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gonía, un supuesto discurso de aceptación ..................................


de un Premio Nobel de Física que propone Una geografía íntima
que todas las leyes del universo son en
realidad parte de un juego. Jezreel Salazar
Encontrar y disfrutar el resto de estos
diálogos y contrastes corresponde, por su- Un objeto que comenta la pérdida,
puesto, a cada lector. No obstante, no hay destrucción, desaparición de objetos.
que caer en el error de reducir esta refe- Que no habla de sí mismo. Que habla
rencialidad a un mero juego literario. Va­ sobre los demás. ¿Los incluirá?
cío perfecto es un texto sobre ideas, y la Jasper Johns
estructura está diseñada no sólo para ser

N
un divertimento, sino para retar al lector. o hay habitantes, pero sí señas
Cada una de las reseñas de textos inexis- que remiten a ellos. En la imagen
tentes, junto con sus críticos, han sido ele- se observa una habitación cuyas
gidos para probar al lector, para que se paredes podrían ser de cartón o triplay.
OD BORONAT. SIN TÍTULO, TINTA SOBRE PAPEL, 2009. atreva a cuestionar los planteamientos de Dos sillas de plástico rojo bordean una
las obras y formule sus propias soluciones mesa cubierta por un mantel blanco, de
En Les Robinsonades, de Marcel Coscat, a la problemática planteada en este libro. flores, bordado. Sobre él dos tazas de dis-
por ejemplo, se narra la historia de un Cada nueva reseña, que puede leerse en tinto diseño, ambas desportilladas. A la
náufrago que llena su isla desierta de crea- el orden presentado o al gusto de cada espera, y frente a ellas, dos biscochos que
ciones imaginarias, hasta que él mismo quién, presentará una nueva visión de los insinúan el desayuno. Al fondo, una man-
queda atrapado por las reglas de su propia problemas planteados y cuestionará de guera azul pende en una esquina y desa­
ficción. Perycalpsis, de Joachim Fersen- nueva cuenta las conclusiones sacadas por parece de la toma, perdiéndose rumbo al
geld, que parece una respuesta directa al el lector. En este punto no puedo estar suelo. La armonía de la imagen está dada
“Fin del mundo del fin”, de Julio Cortázar más de acuerdo con la introducción: “La por la repetición de los elementos (dos si-
(la imagen del mundo inundado de libros), lectura de este exiguo volumen, que se llas, dos tazas, dos panes) y la exaltación
plantea la destrucción de todas las obras lee en tres tardes, equivale, en informa­­- visual de un ámbito cotidiano, anónimo y
culturales a fin de resolver su sobrepro- ción y en tiempo mental, a tres meses de que parecería no ofrecer sorpresas. Como
