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PROBLEMAS DE CONDUCTA.
Durante sus años formativos el niño cambia tanto que cada aspecto de la
educación depende en cualquier momento de su nivel de desarrollo. Por tanto, los
profesores y el personal auxiliar escolar deben evaluarlo repetidamente para
adaptar sus esfuerzos educacionales a sus cambios de intereses, capacidades y
estilo de aprendizaje.
La frase “nivel de desarrollo” se refiere, a los cambios en todos los aspectos del
desarrollo y conducta del niño – sus movimientos, habilidades perceptuales,
lenguaje, procesos de pensamiento, sentimientos y adaptación social. Las autoras
Marianne Frostig y Phyllis Maslow (1987) al tratar el tema del desarrollo del niño
enfatizan la relación que tienen sus desarrollos comunicativo y cognoscitivo con el
aprendizaje escolar.
La misión de la amistad
Sin lugar a dudas los amigos se encuentran entre los bienes mas preciados de un
niño. Los amigos ofrecen diversión, reafirmación, apoyo y protección. La formación
y el mantenimiento de amistades es nuestra primera misión social. Tener un amigo
exige una buena capacidad de relación en el plano individual y es relativamente
independiente de la reputación entre los compañeros. La amistad supone iniciar y
mantener una sucesión de experiencias mutuamente satisfactorias con otras
personas. Naturalmente, es común establecer varias relaciones de este tipo
conducentes a una buena colección de amistades estables y positivas.
“problemas de conducta en niñas”
La amistad supone intimidad, compartir y apoyarse mutuamente. No todos
buscamos exactamente los mismos beneficios de la amistad y a este respecto
existe algunas diferencias muy significativas entre los sexos. Los niños varones
suelen cultivar amistades en torno a actividades. En otras palabras, y por lo menos
a primera vista, las amistades desempeñan una función básicamente recreativa.
Por ejemplo un muchacho busca la compañía de otro porque a los dos les gusta
jugar fútbol o jugar video juegos. Un niño incluso podría seleccionar a un posible
amigo de entre varios otros candidatos porque tiene un aro de baloncesto en el
patio de su casa. En muchos estudios se ha encontrado que esta justificación de
las amistades basada en la actividad contrasta claramente con la base de las
amistades entre niñas. Las niñas buscan amigas con las que puedan
comunicarse, compartir sentimientos y, en general, sentirse a gusto. Tienen
mucho menos tendencia a justificar una relación en función de alguna actividad
recreativa conjunta. Lo interesante es que esta diferencia persiste hasta la
actividad adulta.
Tener un mejor amigo puede ser muy gratificante para los niños que se
enorgullecen de mantener una relación como ésta y la suelen considerar un bien
extremadamente preciado. Los amigos de un niño constituyen un símbolo muy
visible de su actuación social, estas relaciones también ofrecen seguridad a largo
plazo y se perciben como una especie de seguro contra la soledad y las dudas
personales.
La misión de la popularidad
Muchos niños desean la popularidad más que ninguna otra cosa. Este impulso
conforma la segunda misión social. La popularidad difiere de la amistad ñeque
consiste en tener una reputación positiva entre un circulo de compañeros más
amplio. Hay niños muy populares que, sin embargo, carecen de amistades sólidas.
Y también los hay que tienen muy buenos amigos y no son especialmente
populares.
Los psicólogos sociales han encontrado que los estudiantes de una comunidad
escolar se pueden clasificar en subgrupos de popularidad claramente definidos.
Auque las categorías que se presentan a continuación (basadas en el trabajo de
John Asher y John Coie) no se deben tomar al pie de la letra si que son
representativas de la mayoría de los contextos educativos
Subgrupo Características
Niños populares Son apreciados y respetados por la
mayoría de sus compañeros.
Los niños populares se las arreglan para hacer siempre lo que se debe hacer. En
cambio, los que son rechazados, de algún modo captan y transmiten mensajes
inadecuados, cometiendo una serie de errores sociales que les dan una
reputación negativa y hacen que sus compañeros se distancien de ellos. El
rechazo y el maltrato por parte de los compañeros se hacen sentir mucho. Los
niños rechazados suelen caer en la depresión y la ira. No es raro que estos niños,
después de haberse visto sometidos todo el día a una sarta de reveses sociales,
al llegar a casa intimiden brutalmente a su hermana pequeña o contesten a sus
padres de una manera agresiva. Los pobres niños se han pasado todo el día
reprimiendo su pena y su frustración y acaban explotando en cuanto ponen un pie
en casa. Por otro lado aquellos niños que sufren reprimendas y maltrato familiar
desahogan y transmiten conductas negativas en el aula, siendo los más
vulnerables quienes sufran esta frustración e ira.
