Fue abad de Santa María de Bec, en Normandía, y arzobispo de Canterbury (1093). Desterrado por querer sustraer de la influencia regia las elecciones episcopales, pudo regresar a Inglaterra. Fue uno de los prelados más cultos de su tiempo. La especulación filosófica, según él, era una consecuencia exigida por la fe. Sostenía la necesidad de creer para comprender a fin de intentar luego comprender lo que se creía. No anteponer la fe, según Anselmo, era presunción; sin embargo, no apelar a continuación a la razón era negligencia. En la cuestión de los universales, se inclinó hacia la solución platónica. De este realismo proviene el valor de la llamada prueba ontológica de la existencia de Dios propuesta en el Proslogium: tenemos la idea de un ser perfecto; sin embargo, la perfección absoluta implica necesariamente la perfección de la existencia; luego el Ser Perfecto existe. Entre sus obras, cabe destacar Cur Deus homo, donde expone una hermosa doctrina de la redención. Se le considera fundador de la teología escolástica y su influjo se extiende hasta la reciente teología de Karl Barth. Es doctor de la Iglesia. San Anselmo se adscribe a Agustín con su programa teológico credo ut intelligam. Su proyecto científico se pone de manifiesto tanto en su concepción de la teología como intellectus fidei (comprensión de la fe), como en el título original del Proslogion: Fides quaerens intellectum (La fe en busca del conocimiento). La novedad que aporta Anselmo es el fuerte énfasis que pone en la ratio. (En Agustín se destacaba la meditatio) Anselmo no se concentra tan sólo en las distintas cuestiones de la fe, sino que se propone iluminar de forma sistemática la coherencia de la fe como totalidad. Para él la fe representa la condición, el punto de partida y la norma permanente del pensamiento y el conocimiento científicos. Monologio. Proslogio y la respuesta De Grammatico. De veritate. De De libertate arbitrii. De casu diaboli. Epístola sobre la encarnación del verbo. Cur Deus Homo. Sobre la concepción virginal y el pecado original. De procesione spiritis sancti Las epístolas sobre el sacrficio de los ázimos y fermentados. Sobre la concordia de la presciencia divina y la predestinación y de la gracia de Dios con el libre albedrío. Además de estas obras se conservan 19 oraciones, llenas de fervor místico; 3 meditaciones y 472 cartas personales. De toda esta vasta producción, sólo el De Grammatico es un libro en su totalidad dedicado a temas profanos, en este caso, se trata de un ejercicio dialético. Todas sus demás obras conservadas tienen una motivación teológica. Se ha retirado de la lista el De similitudinibus a veces atribuido erróneamente a Anselmo, pero seguramente redactado por Eadmero como apuntes de las lecciones dictadas recibidas de su maestro.