Professional Documents
Culture Documents
Madrid fue fundada entre el 850-856 en una terraza del Manzanares. Recordar
Mayrit, Magerit (significa tierra rica en aguas).
La plaza de armas, delante del palacio real, era la zona que correspondía a la
Almudaina (fortaleza militar), donde se divisaba la sierra de Guadarrama, punto
estratégico importante para proteger Toledo. El alcázar era la residencia de los
monarcas castellanos.
2) PALACIO DE UCEDA.
Calle Mayor, 79, c/v Pretil de los Consejos, 2, c/v Calle de Bailén, 23.
La falta de espacio en el viejo Alcázar hizo que en 1717 Felipe V diera la orden
de trasladar a este palacio los consejos de Castilla, Indias, Órdenes y Hacienda, con sus
respectivos tribunales, oficinas, contadurías y tesorerías. Desde este momento el edificio
fue conocido y denominado Palacio de los Consejos, denominación que se mantuvo
después de la muerte de Fernando VII y durante largo tiempo con los gobiernos
liberales. Todavía en 1854 era sede del Consejo Real, más tarde del Consejo de
Estado, además de Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal de las Órdenes
Militares y de contar con gran variedad de dependencias, como las dedicadas a la
Lotería.
3) Hacia Pretil de los Consejos: fuerte desnivel supuso la separación de las 2 zonas
de la ciudad. Para eso se debía construir un gran puente para separar esta
distancia y separación. Se construyó a finales del siglo XIX, y reabierto al tráfico de
nuevo en 1978.
6) Plaza del Alamillo: Una de las partes más importantes de la zona de la morería,
antiguo barrio de los "moriscos" ó "mudéjares" de Madrid. La zona, - desde La
Costanilla de San Andrés hasta Las Vistillas - preserva un esquema callejero de
estructura musulmana.
Este barrio formó parte de la medina madrileña y por tanto acogió a un gran
número de musulmanes que debieron refugiarse en él cuando comenzó la Reconquista.
Una vez que el rey Alfonso VI consiguió entrar en la ciudad y controlarla, ordenó a
jóvenes cristianos ocupar el barrio para ‘repoblarlo’.
Junto a la Plaza del Alamillo comienza la calle del Toro que no fue nombrada
así por los encierros que en siglos pasados se celebraron en ese barrio, sino porque
cuentan que uno de los vecinos de la calle colgaba de su ventana unas astas de toro con
el fin de atemorizar a los transeúntes, imitando el bramido del animal.
7) Plaza de la Paja
La plaza de la Paja recibe su nombre de la costumbre que había allá por el siglo
XV y siguientes de vender la paja que se daba al capellán y cabildo de la capilla del
Obispo para mantenimiento de la mula que los citados capellanes utilizaban para pasear.
Sin embargo, su verdadera importancia es anterior a estas fechas pues en el siglo XIII
era el lugar de mercado y centro de la villa, hasta que Juan II mandó construir la
Plaza del Arrabal, que luego se transformó en la Plaza Mayor. La plaza de la Paja
esta coronada, actualmente, por la Capilla del Obispo que fue ideada para
albergar el cuerpo de San Isidro aunque al final no se utilizó para tal fin. En los
alrededores de esta plaza existían numerosos palacios ( Palacio de los Lasso de Castilla,
Palacio de los marqueses de la Romana...) que con el tiempo fueron siendo
abandonados. Durante el siglo XIX se sustituyeron por edificios de viviendas para las
clases populares con la finalidad de obtener rentas, forma de inversión de las clases mas
acomodadas. Hoy en día sólo queda el antiguo palacio de los Vargas cuya fachada
mantiene un marcado carácter historicista como prolongación la Capilla del
Obispo.
Está situada sobre el solar de una antigua capilla erigida posiblemente por
Alfonso VIII en la manzana 129, propiedad casi toda ella de uno de los linajes más
poderosos de Madrid, los Vargas. Fue precisamente un miembro de esta familia,
Francisco de Vargas, quien ordenó en 1520 la construcción del templo. Las obras fueron
acabadas en 1535 por su hijo, Don Gutierre de Vargas y Carvajal, Obispo de
Plasencia, y de quien la capilla ha adoptado el nombre con la que es más conocida, ya
que su advocación verdadera es la de San Juan de Letrán.
