Professional Documents
Culture Documents
I ESCRIBIR
Escribamos
Hermanos,
todos
todo,
hoy
más
que
nunca,
escribamos.
Lo
que
punza,
lo
que
lastima,
lo
que
arde,
lo
que
prende,
lo
que
traba,
todos
todo
escribamos
hermanos.
Del
sufrimiento,
de
la
angustia,
de
la
pena,
del
miedo,
de
ese
desasosiego
que
no
te
deja
soñar
y
te
deja
todo
el
tiempo
en
el
acá,
escribamos.
En
desconfianza
con
sospecha,
con
recelo,
turbados,
anonadados,
abrumados,
fragmentémonos
en
el
espacio,
escribamos
hermanos
todo
todos.
De
lo
ya
escrito
que
será
quemado,
lo
por
escribir
que
también
será
quemado,
hoy
más
que
nunca,
escribamos.
Del
cemento
fraguando
en
nuestros
corazones
que
no
nos
deja
latir.
Del
petróleo
en
nuestra
sangre
que
no
nos
deja
fluir.
Del
oro
en
nuestros
dientes
que
no
nos
deja
tragar.
Del
racista
occidente
que
no
nos
deja
pasar,
discurso
de
falacia
tautológica,
todo
todos
hermanos.
De
la
gorrina
Pirámide,
fanática
figura
geométrica
que
incompleta
a
la
geometría.
El
triangulo
tendrá
que
entrar
por
el
aro.
Con
reconcomio,
sin
mezquindad,
escribamos
todos.
Del
hierro
hecho
bala
que
traspasa
nuestra
carne
y
se
mete
en
los
huesos,
en
el
tuétano
de
nuestras
heridas
que
ya
ni
por
nosotros
son
lamidas.
Asco
de
vida,
vida
de
ascos…
Escribamos.
De
las
imágenes
violadas
que
alimentan
los
hoyos
que
se
carcomen
la
confianza
de
nuestra
humanidad,
quieren
hacernos
creer
dioses,
estúpidos
píos,
el
ego
solo
es
una
idea,
venturosamente.
De todo.
Del
hombre
hecho
máquina
y
de
la
máquina
hecha
hombre
“a
imagen
y
semejanza
de
su
unidad
están
hechos”.
Hermanos,
mojemos
con
lágrimas
las
letras
de
sangre
de
este
azaroso
tiempo
que
en
tinta
se
tiñe,
así
olvidaremos
a
la
unidad,
nos
preservaremos
en
la
dualidad.
Salvad
al
hombre,
escribiendo.
Para
que
esas
mendigas
alegrías
se
conviertan
en
gozosos
días
de
entrega
(dad
y
recibirás),
para
que
dejemos
de
buscar
a
la
felicidad
y
al
fin
ella
nos
encuentre,
como
cuando
extrañas
y
extrañas
y
al
fin
lo
hallas
(no
olvides,
no
es
Ser
feliz,
sino
que
es
Estar
feliz).
Sonreirás
a
cada
palabra
escrita,
a
cada
herida
lamida,
aunque
solloces,
tus
lágrimas
serán
traducidas
en
este
insulso
papel,
necio
objeto
que
será
quemado,
calcinado,
incinerado
no
lo
olvides.
Hoy
escribiendo
venceremos
a
la
escritura.
Dictadura
que
nos
inflama
el
pecho
y
nos
falsifica,
tentáculo
que
sigue
cavando
ese
agujero
que
crece,
crece,
crece…
II
LEER
Y
VER
PARA
APRENDER
Hermanos
en
esta
larga
lobreguez
nos
alumbra
una
pequeña
luz
llamarada
llamada
Esperanza
que
no
se
apaga.
Aprendámoslo, aprendámoslo a-‐ prenda-‐ moslo, llamarada que no se acaba jamás.
