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Revista Iberoamericana de

DERECHO PROCESAL GARANTISTA

EL TEATRO COMO HERRAMIENTA PARA


ENSEÑAR DERECHO PROCESAL
Desde Parménides hasta Madame Bovary

Por: José Ramón Cerato

Abogado - Maestrando Derecho Procesal (U.N.R.)


Juez de Cámara en lo Civil, Comercial, Minas y Laboral
Profesor de Derecho Internacional Público y Comunitario (Abogacía)
Av. 25 de Mayo ext. Sur n° 25, Bo. Lafinur, Villa Mercedes (5730), San Luis,
542657420668.- Argentina.
cerato@e-sanluis.net; cerato@live.com.ar; ceratojr@hotmail.com

INDICE

I.- Abstract
II.- Desarrollo
1.- 1.- Derecho
1.- 2.- Derecho Procesal
2.- 1.- Enseñanza
2.- 2.- Enseñanza del Derecho
2.- 3.- Enseñanza del Derecho Procesal
3.- 1.- Realidad y Derecho Procesal.
3.- 2.- Teatro y Derecho Procesal.
4.- Propuesta Metodológica
4.- 1.- Objetivos
4.- 2.- Espacios y contenidos
4.- 3.- Herramientas
4.- 4.- Evaluación

III.- Citas y Notas


IV.- Bibliografía
V.- Conclusiones.

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LA ENSEÑANZA DEL DERECHO PROCESAL
Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

Abstract

Se delinea para el Derecho Procesal una metodología de clases teóricas y


reuniones prácticas, con esquemas de identificación de conceptos básicos,
talleres y seguimientos generales y personalizados (como tutorías de aula
y especificas), convergiendo en un paralelismo con el teatro desde el esce-
nario y desde la sala, tras bambalinas y delante de ellas.

En base a ello se identifican objetivos, planificación y evaluación.

O de cómo conciliar la verdad de la que habla Parménides (Proemio a


poemas en hexámetros) junto al pedido de Leonardo Da Vinci (dadme
justicia pero también la razón), en el camino de los reclamos de Madame
Bovary (pluma de Gustave Flaubert) y del concepto La venganza de
Atahualpa, de la mano de Juan Valera.

Desarrollo

1.1.Derecho

Bien podría explayarme con largas citas e interesantes devaneos, pero


por el titulo que nos convoca estamos mirando hacia un futuro concre-
to de procesalistas en potencia que entrarán en acto, por ello opto por
comenzar citando que «…se ponen en crisis los modelos canónicos de
ciencia jurídica…intentan poner de manifiesto los limites explicativos
de las concepciones aceptadas; es decir «crítica de la teoría». … en la
tradición de las filosofías críticas, no solo procuran describir un deter-
minado campo objetivo sino también transformarlo. En eso «teoría
crítica»…» 1

Compartida o no la posición crítica como se plantea, lo cierto es que en


Derecho en general de lo primero que hablamos en estos tiempos es de
una Carta constitutiva, del acuerdo básico programático y organizativo,
del que se desprenden luego todos los códigos, para países con codifi-

.- Carlos María Cárcova en Prologo a 1ra. Edición «Materiales para una Teoría Critica del Derecho»,
1

Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As., Argentina, 2006, Pág. XII.

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cación; o de un núcleo de leyes constitucionales, del que se desprenden


todas las pocas leyes y sí mucho precedente (también llamada jurispru-
dencia en otros países, para donde no hay la formal Carta como instru-
mento uno.

Aquí llegamos a otra consideración siguiendo la línea citada para lle-


gar a propuestas de: «… constitución de una teoría de la ideología y su
intima vinculación con el derecho,… el fenómeno de la juridicidad
como discurso y como práctica social…»2 y su consecuencia «… un
nuevo análisis funcional que torne explicitas las articulaciones de lo
jurídico con las dimensiones de la historia, la ideología y el poder.»3

Más que una crisis de ideologías o de sistemas, lo que observo campear


es una crisis de conceptos que se resisten a la evolución y la realidad. El
derecho forma parte de la vida cotidiana y nace de la realidad de todos
los días, de manera que no podemos conceptualizar algo divorciado de
lo que es su esencia, la relación intersubjetiva.

