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Universidad Alberto Hurtado.

Facultad de Filosofía y Humanidades.


Ped. En Historia y Cs. Sociales.
América Latina Independiente I.

Amor Libre: consecuencia de la post-


guerra de la triple alianza.

Nombres:
Ignacio Córdova
Felipe Medina
Jorge Morales
Patricio Ríos
Felipe Sanzana
Raymond Valenzuela
En la historia de América latina, hemos encontrado uno de los episodios más amargos del
continente sudamericano, uno que será muy difícil de olvidar. Un episodio marcado por la
casi extinción de la población masculina del paraguay a manos de una guerra que casi se
convierte en un suicidio nacional a manos de un tirano1. ¿Pero a qué y a quién nos
referimos en este caso?, nos referimos a la guerra de la Triple Alianza, guerra en la cual se
vieron enfrentados dos bloques: Brasil, Argentina, Uruguay v/s Paraguay. Pero dentro de
este conflicto lo que más nos llamó la atención (uno de los puntos que tratará este informe)
es las distintas lecturas en cuanto al tema existen referidos al Paraguay, en como fue
disminuida su población masculina tras el conflicto anteriormente mencionado.
Algunos autores hablan de casi un 70%(Joaquín Nabuco, Omar Días Arce, Nicolás
Sánchez-Albornoz2) en la disminución de los hombres, al parecer, debido a la permanente
resistencia que el ejército de Solano López mantuvo hasta el fin de la guerra. Pero no todos
los autores coinciden en cuanto al factor crucial que desencadenó este problema y la crisis
demográfica que afectó a la población paraguaya entre 1870-1910. El interés que nos
despertó el tema es la escasa información al respecto, muchos autores tocan el tema de la
guerra de la Triple Alianza y las consecuencias de esta, pero solo nombran la poligamia y
no desarrollan este punto, pasándolo por alto y sin tomar en cuenta la importancia de esta
medida en un mundo sumamente católico, recordando que en la colonización llegaron al
lugar tanto Dominicos, Franciscanos como también Jesuitas. Estos últimos instaurarían,
bajo la influencia de los pueblos hospitales, las reducciones que llegarían a ser aplicadas a
lo largo de Sudamérica.
El siguiente informe se enfrentará a la problemática de si: ¿Realmente la guerra de la
triple alianza produjo tal disminución en la población (viendo las distintas posturas de
autores en cuanto al tema) desencadenando la crisis demográfica?, ¿La aprobación de lo
que se denominaría “Amor Libre” (una medida de poligamia y poliandria) por parte del
gobierno Paraguayo para solucionar el problema demográfico, dio resultados? o, ¿Las
políticas de inmigración fueron las más aptas para solucionar el problema? Además de las
posturas de los actores principales en el tema.

1
Joaquín Nabuco, “La Guerra del Paraguay”, Garnier Hermanos libreros-editores, París, año 1901, Pág 54.
2
Ibíd. Pág, 238-233. Leslie Bethell, “Historia de América Latina, 10. América del Sur, c. 1870-1930”,
Editorial Critica, Barcelona, año 2000, Pág 142. Pablo Gonzáles Casanova, “América Latina: Historia de
medio siglo”, siglo XXI editores, México, año 2003, Pág 332.
Siguiendo las problemáticas a responder en nuestro trabajo, tomaremos las interpretaciones
de algunos autores en cuanto al tema. Notamos diversas posturas, una de las más
importantes y distinta (en cuanto a la causa) a las demás es la que nos entrega Nicolás
Sánchez-Albornoz3, “La guerra de la triple alianza, a la que siguió una severa epidemia
de cólera, tuvo allí un efecto catastrófico. Se ha dicho que Paraguay perdió más de la
mitad de su población, aunque tal vez sea una exageración. Dieciséis años después del fin
de las hostilidades, el censo de 1886 todavía mostraba un 70 por 100 menos de hombres
que de mujeres de edad comprendida entre 15 y 45 años, el grupo más afectado por la
guerra. Asimismo, los niños nacidos durante la guerra, contrariamente a cualquier
distribución normal de las edades, eran un 17 por 100 menos que los nacidos antes. El
crecimiento demográfico no empezó a recuperarse hasta después de principios de siglo4”.
El autor claramente nos da indicios de que el problema demográfico no solo fue por la
guerra y que existen otros factores importantísimos a considerar que impidieron que la
población se recuperara durante y posterior al conflicto: “Ya hemos comentado el efecto
que la guerra de Paraguay, por ejemplo, tuvo en la población de dicho país. Más
frecuentes y menos irregulares resultaban las epidemias, alguna de ellas, por ejemplo la
viruela, el sarampión o la fiebre amarilla, eran endógenas, mientras que otras eran
importadas5”, siguiendo al autor una de las enfermedades más importantes como la cólera,
que fue el terror en toda América, afectó mayormente a las concentraciones de personas,
atacando a las trincheras durante la guerra de Paraguay.
Manteniendo la misma línea de argumentación, extraemos de Paul H. Lewis, el hecho de
que al estallar la contienda, la población de Paraguay era alrededor de millón y pico de
personas, pero factores como las luchas, hambre y enfermedades, habían reducido en más
de un 50 por 100. Entre los 221.000 supervivientes de la guerra había sólo 28.000 varones,
la mayoría de ellos muy jóvenes o muy viejos. Ante esto “el país se encontraba totalmente
en ruinas, poblaciones y granjas se encontraban abandonadas; la mayoría de las
propiedades destruidas. Miles de personas vagaban por el país, sin hogar, muriendo de
hambre y agotamiento a la vera de los caminos6”. Estas apreciaciones de estos dos autores

