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Garabato desordenado:
Primeros trazos sin sentido, varían en longitud y dirección. El niño sólo mueve
los brazos. Puede variar la calidad de la línea, pero estos resultados son
accidentales.
Le cuesta mucho manejar el papel y tomar el lápiz como lo hacen los adultos.
Al niño le atrae la actividad de dibujar por que a través de esta goza, se
divierte y hace movimientos. Es el registro de una actividad kinestésica.
En esta etapa el niño no tiene un control visual sobre lo que dibuja y no esta
en condiciones de realizar tareas que requieran control de movimientos
preciso de sus movimientos.
Garabato controlado:
Casi a los dos años en los dibujos del niño se produce una vinculación entre
sus movimientos y los trazos que ejecuta, se genera una conquista visual
entre su desarrollo visual y motor. Este estimula al niño y lo ayuda a variar
sus movimientos, ahora la línea se puede repetir (Horizontales, verticales y
circulares) emplea diferentes colores en sus dibujos y llena toda la página.
Aún le cuesta sostener el lápiz.
Cerca de los tres años comprende mejor lo que es tratar de copiar, pero no se
somete a un modelo, “puede copiar un círculo, pero no un cuadrado”.
El garabato es más elaborado y puede establecer relaciones de lo que ha
dibujado con algún objeto del ambiente, también ha logrado el dominio sobre
otras cosas como: abrocharse un botón, ponerse un pantalón, etc.
Materiales artísticos:
Estos deben estimular la expresión espontánea sin que su uso suponga dificultades técnicas.
Utilizar lápices pastel, tiza blanca sobre pizarrón, plumones, hoja de papel blanco de 45 a 65 cms, témpera de
consistencia conveniente en superficie horizontal, pínceles de número 18, Arcilla.
En esta etapa del desarrollo artístico el niño va a pasar por una transición muy importante la que comprende el
término del garabateo con nombre y el inicio de la etapa pre esquemática.
La etapa del garabateo con nombre indica que el pensamiento del niño ha cambiado, pues ahora los trazos que él
realiza ya tienen relación con el mundo que le rodea, ahora sus obras tienen intención.
Los trazos están bien distribuidos en toda la hoja “pero aún el niño no tiene una idea preconcebida del aspecto que
tendrá su dibujo cuando este terminado”.
Generalmente, a los 4 años, ha comenzado una manera distinta de dibujar pues el niño a iniciado la creación
consciente de la forma. Esta etapa (pre esquemática) está muy ligada a la anterior, pues estará cada vez más
consiente de la relación con el muy exterior. Cada vez se pierde aquello de los trazos que buscan sólo el movimiento
y al dibujar encontraremos desplazamientos controlados que se refieren a objetos visuales. “Generalmente, hacia los
cuatro años el niño hace formas reconocibles, aunque resulte un tanto difícil decidirse sobre que representan”.
Materiales Artísticos:
Témpera sobre grandes formatos, preferentemente apoyado en el suelo.
Lápices de colores
Lápices cera
Lápices pastel
Arcilla
Este periodo se encuentra dentro de la etapa pre esquemática. Los trazos que da el niño van siendo más controlados
y tratan de establecer una relación con lo que el quiere representar.
A los seis años las figuras ya constituyen dibujos claramente distinguibles y con un tema particular. A esta edad la
representación de la figura humana ha evolucionado bastante en comparación a lo que se llama renacuajo y
generalmente a alcanzado un dibujo mayormente elaborado de la figura humana.
El niño está siempre buscando conceptos nuevos, es por eso que sus símbolos representativos también cambian
constantemente, pero en esta edad ya ha establecido un cierto esquema.
Materiales Artísticos:
Témpera sobre grandes formatos
Lápices de colores
Lápices cera
Lápices pastel
Arcilla