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MI YO IMPORTANTE: EGOÍSMO SANO

Cuando en las sesiones de Orientación Familiar les digo a los clientes que
han de mirar por ellos, que son lo más importante, me responden
generalmente que no están acostumbrados a eso y que les cuesta trabajo;
que eso es puro egoísmo y que siempre se les han enseñado a entregarse y a
ser abnegados. Estas palabras están muy bien, pero hay unos momentos en
la vida en que uno tiene que mirar hacia sí mismo. No estoy hablando de un
egoísmo como el que todos tenemos en nuestra cabeza al oír esta palabra
totalmente cargada de un mal significado. Me refiero al egoísmo sano que
describen en su libro (altamente recomendado) el Dr. y la Dra. Heller.
El egoísmo sano es la llave que abre la puerta a una vida de libertad.
Estamos encontrando entre 40 a 50 años, sobre todo mujeres, que no se dan
cuenta que el ser tal altamente abnegadas sacrifican sus necesidades,
preferencias y deseos con el fin de satisfacer las de los otros. Según los
doctores antes citados, esta actitud suele nacer del miedo, del sentimiento
de culpa o indignidad no resueltos o de creer que se carece de fuerza de
voluntad.
"La abnegación es el sello de una infancia en la que el niño se ha sentido
temeroso, impotente, desvalorizado, en la que se han descuidado o pasado
por alto sus verdaderas necesidades, deseos y preferencias; en la que se la
ha juzgado injustamente y en la que sus esfuerzos, capacidades y logros
rara vez se han valorado o apreciado"
Aunque una persona haya cambiado su propia felicidad por la de los otros y
a la larga sea su mayor error, no por esta decisión ha de sentirse culpable,
ya que lleva funcionando en la vida así demasiado tiempo como para poder
cambiar en un ahora tan cercano. No es defecto suyo directamente, aunque
como humanos que somos los sentimientos de sacrificio personal y falta de
reciprocidad nos encogen el corazón de tal manera que nos hace sentirnos
totalmente anulados y francamente mal a todos los niveles. Siempre
haciendo referencia al libro "EGOISMO SANO", la abnegación continuada
puede llevar a periodos de depresión, inquietud o ansiedad, a impaciencia,
a ataques de rabia o a deseos de llorar inexplicables. Suelen ser los
síntomas clásicos que indican que en realidad, aunque no sabemos verlo,
estamos hambrientos de ternura y reconocimiento. En el gran ámbito del
sacrificio por los demás, estas señales de aviso suelen pasar inadvertidas.
Estas situaciones nos crean una gran cantidad de estrés,y se suele romper,
creyendo que se están tomando las decisiones adecuadas, con lo que
realmente significa la propia felicidad de uno, ya que no nos sentimos
comprendidos, aunque mentalmente no es sano, y vivimos con ese estrés
que produce la abnegación, pudiéndose producir, como todos hemos
experimentado tal vez en nosotros mismos o en algún familiar cercano,
somatizaciones de dolencias físicas, agudas o crónicas. De todos es sabido
que este estrés hace liberar al cuerpo de unas hormonas que nos pueden
hacer pasar factura porque aumentan el riesgo de hipertensión, asma,
obesidad, cardiopatías, depresiones y tal vez incluso cáncer. Nunca
recibimos la recompensa de todo lo que hemos dado y hemos renunciado a
nuestro propio yo por los demás como necesidad, que ese es el problema.
Yo he de sentirme bien y mirar por mi felicidad, mi vida, que no ha de ser
la de los otros. Es curioso cómo en los aviones las primeras personas que se
ponen las mascarillas, los chalecos, son las que posiblemente sean más
importantes para el resultado final del conjunto.
"Se dice que el cuerpo es la representación física de la mente y el alma.
Añadiríamos que ahí está su salvación. Sacrificar tus necesidades básicas,
pero las tuyas, no empecemos ya en pensar en los demás, puede hacer que
enferme tu corazón y tu mente y finalmente desarrolles una enfermedad
física. Del mismo modo, la confianza, la alegría y el placer que provienen
del egoísmo sano contribuyen a sanar y fortalecer tu cuerpo. Ya sin la
atadura de promesas no cumplidas, miedos o sentimientos de culpa, puedes
tener la libertad de experimentar un amor por la vida, por tu pareja y vivir
plenamente la pareja como trampolín para satisfacer tus sueños estando
como apoyo al que quiera pedirte ayuda pero no ser por los demás;
realmente creo que mirando por tí podrás experimentar el amor que en
realidad no has perdido, sino que sólo lo habías dejado de momento. Con
este renacimiento redescubrirás sentimientos de juventud y salud que tal
vez suponías perdidos para siempre. Analiza tus puntos básicos y mira con
quien quieres vivirlos, pero que tú seas la primera en recibir lo que tú
anhelas de la vida para poder realizarte y vivir los sueños que de una vez te
mereces"
El egoísmo sano no quiere decir interés propio, ni complacencia personal ni
egocentrismo, es todo lo contrario. Si eres capaz de estabilizarte teniendo lo
que necesitas, siendo tú feliz con capacidades para realizar los sueños que
te has propuesto, eres mejor donante de respuestas positivas hacia los
demás. Dejarlo todo por alguien, dedicarte en cuerpo y alma a los
hijos...Realmente la recompensa no viene nunca y tu desasosiego se hará
eterno. Si tú estás completamente bien, lo que te rodea estará bien.

http://www.terapiayfamilia.blogspot.com

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