3
Leslie Bethell, “Historia de América Latina, 7. América latina: Economía y sociedad, c. 1870-1930”, Pág
107.
4
Ibíd.
5
Ibíd. Pág 122.
6
Leslie Bethell, “Historia de América Latina, 10. América del Sur, c. 1870-1930”, Editorial Critica,
Barcelona, año 2000, Pág143.
nos permitirían vislumbrar en nuestras mentes otros factores más importantes que la misma
guerra de Paraguay, asimismo dejando como poco probables o más bien como
complementos las tesis de Omar Días de Arce (quien alude a que la mantención de la
guerra por Solano López al frente de sus últimos hombres “más bien niños” hasta perecer,
habría dejado a la población masculina disminuida7) la de Joaquín Nabuco ( el ejercito
triunfador persiguió en casi una casería a los últimos integrantes del ejército8).
Es interesante la percepción que se aprecia con este último autor en cuanto al tema. En
como enaltece al pueblo, en la valentía y que la parte épica del conflicto corresponde al
Paraguay, asimismo asume una postura a favor de la Triple Alianza y del pueblo
paraguayo, pero a desmedro de Solano López como “la encarnación del secuestro, de la
opresión al pueblo9”, esta apreciación del conflicto por parte de un autor brasileño, nos
deja la pauta para analizar más adelante las posturas en cuanto al tema por parte de los
actores principales de este embrollo.
En nuestra investigación acerca del tema nos topamos con una serie de problemas e
incertidumbres las cuales abarcan desde las fuentes (pese a su cantidad, mencionan
brevemente el tema, en especial el de la “poligamia”, como por ejemplo Omar Días de
Arce, quien menciona en solo una línea el tema refiriéndose a que el pueblo paraguayo
recuperado parcialmente de la catástrofe demográfica gracias a las virtudes de la
poligamia10.) hasta lo curioso de apreciar un cierto grado omisión por parte de las
autoridades paraguayas (Embajada de Paraguay, en Chile) en cuanto a tocar el tema, las
verdaderas causas de la disminución de la población masculina y las medidas que adoptó el
gobierno para afrontar esta problemática en cuanto a referirse a la aprobación de una
poligamia, entre comillas, que tomó otro nombre como el de “Amor Libre”.
Considerando las implicaciones que abarca este concepto y como fue apropiado por la
población Paraguaya en la vida social (y si fue efectiva o no ante las medidas de
inmigración que menciona Sánchez-Albornoz) es lo que veremos a continuación con la
apreciaciones de Harris Gaylord Warren.

7
Pablo Gonzáles Casanova, “América Latina: Historia de medio siglo”, siglo XXI editores, México, año
2003, Pág 332.
8
Joaquín Nabuco, “La Guerra del Paraguay”, Garnier Hermanos libreros-editores, París, año 1901, Pág 228.
9
Ibíd. Pág 229.
10
Pablo Gonzáles Casanova, “América Latina: Historia de medio siglo”, siglo XXI editores, México, año
2003, Pág 333.
Ciertamente Paraguay, luego de la devastadora guerra de la triple alianza, está inmerso en
una de las miserias más grandes que ha sufrido un país sudamericano. El panorama
demográfico mostraba la crudeza de la guerra. La mayor parte de la población masculina
murió en el campo de las diversas batallas, esto sumado a las malas condiciones de higiene
y la inexistencia de una política de salud pública –para apalear el efecto de las
enfermedades que afectaban a la población-, configurarán el gran desastre demográfico de
la nación paraguaya.
Entre las causas de este desastre demográfico, podemos encontrar dos factores, que
apoyan a la gran mortandad de la población paraguaya, estos dos aspectos son:
 La guerra de la Triple Alianza: Diversos autores concluyen que Paraguay al tratar
de hacer frente a tres naciones, debió reclutar a la mayor parte de su población
masculina, muriendo gran parte de esta en la guerra.
 Enfermedades: Otros autores más osados plantean que la combinación de la guerra
de la Triple Alianza, más enfermedades como la fiebre amarilla, cólera y
enfermedades venéreas, atacarán ferozmente a la población paraguaya, sumiéndola
en la crisis demográfica de la post-guerra.
A través de lo planteado anteriormente, podemos apreciar que existen dos versiones o
líneas distintas, acerca de ese trágico episodio de la historia paraguaya. En este informe
abogamos por la segunda versión, puesto que si bien el factor de la alta mortalidad a causa
de la guerra genera el desastre demográfico, perfectamente el factor de la mortalidad a
causa de las enfermedades (que fue un factor a escala sudamericana), ahondará aún más el
desastre demográfico, obviamente abultando los números de la tasa de mortalidad.
A continuación veremos las soluciones que propusieron las autoridades paraguayas de la
post-guerra. Concretamente son dos las principales soluciones, por un lado está la relativa e
incluso para algunos mala política de migración hacia Paraguay. Por otro lado encontramos
con mejores resultados a la política del “Amor Libre” (de la cual da cuenta Harris Gaylord
Warren, en su libro Paraguay and the triple alliance).
La política de migración:
Paraguay indudablemente se vio en una situación miserable, tras la guerra de la Triple
Alianza. Desde pagar la mayoría de los gastos de la guerra, hasta el gran desastre
demográfico. El desafío era enorme, Paraguay no podía desaparecer, por lo que las
autoridades paraguayas asumieron la situación y se embarcaron en la reconstrucción de la
nación. Frente al desastre demográfico, las autoridades paraguayas optaron como primera
medida gestionar migraciones desde otros países, -europeos en su mayoría-. En primer
lugar se llevó acabo una especie de “campaña publicitaria”, para promover la migración
hacia Paraguay. Según Harris Warren, las autoridades paraguayas decían: “la inmigración
para Paraguay es sinónimo de libertad, felicidad, grandeza, etc11”.
Tras esta definición por una campaña publicitaria que posibilitará la migración hacia
Paraguay, en un primer momento se intentó traer a familias suizas, ofreciéndoles todas las
facilidades, pero sin embargo la migración de las familias suizas nunca se llevaría a cabo.
Esta negativa más que desalentar a las autoridades paraguayas, las llevó a otras zonas,
donde el problema de la leve sobrepoblación estaba instalado. Inglaterra fue el próximo
destino y es precisamente en Londres donde se lleva a cabo una fuerte propaganda
migratoria hacia Paraguay. Para esto se prometían concesiones agrícolas, provisiones,
implementos, pasajes, uso libre de líneas férreas por un año, etc. Gracias a estas facilidades
o privilegios, un grupo aproximado de 900 granjeros de Lincolnshire acceden a ir a
Paraguay, en busca de mejores oportunidades y condiciones, puesto que Paraguay ofrecía
grandes condiciones agrícolas. Es así como luego de las gestiones para preparar el viaje,
zarpa un barco que traería a los granjeros de Lincolnshire a Paraguay, sin embargo –Harris
Warren cuenta-, que el viaje de las familias de Lincolnshire fue desastroso, la hambruna y
las deplorables condiciones fueron las compañeras de los granjeros de Lincolnshire en su
viaje, olvidando estos últimos las promesas que deparaba Paraguay. Tras una tormenta el
barco arriba a Buenos Aires, estableciéndose en ese lugar los granjeros de Lincolnshire.
Como podemos ver la política migratoria en Paraguay pudo resultar con grandes costos
para la nación. Es debido a esto que se optará por otra política –quizás- mucho menos
costosa, pero más discutible, hablo de la política del amor libre.