Las consecuencias a largo plazo de ser rechazado por los pares de forma
continuada son de tres tipos (Asher y Coie, 1990):
a) El abandono temprano del sistema educativo. Los niños rechazados tienen
tres veces más probabilidades de abandonar la escuela tempranamente
que otros niños (Asher y Parker, 1991). Los niños rechazados tienen
problemas de interacción social, tanto en el aula como en el patio de recreo,
desarrollan actitudes negativas hacia el colegio, evitan ir al colegio siempre
que pueden y sus calificaciones son bajas (Ladd, 1990). El rechazo de los
pares, la ausencia de amigos y la falta de motivación académica son tres
factores que contribuyen a hacer de la escuela un lugar desagradable al
que el niño no quiere ir o no sentirse aceptado, apoyado ni querido por los
compañeros, lo cual contribuye a la desvalorización de la escuela y el
ausentismo escolar.
b) Una segunda consecuencia del rechazo es que los niños que la padecen
corren más riesgo de implicarse en actos delictivos durante la adolescencia
que otros niños. Los niños que tienen relaciones problemáticas con los
pares, especialmente los niños rechazados por agresivos, tienen más
probabilidad que la media de los niños de implicarse en conductas
antisociales y delictivas como el consumo de drogas y alcohol durante la
adolescencia. Cairns y colaboradores (1989) señalan que, aunque los
principales precursores de la futura drogadicción son la conducta agresiva y
las dificultades académicas, especialmente cuando ambas variables
confluyen, es peligroso concluir que el rechazo de los pares acarree en si
mismo el riesgo de futura drogadicción, ya que los adolescentes que
consumen drogas a demás se asocian con pares que comparten su falta de
motivación hacia la escuela y su bajo rendimiento académico.
c) Un tercer tipo de dificultades a largo plazo consiste en que el rechazo
continuado se asocia con problemas de salud mental (Hymel y cols., 1990).
El tipo de trastorno psicológico parece tener relación con el tipo de rechazo
que haya sufrido el niño, así la conducta infantil si persiste, produciría
formas externalizadas de trastornos como la delincuencia y el
comportamiento antisocial; mientras que el rechazo basado en el
aislamiento, ansiedad e inhibición social del niño produciría formas
internalizadas de trastornos, como la depresión y la soledad.
La misión política
Quizá sea conveniente que los padres indiquen en algún momento a sus hijos que
adquirirán sus experiencias políticas más poderosas y duraderas practicando con
sus enseñantes, las personas que les evalúan día tras día. Desde un punto de
vista más pragmático, aunque no respetemos a la persona objeto de nuestras
acciones políticas, somos conscientes de los beneficios personales que se pueden
derivar del cultivo de esa relación.
Algunos estudiantes parecen tener una habilidad especial para desarrollar malas
relaciones con los adultos. O bien no hacen caso de las interacciones con ellos o
bien encuentran alguna manera autodestructiva de sabotearlas, casi siempre sin
darse cuenta de lo que hacen.
Al relacionarse con sus enseñantes los niños deben tener presente antes que
nada que son ellos quienes deben tomar la iniciativa. Un enseñante puede tener
treinta, cincuenta o ciento cincuenta alumnos, pero cada estudiante tiene un
número muy inferior de estudiantes. Por lo tanto, en cierto modo esta en manos
del niño desarrollar una relación positiva con un enseñante.
Además del lenguaje hay una amplia gama de disfunciones que también pueden
inhibir la capacidad de un niño para comprender los contenidos escolares por
ejemplo, si un niño tiene dificultades para controlar la atención, puede que no
entienda lo que dice el enseñante porque cada dos por tres se “desconecta” y se
pierde los detalles importantes. Los estudiantes con deficiencias en la formación
de conceptos se pueden confundir cuando se encuentran con información que
contiene algún concepto esencial.
