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DEISA ENID GÓMEZ VARGAS

Universidad de Bergen
Medellín-Colombia
Deisa.vargas@student.uib.no

Actitudes lingüísticas como indicadoras de identidad: un estudio de caso en Medellín-Antioquia

Introducción

El estudio de las actitudes lingüísticas ha tenido relevancia en las últimas décadas, tanto en el área de las ciencias
humanas como de las ciencias sociales, lo que lo ubica en el campo de los estudios interdisciplinarios. La definición
que se le ha dado a actitud, puede aplicarse al término actitud lingüística; ésta constituye una predisposición a
actuar, favorable o desfavorablemente, motivada por creencias, las cuales tienen un componente afectivo y otro
cognitivo (López Morales cit. por Bentivoglio y Sedano 1999: 135-136).
La sociolingüística reconoce en las actitudes lingüísticas un importante objeto de estudio ya que “lo que el hablante
ingenuo piensa de su lengua es decisivo para el funcionamiento de la misma” (Coseriu, cit. por Mercedes Blanco
1991:7). En el aspecto extralingüístico, el análisis de las actitudes lingüísticas puede hacer un gran aporte a la
historia del pensamiento, a los estudios sociales, a los estudios culturales, entre otros. Las actitudes lingüísticas son
un reflejo del mundo social en el hablante (Blanco 1991:8), ya que las ideas que se tienen acerca de una lengua son
indicios de las tensiones sociales, políticas, económicas y culturales que fluctúan en una determinada sociedad, en
una determinada época. Uno de los aspectos que salen a relucir en el estudio de las actitudes lingüísticas es el de
las identidades.

Variante de habla, identidad y actitudes lingüísticas

Se entiende por variante de habla la variedad de habla que utiliza un grupo humano proveniente de un sitio
geográfico en particular. A la vez que una comunidad de habla se reconoce como grupo que posee rasgos
lingüísticos en común, se identifica como diferente frente a otras comunidades; “cuando el “otro” le hace ver que su
manera de hablar es diferente de la suya, toma el individuo conciencia de sus rasgos caracterizadores” (Obediente
1999: 213). De esta percepción de semejanzas entre grupo y diferencias con los otros, surge la identidad lingüística,
entendida ésta como la pertenencia a un grupo basada en el particular modo de hablar. Dicha identidad se puede
percibir como positiva o negativa, dependiendo de las actitudes que un individuo tenga frente a su variante de habla
o en relación con otras variantes. Actitudes tales como lealtad, orgullo y prestigio son algunas de las que se develan
en la presente investigación. En el caso de la lealtad lingüística, ésta se experimenta cuando, en situación de
contacto de variantes, el hablante mantiene todas las características de su lengua, sin dejarse influenciar por la
variante con la que entra en contacto. En el orgullo lingüístico, el hablante se siente satisfecho y orgulloso de su
variante regional, a la que le atribuye propiedades especiales, reales o imaginarias, tales como belleza, musicalidad,
inteligibilidad, pureza, etc. El prestigio lingüístico consiste en la atribución colectiva de estatus a una determinada
variedad; es decir, se considera a la variante como una marca de estatus que permite al individuo el escalonamiento
social. Las anteriores actitudes revelan la existencia y mantenimiento de identidades de grupo teniendo como
referente la lengua.

Comunidad de habla estudiada

Esta investigación se centra en el estudio de las actitudes lingüísticas de la comunidad de habla de la ciudad de
Medellín, capital de uno de los departamentos de Colombia que se ha caracterizado por su orgullo cultural, su
pujanza y su peculiar modo de hablar: Antioquia. En cuanto al modo de hablar, Luis Florez afirma que la variante de
1
habla que utilizan los paisas es distintiva por la entonación, la s silbante, el uso frecuente de exageraciones; en
general, esta variante tiene modos de decir que en Colombia se juzgan propios de esa región y están relacionados
con la vida regional y la sicología de los habitantes (Flórez 1957: 367). Ese algo particular está, por ejemplo, en el
aspecto fonético de la entonación. (Ibid).

Los objetivos del presente trabajo son entonces los de descubrir: 1) la capacidad que tiene un grupo de informantes
de la capital antioqueña para reconocer muestras de variantes de habla de otras ciudades latinoamericanas y una
ibérica; 2) qué es lo que determina dicha identificación; 3) cuáles son los gustos lingüísticos del grupo en cuestión y
qué determina esos gustos; 4) qué actitudes tienen con respecto a su propia variante. A partir del sondeo de
actitudes lingüísticas se pretende a la vez conocer: 5) en qué inciden dichas actitudes en la conformación de una
identidad regional.

