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El amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes involuntarios y

desinteresados, que se manifiestan en seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o


emocionalidad. El amor no es privativo del género humano, sino que incluye también a
todos aquellos seres que puedan desarrollar nexos emocionales con otros, como por
ejemplo, animales como los monos, los delfines, los perros, los elefantes, etc.

Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos
personas con una influencia muy importante en sus relaciones interpersonales y sexuales
mutuas. Sin embargo el término se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como
el amor platónico o el amor familiar, y también en un sentido más amplio se habla de amor
hacia Dios, la Humanidad, la Naturaleza, el Arte o la Belleza, lo que suele asociarse con la
empatía, y otras capacidades. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo
que ocasiona felicidad o placer al que ama.

Filosóficamente, se suele pensar que el amor es el único sentimiento que no posee un


sentimiento de polaridad, como es el caso de los demás sentimientos (por ejemplo: paz -
guerra). Popularmente suele ser contrastado, evitado o contrarrestado con el odio, desprecio
o egoísmo. En la cultura religiosa monoteísta, el amor suele mencionarse y ser apoyado por
Dios, como es el caso del Islam, el judaísmo y el cristianismo. En la Biblia (especialmente
en el Nuevo Testamento) se presenta una definición del amor según su cultura de la época:

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se


envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de
la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
1 Corintios 13:4-7

Actualmente hay otra corriente de pensamiento sobre lo que es el amor. Según algunos
estudios realizados por neurólogos y científicos americanos el amor no se registra como un
sentimiento tal y como lo hace el odio o la alegría, si no como una necesidad, es decir, se
presenta de manera muy similar en el cerebro como lo hace el hambre, volviendo entonces
a la definición antigua de que el amor es una necesidad humana.

Amor humano
En el ser humano, el amor es un sentimiento real. En los casos más comunes es el resultado
de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede
ser o no ser correspondido. Ello intensifica las relaciones interpersonales entre un sujeto y
otro que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con aquel que ha
juzgado su complemento para su existencia.

Por otro lado, el amor puede ser fruto de un duro trabajo, esfuerzo y pericia, por construir y
desarrollar un objetivo, sintiendo verdadera plenitud y felicidad al ver conseguido lo que se
ha anhelado y trabajado durante tanto tiempo. Este tipo de amor es el que siente un padre
hacia un hijo cuando lo ve ya crecido y capaz de afrontar la vida con plena madurez,
imitando al padre en aquellas cosas que le ha transmitido por sabiduría práctica. En este
caso, el amor se dirige hacia los principios que han fundamentado el trabajo y han guiado el
esfuerzo, es la corroboración de que las creencias por las cuales uno ha luchado, han tenido
su recompensa: Lo esperado se ha obtenido.

Por otra parte, existen polarizaciones extremas de la mente manifestando un amor


desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en
peligro su propia existencia o incluso la de la otra persona por estar experimentando un
estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la
felicidad del ser amado, lo hace por encima de todas las cosas. El dar sin recibir a cambio,
el sacrificar y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, sin
que uno lo considere como sacrificio sino como oportunidad para prodigar el sentimiento;
suele ser considerado una antesala al desequilibrio emocional, pues la persona objeto de
nuestra obsesión no tiene porque responder tal como habíamos premeditado su respuesta,
no agradecer nuestro esfuerzo y exigirnos aun más. Si bien algunos confunden esa
polarización extrema con amor "verdadero" o "sano", y exigen de la otra persona el mismo
comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y como salida a dicha frustración
violencia. Por los resultados evidentes en las noticias diariamente, observamos una
creciente tendencia a la violencia de género, en la que los psicólogos actuales apuntan a
esta patología de obsesión polarizada como principal desencadenante de estos conflictos.

Para Erich Fromm el amor es un arte1 y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y
se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es,
así, decisión, elección y actitud.

El amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de como se


retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La
retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada,
sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo
sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración
constante de completitud etc.).

