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¿ Dónde está ese Balzac que nos ofrezca la psicología del elector moderno ? ¿
Y el Charcot que nos explique la anatomía y mentalidades de ese demente
incurable ?
¡Ah, sí! ¡Los demás! Los serios, los austeros, el pueblo soberano, los que
sienten una embriaguez al mirarse y decirse : "¡Soy elector!" Todo se hace
por mi. Yo soy la base de la sociedad moderna. Por mi propia voluntad,
Floquet hace las leyes a las que se ciñen treinta y seis millones de hombres, y
Baudry d'Asson también, y Pierre Alype igualmente". ¿ Cómo hay todavía
gente de esta calaña ? ¿ Cómo, tan orgullosos, cabezotas y paradójicos como
son, no se han sentido, después de tanto tiempo, descorazonados y
avergonzados de su obra ? ¿ Cómo puede ser que exista en cualquier parte,
incluso en el fondo de las landas más perdidas de Bretaña, o en las
inaccesibles cavernas de Cévennes y de los Pirineos, un bonachón tan tonto,
tan poco razonable, tan ciego ante lo que ve y tan sordo ante lo que se dice,
que vote azul, blanco o rojo, sin que nadie le obligue, sin que nadie le haya
pagado o le haya emborrachado ?
Sin embargo, por muchos siglos que dure el mundo y que se desarrollen y
sucedan las sociedades, iguales unas a otras, un hecho único domina todas las
historias : la protección de los grandes y el aplastamiento de los pequeños. No
puede llegar a comprender que hay una razón de ser histórica, la de pagar por
un montón de cosas de las que no disfrutará jamás, y morir por unas
combinaciones políticas que no le atañen en absoluto.
¿ Qué importa que sea Pedro o Juan el que le pida el dinero o la vida, si está
obligado a desprenderse de uno y entregar la otra ? ¡ Pues, vaya ! Entre sus
ladrones y sus verdugos, él tiene sus preferencias, y vota a los más rapaces y
feroces. Ha votado ayer y votará mañana y siempre. Los corderos van al
matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el
matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá. Más bestia
que las bestias, más cordero que los corderos, el elector designa a su
matarife y elige a su burgués. Ha hecho revoluciones para conquistar ese
derecho.