. En ese
sentido, los esfuerzos de titulación son una estrategia correcta.

4.Causas
4.1El Problema Específico De La Pobreza Rural

La pobreza más grave se encuentra en las zonas rurales, donde algunos


indicadores de calidad de vida son comparables con el nivel promedio de
países africanos. En estas zonas del país, la pobreza es más difícil de superar
por la conjunción de diversos factores que la explican: baja productividad,
desnutrición infantil, menor acceso y baja calidad de la educación rural, lejanía,
falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras culturales,
etcétera. Ello explica por qué tanto en el Perú como en otros países los
mayores éxitos frente a la pobreza rural se logran en el campo de programas
de alivio y no de superación de la pobreza.
El reto fundamental es elevar la capacidad de generación de ingreso de los
pobres rurales, lo que se ha intentado desde diversas estrategias, tanto en el
país como en el extranjero. El debate sobre cómo enfrentarlo generó
posiciones diferentes. De un lado, algunos miembros del Task Force pusieron
mucho énfasis en la necesidad de desarrollar proyectos productivos, en
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comparación con los programas de asistencia social y de desarrollo de
infraestructura económica y social. Según esta perspectiva, el apoyo a
proyectos productivos debiera darse en el marco de programas de desarrollo
rural integral, que incluya asistencia técnica y aspectos de competitividad en
mercados regionales y nacionales, e incluso internacionales, aunque ello sólo
se logre en el mediano o largo plazo. Al respecto, otros miembros señalaron
que existe una larga historia de fracasos en la promoción de proyectos
productivos, tanto desde el sector público como de las ONG, por lo que el
diseño tendría que ser muy cuidadoso para lograr los objetivos propuestos.
Según esta perspectiva, es preferible enfatizar el apoyo del Estado en el
desarrollo de condiciones para que los pobres accedan en mejor pie a
mercados regionales, lo que incluye un mayor énfasis en el desarrollo de
infraestructura económica, la coordinación e información entre agentes y la
asistencia técnica, en comparación con el apoyo directo del Estado en
proyectos productivos.
Se consideró pertinente analizar en mayor detalle las causas de la baja
capacidad de generación de ingresos del poblador rural, que explica no sólo la
pobreza rural sino también la urbana, de acuerdo al diagnóstico planteado por
Richard Webb en el I Foro sobre Pobreza, en 1998. En dicha ocasión, Webb
formuló el siguiente diagnóstico:

"Así, la causa central de la pobreza extrema sigue siendo la bajísima


productividad del minifundista, factor que determina no un paupérrimo
nivel de vida en el campo sino también un muy bajo salario de oferta en la
ciudad. Los instrumentos que se han aplicado para elevar esa productividad
son muchos, y la historia de esos esfuerzo s, en el Perú como en el resto del
mundo, es larga. Las estrategias para el desarrollo rural han priorizado por
momentos el esfuerzo colectivo local (‘desarrollo comunal’), la reforma agraria y
el ‘capital humano’. Cada una de estas grandes estrategias ha tenido eco en el
Perú”.
Dicha ponencia planteaba tres posibles estrategias para enfrentar la pobreza
rural: (i) desarrollar una revolución verde peruana, que aumente el nivel de
productividad e ingresos agrarios, (ii) promover las actividades no agrícolas y
(iii) promover la migración de parte de la población rural a áreas urbanas.

5. Pobreza extrema por actividad económica


El análisis de la extrema pobreza por sector económico ha sido realizado a
partir del comportamiento de la PEA ocupada. De el se deriva lo siguiente. Los
sectores en los que aumenta el empleo en condiciones de pobreza extrema
son hoteles y restaurantes, comercio al por menor, transportes y
comunicaciones, actividades inmobiliarias y el sector agrícola. De todos estos
sectores, el agrícola es el de mayor relevancia cuantitativa ya que contribuye
con ¾ partes de todo el empleo en situación de extrema pobreza, siguiéndole
el sector comercio al por menor que concentra el 9.8% de dicha categoría.
Por su parte los sectores en los cuales se reduce el empleo en dicha condición
son: el de reparación de vehículos automotores, la administración pública,
electricidad -agua, comercio al por mayor y la construcción. De todos estos

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sectores, el rubro de la administración pública es quien ha concentrado
cuantitativamente la mayor reducción de trabajadores en esta condición.
Comparando Lima con el resto del país se aprecia que para el primer caso, han
sido los sectores de transportes y comunicaciones junto con el de restaurantes
y hoteles quienes han concentrado el incremento del empleo en condiciones de
pobreza extrema mientras que para el resto del país los sectores con tales
características han sido los de comercio al por menor y aquellos denominados
de actividades inmobiliarias. Aunque habría que señalar que en el caso del
departamento de Lima, las actividades que concentran el 83% del empleo en
estas condiciones - pobreza extrema- son el comercio al por menor, los
servicios personales y el rubro de restaurantes y hoteles. Para el resto del país,
por su parte, el sector agrícola concentra por sí solo el 77.8% del empleo en
situación de pobreza extrema. Le sigue el comercio al por menor y la
manufactura.
De otro lado, en el caso del departamento de Lima, aparecen sectores como el
de reparación de vehículos automotores y el del comercio al por mayor como
aquellos en los que la disminución del empleo en condiciones de pobreza
extrema se habría reducido en su totalidad. Para el caso del resto del país no
se aprecia sector alguno en el cual se haya observado un comportamiento
similar.

6.La Pobreza Extrema, Un Concepto A Desechar


Una afirmación fuerte: la medición de pobreza extrema no sirve. Como se sabe,
se consideran pobres extremos a quienes aún destinando todos sus ingresos a
la compra de alimentos, no alcanzan a comprar la canasta básica alimentaria.
Un ejemplo pone de relieve lo absurdo de esta propuesta: una persona que
invierte todos sus ingresos en la compra de alimentos, tendría que comerlos
crudos. Generalmente, se sabe que incluso los más pobres de los pobres, a
nivel internacional, dedican un 30 por ciento de sus ingresos para el consumo
de otras cosas que no son alimentos. De hecho, todos sabemos que para no
ser pobre es necesario también tener recursos para poder vestirse, lavarse,
cocinar, tener un techo y una cama, educarse y cuidar su salud.