Los estudios plantean a los niños una enorme variedad y cantidad de tareas que
realizar. Ejercicios para hacer en casa libros con un grosor de tres dedos que leer
en dos semanas, exámenes que exigen una cuidadosa preparación, proyectos
creativos en arte: todas estas tareas compiten entre si intentando encontrar
espacio y tiempo en la mente del estudiante. Por suerte, la mayoría de los
estudiantes descubren métodos que conjugan eficacia y calidad para afrontar
todas estas tareas. Pero algunos nunca llegan a conseguirlo.
Los niños con unos controles deficientes de la atención no suelen ser capaces de
desarrollar métodos eficaces para abordar las tareas.
Los padres de alumnos desorganizados deben ayudar a sus hijos a ser más
metódicos, quizá guiándoles para que sigan los pasos necesarios en la
preparación de un examen. Para algunos niños, estas estrategias son algo natural;
pero otros no solo necesitan aprenderlas: en algunos casos puede que haga falta
obligarles o incluso sobornarles para que las acaben aplicando.
Los enseñantes consientes del importante papel que estas estrategias fomentan
su planificación y su aplicación en todo el currículo, animando a los estudiantes a
experimentar y desarrollar métodos personales que se ajusten a sus necesidades.
Transmiten la noción de que, a la larga, es más importante aplicar una buena
estrategia que llegar a la respuesta correcta. Hacen que los alumnos describan
los métodos que han usado o que tienen pensado usar para que los otros niños de
la clase los puedan compartir.
Los enseñantes deberían reconsiderar las exigencias que plantean a sus alumnos
en cuanto a velocidad. Prácticamente no hay ninguna profesión que exija asimilar
contenidos totalmente nuevos con tanta rapidez como los estudios.
Es de fundamental importancia que los enseñantes y los padres identifiquen a los
niños que procesan la información con lentitud y que no los tenga por anormales.
Su mente, simplemente funciona así. Deberemos procurar que no se sientan
humillados, sino cuentan con ninguna estrategia para hacer frente a esta situación,
enseñarles alguna para que puedan evitar el fracaso en los estudios. Cualquier
padre atento podrá observar si un niño se queda atrás, superado por el rápido flujo
de información de una o más materias. Estos niños necesitan repasar mucho y
aun ritmo más lento.
Tipos de conocimiento
Los psicólogos cognitivos han encontrado útil distinguir entre distintos tipos de
conocimiento, incluyendo los siguientes (Mayer, 1981ª, 1992)
Conocimiento semántico: el conocimiento factual de una persona sobre el mundo,
incluyendo lo que Gagne (1974) llama información verbal. Algunos ejemplos
incluyen el conocimiento de la capital de California y el número de lados que hay
en un cuadrado.
Conocimiento conceptual: la representación que una persona tiene de los
conceptos principales en un sistema. Algunos ejemplos incluyen ser capaz de
contestar a preguntas como:”¿Cuál es la diferencia entre la columna de unidades
y la columna de decenas en el algoritmo 39+45)
Conocimiento esquemático: el conocimiento de una persona sobre tipos de
problemas, tales como ser capaz de distinguir entre problemas que requieren el
uso de una formula del tipo tiempo-velocidad-distancia y aquellos que requieren
una fórmula para el cálculo de intereses.
Conocimiento procedimental: el conocimiento de una persona sobre un algoritmo o
una lista de pasos que pueden ser usados en una situación específica, que Gagne
(1974) lama “habilidades intelectuales”. Un ejemplo puede ser la capacidad de
usar el procedimiento de una división larga para resolver un problema, 234,
234/13=______. Otros ejemplos incluyen ser capaz de clasificar objetos, como las
diferentes formas geométricas, en categorías o ser capaz de convertir una palabra
plural usando la regla “añadir una –s”.
Conocimiento estratégico: la posesión por parte de una persona de un
acercamiento general de cómo aprender, recordar o resolver problemas,
incluyendo la observación del progreso propio, usando una determinada
estrategia. Gagne (1974) se refería a este tipo de conocimiento como “estrategia
cognitiva. Algunos ejemplos incluyen el ser capaz de diseñar y seguir un plan para
componer una redacción o decidir una técnica para memorizar una lista de
definiciones.
