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Comida más cara

2 de mayo de 2008—El precio de los alimentos se ha


disparado en estos últimos meses. Y no se trata
precisamente de alimentos “gourmet” u “orgánicos”, sino de
alimentos básicos, como el trigo y el arroz, de los que
dependen para su sustento diario millones de personas en
todo el mundo —pobres o no—. Date una vuelta por el
supermercado de tu barrio para ver cómo el alza de los
precios nos ha afectado a todos.
En apenas dos meses, el precio del arroz ha aumentado un
75% a nivel mundial. Una familia pobre de Bangladesh
gasta ahora la mitad de sus ingresos diarios en una bolsa de
2 kilos de arroz.
El precio del trigo ha subido un 120% durante el último año.
En otras palabras, en este momento el pan cuesta el doble
de lo que costaba el año pasado. La gente pobre de Yemen
gasta ahora más de un cuarto de sus ingresos sólo en pan.
Esta alza de precios continuará durante los próximos dos
años, según organismos internacionales.
La situación amenaza con convertirse en una crisis mundial.
Los altos precios de los alimentos han desencadenado
protestas en muchos países de todo el mundo, desde Haití
hasta Yemen, Bangladesh y Egipto. (Mira el mapa
interactivo de The Financial Times (i), que indica claramente
el descontento social).
Los altos precios de los alimentos podrían sumir a 100
millones de personas en la pobreza más profunda, advirtió
el Banco Mundial a principios de este mes, lo cual
significaría "siete años perdidos" en la lucha contra pobreza
mundial.
El alto precio de los alimentos podría traducirse en
más desnutrición infantil
Comida cara significa que muchos niños consumirán menos
nutrientes y terminarán desnutridos. Los niños desnutridos
son más susceptibles a las enfermedades y menos
saludables en general. Según las últimas investigaciones
(lee el reportaje sobre malnutrición), una buena
alimentación y vitaminas no llegarán nunca a compensar las
carencias alimentarias que haya sufrido un niño durante la
gestación y en sus primeros dos años de vida.
¿A qué se debe este rápido aumento en los precios de
los alimentos?
Además de que hay menos reservas de alimentos en todo el
mundo, existen otros factores, entre ellos:
• Cambio de régimen alimentario: Los pobres
comienzan a comer mejor a medida que mejora su
situación económica. No sólo comen más carne y más
cereales, sino que comen más comidas al día. En lugar
de comer un tazón de arroz por día, comen dos tazones.
• Sequías: Las graves sequías que azotaron a los
principales países productores de trigo desde Australia
hasta Europa central han dañado o destruido las
cosechas.
• Petróleo: Los altos precios del petróleo están haciendo
subir los costos de toda la cadena de producción
alimentaria. El alto precio del petróleo significa que es
más costoso producir y enviar mercancías, y alguien
tiene que pagar, por lo general, ese “alguien” es el
consumidor final.
• Biocombustibles: En un esfuerzo por buscar
alternativas al petróleo para reducir la dependencia
mundial de este combustible, en los últimos años los
grandes países agrícolas han comenzado a cultivar maíz
y caña de azúcar para producir etanol y plantas
oleaginosas para producircombustible.
• Comercio de productos básicos: Al igual que el
petróleo y otros mercados de energía, los productos
alimenticios (trigo, arroz, etc.) se negocian en los
mercados financieros, lo cual significa que estos
productos son susceptibles a la volatilidad de los
mercados.

Alimentos por combustible


Se necesitan más de 240 kilos de maíz —lo suficiente para
alimentar a una persona por un año entero— para producir
100 litros de etanol para llenar el depósito de gasolina de
una camioneta 4x4 según el Informe sobre el desarrollo
mundial 2008: Agricultura para el desarrollo, elaborado por
el Banco Mundial.
¿Cómo podrían bajar los precios de los alimentos?