Siendo el concepto de pobreza extrema una absurdo imposible, se le suele dar


validez en el sentido de considerar a aquellos que están lejos de superar su
condición de pobreza. El problema es que la distancia entre la línea de pobreza
extrema y la línea de pobreza, como vimos, es variable, debido a que las
necesidades y patrones de consumo entre las regiones son distintas. En ese
sentido, es una medida que no mide a todos por igual.

7. Pobreza Puntual

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Aunque el gasto social sigue creciendo, los más pobres entre los pobres crecen
en el campo y otros sectores.

UNO de los temas principales en la agenda electoral es sin duda el de la


reducción de la pobreza. Además de los principios éticos y de solidaridad,
existen otros argumentos. Es simple: reducir la pobreza amplía el mercado e
incrementa la demanda interna.

Por otra parte, si el modelo económico no muestra resultados sociales, se va


poniendo en tela de juicio las reformas estructurales. La sostenibilidad del
modelo, que el gobierno defiende a capa y espada, depende de dichos
resultados. El asunto no es sólo cuánto gastar, sino cómo gastar.
En el ámbito urbano, la pobreza extrema representa 9.3% del total de la
población. En las zonas rurales, en cambio, este indicador se eleva a casi el
triple: 24.5%.
Aun así, la situación en las zonas rurales es dramática. Actualmente, casi uno
de cada tres habitantes en estas zonas es pobre extremo. Su pobreza está
relacionada con la falta de activos productivos (tierra, ganado, tecnología y
crédito), así como con los bajos niveles educativos y con una familia numerosa.
Ahora bien, ser pobre extremo en el Perú significa subsistir con S/. 3.60 diarios
para comer, transportarse, vestirse, curarse etc. Esta desesperante situación
no es marginal: afecta a unos 3.7 millones de peruanos. Es decir, al 15% de la
población. El libre mercado, al menos en el corto plazo, no muestra resultados
alentadores.

Debido al rápido crecimiento urbano y a la migración, actualmente hay también


más pobres en la ciudad. Sin embargo, es en el campo donde están los pobres
entre los pobres, especialmente en las provincias alto andinas de la sierra sur y
en las zonas rurales más alejadas de la Amazonía.

Un estudio del CIES, hecho por Cecilia Lévano y Pedro Llontop del IEP
(Instituto de Estudios peruano) señala que son especialmente las poblaciones
indígenas y las de la sierra rural las que menos se han beneficiado del
crecimiento del PBI y la reactivación económica de 2005 y 2006.

EL EMPLEO
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1. COYUNTURA DE LAS ÚLTIMAS DÉCADAS
El inicio de la década de los noventa coincidió con la que fue, probablemente,
la peor crisis económica en la historia reciente del Perú. Como consecuencia
del caos generado por políticas macroeconómicas erradas la producción había
caído en 30% acumulado durante los últimos tres años de la década de los
ochenta, el producto bruto había retrocedido al nivel observado en 1978 y el
producto per cápita se situaba en el nivel observado en 1961.
En 1990 la variación promedio del índice de precios al consumidor llegó a
7,484%. En agosto de ese mismo año un nuevo gobierno implementó un
drástico programa de estabilización e inició una serie de reformas estructurales
orientadas a lograr que el mercado sea el principal mecanismo de asignación
de recursos y a que se reduzca el papel del Estado en la economía. El proceso
de apertura comercial se inició en 1991, y redujo rápidamente el nivel medio del
arancel de 66% a 17% y eliminó todas las restricciones cuantitativas al
comercio exterior. Esto, junto con la privatización de las empresas públicas y el
proceso de flexibilización del mercado de trabajo que se implementó de manera
paulatina entre 1991 y 1995, fueron algunos de los componentes más
importantes del paquete de reformas estructurales en el Perú. El posible
impacto negativo sobre el empleo fue un elemento central de las críticas que
recibieron la reforma comercial, la privatización, la reducción del aparato estatal
y la flexibilización del mercado de trabajo. Luego de un estancamiento inicial la
economía peruana ha crecido ininterrumpidamente, aunque con fluctuaciones,
desde 1993.
Siete años después del inicio del proceso de reformas estructurales los
problemas en el mercado de trabajo parecen ser, en efecto, bastante graves, y
son el desempleo y la "falta de empleo" los males más serios que aquejan a la
población peruana. Se ha planteado que el modelo económico vigente en el
Perú, orientado a que la asignación de recursos esté determinada
principalmente por el mercado, es un modelo de crecimiento sin empleo.
Este trabajo analiza los mecanismos de ajuste del mercado de trabajo durante
los años posteriores a las reformas estructurales, evaluando si efectivamente
los costos en cuanto a empleo han sido muy elevados.
Una manera de enfocar esta problemática es preguntándose si en el Perú
existen muchos empleos, pero de mala calidad. La respuesta es que sí,
efectivamente muchos empleos son malos empleos. Pero la pregunta siguiente
es si la apertura económica y la flexibilización del mercado de trabajo han
empeorado la situación. ¿Ha crecido el empleo? Y si lo hubiera hecho, ¿sólo se
han generado malos empleos? ¿Ha crecido principalmente el sector informal?
¿Son los empleos informales "malos empleos"? El análisis de la evolución del
mercado laboral durante los años anteriores y posteriores al inicio de las
reformas muestra que el empleo ha crecido claramente.
Luego de un grave estancamiento entre 1989 y 1992, creció de manera
acelerada, permitiendo absorber a un creciente stock de mano de obra cuya
evolución estuvo impulsada por tendencias demográficas y por aumentos en la
participación en la fuerza de trabajo.
Entre 1985 y 1989, el empleo aumentó debido a la absorción de empleo del
sector público y del empleo independiente. Las empresas, ya sean formales o
informales no aumentaron su demanda de empleo.
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Este último patrón se mantuvo hasta 1992, y en esos años, dada la contracción
del empleo público, la única fuente de generación de empleo fue el
autoempleo. Esto llevó a que en esos años, al menos en Lima Metropolitana el
empleo en términos absolutos se mantuviera básicamente estancado. La
evidencia disponible para Lima Metropolitana, así como a nivel nacional,
muestra que la proporción de ocupados como proporción de la población en
edad de trabajar cayó dramáticamente hasta 1992. Esta situación no se vio
reflejada en aumentos en la tasa de desempleo debido a la reducción en la
tasa de participación. Recién a partir de 1993, el empleo se empieza a expandir
debido tanto al empleo independiente como al aumento en la demanda de
empleo de las empresas.
A pesar de la reducción del empleo público, tanto en términos absolutos como
relativos, el crecimiento del empleo privado fue lo suficiente como para
aumentar la proporción de ocupados en relación a la población en edad de
trabajar. Así, la dinámica del empleo en el periodo posterior al inicio de las
reformas fue íntegramente liderada por el sector privado, y permitió compensar
la caída del empleo público.
Se observa, sin embargo, que han habido segmentos específicos de la fuerza
laboral, el de los más jóvenes y, en particular, el de los hombres de mayor
edad, para los que se han reducido las oportunidades de empleo. La pregunta
que sigue es saber si los empleos que se crearon fueron únicamente malos
empleos. La evidencia muestra que se han creado empleos en toda la gama de
actividades y sectores. El problema central es el lento crecimiento de la
productividad del factor trabajo y, por ende, el lento crecimiento de los ingresos
reales, tanto de los trabajadores asalariados como de los independientes.
Como se observa en el estudio, existe una relación estrecha entre niveles y
cambios en la productividad con niveles y cambios en las remuneraciones
reales. Sin embargo, el crecimiento de la productividad es todavía muy lento.
2. ESTRUCTURA LABORAL EN EL PERU
La estructura laboral es independiente de la recesión de fines de los años
noventa. Es insuficiente salir de la recesión; se requiere crecer a tasas
elevadas y de manera sostenida. En consecuencia, resulta indispensable
generar las condiciones necesarias para que la inversión crezca, lo que
redundará en mayores tasas de crecimiento y de empleo. Para que aumente la
tasa de inversión se necesita, en primer lugar, mantener la estabilidad
macroeconómica. En segundo lugar, establecer un marco jurídico e
institucional estable que garantice los derechos de propiedad, la estabilidad de
las reglas y que en general, reduzca los costos de hacer negocios.
Finalmente, se requiere introducir reformas en el mercado de capitales que
faciliten el flujo de recursos de ahorristas nacionales y extranjeros a los
inversionistas, lo que reducirá el costo del crédito y el de los fondos de capital y
aumentará el acceso a ellos. Ésas son, en realidad, las reformas institucionales
que permitirán un crecimiento sostenido del producto y del empleo.
Por otro lado, en el mercado de trabajo interactúan la política macro, la
legislación laboral, la política de fomento a la inversión privada, las políticas
educativas, etcétera. Y es en esas interacciones en el mercado de trabajo
donde se determina en gran medida el bienestar de los trabajadores y el de sus
familias