CAPITULO II
MOTIVACION
¿Qué es lo que nos motiva? Porqué continuamos, nos esforzamos o luchamos por
determinadas metas. Todas nuestras acciones o conductas están motivadas por
algo o alguien como reconocer aquellas motivaciones que logran el éxito o el
fracaso del niño en determinadas etapas; pero principalmente en aquellas etapas
que son …
En este apartado analizaremos la teoría de motivación que Abraham Maslow
propuso e identificó teniendo como principal representante su pirámide de
necesidades, interesándonos para este estudio el segundo nivel de la pirámide ya
mencionada refiriéndose a la necesidad de seguridad en donde se satisfacen la
seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud y de propiedad
privada. (Maslow, 1943)
Las distintas escuelas de psicología tienen diversas teorías sobre cómo se origina
la motivación y su efecto en la conducta observable.
La palabra motivación deriva del latín motus, que significa movido, o de motio, que
significa movimiento. La motivación puede definirse como el señalamiento o
énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de
satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario
para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo.
Pirámide
de
Maslow:
jerarquía
de
necesidades.
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra
atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide.
Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía,
mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia
abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:
Necesidades fisiológicas
Están relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, son las necesidades de
asociación, participación y aceptación. Se satisfacen mediante las funciones de
servicios y prestaciones que incluyen actividades deportivas, culturales y
recreativas. El ser humano por naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser
parte de una comunidad, de agruparse en familias, con amistades o en
organizaciones sociales. Entre estas se encuentran: la amistad, el compañerismo,
el afecto y el amor.
Necesidades de estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
Esta primera concepción del desarrollo es típica, por ejemplo, de modelos tan
clásicos como el conductual o de los más recientes micromodelos cognitivos sobre
la motivación, que presuponen unos motivos (logro, afiliación o poder) o unas
capacidades cognitivas (de planificación, de atribución, etc.) que están desde su
origen en el aparato psíquico del individuo. En el camino de la vida, lo que se
consigue es aumentarlas y completarlas de la mano de la experiencia.
CAPITULO III
MOTIVOS SECUNDARIOS
Muchos y muy diversos podrían ser los motivos que podríamos aducir como
factores que dan razón de la conducta prosocial pero, pero en aras de la brevedad
y la simplicidad señalaremos que se trata de comportamientos socialmente útiles
para los que se necesita haber adquirido pautas de comportamiento apropiadas,
así como un nivel de desarrollo moral.
Otro aspecto sobre el que nos interesa incidir de la conducta prosocial es que se
trata de pautas de comportamiento que no son en modo alguno ajenas al análisis
funcional, como el que pude llevarse a cabo con cualquier otra conducta. El hecho
de que la realización de una acción filantrópica para con otras personas no vaya
seguida de una recompensa material inmediata, no quiere decir que no existan
condiciones que la feliciten (antecedentes) o que dicho comportamiento no tenga
efectos sobre el ambiente o el propio individuo (consecuencias) que favorecen que
se mantengan estas acciones, que es en esencia lo que se estudia en el análisis
conductual. Otra cosa es que el refuerzo positivo mantiene comportamientos
altruistas sea, evidentemente de otra cualidad (intrínseca) de acuerdo con los
niveles superiores en la jerarquía de Maslow, de los estadíos morales expuestos
por Kohlberg, o de cualquier otra taxonomía que consideremos de utilidad en la
explicación de la motivación humana.
Normas y roles. Los roles son los patrones conductuales considerados propios de
una posición social, de una relación interpersonal, etc, que se basan en ciertas
normas (Moya, 1999). Las normas que se han destacado principalmente en la
conducta de ayuda son la norma de reciprocidad y las normas de responsabilidad
social. Según la norma de reciprocidad, debemos ayudar (al menos no atacar) a
las personas que nos ayudan, o que es probable que hagan en el futuro. Las
normas de responsabilidad social, por otra parte, hacen referencia a la obligación
de ayudar a las personas que dependen de nosotros, como es el caso de la ayuda
que deben prestar los padres al os hijos.
En lo que hace referencia ala conducta prosocial, algunos de los más relevantes
son justicia, solidaridad o igualdad, por poner solo unos ejemplos. Como se ha
comentado, el desarrollo de los valores esta directamente relacionado con el
contexto social en que se esta inmerso y con las experiencias a las que se esta
sometido. En este sentido, son producto del aprendizaje, lo que justifica el
establecimiento de programas de intervención mediante las cuales se fomente la
adquisición de valores relacionados con la conducta prosocial, a demás de las
habilidades propias de los comportamientos de ayuda.
