Professional Documents
Culture Documents
10b
Tales de mileto
biografia
naxímenes creía que la Tierra era plana "como una hoja", y que se
formó por la condensación del aire; los cuerpos celestes, también
planos, nacieron a partir de la Tierra debido a una rarefacción de su
pneuma o exhalación. Estos astros son de fuego (aire rarificado) y
cabalgan sobre el aire, girando alrededor de la Tierra «como gira un
gorro de fieltro en nuestra cabeza». Además existen otros cuerpos,
sólidos e invisibles, que servirían para explicar los meteoritos y los
eclipses. Anaxímenes vuelve a concebir el arjé como un elemento
determinado: el aire (pneuma). Del aire cabe decir, como hemos dicho
del agua en el caso de Tales, que es un elemento indispensable para la
vida
Ideas notables
Según Aristóteles, Anaxágoras concibe el nous como origen del universo y causa
de la existencia, pero a la vez trata de explicarse y llama a encontrar las cosas
cotidianas de lo que ocurre en el mundo. Por otro lado, hizo formar parte de su
explicación de la realidad al concepto de nous, inteligencia, la cual, siendo un
«fluido» extremadamente sutil, se filtra por entre los recovecos de la materia, a
la que anima con su movimiento. El nous penetra algunas cosas y otras no, con
lo que se explica, siguiendo a Anaxágoras, la existencia de objetos animados e
inertes. Platon en el Fedón se muestra de acuerdo con la afirmación según la cual
el nous es la causa de todo y conduce al orden y la armonía, pero discrepa con la
búsqueda de las causas materiales emprendida por Anaxágoras
Teoria del NOUS
1 Anaxágoras expuso sus doctrinas filosóficas en un libro del que apenas nos
han llegado algunos fragmentos. Aristóteles, en la Metafísica, 1, 3, nos dice que
""Anaxágoras de Clazomene, primogénito de Empédocles, no logró exponer un
sistema tan recomendable. Pretende que el número de los principios es infinito.
Casi todas las cosas formadas de parte semejantes, no están sujetas, como se ve
en el agua y el fuego, a otra producción ni a otra destrucción que la agregación o
la separación; en otros términos, no nacen ni perecen, sino que subsisten
eternamente"". Y más adelante (Metafísica,1,7) nos dice ""según Anaxágoras,
todo está mezclado, excepto la inteligencia; la inteligencia sólo existe pura y sin
mezcla. Resulta de aquí, que Anaxágoras admite como principios: primero, la
unidad, porque es lo que aparece puro y sin mezcla; y después otro elemento, lo
indeterminado antes de toda determinación, antes que haya recibido forma
alguna.""
2Al igual que Empédocles, Anaxágoras se enfrentará al problema de explicar el
cambio admitiendo la permanencia del ser, tal como se desprende de los
postulados parmenídeos. El ser no puede generarse ni corromperse; no puede
haber propiamente hablando nacimiento ni destrucción, sino simplemente mezcla
o separación de las cosas que existen. La solución de Anaxágoras será también
una solución pluralista, al estilo de la de Empédocles. Pero, a diferencia de éste,
en lugar de cuatro elementos afirmará la existencia de un número infinito de ellos,
cada uno poseyendo las características del ser parmenídeo es decir, la
eternidad, la inmutabilidad.
3Estos elementos originarios o "semillas" como le llama Anaxágoras se distinguen unas de
otras cualitativamente. La mezcla de estas semillas es lo que constituye los objetos de la
experiencia; cuando en un objeto predomina un tipo determinado de semillas le atribuimos al
objeto la propiedad de las partículas predominantes, ya que, en los objetos de la experiencia,
""hay partículas de todas las cosas"". Eso explicaría la transformación de unas cosas en otras: si
los vegetales que nosotros ingerimos se convierten en carne es preciso que haya carne
(partículas o semillas de carne) en dichos vegetales. En ese sentido debería entenderse la
afirmación de que hay porciones de todo en todas las cosas. Así, en un trozo de oro hay
partículas de todas las demás cosas, pero predominan las partículas de oro, por lo que le
llamamos simplemente oro.
Frases celebres
*Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía.
*La inteligencia es lo más puro de todas las cosas. Tiene un conocimiento total
de cada cosa y es la máxima fuerza.
*La inteligencia conoce todas las cosas y ordenó todas las cosas que van a ser y
las que fueron y las que son ahora y las que no son.
*Es preciso suponer que en todo lo que se combina hay muchas cosas de todas
clases, y semillas de todas las cosas, que tienen formas diversas y colores y
sabores diferentes.
4. "Las riquezas no consisten tanto en la posesión de los bienes como en el uso que de ellos se
hace."
5. "Los jóvenes son como las plantas: por los primeros frutos se ve lo que podemos esperar para
el porvenir."
8. "La naturaleza se basta a sí misma; por esto vence con lo menos y con lo seguro, las demasías
de la esperanza."
10. "Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti
METAFÍSICA
Demócrito expuso su doctrina en el libro Miakròs diákosmos (El pequeño
sistema del mundo), que sólo conocemos por referencias indirectas. La
obra expresa una concepción de la naturaleza fundada, como la de su
maestro, en los principios del ser y del no ser de la tradición eleática. El
ser tiene los rasgos del ser puro de Parménides: es pleno, indivisible, ni
generado ni corruptible. Pero a diferencia del Uno eleático, que además
de ser único es inmóvil, el ser de Demócrito es infinito en cuanto al
número, es una pluridad de "átomos" innumerables, que difieren entre sí
sólo por la forma, y que están en continuo movimiento espontáneo. La
pluridad y el movimiento de estos átomos se debe al no ser, al vacío. En
oposición expresa al principio fundamental del pensamiento eleático, el
atomismo antiguo, a fin de "salvar los fenómenos", sostiene que "la
existencia de la cosa no es mayor que la existencia de la nada", o también
"Ser, no lo es más uno que ninguno". Cada átomo ("indivisible") es pleno
(sin vacío), indivisible debido a su solidez
ETICA
La ética se halla expuesta en el Corpus democriteum y
constituye la parte más consistente de lo que se
conserva de este libro. En él se considera al hombre
como un "microcosmos", un conjunto de átomos y
vacío, y su destino es el mismo que el del cosmos al
que pertenece. El fin del hombre es la conservación del
equilibrio, es decir, la serenidad de ánimo" o el
"bienestar", que no es lo mismo que el goce de los
placeres sensibles, sino aquel estado en que el hombre
está en equilibrio, sin turbaciones por miedo alguno, o
por temor supersticioso a los dioses o por pasión
alguna.
DEMONOLOGIA
Demócrito expone una demonología con el objeto de explicar
algunos fenómenos especiales, como la visión de seres
extraños que se acercan a los hombres, entre los cuales unos
traen bienes y otros males. El problema de lo divino no tiene
un sentido religioso, se refiere a conformaciones naturales muy
especiales "que se disuelven con gran dificultad, sin llegar a ser
precisamente inmortales". Para Demócrito, por lo tanto, no
existen los dioses. El origen de la religión está en el terror y
estupor de los hombres primitivos frente a sucesos
extraordinarios, e incluso ante la maravillosa uniformidad de la
naturaleza. Puesto que no existen los dioses, son inútiles las
súplicas, pues todo lo que los hombres esperan recibir de ellos
está en sus propias manos.
OBRAS
Sir James Jeans, Historia de la Física (1953).
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que
tiene.
Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su
comida, y le faltan al respeto a sus maestros.
Otro tema que trató Platón profusamente fue la dicotomía entre el saber y
la opinión, que anticipaba los debates más modernos entre empirismo y
racionalismo, y que posteriormente trataron los postmodernistas y sus
oponentes al argüir sobre la distinción entre objetivo y subjetivo.
Formas y bases
A diferencia de Sócrates, Platón escribió profusamente acerca de sus puntos de
vista filosóficos, dejando un considerable número de manuscritos como legado.
Otro tema que trató Platón profusamente fue la dicotomía entre el saber y la
opinión, que anticipaba los debates más modernos entre empirismo y
racionalismo, y que posteriormente trataron los postmodernistas y sus oponentes
al argüir sobre la distinción entre objetivo y subjetivo.
conocimiento
La metafísica de Platón, y particularmente el dualismo entre lo inteligible
y lo perceptivo, inspiró posteriormente a los pensadores Neoplatónicos,
tales como Plotino y Gnostis, y a otros realistas metafísicos. Padres del
cristianismo, como Agustín de Hipona, también fueron muy influenciados
por su filosofía.
Platón decía que las sociedades debieran tener una estructura tripartita de
clases la cual respondía a una estructura según el apetito, espíritu y razón
del alma de cada individuo:
El punto de partida fue Platón, pero pronto adoptó una actitud crítica frente a éste.
No dejó de lado las enseñanzas de Platón, sino que «ató los cabos sueltos» y
desarrolló las ideas de su antiguo maestro.
Aristóteles admite como Platón y Sócrates que la esencia es lo que define al ser,
pero concibe la esencia como la forma (μορφη), que está unida inseparablemente a
la materia y juntos constituyen el ser, que es la sustancia. La afirmación de la
importancia del conocimiento sensible, del conocimiento de lo singular para llegar
a lo universal, abrió posibilidades a la investigación científica.
