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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA RURAL

J ÓVENES
I DENTIDADES M IGRANTES,
S UBCULTURA Y P ERFORMANCE

TESIS PROFESIONAL
PARA OBTENER EL GRADO DE:
INGENIERO AGRÓNOMO
ESPECIALISTA EN SOCIOLOGÍA RURAL

PRESENTA

JOSÉ ÁNGEL SÁNCHEZ CHÁVEZ

DIRECTOR DE TESIS
DR. JESÚS SORIANO FONSECA

Chapingo, Méx., abril de 2009


^ • Z y Y • ]

… En este momento se siente, se sufre, se piensa,


se sabe, se creé, se sueña, se imagina, se
proyecta…
Se conjugan los verbos de todas las lenguas, el
sustantivo es verbo, y a su vez adjetivo; se evoca
la omnipresencia del ser (sea lo que sea) en la
atemporalidad de la interrogante… y, sin lugar
para ello: se es metáfora e imagen de la vida y la
muerte.

¿Soy joven? reivindico gustos, pasiones y prácticas; atiendo


responsabilidades, metas y compromisos. Represento creencias, principios,
preferencias, amplio criterio y prejuicios.

No sé si juventud signifique todo esto, pero sí es cierto que a veces todos


nos confundimos y lo creemos: como jóvenes somos intelectuales, íconos,
traumas, complejos, mal ejemplo, inútiles, toxicómanos, la esperanza de
muchos adultos, el reflejo de tal o cual, pero sólo el reflejo, somos la
inspiración de una generación, su venganza, su sueño, escudo, motivo de
discordia, herencia, the next generation, the lost generation; crecimos en
espacios y tiempos (reales y virtuales) que ahora son ajenos de manera
práctica, social, cultural y técnica, a veces, hasta para nosotros mismos;
ante nosotros: el destino ambiental descompuesto, la oportunidad de vivir
para el pasado, el presente o el futuro, tenemos deseo, controversia,
confusión, estrategia, igual que ustedes (adultos) iconos e instituciones.

¿Cómo nos podrían ayudar? No estamos en una posición ventajosa, a veces


ni siquiera deseada, pero es única y tendremos que aprovecharle de la
mejor manera.
Ahora creo que la razón y experiencia bajo la que siempre resguardaron sus
argumentos y su autoridad es estéril, sus consejos no pasan de ser buenas
intenciones, porque nunca imaginaron ser marginados por el avance
tecnológico y excluidos por la discapacidad que éste les genera.

La información ordena, manda y se construye a si misma, a la par nos


construye, nos construimos a partir de. ¿Quién lo pensaría? las
herramientas ahora construyen al hombre. La evolución y nuestra
naturaleza no nos preparan para esto: ahora somos vulnerables, pero como
jóvenes insistimos en ser independientes y construir nuestra vida de
acuerdo a nuestras preferencias. El sistema lo permite, pues la tecnología y
el mercado son cómplices de nuestras necesidades, por un lado desplaza
obreros y nos deja el tiempo libre para crear, para el ocio, en aras de
progresos mal logrados.

Es bastante contradictorio, pero es vigente, es real y a veces virtual. Es un


vacío sistémico-tecnológico que no tiene precedente y nos ha tocado vivirlo,
construirlo y heredarlo.

¿Cuál es la mejor manera para hacerlo? creo que no se sabe…

La revolución tecnológica ahora es independiente y se construye a sí misma


y provoca confusión entre la evolución e involución natural y social de los
seres Humanos. No somos capaces de asimilar tal cantidad de
conocimientos y técnicas, ni de organizar caracteres indescifrables e
ininterpretables de manera conjunta. Cada nodo de esta red social
omnipresente tiene su fuerza y su dirección. Aún así, como joven me siento
desahuciado y emocionado: vivo en esta incertidumbre que interpreto como
certeza. Creo que esa es mi cualidad.

Finalmente sólo puedo preguntarme: ¿cómo podemos lograr que el tiempo


siga siendo cuantificable y los lugares sigan teniendo horizontes?
cuestionando la pertinencia de la interrogante y su respuesta.

II
^ • Z y Y • ]

1 NI DE AQUÍ, NI DE ALLÁ 1

1.1 Antecedentes 2

1.2 Planteamientos 11
1.2.1 Justificación 14
1.2.2 Objetivos 17
1.2.3 Hipótesis 18

2 VIVIR LA CIUDAD VIVIENDO MIGRANTE 20

2.1 Metodología migrante 20


2.1.1 Interpretación del actor social 22

2.2 Joven: símbolo, signo e imaginario 27

2.3 Los jóvenes para este trabajo 28


2.3.1 Técnicas, tecnologías y prácticas culturales. 30
2.3.2 Juventud migrante 35
2.3.3 Valores, oportunidades y potencial 43
2.3.4 Actuar y madurar sin envejecer 44

3 JOVEN(ES) Y JUVENTUD(ES) 46

3.1 Juventud(es) y agrupaciones socioculturales 47

3.2 Significados de cantidad y constitución de grupos 50


3.3 Concepto: dentro y fuera de conceptos 52
3.3.1 La función de un atuendo propio 59

3.4 Institución, cultura y praxis 60


3.4.1 La experiencia, el conocimiento y los nuevos
contextos. 64

3.5 Identidades y distinciones 66


3.5.1 Conflicto: identificación-distinción 72
3.5.1.1 Juventud y colectividad 73
3.5.2 Contexto migratorio y reconstrucción de grupos 75
3.5.3 Consolidación de la juventud como institución 77

3.6 Performance: creación de la presencia 79


3.6.1 El performance como expresión localizada 85
3.6.2 Fase liminal, presencia y lenguaje 86

4 JOVEN: METÁFORA E IMAGINARIO 91

4.1 Migraciones 93

4.2 Identidades y lugares, imaginarios y realidades 95

4.3 Imaginarios y metáforas 100


4.3.1 El cuerpo joven como lugar simbólico 104
4.3.2 La ciudad como imaginario y lugar 105
4.3.3 Cuerpo, ciudad y juventud 109

4.4 Habitantes nómadas, identidad en tiempo real y presencia


glocal. 114

4.5 Presencia citadina de la juventud 119

5 CIUDAD Y JUVENTUD MIGRANTE 123

5.1 Migración simbólica de tribus urbanas 124

II
5.2 Corredor metropolitano de residencia y trabajo 126

5.3 Espacios laborales de interés para los migrantes 128

5.4 Contextos: territorios y tiempos 131

6 RESULTADOS 137

6.1 Generales 137


6.1.1 Jóvenes: identidades migrantes, contextos y
performance. 137
6.1.2 Concepto: juventud migrante como subcultura juvenil
voluble dicotómica 138
6.1.3 Migración y redes sociales 139
6.1.4 Consumo de símbolos 140
6.1.5 Grupo(s), subcultura y performance cotidiano 141
6.1.6 Identidades y culturas 142

6.2 Resolutivas 143

6.3 Análisis de objetivos 148

6.4 Contraste y análisis de hipótesis 149

CONCLUSIONES 154

FUENTES 157

ANEXO I

III
^ • Z y Y • ]

La presente investigación tiene como This research aims to explore the


propósito indagar en los aspectos cultural and identity of young people
culturales e identitarios de los jóvenes who migrate to Mexico City, and in the
que migran a la ciudad de México y en process alter the dress from urban
este proceso alteran el atuendo a partir stereotypes, it was necessary to an
de estereotipos urbanos; fue necesario analysis of the spaces they occupy,
un análisis de los espacios que ocupan, inhabit and the working to reach the
habitan y en los que laboran al llegar a city. It is important to note that the
la ciudad. Es importante tener en study is limited to the time and place
cuenta que el estudio se limita al of migration, but not to their
tiempo y lugar migratorio, no así a sus destinations and sociocultural
destinos y antecedentes background.
socioculturales.
The intent of this tag is not a
La intención del presente no es taxonomic classification and to respect
etiquetar y hacer una clasificación the identities and tribes, but from
taxonómica respecto a las identidades conceptualizing stereotypes and
y tribus urbanas, sino conceptualizar a dynamic contexts where category
partir de sus estereotipos, dinámicas y boundaries are not generational, or
contextos una categoría donde los economic, or social and even cultural,
límites no sean generacionales, ni but contextual, and the community the
económicos, ni sociales e incluso main point of reference, is resorted to
culturales, sino contextuales, siendo la as a multidimensional and
colectividad el principal punto de interdisciplinary approach and the
referencia; se recurre a la method of analysis is the sum of action
interdisciplina y multidimensionalidad research and self-ethnography.
como enfoque de análisis y el método
Finally it is concluded in terms of group
es la suma de la investigación-acción y
identities delocalized volatile,
la auto-etnografía.
performance as an act where the daily
Finalmente se concluye en términos de explain the nature of institutions in an
identidades volubles de grupos environment of youth trends and
deslocalizados, donde el performance patterns that are context and
como acto cotidiano explica la imagination beyond generational.
naturaleza de las instituciones
Key words: migrant youth,
juveniles, en un entorno de tendencias
imagination, metaphor, performance,
y patrones que dependen del contexto
subculture and identity.
y los imaginarios, más allá de los
límites generacionales.
Palabras clave: Juventud migrante,
imaginario, metáfora, performance,
subcultura e identidad.
Con los nervios saliéndome del cuerpo como
hilachas, como las fibras de una escoba vieja
y arrastrando en el suelo, jalando todavía el
fardo de mi alma.
Cansado todo, más que mis propias piernas,
hastiado de usar mi corazón del diario.
Estoy sobre mi cama y a estas horas esperando
el derrumbe, la inminente caída que ha de
sepultarme.
(Hay que cerrar los ojos como para dormir
y no mover ni una hoja de tu cuerpo.
Esto puede ocurrir de un momento a otro:
estarse quieto. Pañuelos de aire giran
lentamente, sombras espesas rascan las paredes,
el cielo chupa a través del techo.)
…(Sabines, 1961: 16)

2
1 NI DE AQUÍ, NI DE ALLÁ

Esta investigación trata sobre jóvenes mexicanos que migran a la


ciudad de México, en ella se analiza el espacio social de interacción
que éstos construyen, los múltiples cambios que se observan desde el
atuendo, lenguaje y costumbres, así como las nuevas prácticas y
símbolos que utilizan en su vida cotidiana, asumiendo nuevos roles.
Será necesario conocer los motivos de la migración y las condiciones
en que viven en la ciudad para identificar y caracterizar los factores
que influyen en cambios identitarios y culturales. Se conocerán los
lugares que usan como punto de reunión y encuentro, donde
principalmente trabajan, indagando sobre el significado de cada lugar
y su relación con algún cambio observable.
1 . 1 Antecedentes

Para los jóvenes, participar en este proceso migratorio implica


limitarse en comodidades y necesidades básicas o tenerlas de manera
austera. Las limitaciones se reflejan en la vivienda, la alimentación, la
ropa y dependiendo de los objetivos o prioridades de cada uno, las
necesidades respecto a la pareja sentimental, los amigos, la familia,
las personas con quienes tienen relación en la ciudad. Todo se limita
y escasea. Sólo se tienen a ellos mismos.

Se les reconoce como jóvenes que se (auto) construyen


socioculturalmente al participar en el proceso migratorio, bajo el
distintivo del lugar de origen y la forma de apropiar patrones
socioculturales de la juventud citadina. En general, cada joven es
único, con prácticas y símbolos que se desprenden de un universo
social bajo el que constituyen identidades, a la par de las que se han
construido históricamente. Son jóvenes en la posmodernidad, en la
era global, en tiempos del nomadismo obligado, posterior a la
liberación juvenil y a la libertad de expresión que no les es suficiente
y a veces no les representa ventajas ni oportunidades.

La migración a la ciudad de México ha sido una constante; el cambio


relevante es que en la actualidad existen atractivos que antaño eran
de menor importancia o su influencia era menos contrastante, para
que se considerara a la capital del país como destino migratorio. Los
motivos ya no sólo son económicos; actualmente, lo sociocultural
toma importancia y se expresa en los mensajes y mercancías que
promueven la industria cultural y los estilos de vida en la urbe. Esto
mismo ha creado y formado prácticas con significados que se
expresan a manera de ritos y retos en las poblaciones jóvenes del
interior del país que migran nacional e internacionalmente.

En este sentido, los hábitos y estilos de vida citadinos se reflejan en

2
el cambio de atuendo y los nuevos gustos musicales y de diversión de
los jóvenes migrantes; quienes se identifican con estereotipos
citadinos o de personas de su comunidad que han estado en ella y
han asumido cambios notables.

La apropiación y resignificación de estos estilos de vida urbanos, en la


práctica dan forma a un colectivo, grupo y tendencia que es novedosa
dentro de las identidades juveniles; en lo general, no sólo en lo
urbano o rural del joven como sujeto-actor sociocultural.

Todo lo anterior se observa en los espacios laborales, plazas públicas,


centrales camioneras que, además de que fungen como puntos de
referencia y reunión, en palabras de Gama (2002): son tomados
como pasarela.

Económica y socialmente, el proceso migratorio se caracteriza por la


precariedad y marginalidad de las condiciones en las que se
desarrolla. Debido a su estancia temporalmente indefinida, los
migrantes llegan a carecer de un barrio, de un territorio y de una
comunidad con la cual identificarse y/o consolidarse social y
culturalmente. No obstante, la ciudad y sus lugares cobran significado
a partir de que les permiten expresarse, reivindicar gustos, satisfacer
necesidades y oportunidades de conocer lo que en su comunidad de
origen no les sería posible, económica y socioculturalmente.

La vivienda suele ser en ocasiones el mismo espacio laboral que


ocupan los migrantes que, por supuesto, es cambiante e indefinido,
independientemente de sus necesidades y aspiraciones1. Esta
carencia de un barrio, como factor que interviene en la constitución
de identidades, provoca el que los migrantes no sean ni de aquí ni de
allá.

1
La vivienda es el mismo espacio laboral, para el caso de las construcciones, son residencias
temporales que duran lo que tarda en concluirse la obra arquitectonica.

3
La identificación con un territorio depende de la carga simbólica que
represente para cada colectividad; así es que, los espacios públicos y
lugares o no-lugares de la urbe a la que llegan se han constituido por
el mismo proceso migratorio a lo largo de las décadas y se reconocen
por su importancia nacional, histórica, y la función durante los viajes,
referencia de comercio, reunión y recreación.

Antes de tratar de conocer la identidad y aspectos culturales de los


jóvenes que migran a la ciudad, es necesario reconocer el estigma de
ruralidad con el que conviven –mismo que les devalúa y/o fortalece
frente al otro; igualmente, hay que conocer sus necesidades,
peculiaridades y formas distintas de apreciar cada aspecto de la vida
citadina, así como las condiciones generacionales que comparten con
los jóvenes urbanos. En una palabra, el contexto: espaciotemporal y
sociocultural.

Como ya se mencionó, el lugar de origen es una carga simbólica en


forma de estigma que se utiliza entre migrantes, con lo que de
manera adelantada podemos afirmar que, dejando de lado su pasado,
encuentran la reafirmación a partir de prácticas colectivas,
identidades y nuevas formas de pertenecer en la ciudad. A pesar de,
para el mercado, sus medios y mensajes los jóvenes migrantes
siguen siendo consumidores en potencia.

Para lograr enriquecer el estudio de lo cultural e identitario en los


jóvenes migrantes, es necesario conocer las condiciones laborales, las
relaciones e imaginarios sociales que han formado alrededor y dentro
del espacio urbano como punto de llegada.

Con estos antecedentes, delimito tres ejes indispensables para


desarrollar esta investigación, a saber: 1) la juventud que migra a la
ciudad en donde cambios culturales y sociales a partir de nuevas
prácticas; 2) la ciudad como espacio social del que se apropian los

4
migrantes a partir de los distintos estilos de vida y costumbres que
en ella se desarrollan y, 3) la conformación de grupos, los cambios
identitarios y culturales relacionados con los jóvenes del medio
(urbanos y no), sus estereotipos, imaginarios y similitudes.

La obtención de información se basó en el método de observación


participante, investigación acción y autoetnografía2, lo que permitió
convivir y trabajar (interactuar) con migrantes y no-migrantes en una
obra de construcción en la ciudad de México, en la que había jóvenes
de estados como Veracruz, Chiapas, Puebla, Oaxaca y México. Este
espacio permitió observar el lugar donde pasan la mayor parte del
tiempo durante el proceso migratorio; a la vez, descubre las
características de interacción en la rutina laboral que tiene
condiciones propias y les facilita el contacto directo con los habitantes
de la ciudad.

Trabajar en una obra, en el oficio3 que sea, implica nuevas relaciones


sociales durante gran parte del día; además, si se vive en la
construcción, se logra un espacio social con múltiples funciones y
cada una con características alteradas a las que se podrían
desarrollar en un espacio tradicional dentro de la urbe, pues el barrio,
la calle, los servicios, la escuela y la chamba en una sola jornada se
funden y son parte de un mismo contexto, una rutina y la
cotidianidad migratoria aislado de urbanidad y ruralidad.

2
La observación y participación implicó trabajar cinco meses en una obra de la zona de
Santa Fe, Cuajimalpa, Ciudad de México, como tablaroquero, pintor y pastero. Además se
realizaron tres entrevistas abiertas a tres jóvenes que provenían de Veracruz.

Por otra parte el interactuar dentro y fuera de la obra, desde la tienda y puestos de comida,
hasta salir a la ciudad y andar con ellos: cantinas, billares y bares en Tacubaya y Garibaldi
los fines de semana. De manera independiente se visitaron lugares como la villita, la
Alameda central, el Zócalo capitalino, Chapultepec, las centrales camioneras del la ciudad,
con el único objetivo de encuentros espontáneos ipso facto - mera observación finalmente.

3
Los distintos oficios y empleos que se encuentran en una obra y en los que pueden trabajar
los jóvenes migrantes son: trazador, albañil, fierrero, carpintero, yesero, marmolero,
tablaroquero, pastero, pintor, impermebilizador, electricista, plomero, ductero, aluminiero,
herrero, limpieza, malacatero, maniobrista y los de pieza fina.

5
La importancia de una obra en construcción como primera
oportunidad laboral y de vivienda para los jóvenes migrantes, radica
en que dentro de ella encuentran las condiciones para interactuar con
habitantes de la urbe a partir de que forman parte de una comunidad
alterada e improvisada que funge las veces de una escuela, una
tienda abastecedora, un comedor individual o colectivo, cocina (estos
pueden estar dentro de un mismo local), dormitorios, cancha de
fútbol (terreno llano y sin mayor estructura que las porterías que
soldaron los mismos herreros de la construcción), sanitarios, talleres
y bodegas. En este sentido, este lugar como espacio social representa
la principal fuente de información y es donde se comienzan a
agrupar-organizar los jóvenes para salir a conocer la ciudad,
apropiarla y construirla según sus costumbres y lo que les platican los
compañeros de trabajo (imaginarios, leyendas urbanas, mitos y
resignificaciones).

En este complejo de establecimientos entre la formalidad e


informalidad institucional y social, se arma un esquema de relaciones
sociales que da cabida a imaginar una comunidad efímera en tiempo
y espacio ya que conforme evoluciona la obra, las instalaciones que
anteriormente se enlistaron, se van reubicando, pues el espacio que
ocupan ahora es demandado por la planeación y arquitectura del
proyecto. Igualmente, el personal que trabaja en la obra resulta
inestable ya que, por ejemplo; en el caso de los maniobristas y sus
ayudantes (por lo regular, jóvenes entre 15 y 25 años) sólo están en
las obras durante semanas, a veces meses; pero, su estancia es
limitada y transitan de obra en obra; así es como llegan a conectarse
con otros grupos de migrantes, igualmente puede entrar y salir de la
obra por otra oportunidad, porque no les gustó el trabajo, etc. Son de
alta movilidad, y por múltiples factores.

6
Una comunidad se dibuja y desdibuja en este instante: el inicio y el
fin del proyecto arquitectónico, las temporadas agrícolas, festividades
en las comunidades de origen, el encanto y desencanto de los
migrantes, accidentes dentro del espacio laboral, la ciudad y las
personas con quienes se trabaja4. Dentro de la formalidad no se
consolidan formas de unión, compromiso y organización; pero en el
plano de la experiencia, sociabilidad e identificación cotidiana, los
contactos y consejos son la clave para entrar y salir de un círculo,
trabajo, grupo y oficio, dependiendo de las necesidades,
oportunidades y condiciones que se presenten a los jóvenes
migrantes y trabajadores en general.

En este ámbito, nos encontramos con la compresión de dinámicas


sociales de la urbe en el espacio laboral. No todas las construcciones
permiten esto; pero, en general las condiciones-dinámicas son las
mismas. La mayoría de los migrantes jóvenes y adultos no cuenta
con escolaridad elemental; por lo cual varios de ellos se observa que
no sólo están interesados en migrar a México por el dinero, sino
también para estudiar durante el proceso migratorio.

Dentro del la obra, y a veces fuera de ella, distinguir a partir de los


atuendos a los jóvenes migrantes de los no, se dificulta. Pero, en los
rasgos físicos, el acento al hablar y la forma de dirigirse hacia las
personas se puede tener un buen indicio, aunque algunos son hijos
de padres migrantes de décadas atrás. Sólo una relación (donde ellos
te ubiquen como trabajador de la obra) que represente confianza, o
simplemente la inserción y participación en estos espacios comunes
permite que el estigma y tabú de origen se aminore y se comparta
sin prejuicios el origen, las experiencias y particularidades
personales, y lo que aquí interesa, la forma de asimilar los nuevos

4
Véase texto Seis de enero en el Anexo.

7
factores sociales y culturales que encuentran en la urbe durante el
proceso migratorio.

Parto de la idea de que los jóvenes que trabajan en este contexto, se


incluyen en una dinámica reconstructiva de relaciones sociales, ya
que sus compañeros de trabajo, el personal que los dirige, las
personas con las que se relacionan para satisfacer sus necesidades
básicas en la ciudad y en la zona metropolitana, manejan un código
de comunicación básicamente nuevo que al inicio les marca una
posición de exclusión, pero al que finalmente se insertan y que
posteriormente contribuyen a su continuación y perpetua
transformación.

Las expresiones culturales propias de los lugares de donde migran


permanecen manifiestas, creando relaciones sociales a partir de
costumbres propias de su lugar de origen, dentro de una lógica de
prioridades y sensibilidades que se ponen en juego y que dependen
de factores como las nuevas compañías, necesidades y de la
importancia que tengan las tradiciones para los jóvenes migrantes.
Con lo anterior, se observan formas de interacción que representan
los principales factores de los cambios culturales visibles en el
atuendo y expresión.

A partir de que adoptan los modos de vivir la ciudad, ahora (ellos)


construyen los espacios públicos y condiciones sociales para su
expresión y prácticas. Tomemos la plaza comercial de Pino Suárez
como ejemplo inicial, que ya se convirtió en el escenario de las
reuniones y lugar de cohesión de grupos de jóvenes migrantes,
principalmente del centro y sur del país. Esta plaza comercial funge
como punto de reunión, en el que se establecen y forman grupos que
mezclan estéticamente accesorios identitarios de jóvenes de la
ciudad.

8
Si bien, no todos se conocen (en este aspecto se da la homogeneidad
de grupos y subgrupos), comparten un contexto en el proceso
migratorio, lo que permite que se cohesionen como grupo, sin más
implicaciones identitarias y/culturales.

No son originarios de la ciudad, pero para conformarse como grupo


crean y delimitan un espacio para su reproducción social en el
contexto urbano, matizando factores y caracteres que les permiten
identificarse, agruparse y manifestarse en colectividad.

La migración (condición económica, social, laboral y cultural)


establece un conjunto de denominadores comunes en los integrantes
de los grupos que se encuentran en las plazas públicas, centrales
camioneras, etc. La ciudad alberga varios de estos espacios en los
que se construyen identidades, grupos y referencias de y para los
jóvenes migrantes; aun así se mantienen al margen, en el anonimato
conceptual y subyacen en la informalidad económica con todo y que
son pieza fundamental del desarrollo citadino y de sus expresiones de
multiculturalidad.

En el proceso de adaptación, toman los simbólicos para re-crear un


espacio social propio, imitando características peculiares de la cultura
e identidad de los jóvenes que ven en la ciudad e incluso de los que
tenían una idea; a su vez, mezclan formas de comunicación y de
diálogo propio de sus lugares de origen en el contexto urbano.

Estéticamente y en el atuendo, para los jóvenes citadinos, el aspecto


de los migrantes refleja un collage o mezcla desordenada de símbolos
de diversos grupos culturales urbanos, lo que genera confusión para
referirlos, tipificarlos y catalogarlos de acuerdos a los términos y
parámetros subculturales de sus discursos, colectivos, tribus y
grupos; para los migrantes jóvenes es una forma de originalidad para
con el grupo y de creación de su presencia a partir de que de esto se

9
valen para construir un atuendo distintivo por medio de lo que serán
avalados y sancionados, logrando con ello un lugar y un espacio para
compartir en lo colectivo, lo que retomaré como identificación-
distinción y performance, antes que identidad y cultura o moda,
estereotipo, subcultura, género y colectivo.

Siendo el performance, en los migrantes jóvenes, un acto


constructor-creador de presencias efímeras que toma al cuerpo como
medio-objeto a través del collage, la hibridación etnocultural,
urbanorural en la reivindicación del joven guerrero que reconquista
los territorios del Aztlán que sus abuelos descubrieron a su llegada en
trenes y camiones; y que a partir de estereotipos mediatizados de las
contracultura sub-urbana niegan su pasado para sobrevivir el
presente y, delante de ellos renovar su futuro que como único destino
nunca les abandono y les permite apropiar el proceso migratorio
como ritual de paso. Son en tanto: vestigio prehispánico, tendencia
deslocalizada, futuro neoétnico y juventud reivindicada.

La originalidad y autenticidad se encuentra a través de la novedad de


las mercancías culturales y simbólicas o signos de identidad por
medio de un atuendo diferente, así mismo con las nuevas prácticas y
estilos de vida que adoptan en cada visita a la ciudad.

10
1 . 2 Planteamientos

Para centrar los elementos básicos de la investigación se plantearon


algunas preguntas referidas a los cambios en la cultura y la
reconstrucción de las identidades de los jóvenes que migran a la
ciudad de México y zona metropolitana. Por otro lado, se ponen en
cuestión las características que los relacionan y cohesionan como
grupo (de jóvenes migrantes y no) para manifestarse en espacio
urbano. Las preguntas son las siguientes:

¿Cuáles son los cambios que experimentan la identidad y la


cultura de los jóvenes migrantes que ocupan espacios públicos
de la ciudad de México?

Y de manera particular:

¿Qué elementos culturales y sociales en la ciudad de México


contribuyen a la transformación y reconstrucción de la identidad
y cultura de los jóvenes migrantes en el contexto urbano?

¿Qué aspectos sociales y culturales cohesionan y caracterizan


los grupos de jóvenes migrantes que se observan en los
espacios públicos de la ciudad de México?

¿Qué representan para los jóvenes migrantes las prácticas y


mercancías simbólicas de la juventud urbana?

Los cambios se buscarán en ámbitos como el de los valores,


actitudes, hábitos, formas de vida, observando su manifestación
externa por medio del lenguaje, atuendo y las formas de dirigirse
dentro y fuera de los grupos que forman y con los que interactúan en
el espacio laboral y, en general, en el contexto urbano.

11
Para lograr concordancia entre el concepto de juventud (de manera
general) y juventud rural, juventud migrante y sus referentes
identitarios y culturales, descartaré la categoría de edad, el lugar de
origen y la etnia de adscripción, pues considero que es lo importante
a rescatar en el encuentro con jóvenes, será su inclusión-
participación en los grupos y espacio social que ocupan de manera
simbólica y referencial en la ciudad. Otro criterio importante es el que
se refiere a que expresen un estereotipo con símbolos y prácticas de
grupos urbanos, independientemente de cual sea su ocupación o
situación en la ciudad o el tiempo que pasan en ella.

En otras palabras, el concepto que propondré estará referido a la


praxis y roles grupales que se construyen socioculturalmente fuera de
las instituciones adultas y las metas migratorias tradicionales, donde
el tiempo y la moratoria social que comparten son resignificados por
el grupo que reivindica un estadio generacional a partir de ritos y
retos donde no importa la edad o madurez, sino simplemente la
oportunidad y capacidad de poder intentar y/o lograr los objetivos
para encontrar una posición en lo colectivo.

Se describen principalmente prácticas masculinas, ya que el campo


de estudio alrededor de la migración femenina ocupa espacios
particulares relacionados con roles de la cultura e identidad
provinciana. Ambos sexos presentan especificidades en lo que se
refiere al cambio de atuendo, estereotipos de interés y solamente se
harán anotaciones puntuales en aspectos generales como los lugares
donde laboran, las oportunidades y, en dado caso, como se les
equipara, pues en las obras arquitectónicas hombres y mujeres
revuelven la mezcla, cargan tabique y cobran por igual.

Considero oportuno, como punto de partida, el poema Con la flor del


domingo, de Jaime Sabines, para ilustrar el rol de la mujer en la
migración histórica a la ciudad de México.

12
Con la flor del domingo ensartada en el pelo, // pasean en la alameda
antigua.// La ropa limpia, el baño reciente, // peinadas y planchadas,
// caminan, por entre los niños y los globos, // y charlan y hacen
amistades, // y hasta escuchan la música que en el quiosco de la
Alameda de Santa María// reúne a los sobrevivientes de la semana.

Las gatitas, las criadas, las muchachas de la servidumbre


contemporánea,// se conforman con esto.// En tanto llegan a la
prostitución,// o regresan al seno de la familia miserable,// ellas
tienen el descanso del domingo,// la posibilidad de un noviazgo, la
ocasión del sueño.// Bastan dos o tres horas de este paseo en
blanco// para olvidar las fatigas,// y para enfrentarse risueñamente a
la amenaza de los platos sucios,// de la ropa pendiente y de los
mandados que no acaban.

Al lado de los viejos, que andan en busca de su memoria, // y de las


señoras pensando en el próximo embarazo, // ellas disfrutan su
libertad provisional// y poseen el mundo, orgullosas de sus zapatos,
de su vestido bonito, y de su cabellera que brilla más que otras
veces. //

(¡Danos, Señor, la fe en el domingo, // la confianza en las grasas


para el pelo, // y la limpieza de alma necesaria// para mirar con
alegría los días que vienen!)

En una obra de construcción con tantas magnitudes y con estas


manifestaciones de informalidad, no importan la etnia, el lugar de
origen, la edad, el sexo o la religión. Se está bajo una misma regla
que mide a todos por igual. Desde los 13-14 años hasta los 60 y más,
la distinción está en las capacidades y habilidades, si se domina un
oficio u otro.

La adscripción a alguna etnia implica que los cambios observados en


los jóvenes, en valores o su manifestación, tendrán que contrastarse
con los correspondientes a la condición étnica que adscriben y si es
que la reivindican, mezclan o como la tratan para relacionarse con su
nuevo contexto social.

13
1.2.1 JUSTIFICACIÓN

Al existir…

…un silencio muy fuerte con respecto a la exclusión de las temáticas acerca
de la juventud rural, migrante e indígena de este país… [Que] establecen
una suerte de vínculos y redes grupales como característica de movimientos
sociales (Nateras, 2001: 439)

…es necesario indagar en su expresión que ahora se mueve por otras


vertientes de sociabilidad y manifestaciones tanto comerciales como
culturales. No es la magnitud de jóvenes que se observa en la ciudad,
es su atuendo con un sin fin de posibilidades de expresión y creación
en tanto que la ciudad se les presenta como un espacio del cual
pueden apropiarse y el mercado les presta los medios para su
reconstrucción sociocultural.

La migración de grupos de jóvenes, que no sólo tiene origen en las


zonas rurales, sino también semiurbanas o industrializadas, mantiene
características propias que se reflejan en las redes sociales y grupos
que se han formado para viajar a la ciudad.

Hay que hacer referencia a que en ocasiones los jóvenes migrantes


provienen de zonas donde no faltan las oportunidades laborales y
económicas, pero la ciudad de México, la capital presenta y
representa más que una oportunidad económica, educativa y como
proyecto de vida, un estereotipo atractivo y lúdico, con estilos de vida
distintos sobre lo que conocen y han vivido en su lugar de origen, lo
anterior principalmente en los jóvenes que lo han tomado como
oportunidad, reto y ritual de paso para consolidar grupos y
comunidades reivindicando con ello su juventud dentro de su
territorio.

Estas expresiones y los cambios que el fenómeno de la migración


genera han sido poco estudiados, especialmente en lo que se refiere

14
a los aspectos culturales e identitarios; poco se habla de cómo los
grupos migrantes expresan bastantes especificidades en el espacio
urbano y en el tema de juventud. Se pretende destacar la naturaleza
de los cambios y si éstos son protagonistas conscientes o no, si son
dirigidos o de qué manera ocurren, ya que la transformación resulta
evidente en los atuendos, en los hábitos y formaciones identitarias.
Además, esta investigación está estrictamente limitada a la situación
de presencia y desarrollo en el contexto urbano, deja de lado las
consecuencias en su lugar de origen. Se limita al proceso de habitar
la ciudad; en palabras llanas: desde que descienden del autobús
hasta que lo vuelven a abordar para salir de la ciudad.

El incursionar en estos temas a partir del estudio de un sector, en


tanto juventud como grupo generacional con intereses y motivaciones
propias, da cabida a que se comprenda de una mejor manera el
cambio del que están siendo objeto, las peculiaridades de los grupos
que conforman y las transformaciones en su identidad y cultura.

