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Evans-Pritchard
Prof.: Dr. F. Javier Burgaleta Mezo
“Las teorías
de la Religión
Primitiva”
E. E. Evans-Pritchard
Índice
(1)
Introducción
(2)
Metodología de Trabajo
(3)
¿Quién fue E. E. Evans-
Pritchard?
Evans-Pritchard, E. E. (1902-1973)
Evans-Pritchard también alcanzó fama con su trilogía sobre el pueblo nuer del Sudán.
Hasta su estudio, los nuer habían sido considerados un grupo bastante anárquico, carente de
estructura social significativa. En Los nuer: descripción de los modos de vida y las
instituciones políticas de un pueblo nilótico (1940), demostró que estaban organizados de
acuerdo a un sistema de agrupación flexible, en el que los individuos se reunían en grupos o
unidades más jerarquizadas según la naturaleza del hecho con el que tuvieran que enfrentarse.
Su Parentesco y matrimonio entre los nuer (1951) es un estudio exhaustivo sobre los
procedimientos y prácticas relacionados con el parentesco y la vida doméstica. Con La
religión de los nuer (1956), colección de ensayos sobre diversos aspectos de la cosmología y
el simbolismo de este pueblo, intentó demostrar que las creencias religiosas de un pueblo
supuestamente primitivo pueden ser tan sutiles, complejas y dignas de una investigación
detallada como las de cualquier religión oficial litúrgica.
Escribió también otras obras, entre las que pueden citarse: Antropología social (1951),
Teorías sobre religión primitiva (1965) y Hombre y mujer entre los azande (1974).
(4)
«Introducción»
El autor comienza la obra diciendo que las conferencias transcritas tratan de ofrecer un
panorama sobre ‘la obra, vida y milagros...’ de las que otros antropólogos -¿se pueden
considerar así?- en cuanto a la forma de entender las creencias y prácticas religiosas de los
pueblos primitivos y dar razón de ellas.
El hecho religioso abarca temas como la brujería, la magia..., todo aquello que puede
englobarse bajo la expresión «mentalidad primitiva» o que resulta irracional o supersticioso.
Se reunía un gran número de ejemplos mezclados para ilustrar alguna idea general y
para apoyar la tesis del autor sobre dicha idea. No se intentaba experimentar teorías mediante
ejemplos no escogidos ad hoc.
(5)
«Las teorías
Psicológicas»
Algunos autores del siglo XVIII pensaban que la religión tenía su origen en el
fetichismo. Esta tesis tuvo una gran vigencia en el tiempo. Por ejemplo, Comte decía que el
fetichismo era el culto que prestaban los negros de la costa de África occidental a cosas
inanimadas o a animales, evolucionaba hacia el politeísmo, y éste, hacia el monoteísmo.
1
Spencer, Herbert (1820-1903), teórico social inglés, considerado el padre de la filosofía evolucionista.
Spencer destacó por sus investigaciones sobre el cambio social desde la perspectiva evolucionista. Spencer
nació en Derby (Reino Unido) y su formación fue autodidacta. Las teorías de Lamarck influyeron profundamente
en la obra de Spencer.
En 1851, Spencer publicó su obra La estática social, en la que destacaba la necesidad de la libertad
individual y la suprema importancia de la ciencia. En Principios de psicología (1855) sostenía que toda materia
orgánica tiene su origen en un estado unificado y que las características individuales se desarrollan de forma
gradual por evolución. Casi al mismo tiempo ideó un sistema filosófico basado en su teoría de la evolución que
abarcaría e integraría todas las áreas existentes del conocimiento, y al que denominó Filosofía sintética.
La primera entrega, Primeros principios, se publicó en 1862; a continuación aparecieron Principios de
biología (2 volúmenes, 1864-1867), una edición ampliada de Principios de psicología (1870-1872), Principios de
sociología (3 volúmenes, 1876-1896) y Principios de ética (2 volúmenes, 1892-1893). Otra obra importante de
Spencer es Ensayos científicos, políticos y especulativos (3 volúmenes, 1891), donde estudió el impacto general
de la teoría de la evolución sobre el pensamiento científico, político y filosófico.