El aumento de la productividad y del suministro de
alimentos contribuirá a reducir los precios, pero ¿qué
tenemos que hacer para que esto ocurra?
En el caso de África al sur del Sahara, donde gran parte de
la agricultura sólo alcanza para la subsistencia de la
población, se necesita una nueva clase de “revolución
verde”, según el Banco Mundial.
Eso significa permitir que los agricultores sean dueños de
sus tierras, en especial las mujeres, proporcionarles
fertilizantes y sistemas de irrigación, y crear sistemas para
comercializar los alimentos.

¿Qué fue la revolución verde? (i)


A mediados de los años sesenta, en la India y en el resto de
Asia meridional, nuevas variedades de cultivos y mejores
técnicas agrarias (más fertilizantes e irrigación) aumentaron
considerablemente la producción de cereales y mejoraron la
agricultura en general. La India llegó a ser autosuficiente en
materia de alimentos y no ha experimentado hambrunas
desde 1965, cuando se pensaba que era inevitable.
¿Qué está haciendo el mundo?
Las Naciones Unidas y el Banco Mundial han puesto en
marcha una campaña mundial para hacer frente a esta crisis
de precios de los alimentos y están exhortando a los países
ricos para que donen 755 millones de dólares para salvar la
brecha alimentaria, tratando así de evitar que se produzca
una “crisis inmediata”. Las naciones industrializadas que
componen el G8 —EE. UU., Canadá, Reino Unido, Alemania,
Francia, Italia, Japón y Rusia— tratarán la cuestión de
precios de los alimentos en la próxima cumbre que se
celebrará en Hokkaido, Japón.
Los organismos y las organizaciones nacionales e
internacionales que participan en la lucha contra el hambre
son la Unión Africana (i), el Departamento de Desarrollo
Internacional del Reino Unido (i), la Unión Europea, la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, el Banco Interamericano de Desarrollo, el
Organismo Japonés de Cooperación Internacional (i), la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional y el Programa Mundial de Alimentos de las
Naciones Unidas.
¿Qué puedo hacer yo?
Si sólo una fracción de los 1.300 millones de jóvenes que
pueblan el mundo se uniera para combatir el hambre, el
impacto sería enorme. Si te interesa hacer algo, prueba con
un grupo internacional, como La Juventud Opina de la
UNICEF, que ofrece miles de sugerencias concretas para la
gente joven de los países desarrollados y en desarrollo. Otro
grupo es TakingITGlobal.org (i), una comunidad en línea
que “conecta a la juventud y le brinda oportunidades de
acceder a información, hallar inspiración y participar su
comunidad tanto a nivel local como global”.
A nivel de tu propia comunidad, habla con tu grupo religioso
o con el centro comunitario para ver de qué modo puedes
ayudar a la gente que se ha visto sumida en el hambre a
causa de los precios de los alimentos.EEA
También puedes hacer una contribución directa en efectivo
a la campaña Fill the Cup (i) del Programa Mundial de
Alimentos de las Naciones Unidas. Y de paso ¿por qué no
persuades a tus amigos para que hagan lo mismo?
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20 de mayo de 2008
La lucha por la comida
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por Sallie James
Sallie James es analista de política comercial del Cato Institute.
Recientemente, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados
Unidos confirmó lo que los consumidores ya habían percibido
durante meses: el precio de los alimentos está aumentando a ritmos
inusualmente rápidos. Y las fallidas políticas gubernamentales—que
protegen a los agricultores domésticos imponiendo restricciones a
importaciones más baratas y estimulando la demanda por etanol a
base de maíz—se están sumando a las preocupaciones de los
consumidores. El gobierno federal puede y debería aprovechar esta
oportunidad para aliviar el efecto de los precios más altos en los
supermercados, reduciendo los impuestos a los alimentos
importados como el arroz, lácteos, y el azúcar y por otro lado,
abandonando su desastroso apoyo a los biocombustibles.