En 1544, una vez retirados los restos de San Isidro, la capilla pasó a ser panteón
de los Vargas, de acuerdo a una práctica entonces común entre las más notables familias
de la oligarquía madrileña. A tal efecto Francisco Giralte también construyó el sepulcro
del obispo fundador, con su estatua orante y la de sus familiares; así como los sepulcros
de los padres de éste, Francisco de Vargas e Inés de Carvajal, situados a ambos lados
del presbiterio. Recientemente ha sido restaurada.
Sobre el Museo de San Isidro, la tradición cuenta que aquí vivió el Santo
madrileño en el siglo XII y era un sirviente de los Vargas. En el siglo XVI la
familia de los Lujanes construyó aquí su palacio, conservándose parte del patio
renacentista y el pozo.
Iglesia de San Andrés:
Dedicada a San Andrés Apóstol, se trata de una de las iglesias más antiguas de
Madrid. El primer dato documental que tenemos sobre su existencia es su aparición en
el Fuero de 1202 como una de las parroquias de la ciudad, aunque no obstante, y según
la tradición, ya existía desde la época de San Isidro, que fue feligrés de esta parroquia
siendo enterrado en ella hacia el año 1130. Incluso también se cree que pudo estar
situada sobre lo que fue una primitiva iglesia cristiana del Madrid islámico, ya que la
jurisdicción de San Andrés se extendía por lo que fue el antiguo barrio mudéjar,
posterior morería.
A finales del siglo XV, sirvió de Capilla Real a los Reyes Católicos cuando
residían en las casas de Don Pedro Laso de la Vega, desde donde se dio paso a la
iglesia mediante la construcción de un pasadizo que daba acceso a la tribuna real.
Por aquí hacía su recorrido la muralla medieval, enlace entre Puerta de Moros y
Puerta cerrada. En algunos solares se han encontrado restos de la muralla Cristiana
medieval.
Sin noticias sobre su fundación exacta, se trata de una de las iglesias más
antiguas de Madrid puesto que ya aparece citada en el Fuero de 1202. En un
principio, estuvo ubicada cerca de la fuente de Puerta Cerrada, trasladándose a su
emplazamiento actual de la calle del Nuncio en tiempos de Alfonso XI, tras la toma de
Algeciras a los musulmanes en 1345.
Probablemente, la parte más antigua sea la torre mudéjar que podría datar de
mediados del siglo XIV. Construida toda ella en ladrillo, su decoración es sencilla,
destacando los arcos de herradura de las ventanas. Al lado de la torre, nos encontramos
con una portada renacentista que Tormo fecha hacia 1525.
10) Seguimos andando por la calle del Nuncio, donde encontramos un palacio del siglo
XVIII de la Nunciatura apostólica y un palacio Renacentista, donde destaca su patio
interior, que hoy es la Federación de Municipios y Provincias.
11) Desembocamos en la Plaza de Puerta Cerrada, donde estuvo situada otra de las
puertas de la muralla del siglo XII. El nombre viene de que permaneció cerrada en
varias ocasiones porque al ser angosta y con recodos, los ladrones aprovechaban para
esconderse y robar a los que entraban y salían. También dicen que la causa del cierre
fue por el hecho de que las cavas se cegaban con frecuencia de lagunas y barros,
haciendo difícil el acceso. Era importante como enlace con el camino de Toledo y el de
Atocha (las cavas aluden al foso que existían en esta parte como defensa de la muralla
por ser una zona llana y no tener defensas naturales. Se cegó y allanó cuando
desapareció la muralla).
Esta puerta era también conocida por el nombre de puerta del dragón, o de la
culebra, puesto que un animal de este tipo decoraba la torre en la que se abría la puerta.
Esto ha hecho pensar a algunos historiadores un origen islámico de la puerta, puesto que
en otras ciudades de Al-Andalus como Valencia, existía una Puerta de la Culebra (Bab
al-Hanas).