Paralelo a conocer las tendencias de los cambios culturales, es


necesario hacer lo mismo con las motivaciones del movimiento
migratorio, que considero como un desplazamiento permanente y sin
certeza de los lugares donde se desarrollará, con lo que dificulta la
consolidación de algún concepto único para categorizarlo, en esto
mismo, radica su trascendencia.

La inconsistencia cultural que se muestra en los procesos migratorios


de los jóvenes en la ciudad actualmente es la misma con que se
encuentran los grupos juveniles de cualquier colectivo en la ciudad.
Las fronteras subculturales, de tribus, corrientes, modas y
estereotipos se están diluyendo en su mismo dinamismo. La misma
densidad poblacional impide que los espacios sean auténticos,
exclusivos y culturalmente transgredidos, rebasados, por citar un par
de ejemplos en los conciertos masivos (de cualquier tipo de artista) y

15
la pista de hielo pública de la ciudad de México se juntan punks,
movimientos demócratas, igual que monjas, vampiros, policías,
enamorad@s, barras futboleras, títeres, papalotes y toda una fauna
urbana que evoca mestizaje, idiosincrasia y multiculturalidad. Los
distintos estereotipos del ciudadano mexicano se multiplican y no son
más que mexicanos, para evitar mayores discrepancias. Igualmente,
los chavos migrantes retoman toda esta gama de artilugios,
estereotipos, etiquetas y escogen de entre todas una misma para
ellos, que es la suma de bastantes y con ella solo buscan crear y
construir su presencia. Y es esta la que se trata de conocer, estudiar
y, de alguna manera, reivindicar.

De manera colateral, queda el esbozar los cambios que suceden a


partir de la reintegración o semi-integración de los jóvenes a su lugar
de origen, o preguntarnos cuáles son sus destinos posibles a partir de
que habitan la ciudad. Esto tiene varias vertientes, partiendo de la
primera vez que se migra, la segunda y subsecuentes, que resultarán
en cambios y procesos distintos, ya que a pesar de que se sabe y
conoce el destino, las formas de conducirse, los sitios de trabajo,
condiciones y oportunidades, debido a la informalidad en la que se
desarrollan, son distintas en cada ocasión e inciertas en cada
temporada.

Con el fin de responder a las preguntas planteadas, se consideraron


como puntos centrales de los objetivos de investigación: la identidad
y la cultura en transformación y reconstrucción de jóvenes migrantes
que toman los atuendos distintivos de grupos juveniles citadinos, a
partir de tres momentos: 1)el proceso migratorio y la instalación de
los jóvenes en la ciudad, relativo a 2) la ocupación y ocupación de
lugares simbólicos por medio de 3) dinámicas sociales propias de
espacios rurales y del contexto donde expresan sus atuendos, modos
de identificación y representación grupal.

16
1.2.2 OBJETIVOS

Los conceptos centrales para responder a las preguntas son:


juventud migrante, imaginario, identidad, subcultura y performance.

Por lo que será necesario cumplir en la medida de lo posible los


siguientes objetivos:

Conocer a la juventud migrante como constructo cultural y


conceptual, sus manifestaciones y expresiones que se mezclan
con las de su lugar de origen durante el proceso migratorio y
los momentos en que habitan la ciudad de México.

Y para lograrlo fue necesario de manera particular:

Conocer cuáles son los elementos culturales y sociales que se


expresan desde la ciudad y que intervienen en la reconstrucción
de la identidad y cultura de los jóvenes migrantes para
comprender sus formas de manifestación, adopción y
adaptación en los espacios públicos de la ciudad de México.

Analizar las causas de este cambio para comprender los


motivos que les permiten cohesionarse como grupo en la
ciudad, con sellos y particularidades que los distinguen de los
jóvenes de la urbe.

17
1.2.3 HIPÓTESIS

De lo anterior, se obtienen las siguientes hipótesis sobre el cambio


identitario observado en el atuendo, los gustos y preferencias que se
relacionan con mercancías simbólicas y de entretenimiento a los que
tienen acceso; finalmente, las características de identificación
internas y entre grupos.

Así es como se plantearon las siguientes hipótesis:

Los principales cambios identitarios de jóvenes migrantes en la


ciudad se relacionan con el consumo de símbolos y estereotipos
de la juventud urbanizada y por la resignificación de los mismos
en lo colectivo e individual.

Derivada de la anterior:

Inicialmente, los signos y símbolos que toman de la ciudad, les


atraen por ser simplemente novedosos. Los conocen por las
personas con las que se relacionan y la industria cultural
nacional.

Para la inclusión o constitución grupal, el atuendo no es


prioritario, pero se le atribuyen características de originalidad y
una forma de distinción respecto a los demás integrantes del
grupo; esta diferencia no es excluyente para los que no lo
hacen así, pero es parte del performance colectivo que altera la
actitud dentro y fuera de los grupos a partir de la importancia
que se le da.

18
Discutir es solo eso, ya no es necesario repetirlo,
ya no es más que mero proceso de
convencimiento, reflejo del egoísmo o
ignorancia, pero no me interesa convencer a
nadie de lo que creo, las cosas ya están y le
pueden parecer bien y mal a la misma persona,
y no por que lo sepa será necesario (ni por ella ni
por otro) cambiarlo. Estamos en un tiempo en
que lo verdadero y lo falso son cómplices, solo es
cuestión de elegir y dejar de juzgar.

^•Z•Y•]

Todo esto hace un cóctel que explota en la


juventud. (Moffat, 2008)

19
2 VIVIR LA CIUDAD VIVIENDO MIGRANTE

2 . 1 Metodología migrante

Es necesario en este momento elegir una metodología que permita


explorar el universo que se reproduce en la vida de los jóvenes que
migran a la ciudad; éste puede conocerse y habitarse pero es
necesario permitirnos entrar en el círculo social de las juventudes
migrantes. No se tiene la misma sensibilidad y los mismos criterios
que ellos tienen para entender los significados y las formas de
representar una/su realidad. Pero, compartir las experiencias
permitirá entender los motivos y sentidos que los mueven como
grupo, en lo colectivo e individual.

20
Me parece oportuno caracterizar como novedosos los contextos que
habitan, ya que la multiplicidad de condiciones, estereotipos, modos y
medios de la realidad urbana que les toca vivir son desconocidos,
prometedores, lejanos y, próximamente, el fin de semana con un
poco de esfuerzo: encantadores, necesarios y un medio para estar y
ser más que una sombra en el asfalto.

La característica fundamental de la juventud rural migrante


(reconociéndolo desde la perspectiva del joven como manifestación
sociocultural) o migración interna de jóvenes a la ciudad de México
(como territorio con importancia social, económica y cultural), radica
en un cambio originado en estereotipos e identidades de grupos ya
consolidados con una resultante que se debe abordar desde una
perspectiva antroposociológica por las connotaciones culturales y
sociales que implica.

Hay que dejar claro que el concepto central de la investigación es la


juventud, el joven del interior del país como actor social y
construcción cultural que llega a la ciudad por medio de un proceso
migratorio con distintas metas, con el distintivo de la ruralidad como
origen de prácticas y costumbres que se transforman a través del
mismo proceso, de ida y vuelta, de aquí para allá; en este análisis, el
territorio-espacio toma importancia a partir de que es otro, a partir
de que el lugar como factor para construir identidades es diferente al
conocido y con ello se dan cambios socioculturales que constituyen
parte fundamental del concepto juventud rural y/o migrante, distinto
del concepto general de joven(es) y juventud(es).

La categoría temporal que caracteriza a los jóvenes migrantes (como


concepto-actor-sujeto) se asocia con los periodos en que habitan la
ciudad, ya que están referidos a procesos calendarizados que en su
lugar de origen se acostumbran, y con el tipo de expresiones o
necesidades de la urbe. Ambas, igualmente relacionadas

21
directamente con el proceso migratorio

La naturaleza del fenómeno se analiza a partir del concepto de


espacio público como escenario-lugar de las prácticas simbólicas de
los jóvenes migrantes; por otro lado, el concepto de migración se
utiliza para explorar la movilidad de los jóvenes y los grupos que
forman en la ciudad y para partir hacia el concepto de cambio
sociocultural e identidad en los estereotipos grupales que construyen.

Se necesita para completar el análisis, la categoría de cambio cultural


e identidad, referida a la multiculturalidad de la ciudad y las
dinámicas de interacción de distintas subculturas dentro del espacio
laboral en el que se insertan los grupos de jóvenes que llegan a la
ciudad y en los lugares que ocupan los fines de semana.

Para apoyar el análisis de la cuestión territorial, la ciudad es aquí


abordada teóricamente desde la perspectiva de Marc Augé (2001) y
Vergara (2005) con referencia a los espacios urbanos, los no-lugares
y lugares, su construcción y relación con la identidad individual y
grupal.

2.1.1 INTERPRETACIÓN DEL ACTOR SOCIAL

Una de las mejores maneras para lograr información coherente y que


sea nítida con respecto a las expresiones socioculturales de los
jóvenes que migran, es que debemos asumirnos como jóvenes dentro
del trabajo de campo que es al mismo tiempo acción social y cambio
cultural propio. Con esto, debemos encontrar nuestro mismo sentido
sociocultural dentro de los espacios y tiempos sociales que
pretendemos conocer. Una revisión y honestidad crítica de nosotros
mismos como posibles actores de lo que estudiamos. Esto, con la
intención de ser abordados por la realidad y a la vez abordarla para
construirla y vivirla en los términos que delimita. Es necesario poner
en tela de juicio los prejuicios, el mismo imaginario académico, y las

22
tendencias que éste encuentra dentro de los actores sociales que
hemos elegido como fuentes de información. El filtro y espectro de
interpretación nos pertenece; por lo tanto, será necesario y coherente
de nuestra parte dedicarle atención y tiempo completo para lograr, a
su vez, ser objeto-sujeto de estudio: poniendo en práctica el método
autoetnográfico.

A partir de la investigación acción y la autoetnografía, es necesario


tener presente la autoexploración para reconocer la transformación
de los modos de ver y platicar durante el trabajo de campo, en las
charlas, saludos, gestos, chiflidos y cooperachas5 para comer, beber,
cascarear,6 reír y vivir con los chavos de la obra.

Durante la investigación de campo se interactúo de manera directa a


partir del espacio laboral, en palabra llanas: me puse en los zapatos
de estos jóvenes migrantes, al menos en lo laboral y en algunas
actividades lúdico-recreativas, para romper la línea que separa al
investigador del investigado, con la intención de ser parte del círculo
social del sujeto-actor sociocultural. Así me permití cuestionar la
propia investigación; bajo la premisa de que ser lo que se va a
investigar.

Al ser uno mismo el objeto de conocimiento, será más fácil reconocer


en el otro y en uno mismo, los códigos, lenguajes y prácticas que los
distinguen como grupo o subcultura. Las dinámicas dentro de las que
participaré, o a las que me expondré, corresponden a las que en el
proceso migratorio se ubican como búsqueda del trabajo,
reconocimiento del espacio laboral, consolidación, reconocimiento de
5
cooperación, recaudación monetaria para comprar algún bien, también conocida como vaca
o en su diminutivo, vaquita, y se usa: hay que armar una vaquita, ¿no?, arma la cooperacha,
¡cáiganle con la vaca!, etc.

6
Se origina de la palabra cáscara que se usa para nombrar al juego de futbol improvisado,
ya sea en el asfalto, o en un terreno llano donde los suéteres, playeras, mochilas, piedras
grandes etc, acomodadas a una distancia negociable entre los equipos juegan las veces de
postes de las porterías.

23
los espacios urbanos, uso y destinación de los ingresos para el
esparcimiento. Y en el espacio en que se labora, interacción y
construcción de relaciones con los elementos sociales que no he
logrado identificar y con los que he podido interactuar por motivos
laborales o, al menos, por un ordinario saludo; compartir la cancha
en las retas7 durante el descanso, compartir el encendeprende, la
laira, el fuego, la lumbre, los encederillos, el cricked8 para prender un
cigarro, sea de lo que sea.

Ante esto, creo que no es necesario forzar el acercamiento y


comunicación a niveles de confianza tan adentrados, o con una
entrevista a profundidad, simplemente con lograr estar presente
dentro de el discurso e imaginario cotidiano de los jóvenes migrantes,
es suficiente para lograr entablar una comunicación que, al menos, sí
no es directa, si marcará las pautas para entender sus formas e
intereses grupales.

A partir de estos resultados, se crean enunciados que recogen


afirmaciones existentes y referidas a situaciones específicas que las
fundamentarán; mas las conclusiones hablarían de un proceso en
movimiento, como lo es el migratorio, alrededor de tendencias
dinámicas y formas de relación social y cambio cultural específicos.
Esta conclusión es el contraste de la interacción de los actores en un
contexto preexistente en el imaginario social.

De esta manera, mencionaré que la situación que se estudia está


ligada a un contexto social y cultural dinámico en el que convergen
distintos factores, que son los que influyen en los migrantes jóvenes,
como la ciudad, los medios de comunicación y consumo, la identidad,

7
Inflexión del verbo retar, que se refiere a una serie de juegos entre contrincantes con
iguales condiciones para apostar o tan solo aprovechar los ratos de esparcimiento u ocio, se
usa en para el futbol callejero, llanero, rápido, la rayuela y otros juegos grupales.

8
Distintos nombres para el encendedor y los cerillos.

24
la cultura y los objetos de estudio mismo, dentro del proceso
migratorio.

La estructura del análisis es la siguiente: se parte del conocimiento y


experiencias de campo en la situación, para dibujar las formas de
relación social de la juventud rural migrante en su espacio laboral
cotidiano, con la intención de reconocer e interpretar de manera
teórica, en la mejor medida de lo posible, el contexto bajo el que se
desarrolla este proceso migratorio y lo que se presenta y representa
en la adaptación cultural e identitaria.

Así es que partiendo de esta imagen generada por el trabajo de


campo y la información documental, se propone un concepto de joven
rural a partir de las discusiones más oportunas sobre juventud y las
observaciones en campo, con el fin de distinguir y contrastar en su
momento con el concepto general; se analiza la cuestión de la
identidad y cultura de los jóvenes migrantes considerando las
formaciones y prácticas que tienen en lo grupal e individual en los
distintos espacios donde interactúan, a partir de que habitan y
laboran en la ciudad. Finalmente, se recopilan las experiencias de
campo y se utilizan las conclusiones en el último apartado para dar
cuerpo y forma al concepto de joven migrante y su cambio identitario
y cultural dentro del espacio urbano de la ciudad de México.

25
En el esquema, se presentan los factores que se consideran como
fundamentales influencias en el cambio sociocultural de la juventud
que migra.

Migración

Identidad Espacio
Cultura Público

Juventud

Juventud en el
Contexto Urbano

Fuente: El Autor

26
2 . 2 Joven: símbolo, signo e imaginario

Al igual que la divinidad, la vejez, la novedad,


la bondad y la maldad, la juventud pertenece a
las constantes efímeras sin las que no
podríamos entender lo que somos.

La juventud es solamente una advertencia a la renovación y el joven


es su ejecutor.

El joven como actor sociocultural es una constante que esta presente


en las realidades de todos los grupos humanos, bajo diferentes
características, formas, posturas y modelos pero siempre como
discrepancia natural con las formas de conocer y apropiar la realidad;
por ende, en cada generación se expresa en distintos términos y se
aprecia de distintas maneras; la calidad de joven implica un eterno
presente a través del tiempo y espacio perceptible. Es decir, es en
tanto que vive y se percibe de manera unívoca en cada presente.
Conlleva por supuesto, la calidad del efímero y del momento, la
constante que es el cambio, llegando a afirmarse en la existencia a
través de prácticas desdeñables, intrascendentes y carentes de
sentido, pero densas en lo perceptivo y sensorial9.

El actor social joven es símbolo y consecuencia de la renovación


perceptiva de las realidades y de sus instrumentos que la construyen.
Así es que puede considerarse como una palabra que significa el no
envejecer, ni adolecer, pues porta en su esencia formas únicas de

9
La materialización de la vida ha logrado que el viejo sentido de la vida se pierda y con ello
los caminos de la inspiración, sin embargo son igualmente formas de interpretar la
renovación del objeto de la vida, donde no tiene nada de atractivo una casa, un perro, el
matrimonio, las vidas enterradas en seminarios y tantas y largas rutinas que solo contagian
el gris de las paredes a cada uno de los poros asfixiando la emoción y el placer en billetes y
cifras carentes de atractivo, ahora la densidad del desierto y la frialdad de los monitores
cobran sentido y son medio para lograr el nirvana virtual fuera del infinito y del cronotopos
antropocéntrico, con ello también se logra observar que el tiempo a quedado bastardo de
pasado y de futuro, siendo estos últimos resignificados y sumados en cada experiencia.

27
entenderse a través de y en relación con los pasados y los futuros
temporales de las generaciones que la viven.

Conociendo esta cualidad es posible apropiarse de ella y a partir de,


lograr transformarla para encontrar otros sentidos en la vida, en
otros términos y por otros fines y medios.

2 . 3 Los jóvenes para este trabajo

Los chicos del mayo del 68 eran decididamente


jóvenes. La juventud había dejado de ser una
etapa para convertirse en una identidad
(Mendoza, 2008)10 a través de una actitud que
reivindicaba su derecho a la participación y
toma de decisiones en el mundo que ellos
también estaban viviendo e iban a vivir.
Esta juventud tomó conciencia del futuro y del
presente. Si ellos no lo consolidaban y
priorizaban como lo hicieron -entregando su
vida- nadie lo iba a hacer.

Esta investigación toca la temática de…

...cultura o subcultura juvenil, que de inicio, implica reconocer a los


jóvenes como actores sociales junto con la dimensión simbólica de
sus prácticas (Nateras, 2002: 9)

…en sus distintas formaciones y agrupaciones colectivas. En estos


términos se examinará a los jóvenes del interior de país que
participan en el proceso migratorio con diversos objetivos y
aspiraciones bajo los que se rigen sus nuevas prácticas
socioculturales de identificación y expresión en la ciudad de México. A
esto se le puede agregar su importante repercusión en los
estereotipos, tendencias y modas que para las generaciones

10
En el Anexo se incluye el artículo completo.

28
subsecuentes de migrantes se construyen.

Consideraré a la juventud como una etapa social de paso igualmente


intermitente (se dejará de ser joven en algún momento) para cada
uno de los individuos; pero en el paso de cada uno, se transforman
las condiciones de vivirla para un tiempo posterior que puede o no
ser retomado por varias circunstancias. Es decir, está en movimiento
y por tanto, a cada uno de los nuevos actores que la viven,
generación tras generación, de espacio en espacio, le manifiesta
actitudes, iniciativas, gustos, perspectivas y prácticas distintas y
únicas en un contexto, entonces, se es joven a partir de contextos,
inquietudes, prácticas y roles transformados por generaciones de
juventudes anteriores que abarcan modas, estereotipos y modos de
concebir e imaginar el espacio en que se desarrollan.

Las personas que fueron jóvenes y de algún modo construyeron estas


condiciones pueden retomarlas desde la actitud11 de la juventud lo
que les tocó vivir. Negarlo es considerar la juventud como una etapa
social y culturalmente estéril, con propuestas constructivas-
destructivas y sin sus conclusiones o repercusiones en el mundo
contemporáneo y las instituciones socioculturales presentes de su
generación y de las venideras.

Las distintas manifestaciones juveniles corresponden a inquietudes y


posturas hacia las instituciones sociales ya consolidadas, con las que
se está y no de acuerdo. La juventud de los 1960’s lo expresó y la
resultante está en la apropiación de los medios discursivos, artísticos,
sociales y culturales; lo que hoy nos constituye a los jóvenes
(incluyéndome).

11
La actitud joven o de la juventud se entiende como el acto de creacción (como verbo-
metáfora del sujeto-actor sociocultural) que otorga autenticidad y distinción, y seduce o
repugna dependiendo de quien la perciba. En este momento, el cuerpo es el medio que crea
a partir del imaginario en acción: la presencia: el performance.

29
2.3.1 TÉCNICAS, TECNOLOGÍAS Y PRÁCTICAS
CULTURALES.

Me refiero a la tecnología (que en el fondo es técnica aplicada a la


vida cotidiana) que ha repercutido de manera directa en la
comunicación y las prácticas, que es de donde se valen las culturas
para percibir, transformar, construir y vivir su realidad.

En la actualidad, la tecnología ha permitido la comunicación


inmediata (no necesariamente más directa y objetiva) y ha
repercutido en los códigos y símbolos de la misma; se han armado
lenguajes que solo una generación y grupo usan y retroalimentan.

Estamos frente a una generación de varias que vienen, bajo las que
las instituciones sociales actuales serán transformadas por la falta de
concordancia y representatividad de la realidad social. Las nuevas
prácticas que de ello se desprendan estarán sujetas a las necesidades
e intereses de los nuevos actores (adoptados y adaptados social y
culturalmente) y sus nuevas formas de apropiarse de la realidad12.

Al observar la modificación generacional de las instituciones sociales


se puede afirmar que la juventud se presenta como un agente de
transformación relevante, ya que la edad media de la población oscila
entre los 22 y 24 años (INEGI, 2005). Con lo que en 20 años, la
población estará viviendo lo que hoy se ha construido. Se entenderán
y explicarán a partir de estos sucesos las nuevas formas de
interacción y construcción de las relaciones sociales13.

El concepto de juventud, generalmente se vincula a la edad

12
En la actualidad los expertos en tecnología no rebasan la edad de treinta años, y aún
siguen aportando al ramo. Los que no manejan estas técnicas y tecnologías quedan de algún
modo marginados, relegados y no son necesariamente los habitantes de las zonas rurales.

13
En el anexo se agrega una descripción sobre las formas de expresión suprageneracionales
dentro de determinado grupo de actores sociales, así es como cobra sentido el concepto de
Adulto joven, joven adulto, padre adolescente y envejecimiento juvenil.

30
cronológica, biológica y roles o prácticas que desarrollan con
referencia a estructuras sociales que tienen el poder, indican la
dirección e imponen las formas de vivir el sistema social bajo el que
se nace. En este sentido, encuentro un factor de divergencia para con
la concepción habitual. El entorno de la juventud, social y de
consumo, permite que esta etapa se extienda y anticipe en los rangos
de edad establecidos, en este intersticio es que la juventud reivindica
independencia y controversia para lograr habitar y construir una
realidad que refleje sus necesidades y deseos bajo otra lógica y
parámetros. La juventud también debe de entenderse y explicarse
como un sector de la población que se construye y crea una imagen
de si mismos a manera de identificación y forma de interacción con el
resto social. En este caso, encuentro que los jóvenes migrantes
interactúan a partir del poder adquisitivo que se expresa en bienes
comerciales y mercancías simbólicas y juega un papel importante
dentro de las relaciones que se establecen, las prácticas que se
desarrollan.

Buscar los medios para adquirir es prioritario cuando se tiene la


necesidad de pertenecer a un grupo. Y por adquirir me refiero a ser
uno a través de lo que se tiene y puede lograr, siempre medido y
tomando como patrón de referencia al otro del que se tiene que
distinguir e identificar. Es así como se logra un sentimiento de
satisfacción a partir de lo que se tiene y puede tener y se es en la
medida de lo que se tiene, pues asigna una posición relevante frente
al otro (intragrupal), o los demás (intergrupal).

Afirmaré entonces, la juventud como una actitud/manera de vivir con

31
prácticas alternas14 a las que se encuentran dentro de los canales de
socialidad ya construidos, desde las que se puede crear una
institución, una tribu, un colectivo, tendencia o simple estereotipo
que diverge en cuanto que no repite los mismos esquemas de la
expresión grupal (que le anteceden) de donde emerge. Es una
renovación en las prácticas sociales.

Los jóvenes en tanto que práctica cuyo único sentido es el de


incluirse, identificarse, proyectarse y distinguirse a partir de
contextos y situaciones en las que el hacer es el único motivo de
vivir. Ya no el ser alguien, tal o cual, ya no el tener de manera burda
y abundante, sino que la suma de ser y tener en una palabra es
hacer.

El verbo de la acción y de la prueba fehaciente de la vida es lo que da


sentido al sujeto-actor joven. Cuando la realidad sistémica,
institucional del status quo inmoviliza al ser, perdiendo lo poco que
de él tiene dejándolo out!15, no sólo de manera marginal o en la
liminalidad ritual, sino en el vacío existencial, laberinto identitario,
naufragio social, orfandad cultural, o en lo que determinado llamar
expresión unexistencial.

Siendo este último concepto una expresión atemporal de identidades


volubles y sociabilidades que han formado una subcultura desde el
intersticio socioexistencial en la concreción de lo abstracto y puesta
en escena del imaginario, matizado por lo efímero de la presencia en
la vida cotidiana de los que se deslocalizan entre la marginalidad, el

14
La actitud/manera del estilo de vida y forma de expresión en los jóvenes normalmente se
relaciona y vincula con actos subversivos, de desobediencia, de rebelión, posturas críticas,
pero no son más que formas alternas a la realidad y de reaccionar a esta, en este sentido es
que algunos se caracterizan a partir de y no por converger en lo práctico con las instituciones
y modos de vida adulto, aun así comparten la realidad y en esta toman y crean posturas,
espacios, situaciones, roles, status, etc. definidos desde esta forma de percepción de la
realidad.

15
Siendo out!, ni un lugar, ni nadie, ni nada. La negación como única afirmación tangible.

32
anonimato y la informalidad del proceso migratorio hacia la urbe
mexicana. Una variante de lo anterior se localiza en el performance
como acto-creación de la presencia en tanto que sea perceptible,
mientras no se mantenga en su variante de sniggling (Wikipedia,
2009: Performance) donde no es inteligible.

Sobre el concepto socializad se tomara la definición de Urteaga

…que refiere a la interacción social, el sentimiento y la experiencia


compartidos entre pares […] cuya formación se inscribe fuertemente
en espacios urbanos específicos. En los mismos términos Considero
que ha sido la combinación socialidad en los espacios públicos y
prácticas culturales colectivas la que ha logrado hacer visible a los
jóvenes como actores sociales (Urteaga, 2005: 88)

Rechazo la categoría de edad como referente para la juventud, ya


que con las prácticas anticipadas en chicos de 12 y 13 años de edad y
la prolongación de estas mismas en los adultos jóvenes que surgen
en los movimientos juveniles de los años setenta en México y en la
actualidad, logran hacer vigente la actitud y prácticas que se
relacionan con los grupos de jóvenes como actores social. Por citar un
par de ejemplos: el Multiforo Alicia o el Circo volador en la ciudad
representan espacios que reivindican los iconos y prácticas de la
juventud y son administrados o presentan propuestas y proyectos de
adultos con familia, responsabilidades y prácticas actuales. La
estación de radio del grupo IMER, Reactor 105.7 (en la ciudad de
México) presenta locutores que logran identificarse con su audiencia
(no solo en lo musical, sino en lo temático y cultural de la
programación), principalmente joven y, en muchos casos, adultos.

Sin lugar a dudas, estos espacios rompen el esquema generacional


por el gusto de la música y la escena que se construye alrededor de
esta forma de expresión artística y cultural. La adolescencia como
inspiración propia de la juventud, esta ampliando su rango temporal
de acción en las personas, logrando con ello que el término joven sea
una constante de prácticas cada vez más difundidas cultural, societal

33
y comercialmente. En palabras de Urteaga (2005: 87):

…considero que ha sido la combinación socializada en los espacios


públicos y prácticas culturales colectivas lo que ha logrado hacer
visibles a los jóvenes como actores sociales.

Con lo que se ha consolidado como un actor social fundamental


dentro de la sociedad mexicana desde décadas pasadas, en la
actualidad y en lo venidero.16

La actitud y creatividad también se entiende como la esencia de la


juventud, a partir de que de éstas construye nuevas pautas dentro
del grupo social y cultural, originando o retomando dinámicas a partir
de intereses, objetivos, necesidades e inquietudes percibidas. Todo
esto dirigido a las condiciones y contextos (factor espacial y
temporal, su realidad), instituciones y generaciones (factor social y
cultural) que le rodean y bajo las que se consolida como un actor
social en potencia y acción.

Por otro lado, hay que agregar que cada vez son más los adultos
jóvenes, algunos porque pertenecieron a alguna generación de entre
los 60’s - 80’s y en su estilo/forma de vida, identificación o gustos
reivindican la actualidad y realidad que los ahora jóvenes están
viviendo y van a vivir, se identifican en las prácticas de sus hijos y
reviven lo que anteriormente les tocó vivir; la situación-contexto a
partir de una actitud.

Cierto es que esto no marca una vuelta en la moneda, no quiere decir


que sea una tendencia generalizada en la sociedad contemporánea;
sólo refleja la coherencia que existe y existió en los movimientos
culturales divergentes con los que la juventud se expresó y actuó

16
Los jóvenes como actores sociales en plenitud y que a partir de que se consolidan en
instituciones estos igualmente tienen que vivir las consecuencias de la pobreza, donde se
enfrentan a los problemas-preocupaciones-responsabilidades que los adultos creían que solo
ellos enfrentaban. Todo ello relacionado a la independencia y como consecuencia de la
escasez de oportunidades para un desarrollo pleno e independiente de la institución familiar.

34
como sujeto social. Estos actos no les excluyen de sus
responsabilidades; por el contrario, los circunscriben en la generación
joven de actualidad, en la escena, estereotipo, tendencia e incluso en
sus medios y fines; claro, podemos decir que a influencia es de
manera reciproca.

Así, finalmente, la juventud, el concepto joven y los jóvenes, los


referiré a las personas y sus prácticas (en lo grupal e individual) en
torno a iconos, formas de comunicación y símbolos apropiados o
creados por ellos mismos que se relacionan con lo que viven en su
paso por esta etapa y, además, reivindican y utilizan como distintivo
de su vida cotidiana, a manera de institución social, tribu, subcultura
o colectivo. Esta manifestación alterna, divergente y principalmente,
que renueva lo establecido, también es característica fundamental del
actor-sujeto joven de donde toma experiencia para dar sentido a las
responsabilidades que le depara la plenitud de la vida adulta.

Hasta aquí la parte que se refiere a la transformación a partir de la


actitud juvenil en la interacción social y construcción cultural. A
continuación describiré el contexto bajo el que se circunscriben las
acciones de la juventud migrante en la ciudad de México.

2.3.2 JUVENTUD MIGRANTE

Inicialmente, como advierte González, existe una ausencia de espesor


teórico y empírico sobre los contenidos específicos que supone la
emergencia y consolidación de estas identidades juveniles en el
mundo rural (González, 2003: 9) y, en este caso, se encuentra lo
mismo para los que migran al espacio público y laboral en la ciudad
de México, ya que las discusiones que se han escrito exponen al
joven como una construcción identitaria y cultural dentro de los
ámbitos urbanos, relacionándola con los factores como divergencia,
rebeldía o anomalía y el ocio.

35
Igualmente, se ha estudiado a la juventud rural bajo esquemas
delimitados por formas de producción, la inserción laboral que se
aprecia como paso de la infancia a la etapa adulta, saltando a la
etapa de la adolescencia y que es la que se rescata-reivindica en la
urbe. Claro, existen comunidades y grupos en los que a la par de
integrarse en actividades económicas, también se establecen ritos de
paso. Pero en estos no se expresa la etapa juvenil como un estadio
en el que el desenlace sea diferente, o se pueda cambiar el destino y
la posición como sujeto social independiente. La migración es una
puerta que al abrirse, materializa las novedades que atraen a los que
migran.

En este sentido, al ser los migrantes parte del sector rural y sus
provincias, es que es necesario retomarlo como sujeto-actor, para
conceptualizar su juventud, tal como ellos la reivindican.

La migración como ritual de paso, pone en las manos y bolsas de los


migrantes toda su existencia, metas, fines y objetivos en forma de
Puzzle – acertijo, enigma, laberinto, rompecabezas - sociocultural y,
en términos sicológicos, les crea un vacío existencial a partir de la
libertad en que se encuentran; también, contrasta la presencia con
los entornos opuestos -como lo son los espacios rurales y urbanos-,
las costumbres, maneras y modos culturales que conocen.

Así es que, dependiendo de lo que manifiesta el uno con el otro es


que el término joven, y en este caso migrante, devela y tiene que
encontrar formas de pertenecer, identificarse y distinguirse.
Conceptualmente, esto representa las formas particulares en como
son imaginados, identificados y distinguidos los

36
mazahuacholoskatopunks en la ciudad.17

El mazahuacholoskatopunk, como lo define Gama, (2002) es una


representación estética de varias tribus urbanas principalmente por
parte de los jóvenes migrantes (ya que se logró constatar en el
trabajo de campo que no sólo es des propio de los chicos migrantes
la mezcla de estereotipos culturales), bajo la actitud del dandi de los
años 30’s, en un collage de las generaciones juveniles y en sí mismo,
la reivindicación étnica y mestiza mexicana que, a manera de
reconquista, se enamoran y distraen en las plazas públicas de la
ciudad.

Esta participación en el movimiento migratorio lo interpreto como la


puesta en práctica de su juventud a partir de los atractivos y
distintivos de la ciudad. Lo elementos no se encuentran en su entorno
de origen, pero sí como una consecuencia de tener que migrar y, a
veces, como un objetivo.

Definitivamente tenían que integrarse a la vida laboral, pero al llevar


a cabo este rito de inserción encuentran la posibilidad de una
autoconstrucción como personas independientes, fuera de la cultura a
la que pertenecen. No sólo con los elementos de la ciudad, sino que,
a través de la migración como experiencia, los jóvenes transforman
los ritos de paso en su localidad y reivindican su juventud en este
proceso.