ducción y recuperar su calidad. Además, apasionante y dedicada lectura”. Vacío si la propia realidad se caracterizara por
propone asignar una beca vitalicia a todos perfec­t o problematiza y ensaya sobre sus emociones contenidas.
aquellos que no practiquen ninguna acti- la creatividad del hombre y la forma en la Así son las imágenes de Ingrid Her-
vidad creadora: que este genio se extiende y transmite por nández, fotógrafa tijuanense, nacida a
medio de la cultura. mediados de los años setenta. Su libro
Perycalpsis contiene un índice tabular En nuestra época, ya no queda duda (cuyo título resulta muy significativo: Irre­
completo de descuentos para todas las de la calidad literaria de Stanisław Lem. La gular) contiene retratos que, en principio,
formas de creación. Quien haga un in- traducción del presente volumen, por Jad- parecerían ser registros propios de cierto
vento o edite dos libros al año, pierde wiga Maurizio, es practicamente impeca- fotoperiodismo concentrado en los márge­
todo derecho a cobrar. Si aumentamos la ble. La presentación del libro, el cuidado nes urbanos: casas construidas con mate-
producción anual a tres títulos, en vez de de su edición, hacen de su lectura un goce. riales de desecho, lonas, láminas, cajas de
cobrar, debemos pagar al Fondo una Mejor aún, todas las ideas vertidas en Va­ plástico, trozos de madera, cubetas… en
suma prevista. Gracias a este sistema, cío perfecto son quizá más pertientes en la suma, asentamientos irregulares, donde
sólo cometerá un acto de creación un actualidad que cuando el texto fue edita- la precariedad es el personaje central y el
verdadero altruista, un asceta del espíritu do por primera vez, en 1971. Si bien no deterioro el paisaje acostumbrado. No
que ama al prójimo y no a sí mismo, de- puede calificarse como imprescindible, obstante, hay algo distintivo en estas fo­
teniéndose automáticamente la produc- pocas lecturas se pueden encontrar como to­grafías (un tono, es decir, un modo de
ción de la basura que se vende ahora. ésta que combinen con tal acierto el pleno mirar), que va en contra de la habitual
disfrute con la reflexión profunda. exaltación de la miseria y de la denuncia
De manera similar dialoga el Gigamesh, fácil. Si no me equivoco, esa manera pa­r­
creación de un novelista irlandés que se ticular de observar la realidad tiene que
Stanislaw Lem, Vacío perfecto. Biblioteca del
propone ser más joyciano que Joyce, con siglo XXI. Traducción de Jadwiga Maurizio. ver con la cercanía respecto al objeto re-
Non serviam, que desde el título repite Introducción de Andrés Ibáñez. Madrid, tratado, revela la intimidad que la artista
el tema joyciano, y con La Nueva Cosmo- Impedimenta, 2008. 320 pp. ha alcanzado y busca transmitir.

