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Bedolla Ludwig Van

Castillo Koschnick Guillermo


Giordano Garibay Giancarlo
Martínez Hernández Andrea Daniela
Montesinos Alarii
Rodríguez Escobedo Andrea
Toral José Manuel

Democracia y Desarrollo en México 1994 – 2006

En este trabajo se busca analizar la relación que existe entre el crecimiento económico y la
democracia entendida desde la perspectiva de la participación ciudadana. Las hipótesis que
presenta este ensayo son dos. La primera se formula como: a mayor desarrollo económico, mayor
el aumento en la cultura política. La segunda formulación es: a mayor crecimiento económico,
aumenta la cultura política. Para ello, se tomaron como variables independientes al PIB per cápita
y al IDH por entidades federativas, mientras que la variable dependiente corresponde al aumento
en la participación en las contiendas electorales. A través de la aplicación de la prueba de
correlación R de Pearson se determinó que no existe una relación entre las variables antes
mencionadas. En este sentido, se analizan los motivos por los cuales no se encontró una
correlación y las posibles fallas que puede tener la utilización de las variables establecidas.

Introducción

En el año 2000 hubo un cambio de partido en el poder en México. El Partido de Acción Nacional
(PAN) le ganó las elecciones presidenciales al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que
durante más de 70 años había dominado la esfera política. Dicho evento marcó la transición hacia
la democracia en el país.
Existe un amplio consenso en la mayoría de los países occidentales que la democracia es,
hasta el momento, el modelo político que ha logrado canalizar las demandas de los ciudadanos de
mejor manera y que presenta una menor tendencia a que los países que han adoptado este modelo
luchen de manera armada entre si1. Por ello, alrededor del mundo se ha impulsado la adopción,
profundización y mejoramiento de este modelo político.
Para explicar los avances en la materia existe una amplia literatura que relaciona el avance
de la democracia con logros en otras áreas; en este sentido, procesos como la ampliación de
Derechos Humanos, la transparencia y rendición de cuentas, el aumento de la participación por
parte de la sociedad política, entre otros han adquirido gran relevancia. No obstante, durante las
dos últimas décadas se ha argüido que uno de los principales factores que está íntimamente
relacionado con la ampliación de la democracia es el desarrollo económico.
A pesar de que no se ha descubierto la causalidad entre democracia y desarrollo
económico es importante estudiar dicha relación, ya que permite profundizar el conocimiento
respecto a cómo ahondar en el proceso de democratización y a mejorar el bienestar de la
sociedad. Así pues, la pregunta que busca responder este trabajo de investigación es si un mayor
crecimiento económico y, a la larga, un mejor nivel de vida implican un avance en el proceso de
consolidación democrática de un Estado.

1
Al respecto léase Bruce Russett, Grasping the Democratic Peace. Principles for a Post-Cold War World, Princeton
(NJ: Princeon University Press, 1993), capítulo 1.
Este ensayo presenta las siguientes dos hipótesis. La primera se formula como: a mayor
desarrollo económico, mayor el aumento en la cultura política La segunda formulación es: a
mayor crecimiento económico, aumenta la cultura política. Por lo tanto, es notable que estas
hipótesis no tratan de mostrar la causalidad que existe entre estos dos procesos. Para sustentar
esta hipótesis, se analiza la relación que existe entre las variables desde el año 1991 hasta 20062.
Para efectos del trabajo, se toman en cuenta, como variable dependiente, la cultura
política y, como variables independientes, el crecimiento y desarrollo económicos. La cultura
política se define como la participación política en las elecciones. Dicha variable se medirá con el
crecimiento porcentual de la votación por estado en las elecciones presidenciales de 1994, 2000 y
2006, junto con las elecciones intermedias de los años 1994, 1997, 2000, 2003 y 2006.
Asimismo, crecimiento económico se define como el incremento neto del ingreso. Esta variable
será medida con el PIB per cápita por entidad federativa. Mientras que, desarrollo económico se
entiende como la manera en que el crecimiento económico repercute en el acceso a la educación,
a la salud y a la producción. Esta variable se mide a través del Índice de Desarrollo Humano
(IDH) por Estado.
La manera en que se estructura el presente trabajo consta de cuatro fases. Primero se
plantean los fundamentos teóricos que darán estructura al trabajo y que fungirán como punto de
partida para responder la pregunta de investigación. En segundo lugar hace un recuento de
estudios previos que versan sobre la relación entre la democracia y el desarrollo económico, el
desarrollo económico y la perdurabilidad de la democracia, así como la aspiración a demandas de
tipo no material, mismas que se generan una vez que las necesidades materiales han sido
cubiertas. En tercer lugar se explica la metodología que se siguió para obtener los resultados. En
tercer lugar se presentan los resultados del estudio y, por último, se discuten los hallazgos.