Sir James Frazer2 escribió “The Golden Bugh” (La Rama Dorada)3. Según él, el
género humano en conjunto pasa, antes o después, por tres estados de desarrollo intelectual:
de la magia a la religión y de la religión a la ciencia, esquema que puede proceder de las fases
de Comte (la teológica, la metafísica y la positiva).
Dice Frazer que las inteligencias más agudas acabaron por descubrir, probablemente,
que la magia no conseguía de hechos sus fines, pero, como todavía eran incapaces de salvar
sus dificultades por medios empíricos y de enfrentarse a sus crisis mediante una filosofía
refinada, caían en otra ilusión: la de que existían seres espirituales que podían ayudarles.
A pesar de que Spencer no logró crear escuela, su ambicioso intento de sistematizar todo el
conocimiento dentro del marco de la ciencia moderna, y especialmente en términos de la evolución, le ha hecho
merecedor de figurar entre los principales pensadores de finales del siglo XIX.
2
Frazer, James George (1854-1941), antropólogo británico, nacido en Glasgow, Escocia, y formado en
las universidades de Glasgow y Cambridge. Fue nombrado fellow del Trinity College, Cambridge, en 1879, y
profesor de antropología social por la Universidad de Liverpool en 1907. La obra de Frazer abarca un campo muy
amplio de la investigación antropológica, pero él se mostró especialmente interesado en el estudio de los mitos y
la religión. Su libro más famoso es La rama dorada (1890), un estudio de antiguos cultos, ritos y mitos y su
paralelismo con el cristianismo primitivo. Esta obra, que cimentó la fama de Frazer como académico distinguido,
se amplió a 13 volúmenes en 1915. Escribió otras muchas obras, entre ellas Totemismo y exogamia (1910), Los
orígenes mágicos de la realeza (1920), Mitos sobre el origen del fuego (1930), El temor a la muerte en las
religiones primitivas (1933-1936).
3
FRAZER, J. G. (1998): La rama dorada. Magia y Religión. Sección de Obras de Sociología. ISBN:
84-375-0194-6. Fondo de Cultura Económica de España, s. l. Madrid.
El gran progreso que conoció la etnografía en las últimas décadas del siglo XIX y a
principios del XX tiene su ejemplo, entre otros, en Wilhelm Schmidt, que pensó que debía
existir un estadio previo al animismo, un estadio de mana en el que la idea de suerte, de lo
fasto y lo nefasto, fuera el único ingrediente de lo que él llamó lo supremo.
Andrew Lang señaló que el concepto de dios creador, moral, paternal, omnipotente y
omnisciente se encuentra entre los pueblos más primitivos del globo, probablemente debido a
lo que solía llamarse el argumento del designio, vale decir la conclusión racional, por parte
del hombre primitivo, de que el mundo de alrededor debe ser obra de algún ser superior.
Marett expresaba que en el hombre primitivo no son las ideas las que hacen surgir la
acción, sino la acción la que hace surgir las ideas. Los pueblos primitivos tienen la sensación
de que existe un poder oculto en determinadas personas y cosas, y de que la presencia o
ausencia de esta sensación es lo que separa lo sagrado de lo profano, el mundo de lo
portentoso del mundo de cada día.
Las teorías de Tylor fueron criticadas por el antropólogo británico Robert R. Marett,
quien afirmaba que estos pueblos primitivos no podían haber sido tan intelectuales y que la
religión debía haber tenido un origen más emocional e intuitivo. Rechazaba la teoría de Tylor
al respecto, de que todo objeto era considerado como ser vivo. Marett pensaba que estos
grupos primitivos debían haber considerado algunos objetos dentro de su teoría como inertes
y que probablemente consideraron sólo aquellos objetos que tenían cualidades inusuales o que
se comportaban de forma impredecible o misteriosa durante su vida. Sostenía, además que el
antiguo concepto de vitalidad no estaba lo bastante elaborado para incluir la noción de un
alma o espíritu inherente al objeto. Los pueblos primitivos trataban a los objetos que
consideraban animados como si tuvieran vida, sentimiento y voluntad propia, pero no
distinguían entre el cuerpo de un objeto y un alma que pudiera entrar en él o abandonarlo.
