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Lo espada —

1 El Escape

os imn hl.sioria de una familia polaca, y que lev pasó a dios durante la
guerra ninndiril. e Inmediatamente despui::. Su casa estaba en Warsav*, y
oí jiidrc, Joseph Ealicki, cía eí dlrcoor de una escuela» El y -.u esposa SUÍEÍI,
Maryni, icnian tres niños. En 19^0, cuando lus r^zis hicieron desaparecer a Jos^pii
en pnS'ón, ftuth reñía CCrca tíe troce, Edok tenis oncfl, v Broniii f.i-iiia tres.

fue envjado «i prisión en las mOntañris <il Sur ile Polonia.


oü.irrotíiflti con prisioneros, pero no muchos --oti lo Suficientemente
Alguna fian v\t:ai¡Mlu, perú IM niayuíiii Ele dlus aon capluriidoá y
v los otros mueren por el frió de las

el primer invierno. Joseph astti-^t inuy tíJikrniiJ parn lr*1IiJr de fif.cnpilr. l


rtnríiFnlu 3 Ja^ ices o cnairo (oíoi do üu fiírtuliü i|uu oí loma purniicido
y se pr^gumaba qué ítís estaba pasando ii cllor, ahor^.
-

.. Dmaiuc el verano su sélurf 3>5bia conseguido mejorar, pero a^ora había mas
gudrrli¿i5. Un grupo de seis prisioneros I rato de i^Cíi[j.ifd y Jo^epF) era una de ellos.
Pero dios pronto fueron cüfjluiacfos y úevucllos, y ,lc:-cph fue encerrado en una
habitación aislado por un nies.

En ei invierno siguiente él estuvo enfermo íle nuevu. El aun quería escapar, pero
el ilecurki esperar hasta el principio de la prTnmvers cuarn/c habría mynos nieves en
Ifis montpi\as. Muy íiMilaiJosiimtírrte, él hi/o ^'í. pUin^t Hl dendió hacerse pawr por
un ijuardií . Si éf Jiacía e^(oi él podna salir cairijnimdrj con IOF oíros guardias,
p&snnrfo la casa de guardia y atravesando la puerta j l& libertad. ¿Pero cómo podría
é) conseguir un uniforme de guardia?

Una mañana cíe Marzo, Joseph h¡¿o una pequeño bo!¿i tk papel y la lan¿ó a un
guarJlM. Liste lo yolpaó decms de la oreja y Jo hizo d,u ln vuülia. La siguiente bola
golpeó H! guardia en la riisriz. Por esto, JosepM fue do nuevo encerrado ü.ijo Nave en
una habí tic fófi solo.

Dos veces cada día, un guardia le iraia comida- Fsi¿ era pupila a iravés de un
Agujero especial en la puerta. En la noche del tercer dia, et guaidJa vino con la
comida de íoseph y empezó a abrir la protección det agujero en ¡3 puerTa. En un
momento, el guardia miraría a través del agujero ames de hacer llegar la tonuda.
JoscpFi estaba esperündo eso. Él Tenia una honda que estaba hecha con palü£, y deJ
elá^ico del Jado do sus botas. ¥ éí tenia una lisa y redonda piedra.

Repentinamente, el rostro del guardia apareció en el agujero de la puerta. Joseph


disparo la piedra desde su honda. Esta golpeo al guardia en la cabeza y lo tiro al
suelo.

Ahora Joseph tenia que moverse rápidamente. Bajo su cama estaba un gran
fragmente) de una frazadaj con un clavo curvo Alólas puntas de estas. Jusepti
lü |,je¿ü fk fruida a través del agujero en lEt putna. Las Jla«u^ üt-i guardia
soíre el pito, y esto ]|evo varios y desesperados momentos antes de Que íoseph
consiguiera recoger fjs llaves cori el clavo curvado y las trajo hada él.

El abrió Su puurla y puso al quardia en el interior Riiuidiiinenlp^ t¡: le quitó el


uniforme al guarüiD y se lo puso el. El cálido sombrero ojbnó sus orejas y lo ayudó


a esconder su rostro. Entonces, enccrrrtriflti ril rjii'tnlM en la habitación, el se dio
prisa en salir al frió y seguir a lu* otros gu.viii.i5 hacia la puerta, El habla visto a los
guardias reunirse unas cien veces v sabia exactamente que hacer.

'¿Algo que reportar'' Preguntó el oficial de la puerta a cada guardia.

'Nada, Señor/ respondieron ellQS-

'Nada. Señor/ respondió Joseph con su n tejer ¿lemán.

{Injonees él siguió a Jos, oíros íjiTirdias futro <)e \íi puerta.

i ¿I era libre!

Vi3jt a través del aire

Ef pueblo de Zakvna estaba a un kilómetro debajo del campamento de prisión. Na


había luna esa noche, pero Joseph podía ver lime* en las ventanas de las casas,
Juste debaja de /as últimas casas er> el pueblo, la calle giraba hacia otra parte en la
esquina. Un auto tte correo estaba parado con sus luces encendidas y su motor
andando. Había algunos equipajes en la calle, y un enojado grupo de personas
alrededor de

T
jTú estás atrasado dos horas1' firir.0 alguien.

Te lo dije, ta nieve esta haciendo peligrosas las caNes/ replico íf conductor.

Joseph se escondió detrás de! muro de nieve al otro lado de la call£. Él estaba en
una esquina, que caia pronunciadamente en la oscuridad. £1 oyó el sonido de
grandes siendo bajadas so^re la calle.

Joseph se movió tranquilamente a lo largo de la esquina, y vio una forma


cuadrada próximo a la caite, En la oscuridad esto pareda un curro con ruedas.
Rápidamente, él s« escondió debajo,

flepentinarnente, una pesada caja golpeó al bajar sobre las tübJas por encima de
su cabeza. Él oyó botas moviéndose sobre la madera y en la nieve, y las voces de
soldados dando ordenes. Mes cajas Fueron puestas dentro, y entonces se cubrieron
ton una pesada manía. Cuando los sofdados volvieron íi la calle, Joseph se puso
sobre la madera y bajo la manta.

Una fuerte voz gritó, '¿Estás listo5'

Entonces alguien prequntó desde oiro sitio del oscuro valle, y de repente fas
tablas de madera sobre Ja que Joseph estaba tumbado empego a moverse. EJíos
atuvieron deslizantes fuera de la oscuridad, Jejos de la calle, ¿Donde estaba él?

Joseph levantó la manta y miró hacia fuera. IÉJ estaba en un ascensor de


equipaje, moviéndose a través del aire1

Había muchos ascensores de equipajes en las montana^. Estos eran conducidos


por electricidad y eran usados para transportar cosas desde un lado del empinado
valle a otro. ]osenh mirí adefante en fa oscuridad. ¿Habla snldínJos en el otro jado,
•2.
lambiéfl? Sr habla, ¿qué cstab-í el y<:n<lo a h.irur? 1:1 no podría marcharse sin stír
viilo, y el MU lenia arma.

Entonces él decidió qué hacer

" • Al fina! el ascensor paro con un estruendo, y una luz cí-fuvo brillando nn su rostro.

*Yo tengo un arma/ Josepfi dijo tranqujlamenli.1. *Si 10 haces un millo, yo le


tfisudraré.'

Una enojada vo; de polaco dijo alijo

'Estíir rfinelo o yo disparan?/ dijo Joseph. 'lí-irm? Iu Érulcrno '

El Ionio Id linterna destfe las manos icml;l,)(ul[i y la giró sobro ^J olro roslro.
lti>,i'|jli se sfntió mejor. El hombre era polaco, étimo cJ.

Joseph habló más yentlímenle. 'Suca lai cd]i]b. ítslá ct ^isíciiíor Lrab^i¿ind^i
depile el final1* G\Gn. Entonces noaoiros no itíiulrunos uisrlas dc^de ci üiro o Indo/

El hombre puso las cajas en un toberliíU. cerca del ascensor Entonces ¿I tornó
uno para 51 mismo y fo llevo n su casn, Joseph lo sifjuió. Ui caja Cdmcniü comrda y
ropH desde la cuidad,

UIIÍL anciana estaba esperando en cf interiui ih- la oísa, v ella miro asustada
a.sndo elfa vio u Joseph. Ef Iñnió su sombrero y abrigo sobre mía silfa.

'Ar|jí está mi arma/ dijo él con un¿ sonrio, 'Csia es una barrí de chocolate/ EJ la
roniMió en [res ped<i/ns y les djo algo a elJos.

'Yo no er.lieruJo/ diju el honiore len lamen re.' Tu nablabas y mirabas tínno un
-polcico, poro tu uniforme -1

Justo entonces, ellos oyuroii una campana son^uilo t'n c\ otro 5"nO tlel valle.

'Es la e^rnpana de la piisión,' dijo el homljrtr. 'EHos la h^cen sori^r cuando un


prisionero escapa/

'Yo soy el prisionero/ les dijo loseph.

Al día siguiente, algunos soldados alemanes vinieron a la casa, buscando al


prisionero escapado, pero Josoph se escondió en la chimenea hasta que ellos se
hfi].}¡ciii ido.

El estuvo con una pareja poidca por dos semjfuib. Lilas 'nerón amables personas
V eJIoS después lu niKriliri (Je buena 'orno Su delfpatio cuerpo erfpeía&a ii sor más
fuerte, v & hadis empezado a verM* b^M^nte salu'íaWc l j ero so"^ Jos quinto dial
el ^e marchó La anciana lo guio a Iravé* ue i^ ri 'jrij-in.i', ix.r (rus dríís, entonces e-l
le dijo adías.

V ,isí JQEÜIJ]} empegó fa primera isarte de su hur/ vinjr- í, c^w


La <—.|>.i .Li i ..ir rj. !.-i

Le Nevó Jo^eph cuatros semanas y medía caminara casa en Warsaw. Él supo


bien la andad, pero abo--! casi no hat?ia calles que el reconociera, y ningún edificio
Int.xro en ninguna parí?. Las personas csinfinn haciendo sus casas en los solimos,
o en cuevas q<_? ellos habían hecho en las ruinas de los edificios. El único fugar
ütupado era el ferrocarril, donde los Irenes se movían a Ir.ivcs del día y noche,
transportando soldados a Rusia o [rayendo de regreso a los heridos desde
Alemania.

esio fue tres dias anies que Joscph cnconlrara la calle donde él solía vivir. El
colegio v su casa habínn desaparecí do

'¿Qué paso?' Pregunto ¿1 n \m personan, [Jc-ro Ja maynri<i de ellos eran nuevos y


no podian ayudarlo. EnlonCt-s él vi u a l;i Srii Krause. la madre de un niño quien
hah¡a estado en s.u colegio.

'Los Na;ls destruyeron tu colegio/ dijo ella.

"¿Qué le pasó a mi esposa?1

"Ellos vinien?" par eJIá en Enero de ansí pasado, durante In noche. &tá está en
Alemania probablemente trabajando la tierra.1
.
'¿Los niños fueron con ella'1 Pregunló ünseph.

La Sra. Krause desvió la mirada. 'Yo no sé nada acerca de ellos/ d¡)c día.

Pero Joseph sabía que ella estaba escondiendo malas noticias. 'Dijame, por favor,'
dijo él.

As? que ella le dijo ludo lo nue sabia. 'En i¿> noche en que lu esposa fue
d esa paredcte, alguien disparó al auto. Uno de los soldados Nazis le alcanzó el brazo
anies que ellos se marcharán. Poro uno Fiara después, muchos más soldad js
volvieron y destruyeron la casa con una bomba. Los niños no se han vislo desde
entonces/
.-
eso era todo loflue Id Sra, Krause podia decirte a Joseph, pero él sabia que ella
pensaba que los niños estaban muertos.

Por vanos dras, Joseph buscó en la cuidad a sus hijos, A la noctie el regreso a casa
de Krauses, quien le hauia dado comid;* y canui.

Una nochtfH la Sra. Kríurin dijo, 'Tú rin pu?df^^ cunlmuar con esto. Casi
Claramente tu£ niños muñeron cuando la bumhii Cíp!oi6, Busca a tu esposa en voz
de ellos/

'Alemán^ es un gran Jugar/ dijo Joseph. 'tCúmn LuscflrFa''



'Quizás ella escapó, como tú/ dijo la Sra. Krause. VTú decidiste reunirte en afrji'in
lado si ustedes nrím Sppar-vJos^'

'Sí, nosotros Jo Ivomas. En Suiza, Mi esposa tí Surra y sus padres aún viven allí.'

La Sra. Krause sonrio. Tniorice^ anda ,\ Siriz-n. y 1«JÍ?¿s tú líi encuentres allí/
:
-
Pero Jos<*ph p*só víicius tlíü má& buscando a sus niños. Una larde, él estaba
ousoiiiclo cnlre las ruinas de su ím[ii|ii<i cas¿i cuando úl encontré una pequeña
usp.id.i de pi«ite^aa, Esia icnia alrededor de catorce ctmúrieiro* de largo, con un
dragón en un íinaT. Este era un cuchillo de pape!, usado para abrir canas. Joseph
iMbin una vcí dado este n su esposa como una regalo d*- cumpleaños.

Micniras el estaba limpiando el cuchillo, el vio un pequeño niño observándolo. El


niño era delgado y sus ropas estaban viejas y sucia?, ti estaba transportando una
caja de madera ba]o su bruzo, y ur> p>eqj,rerto gato gris bajo el otro,

'Drmie es<i espatln/ dijo el niño,

'PITO esln ^s init}/dijo Jnsuph.

Tú enconir^sie eso aqji, y esrc es mi lugar

Josuph le explicó iiccrca tío su casa.