Pagando más por la comida


Durante el año 2007, los precios de la comida en Estados Unidos
subieron en un 4,9% con aumentos especiales y notorios en
productos como la leche, el queso y el pan (Ver tabla 1). Esto fue
mayor que la tasa de inflación total para los consumidores urbanos
(CPI-U) de 4,1% durante el año a diciembre del 2007 y mucho mayor
que el incremento de 2,1% en los precios de la comida en el año
2006. En otras palabras, los precios de los alimentos están
aumentando más rápido que los precios al consumidor en general, y
a una mayor velocidad que el año pasado. En 7 años, del 2000 al
2006, los precios de la comida aumentaron en un promedio modesto
comparativo de 2,5% cada año.
Tabla 1: Aumentos en los
precios de los alimentos
(12 meses finalizando en
diciembre del 2007)
Incremento en el
Producto1 precio
(porcentaje)
Leche 19,3
Queso 13,0
Pan 10,5
Carne de aves 6,3
Frutas y
5,9
vegetales
Cereales y
5,4
harinas
Carnes, aves,
mariscos y 4,0
huevos
Bebidas
3,8
alcohólicas
Carne 5,0
Comida fuera
4,0
de casa
Bebidas no
3,5
alcohólicas
Carne de
1,4
cerdo
Aunque las políticas gubernamentales estadounidenses están
claramente contribuyendo a este incremento en los precios, otros
factores internacionales también están jugando un papel. El índice
de precios alimenticios utilizado por la FAO de las Naciones Unidas
aumentó en casi un 40% en el periodo anual desde septiembre del
2006, principalmente debido a los incrementos en los precio de los
productos lácteos y de los granos. Esto se compara con un
incremento del 9% en el período de 12 meses a diciembre del
2006.2
Las personas más pobres son especialmente las más afectadas por
los altos precios en la comida porque aquellos con ingresos menores
gastan una mayor proporción (cerca del 50%) de sus ingresos
disponibles en comida. Hasta el extremo que preparan sus alimentos
en casa, el efecto es más directo ya que ellos están más cerca del
origen de la cadena de la oferta (donde existe un menor potencial
para absorber los precios más altos). Para esos países con ingresos
bajos que son importadores netos de comida, y por lo tanto reciben
pocas ganancias por sus productos de los mayores precios de las
exportaciones de comida, la situación es aún peor: recientemente la
FAO estimó que el costo total de las importaciones alimenticias para
este grupo de países en el 2007 sería cerca 25% más alto que en el
año anterior.3 Las políticas estadounidenses (y europeas) para
biocombustibles que artificialmente están inflando los precios de la
comida alrededor del mundo, están afectando a los mas pobres del
mundo.
Esta frustración está siendo percibida. Recientemente, los altos
precios de la soya han provocado protestas masivas en Indonesia.4
Otros gobiernos como el de Egipto, India, Kenia, Marruecos, Las
Filipinas y Vietnam han implementado lo que lamentablemente muy
pocos gobiernos reconocen como políticas correctas, y han reducido
los aranceles a los alimentos importados (algunos también han
restringido las exportaciones).5 China ha introducido recientemente
controles de precios para los granos y sus productos como aceites,
lácteos, leche y huevos, en un esfuerzo por controlar la inflación.6 La
UE recientemente suspendió sus requisitos para terrenos apartados
con el fin de reabastecerse de reservas en granos.
La creciente demanda por comida, alimento para animales y
combustibles, combinada con las estrechas condiciones de oferta,
está provocando este fenómeno. Las reservas mundiales de
alimentos básicos están en una baja histórica: las reservas de trigo,
por ejemplo, están en su menor nivel desde que la FAO empezó a
recolectar información en 1980. Súmele a esto la sequía en Australia
(uno de los principales exportadores de trigo) y el precio del mismo
en un nivel récord, habiéndose duplicado desde principios del 2007.
