Dossier de prensa

4 de junio de 2009

DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE

Cambio climático, causa de nuevas crisis humanitarias

Hablar del mañana
Muchos países occidentales se
preocupan por las consecuencias del
cambio climático dentro de unas décadas.
Sin embargo, en muchas zonas del planeta,
no se habla del mañana. El impacto ya se
siente en muchas partes del mundo. Por lo
tanto, no se trata sólo de ver qué es lo que
se puede hacer para invertir la tendencia y
reducir las emisiones de gases
invernadero1- el principal responsable de
estos trastornos- sino de tener más en
cuenta a quienes afecta y afectará este
fenómeno. Para gran parte de la población
mundial el impacto del cambio
climático ya es una realidad. Por lo
general, las personas más afectadas son, sin
embargo, las menos responsables de estos
cambios y las que menos capacidad de
respuesta tienen ante él. Estas personas son
a menudo olvidadas en los debates
internacionales sobre cambio climático y
medio ambiente.
Equipos de Acción contra el
Hambre se enfrentan cada día, en muchos
lugares del mundo, a los efectos causados
por el cambio climático y constatan que a
menudo, en el corazón del problema
existe un factor común: el agua. Un
exceso de ella provoca inundaciones; es
sinónimo de muerte, destrucción de
infraestructura, problemas de saneamiento,
proliferación de enfermedades y
desplazamientos de la población. La
escasez deriva en sequía, lo que se traduce
en inseguridad alimentaria, migración y
causas de conflictos. Estas
1
Según el GIECC (Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Estudio de la Evolución de los
cambios en el clima), la probabilidad de que el
calentamiento global sea de origen humano es de
90%.
alteraciones climáticas se convierten en
desastres humanos porque actúan como un
factor agravante en las zonas ya muy
vulnerables. El mismo huracán no tiene el
mismo efecto en un país rico que en uno
pobre: el número de víctimas es, en
promedio, 40 veces mayor en los países en
desarrollo.
Por ello Acción contra el Hambre
considera que:
• Los actores (políticos, financieros,
humanitarios, de la sociedad civil) deben
adoptar estrategias realistas y técnicas
sostenibles a gran escala para adaptarse a
los cambios.
• Tener más en cuenta las cuestiones
locales y la posición las poblaciones
afectadas. Dar voz a los individuos, las
familias y las comunidades más vulnerables
y capacitarlos para que puedan hacer frente
a los desastres.
• El aspecto supranacional del cambio
climático no debe ser tomado como
una excusa para el fatalismo y la
irresponsabilidad:
1. Las causas del cambio climático son
principalmente antropogénicas.
2. Es posible realizar muchas acciones
para disminuir su impacto y mejorar una
situación ya mala. Es necesario establecer
modelos de desarrollo que tengan en
cuenta los riesgos que existen y los
impactos medioambientales a nivel local.
Es necesario llegar a acuerdos ante el reto
de mitigar los efectos de las emisiones de 1
gases contaminantes a escala mundial.
• Disminuir el impacto del cambio
climático pasa por permitir a las
poblaciones vulnerables afectadas la
capacidad de hacer frente a las catástrofes y
adaptarse a estos cambios graduales.
• La respuesta requiere la coordinación
y recursos financieros a largo plazo que
posibilite realizar programas no sólo de
atención a los desastres, sino también de
prevención de estos desastres y de
adaptación al medio. Los donantes - la
mayoría de los países responsables de
emisiones de gases de efecto invernadero -
tienen la responsabilidad de invertir más en
programas de reducción del riesgo de
desastres. Hay que recordar que, según las
Naciones Unidas, un dólar invertido en
este tipo de proyectos puede ahorrar siete
dólares en pérdidas después de la catástrofe
y salvar muchas vidas.
2
1. ¿Cuáles son las consecuencias humanas
de los desajustes climáticos?
El cambio climático, puesto de
relieve por los sucesivos informes del
GIEC son a día de hoy bien conocidos: la
superficie de la tierra se calienta, la
tendencia de la media de precipitaciones al
a ) Aumento de las catástrofes
De manera general, el cambio
climático tiene como efecto exacerbar los
fenómenos ya existentes. De este modo,
probablemente, las zonas húmedas en el
futuro sufrirán más las fuertes
precipitaciones y el riesgo de inundación
será más elevado. Y a la inversa: las zonas
áridas se verán afectadas de forma más
pronunciada por las sequías. De manera
general, se puede decir que el cambio
climático se traduce en fenómenos
meteoro- lógicos más intensos, más
frecuentes y más aleatorios.
*Gráfico de la evolución del número de catástrofes entre 1900 y 2005.
año se modifica, los glaciares se funden y el
nivel de los mares aumenta. Pero ¿cuáles
son las consecuencias para los 6´7 millones
de seres humanos que viven en nuestro
planeta?
Estas catástrofes meteorológicas
son de diferentes tipos: inundaciones,
tormentas, sequías… Se pueden
distinguir dos grandes tipos de catástrofes
naturales: las de detonante rápido
(inundaciones, tormentas, ciclones…) y
las de detonante lento, mucho menos
visibles pero también destructoras como
la sequía, los procesos de desertificación,
etc.
3
b) Las inundaciones y otras catástrofes de detonante rápido