Marco teórico

Esta parte del estudio se distribuye de la siguiente forma. En primer lugar se plasma el
fundamento teórico sobre el que se basa este estudio. En segundo lugar se presenta la relación
entre dicho marco teórico y el trabajo en cuestión.
El fundamento teórico de este trabajo se basa en la pirámide de Maslow e Inglehart.
Maslow argumenta que los individuos ordenan de forma jerárquica los bienes que necesitan o
quieren satisfacer. Conforme se satisfacen las necesidades más básicas aumentan sus expectativas
y deseos de satisfacer otro tipo de necesidades. En primer lugar se encuentran las necesidades
materiales, como comer, vivir, seguridad y vestido; es decir, todas aquellas que asegurarán su
supervivencia de la manera más básica. Una vez que se hayan satisfecho dichas necesidades, los
individuos buscarán el cumplimiento de necesidades psicológicas o sentimentales, en éstas se
incluye la necesidad de afiliación con otras personas. Por último, una vez satisfechas las demás
necesidades, el hombre se preocupará por llegar a la culminación con su autorrealización. Esto
quiere decir que el individuo ya habrá desarrollado otro tipo de intereses o necesidades, es decir,
las que van más allá que la mera supervivencia: las intelectuales.3

2
Se analiza únicamente este lapso, ya que los datos requeridos para llevar a cabo este estudio, específicamente en
materia electoral, no están sistematizados.
3
Ronald Inglehart & Scott C. Flanagan. “The American Political Science Review” The American Political Science
Review 81, núm 4. (diciembre 1987): 1289-1319, http://www.jstor.org/stable/1962590 (acceso noviembre 26, 2009)
Con base en la pirámide de Maslow, Inglehart desarrolla el argumento de que en una
sociedad en la que las necesidades básicas han sido cubiertas, es decir, los valores materiales
están satisfechos, los individuos desarrollarán valores post-materiales. Los valores post-
materiales son aquellos que van más allá de asegurar su supervivencia, es decir, las necesidades
intelectuales y de autorrealización que menciona Maslow. La teoría del desarrollo humano y la
modernización que propone Inglehart se sustenta en el argumento de que el desarrollo económico
está ligado con los cambios en una sociedad, y, con algunas excepciones, ayuda a predecir los
cambios en la vida cultural, social y política de un Estado.4
Inglehart argumenta que el desarrollo económico puede garantizar la industrialización de
un país, la especialización, el desarrollo en la educación, el ingreso per cápita y, eventualmente,
cambios sociales, políticos y culturales. Uno de los cambios sociales y culturales que se
presentarán son: la equidad de género; sin embargo, en este trabajo se enfatizará en los cambios
políticos. La satisfacción de los valores materiales, que se cumple con un constante desarrollo
económico, conllevará a una mayor participación política, es decir, a la preocupación por valores
post-materiales.