Retomando la lectura que hace González (2003: 8) de Erik Erikson


17
Este relativismo que vuelve a tener fuerza con la reaparición de lo imaginario en la escena
de la vida social abre así el espacio a las cosas sensibles, emocionales, frívolas, presentes en
lo cotidiano. Permite que se cuenten historias, no La Historia. En este sentido la imagen
constata un impulso vital, una estética emocional en todos sus afectos, sean refinados, de
mal gusto, desenfrenados, kitschs, explosivos o conformistas. A este dejar hacer o dejar ser
de la posmodernidad, diferente de la razón moderna que propone hacer lo que ya está
decidido, Maffesoli le llama la función icónica de lo imaginario. Según Maffesoli, la imagen, el
fenómeno, la apariencia, el sueño, los fantasmas son tomados en serio en la posmodernidad.
Este es un resurgimiento de lo imaginario que le otorga a la imagen dos funciones vitales:
primero, la de poner en relación, relativizar; segundo, la de conducir al vínculo. (Cassián, et
al, 2006: 13)

37
sobre el concepto de moratoria sicosocial, como período intermedio y
eminentemente juvenil, donde el individuo ensaya el futuro rol que
desempeñará en la sociedad a través de la experimentación de
funciones, sin asumir ninguna responsabilidad más que lograr
aprender las técnicas y formas de proceder en lo que serán sus
futuras responsabilidades; también compruebo que, dentro del
proceso migratorio, los jóvenes tienen la oportunidad de relacionarse
con personas del medio urbano y migrantes en las que encuentran
apoyo para tomar decisiones respecto de lo que quieren y pueden
hacer con sus dineros, sus tiempos y su vida; es decir, este proceso
migratorio puede fungir como moratoria sicosocial; pero,
dependiendo de las amistades y metas de cada individuo, se
desarrollan formas de habitar la ciudad y a través de éstas es que se
soportan las metas migratorias o nuevas metas que surgen cuando
los sujetos a través de prácticas reivindican y dan sentido a tópicos
como identidad y placer, cultura que se relaciona con su juventud. Es
decir, los parientes del lugar de origen que los expusieron a conocer
otros estilos de vida o les permitieron entrar en esta moratoria, ya no
serán correspondidos por estos jóvenes que, a partir de la
experiencia y los medios que en la ciudad conocieron, han decidido
formar y construir su vida social y cultural de manera independiente,
correspondiendo o no a las metas que hicieron migrar. Así los jóvenes
migrantes han decidido hacer de esta experiencia su responsabilidad.

Con lo anterior, se entiende que los jóvenes se desarrollan en torno a


responsabilidades distintas, en comparación con las del estilo de vida
adulta. Si bien es cierto que ya se mantienen solos, cubren sus
propios gastos, en lo mínimo o en lo básico, también tienen que
cubrir otros gastos y responder a situaciones de interés particular;
cierto, los festejos, la comida, los vicios, los atuendos no son
responsabilidades, no son indispensables; pero, ahora se muestran
como símbolos de posición para con los otros y entre ellos.

38
Sin estos lugares de reunión, sus mercancías y servicios, la vida en la
ciudad, para los migrantes, sería de lo más difícil, ya que sirven como
formas para olvidar o hacer llevadera la rutina laboral. ¡Claro!, existe
el apoyo moral de los paisanos, algún conocido de pueblo, personas
del medio urbano, pero es tal el atractivo de las novedades y
dinámicas de la ciudad, que en la ansiedad juvenil se muestra como
un satisfactor indispensable, ya que refleja estar con el otro y, a
veces, ser superior, y logran a través de mercancías simbólicas y
prácticas grupales, la identificación y distinción con sus pares
generacionales.

La soledad que se vive en el proceso migratorio lleva a buscar formas


y medios de escapar de ella; el amor y la misma etapa que se está
viviendo se vuelven los catalizadores de las relaciones sentimentales
y los motores de búsqueda de distractores.

En todo caso, cabe concluir de manera adelantada, que en el proceso


migratorio se exponen factores tanto económicos como
socioculturales que repercuten al mismo tiempo en los migrantes, los
habitantes y la ciudad misma; en los primeros, es más notable lo que
dificulta observar en un primer momento la influencia de ellos sobre
los aspectos de la ciudad.

En México, ser joven rural, originario del medio, muchas veces es


sinónimo de indio, con lo que:

…a fuerza de escuchar tantos juicios desfavorables, ellos mismos los


repiten y han llegado a convencerse de que así son realmente.
(Pozas, 1971; 37)

Numéricamente, la siguiente tabla ilustra la cantidad de jóvenes que


residen en la ciudad de México desde hace más de 5 años y la
cantidad de jóvenes que tienen menos de este tiempo viviendo en
ella. Además, se incluye en las cifras el criterio de género respecto a
la edad. Los rangos que se tomaron son 15 y 24 años, de acuerdo los

39
parámetros de las encuestas del INEGI.

Estas cantidades, debido a las peculiaridades del fenómeno


migratorio interno de México, resultan ser únicamente ilustrativas, ya
que, por citar algún ejemplo: en las tablas de INEGI, los migrantes
del estado de Veracruz en la delegación Cuajimalpa de la ciudad de
México sumaban aproximadamente 500 personas, en todos los
rangos de edad, mientras que en el proyecto arquitectónico donde se
desarrolló el trabajo de campo, que está dentro de la misma
delegación, el 30 por ciento de los trabajadores era de ese estado, y
el total de los que laborábamos, éramos aproximadamente 400, con
lo que se obtiene que tan solo en esa obra había de 100 a 140
veracruzanos, y en la zona existen decenas de obras en construcción
bajo parámetros similares de trabajadores del estado de Veracruz.
Esta situación la explico porque a obras en construcción los
encuestadores de INEGI no pueden tener acceso a contabilizar la
población y, aunque así fuera, la alta movilidad de los migrantes
impide, incluso que el rango de error estadístico corrija y de certeza
de la magnitud de la población migrante.

Así es como presento la siguiente tabla basada en datos de 2005 para


el Distrito federal.

Población migrante con 15 a 24


Población Migrante en De los estados de
años de los estados de mayor
General. mayor incidencia.
incidencia
Total 187808 137505 26565

Hombres 87123 62557 12085

Mujeres 100685 74948 14479

Para el caso de los municipios del Estado de México, a donde migran


más jóvenes del medio rural, se presenta la siguiente tabla:

Población migrante con 15 a 24


Población Migrante en De los estado de
años de los estados de mayor
General. mayor incidencia.
incidencia.
Total 417413 114654 24661

40
Hombres 202490 53233 12063
Mujeres 214923 61421 12598

Esta segunda tabla, indica la cantidad de jóvenes que migran a los


municipios de la zona metropolitana y, en general, a los municipios
que tienen contacto directo e influencia con la ciudad de México,
como son: Coacalco, Chalco, Ecatepec, Huixquilucan, Xalatlaco,
Juchitepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Ocoyoacac, La Paz, Tecámac,
Texcoco, Tlalnepantla, Tultitlán y Valle de Chalco Solidaridad.

Los estados de mayor incidencia que consideré para ambas tablas


fueron Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán de
Ocampo, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro de
Arteaga, Tlaxcala y Veracruz de Ignacio de la Llave, ya que presentan
la mayor cantidades de migrantes y, de estas cifras, se calculó el
número de migrantes por edad, entre 15 y 24 años.

Para esto, se consideran de manera indistinta si se adscriben a


alguna etnia o no; el rasgo distintivo es el lugar de origen y que se
integren de forma grupal en los espacios públicos constituidos
históricamente en la ciudad. Así es que en las dos entidades (Distrito
Federal y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México), se cuenta
con aproximadamente 50 000 jóvenes que participaron en el proceso
migratorio hacia el espacio urbano en 2005.

Los cambios y transformaciones que están reflejando los jóvenes


migrantes, se relacionan con particulares condiciones y características
socioculturales y mediáticas. Estos factores corresponden con su
lugar de origen y el espacio que ahora habitan a partir de su
participación en el proceso migratorio.

A saber, se tiene la idea primaria y temporalmente verdadera18 de

18
En el último párrafo del siguiente inciso (2.3.3 Valores, oportunidades y potencial) de este
apartado se explica lo referente a esta oración: idea primaria y temporalmente verdadera.

41
que los migrantes jóvenes son blanco fácil -y primordial- de los
medios de comunicación,

…como cualquier otro joven; pero en las ciudades, al estigma de ser


indígena se le agregan los problemas derivados de su propia edad y
de la necesidad de definir una identidad propia y un proyecto de vida,
en un lugar en que prevalece la crisis económica, la falta de empleo y
un inmenso bombardeo por parte de los medios masivos de
información y comunicación, que los influencian y presionan para
seguir sólo ciertos estereotipos (Rea, 2005)

…ya que encontramos que a partir de estas condiciones reivindican


una posición (espaciotemporal a través del cuerpo) que no sería
reconocida de igual manera en su lugar de origen y; en la ciudad, se
muestra de una manera más atractiva y con la ventaja de la
independencia, cuestión que la juventud citadina aun mantiene como
meta.

La vida en las ciudades abre nuevas posibilidades por medio de lo que


los migrantes jóvenes dejan atrás (formas de vida tradicionales) que,
en muchas ocasiones, incluyen para interactuar. Con lo anterior,
estas formas interactivas donde se expresan las propias de su lugar
de origen en un espacio estrictamente urbanizado. De esta manera,
las ciudades son percibidas por ellos como sitios que presentan
nuevas y diversas posibilidades de elección, no sólo de trabajo, sino
de vida, con…

…la opción de migrar a las ciudades se asume, por ello, en medio de


conflictos y tensiones con sus familiares y con sus comunidades de
origen. La situación es más grave entre las mujeres jóvenes
indígenas, que deben afrontar las presiones familiares y
comunitarias, pues también ven con desconfianza su partida. (Pérez,
2002)

42
2.3.3 VALORES, OPORTUNIDADES Y POTENCIAL

Dentro de la experiencia de campo, alcancé a reconocer y distinguir


valores y prioridades que los jóvenes ponían en práctica por iniciativa
propia y, desde luego, con influencia y apoyo de pares.

Con este ejemplo, me refiero a jóvenes, no necesariamente del


mismo lugar de origen ni necesariamente migrantes, a sus familiares
con los que venían de fuera y en algunos casos de sus contratistas,
oficiales19, maistros o compañeros de trabajo, que igualmente eran
jóvenes y les prestaban facilidades para desarrollar una actividad
mejor remunerada o que les representara un bienestar futuro. Otro
ejemplo, sería la iniciativa por parte de los dueños de la edificación
para abrir un espacio e instalar aulas que fueran atendidas por
profesores del INEA bajo el auspicio de una fundación que igualmente
pertenece al mismo dueño, para que los trabajadores (jóvenes o
adultos), sean del oficio que sean y vengan de donde vengan,
terminen su educación primaria y secundaria.

Sobre el financiamiento y la idea de esta escuela dentro de la


construcción, cabe decir demasiado, ya que la oportunidad de
terminar los estudios se puede tomar como un aprovechamiento (por
parte de los dueños de la construcción) del gran potencial intelectual
y capacidades que tienen los jóvenes que migran, y en general, las
personas, pues la actitud y decisión de migrar, esta vinculada a la
idea de que son personas dispuestas a superarse y esforzarse por
mejorar sus condiciones de vida, dentro y fuera de su ámbito de
origen.

Anteriormente, me referí a que la idea de que los jóvenes son

19
Ser oficial dentro de la obra es tener un grado de sabiduría y jerárquico de algún oficio, es
el mismo rango que el maestro o maistro. Alrededor de esta estructura organizacional
también se encuentran y distinguen varias formas de distinción y procesos-ritos laborales y
sociales para ganarse el titulo y la posición.

43
influenciados por estereotipos y medios masivos de comunicación, es
temporalmente verdadera, ya que en primera, si se vive en la obra
donde se trabaja, se tiene acceso muy limitado a los medios de
comunicación; la vida-presencia dentro de la obra, además de estar
indefinida y ser incierta, no permite, en muchos de los casos, tener
acceso a bienes como una TV, o un radio personal, aunque existen
excepciones ya que, trabajando, el chalan del malacatero me enseñó
el iPod de 80gb que usaba para escuchar música; esto, nada común
entre los que ahí laborábamos, por el precio y las necesidades del
gadget. Al respecto, este chico me comentó que ya se había instalado
en la delegación Cuajimalpa, tenía más de medio año viviendo por
acá y su sueldo le daba para ese tipo artículos.

2.3.4 ACTUAR Y MADURAR SIN ENVEJECER

Por otro lado, la veracidad de la afirmación del párrafo anterior


depende de etapas de maduración y reconocimiento de la
responsabilidad de algunos jóvenes. Como ya lo mencioné, en esto se
relacionan las personas de las que se rodean, los valores religiosos o
la ausencia de ellos, las experiencias y oportunidades que se les
presentan.

Es curioso observar que el comportamiento, las prácticas e interés se


relacionan con algún rango de edad en los jóvenes migrantes, ya que
los que tienen 12 años hasta 15-16 vienen acompañados por
mayores y conservan sus metas por las que migraron, ya sea apoyar
a su familia, comenzar a ganar dinero o, simplemente, probar suerte
en la ciudad y conocerla. Por otro lado, los que llegan sin el ejemplo y
guía de una persona no necesariamente mayor toman sus decisiones
de manera independiente y pueden cambiar u olvidar los objetivos
por los que migraron y con esto, inician el proceso de transformación

44
de sus valores, actitudes y estilos de vida.

Por lo que logré observar, aunque me platicaron sus metas, sueños y


objetivos, no los llevan a la práctica. Por citar un ejemplo, el Cocas
de 19 años de edad, compañero maniobrista de grúas y elevadores
de carga, que llevaba 5 meses sin ir de visita a su pueblo en
Veracruz, me comentó que esperaba poder establecerse en la ciudad
(nada más, que nunca me dijo para qué) de manera inmediata, ya
que le gustaba estar en la ciudad y tenía para pagar sus gastos.

Varios de los jóvenes con los que trabajé, ya mayores, (24 – 25 años
edad) y con varias experiencias en la ciudad, me comentaban la
facilidad para entrar al desmadre, en palabras del malacatero: las
oportunidades sobran y el dinero no falta, lo tienes todo, menos esto
(señalando con el dedo su cabeza)20. Por ejemplo: él mismo, ahora
ya tomo su camino y aunque algunos otros viven en la zona
metropolitana, cerca de las de obras de Santa Fe; ya están realizando
su vida en la ciudad, otros trabajan y viven en la obra para juntar
dinero y ayudar a su familia en su lugar de origen.

Así es como los jóvenes migrantes se reconocen y a través de la


migración, al espacio urbano, con el tiempo, resignifican su sombra
en el asfalto como el reflejo de su propia experiencia.

20
El comentario salio porque antes de que el malacatero (operador de la maquina que sube
y baja el material por un costado del edificio en construcción) me ayudara a subir el material
de la tablaroca en alguno de los pisos del edificio, el piyi, con el que hacíamos la reta en la
hora de comida, le pidió a mi compañero de trabajo, el abuelo, una fumada de su toque.
Entonces el piyi se alejo y después el malacatero me comento sobre el desmadre y la
facilidad para acceder a nuevas prácticas que aunque no son propias de la ciudad si tienen
relación con las que se viven, representen o no un problema o divergencia. El malacatero
ahora tiene 24 años, no es la primera vez que migra y de vez en cuando va de visita a su
pueblo, en Veracruz.

45
3 JOVEN(ES) Y JUVENTUD(ES)

Como contexto, me interesa la imagen que se ha formado sobre la


juventud rural entre la población citadina, pues encuentro peculiar y
curioso el que los jóvenes de la urbe al observar a los migrantes, no
les pueden clasificar e identificar en los contextos subculturales o de
las tribus que conocen o a la que pertenecen; algunos los relacionan
inmediatamente con la migración; y en general, la gente los observa
y asocia con la historia migratoria de la capital, porque hasta mi
familia se formó por un proceso migratorio, y así llegaron mi vecino,
mi tía, mi ama, mi apa y ahora muchas personas en distintas
condiciones y que, por diferentes medios, buscan a través de la

46
migración un destino fuera de su territorio.

Estas formas de concebir e identificar a los migrantes se ha


enriquecido a través del trabajo fotográfico de Gama (en Wolfer,
2005), en la transmisión documental del Canal Once de la ciudad de
México, exposiciones gráficas en el Museo de Culturas Populares de
Coyoacán y por múltiples encuentros en vivo y en el barrio, en el
metro, en las centrales camioneras, en las tocadas, en los bailes
sonideros, cantinas, billares, bares, Table Dance y la memoria
colectiva de los habitantes de la ciudad.

3 . 1 Juventud(es) y agrupaciones
socioculturales

Hablando de jóvenes y juventudes, es necesario observar que


interactúan a partir de nuevas necesidades que expresan intereses,
tendencias y formas de comunicación que se han consolidado como
instituciones sociales con funciones, normas y códigos de
pertenencia. Lo anterior, como expresión de la resignificación y
reinvención de la vida cotidiana, su realidad.

Aclaro que entiendo a las instituciones juveniles y en general las


subculturas y colectivos, como formas organizacionales donde la
pertenencia, identificación y reconocimiento se obtiene por medio de
la praxis coherente de sus normas y parámetros, traducido en la
representación del y dentro del grupo, a partir de prácticas y una
constante reinvención y creación de la presencia como eje de su
identidad.

Estas prácticas tan distintivas que trascienden, grupos generacionales


explican la influencia cultural en las formaciones organizativas y
sociales a nivel macro. Además, esta influencia toma fuerza por la
mayoría cuantitativa que representan en el plano nacional de la

47
población. Estas mismas prácticas, junto con la actitud de una etapa
biológica, explican el que de un solo grupo generacional se expresen
tan diversas formas de socializar y vivir la cotidianidad y la realidad
que trasciende el tiempo que se vive de manera intermitente.

Utilizando estos valores y parámetros tan diversos, la juventud tiene


sentido porque refleja una actitud que demanda cambio e
independencia. Donde al menos, si no diverge del status quo, si lo
omite en el plano de sus necesidades y preferencias, es decir, no lo
quiere derrotar, pero sí transgredir ignorándole para consolidar una
manera alterna de la vida y la realidad que habita.

Por status quo, quiero entender la realidad bajo la que se construye


como sujeto social y que implica aspectos culturales y de modos de
ser. Es, pues, el universo sociocultural que caracteriza a cada sujeto
social en grupo.

Por sí misma, la posición generacional no limita la pertenencia a


colectivos y grupos generacionales. Para algunos adultos jóvenes21,
las prácticas que, igual representan responsabilidad y normas dentro
de las instituciones adultas, no les impide integrarse a los colectivos
juveniles ni representarlos; así mismos, los jóvenes los aceptan,
promueven y les reconocen como iconos, gurús, rock’star y
emblemas o instituciones de una escena, movimiento o concepto
cultural y artístico, fundamentalmente.

En los jóvenes migrantes, estas expresiones juveniles son una


oportunidad para reivindicar una posición social y cultural que se vive
de otras maneras en su lugar de origen y en la ciudad, les funciona
para distinguirse de su grupo y a partir de recrear su presencia, se

21
Algunos ejemplos de Adultos jóvenes a los que me puedo referir es a los que participan,
organizan, crean y proponen espacios socioculturales para audiencias principalmente
culturales, artísticas y sobre todo que se identifican con la evolución conceptual y discursiva
de las expresiones de los jóvenes de mediados del siglo pasado y principios de este (XXI).

48
usa a manera de distinción e identificación entre ellos y con los otros.

En este sentido, los jóvenes migrantes crean colectivos subculturales


a imagen y semejanza de estilos urbanos, ya que sin retomar sus
significados originales, se apropian los atuendos para constituirse
como grupo, en donde puede negar su identidad cultural y posición
social o simplemente mantenerla para cobrar sentido dependiendo del
lugar y personas con las que se encuentren. Es decir, la identidad
logra los fines que culturalmente le otorgan sentido: unir a los sujetos
sociales que interpreten-interpretan códigos de pertenencia y que
reivindican y apropian como algo construido en la individualidad y
grupalidad.

Pueden retomar el significado de los atuendos de cada estereotipo


cultural que expresan, pero este se altera y difícilmente se consolida
con el estilo de vida que se desprende del proceso migratorio y la
suma de costumbres de su lugar de origen. Así es que la realidad que
se construye a partir del desplazamiento y cambio en los lugares
culturales que habitan los migrantes dificulta la consolidación de
estilos de vida propiamente urbanizados y, en ocasiones, la
reinserción cultural en su lugar de origen.

Durante este proceso, considero al territorio como lugar simbólico


cargado de significaciones, ya que es fundamentalmente lo que
origina, a partir de contrastes, la interacción cotidiana en cuanto que
ofrece atractivos y oportunidades que no forman parte del universo
simbólico y significativo de los migrantes. Cabe aclarar que estos
aspectos son considerados y apropiados de diferente manera por
adultos y jóvenes, mujeres, hombres y niños.

También es necesario remarcar que la movilidad de un lugar a otro


en la urbe, no depende del todo de las aspiraciones de cada
migrante. A decir verdad, los motivos de estar en la ciudad o en su

49
lugar de origen dependen de la familia, carencias en su comunidad,
oportunidades en la ciudad, etcétera; pero, ahora esta acción,
además de tener características de movimiento social, toma
significaciones en la cultura de los pueblos de tradición migrante,
colocando a los migrantes jóvenes en una incertidumbre constante,
que puede interferir en aspectos culturales e intenciones como
comunidad y como grupo generacional.

Durante el proceso migratorio, se puede encontrar en los estilos de


vida de la urbe una necesidad, placer y forma de recrear la presencia
dentro de sus grupos. Esto, a manera de reemplazo social y como
forma de estrategia para vivir la ciudad. Siendo así que cuando
trabajan y su comunidad no tiene una respuesta económica, o
simplemente comunicativa con los jóvenes, es que entiendo que el
sentido de la moratoria social, compromiso o autoridad (referida a las
instituciones adultas y su comunidad) se desvanece, presentándoles
la oportunidad de desenvolverse como nuevos actores sociales y
futuros agentes subculturales con adjetivos y prácticas propias.

3 . 2 Significados de cantidad y constitución de


grupos

Dentro de las delimitaciones que usaré para referirme a los jóvenes,


la juventud, sus agrupaciones y expresiones, quiero destacar la que
se refiere al uso de palabras para denominarlos y que no dependen
de una cantidad de participantes en sí, simplemente tienen
importancia y sentido porque expresan la creatividad, interés,
objetivo y motivación de un grupo que logra identificarse en gustos,
preferencias y prácticas distintas, en las que ha crecido a partir de
una reconstrucción de la realidad; también, la experiencia compartida
y sus momentos irreversibles son la justificación, meta y destino
cotidiano. En palabras de Brito (2002:43):

50
Esta distinción se logra cuando el sujeto juvenil establece su
diferenciación, más allá de los aspectos estrictamente biológicos o de
edad. (Brito, 2000: 43)

Para comprender más a fondo esta construcción, debe verse


igualmente, que con base en la consolidación de factores culturales
en sus agrupaciones, los jóvenes pueden ser considerados como
sujetos socioculturales.22

La manera en que los jóvenes como actores sociales construyen su


realidad da sentido al concepto joven bajo el sinónimo de novedad.
Lo anterior, a partir de prácticas que reflejan independencia y tienen
la calidad de innovadoras dentro de las establecidas, en sentidos
convergentes y divergentes.

Con lo anterior, no me refiero a que sean formas de interactuar lejos


de valores y actitudes que concuerdan completamente con palabras
como responsabilidad, madurez y seriedad; y que, por supuesto,
implican una suerte de jerarquización en distintas vertientes.

Después de todo, esta investigación apoya el concepto de adultos


jóvenes, como ejemplo de representantes de instituciones juveniles
construidas históricamente por jóvenes y para jóvenes que se han
consolidado, y son reconocidos como promotores de las identidades
juveniles, que difiere de lo que se ha dado por llamar juventud
adulta, siendo ésta un proceso de adolescencia durante la madurez
en el que se está inconforme o pierden sentido los valores y formas
de vida que convergen con las instituciones adultas y sus proyectos.

Así es como agregó al concepto de juventud, el que no nos referimos


a minorías ni mayorías, sino, a la actitud, autenticidad, innovación y
22
A partir de, es que sus agrupaciones han logrado institucionalizarse y formar estructuras
sociales con jerarquías, roles y formas de pertenecer bajo principios, valores y normas. Así
púes que las agrupaciones juveniles logran incidir en estructuras de otras generaciones,
instituciones y/o participar con ellas. Por ejemplo: organizaciones delictivas, culturales, de
las artes y políticas recurren o se relacionan con grupos de bandas, crews [Diccionario de
Graffiti, 2009: Crew], fans, etc. para promover prácticas, eventos y actos en conjunto.

51
alternativa de las prácticas, valores, normas y códigos que distingue
a una generación que se consolida y caracteriza por cada uno de sus
integrantes (actores sociales) que son únicos y diversos, unos con
otros, identificables, distinguibles, ya que no son sujetos sociales
reconocidos por las instituciones adultas o no han consolidado su
posición ante las estructuras sociales que les imponen la moratoria
social o que los hacen participes en los ritos y retos de paso.

Otra característica es que el joven, los jóvenes, las juventudes no


dependen de cantidades o aspectos cuantitativos, sino de la
aceptación e identificación en lo colectivos, traducido en la
relación/conflicto joven-joven que, como establece Urteaga (2005),
es bajo la que se mueven y donde expresan para con otros en
agrupaciones, manifestaciones y relaciones tanto comerciales como
culturales a partir de la representación de estilos y manejo de formas
de comunicación; con códigos, símbolos y signos que marcan
tendencias generacionales.

3 . 3 Concepto: dentro y fuera de conceptos

Para establecer un concepto de joven que se encuentre dentro de los


resultados de campo y que propicie un conocimiento coherente con la
realidad, iniciaré por analizar el espejo cultural bajo el que se
circunscriben las prácticas de estos, nuestros actores sociales: los
jóvenes migrantes.

Cada espacio y cada tiempo construyen un concepto para cada


categoría a la que necesite referirse, de

… este modo cada cultura –dentro de sus estrictos límites- define,


configura y establece pautas de lo que inevitablemente es ser y
comportarse como adolescente, (Díaz, 2002: 22)

…vagabundo, inútil, persona ejemplar, trabajadora, madura,


inmadura y muchos más calificativos familiarizados con los jóvenes,

52
niños, muchachos como agentes sociales que deberían y deberán
seguir un cuadro de formación y comportamiento estructurado para
insertarse dentro del grupo social y converger a partir de las acciones
que procuran su perpetuación.

En este sentido, encuentro que la población joven migrante en la


ciudad de México tiene la oportunidad de reivindicarse como joven,
porque en su comunidad de origen tomaría otras vertientes y
categorías. Ahora, pueden reinventar su adolescencia, pubertad y
juventud porque tienen elementos simbólicos y pueden conocer los
códigos bajo los que se mueven agentes sociales que les son
bastante similares generacionalmente y con los que pueden entrar en
conflicto a partir de la necesidad de distinción o, por otro lado,
también pueden llegar a identificarse construyendo lazos sociales y
dinámicas de interacción.

Al distinguirse e identificarse, los jóvenes migrantes se consolidan


como grupo, como actores socioculturales, pero ¿qué pasa cuando
regresan a su lugar de origen de manera definitiva o solo
temporalmente? Al apropiarse de un concepto que les define y les
complace, le dan sentido a lo que viven, pero este otro contexto-
concepto que han adoptado y practican no coincide con los
parámetros de interacción de su lugar de origen; de ésta manera,
existen dos sujetos sociales representados por un mismo actor
sociocultural, de acuerdo al espacio donde se exprese y manifieste.

Si bien es cierto que a los migrantes en la ciudad podemos


encontrarlos como jóvenes, adolescentes o muchachitos, en su lugar
de origen dependiendo de sus prácticas y roles pueden dejar de ser
concebidos como tales. Lo que importa para este trabajo es el cómo
se constituyen y reconocen en el contexto urbano.

Durante la investigación, se encontraron actores sociales que no

53
entraron en el rango de edad que generalmente se usa para definir la
juventud, pues apenas tienen cumplidos 12 o 14 años; pero, que al
identificarse con los grupos y ellos mismos, al compartir sus prácticas
con en lo colectivo, deben insertarse dentro del concepto de juventud
migrantes como constructo sociocultural en la urbe. Esto, porque la
categoría y concepto se manejará, alrededor de prácticas referidas a
la juventud como grupo y las subculturas que consolidan.

Así mismo, entiendo que los que migran han constituido una
subcultura originada en la interacción del proceso migratorio y el
estilo de vida en la urbe, que se conjuga con elementos
socioculturales de su lugar de origen.

Estos son pues los parámetros para entender a la juventud migrante


como concepto y fenómeno social donde la praxis justifica su posición
e influencia generacional que desprende y manifiesta una constante
reinvención de símbolos y significados a partir de estilos, modas,
estereotipos, tradiciones, herencias y valores históricos, culturales,
políticos, sociales, económicos, mediáticos y de la información en
tiempos y lugares propios de un performance a través del ritual de
paso y la creación de la presencia que se manifiesta en el
desplazamiento migratorio, que ahora también es tradición en los
pueblos y comunidades de donde provienen los jóvenes migrantes
(Puebla, Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tlaxcala,
Hidalgo).

Como ya se mencionó en la primera parte de esta investigación, para


definir la juventud rural que expresa una nueva subcultura a partir de
patrones de jóvenes de la urbe, descartaré la categoría de edad, el
origen étnico o su adscripción y, por otro lado, haré énfasis en
aspectos socioculturales inspirados en los estilos de vida de la ciudad
re-significados, que expresan o practican y sobre los cuales
construyen identidades y formaciones subculturales como grupos

54
heterogéneos en lugares que les son simbólicos en la urbe.

Los califico como heterogéneos, pues la constitución de los grupos


depende de la permanencia dentro estos, así como del tiempo que
duren y lugar que ocupen durante el proceso migratorio en sus
espacios laborales y habitables. Es decir, si el lugar de trabajo
cambia, esto repercutirá en el número y los integrantes del grupo, en
el grupo como tal; por ejemplo, cuando hay temporada agrícola en su
lugar de origen o alguna festividad, los migrantes suelen regresar a
su comunidad, de manera indefinida. En esta movilidad constante de
los jóvenes y sus grupos, es que radica la heterogeneidad como
característica grupal y subcultural, misma que se retroalimenta con la
diversidad de mercancías simbólicas que son ofertadas en los
espacios comerciales que visitan; de la misma manera, el cambio en
los estereotipos que las originan.

Así es como definiré a los jóvenes que migran del interior del país a la
ciudad de México y resignifican los estilos de vida de la urbe
formando grupos heterogéneos y una subcultura juvenil que ocupa
lugares simbólicos por tiempos indefinidos pero que son
reemplazados por otros migrantes, en términos similares.

La juventud no-urbana debe entenderse a partir de jóvenes que al


migrar a espacios urbanos expresan por medio de su praxis las
características socioculturales de su lugar de origen; es decir, la
ruralidad-semiurbanidad solamente cobrará sentido cuando contrasta
en los espacios urbanos, a su vez, esto coincide con la noción de que
en su tierra natal no existen motivos para calificarlos como jóvenes
rurales, jóvenes campesinos, así es que son jóvenes (o su
equivalente cultural) a partir de la representaciones locales y los
adjetivaciones del contexto en que se expresan; igualmente, esto lo
considero como una característica de la juventud citadina; en la
ciudad los jóvenes lo son por el estereotipo que expresan y practican;

55
mientras, en un contexto del interior suelen ser llamados chilangos
como concepto histórico (distintivo e identificativo) para los
habitantes de la ciudad, sus familias y con los que se identifican. Con
esto, concluyo que existe un equivalente que se aplica de manera
recíproca en el imaginario de las juventudes mexicanas a partir de
regiones para referirse a los otros, los que no son de ahí, de donde es
quien usa el calificativo23.

Por mazahuacholoskatopunk entenderé al joven que migra a la ciudad


y que en su atuendo representa estilos de vida de la urbe
pertenecientes a subculturas juveniles ya constituidas, de donde
retoma códigos y símbolos para integrar grupos heterogéneos y
habitar la ciudad, ocupando lugares para el encuentro, consolidando
una subcultura basada en la adquisición de mercancías simbólicas y
cargándolas de múltiples significados a partir de los que estructura y
concede distinciones para interactuar de manera grupal.

A estos jóvenes se les asignan varios adjetivos y calificativos con los


que se les identifican a partir de estereotipos culturales o formas
coloquiales, en ocasiones en sentido despectivo por parte de ellos
mismos y los habitantes de la ciudad: así es como les nombran
paisas, paisarocker, powser, chacales, chacas, nacos, payos
(Fotografía Dominicana e Internacional, 2006), inditos e indígenas.

En esta parte, creo que es conveniente mostrar el verdadero


problema que implica tratar de denominar a esta subcultura, ya que
al ser portadores de una gran variedad de iconos, símbolos y
referencias culturales, es que se torna confuso y carente de sentido
23
En este momento solamente ejemplificare con algunas formas regionales de denominar a
algunos habitantes del país: regios (monterrey principalmente), norteños (que se aplica a
personas de estados fronterizos al norte del país), chilangos (los que habitamos la ciudad y
la zona metropolitana, aunque existen versiones de que los chilangos son los que nacen en la
ciudad y por otro lado, los que vienen a vivir a ella), costeños (los que viven en la parte
costera de Oaxaca, Guerrero y generalmente Veracruz), por mencionar algunos, y otra
característica es que estos calificativos no se refieren efectivamente a un estado bien
delimitado políticamente, sino a un conjunto de zonas, regiones, etc.

