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EL VALOR DE LA ADORACION 

La adoración es más que una canción, es más que un sentimiento, es más que una actitud, es
más que un hecho, la adoración es un estilo de vida.

“Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.”


Salmo 34:1

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza. . .”
Hebreos 13:15a

Este versículo no dice “ofrezcamos los domingos a Dios”, dice ofrezcamos siempre a Dios.
Debemos aprovechar bien el tiempo alabando y adorando a Dios, cuando nos despertemos,
cuando vayamos al trabajo, cuando estemos conduciendo, cuando estemos limpiando la casa,
cuando estemos fregando los cacharros, cuando tengamos problemas, cuando estemos en la
iglesia, cuando nos vayamos a la cama . . . Alabemos y adoremos a Dios siempre. Que la
alabanza y la adoración formen parte de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de
nuestras canciones y de nuestro vivir.

Seamos sinceros con nosotros mismos ¿cuánto tiempo pasamos al día pidiendo cosas a Dios? . .
. ¿cuánto tiempo pasamos dándole gracias, alabándole y adorándole? . . .
Nos levantamos por la mañana y lo primero que solemos hacer es orar: “Señor, guárdame en
este día, bendice a mi familia, suple nuestras necesidades. . .”. Cuando estamos en el trabajo
también le pedimos a Dios que nos ayude, después llegamos a casa y pedimos a Dios que El
bendiga nuestros alimentos y cuando acaba el día y nos vamos a la cama, pedimos que Dios nos
dé buenos sueños y nos proteja. Con estos ejemplos, podemos comprobar que hemos pasado el
día pidiendo, pidiendo y pidiendo a Dios. No tengo nada en contra de la oración de petición,
Dios quiere que le pidamos, pero no debemos olvidar que El también quiere que le alabemos y
adoremos siempre.

“Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en
el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.”
Lucas 24:52-53

Este pasaje no dice que los discípulos estaban siempre en el templo pidiendo, dice que estaban
siempre alabando y bendiciendo a Dios. No debemos esperar al domingo para alabar y adorar a
Dios, ahora es el tiempo para adorarle, ahora es el tiempo para bendecirle.

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad.”
Juan 4:23

Alabemos y adoremos a Dios en todo momento y podremos experimentar la plenitud de gozo


que hay en su presencia (Sal. 16:11 / Lc. 24:52), alabemos y adoremos a Dios siempre y el
Señor añadirá cada día a la iglesia los que han de ser salvos (Sal. 40:3 / Hch. 2:47).

 
1
El cristiano y el león

Me gustaría contar una historia muy graciosa, pero muy significativa: Un cristiano iba por la
selva y de repente se encontró con un león hambriento, el cristiano nada más ver al león salió
corriendo, el león cuando lo vio empezó a perseguirle hasta que el cristiano se quedó sin fuerzas
y arrodillándose oró diciendo: “Señor, te pido que toques a este león, que llegue a ser un buen
cristiano.” El león de repente se arrodilló delante del cristiano y dijo: “Señor, te alabo y te doy
gracias por estos alimentos que voy a tomar.” El cristiano estaba un poco enfadado y cuando
llegó al cielo le dijo a Dios: “Señor, yo fui un buen cristiano y cuando oré no me contestaste.”
El Señor, mirándole con amor, le dijo: “Hijo mío, cuando tú te acercaste a mí, te acercaste con
petición, pero cuando el león se acercó a mí, se acercó con alabanza y acción de gracias.”
Aprendamos del león de la historia, vayamos a Dios con alabanza y acción de gracias.

El libro de los salmos nos muestra muy claramente lo que acabamos de ver, debemos acercarnos
a Dios con acción de gracias, alabanza y adoración.

“Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos. . . Venid, adoremos y
postrémonos; arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor.”
Salmo 95:2 y 6

“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid
su nombre.”
Salmo 100:4
¡Despierta y vístete de alabanza!