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Las regulaciones que se establecen en este mercado deben tener como
principio asegurar la flexibilidad necesaria en una economía que debe competir
crecientemente en el entorno internacional. Pero al mismo tiempo, la política
económica debe apuntar a satisfacer una legítima aspiración de los
trabajadores y de la sociedad en su conjunto: tener ingresos crecientes y
estables.
La legislación laboral y las políticas activas de empleo deben apuntar a una
estabilidad de ingresos derivada, en primer lugar, de la productividad de los
trabajadores y de las empresas, y en segundo lugar, de mecanismos legales
que permitan aislar a los trabajadores de fluctuaciones bruscas en sus
ingresos. El error usual de la legislación es intentar imponer esta estabilidad de
ingresos por decreto. En lo que sigue se presentan algunas políticas y cambios
que, en nuestra opinión, deben tomarse en cuenta para mejorar la situación del
empleo en el Perú.
3. FACTORES QUE ACONDICIONAN EL PROBLEMA DEL EMPLEO EN EL
PERU
3.1 Exceso de población como problema del subdesarrollo.
En las visiones más abstractas y de largo plazo, el tema de la relación entre
oferta y demanda de mano de obra en países subdesarrollados como el Perú
siempre está presente. La ausencia de una convergencia entre ingresos
promedio y entre distribuciones de ingreso de países pobres y ricos, que
explica el lento crecimiento de economías que, como la peruana, tienen una
"sobrepoblación" laboral. También se ha recordado esa situación de otra
manera:
La oferta, es decir la población en edad, en condiciones y con deseo o
necesidad de trabajar habitualmente la supera y lo hace muy claramente, en el
caso de economías subdesarrolladas, o en etapas sólo incipientes del
desarrollo. En la segunda mitad de los años setenta y en todos los años
ochenta, a la sobrepoblación propia del subdesarrollo se habría añadido la que
surge de la gran "crisis de la deuda" y las políticas posteriores, lo que ha
profundizado cuantitativa y cualitativamente el problema.
3.2 La transición demográfica
El tema demográfico constituye un componente clásico de todo enfoque sobre
el problema del subdesarrollo del empleo.
La PEA debe de pasar de cerca de 8 millones en 1990 a unos 16,6 millones en
el año 2010. Ese enorme aumento se debe también al incremento de la tasa de
participación, que pasaría, según las estimaciones, de 57,7% en 1990 a 78,0%
en el 2010. Podríamos decir que esas cifras son grandes, pero ¿en relación
con qué? Ése es el tema del supuesto de la sobrepoblación.

3.3 La gran crisis laboral de dos décadas.


En efecto, durante las tres décadas recientes se ha registrado un enorme
retraso de la demanda de trabajo respecto de la oferta.