56
asignarles una etiqueta-concepto que no sea dinámico en sí mismo;
que refleje la esencia, tendencia y forma particular de constituirse
como subcultura juvenil; esto, además, se relaciona con su
constitución estética a manera de collage. De alguna manera, ellos,
grupalmente, tienen denominaciones y formas particulares a partir de
los gustos, prácticas y preferencias fundadas en aspectos históricos,
del imaginario y la tradición migrante que conocen; pero, tomar esta
referencia limita el conocer su expresión en un amplio espectro-
concepto cultural que expresan.

Observando la constitución de los grupos y a los jóvenes que trabajan


en construcciones, el comercio informal y que ocupan de manera
conjunta los espacios de la urbe y sus centrales camioneras, es
necesario reivindicar al rock urbano como una de las principales
corrientes musicales y culturales bajo las que converge un sector
importante de ellos. Es decir, los grupos de migrantes y jóvenes
habitantes de la zona metropolitana son audiencia importante de este
género citadino, a la par que muchos jóvenes de la urbe han dejado
de serlo. Recorriendo el discurso de las bandas de rock urbano, los
jóvenes migrantes que transforman su atuendo se identifican con la
música y sus prácticas. Es posible expresar de manera gráfica que la
influencia del rock mexicano salió del centro de la ciudad en la década
de los 80’s y, por efectos de la migración, se ha expandido hacia sus
alrededores, generación tras generación; casualmente siendo el flujo
de los migrantes en sentido contrario.

En la misma dirección, como lo advierte Gama (en Wolfer, 2005) y se


observó en el trabajo de campo, esta subcultura se consolida a partir
de migrantes, pero la tendencia de construcción del estereotipo Top
model Mazahuacholoskatopunk, también se relaciona con jóvenes
habitantes de la zona metropolitana y que no necesariamente son
migrantes; quizá su familia lo sea, pero algunos de ellos ya son

57
originarios del Valle de México. En este sentido, encuentro que el rock
urbano se desplazó y toma influencia en las zonas rurales que
colindan con la ciudad de México. Ejemplos de lo anterior pueden ser
el municipio de Huixquilucan, Nicolás Romero, etc. Los menciono
porque creo que a partir de este género musical, la migración y la
juventud, procedentes de las zonas rurales de estados como Veracruz
y Puebla (los estados con mayor migración de jóvenes) y de los
municipios aledaños a la ciudad de México, encuentran respuestas a
los cambios que se están expresando.

El término que usa Gama (2002) tiene sentido en el momento en que


lo acuñó, ya que los estereotipos a los que hace referencia, sin duda,
siguen vigentes pero, por otro lado, en la experiencia de campo, logré
ubicar la existencia de tendencias de los nuevos estilos musicales y
del tradicional rock urbano del Valle de México, es decir, hace 6 años
que les asignan una etiqueta tan curiosa y enriquecedora para
entender este fenómeno, pero no existía como estereotipo y moda la
música reggaeton, el estilo de baile y música duranguense, la
electrónica y tribal, por mencionar algunos géneros. En este sentido,
es que creo conveniente readecuar el término para referirse a los top
model mazahuacholoskatopunk conforme a las nuevas tendencias
que retoman para vivir la ciudad y que se relacionan con las
mercancías simbólicas y gadgets24 que pueden adquirir. En todo caso,
si esto no se logra conforme a los términos de los estilos-estereotipos
que expresan, sí es necesario para las ciencias sociales considerar las
formas y conceptos que expliquen de manera coherente y dinámica
estas formaciones subculturales.

Por otro lado, también puedo proponer etiquetas como

24
Un gadget o gizmo es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica,
generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso. Los gadgets suelen
tener un diseño más ingenioso que el de la tecnología corriente… (Wikipedia, 2008: Gadget)

58
emopaisalocotrónico, rastapaisa pero al igual que en los géneros
musicales, estas mezclas e hibridaciones, expresan la capacidad de
fusionar e incorporar nuevos estilos, técnicas y estrategias de los
actores-ejecutantes culturales para construir y resignificar la realidad
que conocen durante el proceso migratorio y que, a su vez, expresan
para consolidarse en un género independiente, como lo han hecho las
subculturas juveniles a lo largo de cuatro décadas. La fusión que
estamos presenciando tiene elementos suficientes para concebirse
como una mera tendencia, mientras oculta una subcultura etérea de
mestizaje.

Es, pues, una mimetización que nace en el proceso migratorio y toma


forma a partir de nuevos atuendos y formas de interacción cotidianas
de su localidad con las de la ciudad. Acción que simboliza al/el
cuerpo, como lugar, en tanto que se vive el naufragio urbano de la
migración. Es decir, no pertenecer, no corresponder, el cuerpo se
inventa como punto de identidad y agregación. Es decir un nodo de la
socialización que busca y encuentra e intercambia, buscando su
autoconstrucción, en la solidez y unidad de la presencia que identifica
y distingue.

3.3.1 LA FUNCIÓN DE UN ATUENDO PROPIO

Por otro lado, el proceso de conversión del atuendo tiene como


función el adaptar a los jóvenes migrantes a las formas estéticas de
la ciudad como significado de progreso y superioridad respecto al
grupo, ya que migran por una necesidad en la que se deben
demostrar logros y experiencias que el otro no tiene y aceptan como
reto para ganar un lugar en el grupo o en la comunidad; otorgando
un significado ritual y tradicional en las comunidades de migrantes.

También es cierto que la metas del proceso migratorio nunca se


olvidan: dinero, progreso, oportunidad, mejorar económicamente,

59
superioridad frente al otro. Lo que destaca en los migrantes son la
humildad y los valores morales y religiosos, ya que si bien no todos
transforman su atuendo para vivir la ciudad, muchos lo hacen por el
bienestar que representa en la medida de sus posibilidades sin
abandonar los objetivos originales.

3 . 4 Institución, cultura y praxis

¡Pinche derroche de creatividad a lo pendejo!25

Para adentrarnos en el concepto de cultura juvenil, es conveniente no


olvidar que se debe postular teniendo como eje las prácticas y sus
significados que le dan sentido como actor sociocultural
independiente de las normas y parámetros de las instituciones
adultas.

También es necesario destacar que el concepto de cultura y juventud


debe construirse a partir de aspectos organizativos y comunicativos
propios. Sin alejarse de su propia naturaleza y forma. Es así como
debe captarse la esencia de los grupos: desde dentro, antes que
desde fuera, desde los factores que consolidan como cultura.

En un sentido amplio, las culturas juveniles refieren al conjunto de


formas de vida y valores, expresadas por colectivos generacionales
en respuesta a sus condiciones de existencia social y material. En un
sentido más restringido, señalan la emergencia de la juventud como
nuevo sujeto social, en un proceso que tiene lugares desde fines de
los años cincuenta, y que se traduce en la aparición de una
microsociedad juvenil, con grados significativos de autonomía con
respecto a las instituciones adultas, que se dota de espacios y
tiempos específicos […] en el plano de las imágenes culturales, las
culturas juveniles se traducen en “estilos” más o menos visibles que a
manera de bricolaje integran elementos heterogéneos provenientes

25
Me parece oportuno mostrar esta frase púes en este apartado se hará referencia a la
creatividad como característica de la praxis en los jóvenes, y la misma oración surge en
medio de una charla y un juego de cartas ya que los participantes improvisaron y
reorganizaron algunas reglas y posibilidades del mismo, además de que se conjugo de
manera espontánea. Como las ideas y muchos de nuestros buenos momentos. Gracias
amigos.

60
de la moda, la música, el lenguaje, el comportamiento no verbal, el
graffiti, los mass media, etcétera.(Feixa, 1993)

Cierto es que el concepto sociocultural de juventud se puede llegar a


confundir con la definición de grupo étnico en lo cultural y con los
adultos mayores en lo social, la distinción y justificación
estrictamente radica en su influencia e innovación de los procesos
socioculturales de las instituciones sociales en las que han de
insertarse a partir de lograr y demostrar madurez, independencia y
creatividad para poder reproducirlas y/o representarlas.

La confusión con personas de la tercera edad o grupos étnicos en


general, con la definición de juventud, se refiere a que se emplea un
mismo parámetro de edad y de divergencia existente en estos grupos
culturales; es decir, distinción a partir del grueso social mayoritario,
lo cual, como ya se ha mencionado, no excluye para poder
identificarse con las características de la juventud como actor
sociocultural.

Finalmente, quiero dejar en claro que para definir a los jóvenes y


lograr conocer a fondo sus características como actores sociales y
culturales, la juventud no cobra sentido en parámetros biologicistas ni
cronológicos relacionados con la edad, así mismo, no radica en la
divergencia o convergencia social, sino en la praxis apropiada y
matizada con valores, creencias y objetivos que nacen en esta etapa
de la vida y transgreden o alteran roles institucionales y espacios
generacionales propios y de los otros, locales y globales.

Es necesario reconocer la presencia, pertinente y coherente de los


jóvenes en lo histórico, cultural y social, ya que en épocas pasadas no
fueron agentes activos para la transformación de su/la realidad de
manera independiente, sino de una manera condescendiente que
correspondía a una lógica, normas, técnicas y valores determinados y
distintos. Esto coincide con la idea de que ahora los medios bajo los

61
que se mueven, comunican, organizan y, por otro lado, identifican y
distinguen, corresponden a procesos nunca antes experimentados en
lo social, cultural, político, ambiental y tecnológico que les permite a
través de la praxis una verdadera independencia en lo local y global.

Al mencionar independencia, no me refiero a un desprendimiento o


ruptura total con las instituciones y el sistema como es conocido, sino
a dos aspectos: 1) desconocimiento de las resultantes, tendencia y
conclusiones de sus movimientos, decisiones y acciones en lo grupal
e individual; 2) lo que nos obliga a reconocer la reestructuración del
sistema social, cultural y económico presente; a su vez, de los
valores, creencias y códigos de la interacción y comunicación social
que los sustentan, construyen y justifican26.

Aun así, los jóvenes siguen siendo candidatos a participar a través de


la moratoria social o rituales de paso para tomar parte activa dentro
de la institucionalidad adulta; pero al reivindicar un actuar, un interés
y afinidades distintas, se distinguirán o identificarán de/con la
sociedad y cultura de la que forman parte. En palabras de Brito
(2002: 43):

… las identidades juveniles se han ido construyendo a lo largo de la


historia a partir de su diferenciación con el resto social. La existencia
juvenil adquiere significación a partir del momento en el que se
establece una diferenciación cultural con los demás sujetos sociales.

La distinción comienza con nuevas y viejas utopías en tiempo


presente y por sí mismas efímeras con medios imaginados para
constituirse. Esto explica la influencia que tiene el desarrollo
tecnológico, el mercado, el flujo de información y las manifestaciones
y expresiones que se originaron en el marco de la globalización (arte,

26
A su vez, estos factores que se encuentran en pleno cambio nos hacen ver que son
resultado de sistemas culturales, sociales, religiosos, económicos y científicos dinámicos que
aportan sus medios y fines para captar, transformar y vivir lo real. Tal cual, naturaleza del
Hombre.

62
cultura, historia, identidad, religión y ética), a la que estuvieron
expuestas las generaciones de mediados del S. XX; por ende, con
efectos distintos y ahora como reivindicaciones propias.

En esta ocasión, tomaré como principio que, los jóvenes migrantes


influyen, transforman y dan sentido a su realidad sociocultural a
través de los medios que apropian, y se relacionan con los cambios
tecnológicos recientes27 y que ahora conocen, por la práctica
migratoria. Si los medios con los que apropian la realidad cambian de
manera constante (a partir de avances tecnológicos y flujos de
información), esto explicará conductas y formas únicas de
aprehender la realidad. Sea la generación que sea, en todas habrá
repercusiones en escenarios presentes y futuros a partir de los
pasados. En estos términos, se puede interpretar la marginación,
exclusión y una especie de analfabetismo informacional y de los
medios, expresado en agentes sociales que no se han expuesto a los
mismos. Igualmente, en otros campos de la sociología y la
antropología, se esta consolidando la idea de que la saturación de
información (provocada por la sobreexposición a los medios y el
manejo indiscriminado de datos relacionados con el consumo y
nuevas prácticas que derivan de la tecnificación de la cotidianeidad)
en la vida cotidiana provoca situaciones donde la memoria de los
encuentros se vuelve fugaz e incapaz de reconstruir contextos,
situaciones, momentos y personas, explicado esto en términos del
derecho a olvidar de cada individuo.

Las prácticas y formas de expresarse de los grupos de migrantes


jóvenes puedo considerarlas como una subcultura, ya que como
agrupación se constituyen e interactúan a partir de códigos de
comunicación, identificación-distinción, a la par de la pertenencia y
27
Observando de manera correspondiente que la Hi-Tech (Alta tecnología, vanguardia
[Wikipedia, 2009: Hi-Tech]) igualmente transforma hábitos y permite la expresión de nuevas
conductas y colectividades socioculturales.

63
permanencia28 donde participan por medio de la recreación de su
presencia (ante otros y ellos -ellos como resultado del reconocimiento
dentro del grupo y los otros como distinción con los que están fuera
del grupo) de manera constante, bajo los mismos términos y fines,
aunque con medios y mercancías simbólicas distintas.

Los avances tecnológicos y expresiones culturales minoritarias ahora


son factores para la deconstrucción de paradigmas y sistemas
imperantes en una sociedad, que a partir de las primeras etapas de la
globalización, ha manifestado cambios importantes e inéditos,
auténticos y reivindicativos a partir de nuevos actores socioculturales,
contextos, medios y utopías.

3.4.1 LA EXPERIENCIA, EL CONOCIMIENTO Y LOS NUEVOS


CONTEXTOS.

Considerando que el contexto es una nueva realidad (a partir de


espacios, lugares y tiempos) e implica particulares expresiones y
manifestaciones (sociales, culturales, económicas, históricas e
identitarias), que crea imaginarios, formas de identificación y
distinción en los grupos de migrantes que se forman en la ciudad, es
que entiendo que las condiciones se tornan diversas en temporada y
lugar, por lo que cada migrante crea un conocimiento a través de la
experiencia (oral o personal) con lo que se permite tener liderazgo y
control de las situaciones que se le presentan al grupo o
individualmente durante el proceso migratorio. Finalmente, queda
aclarar que en ocasiones la experiencia pierde vigencia por la falta de
correspondencia con la realidad debido a que se enfrenta a un nuevo
contexto.

Por la forma de asignar roles y funciones a los individuos en grupo o

28
Relacionare el concepto permanencia con la presencia de los jóvenes migrantes en lugares
(laborales, habitacionales y simbólicos) desde donde viven la ciudad por medio de la
resignificación de prácticas, atuendos y estereotipos de jóvenes urbanos.

64
comunidad, entiendo que la sociedad y cultura, tradicionalmente, han
concedido al conocimiento, la experiencia, sabiduría y sus técnicas, la
autoridad y libertad de cada individuo (haciendo referencia: la
información es poder), por lo que la evolución de estilos de vida y de
los medios como constructores de realidades no incluyen a quien los
ignora u omite para interactuar en un nuevo contexto y grupo.

El cambio o transformación cultural de los jóvenes migrantes o no


migrantes, depende de estos parámetros para entenderse y
expresarse. El migrante que sabe moverse-trasladarse en la ciudad y
puede comunicar, o entiende los códigos del lenguaje urbano, tiene
los medios para consolidarse en lo laboral, económico, social y
cultural.

Se menciono autoridad y libertad anteriormente porque los jóvenes


migrantes experimentados, al conocer y haber socializado en
territorios simbólicos distintos al de origen, tienen la información
necesaria para conducir, aconsejar y compararse con el grupo. Tienen
libertad y poder y los usan, dependiendo de sus intereses.

Si se es una figura de autoridad frente al grupo, se prolonga la


estabilidad y promueve su expansión o reproducción como tal, pero si
solamente se es representante de libertad a partir de estilos y formas
de vida con experiencia e interés bien definidos, sólo influye a
quienes les importa, no con el fin de manipular sino de compartir
principios y valores entre los integrantes de un grupo que se
identifican con él.

De esta manera, tiene vigencia y validez la institucionalización de la


experiencia, la sabiduría y autenticidad bajo la que se mueven los
grupos de jóvenes migrantes y no, de manera similar a los adultos,
interactúan bajo esta premisa en forma de leyes, normas y códigos
representados por valores socioculturales.

65
3 . 5 Identidades y distinciones

Gente anónima a quien nadie preguntó por qué


vagan, ni por qué emigraron;
Nadie se interesa en reconocerlos.
Ellos mismos olvidaron, borraron de su memoria
asociativa, su propia identidad.
¿Qué saben y que les importa saber ya, quienes
fueron antes?
El haber sido “alguien” en la vida social, o en la
política,
o en el arte o en ciencia –pillo o apóstol-
¿Acaso puede modificar o desfigurar lo que se es
actualmente? (Licurzi)

Distingo tres formas de la identidad dentro de los circuitos de la


juventud migrante que se expresan a partir de estereotipos urbanos y
no-urbanos, su mezcla. Aunque cabe dejar en claro que estas formas
de distinción-identificación cobran sentido de diversas maneras y no
implican más que lograr un posicionamiento con determinado grupo,
en determinado momento, con la característica de que estos son los
actos que forman la memoria colectiva de la migración juvenil.

Cada uno toma importancia a partir de que los individuos conozcan y


encuentren motivos en la realidad para construirse socialmente
tomando en cuenta el modelo identitario que prefieran. Esta decisión
no les compromete a nada, solo el pertenecer a un grupo en el que se
desarrollan prácticas y se conocen experiencias que de manera
individual no tendrían el mismo significado y sentido, al fin y al cabo,
a partir de estas primeras experiencias, ellos podrán a futuro
desarrollarlas de manera independiente, con el mismo grupo u otros
acompañantes.

Los jóvenes migrantes están en una edad y oportunidad social donde


pueden cometer todos los errores posibles y con ello podrán aprender

66
y conocer experiencias que les servirán para madurar socialmente y,
en otros momentos, cambiar de decisiones y retomar un destino
cultural y social más sólido, serio y responsable, relacionado a con
motivos migratorios.

Para lograr acercarnos a las prácticas de identificación de los


migrantes usaremos los elementos que definen Tamayo y Wildner
(2005: 22) en la consolidación de la identidad: reconocimiento,
pertenencia, permanencia y vinculación.

Antes de exponer los factores que consolidan la identidad, es


oportuno retomar las concepciones de Maslow y Bauman (2007) al
respecto de que el consumo no es un factor determinante en este
proceso identitario, ya que sólo es un medio que conecta elementos
que intervienen en la satisfacción personal y cambian
independientemente de las necesidades de los sujetos que les
adquieren; por tanto, únicamente son medios que enriquecen la
presencia y no determinan la identidad, en tanto que caducan y
carecen de sentido.

El primero refiere al auto reconocimiento (identificación-distinción)


para con un colectivo o grupo en el que se juegan roles que expresan
unidad en tanto grupo identitario, a partir de la constitución como
agentes identificables por unos, con otros y entre nosotros mismos29;
Por otro lado, la pertenencia implica apropiar –ser y estar con actores
no humanos que están sujetos a densas cargas de prácticas,
discursos, creencias, valores y actitudes (Díaz, 2002: 26)- el contexto
que se habita y el grupo con el que se interactúa, consolidando así un
espacio social y cultural propio, distintivo, autentico, práctico, que les
identifica y les une.

29
Esta misma práctica se vincula con el acto performance en tanto que su objetivo es crear
una presencia donde se vincule lo individual y grupal.

67
El aspecto de la vinculación se expresa en relación con los lazos
simbólicos, las prácticas que, aunque están fuera de un constructo
cultural, unen al grupo a partir de necesidades y metas, en el aspecto
íntimo de los significados culturales de cada grupo implica todos y
cada uno de los nodos que como red social les permiten interactuar
en el contexto urbano a partir de que se logran identificar como
grupo instituido-identificado bajo los elementos antes mencionados:
reconocimiento y permanencia.

La idea de la permanencia es diferente de los otros elementos ya que


el proceso migratorio influye en demasía sobre la constitución de los
grupos, pues al estar en un constante desplazamiento por la ciudad,
los jóvenes migrantes dejan de ser/estar dependiendo de su
situación/localización laboral, en términos del naufragio que
representa la separación del grupo más extenso. Pero esta
permanencia no sólo significa en términos físicos y tangibles la unidad
grupal, sino que también…

Se relaciona en forma estrecha con el tiempo y la duración del estar


en un lugar, que comunica niveles de arraigo. Es la duración de
sentirse parte de un nosotros semejante. Así puede haber identidades
de mayor permanencia que otras, [esto] permite examinar las
identidades en su temporalidad, entre el origen del “ser” y “no ser”
más. Los ritmos de la temporalidad que constituyen la cotidianidad,
de ahí que estos dos conceptos estén ligados de manera íntima:
tiempo y cotidianidad […] La permanencia se manifiesta en rutinas,
pero de manera simultánea, en tanto se esta en un espacio y un
tiempo; reproduce con ella la intersubjetividad, la posibilidad de
compartir la interpretación y el lugar con los otros. Es entonces
cuando se generan códigos comunes de comunicación […] la
vinculación, la interacción social y simbólica, la relación
intersubjetiva, la formación del nosotros, la solidaridad. Si la
identidad es el proceso de reconocerse, también es el acto de
reconocerse en el otro […] Todo eso se hace a través de la
intersubjetividad, y ello convierte la idea del “yo” en “nosotros” […] la
identidad como ese acto de vincularse entre sí, de compartir que a su
vez construye la idea de comunidad […] que parte de una
identificación con ese “nosotros” constituido. (Tamayo y Wildner,
2005: 20-21)

Las formas de distinguirse-identificarse al interior de los grupos de

68
migrantes están basadas en la superioridad, originalidad y en
parámetros como el machismo, tradiciones de géneros y costumbres
como universos culturales similares en la población urbana, pero más
directos y que contrastan en la manera en que son aplicados. La
introducción de nuevos atuendos en su vida cotidiana y el uso de
nuevos signos y códigos de comunicación enriquecen su interacción
con la ciudad y terminan mimetizándolos en el contexto urbano. No
es que se pierda la distinción con el resto de la población urbana, sino
que a partir de las formas y dinámicas con que interactúan, reflejan y
manifiestan el estilo de vida de las personas que habitan la ciudad. La
comunicación es fluida, los códigos se interpretan como deben de ser
interpretados y los lugares representan oportunidades de encuentro,
recreación, comercio y como oportunidad performativa para crear
presencia a través de los atuendos.

Entiendo a esta juventud no-urbana como constructo sociocultural


que se expresa a partir de que participa en el movimiento migratorio;
éste, a su vez, se ha constituido como práctica generacional que
transgrede los limites de edad y valores culturales en cada
comunidad. Son jóvenes migrantes en la ciudad de México,
Guadalajara, Monterrey, Tijuana, etc., pero, en los lugares donde sus
prácticas no han resultado en aspectos divergentes a la
institucionalidad o normatividad local, son jóvenes sin adjetivos, con
ritos, retos, símbolos, prácticas, identidad y cultura propios.

Al referirnos a la cultura de los jóvenes migrantes nos referimos a la


del lugar de origen. Ahora que habitan la ciudad, los atractivos
sociales, económicos, de distracción e históricos de su lugar de origen
quedan relegados, olvidados y perdidos en la transición que supone la
migración, la juventud, la moda y los estereotipos. La juventud al ser
una etapa de transición, cambio, reconocimiento y desarrollo;
durante el proceso migratorio, el olvido será afirmado hasta el punto

69
en que las condiciones y experiencias reafirmen los valores culturales
y sociales que se opacaron para lograr sobrevivir a la excesiva
luminosidad del ente urbano que resplandece junto a los bolsillos
llenos de dineros. Cuando la ciudad y su realidad se opacan de
manera recíproca con el brillo del oro y los placeres urbanos, la
humildad, la sencillez, la dignidad y los valores morales y culturales
de los lugares de origen se muestran firmes, como cuando empujaron
a sus hijos al abandono, la aventura y la oportunidad.

El adjetivo de ruralidad, no-urbanidad se manifiesta cuando los


migrantes entran en contacto con el contexto urbano. La ciudad
clasifica y define a la juventud en estereotipos, modelos y prototipos
a partir de colectividades y agrupaciones socioculturales.

Al identificarse generacionalmente con la juventud de la ciudad, los


jóvenes migrantes encuentran un rival, un cómplice, su compa, su
vale, su camarada, socio, valedor, un chilango con el que compiten,
comparten, se distinguen e identifican.

En este sentido, la ciudad y sociedad han definido lo que debe ser un


joven, las instituciones bajo las que debe circunscribir su praxis, los
retos y ritos que debe cumplir para lograr ocupar un lugar en la
cultura local.

Los jóvenes migrantes, junto a los jóvenes urbanos que han


desertado de estas normas institucionales, forman parte de otras
juventudes, a partir de lo que llama Brito (2002) praxis divergente,
donde las prácticas son medios para lograr consolidar su presencia
con los otros y entre ellos. Estas propuestas de modos y estilos de
vida que han logrado construir grupos, forman y dan cuerpo a la
interacción entre identidades, con metas y fines bien claros que
trascienden sus fronteras generacionales, institucionales y socio
culturales.

70
En lo anterior nos referimos a la ruptura sociocultural de los 60´s que
acoge las primeras disidencias institucionales y antisistémicas del
siglo XX, las cuales encabezaron el rejuvenecimiento del statu quo a
partir de nuevas formas alternativas para interpretar la realidad
global y local.

A través de esta revolución permanente en aspectos tecnológicos y


paradigmáticos es que la juventud se ha institucionalizado a sí misma
en la informalidad, marginalidad, inconformidad, disidencia e
incomprensión de las calles, los salones de baile, tardeadas (lugares
con un sin fin de símbolos y significaciones que han formado el
imaginario que atrae a los jóvenes del interior e inspira para migrar)
y las plazas públicas como centros de reunión predilectos que los
acogen a manera de consumidores y vendedores; donde son
audiencia, medio y mensaje de si mismos.

Los jóvenes migrantes ocupan espacios intersticiales de la ciudad


donde construyen comunidades para reivindicar su presencia a partir
de retos primarios para lograr un posicionamiento y un reencuentro a
través de la confianza con lo integrantes del grupo migrante; en este
tipo de eventualidades cotidianas, los lazos que los unen se vuelven
similares en cuanto a calidad con el parentesco, pues cada acto y
momento, es una muestra de lealtad, identidad, cariño, amistad y
solidaridad. Estos valores llegan a expresarse por el sentimiento de
soledad y el naufragio urbano, ya que únicamente se tienen ellos (el
migrante deposita la confianza que esta dispuesta a dar al otro,
siendo así que deja de ser singular para pluralizarse en la práctica, es
decir se proyecta buscando reflejarse de manera perfecta para
identificarse y/o distinguirse), y en grupo pueden lograr hazañas,
metas y no perder oportunidades. Expresan su fuerza y capacidad de
manera comunal.

En el espectro de urbanidad en el que se encuentran, existen muchas

71
juventudes y jóvenes, donde resultan ser un grupo marginal,
violento, olvidado y chambeador; que se gana la confianza, y da
seguridad a cualquiera que responda en los mismos términos. Que
son finalmente expresiones de solidaridad, cooperación y lealtad,
similares a las de las pandillas marginales de los 80’s en la ciudad de
México y su área metropolitana. ¿Qué tranza con las bandas?30

3.5.1 CONFLICTO: IDENTIFICACIÓN-DISTINCIÓN

La juventud es audiencia de manera consciente, buscando novedades


y afinidades o simplemente son víctimas de la publicidad y los
estereotipos que manejan. Aquí, una diferencia, el joven que
participa en las bandas, subculturas y contraculturas no es afín a
estereotipos promovidos por los medios y las industria cultural
imperante, aunque si comparten las actividades recreativas y de
entretenimiento que por medio de ellos se promueven, son críticos
frente a los estereotipos y los modos de vivirlos y esta postura
depende de la posición y condiciones que tienen para apropiarlos.

El término juventud representa a los pobres, los ricos, los


convergentes y divergentes al sistema social y cultural, los que se
agrupan alrededor de estereotipos los conozcan o no, los que hablan
de jóvenes y apropian sus prácticas, los que desarrollan sus
proyectos31, todos ellos distintos al migrante y al indígena, que lo
rechazan, aceptan o toleran por su condición, donde lo identifican y
distinguen por no corresponder a el estereotipo citadino. A este
sistema dividido por los medios (a partir estereotipos) y
oportunidades socioeconómicas es que se tienen que enfrentar los

30
Retomo esta frase que titula el libro de “”, donde realiza una radiografia de la vida urbana
de las pandillas en la ciudad de México, igualmente porque en el primer apartado del 5to
capitulo menciono la relación-identificación que se encontró entre los
mazahuacholoskatopunk’s y el rock urbano como música representativa de la banda
marginal de la ciudad de México.

31
En estas actividades se encuentran los adultos jóvenes.

72
que migran, jóvenes y no tan jóvenes.

La juventud migrante encuentra en esta distinción una base para


definirse a partir del otro. Así es que en este momento se despliegan
las posibilidades para el migrante a partir del grupo con el que han de
interactuar. Y del grueso generacional y juvenil, reconozco tres
grupos principalmente que se relacionan con las mercancías
simbólicas a partir de la forma de apropiación.

3.5.1.1 Juventud y colectividad

En el primero grupo hay indígenas y marginados, citadinos o


migrantes que, como se ha visto y se explicará más adelante, se
apropian de las mercancías y las usan para distintos fines, como
medio y también sin agregarles un valor simbólico; solamente por la
necesidad para la que están diseñadas. Mientras, otro grupo es de los
que están en los medios y con los medios; su praxis se relaciona con
las necesidades del consumo o son prácticas en las que éste regula la
circulación de mercancías simbólicas a partir de estereotipos e
información. El tercer grupo, contracultural o alternativo, está
constituido por las propuestas y la creatividad; con él, las
necesidades cobran sentido a partir de prácticas para la
reconstrucción de la realidad.

Con esto, delimito tres modelos para categorizar a los grupos


juveniles donde se pueden insertar los que migran: 1) el de su
cultura de origen y necesidades sociales en las que se desarrollan; 2)
otro es, considerando las prácticas desprendidas de estereotipos,
industrias culturales y circuitos comerciales con el único fin de crear
modas y que estas sean en sí una mercancía asimbólica para los
otros; no para ellos, y 3) finalmente, agrupaciones con formas de
vida y praxis fuera de los anteriores contextos que los cuestionan;
proponiendo -socioculturalmente- alternativas más humanas, menos

73
agresivas, no dogmáticas, tolerantes y justas, etc.

Ya que se plantearon algunas oportunidades de agrupación de los


jóvenes migrantes, hay que mencionar las condiciones con las que
pueden encontrarse al llegar a la ciudad, ya sea que habiten en el
espacio laboral o que por medio de algún pariente obtengan una
vivienda en algún barrio de la zona conurbada o de la ciudad.

Éste problema de la juventud migrante y los lugares que habitan,


esconde en esencia, el limitado acceso a los servicios educativos, de
salud y laborales; y estas carencias se relacionan con la disidencia, la
insurgencia, clandestinidad, la anormalidad, ilegalidad e informalidad
de sus actividades en la ciudad. Claro, dentro de estas zonas hay
vecinos, colonos, equipos, crew’s, grupos con afinidades políticas,
musicales, culturales, religiosas, sociales, étnicas, educativas,
artísticas o de recreación, como distintas oportunidades y sus
respectivas carencias materiales y personales.

Se logra observar que la forma de expresarse de los migrantes en las


plazas públicas de la ciudad es una salida, una alternativa, en busca
del descanso y el reencuentro con similares, con ellos mismos, que
como lo menciona Gama (2006):

…donde estos jóvenes obreros y empleadas domésticas se reúnen los


domingos como hicieran sus tíos y abuelos migrantes. (Gama, 2006)

La recreación es un aspecto fundamental para estos jóvenes


migrantes, ya que durante el tiempo que se comparte por
coincidencia y/o afinidad se producen sociabilidades espontáneas,
instantáneas y efímeras. Experiencias únicas y que son la mejor
tentación, para una generación que puede compartir el momento
como estilo de vida, como presente, aunque el futuro o pasado sea
complaciente y próspero, el tiempo de vivir es ahora, como lo afirma
Maffesoli (2000). Trabajan toda una semana para descansar, festejar

74
y buscar satisfacción por un día o dos durante el fin de semana.
Claro, la noche se incluye para descansar o como oportunidad de
extender el placer y la eventualidad de los sucesos. La noche se ha
vuelto un tiempo que a partir de lugares cobra importancia, significa
libertad y oportunidad para llevar a cabo ciertas prácticas. También
es un sinónimo de ausencia de autoridad.

3.5.2 CONTEXTO MIGRATORIO Y RECONSTRUCCIÓN DE


GRUPOS

En la migración interna de México se mueven todos los grupos


generacionales de una cultura y comunidad; en donde se proyecta un
escenario y particularidad para la generación de una comunidad.
Como contexto social, cultural y económico implica distintos
territorios que al interactuar resultan en atractivos para los jóvenes
que participan en el proceso.

Tenemos entonces dos variables de transformación originadas en el


traslado de un lugar a otro; a saber, el que un individuo cambia de
contexto territorial y social. Ya sea que conserve su grupo y se
apropien del espacio que le rodea, los cambios culturales son
distinguibles, dirigidos e interpretables de una manera más clara a
partir de la hibridación cultural; por otro lado, los cambios
socioculturales que se expresan por territorios, grupos e identidades
ajenas al individuo representan el origen de expresiones y
manifestaciones basadas en una tendencia de lo que ahora le rodea
social, territorial y culturalmente (léase top model,
mazahuacholskatopunk); esto se puede concebir en términos de
reconstrucción sociocultural en la que su origen identitario se oculta
para reafirmar la pertenencia y crear la presencia a través del
performance urbanizado como acto efímero, denso en lo significativo
y amplio en lo simbólico.