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por sí transitorio de las propias moradas, la


realidad mostrada así se revela como aco-
tada, confinada y frágil. De igual modo, la
elección estética de establecer tomas res-
tringidas erige al espectador como el pro-
tagonista de la imagen y del lugar, como si
se hallase justo ahí, en el espacio retra­
tado, como si fuese configurando con su
propia presencia la atmósfera del sitio,
que no puede percibir de manera acaba-
da, pero al que por esta ilusión de la lente,
logra acceder. Su complicidad es lo que la
fotógrafa busca: que sea capaz de restituir
los contextos cifrados, la amplitud de los
escenarios, la his­toria implícita. Estamos
OD BORONAT. SIN TÍTULO, TINTA SOBRE PAPEL, 2009. ante un registro visual que tiene mucho OD BORONAT. SIN TÍTULO, TINTA SOBRE PAPEL, 2009.

de paradójico: tomas cerradas que propi-


“Habitar es dejar huellas. El interior las cian el diálogo, mirada limitada que busca des entre las cuales la autora halla y de­
acentúa.” Lo dicho por Walter Benjamin la apertura. linea parentescos. Al intercalar imágenes
parece adquirir concreción en este álbum Además de espacio acotado y reserva- de ambos lugares, confundiéndolos de
de restos urbanos. Irregular es una inmer- do, lo íntimo se define como un ámbito manera premeditada, la artista busca crear
sión en la vida privada de los márgenes. La excepcional. Si los afectos no pueden re- vasos comunicantes con otros espacios en
cámara nos permite ingresar a espacios producirse, tampoco existen dos habi­ donde ocurren experiencias similares. El
domésticos a los cuales, sin este ejercicio taciones exactamente iguales. El libro libro tiene por ello un sentido dialógico:
de voyeurismo, no tendríamos acceso. La explora aquello que aunque depende del retratar al otro (al desplazado, al que se
fotógrafa logró conseguir tal testimonio há­­bito, adquiere vida propia y transmite, encuentra en los bordes) y buscar que dia-
luego de haber pasado varios años reco- por ello mismo, una experiencia única: el logue con otros que se hallan en condicio-
rriendo diversos cinturones de miseria, lo cosmos de los objetos caseros. En ciertas nes similares, viviendo una vida igual de
que en el discurso profiláctico de la mo- fotografías de Irregular, tan cercanas a ese marginal e irregular. Si es verdad que los
dernidad se denominan “ciudades perdi- género de la pintura llamado “naturaleza elementos identitarios no desaparecen de
das”. La exploración de lo que usualmente muerta”, Ingrid Hernández muestra su las fotografías (por ejemplo, una bandera
está reservado al ojo público no vuelve es- fascinación por los objetos, una suerte de de México), también resulta cierto que
pectáculo —hay que enfatizarlo— la po- fetichismo que da origen a su impulso fo- este catálogo visual apunta a otro tipo de
breza. Lo que la fotografía busca es, por el tográfico y que establece una suerte “aires de familia”, los cuales en todo caso
contrario, hacerla inteligible. Irregular, a de “historia emocional” de los objetos corresponden a los efectos negativos del
contracorriente de la lógica de nuestra so- —enseres familiares, mobiliario ínfimo, progreso, a las “señas particulares” que se
ciedad de masas, no invita a volvernos una ropa desperdigada sobre la cama, cuadros reproducen y distribuyen por todas partes
humanidad de mirones; propone descu- colgados en las paredes. “Testimonios ob- de manera no precisamente alentadora.
brir un mundo ajeno en aras de entender- jetuales” es como ha nombrado a sus ex- Huellas, restos, ruinas, son las pala-
lo, de acercarlo a quienes lo desconocen o perimentos visuales. Y en efecto, lo que bras que se vienen a la mente al mirar el
incluso lo desprecian. lla­­ma más la atención es que en ninguno mundo de la imagen creado por Hernán-
Lo anterior sólo es posible gracias a la de esos ensayos fotográficos observemos dez. Si damos crédito a Baudrillard, “un
perspectiva que la artista elige: privilegia figuras humanas. La decisión, por supues- objeto fotografiado no es más que la hue-
tomas cerradas, lo que ahonda la sensa- to, no es inocente. Tiene que ver con la in­­­­­ lla dejada por la desaparición de todo el
ción de ámbitos reducidos. En el universo tención general de descontextualizar lo resto”. Aquí, tal definición adquiere po-
visual de Hernández no es posible ver la in­ re­tratado para potenciar la textura, el rui- tencia y hondura. Fotografiar lo irregular:
­tegridad de los paisajes, el mundo en su do, el juego compositivo y la forma en sí de fijar lo que sobrevive al pasado, lo que
totalidad. Sólo podemos mirar las gaveta­s las cosas, los cables, las puertas… persiste a pesar del cambio y el deterioro.
de una antigua cajonera, el frag­mento de Si la intimidad no puede reproducirse, Pero, ¿de qué sirve ese retrato de lo fu­-
un corredor o una estufa, los res­quicios sí puede encontrar gestos comunes. Las gi­tivo?, ¿para qué fijar lo que de cualquier
de un tablón en donde cuelgan tres cepi- fotografías incluidas en Irregular fueron manera no puede asirse de manera ob-
llos de dientes. Además del ca­rácte­r ya de tomadas en Tijuana y Bogotá, dos ciuda- je­tiva? Si la fotografía es el testimonio

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durable de lo perdible, Ingrid Hernández plicidad de voces o máscaras provenientes