Marett denominó este punto de vista “animatismo” o “preanimismo”, y afirmó que el
animismo debía surgir del animatismo, el cual podía incluso convivir junto a creencias
animísticas más evolucionadas.
Para Marett, la magia es una actividad supletoria en aquellas situaciones en que faltan
medios prácticos para conseguir un fin; su función es catártica o estimulante y da al hombre
valor, consuelo, esperanza, tenacidad. Estas actividades supletorias pasan de ser sustitutivas a
ser auxiliares de la acción empírica sin perder su forma mimética, aunque en realidad sean
repercusiones en vez de imitaciones.
Como tampoco basta, aunque el dicho es divertido y tiene algo de verdad, afirmar
(oralmente) que para comprender la mentalidad primitiva no hacía falta ir a vivir con los
salvajes, porque bastaba la experiencia de una sala de estar de un colegio de Oxford.
Para Malinowski, la magia difiere de la religión en que los ritos religiosos no tienen
un objetivo ulterior, pues su finalidad se logra en los propios ritos, tales las ceremonias de
nacimiento, pubertad y muerte. Psicológicamente son semejantes, porque la función de ambos
es catártica.
Los hombres no saben lo bastante como para superar por medios empíricos las
dificultades que les acosan, y por ello recurren a la magia, actividad viaria, dando escape a esa
tensión entre la impotencia y el deseo que pone en peligro el éxito de sus empresas.
Según Freud, el individuo pasa por tres fases libidinosas: narcisismo, dependencia
respecto de los padres y madurez. Estas tres fases corresponden psicológicamente a las tres
fases del desarrollo intelectual del hombre: la animista, la religiosa y la científica.
Los niños aman y odian a la vez a sus padres, que el hijo, en el fondo de su
inconsciente, desea matar al padre y poseer a la madre (complejo de Edipo), y la hija en su
interior desea matar a la madre y ser poseída por el padre (complejo de Electra).
La religión es, por tanto, una ilusión y Freud tituló su libro sobre el tema: “El
porvenir de una ilusión”.
(6)
«Las teorías
Sociológicas»
El autor comenta que las teorías de Malinowski bien pudieron extraerse de las ideas
de William James: la religión es válida e incluso verdadera en el sentido pragmático de
verdad, si sirve a la finalidad de dar consuelo y sensación de seguridad, ánimo, alivio y
reafirmación; es decir, si proceden de ella consecuencias útiles para la vida.
Max Müller dice que el henoteísmo surge en los períodos que preceden a la
formación de naciones en tribus independientes y es una forma de religión comunal, por
contraposición con la imperial.
Los ritos, es cierto, estaban vinculados a los mitos, pero los mitos, para nosotros, no
explican los ritos; antes bien, los ritos explican a los mitos.
Con todas estas teorías, un hombre no tiene más opción que aceptar aquello a que
todos dan su aprobación, porque no tiene elección, como no la tiene la lengua que habla.
La religión es, pues, un sistema de ideas por el que los individuos representan la
sociedad a la que pertenecen y sus relaciones con ella.
¿Alguna vez nos hemos parado a pensar de dónde procede la palabra Tótem? Tótem
(del algonquino totem), significa animal, planta o fenómeno natural, objeto de culto y
veneración por algunos pueblos primitivos.
También comenta que4 “El tótem, es en primer lugar, el antepasado del clan, y en
segundo, su espíritu protector y su bienhechor, que envía oráculos a sus hijos y les conoce y
protege aun en aquellos casos en los que resulta peligroso”.