Tipos de amor

Agnolo Bronzino, Alegoría de Venus y


Cupido, hacia 1540-1545. Londres, The
National Gallery. El amor representado por
los dos dioses acompañados por los “ celos”
(centro - izquierda) el “engaño” (centro –
derecha), la “necedad” (arriba a la izquierda)
y el “tiempo” (arriba a la derecha)

Por otro lado, en las relaciones de la persona


con su medio, el amor puede significar una o
más de una de las manifestaciones siguientes
del amor, todas ellas relacionadas en mayor o
menor grado. Por ejemplo:

• Amor filial: entre padres e hijos (por


extensión entre ancestros y
descendientes).
• Amor fraternal: en su sentido estricto es el afecto entre hermanos aunque se
extiende a otros parientes exceptuados los padres y adultos, el amor fraternal nace
de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, por
emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada
sujeto dentro de una estructura de parentesco, lo mismo que el amor filial, el
fraternal es sublimado ya que está fundado en la interdicción del incesto.
• Amor fraternal hacia los amigos: nace de la necesidad de los seres humanos de
socializar.
• Amor romántico: nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno
de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la
persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.
• Amor sexual (deseo).
• Amor al prójimo: nace del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar.
• Amor a los animales: nace en la necesidad de sentirse protector de los animales.
• Amor hacia algo abstracto o inanimado: una idea, una meta, a la patria (patriotismo)
o al lugar de nacimiento, al honor y a la independencia (integridad).
• Amor a los principios: depende de la aplicación de una norma o regla que es
"amada". Por ejemplo, el amor al principio de ayudar al débil, a la norma de si/no
hacer con otros lo que si/no queremos que ellos nos hagan, etcétera.
• Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer en la educación recibida
desde la infancia. Considera a Dios como la fuente de todo amor y se basa en la Fe.
En la mayoría de los casos, se considera que tras la muerte Dios premiaría de alguna
forma a las personas que la correspondiente religión considera virtuosas.
• Amor autopersonal.
• Amor platónico.
• Amor Universal: el que todas las personas pueden llegar a sentir por el medio
natural y que los grandes místicos experimentan como Nirvana.

Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo consciente o inconsciente hacia
alguien o algo o la realización de sus objetivos.

Algunos idiomas, como el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor
mejor que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape
y storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor
incondicional y amor afectivo o familiar respectivamente, o en latín cupiditas como
correspondiente al griego eros (deseo sexual) y caritas como correspondiente al griego
agape (empatía, altruísmo). Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas,
históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras
totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra ágape (amor incondicional) siendo
utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico). Sin embargo,
algunas terminologías vulgares en español como por ejemplo filito, originado de 'filia,
genera jerarquías de seriedad o duración de la pareja.

Amistad
La amistad (del latín amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore; amar. Aunque
se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría
"sin mi yo", con lo cual se considera a un amigo como al otro yo) es una relación afectiva
entre dos o mas personas. La amistad es una de las más comunes relaciones interpersonales
que la mayoría de los seres humanos tienen en la vida.

Amistad es un sentimiento convenido con otra persona, donde se busca confianza,


consuelo, amor y respeto. Es algo muy especial entre dos personas que son amigos.

La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y


trascendencia. La amistad nace cuando los sujetos de la amistad se relacionan entre sí y
encuentran en sus seres algo en común. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de
relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. Las amistades generalmente duran toda la
vida. Los amigos en la mayoría de los casos se ven por muchas décadas. El caso más
común de amistad donde interviene un homo sapiens y un animal u otra especie, es el caso
del perro; a éste último se le conoce como el mejor amigo del hombre. Aunque también se
puede dar la amistad con otras especies animales,1 o incluso entre dos o más animales (no
homo sapiens) de especies distintas.2

Componentes de la amistad
• Dar ánimos y entender cómo te sientes en situaciones desagradables.
• Empatía y simpatía.
• Fidelidad.
• Agrado por compartir una o más actividades, ideas, gustos, recuerdos o la vida
misma.

En toda amistad entre personas se encuentran además:

• Amor. Es lo más importante en la amistad, la amistad se basa en este concepto en


conjunto con los demás pero para una verdadera amistad debe existir amor.
• Confianza y sinceridad. Se facilita el hablar y el actuar como naturalmente se piensa
y se es, minimizando los frenos sociales que normalmente se tienen.
• Interés y preocupación por el amigo. Se interesa por el bienestar del otro, es decir,
de sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él.
• Reciprocidad. Ésta se consigue apoyándose mutuamente en los buenos y en los
malos momentos.

“No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.”


Platón
• Comprensión. Aceptación de las características de un individuo, sus valores, ideas,
miedos, aciertos, errores, en definitiva su forma de ser.

“Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta”
Emerson

• Respeto.
• Un amigo siempre valora la opinión del otro.
• Un amigo nunca olvida al otro.
• Un amigo no te impone sus pensamientos, sino te aconseja sobre lo que cree
erróneo en ti. Tampoco asiente en todo.

“No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo
hace mucho mejor.”
Atribuida a Plutarco

• Un amigo no te chantajea, ni busca la manera de hacerte daño.