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Mientras que la tasa de crecimiento de la oferta se ha elevado desde 1940
hasta fines de siglo, manteniéndose en niveles cercanos a 3% anual durante
los años ochenta, la tasa correspondiente a la demanda se convirtió en
negativa durante esa década y han sido necesarios varios años de los noventa
para alcanzar la tasa de crecimiento de la oferta total.
Al incrementarse la oferta laboral y contraerse la demanda, se generó un
importante desequilibrio en el mercado de trabajo, que dio origen a un
considerable excedente de mano de obra que, para equilibrar el mercado de
trabajo, generó menores salarios reales para todos los trabajadores. Dado que
las tasas de desempleo no se incrementaron de manera importante, el ajuste
del mercado de trabajo se dio a través de menores ingresos reales o lo que es
lo mismo, mayores niveles de subempleo.
3.4 El nuevo contexto institucional.
A esa situación hay que añadir la cuarta circunstancia importante: el nuevo
contexto institucional. En el caso de este balance, tras casi cuatro años del
anterior, debemos incluir los estudios sobre el nuevo contexto laboral después
de las reformas puestas en marcha desde comienzos de los años noventa. El
análisis de los efectos de dicho contexto es diverso y con distintos grados de
crítica.
4. POSIBLES SOLUCIONES
4.1 A CORTO PLAZO
• El Ministerio de Trabajo
El Ministerio de Trabajo ejecuta una serie de programas sociales encaminados
a mejorar la competitividad de la microempresa, la inserción de las clases
sociales más pobres al mercado de trabajo, el ingreso temporal de los jefes de
familia de barrios pobres y, en muy poca medida, a la posibilidad de generación
de empleo productivo permanente. Esto último, más bien, creo que depende de
un conjunto de políticas que reorienten la inversión de los sectores más
intensivos en capital hacia los sectores más intensivos en mano de obra,
porque el crecimiento se viene produciendo sobre todo en los primeros, lo cual
no se refleja automáticamente en un incremento en el empleo.
• Mejorar las condiciones de trabajo
No existe una evaluación exhaustiva del impacto que han tenido los cambios
en la legislación laboral sobre las condiciones de trabajo. Sin embargo, la
reducción de la actividad sindical, el aumento de la rotación del empleo y el uso
de contratos temporales hace presumir que ellas se han deteriorado. Es
necesario retomar el tema y evaluar cuál debería ser el papel del Estado, el de
las empresas y el de los sindicatos en este campo.

4.2 A MEDIANO PLAZO


• Avanzar en el planteamiento de relaciones trabajador empresa
El debilitamiento del movimiento sindical puede atribuirse también a que éste
es identificado únicamente como un mecanismo para incrementar los

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beneficios de corto plazo de los trabajadores. No existe una concepción
moderna de movimiento sindical que tenga como objetivo negociar e impulsar
mejoras ligadas a la productividad o que demande una mayor inversión de las
empresas en capacitación y entrenamiento ocupacional.
Es central avanzar en la concepción de instituciones sindicales modernas que
tengan como objetivo el aumento de la productividad de los trabajadores como
principal mecanismo para incrementar los ingresos y las condiciones de vida de
sus afiliados.
• Corregir la legislación actual
La CTS es un mecanismo adecuado para evitar fluctuaciones bruscas de los
ingresos de los trabajadores en la eventualidad del desempleo. Pero este papel
se ha desvirtuado al permitirse que los trabajadores utilicen parte de esos
fondos para consumo corriente. Por otra parte, es necesario eliminar la
posibilidad de establecer Convenios de Sustitución mediante los cuales los
depósitos de la CTS puedan ser retenidos y manejados por la empresa, ya que
se genera el riesgo de que si la empresa quiebra o es liquidada, los
trabajadores se vean en dificultades para recuperar su dinero.
Las reformas de inicios de los años noventa permitieron una reducción
importante en los costos de despido. La abolición de la estabilidad laboral y su
reemplazo por la protección contra el despido arbitrario aminoraron el nivel y la
variabilidad de los costos en que se incurría al separar a un trabajador de una
compañía. Actualmente la indemnización por despido arbitrario es de 1,5
salarios mensuales por año trabajado, a lo cual se suman los depósitos
semestrales de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Así, un
trabajador despedido sin causa justa con dos años de trabajo en la empresa
recibe tres salarios de indemnización más dos salarios por CTS.
La legislación laboral debe facilitar el encuentro entre trabajadores y
empleadores, facilitar la movilidad laboral, proteger al trabajador de
fluctuaciones bruscas de ingreso y asegurarle servicios de salud y una pensión.
Pero debe tenerse en cuenta que si la productividad de las empresas y la de
los trabajadores no aumentan como para permitir financiar esto, muchos
trabajadores quedarán desprotegidos en el sector informal.
• Reducir el precio relativo del contrato permanente respecto del
temporal
El elevado costo de despido aumenta implícitamente los costos del contrato
permanente. Una de las consecuencias de ello es el uso intensivo de contratos
temporales y de modalidades contractuales atípicas. La estrategia actual de
muchas empresas es utilizar los contratos temporales para reducir al mínimo
los costos de despido; se firman contratos temporales de muy corto plazo que
se renuevan continuamente.
El uso indiscriminado de contratos temporales en sus distintas modalidades, en
desmedro de los permanentes y en muchos casos, para el personal que en
realidad realiza labores permanentes, tiene un impacto negativo en la
productividad del trabajador. La calidad del empleo se reduce, ya que la
inexistencia de un compromiso tácito entre trabajador y empresa aminora las
posibilidades de adquisición de habilidades y de entrenamiento e induce a una
mayor rotación.

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La política correcta en este punto es, pues, reducir el costo relativo del contrato
permanente. Una reducción del costo de despido a través de la reducción de la
indemnización por despido arbitrario incentivaría el uso de contratos
permanentes y reduciría el empleo temporal y el empleo informal.
4.3 A LARGO PLAZO
• La competitividad de los trabajadores
El Ministerio de Trabajo tiene un interés muy especial por la calificación de los
trabajadores. Tenemos un convenio con el Ministerio de Educación para
trabajar en programas que incluso llegan a un nivel subregional andino. Hemos
propuesto el bosquejo de una decisión andina sobre formación profesional,
inspirada en la que se adoptó en el Mercosur.
El mercado de trabajo dependiente está saturado y se debe abrir posibilidades
al trabajo independiente. Nosotros apoyamos eso de distintas maneras. Por
ejemplo, en lo que se refiere al trabajo dependiente, el programa Projoven
intenta mejorar la capacidad de los jóvenes, primero a través de un
entrenamiento técnico de tres meses y luego de inserción laboral en tres meses
más; luego se realizan estudios de seguimiento de cómo, efectivamente, estos
jóvenes logran insertarse y mantenerse en una adecuada posición en este
mercado.
En cuanto al trabajo independiente, generar en el joven la idea de
transformación en empresario, a través de "Perú Emprendedor", programa que
actúa mediante capacitación, asistencia técnica y asesoría, para que uno
pueda formar un pequeño negocio y luego llevarlo adelante de manera exitosa

• Mejorar los sistemas de información laboral


El Ministerio de Trabajo y Promoción Social reorganizó todo su sistema en
1996 y logró incrementar la cobertura de su bolsa de trabajo. El sistema es
ahora mucho más moderno, orientado hacia trabajadores de poca calificación y
descentralizado.
Sin embargo, es necesario ampliar la cobertura del sistema incorporando un
mayor número de entidades privadas tanto de Lima como de provincias. En
general, las intervenciones de política que apuntan a reducir el costo de
obtener información para quienes buscan empleo y para las empresas tienen
una tasa de retorno social positiva.