De esta manera, la juventud migrante se consolida fuera de su

75
contexto de origen, ya que para transformarse o reafirmase parte de
un nuevo contexto en el que se autoconstruye.

Los migrantes se comunican con los trabajadores que interactúan por


medio de la distinción e identificación. Resulta que ser de afuera,
migrante, jarocho, oaxaco, macuarro, chalán, refugiado, es sinónimo
de inferioridad en rango y capacidades, pero también es el uno con el
discriminado, con el restringido y con el marginado, con el
convaleciente en una suerte que expresa valores comunes de
solidaridad, hermandad, paisanaje, identificación y aproximación que
permiten contrarrestar y compartir la adversidad, diversidad,
dificultad, diversión, esparcimientos y gastos de lo ganado, lo
trabajado y logrado.

La adversidad y oportunidad alimenta y refuerza la identidad en la


medida en que se puede estar en el grupo durante el proceso
migratorio.

La definición de lo joven posee un trayecto teórico casi siempre


divergente, pero que ha tenido como soporte referencial la sociedad
urbana (González, 2003). Hablar de la juventud migrante implica unir
dos categorías disciplinarias como lo son juventud urbana y cultural
rural a partir de un proceso migracional; bajo esta premisa,
encuentro un desfase de contextos teóricos que para una y otra
disciplina dejan de lado bastantes referencias que no permiten
explicar las características de los jóvenes que migran a esta ciudad.
Son, pues, jóvenes migrantes que han quedado sin resguardo étnico,
cultural, identitario, social y económico. Así es como se encuentran
en la bancarrota anímica, devaluación cultural, marginalidad social,
informalidad laboral que les construye un contexto completamente
adverso en el cual se logra construir una subcultura.

Gran parte de los supuestos definitorios sobre la conformación de una

76
juventud rural aparecen como una

… "imposición identitaria", con asideros parcialmente empíricos,


debido a que las adscripciones identitarias juveniles o no han sido
indagadas o lo han sido residualmente y de la peor forma posible
(González, 2003).

A partir de esto es que se desconocen y confunden las formas de


organización e interacción bajo las que han consolidado una
subcultura y esta misma encuentra sentido en las instituciones
juveniles ya instaladas.

Se afirma lo anterior, pensando en los grupos de jóvenes que se


reúnen para conocer y reconocer personajes y lugares que cumplen
necesidades alrededor de la creación de la presencia; es decir, los
jóvenes mantienen una búsqueda constante de individuos y lugares
que identifican y toman significado a partir de que comparten los
códigos de comunicación del lugar y del grupo.

Desde décadas atrás: Salón Los Ángeles, los bares y billares de


Tacubaya y la periferia del metro Hidalgo, El Rodeo, Garibaldi, La
Merced y en general el centro histórico y Tacuba son frecuentados
por los jóvenes obreros; mientras que en municipios como
Naucalpan, este mismo tipo de establecimientos es mayormente
visitado por jóvenes militares; donde las meseras que atienden (léase
meserean y bailan) son igualmente migrantes. En este sentido, se
expresa una forma de identidad y una significación de lugares con la
misma función práctica y social, considerando las distintas
ocupaciones laborales y formas de ser.

3.5.3 CONSOLIDACIÓN DE LA JUVENTUD COMO


INSTITUCIÓN

El mundo adulto muchas veces deja de ser atractivo por su


incoherencia discursiva y práctica, esto, aunado a la calidad moral e
histórica de hechos y sucesos que son cuestionados por los jóvenes

77
desde décadas pasadas, con voz de reclamo o desinterés.

Es importante destacar que la revolución tecnológica (principalmente


en aspectos de la informática y a comunicación), la evolución
sistémica del capitalismo (como idea y proyecto del mundo adulto
que implica mercado y marketing) y la satisfacción/existencia de
nuevas necesidades, son los principales factores que han provocado
la ruptura entre los ahora jóvenes y adultos; púes refiriéndonos al
proyecto de vida de cada joven y los nuevos contextos,
principalmente tecnológicos, la etapa de paso de juventud cuenta con
atractivos que en antaño no existían, y los medios para apropiarse de
la realidad y transformarla son de fácil acceso.

Se observa una gran desventaja, ya que el avance tecnológico lleva


mayor velocidad que la comprensión práctica y adaptación a los
nuevos medios y gadgets de entretenimiento y uso cotidiano. Este
desfase tecnológico implica una nueva ola de formas de interactuar y
moverse en la globalidad.

Tenemos entonces, que la economía y la innovación tecnológica,


prestan las herramientas y crean las imágenes bajo las que se
apropia y construye la realidad de la juventud; es decir, la influencia
mediática en lo sociocultural, no de lo sociocultural en lo mediático.
Implícito está el significado que ha adquirido cada una de las
mercancías tecnológicas y culturales.

Las prácticas lúdicas (el ocio, la recreación y el divertimento) como


intersticio habitado-construido por la juventud, dentro de la agenda
de tiempos, rutinas y espacios laborales se define individualmente, lo
que refleja diferentes formas de aprovecharlo y de vivirlo. Este
espacio incoherente entre la práctica, discursiva y de costumbres del
mundo adulto se manifiesta como un vacío ocupado por necesidades
desbordantes, lleno de vida, deseos, sensaciones y emociones,

78
divergentes e innovadores para los jóvenes. La consolidación de
instituciones juveniles se basa en la coherencia práctica y discursiva
de los representantes del movimiento, o del icono, concepto o gurú
en onda y turno.

Finalmente, se logra conceptualizar la migración juvenil a la ciudad;


pero, se observa que el aspecto identitario resulta ser transformado
por las especiales formas de permanencia y vinculación con ella, la
migración, los imaginarios y formas de pertenecer. Con lo anterior,
encuentro que los puntos nodales que permiten la perpetuación de
los grupos Top model, mazahuacholoskatopunks en la ciudad tienen
que ver más con los aspectos locales –dependiendo de donde se este
cultural y socialmente-, ya que, si bien es cierto, se es de donde se
está, pero no como lugar dado donde se quiere estar, con lo que
podemos observar que naufragar en la ciudad tiene como ventaja la
libre decisión de pertenecer de manera personal y grupal, a partir de
medios y experiencias, consejos y curiosidades.

Este componente de vinculación expresa con claridad el sentido de


pertenencia a un grupo, a una red o a una institución

La identidad colectiva entonces es la producción de significados en


(de) una acción colectiva. Es una unidad donde sus elementos se
sienten parte. Es una red de relaciones activas entre actores que
interactúan y toman decisiones. (Tamayo y Wildner, 2005)

3 . 6 Performance: creación de la presencia

El Hombre, al ser un animal autoperformativo


crea su presencia y a su vez esta es creada
inevitablemente por otros performances (Turner,
1987, ibíd.)

Para este apartado, recurriré a los conceptos de performance, rituales


de paso y sus implicaciones simbólicas y significativas desde los
términos de Díaz (2002), donde expone que las interacciones sociales

79
están mediadas por acciones significativas que implican actores tanto
humanos como no humanos que dan movilidad y construyen estratos,
posiciones y movimientos dentro de las agrupaciones socioculturales
en general y, en este caso, específicamente en las juveniles.

Encuentro bastante oportunos estos conceptos, ya que en ellos


subyace la explicación de los atuendos a partir de que conforman una
red de significaciones por medio de las que se reproducen dinámicas
en las que los actores sociales encuentran una posición a partir de la
autoconstrucción presencial en su grupo y los grupos de los que se
rodean.

Lo cierto es, como expondré más adelante, que existen grupos que
entienden e identifican las expresiones corporales, estéticas y
comunicativas de los jóvenes migrantes, mientras otros tantos las
interpretan o simplemente las ignoran, no de manera despectiva sino
que no pueden captar lo expresado visualmente y, por ende, no
tendrán una respuesta coherente. Además, esta idea se liga a la
esterilidad significativa en que se encuentran las mercancías
simbólicas que se usan fuera de los grupos que las originaron y ahora
toman otros sentidos al ser apropiadas por sujetos sociales que se
construyen dentro de la migración.

Si bien la noción del performance sufre actualmente una inestabilidad


conceptual, […] esta noción alude más a acciones que a textos, es
decir, los textos o guiones fijan a aquellas; se refiere más a la
construcción social de la realidad que a su representación; y nos
remite fundamentalmente a hábitos y técnicas corporales. El
performance, y la ritualización como uno de sus casos singulares,
está articulado con la creación de la presencia: puede crear y hacer
presente realidades suficientemente vívidas como para conmover,
seducir, engañar, ilusionar, encantar, divertir, aterrorizar. (Díaz,
32
2002. 27)

32
En consecuencia distingo esta noción del performance […] que se refiere más a la
admiración de las impresiones estratégicas, es decir, la administración de la expresión del
yo, en las relaciones cara a cara en la vida cotidiana. [Nota al pie del texto citado]

80
A partir de la creación de realidades en la espontaneidad y
administración de encuentros cotidianos es que el performance toma
sentido como interacción que devela, provoca y conecta afinidades,
sentimientos y percepciones entre ellos y con los otros.

Con esto, entiendo también, que presenciar las representaciones


performativas de los jóvenes no es garantía de poder interpretar los
códigos, signos y símbolos comunicativos, como lo escribe Díaz ya
que…

…el performance es un hacer que describe ciertas acciones […]


focaliza esa presencia en tanto acto de creación […] que atraviesan e
implican campos discursivos preexistentes […] con que se han
construido y de que están armados previos performances […] ya
completados (ibíd.)

Los cambios suscitados durante los rituales de paso, principalmente


en la fase marginal, se observan cuando los jóvenes migrantes al
desprenderse de la comunidad encuentran, prácticas en las cuales
identifican y reivindican su juventud e independencia.

La función del proceso migratorio como reto pierde sentido frente a


las nuevas formas de vivir la ciudad. Es así como el estilo de vida
juvenil de la urbe cobra sentido para los migrantes y ahora se
identifican por medio de prácticas con las que crean su presencia y
entran en un nuevo performance (como reto-ritual para construir su
imagen y presencia) de agrupación e identificación a partir de
imaginarios que se forman y de alguna manera son el atractivo de la
migración. Esta imagen forma parte de los ritos de paso y condiciones
que se establecen en los grupos y tiene como función dar sentido a
sus prácticas, identificarse y distinguirse.

En estos grupos que se han formado a partir de imaginarios urbanos


se observa la continua creación de la presencia a través de los
atuendos y por medio de…

81
…actores no humanos que están sujetos a densas cargas de
prácticas, discursos, creencias, valores y actitudes (ibíd.: 26)

Para un ejemplo sobre los actores no humanos performativos, se


puede citar el acto de la bendición católica del sacerdote, del
representante religioso y/o el de los padres, como acto final para que
los que migran inicien el ritual de paso en el que de manera individual
incorporan sentidos, símbolos y significados que preceden a logros,
parámetros y condiciones culturales. Existe la posibilidad de aceptar o
rechazar el ritual que corresponde a cada integrante de los grupos,
mientras se pueda justificar el fin y los medios que originan tal
decisión; ésta última tiene que ser complaciente o condescendiente
con las instituciones y normas del grupo.

Los rituales de paso juegan un papel fundamental para los migrantes,


ya que desde ellos alcanzan posiciones y distinción con sus grupos.
Esta ritualización de la migración se incorpora de manera paralela a
la moratoria social que tiene como fin preparar a los futuros
representantes de las instituciones adultas. Al aceptar los retos del
grupo, el joven migrante tiene derecho a ser distinguido y ganar un
espacio que implica nuevos roles y libertad para con los adultos; y
entre sus compañeros generacionales ganará respeto y autoridad
sobre los que no han migrado. Así…

la ritualización debe concebirse como un caso singular de


performance: actos que crean presencia, haceres que son
simultáneamente cosas hechas, acciones que transforman y
confirman, que modifican y consagran […] a los grupos juveniles, y al
mismo tiempo para ellos es un recurso cultural significativo…

… en ciertas sociedades tradicionales, al abandonar a sus grupos, el


viajero estará sujeto a un rito de separación, al regresar a uno de
incorporación. En palabras de Van Gennep, [tres] fases: la de la
separación, la del margen y la de incorporación. (ibíd. 28-29)

La idea básica del muchacho es ser identificado/distinguido a partir


de los parámetros establecidos por el grupo que corresponden a su
imagen juvenil y que al mismo tiempo convergen con la posibilidad

82
de que se ocupe-apropie de un espacio desde donde se proyecta y
desarrolla. En estos momentos, conocer sobre música, tener
experiencias sexuales o simplemente pareja sentimental, usar ciertas
sustancias y mercancías, conocer nuevos lugares, retar las
capacidades físicas, utilizar atuendos originales (en cuestión de marca
y novedad) o simplemente cambiarlo de manera continúa, conlleva al
joven a tener un lugar distinto, respecto al resto de los integrantes
del grupo.

Tal retrotraer no supone sólo repetir; mejor […] todavía abierto a la


posibilidad de sus efectos, de interpelar sus efectos emocionales y
políticos, de interpelar esas relaciones sociales y hábitos corporales
que consagra y reitera. Abierto, púes, a transformar […] sus tópicos,
materia y elementos, o a resignificarlos. Y por supuesto ese presente
performativo, ese transcurrir que crea presencias, puede destacar,
reforzar y evidenciar con vigor las asimetrías, las máximas sectarias,
las categorías opresivas preexistentes, las autorepresentaciones y
representaciones estigmatizadas: puede crear y hacer presentes,
según señalé, realidades suficientemente vívidas como para
conmover, seducir, engañar ilusionar, encantar, divertir y aterrorizar
(ibíd.)

Este proceso del performance expresa una dualidad comunicativa,


con ellos y con los otros, siendo los primeros los que comparten el
contexto, el espacio laboral y habitacional; por otro lado, los otros
son lo adultos, los contratistas, arquitectos, los policías, las meseras,
los chavos, los chilangos y todos esos habitantes que pueden conocer
y tratar de manera amistosa, pero no más allá que en términos de
confianza, parentesco, hermandad33 y paisanaje.

El que ostenta este lugar de distinción debe conservarlo, superarse a


sí mismo y frente al que quiera compartirlo. Los elementos simbólicos
bajo los que se construye esta representación y hacer social son

33
El término hermandad en este momento lo referiré a expresiones juveniles que se refieren
a la entrega total por una persona con la que no comparten relaciones de parentela ni en lo
político ni de consanguinidad, pero las experiencias y formas de actuar mutuamente son
justamente comparables con personas que tengan esta calidad. Expresiones de esta relación
de Hermandad pueden ser: Mis respetos pa’ este cabrón, Si se manchan contigo yo le brinco,
Ese güey no es puto… este güey es la banda, este carnalito no se abre, etc.

83
siempre los que significan novedad, para el caso de las mercancías
simbólicas que resignifican los jóvenes migrantes y que son parte de
la discursividad de las subculturas y tribus urbanas. Es curioso
observar que al referirse a múltiples expresiones juveniles y
estereotipos mediáticos de la ciudad, los migrantes tienen un amplio
espectro por cubrir y difícilmente encuentran fin y conclusión a la
constante reinvención de su imagen y atuendo.

Las mercancías, al ser originadas por las tendencias de la moda y


estilos comerciales, no tienen trascendencia cultural y un significado
consecuente, solamente cumplen la función simbólica de que tenerlas
implica distinción y originalidad.

El reacomodo que, como ejemplo, se puede tomar es con la partida


de un familiar que represente respeto y que sea una imagen e
influencia dentro de los grupos; por ejemplo, el hermano mayor para
un hermano menor, el padre para el hermano mayor, donde éste
primero pudo tener influencia de su padre, o de algún pariente de la
misma generación. Para ejemplificar: se efectúa un acto performativo
entendido así por el hermano mayor, en caso de que el que migre sea
el padre, ya que, a su vez, deberá reemplazar al que partió.

No simplemente es necesario cumplir con la rutina del que parte, sino


que se deben de tomar decisiones y posturas a manera de trasplante
social y cultural, esto se dará durante el tiempo que esté ausente. Lo
mismo sucede con los jóvenes que llegan a la ciudad y conocen
personajes que usan atuendos que les atraen y por medio de los
cuales pueden reconstruir su presencia tratando de distinguirse del
grupo, reinventan su atuendo buscando diferenciarse del mismo que
los inspira; en cada momento del discurso por medio del cual se
distinguen, expresan la diferencias y particularidades, incluso su
negativa a ser comparados.

84
3.6.1 EL PERFORMANCE COMO EXPRESIÓN LOCALIZADA
En los migrantes jóvenes que se conocieron durante la fase de
campo, observó que a partir de un proceso ritual performativo como
lo es el acto de migrar, los jóvenes encuentran las condiciones, al
consolidarse como grupo en la ciudad, para identificarse y
distinguirse, asignando símbolos y significados a sus prácticas
cotidianas. Encontré que al integrarse y pertenecer a otro grupo con
características basadas en el proceso migratorio, tendrán que
construir otros performance con el mismo objetivo de crear presencia
y demostrar pertenencia. Este intersticio urbano que se encuentra al
migrar, específicamente al descender del autobús en la central
camionera, permite que la gente umbral (como les llama Turner)
otorgue prioridad por el grupo que ahora da sentido y reivindica su
juventud.

En palabras de Turner (en Díaz, 2002: 30):

La fase marginal o liminal, donde el hombre ritual –y conviene decir:


donde el ser transicional- no pertenece ni a lo sagrado ni a lo
profano, o bien pertenece a ambos, donde ya dejo de ser lo que era y
todavía no es lo que será; en está fase no esta aquí ni allá: donde
está entre lo uno y lo otro. Los atributos de las personas liminales o
“gente de umbral” son necesariamente ambiguos: eluden o se
escapan del sistema de clasificaciones que normalmente establecen
las situaciones y posiciones en el espacio sociocultural. (1988)

Sumando la idea del proceso ritual construido y reconstruido a partir


de actos performativos destacaré que un ritual se desarrolla de
manera paralela a otro, pero en fases y lugares distintos durante el
proceso migratorio. A saber, mientras en el proceso performativo del
ritual de paso que se desarrolla durante la partida de un migrante,
estará frente a su comunidad en una fase marginal; la segunda fase
que describe Van Genep citado por Díaz (2002: 29), separado física y
culturalmente del grupo. Mientras, en la ciudad se comenzará a
incluir en otros, será participe y compartirá a partir de diversas
formas comunicativas los símbolos y significados de un contexto

85
imaginado y con dinámicas y texturas socioculturales propias. En
estas nuevas condiciones, encuentra la necesidad de agruparse con el
único objetivo de poder sortear las condiciones, en su mayoría
adversas, que encuentra al llegar a la ciudad. A partir de la
consolidación y de establecerse como grupo, los jóvenes migrantes
comparten una suerte de significados, experiencias y objetivos bajo
los que encuentran sentido sus propios códigos, posiciones, ritos y
nuevas formas de crear presencia.

3.6.2 FASE LIMINAL, PRESENCIA Y LENGUAJE

El que un grupo de migrantes en la ciudad se comunique en algún


dialecto (sin distinguir los atuendos), a pesar de que hable español,
significa que busca privacidad; los hablantes reproducen sus
costumbres y les funciona como acto que reafirma la presencia-
pertenencia. Esta práctica se relaciona a mensajes que no quieren
compartir con los no entendidos de este código; también, a la
costumbre y comodidad que todo ser social encuentra en su lengua
materna y, con ello, revive la cotidianidad de su lugar de origen;
además, es una reafirmación de manera identitaria frente al otro,
hable o no la lengua, comparta o no las costumbres; se es medido y
sometido a un reto por el que el no-hablante de la lengua, reafirmará
camaradería, solidaridad y podrá ser reconocido como gente de fiar.

La pertenencia a través del lenguaje tiene un doble sentido, ya que


por un lado les otorga un lugar de distinción que margina a los que
no lo hablan, de manera directa e indirecta, y, por otro lado, saben
que al usar su lengua fuera del grupo, podrán ser marginados y
etiquetados con estereotipos generalmente despectivos referidos a su
identidad y origen cultural.

86
Así en la fase transicional o liminal de los ritos de paso […] los seres
transicionales […] no tienen estatus, ni propiedad ni insignias, ni
vestidos normales, ni rango o situación de parentesco, nada en suma
que los deslinde estructuralmente de aquellos compañeros con
quienes experimentan o vivencian la transición (Díaz, 2002: 30)

De manera conjunta, ambos procesos (la migración y uso del


lenguaje), implican cambios y reconstrucciones socioculturales a
partir de imaginarios en cada actor social y modifican sus relaciones,
sus grupos y metas particulares; este ser transicional debe construir
su presencia frente a los otros, en la urbe y en su comunidad. Aquí
nos interesa, que desde estas formas de interactuar se constituyen
los grupos de migrantes en la ciudad y se desprenden prácticas,
identidades y tendencias subculturales.

Sin embargo existen límites: los neófitos34 retornan a la sociedad


secular ciertamente con las facultades más alerta y con un
reconocimiento realzado de las cosa, pero deben someterse, con un
nuevo estatus y posición, a otra red de relaciones, responsabilidades
y derechos, a la costumbre y a la ley (Turner, 1980; Citado por Díaz,
2002: 31)

Es cierto que un sujeto social o actor cultural al pasar por un proceso


ritual, logra un lugar dentro de una estructura que puede transformar
a partir de que aprendió a construir su realidad en ese tiempo y
lugar. Ésta se construye a partir de grupos, intereses, fines, normas,
signos y símbolos. Estos últimos son creados a imagen y semejanza
de cualquier estereotipo que en la actualidad pueda expresar
necesidades sociales, culturales, artísticas, de moda y temporada.

Se resaltan moda y temporada, pues las temporadas implican un


ambiente, una forma de agrupar y también son factores que crean
formas de interactuar, de sentir, pertenecer y compartir a partir de
atuendos e imaginarios que evocan las estaciones del año, los ciclos
festivos, laborales, etc. en la colectividad de los migrantes.

34
Neófitos: Personas liminales, seres transicionales al margen o en segunda fase del proceso
ritual como acto performativo. Nota del Autor.

87
En la ritualización, entendida como una red de relaciones simbólicas,
son tan importantes los actores humanos como los no humanos en
cuanto nodos de esa red. Los tatuajes, los anillos, la credencial de
membrecía al Club de Admiradoras de Luís Miguel, un crucifijo, las
sustancias psicotrópicas, cierta ropa, la medicina del curandero, la
bandera, constituyen actores no humanos que están sujetos a densas
cargas de prácticas, discursos, creencias, valores y actitudes.(Brito,
2000, 26)

Se observó que los retos y ritos de las instituciones adultas de origen


ya no tienen, o pierden, el significado en cuanto que no son
concluidos y realizados en los términos y tiempos acordados; por otro
lado, recurren a la reinvención de estos para identificarse y
cohesionarse fuera de lo familiar y comunal con grupos
generacionales y situacionales.

Los jóvenes que en el proceso migratorio se agrupan, reinventan ritos


y retos para interactuar en lo colectivo, retoman lazos de unión con
su comunidad; la ritualidad les permiten estar/ser dentro del círculo
de interacciones culturales, con prácticas que se enriquecen en la
inclusión y adaptación a los colectivos de migrantes.

Estos grupos se forman por invitación o presentación y logran una


identificación entre sus integrantes, con base en que se comparte el
mismo contexto o el lugar de origen y parentesco.

En el caso de los migrantes que trabajan en algún proyecto


arquitectónico, la distinción también se presenta en la actividad o
trabajo que desarrolla cada uno. Es así que si se tiene un oficio o
grado de oficial o medio, la edad no importa, ni el lugar de origen; se
es distinto del que no lo tiene, del que cobra por lo que hace y no por
lo que sabe.

El objetivo generalmente dentro de los migrantes que trabajan en


una obra en construcción es tener o desarrollar cierta habilidad, ya
que es una oportunidad para lograr beneficios, ventajas y distinciones
frente a los que le rodean, en lo económico, social y cultural.

88
A manera de resumen, se encontró que la identidad, las actividades
que se desarrollan y la ciudad en sí misma, inspiran metas y
objetivos distintos que se deben satisfacer desde el corto hasta el
largo plazo, por un lado 1) la cotidiana creación de la presencia, 2) la
constante búsqueda de oportunidades para lograr un mejor ingreso
que permita acceso a mejores condiciones de vida y poder adquirir
bienes simbólicos y necesarios, y finalmente, 3) la constante
adaptación y aprendizaje de las dinámicas de la ciudad y sus
habitantes que, en suma, significan la valoración de la experiencia
migratoria, de donde depende la decisión de continuar en la ciudad,
regresarse al pueblo, y analizar en qué tiempos y términos queda el
lugar del que vienen, en el que ahora viven y al que van.

89
El otro yo es un cuerpo que yace en el suelo en
medio de la calle. Por metálicas venas corre la
desesperación de una raza en vías de locura. La
saliva, los olores y las voces portan el virus ira.
Por el drenaje fluye el eco de nuestra
civilización, murmullos que sólo escuchan las
ratas, las cucarachas y los cadáveres...

^•Z•••Y•]

“La ciudad de México siempre parece asfixiante".


Paisajes en gris. En la institución, un par de
pies descalzos caminan por largos pasillos y por
los rincones de la mente. (Leda, Colectivo
Binaria, 2005) *Texto completo en el Anexo.

90
4 JOVEN: METÁFORA E IMAGINARIO

Considero necesario y oportuno el término metáfora para


conceptualizar y explicar la vida, la realidad y el sentimiento de cada
acto y forma de expresión y apropiación de la realidad de los jóvenes
que migran y visitan la ciudad como destino sociocultural, económico
y comercial – al mismo tiempo que mediático.

Se aplica y utiliza junto al concepto de imagen –imaginario- para


poder expresar y explicar las comparaciones que entre subculturas
juveniles de la urbe identifican y distinguen las distintas
colectividades, agrupaciones y formas de ser y hacer.

91
La imagen y metáfora de la migración juvenil muestra el ritual de
paso como un trance cultural y catártico que a manera de aureola
enmarca instituciones, normas, sanciones y códigos para habitar la
ciudad; ésta última alberga y converge en lugares y territorios que
reúnen y transportan ciudades y habitantes imaginados que la
apropian.

Al mismo tiempo, la metáfora y el imaginario se enriquecen e


ilustran, se dibujan y bosquejan; contienen y descargan -en la
cotidianidad del que migra a la capital mexicana- recuerdos,
emociones, valores y tradiciones que explotan cuando se descorcha
una cerveza, se prende un cigarrillo y en el gesto de la bendición de
un día de trabajo que termina o empieza; son códigos en doble
sentido y doble moral que simbolizan los golpes y caricias verbales
que hieren lo que más se quiere y halagan el paso discreto de alguna
lady. El origen de estas imágenes y metáforas; es el discurso nacional
de los medios de comunicación e industria cultural que mantiene vivo
el resplandor de la gran Tesmogtitlan en las marías, pepe el toro, los
enmascarados que luchan por el cinto dorado o por la autonomía de
pueblos indígenas y, todo ello se glorifica con el aderezo discursivo de
la modernidad, la esperanza, la pobreza, los mitos, las leyendas y la
grandeza que se derrumba frente al otro: el mexicanauta
indocumentado intenahuál35 (Colectivo caótico, 1996).

En palabras de Cassián (et al., 2006: 16)

… la metáfora jugará un papel fundamental en la medida en que se


sitúa justo en la intersección entre lo sensible de la vida social y su
integración en el acto de conocimiento. La metáfora es el logos
revelado en imagen, significado vuelto forma. Nuestras sociedades
están animadas por el juego de imágenes en un estilo que acentúa la
estética, lo cotidiano y lo simbólico.

35
Neologismos de la letra de la canción Cd. de necios de la banda mexicana Colectivo
Caótico. En el anexo de este documento se agrega la lírica completa.

92
4 . 1 Migraciones

El indio36 que emigra en busca de un salario lo hace en un buen


número de los casos, llevando a su familia. Nos es raro verle por los
caminos, en compañía de sus familiares, rumbo a los centros de
trabajo. Van con el su esposa, sus hijos, cargando los enseres
indispensables para la preparación de los alimentos (olla, metate,
comal), maíz si lo tienen, y sus animales domésticos: una que otra
gallina, un cerdo pequeño, este último para que acumule el supuesto
ahorro que la familia piensa que representa, durante el tiempo de la
migración estacional, y el perro, garantía de vigilancia y protección
para la familia. (Pozas, 1987: 37)

En este momento, es bueno recordar que las familias de provincia, de


los estados que más practican la migración, reflejan en la ayuda
mutua y la solidaridad la base de su reproducción social e interacción
cultural. Las costumbres son las que permiten que el grupo
reproduzca y viva un imaginario alrededor de la urbe. La cultura e
interacciones sociales permiten a los migrantes presentarse como
entes sociales con gran capacidad de asimilar, construir su espacio
social y, con ello, las maneras en que expresarán sus prácticas
culturales en este nuevo contexto.

El deseo de subsanar las carencias es lo que motiva la migración de


toda la familia; ella ayuda a construir un refugio para protegerse de
la intemperie; prepara los alimentos de consumo habitual; limpia y
compone la ropa; cuida de la salud atendiendo las necesidades –tan
frecuentes en las zonas de trabajo estacional por la insalubridad del
medio, de las instalaciones- y lo que es más importante, mantiene
vivos los lazos de afecto familiar y resuelve todos los problemas que
se le presentan en relación con los modos, usos y costumbres de su
vida infraestructural. (Pozas, 87: 44)

En esta situación –estilos de vida peregrinos y de naufragios


identitarios- se encuentra la base de la presencia y persistencia de las
culturas indígenas y no urbanas en los contextos que se forman a
partir del desplazamiento migratorio.

36
Se utilizara el termino de la cita, ya que el contexto en el que se escribe (1971) a todas
las personas que llegaban a la ciudad desde el sur y centro del país se les consideraba
indios, o ya fuese que su apariencia correspondiera a un estereotipo que se tenía de los
migrantes, lo que se mantiene vigente entre los jóvenes que aquí se estudian.

93
La ciudad de México (7.8 millones de habitantes de más de 5 años de
edad) está formada en un 2.5 por ciento de gente que no radicaba en
ella hace 5 años (20 mil personas aproximadamente). Con
fundamento en esto y en la migración constante, la consideraré
diversa y multicultural por el paso de las décadas y condiciones
actuales; además de que es un lugar simbólico para los mexicanos
que la viven como una oportunidad para contrarrestar condiciones
económicas, aunado al imaginario social que se realiza y vive al llegar
a ella.

En la actualidad, se presentan aún estas migraciones familiares;


pero, lo que aquí nos compete, es la fragmentación familiar que se da
a partir de la manera en que los jóvenes comienzan a vivir la ciudad
(con amigos, grupo de parientes, y con el/los que no tienen
parentesco familiar pero se conocen por relaciones laborales) o
estando acá se separan de sus grupos y deciden socializar de acuerdo
a sus aspiraciones.

En esta situación, se concentran las principales características del


cambio cultural, identitario y de valores de los jóvenes migrantes a la
ciudad de México y bajo las que se debe de analizar sus
desplazamientos por la urbe, ya que esconde en cifras y categorías
las rutinas y experiencias de un grupo anónimo y marginal que tiene
potencial, intenciones, necesidades y formas particulares de vivir,
imaginar, simbolizar y significar el lugar al que llegan; ya que no
tienen por qué estar en ella, si no es para reproducir un modelo de
vida propio, independiente, autónomo y critico en principios y valores
que realmente permitan incidir en su lugar de origen y en su vida de
manera coherente a sus valores y principios socioculturales.

94
4 . 2 Identidades y lugares, imaginarios y
realidades

Ante el concepto general de identidad que se refiere a la construcción


de la misma por medio de lo que es el otro, propongo la
esquematización de la identidad mexicana en un laberinto imaginario
histórico y social, lo que nos presta elementos para explicar y conocer
dinámicas sociales que en el mexicano reivindican el yo a partir de
particularidades individuales del otro, no como un sujeto que es-está
porque se percibe y expresa, sino que puede hacer, imitar y lograr
retos frente a quien se los impone o con quien los acepta. Entiendo
así, que la identidad y presencia, además de que se construye, debe
de reafirmarse ante el otro por medio de actos sancionados en el
imaginario mexicano, culturalmente explicito, machista, mestizo y
malinchista.

Así es como se logra observar que en el cotidiano laberinto de la


identidad mexicana se encuentra el sentido a partir de que se intenta
dejar de ser lo que se es –histórica y socioculturalmente-, para
encontrarse en lo que no se es y que de igual manera los otros-
similares participan en esta constante construcción de identidad y
presencia que otorga un lugar y poder frente al otro; es decir, la
identidad migrante deambula en los límites de un laberinto imaginario
que implica conceptos sicológicos, costumbristas y de doble moral,
entre tradiciones religiosas, mestizajes pro-marketing, hibridación
étnicogeneracional a partir de la mutación de los rituales de pasos
rurales con el naufragio urbano de la migración en la cotidianeidad de
cada encuentro con los otros que son él mismo, y que se identifican
por el lugar que ocupan a partir de la reafirmación de la presencia
con los que se comparte el contexto.

El lugar inicial bajo el que se construyen estas formas de distinción es

95
el mismo cuerpo, toda vez que es la única moneda de cambio y
comunicación, objeto de expresión que necesariamente se debe
construir para tener un espacio social desde donde se pueda ser, a su
vez, el naufragio urbano se difumina cuando el cuerpo es el símbolo y
el signo de la presencia, en una palabra: el performance.