Atribución de causalidad
Una de las variables más relevantes ala hora de decidir si se va a ayudar a alguien
es la atribución de causalidad del estado en el que se encuentra quien necesita
que le echen una mano.
3.2 LA AGRESIVIDAD
La conducta agresiva suele implicar una acción enérgica, por lo que el grado de
activación es crucial en su ejecución. Es más, si las condiciones favorecen la
conducta agresiva o si existen de que éstas aparezcan los niveles elevados
facilitan la aparición de acciones violentas.
Qué duda cabe de que uno de los procesos cognitivos más directamente
reaccionados con las acciones agresivas es la hostilidad (Fernández Abascal,
1997). Se trata de una disposición cognitiva adversa, frecuentemente de
resentimiento contra alguien, en la que no son ajenas reacciones emocionales de
rencor o ira. La hostilidad favorece la ejecución de conductas violentas, o
simplemente dificulta el componente cognitivo de la empatía, mediante el cual
pudiera mitigarse aquellos actos que perjudican a otras personas. Si bien la
aversión que produce una persona a otra puede tener múltiples causas y
razones, cuando analizamos este fenómeno socialmente, la hostilidad que
aparece ante determinados colectivos suele relacionarse con el prejuicio (Brown,
1998). Ciertas personas reciben mayores cargas de agresividad, incluso
institucional simplemente por formar parte de un colectivo al que se le atribuyen
prejuzgadamente cualidades indeseables que “justifican dichas acciones
violentas”.
Y lo que la mantiene.
En este sentido, las conductas agresivas se distinguen poco de cualquier otro tipo
de comportamientos, que están gobernados por los principios del aprendizaje. Un
análisis funcional debería atender a los antecedentes de la agresión y alas
consecuencias que acarrea para especificar de que manera las contingencias de
reforzamiento pudieran estar manteniendo la conducta y establecer las acciones
necesarias para reducirla.
Mucho de los actos de agresión están reforzados positivamente, ya que con ellos
se consiguen los objetivos que se pretendían.
Cierto es que un ambiente familiar donde se dialogue sobre estos temas no son
los convenientes sino que es necesario.
Son tan diversas las manifestaciones de las conductas agresivas, tan variadas las
causas que las provocan y tan distintos los agentes sociales que comprometen,
que no resulta prudente plantear un procedimiento de intervención único para
reducir la agresividad en general no obstante, existen técnicas relativamente
estructuradas para diversas manifestaciones generales de comportamientos
agresivos.
Las tareas multidimensionales son aquellas que plantean varias opciones para la
consecución del mismo objetivo, de tal modo que cada estudiante pueda elegir
entre un conjunto de tareas--- o la que menos le disguste. De ese modo elijan lo
que elijan todos trabajan los mismos objetivos e incrementan su sensación de
autonomía ( DeCharms, 1968). Si además la tarea es presentada de modo que
fácilmente se puedan dividir en subtareas, aumentamos la probabilidad de que
todo el que la acometa consiga cierto grado de éxito, algo fundamental para la
motivación de logro y aprendizaje (Atkinson,1964: Dweck y Elliot, 1983).
AUTORIDAD y motivación
EL RECONOCIMIENTO en la escuela.
Nadie niega el potencial papel reforzador del docente dentro del ámbito de su
aula. Las aplicaciones más recientes es viejo conocimiento proveniente del
conductismo se orientan a poner de manifiesto algunos parámetros contextuales
del manejo de los elogios en el contexto educativo y el tipo de orientación
motivacional que generan. La investigación pone de manifiesto que para promover
la motivación por aprendizaje conviene cuidar el qué se elogia y el cómo se hace.
Con respecto al qué elogiar, parece que lo más eficaz es reconocer el esfuerzo
como llave para el aprendizaje—algo que está en consonancia con lo que se ha
visto en relación con la supervisión de la tarea. Quizá lo más novedoso es que ello
convienen hacerlo en privado si es un reconocimiento personal. Si se quiere hacer
en público hágase impersonal. Si, como es lo más habitual, se hacen
reconocimientos personales en público se fomenta la motivación por el lucimiento
y se incrementa la necesidad de defendes la autoestima (Alonso y Montero, 2001).