'Ya.(e daré comida por eso/drjo el ruño, y él ofreció un Jxjcüdillfj a Joseph.

'Vo lengo sbt/ndante comida/ dyo Joseph. Él puso su n'iüno en su boJsillo, pero
estaba vsció. 'íEsie es mi bocadillo!* Él rió. Mu tomaste eso de rni bolsillo!'

Pero antes que Joseph puchera devolverio, el niño cornfó la niayon? y le dio el
resio a su gato.

Después de un minuio. Joseph dijo, 'Yo estoy buscando a mis niños. RuLrt liene
quince ahora, y ella es alia con cabello rubio. Edelí liene trece, Dronia tiene cinco.'
H
Wiirsan está lleno de niños/ dijo el niño. 'Ellos están todos sucias y hambrientos
y iodos ellos parecen iguales/
%
Vo te flaré esla espada si tu buces afgú por mi/ dijo Joseph. Si tú ves a Ruth o
Edek o Broma, tú debes decirles acerca de nuestro encuentren Decirles que yo estoy
yendo a Suiza a encontrar a su madre. Decirles que me sigan tan pronto como ellos
puedan/ * - .•
,~^
El niño tomó la espada y la puso en su caja de madera.

'Yo estaré empezando a viajar a Sui?a esta noche/ dijo losepn. *vo estaré yendo 3
esconderme sobre el tren. ¿Donde eslá el mejor lugar para subirse sobre un íren
sin ser visto?'

Tú serás atrapado y mueno de un tiro/ dijo el nliio. 'O lú morirás por el fno/

'Yo aOn rengo que ¡r/ dijo Joseph.

'RBiineie conn'kicjo esta noche, cuantío este oscuro, y yo le rnoMraré el fugar


Juiíde ¡us trenes bajan Jent¿»nenie/ djjo ek niño.

Eüta nochr: cuando este oscuro, Joseph se despidió rtc Krauws y je marchó de su
casa por ultima-ve?, & niño esraba esperándolo un la pane inferior de la calJe.

'NT^&Mtxi fltNie-mos usav Aas t&YYíri Ir n^cr H»/ d^ü el vrt?^ HS^ toi stAüaüüS \\fa\ nos
ven, ellos nos dispararán. 1

'¿Qué es escufuetú [/¿niponas?' Oyó Joseph.


Tan/dijo eJ nlrfo. lhro lo torné prestada desde los soldados Nazi Ellos tenían
abu/wJartcia de esif. Toma esío. ri> riplies ís^cr hambre.'

'Yo tenga mucha gradas/ dijo Joseph, Ciando ellos esperaron junto al ferrocarril.
V.Cuál es Lu nombre''
i
El niño no dijo nada. El se sentó nunitrrnienrtu su gato y In cnj.i (fe madera.

'¿Tú vendrás conmigo1*' piegimirt Jos<?|iii

El niño no respondió la preguntó. El nbrio la cala de madera y EÍICÓ la espada de


piala, 'tsto me traerá suerte, esto te lrajo suerte porpue tu me la diste a mi. Yo no
Oye a nadie mi nombre- esto no OD seguro. Pero yo le lo diré porque tú me diste lü
espada.'Él susurró. 'Es Jan.'

Un Eren estriba viniT^nrio.

iós, ]an,H dijo Joseph. 'Recuerda lu promesa. Pase 'o que pase,
'Atílóa, p^se, yo no le
Ce
olvidaré '
. •
Estaba oscuro, y 33" no lo vio subirse Súb
Súbre
re el tren.
treri. Estaba IlúVíOndo
Huyendo fuerierneme
fuerternenie
ahora, y Jari se dio prisa en volver a kis oscuras calks,
calles, con el gato
gaio gris en el
interior de
tntcnor üe su abrigo.
abrigo. La ca]a tíe
tfe madern
maderii csíüba
Cííüba bajo su brazo.

Y e\
ef pensamiento
pensamienLo do la
lü espada
espada plateada
plateada en s,u
su interior.
interior.

Los Niños

¿Qué le pasó a la familia de Joscph esa noche hace un anoaño atrás? cEstaba
¿Estaba fa Sra.
Sra,
Krause diciendo ¿a
Ja verdadera
verdadera historia?
historia?¿Los
¿Lossoldados
soldados Nazi
Na?Í desaparecieron
dosaparecieronaa lala
esposa de Joseph? ¿Ellos regresaron y explotaron la casa con los niños en esta'

<Es eso fo qué pase?

£staba nevando
nefando esa noche
nocho en Warsari,
Wíirsan, Ruth
Rulh y Bronia estaban durmiendo en la
habiíación cerca del dorm¡Tono
habitación dormiTono de su madre. La habitación de Édek
Édck estsba
estaba en el
pisa de arriba. Él
piso Él estaba durmiendo cuando los soldados hían vinieron, pero se
despertó cuando él oyó el njjdo afuera ds
d£ su puerta.

La pueria estaba cerrada Édek gritó yv la golpeó, pero no pudo salir Él escuchó.
escuchó, En
En
la habitación de su madre, los hombres estaban dando ordenes, perü ErlefcErlek no podía
oir lo que ellas estaban diciendo. En eiel techo había una pequeña puerta cuadrada
que dirigía hada elni anco.
ático. Habrá una escalera entre su cama y el muro.
rnuror
Traní]LiHsmenlc,
Trnnf]uHamei"itc, fa
Ni rnuvtá
rnovtá bajo 13 puerta nrídríiíla
cubrirá ría y ^"hió.

Había ur> rifle escondido en el ático, y tdek tu torna y descendió a su habitación.


LOS ruidos en la habitación de abajo habían pinado. Él miró hacia agüera en la calle
/
y vio un auto esperando afuera de la putrta principad, Dos soJikidtJS eslabón
empujíintlo a su madre hacia este.

Él aunó la ventana. Él tuvo miedo de disparar hasta que su m.Trtre estuvo segura
en el auto. Su primer Uro alcanzó el br¿?o de un soldado. El fiomüre gritó con
pánico y salló al lado del conductor. Edek apunlo Jos siguientes dos uros a tas
ruedas del ¿uto Él le alcanzé a una, pero el auto se marchó.

Edek uso ef rifle para estropear su puerta de dorrntiorio, entonces el tuzo lo


mismo con las puertas de las habitaciones tf^ sus hermanas. Bror>i<i estdba llorando
y Ruth estaba.tratando desalmaría.
H
Vti le alcancé a uno de ellos/ dijo Edek.

'Eso fue inibécrl/dijo Ruth. "Ellos volveren por nosotros nhura» Nosotros dübemu:
marcharnos de aquí anies que ellos vengan/

Ruth vjsliú a Bronid mientras Edekrecc^ia abrigos y botas y gorros abng<idorus.


Ruth puso un abrigo sobre su camisón, y puso un pañuelo alrededor de Bronia.

Nosotros no podernos salir al frente de esta manera, ¥o puedo oír otro auto
viniendo/ dijo Edek, T la muralla de atrás es muy alta y hav sokJados err es calle.
Nosotros tendremos t|ue Ir por sobre el teclso."

Él recogió a Oronta y 'a dirigió hacia el camino de arriba. El estaba usanrfn oí


grueso abrigo de su padre y transportando el nfle en su espalda.

Cuando ellos estaba en el ático, Edek rompió la ventana del tejarlo y treparon
saliendo a la fría noche. Huttr levantó & Bronia arnoa hacia el, entonces la siguió.

"Escucha, Bronia/ dijo Edek 'B\ tú hates un ruido, rodos nosotros monren>OíJ
Camma detrás de m¡ y aferrate del nfle, i¥ no mires haciü abajo!'

el tejado estaba empinado, y la nreve lo hada difícil para permanecer de pie o


caminar. Edeh consiguió escalar al otro lodo de ra chimenea, con Bronia aferrada al
rifle detrás de al.

Sla tuvo mucho miedo de hablar o hacer un ruido Entonces él alcanzó su


espalda y subió a Ruth después de él. Ellos no podían ver que estaba pasando en la
caire, pero ellos podían oír el griterío y los sonidos de autos parando
repentinamente.

Las casas en esta caMe estaban juntas, y asi que dios podían moverse desde un
tejado a otro y marcharse. Ellos se habían ¡do unos den metros cuantío la primera
bomba explotó. El fuego lli/mino el délo por enuiTiri i\ü üi cain, v ellos cayeron a\
piso en. la nieve. El tejado se sacudió y la cuidad entera pareció estar temblando.
Otra bomba exploto, y el humo y las llamas vinieron drsüt? h'is vunlanas.

"Deprisay dijo Ede*¡ Nosotros no les permití remo*, ron^-ijumiu!» ñltotn.'

Ellos se movieron rápidamente a través de las cimas de los talados hasra que effos
encontraron una salida de incendios sobre eJ exterior de un edificio, entonces ellos
bajaron a la calle. Ellos corrieron, no sabiendo ni cuidando donóte ellos Jban cuando
mus lejos ellos se marcharan do las terribles IFamas detrás de ellos.
Este era el comienzo de otro día gris de invierno antes que olios Finalmente
pararan en urta ajina de una casa bombardeada Ellos durmieron en su Inferior
hasta temprano en la tarde, entonces1 se despc-rlnron con frió y liarnnre.

Ellos hicieron su nueva tasa en un sótano al otro lado de la cuidad. Cuando dios
preguntaron al consejo polaco acerca n e su madre, ellos les dieron que ella nabía
sido Plegada a Alemania par* (rabajar la tierra Nadie sabía que parid ile Alemania.
,
*La guerra tormlnara pronfn,' cJlos dijeron, 'y ^u madre volverá/

EIJos rápidamente hicieron su nueva c-t^a cuan or»müd¿i u Nos imdierüii. Edok
consiguió unos colchones y algunas cortinas desdi! ios edificios bombardeados. Él
ííio ios colchones a ftulh y Bronia. Las cortinas estaban hechas de muy buenas
íábnnas. Él robu fra¡atins desíJe los cínnpr>s Na/ip ano tic cail-i i>no de ellos. Allí
CJIQS vivrerori por d resro tif. PSe invierno y pnmavErij.

1_£ comida no era íacil de encontrar Excepto UMIIÜQ Edek encontraba Trabajo |jar
unos pocos días. No había cimero para comprar natfa. A veces pilos mendigaban por
e$Tú, otras veces ellos la robaban desde los Na¿<£. EMos no veían nada mafo en
robarles a sus enemigos, pero dios eran cuidadosos nunca robaban a los dueños.

Edek se mantenía ocupado, pero Ruth enconlraha su nueva vida difícil. Entonces
ella empezó una escuela. Ella inflaba á olruí niños perdidos, da la edad de Brririn
y un poco rna/ores. Cuando Edok estaba afuern buscando comida, eita les contaba
historias, y les enseñaba a leer y escribir. Pronlo fiabiD una njiikiUjd de pobres,
nlílcE sjn casa esperando junio a &J escuela, pero habid unñ única habitación para
dore.

En temprano verano, ellos fueron a vivir en el bosque fjera de la cuidad. Vivrr era
mas saludable alfi,
airí, y había
habla abundancia de otras familias con nrños par
para Jugar, La
escuela de Ruth a veces tenía tantos como velnll cinco niños en esta.

Porque de la ¿matuliúad de los granjeros, eslo era fácil para conseguir


Los granjeros no tenían permitido vender comida a nadie excepto a Jos Na¿¡s, pero
ellos daban a las niños todo lo que podían. ¥ rtlas cambien escondían comida en
bodegas u hoyos en la herra. Entonces loa niños los ayudaban para llevarla
secretamente a Tas Dudad es, para vender a las personas polacas.

Edek era uno de-los niños quienes hacia esto. El salía A la cuidad en la noche con
mantequilla cosida a su abrigo, o escondida entre la madera en un carro Pero una
noche, Edek no regresó. Ruth le preguntó a las otras familias €n el busque, pero
nadie lo había visto. Después de algunos días, ella descubnó que él había llamado a
una casa en un pueblo. La policía secreta había estado alli, buscando por comida
escondida. Eltos descubrieron que la mantequilla que estaba tosifia en ef abrigo de
Edek Después ubicaron fuego en fa casa, ellos hicieron desaparecer si dueño y a
EdeK,

*Df ahora en adelante,' decía Ruth a Bronia, 'Nosotras tendremos que cuidarnos
entre nosofras/
-
5

Jan eIvan
Dos años pasaron sin noticias de Edek. Ruin y Urc-nja regresaron a Warsaw cada
invierno, y regresaban al bosque en el verano. Pero en el verano de 1^44, los cielos
estaban llenos de aviones, v ellos podían oir bombas cayendo en el clcto. Aunque
los niños no sabian i • >., el ejercito Ruso cstab moviéndose en el este y la batalla
por Wariürt cMiibii empezando.

Para Enero de 1945, los Nazis oslaban yenrfosc y Acuidad estaba en control de
los rusos. Ese invierno, Ptith y Bronta hablan esperado en el bosque por causa de
los combates, pero ahora Hla* vuJvraii A la cuidad. E} Warsaw que ellos habían
conocido habfa tiesa parecido. Bombas habían desimido ln& iiiIificií'SJ y no haoían
quedado calles
i
De alguna manora, e ti as encontraron los sútEinus que habían sido su casd por dos
años. Las. sillas y ramas se habían ido, pero elias Ji.ihian rraiilo suü manías desde el
bosque Eniíjiiccs algunos niños en la escueta de Hulh repararon la mesa e hicieron
sillas desde C¿IJO-JH y las lecciones empezaron de nuevo.

Un cija, Broma vino corriendo al sótano, 'Hay un niüo tirado afuero y yo Jio £0
como él puede levantarse.' dijo ella. 4 Yo nunca lo había vislo antes.'