Estudios previos en la relación democracia y desarrollo económico

El primer trabajo que se tomó a consideración como estudio previo es el de James Chowing
Davies, quien argumenta que una vez que la sociedad tiene garantizada su supervivencia y
seguridad será más fácil determinar la dirección en la que sus instituciones políticas
evolucionarán. Davis afirma que la preocupación política disminuye en una sociedad cuya
principal prioridad es la supervivencia, situación que generalmente se da en los países más
pobres; mientras que una sociedad que posee los medios necesarios para poder ocuparse de
establecer una identidad de grupo, que le ayude a encontrar intereses en común, y que culminen
en una mejora del bienestar colectivo podrán lograr que la participación política efectiva con
mayor facilidad.5
En un segundo estudio se aborda la cuestión en cuanto a por qué la democracia dura más
en unos países que en otros. Adam Przeworski argumenta que la democracia, la prosperidad, el
crecimiento con moderada inflación y la desigualdad en descenso, además de un clima
internacional favorable e instituciones parlamentarias son las condiciones ideales para que una
democracia perdure. Los resultados del estudio muestran que los factores económicos en la
4
Ronald Inglehart & Wayne E. Baker. “Modernization, Cultural Change, and the Persistence of Traditional Values”
American Sociological Review 65, núm.1 (febrero 2000): 19-51,
http://www.jstor.org/stable/2657288 (acceso noviembre 26, 2009).
5
James Chowing Davies, “Political Psychology” International Society of Political Psychology 12, núm. 3
(septiembre, 1991): 389-420,
http://www.jstor.org/stable/3791750 (acceso noviembre 26, 2009)
sustentabilidad de las democracias son cruciales (una vez que un país alcanza un ingreso per
cápita de más de $6,000 dólares anuales, la democracia subsistirá con seguridad). Asimismo,
factores como las instituciones políticas y el ambiente internacional repercuten, pero en menor
medida, a la supervivencia de dicho sistema6.
Un tercer trabajo de Hristos Doucouliagos y Mehmet Ulubasoglu aglomera los resultados
de 81 trabajos de diversos autores acerca de la correlación entre la democracia y el crecimiento
económico. El método empleado fue una meta-regresión del producto de los estimados de los
trabajos previos. Los analistas concluyen que la democracia no tiene un impacto en crecimiento
económico. Sin embargo, se encuentran resultados estadísticamente significativos entre la
democracia y elementos como: mayor capital humano, menor inflación, más estabilidad y
gobiernos duraderos7.
Ya se han presentado con anterioridad distintos estudios que incluyen o tratan el mismo
tema que este trabajo pretende realizar, entre estos se encuentran el de Willibald Sonnleitner, el
de David Altman y el de Linda Nuñez, José Vicente Carrasquero, Daysi Rodríguez y Alfonso
Cáceres. En la siguiente sección se presentan los argumentos centrales de estos estudios y los
resultados que éstos arrojaron como conclusión, para ver si dichos estudios han seguido la misma
línea de investigación que este trabajo y qué resultados han obtenido.
El primero de estos estudios tiene como título “Participación electoral y desarrollo
humano: apuntes metodológicos para el análisis territorial y multidimensional del voto en México
y Centroamérica” y fue escrito por Willibald Sonnleitner. Este trabajo busca responder las
preguntas de ¿qué relación guarda la participación electoral con el desarrollo material y humano
de una sociedad? ¿Es el abstencionismo una consecuencia de la exclusión, o el resultado de una
decisión conciente, una forma de protesta y de resistencia, un recurso adicional de estrategia
política?8 Para solventar esta pregunta se busca probar si, como se ha mencionado anteriormente,
se requieren de ciertas condiciones materiales para el desarrollo democrático de un país.
Sonnleitner sostiene que la participación o, más bien, el abstencionismo se puede explicar por
otros factores distintos al desarrollo socio económico, factores como la edad, el patrimonio, la
religión, el género, etc.
El autor realiza pruebas metodológicas para probar la incidencia de la distribución