Para poder realizar la afirmación de que el trabajo en grupo tiene un gran potencial
motivador hay que empezar haciendo la aclaración de que poner a varios
estudiantes a hacer algo junto no implica un trabajo cooperativo. Es el trabajo
cooperativo en grupos heterogéneos—la acción coordinada de varias personas
con diferentes grados de preparación que buscan un mismo objetivo y son
evaluadas de forma conjunta—lo que promueve la motivación por el aprendizaje
(Huertas y Montero, 2001). Además del efecto facilitador, hay que señalar el efecto
terapéutico que este tipo de trabajo implica para los estudiantes con experiencia
de fracaso continuada ya que al estar con compañeros mejor preparados les
incrementa la probabilidad de éxito y el aprendizaje de nuevos modos de afrontar
los fallos (Ames, 1992). Toda la literatura sobre el tema apunta a que la estrategia
de segregación por niveles de rendimiento es mala para los que van peor y no es
mejor para los que van bien.
Ahora bien, tales condiciones son en muchos casos estresantes. Por un lado, las
demandas son considerables debido a la cantidad de información y al ritmo
obligado de aprendizaje. Muchos estudiantes tienen que hacer un esfuerzo
extraordinario para que sus capacidades no se vean excedidas por tales
demandas. Por otro, a lo largo de todo el proceso educativo son omnipresentes los
exámenes, a fin de evaluar los progresos. Precisamente, los exámenes, las
calificaciones, la comparación con los demás alumnos, el logro o pérdida de una
beca, etc., son una poderosa fuente adicional de estrés. Tales condiciones de
estrés provocan típicamente una reacción emocional, el estado de ansiedad, que
se manifiesta en tres niveles (Calvo y Miguel-Tobal, 1998): a)subjetivo, con
pensamientos de preocupación por las posibles consecuencias aversivas de tener
un mal rendimiento; b) fisiológico, con incrementos en diversas funciones
vegetativas (por ejemplo, ritmo cardíaco) y glandulares (por ejemplo, epinefrina), y
c) conductual, bien huyendo de la situación, bien incrementando el esfuerzo de
afrontamiento. Ahora bien, las personas difieren notablemente en su relación ante
la presión estresante de la evaluación. Un factor de vulnerabilidad personal a las
situaciones de estrés lo constituye el rasgo de ansiedad (Calvo y Cano, 1997).
Éste es una cualidad interna de personalidad, relativamente estable, caracterizada
por bajos umbrales para detectar señales de peligro potencial.
CAPITULO IV
Por medio del proceso de socialización, los niños absorben las creencias, los
sentimientos y las conductas apropiadas a su papel particular en su propia cultura.
Mucha socialización se efectúa explícitamente, por medio del lenguaje, en las
instrucciones verbales que los padres dan a sus hijos durante las actividades
cotidianas así como mediante cuentas y aforismos que expresan los valores
culturales. Además, los niños se socializan en el empleo del lenguaje mismo: los
padres y otros dan instrucciones explícitas a los niños acerca de lo que deben
decirlo. Por último, los niños se socializan indirectamente por medio de su
participación en interacciones verbales que están sutilmente marcadas por el
papel, la categoría y otros aspectos de la estructura de la sociedad.
El lenguaje y la socialización
La teoría de Vigotsky
Mientras Piaget (1952) decía que los niños dan sentido a las cosas principalmente
a través de sus acciones en su entorno, Vigotsky (1978) destacó el valor de la
cultura y el contexto social, que veía crecer el niño a la hora de hacerles de
guía y ayudarles en el proceso de aprendizaje. Vigotsky (1962, 1991) asumía
que el niño tiene la necesidad de actuar de manera eficaz y con
independencia y de tener la capacidad para desarrollar un estado mental de
funcionamiento superior cuando interacciona con la cultura (igual que cuando
interacciona con otras personas). El niño tiene un papel activo en el proceso
de aprendizaje pero no actúa solo.
Aprende a pensar creando, a solas o con la ayuda de alguien, e interiorizando
progresivamente versiones más adecuadas de las herramientas “intelectuales”
que le presentan y le enseñan activamente las personas mayores.