1. 2.Derecho Procesal

Desde la torre de marfil de los conceptos, hacia lo cotidiano, encontra-


mos a lo largo de la historia planteos que sirven de disparadores para
utilizar una vía heurística de delinear, o una manera de desbastar la
piedra y encontrar la escultura que hay en su interior.

Así antaño podíamos escuchar: «… Es preciso que te aprendas todo,


tanto el imperturbable corazón de la Verdad bien redonda, como las
opiniones de los mortales, en las que no hay verdadera creencia. Sin
embargo aprenderás también cómo lo que se cree debería ser acepta-
ble, porque penetra totalmente las cosas»4
2
.- Carlos María Cárcova en Prologo a 1ra. Edición «Materiales para una Teoría Critica del Derecho»,
Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As., Argentina, 2006, Pág. XIII.-
3
.- Carlos María Cárcova en Prologo a 1ra. Edición «Materiales para una Teoría Critica del Derecho»,
Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As., Argentina, 2006, Pág. XIV.-
4
.- Parménides, El Proemio, 288, Fr. 1 (Sexto, adv. Math. Vii, 3 (versos 1 a 30), Simplicio de caelo 557,
25 y ss (versos 28 al 32). Estoy citando los últimos. A Parménides se le atribuye un sólo «tratado» (Dióg.
L. i, 16, DK 28 A 13). Fragmentos importantes de esta obra, un poema en hexámetros, subsisten gracias
a Sexto Empírico, en gran medida (conservó el proemio) y a Simplicio (que transcribió amplios extrac-tos
en sus comentarios al de caelo y a la Física de Aristóteles, «de-bido a la rareza del tratado».

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Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

No es una cuestión menor al hablar en el presente de Derecho Procesal,


qué es lo jurídico y lo metajurídico, y cómo divide ideologías, ya no
solo ramas del derecho, la diferencia entre el Juez que busca «La Ver-
dad» o la «Verdad Real», contra el Juez que se convence de «la verdad
confirmada en el proceso por una de las partes».

No sólo la cita de Parménides nos sirve de disparador para el camino


desde el reino de los conceptos a lo creído por un grupo humano, sino
desde la Moral ideal hacia la moral media de una coordenada en el
tiempo y en el espacio para considerar.

Y es tan de la vida cotidiana que por ello el título y el tema traído en


este punto en que se esperaba ampulosa definición, con el otro extre-
mo en el tiempo de la cita, una obra literaria, con una Madame Bovary
de agitada vida (por decir lo menos), final a dos capítulos arsénico de
por medio y desgracia económica heredada desde ella hasta el viudo
con hermosa hija.

Una de sus escenas de esta vida en papel y tinta5 nos lleva al otro
extremo del proceso: «…Al entrar en su casa, Felicidad le enseñó detrás
del reloj un papel gris. Emma leyó: «En virtud de traslado, en forma
ejecutoria de una... sentencia...» ¿Qué sentencia? En efecto, la víspera,
habían traído otro papel que ella no conocía; por eso quedó estupefacta
ante estas palabras:

«Requiriendo en nombre del rey, la ley y la justicia, a Madame Bovary...»


Entonces, saltando varias líneas, vio:

«En un plazo máximo de» —¿cómo, pues?, ¿así?-.


«Pagar la suma total de ocho mil francos.»…
« … Ella protestó de la cuantía de la deuda.
«-¡Ah!, ¡qué le vamos a hacer!, ¡el tribunal lo ha reconocido!, ¡hay una

5
.- «Madame Bovary» de Gustave Flaubert, obra literaria atrevida para todos los tiempos que desde las
centurias regresa a consideración en particular cuando el tratamiento es la sexualidad y la mujer como
persona; traducción del autor sobre archivos propios. (hay libros difíciles de conseguir hoy por causa
de «index» de obras que todos niegan, pero que las editoras y distribuidoras atienden bajo el ropaje de
razones gerenciales o económicas).-

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sentencia!, ¡se la han notificado! Además, no soy yo, es Vinçart.