El cambio climático tiene la y un entorno insalubre y contaminado crea

especificidad de influir en los fenómenos
meteorológicos para que sean más
intensos, más aleatorios y más frecuentes.
Por lo tanto, los ciclones suelen ser más
numerosos y más fuertes, las estaciones
lluviosas ya no tienen lugar en sus épocas
habituales (cambiando así los calendarios
agrícolas) y las lluvias, en lugar de estar
repartidas en varias semanas o meses
tienden a ser extremadamente intensas
durante un período muy corto de tiempo,
causando graves inundaciones debido al
fenómeno de la escorrentía (la tierra no
tiene tiempo para absorber tales cantidades
de agua, sobre todo en suelos muy secos, lo
que hace que esta discurra por la superficie
y que se salga de los cauces naturales).
Inundaciones repentinas e intensas
conducen a pérdidas humanas y de
animales, destrucción de cultivos e
infraestructura (incluidas las
infraestructuras de agua y saneamiento), la
presencia de desechos, agua sucia, etc.
La combinación de la destrucción
de la infraestructura de agua y saneamiento
un cóctel explosivo. Debido a un menor
acceso al agua potable y la falta de
saneamiento, enfermedades relacionadas
con el agua (diarrea, cólera, malaria...)
pueden, de hecho, crecer a un ritmo
exponencial. Estas enfermedades
relacionadas con el agua pueden causar
directamente la malnutrición y la muerte.
La malnutrición es aún más previsible si los
cultivos son destruidos: el número de
trabajadores por familia se reduce, con lo
que los recursos, tanto financieros como
para la alimentación del ganado ya no
existe.
El simple aumento de la humedad
en algunas zonas tendría, según la ONU,
el efecto de incrementar en un 10% el
riesgo de diarrea (dos millones de niños
menores de 5 años mueren cada año por
esta causa).
El aumento del número de las
inundaciones es, pues, un aumento en
el número de personas que padecen
hambre, sed o enfermedades.

Algunos datos:

→ En 30 años (1975-2005) el número de catástrofes climáticas de tipo

hidrometeorológico se ha multiplicado por cuatro. Hoy en día se producen
anualmente unas 400 catástrofes naturales.
→ En los últimos diez años una media de 250 millones de personas se han
visto afectadas por estos fenómenos y más de 120.000 personas mueren cada
año.
→ El coste de las destrucciones relacionadas con las catástrofes naturales es
aproximadamente de 300 millones de dólares cada año