Las interacciones que favorecen el desarrollo incluyen la ayuda activa, la
participación “guiada” o la “construcción de puentes” de un adulto o alguien
con más experiencia. La persona más experimentada puede dar consejos o
pistas, hacer de modelo, hacer preguntas o enseñar estrategias, entre otras
cosas, para que el niño pueda hacer aquello, que de entrada no sabría hacer
solo. Para que la promoción del desarrollo de las acciones autorreguladas e
independientes del niño sea efectiva, es necesario que la ayuda que se ofrece
esté dentro de la zona “de desarrollo próximo”, una zona psicológica hipotética
que representa la diferencia entre las cosas que el niño puede a solas de las
cosas para las cuales todavía necesita ayuda. Esto probablemente puede ser
diferente en función del sexo y las características de la escuela (Silva. L y col.,
1995).
Los investigadores actuales estudian la relación entre la zona de desarrollo
próximo, el andamiaje (scaffolding), y el diseño instructivo y el desarrollo de
entornos adecuados para el aprendizaje a través de Internet. Dunlap i
Grabinger (1996:242) resumen el concepto de andamiaje (scaffolding), cómo:
“el andamiaje (scaffolding) implica ofrecer un apoyo adecuado y guiar a los
niños en función de su edad y el nivel de experiencia. El entornos auténticos
buscan el equilibre entre el realismo y las habilidades, las experiencias, el
grado de madurez, la edad y los conocimiento de lo aprendiendo. El
andamiaje (scaffolding), implica guiar a través de consejos, preguntas y
material que dirigen al niño mientras resuelve problemas. Pero dirigir no quiere
decir explicar. Los profesores tienen que preparar el terreno para que los
alumnos identifiquen aquello que necesitan hacer, en lugar de explicarles los
pasos a seguir, como sí se tratara de un algoritmo. Los estudiantes han de
aprender de qué manera pueden solucionar los problemas y superar
obstáculos, aparte de aprender a solucionar los problemas en sí. Y todavía
más importante, han de aprender a sentirse seguros con el sistema empírico”.
Vygotsky (1991) también destacó la importancia del lenguaje en el desarrollo
cognitivo, demostrando que si los niños disponen de palabras y símbolos, los
niños son capaces de construir conceptos mucho más rápidamente. Creía que
el pensamiento y el lenguaje convergían en conceptos útiles que ayudan al
pensamiento. Observó que el lenguaje era la principal vía de transmisión de la
cultura y el vehículo principal del pensamiento y la autorregulación voluntaria.
La teoría de Vigotsky se demuestra en aquellas aulas dónde se favorece la
interacción social, dónde los profesores hablan con los niños y utilizan el
lenguaje para expresar aquello que aprenden, dónde se anima a los niños
para que se expresen oralmente y por escrito y en aquellas clases dónde se
favorece y se valora el diálogo entre los miembros del grupo.
Evolución de la socialización
Nielsen continuando en la misma línea que Piaget , diferencia 4 estadios:
EDAD ESTADIOS
0-4 años *Estadio no social, caracterizado por la
falta absoluta de diferenciación
entre los componentes de la
4-7 años
sociedad.
*Estadio egocéntrico o presocial, tras la
toma de conciencia del Yo,
sucedido en la etapa anterior, viene
el descubrimiento del otro y de sus
semejantes. El niño se retrae, no
obstante, para o entrar en contacto
con los otros niños. Es una fase de
transición de a acción solitaria y de
una actitud antagonista para con
los demás a un acercamiento cada
vez más estrecho que posibilita que
los niños lleguen a trabajar en
común.
*Exploración de los factores
socializadores, donde aumenta el
deseo de comunicarse con los
+ de 13 años demás, donde se llegará a una
mutua adaptación de la
sociabilidad.
*Estadio de organización consciente de
las relaciones sociales.
PROCESOS CONDUCTUALES DE SOCIALIZACIÓN
El desarrollo social del niño y de la niña implica el reconocimiento y el aprendizaje
de conductas que son socialmente aceptadas en incluso exigidas en
determinados contextos. En esta etapa tiene una importancia extraordinaria
muchas de estas habilidades sociales, las cuales son fundamentales con
respecto a situaciones de interacciones posteriores. Estas conductas suponen
el conocimiento de valores, normas y hábitos sociales y conductas de
autocontrol.
Conductas propias de socialización en esta edad son la elección de ropas
pertenecientes a su categoría sexual, habilidades de vestirse-desvestirse,
control de esfínteres, elementales hábitos de mesa, respeto al turno de
comunicación—habla y escucha—, conductas de petición, de intercambio,
preguntas, preguntas, etc. Es un periodo en que por desconocimiento o
incomprensión de la norma social la niña y el niño adquieren, a veces
reiteradamente, rabietas ante la exigencia de la misma.