1
Gentilicio popular que le dan a los habitantes de Antioquia y el viejo Caldas

1
Metodología

Para llevar a cabo la investigación se preparó una cinta-estímulo con fragmentos de habla informal de seis personas
de nivel cultural medio, cada una de ellas nacida en una ciudad hispanohablante diferente. Los fragmentos que la
componen duran en total aproximadamente doce minutos, lo que representa un promedio de dos minutos por
fragmento. Para la grabación, se le encomendó a cada uno de los hablantes que hiciera un comentario sobre lo
ocurrido el 11 de septiembre del 2001 en los Estados Unidos. En la medida de lo posible se trató de distanciar en la
grabación las variantes que se consideraban más próximas lingüística o extralingüísticamente, con la que se dio el
siguiente orden: 1)Variante de habla de la ciudad de Quito (Ecuador); 2) Variante de habla de la ciudad de México
(México); 3) Variante de habla de la ciudad de Lima (Perú); 4) Variante peninsular norteña de Burgos (España); 5)
Variante de habla de la ciudad de Medellín (Colombia); 6) Variante de habla de la ciudad de León (Nicaragua).

Informantes

El grupo de informantes estuvo conformado por 16 mujeres y 16 hombres dividido en 4 grupos etareos (niños 10-11,
adolescentes 15-17, adultos 35-40, mayores 60-70 años). Se tuvo también en cuenta el nivel educativo, lo que dio
como resultado que en cada grupo etareo hubiera 2 mujeres con educación y 2 sin educación, 2 hombres con
educación y 2 sin ella. En total participaron 32 informantes, todos provenientes de la ciudad de Medellín.

Cuestionario
2
El cuestionario está precedido de una sección para recoger los datos personales de cada informante (sexo, edad,
ocupación, nivel de educación).
Las preguntas están destinadas a:
1) conocer la capacidad que tiene el informante para identificar las seis variantes de la cinta-estímulo.
2) detectar las razones por las que identifican a cada una como tal. Los porqués se plantearon como preguntas
abiertas, que los informantes debían responder sin condicionamiento previo. Una vez obtenidas las respuestas del
porqué, éstas se reagruparon por sus similitudes en cuanto a determinadas características. A continuación las
agrupaciones a que dieron lugar las respuestas a los por qué:
Acento: se relaciona con la valoración positiva o negativa de los rasgos suprasegmentales los cuales, según
Quesada Pacheco (2000: 43), se refieren al acento y a la entonación. Cubre respuestas como “suena delicioso”,
“tiene un acento costeño”, “es como cantadito”, “por el tono de la voz”, entre otras.
Familiaridad: se asocia,o bien, al contacto frecuente con un determinado dialecto: “me es familiar”, “porque soy de
ese país”, “habla como yo”; o a la falta de contacto o “extrañeza” de la variante por parte del informante: “habla
diferente a nosotros”.
Claridad: se relaciona con respuestas como “habla claro”, “se le entiende muy bien”, o en su vertiente negativa: “no
se le entiende”, “no es claro”.
Pronunciación: se relaciona con respuestas tales como “se come la letra s”, “pronuncia mal”.
Características del hablante: se han incluido en este grupo respuestas como “habla rápido”, “es pausado”, “lo
identifico por el tono”, “me gusta por el ritmo” ; y respuestas que están muy relacionadas con lo que le inspira el
hablante al informante como persona “suena sincero”, “es diplomático”, “inseguro”, “educado”, “monótono”.
Tema: bajo esta categoría están las respuestas que se refieren al tema que trató el hablante, tales como “conoce el
tema”, “maneja el tema”, “me gusta la forma de explicar las cosas” etc.
No respondió: cuando el informante no responde a la pregunta o dice que no sabe.
Otra respuesta: cubre explicaciones que no caben en ninguno de los grupos anteriores. Por ejemplo: “habla parecido
a un familiar”, “es típico de ese país”, “por la muletilla”.
Medios de comunicación: incluye respuestas como “lo he escuchado en la televisión”, “hay un noticiero de allá en el
que hablan así”.
Distinción s-z: se refiere al ceceo típico de algunas regiones de España. Cubre respuestas tales como: “pronuncia
diferente la s”, “sabe hacer la distinción entre s y c”, entre otras.
3) conocer cuál es el gusto lingüístico con respecto a las variantes que han escuchado.
4) indagar por la lealtad lingüística de los informantes con respecto a su propia variante de habla.
5) conocer si existe una identificación con su propia manera de hablar.