• Un amigo es el que esta en todos los momentos buenos y malos, el que te levanta
cuando nadie sabe que te has caído.

Amor romántico
El amor romántico es uno de los modelos de amor que fundamenta el matrimonio
monogámico y las relaciones de pareja tradicionales de la cultura occidental, entre otras.

Origen

Es importante señalar, como ha estudiado Diane Ackerman 1que si bien el amor es una
afección, un sentimiento o una emoción universal, cada cultura lo expresa de manera
diferente y le otorga significados diversos. Así, existen culturas donde no existen los celos,
o en las que el matrimonio es, por ejemplo, poliándrico, o ambulante.

Pese a su nombre, el modelo de amor romántico no procede del romanticismo (un


movimiento cultural y estético del siglo siglo XIX) sino de la edad media, tal y como
revelara Denis de Rougemont en El amor y Occidente (1938),2 quien identifica el
surgimiento del modelo de amor romántico en el entorno de la literatura medieval y lo
relaciona con las transformaciones sociales que dieron lugar al surgimiento de la intimidad
y a cierta liberación de la mujer, al establecer medios de superación de las barreras morales
o convencionales que separaban a los enamorados.

Características
El amor romántico es considerado como un sentimiento diferente y superior a las meras
necesidades fisiológicas, como el deseo sexual o la lujuria, y generalmente implica una
mezcla de deseo emocional y sexual, otorgándole, eso sí, más énfasis a las emociones que
al placer físico, a diferencia del amor platónico, que se centra en lo espiritual.

Algunos analistas recientes3 inciden en que las características más señaladas de este tipo de
amor se confirman y difunden a través de relatos literarios, películas, canciones o por
medio de la socialización. Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para toda
la vida (te querré siempre), incondicional (te querré por encima de todo) e implica un
elevado grado de renuncia (te quiero más que a mi vida). Pilar Sampedro caracteriza el
amor romántico de la siguiente manera:

Algunos elementos son prototípicos: inicio súbito (amor a primera vista), sacrificio por el otro,
pruebas de amor, fusión con el otro, olvido de la propia vida, expectativas mágicas, como la de
encontrar un ser absolutamente complementario (la media naranja), vivir en una simbiosis que se
establece cuando los individuos se comportan como si de verdad tuviesen necesidad uno del otro
para respirar y moverse, formando así, entre ambos, un todo indisoluble.4

Un aspecto del amor romántico es la aleatoriedad de los encuentros que conducen al amor.
La cultura occidental han enfatizado históricamente el amor romántico mucho más que
otras en las cuales los matrimonios arreglados son la regla. Sin embargo, la globalización
ha extendido las ideas occidentales sobre el amor y el romance.

Críticas
Según ciertos los analistas modernos este modelo de amor idealizado crearía falsas
expectativas y conduciría irremisiblemente a la frustración y el fracaso afectivo, al
confundir apego (que es un estado afectivo perdurable) con enamoramiento (que es un
proceso previo al apego, y de menor duración). Según esta perspectiva de análisis
psicosocial, el amor romántico se basaría en la anulación a través de la renuncia de uno
mismo, y sería la base, en cierta medida, de la violencia de género. Así, y según estas
teorías, aunque originalmente el amor romántico habría supuesto un estímulo para la
emancipación femenina, al haber la mujer interiorizado un rol social incompatible con la
felicidad terminaría atrapada en una maraña invencible de obligaciones que le dificultaría
finalizar la relación o aceptar el duelo que supone la ruptura, debido a presiones de la
sociedad, de la familia o de ella misma.

Conclusiones parecidas han sido deducidas desde un análisis antropólogico materialista,


poniendo de relieve un desfase cultural del concepto de amor romántico. Según estas tesis,
este desfase cultural vendría derivado de la no evolución del concepto de amor, frente a
enormes divergencias entre el entorno socio cultural en que se apareció (la edad media), y
los tiempos contemporáneos.

MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO


”Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman,
el cielo se deshace en rayos de oro,
la tierra se estremece alborozada.
Oigo flotando en olas de armonías
rumor de besos y batir de alas;
mis párpados se cierran... ¿Qué sucede?
¿Dime...? ¡Silencio! ¡Es el amor que pasa!”