Para la célebre teoría de las seis formas de gobierno Aristóteles basas en el fin del régimen politico
(bien común o bien particular). Los regímenes politicos que buscan el bien común (puros) se distiguen
en 3 tipos:
Para Aristoteles, la Monarquía era el gobierno de una sola persona, la más virtuosa y noble de la polis,
que buscaba el bien común de la ciudad. La aristocracia era el gobierno de unos pocos (los más
virtuosos) y la republica era la mezcla entre una oligarquía (gobierno de los ricos) y una democracia
(gobierno de los pobres).
Generacion espontanea
Las virtudes dianoéticas se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello,
propias del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis).
Influencia de aristoteles
Influencia de Aristóteles
Los demás seres son por participación (méthexis), es decir: necesitan del
ser de Dios para existir, estando por ello sujetos al puro devenir, a la
temporalidad. Elemento dispar y extraño a la mentalidad griega, el
creacionismo explica la existencia del mundo, del universo como creación
libre y voluntaria de Dios a partir de la nada (ex nihilo), lo que implica la
no eternidad del mundo, su temporalidad y contingencia. No hay un antes
de la creación, pues el tiempo mismo nació con el mundo, siendo ambos
simultáneos. “el tiempo mismo es creatura” (De Gen. Litt. Opus imp. III,
8).
antropologia
La concepción dual de la realidad se deja sentir también en la concepción
agustiniana del hombre. Éste es un ser compuesto de dos substancias
radicalmente distintas: el alma y el cuerpo, siendo el hombre propiamente
su alma, entendida cristianamente como imago Dei, imagen de Dios.
“Dos amores fundaron, pues, dos ciudades, a saber: el amor propio hasta
el desprecio de Dios, la terrena, y el amor de Dios hasta el desprecio de sí
propio, la celestial”. (La ciudad de Dios, XVII, 115).
Entre las obras más importantes de esta etapa podemos destacar: los comentarios a las
obras de Pedro Lombardo, Boecio (Sobre la Trinidad), el opúsculo titulado De ente et
essentia y el libro primero de la Suma contra Gentiles. La función de esta obra era servir
de apoyo a los predicadores que tenían que discutir con judíos y musulmanes,
valiéndose de argumentos racionales y filosóficos sin tener que basarse sólo en la fe.
Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del
Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su
concepción política y a la reestructuración social.
Y dejando el bosque, me dirijo a una fuente, y de allí al sitio donde dispongo mis trampas para cazar pájaros, con un libro bajo el
brazo: Dante, Petrarca, o uno de los poetas menores, como Tibulo u Ovidio. Leo de sus amores y pasiones que, al recordarme las mías,
me entretienen sabrosamente en este pensamiento. Tomo luego el camino de la hostería, donde hablo con los pasajeros y les pido
noticias de sus lugares, con lo que oigo diversas cosas y noto los varios gustos y humores de los hombres.
Llega en esto la hora del yantar, en el que consumo con mi familia los alimentos que puede dar esta pobre tierra y mi menguado
patrimonio. Después de haber comido, vuelvo a la hostería, donde con el posadero están, por lo común, un carnicero, un molinero y
dos panaderos. Con ellos me encanallo jugando a los naipes o a las damas, de lo que nacen mil disputas e infinitas ofensas y palabras
injuriosas, y lo más a menudo se combate por un centavo, y hay veces que desde San Casciano se nos oye gritar. Y en esta piojería he
de zambullirme para que no acabe de enmohecérseme el cerebro, y para desahogar esta malignidad de mi suerte...
Al caer la noche, vuelvo a casa y entro en mi estudio, en cuyo umbral me despojo de aquel traje de la jornada, lleno de lodo y
lamparones, para vestirme ropas de corte real y pontificia; y así ataviado honorablemente, entro en las cortes antiguas de los hombres
de la antigüedad. Recibido de ellos amorosamente, me nutro de aquel alimento que es privativamente mío, y para el cual nací. En esta
compañía, no me avergüenzo de hablar con ellos, interrogándolos sobre los móviles de sus acciones, y ellos, con toda humanidad, me
responden. Y por cuatro horas no siento el menor hastío; olvido todos mis cuidados, no temo la pobreza ni me espanta la muerte: a tal
punto me siento transportado a ellos todo yo - tutto mi trasferisco in loro -. Y guiándome por lo que dice Dante, sobre que no puede
haber ciencia si no retenemos lo que aprendemos, he puesto por escrito lo que de su conversación he apreciado como lo más esencial, y
compuesto un opúsculo "De Principatibus", en el que profundizo, hasta donde puedo, los problemas de este tema qué es: "la soberanía,
cuántas especies hay, y cómo se adquiere, se conserva y se pierde".
A esta carta la tiene los especialistas por la mejor de su género de la literatura italiana; y fuera de estos méritos, sobre los que no nos
toca pronunciarnos, consiste sin duda, en sus párrafos últimos, en un admirable documento de poder formativo y libertador de la
cultura, de la cultura clásica sobre todo, tal y como la vivieron estos hombres del Renacimiento.
René Descartes
biografia
Otra postura que Descartes sostiene es la evidencia, de la libertad. Pero más que
discutir la realidad o no del libre albedrío, Descartes parece partir de la hipótesis
de que él mismo es libre, para poner esta libertad en práctica: ya la investigación,
en su caso, resulta de una determinación voluntaria y libre. Además, la
epistemología cartesiana (vg., su investigación sobre las condiciones de validez
del conocimiento) hace un aporte tácito, pero fundamental, al campo de la
filosofía práctica: la responsabilidad no es ilusoria, pues si hay conocimiento
legítimo, y éste versa en parte sobre algunas relaciones causales, hemos de
tomar nuestras decisiones sin dar oídos sordos a las consecuencias previsibles
de nuestros actos.
Sin embargo, parece que Descartes nunca intentó demostrar la corrección de la
citada hipótesis sobre el libre albedrío, como no fuera poniéndola a prueba
indirectamente, acaso examinando su capacidad de producir resultados
favorables. Descartes compara el cuerpo de los conocimientos a un árbol cuyas
raíces son de tipo metafísico, el tronco equivale a la física, y las ramas
principales son las artes mecánicas (cuya importancia está en que permiten
disminuir el trabajo de los hombres), la medicina y la moral. La metafísica es
fundamental, pero añade que los frutos de un árbol no se cogen de las raíces,
sino de las ramas.
Teoria de las sustancias
La sustancia es aquello que existe por sí mismo sin necesidad de otra cosa, es decir, es
aquello autosubsistente. Partiendo del cogito (pensamiento) Descartes sostiene que él
mismo es sólo una sustancia pensante, dado que ni siquiera el escéptico radical puede
negar la existencia del pensamiento (su negación sería un pensamiento más), mientras sí
puede mantenerse una duda sobre el cuerpo. Este razonamiento es sospechoso, dado que
una idea tan evidente como el propio cogito puede ponerse en duda en términos generales
(es inteligible la frase: «las ideas más evidentes son dudosas, acaso están equivocadas»),
y esta clase de duda sólo queda claramente superada cuando se refutan las razones más
radicales para dudar que ha admitido la investigación. Además, sólo estas mismas razones
habían permitido poner en duda las más elementales de las ideas sensibles (Cfr. el
argumento escéptico del sueño y sus secuelas inmediatas, tanto en el Discurso IV, como
en la Meditación I). Ahora bien, entre estas ideas simples se encuentran la extensión, la
figura, etc.
En cualquier caso, la teoría de las dos sustancias nos invita a un mundo dualista. Para llegar
de una realidad a otra, del cuerpo al alma (en la percepción sensorial), o viceversa (como
en el movimiento voluntario) Descartes menciona que hay una glándula en el cerebro
humano donde se encuentra el punto de contacto entre ambas sustancias. Por supuesto,
Descartes nunca pudo verificar esta afirmación.
Por otro lado Descartes afirma que hay dos tipos de sustancia, la infinita y la finita. La
sustancia infinita es Dios, que es un ser perfecto o infinito (estas dos nociones parecen
equivalentes, tal como Descartes las empleó). Tradicionalmente, se considera que
Descartes introduce a Dios en su metafísica como garantía de la verdad, pero esto da lugar
al profundo problema de la circularidad, que Descartes mismo señala en la «Carta a los
Decanos y Doctores...» que antecede a las Meditaciones.
El problema del circulo
Este problema consiste en cómo saber que existe Dios, si frente a los ateos no
basta invocar un texto sagrado (como Descartes mismo destaca en la "Carta a
los Decanos y Doctores..." que precede a las Meditaciones), y frente al escéptico
que pone en duda la evidencia, no bastaría siquiera dar un alegato evidente.
Este es un tema discutido entre los comentaristas, pero hay dos respuestas
básicas: o no lo sabemos en absoluto; o bien se trata de una prueba dialéctica.
Según la segunda línea interpretativa, Descartes no ha intentado demostrar la
existencia de Dios, sino refutar la hipótesis en la que se funda la duda. Esto se
conseguiría mostrando: 1) que un argumento incompatible con la hipótesis del
genio (o del azar adverso, etc.) es comparativamente 'más sólido que' la(s)
respectiva(s) hipótesis escéptica(s); y 2), que ni ese argumento, ni el juicio que lo
considera incompatible y superior al alegato opuesto, merecen ser juzgados
circulares.