4
c) Escasez de agua creciente, sequía y catástrofes de
detonante lento
Paralelamente, el cambio climático en
algunas zonas acentúa los fenómenos de la
sequía y los procesos de desertificación.
Las turbulencias climáticas se concretizan
igualmente por una mala distribución de las
precipitaciones a lo largo del año, lo que
entraña el fenómeno de la alternancia de
periodos de sequía con otros de
inundaciones.
Se estima que en 2025, 1´8 millones de
personas vivirán en países o regiones con
escasez absoluta de agua y que 5 millones
se enfrentarán a la escasez de recursos
de manera regular (el cambio climático
sería responsable del 20% de este
aumento).
Estos procesos de la sequía tiene como
consecuencia para la población: la escasez
de agua (incluidos los problemas
relacionados con la falta de agua: las
enfermedades, la higiene deficiente,
sed,...), la disminución de la
productividad agrícola (problemas de
riego), flujos migratorios a las zonas donde
hay agua. Este último fenómeno ha dado
lugar a una mayor concentración de
población en los mismos puntos de agua,
lo que ha provocado un aumento de estrés
hídrico y el aumento del riesgo de aparición
de enfermedades relacionadas con el agua
de manera exponencial. Además, las
personas desplazadas son más susceptibles
a las enfermedades e infecciones (debido a
un repentino cambio de medio ambiente) y
también puede ser un vector para la
propagación de una epidemia.
En algunas partes del mundo, como
África Subsahariana, Asia meridional y
especialmente en Afganistán, Pakistán y
partes de la India… la disminución del
acceso al agua, combinado con la
disminución de las precipitaciones podrían
reducir los rendimientos agrícolas en más
de un tercio por 2050.
5
d) Riesgos del aumento de tensión y conflictos
Según un informe publicado por
International, “A Climate of Conflict en
novembre 2007”, 46 países están en situación
de conflicto latente a causa del cambio
climático, lo que supone un total de 2´7
millones de personas.
La relación entre estos cambios
climatológicos y un aumento de la
inseguridad son de tres tipos:
• Los conflictos por los recursos: con el
aumento de la escasez de agua, las
tensiones relacionadas con el control o
distribución de estos recursos van también
a aumentar. Muchos de los conflictos de
hoy se pueden leer en términos de
conflictos por los recursos, tales como el
conflicto palestino-israelí o el conflicto en
Darfur. En menor escala, el problema del
agua en una zona desértica es inmenso. En
las zonas de pastoreo, cuando el agua es
escasa, Acción contra el Hambre está
obligado a sopesar los pros y los contras de
crear una nueva fuente de agua porque a
veces puede ser un desafío demasiado
grande para las comunidades y convertirse
en una fuente de conflicto: nuestros
equipos pueden preferir no construir un
nuevo punto de agua y encontrar
alternativas.
• Los movimientos de población
causados por el cambio climático: algunas
zonas son cada vez menos habitables a
causa del aumento del nivel del mar. Las
inundaciones periódicas y las sequías
arruinan tanto las infraestructuras como los
medios de subsistencia de poblaciones.
Frente a esto, las personas (las que tienen la
posibilidad) tienden a desplazarse a zonas
con clima más clemente. Pero esta
repentina concentración de la población
puede crear tensiones muy fuertes, tanto el
acceso a la tierra en torno a estas zonas,
como las controversias culturales,
religiosas, sociales, etc. El potencial de la
migración de aquellos que están
empezando a llamar "refugiados
climáticos" aún se considera de bajo
riesgo, sin embargo, están alterando
totalmente el equilibrio de algunas regiones
a lo que se le suma la catástrofe
humanitaria de estas personas que se
sientes desarraigadas sus tierras de origen.
Las zonas costeras y los grandes deltas de
Asia se ven particularmente afectados por
este fenómeno.
• El empobrecimiento: los daños
causados por los desastres naturales dan
lugar al empobrecimiento de las
poblaciones afectadas y a una exacerbación
de las diferencias de ingresos, fuente de
inestabilidad. Las poblaciones más
vulnerables son las más susceptibles de
verse afectadas por un desastre a causa de
su falta de recursos para reconstruir su
economía o para evacuar zonas de riesgo.
Del mismo modo, el impacto de los
desastres naturales está estrechamente
vinculado a la gobernabilidad en el país. Si
es un desastre mal gestionado o mal
previsto por las instituciones existentes,
puede provocar inestabilidad política. Se
teme que habrá más levantamientos
relacionados con la pobreza y la situación
de inseguridad alimentaria en el que cada
vez más personas se ven envueltas. En
general, el aumento de los desastres
obstaculiza el desarrollo económico de