11
Harris Warren, “Paraguay and the triple alliance: the postwar decade, 1869-1878” , Institute of Latin
American Studies, University of Texas Austin, Pág 144.
Amor Libre: consecuencia de la post-guerra.
Es interesante apreciar como las autoridades paraguayas –ante el cierto fracaso de la
política migratoria- optan por decretar el “Amor Libre”, -como bien lo denomina Harris
Warren-. Para el autor antes mencionado, el “Amor Libre” supone que tanto hombres como
mujeres pueden mantener relaciones con otros, es decir, se permite la práctica de la
poligamia y la poliandria. De una u otra forma al implementarse esta política de “Amor
Libre”, se iniciará una lucha entre natalidad y mortalidad (a causa de enfermedades
venéreas, posibilitadas por las incesantes relaciones).
En términos numéricos se habla de la gran proporción de mujeres en el país. Algunos
autores más conservadores dicen que por cada hombre paraguayo que vivía en Asunción,
existían tres mujeres, otros dicen que en las zonas rurales el número de mujeres por cada
hombre era de cincuenta. Una estimación concreta, realizada por el botánico francés
Benjamín Balanza, en 1877, señalaba que existían veintiocho mujeres –dato que parece más
real-.
En términos morales, la misma moral sexual de los paraguayos tendió a desaparecer. En
la época podemos apreciar a una iglesia pasiva, con un papel secundario, pues bajo la
administración del Dr. Francia, esta perdió poder y relevancia. Como medida para frenar la
imagen inmoral que daba Paraguay a los otros países, es que se aprobó una ley de
matrimonio que permitía estás prácticas del “Amor Libre”.
Otra apreciación que cabe señalar, es que el “Amor Libre” no suponía violaciones, es más
si existía violación esta era castigada. Harris Warren nos muestra un ejemplo de esta
situación: marineros portugueses e italianos arribaron a Paraguay, ante sus “necesidades” y
a sabiendas de la práctica del “Amor Libre” es que deciden violar literalmente a mujeres
paraguayas, ante esto la administración brasileña de la época –existente en Paraguay-
arresta a estos marineros.
Con lo tratado anteriormente hemos querido plantear que las causas de la gran
disminución de la población masculina de Paraguay , tiene directa relación no sólo con la
guerra de la triple alianza, sino también con un fenómeno que afectó a diversos países de
Sudamérica: las enfermedades, las cuales acrecentaron aún más la alta tasa de mortalidad.
De igual manera y a través de este informe, buscamos replantear el mito de la licencia
poligámica, que buscaba elevar la tasa de natalidad para recuperar a la población
paraguaya. Si bien no desconocemos que la proporción de mujeres en el Paraguay pudo
hasta cuadruplicar a los hombres, -por lo que sería lógica la práctica de la poligamia-,
vamos más allá y optamos por el concepto de “Amor Libre”, que propone tanto poligamia
como poliandria, lo cual acrecentaría aún más la tasa de natalidad de Paraguay, por esto
concordamos con Harris Gaylord Warren, quien es el creador de este concepto de “Amor
Libre”, el cual desarrolla en su libro “Paraguay and the triple alliance: the postwar
decade, 1869-1878”, específicamente en el capitulo “Paraguayan society in the postwar
decade”.
Antes de entrar de lleno al tema de las consecuencias de la guerra de la triple alianza
creemos que es de suma importancia el presentar algunos antecedentes que tuvo Brasil,
Argentina y Uruguay para entrar en la guerra contra Paraguay, con el fin de verificar las
verdaderas causas que les llevaron a detonar dicha guerra, y a dar comienzo a este conflicto
contra el pueblo guaraní, proceso que cambiará el curso de toda su posterior historia. Por
consiguiente, es necesario preguntarnos ¿Qué pasó con el país de Paraguay? ¿Con qué
motivos se llevó a cabo el proceso del pacto de la Triple Alianza? ¿Por qué razones se
deseaba eliminar a Paraguay, y disminuir su poder? , ¿Quiénes realmente se beneficiaron de
este acontecimiento? ¿Cuáles fueron las consecuencias?
Suman medio millón los paraguayos que han abandonado la patria, definitivamente, en los
últimos veinte años. La miseria empuja al éxodo a los habitantes del país que era, hasta
hace un siglo, el más avanzado de América del Sur. Paraguay tiene ahora una población
que apenas duplica a la que por entonces tenía y es, con Bolivia, uno de los dos países
sudamericanos más pobres y atrasados, ¿y esto debido a qué?.
Los paraguayos sufren la herencia de una guerra de exterminio que se incorporó a la
historia de América Latina como su capítulo más infame. Se llamó la Guerra de la Triple
Alianza. Brasil, Argentina y Uruguay tuvieron a su cargo el genocidio. No dejaron piedra
sobre piedra ni habitantes varones entre los escombros (o por lo menos eso se dice).
Aunque Inglaterra no participó directamente en la horrorosa hazaña, fueron sus mercaderes,
sus banqueros y sus industriales quienes resultaron beneficiados con el crimen de Paraguay,
pues la invasión fue financiada, de principio a fin, por “el Banco de Londres, la casa
Baring Brothers y la banca Rothschild, en empréstitos con, intereses leoninos que
hipotecaron la suerte de los países vencedores12”.