Atendiendo al último punto: la refutación de la hipótesis del genio sería circular si
ente el argumento refutatorio, el escéptico aún pudiera sugerir que «acaso el
propio genio le haya sugerido a Descartes este alegato». Así, la "prueba" de que
no hay genio sucumbiría a la misma duda que aspira a superar. Pero esta réplica
es ilegítima bajo el método cartesiano, puesto que para ofrecerla, el escéptico
necesita apoyarse en una idea -la del genio maligno- que una vez expuesta la
refutación, hemos adquirido razones para poner en duda (V. gr., las razones en
que estriba la misma refutación).
obras
1637:"Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la Verité dans les sciences. Plus la Dioptrique,
le Météores et la Géometrie, qui sont des essais de cette méthode". ("Discurso del método", seguido de la
"Dióptrica", los "Meteoros" y la "Geometría"), editada en Leyden por Jean Maire.
1641:"Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", editada por Michel Soly en París. En esta primera edición
en latín de las "Meditaciones metafísicas" se incluyen sólo las seis primeras series de objeciones y respuestas.
1642"Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", segunda edición en Amsterdam, a cargo de Louis
Elzevier, en las que se incluyen las séptimas objeciones y la carta al P. Dinet..
1643:"Epistola Renati Descartes ad celeberrimum virum D. Gisbertum Voetium", también editada por Louis Elzevier, en
la que Descartes responde a un escrito denigratorio editado por Voetius.
1644"Renati Descartes Principia Philosophiae", primera edición de los "Principios de la filosofía", a cargo de Louis
Elzevier en Amsterdam, obra dedicada a Elisabeth de Bohemia. 1644. Edición en latín del "Discurso del método",
traducido por Et. de Courcelles y revisado por Descartes, con la "Dióptrica" y los "Meteoros", pero no la
"Geometría", (que será editada en latín en 1649 por Schooten en traducción no revisada por Descartes.)
1647"Les Méditations métaphysiques de René Descartes", traducidas por el duque de Luynes son la primera edición
en francés de las "Meditaciones", editadas en París por Veuve Jean Camusat y Pierre Le Petit. Se incluyen las
respuestas a las primeras, segundas, terceras, cuartas y sextas objeciones, traducidas por Clerselier. Ambas
traducciones fueron revisadas por Descartes
1647. "Les principes de la philosophie", primera edición en francés, en París, a cargo de Henri Le Gras. La traducción
del abate Picot fue revisada por Descartes, quien añade una carta prefacio.
1649:"Les Passions de l'âme", (más conocida entre nosotros como el "Tratado de las pasiones"), publicada por varios
editores: en Holanda por Louis Elzevier y en Francia por Henri Le Gras, entre otros.
Obras publicadas tras la muerte
de Descartes
El principal editor de Descartes es su cuñado Claude Clerselier. A la muerte de Descartes en Estocolmo el
embajador de Francia Hector-Pierre Chanut se hace cargo de sus escritos, que envía a Clerselier,
quien procede a editar algunas de sus obras y gran parte de su correspondencia:
1657.
"Lettres de Descartes", editadas por Charles Angot y Henri Le Gras, en París. Un segundo volumen será
editado en 1659, con traducciones más o menos afortundas de su correspondencia en latín.
1664.
"L' homme de Descartes" (el Tratado del hombre) y el "Traité de la formation du foetus", ambas editadas
por Charles Angot y Théodore Girard.
1667.
"Le Monde", según el texto original, editado por Michel Bobin y Nicolas Le Gras, junto a una nueva edición
del Tratado del hombre .
1668.
Ediciones del "Tratado de mecánica" y del "Tratado de música", así como de nuevas entregas de la
correspondencia cartesiana, a cargo de varios editores.
El resto de las obras inéditas de Descartes se publicaron esporádicamente a lo largo de los siglos XVIII y
XIX, culminando en la edición de sus obras completas por Charles Adam y Paul Tannery entre los
años 1897 y 1909, convertida en la obra de referencia de la bibliografía cartesiana.
Frases celebres
1. "No hay nada repartido de modo más equitativo en el
mundo que la razón: todo el mundo está convencido de
tener suficiente.“
2. "Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea
posible, de todas las cosas, una vez en la vida."
3. "Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con
lo que ignoro y no desespero en aprender.“
4. "Pienso, luego existo.“
5. "Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados,
sin tratar de abrirlos jamás.“
6. "No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan
aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se
aparte de ellos para desear un bien mayor."
George berkeley
biografia
George Berkeley nació en 1685 en Kilcrene, Irlanda.
Estudió en el Kilkeny College y en el Trinity College de Dublín, obteniendo el título de Bachelor of Arts en
1700. En 1707 recibe las órdenes sacerdotales anglicanas y publica su primer libro: La aritmética
demostrada sin recurrir al álgebra ni a la geometría.
En 1708 comienza a redactar sus Comentarios filosóficos, obra que constituirá el embrión de su filosofía.
En 1709 el escepticismo se convierte en su mayor preocupación y publica el Ensayo sobre una nueva teoría
de la visión.
Cuando en 1710 publica la primera parte del Tratado sobre los principios del conocimiento humano, la obra
tiene tal mala acogida que, dos años más tarde decide escribir Tres diálogos entre Hilas y Filonús,
como obra aclaratoria de la anterios.
Entre 1713 y 1728 realiza numerosos viajes por toda Europa y contrae matrimonio con Ann Foster. Ambos
parten hacia el nuevo continente para encabezar una empresa que propague la fe cristiana en las
Bermudas. El plan no se llega a realizar, por lo que regresan a Inglaterra en 1732.
En 1734 escribe Alcifrón, obra que resume su inmaterialismo y, dos años más tarde publica El analista, que
trata sobre la naturaleza del pensamiento matemático.
En 1735 es consagrado obispo de Cloyne y, en 1744 redacta Sobre las virtudes del agua de alquitrán o
Siris, donde parte de la medicina hasta llegar a la metafísica.
Muere en Oxford en 1753.
contribuciones
La filosofía de Berkeley es el empirismo llevado al extremo. Si John Locke había
dudado sobre el conocimiento de los cuerpos, Berkeley va más allá. En su
juventud, Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, sólo puede
saberse un objeto siendo percibido por una mente. Declaró que los seres
humanos no pueden conocer los objetos reales o la materia que causa sus
percepciones, sino que incluso las propiedades matemáticas son ideas
semejantes a las cualidades sensoriales. Por tanto, concluyó que todo lo que
puede conocerse de un objeto es su percepción del mismo, y resulta gratuito
suponer la existencia de una sustancia real que sustente las propiedades de los
cuerpos. Los conceptos abstractos de Locke no existen para Berkeley, ni en la
naturaleza ni en el espíritu, es una ficción. Las ideas siempre conservan su
particularidad. No es la abstracción, sino el lenguaje, lo que hace posible
extender observaciones particulares a lo general.
En consecuencia, los objetos percibidos son los únicos acerca de los que se puede
conocer. Cuando se habla de un objeto real en realidad se habla de la percepción
del objeto. Los cuerpos no son más que haces de percepciones.
Esto plantea la cuestión de si los objetos son objetivos en el sentido de ser el mismo
para diferentes personas, y, de hecho, si tiene sentido el concepto de existencia
de otros seres humanos más allá de la percepción de los mismos. Berkeley
argumenta que dado que experimentamos a otros humanos cuando nos hablan
—algo que no está originado por ninguna actividad que emprenda el individuo
que percibe—y dado que sus visiones del mundo son consistentes, se puede
creer en su existencia y que el mundo es idéntico o similar para todos.
En concecuencia:
Todo conocimiento del mundo empírico se obtiene a través de la
percepción directa.
El error proviene de considerar en detalle las percepciones.
El conocimiento del mundo empírico puede purificarse y
perfeccionarse eliminando todo el pensamiento y quedándose
sólo con las percepciones puras.
De esto se sigue que:
La forma ideal del conocimiento científico se obtiene persiguiendo
las percepciones puras, sin intervención del intelecto.
Si los individuos actuaran de esta forma, seríamos capaces de
conocer los secretos más profundos del mundo natural y del
mundo humano.
La meta de la ciencia, por tanto, es desintelectualizar las
percepciones humanas, purificándolas.
obras
Leibniz
En 1672 fue enviado a París con la misión de disuadir a Luis XIV de su propósito de invadir
Alemania; aunque fracasó en la embajada, Leibniz permaneció cinco años en París, donde
desarrolló una fecunda labor intelectual. De esta época datan su invención de una máquina
de calcular capaz de realizar las operaciones de multiplicación, división y extracción de
raíces cuadradas, así como la elaboración de las bases del cálculo infinitesimal.
En 1676 fue nombrado bibliotecario del duque de Hannover, de quien más adelante sería
consejero, además de historiador de la casa ducal. A la muerte de Sofía Carlota (1705), la
esposa del duque, con quien Leibniz tuvo amistad, su papel como consejero de príncipes
empezó a declinar. Dedicó sus últimos años a su tarea de historiador y a la redacción de sus
obras filosóficas más importantes, que se publicaron póstumamente.
filosofia
El pensamiento filosófico de Leibniz aparece de forma fragmentada, ya que sus
escritos filosóficos consisten principalmente en una multitud de textos cortos:
artículos de revistas, manuscritos publicados mucho después de su muerte y
gran cantidad de cartas con personajes múltiples. Escribió únicamente dos
tratados de filosofía, y el que se publicó durante su vida, la Théodicée de 1710,
es tanto teológico como filosófico.