«-¿Es que usted no podría...?
«-¡Oh, nada en absoluto!
«-Pero..., sin embargo..., razonemos.»
Dejamos aquí la literatura, el derecho procesal atiende una realidad en
la que lo que se prueba es la verdad y no ingresa en él otro concepto, y
regula lo que es el objeto de un proceso, sabiendo que el caso juzgado
aspira a la paz social, lo que no significa que lo logre, por eso tiene
según las ideologías conceptos que pretenden ser absolutos, prescin-
diendo que la única paz social posible es que regule algo en que todos
crean, aunque quien probó su verdad no la posea realmente.

2.1. Enseñanza

Es de la psicología de la enseñanza y no de los novísimos compiladores


de obras gerenciales, que de lo que se trata todo es de un proceso de
cambio. Esto es que lo más perdurable no es «te inserto a martillazos
estos conceptos», sino una verdadera dinámica que va creciendo. Es
por ello que en los tiempos más actuales ya no se discute la existencia
de un «aula interactiva».

Esto es el fin de la ruptura rumbo a te acompaño a partir de lo que


tienes.

El fin del efector docente como ajeno a la realidad del alumno, rumbo
a compartimos la misma realidad a partir de la cual tengo estas cosas
nuevas que compartir.

El fin del libro único y la palabra indiscutible, para ir a mostrar herra-


mientas y métodos, dudar sistemáticamente y encontrar los elementos
nuevos, compartirlos, criticarlos o tomarlos.

Sin ánimos de abundar en ciencias ajenas al derecho, y muy


rudimentariamente explicado tenemos como tres capas (algunos gus-
tan decir tres personalidades), la una la vemos, nos contesta, hace ges-
tos, dice si, o dice no; la segunda vigila la primera, evalúa qué le con-

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Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

viene, y a veces (las más de las veces) prepara una estrategia para fingir
que esta de acuerdo en la medida que le conviene no discordar.

Pero hay un tercer núcleo que es el real, de lo que realmente uno


piensa, quiere y no quiere, para llegar allí, pero fundamentalmente
para medir si se llegó y cuanto, es que se apela a lo que uno dice y hace
fuera de la formalidad del aula de la clase magistral y los exámenes
escritos de 10 preguntas que correctamente contestadas deben decir
textualmente lo que dice el manual.

Y en ese ambiente libre del taller, de la expresión, del «no ojo omnipre-
sente calificador», es realmente adonde asoma la tercera y verdadera
personalidad «haciendo» con el otro, y «haciendo saber» al otro, eso es
lo que se mide.

Tema discutido, y seguramente que presentará debate (o no), pero


rumbo a otro tiempo posterior a la transición de éste.

2.2. Enseñanza del Derecho

De lo que se trata fundamentalmente es de adquirir las destrezas y


habilidades propias de la rama de ciencia y arte de que se trata, sobre
ello comenzamos con conceptos básicos. Sin dejar de apreciar que hay
un sistema jurídico como sistema con cierta dosis de caos pero con
principios fundamentales. A esto último apuntamos, sin perder de vis-
ta la sinceridad intelectual de lo primero.

En ese camino, se busca convenir una precisión en los conceptos jurídi-


cos, para saber que hablamos de lo mismo.

Esto en particular no es menor, y ocurre en todos los países, tomo una


cita de uno en el que tan cordialmente nos recibieran en pasados en-
cuentros: «…La Ley 904 de 2004 le otorga un uso multívoco al concepto
de «impugnación»…por momentos, la ley equipara de manera genéri-
ca la impugnación a los recursos. … de otro lado algunas veces la ley
asimila la impugnación a un recurso en particular…en tercer lugar, la

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ley también retoma el concepto genérico de oposición o controversia


para referirse a la impugnación de competencia…. Finalmente, la im-
pugnación (impeachment) como aplicación o técnica del contrainte-
rrogatorio es a lo que realmente la ley denomina impugnación de la
credibilidad del testigo….Conviene precisar que el procedimiento de
impugnación de la credibilidad del testigo tiene por finalidad cuestio-
nar ante el juez la credibilidad del testimonio. Nótese que esta finali-
dad es sutilmente distinta, pero complementaria, a la del contrainte-
rrogatorio: refutar, en todo o en parte, lo que el testigo ha contestado,
lo que demuestra que impugnación y contrainterrogatorio no son tér-
minos sinónimos.»6.-

A la hora de ejercer el derecho, y siempre en evitar la definición que se


espera en este tipo de trabajos, existen múltiples sujetos sobre los que
se debe averiguar qué «convinieron» significa una determinada pala-
bra que puede significar muchas cosas, lo que se empeora a la hora de
la redacción de leyes.