Muchos de nosotros cuando nos levantamos por la mañana nos levantamos quejándonos, de mal
humor y, algunas veces, nos levantamos como si nos estuviesen matando, “Oh no, otro lunes,
¡AAAAAY!”. Sin embargo, la primera cosa que debemos decir cuando nos levantamos de la
cama por la mañana es: “Este es el día que hizo el Señor me gozaré y alegraré en él. ¡Aleluya!”
(Sal. 118:24).

En vez de levantarnos como si nos estuvieran matando, debemos levantarnos con alabanza y
nuestra alabanza a Dios creará una atmósfera alrededor de nosotros donde podremos
experimentar el amor de Dios, su gracia y su poder. Isaías 61:1a y 3

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado
a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año
de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a
todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de
ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya

Recordemos que si alabamos a Dios por la mañana, vamos a ver su gloria a lo largo del día. ¡El
manto de alabanza nos sienta muy bien! ¡No olvidemos ponérnoslo!

Alabando a Dios a medianoche

“A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios.”


Salmo 119:62

 
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Va a haber momentos de oscuridad en nuestras vidas en los que tendremos que levantarnos en el
nombre de Jesús y alabar a Dios no importando como nos podamos sentir, esto es a lo que la
Biblia llama sacrificios de alabanza.

“Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.”


Salmo 50:14

“Ofrezcan sacrificios de alabanza, y publiquen sus obras con júbilo.”


Salmo 107:22

“Te ofreceré sacrifico de alabanza, e invocaré el nombre del Señor.”


Salmo 116:17

Ofrecer a Dios sacrificios de alabanza es alabar y adorar a Dios en situaciones adversas y


cuando no tenemos ganas de hacerlo.

Debemos recordar que no alabamos a Dios porque nos sentimos bien, alabamos a Dios porque
El es digno.

Tenemos una persona en el Antiguo Testamento que cuando pasó por un momento muy difícil
en su vida ofreció a Dios sacrificios de alabanza. Job perdió sus bienes y sus hijos ¿Cuál hubiera
sido nuestra respuesta en una situación así? . . . ¿Cuál fue la respuesta de Job?

“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y
dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. El Señor dio, y el Señor
quitó; sea el nombre del Señor bendito.”
Job 1:20-21

Para Job la alabanza y la adoración eran un estilo de vida, por eso, en su adversidad pudo decir:
“Bendito sea el nombre del Señor”

También para el rey David la alabanza y la adoración eran un estilo de vida y en momentos
difíciles pudo alabar y adorar a Dios.

“Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que
dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces
David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa del
Señor, y adoró . . .”
II Samuel 12:19-20

En el Nuevo Testamento tenemos el ejemplo de Pablo y Silas cuando son arrojados a la cárcel.

“Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los
guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más
adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban
himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal
manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y
las cadenas de todos se soltaron.”
Hechos 16:23-26

La mayoría de nosotros en una situación similar nos hubiésemos quejado y deprimido. Me


imagino que nos hubiésemos hecho las típicas preguntas: ¿Qué pecado he cometido para acabar
en este calabozo? ¿Por qué estoy sufriendo si Dios está conmigo? . . .

 
3
Pablo y Silas no se sentían bien, habían sido azotados y posiblemente, sus espaldas estaban
ensangrentadas, sin embargo, todo esto no les impidió que sacrificaran a Dios alabanza. De
igual forma, nosotros debemos alabar y adorar a Dios a pesar de las circunstancias adversas.

Debemos recordar que la alabanza no está basada en lo que sentimos ni en las circunstancias
que nos rodean, la alabanza está basada en Dios, por eso Pablo y Silas pudieron cantar himnos.
Cuando Pablo y Silas se pusieron a cantar no lo hicieron en voz baja porque no cantaban para
ellos mismos, estaban cantando para Dios y no les importaba lo que pudieran decir los otros
presos, oraron y cantaron en voz alta porque la Biblia dice que “los presos los oían” (Hch.
16:25).