un país y provoca un débil desarrollo, a
su vez, incrementa el impacto de las
catástrofes.
6
2. Impactos que, combinados con otros
factores, crean urgencia humanitaria
De cara al Cambio Climático, no
todos somos iguales. Los países menos
avanzados y los países en vías de desarrollo
son los que se ven más afectados, tanto por
la frecuencia de estos desastres naturales
como por el número de víctimas.
a) Poblaciones ya extremadamente vulnerables
En términos generales, el cambio
climático tiene el efecto de exacerbar
fenómenos ya existentes. Por lo tanto,
probablemente, en las zonas húmedas de hoy,
en el futuro habrá más lluvias torrenciales y el
riesgo a las inundaciones será mayor. Por el
contrario, las zonas secas serán las más
afectadas por las sequías. En general, podemos
decir que el cambio climático dará lugar a
fenómenos meteorológicos más intensos, más
frecuentes y más aleatorios.
La inestabilidad política, los conflictos, la
falta de infraestructura, la vulnerabilidad socio-
económica, son factores que agravan la
situación humanitaria de las personas. La
situación para millones de personas, más
allá de los impactos del cambio climático,
ya es muy grave. Sabiendo que ya están
viviendo en al límite, el menor factor agravante
puede sumergirles muy rápidamente en una
crisis humanitaria abierta (si no es ya el caso).
Los desajustes climáticos tienen
un impacto tan fuerte en los países del
Sur porque afectan a zonas y
poblaciones que son ya
extremadamente vulnerables. Es la
concentración de riesgos lo que crea la
catástrofe. Estos riegos suelen tener causas
locales.
Algunas cifras claves de 2007:
→ Más de 2,6 millones de personas -
40% de la población mundial- se ven
privadas de instalaciones de saneamiento
elementales.
→ Casi mil millones de personas
carecen de acceso al agua potable, es
decir, casi uno de cada 6.
→ El 10% de las enfermedades del
mundo son atribuibles a la insalubridad
del agua y la falta de saneamiento e
higiene adecuada (enfermedades
diarreicas como el cólera, salmonelosis,
fiebre tifoidea, etc)
→ Alrededor de 1,4 millones de
niños mueren cada año de diarrea y otras
enfermedades infecciosas relacionadas
con la falta de saneamiento (cerca de
5.000 por día) de los cuales el 90% de
los niños son menores de cinco años.
7
b) Urbanización y demografía: otros desafíos globales en el
dominio del agua
A pesar de que millones de personas
tienen una situación básica y sumamente
precaria, éstas, así como los actores
humanitarios deben ahora hacer frente a
los cambios globales: el aumento de la
presión demográfica, la urbanización
rápida y descontrolada, la crisis
energética, la crisis alimentaria, las
cuestiones ambientales, la crisis
económica mundial.
Así, por ejemplo, la población del
mundo se ha convertido en
predominantemente urbana en 2008. La
creciente urbanización crea muchos nuevos
problemas y nuevas situaciones de
vulnerabilidad: los riesgos para la salud son
c) Un mismo ciclón no tiene los mismos efectos
Debido a esta situación de
vulnerabilidad ya presente, las
poblaciones afectadas por el cambio
climático no tienen ni los medios ni la
capacidad (ya sea a escala familiar o
nacional) para responder rápidamente y
adaptarse a estos nuevos contextos.
De forma más en general, la
capacidad de respuesta de un país o una
población es muy variable: los más
desfavorecidos son a menudo los menos
"reactivos" (aunque también comparten
una fuerte resistencia). La misma
tormenta conllevará mayores daños en un
país pobre: el cambio climático está
teniendo lugar en todas partes, pero
tiene consecuencias más adversas en
los países en desarrollo, debido a su
vulnerabilidad de base. El cambio
climático es un factor agravante de una
situación humanitaria "clásica".
mucho mayores en las ciudades que en las
zonas rurales, aunque las necesidades de
agua y saneamiento son más significativas
en éstas últimas. La urbanización también
tiene importantes consecuencias para el
medio ambiente. Sin embargo, existe poca
consideración de las cuestiones ambientales
en los países pobres, a menudo debido a la
falta o escasez de medios. Los países, como
las poblaciones o los actores humanitarios,
deben todavía hacer frente a la difícil
ecuación entre el socorro y el desarrollo
sostenible.
Estos nuevos retos, por lo tanto,
interactúan entre sí creando un círculo
vicioso difícil de solucionar.
Los gráficos que aparecen a
continuación hablan por sí mismos: hay
más desastres naturales en los países en
vías de desarrollo, pero hay 40 veces
más víctimas de desastres naturales
en los países en desarrollo que en los
países ricos2.
Diferencia entre el número de víctimas de
catástrofes naturales en países
2
industrializados
Fuente y losDisaster
y gráficos del IFRC, World países en2001