Sin un aumento en la productividad agrícola, esta tendencia va a
continuar. El Instituto Internacional de Investigación de Políticas
Alimenticias recientemente estimó que los precios globales de
cereales serán de entre 10 y 20% más altos para el 2015.7
Los mercados de futuro para las materias primas indican que el
mercado espera que los altos precios continúen en el futuro cercano.
En el pasado, los precios de los productos agrícolas básicos se han
caracterizado por la volatilidad en una tendencia al descenso, con
periodos de bajos precios tradicionalmente más largos que los
booms en que los precios se encarecen. Esto debido a que los
precios de los productos básicos eran principalmente producto de la
demanda: los avances en la tecnología y en la productividad
incrementaron los rendimientos agrícolas, con las condiciones
climáticas causando fluctuaciones cada vez menores. Mientras la
agricultura continúe sujeta a los caprichos del clima y se siga
beneficiando de los avances en la productividad, la sequía en
Australia y el fin de los subsidios a las exportaciones de lácteos en la
UE han contribuido a disminuir la oferta global.
Los hechos en el lado de la demanda sugieren que los recientes
incrementos en los precios son más estructurados que los booms
cíclicos de la oferta del pasado. Las políticas gubernamentales en
los países desarrollados que buscan apoyar a los agricultores
creando una demanda artificial por el etanol son grandes culpables.
Además, el crecimiento económico en países como China, Brasil y la
India, ha creado una gran y creciente clase media que está
adquiriendo los hábitos alimenticios de Occidente. Los chinos, por
ejemplo, han casi duplicado su consumo de carne de 44 libras per
cápita en 1980, a 110 libras per cápita hoy en día.8 Esto, como
resultado, ha empujado la demanda de granos alimenticios porque
una libra de carne requiere aproximadamente 13 libras de granos
para producirse.9 Aunque los altos precios van a estimular a nuevos
emprendedores a incrementar la inversión en producción e
infraestructura y esto a su vez va a incrementar los rendimientos y
corregirá el presente desequilibrio, las acciones gubernamentales
están impidiendo la eficiente asignación de recursos que
normalmente establecería precios bajos.
Cómo el gobierno estadounidense esta exacerbando los costos
de la comida
Parte del dinero extra que los estadounidenses están gastando en
comida responsabilidad directa de la acción estatal. Los
consumidores han pagado un impuesto alimenticio de $5.000
millones en el 2006, según la Organización para la Cooperación
Económica y Desarrollo,
porque el gobierno federal apoya a algunos agricultores al mantener
precios máximos por sus productos.10 El gobierno
estadounidense también restringe la oferta pagándoles a
los agricultores para que dejen su tierra sin sembrar
como parte del Programa de Conservación de Reserva.
Además de imponer impuestos a los consumidores
estadounidenses en el arroz, azúcar y lácteos, y
subsidiar a los agricultores para que dejen de producir
parte de sus tierras, el gobierno federal ha contribuido a
aumentar el precio de los productos básicos al
incentivar la industria del etanol. Principalmente derivado del
maíz, en Estados Unidos el etanol afecta el precio del maíz
directamente al incrementar la demanda, y afecta indirectamente
otros productos al disminuir la cantidad de tierra cultivable para otras
cosechas. En el último año la oferta de maíz ha aumentado un 24%
en el norte de Estados Unidos, principalmente debido a una mayor
superficie para la siembra del maíz (la más alta desde 1933). La
capacidad para producir etanol ha aumentado alrededor de un 40%
en el último año debido a los incentivos gubernamentales. Mientras
los agricultores han desviado la producción para satisfacer la
emergente demanda por etanol, los terrenos destinados para arroz,
algodón y la soya, han decrecido en un 3%, 18% y 16%,
respectivamente.11
El boom del etanol ha tenido serios efectos en el resto de la
economía rural. El creciente uso de cereales, azúcar, oleaginosa, y
de aceites vegetales para producir etanol y biodiesel está