El propio Leibniz fecha su inicio como filósofo con su Discurso sobre la metafísica, el
cual elaboró en 1686 como un comentario a una disputa entre Malebranche y
Antoine Arnauld. Esto condujo a una extensa y valiosa disputa con Arnauld
(Ariew & Garber|69, Loemker|§§36,38); dicho comentario y el discurso no se
publicaron sino hasta el siglo XIX. En 1695 Leibniz realizó su entrada pública a la
filosofía europea con un artículo titulado Nuevo sistema de la naturaleza y
comunicación de las sustancias (Ariew & Garber, 138, Loemker, §47, Wiener, II.4
). En el período 1695-1705 elaboró sus
Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, un extenso comentario sobre
An Essay Concerning Human Understanding(1690) de John Locke, pero al
enterarse de la muerte de Locke en 1704 perdió el deseo de publicarlo, de modo
que los Nuevos ensayos no se publicaron sino hasta 1765. La Monadologie, otra
de sus obras importantes, compuesta en 1714 y publicada póstumamente,
consta de 90 aforismos.
Metafísica y monadología
Leibniz rechazó dos puntos fundamentales del cartesianismo: el mecanicismo como explicación del movimiento y la extensión de la
esencia como sustancia material. Para Leibniz el atributo principal de la materia está en la fuerza (vis), y no en la extensión, por
lo que el mecanicismo cartesiano es reemplazado por el dinamismo.
Afirma también contra Descartes que la materia no puede ser infinitamente divisible. Leibniz acepta la existencia de los átomos, pero
no los considera últimos constitutivos de la materia, porque, al ser materiales, serían también extensos y por lo tanto divisibles. De
ahí concluye que los últimos elementos deben ser elementos "no materiales", que él denomina mónadas (unidad) o átomos
formales.
Las mónadas son unidades simples, inextensas, que no se pueden descomponer, de naturaleza inmaterial e infinitas en número. Cada
mónada es cualitativamente distinta a las demás (no existen en la naturaleza dos seres absolutamente iguales entre sí). Son
unidades de fuerza, pero ninguna puede actuar o influir sobre las demás. Las mónadas son sustancias activas: los distintos
procesos que afectan a una mónada son internos a ella y no el resultado de influjo exterior alguno.
Pero, a pesar de que no existe ningún tipo de influencia entre las mónadas, el universo manifiesta un orden como totalidad. Leibniz
explica esto mediante su teoría de la armonía preestablacida: Dios, al crear las mónadas, las ordenó de tal modo que, aun sin
existir influencias mutuas entre ellas, el resultado de su actividad es el orden armónico de la totalidad.
Un importante problema del racionalismo es el de la intercomunicación de las dos sustancias del hombre: la armonía entre la mónada
del alma y las mónadas del cuerpo. Todas las mónadas que pueblan el universo fueron sincronizadas por Dios desde el
momento de su creación. Cada una de ellas refleja a todo el universo desde su particular perspectiva, desde su propio punto de
referencia.
Entre las mónadas se da un orden jerárquico, dependiendo de la mayor o menor claridad con que cada una refleja el universo, y que
se traduce en un mayor o menor grado de actividad interna.
En los seres inorgánicos, la representación o percepción es inconsciente, no tienen conciencia de tal percepción. Las mónadas de los
vegetales se encuentran en un grado más depurado de percepción, pero confusa, por carecer de memoria.
El hombre se encuentra en el grado siguiente, donde la percepción, gracias a la mónada del alma, es autoconsciente, clara y distinta
(racional), lo cual equivale a la apercepción (percepción de la percepción) con capacidad de reflexionar. En este estado se
muestra también ya la apetición (apetito por las percepciones claras).
Frases celebres
Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia
felicidad.
La experiencia del mundo no consiste en el número
de cosas que se han visto, sino en el número de
cosas sobre las que se ha reflexionado con fruto.
Sobre las cosas que no se conocen siempre se
tiene mejor opinión.
Los principios
Leibniz recurría de forma libre a uno u otro de siete principios fundamentales (Mates 1986: 7.3, 9))y Mercer
(2001: 473–84):
identidad/contradicción. Si una proposición es verdadera, entonces su negación es falsa, y viceversa.
Identidad de los indiscernibles. Dos cosas son idénticas si y sólo si comparten las mismas propiedades.
Principio de razón suficiente. "Debe existir una razón suficiente (a menudo sólo por Dios conocida) para que
cualquier cosa exista, para que cualquier evento se produzca, para que cualquier verdad pueda
obtenerse." (LL 717)
Armonía preestablecida.[7] "La naturaleza apropiada de cada sustancia hace que lo que le ocurre a una
corresponda a lo que le ocurre a las otras, sin que sin embargo actúen entre ellas directamente."
(Discurso sobre la metafísica, XIV). "Un vaso que se cae se hace añicos porque 'sabe' que ha tocado el
suelo, y no porque el impacto con el suelo lo 'compela' a partirse."
Continuidad. Natura non saltum facit. Un concepto análogo en matemáticas a este principio sería el
siguiente: Si una función describe una transformación o algo a lo cual se aplica la continuidad, entonces
su dominio y su rango serán ambos conjuntos densos.
Optimismo. "Indudablemente Dios siempre elige lo mejor." (LL 311).
Plenitud. "El mejor de los mundos posibles actualizaría cada posibilidad genuina, y el mejor de los mundos
posibles contendrá todas las posibilidades, con nuestra experiencia finita de la eternidad que no provee
razones para disputar la perfección de la naturaleza."
Al segundo principio se le llama con frecuencia "la Ley de Leibniz" [1]. Dicho principio ha sido objeto de
grandes controversias, en particular de la filosofía corpuscular y la mecánica cuántica.
Las monadas
La contribución menos conocida de Leibniz a la metafísica es su teoría de las mónadas, tal como la expuso
en la Monadologie. Las mónadas son al ámbito metafísico lo que los átomos al ámbito físico/fenomenal;
las mónadas son los elementos últimos del universo Son "formas del ser substanciales" con las
siguientes propiedades: son eternas, no pueden descomponerse, son individuales, están sujetas a sus
propias leyes, no son interactivas y cada una es un reflejo de todo el universo en una armonía
preestablecida (un ejemplo históricamente importante de pansiquismo). Las mónadas son centros de
fuerza;[8] la substancia es fuerza, mientras el espacio, la materia, y el movimiento son meramente
fenomenales.
La esencia ontológica de una mónada es su simpleza irreductible. A diferencia de los átomos, las mónadas
no poseen un carácter material o espacial. También difieren de los átomos en su completa
independencia mutua, de modo que las interacciones entre mónadas son sólo aparentes. Por el
contrario, en virtud del principio de la armonía preestablecida, cada mónada obedece un conjunto
particular de "instrucciones" preprogramadas, de modo que una mónada "sabe" qué hacer en cada
momento. (Estas "instrucciones" pueden entenderse como análogas a las leyes científicas que
gobiernan a las partículas subatómicas.) En virtud de estas instrucciones intrínsecas, cada mónada es
como un pequeño espejo del universo. Las mónadas son necesariamente "pequeñas"; e.g., cada ser
humano constituye una mónada, en cuyo caso el libre albedrío se torna problemático. Igualmente, Dios
es una mónada, y su existencia puede inferirse de la armonía prevaleciente entre las mónadas
restantes; Dios desea la armonía preestablecida.
Su supone que las mónadas se han deshecho de lo problemático:
de la interacción entre la mente y el cuerpo (véase el problema mente cuerpo que surge en el sistema de
Descartes);
de la falta de individuación inherente al sistema de Spinoza, el cual presenta a las criaturas individuales
como meramente accidentales.
La monadología fue vista como arbitraria, excéntrica incluso, en la época de Leibniz y desde entonces
La Teodicea y el optimismo
La Teodicea intenta justificar las evidentes imperfecciones del mundo,
afirmando que se trata del mejor de los mundos posibles. Tiene que ser
el mejor y más equilibrado de los mundos posibles, ya que fue creado
por un Dios perfecto. En Rutherford (1998) se encuentra un estudio
académico detallado acerca de la Teodicea de Leibniz.
La concepción de "el mejor de los mundos posibles" toma su justificación
bajo un Dios con capacidad ordenadora, no moralmente sino
matemáticamente. Para Leibniz, este es el mejor de los mundos
posibles, sin entender "mejor" de un modo moralmente bueno, sino
matemáticamente bueno, ya que Dios, de las infinitas posibilidades de
mundos, ha encontrado la más estable entre variedad y homogeneidad.
Es el mundo matemática y físicamente más perfecto, ya que las
combinaciones (sean moralmente buenas o malas, no importa) son las
mejores posibles. Leibniz reescribe al final de este libro una fábula que
viene a simbolizar esto mismo: la perfección matemática de este mundo
real frente a todos los posibles, que siempre se encuentran en la
imperfección y descompensación de hetereogeneidad y homogeneidad,
siendo el infierno el máximo homogéneo (los pecados se repiten
eternamente) y el paraíso el máximo heterogéneo.