espacial de los votos en el resultado electoral final, después analiza qué tanta incidencia tiene el
índice de desarrollo humano en la participación efectiva de la población. Se concluye que no
existe una causalidad directa, pues existen países cuyo IDH es bajo y tienen una alta participación
electoral y países con alto IDH y una baja participación electoral. Así pues, este trabajo se
extiende y aumenta el número de variables de estudio para ofrecer una explicación alternativa
más completa.
Otro trabajo que se ha tomado en cuanta para este estudio es el de David Altman. Éste
tiene como objetivo encontrar una correlación entre los votos obtenidos por las dos grandes
coaliciones en Chile, Concertación y Alianza, y las variables socioeconómicas e institucionales
6
Przeworski, A., Alvarez, M., Cheibub, J. A., y Limongi, F.: “Las condiciones económicas e institucionales de la
durabilidad de las democracias”, en La Política. Revista de estudios sobre el Estado y la sociedad, segundo semestre,
1996, pp. 89-108.
7
Hristos Doucouliagos & Mehmet Ulubasoglu, “Democracy and Economic Growth: A Meta-Analysis”, Deakin
University School of Accounting, Economics and Finance Working Paper Series No. 2006/04. Disponible en
http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1014333 (Fecha de consulta: 8 de septiembre de 2009).
8
Willibald Sonnleitner, “Participación electoral y desarrollo humano: apuntes metodológicos para el análisis
territorial y multidimensional del voto en México y Centroamérica”, Estudios sociológicos, núm. 75 (otoño 2007),
813-836.
de los estados. Altman menciona que es importante conocer las motivaciones detrás del voto e
identifica las variables de índole económica como modificantes de los resultados electorales.
Altman no sólo afirma que los factores económicos afectan la dirección del voto, es decir, qué
coalición obtendrá mayor cantidad de votos, sino que también afirma que éstos afectarán la
participación electoral. Para comprobar su hipótesis, el autor realiza regresiones multivariadas y,
para ellos, utiliza la cuadrática de Índice de Desarrollo Humano como variable independiente,
mientras que la variable dependiente es el porcentaje recibido por las coaliciones en cada una de
las unidades geográficas, es decir, en los municipios y distritos electorales.9
Altman concluye que en Chile, la coalición gubernamental, Concertación, obtiene mejores
resultados electorales en los estados con mayor índice de desarrollo humano y que el bloque
opositor, Alianza, obtiene mejores resultados electorales en los estados con menor índice de
desarrollo humano. El autor afirma que sí existe una correlación entre la participación política y
la dirección del voto con las variables económicas.
Por último se analizará el trabajo realizado por el Centro de Investigación de la Escuela de
Ciencias Administrativas de Venezuela. Éste se concentra en estudiar el efecto que tiene el Índice
de Desarrollo Humano en la continuidad de los partidos políticos, en el trabajo se estudian casos
específicos por regiones y se utiliza evidencia electoral y socioeconómica. Se tomó en cuenta este
estudio porque la continuidad de los partidos políticos depende de cierta cantidad de votos, es
decir, de la participación política.
En esta investigación se consideraron las siguientes variables: IDH, regiones de
Venezuela y año electoral; esto en el periodo de 1992 a 2004. Se realizó una regresión logística
binaria para explicar el contexto socioeconómico del periodo determinado y encontrar una
correlación entre las variables antes mencionadas y el comportamiento político electoral del país
a nivel regional. La conclusión de dicho estudio es que el IDH es la variable con mayor
influencia en los resultados respecto a la continuidad del partido político. Los autores de esta
investigación sostienen que las estrategias partidistas deben estar basadas en construir bases
institucionales que provean a la sociedad de garantías de propiedad y desarrollo, ya que el premio
que le otorguen al partido será a través del voto y éste lo obtendrán si se alcanza cierto nivel de
bienestar.10