5. DE EMPLEO ASALARIADOS E INDEPENDIENTE A AUTOEMPLEO

A diferencia de los países desarrollados, en muchos países de América Latina,


incluyendo el Perú, el autoempleo o trabajo independiente representa una parte

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importante del empleo y ha sido una variable de ajuste importante para
equilibrar el mercado de trabajo. Este sector, en donde las firmas unipersonales
operan en un ambiente claramente competitivo es aquél que permite explicar
relativamente el bajo nivel de la tasa de desempleo, aun cuando la demanda
por empleo de las empresas ya sea formales o informales, sea menor a la
oferta de empleo, dado un salario real.
Dadas las características peculiares del sector rural, en el que la mayor parte
del empleo es independiente, mientras que el empleo asalariado tiende a ser
una actividad secundaria y muchas veces estacional, es útil hacer el análisis
aislando el sector urbano del rural. En el Perú urbano, la participación del
empleo independiente total crece ligeramente durante los años noventa,
aunque no hay una tendencia clara durante el período de análisis. Es de
destacar que el empleo independiente, incluyendo a los trabajadores no
remunerados alcanza la mitad del empleo total. Por otro lado, es claro el
incremento de la participación del empleo público tanto en el sector urbano
como rural hacia 1991, para luego reducirse de manera drástica, caída que fue
compensada por la expansión del empleo privado.

EL DESEMPLEO

1. ¿QUE ES EL DESEMPLEO?

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Es la Situación en la que se encuentran las personas que teniendo edad,
capacidad y deseo de trabajar no pueden conseguir un puesto de trabajo
viéndose sometidos a una situación de paro forzoso".
2. CAUSAS DEL DESEMPLEO
El desempleo es el ocio involuntario de una persona que desea encontrar
trabajo, esta afirmación común a la que se llega puede deberse a varias
causas. Las mismas que citamos a continuación:
Cuando existe un descenso temporal que experimenta el crecimiento
económico caracterizado por la disminución de la demanda, de la inversión y
de la productividad y por el aumento de la inflación. La actividad económica
tiene un comportamiento cíclico, de forma que los períodos de auge en la
economía van seguidos de una recesión o desaceleración del crecimiento. En
el momento que se da una situación en la que el número de personas que
demanda empleo sobrepasa las ofertas de trabajo existentes, debido a que los
elevados salarios reales atraen a un mayor número de desempleados a buscar
trabajo e imposibilitan a las empresas ofrecer más empleo.
Cuando en ciertas regiones o industrias donde la demanda de mano de obra
fluctúa dependiendo de la época del año en que se encuentren. Cuando se dan
cambios en la estructura de la economía, como aumentos de la demanda de
mano de obra en unas industrias y disminuciones en otras, que impide que la
oferta de empleo se ajuste a la velocidad que debería. Adicionalmente esta
situación se puede dar en determinadas zonas geográficas y por la
implantación de nuevas tecnologías que sustituyen a la mano de obra. Cuando
por causas ajenas a la voluntad del trabajador impide su incorporación al
mundo laboral.
El desempleo es un desequilibrio entre la oferta y la demanda de las
horas de trabajo.
Todos sabemos que anualmente crece la eficiencia de todo tipo de máquinas.
Cada vez necesitamos menos personas para producir la misma cantidad de
bienes. En los últimos 200 años se ha reducido el tiempo de trabajo de
aproximadamente 12 horas por día a menos de 8 horas diarias y la semana de
trabajo se redujo de 7 a 5 días.

Horas de trabajo históricas


1802 - En la industria textil inglesa, tratan de reducir las
horas de trabajo de aprendices a 12 horas diarias.
1847 - La jornada de trabajo en Inglaterra es de 10 horas.
1848 - Se reduce la jornada de trabajo a 12 hrs. en Alemania,
desde las anteriores de 14 a 16 horas por día.
1890 - En los Estados Unidos la AFL quiere 8 hrs. de trabajo
por día.
1891 - En Alemania las nuevas horas de trabajo para personal

femenino son de 11 horas diarias.