A esto se une la idea del alma, que no es más que el principio totémico, mana,
encarnado en cada individuo, sociedad individualizada. Es la sociedad en cada uno de sus
miembros, su orden social y cultural, lo que hace de un hombre una persona, un ser social en
lugar de un simple animal.
4
Tótem y Tabú. Capítulo I. El horror al incesto. Página nº 9.
Para que una sociedad llegue a hacerse consciente de sí misma y mantener sus
sentimientos con el grado de intensidad necesario, debe reunirse y concentrarse
periódicamente.
Los ritos generan una efervescencia en la que se pierde todo sentido de individualidad
y la gente se siente a sí misma como una colectividad en las cosas sagradas y a través de ellas.
Para Freud,
Freud Dios es el padre, para Durkheim es la sociedad.
De vez en cuando la pena es pensar en por qué Tylor, Marett, Durkheim y todos
los demás no pasarían unas cuantas semanas viviendo con los pueblos de los que
hablaban tan desembarazadamente.
Marcel Mauss6, sobrino de Durkheim, puso en pie la teoría del don. Esto se puede
constatar en su obra «Ensayo sobre el Don», en el cual recopila un gran número de datos
etnográficos contenidos y presentados por Boas y Morgan, pero tratando de analizar los
aspectos morales contenidos en la economía. Este aspecto, se sustenta en un sistema de
dones y contradones.
5
Durkheim, Émile (1858-1917), teórico social francés y uno de los pioneros del desarrollo de la
sociología moderna. Durkheim nació en Epinal (Francia) en el seno de una familia judía. Se graduó en la Ècole
Normale Supérieure de París en 1882 y a continuación trabajó como profesor de derecho y filosofía. En 1887
comenzó a enseñar sociología, primero en la Universidad de Burdeos y después en la de París.
Durkheim pensaba que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la sociedad, y creía que
los grupos sociales presentaban características que iban más allá o eran diferentes a la suma de las
características o conductas de los individuos. También estudió la base de la estabilidad social, es decir, los
valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. En su opinión, estos valores (que
conformaban la conciencia colectiva) son los vínculos de cohesión que mantienen el orden social. La
desaparición de estos valores conduce a una pérdida de estabilidad social o anomia (del griego anomia, 'sin ley')
y a sentimientos de ansiedad e insatisfacción en los individuos. Explicó el fenómeno del suicidio como resultado
de una falta de integración del individuo en la sociedad. Durkheim analizó esta correlación en su obra El suicidio:
un estudio sociológico (1897). Para explicar sus teorías en sus escritos utilizó a menudo material antropológico,
especialmente de sociedades aborígenes. Otros de sus libros son La división del trabajo social (1893), Las reglas
del método sociológico (1895) y Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
6
Mauss, Marcel (1872-1950), antropólogo y sociólogo francés, nacido en Épinal. Estudió en la
Universidad de Burdeos y en la École Pratique des Hautes Études de París, donde más tarde sería profesor de
religiones primitivas en 1901. Fue cofundador del Instituto de Etnología en 1925, y seis años después se le eligió
para ocupar el sillón de sociología en el Colegio de Francia.
Mauss fue una figura central en el círculo de L'Année Sociologique, revista fundada por su tío, Émile
Durkheim, para propagar sus ideas y métodos sociológicos. A la muerte de su tío, asumió la dirección del grupo y
la edición de la revista.
Colaboró muy de cerca con otros miembros del grupo y aplicó las teorías y los métodos abstractos de
Durkheim al campo antropológico, relacionando las concepciones culturales de un pueblo con su estructura
social, en los ensayos: Ensayo sobre la naturaleza y función del sacrificio (1899) y Sobre algunas formas
primitivas de clasificación (1901).
Su obra más conocida, Ensayo sobre el don (1925), trata sobre las obligaciones que sustentan las
formas de intercambio y el modo en que estos intercambios, que actúan como ‘hechos sociales totales’, ayudan
a estructurar todos los aspectos clave de la sociedad en el proceso de fortalecimiento de los lazos sociales entre
sus miembros.