se presenta en estas páginas como la cro- de cierta tradición poética, no se colige
nista que desea dejar constancias del pre- forzosamente un guiño a “lo literario”.
sente antes de que éste se desvanezca. En Humo de incendios lejanos es don-
Más que crear un retrato cabal de la peri- de se despliegan de manera más clara las
feria, desea discurrir sobre las ruinas de lo distintas versiones de dicho enmascara-
moderno, transmitiendo no información miento. En las trece secciones que lo com-
fría y objetiva sino la experiencia subjetiva ponen es palpable la dispersión de los ha-
y viva de quienes las han habitado. Su blantes poéticos. La enunciación es
“historia emocional” de los objetos trata refractaria a la definición unívoca y, para
de compartir vivencias y visiones, sin susci­ diversificarse, se apoya en referencias in-
ta­r lástima y sin necesidad de glorificar el tertextuales: glosas, citas, escolios, reescri-
horror. Aunque en ocasiones parecería que turas… Lejos de explicar esto como un
estamos tratando con un realismo cru­do, gesto culterano, hay que entenderlo como
las imágenes conte­nidas en el libro apelan un acto de recelo frente a los automatis-
a la capacidad de discernimiento del espec­ mos de un “yo lírico” devorado por el te-
tador: se trata de asumir que más allá de la dio y las flaquezas de sus necesidades ex-
realidad retra­tada existe una experiencia OD BORONAT. SIN TÍTULO, TINTA SOBRE PAPEL, 2009. presivas. Cuando Chirinos convoca una
irregular del mundo que sólo puede perci- línea de Leopardi o la tira cómica de Elzie
birse al ser insinuada desde el ámbito de lo formulación de la escritura como un en­ C. Segar donde aparece Popeye el Mari-
íntimo, esa geografía en donde realidades mascaramiento. no, en realidad cuestiona la posibilidad de
y deseos luchan a muerte sin cansancio. Entre comentaristas y críticos (José Mi- estos referentes para puntuar la zona efí-
guel Oviedo, Miguel Ángel Zapata, Rai- mera y balbuciente de la experiencia o la
Ingrid Hernández, Irregular. Prólogo de Alejan- mundo Corsa, etcétera) se ha insistido en traza de realidad con la que los poemas
dro Navarrete. México, Conaculta (Fondo Edi- este aspecto. Hablar de esta poesía como buscan dialogar (reproducir, registrar, criti-
torial Tierra Adentro y Centro Cultural Tijuana),
de un “juego de máscaras” ha sido una car, interrogar, etc.). No hay inmediatez
2008. 79 pp.
constante frente a títulos como Abeceda­ en el hablante; éste forja su propia genea-
rio del agua (2000), Breve historia de la logía al elegir, dentro de un corpus canóni-
música (2001), No tengo ruiseñores en el co, motivos, estímulos o residuos con los
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dedo (2006) y en especial El equilibrista cuales operar.
Una escritura como de Bayard Street (1998). Sin embargo, es Gracias a lo anterior, los poemas de
encubrimiento necesario matizar esta cuestión, en espe- Hu­­m­o de incendios lejanos se salvan
cial para acabar con otro equívoco que, de ser re­cuentos emocionales privados.
Jorge Solís Arenazas con más facilidad que paciencia, ve en es­ Apelan a un repertorio formal porque se
ta obra una raigambre culterana. Pues de esmeran en crear una tensión significativa

H
acia 1981, Eduardo Chirinos (Li­ la concepción de la escritura como un en lugar de suponer que es posible comu-
ma, 1960) publicó Los cuadernos proceso de construcción de personajes, o nicar la experiencia o encarnar un instante
de Horacio Morell. La recepción desdoblamiento del escritor en una multi- de manera automática. Interpelan al lec-
de este libro estuvo acompañada por al- tor, no para solicitar de él un ejercicio in-
gunas notas de desconcierto. Se llegó a OD BORONAT. SIN TÍTULO, TINTA SOBRE PAPEL, 2009. terpretativo, sino la asunción de la lectura
creer que se trataba de una edición póstu- como un reconocimiento. En otras pala-
ma que recogía el trabajo de un joven bras, la cognición asociada con la lectura
poeta suicida. En consecuencia, la aproxi- de estos poemas se presenta en los térmi-
mación a aquellos textos estuvo marcada nos de la memoria. De ahí la importancia
por la idea de que se asistía al cierre pre- de di­solver una imagen estática de autor
maturo de una apuesta literaria, cuando (del binomio autoría-autoritas) a través de
en realidad se trataba justo de lo contrario: presencias tutelares expresas (la santa de
la construcción de una primera tentativa Ávila en la sección “El libro de la vida o mis
poética. A casi tres décadas, recordar este conversaciones con Teresa de Jesús”, el
malentendido resulta fértil, pues permite poeta griego en “Teoría de la visión al pie
comprender uno de los aspectos medula- de un poema de Seferis” o la pintura
res en el trabajo de Chirinos, es decir, la L’Hor­­tensia ou Les deux soeurs en “Flores

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