Continuando con nuestro razonamiento, también sabemos que lo que abunda


tiene poco valor.
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La causa principal del alto nivel de desempleo es el progreso tecnológico. Pero
si cada año producimos la misma cantidad de bienes con menos personas -- en
muy pocos años muchísimo menos horas de trabajo serán necesarias para
producir todos los bienes que se podrían necesitar. La tendencia histórica ha
sido la de utilizar cada vez menos horas de trabajo por semana. Si no
continuamos con esta tendencia, la oferta de horas de trabajo es mayor que la
demanda.
Una sobreoferta de horas de trabajo significa que éstas valen menos y bajan
los sueldos y salarios. Muchas personas se quedan sin trabajo; ya no se
necesitan sus horas de trabajo. Los que están sin trabajo no tienen ingreso
alguno y por eso disminuye la demanda en bienes. Al haber menos ventas, se
produce menos y aún más personas quedan afuera. Es todo un círculo vicioso
que acelera el desempleo e incita al crimen, porque algunos se dedicarán al
crimen para tener ingresos.
La manera de poner fin a esto y tener a todos trabajando, es continuar con la
tendencia histórica; es distribuir el trabajo disponible entre todas las personas
que quieren trabajar; y esto se puede lograr, si cada persona trabaja menos
horas por semana. El Gobierno podría fijar un impuesto sobre las horas extras,
ya sea las pagas o las realizadas voluntariamente, haciendo lo mismo con las
horas trabajadas que sobrepasen un cierto límite por semana. Digamos que si
hay un 9% de desempleo, este límite se debería fijar en un 9% menos de horas
por semana que las trabajadas hasta ahora.
¿Aceptarían esto las empresas? Al no pagar horas extras, los costos de trabajo
son menores. Al tener una demanda creciente de bienes, las ventas y la
producción serán mayores. Al trabajar muchos turnos por día, durante siete
días de la semana, las máquinas siempre estarían trabajando y la inversión
bajaría. Seguramente los costos serían más bajos y las ganancias más altas.
Esto presume que los costos indirectos sobre sueldos y jornales están en
relación a los sueldos pagados. Si el hecho de tomar mas personal incrementa
estos costos, entonces habrá que cambiar las leyes correspondientes.
La vida de una maquina y los correspondientes costos de amortización están
relacionados a las horas que la maquina estuvo trabajando. O dicho de otra
manera, están relacionados a la cantidad de piezas producidas. Después de
una cierta cantidad de piezas producidas, la maquina tiene que ser
reemplazada. Si se trabaja tres turnos en lugar de uno, se precisa solamente
un tercio de maquinas (para la misma producción).
Así que con igual ganancias por pieza, el costo de inversión es solamente un
tercio, aproximadamente.
Es verdad que después de haber fabricada cierta cantidad de piezas, la
maquina tiene que ser reemplazada (y trabajando tres turnos, la máquina tiene
que ser reemplazada en un tercio del tiempo). Pero cuando la máquina ha
producido todas las piezas que puede, su costo de reemplazo está cubierto por
las ganancias logradas con las partes producidas. La ganancia mensual por
maquina es tres veces mas alta, y los costos de reemplazo también son tres
veces mas altas.
Como los costos de reemplazo son solamente parte de las ganancias, las
ganancias netas son más altas.

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¿Accedería la gente a esto? No es agradable trabajar en horas de la noche y
durante el fin de semana. Pero al trabajar menos horas por semana, se tendrán
más horas disponibles para estar con la familia, para entretenimientos,
deportes y hobbies. Al no haber una sobreoferta de horas de trabajo, los
sueldos y salarios serían más altos; En resumen, al fin todos podrían participar
de los beneficios del progreso tecnológico y tendrían más tiempo libre.
Cuando hay mucho desempleo las empresas pagan sueldos bajos. Cuando las
empresas precisan gente y hay mucho más personas que quieren trabajar que
lugares libres, las empresas eligen las persones que piden menos. Si hay
escasez de personas, las empresas tienen que ofrecer sueldos más altos para
conseguir las personas que precisan. En conclusión, cuando hay alto
desempleo los sueldos y salarios son bajos. Cuando hay escasez de personal
los sueldos y salarios son altos.
Ahora: ¿que pasa con el salario de las personas que trabajan menos horas
para que los desempleados puedan trabajar?
En el primer momento reciben menos salario, por trabajar menos horas. Pero
como resultado de trabajar menos horas, hay escasez de personal. Así que los
empresas tienen que subir los salarios para conseguir el personal que precisan.
Esta suba históricamente es mucho mas que lo perdido por trabajar menos
horas por semana.
Algunos dicen que podemos generar una mayor demanda de horas de trabajo
aumentando las exportaciones. Las horas de trabajo ganadas por las
exportaciones se pierden por las importaciones que reemplazan a productos
locales.
Al no equilibrarse las exportaciones, se produce una sobreoferta local de
moneda extranjera que cambia, a largo plazo, las relaciones cambiarias, que a
su vez, equilibran el valor de las exportaciones con las importaciones.
Algunos dicen que hay que crear más puestos de trabajo creando nuevos
productos. Pero las personas sólo pueden comprar nuevos productos si tienen
dinero, y para tener más dinero debe haber poco desempleo y altos salarios.
Así que ya ves, que a la larga estas "soluciones" no llevan a nada.
3. ALARMA POR EL DESEMPLEO EN EL MUNDO. ¿LE IMPORTA A
PERÚ?
El último informe de la OIT sobre el empleo en el mundo y la presentación de
su presidente Juan Somaravia en el Foro Económico Mundial, han vuelto a
colocar al desempleo como uno de los temas de agenda más importante
debido a las cifras desalentadoras previstas para los próximos diez años.
Según la OIT, sólo para controlar el aumento del desempleo se necesitan crear
40 millones de puestos de trabajo cada año, cifra que no ha podido alcanzarse,
en un contexto en el que la globalización no ah creado trabajos adecuados, A
nivel mundial, el desempleo ha crecido en los últimos 10 años en 25%,
afectando hoy a 192 millones de personas, de las cuales 86 millones -cerca del
50%- son jóvenes entre 15 y 24 años. Esto se agrava si se considera que la
mitad de todos los trabajadores del mundo (casi 1400 millones de personas)
viven con menos de 2 dólares al día. Aunque la mayoría de ellos no viva en
América Latina, la región es la que peor desempeño ha tenido en cuanto a
desempleo, ostentando la mayor tasa de crecimiento en todo el mundo 7.4%