12
Gilbert Phelps. “la tragedia del paraguay”. New York. 1975. Pág. 72
Hasta su destrucción, Paraguay se erguía como una excepción en América Latina: la
única nación que el capital extranjero no había deformado. El largo gobierno de mano de
hierro del dictador Gaspar Rodríguez de Francia (1814–1840) había incubado, en la matriz
del aislamiento, un desarrollo económico autónomo y sostenido. El Estado, omnipotente,
paternalista, ocupaba el lugar de una burguesía nacional que no existía, en la tarea de
organizar la nación y orientar sus recursos y su destino. Francia se había apoyado en las
masas campesinas para aplastar la oligarquía paraguaya y había, conquistado la paz interior
tendiendo un estricto cordón sanitario frente a los restantes países del antiguo virreinato del
Río de la Plata. Las expropiaciones, los destierros, las prisiones, las persecuciones y las
multas no habían servido de instrumentos para la consolidación del dominio interno de los
terratenientes y los comerciantes sino que, por el contrario, habían sido utilizados para su
destrucción.
No existían, ni nacerían más tarde, las libertades políticas y el derecho de oposición, pero
en aquella etapa histórica sólo los nostálgicos de los privilegios perdidos sufrían la falta de
democracia. No había grandes fortunas privadas cuando Francia murió, y Paraguay era el
único país de América Latina que no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones; los viajeros
de la época encontraban allí un oasis de tranquilidad en medio de las demás comarcas
convulsionadas por las guerras continuas. Los visitante extranjeros informaban en 1845 a
su gobierno que en Paraguay “no hay niño que no sepa leer y escribir...” Era también el
único país que no vivía con la mirada clavada al otro lado del mar. El comercio exterior no
constituía el eje de la vida nacional; la doctrina liberal, expresión ideológica de la
articulación mundial de los mercados, carecía de respuestas para los desafíos que Paraguay,
obligado a crecer hacia dentro por su aislamiento mediterráneo, se estaba planteando desde
principios de siglo.
Por otro lado la balanza comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una
moneda fuerte y estable, y disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones
públicas sin recurrir al capital extranjero. El país no debía ni un centavo al exterior, pese a
lo cual estaba en condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur; contratar
técnicos ingleses que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y
enviar a Europa a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus
estudios. El excedente económico generado por la producción agrícola no se derrochaba en
el lujo estéril de una oligarquía inexistente, ni iba a parar a los bolsillos de los
intermediarios, ni a las manos brujas de los prestamistas, ni al rubro ganancias que el
Imperio británico nutría con los servicios de fletes y seguros. La esponja imperialista no
absorbía la riqueza que el país producía. El Estado paraguayo practicaba un celoso
proteccionismo, muy reforzado en 1864, sobre la industria nacional y el mercado interno.
El comercio inglés no disimulaba su inquietud, no sólo porque resultaba invulnerable aquel
último foco de resistencia nacional en el corazón del continente, sino también, y sobre todo,
por la fuerza de ejemplo que la experiencia paraguaya irradiaba peligrosamente hacia los
vecinos. El país más progresista de América Latina construía su futuro sin inversiones
extranjeras, sin empréstitos de la banca inglesa y sin las bendiciones del comercio libre.
Pero a medida que Paraguay iba avanzando en este proceso, se hacía más aguda su
necesidad de romper la reclusión. El desarrollo industrial requería contactos más intensos y
directos con el mercado internacional y las fuentes de la técnica avanzada. Paraguay estaba
objetivamente bloqueado entre Argentina y Brasil, por ende era necesario terminar con el
escándalo de aquel país que se bastaba a sí mismo y no quería arrodillarse ante los
mercaderes británicos.
De esta forma el tratado con Brasil y Uruguay se firmó el 10 de mayo de 1865; sus
términos draconianos fueron dados a la publicidad un año más tarde, en el diario británico
The Times, que lo obtuvo de los banqueros acreedores de Argentina y Brasil. Los futuros
vencedores se repartían anticipadamente, en el tratado, los despojos del vencido. Argentina
se aseguraba todo el territorio de Misiones y el inmenso Chaco; Brasil devoraba una
extensión inmensa hacia el oeste de sus fronteras. A Uruguay, gobernado por un títere de
ambas potencias, no le tocaba nada. Mitre anunció que tomaría Asunción en tres meses:
pero la guerra duró cinco años.
El caso de la inserción de Uruguay en la triple alianza resulta un tanto paradójico en el
sentido de que en un principio se proyectaba como un país hermano y posible aliado del
Paraguay, ya que había raíces comunes en la lucha contra las acciones imperialistas del
Brasil, desde tiempos de Independencia y la irrupción de la corona portuguesa hasta los
tiempos de conflictos entre las repúblicas de la Plata a lo largo del siglo XIX.
Las raíces de esta paradoja se encuentran en la primera mitad del siglo XIX. Brasil, como
colonia de la corona portuguesa, amenazaba la estabilidad de la independencia,
especialmente en la región del Plata, es por ello que dictadores como Francia en Paraguay y
el prócer de Uruguay, José Gervasio Artigas, veían el peligro y a un enemigo común al
norte de las fronteras a pesar de tener conflictos entre ellos: “Bien comprendía también el
dictador Francia que la lucha de Artigas con los portugueses había sido benéfica al
Paraguay, pues siempre temió ver en ellos al enemigo de su tierra 13”. Aún así Francia al
sostener su política hermética mantuvo la neutralidad y el comercio con el Brasil. No quería
establecer mayor conflicto, y no intervino mayormente en la ayuda a Uruguay.
Décadas mas tarde, con la inserción de la familia López en el poder del Paraguay, se
impulsaron medidas que favorecieron al comercio y las relaciones exteriores, en contraste a
las anteriores medidas de Francia. El intervencionismo que propagó Francisco Solano
López fue clave para entender el inicio del conflicto, como es ya bien sabido al querer
ayudar a Uruguay y los del partido blanco contra la invasión brasileña y la defensa de
Paysandú. Al ver que Argentina no actuaba, pidió el permiso para entrar a Uruguay so
pretexto de que la invasión brasileña afectaría a Paraguay también. Sin embargo Bartolomé
Mitre en Argentina no lo permitió ya que tenía simpatía y contactos con los líderes del
partido colorado del Brasil y Uruguay por lo que en 1863 colaboró con el general Flores en
la toma de poder en Uruguay.
Sobre la base de esto podemos afirmar que la intervención de Uruguay esta claramente
dada por la toma del poder por parte de los colorados, una facción conservadora común que
unifico a la triple alianza en contra de los intereses de Paraguay.
Según las historia contada por Brasil en función del conflicto de la triple alianza, en un
inicio las relaciones entabladas entre dichos países eran bastante satisfactorias en 1864, ya
que Brasil desde un comienzo reconoció a Paraguay como una república independiente,
defendiéndolo diplomáticamente del expansionismo territorial de las provincias unidas de
la plata, y de la confederación Argentina.
Ahora bien, lo interesante de la visión histórica de Brasil en dicho conflicto con
Paraguay, son las causas implícitas y explícitas, que dieron lugar a la guerra, ya que como
primera causa dada por Brasil, es la búsqueda de dicho país, en las definiciones limítrofes
de estos respectivos territorios, ya que a tal punto llegaba el interés de Brasil por definir sus
territorios con Paraguay, que ayudó a dicho país en “el mejoramiento de las fortificaciones
y del ejército del Paraguay14”. Implícitamente en Brasil vemos una urgencia, la cual
también la podemos observar en los países involucrados en el conflicto. Es preciso explicar