El niño estaba tirado sobre afgunas piedra?, Ruih pensó qu** el podría tener alguna
edad entre nueve y (rece. Su rostro era delgado y blanco y sus ojos estaban
Cerrados. Un delgado polio estaba parado ai lado de la cabeza del niño, haciendo
ruidos a alguien quien fue cerca de él. Ruth ahuyentó al pollo

_j.' ¿Alguien lo conoce?' Preguntó ella a los niños. N.itln- lu htza.

'Él parece enferma de hambié/ dijo Ruth. "Vankel, ¿Me ayudas a bajarlo 4!
sótano? Eva, encuentra alga para comer, alguna supa si puedes conseguir.'

Ellos transportaron ai niño hacia abajo en el solano y, después de pocos minutos,


él abrió los ajos.

'¿Dónde está Jimpy?i Dijo éJ.

Re per> I¡n adíente , el pollo apareció en el hoyo en i?i muro y bujó 3f lado del niño.

'«Jimpy, Jimpyi' gritó at niño, y extendió el bra?o hacia el pajato...


' - •i
VCuál es tu nombre?' Preguntó Ruih

*No le lo diré/ dijo el niño.

.'Mir?, Eva está trayendo sopa/ dfjo Ruth. Tíi te spnMrpis mejar er> un minuto. ,
ientme y U(?t>e esto,' '^^"'^-'-

Una niña empujó a través de la mulrjtud de la puerta. ENa ttinía un¡í pcqueña<aja
de madera en su mano. 'Yo encontré esto en la caMc,' dijo ella. Yo creo" que esté es
suyo,'

'Dafeesoa él/dijo Ruth.

El niña tomó la caja y sonrió. Todos querían mirar su interior, pero él no la abrlria.
Pero oí les dijo su nombre. Era Jan.
Por algunos días, Jan estuvo muy enfermo parn Irse. Entonces, cuando él estuvo
nvjor, él no quena *rse. Asi que él \i\zo su c-asa ton Ruth y i'nmla, y se volvJó uno
de la fafnlN.3, Él llevaba la caja a ledas parles, pero él nunca Ja abria.

varias calles le]os un nueva cabana de guardia ruso había aparecida, una larde,
Ruih fue allí. 'Yo quiero ver tu oficial/ drjo elfa al guardia parado afuera.

'La mayoría de los de Warsaw quieren ver mi olida!/ dijo el guardia. 'Escapa y
Juega, pequeña,'

"vo no soy pequeña,' dijo Ruth. 'Yo tendré dieciocho \a próxima semana.'
i
El guardia sonrió, 'flien, porque este es ti cumpleaños ta próxima semana, yo le
preguntaré.' Él entró a la cabana, entonces éf salió unos pocos momentos después.
'Mi oficial dice que venqas el año siguiente/

J^ürO ame? que él pudiera pararla, Ruth lo empujó al inlerror itt: l.i cabana. En ef
interior, un oNcal estaba sentado detrás de mi tí sen lorio.

'rFuera!' Gritó el guardia.

'Todo eslé bierr, Ñau,1 dijo el oficial. 'Yo hablaré con efla.' Él miró a Ruih. VQué
quieres ^"

YO quiera conikM y ropas y frazadas, lápices y papel, yo tengo dieciseis nulos -'

El sorprendido oficial casi cayó de su silla.

'Dleosiete, 5J Tu cuenlas a mi hermana, Edek, c^uien está perdida/continuó Ruih,


'Broria es mi hermana, y los oíros son niños de rr> escuela Todos *JJos están
medios muertos de hambre, pero ellos quieren ¿prender v no frenen nada sobre
que escrlbfr. Y yo quiero que tú encuenires a Eíffk. Et ha eslailo perdido por dos
añas.'

él oficial agitó algunos de sus pápelos, \v«s «ros> Ellos contienen información
acerca de personas desaparecidas, alrededor de diez por cada página. Pero este es
un trabajo imposible. ¡Quizás yo quemaré todo!'

"No hagas-eso/.dgo Ruth, 'la escritura está en solo un laclo def papel. Nosotros
podemos usar la parte trasera de eso para mi escuela para escribir sobre/

El Oficial no, y Ruth rió. Cambien.

%
Yo llevare la Información acerca de Iu hermano/ dijo él. 'Pero le advierto, nada
pasará/

'Gracias/ dijo Ruth.

'Vuelve manara/ dijo el oficial.

Ella volvió al siguiente día y el guardia, Ivanr estaba esperándola. Él tenía azúcar,
pan y seis fr¿¿aüas que Je dio.

'Firma tu nombr^/dijo él. *Y pon tu dirección.'

/O
ÉJín escribió 'solano bombardeado' y le dijo donde estaba.

Una semana después, Ruth estaba preparando un la de cumpleaños. La rnayoriri


de los niños habían sido invitados. De repente, ella oyó un iukla y corrió afuera a
encontrar a Jan peleando con un soldado. El cuchiuu en la mano de Jan estaba
terca tlef cuello de) soldado, y Jlmpv el polio estaba picamio ¡os tobillos del soldado

'ijnn vola ese cuchillo!'Gritó ella, EH¿ se lanzó en l.i pelea y lodos ellos cayeron
sobre la tierra. Ruth líró et cuchilla desde la mano tle Jan.

~*E$ta es una Nnda bienvenida, ¿no es asi'' Dijo [van el guardia, cuando ¿I recogió
Su norro V le Quilo el polvo.

IfiHh recogió d cuchillo, XNO le entiendo, Jan?' Dijo ella 'ÉJIos son nuestros
amirios.'

'Ellos son soldados,'dijo JDO.

'Silos son soldados rusos, no Nazis, filos i/imeron a nacernos libre y a cuidarnos,'

"Yo odio a lodos fos soldados/ dijo Jan. Y él nú entrara al soteno cuando los otros
esien dentro.

'Yú Tengo algo de información acerca de lu hermano, Edek/ diju Ivan a Ruth. 'Él
esiá en un'camyameiiio en Posen/

Ruth lanzó sus bra;o£ alrededor de su cuello y Jo besór '¡Gracias, gracias!'

"Y yo he Iranio un regalo de curnpfeañc'S p^ra ti,' dijo el. 'Esta es algo de
chocordi?.'

'¿Qué es chocor3te?'iJijo Grama.

Repen ti ñámente. Jan apareció en la puerta. El estaba llorando.

'No llores, niño,' dijo tvan, %Yo no estoy enojado.'

Jan estaba tendiendo su pequeña caja de madera. Estaba en trozos, '¡Tu caíste
sobre cNa y se rompió!' Gritó él.

'Yo la reparare por ti/ dijo Ivah.

Jan ^acudió su cabezd enojosamenie, y sigo cayo desde líi C3>íi rota, fsia ers fa
CL-;;,):?.! iilnteüd^ Que Joseph le habia dado nace más de ik>5 ¿ino? anees.

ftulh Ja recogió y la miro atentamente. ¿Donde ella la había visto antes? Entonces
it\s Is reconoció Esta era el regalo efe cuiTipJeaño^ que su padre Je había dado a su
madre anles üe la guerra. Entonces eifaj t^mbiéri, tjmpnró ^ llorar.

'tMas Jíiyrlm55!' dijo Jvan. LlDiscúlpame, mientras yo SdJgo a buscar mi paraguas!'

y él se marchó sorprendido por loJa lo gue había pasado.


I

• Buscando a Edek

Mientras Broma estaba tJürrmendo esa noche, Ruíh v Jan hablaron. Había mucho
que Ruíh quería saber acerca de su padre, y Jan lo poco que eJ recordaba.

'¿Por qué no hablaste acerca de él anles^1 Ruth queri saber, '¿Seguramente él te


dijo nuestros nombres?'

pero la guerra hace extrañas cosas a la gente- joven. La preocupación de


encontrar carruda y mantenerse vivo cada día era suficiente para hacer que Jan
olvidara a Jüsepn. Pero adora é\ lo recordaba, y él recordaba algo más.

'Él estaba yendo a Suiza a encontrar a tu madre,' dijo >Jsn.



Por la mañana, Ruth sabía la que etfa debia hacer,

'Nosotros eraremos V e|1í| o a Siiua d ericüiiiror a p<ipá y mamá/ üljo ella A


Bronia.
'¿Dónde está eso?' preguntó Oronia.

'Millones de kilómetros lejos,' dijo üan.

'La primavera esta" comensando/ ti y o Ruth, ' y en verano estará hermoso dormir
bajo las estrellas. Bien iremos a Posen p^mero, para encontrar a ErJek. Esto e$tá a
sólo doscientos kilómetros. Mosoiras podernos mendigar por comida.'
t
'Vo la robaré,' dijo Jan.

Ivan les trajo rápalos para usar, y una caja de madera que habla hecho para Jan.
GMos se marcharon úe Warsaw llevando suficiente comida para un día, dos
frazadas, Jimpy el polfo, y '^ C3}3 de madera con Js tapada placeada en ella.

La calle afuera de la cuidad estaba abarrotada ton refugiados. Algunos estaban


yendo por un camino, algunos por otro- esio no parecía importar que camina más
IJrgo ellos estaban moviéndose. Camiones Cleros ¿Te soCdados ios. pasaban.

'Yo deseo que nosotros pudiésemos andar en camión,' dijo Jan. Mlmpy está
cansado de llevarlo y a él no Je gusta caminar.'

'Yo quiero caminar/ dijo BronJa. £!fa estaba orgullosa de sus zapatos. No muchos
Je Icig refugiados usan zapatos.

Pero ella empezó a cansarse después y estuvo alegre cuando un camión paró y los
dejo subirse por mie'nlras. Ellos se sentaron en la parte trasera y comieron comida
que elfos haDian llevado en *us bolsillos. Esfaba anotMeciendo cuando el camión
paró para que ellos bajaran, unos dentó sesenta kiTórneiros más cerca de Possn
^
Esa noche, ellos durmieron en un granero vacio. Pero fos camiones no pararon n\
día siguiente, y por la noche ellos habían caminado solo tremía kilómetros. Sus pjes
dolían y elfos estaban muy cansados.

En la tarde de! cuarto <Jta, ellos llegaron a Posen. En la primera cabana de


guardia, Ruth mostró al moldado el pedazo de papel que Evar te habia dado. Este
tenía el nombre de Edek y su dirección en él-
'El tampaiftenio es una gran cmisiiucclbrí bajo til rio,' les dijo el guardia. ¥ ellos
fueron a entonlrarto.

El ministro del carnpamenl.¡ no subía natía acero) de Édck, pero un médico podía
ayudarlos.

*Yo envíe 3 Cdek Balickt a el campamcnio de Waithe con oíros prisioneros


enfermos.' dijo él. Antes Ruth podía preguntarle acerca üe la enfermedad de Edek,
él se había ido.

*Ef campaiTienlo estaba a solo un kilómetro, río abajo/ dijo el ministro,


i
Pero Edeck no estaba en oí cíim[iiim<jnio Wa<the tampoco. El hon~bre n"r*£" habló
a Ruth lo recordaba bien,

'Él era un niño desconlrolado/ dijo *' "^' chuyo esta mañand, pero yo no se dondi
él fue,'

ftiiih no quería continuar a Suiza sin EdeR. En el pueblo de Kolma, justo a! norte
de Posen, había un gran eatipo de cocina, asi que este Fus donde los niños
siguieron. Todo parecían estar yendo allí, •/ ellos pronto empegaron ü ser pane de
la multitud moviéndose.

En el pueblo, Ruth, Bronia y Jari estaban presentando un campo ton muchas otras
personas jóvenes, entonces después üe cantar juntaron una cold para el din&ro,
Ruth podía oler sopa cuando la línea de hambnenios niños se movía hacia Jos
campos de comida rusos.
h
AmmeriEeH |a guerra esta casi terminada/ dijo d cocinero, cuando el puso sopa er
un plato y lo dio a Dan. ÉJ v<o al pollu bajo el brazo de Jan y puso una cucharada
extra de sopa #n el pfato. 'Eso es por fu enfermo ornJgo,' DIJO él a Jan. 'ttsperó
hacerlo Incorporarse y cantar1'

Alguien PUSO pan en la mano do Jan y él pasó la^ cocinas para encornar una
esquina donde sentarse,
."
'iMira donde e^lás yendo!' grito una viyj.
t
]an cayó en los pies de alguien. El pialo golpeó una piedra y se rompió, y la sopa
corrió por el polvo. Pequeños pedazos de carne y pan y vegetales quedaron sobre la
tierna.

RepentiriaiTientc, iodo el control desapareó. La cora empero a agruparse


salvajemente, hambrienta, luchando niños, y Jan estaba en el centro de la pelea
cuando los niños (ralaban de conseguir la tonihla, Ruift corno haoa él, lenia miedo
que Bronia Caliera herida. ENa no sabia Qu£ el cocmern habiñ tornado 3 Broma y la
había mantenido fuera del peligro. Ruih, también, =mpe¿ó a ser pane de ia pelea-
Niños estaban debajo de ella y sobre ella, Ella alcanzó la comida - pero enconrrtJ
una mano, l'or alguna razún, ella Id mantuvo sohr' p^ia.

Al final la pelea paró, y los niños empezaron a alejarse. Un sucio y magullado Jan
se puso de pie, Cejando el [fíalo roto snhre p[ su»lr>

Jlmpv tumbado quieto aún.


Jimpy aúnr Su cuello estaba roto.
Ríiih estaba aún sosteniendo la mano. ÉWa buscó ver de quién era esa mano.

