Kutxabank

UNA REACCIÓN LÓGICA Y PREVISIBLE

Working Paper 12 de septiembre de 2014
 Kutxabank. UNA REACCIÓN LÓGICA Y PREVISIBLE

1. La reacción de los partidos "tradicionales"

ante el documento de la Diputación Foral de
Gipuzkoa "PROPUESTA A LOS AGENTES Y
SOCIEDAD DEL TERRITORIO PARA EL
MANTENIMIENTO DEL CARACTER PÚBLICO Y
SOCIAL DE KUTXA Y KUTXABANK" es, en
nuestra opinión, lógica y previsible.
Despreciable e indignante, pero también
lógica y previsible.

2. Los dirigentes de los partidos "tradicionales"

han puesto en marcha una estrategia de
destrucción de nuestro sistema financiero
basada en la apropiación del control de las
cajas de ahorros vascas para su entrega a una
"élite de confianza" sin ningún tipo de control
externo, privado, público o social. El disparate
es de tal dimensión y la gravedad de lo que
están haciendo es tan notoria, que quienes se
han implicado en ella tienen un reducido
margen para debatir civilizadamente sobre
este tema.

3. Al poner en marcha este proceso, estas

personas han puesto en juego su propia
honorabilidad personal y están echando por
la ventana décadas de trabajo de sus
compañeros de partido, simpatizantes y
votantes a favor de la economía, de la
libertad y de la democracia en este país.

4. Por las razones que fueran, estas personas

parecen haber entendido que hacerse
ilegítimamente con el poder fáctico a través
de la que esperan que sea "su" oligarquía
bancaria justifica cualquier cosa. Justifica
echar por tierra su propia ética y moralidad
personal. Justifica dilapidar el capital político
 acumulado por sus respectivos partidos
políticos durante generaciones. Justifica
mentir y engañar de forma repetida y
sistemática a la opinión pública.

5. Una vez que han dado ese paso, el que estas

personas reaccionen de forma histérica ante
propuestas alternativas para reconducir el
problema es, en este sentido, lógico y
previsible. Porque cualquier opción
alternativa les deja en evidencia y sólo
pueden salir de ello a través de una repetida y
absurda apelación a la "ilegalidad" o con todo
tipo de descalificaciones demagógicas. Esto
era lo previsible y esto es lo que están
haciendo.

6. Porque saben que la barbaridad que están

poniendo en marcha es de tal magnitud que
el único argumento que pueden buscar es el
de que "no hay más remedio". Lo cual es,
como saben perfectamente, rigurosamente
falso.

7. Los partidos políticos "tradicionales" son

conscientes de que abordar esta estrategia de
destrucción de nuestro sistema financiero -y,
con él, de nuestra economía y de nuestro
futuro- va a tener para ellos un coste
electoral. Pero, al parecer, consideran que el
botín es de tal dimensión que justifica "una
cierta pérdida de votos".

8. Sin embargo, la reacción social puede llegar a

hacer esa pérdida de votos insoportable. Y
ésta es la única esperanza que le queda a este
país para evitar el desastre.
9. Esta reacción social es perfectamente posible.
Basta con que los ciudadanos sean
conscientes de lo que está sucediendo.
Muchos de ellos, especialmente afiliados de
esos partidos, se encuentran ante una
barrera conceptual importante: la propia
gravedad y trascendencia de lo que sus
respectivos partidos están haciendo.
Gravedad y trascendencia que hacen que
para estas personas sea "difícil de creer" que
sus organizaciones puedan estar
premeditadamente apropiándose de nuestras
cajas, de nuestro sistema financiero, para
entregarlo a un pequeño grupo de personas
fuera de cualquier control privado, social o
público y que quedan configuradas, a partir
de ahora, como la nueva "oligarquía
financiera vasca".

10. Lo que se está haciendo es destruir las bases

de nuestra economía, de nuestra libertad y de
nuestra democracia. Y que los dirigentes de
los partidos políticos tradicionales sean
capaces de semejante barbaridad es difícil de
creer. Nos ha costado a todos creerlo hasta
que se ha hecho realidad.

11. Sin embargo, los dirigentes de los partidos

políticos impulsores de esta estrategia tienen
motivos para estar más que preocupados por
los efectos de este proceso. Porque la
distancia entre la pérdida de cierto número
de votos y el derrumbe electoral ante un
escándalo como éste puede ser mucho más
corta de lo que piensan.
 12. Porque, en último término, si nuestra
sociedad termina siendo consciente de lo que
se está haciendo, ni un sólo ciudadano vasco
estará dispuesto a dar su voto -y menos a
pagar sus cuotas- a organizaciones capaces de
hacer con su país lo que los partidos
tradicionales vascos están haciendo a través
de la destrucción premeditada del sistema de
cajas de ahorros.

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