Al lograr que la presencia sea distinguible surge el reto que consiste


en dudar de la existencia del otro, poniendo en juego sus capacidades
a partir de parámetros sancionados y convenidos – imaginarios y
categorías referidas a la superioridad que distingue a los individuos-
que significan la confianza, seguridad e identidad entre quien acepta
y pone el reto.

Con lo anterior, se entiende que la sociabilidad de los migrantes


recurre a la autoafirmación constante para identificarse como sujetos
que se pertenecen por los mismos medios y fines localizados en el
imaginario como único lugar de referencia. En palabras de Falomir
(1991: 9):

…esta necesidad de contar con sistemas de categorías y dado el


hecho de que constituyen representaciones sociales, es decir,
compartidas por los miembros del grupo, se aduce que todas las
sociedades y grupos humanos son en alguna medida etnocéntricos. Y
lo son en el sentido de valorar su visión particular del mundo como la
mejor, y juzgar a otras según las normas de la propia.

La identidad de los jóvenes migrantes sólo se puede entender como


la constante reinvención del yo -que inevitablemente afecta la
condición grupal- por medio de la demostración de capacidad y
superioridad frente a una situación especificas, a partir de la que se
perpetúan y logran consolidarse como íconos y representantes en los
grupos.

El lugar social que significan los jóvenes migrantes en los espacios


públicos de la ciudad, es a todas luces una expresión de marginación
y segregación debido a que se les relega y discrimina por su aspecto

96
fisonómico y de origen. Si bien es cierto que las condiciones
socioculturales de la ciudad han cambiado, en los espacios laborales
que frecuentan aun deambula la imagen del indio como algo que
nadie quiere representar. También es necesario reconocer que las
relaciones sociales del mexicano (como concepto que describe a la
perfección la identidad de los habitantes del país), en el estrato
donde concurren y desenvuelven los migrantes expresa con todas sus
letras la frase popular de que: como te ven te tratan; con lo que se
justifica su actitud defensiva.

Ellos creen eso y el resto social lo comparte en un diálogo de dos


momentos: 1) uno directo, llevándolo a cabo, o, 2) el otro, por medio
de una comunicación implícita y subjetiva originada en el
distanciamiento gestual, simulado y, a veces, tan natural como
cualquier otro de aprobación o desacuerdo que divide los espacios,
los selecciona, construyendo esferas públicas y privadas a partir de
atuendos, imágenes, categorías y expresiones donde finalmente son
los de allá o los de acá, en términos identitarios.

Los migrantes se saben distintos y ajenos a una categoría, concepto e


imagen complaciente, bien aceptada, y es, a partir de esta
interacción, –el migrante y el otro- que se segmentan los espacios o
los unen, según sea el caso: distinción o identificación. De antemano,
el espacio social se divide hasta la frontera corporal, donde en un
segundo momento de comunicación, los primeros gestos y mensajes
son respondidos con códigos y conductas propias de los migrantes.

Las respuestas al rechazo, la marginación y exclusión se resuelven en


términos gestuales, verbales y violentos, buscando reafirmar una
posición. Estas respuestas implican construir una barrera a partir del
atuendo, donde la comunicación se limita a identificarse y
distinguirse. El cuerpo se vuelve un espacio inviolable que tiene
medios de expresión y consolida la creación de grupos, el diálogo y la

97
pertenencia.

Desde la apropiación de los atuendos en los migrantes, se logra


observar que, por ejemplo, se reivindica el espíritu punk (como acto
anarquista, antitodo, destroyer37, que manifiesta la intención de
romper los estándares), ya que el intersticio subcultural que alberga
la neotribalidad de los grupos mazahuacholoskatopunks se reinventa
con la presencia, sus símbolos y significaciones; y en el collage que
representan en la vestimenta, actitud e imagen, corresponden
simbólica y significativamente las consignas de las tribus urbanas que
reivindican.

El discurso que se refiere a la divergencia cultural o subcultural de la


praxis en los jóvenes afirma la consolidación de nuevos actores
sociales con prácticas culturales propias. La praxis de los jóvenes
migrantes logra que este discurso sea correspondido en nuevos
términos y circunstancias. Concluyendo, la imagen significa al
símbolo, pero es este, que resignificado encuentra sentido en sí
mismo y en nuevos contextos que equiparan el momento histórico en
que fue construido, ya que los migrantes deambulan entre imágenes
recicladas del rock urbano, el chicano como reniego identitario y los
estereotipos comerciales que han hecho de las expresiones juveniles
un mercado fructífero y estéril de significados.

Por otro lado, retomando a Falomir (1991, 9), entre menos existan
diferencias […] más necesidad tendrán los grupos [y los individuos]
de acentuar las diferencias sociales, reales y simbólicas.

Entiendo lo anterior como acción y efecto de los atuendos


distorsionados de una cultura citadina, en la que se extiende una
expresión masificada de significados, a veces antagónicos, pero que

37
Vocablo del argot actual que se refiere a la actitud destructiva de algunas prácticas
individuales y grupales, hacia uno mismo, los otros, los lugares o contextos.

98
en esencia manifiestan diferencias de percepción-comunicación y una
forma homogénea de comportamientos recíprocos de los ciudadanos,
como habitantes y reproductores de patrones socioculturales
distintivos que no logran apreciar y entender el signo; es, pues, una
dificultad comunicativa, porque cada uno responde de manera
etnocéntrica, siendo uno mismo la ciudad, el trabajo y la persona
bajo los que discurre el movimiento-reproducción social. Este
desplazamiento a veces es quietud, pero implica factores, humanos y
no-humanos, culturales, aculturales, lugares y no-lugares en
instantes y rutinas interrelacionadas en la cotidianeidad.

Finalmente, se concluye que el cuerpo como lugar es en un primer


momento el espacio desde donde se conectan la ciudad y los
ciudadanos; es un instrumento identitario que interactúa, intercambia
y comunica. El joven se reconoce en su cuerpo, se apropia sin que
esto pueda ponerse en duda, se pertenece y comparte como
consecuencia, sale de sí y entra con ellos donde se vincula y
permanece, aludiendo a los elementos identitarios que proponen
Tamayo y Wildner (2005). Relacionando estos elementos con las
agrupaciones de los jóvenes es que comienza a observarse una
naciente y expresiva cultura en la juventud -como constructo cultural
etnocéntrico y plural- resultante del diálogo entre distintas
generaciones y sus imaginarios instituidos.

99
4 . 3 Imaginarios y metáforas

… El proceso de urbanización y la electrificación


del territorio atraen la atención del hombre
moderno hacia lo más inmediato y el interés
mítico del hombre arcaico por el Cosmos, pierde
su carácter poético y pasional para hacerse
utilitarista y racional. La luz de la ciudad
electrificada […] desplaza la atención humana
del cielo nocturno estrellado a los anuncios
luminosos y a las atracciones comerciales y
lúdicas… (Ramírez, 2004)38

Para puntualizar sobre la temática que en esta investigación se


aborda, es necesario revisar las formas de apreciación, apropiación,
reinvención, resignificación y de vivir la realidad que se presenta a los
jóvenes migrantes, sobre lo que se conoce, inventan, platican y
difunden a través de leyendas, historias, mitos, calles, avenidas y
locales de la ciudad.

Lo anterior expresa el contenido y potencial del imaginario como


forma de representación y presentación de la realidad citadina; en
este entorno, se dibujan mapas mentales con atajos y lugares
privilegiados, casi secretos; pero que reúnen personajes que viven
contextos similares y de alguna manera se identifican por estar
presentes en lugares y momentos a través de los que materializan la
imagen colectiva que de ciudad tienen y en donde pueden hacer acto
de presencia para existir a través de los atuendos y lograr ser re-
conocidos, identificados y distinguidos por medio de construcciones
imaginarias de poder, de autenticidad y presencia.

38
Véase artículo La invención de los Territorios: Yo, El Otro, El Mundo, El Cosmos en el
Anexo de este documento.

100
El imaginario como deslizamiento, desplazamiento de sentido en el
que unos símbolos ya disponibles están investidos con otras
significaciones que no son las suyas (Castoriadis, 1983: 219)

…nos sirve para ubicar las concepciones que de la ciudad tienen los
jóvenes que migran a la ciudad.

Por otro lado, la concepción del imaginario de Maffesoli (2003: 152)


se basa en que la imagen, el fenómeno, la apariencia, el sueño, los
fantasmas son tomados en serio a pesar de que se expresan como
formas ilógicas e intangibles de representar el mundo, de construirlo
y realizarlo. En la posmodernidad, el imaginario ayuda a dibujar el
mundo –principalmente- y juega como ente en constante
transformación en la historia de la socialidad presentando
particularidades que dan sentido a expresiones, pero sí la misma
seriedad y compromiso. En palabras de Cassián

…un “mundo imaginal”, precisamente, porque el vínculo social se


refuerza por la “cosa mental” y no por lo racional establecido. En la
posmodernidad resurge la imagen. La imagen es algo del orden de lo
relativo, no aspira a lo absoluto, a la exactitud, a la comunión con
todos los miembros de la sociedad. La imagen pone en relación, no le
interesa la certeza, el dogma, el “buen” razonamiento (Cassián et al.,
2006: 12 - 13)

… y el sujeto –nómade, como le nombra Maffesoli- pertenece a


distintas tribus a partir de que se puede identificar y distinguir de
múltiples factores, incluso negarse y aceptarse dependiendo de los
contextos.

Este mismo imaginario y los símbolos que lo construyen son


transformados a partir de la llegada de los migrantes a la ciudad y en
el contacto con las personas con quienes laboren. En esta interacción
los símbolos que originan imaginarios contrastan con las imágenes
que de ellos tenían los migrantes antes de partir a la ciudad.

A partir de esta interacción simbólica es que los procesos de


identificación y distinción toman forma en las agrupaciones que

101
migran, que ocupan la ciudad, que buscan trabajo, construyen su
vivienda y con los que se organizan de manera colectiva para
abastecer las necesidades, delimitar la cancha de futbol llanero39,
construir con ayuda de los herreros las porterías, visitar la Villita, el
Zócalo capitalino, la Alameda Central, Tacubaya, enviar dinero a sus
parientes, noticias, cartas, recados, sentimientos, noticias,
impresiones, nuevos imaginarios y pruebas de la realidad que se les
presenta.

El sujeto juvenil como imaginario interactúa con otros imaginarios -a


saber: el lugar, los colectivos a que pertenece, los mensajes
mediáticos y el uso de gadgets y accesorios, atuendos, las formas de
apreciación e identificación con artistas, las bandas, la música, los
géneros musicales, etc.- como fronteras de conflicto, definición y
distinción que se institucionaliza y desde donde sus representaciones
trascienden y quedan registrados en la memoria del colectivo joven,
migrante y de las tribus.

Lo anterior, se expone desde el sujeto juvenil, que se realiza a partir


de otros imaginarios, donde -como se expuso en la presentación- el
mundo adulto tiene categorías, adjetivos e imaginarios al respecto de
lo que es el ser y hacer joven desde lo legitimado, instituido y
sancionado. Es conveniente aclarar que en este trabajo se consideran
las sanciones y dinámicas entre jóvenes y sus grupos, sus normas,
códigos, estereotipos, experiencias, eventualidades y prioridades. Es
decir, en una dinámica de, para y entre jóvenes.

Los jóvenes son una imagen en las relaciones que se establecen con
el mundo adulto, con la generación a que pertenecen, con sus pares,
sus grupos, son imagen de sí mismos que se realiza y tiene sombra

39
Se le adjetiva así porque el terreno donde se desarrolla el juego carece de algún
recubrimiento sintético o natural, es llano, se levanta la tierra de la roca madre, las piedras
amortiguan las caídas y friccionan la barridas de los jugadores.

102
(como metáfora de la presencia) sobre las imágenes y siluetas de los
que los distinguen e identifican, en este caso, sus pares contextuales.
Pero, el concepto de joven, jóvenes y juventud no es una etiqueta
apropiada, que les funcione o les otorgue ventajas o desventajas; no
es una consigna, una reivindicación, algo que se defienda, es algo
tácito que se es y deja de ser sin que el sujeto dependa de esto.

Los lugares simbólicos que pertenecen a los jóvenes son el cuerpo y


los espacios públicos donde practican su vida cotidiana, realizan sus
ideas, sueños, imágenes; en tanto que signos, les otorgan elementos
para diferenciarse y afirmarse mientras estén presentes de manera
real o imaginada en los recuerdos, la memoria que representa el
signo motivacional de interacciones específicas; la ciudad como lugar
imaginado, con características propias para cada sujeto, es
representada dependiendo de las funciones, ofertas y necesidades
que a cada colectivo e individuo facilita o dificulta.

Son así lugares que permiten al sujeto ser y estar, conjugándose en


la praxis y el acto performativo de la presencia a partir de que se
imaginan y se reconocen. Son imágenes que comunican y se apropian
para identificarse y distinguirse de los otros, entre nosotros-ellos y
para con ustedes.

Muestra de lo anterior es la manera dramática y radical en que

…los jóvenes punks de los ochenta y los noventa utilizan el


cuerpo como territorio cultural para marcar diferencia con otros
jóvenes (Urteaga, 2005: 91)

103
…siendo el cuerpo es la única posesión en medio de pertenencias
ajenas; la ciudad, los otros resultan ajenos, nocivos, repugnantes y
extraños. El atuendo es una forma de apropiación de ese territorio
simbólico que es el cuerpo y expresa independencia y/o poder a partir
de la transformación y reinvención.

La reinvención del cuerpo se realiza y depende en cierta forma de las


mercancías simbólicas que se ofertan en el circuito comercial de
signos, modas y estereotipos. Los espacios públicos tienen la función
comercial de atraer colectivos que posteriormente influyen y catalizan
el cambio de tales o cuales tendencias estereotipos. Es un
intercambio recíproco entre consumidores y vendedores.

4.3.1 EL CUERPO JOVEN COMO LUGAR SIMBÓLICO

El joven como actor sociocultural construye su entorno social de


manera independiente, define tiempos y espacios donde lleva a cabo
sus prácticas, realiza sus deseos, necesidades, se conecta los otros-
nosotros, es parte de eventualidades, formas de ser y estar, hace
acto de presencia y se define a partir de. Esta colectividad o
expresión masificada de cuerpos y lugares da pie a concretar la idea
del joven(es) como una desindividualización presencial por medio de
la que se expresan formas de ser-hacer institucionalizadas y
sancionadas por ellos mismos. Se forma parte de la institución
simbólica que igualmente estructura sentidos, jerarquías, valores,
necesidades, prioridades, distinciones e identificaciones. Como lo
menciona Hurtado (2008),

…las juventudes son representadas por medio de imaginarios que el


mundo a construido para referirlos y definirlos con distintos fines y
medios a partir de las instituciones morales y éticas de lo socialmente
aprobado, de manera reciproca, la juventud se ha instituido y a si
misma se imagina y expresa por medio de imaginarios sociales que
se han instituido a lo largo de prácticas, formas culturales y sociales
de interactuar.

Según el mismo autor, algunas de los imaginarios en torno a la

104
juventud que se pueden enlistar, son

…como etapa de transición, periodo de crisis (sujetos en riego) y


como actores estratégicos del desarrollo o ciudadanos productores
que subyace en términos homogeneizantes, estigmatizantes y
desvalorizantes e invisibilizadores de lo femenino (Hurtado, et al,
2008)

Para este trabajo, se considera, el imaginario joven del joven, que se


ha construido y comunica en los lugares a través de la apropiación y
transformación simbólica por medio de signos y formas de
pertenecer. Con lo anterior, se logra percibir y encontrar un
imaginario que instituye las formas de interactuar y de socializar de
distintos colectivos, tribus, subculturas y agrupaciones.

La categoría de juventud como imaginario social se constituye en una


institución que determina a los seres humanos de las sociedades
donde ha sido legitimada. El individuo es una fabricación social, pero
la psique es irreductible a la sociedad, en tanto desborda lo social y
sus contingencias históricas, por tanto los sujetos jóvenes no sólo
han sido determinados como jóvenes, encarnando la categoría, sino
que son capaces de re-significarse en sus identidad (es), en las
múltiples y heterogéneas formas de vivir como joven, de sentirse
joven (es), pero además de re-significar sus formas de relación, así
como los espacios simbólicos que habitan. El ser del grupo y de la
colectividad, se define y es definido por los demás, en relación a un
“nosotros”, donde este “nosotros” es ante todo un símbolo, un
nombre que nos remite a un “nosotros”, o sea, “las señas de
existencia” de todo grupo humano (ibíd.)

En este sentido, es la importancia y trascendencia de los grupos que


forman los migrantes para ocupar los distintos espacios públicos de la
ciudad.

4.3.2 LA CIUDAD COMO IMAGINARIO Y LUGAR

La ciudad es y funge como nodo, imagen, medio y fin, mapa


cronotópico referencial para ellos, nosotros, ustedes y los otros:
todos urbícolas; es temporal, atemporal, local, global, micro, meso,
macro, tópica (gr. topikos), atópica, imaginada, vivida y proyectada; se
autoconstruye, se sufre, se goza, se busca, se encuentra, se inventa,
olvida, encanta y aburre. Como lugar, se recuerda-guarda-conserva a

105
partir de los medios que se usan para habitarla, visitarla, amarla y
odiarla; es la ruina y la gloria, el oasis, la utopía, los sueños, las
madrugadas congeladas de concreto, las bancas en la sala de espera,
el ambiente idóneo para vivir y morir, amar y odiar, la incubadora de
identidades y venganzas históricas, el mar de la fortuna y naufragio
de la memoria. Fabrica y engendra, concibe y aborta a sus
habitantes, incluye y excluye, da y quita. Es una imagen que, como
tal, parece que entre más pequeña, es más atractiva.

Se hace referencia a la definición de lugar y no-lugar que usa Augé


(2001: 9),

…como el espacio fuertemente simbolizado, es decir, que es un


espacio en el cual podemos leer en parte o en su totalidad la
identidad de los que lo ocupan, las relaciones que mantienen y la
historia que comparten... en resumen, [es] un universo de
reconocimiento, donde cada uno conoce su sitio y el de los otros, un
conjunto de puntos de referencias espaciales, sociales e históricos:
todos los que se reconocen en ellos tienen algo en común, comparten
algo, independientemente de la desigualdad de sus respectivas
situaciones.

Que igualmente coincide con la definición de Vergara (2001):

…los lugares, a su vez, no son mojones aislados ni islas solitarias, son


más bien, pequeños núcleos de redes, topográficas y conceptuales,
que coexisten desarrollando narrativas e imágenes que las
contemplan u oponen, que ocupan una diferenciada conceptualización
de la especialidad y temporalidad de una megalópolis que articula -de
manera diversa- tradición y modernidad, identidades e
identificaciones, instituciones y socialidad, monumentos históricos y
encuentros efímeros.

Por el contrario, los no-lugares se entienden como los espacios donde


no se pueden hacer lecturas identitarias, simbólicas, y el imaginario
social; al igual que los signos, son referencia distinta de cada
individuo. Siguiendo la advertencia de Augé (2001)

…estos nuevos espacios no son lugares donde se inscriben relaciones


sociales duraderas…

…pero sirven de referencia en eventualidades y encuentros donde la

106
intensidad de los sentidos se plasma en momentos e instantes
particulares que construyen la memoria grupal de los migrantes.

Estos lugares, con sus momentos, son buscados e imaginados; se


vuelven realidad el fin de semana, como consecuencia de 60 horas de
jornada laboral, de 5 de descanso y planificación, o de varios lapsos
de distracción durante el trabajo. Si bien se tiene una intención, al
llegar a la ciudad por la tarde o de noche, se desconoce lo que
sucederá, ya que los horarios del transporte no coinciden con los de
los eventos, las rutas se confunden, la ciudad se oculta a través de
los túneles del metro y se abre como las puertas del camión y del bar
… de un momento a otro… entre parpadeos, charlas y tragos de
historias personales se calculan tiros difíciles en el billar, se ordenan
platillos por hambre y placer, al tiempo que se vacían las cubetas de
cerveza, se invita a bailar a la chica de la mesa de enfrente –cobre o
no- y se llora por la familia y se le ruega a la nueva conquista que es
momento de amar, los otros-mismos discuten resultados del partido
de futbol y cierran las apuestas en el box; todo en un instante que se
eterniza cada ocho días y se revive y expone en cada oportunidad
ante los nosotros para que vuelva a suceder el día en que se el sudor
se materializa en papel moneda y otorga libertad, satisfacción,
plenitud, extravagancia, presunción y seguridad.

Estas prácticas se insertan en la memoria colectiva de los migrantes


jóvenes y en la historia que da forma a los imaginarios urbanos que
viven a su paso por la ciudad.

Es importante reconocer la característica inercial estos imaginarios


como medios interpretables, que se expresan y confunden en el
pasado donde están las respuestas a las proyecciones
desterritorializadas y a los motivos que transportan a miles de
jóvenes anualmente a la ciudad. Cassián y colaboradores analizando
la obras de Maffesoli expresan que…

107
…los mitos fundacionales, por ejemplo, contienen una riqueza
metafórica, simbólica e imaginaria de la cual es importante conocer
todo su valor representativo para comprender el mundo social que
está expresado en ellos. (Cassián, et al., 2006: 7).

A partir de que los migrantes reconocen a la ciudad como imagen y


destino, es que la relacionan con la oportunidad individual y el
reconocimiento colectivo. Apuestan su existencia social y sustento
cultural por un proceso indefinido que resulta conveniente en tanto
que puede suceder y satisface la inmediatez -que es el limbo del
naufragio sociocultural de la desterritorialización sociocultural-
migratoria. La trascendencia de este proceso depende, pues, de la
imagen que se forman de la ciudad los jóvenes migrantes.

Si bien existen distintivos de la ciudad como imagen simbólica -con


íconos religiosos, históricos y de parentesco- en esencia, representa
la puerta para el desprendimiento de un pasado y presente que no
complace a la juventud migrante – particularmente a los que
transforman sus atuendos, actitudes y formas de ser- ya que desde
que se parte, sí se toma como el ritual de paso de un estadio
sociocultural, jerárquico a otro, o se concibe como una oportunidad
para dejar de ser-pertenecer a una comunidad, es finalmente, un
deseo de reconstruirse, recrearse a partir de preceptos que de la
ciudad se tiene como imagen colectiva e individual.

Se devalúa la cultura madre y se compara con una creación que será


conocida en cuanto se ascienda al autobús y se pise el concreto como
soporte sólido y seguro de una isla imaginada que encierra mitos,
leyendas, verdades y mentiras, según cada migrante. Como en las
Islas Marías, a manera de metáfora carcelaria, no se puede escapar
hasta cumplir la sentencia-decisión de trabajar para comer, cagar y
dormir –todo en un mismo lugar-, comprar, consumir, satisfacer,
vaciar la existencia en las extenuantes jornadas laborales y las
botellas que mano a mano recorren voces, silencios, lágrimas, risas,

108
miedos, retos, triunfos y derrotas, que expresan la presencia,
pertenencia y experiencia en un lugar y con un colectivo, que son en
sí contexto casual y efímero, imaginado y no rutinario.

Vergara (2001) caracteriza los lugares en los siguientes términos:

…un lenguaje peculiar, una ritualización específica, un sistema o red


conceptual en el que se inserta y de él participa para tener sentido;
una jerarquización interna; una demarcación y, finalmente condensan
una biografía e historia activamente por quienes la conforman.

Esta es una imagen de la ciudad que, desde lejos sólo se observa y


comparte, pero moviliza a cientos de grupos de migrantes y todos los
días.

4.3.3 CUERPO, CIUDAD Y JUVENTUD

…desde los lugares que ellos y ellas han


asignado para vivir su socialidad y crear sus
propias imágenes de ser joven. (Urteaga, 2005)

Para poder localizar al sujeto juvenil como creación performativa, es


necesario emprender un reconocimiento y análisis de los lugares que
lo encuentran y le permiten encontrarse. El joven es un sujeto social
que, en palabras de Urteaga (2005: 83) se ha visto como creatura de
la ciudad moderna y como agente cultural en la ciudad
contemporánea. Al mismo tiempo que tiene como referencia un
imaginario social, ocupa lugares bien determinados en la
reproducción institucional de la sociedad. En él se deposita la
responsabilidad de perpetuar valores y formas de vivir la realidad. En
este punto, hay que ser críticos y coherentes para revisar la realidad
que se ha instituido y la que se vive, desde la imagen que se tiene y
a creado para que inter-actúen.

Hay que destacar que existen bastantes condiciones para afirmar que
el modelo de vida que se le propone a los jóvenes no es el mejor que

109
se puede prometer; ejemplo de esto, es la necesidad de migrar,
instituida a partir de décadas de tradición y que, alrededor de si,
mantiene los motivos y pretextos para enriquecerla y experimentarla
como algo dado, algo con lo que se debe comulgar, se debe recurrir
para lograr ser algo y alguien.

La ciudad y el modelo de vida que se ofertan son atractivos a partir


de que son apropiados por lo jóvenes, pero la llegada a la ciudad y
las condiciones para habitarla pululan entre lo marginal e informal, el
anonimato y clandestinidad demográfica, logrando con ello, que las
intenciones de migrar se mimeticen y apropien. Esta apropiación no
es gratuita, demanda un intercambio, no justo, ni recíproco,
simplemente de adaptabilidad, en el que se ponen en juego aspectos
individuales y grupales.

Como parte de esta adaptación-adopción, los jóvenes tienen que


crear espacios para reproducirse y lograr las metas que ahora dentro
de la ciudad consideran prioritarias. La capital es un lugar de
oportunidades positivas y negativas; un espacio que rechaza y
reconoce a sus actores, encuentra a los distantes y separa a los que
se identifican. El proceso migratorio y las condiciones laborales
juegan bajo esta misma línea, que si se rebasa produce en el
laberinto imaginario de la ciudad, un naufragio urbano de identidades
e individuos que tienen que recurrir a la renovación de valores, metas
a partir de nuevas necesidades y condiciones, con lo que los rituales
culturales que los originaron ahora podrán ser intercambiados por
nuevas formas de pertenecer. Los nuevos performance que de esta
interacción se desprenden no extinguen la identidad materna de los
jóvenes, la moratoria social de la que habla Erikson (1971, en
González, 2003). Se ocultan para permitir adaptaciones a las formas
simbólicas de interacción citadinas.

Este proceso de inclusión-construcción social implica asignar lugares

110
para satisfacer múltiples necesidades, crear lugares desde los que se
vive, desde los que se reproducen dinámicas y establecen diálogos y
se comunican sentires, modos de ver y percibir la imagen de la urbe.

Una “ciudad joven”, que solo tiene existencia real como mapa mental
para orientarse en la interacción con otros jóvenes, con los que
recrea y práctica formas particulares de habitar y vivir la ciudad.
(Urteaga, 2005: 88)

En el apartado de identidad, el cuerpo fue referido como sitio desde


donde se emiten mensajes, desde donde se es a partir de que se usa
y apropia como lugar individual por excelencia. Posterior a esta
reinvención y recreación personal, se reconocen espacios con
funciones específicas que deben apropiarse para platicar, estar,
compartir, encontrar y expresar amores, amistades y necesidades
con pares que se logran identificar y distinguir.

En palabras de Urteaga (2005: 86):

…básicamente encontramos dos categorías descriptivas para revelar


las intensas relaciones que los jóvenes establecen con los espacios
públicos, semipúblicos y privados, los usos y apropiaciones.

Las plazas públicas que son referencia histórica en poemas, crónicas


y la memoria colectiva de la población citadina reúnen las condiciones
necesarias para permitir –como siempre lo han hecho- que sean
tomadas como pasarela (Gama, 2005) y a partir de intersticios
socioculturales, se logren mezclar formas de amor y amistad en
momentos de ocio y descanso, intercambio y compartimento de
bienes y sentimientos rurales y urbanos.

Morín (citado en Urteaga 2005: 97), expone que la categoría de


apropiación

…por sí, misma no da cuenta de esta importante transformación de


las prácticas recreativas juveniles en función del mercado

…pues forman parte del habitus recreativo destinado a la juventud y


son aceptados por otros grupos de edad como propios de dicho que

111
sector generacional. Sin duda es cierto, hasta el punto en que a partir
de estas prácticas se reconfiguran los símbolos con que se distinguen
e identifican las generaciones y grupos que hacen uso del espacio,
construyendo así un lugar en el que se pueden reconocer los que
hacen uso o los que lo construyen como tal.

Estos espacios públicos, que ahora toman sentido a partir de que


representan la primera forma de interactuar con pares y con la ciudad
en general, son los que reivindican la identidad de los migrantes
jóvenes como sujetos socioculturales que pertenecen a una
generación y que comparten el contexto.

Se le recorre a través de rutas y circuitos distintivos con usos y


horarios específicos y diferenciadores conformados por múltiples
lugares de ocio y de encuentro […] generalmente públicos, de los que
se apropian temporalmente invistiéndolos con un valor subcultural
secreto, al que sólo acceden los ‘entendidos’.(Urteaga, 2005: 93)

En estos lugares, se expresa una gran variedad de grupos, ya que


como se ha mencionado, se construyen de símbolos particulares y
sobre todo de una memoria colectiva que recrea la pertenencia y
continuación de formas de vivir la ciudad como atmosfera simbólica y
recreativa de la identidad mexicana –como agente que rebasa las
distintas formas de pertenencia social. (Urteaga, 2005: 96)

Retomando la temática migracional y la forma en que influye en la


constitución de grupos heterogéneos, vale recordar que los migrantes
jóvenes recuperan a través del uso de los espacios públicos urbanos,
la historia de sus comunidades y en ello una herencia cultural,
permitiéndonos observar nuevas formas del mestizaje.

Utilizando el término de Gama (2006) (mazahuacholoskatopunk) para


los jóvenes que migran a la ciudad y que transforman su atuendo,
vale decir, que si equiparamos esta transformación en términos de la
conquista/colonización/invasión hispana al nuevo continente, toma la
forma y el lugar de una reivindicación/revancha/venganza histórica

112
cuasixenofóbica no declarada, que surge de entre la memoria de las
cultura nativas para infectar y corroer los estereotipos y modelos
instituidos de la civilización que llego hace 500 años. Es posible
interpretar también, que para lograr esta imagen de revancha y
reivindicación, los jóvenes guerreros migrantes tienen que recurrir a
la negación identitaria (morir para vivir/trascender/pertenecer) y
recomposición de una cultura en el plano de la marginalidad e
informalidad resignificada desde las trincheras de las tribus urbanas,
donde se mimetiza el proceso migratorio y construye la presencia.

Es interesante el concepto cuasixenofóbica, ya que se puede observar


en los momentos en que los migrantes rehúyen a la interacción con
los extraños urbanos; siendo que ellos ocupan el lugar de
extranjeros, delimitan sus espacios de expresión a partir de
gestualidades y códigos que se tornan invisibles cuando las personas
de la ciudad ponen en medio de esta relación (yo-otro) el estigma de
indi@, macuarro40, paisan@, adjetivado y equiparado en términos
despectivos de analfabeta, vulgar, corriente e ignorante.

En este sentido, la funcionalidad de los espacios públicos apropiados


se diversifica; pero funge, como nodo referencial para que los
distintos sujetos y agentes socioculturales reafirmen un sentido de
pertenencia que les es negado por la carencia de un barrio como
espacio habitacional que todo citadino posee.

Ya que se pueden enlistar los distintos espacios que culturalmente


cada persona construye, y estos se caracterizan por ser ocupados y
construidos en un momento y espacio determinado, se logra observar
que dentro del proceso migratorio, los jóvenes socializan básicamente
en dos, que pueden tomar el sentido de lugar. A saber: el lugar en el

40
En el ambiente laboral de la construcción, al albañil se le refiere con términos como:
macuarro, macuache (término de origen nahuatl que se utiliza para refrirse a las personas
sin instrucción o conocimiento) o maicol.

113
que se habita, descansa, trabaja –como uno mismo- y el que se
forma a partir de factores temporales y necesidades recreativas -
como lo es el fin de semana- donde la práctica-necesidad del
descanso se equipara con el ocio y las prácticas lúdicas en las plazas
públicas, centros de comercio y consumo, informales y ambulantes.

Estos lugares se destacan y se han anclado en la memoria colectiva,


porque a través de las décadas de la ciudad (léase siglo XIX y XX
principalmente), está ha sido cubierta por el resplandor de los
cronistas, los poetas, los mitos, las leyendas, la modernidad, las
tragedias, la sátira, la prosperidad; la vida y la muerte de un
imaginario que se enriquece de la historia y la cotidianidad de
pueblos itinerantes, que descienden de los autobuses en busca de
trabajo mejor remunerado e ilusiones y necesidades inexistentes en
su lugar de origen.

La ciudad se re-crea a sí misma y se reproduce como un ente propio,


tiene tiempos, dinámicas y particularidades. En los imaginarios que
sobre ella se crean, se encuentran condiciones que deben tomarse en
cuenta para poder captar su esencia y verdadera naturaleza, como
factor no-humano sin el cual no se podrían constituir los migrantes
jóvenes como subcultura. En una de las observaciones que hace
Reguillo (1991, citado en Urteaga, 2005: 88) sobre la ciudad, nos
dice que

… el espacio que se habita es una mediación fundamental para


percibir la realidad y es condición para la acción.

4 . 4 Habitantes nómadas, identidad en tiempo


real y presencia glocal.

La migración en México se ha dado, particularmente en el pasado, a


partir de la desarticulación de las haciendas en la segunda década del
siglo XX, lo cual provocó que la población buscara en la capital

114
alternativas en actividades e ingresos, ya que es un centro de
desarrollo y lugar simbólico para los mexicanos, recordando su
importancia prehispánica.