Es¿ era de Ede^,


'
7

Atravesando el país

Había aún unos pocos Irenes saliendo desde Posen, y Ruth, Édek, Bronla y Jan se
dirigieron sobre uno. Este estaba lleno de refugiados y se dirigía a Berlin Ellos
estaban en unos de los v-igoniís Abiertos, que estaba frío, pero que no tenía mucha
genio. -
.
'Yo no quiero andar i"; e£le vagón/ dijo Pronia.
_
^Nosotros leñemos stierTe de estar ledos aquí/ le di]0 Ruth, 'Cientas de personas
están yéndose de Pesen, v ellos han esperado por semanas.'

'El doctor de cdek busco enviado de vuelta ai campamento de Warthe/ dijo Jan.

'Él dijo que queíia hacer engordar a Edek/ Dronia rió. 'iComo un pollo de
Navidad!'

Ruth miro a su hemiario. Su rostro estaba blanco y muv delgado Él tenia dieciseis
ahora, y hace do? años y medios desde que cilla no lo veja, pero éJ no miraüa c^rno
elfa recordaba ¿ Edek.

EJIs miró a Jan. É! la haf>í¿ ¿ytiriatfo con Bronia y mantenía su irisieía tonsigo
mismo des&ués de JA muerte de Jimpy, pero elfa no estaba segura que él se sintiera
cómodo con Edefc.

'Jan se pondría celoso de Edek,' pensó Ruth.

Su miedo parecía ser c¡er:o cuando las personas en el vagón abierto emoersron a
contar sus aventuras, y sus escapes de los Nazis. Después vanas ottas historias,
edek contó la suya.

^Yo estuve llevando el trabajo de una granja cerca de Cuben/ dijo él. "Vo Iraié de
marcharme, pero ellos Siempre me atrapaban - hasta el Invierno anterior cuando Ja
Querrá comentó a gjrar en conira de los Na?i£. Vo me evcnníií bajo un rren,
sos teniéndome con rnls bracos y piernas, y consiguiendo volver a Polonia/

ían dio una cmel nsa VPor qué no vtajas fie esa manera aquí? Así el i^esto de
nosotros lendremos más espado.'

"Vo nunca podría hacer eso de nuevo/ dijo fidek.

"No/ dijo J<n\ inirdndü los brazos k>s brazos del Edekr 'Y LÚ no lo hiciste ñutes No
hay habitaciones para irse tumbado bajo UM tren, y no hay como sostenerse d«
estos/

EdeV empujó
ernpuió a Jan con lo$
lu$ píes,
pies, VHas mirado bajo un iren?'él
tren?'él describió la parte
pane
de debajo fíe
de un tren precisos detalles,
deíallps, y Lodos
lodos excepto Jan le creyeron.
'¿Por que U* no ftilsle fUTogvidüí' Qutvra saber Jan.

Toi r¡uc £l tren atravesó un poco di> ¿irjua, y esla empezó a congelarme/ dijo
Edek. 'Yo pror >-t me volví una pr+.*?a rio hiolo, congelado a la parte inferior oVI tren.
Después, yo oí voces polacas y supe que nosotros estábamos fuera tic Alemania. Mi
voz era Ja '¡nica parte de mi que no estaba congelada, asi que yu grité por ayuda.
El je'e de la estación vino y rompió el hielo y me sacó desde b^jo del tren. ESTO
llevó dos horas para que el lúe/o desapareciera/

Después, cuando todo estuvo calmado y 'os refugiados durmiendo tirados bajo las
Frías estrellas, Ruth susurró a Ed^k, VPso realmente fue verdad?' 1

.'Sí, oso fue vcrrtníl,' di]o él.

illa tomó Su mano y la mantuvo en i<i yjya. 'Nada como esto debió haberte
pasado alguna vez/ dijo ella.

Nueve días después, al fina de Mayo, oí irtn llegó a Berlín. Algunos de los
refugiados inmediaiamenie desaparecieron en las polvorientas ruinas de la cuidad,
oíros esperaron con su equipa^, sosteniendo que alguien les daría comida o les
diría donde ¡rL Pero suyos era el segundo tren de refugiados este día y no había
suficjenie comida para todos,

Pero los ivñoa estaban felices. E Non se marchaban a la estación ncndo y gritando,
sobre su camino al campamento de refugiados no IPJOS de allí. Sólo unas pocas
semanas airas,
atrás, ellos habían estado en Warsaw; diez días airas, Édek
fdek había estado
desaparecido. Pero ahora rodos olios
ellos estaban juntos y en Ja tercera
tercera par<e
parte del
camino a Suiza,
Suiza.
j
El campamento era un viejo y vacio vatio eme.
cene. Este era cálido y seco y cómodo, y había
h¿bí¿
comida para comer. Después
Después de oiai.ro
cuatro platos de sopa cada uno los niños fueron a
üar frazadas
fraiadas y colchones y llegaron a la esquina de la sala donde ellos encontraron
un lunar
lugar pars (larmir.
(fcmviir. Pero aunque esíe
esiií era
p.m cómodo, el campamento iba a ser su
sólo unos pocns dias.
hogar por solo diíis.

'El camino
camino ^ Suiza es aún rnuy
muy largo/ Rulh
Ruth recordó ciernes. HNosotros
recordú a ios demás.
1
debemos continuar.

'Torna la caife Potsdam y sigan sus nances.' la familia les estuvo diciendo, y ellos
'Toma
se fueron, cantando una alegre canción. Los soldados
soldados rusos marchaban después de
ellos, formando Mas de mujeres
mujeres y niñas en uniformes grises
grises-verdosos.
-verdosos. Estos eran
seguidos por cientos
seguidos cientos de careos, (irados por cabalfos,

Al día
dia siguiente,
siguióme, ]QS
ios niños atravesaron
atra«esaron el país hacia Bitlerfeid y Halle. Un oficial
británico les había dado algo de cJjnero
djnero para comer, pero
perr> esie pronio se acabo y
ellos lorian
tenian Que
Que conseguir un trabajo m¿is. Esto era difícil porgue
porque las
las fábricas
estaban cerradas, y las granjas estaban ocupólas por los prisioneros libres de la
guerra. Algunos pueblos
pueblas se negaban a uermiLr entrar 3 a los nirtoa porque no había
más comida o lugares para que ios refugiados se quedaran.

Un campamento tenia una escuela para niños; polacos. Si los niños permanecían
allí, se decía, que ellos recibirían [oda la comida y educación y salud:
salud que ellos
necesitaban. EUek
necesUdüau. Eutfk eiinba muy calleado
cansado Cuando eiio¿ llegaron, y Ruth esiatirt
empezando n a quedarse
quedarse cuanto más el necesiMba descansar Pero Edck se smtió sintió
mejor después de unos pocos días y una mirada a la espada plateada fue suficiente
parn hacerlo querer continuar a Suiza.

flsi que elios llegaron a '? frontera del territorio ruso.

En el primer día de paz después de finalizada la guerra, hubo muchos lugares


donde era bastante fácil moverse pasando desapercibido de un territorio a otro, LOS
niños hicieron esto en alguna parte del bosque en Tburinnjan. Esto era solo
diferente en los uniformes de los soldados, y las extrañas palabras de las seriales,
que íes dedan a elfos que estaban ahora en territorio estadounidense.

Problema con un Tren

AJiora era medidos üe Junio, y Edek no estaba mejor. Cada día él cammaba más
lentamente, y por la nuche su tos mantuvo ¿ Ruth despierta ¿Na deodjo que él
debía descansar por una semana.

Ellos hrcieron un campamento cerca al rio e hicieron planes para estar allí hasta
que Ruth y ^an ganaran suficiente dinero para comprara Edek un nuevo par de
botas. Ruth tomó un trabajo de limpieza en un Jocal escolar, y .Jan consiguió un
trabajo en una granja. Edek descansó bajo los ¿¡ruóles con urania cuidándolo.

Había abundancia de comida desde las cocinan de coñudas del ejercito cerca í¡e su
campamento, pero vanas veces Jan llegó a casa con latas de carne o pescado.
v
cDe dónde lleganí-Le preguntó RuUi.

* De la granja/ replicó Jan. 'Él es muy generoso.'

Pero había extrañas escrituras sobre las latas, y Ruth empezó a sospechar que Jan
estaba minuendo. 'Esto es comida estadounidense, y creo que la esui robando.'
Contó ella a EJek.

Edek quiso una respuesta al misterio. Sin decir nada a Ruth, la tarde siguiente él
fue solo a Id granja donde lan trabajaba. Él se escondió deírás de un árbol y
esperó. Él vio a Jan marchándose de la granja antes que el día laboral hubiese
terminado. En vez de regresar al campamerrto, Jan se apresuró en salirse al camino
opuesto, y atravesó Ja cuidad.

Edek lo siguió a la línea del ferrocarril, donde un riño saltó desde detrás de un
árbol al otro todo de ]a carretera. El saludó a Jan, quien (o hizo cruzar.

Eriek fue más cerca, pero se quedó fuera de i,i vista y esperó. P esperó lanici que
él empezó a preguntarse si elfos se hablan ido. Entonces repentinamente Jan salló
ilesüe detrás de los árboles y corrió a lo laryo <IP uno de los lados del ferroca~ri!H
bada la señal rampa. El otro niño había desaparecido,

Edek subió al árbol que le iiaüa uiid buena vista de la imea. ¿I vio subir a Jan a ta
señaT rampa, que funcionaba al otro lado de la línea, entonces se tumbó sobre la
cima del piso, por encima tfe la linear ¿Qué estaba el yendo a h.icer?

^Yo debo ir y averiguar/ pensó Edelí.


rf^

Él b-i|ü desde él árbol y lúe a la parí*? inferior de la senat rampa.

VQuc estás haciendo. Jan?' Él llamó

Jan no habla vtelo a Edek hasta ese momento. '¿Márchate!' 0¡]o é',
enfail adámenle.

Entonces llegó un ruido cuantío la señal cambió a verde.

*i Márchate?' Gritó Jan a Edsk. V él se lanzó ú la señal y empezó a tirarla,

Edok oyó el sonido de un ircn disiame.

'iD-ija!' Grito a Jan

Jan no hizo caso. £1 trabajó rápidamente con una Iteve y un par de corta
alambres El sonido del tren creció más fuerte, y el sucio huru- ascendió por uncima
de los arboles.

'¡hará tin accidente!' Pensó Edek, y empezó a subir af lado de la rampa,

Edek no estaba fuerte. Tosiendo gravemente, él se hr¿ hacia arriba de la cima de


la rampa. La señal ahora había cambiado a roja Un enojado Jan se movió pasantía
el rostro de Edelí, casi botándcJo fuera de \a rampa. Él dijo alCjO, pero Edek no pudíj
ofrio pc-r causa del juido del tren. Aún preocupado per el accidente, Edek se LevaniQ
sobre la rampa y saludo af tren. Pero la señaJ c^aba en rojo, donde Jan la había
Puesto, y el tren ya estaba parando.

Una oscura nube de sucio humo rodeó a Eúefc CüdniJo él terniioo de Coseí" y
limpiar sus ojos, él vio a alguien gritándole desde abajo.

Es I o era un soldado estadounidense.

V el soldado tenia un arma en su mano.

El comándenle Greenwaod del ejercito de Estados Unióos se sentó en la


hrftirración ile júrelo y miró al n<no enfrente de él.

"Tu paraste ef tren e Ibas a rohür la comida de este,' dijo él.

'NO.'-dijo Edelí. 'Quiero decir que si, y" paré el Iren. Pero no, yo no iba a robarlo.'

"¿Por qué lo hiciste?' El comandante Greenwood no entendía. E! niño estaba


enfermo, y el no parecía la agradable persona para jugar aclifirosos juegos con
IrüIlEi,

Auies Etlck pu<lo reb^nde^ hubo un ruido en la parle irnserri di? la sala de juioo.
Un sol ciad u venia hacia delante con un mensaje del coman dan te Grfienwuod. Hubo
una conversación susurrada, entontes el comandan te [fijo, 'Si. :of¡o esiA tiren Ei
1
ellos pueden ayudarnos,
ayuda tráiganlos.'

Ruth, Jan y Orón


üroma fueron tr^irío-i y se püriiron al lado de Ede<- bronu s^iluvo la
rnano de Rurh y so
mano sonrió. Jan estaba niordjéndose el labio, pero sus ojos estaban
enojados.
H
Ha habido un error, y yo he venido a explicar/ dijo Rulh en polaco. 'Este es Jan.
Todo es su tullía. Vo querrá hablarle ' Hubo un soldado estadounidense quien
nublaba polaco parado cerco» de ellos, v él le como al comándame Greenwood to
qué Ruth esiübíi diciendo.

'¿Quien es la otra chiquilla?' Pr«Quinó el tornandanio.


H
Mi hermana, Bruñí a/dijo Rulh. *Ella no Iienc nada que ver con esto. Nos u I rus
eramos en nuesiro camino a Sui^a y estamos acampando cerca del rio,'

'¿Tiene algún padre?' Preguntó el comándame Grccnwood n Jan.

"No, ruiih os mi rn^d,rc aliara/ dijo Jan.

Ruth hijo lo mejor al explicar esto, y las cosas que han pasarto en la lineo del
ferrocarril.

'As¡ que," dijo el comándenle Greenwaod a Jan. después que Ruth pare de hablar,
'tu no Nenes padres. Huíh Galicia esta actuando como tu madrn. Tu dices que Eded<
BaliCki IIEJ [j.irí, d Irc», pero í\uf. lii lo hiLisli?. ¿ÉSO es coircctu?'

La respuesfa de Jan fue haber corrido de repenie a la puerta. Dos guardias lo


trajeron de uuelta, dando paladas y mordiendo.

'¿Puedes controlar al nlñoV Premunió el comándame Gríenrtood a Ruth.