Hipótesis, variables y técnicas estadísticas

El análisis busca comprender la relación entre desarrollo y crecimiento económico con los niveles
de participación. Se presentan tres hipótesis principales:

H1: Existe una correlación entre entidades con altos niveles en el Índice de Desarrollo
Humano y las que reportan más porcentaje de votos emitidos.
H2: Existe una correlación entre las entidades con mayor PIB per cápita y las que reportan
más porcentaje de votos emitidos.
H3: Existe una correlación entre el crecimiento del PIB per cápita y el crecimiento del
porcentaje de votación.

9
David Altman, “Redibujando el mapa electoral chileno: incidencia de factores socioeconómicos y género en las
urnas”, Revista de Ciencia Política, núm. 2, (otoño 2004) 49-66.
10
Linda Núñez, José Vicente Carrasquero, Daysi Rodríguez y Alfonso Cáceres, “Índice de desarrollo humanoy
continuidad de los partidos políticos en las regresiones de Venezuela”, Cuestiones políticas, núm 46. (primavera
2008).
H3a: Existe una correlación entre el crecimiento del PIB per cápita y el
crecimiento del porcentaje de votación en años de elección presidencial.

Fueron excluidas del diseño de investigación aquellas hipótesis que concernían en análisis del
PIB por entidad federativa debido a la naturaleza del porcentaje de votos emitidos. Mientras que
el porcentaje de votos emitidos fue obtenido con base en el padrón electoral de cada año de
elección, el PIB es una puntuación bruta de una cantidad monetaria; la comparación no resultaría
afortunada debido a la cantidad de población en cada entidad federativa. Asimismo, no se
encontraron datos confiables del PIB per cápita de 1990 ni de 1991 para hacer la comparación; de
tal suerte, se decidió suprimir ese año del estudio.
De tal forma, el Índice de Desarrollo Humano fue elegido por ser una medición que toma
en cuenta la población de la entidad y engloba otros factores que podrían ser relevantes dada la
literatura consultada en estudios previos como niveles de escolaridad, salud e ingreso familiar. El
PIB per cápita fue una medición elegida con el fin de encontrar una variable que determine la
riqueza de una entidad federativa ponderada por la población de la misma. Ambas fungen como
mecanismos causales a partir de que son representativos de la generación de valores
postmateriales ante panoramas económicos prósperos que incentivarían a la población de ciertas
entidades federativas a participar más en los procesos políticos y, por ende, votar.
Con respecto al Índice de Desarrollo Humano, el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD) presentó dos metodologías en su Informe sobre Desarrollo Humano
México 2002-2004 con respecto al Índice Modificado de Desarrollo Humano 1950-2000. La
PNUD advierte que “para poder construir el indicador han debido hacerse ciertas modificaciones
ante la ausencia de algunas variables requeridas, además de que se ha juzgado pertinente
introducir el ajuste al PIB per cápita por la presencia de producción petrolera”. 11 Entre esas
modificaciones se encuentran la de modificar el rango de edad en el cálculo de la tasa de
asistencia de 6 a 14 y n entre 6 y 24 como propone Naciones Unidad, la de ajustar el PIB per
cápita por el componente petrolero para eliminar sesgos a favor de estados productores y la
calcular el índice de PIB per cápita con referencia a un máximo de 40 mil pesos de 1993 y un
mínimo de mil pesos del mismo año.12

CUADRO 1. DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES UTILIZADAS EN EL


ANÁLISIS Y SU EFECTO ESPERADO EN LA VD
Variable Descripción
dependiente
(VD)
Aumento en la Porcentaje de votos emitidos con respecto al padrón electoral en
participación las votaciones de 1994, 1997, 200, 2003 y 2006.
política medida
en participación
electoral

11
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano México 2002.
"Desarrollo Humano", 60.
12
Íbid., 61.
Variables Descripción Efecto
Independientes esperado*
(VI)
Desarrollo Índice de Desarrollo Humano (2000-2004) e Aumento
Índice de Desarrollo Humano Modificado
(1990-2000) por entidad federativa
Crecimiento PIB per cápita (1990-2006) por entidad Aumento
ponderado por federativa.
la población
Fuente: Elaboración propia. *En cuanto a la participación ciudadana (VD). N=32

Las técnicas utilizadas sobre H1, H2 y H3 fueron: (1) la prueba Kolmogorov-Smirnov sobre
distribuciones normales y (2) la prueba de correlación de Pearson.
La información cualitativa está disponible en las páginas de Internet del (1) Instituto
Federal Electoral, (2) del Gobierno del Estado de Puebla, (3) del INEGI , (4) del Centro de
Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados13 y de los Informes sobre
Desarrollo Humano México 200214, 200415 y 2006-200716.

RESULTADOS DEL ANÁLISIS

H1: Existe una correlación entre entidades con altos niveles en el Índice de Desarrollo
Humano y las que reportan más porcentaje de votos emitidos.
Part91 Part94 Part97 Part00 Part03 Part06
IDHant Correlación de 0.322 .419* 0.327 0.276 0.211 0.110
90 Pearson
Sig. (bilateral) 0.072 0.017 0.068 0.126 0.246 0.548
N 32 32 32 32 32 32
IDHant Correlación de 0.289 .356* 0.254 0.223 0.156 0.063
95 Pearson
Sig. (bilateral) 0.108 0.045 0.160 0.219 0.394 0.734
N 32 32 32 32 32 32
*
IDHant Correlación de 0.315 .376 0.284 0.254 0.190 0.083
00 Pearson