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A primera vista el Perú no parece seguir esta tendencia. Según cifras del
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MINTRA), el país lleva meses
de crecimiento del empleo, registrándose en diciembre de 2005 un aumento del
5,7% con respecto a diciembre del año anterior, gracias al buen desempeño de
sectores como industria (6,9%), servicios (5,4%) y comercio (4,6%);
incrementándose de esta forma el empleo no sólo en Lima sino también en las
principales ciudades al interior del país.
Entonces, ¿Vale la pena preocuparnos por la tendencia mundial del empleo,
cuando en el Perú, las cifras de empleo son alentadoras? La respuesta es
afirmativa; y es que, según el mismo informe del MINTRA, las mejoras
obtenidas en el empleo son resultado de coyunturas favorables, como la
mejora en la pesca o la fuerte demanda internacional de productos agrícolas, y
no debido a una mejora de productividad de los trabajadores; mejora que
garantizaría que el empleo crezca en forma sostenida, permitiendo asimilar la
creciente oferta de trabajo y crear nuevas oportunidades de empleo.
CONCLUSIONES
• La manera para reducir el desempleo y para vivir mejor es la de distribuir el
trabajo disponible, trabajando menos horas por semana.
• Obviamente la solución para el desempleo, radica en generar mas puestos
de trabajo.
Entonces la pregunta seria, Que clase de puestos de trabajo conviene
generar?
• Por un lado proponer atraer inversiones extranjeras y por el otro lado
considerar que el enfoque tendría que ser hacia las pymes (pequeñas y
medianas empresas).
Ambos son buenos, de hecho estas suelen ser las soluciones que buscan
todos los países, faltaría solamente el incentivo a las industrias y empresas
nacionales y ya estarían todas las alternativas que se suelen tener en
cuenta.
Desde mi punto de vista, me sumo a la solución de fomentar las pymes.
• La inversión extranjera, es la alternativa por la cual suelen inclinarse los
países, ya que las empresas extranjeras inyectan capital a corto plazo, al
estado no le cuesta un centavo y genera una visión social de bienestar, lo
cual es muy positivo para un gobernante que debe encarar elecciones en
periodos muy cortos.
Si bien es una solución al desempleo, este sistema le resta independencia a
la economía, genera agujeros en la economía (fuga de capitales) y además
esta lo negativo de saber que el país no se queda con el 100% de las
ganancias que genera.
• La población dice que hay un problema de falta de empleo porque lo está
percibiendo de manera uniforme: atraviesa todos los grupos de edad y
diversos sectores sociales.
• El problema del Seguro Social comienza cuando el Estado utiliza los fondos
del sistema para financiar la expansión del gasto público, y esto viene de
Belaunde, Velasco continuando hasta el presente.
• El índice de sindicalizados disminuyó de 47% a 12,7% para empleados y de
54% a 19,6% para obreros entre 1991 y 1996.Una buena muestra de la
actitud frente al trabajo es el texto constitucional, que ha reemplazado el

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reconocimiento de la estabilidad laboral por la «adecuada protección frente
al despido arbitrario» (lo cual implica reconocerlo, no sancionarlo).

. EL SUBEMPLEO
Concepto
Las personas que forman parte de la PEA las que cuentan con un empleo
adecuado (35% para ser más exactos), y que la mayor parte de esta población
económicamente activa, se encuentran trabajando en condiciones que las
ubica en calidad de subempleados y realizando labores y trabajos de
subsistencia, por lo que necesitamos precisar que es Subempleo y cuales son
por lo tanto sus características básicas.
El INEI a través del compendio Estadístico del 2002, conceptualiza a una
persona como subempleada a aquella persona que trabaja un número de horas
menor al considerado como jornada laboral normal (8 horas), en forma
involuntaria y desea trabajar más horas. Así mismo se considera como
subempleado a aquel trabajador que laborando el número de horas igual o
mayor al considerado como normal, obtiene ingresos mínimos al ingreso
mínimo referencial, el cual es considerado como adecuado.
En el anuario estadístico Perú en Números 2004 (Richard Webb y Graciela
Fernández Baca) consideran como subempleados a las personas que
trabajando 35 horas o más a la semana reciben ingresos por debajo del salario
mínimo legal (incrementado por el índice de precios al consumidor a la fecha
de la encuesta), o que trabajando menos de 35 horas a la semana y recibiendo
ingresos por debajo del límite señalado quieren trabajar más horas.
Así mismo en el mismo compendio estadístico del 2002 del INEI, el Subempleo
de acuerdo a la XVI CIET de 1998, refleja la subutilización de la capacidad
productiva de la población ocupada incluyendo el que es causado por un
sistema económico nacional o local deficiente. Se relaciona con una situación
alternativa de empleo que la persona desea desempeñar y está disponible para
hacerlo.
En el trabajo “Estado de la Población Peruana 1999 situación del empleo” del
INEI; se considera que una persona ocupada esta en condición de
subempleada, si trabaja un número de horas menor al considerado como
jornada laboral normal, en forma involuntaria y desea trabajar más horas... La
jornada laboral normal considerada para el cálculo del subempleo por horas o
visible, es de 35 horas semanales.
Finalmente mencionaremos que en el trabajo “Situación del Empleo 1999” del
INEI, considera como una persona como subempleada, al trabajador que
laborando el número de horas igual o mayor al considerado como normal (35
horas), obtiene ingresos menores al ingreso mínimo de referencia (IMR)
calificado para un empleo adecuado; este es el caso del subempleo invisible o
por ingresos. El IMR en Lima metropolitana para el tercer trimestre fue de S/.
544.54 mensuales.
Nosotros conceptualizamos al Subempleo como una variable socio económica
que mide la capacidad de la economía para generar puestos de empleos
dignos y también como la capacidad de la población de realizar actividades
económicas que muchas veces no son registradas por las estadísticas ni los
estudios pero que les permiten sobrevivir en un mercado laboral que no tiene la
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capacidad de absorberlas de la manera más adecuada debido a muchos
factores fundamentalmente económicos.
Por otro lado una persona es Subempleada si no cuenta en su empleo con las
siguientes características básicas que debe de contar un trabajador sea este
dependiente o como en la mayor parte de nuestra economía independiente:
- Ganar por su trabajo un sueldo igual o superior al mínimo legal establecido a
la fecha
- Realizar una tarea en la cual fue capacitado, es decir que sus capacidades no
sean sub utilizadas.
- Que no labore más de las 8 horas establecidas por ley al día o 35 a la
semana
- Que cuente con beneficios sociales fundamentales, como un seguro de salud
- Contradiciendo la teoría del ocio, que no desee trabajar más cuando su
salario es precario.
Consideramos estas como las mínimas condiciones para poder medir y
establecer si es que una persona es Subempleada o no, y por lo tanto también
analizar la capacidad de sub - utilizar de una economía su capacidad
productiva.
Definiremos dos formas de subempleo visible o por horas y el subempleo
invisible o por ingresos.
La formula esta dada por.
PSE= PSVI + PSIN

