You are on page 1of 1

QUIETUDES

   (II)

Al  'in  llegué  a  la  cima


para  saciarme  de  tanta  belleza,
pero  cayó  en  la  sima
mi  anhelo  de  pureza
emanado  de  una  falsa  certeza.
GLOSA
! Cada día subo hasta una peña que hay frente a mi casa. No sé qué
busco en ella, pero, azuzado por un anhelo insuperable, asciendo hasta su
cima una y otra vez. Apenas me detengo arriba a contemplar el mismo paisaje:
al sur, la cordillera; al norte, la ría penetrada por el mar. Acto seguido,
desciendo raudo para regresar al punto de partida, ya más sosegado mi ánimo.
Encarnado Sísifo, me someto a mí mismo a la condena necesaria de recorrer la
misma ruta rutinaria. Nada arriba. Nada abajo. Lo único cierto es el camino.
Paco Ayala Florenciano

You might also like