incrementando los precios de los cultivos, y, a través de mayores
precios para alimentar a los animales, está aumentando
indirectamente el costo de la producción ganadera. Como lo
demuestra la Tabla 1, los precios de la carne avícola, de la carne de
res, y de los huevos, se han aumentado más de un 5 % este año. (El
precio de la carne de cerdo ha subido a un ritmo relativamente más
lento porque la producción ha sido bastante alta comparada a la
demanda, aunque se espera que los productores reduzcan la
producción durante el 2008 por las pérdidas debido al incremento en
costos de alimentación).12 Los precios agrícolas en los principales
estados productores de maíz, como Iowa, Nebraska y Dakota del
Sur, aumentaron más de un 20% durante el último año.13
Para estar claros, un incremento en los precios de las materias
primas significa que se desencadenaron menos pagos por parte de
los contribuyentes por concepto de subsidios agrícolas. La Oficina
de Presupuesto del Congreso estadounidense predijo en enero del
2008 que los altos precios agrícolas reducirían los pagos a los
agricultores durante los años fiscales 2008-18 en un promedio de
$7.000 ú $8.000 millones por año, comparado con los recientes
picos de más de $20.000 millones.14 Pero lo que estos precios altos
le ayudan a los contribuyentes por un lado, se lo quitan por el otro ya
que el gobierno debe pagar altos precios por la comida que compra
para los almuerzos escolares y otros programas de seguridad social
como las tarjetas de comida (sujeto en alguna manera a los precios
de la comida). Más importante aún, estas políticas establecen un
impuesto oculto a la comida e incrementan los precios que las
familias estadounidenses pagan en los supermercados.
Y también tenemos los subsidios a los biocombustibles: El Instituto
Internacional para el Desarrollo Sostenible recientemente estimó que
los subsidios en Estados Unidos para los biocombustibles costarán
cerca de $93.000 millones entre los años 2006-12.15 Y para
asegurar que el etanol barato de Brasil no llegue al mercado
norteamericano y afecte a los productores y destilerías domésticos,
el gobierne le impone un tributo de $0,54 por galón al etanol
importado.16
Desafortunadamente para los consumidores, la obsesión de los
políticos con el etanol todavía no parece acabar. La nueva ley de
energía firmada por el presidente Bush en diciembre del 2007
demanda casi el doble del uso de etanol para el 2008, pasando de
4.700 millones de galones en el 2007 a 9.000 millones este año.
Además, exige un incremento 5 veces mayor en la mezcla de etanol,
mezclando 36.000 millones de galones al año hasta el 2022. La UE
también se unió recientemente a la fiesta, firmando un acuerdo en
marzo del 2007 para utilizar fuentes renovables (principalmente
colza—o aceite de carola) para un 20% de la producción de energía,
y biocombustibles para un 10% del combustible utilizado en el sector
transporte para el 2020. Ninguna de estas tendencias es el consuelo
que los consumidores están buscando.
Aunque los altos precios actuales son el reflejo de
amplios eventos mundiales, los consumidores
estadounidenses deberían recordar que gracias al
gobierno federal han pagado tradicionalmente el doble
del precio mundial por los productos lácteos y casi el
triple del precio mundial del azúcar. Porque las políticas
estadounidenses que protegen al mercado doméstico en
estos productos de la competencia en importaciones,
los consumidores locales seguirán pagando altos
precios en estos productos incluso si en el resto del
mundo los precios de los productos básicos caen. '
En lugar de estar empeorando el daño ya hecho a los consumidores
con los altos precios mundiales, el gobierno federal debería
abandonar las protecciones a sus agricultores y su búsqueda por
una política de biocombustibles trastornada cuyos beneficios
ambientales resultan espurios en el mejor de los casos. Los políticos
que se esfuerzan por “estimular” la economía al poner dinero en las
manos de los consumidores, deberían empezar por reducir los
impuestos a los productos importados como los lácteos, el azúcar, el
arroz y el etanol.
