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Soy hijo de docente…

Hoy estuve pensando en esto de ser hijo de docente, en realidad nunca le había prestado atención,
hace poco vi una película «Un novio para mi mujer» en la cual la protagonista dice: «Odio a la
gente que busca casualidades», bueno, a mí me encanta, me parece asombroso. Y si no, díganme
si no:
Soy hijo de docente, cuatro de mis tíos también son docentes, tres de mis amigos son hijos de
docentes, dos amigas de la secundaria estudiaron magisterio, la mejor amiga de mamá es docente,
y las «chicas» con las que se junta… adivinen, también son docentes. La palabra docente tiene el
siguiente significado: «que enseña // relativo a la enseñanza».
Dadas las circunstancias de vida rodeado de docentes y sobre todo con una madre docente, puedo
ayudarles a que realicemos el análisis de «el docente y su entorno, o el docente en familia, como
quieran».
Empecemos, el 80% de las docentes de entre 40 y 50 años fuma; de ellos, el 90% fuma Derby
Suaves, ya jubiladas cambian a Virginia´s Slims, cigarrillo que comparten con las señoras adictas
al bingo (de las cuales el 50% son maestras jubiladas). Las docentes son excelentes abuelas,
suelen decir cosas como «cuidé hijos ajenos toda la vida, a los tuyos cuídatelos vos, yo quiero
hacer yoga». Los hijos de docentes sabemos mucho del léxico docente, sabemos de «adaptación
curricular» así se denomina a la media hora en la cual tu mamá no te habla, luego de haber llegado
del colegio, no intentes hablarle una palabra… porque la contestación termina en pelea, es como
un «estado de crisis»..
Los hijos de docentes, sabemos lo que es ir a guardería desde los 45 días de vida, las maestras
son nuestras primeras y segundas madres, el 90% sabemos cocinar con: «lo que hay en la
heladera» y lo aprendimos a la fuerza, si no te hacés algo estás frito y muerto de hambre, ya que
por lo general no la ves a mamá antes de ir al colegio (a tu colegio); los hijos de docentes sabemos
hacer la tarea sin la ayuda de mamá, sabemos plancharnos la ropa, cosernos las medias y, sobre
todo, movernos solos. Para nosotros la palabra «aguinaldo» significa: «zapatillas nuevas» y una
esperanza a cualquier otro tipo de gasto «cuando cobre el aguinaldo, vemos». Los hijos de
docentes esperamos el Día del Maestro como a Papá Noel, seguro comemos chocolates y algún
que otro regalo pegamos. No quiero olvidarme de algo esencial, los hijos de docentes nunca
tenemos el cuaderno de comunicación firmado por mamá, sino por papá. Porque si querés saber
qué tipo está casado con una docente lo único que tenés que hacer es ir a la entrega de libretas de
los chicos, 30 madres y 4 padres, simple, maridos de docentes o desocupados. En los actos
escolares, reconocés un hijo de docente porque es el peor pintado, nunca me salió pintarme con el
corcho quemado, pero de esa manera aprendimos a tener madres sustitutas y pedirle a la mamá
de tu amigo que te pinte, obviamente que en la primera fila, papá (si es que no trabaja), ni hablar si
te toca hacer de Colón y a mamá le toca hacer el «Acto del Día de la Raza», el disfraz lo terminas
a las 3 de la mañana y esa semana bajas 4 kilos porque lo que menos importa en casa es: «la
comida»..
Mamá docente, no sólo da clases a la mañana sino que por lo general a la tarde corrige, planifica...
Señoras y señores, el ser docente no es un trabajo de medio día, es un trabajo de vida completa.
Releo lo que escribo y pienso que esto puede sonar como una queja, lejos de eso está, las
docentes son las mejores madres del mundo, nos enseñan la palabra «independencia», nos hablan
de arreglárnosla solos, pero cuando las necesitamos, aparte de docentes son mamás, y las
mejores que conocí, ¿cómo no van a ser las mejores? si tenemos mínimo 20 hermanos por año. Mi
mamá docente me enseñó a vivir, y cuando me preguntan ¿a qué se dedica tu mamá? Digo: es
docente, es psicóloga, es maga, es psicopedagoga, es esposa, es mi mamá (y la de un montón
más).

AUGUSTO MANZANO.

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