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De porqué Z terminaba suicidándose, y cómo

terminaron sus suicidios

Hay tres inicios, y tres finales para cada uno.

1: Z no podía más con su cuerpo: el cabello aplastaba su cabeza, los pedos le


salían pesados… decía palabras que sólo se repetían en la intimidad.

a Una noche encontró un hombre esperándolo en el baño, compartieron el


inodoro. La naturaleza de la situación hizo que salieron de la mano: para eso
servía el hamor.

b Una tarde cayó por una alcantarilla deshabitada. Sus compañeros de la


superficie no lo buscaron hasta encontrar el cadáver. Pensaron: se dejó caer. En
respuesta, Z simplemente se dejó enterrar.

c Un día amaneció en una cama y cuerpo distintos; una maldición o milagro, al


parecer. No obstante, la hipocresía de sus compañeros se mantuvo; ¿qué había
de nuevo en su ser? Nada. Entonces, pudo volver en paz a la sociedad.

2: Z no quería trabajar más, porque sus manos eran un simple intermediario


entre su banco y el de los otros.

a Una noche, al entrar al banco de los otros, decidió robarlos. Tenía la amenaza
en la boca cuando le llegó el turno. El rostro de la cajera era inadecuado, pero Z
terminó cancelando felizmente sus cuentas. Murió de hambre semanas después.

b Una tarde, al entrar al banco de los otros, decidió robarlos. Cuando le llegó el
turno, soportó el relevo de cajero, que jamás llegó, pues habían comenzado a
cerrar el banco hace diez minutos. No necesitó ayuda para salir.

c Un día, al entrar al banco de los otros, decidió robarlos. Tenía la amenaza en


la boca cuando la cajera vio el futuro peligro que se avecinaba, y llamó al
guardia. Esa noche, cajera y guardia tuvieron una velada en dedicatoria de Z.
3: Z no aguantaba salir de la cama: fuera sería presa fácil del frío; ya sus
sueños se habían roto al intentar entrar en otra almohada que no fuese suya

a Un día, al regresar con desesperación a su cama, descubrió que sus sueños


habían escapado de la almohada. Entonces, a falta de sueños, la vida se le hizo
insoportable. Cesó de respirar, para ver si despertaba.

b Una tarde, tras una mañana insoportable gracias al desvelo, sacó su cobija,
con la disposición de dormir en la oficina. De repente un golpe en la ventana.
Salió a investigar. Su cobija también salió por la ventana.

c Una noche, al no despertar a solas, empezó a recoger sus cosas. Cuando


despedía la cama descubrió un maniquí. La siguiente noche encontró muñecas y
trozos de peluche esperándolo en cama, pero ni rastro del maniquí.

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