Referencias:
1. La categorización de productos está de acuerdo a los índices de
precios utilizados por el Bureau of Labor Statistics. Fuente: Bureau
of Labor Statistics, “Consumer Price Index: Diciembre 2007”,
Comunicado de prensa, 16 de enero de 2008.
http://www.bls.gov/news.release/pdf/cpi.pdf.
2. Departamento de Agricutura y Alimentos de la ONU, "Food
Outlook: Global Market Analysis", noviembre del 2007,
http://www.fao.org/docrep/010/ah876e/ah876e00.htm.
3. Jacques Diouf, Departamento de Agricutura y Alimentos de la
ONU, Conferencia de Prensa sobre Precios de Alimentos y Acciones
Necesarias, 17 de diciembre 17 del 2007,
http://www.fao.org/newsroon/common/ecg/1000733/ed/facts99.pdf.
4. R. Minder, J. Aglionby y J. Song, "Soaring Soyabean Price Stirs
Anger among Poor," Financial Times, 18 de enero del2008,
http://www.ft.com/cms/s/0/508be5de-c552-11dc-811a-
0000779fd2ac.html.
5. Diouf.
6. R. McGregor y J. Blas, "China Vows to Act on Prices," Financial
Times, 9 de enero de 2008,
http://www.ft.com/cms/s/0/a1199c74be9c-11dc-8c61-
0000779fd2ac.html.
7. Joachim von Braun, “The World Food Situation: New Driving
Forces and Required Actions”, IFPRI’s Revisión bianual de la
situación mundial alimenticia presentada a la Asamblea General
Anual CGIAR, Beijing, 4 de diciembre del 2007,
http://www.ifpri.org/pubs/agm07/jvbagm2007.asp.
8. Diouf; y la conversión de la autora de kilogramos a libras de peso.
9. Cornell University News Service "U.S. Could Feed 800 Million
People with Grain That Livestock Eat, Cornell Ecologist Advises
Animal Scientists". comunicado de prensa, 12 de Agosto 12 de 1997,
http://www.sciencedaily.com/releases/1997/08/970812003512.htm.
10. Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica,
Agricultural Policies in OECD Countries: Monitoring and Evaluation
2007 (Paris: OECD, 2007), Tabla 15.1.
11. National Agricultural Statistics Service, Crop Production:
Resumen 2007 (Washington: Departamento de Agricultura de EEUU
Enero 2008),
http://usda.mannlib.cornell.edu/usda/current/CropProdSu/CropProdS
u-01-11-2008.pdf.
12. C. Hurt, "Pork Producers May Face Worse Year Ever in 2008",
Weekly Outlook, Purdue University y University of Illinois en Urbana-
Champaign, 7 de Enero del 2008,
http://www.farmdoc.uiuc.edu/marketing/weekly/html/010708.html.
13. J. Perkins, "Iowa Farmland Prices Rose Nearly 23% in 2007,"
Des Moines Register, 22 de Enero del 2008,
http://www.desmoinesregister.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20080
122/BUSINESS 01/801220375/1029/BUSINESS.
14. Congressional Budget Office, “The Budget and Economic
Outlook: Fiscal Years 2008 to 2018”, Enero 2008,
http://cbo.gov/ftpdocs/89xx/doc8917/01-23-2008_BudgetOutlook.pdf.
15. D. Koplow, "Biofuels—at What Cost? Government Support for
Ethanol and Biodiesel in the United States: 2007 Update", Global
Subsidies Initiative, Octubre 2007,
http://www.earthtrack.net/earthtrack/library/BiofuelsUSupdate2007.pd
f.
16. Para más información sobre etanol, ver Jerry Taylor y Peter Van
Doren, "The Ethanol Boondoggle: Who’s Kidding Who?" Milen
Institute Review (Primer trimestre 2007).

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