Esto es al enseñar derecho se ha de transportar desde lo que «yo convi-


ne que significa» a razonemos juntos todo lo que significa y convenga-
mos juntos qué palabra hubiera designado unívocamente (si la hay)
ese concepto.

2.3. Enseñanza del Derecho Procesal

Si lo que se pretende es un acercamiento a la realidad, indiscutible-


mente es excluyente compartir metodología del razonamiento, pero
ello además en conjunto con lo que ahora se suelen denominar habili-
dades comunicativas.

Se apunta a lograr una capacidad de análisis y de crítica de la realidad


legislativa y judicial, ello por el camino de evaluar otras soluciones
para los casos que en la realidad o en la hipótesis se utilizan como
material de estudio.
6
.- Opinión Jurídica, Vol. 7, n° 13, Sello Editorial Universidad de Medellín, enero – julio de 2008, La
impugnación de la credibilidad de testigos en el sistema penal acusatorio, Alejandro Decastro González,
págs. 167/168.

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Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

Y no quedaría completo ello sin que se llegue a una práctica seria de


cuestionar las propias posiciones, como ejercicio para entender al otro.
Quien logra entender al otro, puede entender los intereses no propios,
y esto último permite combinaciones, conjugaciones y eventuales di-
soluciones de conflictos o al menos resoluciones razonables.

Esto es la meta final es tener clara formación para arribar a la coheren-


cia en las conclusiones.

Cuando tratamos de enseñanza de algo, estamos en un campo de in-


vestigación, para nuestro caso de una ciencia social, por lo tanto no es
un objeto – uno, sino que importa la intersección de las más diversas
disciplinas sociales. Eso nos lleva a ajustar las miras en los métodos
que se utilizan y que se pretenden transmitir, pues de lo que se trata
fundamentalmente es de formar quien debe llegar a explicar el pasado
junto a la confirmación de él y de quien debe convencerse de cómo fue
el pasado distinto contado por cada parte.

En definitiva no hay interacción entre los integrantes del aula, sin


práctica concreta.

No abandono este punto sin subrayar las habilidades comunicativas,


que ha pasado a ser un dato no menor de la realidad y también de esta
rama del derecho.

«Atendiendo a los desarrollos y revisiones de la noción de ciudadanía


que vienen del campo de la teoría política podemos decir que ella
alude hoy, mas que a un conjunto de derechos y obligaciones con rela-
ción al Estado, a una practica, a un modo especifico de aparición de los
individuos en el espacio publico, caracterizado por su capacidad de
reivindicar su derecho a tener derechos y de constituirse como sujetos
de demanda y proposición en diversos ámbitos vinculados con su ex-
periencia. … ese modo de aparición de los individuos en el espacio
público va a vincularse conceptual y empíricamente a la crisis de los
modos tradicionales de representación y acción colectiva y a la

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centralidad de los medios y tecnologías de la información en la consti-


tución de la esfera pública.»7.-

3.1. Realidad y Derecho Procesal.

Dado que todo se origina por relaciones intersubjetivas que llevan a


veces a un conflicto, siendo el derecho procesal quien trata del proceso,
y este lo propio para disolver o resolverlos ha de reflejarse al enseñar-
lo a las relaciones intersubjetivas, y al conflicto como pauta inicial para
comprender el método.

Una propuesta es el teatro, esto es «actuar» los sujetos que se relacio-


nan y llegan a un conflicto, en conjunción con quienes en diversos
caracteres intervienen, asisten, sufren sus efectos o simplemente lo
presencian.

