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Klimosky, G.: “Las Desventuras del Conocimiento Científico. Una Introducción Epistemológica”, AZ
editora, Buenos Aires, 1995.
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En la antigüedad, el autor señala los criterios platónicos del Teetetos para caracterizar el
conocimiento, los que aludían a los requisitos de creencia (quien formula una afirmación debe creer
en ella), verdad (ese conocimiento expresado debe ser verdadero) y prueba del mismo. Puede
acontecer que no exista creencia –aún habiendo verdad y existencia de la prueba. Así, el que ésta
última no esté en manos de quien formula la aseveración. Si, en cambio no existe verdad, será
imposible hablar de conocimiento, ya que no podemos referirnos a un estado de cosas en la
realidad. Y si, por último, hubiese creencia y verdad, sin prueba se estará en estado de opinión –
opuesto al de conocimiento. Es dable mencionar que el autor demuestra que las tres condiciones
son interdependientes.
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Lic. María Celeste Gigli Box – TP #1
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Lic. María Celeste Gigli Box – TP #1
impuesto se encuentra el término. Para relacionar estos tres pilares, diremos que
el objeto está incluido en un concepto, y éste, se significa en un término que a su
vez designa al suceso del que partimos.
Por supuesto, que las teorías no se construyen porque sí, sino para
explicarnos un fenómeno, mejorar una situación indeseada, etc. de este modo,
ciencia, problemas y teorías van de la mano. Y esto es lo que hace de las
teorías científicas la unidad de análisis básica en el pensamiento científico
moderno. Esto hace de la epistemología, un espacio tan fundamental del
quehacer de la ciencia: entenderemos por ella, al estudio del conocimiento
científico, tal como la circunstancia histórica, psicológica y sociológica que llevan
a la obtención de aquél –junto con el estudio de las condiciones de validación del
mismo. De este modo, la epistemología es un quehacer que se dirige a toda la
Ciencia –allende sus especificidades particulares. Es preciso comentar que ésta
no es equivalente a la tan mentada “filosofía de la Ciencia”, ya que ésta, abarca
más cuestiones que la primera: ejemplo de esto es la cuestión de la existencia de
una realidad objetiva, un planteo filosófico que desfasa el espacio del estudio de
la Ciencia como tal.
Por otro lado, se diferencia con el metodólogo, en que éste apela a las
técnicas de obtención del conocimiento, pero no existe expedición acerca de la
natura del conocimiento ya obtenido, y aceptado por la comuna científica. En
otras palabras, el metodólogo sólo se interesa por acrecentar el volumen de
conocimientos, no por las características de éste en relación al objeto que la
ciencia determine para su validación [o no]. Por supuesto, que deslindar estas
labores no implica que estén completamente escindidas: producir mayor
cantidad de conocimiento implica dominar consideraciones y criterios básicos
para obtener alguno/algunos válidos. En primera instancia podríamos decir que la
metodología es posterior al análisis epistemológico, aunque debemos saber que
esto no es tan así: muchas veces se descubren casualmente métodos de
obtención de conociendo que luego deben ser validados por epistemólogos que
los encuadrarán en el espacio de validación científico.
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Mtria. Integración Latinoamericana (UNLP).