segunda, de pie, alrededor de la maestra, que se sentara
en una silla, y la tercera, encima de unas cajas. Realmente
el fotgrafo tiene ideas estupendas. Las cajas hubo que buscarlas en el stano de la escuela. Lo pasamos en grande, porque no hay mucha luz en el stano y Rufo se haba puesto un saco viejo en la cabeza y gritaba; iHu, bu! Soy el fantasma. Despus vimos que llegaba la maestra. No tena pinta de estar muy contenta, de modo que nos marchamos en seguida con las cajas. El nico que se qued fue Rufo. Con su saco, no vea lo que pasaba y continu gritando: iHu, bu! Soy el fantasma, hasta que la maestra se quit el saco. Rufo se qued muy extraado, mucho. De vuelta al pato, la maestra solt la oreja de Rufo y se llev las manos a la cabeza. iPero si estis completamente negros!, dijo. Era cierto, mientras hacamos el payaso en el stano nos habamos manchado un poco. La maestra no estaba contenta, pero el fotgrafo le dijo que la cosa no era grave, tenamos tiempo de lavarnos mientras l dispona las cajas y la silla para la