Si no hay proceso sin conflicto, ni conflicto sin relaciones intersubjetivas,


no se puede enseñar derecho procesal sin relacionarse
intersubjetivamente, y «actuando» los roles del caso particular que se
adecua al contenido general de la materia.

Hay constituciones que poseen garantías del proceso, pero hay tam-
bién códigos procesales que las contienen explícitamente8. Hay nor-
mas procesales de los primeros y hay códigos o leyes de fondo que
tienen normas procesales, muy en particular de la denominada (no sin
críticas certeras por cierto) valoración de la prueba, en particular en los
Códigos Civil y de Comercio.

Hay conceptos no novedosos –y por ello no menos importantes- como


el debido proceso, pero hay otros de neta construcción moderna, que

7
.- Anagramas, Vol. 6, n° 12, Sello Editorial Universidad de Medellín, Colombia, enero/junio 2008,
Democracia comunicativa: nuevas formas para la intervención ciudadana, Lic. Maria Liliana Córdoba,
pág. 81
8
.- Caso de Perú: en su Texto único ordenado del Código Procesal Civil, como Resolución Ministerial n°
10 – 93 – JUS, promulgado el 8 de enero de 1993, y publicado el 23 de abril de 1993, que en su Título
Preliminar, Artículo I. Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva norma: «Toda persona tiene derecho
a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a
un debido proceso.»

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impactan en el proceso, como atender las diferencias económicas como


ejercicio real de los derechos humanos entendidos como tales en su
plenitud.9

Todo lo descripto nos lleva a dos temas inmediatamente, la realidad


habitual y la complejidad de lo que ocurre en ella. Y ambos elementos
más que estudiarse desde lo estático pasan su posibilidad de compren-
sión por lo dinámico y participativo.

Cómo en consecuencia crear un modelo controlado? Ya comenzamos


mal por las connotaciones de control.

Prefiero el acompañamiento, la guía, el integrante del mismo grupo en


el contexto del descubrimiento.

Desde el imponer hacia el encontrar dentro de si el saber que estaba y


no se aplicaba, el partir de lo que se tiene hacia lo que se adquiere.

3.2.Teatro y Derecho Procesal.

Los actores se presentaban en papeles y con su máscara o rol, viviendo


el personaje y el guión. No era la realidad, era la representación de la
realidad, pero se la trataba de mostrar como esta última.

La realidad suele ser cruda e irreverente, pues dirigiéndose por un


problema de herencia litigiosa es Leonardo Da Vinci quien como buen
mortal pide: «… a fin de que no sólo me haga justicia, sino que pronun-
cie una decisión en mi favor. A Hipólito, Cardenal de Este, en Ferrara,
Florencia, 18 de septiembre de 1507. Leonardo Vincius, pintor.» 10.-

9
.- Constitución de la Provincia de San Luis, Argentina, que en el artículo 16 que trata de la Igualdad ante
la Ley, además norma: «…Deben removerse los obstáculos de orden económico y social que, limitando de
hecho la libertad y la igualdad de los habitantes, impiden el pleno desarrollo de la persona humana y la
efectiva participación de todos los habitantes en la organización política, económica y social de la
Provincia.»
10
.- La carta es transcripta en diversas compilaciones: Edmundo Solmi en su compilación titulada Leonardo
da Vinci, Frammenti letterari o filosofici (Firenze, G. Barbera editore, 1900); Luca Beltrami (vol. XXII
de la serie de Gli Immortali, Istituto Editoriale Italiano, s. f.). María Herzfeld: Leonardo da Vinci, der
Denker, Forscher und Poet, verlegt bei Eugen Diederichs, Iena, 1926.

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A veces casi mística en la retaliación primigenia, como refleja Juan


Valera en su «La Venganza de Atahualpa», el autor propone en su obra
de teatro que no hizo falta juzgamiento alguno por los sucesos de
América durante la conquista y pretende demostrar el triste fin de sus
actores españoles, lo que ejemplifica en el final del cuadro como duelo
en el que triunfante opositor le aclara al yaciente perdidoso que se
trata de la venganza de Atahualpa, lo que da nombre a la obra.11

El derecho procesal es la ciencia del teatro de la vida, y nos lleva para


conocer el proceso, a un escenario en el que dos sujetos en conflicto se
sujetan a un guión y cada uno vive su papel con su máscara o rol,
viviendo su afirmación o negación, en los tiempos pactados de ante-
mano para asistir a esta especial forma del derecho, que es en definiti-
va buscando la paz social, una ritualización de la violencia.