David hume
biografia
Primeras obras
En 1734, tras unos meses en Bristol, dejó el estudio autodidacta y realizó experimentos
mentales en La Fleche (Anjou, Francia). Durante los cuatro años que permaneció allí,
diseñó su plan de vida, como escribiría en De mi propia vida, decidiendo «hacer que una
estricta frugalidad supla mi falta de fortuna, para mantener mi independencia intacta, y para
considerar todos los objetos contingentes excepto la mejoría de mi talento para la
literatura». En La Fleche completó Tratado de la naturaleza humana a la edad de veintiséis
años. Aunque hoy en día se considera al Tratado el trabajo más importante de Hume y uno
de los libros más relevantes de la historia de la filosofía, el público británico le dispensó una
fría acogida. El mismo Hume describió la falta de reacción popular ante la publicación de
su Tratado en 1739–40 al escribir que «Nacido muerto desde la imprenta, sin ni siquiera
alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre los fanáticos. Pero, de
temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la decepción y proseguí con ardor
mis estudios». Entonces escribiría Un resumen de un libro publicado recientemente;
titulado, Tratado de la naturaleza humana. Donde el argumento central del libro se ilustra y
explica. Sin revelar su autoría, intentó hacer su trabajo más inteligible acortándolo, pero
incluso esta labor publicitaria erró en su propósito de despertar el interés en el Tratado.
Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y
pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la
Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando
comenzó su gran trabajo histórico Historia de Gran Bretaña (libro), que tarda . Esta obra no
alcanzaría más éxito que el Tratado.
Ideas e impresiones
Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos.
Nuestras percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse en dos
categorías: ideas e impresiones. Así define estos términos en
Investigación sobre el entendimiento humano: «Con el término impresión
me refiero a nuestras más vívidas impresiones, cuando oímos, o vemos,
o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos. Y las impresiones se
distinguen de las ideas, que son impresiones menos vívidas de las que
somos conscientes cuando reflexionamos sobre alguna de las
sensaciones anteriormente mencionadas». Más adelante precisa el
concepto de las ideas, al decir «Una proposición que no parece admitir
muchas disputas es que todas nuestras ideas no son nada excepto
copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos resulta
imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad,
mediante nuestros sentidos externos o internos». Esto constituye un
aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a
decir que no podemos tener la certeza de que una cosa, como Dios, el
alma o el yo exista a menos que podamos señalar la impresión de la
cual, esa idea, se deriva.
El problema de la casualidad
Cuando un acontecimiento sucede tras otro, la mayoría de la gente piensa que una conexión
entre ambos acontecimientos hace que el segundo suceda al primero (post hoc ergo
propter hoc). Hume desafió a esta creencia en su primer libro Tratado de la naturaleza
humana y más tarde en su Investigación sobre el entendimiento humano. Se dio cuenta de
que aunque percibimos que un elemento suceda al otro, no percibimos ninguna
condición necesaria y suficiente entre los dos. Y, de acuerdo con su epistemología
escéptica, sólo podemos confiar en el conocimiento que adquirimos a través de nuestras
percepciones. Hume declaró que nuestra idea de causalidad consiste en poco más que la
esperanza de que ciertos acontecimientos se den tras otros que los preceden.«No tenemos
otra noción de causa y efecto, excepto que ciertos objetos siempre han coincidido, y que
en sus apariciones pasadas se han mostrado inseparables. No podemos penetrar en la
razón de la conjunción. Sólo observamos la cosa en sí misma, y siempre se da que la
constante conjunción de los objetos adquiere la unión en la imaginación»(Hume, 1740: 93).
En realidad no podemos decir que un acontecimiento causó al otro. Todo lo que sabemos
es con seguridad que un acontecimiento está correlacionado con el otro. Para describir
esto, acuñó el término conjunción constante, que consiste en que cuando vemos cómo un
acontecimiento siempre causa otro lo que en realidad estamos viendo es que un
acontecimiento ha estado siempre en conjunción constante con el otro. En consecuencia,
no tenemos ninguna razón para creer que el primero causó al segundo, o que continuarán
apareciendo siempre en conjunción constante en el futuro (Popkin y Stroll, 1993: 268). La
razón por la que presentamos este comportamiento no es que la causa-efecto sea el
comportamiento de la naturaleza, sino los hábitos de la psicología humana (Popkin y Stroll,
1993: 272).
El problema de la induccion
En Investigación sobre el entendimiento humano (EHU),
§4.1.20-27, §4.2.28-33.,[2] Hume articuló su tesis de que
todo el razonamiento humano pertenece a dos clases,
Relaciones de ideas y Hechos. Mientras que las primeras
involucran conceptos abstractos como las matemáticas y
están gobernadas por las certezas deductivas, los segundos
comportan la experiencia empírica donde todos los
razonamientos son inductivos. Dado que de acuerdo con
Hume no podemos conocer nada de la naturaleza con
anterioridad a la experimentación, incluso un hombre
racional sin experiencia «no podría haber inferido de la
transparencia y la fluidez del agua que sofocaría su sed, o a
partir de la luz y el calor del fuego que le consumiría»(EHU,
4.1.6) Así que todo lo que podemos decir, pensar o predecir
de la naturaleza debe venir de la experiencia previa, lo que
lleva a la necesidad de la inducción.
Razón práctica: instrumentalismo y
nihilismo
La mayoría de las personas consideran algunas conductas más razonables
que otras. Por ejemplo, comer papel de aluminio parece irracional. Pero
Hume negó que la razón tuviera un papel importante cara a motivar o
desalentar la conducta. Según él, la razón no es más que una
calculadora de conceptos y experiencia. Lo que en definitiva importa es
como nos sentimos respecto a la conducta. Su trabajo se asocia con la
doctrina del instrumentalismo, que dice que una acción es razonable si y
sólo sí sirve para alcanzar las propios deseos, sean los que sean. La
razón puede participar solamente informando acerca de las acciones
que serán más útiles para alcanzar las metas y deseos, pero nunca dirá
qué metas y deseos se deben de tener. Así que si alguien quiere ingerir
papel de aluminio la razón dirá dónde encontrarlo, y no hay nada
irracional en el hecho de comerlo o en querer hacerlo (a menos que se
tenga un deseo más fuerte de conservar la salud). Hoy en día, sin
embargo, se aduce que Hume fue un paso más allá adentrándose en el
nihilismo, pues dijo que no había nada irracional en frustrar los propios
deseos y metas. Tal conducta sería anormal, pero no sería contraria a la
razón.
etica
Hume trató la ética por primera vez en Tratado de la naturaleza humana. Más tarde extrajo y
extrapoló las ideas allí propuestas en un ensayo más corto titulado Investigación sobre los
principios de la moral. La aproximación de Hume a los problemas morales es
fundamentalmente empírica. En lugar de decir cómo debería de operar la moral, expone
cómo realizamos los juicios morales. Tras proporcionar varios ejemplos llega a la
conclusión de que la mayoría (si no todas) de las conductas que aprobamos lo hacemos
para incrementar la utilidad pública. Sin embargo, al contrario que el también empirista
Thomas Hobbes, Hume declara que no sólo realizamos juicios morales teniendo en cuenta
nuestro propio interés, sino también el de nuestros conciudadanos. Hume defiende esta
teoría de la moral al asegurar que nunca podemos realizar juicios morales basándonos
únicamente en la razón. Nuestra razón trata con hechos y extrae conclusiones a partir de
ellos, pero no nos puede llevar a elegir una opción sobre otra; sólo los sentimientos pueden
hacerlo. Este argumento contra la moral fundamentada en la razón forma parte hoy en día
de los argumentos antirealistas.
Por tanto, Hume niega la existencia de una "razón práctica" y la posibilidad de una
fundamentación racional de la ética. El objeto de la moral (pasiones, voliciones y acciones)
no es susceptible de ese acuerdo o desacuerdo entre las ideas sobre las que se basan lo
verdadero y lo falso. Si la razón no puede ser la fuente del juicio de valor, habrá que
buscarlo en el sentimiento, que surge espontáneo en nosotros ante acciones susceptibles
de lo que consideramos valoración moral. El análisis de este sentimiento revela que es una
forma de placer o de "gusto". Ello le lleva a excluir de la moral todo rastro de austero
moralismo o de mortificación del alma o del cuerpo, porque el fin de la moral es la felicidad
y el gozo de vivir del mayor número de hombres posible.
Determinismo y libre albedrío
Muchos han advertido el conflicto aparente entre el libre albedrío y el
determinismo – si las acciones que se realizan estaban predeterminadas
desde hace miles de millones de años, entonces ¿Cómo es que
podemos decidir? Pero Hume advirtió otro conflicto, al ver el problema
desde la perspectiva contraria: el libre albedrío es incompatible con el
indeterminismo. Si las acciones realizadas no están determinadas por
acontecimientos anteriores entonces las acciones son completamente
aleatorias. Además, y de más importancia para la filosofía humana, no
están determinadas por el carácter o la personalidad – los deseos, las
preferencias, los valores, etc. Pero, ¿Cómo podría ser alguien
responsable de una acción que no es consecuencia de su carácter, sino
que ocurre de forma aleatoria? El libre albedrío parece necesitar del
determinismo, porque de lo contrario el agente y la acción no estarían
conectados. Así que, mientras que el libre albedrío parece contradecir al
determinismo, al mismo tiempo necesita del determinismo. La
concepción de Hume de la conducta humana tiene causas, y por lo tanto
al hacer a las personas responsables por sus acciones se debería
intentar recompensarlas o castigarlas de tal forma que intentaran hacer
lo que es moralmente deseable e intentaran evitar hacer lo que es
moralmente indeseable
El problema del ser y el deber ser
Hume se percató de que muchos escritores hablaban sobre lo que debería
ser partiendo de la base de lo que es; pero hay una gran diferencia entre
las proposiciones descriptivas (lo que es) y las prescriptivas (lo que debe
ser) (ver libro III, parte I, sección I del Tratado de la naturaleza humana).
