Tina agarró a los 4 amigos y con unas palabras mágicas los

llevó hasta su casa.

Allí vieron libros llenos de pociones y hechizos, calderos y

baritas mágicas.

Tina les dirigió para poder solucionar el problema, para ello

les dijo:

-“Tenéis que ir al bosque de las siete estaciones y coger la

piedra de los deseos, que encontrareis debajo del árbol de
las manzanas azules. Para llegar a la piedra tendréis que
levantar el árbol y atravesar el pasadizo secreto que se
esconde debajo. Pero… ¡mucho cuidado con el fuego que rodea
la piedra!”.

Como el suelo estaba nevado Jorge y Ares se montaron en un

trineo y Max con su súper velocidad los llevó rápidamente
hasta el bosque.

Al llegar al árbol Jorge lo levantó y Max y Ares se

introdujeron en el pasadizo.

Justo al final encontraron la piedra rodeada de unas grandes

llamaradas.

Entonces Ares, con un soplido congeló las llamas y Max

rápidamente cogió la piedra.

Los tres salieron del bosque y de repente… ¡estaban en casa

de Tina!

-Muy bien chicos, lo habéis logrado colaborando juntos,

ahora poneros en círculo y agarrar vuestras manos y las de
Roco con fuerza, mientras yo digo las palabras mágicas.
Recordad que las tenéis que repetir después de mí.-dijo
Tina.

Los cuatro niños hicieron lo que les dijo Tina, apretaron muy
fuerte las manos y cerraron los ojos, mientras Tina decía:

-“Patarín patarán venimos a curar,

patarín patarán lo debemos salvar,

patarín patarán todos juntos gritamos ya,

patarín patarán ¡sus circuitos se han de arreglar!

De repente una gran luz envolvió a Roco y… ¡se había curado!

Los cuatro amigos se abrazaron muy fuerte y cuando abrieron

los ojos estaban en clase de informática.

-“¿Como hemos llegado hasta aquí?”- preguntó Jorge.

-“No lo sé”- contestó Max

-“Da igual, lo importante es que estamos aquí y que Roco

está curado.”-añadió Ares.

-“Muchas gracias chicos. Sin vosotros no sé lo que me

hubiera ocurrido. Estoy muy contento. Dale las gracias
también a Tina, Ares.”- dijo Roco.

Y así los cuatro amigos volvieron a la normalidad, aunque sin

poder olvidar la gran aventura que habían vivido juntos.

Y colorín colorado…