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LA GRAN IMPORTANCIA DE LA

PREVENCIÓN.

¿Qué es lo más importante para que un deportista pueda mejorar y


superarse cada día? SIN DUDA, NO LESIONARSE. Consecuentemente, LA
PREVENCIÓN DE LESIONES se convierte en la BASE DE LA PREPARACIÓN
a partir de la cual se construye el RENDIMIENTO. Una base amplia de
cimientos sólidos nos asegura, por tanto, un crecimiento más regular y
continuado.

La documentación disponible acerca de la prevención de lesiones en


deportes colectivos, y en balonmano en particular, es muy escasa. ¿Acaso no
es un tema prioritario? ¿Se tiene en cuenta este apartado en la planificación y
programación deportiva? ¿Qué criterios rigen esta programación? Varios son
los médicos y fisioterapeutas de diferentes “equipos profesionales” que
publican trabajos acerca de su labor en la rehabilitación y reentrenamiento de
los deportistas pero ¿y la prevención? ¿es labor del “cuerpo médico” o del
“preparador físico”? ¿Es necesario contar con un “equipo medico” para prevenir
las lesiones? Y lo más importante: ¿Qué podemos hacer los equipos “no
profesionales” que contamos con un equipo técnico y médico muy limitado?
Dada la relevancia máxima de este tema creemos necesario planificar,
programar y entrenar para prevenir lesiones, sea cual la categoría del equipo y
tengan más o menos personal técnico y médico a su disposición. De hecho
considero que la prevención de lesiones se debe realizar durante los
entrenamientos y por el cuerpo técnico (entrenador, ayudante, preparador
físico,...)

Entrenar para prevenir lesiones exige conocer nuestro deporte


profundamente. El balonmano tiene una incidencia lesional muy elevada y
hemos de conocer el origen y la causa de las lesiones más frecuentes para así
poder entrenar para prevenirlas.
En la práctica del balonmano existen numerosos contactos (empujones,
agarrones, golpes,...) que originan lesiones por traumatismo directo, por otro
lado sabemos que se realizan numerosas acciones explosivas (giros,
aceleraciones, frenadas, caídas de saltos, cambios de dirección, fintas,...) en
las que músculos, tendones y ligamentos deben soportar tensiones muy
bruscas, estas acciones generan lesiones por traumatismo indirecto. Por
último, las acciones explosivas repetidas frecuentemente (saltos,
lanzamientos,...) generan las lesiones por repetición.
Estas acciones son específicas del balonmano y cada puesto específico y
jugador tiene connotaciones diferentes ¿O acaso un extremo recibe los
contactos de la misma manera que un primera línea? ¿Son similares las
acciones de un pivote que las de un portero? La respuesta es clara: muchas
acciones son específicas según el puesto y las características del jugador. Por
esa razón se deben analizar las acciones de alta incidencia lesional de cada
jugador en su puesto específico y entrenamos para evitarlas (entrenamiento
muscular, fortalecimiento de ligamentos y tendones, propiocepción,...

Además es necesario tener en cuenta las articulaciones y músculos


más afectados por las lesiones (la mano: 25%, el tobillo: 25%, la rodilla:
19%,...) para focalizar la atención en ellas.
Por último, es necesario destacar que el 80% de estas lesiones se producen en
“competición” (oficial, amistosa o en el entrenamiento) debido, en gran parte, a
la fatiga: factor clave que eleva exponencialmente el riesgo de lesión. Por eso,
y por más razones que no vienen al caso, es clave una óptima preparación
física.

Se debe dedicar entre un 10-25% del tiempo de entrenamiento y varía


en función el momento de la temporada, es decir, depende de la
temporalización (macrociclo, periodo, microciclo y sesión en que nos
encontramos).
Este “entrenamiento preventivo” puede ser colectivo (atendiendo a las
necesidades generales del balonmano), grupal (focalizado sobre acciones
concretas de un grupo de jugadores como por ejemplo los primeras líneas) e
individual (teniendo en cuenta las características individuales de cada jugador:
acciones especiales que realiza dicho jugador, articulaciones que le acarrean
mayores problemas, lesiones anteriores, grupos musculares que se
sobrecargan con frecuencia,...)
Por último, desearía destacar algunos factores que incrementan
sustancialmente el riesgo de lesión:
- Progresión inadecuada tras periodos de inactividad
- Intensificación del entrenamiento “prematura”, cuando el organismo aún no
está preparado
- Pausas de recuperación insuficientes entre altas cargas físicas ¿son
necesarias? Analizar el deporte
- Insuficiente movilidad y flexibilidad
- Mala coordinación (control del cuerpo)
- Deficiente estabilidad y fortalecimiento de ligamentos, tendones y musculatura
(referido sobre todo al tronco)
- Mala recuperación física o psiquica
- Falta de forma física
- Demasiadas competiciones y/o entrenamientos
- Prisa por volver tras una lesión.

Pero ¿y si un entrenador no conoce todo esto? Será necesario


entonces tener mucho cuidado en la planificación de sus entrenamientos...
“Hoy en dia, el entrenador que desconoce los aspectos fisiológicos de su
método se convierte en un peligro para el deportista.

No obstante, planificar y programar teniendo en cuenta la “prevención


de lesiones” no es complejo, no exige gran formación, pero si TRABAJO,
muchas horas de TRABAJO. En contraprestación nuestros jugadores gozarán
de salud.

La otra manera: pasar de la prevención de lesiones y “echarle la culpa


a la mala suerte” cuando comiencen a aparecer los problemas...

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