Mauss, al igual que Durkheim, sostenía que cabe formular una ley basándose un
único experimento llevado atentamente pero lo que formula no es una ley sino una hipótesis.
Los dioses son representaciones de las comunidades, son sociedades pensadas ideal e
imaginativamente; por ello, las renuncias efectuadas en los sacrificios alimentan las fuerzas
sociales, las energías morales y mentales.
El individuo saca provecho del mismo por cuanto en él se le otorga toda la fortaleza de
la sociedad y por cuanto contribuye a restablecer los equilibrios previamente alterados.
En cuanto a la religión, las almas y los dioses de cualquier tipo son simples
representaciones de una estructura donde se encuentra la naturaleza, el pensamiento, el
mentalidad...
El alma es el alma colectiva del grupo; es la sociedad misma, que se halla tanto fuera
como dentro de cada uno de sus miembros y por ello es inmortal, aunque estos miembros
fallecen, la sociedad nunca muere.
Marx decía que no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino su ser
social el que determina su conciencia.
7
Radcliffe-Brown, Alfred Reginald (1881-1955), antropólogo social inglés, consideró que la vida de
una sociedad debía ser observada como un sistema funcional.
Su primer libro, Los isleños de las Andamán, fue publicado en 1922 y recoge las investigaciones
antropológicas, en forma de encuestas de larga duración, sobre las costumbres de los habitantes de las islas
Andamán, región que visitó en el año 1906. Posteriormente estudió los sistemas de parentesco de las
sociedades aborígenes de Australia, describiendo sus propias conclusiones, que comparó con las de otros
investigadores en su famosa obra: La organización social de las tribus australianas (1931).
Radcliffe-Brown fue conferenciante y catedrático de antropología social en las universidades de Ciudad
de El Cabo (1920-1925), donde fundó la Escuela de Costumbres y Lenguajes Africanos; también dio clases en
las universidades de Sydney (1926-1931), Chicago (1930) y Yenching (China, 1931-1937), antes de convertirse
en el primer catedrático de antropología social de la Universidad de Oxford desde 1937 hasta 1946. Después de
dos años destinado en Brasil durante la guerra, continuará impartiendo cátedra después de jubilarse en las
universidades de Alejandría (1947-1949), Manchester y Londres. Radcliffe-Brown presidió el Real Instituto de
Antropología y la Asociación de Antropólogos Sociales de Gran Bretaña.
Su obra Estructura y función en las sociedades primitivas (1952) constituyó una exposición general de
sus teorías estructurales-funcionalistas, y su Método de antropología social (1958) defendió que la elaboración
de esta ciencia se basaba en una analogía entre los organismos biológicos y los sistemas sociales.
(7)
«Lévy-Bruhl»
Lévy-
Lévy-Bruhl, Lucien (1857-1939), antropólogo y filósofo francés, nacido en Parí s,
donde estudió filosofí a. Fue profesor de Filosofí a moderna en la Universidad de la Sorbona
en 1908, miembro de la Academia de Ciencias Morales y Polí ticas en 1917 y cofundador
del Instituto de Etnologí a en 1925.
Se hizo famoso por sus escritos sobre la naturaleza de los ‘hombres primitivos’. En Las
funciones mentales en las sociedades inferiores (1910), La mentalidad primitiva (1922) y El
alma primitiva (1927) afirmaba que los seres humanos primitivos razonan de un modo
‘prelógico’ esto es, influidos por ideas de tipo mí stico siguen una ‘ley de participación’ por
la cual las cosas pueden entenderse simultáneamente como lo que son en sí mismas y
como algo diferente. En la obra Carnets (1949), publicada póstumamente, se retractaba
de algunos puntos de vista y reconocí a la unidad psí quica de la humanidad, es decir, que que
todos los seres humanos piensan fundamentalmente del mismo modo modo.