Gustavo Adolfo Bécquer

Imaginemos a una persona a la que el amor romántico no le haya llegado todavía y no


conozca demasiado sobre esta emoción, al leer esta rima de Bécquer esta persona
pensará en el amor como en un estruendo natural, algo similar a una bomba nuclear,
átomos inflamados, la tierra entera estremeciéndose… hasta el punto de verse obligado a
que sus párpados se cierren. Una vez superado el miedo inicial a la hecatombe y siendo
algo más realista, esta persona entenderá que la poesía suele ser exagerada y que
quizás Bécquer no fue del todo exacto al expresar lo que se siente cuando es el amor que
pasa. En un achaque de sentido común, esta persona no creerá la poesía de Bécquer,
pero al encender la televisión se encontrará con una telenovela donde los personajes
mueren y matan por amor, cambia de canal y se topa con una película muy popular
“Titanic” y al llegar la escena en la que el barco está muy cerca de hundirse, ellos olvidan
su instinto de supervivencia y mucho más preocupados por el amor que se profesan se
dicen: “¿Recuerdas? Este fue el lugar donde nos conocimos”, convencido de que esto no
puede ser el amor encenderá la radio y Alex Ubago cantará algo así como “Y ahora
morirme no sería más desgracia, que perderte para siempre, ay mi vida no te vayas”. Ya
por fin, acudirá a la Santa Biblia, donde San Pablo cuenta: “El amor es bondadoso, no
envidia, no se envanece. El amor no tiene intereses propios, tolera todas las cosas, cree
todas las cosas, tienen esperanza en todo, lo resiste todo”. Ya rendido a la evidencia, con
una idea formada de lo que es el amor y pensando que quizás no era tan exagerada la
metáfora de Bécquer esta persona anónima hablará con un amigo que le jurará y
perjurará que desde el primer momento en el que vio a su novia, él ya supo que sería la
mujer de su vida. La realidad es que personas menos afortunadas necesitamos algo más
de tiempo para conocer a la pareja y saber que es con quien deseas pasar una gran parte
de la vida.
Con semejante compendio mediático, no es de extrañar que las ideas erróneas sobre el
amor romántico sigan presentes en muchas personas, el problema es que estos mitos
constituyen cuantiosas fuentes de conflicto en la pareja. Veamos a continuación algunos
ejemplos de estos mitos.

 Si no siento celos en mi relación de pareja, es que no amo de verdad a esa


persona. Y lo contrario, sentir celos es prueba irrefutable de que estoy
enamorado de esa persona.

La realidad es que los celos sólo indican percepción de amenaza, percibes que puedes
perder o tener que compartir con otra persona a un referente emocional que está contigo
en este momento. El amor no tiene nada que ver con esto, una relación en la que los
miembros de la pareja se sienten seguros el uno del otro no tiene porque dejar espacio a
los celos.
Es más, no es extraño sentir celos cuando un buen amigo, o una ex pareja, inicia una
relación con otra persona, pero esto no significa que se esté enamorado de él/ella.

 Si me quieres sabrás lo que me pasa cuando estoy enfadado sin tener que
preguntármelo.

Entre las muchas cualidades del amor se le presume la capacidad de dotarnos de una
especie de “poder telepático” gracias al cual podemos adivinar que está pensando nuestra
pareja. Obviamente esto es sólo un mito capaz eso si, de generar muchos problemas, por
una parte la frustración de la persona enfadada al comprobar que su enamorado no pude
adivinar lo que le sucede, por el otro al no comunicar el motivo del enfado difícilmente se
logra encontrar una estrategia adecuada para resolverlo.

 Si nuestro amor es verdadero, el sexo entre nosotros será siempre


maravilloso. Yo seré el/la mejor amante que jamás hayas tenido.

Según esta idea, cuando llega el amor, trae consigo un avanzado manual sobre las
mejores y más placenteras técnicas sexuales y no sólo eso, sino que además dota a la
persona de la experiencia adecuada para ser un/a auténtica experta en las artes
amatorias. Por supuesto, a esto se le suma las capacidades telepáticas de las que
hablábamos antes, ya que de manera espontánea has de saber lo que le gusta y disgusta
a tu pareja, preguntarle estropea la relación sexual.

 El amor todo lo puede, si nos queremos de verdad nada puede salir mal.
Como dice San Pablo, “…el amor tiene esperanza en todo, lo resiste todo…”.