Sin dejar el lugar, el recorrido por las leyendas del viejo Madrid permitirá
conocer el origen de refranes –como aquel que asegura que quien pasa por la calle de la
Pasa se casa-, la razón de los nombres que recibieron las diferentes calles –como la
Cava Baja y la Cava Alta, en referencia a los fosos que protegieron la muralla cristiana
en los siglos XII y XIII-, y escuchar algunas de las anécdotas que protagonizaron Felipe
IV y una de sus amantes, doña Laura, que habitaba en los alrededores.
12) Subimos por la calle de Cuchilleros, vemos el desnivel de las casas de la Cava
de San Miguel (foso o cava que llevaba a la Puerta de Guadalajara). Dejamos el
Mercado de San Miguel, de 1916 y construido en hierro, ocupando el solar de la Iglesia
de san Miguel de los Ochotes.
De la casa y torre de los Lujanes, está edificada a finales del SXV, de ladrillo y
mampostería. Destacan la esbelta torre (donde estuvo encerrado Francisco I, rey de
Francia, tras la batalla de Pavía, por su rival, Carlos V). También destacan dos puertas,
una con arco de herradura apuntado de aires mudéjares, y otro de influencia del Gótico
Civil.
Es una de las casas más antiguas que se conservan en Madrid y en ella residieron
durante varios siglos distintas generaciones del linaje de los Luján. Se cree que fue
construida a lo largo del siglo XV, aunque en realidad, tanto la casa señorial como la
torre, se construyeron en épocas diferentes, siendo la torre la construcción más antigua
del conjunto, pues presenta incluso vestigios arquitectónicos góticos y medievales de
inspiración árabe, como el arco de herradura que da a la calle del codo. La casa señorial
fue mandada construir por Álvaro de Luján en 1494, es de planta irregular, organizada
en torno a un patio central y presenta decoraciones similares a las de la torre, destacando
su portada gótica y sus blasones heráldicos.
A lo largo del tiempo ha sido destinada a diversos usos, se dice que sirvió de
residencia al rey Francisco I de Francia cuando fue hecho prisionero por el soldado Juan
de Urbieta en la batalla de Pavia (1520), pero lo más probable es que sólo estuviera los
días necesarios mientras se le habilitaban algunas dependencias en el Alcázar. Su
carácter señorial se ha mantenido a lo largo de casi toda la época moderna, parejo a los
descendientes de este antiguo linaje madrileño, pues se sabe que a finales del siglo XVI
la habitaban Diego y Fernando de Luján, y a mediados del siglo XVIII ya se tenía por la
residencia del Conde de Castro Ponce, título nobiliario que ostentaban los patronos de
este linaje desde 1670.
14) Subimos por la calle Calderón de la Barca y Juan de Herrera (antiguo convento
de las Monjas de Constantinopla), llegando a la Iglesia de San Nicolás que, junto a
la de San Pedro el Viejo, es la única que conserva elementos medievales. La Torre es
del siglo XII de románico-mudéjar, con arquillos de referencias islámicas. El
campanario con chapitel es del siglo XVII. En la capilla hay bóvedas con nervadura
gótica y separado de la nave central por un arco apuntado de herradura, destacando
también el artesonado de madera. Fernando VI la cedió a los Servitas y por eso recibe
ahora el nombre de San Nicolás de los Servitas.
Así quedaron las cosas hasta que en el arreglo de 1891 se volvió a trasladar la
parroquialidad a la que había sido iglesia del hospital de Antón Martín en la calle
Atocha, hoy parroquia de El Salvador y San Nicolás, quedando el viejo edificio como
iglesia de San Nicolás de los Servitas, nombre con el que en la actualidad se la conoce.
14) La Plaza del Biombo es otra de las piezas del Madrid Medieval, donde estaban los
primeros asentamientos de la población árabe y, tras la conquista, se asentaron los
Caballeros de Santiago.
15) Subiendo por la Calle de san Nicolás terminamos en la Plaza de Ramales, zona
destruida por José Bonaparte para abrir un gran espacio junto al palacio, desapareciendo
las viviendas y las antiguas parroquias de San Juan y santiago. La de San Juan era la
más antigua de Madrid y era donde estaba los restos de Velásquez. Nada recuerda a su
antiguo urbanismo medieval.