Aun cuando la obra de Lévy-Bruhl fue muy criticada durante su vida, tuvo gran
importancia porque hizo que los antropólogos tomaran en consideración la naturaleza del
pensamiento y los diferentes caminos que éste adopta en las diversas sociedades.
Al igual que Durkheim echa en cara a la escuela inglesa el que explique los hechos
sociales partiendo de procesos de pensamiento individual.
Lévy – Bruhl no era sino un teorizador de poltrona que, al igual que todos sus colegas
franceses, no había visto en su vida a un primitivo ni mucho menos había hablado con uno de
ellos.
Adoptando en esto la misma postura que Durkheim, manifiesta que se trata de hechos
sociales, no psicológicos, y, en cuanto tales, generales, tradicionales y obligatorios. Toda
sociedad tiene sus representaciones colectivas. Las nuestras suelen ser críticas y científicas;
las de los pueblos primitivos, místicas. Creo que Lévy – Bruhl estaría de acuerdo en que,
para la mayor parte de la gente, tanto las primeras como las segundas se basan en la fe.
Con todo ello, y tomando la obra del autor de referencia, no se trata de contraponer la
mentalidad primitiva a la civilizada sino de la relación que dos tipos de pensamientos guardan
entre sí en cualquier sociedad, sea civilizada o primitiva, de un problema de niveles de
pensamiento y experiencia.
Pareto decía que el pensamiento lógico depende de los hechos, no los hechos de él,
mientras que el alógico se acepta a priori y dicta la experiencia. Una acción es lógica o
alógica según que su propósito subjetivo concuerde con sus resultados objetivos, según que
los medios se adapten objetivamente a los fines, y el único juez que cabe en este punto es la
ciencia moderna, esto es, el conocimiento fáctico que poseemos en cualquier momento dado.
8
Tylor, Edward Burnett (1832-1917), antropólogo inglés, junto con Lewis Henry Morgan es uno de los
dos principales fundadores de la antropología.
Nacido en Camberwell, Inglaterra, realizó sus estudios con los cuáqueros. Tylor comenzó a interesarse
por la antropología durante una de sus convalecencias en el Caribe, en concreto en la isla de Cuba, ya que no
gozaba de buena salud. Aquí conoció al etnógrafo aficionado, también cuáquero inglés, Henry Christy, quien en
1856 le pidió que le acompañara en una expedición científica a México. Consecuencia de este viaje fue su primer
libro, Anáhuac (Anahuac of Mexico and the Mexicans, Ancient and Modern, Londres 1861), en el que reúne
valiosas observaciones sobre los antiguos mexicanos.
Tylor fue el primer titular de una cátedra de antropología, cargo que desempeñó en la Universidad de
Oxford desde 1896 hasta 1909. Sus estudios sobre animismo y su definición de cultura (“conjunto complejo que
incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otras
producciones y maneras de vivir nacidas del hombre que vive en sociedad”) constituyen las primeras
contribuciones importantes al campo de la antropología. El animismo representa para Tylor la primera fase de la
religión, que más tarde se prolonga en el fetichismo, el culto a la naturaleza, el politeísmo y, por último, el
monoteísmo. Su teoría fue muy criticada por James George Frazer y por Marcel Mauss.
Sus obras principales son: Investigaciones sobre la historia primitiva de la humanidad y sobre el
desarrollo de la civilización (1865), Cultura primitiva (2 volúmenes, 1871) y Antropología (1881), un resumen de
los conocimientos de su época. En 1891 Tylor presidió la Sociedad de Antropología.
Según las palabras de Herbert Spencer, lo que rige el mundo no son las ideas, sino
los sentimientos. En cada sociedad los hombres lo expresan en el lenguaje propio de su
cultura. Sus interpretaciones «...adoptan las formas que predominan generalmente en las
épocas en que se dan...».