Obsérvese que pese a doctrinas que no lo aceptan, en todo lo transigible,


en realidad todo es pactable por las partes, no solamente los tiempos,
sino la obra misma que van a representar y sus reglas.

Si vemos que en todo lo que vengo planteando campean términos


como máscaras o roles, papeles, ritual, teatro, escenario, personajes, no
puede el alumno ser sólo es espectador que se solaza, sino que se está
preparando para ser actor.

Para ser actor de teatro, han de manejarse conceptos esenciales y bási-


cos, y perfeccionar un soporte teórico a través de talleres, desde lo
individual, de a dos, y hasta en grupo.

Desde ello hacia la autoevaluación, como actor y asistente al proceso


grupal.

4. Propuesta Metodológica

El antiguo teatro tenía lugar en tiempos reales, esto es la obra utilizaba


el recurso temporal como el mismo era en realidad. No en vano mu-

.- Madrid 1878, publicado en Obras Completas, To. XVI un incunable dedicado a la Marquesa de
11

Heredia.-

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Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

chas obras mantienen la división en «jornadas» y no en capítulos o


cuadros.

Propongo la enseñanza del derecho procesal como proceso de ense-


ñanza y no como acto.

Proceso que involucra a todo el grupo en donde el profesor debe inser-


tarse como miembro y no desde la ajenidad.

Proceso en el que la clase magistral como soporte teórico es una guía y


facilitación para el estudio de los conceptos esenciales y básicos.

Y en una segunda función como capacitador o entrenador el profesor


ayuda a trabajar en sucesivos grupos cada vez más grandes para actuar
el proceso.

El colofón, ya desde una asesoría técnica como parte del grupo es ser el
público que observa, critica, sostiene y propone otras soluciones o
guiones.

No se trata solamente del denominado «role playing» o teatro de ro-


les, sino de toda la obra y desde todos los ángulos.

4.1.Objetivos

Como objetivo de la enseñanza del derecho procesal se aspira a la


formación en derecho procesal del alumno, y en el mismo camino
desarrollar habilidades pertinentes a la especialidad o incumben-
cia, para lo que debe trabajar las competencias concretos, esto es
que utilicen todo el acervo personal y jurídico para entrenarse en el
derecho que estudian, con una clara óptica multidisciplinaria.

Esto es que si más que método señalamos proceso, ello implica


planificar los momentos de reflexión y la formación de pensamien-
to crítico.

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De esta manera no quedar en la mera presentación y divorcio entre


lo teórico y lo práctico, sino hacia una tarea común de todos acto-
res, y no actores y publico, con permanente interrelación a la prác-
tica, para llegar a una tarea común en que haya y se intercambien
los roles de actores y publico, con capacidad de critica y autocrítica,
evaluación y autoevaluación, sostén de posiciones, crítica de posi-
ciones, creación de nuevas posiciones.

Algunos autores ya se asoman al tema sin nombrarlo: «… d) Los


desafíos del siglo XXI. … 1) Sistematización orgánica, funcional y
legislativa. …Una formación de los operadores jurídicos acorde
con la tarea que deban realizar, que no solo comprende el derecho
sino las relaciones interpersonales, la organización y los métodos,
contando con los avances científicos y tecnológicos en la aplicación
de la tarea…12.-

El hecho pertinente de cualquier manera existe: en teatro desde el


griego con tiempos reales y platea integrada, hacia el denominado
contemporáneo con el espectador solo como tal, y la obra allá arri-
ba y lejos en el escenario, pasando por un modernismo del no
escenario, y actores interactuando con el publico, hasta el
postmoderno en el que manteniendo lo último se suma el conteni-
do sobre la realidad que se intenta reflejar (o imponer, aquí como
en el derecho tampoco hay ingenuos).