13
Zorrila De San Martín, Juan. La epopeya de Artigas. Claris, 82, Barcelona. Pág. 420
14
Helio Vianna. Historia de Brasil: Periodo de la Republica Volumen II. Ediciones Mel ornamentos. Cáp. LXV Pág. 198
que en dicha época del siglo XIX, el conjunto de países de Latinoamérica estaba en un
proceso de expansión, y reacomodación de sus territorios, en un afán de optimizar la
producción de materias primas por parte de las élites de cada país, este también era el caso
de Brasil: “A fines de 1864 hallabase Paraguay Armado como ningún otro país sur-
Americano, cuando los políticos Uruguayos del partido blanco resolvieron utilizar la
intervención de su tercer presidente Francisco solano López, con la intención de trabar la
15
relación con Brasil ”. En la cita anterior se nos deja ver el comienzo mismo del
conflicto, en las relaciones diplomáticas Brasil y Paraguay, ya que en su afán de conseguir
definir sus límites, da una herramienta poderosa a Francisco Solano López, el cual también
a su vez lo da a Uruguay a su tiempo. Es interesante notar el gran esfuerzo de Brasil por
impedir la guerra, y más aun ¿Cuál era la motivación real de Uruguay en arruinar aquellas
relaciones diplomáticas?“A pesar disto, insistirían los blancos en obtener de López el
compromiso de romper con nuestro país mantuviese, como mantuvo sus exigencias por
repetidos incidentes de frontera16”. La motivación de Uruguay se daba en relación con el
definir su territorio al igual que con Brasil, esto dio como resultado, la oportunidad por
parte de López de tomar la delantera, sacando ventaja de la ayuda de Brasil en un comienzo
y luego el apoyo de Uruguay, el cual después también traiciono.
Al dar a conocer las causas que produjeron la entrada de Brasil en el conflicto con
Paraguay, el factor económico no deja de ser una constante contingente al momento de
analizar las causas que llevaron a Brasil a involucrarse en aquella guerra, más el territorio
pugnado en cuestión era alto en recursos productivos los cuales daría un buen dividendo a
su poseedor. Es también necesario ver desde dentro las motivaciones de propio Paraguay a
voz de López el cual tenía el deseo de “ser considerado por los poderes europeos como
un gobernante esclarecido y civilizado17” Es claro que las motivaciones de López tenían
mayor envergadura que solamente la posesión del territorio, sino también la legitimidad de
sus acciones ante la opinión internacional, la cual tenía su vista puesta en aquel conflicto.
Lo dicho en el párrafo anterior se esclarece al ver como López insiste en que “la guerra
desde el principio hasta el fin, ha sostenido que fue Brasil quien inició la guerra contra el

