Professional Documents
Culture Documents
Reseña Histórica.
El pueblo aymara ha
vivido y vive en América del
Sur, no sólo dentro del
actual territorio chileno, sino
que también en el peruano
y boliviano. A la llegada de
los españoles habitaban
principalmente la zona
cordillerana del Altiplano y
la precordillerana entre
Putre y Sibaya (norte de
Chile). Ocupaban también
los oasis que se
desprenden de la
precordillera internándose
en el desierto.
ACTIVIDADES DE SUBSISTENCIA
SISTEMA NUMERICO
MÚSICA
CERÁMICA
Los aymara
desarrollaron también
actividad textil, fabricando
tejidos confeccionados
con complejas técnicas, y
que respondían a
necesidades cotidianas
(vestuario) y especiales
(prendas de carácter
ceremonial).
CREENCIAS
En las creencias
aymara, el ser más
importante era Apu
Qullana Awki. Este era el
padre divino o creador de
lo existente en el
universo. También se le
llamaba Achachila o
Suma Awkisa. Las
montañas consideradas
sagradas e importantes
por los aymara, llevan
estos nombres
COSMOVISIÓN
"Por las orillas del lago Titicaca existe una leyenda que dice
que la creación del mundo duró muchos siglos y, durante
este tiempo, Apu Qullana awki creó el Universo: la tierra, el
cielo, los mares, ríos, lagos, animales, las plantas, la gente,
las estrellas, etc. Cuando terminó de crear el mundo
Qullana Awki se fue a vivir a una de las montañas más
grandes del altiplano, que se ubica cerca del lago; pero
dejó un mandamiento para la gente.
En aquellos tiempos, todo lo que hoy ocupa el lago
Titicaca era un paraíso llamado Wiñay Marka (Ciudad
Eterna), donde no había odio, envidia, ni riñas entre los
hombres. Era un valle hermoso. Lo único que tenía que
cumplir la gente era el mandamiento del Apu, que era no
subir ni escalar la montaña sagrada, donde moraba el
Apu, y que se identificaba por las llamas que ardían en la
cima de aquella montaña. Sin embargo, un día la gente,
instada por Awqa (ser maléfico) escaló la montaña que
protegía a todo el valle sagrado. El Awqa hizo creer a la
gente que, llegando a la cima de aquella montaña iban a
convertirse en seres superiores, tan igual o aún más que
el Apu Qullana Awki. Entonces por esta desobediencia
Apu hizo salir de cuevas muchos pumas que devoraron a
la gente. Todo fue una carnicería que hizo correr lagunas
de sangre. Ante esta situación, el padre Sol lloró
inconsolablemente durante cuarenta días y cuarenta
noches; las lágrimas del sol habían formado una inmensa
laguna, que ahogó a todos los pumas que han matado a la
gente. De esta destrucción se salvó poca gente, que dijeron:
Qapa titinakawa (son pumas grises). Así nació el lago y su
nombre.
(Este relato, de recopilación reciente, da cuenta de una
tradición del pueblo Aymara) ("Raíces de América, El Mundo
Aymara", Xavier Albo, 1988.p. 54).