You are on page 1of 2

LA LECTURA RÁPIDA

Lectura rápida y prelectura

La lectura rápida es una especie de


gimnasia mental que además de permitir
comprender más rápido los mensajes,
constituye un entrenamiento perfecto que
desarrolla el campo intelectual de las
personas.

La lectura que habitualmente llevamos a cabo, es el resultado del método


que aprendemos en la escuela y que contempla tres fases:

Primero: visualización de la información que recibimos a través de sílabas


sueltas.
Segundo: Fonetización pasando a palabras los mensajes.
Tercero: Integración de lo leído en nuestro campo cognitivo.

Sin embargo, los métodos que favorecen la lectura rápida consiguen


integrar estas tres fases en una, permitiendo una visualización global de la
información a través de la percepción de palabras y frases enteras.

Para ilustrarlo con un ejemplo:

Intente leer la mayor cantidad de letras sin desviar la mirada del punto

BKJDOELHAODMBHEÑMXJAGZ

Ahora intente leer la mayor cantidad de palabras sin desviar la mirada del
punto

PUERTA CUADRA LAPIZ TELEFONO

Finalmente intente leer la siguiente frase sin desviar la mirada del punto

LA VENTANA INDISCRETA

Lo que se pone de manifiesto es que cuanto más fragmentada es la


información que percibimos más limitada y lenta es la comprensión. No hay
que olvidar que la lectura está condicionada por la memoria, ya que

1
debemos remitirnos siempre a conocimientos previos. Es decir, más que
leer, reconocemos las palabras. Esta es la razón por la cual para una lectura
comprensiva es fundamental el binomio lectura-memoria, y que para ganar
velocidad de lectura lo importante es anticipar lo que se va a leer; esto
último implica apelar a la información previa que se posee.

La capacidad que ocupa la lectura

Mientras leemos de manera pausada, el cerebro únicamente invierte el 10%


de su capacidad, mientras que la restante se dedica a disparar ideas
parasitarias que nos llevan a pensar en otra cosa. Es el mismo caso de un
conductor que condujera su vehículo a muy baja velocidad: las posibilidades
de que comenta un error son elevadas porque divide su atención entre
muchos estímulos. Sin embargo, un conductor que conduzca a una
velocidad muy elevada, estará ocupando el 90% de su capacidad cerebral
en ello. Esto mismo es lo que pasa cuando se lee rápido.

Al leer despacio estamos vocalizando las palabras, y eso requiere de una


excesiva coordinación del cerebro que limita el tiempo de lectura, ya que
está comprobado que no se pueden emitir más de cien palabras por minuto.

Consejos para la lectura rápida

El secreto para leer rápido está en no fonetizar la lectura. Algunas técnicas


que pueden ayudar a ello son las siguientes:

- Utilizar el dedo índice a modo de puntero pasándolo bajo cada línea


de margen a margen, para ir marcando el ritmo de lectura.
- Para adquirir más velocidad, ‘subrayar’ las frases con el dedo pero a
mayor velocidad que en el caso anterior. No importa si no se leen
todas las palabras por donde va pasando el dedo. Pero si se llega a
leer todas las palabras, acelerar la velocidad del ‘barrido’, porque lo
importante de esta técnica es aprender a ir captando las palabras y
acelerar la percepción.
- Por último, leer haciendo movimientos, sobre el texto, con el dedo,
en forma de S. Esta técnica es útil tanto para repasos como para
análisis previos. La utilidad reside en que el dedo va definiendo la
zona por la que deben pasar los ojos, lo que constituye un tipo de
planificación previa de la lectura que está por abordar.

You might also like