La institución escolar
CAPITULO IV
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN
La cuestión sobre qué se puede hacer desde la escuela para ayudar a los niños y
niñas que no cuentan con la aceptación de sus compañeros ha motivado gran
cantidad de investigaciones destinadas a diseñar programas de intervención
que favorezcan la competencia social y las relaciones sociales de los niños
con sus iguales . La mayoría de estos programas utilizan distintas técnicas de
aprendizaje, como la instrucción verbal, el refuerzo, la imitación, el juego de
roles o el modelado de conductas, para conseguir que los niños adquieran
nuevas estrategias de interacción y mejoren sus relaciones sociales. A
continuación se presentan algunos programas de intervención:
Junto con Piaget y Bruner, Vigotsky forma parte de la escuela más avanzada del
pensamiento psicológico constructivista. La visión constructivista estudia el
aprendizaje y el desarrollo del conocimiento tanto desde una perspectiva
individual, como es el caso de Piaget, como de una perspectiva que, además de lo
individual, tiene como referencia el aspecto sociocultural y focaliza el estudio de
los procesos mentales dentro de la acción social. Algunas de las aportaciones más
importantes que hizo Vigotsky a la psicología genética y a la educación tienen que
ver con el proceso de construcción del conocimiento en los niños, la influencia del
aprendizaje en el desarrollo, la importancia del contexto social y el lenguaje en el
mismo.
Una de las grandes aportaciones que hizo Vigotsky al área de la educación fue su
concepto denominado zona de desarrollo proximal, que es el área que existe entre
la ejecución espontánea que realiza el niño o el adolescente utilizando sus propios
recursos y el nivel que puede alcanzar cuando recibe apoyo externo. Es
precisamente en esta área donde la educación debe intervenir. La interacción
social no debe darse exclusivamente con los maestros sino con quienes
pertenecen a su contexto sociocultural. La educación debe ofrecer a los niños y a
los adolescentes posibilidades de intercambio social que vayan más allá de los
que éstos encuentran en sus medios habituales. Es en esta zona de desarrollo
proximal donde los alumnos interactúan con quienes pueden ejercer una influencia
formadora en ellos, de lo que se deduce que no sólo los maestros se encontrarían
en estas condiciones, sino los padres de familia, los medios masivos de
comunicación, su entorno comunitario. Aunque este papel les corresponde de una
manera especial a los maestros, sería posible extender la función formadora a las
otras áreas de la zona. De lo que se trata es de que entre los ámbitos familiar,
comunitario y escolar se tejan redes de interacción educativa. Y es que el
aprendizaje se centra en la manera como interactúan con los alumnos los
diferentes instrumentos culturales.
En una comunidad de aprendizaje así el aula deja de ser el único espacio donde
los procesos de formación pueden tener lugar. De hecho, la escuela, como el
microcosmos social que es, ejerce en diversos sentidos una influencia formativa
en el alumno. Pero la escuela misma no puede tampoco ser considerada como el
único espacio de desarrollo educativo. El alumno tiene otros espacios de
convivencia cuyas influencias determinan de distintas maneras su desarrollo moral
e intelectual, como es la familia y la sociedad. Son tres ámbitos que se encuentran
aislados, cuyos responsables, maestros, autoridades educativas, padres de
familia, autoridades civiles, representantes comunitarios, no se han propuesto
integrarlos en un solo organismo formativo. Y tampoco los programas de estudio
pueden ser el único instrumento de donde se deriven los contenidos y los métodos
de enseñanza. Además de ellos, o partiendo de ellos, con una previa revisión,
selección, jerarquización, adecuación a la realidad, se tendrían que tomar en
cuenta los problemas que se tienen en la comunidad para convertirlos en objetos
de estudio, de investigación, de conocimiento, de transformación a través de una
práctica consciente, colectiva.
Referencias electrónicas
http://www.lajornadajalisco.com.mx/2007/07/18/index.php?
section=opinion&article=002a1pol
http://es.wikipedia.org/wiki/Motivaci%C3%B3n
http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow
http://www.earlytechnicaleducation.org/spanien/cap2lis3es.htm