CapITULO Iv .
EL APOGEO DEL MUNDO BURGUES (1848-1914)
1. El triunfo del capitalismo
La segunda mitad del siglo XIX corresponde indudablemente a la época del
triunfo del capitalismo. El triunfo se manifestaba en una sociedad que, ha-
biendo asumido los valores burgueses, consideraba que el desarrollo econd-
mico radicaba en las empresas privadas competitivas y en un ventajoso
juego entre un mercado barato para las compras —incluyendo la mano de
obra— y un mercado caro para las ventas. Se consideraba que una econo-
mia sobre tal fundamento, y descansando sobre una burguesia cuyos méri-
tos y energias la habfan elevado a su actual posicién, iba a crear un mundo
no slo de riquezas correctamente distribuidas, sino también de razona-
miento, ilustracién y oportunidades crecientes para todos. Con el capita-
lismo triunfaban la burgues‘a y el liberalismo, en un clima de confianza y
optimismo que consideraba que cualquier obstéculo para el progreso podia
ser superado sin mayotes inconvenientes.
Capitalismo e industrializacién
En la segunda mitad del siglo XIX, el mundo se hizo capitalista y una sig-
nificativa minorfa de paises se transformaron en economfas industriales. Es
cierto que, por lo menos hasta 1870, Inglaterra mantuvo su primacta en el
proceso de industrializacién y su indiscutible hegemonia dentro del drea
capitalista. La misma industrializacién que comenzaba a generarse en el
continente europeo amplié la demanda de carbén, de hierro y de maqui-
narias britdnicas. Incluso, la prosperidad permitia una mayor demanda de
bienes de consumo procedentes de Inglaterra. De este modo, una rama tra-
dicional como la textil experimenté un notable progreso basado en la ma-
yor mecanizacién de la produccién: entre 1857 y 1874 el numero de
telares mecdnicos se habia elevado en 55%. La mineria y la siderurgia, por
su parte, también mantenfan un elevado nivel de crecimiento: hacia 1870150 SUSANA BIANCHI
todavia més de la mitad de la produccién mundial de hierro procedia de
Inglaterra. Esta primacfa industrial estaba ademas complementada con el
predominio en el comercio internacional.
Sin embargo, la posicién inglesa parecfa amenazada. La misma
Revolucién Industrial habfa desencadenado procesos de industrializacién
en un pufiado de paises europeos como Francia, Bélgica y Alemania, a los
que pronto se agregarfan otros, ubicados fuera de Europa, como Estados
Unidos y Japon. Eran sin duda una minorfa de paises, en un mundo que
continuaba siendo predominantemente rural, pero sus efectos resultarfan
notables.
En Francia, durante el perfodo del Segundo Imperio, al calor de la
prosperidad econémica de los afios 1850-1870 y por politicas que la favo-
recian, la industria pudo conformar una estructura productiva moderna
donde se impuso el sistema fabril. Es cierto que, a diferencia de lo que ocu-
rrié en Inglaterra o en Alemania, la produccién en pequefia escala perdurd
con tenacidad. Mientras la industria moderna se concentraba en algunos
puntos Paris, Lyon, Marsella, la Lorena, en el resto de pafs se mantenfan
las viejas estructuras productivas. La clave para explicar la lentitud de la in-
dustrializacién francesa puede encontrarse en la sociedad agraria: el predo-
minio de la pequefia propiedad frenaba la conformacién del mercado
interno y el éxodo de la poblacién del campo. Hasta fines del siglo XIX,
Francia continuaba siendo un pais mayoritariamente rural.