El poder de Dios se manifestó sacudiendo cimientos, abriendo puertas y soltando las cadenas de
los presos. Dios pudo obrar de esta manera porque Pablo y Silas oraron y alabaron a Dios, Dios
se manifiesta en este tipo de ambiente, Dios nos muestra su gloria cuando le alabamos a pesar
de las situaciones que estemos atravesando.

Cuando llevaban el arca de Dios a Jerusalén, el rey David saltaba y danzaba con toda su fuerza
delante de Jehová (II S. 6:14 y 16), a David no le importaba lo que pudiesen decir de él,
normalmente los hombres no bailaban por las calles y mucho menos el rey, pero David tenía
puesta su mirada en Dios, lo hacía porque amaba la presencia de Dios y aunque fue
menospreciado por Mical, su mujer, fue honrado por Dios, por eso pudo decir:

“Danzaré delante del Señor. Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero
seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado.”
II Samuel 6:21b-22

En el Salmo 50:23 podemos leer:

“El que sacrifica alabanza me honrará.”

Teniendo en cuenta que Dios honra a los que le honran (I S. 2:30), si sacrificamos a Dios
alabanza, estaremos honrando a Dios y si honramos a Dios, El nos va a honrar.

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza . . .”
Hebreos 13:15a

¿Qué honra preferimos, la honra de Dios o la de los hombres? . . . El rey Saúl no buscaba la
honra de Dios ni deseaba agradarle, por eso cuando desobedece a la Palabra que Dios le había
dado declara lo siguiente:

“Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de
Israel . . .”
I Samuel 15:30a

Saúl buscó la honra de los hombres y todos sabemos su triste final, David buscó la honra de
Dios y se convirtió en el hombre conforme al corazón de Dios, la alabanza para David era un
estilo de vida y amar a Dios, alabarle y adorarle era su gran pasión. Busquemos la honra de
Dios, alabémosle y adorémosle siempre, El es digno.

 
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Una perspectiva positiva

No importa la situación que estemos atravesando, la alabanza va a hacer que miremos a la


situación desde una perspectiva diferente, desde una perspectiva positiva.

Muchas veces, miramos el problema y cuanto más le miramos ¡más grande se hace! Un día
escuché una frase muy interesante: “Deja de hablar a Dios de lo grande que es tu montaña y
empieza a hablar a la montaña de lo grande que es tu Dios.” Cuando proclamamos la grandeza
de Dios en alabanza y en adoración todo lo demás, incluyendo nuestras montañas, parece
pequeño, nuestra situación no ha cambiado, la montaña puede que siga allí, pero la alabanza ha
traído una nueva perspectiva a nuestras vidas, una perspectiva positiva. La alabanza nos da alas
para que podamos volar por encima de toda situación, problema y montaña. La alabanza nos da
alas para que podamos ir a la presencia de Dios y morar donde El habita: las alturas.

La alabanza nos lleva a las alturas, a la presencia de Dios, y desde esa posición elevada es
mucho más fácil creer, orar e interceder.

La alabanza quita nuestros ojos de nosotros mismos y de la situación que nos rodea y hace que
levantemos nuestra mirada a Dios.

La alabanza hizo que Pablo y Silas no miraran lo que les rodeaba y pusieran su vista en Dios. Al
poner su vista en Dios su fe se fortaleció y la respuesta no tardó en llegar.

La Biblia nos dice en Romanos 4:20 hablando de Abraham:

“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe,
dando gloria a Dios.”

¿Cómo se fortaleció en fe? Dando gloria a Dios. Nuestra fe se fortalece cuando en medio de un
problema damos gloria a Dios.

Cuando alabamos y adoramos a Dios vemos todo problema y situación desde una perspectiva
positiva, dejamos de ver nuestro gran problema y empezamos a ver nuestro gran Dios.
¡Aleluya!.

Pastor José Antonio Valverde

 
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