Resultados

1. ¿De dónde cree usted que es el hablante que ha escuchado?

2
1 ¿De dónde cree usted que es el hablante que ha escuchado?; 2 ¿por qué cree que es de esa nacionalidad?; 3 ¿Cómo le parece que
habla? (me gusta, no me gusta, me gusta más o menos) y diga por qué; 4 Cuando sale de Antioquia, ¿qué tal se siente hablando como
antioqueño?; 5 ¿Cómo habla usted cuando está con un hispanohablante extranjero?

2
Los resultados relativos a esta pregunta indican que la mayoría de los informantes reconoce sin dificultad su propia
variante de habla (93,7%). En cuanto al resto de variantes, reconocen, en gran medida, una de las variantes de
España (87,5%), mientras que las variantes correspondientes a los países latinoamericanos (Ecuador: 15,6%;
México: 43,7%; Perú: 6,2%; Nicaragua: 0%) son los de menor grado de reconocimiento. El escaso acierto en la
identificación de las variantes de habla por parte de los informantes no es algo de extrañar, el lingüista alemán Klaus
Zimmermann ya había observado que, aunque el hispanohablante colombiano promedio tenga la oportunidad de
viajar a países vecinos y pueda percibir la existencia de variantes de habla (incluso a través de los medios de
comunicación), no llega a formarse un conocimiento exhaustivo de las divisiones lingüísticas que existen en cada
país. (1999:228).
Gráfica 1: Identificación de variantes
Porcentaje (%)
100
80
60
Informantes
40
20
0

ic bia
o

C aña

ua
r

Es ú
do

ic

r
Pe

ag
éx

om
ua

ar
M
Ec

ol
N

2. ¿Por qué cree que esta persona es de esa nacionalidad?


De acuerdo con las respuestas que los informantes dieron a esta pregunta, he desarrollado un esquema que podrá
ayudar a comprender con más claridad cuáles son los factores que determinan la identificación de una variante de
habla.
Fig. 1: Factores por los que los informantes reconocen las seis variantes

Vemos entonces que los informantes hicieron referencia a básicamente dos grandes factores: el lingüístico y el
extralingüístico. Dentro de cada factor existen categorías que a la vez están relacionadas, en este caso, con las
respuestas de los informantes. Por ejemplo, como factor lingüístico tenemos la categoría variante de habla, los
informantes hicieron referencia a ésta al mencionar el acento, la pronunciación y la distinción s-z. A continuación, las

Factores extralingüísticos
Factores lingüísticos

Características del Identificación del Medios de comunicación


Variante de habla hablante informante con el
hablante o con la
variante Radio Televisión
Acento Pronunciación Distinció
n <s-z> Modo de hablar Personalidad Familiar No
familiar
Inteligibilidad Manera Conocimiento
de ser del tema

Claro No claro

razones por las que identificaron las variantes.

Gráfica 2: Razones por las que identificaron las variantes

Razones por las que identificaron las


variantes
Porcentaje (%)

40
30
20 Series1
10
0
Hablante
Claridad

Medios
Acento

no

categorías

3
En primer lugar, se encuentra el acento (38,02%); seguido por la familiaridad (17,1%); las características del
hablante (14,5%), la claridad (5,2%), la distinción s-z (5,2%), la pronunciación (4,1%), medios de comunicación
(2,6%) y tema (0,5%). Tenemos entonces que, los informantes recurrieron con más frecuencia a un factor lingüístico
(acento) en el momento de dar las razones por las que identificaron algunas variantes; sin embargo, como bien se
puede visualizar, son más los factores extralingüísticos que los informantes mencionaron.