Report, desarrollo
8
3. Mejor anticipar y prevenir los riesgos
Frente a las consecuencias
humanitarias del Cambio Climático, hoy es
más que nunca necesario que, más allá de
los discursos, todos los actores (políticos,
financieros, humanitarios, sociedad civil,
etc.) se movilicen. El aspecto
supranacional del Cambio Climático no
a) Posicionarse y desarrollar un modo de operación técnico
El primer paso antes de cualquier
respuesta es el de tomar conciencia del
impacto del cambio climático, de posicio-
narse y de desarrollar una técnica de operar
para este nuevo factor. Esta tarea corres-
b) Una respuesta ante todo local
debe ser una excusa para la pasividad:
muchas de las respuestas deben hacerse a
escala local. Este nuevo contexto requiere
de estrategias de acción coordinadas,
realistas y de una gran cobertura
(acercándose al máximo a las personas) y
duraderas.
ponde principalmente a los gobiernos
estatales y locales, responsables ante
sus ciudadanos y los únicos que
pueden proporcionar una respuesta
nacional.
Existen, por tanto, acciones posibles para
limitar el impacto humanitario del cambio
climático. Más allá de los estudios necesa-
rios de previsión a 20 ó 30 años, se vuelve
más urgente que todos los actores
(políticos, financieros, de la sociedad,…)
asuman el tema, se coordinen y pasen a la
acción. El cambio climático es antropogé-
nico: la responsabilidad es humana. Una
serie de iniciativas están en marcha desde
hace años, incluida la Convención Marco
de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático3 y los acuerdos interestatales.
3
Hace más de una década, la mayoría de los países se sumaron
a un tratado internacional -la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático- para empezar a
considerar qué podría hacerse para reducir el calentamiento
global y hacer frente al aumento de la temperatura. En 1997,
los gobiernos acordaron hacer una adición al tratado llamado el
Protocolo de Kyoto, que contiene medidas más concretas
(jurídicamente vinculantes). El Protocolo entró en vigor el 16
de febrero de 2005. Y desde 1988, en el mismo contexto, el
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático examinó la investigación científica y ofrece a los
gobiernos resúmenes y asesoramiento sobre los problemas del
clima. http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php
9
 Sin embargo, el aspecto suprana-
cional del cambio climático no debe ser
una excusa para la inactividad en el plano
local. La respuesta a un desastre deter-
minado debe, en efecto adaptarse a las
cuestiones locales (geográficas, geoló-
gicas, económicas, culturales, agrícolas...).
Más allá de los efectos del cambio climático
y la respuesta a ellos, son muchas las
acciones ya emprendidas para hacer frente
c) En suma: la Reducción de los Riesgos de Desastre (RDD)
Frente a los impactos del cambio
climático existen múltiples niveles de
respuesta. El primero es, sin duda, la
conciencia colectiva y la mitigación de las
emisiones de gases de efecto invernadero,
causa principal del cambio climático. Pero
mientras tanto, existe la urgencia de ayudar
a aquellos que ya sufren o sufrirán el
impacto humanitario del cambio climático.
Por ejemplo los programas de
reducción del riesgo de desastres, que
deben ser asimilados en las políticas de
planificación teniendo en cuenta el
territorio de estos nuevos riesgos asociados
a un fuerte componente de información y
sensibilización, que tendría como fin
limitar el impacto de un desastre y crear
una capacidad de reacción cuando este
ocurre. Estos proyectos incluyen el
desarrollo y aplicación de estrategias,
políticas y acciones dirigidas a reducir las
vulnerabilidades y los riesgos de desastres a
través de la prevención, mitigación y
preparación. Originalmente, la RRD se
aplica a todos los desastres extremos, ya
sean hidrometeorológicos, geológicos o
biológicos. Este tipo de proyecto es
realizado principalmente por las
autoridades de un país o región. Las ONG
o las instituciones no pueden venir en
apoyo de una verdadera opción política de
apoyo local a través de recursos humanos,
técnicos o financieros.
a la emergencia inmediata en el ámbito del
agua y el saneamiento.
Frente a estas dificultades, la
falta de medios o la falta de voluntad de
algunos países del Sur, los países del
Norte -en gran parte responsable de las
emisiones de gases de efecto invernade-
ro- tienen su papel que desempeñar.
Según las Naciones Unidas, 1 dólar
invertido en la reducción del riesgo de
desastres ahorra 7 dólares en las
pérdidas después de la catástrofe. Por lo
tanto, es urgente que los inversores
internacionales predispuestos a aportar
fondos en respuesta a un desastre, tomen
una actitud más dinámica de prevención
mediante la financiación de proyectos antes