13
Cámara de Diputados. "PIB per cápita por entidad federativa". Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.
http://www3.diputados.gob.mx/camara/001_diputados/006_centros_de_estudio/02_centro_de_estudios_de_finanzas
_pub (Fecha de consulta: 25 de noviembre de 2009).
14
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano México 2002. "Desarrollo
Humano". http://www.undp.org.mx/spip.php?page=publicacion&id_article=256 (Fecha de consulta: 25 de
noviembre de 2009)
15
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano México 2004. "Desarrollo
Humano".http://www.undp.org.mx/spip.php?page=publicacion&id_article=255 (Fecha de consulta: 25 de noviembre
de 2009)
16
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Publicaciones México. "PIB per capita 2006 por entidad
federativa". http://www.undp.org.mx/spip.php?page=publicaciones_tema&id_mot=14 (Fecha de consulta: 25 de
noviembre de 2009)
Sig. (bilateral) 0.079 0.034 0.115 0.161 0.299 0.650
N 32 32 32 32 32 32
IDH00 Correlación de 0.148 .367* .409* .373* 0.188 0.169
Pearson
Sig. (bilateral) 0.418 0.039 0.020 0.035 0.304 0.355
N 32 32 32 32 32 32
*
IDH03 Correlación de 0.133 .353 .399* .361* 0.196 0.165
Pearson
Sig. (bilateral) 0.469 0.048 0.024 0.042 0.281 0.367
N 32 32 32 32 32 32
*
IDH04 Correlación de 0.126 .350 .393* .352* 0.193 0.154
Pearson
Sig. (bilateral) 0.491 0.050 0.026 0.048 0.289 0.400
N 32 32 32 32 32 32
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Sólo con la medición nueva del IDH en el año 2000 existe una correlación débil entre éste
y el porcentaje de participación (r=.373, Sig. (bilateral)= 0.035); además, existe una correlación
entre el porcentaje de votos emitidos en 1994 con el IDH, medido con el antiguo proceso, de
1995 (r=0.356, Sig. (bilateral)= 0.045).

H2: Existe una correlación entre las entidades con mayor PIB per cápita y las que reportan
más porcentaje de votos emitidos.

PIBp PIBp PIBp PIBp PIBp PIBpc


c93 c94 c97 c00 c03 06
Part91 Correlación de 0.226 0.237 0.265 0.285 0.271 0.271
Pearson
Sig. (bilateral) 0.213 0.191 0.142 0.114 0.133 0.133
N 32 32 32 32 32 32
Part94 Correlación de 0.318 0.329 0.337 .377 .364*
*
.380*
Pearson
Sig. (bilateral) 0.076 0.066 0.059 0.033 0.041 0.032
N 32 32 32 32 32 32
Part97 Correlación de .364 .378 .350 .391 .393*
* * * *
.402*
Pearson
Sig. (bilateral) 0.040 0.033 0.049 0.027 0.026 0.023
N 32 32 32 32 32 32
Part00 Correlación de 0.340 0.343 0.317 0.340 0.334 0.334
Pearson
Sig. (bilateral) 0.057 0.055 0.077 0.057 0.061 0.062
N 32 32 32 32 32 32
Part03 Correlación de 0.314 0.323 0.305 0.343 .373* .373*
Pearson
Sig. (bilateral) 0.080 0.071 0.090 0.054 0.036 0.035
N 32 32 32 32 32 32
Part06 Correlación de 0.281 0.284 0.252 0.266 0.272 0.259
Pearson
Sig. (bilateral) 0.120 0.116 0.163 0.141 0.132 0.153
N 32 32 32 32 32 32

La hipótesis nula no se rechaza es casi todas las entradas, con excepción de la correlación
entre el PIB per cápita de 2004 y del PIB per cápita de 2003 con sus respectivos años (r= .350
Sig. 0.049 y r=.373 Sig. 0.036 respectivamente). Sin embargo, es una correlación muy débil.

H3: Existe una correlación entre el crecimiento del PIB per cápita y el crecimiento del
porcentaje de votación.
Crec94 Crec97 Crec00 Crec030
97 00 03 6
Tasa94- Correlación de Pearson -.384* 0.099 -0.065 -0.025
97 Sig. (bilateral) 0.030 0.588 0.725 0.894
N 32 32 32 32
*
Tasa97- Correlación de Pearson 0.222 -.369 0.326 -.414*
00 Sig. (bilateral) 0.222 0.038 0.068 0.018
N 32 32 32 32
Tasa00- Correlación de Pearson 0.060 -0.074 0.320 -0.282
03 Sig. (bilateral) 0.746 0.686 0.074 0.118
N 32 32 32 32
Tasa03- Correlación de Pearson 0.096 -0.147 -0.013 -0.086
06 Sig. (bilateral) 0.602 0.421 0.943 0.640
N 32 32 32 32
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).