Desde entonces, y en la actualidad, los estudios de migraciones han


logrado mostrar la realidad de procesos sociales que se relacionan
directamente con lo laboral, lo económico y se ha encontrado que
también con aspectos identitarios, y de cultura. Ahora con la
relocalización de comunidades o neocolonización informal de tierras-
ciudades simbólicas e históricas, lo muestra contrastes entre los
habitantes residentes y los migrantes, resultando así en una
hibridación y una multiculturización que permite la expresión de
nuevos socialidades.

Hoy día, las causas que desplazan a los migrantes se modifican de


manera paralela a los estereotipos, las modas y estilos de vida; en sí,
los atractivos de la ciudad y en algunas ocasiones, el único motivo de
migrar. Basta decir que anteriormente los flujos migratorios se
encontraban compuestos por familias enteras, mientras que, en la
actualidad, los movimientos poblacionales se componen en su
mayoría por contingentes juveniles que se desplazan de una ciudad a
otra para diversos fines (Rea, 2004).

Los migrantes en general observan la oportunidad económica y de


prosperidad que brinda el venir a la capital o, dependiendo de las
oportunidades, llegar, estudiar y establecerse.

Aún con esto, los jóvenes tienen un sin fin de objetivos por los cuales
migrar, ya sea por la presión económica, reflejada en el desempeño
de distintas actividades, por ejemplo, en lo inmediato, buscar un
trabajo mejor remunerado, buscar formas de obtener conocimiento
en técnicas y tecnologías para aplicar en su lugar de origen, o en
alguna actividad que sepan desarrollar o estudiar, como una inversión

115
a largo y mediano plazo, que además, les da un status diferenciado
dentro de la comunidad.

Entre los motivos sociales y culturales, está la insatisfacción y por la


carencia de bienes. Desde este punto de vista, hay una presión social
sobre el individuo, originada en el grupo, púes la propiedad y bienes
novedosos, son motivo de distinción-reconocimiento, ya que se
comparten imágenes de la ciudad y sus estilos de vida en los mismos
términos de que se vale según lo que se tiene. Los jóvenes que
migran, obtienen esta distinción y reconocimiento por medio de la
experiencia migratoria y el uso de mercancías simbólicas.

Otra oportunidad que se les presentan al migrar es: la experiencia de


conocer la ciudad o la experiencia de salir de su comunidad y buscar
aun grupo de personas de la misma localidad o comunidad.

En esta experiencia es donde se encuentran los sucesos y momentos


que marcan el proceso de vida y en subsecuente el proceso-proyecto
de vida. Si bien las experiencias se pueden tipificar, enlistar y
distinguir unas de otras, contrastar de acuerdo a individualidades y
personalidades y es en este sentido que la unicidad es autenticidad.
En esta autenticidad caben los atuendos y actitudes, ya que solo con
los que compartió la experiencia están a su nivel, lo entienden y lo
respaldan frente a los otros.

La ciudad se habita como lo menciona Gama (2006): con una actitud


de dandy, donde la elegancia es autenticidad, la novedad es el
glamour y todo ello se respalda bajo el silencio del maniquí que esta
a la intemperie y se mantiene intacto, deslumbrante, inerte y siendo
sólo el su sombra y luz. Esta capital y sus estereotipos han sido
reinventados para dar cabida a los migrantes-nietos que han
encontrado en las décadas del imaginario migrante un lugar, un
momento y una presencia, fuerte, sólida y renovada.

116
El performance del migrante mazahuacholoskatopunk ocupa un
espacio temporal y espacial ubicado en las plazas públicas de la
ciudad y en la informalidad y anonimato laboral del comercio
ambulante, los proyectos arquitectónicos y los servicios domésticos.

La historia migratoria ha formado redes sociales basadas en


comunicación, identificación y pertenencia, que permiten que los
grupos de migrantes ocupen un tiempo y espacio dentro de la ciudad
y se puedan crear comunidades deslocalizadas, conectadas no
virtualmente, pero sí consanguíneamente a través del color de la
cultura y los sentimientos, individuales y grupales. Se crean
contactos para facilitar espacios laborales, habitacionales, de
recreación y abastecimiento. Se comparte la información para
construir un calendario para migrar y hacia donde, dependiendo de
los objetivos y condiciones de cada uno. Así, el grupo de migrantes es
uno solo; aunque cada integrante tenga metas distintas, todos
contribuyen a la satisfacción de necesidades y prioridades para que
cada uno logre sus objetivos en la mejor medida de lo posible. Se
consolidan como uno solo y tienen los mismos comportamientos,
aunque en cada viaje, ida y vuelta, sean distintas las experiencias.

Es un grupo heterogéneo por sus integrantes; y por las nuevas


oportunidades y prácticas que desarrollan, su comportamiento es
básicamente homogéneo en lo laboral e identitario. Con lo anterior,
podemos observar rasgos culturales ya consolidados en comunidades,
grupos y parientes. Donde los jóvenes que transforman su atuendo y
practican formas de ser de jóvenes citadinos/ tribus urbanas, pueden
ser considerados como una colectividad subcultural. Una comunidad
hermética, casi cerrada, pero siempre con la mente abierta,
perceptiva y bastante sensible a la indiferencia, la marginación y
exclusión.

Los aspectos culturales del movimiento migratorio de jóvenes se

117
conjugan con la intención de conocer otro estilo de vida, otras
prácticas a partir de gustos e imaginarios urbanizados, alimentados
por otros que migraron y, a su regreso a las comunidades, comparten
sus experiencias en forma comparativa-despectiva. Estos aspectos se
suman, reflejando un contraste con la vida que llevan los migrantes,
lo cual refuerza al comparar su forma de vida, prácticas, costumbres
con las de origen.

Las condiciones de vida son un factor importante y de peso al tomar


la decisión de migrar. Ya que no solo es la carencia de oportunidades
laborales o de estudios, ya referidos anteriormente; es también el
hecho de que dentro de la familia, entre familias y la comunidad
pueden existir conflictos relacionados con la propiedad agraria, las
nuevas tendencias en el cambio de uso de suelo que esta dejando sin
oportunidades a la nueva generación laboral dentro de las actividades
agropecuarias y problemáticas afines. De la misma forma, los
desastres naturales y fenómenos climáticos obligan a la población a
desplazarse.

Los conflictos políticos que presentan algunas poblaciones también


son una causa importante de migración juvenil. La necesidad de
escapar a los fuertes embates ocasionados por conflictos agrarios,
armados, represión, ingobernabilidad, caciquismo, explotación,
genocidio y enfrentamientos religiosos, es muy importante para
conservar la integridad física y mental; sobre todo cuando se pone en
riesgo la propia vida y la de seres queridos (Rea, 2005).

Estas características se relacionan directamente con la crisis que ha


venido manifestando el campo mexicano y el que ya no represente
una oportunidad para los jóvenes que habitan en ese medio. Aunque
las condiciones precarias en las que habitan la ciudad no suelen ser
mejores, siempre representan una oportunidad o al menos un cambio
de contexto.

118
Las aspiraciones de los jóvenes migrantes se dirigen también a
satisfacer necesidades recreativas, educativas, económicas, culturales
y sociales, poniendo en juego valores, comportamientos, ideas,
costumbres, habilidades y su propia condición de vida para lograr
satisfacción y plenitud en las metas que se han propuesto.

Ya que migrar es el primer paso, el entrar en los roles laborales en


condiciones completamente desfavorables implica resistir y soportar
las situaciones que se presenten a fin ganarse el sustento económico
y reconocimiento de los que le rodean, sean o no de su condición,
grupo o familia.

Estar en la ciudad implica comenzar una carrera de resistencia donde


el orgullo y los valores de cada uno se miden con el otro en pos de no
quedar devaluado por incapacidad.

En estos jóvenes migrantes trabajadores de la construcción y sus


maratónicas jornadas laborales se fundamenta el desarrollo de
grandes e importantes zonas residenciales y consorcios comerciales,
pudiendo de otra manera estar dirigida toda su capacidad al sector
que ellos conocen y del cual pueden, sin mayor esfuerzo, lograr sus
metas.

4 . 5 Presencia citadina de la juventud

En la actualidad, los jóvenes son un grupo socialmente representativo


de la ciudad. Conforman un sin fin de grupos, identidades, culturas,
acciones y manifestaciones, de acuerdo a actividades recreativas,
ideologías políticas, prácticas culturales, expresiones artísticas en
contextos compartidos o simplemente por puro encuentro y
coincidencia en un momento y espacio determinado.

A los jóvenes los entiendo como una práctica y acción que otorga

119
libertad e independencia de los parámetros que han sido asignados
para las personas de su edad. Existe también un grado de
indiferencia y rechazo por las normas y códigos que han establecido
los adultos con base a comportamientos, actitudes y actividades que
se deben desarrollar y respetar de acuerdo a una manera y propósito.

La juventud es un estadio sociocultural intermitente donde se realizan


actividades y prácticas que no corresponden a la lógica de las
necesidades e intereses de los adultos, así como su forma de apreciar
la vida. Lo considero así, aunque de ninguna manera las nuevas
necesidades de estos actores sociales los desligan totalmente de su
realidad-necesidad familiar, comunal y personal; es decir, toman y
dejan roles, olvidan y construyen identidades de acuerdo a las
condiciones. Por citar un ejemplo, dentro de las responsabilidades
escolares suele presentarse la oportunidad de socializar, compartir y
conocer nuevas experiencias; mientras que si para estudiar se tiene
que trabajar, el tiempo de ocio y tareas extra escolares se dividen en
los dos aspectos de mayor prioridad y condescendientes con la
instancia familiar, en este sentido, el que desempeñen una u otra
actividad, depende de las condiciones y necesidades.

Los jóvenes emplean su tiempo libre para recrear una etapa social y
culturalmente constructiva o lo dividen para que esta oportunidad sea
intercalada con actividades destinadas a cubrir sus necesidades
básicas. En esta etapa, se mezclan ambas posibilidades, como
muestra de que la juventud no es completamente sinónimo de
rebeldía, ocio, incomprensión e inmadurez. Depende de cada joven
cómo distribuya sus tiempos y él mismo para lograr sus metas entre
la independencia y la corresponsabilidad.

Por otro lado, los jóvenes aislados voluntaria e involuntariamente de


las instituciones sociales, que representan una manera de hacer las
cosas, tienen en sus manos la praxis como única referencia para ellos

120
mismos y la realidad-contexto en que se encuentran. Esto lo observé
con varios muchachos migrantes, que si bien migran en grupo, las
condiciones los han separado –metaforizando: un naufragio
sociocultural en la ciudad- dejándolos a la deriva de sus posibilidades
y capacidades, de manera individual o grupal.

En estas condiciones y de manera inmediata, el grupo hace por sí


mismo y no para corresponder a terceros. Al margen de las
necesidades, la experiencia de reencontrar oportunidades le muestra
al joven migrante que su capacidad ha sido puesta a prueba y gana
confianza en sí mismo, independientemente de a donde se dirija. Esta
confianza demuestra que ya no necesita justificante, solamente el
interés y la emotividad para continuar con los objetivos que se
plantee, sean estos convergentes o divergentes, con patrones
socioculturales, o cualesquiera que sean.

121
… suponer que una colectividad que hace del
relato la forma-clave de la competencia no tiene
necesidad, en contra de lo que se pudiera esperar,
de apoyarse en su pasado. Encuentra la materia
de su lazo social, no sólo en la significación de
los relatos que cuenta, sino también en el acto de
contarlos. La referencia de los relatos puede
parecer perteneciente al mismo pasado, y en
realidad siempre es contemporáneo a este acto. Es
el acto presente el que cada vez despliega la
temporalidad efímera que se extiende entre el He
oído decir y el Vais a oír. (Lyotard, 1987)

122
5 CIUDAD Y JUVENTUD MIGRANTE

La juventud en la ciudad es multicultural por sí misma. Los atuendos


de los jóvenes citadinos contrastan con los de los jóvenes migrantes,
ya que, por un lado, los capitalinos apoyan y orientan a los
migrantes, al menos haciéndoles compañía y compartiéndoles
conocimientos sobre los estilos de vida y las novedades de la ciudad;
y por otro lado, los pueden rechazar por medio de actitudes
despectivas, peyorativas e incluso agresivas; pero, finalmente
recíprocas.

La población de la ciudad que percibe al migrante, lo ve como una


fuente de ingreso, saben que viene por las novedades de la ciudad y
por la libertad que acá pueden vivir. Pero, también, las personas con

123
las que se relacionan en el trabajo les reconocen su capacidad,
potencial y expectativas, por lo que les amplían las oportunidades
para cambiar de puesto y con ello, incrementar sus ingresos o les
comentan las formas de lograr mejores condiciones mientras estén en
la ciudad. Otras de las oportunidades se relacionan con la
escolaridad. En algunas obras, les facilitan la terminación de sus
estudios de nivel primaria y secundaria por medio de un programa del
INEA41 en conjunto con fundaciones que financian honorarios de
profesores e instalaciones para improvisar aulas, registro y entrega
de papeles escolares. En el caso de las construcciones
arquitectónicas, algunas bodegas son destinadas para este uso.
Donde se realizó el trabajo de campo42 se instaló una aula en la que
se daba clase de nivel primaria y secundaria a 20 – 30 personas,
desde niños hasta adultos mayores y al final del periodo, se realizaba
la entrega de los documentos y certificados correspondientes,
juntando las escuelas de obra que había en esta construcción y
realizando una breve ceremonia escolar.

5 . 1 Migración simbólica de tribus urbanas

Las corrientes subculturales que practican y adoptan los jóvenes de la


ciudad influyen en las formas de expresión de los migrantes. Existen
modas, expresiones e iconos que han dejado de ser atractivos para la
juventud urbana y, por otro lado, los jóvenes mimetizados siguen
dándoles vida; ejemplo de esto, son el rock nacional y urbano.

Encuentro oportuno mencionar que los movimientos juveniles y sus


iconos, artísticos y simbólicos, cambian de audiencia y de igual

41
Instituto nacional para la educación de los adultos: www.inea.gob.mx

42
Véase mapa de ubicación del proyecto arquitectónico en el Anexo de este documento o
directamente en el sitio web: http://www.mediterranea.com.mx Queda totalmente
restringido el uso de esta información para fines no académicos.

124
manera ésta los cambia por otras formas de expresión con mayor
vigencia o en auge. Este intercambio cíclico y mutuo en las culturas
juveniles, lo explico con el paso generacional, ya que podemos
adjudicar esta conducta a que las nuevas generaciones son las que
impulsan y quitan los reflectores de las subculturas ya instaladas.

Esta explicación es útil para las manifestaciones de las modas y el


seguimiento de los estereotipos, pero pierde sentido cuando más allá
de su vida comercial, los iconos y corrientes culturales-artísticas de la
ciudad son reivindicadas por nuevos sujetos que se identifican, más
allá de que se envuelvan en discursos carentes de sentido que
apropien el discurso y lo construyan a partir de sus vivencias y de su
vida cotidiana. Este es el caso de el rock urbano, que si bien en la
ciudad no se tienen las condiciones de los 80’s y claro, ya no existen
las pandillas de antaño como los Panchitos, los Buck, en Naucalpan
los Pañales, los Molis punk, etc., aún así sigue siendo vigente a partir
del discurso que maneja, identificando a la banda. Ahora los
migrantes son parte de esa banda que forma el rock urbano, los que
migran y viven no en los barrios de la ciudad, o en su periferia, en la
provincia, en las construcciones y en ocasiones, los duermen en las
centrales camioneras. Esta banda escucha reggaeton, baila cumbia,
duranguense, break dance y usa el solvente como lo hicieron antaño
los chavos banda. Después de todo, no son lo mismo, ni intentan
serlo, pero reproducen conductas propias de la marginalidad.

Estéticamente y a través del atuendo, para los jóvenes citadinos, el


aspecto de los migrantes refleja un collage o mezcla desordenada de
símbolos de diversas tribus urbanas; mientras que para los
provincianos, es una forma de originalidad para con el grupo y de
diseño propio a manera de performance. Como se revisará más
adelante, la posesión de mercancías simbólicas, o simplemente su
novedad, constituyen, significan y son motivo de distinción jerárquica

125
que, se traduce en un cambio de actitud respecto a sus similares.

Esto se da en un primer momento, pero haciendo una observación


más profunda, podemos lograr distinguir que los jóvenes migrantes y
la transformación de sus atuendos pueden en momentos nítidos
rejuvenecer las escenas culturales y los discursos de las tribus
urbanas. Aunque salgo de mi campo de acción, esto se puede notar
con expresiones en la provincia indígena donde principalmente el
movimiento punk ha encontrado comunidades que lo adoptan y
adecuan a su práctica cotidiana. Como ejemplo, los seris en Sonora
que llegan a remasterizar sus ritmos rituales con instrumentos al
ritmo de punk y, por otro lado, los jóvenes otomíes en Toluca al
consolidar la banda Orines de puerco con letras en su dialecto y
consignas propias. En este sentido, el rock urbano reivindica su
actitud callejera en los migrantes que se identifican a través de la
marginación que caracterizo a los chavos banda de los 80’s y que
sigue vigente en el discurso de las bandas de rock urbano.

5 . 2 Corredor metropolitano de residencia y


trabajo

Por otra parte, los procesos de industrialización, junto con la


diversificación de actividades económicas, han generado cambios
poblacionales en el país; en el sentido de que los lugares que cuentan
con mayor población requieren más fuerza laboral, ya sea en los
sectores secundarios (fábricas, talleres, laboratorios) o terciarios
(servicios en comunicaciones y transportes), por lo que los jóvenes se
van integrando a este tipo de trabajos.

El lugar de residencia no es un lugar completamente habitable o


diseñado específicamente para ello; se expresa la creatividad en la
improvisación de los escenarios laborales para hacerlos más
confortables. Si se insertan en una construcción, tienen la ventaja de

126
que se pueden quedar a pernoctar y vivir dentro de ella. Esto se
permite, ya que para los contratistas genera ventajas y permite que
disponer de la gente para trabajar cuando sea necesario.

A partir de que se vive dentro de una obra en construcción, se


generan dinámicas de una comunidad social similar a las de un
pueblo, ya que las instalaciones sirven para lavar sus ropas, bañarse,
comer en el momento en que sea necesario y, a veces, hasta para
permitirse la suntuosidad de una panorámica citadina desde las
alturas. Viven en espacios de lujo, que nunca les pertenecerán; pero
se sirven de su ostentosidad: alberca, pent-house, departamento
amplio, vista a toda la ciudad, cancha de fútbol y áreas verdes.

Esta disponibilidad de instalaciones influye en sus aspiraciones.


Dentro de algunas construcciones (por ejemplo, donde realicé el
trabajo de campo: Mediterránea Residencial ™ y otras 6 obras, que
son propiedad de la misma compañía constructora), se patrocina por
medio de una fundación (Construyendo y Creciendo A.C.), la
instalación de un par de aulas para que con ayuda de profesores del
INEA (Instituto Nacional para la Educación de los Adultos), los
trabajadores que así lo deseaban terminaran su educación primaria y
secundaria. La misma fundación tiene planes de abrir instalaciones
para que cursen la preparatoria.

De los jóvenes que se inscribieron, platique con algunos, y me


comentaron que la inquietud de terminar sus estudios surgió porque
tenían las facilidades mencionadas y de que veían en la escuela una
oportunidad para tener un mejor futuro económico, aquí en la ciudad
o en su lugar de origen.

Era curioso observar que cuando el profesor se ausentaba, encargaba


a los jóvenes y adultos más avanzados que apoyaran a sus
compañeros de nivel primaria. Por ejemplo: por estar en el nivel de

127
secundaria, a Alberto (informante clave) le tocó dar una sesión a sus
compañeros de primaria.

A partir de estas experiencias, los jóvenes ponían en práctica muchos


valores éticos que mencionaban en algunas de sus pláticas; por
ejemplo, la ayuda mutua ante la adversidad. Algunos también
mencionaron valores ético-religiosos, pero que únicamente ponían en
práctica y no trataban de difundirlos para evitarse problemas dentro
de la comunidad de la que formaban parte en la construcción y en la
escuela.

Los asistentes a la escuela son personas que trabajan o no en la


construcción, que viven o no dentro de ella. Había jóvenes que
estaban trabajando y viviendo en la obra, y al renunciar, regresaron a
ella solo para continuar en la escuela y, la fundación y los profesores
se los permitían.

5 . 3 Espacios laborales de interés para los


migrantes

El espacio laboral donde se insertan los jóvenes del medio rural


depende de los contactos y aspiraciones que tienen para migrar. En
muchos casos, la tradición de su lugar de origen es lo que los ubica
en uno u otro oficio.

En la zona poniente del Distrito federal, ocurre un fenómeno muy


particular, ya que existen distintas oportunidades de inserción y
desarrollo. Por ejemplo, en el municipio de Naucalpan, existen dos
zonas industriales, junto con la de Tlalnepantla de Baz, que atraen a
personas de municipios como El Oro, Toluca y Temoaya, San Felipe
del Progreso, entre otros.

Para algunos migrantes de estados como Puebla y Veracruz,


igualmente es atractivo y, en lo personal, de orgullo y renombre,

128
enlistarse en las filas del ejército en el Campo Militar No. 1, ubicado
entre la delegación Miguel Hidalgo y el municipio de Naucalpan.

Por la misma zona, pero dentro del municipio de Huixquilucan,


existen oportunidades de trabajar en una obra de mantenimiento en
las zonas residenciales y, para las mujeres, específicamente en
servicios domésticos; esto es, en lugares como la Herradura,
Interlomas, el Olivo, Bosque Real, Residencial Acuario, Isla de Agua y
un sin fin de fraccionamientos residenciales famosos ya entre los
migrantes.

En la delegación Cuajimalpa, que comparte las áreas residenciales


con la Miguel Hidalgo y el municipio de Huixquilucan, se encuentra la
zona comercial de Santa Fe; en ella se puede laborar en el
mantenimiento a centros comerciales, locales, departamentos, obras
y las matrices financieras de distintas empresas que operan en
México.

En este contexto, hay que resaltar que la sociedad con la que se


entra en contacto por parte de los migrantes jóvenes es contrastante,
porque laboran en zonas excluyentes para el mexicano promedio,
además de que para muchos jóvenes fuereños, la ciudad es un
espacio completamente desconocido y por precaución no salen si no
es con alguien que la conozca y sepa moverse en ella.

Por otro lado, no es que ellos nunca hayan tenido tanto dinero en las
manos, claro, pero nunca han estado en un espacio tan ostentoso y
simbólico en el estilo de vida; al entrar en contacto con esto, se
abren distintas oportunidades, al menos imaginadas, ya que no solo
aspiran a generarse una vida mejor, sino con estilo.

Los jóvenes migrantes que ahora son militares ya se formaron


académicamente y tienen buenos ejemplos y referentes a seguir con
sus mandos superiores; Ahora poseen un status distintivo de con el

129
que llegaron a la ciudad, aunque, entre sus similares, tengan fama de
parranderos e irresponsables.

Las trabajadoras domésticas ya saben cómo dirigirse adecuadamente


en situaciones particulares con diferentes personas, y quieren
establecer un estilo de vida distinto al que conocen, que no es ni
mejor ni peor, pero toman lo que les gusta para los suyos.

Los que trabajan en la construcción y remodelación aprenden a


rediseñar sus espacios habitacionales. Lo que aprenden en la obra,
les sirve para aplicarlo en su casa de la ciudad o en la de su lugar de
origen.

Algunos otros migrantes de la zona de San Felipe del Progreso, en el


Estado de México, específicamente se desarrollan en las actividades
del comercio informal en la ciudad de México y por eso son conocidos
de la delegación Miguel Hidalgo a la Cuauhtémoc, en el Toreo de
Cuatro Caminos, en la Merced, Pino Suárez, Alameda Central y hasta
Pantitlán (Chávez, 2003: 79).

Otras de las ocupaciones que tiene bastante influencia en las


migrantes que tienen menos oportunidades y distintos objetivos al
haber migrado, es la de emplearse como meseras en los bares de las
colonias colindantes con el Campo Militar de Naucalpan, p.e. El
Molinito, San Esteban, la Cañada, etc.

Las migrantes constituyen el sector más desprotegido de las


trabajadoras del campo, sin garantías laborales, ni organización, ni
estructuras comunitarias de respaldo, ni reconocimiento. Pese a ello,
las competencias laborales desarrolladas especialmente por las
mujeres en contextos de migración, han abierto nichos ocupacionales
y especializaciones no reconocidas y altamente explotadas por los
empleadores...

130
… en líneas generales, es el caso de las trabajadoras domésticas, las
artesanas [, las meseras, sexoservidoras] y las trabajadoras de la
agroindustria (Bonfil, 2000).

5 . 4 Contextos: territorios y tiempos

La juventud migrante en los lugares urbanos transforma los ritos y


retos socioculturalmente conocidos, los re-crea dentro de sus
circuitos y grupos de encuentro. Es fundamental esta noción para
entender la independencia con la que se desarrollan y desenvuelven
dentro de los contextos urbanos. En este sentido, entiendo que el
proceso migratorio es parte de la transformación y
reconceptualización, ya que es una condición generacional que atrae
más que la localidad, el arraigo y la autoridad de las instituciones
adultas en un contexto de origen y llegada.

Citando a González (2003), la concepción de la juventud como etapa


de moratoria social queda en entredicho. Para muchos investigadores
influidos por Erikson la moratoria es un privilegio, un espacio de
libertad sostenido socialmente para que el joven ensaye y encuentre
su posición en la sociedad y en el mundo adulto. Bourdieu (1990)
cree que ese espacio no es gratuito, es impuesto por el mundo adulto
y se paga con la subordinación y la exclusión; es sobre todo, una
construcción sociocultural que se guía por el control del poder.
(González, 2003)

Considero ambos argumentos como válidos dentro de la ssocialidad


del lugar de origen de los migrantes, en el sentido de que a la par de
que ganan experiencia, ganan su independencia; desde el momento
en que siendo aún niños ayudan en la medida de lo posible en
actividades económicas, sociales y culturales que desarrollan sus
padres y su comunidad, logrando una posición al llegar a la juventud.
El reto es instalar una unidad familiar, casarse e independizarse de la
casa paternal. En el caso de las mujeres, durante la misma infancia

131
son preparadas principalmente para desarrollar las actividades
relacionadas con la administración del hogar. A esto se le antepone el
que las tendencias han cambiado por la constante influencia de
procesos migratorios en todo el país; así, nos será fácil entender la
transformación de los ritos y retos que sustituyen este proceso por la
experiencia migratoria, ya sea como necesaria o simplemente como
reto individual y grupal.

Ahora, el ritual consiste en participar en el proceso migratorio al


cumplir cierta edad o considerar que por medio de éste se podrá
satisfacer alguna necesidad económica. El reto se relaciona con la
influencia social, la curiosidad y tradición local que caracteriza las
comunidades de los migrantes. Éste se cumplirá parcialmente a partir
de que se migra, no importa que las metas y los objetivos no se
logren de inmediato. El logro está parcialmente cumplido cuando se
acepta la participación. El hecho de salir implica haber logrado lo que
el otro, el no-migrante, no ha conseguido y debe intentar. Es un
deber, es un ritual que se inicia con la movilización y consiste en
reafirmarse a través de múltiples situaciones adversas que se deben
sobrellevar hasta el regreso al lugar de origen o hasta la
estabilización económica en la ciudad. El ritual es una suerte de retos
durante el proceso migratorio. Si es grupal, se tiene que
corresponder para permanecer dentro; de lo contrario, será excluido.
De esta manera, la formación grupal recurre a las mismas dinámicas
que ponen en duda la capacidad de cada joven para permanecer con
los que lo retan.

Por otro lado, existe una similitud de moratoria dentro de los grupos
de jóvenes, donde algunos de los que pertenecen al grupo, no logran
superar ciertos retos; pero pueden seguir interactuando, en la
estructura jerárquica, que se respalda en la experiencia y
conocimiento de formas de interacción dentro de las rutinas urbanas.

132
El espectro de posibilidades y resultados es amplio a pesar de que se
migre con parientes o amigos. Las condiciones con las que se
encuentran los muchachos migrantes al llegar a la ciudad son
conocidas dentro de parámetros, pero no dentro de espacios, tiempos
y medios para lograr y cumplir sus metas. A pesar de conocer las
condiciones, siguen en la incertidumbre de acuerdo con la
disponibilidad de espacios laborales y oportunidades económicas.

Los aspectos generales que conocen y controlan los migrantes se


relacionan con los espacios laborales donde podrán insertarse, como
acondicionar lugares habitables, y las maneras de trasladarse,
comunicarse y alimentarse. Las necesidades básicas podrán ser
cubiertas con base en la experiencia de algunos, pero dependerán de
la oferta y habilidad para satisfacerlas.

Los objetivos migratorios se cumplen cuando se logra estabilidad


económica, residencial o simplemente se puede mantener el envío de
dinero y la comunicación con la familia y/o la comunidad. Por otro
lado, si no se cumple ninguna de las condiciones anteriores,
simplemente con regresar en las temporadas agrícolas, durante las
festividades locales o como mínimo que se halla sobrevivido a la
soledad, pobreza, marginación e intensas jornadas de trabajo basta
para ser diferente, para distinguirse de los que no lo han hecho o
intentado.

La comunicación entre los migrantes y su familia es fundamental,


pues de esta depende la estabilidad cultural, las tradiciones y
objetivos migratorios que se desdibujan en medio de los estilos de
vida citadinos que resultan ser atractivos, adictivos e invisibles.

Cabe la posibilidad (expresada y manifestada), de que los migrantes


rompan la comunicación con su lugar de origen de manera
involuntaria o premeditada por razones ajenas a la comunidad y más

133
cercanas a la ciudad y sus contextos. Este proceso puede
desarrollarse de varias maneras. Así es como los cambios que de aquí
se desprendan serán, a vista de los migrantes jóvenes, invisibles e
imborrables.

Algunos de los que migran cancelan toda forma de comunicación y


reciprocidad por no haber satisfecho sus metas o porque
definitivamente el trabajo, la recreación y nuevas practicas
socioculturales de la ciudad les permiten entrar en un ambiente
placentero que reivindica y da sentido a su juventud, restándole
importancia a los vínculos con su comunidad.

En este sentido, el tiempo de la moratoria social se transforma en


espacio de provecho y satisfacción fuera de la reflexión, preparación y
maduración sociocultural y laboral. Se truncan las metas por las que
se ha migrado, pero al mismo tiempo, esto funge como válvula de
escape al cansancio, a la soledad, la tristeza y presión a la que son
sometidos. De manera análoga, conocerán el fuego y por medio de
este, confirmarán lo que la canción dice: el que juega con fuego se
quema, el que busca al demonio lo conoce43, encontrando dentro de
las malas experiencias que implican el vicio, el mal uso del dinero, las
malas compañías, la oportunidad de tener palabra, autoridad y
consejos para nuevos jóvenes que desean conocer el ámbito urbano a
partir de la migración. Estas experiencias en bares, en la obra donde
trabajan o en los lugares de recreación, son expuestas a otros
jóvenes como un reto y una experiencia que deben conocer para
ganarse un lugar y una posición frente al otro. No se puede ser
neutro: o eres o no eres.

La moratoria social del lugar de origen, pierde sentido temporalmente


a partir de la influencia de los atractivos citadinos en los procesos
43
Fragmento de la letra de la canción se que no de la extinta banda argentina llamada Todos
tus muertos. En el anexo de este documento se agrega la lírica completa.

134
migratorios como alternativa económica y proceso ritual. En este
sentido, entiendo que su influencia toma una pausa temporal dentro
de las actividades y nuevas experiencias, ya que si bien es cierto,
esta moratoria representaba oportunidad para aprender a manejar
las oportunidades del mañana, la vida citadina es una oportunidad
donde se conocen vicios, formas de vida placenteras alejadas de la
responsabilidad referente a la vida adulta; pero los migrantes
también, se ganan un reconocimiento en el nuevo grupo del que
forman parte. Ahora son parte de un grupo con el que al identificarse,
aprenderán formas de vivir la ciudad; finalmente, experiencia.

Después de todo, salir de la comunidad y volver es un reto mayor


que el poder regresar todas las tardes después de cumplir con las
jornadas que acostumbran en el medio rural. La experiencia es dura y
drástica en los jóvenes que migran hacia oportunidades económicas,
sociabilidades placenteras, lúdicas, agresivas y marginales.

[Esta] moratoria, según nuestra perspectiva, como constructo


teórico, pierde su valor explicativo, en la medida que ha ido
decreciendo su capacidad para entender la proliferación de
identidades juveniles, aún sin este espacio, o con "moratorias
negativas". Así lo ha demostrado la investigación sobre juventud
urbano-popular en la década de los 80' y ya lo venían demostrando
las sociedades "sobremodernas", al decir de Marc Augé, con altos
índice de desempleo, lo que no impidió -es más, alimentó- la
proliferación de tribus juveniles (González, 2003)

Los jóvenes ya no tienen la necesidad de aceptar los retos impuestos


por los adultos ni descifrar y entender sus experiencias y consejos; la
correspondencia es para con sus pares, los otros jóvenes, o que
parecen jóvenes por lo que hacen.

Podríamos forzar el término moratoria social hacia moratoria juvenil o


grupal al tiempo que un candidato a pertenecer al grupo tiene que
esperar para poder integrarse y compartir las prácticas determinadas
por el resto de la colectividad, o bien, lograr el reto que se le ha
otorgado y que implica algún tiempo concluirlo; pero lo manejaré

135
como rito de iniciación, inclusión y pertenencia, definido por tiempos
(como requisito, a veces meramente opcional), prácticas y
significados que se relacionan con las bases identitarias y simbólicas
del colectivo.