'Él u'ene miedo de los soldados,' dijo Ruth. h Si usted erwia esos guardias afuerü,
S£ñOr, yo pienso que él se comportará. J

El comandante Greenwood se sorprendió, pe»o él decidió var si la nina pslaba en


fo correcta. 'Dejen al nrño y esperen afuera.' les dijo a Ins guardias,

Dtepués que los soídadoE. dejaran 1^ habitación. Jan comenzó a. CíifniarSG.

'Cuen^nDS que pasa/ di]o el Lomanaánte Grconwood

'Esto no es culpa do Edek/dijo Jan después de un momento o dos. 'vo cambié la


señal y él me detuvo. Y nie afeje corriendo y é! fueaírapado. Ésto fue f'cif de
marcharse, pero é/ es un niño muy escupido para su edad/

'¿Por qué paraste e[ tren"*' Dijo t\ comandante,

'PorloE uaaooes de comida,'

'¿Tú Ibas a robarlos''

'NO,1 dijo Jan.

'Asi que rú eri^


eres n no ríe
t\e vnrm;;
vnrtt lüíTroncV dijo *;! comoncIjiUc 'íTíimbicn vs Eílok
Balicki
BaliCki uno?'

H
NO/

'¿Quiénes son los oíros?'


«

"Yu nunca los ttít visio. Yo no sé nad;i acerca ríe ellos.' dijo Jan. HSi yo lo faciera, yo
lu Fi.ibha drtho.'

'¿Qué le paijaban las oíros rúftos par,i parar t¡\ tren"1' Pregunto el comandante
Gnaenwood.

'Nada/ dijo Jan. hA vetes ellos m daban oigo de la comida que ellos Novaban/ _

'Peui tu dijiste que nunca los habías visto/

'EJJus son lisios/ fliin Jan. Elfos me di:) aban l,i comida en u" escondite, en el
ÜQSqile '

'Pero tPor qué \¿i rolioba^ comiiJa ctiando lú podi>t& conseguiri-i abuinlamcnserite
flesdtí las cocinas ílcl ejercito5' Prufjunió cJ toiiundancg Greiínwood. 'íE:5tt> es ^ólo
un niíil rabilo, no''

'Los Nn^is robaron loüo íte ilustro pis/ üiju Jan. 'Atiora es miubtru tumo íTe
robarles a ellos/

J
Pero lu has estado robando esto que eí tonniid es todo un ¡dense, no comida NÜZL
Esta es enviada aqui para alimentarle y a iodos IOS Oíros refugiados. Si tú la rcbas,
tu ¡PS estás rouaiido a ¡us pioplas personas. ¿Tú plpnsas que tilo es correcto o
adecuado?'

Jan comenta a llorar. 'Edok e¿lá eníonno, y lodos nosotros leñemos hambre. Yo
siempre robaré Si nosoiros tenemos hdmhrc.'

El comandante GriMíOwood movió los papeles alrededor de su escritorto 'E<tek


Balicki/ dijy ti, 'tú le puedes ir. Jan, tú pagarás 200 marcos o irás a prisión pot
siete días/

Y Jan hablaron Juntos prjr un mlnulo, enlonces RiUJí <fijü É *Jan dijo que il ira a
prisión, Nosotros no tenemoí; suficiente, dinero para pagar 200 marcos.'

'Nosotros estamos guardando nuestro dinero para comprar algunas botas para
Edek/ dijo Broma.

'Esto no es tanto. Jan, y estarás protegido/ djjo el cornaridanfe Green^ood, con


amabtfíífad. 'Cuando tú salgas, estarás con esté madre - quuás eJIa podrá
enseñarte ^ no ••obar. Y fe recordarás enviarme una posial cuarido tú ¡legues a
Suiza/

Eí Griinjerü Bávaro

• Era terripr;3rm en mía mañana de Julio cunnrJo un ijr^nirrro invarp empujo


fibnrjnilo la putírtft ao su yraiero. Él miró en el oscuro edificio, rtícarclantfo Eos
ruidos que él había oído, tste estaoa tan tranquilo que él empezó a payuntarse
si éf había cometido u o emir. iR^penij^^amenie. una papa salió volando y lo golpeó
en el cuello1

'iSaJ!'Gritó él.
Ruth apareció seguida por Edek y Gronia.

'Nosotros solo estuvimos aquí Ja noche 3nierlor/ explicó Ruth. 'Nosotros no


hicimos ningún daño a su granero/

Q[ra píip;i golpeó \n camina del granjero. hiNü dañaron!' Grlló álr 4i¥o supongo que
eso fue un regalo de cumpleaftosí'

Bronia no y Edek sonrió, pero Ruth estaba enojada.

'¡Cuándo crotoras, tú ruño nericu1 Dijo e"-", 11 roteando a ]an hiicra fuera del
Qfilncro. 'pille perdón/

'Perdón/ dijo Jan ai granjero.

'Ahora í|Lii7<i£ tú me cuentes qué estabas haciendo allí,VdiJo el granjero, mirando D


Edek r

Eílek explicó quienes eran ellos y a dónde ellos estaban y^nrlo. 'Fue después ríe
oscurecer cuando nosotros Negarnos la noche anterior/ dijo él. 'Nosotros no
queríamos despertarnos.. Pero nosotros le pagaremos por usar su granero, haciendo
un dia de trabajo/
h
Por supuesta/ dijo el granjero. n V si yo no quedo felrr con eso, yo le daré aF
burgomaestre/

VQuc es un tiurgomaestre"?' Preguntó Bronia.

"Él es un liThQortaniÉí oncial de cuidad quien estará muy interesado en tí,' dijo e!
granjero. VTü eres polaco, o no? Bien, hay una orden diciendo que todos los
polacos deben ser enviados a Polonia ahora. Este es el trabajo ríe' burgomaestre
que ve que esta tmíí'n se» ubedecida.'

^Nosotríis justo hemos venido de Polonia/dijo Ruth. 'Nosotros no volveremos de


nuevo/
H
Nosoíros vamos a Suiza a encontrar a nuestro padre y madre/ dijo Broriia.

'SI el gobierno decide que usiedes deben voitf*?r. entonces ustedes volverán,' dijo
el granjero. '¡Y fanzando papas no se salvarán' Ahora vf.fujnn adentro y tornen un .
poco de desayuno.1

En el interior rlp la casa del granjero, sobre una mesa de la cecina, harija café y
pan fresco.

'lEmma 1 ' U^rno ^' gríirijcro. 'Nosotros "uñemos cuatro visitas, de Polonia, flüíh,
Ede^;. Jan y Bronia. Esta cí Frau Wolff, nir esposa/

un gran y ¿fjradablc aspecio de señora \n dio (a mano a rada uno de cHoíi.


Entonces cll3 se fue a buscar mas pan y café. Ola podía hablar polaco mejor que su
esposo, y la conversación se hizo más fác»,

'¿Cómo conseguiste esa suciedad subrí? tu camisa3' Preguntó Frau WolTf a su


esposo, mirando al JuQar donde Ja papa Jo liabi'i golpeado.
'Esio fue un legnlo de Polonia/ replico el granero, sonriendo a Jan. Y Lodos ellos
nurcm Linio i|iic udos casi üran el tillé.

"Cnmu Todti lo qu ? u> , ] . ' • ' dijo Frúü Wülíf, poniendo más pan sobre la mesa.

"Nosotros recibirnos muchos refugiados atravesando por aquí/ dJjo el granjero,


tornando su café. 'Ustedes rro son los primeros que he encontrado en mt granero,
pero etlos han trabajado por su comida. ¡Asi que no cre-in que usté des-conseguirán
unas vacaciones conmigo! Oler* empiecen a trabajar adecuadamente después del
desayuno.1

'Permíteles descansar hoy, Kurt/ dijo su esposa.

El grNnjoro qnlpeó la nitisa con Su mano. *Yo no creo nn hacerles cosas fácj(es
para Jas personas/ dijo él. 'No, ellos empegaran ahora, ííuih y Jan pueden venir al
Campo, Groniu puede ¿(¡mentar las gallinas, Edek puede -/

*£dek estará en lii cocinj y me ayuüaró,' Uyu su y&poía. ^íl no está lu


su f Id en I emente inerte para Irabajar afuera/

Y 1.1 niiriKia que elld ílio a su esposo le hizo ¿clarar que olla no quería ninguna
discusión.

La granja de Kurt Wolíf en lo olio de Ja ladera bavsra, no lejos de Oléeoslovaquia.


HaL-¡a ínLuJus ilcrochos en las cimas de los Jaocras, y entre las laderas estaba el rio
Falken,

ijnus ^ocus kilóineuus mas lejos esraba el pueblo de Boding, dunde cada día el -
buryomaeslre recibía sus ordenes desde los sdúados estadcujniíjenses quienes
psljban viviendo allí. Sus ordenes eran cnv<ar O TOdOS lo? refugificlos polacas y
ucranianos de regreso ¿i casa en Tos camiones estadounidenses.

La mayoría tic los refugiados estaban contentos de ir a casa, pero otras Tcnian sus
rajones para no regresar. Ruth y su familia oo querían regresar, asi que ellos
leni.-in prohibido escar a la vista del burgomaestre.

]an quiso vivir en lagranja. Él dijo que esto era tan bueno como su semana en
prisiún, que iál había disfrutado mucho* Él se hizo amigo con un viejo perro
Ifamado Ludwlg. Hasta que Jan llegó a la granja, Ludwig justo &e tumbó aJ sol sin
hacer nada. Ahora él seguía a Jan a todas partes

Un día, cuando ellos estaban en lia cocina, RuTh miro una fotografía de un joven
que estaba sobre el PíTíHnte.

'¿Quión es esc?' Preguntó ella.

'Ese es
es mi hijo/ dijo Frau Wplff
Wolff tranquilamente.

" 'Usted
'UstPÜ nn
nri nci.
n(ib dijo
(lijo f|Lir:
T[\.ie. tenía "¡ños,/
niños/ (JpjQ
ilijO tdek.

'Nosotros no leñemos/ rJijo dijo Frau wolff. HHans fue asesinado en el NorteNorte de áfrica.
1
Ruííol!,'-. umí-1 lujo
hijo ni.ji
mis jQvÉjfi,
jo--t;riH murió
niurió cuantío •:!
e[ csl¿i^¿¿
csUiOü peluoriüo
pelejrido pií'o
píiru nianlüner
inf>nicner a Icií
Eos
ru&os fuera de Warsa-.v/
Warsaw/

7
íEra él un general mogela
modela cTel ejercito
ejercito'''' Preguntó tdek.

' Z-f
'Sí,'dijo Frau WoHF.

'Quizas nosotros lo vimos/ dijo Jan, mirando atentamente Ui foto. Todos ellos
Liaban uniformes como esos, y los ufaban paia esconderse en La ruinas y
dispararnos. Nosotros los odiábamos,'
.

Algunos de tos alemanes eran agradables en los primeros (lias de fa guerra,' dijo
Ruin.

Jan miró fijamente a Frau WolíY, entontes volvió a mirar la folo.

¿Cómo pudieran esas personas tan agradable tener hi]G> quienes hayan sido
soldados alemanes^ Él no lo entendía.

^listed y Vo deberíamos ser enemigos/ ilijn ól -il granjero.

'B único enemigo que lu üenes/ dijo ti granjero, hes el burgomaestre, y él no te


ha dado ningún problema aún.'

'Rudolf amo a Ludwig de la manera como tú IQ haces/ contó Fiau Wolff a Jan. 'El
perro se tranquilizñ v se puso triste cuando Rjdoff se fue, pero aliora tú has venido
y éJ es lan feli? corno él solía ser. Tú eres como Rudolí en otro modo, también/

'Oti/ dijo Jan.

^él fue enviado a Warsav.1 para asesinarnos/ <Ti)o Ruth. "YO no supongo que él lo
tiuisi^ra mucho. Si él estuviera ahora aquí, él son** (an fimigable corriti tu lo eres.
Frau WoJff. Todo párete ¡an estúpido '

n
'¿Tú
¿Tú deberías quererlo por ser nuvstrd
nuestra madre, o nüj Fr^u Wolff 5 ' DIJO Broma,
no, Frau

H
SÍ, mi querida, yo debería queremos
quererfos por Tenerlos
tenerlos a todos, Pero tú
lú tenes
tienes lu propja
madre
nadre y maotro^
nüsotro^ debemos
debernos ayudarte a encontrarte/ Ella giró
giro hacia Jan. Til
Tú no
tienes
:ienes madre. Jan. ¿Te gustaría quedarte aquí?'

¿Sí, yo lo haria,
haría, por fo de \udwtg.
Ludwig. Pero yo llevo bastante yendo con Ruth. Y la
espada
?spada no
no me dejaría
dejaría estar aquí/

'¿Quií espada"^ Dijo Frau Wolff.



Jan la buscó en su caja, y explicó como
romo Joseplí
Josepii Ralickj se la había dado, hace
lucho; y cómo esta fos ayudaba a continuar cflifa
mucho; cinta vez que ellos se
w sentían sin
!£.peran;a.
esperanza.

El la puso en el estanre cerca de la foto de Rudriir,

Esta iluminó mmediaramenre en la luz del sol <k i¿ veniana.

10

El '',\- '\--. .•.•••• rtr*

Al día siguiente. Jan y Edek estaban trabajando en los campos cuando un üuto
asó por la carretera lanzando hacia arnba una nuLe fle nol^o detrás de él. Este
Iba vi nj Ando muy rAptdo, y (Iesnpmeció <¡ctr-i'H i le algunos árboles Un mnineiito
después, hubo un eslrucmlo, scguiilu por un ijj No

'Este golpeó un drboJ/ dijo Jan,


H
No50ír05 (cuernos que u y ayudarlo/ dijo itil<?k. 'bl conductor pu^de estar llorido/

'No. Tú na sabes quién es, Etfeh. (Vuelve!'