Llamarada,
llamada
Esperanza
que
nos
guiará
en
este
aprendizaje,
para
no
perder
el
chapitel,
bitácora
de
la
memoria
de
la
tierra,
instrumento
lingüístico
y
artístico
Andino
que
nos
alumbra
en
la
oscuridad.
Leer,
leer,
leer
para
esto
está
hecho
lo
escrito
para
que
sea
leído
¿Para
qué
sino?
Aprender,
aprender,
aprender,
en
el
laberinto
de
lo
escrito
y
lo
leído
aprenderemos,
aprenderemos
que
la
memoria
son
las
palabras
que
fluyen
de
la
sangre,
que
la
memoria
está
en
los
huesos
y
se
funda
en
el
simiente,
fluidos
sagrados
que
no
se
desvanecen.
Brújula
de
la
tierra,
que
se
envilece,
palidece,
que
se
corrompe
con
sus
anhelos
y
sus
antojos.
Leer
para
ver,
leer
para
a-‐prender
que
la
memoria
está
en
la
piel,
en
el
pelo,
en
la
uñas,
en
la
savia,
sudor
de
la
tierra,
¡No!
en
el
papel,
¡No!
en
la
tinta,
¡No!
en
la
historia,
ni
anónima,
ni
examinada,
recordad,
recordad,
recordad.
III
QUEMAR
Que
se
quemen
los
libros
de
su
vergüenza
religiosa,
que
se
queme
el
Salmos
y
que
se
queme
el
Génesis
y
que
sea
su
Apocalipsis.
Por
todos,
para
todos,
quememos
la
Tora,
el
Corán
y
la
revista
Vanidades,
quemémoslo
todo,
todo
lo
leído
por
todos,
todo
lo
escrito
por
todos,
todo
lo
visto
por
todos,
todo
lo
aprendido
por
todos.
Que
las
cartas
magnas
y
las
grandes
elegías
sucumban
en
el
fuego
de
los
corazones
sulfurados,
rancias
letras
que
serán
olvidadas
por
la
verdadera
ordenanza
“el
hombre
con
la
tierra
no
sobre
ella”.
Quemad
el
cielo,
quemad
la
tierra,
quemad
el
infierno.
Hagamos
una
gigantesca
hoguera
que
llegue
a
los
limbos,
que
penetre
los
abismos
y
lo
incendie
todo,
ella
iluminará
la
negra
noche,
la
noche
negra.
Que
arda
Jerusalén,
que
Roma
arda,
que
arda
New
York,
que
Paris
arda,
que
arda
Londres,
que
Tokio
arda,
que
arda
el
Qosqo
y
que
el
fuego
devore
al
mundo
entero,
que
se
quemen
todas
las
bibliotecas
atiborradas,
que
prendan,
que
todos
los
libros
colmados
ardan,
quemad
los
compendios,
los
acuerdos,
las
epítomes,
los
sumarios,
los
prontuarios.
Que
se
queme
la
idolatría,
que
se
quemen
los
ególatras.
Fuego,
fuego,
fuego,
que
Sodoma
arda,
que
arda
Gomorra,
el
infierno
también
que
arda,
la
nueva
Babel
volverá
a
dejar
caer
sus
atalayas
y
hechas
pavesas
quedarán
en
la
retentiva
fuego,
fuego,
quemad
el
Arca,
que
nadie
se
salve,
matad
a
Moisés
y
quemad
sus
tablas,
que
una
gran
llama
devore
estos
tristísimos
días,
la
llama
come
mierda.
Tristísimos
días
donde
la
muerte
reina,
el
miedo
gobierna,
la
mierda
escribe
y
el
metal
vive,
jornadas
de
gran
Con
fu-‐Sión
donde
se
cree
que
leer
o
escribir
te
hace
menos
mierda
que
otros
mierdas.
Fuego,
fuego,
fuego,
una
gran
flama
de
letras
y
tintes
resplandecerá
esta
pesadez
profunda,
esta
noche
continua
que
no
fenece,
que
no
sucumbe.