9
Pareto, Vilfredo (1848-1923), economista y sociólogo italiano, intentó establecer una teoría de los
sistemas sociales que permitiera explicar su estabilidad. Nacido en París, Vilfredo Samaso, marqués de Pareto,
era hijo de aristócrata italiano y madre francesa. Estudió matemáticas y física en la Universidad de Turín y en
1869 se doctoró y comenzó a trabajar como ingeniero asesor en los ferrocarriles italianos. Posteriormente, pasó
a dirigir un importante grupo de minas de hierro propiedad de uno de los grandes bancos italianos. Desde este
nuevo cargo se vio envuelto en las polémicas sobre la economía de libre comercio y el proteccionismo,
defendiendo el librecambio. Fue en esta época cuando comenzó a escribir sobre economía y a estudiar política y
filosofía. En 1893 aceptó la cátedra de economía política de la Universidad de Lausana (Suiza), donde sustituyó
al francés Léon Walras, y en la que permaneció hasta su retiro.
Pareto fue uno de los economistas más sobresalientes de su generación y dedicó buena parte de su
tiempo a la enseñanza. En su primer trabajo, Curso de economía política (1896-1897), desarrolla las tesis de
Walras sobre el equilibrio de los sistemas económicos y una ley de distribución de la renta que causó una
enorme polémica, al querer demostrar, de forma matemática, que la relación entre rentas y riqueza es deliberada
y no fortuita. En los últimos años de su vida se interesó por la sociología, al considerar que la economía
precisaba de esta disciplina para estudiar aquellos elementos no lógicos ni científicos contenidos en los sistemas
de pensamiento. En 1916 escribió su libro más conocido, Tratado de sociología general, en el que estudia la
naturaleza de las relaciones entre la acción individual y la colectiva. Se hizo famoso por su teoría, muy
controvertida, sobre la circulación de las elites en el cambio social y su relación con las masas.
Su obra ha sido asociada, no con demasiada justicia, al desarrollo del fascismo en Italia. Desilusionado
por la ineficacia y corrupción de los liberales, y después del triunfo de Mussolini en 1922, Pareto colaboró ese
año con el dictador; sin embargo, poco antes de su muerte se enemistó con el régimen por la falta de libertades.
Vilfredo Pareto murió en la ciudad suiza de Ginebra.
a) Lévy – Bruhl dice que los primitivos son prelógicos, y nosotros, lógicos.
Pareto dice que nosotros somos alógicos en buena parte y los residuos
son abstracciones a partir de elementos relacionales comunes a todas
las sociedades.
b) Todo acontecimiento se interpreta inmediatamente, según Lévy – Bruhl,
en términos de representaciones colectivas y, según Pareto, en términos
de derivaciones.
c) Los sentimientos se sitúan por encima de la mera observación y el mero
experimento y determinan el papel de éstos en la vida cotidiana.
d) Lévy – Bruhl consideraba socialmente determinados el pensamiento y la
conducta mí sticos, mientras que Pareto los consideraba determinados
psicológicamente; en que Lévy – Bruhl propendí a a concebir la conducta
como producto del pensamiento, de las representaciones, y Pareto
juzgaba el pensamiento, las derivaciones, secundarios y carentes de
importancia; y en que va la civilizada, mientras que en opinión de Pareto
los sentimientos básicos son constantes y no varí an, no al menos
considerablemente, con los distintos tipos de estructura social.
e) Lévy – Bruhl nos deja con la impresión de que los primitivos están casi
continuamente dedicados a los ritos y dominados por creencias mí sticas,
Pareto nos transmite la de que los europeos se han pasado toda la
historia a merced de los sentimientos, sentimientos expresados en la
variada gama de la concepciones y acciones que él juzga absurdas.
(8)
«Conclusiones»
Evans-Pritchrd dice10 que “...la mayor parte de estas teorías son hoy letra muerta,
al menos para los antropólogos, y sólo tienen interés en cuanto muestras del pensamiento
de la época en que surgieron. Algunos de los libros comentados –por ejemplo los de Tylor,
Frazer y Durkheim- seguirán sin duda leyéndose a título de clásicos, pero ya estimularán
escasamente el estudio. Otros –los de Lang, King, Crawley y Marte, por ejemplo- han
quedado más o menos olvidados”.