SUBEMPLEO VISBLE O POR HORAS


El subempleo invisible se refiere a aquellas personas ocupadas que trabajan
habitualmente una jornada completa en su ocupación principal o secundaria
pero su ingreso primario mensual es inferior a un mínimo establecido.
De acuerdo a la definición internacional, existen tres criterios para identificar a
los ocupados en situación de Subempleo Visible:
• Trabajar menos de la duración de una jornada normal de trabajo; o estar
en esta situación con carácter involuntario y buscar un trabajo adicional
o estar disponibles para trabajar más horas.
• Estos tres criterios deben presentarse simultáneamente para
caracterizar a una persona en situación de Subempleo Visible.
Medición del Subempleo Visible en el Perú
Para identificar en el Perú a los ocupados que se encuentran en esta situación,
se efectúa el procedimiento siguiente:
• Se establece en 35 horas semanales, la duración de una jornada
normal, como medida de referencia, que servirá de límite entre el
subempleo visible y el empleo adecuado.
• Se compara el número de horas laboradas por el ocupado con las 35
horas utilizadas de referencia y;
• Si el ocupado labora menos de 35 horas y manifiesta deseo y
disponibilidad de trabajar más, es considerado subempleado visible.
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MEDICION DEL SUBEMPLEO INVISIBLE
• Para identificar en el Perú a los ocupados que se encuentran en esta
situación, se efectúa el procedimiento siguiente:
• a.- Se establece en 35 horas semanales, la duración de una jornada
normal, como medida de referencia, que servirá de límite entre el
subempleo visible y el empleo adecuado.
• b.- Se compara el número de horas laboradas por el ocupado con las 35
horas utilizadas de referencia.
• c.- Si el ocupado labora menos de 35 horas y manifiesta deseo y
disponibilidad de trabajar más, es considerado subempleado visible.

SUB EMPLEO INVISBLE O POR INGRESOS


• Según normas internacionales para distinguir el subempleo invisible, se
considera el bajo nivel de los ingresos, el aprovechamiento insuficiente
de las calificaciones y la baja productividad.
• En el Perú se define como subempleados invisibles al segmento de
trabajadores que laboran igual o mayor número de horas a las
consideradas como jornada normal (35 horas semanales) y perciben
ingresos menores al Ingreso Mínimo Referencial (IMR) establecido como
límite para considerar un empleo adecuado en términos de ingreso.
Medición del Subempleo Invisible en el Perú
• Hasta 1994, el subempleo invisible se calculaba tomando como ingreso
mínimo referencial, el salario mínimo legal de enero de 1967, indexado
por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
• Actualmente los criterios para identificar al subempleado invisible, se
aplican solo aquellos trabajadores que laboraron igual o mayor número
de horas semanales consideradas normales (35 y más horas); en base a
los siguientes criterios:
a) Se determina el Valor de una Canasta Mínima de Consumo (CMC) que
será base de cálculo del Ingreso Mínimo Referencial (IMR).
b) El IMR (ingreso mínimo referencial) se obtiene relacionando la CMC
(canasta mínima de consumo) con el número de perceptores promedio
para cada área o dominio geográfico.
c) El resultado de esta relación determina si un ocupado es subempleado,
cuando el ingreso de éste es inferior al IMR.
TASA DE SUB EMPLEO
• El indicador que mide la condición de subempleo urbano, es la Tasa de
Subempleo. Su cálculo se efectúa relacionando a la población ocupada
con las características antes referidas, respecto a la Población
Económicamente Activa (PEA).

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• La Tasa de Subempleo es el porcentaje de subempleados con respecto
a la Población Económicamente Activa, en un determinado período.

• TS = Población Subempleada
PEA

Causas del subempleo


La situación de divorcio entre los estudios realizados y la ocupación ejercida
por los profesionales es fundamentalmente el resultado de:
El desencuentro entre la oferta y la demanda de trabajo. Por el lado de la oferta
de trabajo, uno de los principales factores a considerar es la explosión
demográfica ocurrida en el período 1960-1980. De tal forma que aquellos que
nacieron en estas décadas han ingresado al mercado de trabajo en los años
1980s y 1990s, presionando fuertemente sobre los empleos y las
remuneraciones percibidas.
En el mismo sentido, influyó también la continua migración rural-urbana y el
aumento de la tasa de participación, sobre todo la femenina experimentada en
las últimas décadas. Por el lado de la demanda, la capacidad del aparato
productivo de absorber mano de obra se vio seriamente afectada por diversos
factores económicos e institucionales que contribuyeron a la generación y
crecimiento de un excedente de mano de obra en situación de desempleo
abierto o de subempleo en el sector informal. Ante este contexto, los empleos
generados por las empresas han estado por debajo de los niveles requeridos
para absorber al contingente de trabajadores.
Esta situación llevó a que muchos se ocuparan en puestos de menor
calificación a la que poseían con la finalidad de mantenerse trabajando.
1. La falta de adaptación del sistema educativo a las necesidades del aparato
productivo. Son escasos los vínculos entre el sector productivo, los centros
de formación profesional y los organismos públicos, con el fin de orientar la
oferta de carreras profesionales de las universidades e Institutos Superiores
Tecnológicos.
2. Deficiencias en la calidad de las carreras ofrecidas: la infraestructura
educativa es, en términos generales, deficiente; las herramientas, equipos,
laboratorios y maquinarias son insuficientes, obsoletos o se encuentran en
mal estado. Los docentes requieren actualización y capacitación
permanente, tanto en aspectos técnicos como pedagógicos; además
afrontan una excesiva carga de alumnos, reciben una baja remuneración y
son en gran parte contratados temporales. Los currículos de formación
profesional técnica necesitan ser actualizados y adecuados a la realidad
regional y local de cada centro educativo.
3. La ampliación de la cobertura de la educación técnica: En 1997 se llevó a
cabo el primer censo Nacional de Educación Técnica y Pedagógica, el cual
verificó el crecimiento vertiginoso de la educación técnica, como alternativa
de formación profesional. En 199911 existían en el país 660 Institutos

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Superiores Tecnológicos (IST) con una población escolar de 228,657
alumnos.
4. El boom de las universidades: En los últimos veinte años el número de
universidades en el país más que se duplicó, se pasó de 35 a 77 centros
universitarios; el incremento es explicado básicamente por la expansión de
los centros privados. Esto originó que crezca el número de egresados de las
diversas especialidades y por consiguiente la oferta laboral calificada. Sin
embargo, debe señalarse que del total de jóvenes que ingresan a la
universidad cada año, aproximadamente, la mitad llega a graduarse.

Bibliografía
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