Sin embargo, el impulso para la industrializacién provino de las polf-
ticas del Estado y de sus necesidades estratégicas. Dicho de otra manera, el
impulso dado por el Segundo Imperio a la construccién de ferrocarriles —al
otorgar favorables condiciones a las empresas concesionarias, garantizar a
las Iineas recién construidas un beneficio del 4% sobre el capital, y otorgar
préstamos que cubrieran buena parte de la inversién inicial- sentaron las
bases de la industria francesa. En efecto, el desarrollo ferroviario trajo apa-
rejado una gran demanda para la siderurgia y estimulé las inversiones ha-
cia la industria pesada. Incluso, el grueso de la produccién metaltirgica se
concentré en grandes empresas cuyas fabricas no tenfan precedentes en In-
glaterra tanto por su tamafio como por su organizacién.
La primera etapa de la Revolucién Industrial inglesa —la de los texti-
les— se habfa basado en innovaciones tecnolégicas sencillas y de bajos cos-
tos pero éste no era el caso de Francia que se incorporaba al proceso de
industrializacién en una etapa mucho més compleja —la de los ferrocarri-
les— y que exigia una gran acumulacidén de capitales. Sin embargo, el obs-
téculo pudo ser superado por la capacidad de adaptacién del sistema
bancario francés que pudo concentrar el capital repartido entre millares deHISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL 151
pequefios ahorristas y orientarlo hacia las actividades productivas. En este
sentido, el sistema bancario francés parecfa mostrarse mds permeable a los
requerimientos de la industria que el sistema britanico. No sélo la alta ban-
ca tradicional orienté parte de su cartera de créditos al sector industrial, si-
no que aparecieron nuevas casas bancarias adaptadas a tal fin. Es el caso,
por ejemplo, del Credit Mobilier, fundado en 1852 por los hermanos Pe-
reire, que estimuls el ahorro para volcarlo hacia las empresas ferroviarias
industriales. Incluso, la ley de 1867 por la que el Estado autoriz6 fa libre
constitucién de sociedades andénimas fue un instrumento que permitia ca-
nalizar el pequefio ahorro y concentrar capitales para Ja inversibn.
De este modo, a partir de las iniciativas del Estado y de la participa-
cién del capital bancario, a pesar de las dificultades que desde 1870 pudie-
ron afectar el desarrollo del capitalismo industrial francés, éste mantuvo su
ritmo de constante crecimiento. Asi, en los primeros afios del siglo XX,
Francia posefa ya el perfil de un pais industrial moderno.
La industrializacién alemana —con su principal polo en Prusia~ tam-
bién arrancé en la década de 1850 estrechamente ligada al desarrollo de
una red ferroviaria que, hacia 1870, era la mds densa del continente. La
construccién de ferrocarriles permitié cuadriplicar la produccién de hierto
entre 1850 y 1870, y en este ultimo afio, Alemania ya ocupaba el segundo
lugar entre los paises europeos productores de hulla. Incluso, la industria
quimica tuvo un importante desarrollo en la década de 1860 a través de la
explotacidn de las potasas de Stassfurt. De este modo, Alemania, més que
ningtin otro pafs europeo, pudo basar su proceso de industrializacién en la
industria pesada, en la mecanizacién intensiva y en el pronto desartollo de
grandes establecimientos fabriles, En esta linea, su industrializacién alcan-
26 un ritmo extraordinario: en 1893, Alemania ya superaba a Inglaterra en
la produccién de acero, y en 1903, en la produccién de hierro.
3Cudles fueron los factores que impulsaron el acelerado desarrollo del
capitaliso industrial en Alemania? En primer lugar, a diferencia de Fran-
cia, el mundo rural no constituyé un obstaculo para la industria. La con-
centracién de la tierra en grandes propiedades y la modernizacién de la
agricultura —que Ilevé a los terratenientes a racionalizar sus explotaciones
mediante la mecanizacién— obligé, sobre todo en las regiones orientales, a
millones de trabajadores agricolas a abandonar el campo. Muchos emigra-
ron al exterior, pero también muchos fueron absorbidos por Berlin, Ham-
burgo y los nuevos centros industriales de Alemania occidental, sobre todo
en la regién del Rhur, formando una importante reserva de mano de obra
para la industria en expansién.
En segundo lugar, como en el caso de Francia, el sistema bancario tu-