• Pero Edek ya estaba corriendo a travos del cíimpo.

El auto había golpeado un árbol y un hombro es L aba afuera. H;ibía sangrú un ¿u


cateara.
'¿Esia iodo bien'' DIJO Eili?k, en ali-iu/in

^S¡, si/dijo el hombro. 'EJ airto nú ^í-i gr^v^mentc dañaúo. ¿Pucües ayudarme &
empuja rio di? vuelta sobre la carretera!.''

Tratare/dijo Edek, Él inviginñ t|ue ese hombre era el burgornaesíre, pero esio na
lo preocupo El alemán de EdeJíera lo suficieniemento bueno para quf- el hombre
no adivinara que él era poLnu.

'¿Tu est^ Irabajando yaríi Kurl WolflV Prpí]Lf"ló oí hombre.

'Sí, til usa ayuda exlra en esta época úel año/

RcpcrrtrnJinLienU*r uim pequeña prc<ira salió düf árbol ¿t los pms de Étfek. Etlok
levantó Li mirada y vio a Jan entre lo Jlto de las ramas, haciéndole señales.

'[.De dúnüe vienes?' Pregunto el hombre, cuarfdo ellos empujaron el auto.

'Oí Norte/ elijo Eook.

'Oh Yo pense que eras un refugiada/

E<íek empezó a toser. Empujar el aulo era tan dlfjQJ para éJ, y Ef hombre se dio
cusma de eso.
h
Lo siento/ dijo e! hombre. 'Tú no estás lo suficiente mente fuerte para hacer esto.
QuJzas el niño en el árbol pueda ayudar/

Edek se sorprendió de que el hombre supiese ijuc Jan esiabü aJlí. Ese es mí
hermano/ dijo é!. ^Baja. Fmnz,'

Después de un momento. Jan cayó al ^uelo.


h
tAsi que tú vjcnes desde Cl Nono, Fríinr?1 MIJO EÍ! hombre.

Jan no respondió. EJ no podía hablar alemán.

'ti - él no puede oir a hablar/ dijo Edek.


23
filos empujaron al auto cíe vuelta sobre In carretera y el hombre se empezó a
alistar para marcharse. Repentinamente, Bronln apareció y les habló en polaco.
Edek rápidamente replicó en alemán, pero el hombre no dijo nsda acerca de esto.

'Gracias por tu ayuda/d 1)0 fit. Entonces él entra ¿I ñuto y se marchó.

'iYo pienso que ustedes ¡Jos son estúpidos!' Dijo Jan.


h
¿Por qué tu escalaste ese .íibol?' Dijo Edek.

'Te avise qus eso erg <il burgomaestre,/

'Yo ya lo sabia/ ¡lijo L'dek. Tn todo caso, yo piensa que todo íue lo correcto/

'Enionccs Lú eres estúpido/ dijo Jan.


-P
Al din siguiente el burgo maestre vino n vpr ,.l yríinjero.

Todos los refugiados priscos y ucranianos deben ser enviados a cara mañana.
Usted está manteniendo niños polacos aquí-' V ?i burgomaestre le contó Jo que
liábin pasado d dia anterinr. 'Ellos deben ir a casa, como es rpita/ dijo él.

"Sus padres e^Ian en Suiza, y elfos quieren encontrndos/ dija el granjero.

El burgomaestre rió.1 Yo he oido cs¿ historia ¿mcs. Nadie esTará en problemas HII
e5ta casa s-ernpre que consigan llegar D Fr^iKia o Suiza. Pero tos surcos no los
tendrán, a menos que tos niños puedan probar que uno cíe sus padres está vivo y
ya en la cuidad '

El granjero tomó la espada pleiteada desde el Asíanle y 'e touió al burnumae^re


la historia, El burgomü^tre rió de nuevo.

'Eso no lo prueba. La madre de lus des murió o volvió a Polonia ahora, y "O hay
ninguna oportunidad en mil que el padre ha>a conseguido atravesar Alem¿rn¿ vivo r j

'Yo se que él esta vivo/ dijo Edek, quien justo había entrado a la habitación. ^Yo lo
sé en mi corazón/ Él tornó Ja espada desde el burgomaestre y la puso de vuelta en
el esfante.

El burgomaestre le esírccho las manos. 'Gracias por lo qué me hiüsles ayer/ dijo
é!. '¿Dónde aprendiste a habtnr alernjn tan bien>

Edek explicó corno él habiü sitio un prisionero durante la guerra.

Tú [TEbcs DíliarnoE,' ihju eJ bjrnoin^^rre.

'Yo tidm a los Nazis quienes se llevaron ni nm.istr-i niíidrí? y padre, y destruyeron
nupscrü hogar y nuestra cuidad/ di]o Cdek. 'Per» \\t\ iodos Jos alemanes son como
H^OS '

Duslo entonc&s, Rulh entro cnn nrnniíir líin y ludwiq.

'Un camión los llevaría mañína a las doce del merlmdia/ dijo ef bu rq o maestre. 'Yo
esperare que ustedes estén listos. Pnr favar na iraTén de escapar. Hay sóJo una
calle, v hay iní-vdins estadounidenses «n ella Hay guáralas en ios bosques,
lambían/

El miró cansado.

'Yo Jes advertiré de nuevo, no traten de escapar/dijo él.

Era tarde ui?sa tarde cufimlo oí granjero recordó algo.

'íUs canoas!' DIJO el.

'¿(Jue canoas"'' DIJO llalli.

£1 granjeio las busco, junto con tres rumas,'

'Estívs pcncrviOíri n mis dijo?," dijo oí "¿Han roma.lo canoa:?

'Si/ replicaron junios Édcfc v Ruth

'Hay sólo dos lugares difíciles en el rio Kalken/ dijo el granjero "Los rgpiüus, diez
kilómetros bajo el pueblo, y f- I Jij^' :kiri£ji' '.i' juEir.i con el rio Danube. Pero si
j^tedes^í 1 m^ntipnpii en ri media üd río, ustedes estarán bien. Esta es su úrMCü
posibilidad de escapar/

Asi ciue a las tres de la mañana, das canoas v cuijtio niños adormilndos •íc fueron
rio ob^jo r'rau WoJff le ílio filyo tle tomulfi cumulo el granjera puse las canoas HH el
agua.
h
Dcspidnnfc de Ludwig t>or mi/drjo ?nn. 'Yo la Mediaré mucho de tríenos,'

'Ludwig csiñ en alguna JJÍHLC del Loüi]tn:H' dijo Bmnia. 'Yo EooiY
H
Ludwjg e^Id íhirmiendo i?ji Céiiít/ dijo I riiu WolfF.
H
Edek y ^n, usledu^ llcvon las canoas con capacidad pura dos/ dijo el granjero.
Nosotros 'Nosotros pondremos el equipaje cooiiQO. Ruth y Bronia, ustedes deben
iacer un huero 3 alguien pn \a t^noa. Ctto es 5ÓEo ririrn^ntí* kilómelros hncJ/i el
Danube. Recuerden esxar muy iranqmlos tuando jstecies pa^en ¿I pueblo. No May
una asi que yo no creo que alguien los vea, Pero si alguien les dispara agáchense
:uanto puedan '

Buena suertt?! dijo Frau Wolf(

Nosotros nuncs podremos agradecerles lo suficiente por codo lo que ustedes


iicieron por nosotros,1 <lrjo Fícun.

'Yü luí retoríj^ró por siumpre.' rlijo bi unía.

Los dos niños agitaron sus reniot, y e) gonjeio üi-j j cada cjnoa un delicado
ímpujón hacia eJ medio del rio.

'Adiós/ dijo él. 'Buena


'Bullía suerte/

Pronto Plto^
Prünto elto^ i'^l-flhíin
estaban ¿lHianr!n<.r>
a(ejandoí.e f^nirí^mpnlp
rápidamente.

Después de;unos
unos pocos
pocos mt
minutos. Jan dijo, 'Esc.i canoa esta muy baja en el agua.
Hay algo pesado
s,Tilo en la puní*
punta.'

Repentinamente
nenie e! se afán
aJarmü, él putti su mano bajo el frenle d« la canoa,

Sus dedos tocaron


locaron una
una húmeda
NJÍ nariz,

•íEs Ludwigr
i!' Dijo
Drjo Jan, alegremente.
aleq

ii
i
Aguas Peligrosas

Las colinas se movían en la


l¿ oscundad. Por un momento, la Tuna apareció por
[letras de unaa nube y el agu
agua se hizo como una l.imrna de plata,

'Márchate, luria/ílijo
lurta/dijo Ruih. 'no salgas tic nuevo hasia que nosoiros liaynniüs
eblo.'
pasado el pueblo/

ioas se movían .rápidamente.


Las dos canoas

De nuevo lai luna


luna aparecpó,
apareció, eligiendo el mornenro equivocado porgue ellos ahora
inda por el puet
estaban pasando pueblo. Ruíh podia ver las sombras de fas casas, y los
camiones de refugiados que
que estaban estacionados en nilera.

'Ten o.ti<J>'i-:\--jü <jon el iiu^ric,


putíriK/diJo Édek

^e movieron ^acia
Jan y Edek se fia( adelante y pasaron bajo el medro del arco dtíi
siginó, apuntando
puente. Ruth siguió, apuntar por e] arco a mano derecha. Pero !ü canoa eniró en
irijiento, una
un lento movimiento, una pa
parte poco pro'unda del rio.

ruidos^ y Ruth
El agua era ruidos Rutri no oyó los pasos de alguien caminando a travos deJ
rll.i vía
puente, pero ella vio la sombra
somb de un hombre sobre ef agua.

'El agua estaá entrando,' diji


dijo Bronia. 'Vo puedo sentirla debajo de mí,'

Hubo un repentino
entino grito
gnto poi
por encima de eJ'as. Un hombre empezó a aguarse Ruth
no podía entender
mder qué estah.
estaba diciendo, pero entonces él puso un brazo al otro lado
del puente - y bajo
b'ajo a la potr
PQCV profunda agu.-i.

ÉI era un sofdado
[dado esiadouni
estadounidense.

Rulri (raro dee sparr^rlo, per pC-rO el hombre atrapa <tu r*vno v lo sasTuvo. RuTh tiró
fuerte, pero elI horncue soster sosienia el remo. Ella empujó y íiró el remo vivamente, pero
aún él Jo sostenía.snia. Entonces *ella dejó el remo, y el soldado cayó haoñ atrás cuando
Ja Caín *i fue llevada
levada bajo el ppuente y volvió al agua de movinueniD rápido. Alguien
f-.'-i'-'-j^ disparándole^
.'ni[l<;l'"í -ihorii, iriescle R! nn^nrc. RuKi nrú la csbcja dfr Broma harJa
abnjo y miró alrededor
ífrcdcdor por la oirá canoa. Euloncps !« luna fue detrás de una nube v
la oscura noche te se cerró
cerró alreí
alrededor de ella Los disparos pararon pero Ruih nú tenia
remos ahora yr eJ el aqua Jos Jos líeN
llevaba donde esta quisiera.

'lEdek 1 iJan!' tritó Ruth,


Eilas Iban doblando una curva y se tiraron hacia 'a mano derecha del Iodo tJei rio
El agua estriba Iratbquila alli, pem l<i p<ntc ro'unoi ¡lu la canon TOCO el EUOÍO y paró.
Ruth puso su iTrano sobre el costado y trató de empujar la canoa fuera riel suelo,
pero esta no se movió. El cielo empezó a Clararse y ella vio rocas en el agua

'Nosotras saldremos y empujaremos/ dijo ella.

Ruth y Bronia olieron de la canoa- v «o inmediatamente empezó a moverla [le


nuevo. Ruth la guio hacia una gran rocft, entubes la empujó hacia arriba úc
aigunas piedras ÍIÍLÍIÍ u.uf filaban por encima del agua. Ella levünió a Dronla sobre
la roca

'Nosotras debemos esperar aquí hasta la (u; dot día/ dl]U c!l¿

Ellas esperaron hasta que las sombras de la nottic desaparecieron, y ellFi pudieron
ver ef no entero. Esii* era blanco y tiavesüdu poi ocultéis rocas en lamparles
supcrliüales de cada latió.

fío Jichis señal de Jan y Edefc por ninguna parle, y -ainbas rnlds se scnlinn solas y
con nuedo Entonces Dronia VJQ algo en el agua, teres de la roca en Que ella estaba
sentada.

'íEs nuestro remo! Grlró pfla. 'iEI agua lo transportó nacía abajo a nosolrasi iQué
buena suerte! Ahora nosotras podemos continuar '

Pronto, Ruih puiln vi-.j los rápidos ríduniE de ellas, y ella supo üue este er^i 13
parle ni^s poNijnj^ Jel rio. Allí ef agua se movía muy rápida, de prisa entre las
rocas, algunas de ellas tan grandes como casas.

El rnitlu hmclKí sus orejan, y Grtinhi cerró sus íijus. Pero Ruth e rico fil.ro quü ülia
estaba casi lan eniodun^da para kíner miedo. Pifa lanzó su remo de un Jado a
cHro, siempre1 címibuuidü üel blanco, al agua ¿travesada donde las ¿«judas lOCü-Z SC
escondían. Esto se convirtió en una batafte entre ella v el salvaje rio. Pero un rápido
toque con el remo en el momenTO correcto era suficienre para dispar-ar^s de forma
segura pasando por cada roca

~ Entonces el rio $t> íirjo más acif.hu, y una de niinva hubo árboles sobre ambos
lados, & agua bajaba lentamente, v Ruth se dio cuanta que ellas habían conseguido
atravesar a salvo, illa pensó en Eüek y Jan. ¿habían ellos atravesado los ráplüos,
también?