15
Ibídem.198
16
Helio Vianna. Historia de Brasil: Periodo de la Republica Volumen II. Ediciones Mel horamentos. Cáp. LXV Pág. 198
17
Jorge Thompson. La Guerra del Paraguay, Editorial Buenos Aires. Pág. 32
Paraguay y no este contra aquel18” más aun López comparaba al diario oficial para que
este diera esas declaraciones.
Como conclusión abierta a debate en las paginas siguientes, Brasil se inserta o introduce
en la guerra a base de un problema netamente territorial, en el cual sus vecinos también
estaban inmersos, más aun esta el hecho de que Brasil toma primeramente una resolución
pacífica en conforme a lo ya planteado en párrafos anteriores pero eso se vio afectado por la
inclusión de Uruguay, el cual fue el catalizador para el desenlace de la guerra, a manos de
López el cual aprovecho las circunstancias para deshacerse de sus vecinos países, y
quedarse con la tierra pugnada en cuestión, cuidando su imagen y más aun dando un
notable contraste en las versiones referentes a cada uno de los países.
Entre tantos motivos del por qué del acuerdo deducimos los siguientes: eliminar una
potencia en ascenso, pues las oportunidades tanto económicas como territoriales que
ofrecería la conquista de un nuevo país, el Brasil se despojaba de un eventual rival que
aliado con la Argentina podría presenciar una seria amenaza en su ambición hegemonista
regional. Postulando que; "En la república Argentina está el imprescindible deber de
formar alianza con el Brasil a fin de derribar esa abominable dictadura de López y abrir al
comercio del mundo esa espléndida y magnífica región que posee, tal vez, los más variados
y preciosos productos de los trópicos y de los ríos navegables para explotarlo".19
En efecto los invasores venían para redimir al pueblo paraguayo: exterminándolo,
buscando su perdición. Pues Paraguay tenía, al comienzo de la guerra, poco menos
población que Argentina. Sólo doscientos cincuenta mil paraguayos, menos de la sexta
parte, sobrevivían en 1870. Era el triunfo de la civilización. La Argentina del presidente
Mitre, que había aplastado a sus propios caudillos federales, se quedó con noventa y cuatro
mil kilómetros cuadrados de tierra paraguaya y otros frutos del botín. Los tres países
sufrieron una bancarrota financiera que agudizó su dependencia frente a Inglaterra. La
matanza de Paraguay los signó para siempre. Y por tal motivo, considero al tratado de la
triple alianza como la crónica de una muerte anunciada para con el país más desarrollado de
la América de antaño. Su misión en síntesis era la de eliminar una política en ascenso que
contrariaba sus intereses económicos. Así el tratado de la Triple Alianza tenia un trasfondo
en sus ideales, el cual era eliminar a toda costa a una nación es ascensión, pues este