3. ¿Cómo le parece que hablan? (gusta, no gusta, gusta más o menos)

Gráfica 3: Preferencias lingüísticas

Preferencia lingüística
Porcentaje (%)

100
80
60
40 Gusta
20
0 no gusta
más o menos

ar ia
ua
or

N mb
d

ag
ua

o
Ec

ol
ic
C

Las variantes que más gustaron fueron las de Colombia (90,6%) y España (81,25%); siguen en orden de
preferencia, Ecuador (59,4%), México (40,6%), Nicaragua (37,5%) y Perú (21,9%). Las razones que dieron tienen
que ver con la claridad, la identificación con la variante o con el hablante y la manera de expresarse del hablante.
Estas razones corresponden a lo que hemos llamado factores extralingüísticos ya que no tienen una relación directa
con la variante de habla en sí, es decir, el que el hablante hable claro no significa que todos los hablantes que
pertenezcan a esta misma comunidad lingüística también hablen claro o que la variante sea clara por naturaleza;
además, la variante es clara en la medida en que el oyente la entiende. Los informantes prefirieron las variantes que
les “sonaban” familiares, lo que confirma que, para que un oyente tenga una percepción positiva de la variante que
escucha, ésta debe serle familiar.
Por otro lado, si tomamos la “hipótesis de las normas sociales impuestas”, la cual dice que “las diferentes variantes
de una misma lengua se perciben en forma positiva o negativa debido a las presiones culturales específicas que
operan en cada comunidad lingüística" (Trudgill, cit. por. Solano y Umaña 1994: 171), entonces tenemos, que el
gusto lingüístico también está determinado por el estatus que tenga el grupo social portador de la variante en
cuestión; es el caso de la variante de Burgos, la cual se podría considerar más extraña para los informantes, en
cuanto a realización lingüística, que las variantes del resto de ciudades latinoamericanas; sin embargo, la mayoría
de los informantes considera que se le entiende mejor que al resto de variantes, exceptuando la variante de
Medellín, debido posiblemente al prestigio que tiene España en Latinoamérica.
Otro hecho importante para resaltar es que también con las respuestas a esta pregunta los informantes hicieron una
distinción clara entre el gusto hacia las variantes y el gusto hacia los hablantes. En muchos de los casos, la
preferencia lingüística estuvo determinada por las características del hablante y no por la variante en sí.

4. Cuando sale de Antioquia, ¿qué tal se siente hablando como antioqueño?


La mayor parte de los informantes respondió que se sentía bien hablando como antioqueño, lo que confirma la
existencia de una lealtad y un orgullo lingüístico respaldados, posiblemente, por el prestigio del que goza esta
región. Estas actitudes, a la vez, dan cuenta del grado de identificación positiva, a nivel de habla regional, que tiene
la comunidad.

Gráfica 4: Autoevaluación lingüística

80
Porcentaje %

Infantes
60
Adolescentes
40
Adultos
20
Mayores
0
Me da lo
Bien

mismo

4
5. ¿Cómo habla usted cuando está con un hispanohablante extranjero?
El 65,5% de los informantes respondió que hablaba igual, mientras que el 15,6% dijo que cambiaba su manera de
hablar, y este mismo porcentaje respondió que no lo había pensado. Estas respuestas revelan que existe un buen
grado de identidad lingüística y de orgullo lingüístico ya que, si el individuo se avergonzara de la variante que habla,
trataría de hacer todo lo posible para que ésta no lo delatara; para él o ella el pertenecer a dicho grupo sería un
estigma, por lo tanto, trataría de borrar todo lo que pudiera identificarlo (Obediente 1999: 213), en este caso, en las
respuestas de los informantes subyace el hecho de que la mayoría no trata de eliminar u ocultar los rasgos de habla
que los identifica.

Conclusiones

1. La mayoría de los informantes reconoce su propia variante (93,7%). Igualmente reconocen el modo de
hablar en España (87,5%), pero existe un gran desconocimiento de las variantes del resto de países
latinoamericanos.
2. Las razones por las cuales reconocen las variantes hacen referencia a dos factores: el lingüístico y el
extralingüístico. El 38,02% mencionó el acento como una de las razones por las que las reconocieron; sin
embargo, llama la atención el que hayan mencionado, en tantas ocasiones, factores extralingüísticos, sobre
todo, en las respuestas que correspondían al por qué de las preferencias lingüísticas, lo que da a entender
que el gusto lingüístico está determinado, no por la variante en sí, sino por factores aledaños a ésta.
3. Las actitudes lingüísticas positivas hacia la propia variante arrojan como resultado que existe una lealtad y
un orgullo lingüístico, las cuales confirman el estatus que tiene la variante de habla de la ciudad de
Medellín. A la vez, dichas actitudes, suponen la reafirmación de una identidad regional.

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