Hume pide a los escritores que se pongan en guardia ante estos
cambios sin aportar explicaciones acerca de como se supone que las
proposiciones prescriptivas deben de seguirse de las declarativas. La
cuestión de ¿con qué exactitud se puede derivar el 'deber' del 'ser'? ha
llegado a ser una de las cuestiones centrales de la teoría ética, y a
Hume se le adjudica normalmente la opinión de que tal derivación es
imposible (otros interpretan que Hume no dijo que una aserción fáctica
no puede devenir en una aserción ética, sino que no podía hacerse sin
prestar atención a los sentimientos humanos). Hume es probablemente
uno de los primeros escritores que realizó una distinción entre lo
normativo (lo que debería ser) y lo positivo (lo que es). G. E. Moore
defendió una posición similar con su argumento de la pregunta abierta,
en un intento de refutar cualquier identificación entre las propiedades
morales y las naturales—la llamada falacia naturalista.
utilitarismo
Hume, junto con los demás miembros de la ilustración escocesa, fue
probablemente el primero en proponer que la razón de los principios
morales puede buscarse en la utilidad que tratan de promover. El papel
de Hume, sin embargo, no debe sobreestimarse; fue Francis Hutcheson
el que acuñó el lema del utilitarismo: «la mayor felicidad para el mayor
número». Pero fue tras leer el Tratado de Hume cuando Jeremy
Bentham sintió por primera vez la fuerza del sistema utilitario. Sin
embargo, el proto-utilitarmismo de Hume es peculiar. No cree que la
adición de unidades de utilidad proporcione la forma de llegar a la
verdad moral. Al contrario, Hume era un sentimentalista moral y, como
tal, pensaba que los principios morales no podían justificarse
intelectualmente. Algunos principios simplemente nos parecen mejores
que otros; y la razón de por qué los principios utilitarios nos parecen
mejores es porque favorecen nuestros intereses y los de nuestros
coetáneos, con los que simpatizamos. Los seres humanos están
fuertemente predispuestos a aprobar normas que promuevan la utilidad
pública de la sociedad. Hume usó esta idea para explicar cómo
evaluamos un amplio abanico de fenómenos, desde las instituciones
sociales y políticas gubernamentales a los rasgos de la personalidad.
El problema de los milagros
Para Hume, el único apoyo de la religión más allá del estricto fideísmo son milagros,
pero añadió que no eran gran cosa. Dio muchos argumentos, todos a partir de su
concepción de milagro: una violación de las leyes de la naturaleza. Su definición
exacta de milagro se puede encontrar en su Investigación sobre el entendimiento
humano, donde dice que los milagros son violaciones de las leyes naturales y por
tanto son muy improbables. Se ha criticado esta idea mediante el
contraargumento de que tal dictado asume el carácter de los milagros y las leyes
de la naturaleza antes de examinar los milagros, lo que es una sutil forma de dar
por sentada la conclusión. También puntualizaron que este razonamiento apela a
la inferencia inductiva, problemática en la filosofía humana, pues nadie ha
observado todos los acontecimientos de la naturaleza ni examinado todos los
posibles milagros (por ejemplo, los que no han sucedido todavía). Otra oposición
a este argumento parte de que el testimonio humano nunca puede ser
suficientemente digno de confianza para contradecir la evidencia de las leyes de
la naturaleza. Este punto de vista se ha aplicado a la cuestión de la resurrección
de Jesús, respecto a la que Hume no dudó en preguntar, «¿Qué es más
probable – que un hombre ascienda de entre los muertos o que el testimonio
esté, de alguna forma, errado?». Esta pregunta es similar a la navaja de Occam.
Este argumento es la espina dorsal del movimiento escéptico y todavía
constituye un problema para los historiadores de la religión.
John loeke
biografia
John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632.
Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se
convirtió en tutor y profesor de Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y
estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo
el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar
en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un
sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos
de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la
percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus
bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y la
Declaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no
pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras
cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) y Pensamientos sobre
educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas
administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
Bases del pensamiento
Su epistemología (teoría del conocimiento) no cree en la existencia del innatismo y el
determinismo considerando el conocimiento de origen sensorial, por lo que rechaza la idea
absoluta en favor de la probabilística matemática. Para Locke, el conocimiento solamente
alcanza a las relaciones entre los hechos, al cómo, no al por qué. Por otra parte cree
percibir una armonía global, apoyado en creencias y supuestos evidentes por sí mismos,
por lo que sus pensamientos también contienen elementos propios del racionalismo y el
mecanicismo.
Cree en un Dios creador cercano a la concepción calvinista del gran relojero, basando su
argumentación en nuestra propia existencia y la imposibilidad de la nada de producir el ser,
un Dios tal cual como lo describe el pensador del racionalismo Descartes en el Discurso
del método en la tercera parte del mismo. De la esencia divina solamente pueden ser
conocidos los accidentes y sus designios solamente pueden ser advertidos a través de las
leyes naturales.
Trata la religión como un asunto privado e individual, que afecta solamente a la relación del
hombre con Dios, no a las relaciones humanas. En virtud de esta privatización el hombre
se libera de su dependencia de la disciplina e imposiciones eclesiásticas y sustrae la
legitimidad confesional a la autoridad política, puesto que considera que no hay base
bíblica para un estado cristiano.
Considera la ley natural un decreto divino que impone la armonía global a través de una
disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto filial natural, amor al prójimo),
concretada en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda violación de libertad
ajena), que obligan en favor de la convivencia.
politica
En política, John Locke es considerado el padre del liberalismo moderno. Propone que la
soberanía emana del pueblo; que la propiedad, la vida, la libertad y el derecho a la felicidad
son derechos naturales de los hombres, anteriores a la constitución de la sociedad. El
Estado tiene como misión principal proteger esos derechos, así como las libertades
individuales de los ciudadanos. También sostiene que el gobierno debe estar constituido
por un rey y un parlamento. El parlamento es donde se expresa la soberanía popular y
donde se hacen las leyes que deben cumplir tanto el rey como el pueblo. Anticipándose a
Montesquieu, a quien Locke influyó, describe la separación del poder legislativo y el
ejecutivo. La autoridad del Estado se sostiene en los principios de soberanìa popular y
legalidad.
Al Estado le confiere funciones de decisión en controversias entre los individuos, en el contexto
de la pluralidad y la tolerancia, puesto que se dan diversidad de opiniones e intereses entre
los hombres, fruto de las distintas vías individuales de búsqueda de la felicidad, por lo que
el desacuerdo y los conflictos son inevitables.
Postula que los hombres viven en el estado de naturaleza en una situación de paz y sometidos
a leyes naturales que surgen de la razón. Los hombres salen a través del pacto social del
estado de naturaleza porque no existe allí justicia imparcial que asegure los derechos
naturales. El ingreso a la sociedad civil es a través del contrato. Si es violado por la
autoridad pública que resultó de la voluntad de los ciudadanos, se vuelve al estado de
naturaleza. La autoridad se sostiene en tanto asegure los derechos naturales que el
individuo buscó proteger al entrar en la sociedad.
obras
Pese al predominio del escolasticismo aristotélico en Oxford, en la época en la que Locke realizó allí sus estudios, la
filosofía de Locke se enmarca en la tradición "empirista" de Francis Bacon, recibiendo la influencia de Gassendi y
compartiendo el carácter antidogmático y "experimental" de la Royal Society, bajo la clara influencia de la Nueva
Ciencia de la naturaleza.
Principales obras de Locke
1667 Ensayo sobre la tolerancia.
1668 Consideraciones sobre las consecuencias de la reducción del interés
1671 Dos borradores del Ensayo
1689 Primera carta sobre la tolerancia (en latín y anónima)
1690 Ensayo sobre el entendimiento humano
Tratados sobre el gobierno civil
Segunda carta
1693 Pensamientos sobre la educación
Tercera carta
1695 Razonabilidad del Cristianismo
Obra póstuma
Guía de la inteligencia
Comentario a las epístolas de San Pablo
Escritos de su primer período (filo absolutista)
frases
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición
de la mente y no una condición de las circunstancias.
a esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es
cosa que también lleva consigo el placer constante.
Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes.
La noción que a través de los sentidos adquirimos de las cosas exteriores,
aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento intuitivo, merece el
nombre de conocimiento.
Dios ha creado al hombre como una animal sociable, con la inclinación y
bajo la necesidad de convivir con los seres de su propia especie, y le ha
dotado, además, de lenguaje, para que sea el gran instrumento y lazo
común de la sociedad.
cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo.