Así la enseñanza de un Derecho Procesal divorciado de la realidad


concreta del alumno, es solo un muestrario de rigideces que luego
con el tiempo degeneran en fundamento de lo que la práctica y la
necesidad imponen al abogado o postgraduado.

No se trata de sacrificar la teoría en el altar de la práctica, ni mero


pragmatismo, sino de no sacrificar la práctica en el altar de la teo-
ría.

12.- Tratado de Derecho Procesal civil y Comercial, To., Parte General, Enrique M. Falcón, Ed. Rubinzal
Culzoni, Sta. Fe. Argentina, enero de 2006, págs.78/79.-

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4.2. Espacios y contenidos

Hay poco al respecto, un acercamiento nos lleva a una batería de


sesiones teóricas, sesiones prácticas y tutorías.

Aquí comienza a perfilarse otra cosa, hay que conectar todo en


talleres como actividad del individuo y luego del grupo; Desarro-
llo la habilidad procesal, la critico, construyo otra, descubro otra.

No soy afecto al término tutoría, pero ubica rápidamente en lo


pedagógico el tema que hace a relacionar lo teórico, el taller y lo a
desarrollar en las denominadas sesiones practica.

La tutoría es del conjunto, o áulica, o bien especificada en un tema y


a un individuo o subgrupo.

Aquí aparece una especial red con una herramienta relativamente


moderna y que se ha popularizado como campus virtual, que inte-
gra todas las actividades.

A la hora de determinar lo teórico hay que delinear grupos de los


conceptos básicos.

Y aquí nuevamente evito las definiciones, puesto que se trata de


material en permanente cambio: « …. La construcción de una ge-
nealogía del poder, implicaría la localización de las prácticas socia-
les generadoras y condensatorias de poder y de sus relaciones con
la producción del discurso jurídico».13 Pero además con permanen-
te cambio de entorno y reglas de juego: « … Las formas democráti-
cas y los valores que ellas movilizan, constituyen una adquisición
histórica que es el producto material de los antagonismos que los
hombres protagonizan en el proceso de alcanzar modelos de socia-
lizad mas justos, mas libres, mas humanos. … Es preciso radicalizar
la democracia, en la construcción de nuevos sentidos, en la innova-

.- «Materiales para una Teoría Critica del Derecho», Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As.,
13

Argentina, 2006. Discurso normativo y organización del poder, Ricardo Entelman. Pág. 219, nota 23.-

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ción, en el despliegue de horizontes utópicos que sirvan como guías


de la acción. De una acción humana que opere como praxis
transformadora del mundo y de la vida.»14.-

Conceptos provocadores, pero es que sin provocación no hay dis-


parador, y sin este último no hay emergente, de manera que lo
teórico fluya fácilmente a lo práctico como búsqueda del propio
alumno.

4.3. Herramientas

Desde lo netamente dinámico intento traer algunos conceptos no


como pontificación de las herramientas en si, sino sus condiciones.

La propuesta con el formato taller, permite asimilar en forma prác-


tica una determinada competencia específica. En esta materia pun-
tualmente nos lleva de a veces abstrusa cuestión a la misma traída
a la realidad, esto es la argumentación y razonamiento como prác-
tica reflexiva, ello buscando propuestas y asertividad en la defensa
de las propuestas propias o ajenas.

Si decimos plantear una visión muldisciplinaria en el derecho, fuerza


es notar que no es la única ciencia que lo está practicando.

«La ley que estructura, distribuye y organiza la institución social,


la ley que ordena y somete, no lo hace sólo por la fuerza física que
ella misma distribuye y esconde en su texto; somete también por la
manipulación del deseo y el control de los impulsos. Este texto,
sostenido por la ciencia jurídica, bien puede bordear las reflexiones
del psicoanálisis en tanto la función del superyo.