Atendiendo a este imperativo concluimos que el amor es suficiente para que una relación
funcione, la comunicación, el respeto y la confianza son simples elementos decorativos.
La realidad avalada por diferentes estudios, dictamina justo lo contrario, es decir, que las
parejas que más tiempo permanecen unidas y mejor se llevan son aquellas en las que el
diálogo y la capacidad de resolver conflictos juntos se encuentran en la base de la
relación.
Cuidado, ideas como “…el amor lo resiste todo...” o “el amor todo lo cura”, pueden alargar
la agonía de personas que sufren una intolerable falta de respeto o incluso violencia por la
falsa esperanza de que el amor hará cambiar a la pareja. La realidad nos ha demostrado
que “hay amores que matan”.

 Si estás enamorado, no puede gustarte ni sentirte atraído por otras


personas. Si te sucede es que no quieres de verdad a tu pareja.

La realidad sin embargo es que el amor no atrofia la capacidad de sentirte atraído por
otras personas, la fidelidad es un constructo social, un compromiso con la pareja que
generalmente se acepta dentro de las reglas implícitas de la relación. Es natural por tanto
sentirse atraído por otras personas y esto no significa que se ame menos a la pareja, es
más, entra dentro de lo común el hecho de fantasear y/o soñar con otras personas sin que
tengan que considerarse como actos de infidelidad.
Teniendo esto en cuenta, para muchas personas la fidelidad suele considerarse como una
prueba más de amor ya que a pesar de que te gusten otras personas mantienes el
acuerdo de exclusividad alcanzado en la relación.

Existen muchos más mitos que se encierran dentro del amor romántico, los abordados
aquí son un buen reflejo de las ideas sobre el amor que siguen instauradas en nuestra
sociedad. Como cabría esperar, estas exageradas expectativas generan una enorme
frustración y algunas personas se sienten defraudadas cuando son desmontadas por la
realidad.
Hay quien sigue esperando al príncipe azul o la princesa pura y virginal, no conforme con
las parejas reales que se ha encontrado y a la espera de que este príncipe o princesa
montados en un corcel blanco les salve del dragón de la soledad. Lamentablemente para
ellos, en la vida real no suenan miles de violines cuando besas por primera vez a la
persona amada, ni se estremece la tierra como dice Bécquer, pero eso no significa que el
amor sea algo burdo y feo. El amor puede ser algo maravilloso, únicamente hay que ser
realista en cuanto a las expectativas que se tengan.
La comunicación de inquietudes a la pareja, la capacidad de resolver problemas juntos,
de negociar acuerdos, así como la idea de que las personas somos personas y no
príncipes o princesas salidos de cuentos de hadas, son buenas premisas para disfrutar
plenamente de las bondades del amor.

Sexualidad humana

Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro


holones, que significan sistemas dentro de un sistema. Estos holones interactúan entre sí y
con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles
biológico, psicológico y social.

Los cuatro holones son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el género.

El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través


del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.

La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones


interpersonales significativas.

La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente


los sentimientos de maternidad y paternidad, además de las actitudes favorecedoras del
desarrollo y educación de otros seres.

El holón del género desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a


una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la
construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, incluye todas
las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer.

Uno de los productos de la interacción de estos holones es la orientación sexual. En efecto,


cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer),
la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse)y el género (lo que nos
hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones
sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad.

la definición de trabajo propuesta por la OMS(2006) orienta también la necesidad de


atender y educar la sexualidad humana. Para esto es de suma importancia, reconocer los
derechos sexuales (WAS,OPS,2000):

• El derecho a la libertad sexual.


• El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo.

• El derecho a la privacidad sexual.

• El derecho a la equidad sexual.

• El derecho al placer sexual.

• El derecho a la expresión sexual emocional.

• El derecho a la libre asociación sexual.

• El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.

• El derecho a información basada en el conocimiento científico.

• El derecho a la educación sexual integral.

• El derecho al atención de la salud sexual.

En la medida que estos Derechos sean reconocidos, ejercidos y respetados, tendremos


sociedades más sanas sexualmente.

Es importante notar que la sexualidad se desarrolla y expresa de diferentes maneras a lo