Jean-Jacques Rousseau
biografia
Ginebra, Suiza, 1712-Ermenonville, Francia, 1778) Filósofo suizo. Huérfano de madre desde temprana edad, Jean-
Jacques Rousseau fue criado por su tía materna y por su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido
educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador, quien lo sometió a un trato tan brutal que acabó
por abandonar Ginebra en 1728.
Fue entonces acogido bajo la protección de la baronesa de Warens, quien le convenció de que se convirtiese al
catolicismo (su familia era calvinista). Ya como amante de la baronesa, Jean-Jacques Rousseau se instaló en la
residencia de ésta en Chambéry e inició un período intenso de estudio autodidacto.
Jean-Jacques Rousseau
En 1742 Rousseau puso fin a una etapa que más tarde evocó como la única feliz de su vida y partió hacia París, donde
presentó a la Academia de la Ciencias un nuevo sistema de notación musical ideado por él, con el que esperaba
alcanzar una fama que, sin embargo, tardó en llegar. Pasó un año (1743-1744) como secretario del embajador
francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con
una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella
cinco hijos.
Rousseau trabó por entonces amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la
Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la
Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio
de su fama.
En 1754 visitó de nuevo Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos como ciudadano ginebrino,
entendiendo que se trataba de un puro trámite legislativo. Apareció entonces su Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres, escrito también para el concurso convocado en 1755 por la Academia de Dijon.
Rousseau se enfrenta a la concepción ilustrada del progreso, considerando que los hombres en estado natural son
por definición inocentes y felices, y que son la cultura y la civilización las que imponen la desigualdad entre ellos, en
especial a partir del establecimiento de la propiedad, y con ello les acarrea la infelicidad.
botanico
Rousseau descubre tardíamente la botánica, hacia sus 65 años, gustando de herborizar, que lo tranquilizaba,
luego de tanta jornada de reflexionar, que lo fatigaba y lo entristecía, escribiendo en la séptima ensoñación
del paseante solitario. Así sus Cartas sobre la botánica le permiten continuar una reflexión sobre la cultura,
en un sentido inmenso, comenzando con el Émile, su tratado de educación, y su romance La nouvelle
Héloïse, donde se interroga sobre el arte de la jardinería.
El hombre, estando desnaturalizado, sin instintos, no puede contemplar la naturaleza, haciendo únicamente
áreas habitables y cultivables, desnaturalizadas, «contorneadas a su modo» en «campiñas artificiales»
donde si bien pueden vivir, no resulta más que en un país pobre. Y van quedando cada vez menos
posibilidades de acceder a lo natural «deberían conocerse y ser dignos de ser admirados... La naturaleza
semeja estar desordenada a los ojos humanos, y pasar sin atraer la mirada de los poco sensibles, y que a
su vez han desfigurado... Están quienes le aman e intentar buscar y no lo pueden hallar» continua
Rousseau en su romance donde va describiendo como Julie instala al fondo de su vergel un jardín secreto,
jugando con lo agradable a lo útil de manera de hacer un poco de paseo que recuerde a la pura
naturaleza: «es verdad, dice ella que la naturaleza hace todo, más bajo mi dirección, no habrá más quien
le ordene».
Rousseau describe el jardín del hombre que concilia a la vez al humanista y al botánico, como un aspecto útil y
placentero donde pueda estar sin artificios visibles, ni a la francesa, ni a la inglesa : el agua, la verdura, la
sombra, y las siembras, como se ve en la naturaleza, sin usar la simetría ni alinear los cultivos y los
bordes. El hombre de gusto «no se inquietará a punto de su percepción de bellas perspectivas: el gusto de
los puntos de vista solo visibles a muy pocos».
El trabajo de mejorar el suelo y de hacer injertos no devolverá lo natural quitado a la naturaleza, mas, además
de que no volverá, sigue extendiéndose catastróficamente nuestra civilización urbana con consecuencias,
más puede forzarse otro destino. Y si el trabajo de un vergel y de campos sea una necesidad para el
hombre, el jardín de «el hombre de gusto» funcionará permitiendo desahogarse, descansar de momentos
de esfuerzo.
Para Rousseau, las melodías y el jardín son del orden de lo humano, de la perfectibilidad, de la imaginación y
de las pasiones simples. El habla de una música de una temporalidad melódica, por lo tanto habrá
procesos educativos que permitan a los humanos de esperar un devenir «todo lo que podamos ser» o
hacer para que la naturaleza no nos haga sufrir.
Frases
1. "Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.“
2. "La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.“
3. "Las ideas generales y abstractas son fuente de los más grandes errores humanos."
.4 "Las necesidades más dispendiosas son las que nos imponen la opinión.“
5. "Las injurias son las razones de los que tienen culpa.“
6. "Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos
los deberes de la humanidad."
7. "El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas.“
8. "Es muy difícil pensar noblemente cuando no se piensa más que para vivir.“
9. "El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta."
10. "No hacer el bien ya es un mal muy grande."
considerado padre de la
democracia moderna?
en su obra "El contrato Social"
expresa que la soberania
reside en el pueblo,
y que es indivisible.,
no se deberìa dividir en poderes.
Será el padre
pero el hijo se le ha desviado ...
Por otro lado, es Locke
y Montesquieu (antes ...)
los que hablan sobre la democracia representativa
con division de poderes,
mas cerca de la realidad ...
Thomas Hobbes
biografia
Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, en Wiltshire, en Inglaterra. Su padre era
vicario de Charlton y Westport, localidades cercanas a Malmesbury, pero una disputa mantenida a
la puerta de la iglesia con otro vicario, provocó su traslado a Londres. Como consecuencia de ello,
a los siete años de edad, Thomas Hobbes, quedó bajo la tutela de su tío Francis, hermano mayor
de su padre, que se dedicaba al comercio y no tenía más familia.
Ethica ordine geométrico demonstrata (Ética demostrada según el orden geométrico) (1677)
Las obras completas de Baruch de Spinoza, incluido su epistolario y las biografías que se compusieron sobre él, han sido traducidas al español por uno de
los máximos especialistas en este autor, el profesor Atilano Domínguez Basalo (Madrid: Alianza Editorial).
Ética demostrada según el orden geométrico, introducción, traducción y notas de Vidal Peña, Madrid: Alianza Editorial, 1984.
Ética demostrada según el orden geométrico, edición y traducción de Atilano Domínguez, Madrid: Editorial Trotta, 2000, 2005, 2009.
Ética demostrada según el orden geométrico, traducción de Oscar Cohen, FCE, México, varias ediciones desde 1958.
Tratado teológico-político, traducción, introducción, índice analítico y notas por Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1986, 2003.
Tratado político, traducción, introducción, índice analítico y notas por Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1986, 2004.
Tratado Político, Introducción, traducción, notas, Index Latinus Translationis y Bibliografía de Humberto Giannini y María Isabel Flisfisch, Editorial
Universitaria, Santiago, Chile,1989.
Tratado de la Reforma del Entendimiento. Principios de filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos, introducción, traducción y notas de Atilano
Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1988, 2006.
Tratado de la Reforma del Entendimiento, traducción de Oscar Cohen, Buenos Aires: Editorial Cactus, 2006.
Tratado breve, traducción, prólogo y notas de Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1990.
Correspondencia, introducción, traducción, notas e índices de Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1988.
Frases
No me arrepiento de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho
es doblemente miserable.
Si no quieres repetir el pasado, estúdialo.
Sólo es libre aquello que existe por las necesidades de su propia
naturaleza y cuyos actos se originan exclusivamente dentro de
sí.
Comprender es el principio de aprobar.
La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta
nada más difícil de dominar que su lengua.
Las ideas no son unas pinturas mudas sobre una pizarra; una idea,
en tanto que es idea, incluye una afirmación o una negación.
Karl marx
biografia
fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media. Su padre,
Herschel Mordechai (luego Heinrich) Marx, quien era descendiente de
una larga línea de rabinos, ejercía la abogacía en Tréveris, su ciudad
natal. Era además consejero de justicia, sin embargo recibió fuertes
presiones políticas, por parte de las autoridades prusianas que le
prohibieron continuar con sus prácticas legales de acuerdo a su religión
y le obligaron a abrazar el protestantismo para poder mantener el cargo
en la administración de Renania. Su madre fue Henrietta Pressburg,
nacida en los Países Bajos, y sus hermanos fueron Sophie, Hermann,
Henriette, Louise, Emilie y Caroline.
Realizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Bonn pero los dejó
para estudiar Filosofía en Berlín. Se doctoró en 1841 en Jena con una
tesis titulada Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y
la de Epicuro. Pronto se implicó en la elaboración de trabajos en torno a
la realidad social, colaborando en 1842 junto con Bruno Bauer en la
edición de la Gaceta Renana (Rheinische Zeitung), publicación de la que
pronto llegó a ser redactor jefe. Durante este período también frecuentó
la tertulia filosófica de Los Libres (Die Freien). La publicación finalmente
sería intervenida por la censura, y posteriormente, Marx tuvo que
marchar al exilio.
Pensamiento
Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) y de las revoluciones de 1848,
Marx se propuso desarrollar una teoría económica capaz de aportar explicaciones a la crisis, pero a la
vez de interpelar al proletariado a participar en ella activamente para producir un cambio revolucionario.
La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y crítica económica,
polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticzs, cuadernos de trabajo y artículos
periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Los
principales temas sobre los que trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica de la
economía política.
Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels en un sistema filosófico, el marxismo,
articulado en torno a un método filosófico llamado materialismo dialéctico. Los principios del análisis
marxista de la realidad también han sido sistematizados en el llamado materialismo histórico y la
economía marxista. Del materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases en el centro del análisis, se
han servido numerosos científicos sociales del siglo XX: historiadores, sociólogos, antropólogos,
teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su teoría de la alienación.
Otros autores, entre los que destaca Louis Althusser, argumentan que los escritos de Marx no forman un
todo coherente, sino que el propio autor, al desarrollar sus reflexiones críticas sobre la economía
política durante la década de 1850, se desembarazó de su propia conciencia filosófica anterior y
comenzó a trabajar científicamente. Desde esta perspectiva no existiría una ciencia marxista, sino un
científico, Karl Marx, que fue un pionero en la comprensión de los mecanismos fundamentales que rigen
el funcionamiento de la sociedad moderna, en especial con su reelaboración de la teoría del valor, y
cuya obra cumbre fue El Capital.
Ideas filosoficas
Durante su juventud, y mientras se formaba en filosofía, Marx
recibió la influencia del filósofo alemán predominante en
Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el
método del pensamiento dialéctico, al que, según sus
propias palabras, pondría sobre sus pies; significando el
paso del idealismo dialéctico del espíritu como totalidad a
una "dialéctica del devenir constante" donde la síntesis, a
diferencia de Hegel, no había sido realizada. Además, sigue
utilizando el método dialéctico para analizar las
contradicciones en la historia de la humanidad y,
específicamente, aquella entre el capital y el trabajo.
Una interpretación sobre el desarrollo de la obra de Marx,
proveniente del francés Louis Althusser, considera que los
escritos de Marx se dividen en dos vertientes. Esta
interpretación es relevante en la exegética marxista, pero a
la vez es muy polémica y pocos autores la mantienen al día
de hoy. Althusser encuentra dos etapas:
Criticos de marx
La importancia de Karl Marx en el panorama intelectual y político del siglo XIX, y de su legado
en el siglo XX, han provocado numerosas críticas a su obra y su persona. En el siglo XIX,
las principales críticas provenían de intelectuales y organizaciones del movimiento obrero
que sostenían posturas políticas distintas a las de Marx. Entre otros, Bakunin, anarquista y
rival en la inspiración de la Internacional, consideraba autoritario a Marx.
Durante el último tercio del siglo XIX y, sobre todo durante el siglo XX, la fuerza del marxismo
en los ambientes intelectuales y organizaciones políticas de todo el mundo hizo que
numerosos pensadores conservadores y liberales intentasen refutarlo. Algunas críticas se
centran en elementos concretos de la obra de Marx, mientras otras se oponen a alguna de
las versiones del canon marxista elaborado por las organizaciones políticas y los
intelectuales socialistas o comunistas.
Poco después de la muerte de Marx, el economista austríaco Böhm-Bawerk publicó varios
ensayos sobre el subjetismo del valor, entre ellos Karl Marx and the Close of His System,
de 1896, donde consideraba refutar El Capital y la teoría del valor-trabajo marxista, en
tanto que teorías del campo de la economía. Ya en el siglo XX, una de las críticas más
influyentes ha sido la de Karl Popper. En La sociedad abierta y sus enemigos analizó lo
que llama 'profecías' marxistas, supuestamente desmentidas por la historia. Popper
escribió también un ensayo crítico con las pretensiones del marxismo como ciencia de la
historia, considerando que incurre en lo que llama 'historicismo.
En el plano de la crítica personal, el historiador Paul Johnson dedica a Marx un capítulo de
Intellectuals, un libro en el que resalta la mezquindad personal de muchas otras luminarias
intelectuales.
humanismo
El humanismo de Marx.
La mayoría de los hombres, los proletarios, viven explotados y
humillados por una minoría burguesa y capitalista, que
impide a los primeros realizar las inmensas posibilidades de
su libertad.
Preocupado por devolver al hombre su dignidad, Marx plantea,
en su análisis de la sociedad, el camino que la filosofía debe
emprender para llegar a la liberación del hombre. Aquí se
sitúan los intentos concretos para eliminar las distintas
alienaciones.
En su proceso analítico de la historia, Marx detecta tres tipos
de alienación: la alienación religiosa, la alienación ideológica
y la alienación económica o del trabajo.
ALIENACIONES Y TIPOS
egel y Feuerbach ya habían utilizado el concepto de alineación. Marx
hereda este término de Hegel, pero en otro sentido. Feuerbach en
cambio, le da un sentido religioso: piensa que el hombre ha inventado la
idea de Dios para consolar sus males. Proyectan en Dios sus cualidades
positivas de manera infinita, desposeyéndose así de ellas (con lo cual
están alienados).
La palabra viene de alienum, que significa algo ajeno o extraño. Es el acto
por el cual se traspasa la propiedad de una cosa. En el marxismo,
alienación es la expropiación de la libertad, capacidad de pensar y
trabajo del hombre a causa del sistema económico capitalista en el que
se ve inmerso; también se dice que es la situación histórica en la que el
hombre se encuentra en el ámbito del proceso del trabajo capitalista al
no advertir la dependencia que toda obra humana tiene de las
condiciones materiales de producción.
Consecuencias de la alineación.
La propiedad privada. Si se elimina ésta, desaparecería la alienación (si no
hubiera propiedad privada no habría gente que quisiera trabajarla y
enriquecerse a su costa, trabajándolo con otros).
Alienación religiosa.
Para Marx, la religión es la premisa de todas las demás
alienaciones porque la religión proyecta al hombre fuera del
mundo real, llevándolo a un mundo ficticio. De esta manera,
la religión es alienación, ya que provoca la escisión entre el
mundo concreto en que vive el hombre y el mundo ideal, al
que lo remite, haciendo así posible cualquier otro tipo de
alienación (afirmaciones recogidas de Feuerbach).
La religión no sólo es alienación de cada hombre individual,
sino instrumento de la clase dominadora, para oprimir a los
dominados. La alienación religiosa cumple así una función
social, es “opio del pueblo”.
Hay formas de alienación más importantes, como la ideológica
y le económica, aunque no son tampoco las únicas.
Alienación ideológica.
La naturaleza, y el hombre, que forma parte de ella,
son lo único real. El hombre es un proceso, es
producto, no sólo de la naturaleza, sino también de
la sociedad. Por tanto, está en las manos del
hombre la posibilidad de cambiar las circunstancias
materiales y sociales que están en la base de la
alienación humana actual. Quedarse en la teoría,
aislada de la praxis, sólo se explica por el
desgarramiento y contradicción de la situación
actual, pero sólo con la práctica revolucionaria es
posible llevar hasta el final las posiciones teóricas;
esto es, la alienación ideológica puede ser
superada mediante la eliminación de las
contradicciones materiales que la sustentan
Alienación económica o del
trabajo.
Donde se da la forma más pura de alienación es en el trabajo. Para Marx, lo
que identifica al hombre, en cuanto capacidad de producir con sus
propias manos sus medios de subsistencia. La raíz última de la vida
humana está en el trabajo. Marx piensa que lo que realmente distingue
al hombre es su capacidad de producir, el trabajo. Pero, ¿por qué el
trabajo aliena al hombre? La respuesta está en las condiciones reales en
las que se da el trabajo del hombre proletario. En el proletariado, el
productor del trabajo se opone al trabajo y al trabajador como un ser
extraño o un poder independiente. El trabajo queda objetivado y se
convierte en mercancía.
De este modo lo que cobra valor es la mercancía y no el trabajador.
La razón fundamental de este hecho radica en el sistema de trabajo que
establece el capitalismo. La liberación del trabajador respecto del
sistema en que se ve envuelto, el capitalismo, es la base de toda
recuperación, ya que apropiándose de su propia actividad, es como
volverá el hombre a ser él mism
Alienación filosófica.
Consiste en el espejismo de pretender contemplar o interpretar la realidad al margen de la praxis, es
decir, de las condiciones reales o materiales de la existencia humana.
Alienación política.
Consiste en suponer que el Estado representa la conciliación de intereses particulares cuando en
realidad es un instrumento represivo de la clase dominante.
Alienación social.
Consiste en proyectar el conflicto de clases sobre el plano ilusorio de una sociedad armónica
ocultando la realidad de la lucha de clases, ya que la lucha de clases no es algo accidental sino
constitutivo.
Las clases sociales.
En principio, Marx entiende por clase social un grupo de individuos con intereses comunes. Más
adelante insiste en que hay sólo dos clases sociales significativas: la clase de los burgueses y la
clase proletaria. Éstas deben tener conciencia de clase porque es en ella donde cristalizan con más
fuerza las contradicciones del sistema capitalista. La clase burguesa detenta el poder y las fuerzas
económicas. La clase proletaria se define por la negación absoluta de lo que define a la clase
burguesa.
La historia entera se resume en la historia de la lucha dialéctica de estas dos clases, aunque es en el
sistema capitalista donde se da de forma más clara la contradicción entre ambas. Marx dedica todo
su esfuerzo a concienciar a la clase proletaria, porque piensa que la historia aporta las condiciones
objetivas para que se dé ya la superación de esta contradicción entre las clases explotadora y
explotada.