La variable “Crec” se refiere al crecimiento en el porcentaje de votación y la
variable “Tasa” a la Tasa de crecimiento del PIB per cápita.

Sólo hay correlación negativa entre la Tasa de Crecimiento del PIB per cápita de 1994 a
1997 muy débil. Asimismo, existe una correlación negativa débil entre la Tasa de Crecimiento
del PIB per cápita de 1997 a 2000.

H3a: Existe una correlación entre el crecimiento del PIB per cápita y el crecimiento del
porcentaje de votación en años de elección presidencial.

Crec94 Crec00
00 06
Correlación de Pearson -0.314 -0.225
tasa94- Sig. (bilateral) 0.080 0.216
00 N 32 32
tasa00- Correlación de Pearson -0.027 -0.083
06 Sig. (bilateral) 0.884 0.651
N 32 32
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
La variable “tasa” se refiere a la Tasa de crecimiento del
PIB per cápita y la variable “Crec” presenta el crecimiento
en el porcentaje de votación.

No existe correlación entre la Tasa de Crecimiento del PIB per cápita y el porcentaje de
votos emitidos entre los periodos de elecciones presidenciales.

Interpretación de las correlaciones positivas

Hubo cinco pruebas de correlación en las que se aceptó la hipótesis alternativa; sin embargo, la
capacidad explicativa de los modelos y el nivel de significancia son, hasta cierto punto,
deleznables y algunas contrarias a la teoría. Por ello, a continuación se hará una interpretación de
esos resultados.
Dos pruebas que fueron significativas son referentes a la hipótesis de que a mayor IDH
habrá una mayor participación. La primera de ellas fue para el año 2000, la cual arroja un r
cuadrado de 0.139; sin embargo, al generar el cuadro de dispersión se observa que el Distrito
Federal (9) y Coahuila (7) se comportan de forma extrema pudiendo influir en la correlación, a
diferencia de los demás estados que no tienen un comportamiento visible. La segunda fue para el
periodo 94, la cual arroja un r cuadrado de 0.127; sin embargo, al graficarlo se observa que
existen dos conjuntos de estados y un valor extremo, el Distrito Federal. Un conjunto se agrupa
con un nivel medio de IDH y, relativa, alta participación, y el otro, con una alta dispersión del
IDH y baja participación; así, la diferencias de estos grupos podrían estar afectando el resultado
de la correlación.
Una prueba referente a la hipótesis de la relación entre el PIB per cápita y la participación
resultó significativa, con un r cuadrado de 0.123. Sin embargo, al graficar el cuadro de
dispersión, también se observa que, de nuevo, los valores extremos del Distrito Federal y
Coahuila podrían estar influyendo en el estadístico, ya que el comportamiento de los otros
estados no presenta una clara tendencia.

Por último, dos pruebas de la hipótesis referente a la relación entre el crecimiento


económico y la tasa de participación resultaron significativas, pero con una relación inversa. Para
el periodo 94-97 el r cuadrado es de -0.147, y para el periodo 97-00 el r cuadrado es de -0.136.
Estos resultados son contra intuitivos, porque ninguna tesis en los estudios previos o en la
literatura al respecto sugiere este tipo de relación. Por lo tanto, esta correlación puede estar
determinada por factores externos al crecimiento económico, como pueden ser las preferencias de
la población respecto al sistema político.
Discusión de los resultados y contraste con estudios previos

De acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio, se muestra que es posible que no exista
una correlación entre el crecimiento económico y el crecimiento de la participación política. Los
estudios de Maslow, Inglehart y Chowing muestran que cuando las personas satisfacen sus
necesidades materiales y sentimentales empezarán a preocuparse por satisfacer necesidades
postmateriales. Entre éstas se pueden identificar la preocupación por el tipo de gobierno y la
participación en éste.
En conformidad con esta línea de argumentación, se puede concluir que en México no
necesariamente aumenta la participación política cuando hay crecimiento económico; es decir, el
crecimiento no genera incentivos para que los ciudadanos se preocupen por la política. La
participación, por tanto, está determinada por otras variables distintas al ingreso. Sin embargo, los
resultados pueden no ser representativos, debido a una mala definición e instrumentación de las
variables. En otras palabras, medir el crecimiento de la participación política o de la cultura
democrática sólo con el aumento de la participación de la población en las elecciones puede dejar
variables fuera.
Algunas de las variables que no fueron contenidas en este estudio y que pueden ser de
suma relevancia para medir la participación política son, además de los votos, la frecuencia con la
que la ciudadanía contactó a un servidor público, si ésta cuenta con participación dentro de sus
comunidades, si existen afiliaciones a organizaciones civiles, con cuánta participación se ha
contado durante las campañas políticas y cuántas movilizaciones han ocurrido en un tiempo
delimitado. Entonces, es posible que sí aumente la participación política cuando hay crecimiento
económico, pero esta situación no se refleja solamente en las elecciones, sino en una
participación más activa en la sociedad. Por lo tanto, a causa de la escasez e inexistencia de datos,
el presente estudio fue limitado en su alcance y precisión.
Asimismo, la tesis de Przeworski es que una democracia perdura cuando hay crecimiento
con moderada inflación, disminuye la desigualdad y aumenta la propiedad entre los ciudadanos.
No obstante, su estudio no implica que estos indicadores aumenten la participación política, sólo
implica que se mantenga la democracia. Es decir, en su estudio no busca una correlación entre la
participación y el crecimiento. Por ende, el presente trabajo no confronta su estudio ni modifica
los resultados expuestos.
Hristos & Mehmet invierten la causalidad entre participación y desarrollo. Los autores
encuentran que no existe una correlación entre crecimiento económico y democracia; es decir, no
hay mayor crecimiento cuando es un país democrático. Concluyen que la democracia sólo
promueve el capital humano, la baja inflación, la estabilidad y la duración de los gobiernos. Por
lo tanto, con estos resultados se comprueba su tesis.
Sonnleitner argumenta que la participación ciudadana no es la única variable relacionada
con el crecimiento económico. En su estudio estadístico encuentra que hay países con alto
desarrollo económico y baja participación; así como, países con bajo desarrollo y alta
participación. Para él, la participación ciudadana es una función que. Además de incluir el
crecimiento económico, considera la edad, el patrimonio, la religión y el género. De esta manera,
nuestros resultados también estarían confirmando que la participación electoral no sólo es
función del desarrollo económico.
La tesis de Altman es que la participación ciudadana sí está relacionada con el índice de
desarrollo humano. Sin embargo, la relación consiste en que dependiendo del nivel de IDH los
ciudadanos tienen cierta inclinación partidaria; es decir, que sí aumenta la participación cuando
aumenta el ingreso, pero esta participación es partidaria. En otras palabras, los ciudadanos con
altos niveles de IDH aumentan su participación política por ciertos partidos.
Asimismo, García-Verdú encuentra que no hay un consenso respecto al IDH como un
índice para medir el desarrollo. El IDH es un ponderado simple del PIB per cápita, educación y
esperanza de vida, pero las personas no le dan el mismo peso a cada indicador. Este indicador es
en si mismo una medida inexacta para conocer el verdadero crecimiento. En México, mientras
que el PIB per cápita tiene un comportamiento dispar entre las entidades federativas, indicadores
como la educación y esperanza de vida se comportan de manera parecida. Esto provoca, según el
autor, que el IDH sea una mala medición de comparación para las entidades federativas y podría
afectar los resultados.
En conclusión, los resultados sí muestran que la democracia no la podemos definir
únicamente mediante la participación de los ciudadanos en las elecciones, como lo hacen
Shumpeter y Popper, ya que utilizar esta variable deja de lado otros factores que afectan la
democratización de una sociedad.
De esta manera, no se puede concluir, absolutamente, que la cultura democrática no esté
correlacionada con el crecimiento económico o el desarrollo económico. A pesar de que no se
pueda llegar a conclusiones determinantes, se puede afirmar que el crecimiento económico y el
desarrollo en las entidades federativas no es la única variable explicativa; en segundo lugar,
existen fallas conceptuales en cuanto a las mediciones utilizadas (como IDH) y, finalmente, la
participación política es un fenómeno multidimensional que responde a distintas circunstancias,
condiciones e incentivos.
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