Ella se echó de espaldas y miró el celo cuando Qronia durmtór Entonces elta se
empezó ¿ adormdar / cerró sus ojos

Ella se desparta <il i'nrorilrririEí «.i;nl;ida on gl ¿iguií. P^rs 511 h'jrrnr. ella ^n [fue la
canoo i. :> , :;u[|>^adu una roca una ruca en la supurTiLn: def agua, y riabiri un gran
hoyo Irf p^riR ¡nleríor El hoyo er¿ muy grande p^ra ce parar

Ella despertó a Crimen *NosolrflS iCfidremos t]ui? fltíjar |j Ccjny^ y í.iirTim¿ir.' dijo
v\\ü. licuuid IEI miró alarmada- 'No Le preocupes, Aíiora no eslüJiios u niucfiu del
Danube.'

Ellas C'irnmaruri a lr¿wés de los árboles por el lugar donde oí no DO juntaba con gf
Danube en FaFkeuburri. NO hdbfd íirbole^ allí, sólo c.^moos verdes, una oofvorienra
calle, v una buena vista del rio. Ruth subió y bajó la vksia, esperando ver a Jan y
Edck,

Había una Infinidad de pilas de henos en un cí.mpo. Ruin no supo que Jar y Edek
habían esperado en el campo [oda la mañana, esperando ver la canoa de Ruth
bajando el no, EJios hablan comenzado a irarar de escalar las pilas de heno.
Primero Jan fue a dormir cuando Edefc observaba el no, entonces Jan observo
cuando Edek durmió.

Ahora, ftulh estaba pasando la pila de heno cuando tina maroma medí.? comida I-
golpeó en el hombro. Entonces ella oyó un porro, y líntuiiífii a Ludwig sallando
alrededor do sus tobillos.

'¿[Jónífe rtsr> est^rio>' íirlló \A vo? de lan íli^dn la rima de una pila lie hería.
'Nosotros pensamos que le habías meiido en un problema r-s los rápidos.'

El empujo ril durmiente Edck, y el niña cayo al suelo enfrente do Qronia, To<fos
ellos estaban comentos de ver 3 cada uno olí a vez, y caiu<iroii £us hiscorins.

'Desoíros perdimos nuestra canoa en algunas rocas, íamülon/ dijo Eííek.

ünos den metros más lejos, los abarrotados camiones estadounidenses con
refugiados po'acos se movj'an a lo Isrgo de l¿i polvoriRiUíi calJe P*rro los runos
estaban rnuv ocupados riendo v hablando para haberse flfailo.

12

Desaparecido

Cllos caminaron en Fafkenburi)H crirearido el Oanube, emonces un camión los Nevo


a lo rargo de alguna calle a Suiza, Después d esto, habla que seguir carrunarpüo.
Oes rila* después, cansados, pero felices, ellos acamparon junio a la carretera.

'Soto ctenio treinta kilórnclros para lago Constante/ dijo Ruth, buscando algún
aasto seco para que Sronia se echara.

'¿Está el lago Constante en Siía?' Preguntó ürtinia, media dormida.

'Suiza está al otro lado de] lago. Túmbate alJI, Bronia. Él pasta e^té lindo y
jruBSo.'

'¿Mamá es(pir¿ esperándoroE?' Preguntó Bronia.

'Quizás,' dijo Ruth, V en rnecíío de la luí de !a noche, nadie s<? dio cuenta que sus
>jos estaban húmedos con láq rimas.

La caja de niadeía do íari era una do l¿*5 cos^s que cllo^ híipian s-ilvndo ü"o las
.anoas. El halíis e^tadu muy ocupada para pensar acerca de esto ames, pero esa
loche el la abnó pura asogurnrse que todo estaba a ^ivti. Ri-iHínrm-imonu?, ¿i
altó.

'¡La espada despareció!' dijo el. 'lAlym^ji IEI lobo!'

•rJsdie pudo hacer eso,' dijo Ruth. '¿Tú la dejasie en la q*miü?'


Jan pensó por un momento. LS», y fo volveré por ella.'

61 empeló a alojarse, pero ftuih lo piwv 'No seas estúpido. Los Woll son personas
honeste,'. Ellos la cuidaran hasia que nosotros vayamos por ella/

Justo cnlonces, Edek empc/ó a toser. E* había calado lu&ientlo muco tlesüe la
avenTurs del río, y el doior en su pecho estaba volviéndose peor. Ruih estaba
preocupada cuantío elfa vio cómo el enfermaba. Ella lo acostó, entonces lo cubnó
con una (razada.

'Enciende fueyu, lan/ dip Ruihu 'Eso ayudará a Edck a dormir,' Esa fue una noche
alarmada y ellos no ne tu sitaban fuego, pero Ruth quena ciar a Jan algo que hacer.
Cuando el fuego estuvo adiendo y los tres estaban durmiendo, efla estuvo
despierta para asegurarse que Jan no $e finirá.

A \a n>ed¡onochcr una uoí lo Ifamó por su nombre. Era Edek.

TU creí que esiabA5 durmiendo/ dijo Ruth.

'Yo no puedo dormir „ el datar es rnuv flfaue/ dijo Fdek. 'Yo no puedo... caminar
más.'

'Nosotros encontraremos- un camión para andar/dijo Ruth. 'Está a sólo ciento


Ireinta kilómetros/

'Nc hay trafico yendo por este camino,' dije- Edek.

Ruth le habló tranquilamente hnsta que el se durmió di nuevo, pero ellii estaca
muy preocuparla acerca de £u hermano para dormirse-
h
5l nosotros no llegarnos a Suiza pronto,' pensó ellii, 'el poilrin no sobrevivir/

Una hora después, ella oyó ntra vo?. fsia era dP Jan. 'Ruth. tPuiirij yo tener los
¿¿patos de Edok cuando él niuera7'

'Él no morirá/ dijo Ruth, haciéndose hablar calmadamente.

'Él lo hará si tiene mi papada/ dijo Jar". 'V nosotros nunca encontraremos a tu
padre, ni iiinijurQ de los dos '

Ruth casi Je creyó. Era verdad que aJJos habían sido muy afortunados mientras
ellos tenían la espada. Y ahora Edefc estaba muy enfermo. Pero todo lo que ella dijo
fue, 'Duermo. Jan Totío esUrá bien.'

Pero después ;[« un rato, Ruth no podu mantenerse despierta mucho tiempo.
Cuantío eJIrt despertó en la mañana. Jan y Lurirtig ^mbos se habían ido. V e¿ rostro
üe Edek miraba L.ln üliinco que al pnnciiiio líulh SH osuato que el cs.ti.*u:e'"3 niiPerto.
Por unos pocos momcriiúa, Huih se sintió desesptrsddnujiite sois.

'Jan puede cuuJarse/ dijo Broma, cuando ella descubrió que el se había jdo.

'El olvido [|üo nüioiros podemos necesitarlo pitia cuidarnos,'d'ju RüliL


Éf sol brilló sobre el rostro de Edcfc y lo despertó. Eí estaba muy enfermo para
darse cuenta que Jan y Ludwirj se desaparecieron,

'¿Qué es I ¿i mal con Edek?Treguntó Bronla.

'Yo espero que el sol este cállenle/dijo ñulh,

ttipk sólo pudo t dimiMr muy lentamente, con íUith sosteniéndolo de su braior
Después de poco menos que un kilómetro él habla parado y se sentó sobre fa calle

'Yo no puedo continuar,' Liijo d, con un susurró de su voz.

Ruth lo tiró hada el sol. 'Quédate en el callo, broma/ dijo ellíi. 'Deten a Ja primera
persona que pase/

Media hora después, un camión veno, £J conductor vio 3 Sronia y paró, Elfa fo
llnmó en polaco, y el sonrio. El era un soldado es-ad aun loen*: e, pero él le respondió
en polaco.

'¿Man ven:dt> de Polonia, lambían?'dijo Broma.

"Mo. yo soy de Estados Unlflos, pero mK nn:lrt"% ^nn polacos/ ^xplitrá t*r conductor.
'Jue Wolski e>j ñu nombre [jerü me dicen Joe. fihorai señonla. ¿.Cuál es tu
pro bl orna?'

Ellos se sentaron en «J ajenio del^nl^ro del camión junto a Joe woiski y se


marcearon D lo Imito de la calle hacia Suiza.

'¿Que hay en la parte trasera de tu camión?' Preguntó Brania, oyendo un ruido.

'Un animal salvaje/ dijo Joc.


L
A Jan le gustan los animales/ dijo bronia. V ella le contó cómo Jan $i> había
marchado.

Joe sonrió. 'YO conocí a un niño quien se marchaba como Jan/ dijo éf. 'Yo fui a
dormir a la parte iras«ra de mi camión, y cuando yo me desperté en la mañana,
iallí él estaba junto a mí1 Él habia subido durante la noche. Vo lo desperté y Je
pregunté qué estaba haciendo. Él dijo que estaba yendo a* Norte, y me preguntó si
lo podía Nevar al pueblo - Yo he olvidado su nombre. Ahora, yo estaba yendo üf
Norte, pero cuando oí su rtisíoria, yo decidí no ir. Le come que estaba equivocada
en dejar a QJ familia sola, pero el grüo y me grüa y pataleó.tAsi que qué hice? Vo
io alé y lo deje irse en la parle trasera de mi camión.'

brona hizo una pregunta cuando elta oyó un perro [adrando en la pane trasera de
mí camión.'

"Ese debo Ser el anrmaJ Salvaje/ dijo Joe. VUsleile^ qujeren verlo1' Hl paró por un
lado üe la calle y Ruih y ftronia lo Siguieron doblando en la fiarte ¡rasera de!
camión r bl las levantó - ¡Y allí sobre eJ pisocstaJia Jan? Su boca e&taüa cubierta y
sus manos y pies atados. Ludwlq estaba parado junto a éf.

Joe desaró a Jan. '¿Cómo ic sientes7' Preguntó él, con una sonrisa.

La respuesta de Jan fue un--- datada a Joe.


Wi's?' dijo Joe. *1 e conté que había un animal salvaje en la parte trasera de rnl
011111611. i"T ¿iiu" está1'

'¿Por favor, Jan* Para de palear,' pidió Ruth. Pero él no paró-

JQG le dio un ehotulaie. ''¿Te hace sentir mejorad IJo el moldado.

Jan lanzo el chocolate de vuella a JÜE.

'Qh querido, yo tendré que atarle de nuevo,' dijo Jae.

Asi quejan viajó el resio dH camino al lago Constante atado en la parle trasera
del íiiinmn i-Mfr1 era una ánciüciuada calle y el camión hizo mucho ruido.

Poro Jan hizo mucho más.

13

La Tormenta

Habla un campamento de refugiados cerca del lago Coniíante y Jo- llevó 3 los
niños allí. El oficial del campamento quena poner a Edek en et hospital y enviar a
los otros hacia otra parte, pero Ruth no pVmtftiriM esta.

Pero el oficiaf del campamento no (Tejaría a los mñus atravesar el lago hada Suiza
Sin prueba que uno de sus padres estaba vrt '""'• ^»th na sabi¿ si su padre estafa
en Suiza, y ofiü no podía recorrí a r la iiirección de los padres de su madre en Daset.

'Quizas la espíid.'i puedo s^ud^rno? a probar quienes somos nosotros,' pensó ella,
V ello escribió al granjero pregunLándole píira que se l¿ envié.

Ruth se sintió triste cuando eifíi se despidió de Joi?. Ellos hablan venido a lo largo
del camino, y ahora eJTos podían ver Suiza, pero alcanzarla parecía más diHcil que
antes.

'Gracias por ser tan agradable, Joe,' dijo ella.

'Nc- rne llames agradable/ O ijo Joe. 'May problemas en todas partes. Justo
cuando quiero ayudar. Vo quiero mostrar a las personas que Tú no puedes aprende:
todo acerca de la vida desae un,agujero en un solano bombardeado, fi veces cosas
buenas les ccurren a las personas,' ti le dio la mano a Ruth "f esto es una de esas
veces,'

Los días oihinjsos pilaron leuiantf^irp Ha[>Í¿i truenos en c\ airtí, pero fas nubes
obturas cjuarrlatiaii su lluvia. Parecían esiar rjuartírinílolí pr'jra algún especiaf, pero
tcrnJjlc di».

Ruth pensó acerca de tornar1 prestado un pequeño Dote y cruzar el l^go por sí
solos, piíro JH enfc-rniedaíl ¡le tdek lo ntánluvú en cama por l.i nuivona del flia. £1
uficial del
del i.
lampamentü en-^ió la información que Ruth ie dio aJ 1T.S. (Servicio de
locafiración Internacional). Pero su carta a Base! acerca de los padres rJe su madre
nú habió ydü restxjndiíl¿f, V Ruth no hribia rccibrdo re^put^Lfi üd granjero acerca de
Entonces un día, a finales de Agosto, el oficial del campamento pidió 9 Ruth que
viniera y viera esic* v^ninles describirme eso espada do la que tu me hablaste?'
dijo al.

Ruth hizo eso, y una vez más contó la historia cíe sus avpniuras. una sonrisa
apareció en el T>stro del oficial.

'Ruth, Lú tres la niña más suertuda en Europa/ dijo éí.

Él tornó dos carias- y '3 espada - desde su escritorio.