18
Ibíd.32
19
Alberdi, Juan Bautista: "La Guerra del Paraguay", Edición Hispanoamericana. 1990. Pág. 55.
comenzara a acumular riquezas y a crecer económicamente, obteniendo una gran influencia
en todo el territorio, teniendo el tratado variadas consecuencias las que serán
posteriormente dadas a conocer, las cuales serán fatales para el pueblo de Paraguay.
Las consecuencias del tratado son trágicas para el país, podemos acoplar también las
consecuencias de la guerra misma. Por un lado tenemos el legado limítrofe para con los
países de la alianza; las consecuencias sociales propias de un país devastado y las
consecuencias económicas y políticas, que son claramente manifiestas en la imposición de
moneda corriente brasileña y en la implantación del ejército de ocupación. La población,
que superaba los un millón trescientos mil habitantes antes de la conflagración, quedó
reducida a apenas doscientos mil habitantes, de los cuales aproximadamente el 10% eran
hombres, en su mayoría niños, ancianos y extranjeros. Las iglesias y casas particulares
fueron saqueadas cargándose las mercancías en los barcos brasileños y argentinos anclados
en el puerto de Asunción. También desaparecen todo tipo de tarifas aduaneras.
El Paraguay pierde ciento cuarenta mil kilómetros cuadrados de territorio. El Brasil se
apodera de un suelo muy extenso y apto para la agricultura; la Argentina del chaco austral y
casi del boreal también, conflicto que será subsanado más adelante. En síntesis, el Paraguay
pierde una extensión de tierra "casi igualable a los territorios de Cuba y Bélgica juntos",
como comenta Chiavenato. Sin embargo es preciso añadir, ¿Cuáles fueron los objetivos
logrados por la triple alianza?
Sintetizando, se lograron varios objetivos estipulados en el tratado; quitarle al Paraguay
la soberanía de sus ríos, responsabilizar al Paraguay de la deuda de la guerra creando así
una obligación imposible de cumplir, repartir el territorio paraguayo o parte de él entre la
Argentina y el Brasil, sometieron a la nación Paraguaya, arrasaron sus fortalezas, les
despojaron de sus nuestras armas, arsenales y astilleros, les impusieron sus límites
demarcatorios mediante un tratado unilateral. Reglamentaron su navegación,
otorgándonos la "libertad" de sus propios ríos, les impusieron su moneda y les permitieron
tener un gobierno no hostil a los intereses de la alianza.
El tratado de por sí ya fue un crimen político, y a éste se le sumaron todos los crímenes
contra la humanidad de la que fueron partícipes los aliados; tales como los que presenta
Juan Bautista Alberdi en su libro El crimen de la Guerra”20; haciendo gala al exterminio,
los ejércitos aliados de la mano de Bartolomé Mitre, cometieron crímenes con

20
Alberdi, Juan Bautista: "El Crimen de la Guerra", Librería Histórica. Página 45, 46.
ensañamiento y alevosía. Así, podemos citar la contaminación de las aguas de los ríos con
cadáveres coléricos, expandiendo así la mortal enfermedad hacia los militares y civiles que
bebían de esas aguas, siendo antecedente éste del principio de una guerra bacteriológica.
También fueron puestos a la venta un centenar de prisioneros paraguayos, vendidos como
esclavos al mejor postor, y teniendo como destino final el imperio brasileño. Éste, ya en
aquella época, albergaba la tímida suma de cuatro millones de esclavos.
Pero aún más desgarradores, son los hechos como la quema de hospitales y
degollamiento de personas en total estado de indefensión. Así, lo tomaron como ocio, el
Conde de Eu, cerrando y quemando el hospital de Piribebuy, donde se encontraban
ancianos y niños en estado calamitoso. Y por otra parte, el uruguayo Venancio Flores, que
al concluir las batallas disfrutaba degollando prisioneros. Asunción fue saqueada en su
totalidad el 1 de mayo de 1869. Fue ocupada por las tropas brasileñas causando desmanes
en la desolada ciudad, así estos nefastos personajes continuaron violando mujeres, niños y
cualquier ciudadano paraguayo. Y no nos olvidemos que la guerra era contra el gobierno
paraguayo. La ciudad fue saqueada en todo sentido, no hubo respeto hacia nada, ni hacia
nadie, tampoco se salvaron las embajadas de los gobiernos extranjeros.
Vemos que el país se encontraba totalmente en ruinas. Reinaba la anarquía total por las
calles y ni los propios aliados podían sostener la situación. Las casas fueron saqueadas en
su totalidad, las puertas rotas a hachazos, la paz pública exterminada y una población que
entre sus últimos suspiros clamaba por una justicia muy lejana para aquellos tiempos.
La guerra de la Triple Alianza sin lugar a dudas, con lo escrito en este trabajo, aboga por
definir que tal conflicto guardaba un profundo interés económico y estratégico, es por ello
que se puede observar claramente dos cuerpos dentro de esta investigación: una primera
parte dedicada a la problemática de la política de poligamia en Paraguay y de la cual se ha
creado una especie de “mito popular”, que hemos tratado de enfrentarla sobre la base de
una gran bibliografía que aborda aspectos diferentes para entender el genocidio en este
territorio y una segunda parte enfocada en los orígenes de este conflicto bélico; sus
participantes y sus razones, que creemos importante destacar en su contexto para así poder
llegar a poner en discusión lo verídico de las fuentes oficiales y lo poco que se sabe de este
tema. Esperamos claramente que iniciativas como estas sirvan para el estudio de nuevas
materias, ya que claramente, no podemos solucionar estas discusiones en este trabajo, pero
siempre es necesario un primer aporte.
Anexo

Tratado Secreto de la Triple Alianza:21

Art. 1. La República Oriental del Uruguay, Su Majestad el Emperador del Brasil, y


