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LA NECRÓPOLIS
En la sala central del Museo, observa las lápidas, hechas de mármol o de otros
materiales, que hay colgadas en la pared. Escribe 3 nombres diferentes.
En las vitrinas, entre otros objetos, hay juguetes. Búscalos y explica cuáles
son y de qué o cuáles materiales están hechos.
En la sala también hay una muñeca de marfil y es una de las joyas de este
Museo. Fue encontrada en la tumba de una niña que murió cuando tenía 6
años.
Si te fijas en la sala que rodea a la sala central del Museo, hay unos sarcófagos
extraídos de la Necrópolis.
Obsérvalos bien: la forma, la decoración, los temas,...
Una vez estés fuera del edificio del Museo, da una vuelta por su exterior
mirando el tipos de sepulcros, entierros o sarcófagos que hay. Recuerda que
los romanos solían practicar dos tipos de enterramientos:
La cremación o incineración que consistía en quemar el cadáver y
recoger sus cenizas en una urna que posteriormente se guardaba o enterraba.
La inhumación consistente en colocar el cadáver en el interior de un
ataud y enterrarlo.
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“La figura del centro del sarcófago representa a un hombre / una mujer/, joven /
mayor. Tiene el pelo largo / corto, recogido / suelto. La cara es lisa / llena de
arrugas.”
TESTAMENTO
Yo, Lucius Lucretius Nicephorus, ciudadano de Tárraco, agradezco a los dioses que me han
permitido una vida brillante llena de honestidad y justicia y en estos momentos finales, en las
puertas de la muerte, dejo a mis queridos parientes la última voluntad para facilitar así el
deber sagrada de un entierro digno, a fin de no condenarme a vagar sin descanso como un
alma en pena.
Una vez me llegue la muerte tú, hijo mío, que ya eres mayor de edad, recogerás con un
beso mi último aliento, me cerrarás los ojos y me llamarás por mi nombre. Recuerda
ponerme debajo de la lengua una moneda para pagar a Caront y que me permita cruzar los
ríos del infierno con su barca. Ordenarás a las mujeres de la casa y a los esclavos que me
laven, perfuman, adornen y me revistan con la túnica y la toga para ser expuesto en el atril
sobre una cama mortuoria en medio de flores y adornos. Mandarás a un esclavo que me
haga la máscara mortuoria con cera y apagaréis la luz de casa en señal de duelo.
Contratarás músicos y llora cuerpos que tocarán música fúnebre y caminarás junto con mis
clientes llevando fajos, las azadas y las máscaras de los ancestros. Me transportaréis a
hombros por las calles de la ciudad seguido de parientes y amigos hasta llegar al Forum
donde harás una oración fúnebre en mi memoria. Finalmente, conduciréis mi cuerpo a la
pira funeraria donde las llamas darán cuenta de mis restos entre perfumes y presentes.
Recogeréis mis cenizas y los huesos calcinados para lavarlos con vino y depositarlos en una
urna dentro de mi última morada protegida de los ladrones y profanadores. Lo haréis fuera
de la muralla en tierras de mi propiedad, como lo dispone la ley, entre la tierra y el cielo no
lejos del mar eterno y al lado de un camino donde caminantes y marineros me honoren y
recuerden las virtudes y gestos que me han acompañado en vida.
Recuerda finalmente de purificar nuestra casa celebrando un banquete funerario con todos
mis parientes, único placer que se me permitirá en una segunda vida. Pon una estatua mía
en un lugar bien visible de la casa, en una tarima de madura junto con la de otros familiares
queridos para conmemorar en el futuro mi traspaso ofreciendo vi, leche y miel en recuerdo
mío y asegúrate que ningún extranjero se acerque a mi tumba.
Que Atis me guarde y proteja en esta última hora llena de tristeza y soledad con esperanza
que este momento transitorio culmine con un despertar triunfante.