Una caria es o"el granjero. La otra es desclfi *•! p^drc de Jíndi Amuns est.ín
dirigidas por el I,T.S. La carta del granjero cnníó afga de l.i Mirona de 13 fnmiljü, y
dio detallen ile sus planes para llegar a Suiza, ÉL habla cnconimílo la espada el rlia
después que tos niños se hablan mardi^dn, e inmediaTamenic la envió al IT.S. con
la carta. (La carta de Ruth a él se había pnrtiiüo ESÍÜ seria muchos meses antes
que ella consiguiera una respuesta.)

La carta de Ruth a su padre tenia la fecha de Enero sobre ella. En esta, él


describía a los niños y cuando él los había visto por última vez. El también escnbía
acerca de su estape de la pHsion alemana, cómo el se (unió con 3an y fe dio Fa
espada, y acerca de su largo vraje a Sui¿a.

'Yo recibí esta información hace dos dias atrás,' (lijo el oficial del campamento. 'Yo
escribí a tu padre, y su respuesta llegó hoy. ti vive u/i Appyrizcll, al oTro lado del
lago. El se reunirá con ustedes en Meersburg mañana, por ef bflrty de la tarde '

Al día siguiente, Joseph Sallckl trató de hahfara Ruth p«r leiéfOno, pero la línea
telefónica estaba mala y ella no pudo oírlo. Entonce hubo silencio, ¿Qué estaba él
tratando de decirle? Se preguntó ella.

l.os ntfios esperaron en e! IflgO por el barco sm?o que vfnilría y 'US reco^iíri^. Ellos
estaban muy emocionados por In que eltos nú viurOfi las espes?i5 nubes negras por
encima de ellos. Soto Ludwiig estaba trisfe. pero nadie fo notó.

'Vayamos sobre esa montaña (Je allí/ dijo Jan, 'Nosotros tendremos una niejor
Ji^h» del lago.'

'Eso ^iijnihca que nosotros tendremos que cruzar ese riachuelo,' dijo Ruth.

'Es un riachnpJQ muy pequeño,' dijo 3an.

Eso es verdad. Había llovido poco ese verano y esto f¿riNt£b£ el saltar de roca en
•oca y atravs&ar la poco profunda agua sin conseguir humedecer sus pies
n
Vr> nie
rué quedare en este lugar,'
lugar/ dijo Edefc,
Edck, qupen
quien eslaba sintiéndole
sintiéndose cansado.
cansíído.

'Buena idea/ dijo Ruth. 'Se sentó sobre esa rota.'


rota/

Pero cuando ella estaba sobre el otro lado del riachuelo,


riachuefo, ella lo
¡o Jlamo.
llamo. 'ÍEdekí Hay
in bule
un bote ha sido Cuesto sobre el suelo detrás
deíras de ti.
U. Tú puedes entrar en él,él, si
llueve.'
lueve.'
¡
V en ese mámenlo,
momento, empero
empezó a llover Edek
Edelí no y entró en el bote.
i
!
;
Hubo UA sonido de iruonos sobre las monimias Suizas. Entonces un rayo apareció
atravesando las nubes, y "^s truer>O5 lo siguieron. Repcnlinarncnl*. las nubes
parecieron abrirse y grandes sabanas de lluvia cayeron del cleío En s&lo unos
pocos segundos, Ruth, Jan y Bronla estaban empipados hasta su piel, y había agua
entrando por sus Lóbulos.

Era imposible ver a través de la densa lluvia. Ruth alcanza la mano de Bronla, y la
encontró. Ella iraló de encontrar la de Jan, pero él estaba tratando úe calmar A
Ludwlg. Ella consiguió sostenerla de su camisa, pero él se aparto.

'¡Nosotros debemos regresar con trdek>' yhió kuth.

Esto no ei n f.ícil de hacer. día cayó sobre la rama quebrada de un árbol, entonces
traio de tocar su camino a lo Inrgo del borde del lago. Esto fue algún tiempo antes
que ella se preguntara ti estaba yendo en el camino equjvoi^do. fila regresó de
nuevo. Pero el tranquilo y pequeño riachuelo era ahora un ancho rio, transportando
pedazos de madera y árboles enteros en su salvaje, y rápida comente.
H
lEdek! PÉUfck!'grifó ella. '¡Nosotros nunca llegaremos al otro lado1'

Entonces la lluvia empezó a hacerse mas débil y trlla pudo ver el otro lado del rio.
H
Edek debe estar al otro lado/ pensó ella.

Pero Edek no estaba allí. Ni estaba el bote.

El agua estaba alrededor de todos ellos, levantándose por encimo de sus ro'l:IUisr
Ruth puso a Sronia sobre algún suela que el agua no había alcanzado todavía.

'¿Dónde se ha ido Jan?'gr[tó Bronia.

'ÍNo me preocupa donde él ha ido!' Ghtá Ruth de vuelta. 'YO le dije que se
quedara con nosotios, pero d fue ttecrás de Lud^ig, lEdeh! lEdeki' apartando su
cabello mojado de sus ojos, ella miró a través del lago. Si tdek estaba aúri en el
bote, quizas el agua ,to había traninortado fuera de aquí, pensó ella Pero ells no
podía ver el bote por ninguna parte.
h
Jan está sobre Ja esquina detrás nuestro,1 dijo Bronia.

Rulh giro. '¿Puedes verio por allí, Jan? Gritó ella.

'él saltó frera de rnis brazos y se mat£há/ flama Jan. El estaba mirando hacia la
tierra, no el lago.

"TO quise dQcir Edek - tpuedes ver su bote?'

pero Jan no respondió. Él estaba pensando en Lutfwig,

'¡Yo crto (|UL* puedo ver e) boLG de £dek en medio de] lago 1 ' yrjtó Qroma.

Ruth miró de nuevo. Ella lo vjo por un iTiomeiHo - v entonces desapareció- Pero
Rulh estabs perjura de haber visto el boi« de Edok. v QUE él había estado en él.-

Broma fue la pernera en ver el vacío botes n¿sverendo, cuando este estaba
pasándolas por el rio. fila gritó a Ruth, quien saltó hacia esie, capturando el
cuitado, lan venia a ayudarla.
'¿Márchate y busca a tu perro!' le dijo Ruih. Tú no te preocupas por Cdek, iTe
odio?'

Pero Jan sostuvo el '.cíe y Jumo a ellas lo empujó hada un todo del rio. Había un
rf>iYirt y uft* ropa en el fnleríQf del büte

'•Ve detrás de tu penvf Griió Ruth a Jan. *Mtra, aJli está Ludwlg subiendo por la
calle. Corre detrás de él y no vuelvas. Hronla y Vo podernos salvar a Edek sin ti.*

Las dos niñas sallaron ni bote. Jan estaba mirando al perro. Él quería correr
detrás del animal, pero las palabras dc¡ ttiitíi lo luirían herido. Él miró atrás al
valiente rosera, y ¿r sabio Jo QUÉ había hecho. ÉE había perdido a Ludwiq, pero él no
porfío pOrdCr 3 Ruth.

Su coja de madera cstaha bajo su brain. 11 la lanzó al boic y saltó después de


esta E nlonccs él puso el remo pn el agua y empezó a remar.

En ese momento. Jan empezó a madurar.


.
14

¡A Salvof

Estaba oscuro cuando RulM abrió sus ojos. Alguien estaba lovantándola.

'Es una'nlña/ dijo la voi tle un hombre, '¿Como [e sienics1* Nosotros casj
eniríimo^ en la oscuridad,'

Ella no la entendió, y trató de hablar, pero no le salieron fas pídfibríis. Entonces


toda volvió de nuevo.

Al tiempo después Ruth despertó, ella llamó, 'iEdefc1 íBronla1 iJan!' Hubieron
voces en todo su alrededor, pero ella no podia entender lo que ellos estaban
diciendo. Entonces efla oyó otra, profunda voz. Está dijo, 'iEdefc1 iGronia! üan!'
como un écor iEsW era la voz de su padre!

Entonces sus ojos se cerraron de nuevo.

Cuando ella se dpsperiá de nuevo, él estaba junio a ella.

Tu has estado durmiendo por un largo trempio/dijo él. 'Trata de quedarte


desprerta, y le mostraré algo.' él la fevsntó de la cama y se apoyo. 'Mira debajo de
?ni,'

Ella miró hacia debajo de ta cama y vio la cnbeza tip Fjroma durmiendo entre las
frazadas. Su padre Ja transportó a la cama siguiente, y aIJi estaba el delgado rostro
de Edek, también dumlendo.
h
úÉsiá respirando'' Preguntó Edek.

'Sr, él está respirando/ dijo üoseph Y él la llevó y !« mostró a Jan.


™-^

ti niño estaba senlado en un borde -le la cama, 'Tus Baílelos rto son buenos
iinvixjando. Tú oo puedes arreglarle!.is sin mi. Tú usaste un remo como uno
cuchara de Sopa,' contó Jan a Ruth. 'Y cuando un poco de agua entró al bote, iTú te
desmayaste! *o había encontrado :l bote de Edeky conseguí llevar el nuestro a
esie. Yo le grité por ayudaH pero vt se había desmayado, también. Asi Que yo lo
puse en nuestra bote, justo antes que su bote se hundiera en el agua.'

}Q50pyi le sonrió. 'ftTiora turne lu contato y pjra ae hablar/ di)o el a Jan.

Ruth puso sus manos alrededor tía\ oídlo de su padre, 'iiudns los Ires están a
salvoi'dpjo ella, Bízmente.

'CuíUru/ dijo 511 padre. 'Cuulru do offos Yo trate de contarte pnr teléfono, pero lú
rin podías oifrne.'

Él abrió una puerta a oirá habitación del barco. Ktabia una inuiw en su interior, y
ella liabís estado esperando con la puorta abierta. Sus bracos se exíendieron hatia
Ruttl,

'¡Madre!' dijo Ruth. Efla se movió de tos brazos de su padre a Jos otros bracos,

'Madre estaba sentada contigo cuando iO estabas durmiendo/ flíjo Joseph. "Efla
se fue antes tiuc lú despenarás. rJosotros, un queríamos cTarte una sorpres.i muy
grande de una vez.'

AlíiLricn golpeó u la puerta, y Jan crilrú

'líuth, yo o,oej¡a decirte que yo no he conseguido n^i caía <le madera/ dijo éi. 'ESía
se me cayó en el lagu '

'¿Qué hoy acerca de la espada plateada3' ri,jn R L ith. h ¿Esca perdida, lambían1 Yo [e
Is devolví, yo sé que ID hice.'

Jan abrió su camisa, y ÑJli estaba t,i n",,>.'n.: plateada, atada a una defgüda pieza
de ropa afredcdor de su cuello. J yo saliia i|ue si yo mantenía \z espada segura/ dfjo
él a josephH Nosotros podríamos encontrarle ae nuevo.'

El desató Ja espada y se la dk> a la macTre de Ruth.

"Joseph tne la dio, pero es luya ahora/ dijo í'J 'Tú puedes mantenerla por siempre
si (u seas mi madre.'

* *-
Uji pueblo de mfx>s interntiCíOrisJ fue coj^iriiiüu i.'n AppenzoN ü^rc hiv el pi'nncr
puebJo como este en el mundo. Cada nación tenía una tai* pmpta, dontfe niños tí e
dieciseis arlos quienes habían perdido a ^us pariros podían vi^ir, Alü cllús jJOLlían
crecer con los niños de la casíí de p.ltlres.

Jo^eph BaMckl y su esposa ^c habían hedió 1o^ padres de casa de \¿> casa poJaca,

tiroiua precio un¿ nuld, djüujanilo tliüujos y juy¿iorjo con oí rus runos. Ai [imicjpio,
sus dibujos eran iodos de ruinas de eíJüiciQSj ^o Id ¿irlos y campos de tocinsí.. Pero
lentamente estos cambiaron a dibujos de cosas nías feJices - eJ fago y 3as montañas
• I ll ' . T í
Edefc fuft enviado al hospital, y al principio los doctores tenían miedo de que el
muriera. Edek vivió y, después de dieciocho meses, regreso a su faml!M< Seis
meses de aire, ríe f¿s montanas, efe i ¡ •;,-. le hizo muy bien, y entonces él fue 4
estudiar en 7.ur\c.h.

La J.T-S. no puíto averiguar nada Acerca de los pudres de Jan, asi que él se
convirtió en un Sallckt. Margrlt flalkk! lo amaba tanto como •-'•-. amaba 9 sus-
propros hijos, pero Ruth era la única persona qnlen podía controlarlo. Ella . M la
forma en que su corazún era atravesado por lo? animales, y ella lo llevaba a las
oranjas cerca del pueblo donde ios granjero? pronro descubrieron que Jan podía
hacer casi todo con un animal enlermo, fls* que ron tiempo, incluso el üan salvaje
modLiró y aprendió a comporíarse bien

Al comiendo, Ruth encontró una nueva virlíi in/j'. tlifrctJ que Ja de los oíros. Ella
había sido Inteligente y valiente y habla cuidado a Edek, flronia y ]iin como una
madre. Pero ell^ habla crecido tan rápidamf¡rtter v ;tf principio ella se comportó
como uita joven, r\o queriendo ütejarse. dp su madre, y siguiendo a Margrrt Galickl a
rod¿s partes. Pero lentarnenlc Ruth se sintió niüjoij y en 1947 elfa 'ue a la
universidad de Zurich. Cuatro años después, entonces una rraesira, ella se casó
con un Joven Francés quien había venido a trabajar en el puebto de niños. Cuando
una segunda casa francesa fue construid a, Ruth y su espurio se hicieron padres de
casa. Puetie que °llo^ aún estén allih

Y no tejos, en la casa polaca, Marrjrii Maiichi m^nt^jií^ aJfjo muy especial, eia la
Efuen^ de una caja especial.

U espada pateada.

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