Esferoidal
manera
de
vivir
donde
todo
lo
que
termina
comienza,
quemadlo
todo,
quemadlo.
Que
arda
la
mierda
del
amor,
que
arda
el
amor
de
mierda,
que
arda
todo
lo
escrito
por
todos,
todo
lo
leído
por
todos,
todo
lo
visto
por
todos,
todo
lo
aprendido
por
todos
Que arda
Aseguramos
que
el
gran
fuego,
el
fuego
de
las
palabras
carbonizadas
el
fuego
de
las
letras
encendidas
el
gran
fuego
hecho
de
grafías,
coloración,
quimeras
y
mentiras,
el
gran
fuego
del
amor,
de
la
mierda
y
de
las
inquietudes
nos
calentará
la
Piel
seca,
la
Carne
muerta,
el
Hueso
frio.
Los tratados sucumbirán, las cifras se doblegarán. Lo tuyo, lo mío, lo de él, agonizará
Que incinerarán
Que calcinarán
Que calentarán
E iluminarán
Iluminarán.
IV
OLVIDAR
Cuando
el
sol
asome
sus
primeros
rayos
en
el
lecho
vivo
del
niño
recién
vomitado
el
mundo
se
habrá
dado
vuelta
y
ya
nada
podrán
hacer,
el
orden
de
las
cosas
revertirá,
el
ordenador
con
los
dos
báculos
de
la
autenticidad
tornará,
el
terror
se
desvanecerá,
el
arquitecto
barajado
se
reencontrará
con
él,
y
él
lo
absolverá,
juntos
verán
la
aurora
como
hermanos,
fraternidad
del
perdón.
Los
demonios
y
los
ángeles
vegetarán
a
nuestro
lado
y
ya
no
tendremos
sospecha
de
ellos,
el
fuego
último
prenderá
nuestros
corazones,
irradiará
nuestras
mentes,
forjará
nuestras
almas.
Se
silenciará
la
pena,
nos
encontrará
la
felicidad.
Con
regocijo
y
sin
temores
de
perderla
la
adoptaremos
a
la
mañana
que
alcanzará.
El
compás
y
la
escuadra
penetrarán
en
el
consuelo
y
seremos
hermanos,
humanos,
la
gran
noche
será
evocación,
una
ligera
resaca
nos
hará
dar
cuenta
de
que
debemos
olvidar.
El
mundo
se
habrá
dado
vuelta
y
concluido
el
recorrido
habremos
olvidado.
Borrón
y
cuenta
nueva.
Perdonaremos
Perdonaremos
Olvidaremos
Olvidaremos
El
fuego
primero
del
Sol
de
la
alborada
avivará
nuestros
prendidos
corazones
(Soncco
Wawa
Soncco).
La
luminaria
de
la
memoria
anunciará
la
hora
de
Estar
y
ya
no
de
Ser,
olvidaremos,
olvidaremos,
con
la
sagrada
palabra,
fluido
santificado
que
emana
del
Munay
alimentaremos
la
memoria
de
la
madre
tierra
para
olvidar.
Los
hombres
corazón
de
niño
y
los
niños
corazón
de
hombre
soñarán
el
nuevo
mundo,
soñarán
soñarán,
soñarán…El
mundo
dado
vuelta
se
restablecerá,
se
sanará,
será
tiempo
de
curar,
tiempo
de
vivir,
el
orden
deberá
ser
estricto,
la
Fe,
fé-‐rrea,
se
conceptuará
al
valiente
por
su
cobardía,
al
cobarde
por
su
valentía.
Y dar vida
Para silenciar las penas, relegar la cuenta regresiva en el tiempo, a tiempo
Olvidaremos, olvidaremos que en un tiempo regresivo, fue y es necesario
Que escribamos
Que escribamos
Que escribamos
Todos
Todo,
Todo
Todos
Hermanos…
LLANQUIRIMACHI, 2010.