La religión ha dejado de ocupar el pensamiento del hombre del modo en que lo hacía a
fines del siglo pasado y principios de éste. Culpa de esta focalización la ha tenido el papel que
desempeñaron los antropólogos en esta lucha.
...cada una de ellas con hábitos mentales y concepción del mundo propios.
10
V. Conclusión. Página nº 161.
Las personas pueden recurrir a un fetiche para ciertos fines, y a Dios en otras
situaciones; y una religión puede ser a la vez monoteísta y politeísta, según se piense el
Espíritu en cuanto unidad o en cuanto pluralidad.
En ciertas teorías de los siglos XVIII y XIX, se daba por hecho dos extremos
radicalmente opuestos en la evolución. Dado que los primitivos tenían un nivel técnico
comparativamente bajo, su pensamiento y sus costumbres tenían que constituir, en todos los
aspectos, la antítesis de los nuestros. Nosotros somos racionales, los pueblos primitivos son
prelógicos y viven en un mundo de sueños y ficciones, de misterio y terror; somos
capitalistas, ellos son comunistas; somos monógamos, ellos promiscuos; sopreanimistas o lo
que se quiera; etc.
Los espíritus del hombre primitivo “creados” en las distintas religiones, tienen poder
sobre sus descendientes y se manifiestan entre ellos para sancionar su conducta, cuidando de
que cumplan con su obligaciones y castigándolos si no cumplen. Los ritos religiosos tienen
lugar en ocasiones ceremoniales en las cuales el «status» relativo de los individuos o grupos
se afirma o confirma, tales como el nacimiento, la iniciación, el matrimonio y la muerte. Una
vez más para entender el papel de la religión en tales casos es necesario conocer la estructura
social.
Bergson, por ejemplo, dice que la sociedad y la cultura humanas sirven a un objetivo
biológico, y ambos tipos de funciones mentales sirven a este objetivo de formas diferentes y
complementarias. Estas sociedades perviven porque existe entre sus miembros el sentimiento
de un vínculo moral.
Así pues, la religión no es, como algunos han supuesto, fruto del miedo, sino un
modo de afirmación y un seguro contra el miedo. En última instancia, es fruto
de un apremio de los instintos, de un impulso vital que, unido a la inteligencia,
garantiza la supervivencia del hombre y el que éste ascienda evolutivamente
hacia cimas cada vez más altas.
Para concluir, es necesario decir que la religión forma parte de la vida social, pero para
el creyente tiene también otra dimensión.
Después de las críticas vertidas en esta obra, las dos últimas líneas escritas por E. E.
Evans-Pritchard dicen12:
11
Bergson, Henri (1859-1941), filósofo francés y premio Nobel, elaboró una teoría de la evolución
basada en la dimensión espiritual de la vida humana que tuvo una gran influencia en múltiples disciplinas. Nacido
en París, el 18 de octubre de 1859, estudió en la École Normale Supérieure y la Universidad de París. Enseñó en
varias escuelas desde 1881 hasta 1898, año en que aceptó trabajar como profesor en la École Normale
Supérieure. Dos años después fue nombrado para la cátedra de filosofía occidental en el Collège de France.
A menudo asociado con la escuela intuitiva de filosofía, el bergsonianismo es demasiado original y
ecléctico para ser así conceptuado. Bergson, sin embargo, sí subrayó la importancia de la intuición sobre el
intelecto, al impulsar la idea de dos corrientes opuestas: la materia inerte en conflicto con la vida orgánica, de
modo semejante a como el impulso vital se esfuerza por conseguir la acción libre creadora.
12
V. Conclusión. Página nº 194.
(9)
Bibliografía
FREUD, S. (1980): Tótem y tabú. El libro de bolsillo. Humanidades nº 41. ISBN: 84-206-
1041-0. Alianza Editorial, s. a. Madrid.