«Esta instancia del psiquismo, que ha resultado del ejercicio de una


interdicción a las exigencias pulsionales del sujeto, alberga en sí las

.- «Materiales para una Teoría Critica del Derecho», Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As.,
14

Argentina, 2006. Derecho y transición democrática. Alicia E. C. Ruiz y Carlos María Cárcova. Págs.
236 y 237.-

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Homenaje a Ariel Álvarez Gardiol

más paradojales situaciones. El amor y el odio, en conjunción me-


diadora de la pulsión sadomasoquista, aportan el texto terrorífico
de la culpa y el castigo, como ejercicio de una violencia autodirigida
o heterodirigida».15.-

Cuando vivimos tiempos en que la pregunta transcurre entre la


criminología y las soluciones de «derecho penal del enemigo», con
el asomo en replica del «derecho penal mínimo», vemos que la
explicación del por qué surge del plano de la realidad misma, por
lo que cualquier herramienta no puede ser ajena a esta última.

Y el grupo humano a veces tiene «rincones» en donde no quiere


otear: « … A ninguno escapa la gran influencia que imprime el todo
legal respecto de nuestra interrelación social; somos sujetos atrave-
sados por un discurso legal que nos delimita, nos marca lo que
podemos y no podemos hacer, como una especie de camino que
nos contiene. Es de tal magnitud y fuerza este discurso que se impo-
ne fuertemente en nuestro hacer diario y continuo, e incluso nos
organiza. No olvidemos que, según la teoría psicoanalítica, la so-
ciedad se funda en una prohibición, la prohibición del incesto, y es
esta tan fuerte que aparece y determina la organización social.»16.-

4.4. Evaluación

No puede obviarse en ningún sistema el cómo evaluar, ello surge


de la participación en la elaboración y defensa colectiva de pro-
puestas, como un punto de trabajo fácilmente documentable y sin
el aspecto formal de la «prueba» que la moderna pedagogía evita
como palabra y acto.

15
.- Entre la Psicología y el Derecho, Cruzamientos discursivos, compilado por Osvaldo Héctor Varela
y oo. Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As. Argentina, 2006, Las voces del silencio y la economía
del cuerpo supliciado, pág. 32.
16
.- Entre la Psicología y el Derecho, Cruzamientos discursivos, compilado por Osvaldo Héctor Varela
y oo. Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs. As. Argentina, 2006, Aportes a la psicología jurídica:
Desarrollos de nuevos paradigmas a partir del establecimiento de conceptos éticos en la especialidad.
Pág. 227.-

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Revista Iberoamericana de
DERECHO PROCESAL GARANTISTA

Resultados medibles fácilmente son las habilidades negociadoras


concretadas en el trabajo en común.

No llega este ultimo punto ni siquiera a un cambio de paradigma,


es una propuesta de cambio de método concreto: si no manejo con-
ceptos teóricos esenciales débil será mi defensa y fácilmente será
vencida por otro alumno, si no adquiero habilidades que algunos
prefieren bautizar transversales, mal puedo manejar la negocia-
ción.

Por el camino las evaluaciones parciales en el taller y en las tutorías


de aula, permiten detectar y trabajar las debilidades en las tutorías
individuales o de subgrupos.

BIBLIOGRAFIA

1.- Introducción al Estudio del Derecho Procesal, Adolfo Alvarado Vello-


so, Partes 1, 2 y 3, Editorial Rubinzal Culzoni, Sta. Fe. Argentina, 2000,
2004, y 2008.
2.- Opinión Jurídica, Vol. 7, n° 13, Sello Editorial Universidad de Medellín,
enero – julio de 2008.-
3.- Anagramas, Vol. 6, n° 12, Sello Editorial Universidad de Medellín,
Colombia, enero/junio 2008.-
4.- Tratado de Derecho Procesal civil y Comercial, To., Parte General,
Enrique M. Falcón, Ed. Rubinzal Culzoni, Sta. Fe. Argentina, enero de
2006.-
5.- Entre la Psicología y el Derecho, Cruzamientos discursivos, compilado
por Osvaldo Héctor Varela y oo. Ed. Lexis Nexos (Abeledo Perrot), Bs.
As. Argentina, 2006.-
6.- Materiales para una Teoría Critica del Derecho», Ed. Lexis Nexis
(Abeledo Perrot), Bs. As., Argentina, 2006.-

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