largo de la vida de forma que la sexualidad de un infante no será la misma que la de un
adolescente o un adulto. Cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias
específicos para su óptimo desarrollo. En este sentido, para los niños es importante conocer
su cuerpo, sus propias sensaciones y aprender a cuidarlo. Un niño o una niña que puede
nombrar las partes de su cuerpo (incluyendo el pene, el escroto o la vulva) y que ha
aceptado que es parte de él, es más capaz de cuidarlo y defenderlo. También es importante
para ellos conocer las diferencias y aprender que tanto los niños como las niñas son
valiosos y pueden realizar actividades similares. En esta étapa aprenden a amar a sus
figuras importantes primero (los padres, los hermanos) y a las personas que los rodean,
pueden tener sus primeros enamoramientos infantiles (que son diferentes de los
enamoramientos de los adolescentes) y también viven las primeras separaciones o pérdidas,
aprenden a manejar el dolor ante éstas. En cuanto a la reproductividad, empiezan a aprender
a cuidar de los más pequeños (pueden empezar con muñecos o mascotas) y van
desarrollando su capacidad reproductiva. También tienen grandes dudas sobre su origen,
generalmente las dudas que tienen con respecto a la relación sexual necesitan la aclaración
del sentido amoroso y del deseo de tenerlo que tuvieron sus padres. Les resulta interesante
el embarazo y el nacimiento en un sentido de conocer su propio origen. Sobre todo será
importante indagar la pregunta y respondarla al nivel de conocimiento de acuerdo a la edad
del menor.

La sexualidad adulta contiene los cuatro elementos en una interacción constante. Por
ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se
sienta más libre de sentir placer y de buscarlo ella misma. Esto genera un ambiente de
cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez
repercute en las actividades personales o familiares que expresan la reproductividad. En
realidad podríamos empezar por cualquiera de los holones en estas repercusiones positivas
o también negativas.

Cada uno de los holones presentará problemas muy específicos. Así, encontramos en el
holón del género los problemas de homofobia, violencia contra la mujer, inequidad de
género, etcetera. En el holón de la vinculación afectiva se encuentran las relaciones de
amor/odio, la violencia en la pareja, los celos, el control de la pareja. El holón del erotismo
presentará problemas tales como disfunciones sexuales o las infecciones de transmisión
sexual. En cuanto al holón de la reproductividad se observan dificultades de fertilidad,
violencia y maltrato infantil, abandono de los hijos, etc.

Al igual que los animales, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines
reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el
placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y
la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un

sentido religioso o espiritual al acto sexual (Véase Taoísmo, Tantra), así como ven en ello
un método para mejorar (o perder) la salud.

La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura,


su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los
instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base de gran parte
del comportamiento sexual humano siguen siendo los impulsos biológicos, aunque su
forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una
gama muy compleja de comportamientos sexuales. En muchas culturas, la mujer lleva el
peso de la preservación de la especie.

Desde el punto de vista psicológico,la sexualidad es la manera de vivir la propia situación.


Es un concepto amplio que abarca todo lo relacionado con la realidad sexual. Cada persona
tiene su propio modo de vivir el hecho de ser mujer u hombre, su propia manera de situarse
en el mundo, mostrándose tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de
género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada, con el significado que
cada persona dé a este hecho. La sexualidad se manifiesta a través de los roles genéricos
que, a su vez, son la expresión de la propia identidad sexual y de género.

La diversidad sexual nos indica que existen muchos modos de ser mujer u hombre, más allá
de los rígidos estereotipos, siendo el resultado de la propia biografía, que se desarrolla en
un contexto sociocultural. Hoy en día se utilizan las siglas GLTB (o LGTB) para designar
al colectivo de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales.

La sexualidad se manifiesta también a través del deseo erótico que genera la búsqueda de
placer erótico a través de las relaciones sexuales, es decir, comportamientos sexuales tanto
autoeróticos (masturbación), como heteroeróticos (dirigidos hacia otras personas, éstos a su
vez pueden ser heterosexuales u homosexuales). El deseo erótico,(o líbido) que es una
emoción compleja, es la fuente motivacional de los comportamientos sexuales. El concepto
de sexualidad, por tanto, no se refiere exclusivamente a las “relaciones sexuales”, sino que
éstas son tan sólo una parte de aquel.

Referencias
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2006). Defining sexual health Report of a
technical consultation on sexual health 28–31 January 2002. Ginebra: OMS

Rubio, A. E. (1998). Introducción al estudio de la sexualidad. En Pérez, F. C. J.; Rubio, A.


E. (Eds.) Antología de la sexualidad humana. 2ª ed. (pp. 17-46). México: Conapo. (trabajo
original publicado en 1994)

World Association for Sexual Health; Organización Panamericana de la Salud (OPS)


(2000). Promoción de la Salud Sexual Recomendaciones para la acción. Antigua: OPS.

El amor platónico es una de las expresiones imprecisas en las cuales se concede


una importancia más espiritual que sensual al amor. Propiamente hablando, es una
elevación filosófica de la manifestación de una idea hasta la contemplación de la misma,
que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su
esencia. Es una forma de amor y amistad en que no hay un elemento sexual o este se da de
forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.

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