la República Argentina contraen alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el
gobierno del Paraguay.
Art. 2. Los aliados concurrirán con todos los medios de que puedan disponer, por
tierra o por los ríos, según fuese necesario.
Art. 3. Debiendo las hostilidades comenzar en el territorio de la Rca. Argentina o en
la parte colindante del territorio paraguayo, el mando en jefe y la dirección de los ejércitos
aliados quedan a cargo del Pdte. de la Rca. Argentina y general en jefe de su ejército,
brigadier don Bartolomé Mitre. Las fuerzas navales de los aliados estarán a las inmediatas
órdenes del Vice Almirante Visconde de Tamandaré, comandante en jefe de la escuadra de
S.M. el Emperador del Brasil. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil
formarán un ejército a las órdenes de su general en jefe, el brigadier don Manuel Luís
Osorio. A pesar de que las altas partes contratantes están conformes en no cambiar el teatro
de las operaciones de guerra, con todo, a fin de conservar los derechos soberanos de las tres
naciones, ellas convienen desde ahora en observar el principio de la reciprocidad respecto
al mando en jefe, para el caso de que esas operaciones tuviesen que pasar al territorio
oriental o brasileño.
Art. 4. El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente
de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios,
equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos
Estados.
Art. 5. Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que
tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde.
Art. 6. Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común
acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no
tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que
ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos.
Art. 7. No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los
aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que
quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos
que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga.
Art. 8. Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad
territorial de la Rca. del Paraguay. En consecuencia el pueblo paraguayo podrá elegir el
gobierno y las instituciones que le convengan, no incorporándose ni pidiendo el
protectorado de ninguno de los aliados, como resultado de la guerra.
Art. 9. La independencia, soberanía e integridad territorial de la República, serán
garantizadas colectivamente, de conformidad con el artículo precedente, por las altas partes
contratantes, por el término de cinco años.
Art. 10. Queda convenido entre las altas partes contratantes que las exenciones,
privilegios o concesiones que obtengan del gobierno del Paraguay serán comunes a todas

21
http://es.wikisource.org/wiki/Tratado_Secreto_de_la_Triple_Alianza. Documentos Históricos de
divulgación pública contenidos en Wikisource.
ellas, gratuitamente si fuesen gratuitas, y con la misma compensación si fuesen
condicionales.
Art. 11. Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer
los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación
de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República
no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de
guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no
pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos
arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos
dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y
cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los
aliados, acepten la invitación que se les haga.
Art. 12. Los aliados se reservan concertar las medidas más convenientes a fin de
garantizar la paz con la Rca. del Paraguay después del derrocamiento del actual gobierno.
Art. 13. Los aliados nombrarán oportunamente los plenipotenciarios que han de
celebrar los arreglos, convenciones o tratados a que hubiese lugar, con el gobierno que se
establezca en el Paraguay.
Art. 14. Los aliados exigirán de aquel gobierno el pago de los gastos de la guerra
que se han visto obligados a aceptar, así como la reparación e indemnización de los daños y
perjuicios causados a sus propiedades públicas y particulares y a las personas de sus
ciudadanos, sin expresa declaración de guerra, y por los daños y perjuicios causados
subsiguientemente en violación de los principios que gobiernan las leyes de la guerra. La
Rca.Oriental del Uruguay exigirá también una indemnización proporcionada a los daños y
perjuicios que le ha causado el gobierno del Paraguay por la guerra a que la ha forzado a
entrar, en defensa de su seguridad amenazada por aquel gobierno.
Art. 15. En una convención especial se determinará el modo y forma para la
liquidación y pago de la deuda procedente de las causas antedichas.
Art. l6. A fin de evitar discusiones y guerras que las cuestiones de límites
envuelven, queda establecido que los aliados exigirán del gobierno del Paraguay que
celebre tratados definitivos de límites con los respectivos gobiernos bajo las siguientes
bases: La República Argentina quedará dividida de la República del Paraguay, por los ríos
Paraná y Paraguay, hasta encontrar los límites del Imperio del Brasil, siendo éstos, en la
ribera derecha del Río Paraguay, la Bahía Negra. El Imperio del Brasil quedará dividido de
la República del Paraguay, en la parte del Paraná, por el primer río después del Salto de las
Siete Caídas que, según el reciente mapa de Mouchez, es el Igurey, y desde la boca del
Igurey y su curso superior hasta llegar a su nacimiento. En la parte de la ribera izquierda del
Paraguay, por el Río Apa, desde su embocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde
la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las vertientes del Este perteneciendo al Brasil y las del
Oeste al Paraguay, y tirando líneas, tan rectas como se pueda, de dicha sierra al nacimiento
del Apa y del Igurey.
Art. 17. Los aliados se garanten recíprocamente el fiel cumplimiento de los
acuerdos, arreglos y tratados que hayan de celebrarse con el gobierno que se establecerá en
el Paraguay, en virtud de lo convenido en este tratado de alianza, el que permanecerá
siempre en plena fuerza y vigor, al efecto de que estas estipulaciones serán respetadas por
la Rca. del Paraguay. A fin de obtener este resultado, ellas convienen en que, en caso de
que una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del gobierno del Paraguay el
cumplimiento de lo acordado, o de que este gobierno intentase anular las estipulaciones
ajustadas con los aliados, las otras emplearán activamente sus esfuerzos para que sean
respetadas. Si esos esfuerzos fuesen inútiles, los aliados concurrirán con todos sus medios,
a fin de hacer efectiva la ejecución de lo estipulado.
Art. 18. Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se
haya obtenido.
Art. 19. Las estipulaciones de este tratado que no requieran autorización legislativa
para su ratificación, empezarán a tener efecto tan pronto como sean aprobadas por los
gobiernos respectivos, y las otras desde el cambio de las ratificaciones, que tendrá lugar
dentro del término de cuarenta días desde la fecha de dicho tratado, o antes si fuese posible.
En testimonio de lo cual los abajo firmados, plenipotenciarios de S.E. el Presidente
de la República Argentina, de S.M. el Emperador del Brasil y de S.E. el Gobernador
Provisorio de la República Oriental, en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este
tratado y le hacemos poner nuestros sellos en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de Mayo del
año de Nuestro Señor de 1865.
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