del proceso de estas catástrofes para
reducir sus daños futuros.
En el proyecto de la RRD se
distinguen:
• La Preparación ante Desastres: medidas
tomadas antes de un desastre de asegurar
una gestión adecuada durante los ellos
(sistema de alerta temprana, planes de
evacuación, organización de salvamento,
etc.)
• La atenuación o mitigación, que incluye
medidas no estructurales adoptadas para
limitar el impacto de un desastre
(formación, adaptación de los edificios,
etc.)
• La prevención de los riesgos de desastres:
acciones destinadas a proporcionar
protección contra los desastres
estructurales permanentes con un anclaje
10
con las instituciones competentes (presas,
diques, la vivienda, construida sobre
pilotes, etc.)
En el corazón de estos proyectos
está la información y la concienciación
de los riesgos y las buenas prácticas
para hacer frente a desastres. Si las
autoridades tienen en marcha sistemas de
alerta y previsión, éstos son poco
conocidos por las comunidades – ellos
mismos están mal informados y están
poco implicados en ellos. A los que más
concierne este tipo de proyecto son a
menudo los menos informados. Por lo
d) Durante el desastre:
acompañamiento
A la vista de la multiplicación de los
desastres naturales, la capacidad para
gestionar estos riesgos debe ser mejorado
tanto antes como durante la crisis mediante
el establecimiento de planes de
contingencia. Éstos permiten el rápido
despliegue para salvarguardar mejor lo que
puede ser salvable.
Más allá de la asistencia necesaria a
las poblaciones, también es esencial
continuar la sensibilización, sobre todo de
cara al riesgo de epidemias, a fin de que el
desastre natural no dé lugar a una crisis
e) Las repuestas frente al aumento de la escasez de agua
Entre las estrategias para abordar
la falta de agua se incluyen los esfuerzos
para ayudar a las comunidades para hacer
frente y/o tomar ventaja de las tendencias
climáticas actuales o futuras. El objetivo
es racionalizar al máximo el agua
disponible y, a veces adaptar el modelo
tanto, se trata de establecer mecanismos
para el flujo de información y la
preparación de la comunidad a través de
una sólida red y por medio de los canales
tradicionales de comunicación. Se trata de
implicar a la población y favorecer la
participación de las personas, lo que
asegurará de la eficacia del sistema.
Los proyectos de RRD son, a
menudo, muy largos y de lenta
aplicación porque implican un
verdadero cambio de conducta que debe
llevarse a cabo en colaboración con las
autoridades y las comunidades.
sensibilización, asistencia y
sanitaria. Por lo tanto, es necesario un
componente de sensibilización en higiene
adecuada al contexto de los desastres, lo
que siempre está asociado con los
programas de agua y saneamiento de
Acción contra el Hambre.
Durante la fase de asistencia y
luego durante la fase de rehabilitación,
es imprescindible tener en cuenta los
riesgos de desastres y lecciones
aprendidas de la catástrofe que acaba
de ocurrir.
económico y social de un espacio a este
nuevo contexto (el cambio de cultivos,
desarrollo de sectores económicos no
basados en la agricultura, etc.)
Más allá de los problemas de la
escasez de recursos, se carece incluso
11
de agua potable y saneamiento en
muchas zonas, lo que sigue siendo una
importante preocupación. Frente a esto,
las diversas técnicas geofísicas pueden
ahora "fácilmente" identificar las fuentes de
aguas subterráneas y no es raro perforar
pozos de hasta 100 metros.
Algunas técnicas, como los pozos
"anidados" responden también a la
progresiva desecación del suelo: gracias a
una columna que se desliza al interior de
los pozos se puede agua de más
profundidad.
Pero más allá de la tecnología
disponible y ante la creciente escasez de
agua, la gente que se enfrenta regularmente
estas carencias ya han establecido sistemas
extremadamente ingeniosos y eficaces: el
sistema de karezes en el Afganistán, el
reciclado de aguas residuales, etc.
Por lo tanto, se trata a menudo de
mejorar la infraestructura para una
mejor gestión y almacenar el agua para
limitar la evaporación, maximizar la
infiltración y diversificar las fuentes de agua
y distribuir así el "estrés hídrico". Se
distingue así en el agua potable para beber
y aquellas que viene de las aguas
subterráneas mediante pozos protegidos de
la contaminación y las aguas "usadas" o no
potables, que pueden ser utilizadas para el
lavado, la ganadería, la agricultura. Esta
agua puede provenir de la superficie,
recolección de agua de lluvia, etc.

Más información, fotografías y entrevistas con portavoces

Acción contra el Hambre
609 018 735
Alicia García –91 771 1672, criaza@achesp.org
Carlos Riaza – 91 3915306, ecrego@achesp.org
www.accioncontraelhambre.org

12