Las prácticas de los jóvenes son independientes, irresponsables en


ocasiones para el mundo adulto y, por ende, inexpertas.
Personalmente, como joven me doy cuenta que por medio de éstas
se origina el conocimiento, la referencia y la experiencia que te dan
posibilidades y probabilidades en un ámbito; en otro, en el que no se
tenga experiencia, no se tendrá una visión clara de lo que se
pretende y necesita para lograr intereses, objetivos, metas, e
intenciones, buenas y malas.

A partir de la socialización con sus pares, es que se recrea la práctica


que les da la experiencia y fortalece los lazos de unión de los jóvenes
migrantes. El que migra hace para él, como joven y parte su grupo
como un conjunto de signos, símbolos, prácticas y necesidades de las
que depende su juventud.

136
6 RESULTADOS

… y es el momento en que sabes quien eres y


dejaras de serlo…

6 . 1 Generales

6.1.1 JÓVENES: IDENTIDADES MIGRANTES, CONTEXTOS Y


PERFORMANCE.

El proceso migratorio en el que se insertan los jóvenes que habitan el


medio no-urbano representa una ruptura -como proceso
sociocultural, económico y lúdico en sus prácticas cotidianas- que los
aleja de los contextos bajo los que se consolidarían como sujetos
sociales y actores culturales. En este sentido, los que migran (como

137
acto ritual) se constituyen en un nuevo sujeto sociocultural que
reproduce patrones, costumbres, construye grupos e identidades a
partir de códigos y estereotipos de la juventud de la ciudad en la
ciudad.

Estas prácticas corresponden a la interacción cotidiana por medio de


la que deben de manifestarse y hacer acto de presencia en pos de
conseguir un lugar donde no lo hay. Es decir, por medio de la
performidad del atuendo y sus conductas es que obtendrán espacios,
experiencias y, con ellos, las oportunidades para lograr satisfactores,
económicos, emocionales, materiales, entre otros.

Cabe recalcar que esta performidad goza de total libertad, ya que el


la fase ritual bajo la que se encuentran los mantiene marginados,
ajenos a todo patrón de conducta, y como prueba les brinda la
oportunidad de experimentar para lograr regresar al aposento del que
preparados partieron. Al ser entes liminales libres igualmente tienen
que cumplir con las consignas de un nuevo contexto sociocultural,
con lo que en el intersticio del ritual se entrelazan las nuevas pruebas
que los rituales urbanos demandan.

6.1.2 CONCEPTO: JUVENTUD MIGRANTE COMO


SUBCULTURA JUVENIL VOLUBLE DICOTÓMICA

Los jóvenes migrantes reivindican su juventud de manera alternativa,


autocomplaciente y condescendiente a partir de prácticas
socioculturales que encuentran y desarrollan en la ciudad. El lugar de
origen cobra sentido al entrar en contacto con el contexto de la urbe
pues representa esta distinción e identificación con el otro (migrante
y no); en tanto éste no se exprese, los migrantes siguen siendo
jóvenes en el sentido amplio de la palabra.

La reivindicación, identificación y distinción cobra, sentido en su


comunidad donde son denominados, referidos y construidos bajo

138
otros conceptos y parámetros; mientras, en el espacio urbano entran
en el intersticio generacional y sus rutinas: la juventud. En la ciudad,
el grupo de migrantes está formado por él-otro, una dualidad de
papeles que se juegan de acuerdo a situaciones, contextos,
necesidades y aspiraciones.

Los jóvenes migrantes se circunscriben a un desdoblamiento de


identidades que resulta del proceso migratorio y sus contextos. A
saber, en un primer momento, son jóvenes (o la categoría que se
maneje en su lugar de origen, su comunidad, pueblo, localidad o
ciudad). Al llegar a la ciudad de México, son migrantes, con objetivos,
metas, fines y medios; son uno con el grupo hasta que encuentran a
través de la experiencia las herramientas para habitar la ciudad. Ya
que me refiero a los primeros momentos del proceso migratorio de
los jóvenes a la ciudad de México, observé que al interactuar con la
urbe, expresan y manifiestan aspectos socioculturales que contrastan
con ella. En este momento, llegan a colocarse dentro de estereotipos
y conceptos que entienden como despectivos y en otros momentos
como oportunidades para insertarse en los espacios socioculturales
de la ciudad. Una última posibilidad es que estos estereotipos y
conceptos no les llamen la atención lo suficiente como para
adoptarlos, debido, por supuesto, a su coherencia entre valores-
objetivos-necesidades y el proceso migratorio como oportunidad
económica, no sólo lúdica.

6.1.3 MIGRACIÓN Y REDES SOCIALES

Los jóvenes se consolidan grupalmente en el proceso migratorio a


partir de contextos laborales principalmente en los que incluyen
relaciones de parentesco y construyen lazos de amistad con
muchachos de la ciudad y la zona metropolitana. Por medio de la
experiencia que se amplía, construyen situaciones y nuevas formas
para apropiarse de la realidad.

139
Las redes que conectan se observan de mejor manera en el inicio del
proceso migratorio. Desde el contacto para viajar a la ciudad, si se
usa transporte formal, convencional o rutas informales con destinos
como Buenavista o Santa Martha Acatitla, se implica la experiencia de
terceros para involucrar a los nuevos migrantes en esta movilización.

El uso de rutas informales y líneas alternativas que frecuenta cierto


grupo de migrantes se debe a que conocen la ruta que sigue el
autobús. Existe un acuerdo para que se les deje lo más cerca posible
de su destino-origen y es una oportunidad fiable para viajar en
compañía de conocidos, parientes y un ambiente de comunidad.
Ahora, al llegar a la ciudad, es necesario saber donde está cada cosa
para cada necesidad: el trabajo, las tiendas; posteriormente, a dónde
se puede ir, qué se puede hacer y todo esto se obtiene por la
comunicación, interacción, necesidad y curiosidad de los nuevos
habitantes de la urbe con los migrantes pioneros y los habitantes de
la ciudad o los colegas del trabajo. En este sentido, es como las redes
se arman desde que los migrantes deciden partir a la ciudad y hasta
que llegan a ella. Posteriormente, éstas se consolidan en formas de
grupo y representan las bases para construir identidades a partir de
prácticas y formas de pertenecer a él.

De estas redes sociales, depende la consolidación de grupos afines a


los aspectos socioculturales de una comunidad, oficio, o a su inclusión
de manera práctica en los contextos-estereotipados de la ciudad.

6.1.4 CONSUMO DE SÍMBOLOS

Las mercancías que resignifican y consumen los muchachos


migrantes son variadas en categorías; todas representan la novedad
dentro del grupo de los migrantes. Tienen una función: distinguir a
quien las porta; posteriormente, retoman su significado cultural o
simplemente se desechan por unas más novedosas.

140
Las categorías de mercancías simbólicas están relacionadas con
géneros musicales, formas de vestir y atuendos con prácticas,
sustancias, productos de consumo (alimentos, bebidas y drogas) y
gadgets (celular, iPod™, Discman, reloj, reproductores digitales de
audio y video en general), que se encuentran en el circuito comercial
que estos jóvenes frecuentan y de los que tiene conocimiento por
trabajar ahí, haber escuchado de tal sitio, por recomendación y, a
veces, por simple exploración de los espacios de la urbe como lugares
para conquistar. Para esto, hay que decir que solamente están
limitados por el atuendo que les margina; pues tienen acceso para
consumir en lugares de prestigio. Por otro lado, se observa una
mayor preferencia por consumir en espacios abiertos, los tianguis y
plazas de comercio formal e informal en la periferia del lugar de
trabajo o en los lugares céntricos de la ciudad.

6.1.5 GRUPO(S), SUBCULTURA Y PERFORMANCE


COTIDIANO

A través del tiempo, el proceso migratorio y el atuendo se han


caracterizado como una subcultura homogénea de integrantes
heterogéneos en la ciudad de México, donde la presencia es el
resultado de la interacción de estereotipos urbanos apropiados y
reconstruidos por sujetos de contextos no urbanizados, así es como
se conjugan espacios e imaginarios culturalmente distintos y
socialmente identificables a partir de sus atuendos y constante
presencia en los espacios de la ciudad, puntos de encuentro, plazas
comerciales, espacios de reunión históricos y simbólicos de la ciudad
y el país en general, de significado comercial, político, cívico, religioso
y ahora lúdico.

Esta subcultura se ha construido a través de imaginarios y


experiencias permanentes de los migrantes del interior del país; a su
vez, explica su constitución de colectivos homogéneos con

141
integrantes heterogéneos. En el mismo sentido, los considero como
un grupo constante con integrantes y atuendos cambiantes, ya que
en cada visita a la ciudad las mercancías que pueden adquirir, varían
de manera espontánea sin que de ellos dependa esta tendencia. Es,
pues, una conducta bastante observable y reconocible en los jóvenes
migrantes, el sobrevalorar el contexto que están conociendo junto a
sus complementos, medios y formas de vida.

6.1.6 IDENTIDADES Y CULTURAS

Los chavos migrantes pertenecen a los distintos grupos con los que
visitan la ciudad de manera limitada, por motivos distintos y ajenos a
los identitarios y más relacionados a los contextuales/migratorios.

La movilidad de los jóvenes dentro de la ciudad se rige por motivos


económicos, personales, laborales, culturales y familiares, por lo que
la pertenencia no depende de lazos identitarios, factores
subculturales o de las prácticas y experiencias urbanas.

Los jóvenes están en un constante cambio hasta que reconocen y


apropian prácticas culturales e identitarias con un grupo o
individualmente, con lo que consolidan su vida citadina y, de alguna
manera, se crea un estilo surgido de la migración.

No se deja de migrar; se está en un constante desplazamiento, Las


oportunidades y tiempos constituyen sólo un contexto en el que se
saben independientes y pueden abandonar según su interés, o el de
los contratistas y empleadores. Así, se continúa en el vaivén de las
oportunidades y con la creación y producción de experiencias.

Esta experiencia y conocimiento de situaciones permite lograr


ventajas y distinción frente a los otros, como ajenos y como
extraños, con lo que los grupos consolidan y representan su unidad.

En este sentido, no se puede encasillar en un solo concepto la

142
migración de jóvenes al medio urbano, ni sus cambios culturales e
identitarios a lo largo del proceso. Se puede manejar como un
proceso constante de construcción de la presencia basada en las
dinámicas de cultura e identidades, de los actores y movimientos
sociales y sus lugares simbólicos en la urbe, donde su consolidación
como subcultura depende de experiencias, costumbres y saberes que
comparten con los que viven la ciudad.

6 . 2 Resolutivas

Retomando las preguntas que suscitan esta investigación, ahora se


plantean las respuestas que de mejor manera las contestan y, en su
momento, profundizan y reinterpretan. Para el caso de la primera y
que es la inspiración de los objetivos e hipótesis, se plantea la
siguiente determinativa:

1. ¿Cuáles son los cambios que experimentan la identidad y la


cultura de los jóvenes migrantes mexicanos que ocupan
espacios públicos de la ciudad de México?

Se logra observar que el atuendo funge como factor identitario y


cultural de los jóvenes migrantes y es transformado en cuanto se
tienen los medios, con la mejor intención de satisfacción personal
pues, no conocen la oferta de atuendos que hay en la ciudad, ni
vienen predispuestos por uno u otro look; simplemente por
estereotipos y prácticas citadinas de subculturas juveniles, con lo que
se explica la expresión de formas identitarias grupales e individuales
volubles, dependientes de factores comerciales inspirados en iconos y
las manifestaciones de jóvenes urbanos.

La velocidad con que los atuendos y su multiplicidad se transforman


provoca el collage que caracteriza a este grupo no-urbano, no-rural.

143
En este sentido el pantalón característico es holgado con aspecto del
cholo mexicano, pero en mezclilla. Las camisas y playeras son
alusivas a bandas del rock urbano mexicano y bandas metaleras
clásicas como Rammstein, Metallica o del género punk; en otros
casos esto se complementa con accesorios del colorido rastafario y
ska, junto con el icono que es Bob Marley. En otros momentos, la
Virgen de Guadalupe que impresa con aerógrafo en los pantalones
que imitan marcas comerciales como JNCO™, Kik Wear™, Ben
Davis™, Mecca™, Breakdown™; aunados a estos iconos, los
accesorios como son collares, paliacates, gorras, mochilas,
muñequeras, gafas y pulseras, estampados, impresiones y
expresiones que representan un collage multisimbólico.

La piel, como parte del cuerpo también es alterada: el piercing,


tatuajes menores, y los peinados estrafalarios muestran una
apropiación estereotipada y ritual.

Este proceso identitario, al margen del migratorio, se caracteriza por


ser un ritual activo que evoca un imperante acto performativo en el
que la presencia es moneda de cambio, aunado a las experiencias y
expresiones de superioridad, libertad e independencia. Mismos
patrones de comportamiento de la juventud -como etapa
independientemente de los lugares desde donde se vive.

Para la segunda interrogante que se refiere a los cambios identitarios


y culturales en el contexto urbano que viven los jóvenes que migran
se plantea:

2. ¿Qué elementos culturales y sociales en la ciudad de México


contribuyen a la transformación y reconstrucción identitaria y
cultural de los jóvenes migrantes en el contexto urbano?

El cambio en los atuendos y estilos de vida de los migrantes aunado a


sus prácticas tiene origen y es influido por los imaginarios urbanos

144
preconcebidos al desplazamiento migratorio, en muchos de los casos,
estos son la fuente de inspiración de la misma decisión de migrar.

Los estereotipos e imaginarios urbanos son los que en primera


instancia promueven los desplazamientos. Son estos, representantes
y sinónimos de novedad, autenticidad, prosperidad y, en su
momento, al habitar la ciudad, fuente de la reivindicación de la
juventud de los migrantes. Las prácticas, el ambiente, los momentos
y la vida cotidiana en la urbe explican los comportamientos de los
migrantes. Al llegar a la ciudad, ésta les ubica con sus pares,
migrantes y no, con los que comparten nuevas experiencias en
lugares específicos. Lugares con una carga simbólica y un imaginario
común.

Es así que la ciudad y sus imaginarios, sus actores jóvenes y símbolos


de autenticidad, prosperidad e identificación, satisfacen lo que como
etapa social y práctica cultural es la juventud de los que migran.

Para abordar la tercera cuestión de esta investigación que se refiere a


los aspectos de cohesión de los grupos de migrantes se planteó:

3. ¿Qué aspectos sociales y culturales cohesionan y caracterizan


los grupos de jóvenes migrantes que se observan en los
espacios públicos de la ciudad de México?

Y se resolvió de esta manera:

Principalmente, como ya se expuso, el atuendo y su patrón


estrafalario es lo que caracteriza a las tribus, colectivos y formas de
agrupación de los migrantes en la ciudad. Está por demás repetir el
espíritu multicultural de los iconos y de las expresiones discursivas y
de interacción de los migrantes. Sobre los espacios que habitan, que
ocupan y en los que se reúnen y manifiestan, vale dejar en claro que
son los mismos espacios de la ciudad que el público general ocupa y

145
frecuenta, así mismo como herencia de sus abuelos migrantes (en
general abuelo(s) es una metáfora de los parientes, los paisanos que
los precedieron generaciones atrás en esta constante migración a la
ciudad) que los utilizaron como punto de referencia, comunión, para
el amor, la amistad, el comercio, la distracción y, a veces, como
referencia para buscar y encontrar nuevas y mejores oportunidades
laborales.

Estos espacios particularmente son las plazas públicas y los sitios de


llegada a la ciudad, centrales camioneras (oficiales y no,
improvisadas y construidas a los largo de estas décadas) y puntos
referenciales; también los espacios donde habitan entre semana: la
obra, el barrio donde vive un pariente, un conocido.

Sobre la constitución de los grupos es necesario reconocer su


carácter interior como heterogéneo y su exterior como homogéneo.
Explicando, me refiero a que, dentro de los grupos, los orígenes, las
afinidades, metas y propósitos son distintos, pero los cohesiona la
comunión migratoria, laboral y una identidad natural que en estos
momentos conceptualizo como identidad voluble, ya que aunque esta
en proceso como lo menciona Gama (2009), en la cotidianidad y
rutina se difumina y transforma a partir de los espacios comunes, la
situación, el contexto; si esto deja de ser así, los mismos grupos sólo
se cohesionan por aspectos de parentesco, en donde si es valida la
concepción del identidad en proceso (Ibíd.), ya que existe un
referente cultural preexistente. En este sentido, la heterogeneidad, y
la homogeneidad externa de los grupos que concurren en espacios
comunes, quedan y han sido referencia, a través del tiempo y las
experiencias en el imaginario migrante.

Finalmente, los cohesiona(n) la cotidianidad, los contextos, las


oportunidades y una especie de parentesco y paisanaje sociocultural
ajeno a los lazos que les pueden unir con los otros, migrantes y no.

146
La última interrogante retoma el concepto de performance y
cotidianidad resolviéndose de la siguiente manera:

4. ¿Qué representan para los jóvenes migrantes las prácticas y


mercancías simbólicas de la juventud urbana?

Las prácticas como el cambio de atuendo, los gustos musicales, las


visitas a establecimientos de diversión para adultos y de pareja e
incluso familiar responden a una necesidad y conducta de exploración
de los espacios que de boca en boca adquieren fama y prestigio.

Para llegar a estos, el atuendo que portan no es el adecuado ni el que


corresponde al estereotipo del lugar, pero si cumple la función de
mostrarlos elegantes, limpios, impecables, reconstruyendo al Dandy
ingles en las tallas de Tintan, logrando, consolidar un lugar, que como
maniquís galantes conquista a través de la pupila a cuanto sujeto se
exponga a su presencia.

Aceptan este trato, ser reconocidos, ser identificados, catalogados y


reproducir nuevas prácticas; pero en su entendimiento, a su manera,
con su sabor y color: la resignificación simbólica como tal. Ese tipo de
cosas, como las maneras de dirigirse, de entenderse, de interpretarse
son las que impiden que sean catalogados como parte de alguna
subcultura juvenil urbana, pero no les impide en un tiempo próximo
adaptarse y de manera etérea ser una misma a partir del
nomadismo.

En este sentido son en sí una subcultura que se mimetiza para lograr


concertar un espacio, un lugar y un momento en el imaginario
urbano. Han logrado, a partir del performance del dandy, interpretar
las culturas que desconocían y con ello interactuar en la
multiculturalidad que representan.

Finalmente, éste es el objetivo: entrar en las dinámicas y, con ello,

147
disfrutar de las novedades que la ciudad les ofrece.

6 . 3 Análisis de objetivos

Los objetivos que se plantearon para poder estudiar a los jóvenes


migrantes implicaron un acercamiento directo con los jóvenes y sus
espacios; es así que:

Conocer a la juventud migrante como constructo cultural y


conceptual, sus manifestaciones y expresiones que se mezclan
con las de su lugar de origen durante el proceso migratorio y
los momentos en que habitan la ciudad de México

Se logró, ya que en los espacios públicos y laborales se observaron


formas de interactuar propias de sus comunidades; es decir, aspectos
organizativos, rituales, prácticas religiosas, lúdicas y de identificación
e interacción.

Los objetivos particulares igualmente alcanzados se describen de la


siguiente manera:

Conocer cuáles son los elementos culturales y sociales que se


expresan desde la ciudad y que intervienen en la reconstrucción
de la identidad y cultura de los jóvenes migrantes para
comprender sus formas de manifestación, adopción y
adaptación en los espacios públicos de la ciudad de México.

Se reconocieron elementos propios de la industria cultural y


estereotipos que son promovidos por los medios de comunicación que
igualmente conforman el imaginario urbano que reproducen los
jóvenes migrantes al llegar a la ciudad. A la par, la identificación y
resignificación de estos elementos permitió conocer la forma en que
los representan en lo individual y grupal.

148
Retomando el último de los objetivos particulares que dice así:

Analizar las causas de este cambio para comprender los


motivos que les permiten cohesionarse como grupo en la
ciudad, con sellos y particularidades que los distinguen de los
jóvenes de la urbe.

Permitió entender que la cohesión grupal y la identificación con los


estereotipos e iconos de la ciudad juegan un papel importante para
que los grupos concurran en un cierto tipo de espacios y lugares, con
la salvedad de que ésta depende de los contextos en que se ubiquen
los integrantes de los mismos; finalmente, esto es la explicación de
que se consoliden como grupos heterogéneos y representen una
subcultura homogénea

6 . 4 Contraste y análisis de hipótesis

Como hipótesis general se planteó que…

Los principales cambios identitarios de jóvenes migrantes en la


ciudad se relacionan con el consumo de símbolos y estereotipos
de la juventud urbanizada y por la resignificación de los mismos
en lo colectivo e individual.

Lo que es cierto, hasta el punto en que también se logro corroborar


que no todos los migrantes se comportan de la misma manera, ya
que existen valoraciones distintas y distantes sobre los mismos
imaginarios que ubican estos cambios, atuendos y estereotipos en lo
banal y negativo, e incluso, como mal visto por la comunidad;
teniendo así, que los migrantes que no los retoman en su habitar
citadino transforman su atuendo por la mera satisfacción personal y
con la única intención de lograr sus metas migratorias.

Con los migrantes que sí cambian el atuendo, se logra observar que

149
los que lo resignifica lo hacen en el sentido de que éste les represente
y les otorgue distinción entre los integrantes del grupo, colocándose
en una posición de prestigio y distinción. Es el atuendo y los
accesorios, gadgets y novedades un medio para lograr entrar en
círculos sociales determinados y en el corazón de ciertas personas.

La apropiación de los atuendos logra, en el mejor de los términos,


que el símbolo y el signo que reivindican las subculturas juveniles y
las tribus urbanas sean tomados como tales y sus raíces crezcan y se
desarrollen en la identidad y cultura de los migrantes.

Para contrastar lo anterior, también se logró observar que, a la par


de que algunos migrantes no transforman su atuendo con fines
lúdicos, los que así lo hacen no lo reivindican hasta sus últimas
consecuencias, recuperando su condición y sus objetivos, sus razones
púes de migrar. Como se pudo observar, se dejan llevar por el
desmadre, las sustancias, las chelas, los amores y actos que
reivindican y les sientan bien como jóvenes. Concluida estas
experiencias, retoman el ritual de paso que les llevó a la ciudad y los
valores con que se formaron antes de su llegada a ella.

El planteamiento que se deriva de la hipótesis principal es el


siguiente:

Inicialmente, los signos y símbolos que toman de la ciudad, les


atraen por ser simplemente novedosos. Los conocen por las
personas con las que se relacionan y la industria cultural
nacional.

Y a éste, basta agregarle que el imaginario social y urbano explica de


manera fáctica los comportamientos del atuendo aunado al acto
performativo que se relaciona con la identidad para lograr un lugar en
el contexto en que se desarrollan.

150
Siendo el performance un medio que ubica a los migrantes en el
imaginario como lugar social, otorgándoles un momento en el
discurso colectivo que pasa de boca en boca y de viaje en viaje.

Para la inclusión o constitución grupal, el atuendo no es


prioritario, pero se le atribuyen características de originalidad y
una forma de distinción respecto a los demás integrantes del
grupo; esta diferencia no es excluyente para los que no lo
hacen así, pero es parte del performance colectivo que altera la
actitud dentro y fuera de los grupos a partir de la importancia
que se le da.

Esta hipótesis se acepta en su totalidad bajo la aclaración de que éste


es el cambio de actitud al que se refieren los jóvenes que no
transforman su atuendo y no realizan las nuevas prácticas citadinas a
las que atribuyen valores carentes de ética y que están lejos de la
moral que ellos ahora solos representan.

Por su parte los migrantes que han cambiado los atuendos y se


encuentran satisfechos con estas nuevas prácticas excluyen a los que
no. En el peor de los casos donde evitan invitarlos a que asistan a sus
eventos o a que les acompañen y en otros momentos les incluyen sin
más presión para que realicen una u otra acción común. Lo peculiar
es que los chicos que no son invitados se saben excluidos, pero
defienden su postura haciendo referencia a sus valores y costumbres.
Queda, pues, un acuerdo implícito en el que cada uno es libre de
hacer y de no hacer al establecer los límites individuales y respetar
los actos de cada uno; fuera de estás eventualidades/prácticas
derivadas del cambio de atuendo y aspectos lúdicos, siempre se
manifiesta la solidaridad y el apoyo mutuo en cada momento, en cada
oportunidad.

Así es que, por una parte, aunque no realicen las prácticas o

151
transformen sus atuendos, los migrantes comparten las experiencias
y los valores de amistad y cooperación con su paisano, hermano
migrante, refugiado urbano; sabiendo cada uno su lugar y el del otro.
Se establece un reconocimiento y, con ello, la consolidación de un
grupo contextual. No teniendo a nadie más a quien recurrir, la
identidad queda desfasada por los valores y sentimientos de la
amistad y hermandad.

152
Se trata de formas de relación social de tipo
empático en donde se da un sentimiento de
comunidad ligado a lo presente. No interesa el
futuro, sino vivir en el aquí y ahora. Se trata de
la exaltación de un narcisismo colectivo, de una
socialidad desindividualizante, amparado en
un sentimiento de pasión compartido. Lo
imaginario constituye el mundo posmoderno al
que Maffesoli llama un “mundo imaginal”,
precisamente, porque el vínculo social se refuerza
por la “cosa mental” y no por lo racional
establecido. En la posmodernidad resurge la
imagen. La imagen es algo del orden de lo
relativo, no aspira a lo absoluto, a la exactitud, a
la comunión con todos los miembros de la
sociedad. La imagen pone en relación, no le
interesa la certeza, el dogma, el “buen”
razonamiento. (Cassián et al., 2006: 12 - 13)

153
¡Va contra las leyes no mentir!
el chivo, Informante clave (2008)

CONCLUSIONES

Finalmente, posterior al análisis del trabajo de campo, las


experiencias y conceptos teóricos, se concluye de la siguiente
manera.

I. Conocer las particularidades de los jóvenes migrantes en el


contexto urbano de la ciudad de México permitirá encontrar y
formular un concepto coherente y propio de la realidad de los
jóvenes del interior del país, no urbanos, no rurales, indígenas
y descampesinados, a sí mismo, ayudara a cambiar el
paradigma generacional que existe en estos sectores.

154
II. La identidad se mantiene voluble, en tanto que los migrantes
jóvenes se desprenden del único lugar cultural que conocen- en
el que toda su vida han vivido- por medio del acto ritual que
convocan la cultura individual y grupal que ponen en juego para
lograr sobrevivir en un imaginario que tienen de la ciudad. Por
otro lado, lo único que pueden consolidar se da en términos de
amistad o hermandad, fuera de los aspectos del parentesco,
claro esta.

III. Las tribus urbanas y sus principios filosóficos convergen con la


divergencia y marginalidad urbana que se disfraza de etnicidad
y tradición en los jóvenes migrantes.

IV. Los migrantes jóvenes pertenecen a los distintos grupos de


manera indefinida por motivos distintos y ajenos a los
identitarios; es en este sentido que, el nomadismo deslocaliza a
los migrantes y a través del tiempo ha disgregado en cada uno
de ellos la intensidad, elasticidad y opacidad de los imaginarios
que forman esta subcultura.

V. El proceso migratorio y el atuendo los caracteriza como una


subcultura formada de grupos homogéneos con integrantes
heterogéneos por la constante presencia en la urbe y la
diversidad en la constitución colectiva; en suma, la
deslocalización identitaria, el imaginario como inspiración, la
metáfora como resignificación multicultural y el performance
como acto efímero donde el lugar y el tiempo son en un
instante: un ser, una presencia: el mazahuacholoskatopunk.

VI. Los jóvenes viven un constante cambio identitario y emocional


(la juventud urbanizada que se reivindica a través de la
migración) hasta que se reconocen y apropian prácticas
culturales e identitarias con un grupo o individualmente,

155
consolidando metas, objetivos de vida; una familia, por
ejemplo. Esto se observa más fácilmente al concluir con la
etapa que se refiere a la juventud, coincidiendo este momento
con la maduración, la toma y apropiación de responsabilidades,
como actos en los que si no se deja de ser joven, sí se tienen la
suficiente experiencia e interés por establecer un estilo de vida
lejos del ajetreo de los fines de semana donde, como lo dijera
el locutor Olallo Rubio (2006): no todo es comprar playeras y
discos.

156
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Valenzuela Arce, J. Manuel, Colegio de la Frontera Norte, Octubre de 2006 [Audiocasette]

Multimedios

Colectivo Caótico (1996, Punk Hard Core), [Letra] Cd. de Necios, [Álbum] Cd. De Necios,
1996, México. [Audio casete]

Gama, Federico, [Blog, 2008] http://federicogama.blogspot.com, [Sitio oficial, 2008]


http://www.federicogama.com/, México

Mierdas Punk! [Película], (s/a), México.

Rulfo, Juan Carlos, [Película] En el hoyo, [Producción] La media luna, México, 2006

Todos Tus Muertos (Reggae Genérico), Gutiérrez / Nadal / Villafañe (1996), [Letra] sé que
no, [Álbum] Argentina te asesina, 1996, Argentina. [Archivo Digital]

161
ANEXO

^ • Z Presentación Y • ]

Considero importante para las ciencias sociales, y en específico para


la sociología, echar mano de la sociedad, sea lo que sea, para lograr
en la práctica cotidiana una comunión, donde los títulos sean sólo
protocolos y no fronteras que distinguen y separan a los presentes.

Es igualmente prioritario, reconocer que el saber y la ciencia no


requieren de disciplinas, medallas o calificativos, sino de prácticas
que dejen la vanidad a la poesía y la razón a los abogados de los
números, finalmente seria más congruente, la naturalidad con que las
ranas toman el fresco.

Basta de creer que tenemos la razón, la verdad, la última palabra, y


que Dios es omnipresente porque creemos en él, basta de hacer caso
a los sentimientos cuando nos carcomen y corroen las familias, basta
de lavar con veneno los pies del prójimo y fingir cuando hay que
mostrar la cara de la moneda, basta de ser hipócritas, basta de creer
en el pasado como penitencia y de leer el futuro, como esfinge de
arena, basta de vivir a partir de lo que imaginamos, sentimos y
creemos, basta solamente con dejar de contar los pasos y los
minutos, basta con sonreír y bostezar sin considerar que el día
termina o la noche empieza.

Basta de escuchar el corazón buscando malestar.

Basta de vivir.
^ • Z Sociabilidad, identificación y contextos Y • ]

Existen distintas formas interactivas en las que los seres sociales y


sus factores culturales se interrelacionan (a partir de la comunicación
multidireccional y multidimensional de la presencia), dependiendo
directamente de expresiones como: sociabilidad, identidad y
parentesco no-consanguíneo, sino comunal y contextual.

En estas interacciones socioculturales, la jerarquía tiene horizontes y


distancias no verticales ni estáticas; por el contrario, son dinámicas,
atemporales y reúnen los sucesos de la historia personal, en un
letargo; que da forma al nudo y la armonía como metáforas de la
presencia grupal.

En estas expresiones intersticiales, el imaginario, las costumbres y


los valores socioculturales, permiten que se puedan observar
categoría antagónicas y descontextuadas de lo establecido-
concebido-conocido; siendo así lo espontáneo: un río revuelto de
pescadores y pescados que nunca se relacionan. La imaginación y la
creatividad puede asignar y concebir conceptos para denominar tales
y cuales expresiones, pero es la mezcla, el choque y la hibridación de
contextos lo que permite su manifestación como consecuencia de un
todo global y local.

Bajo estas circunstancias y en el terreno del laberinto existencial,


será fácil entender expresiones como: subcultura etérea, identidad
voluble, naufragio informático, sujeto unexistencial, errante
deslocalizado de sentimientos e identidades,
mazahuacholoskatopunk, emopaisalocotrónico, rastapaisa, vaquero
grafitero, norteñita del sur, y en lo musical, géneros como el Tribal-
norteño, DuranBeat, MierdAndBass, etc.

II
La familia como institución, funciona de manera independiente en el
underground de lo formal y lo tradicional, consolida sus parámetros,
lógicas y metas, relacionándose con contextos dados, imaginados y
algunos inesperados, en el ámbito de lo cotidiano.

Los medios que utiliza, tienen una estrecha relación con la búsqueda
del poder, como medio para su reproducción y permanencia (que es
la inspiración de toda comunidad, colectivo o asociación). Las formas
de agrupación social, funcionan en la realidad cotidiana con niveles,
grados y tonos múltiples; permitiendo, que al explorar el universo de
la familia, se pueda entender que lo social y cultural no puede
explicarse sin la ruptura, refuncionalización, reinvención y
resignificación de los parámetros institucionales e interdisciplinarios.

Estas interrelaciones contextuales en la vida cotidiana, son el nudo y


la rima de los enciclopedistas, ya que al consolidarse solo en tiempo
presente, no permiten ser escritas, dibujadas, planeadas o
imaginadas, púes pierden su esencia de realidad translucida,
underground, etérea. La única función para la que son recuperadas a
través del recuerdo, depende del significado que tengan y porque
permiten conectar acciones que justifican y otorga valides a las
prácticas rituales.

Bajo esta premisa, el significado del recuerdo y su importancia como


medio, es que la omnipresencia de la información recupera los
sucesos, y como tales, en tanto que actividad, retroalimentan el
presente de la comunidad familiar.

La información, al igual que los periódicos virtuales (p.e.


GoogleNews) se autoconstruye, y forma parte del giro en la espiral
enciclopédica de la historia sociocultural de lo individual y grupal,
donde todas las materias, disciplinas, sucesos y eventualidades se
relacionan con el plural de los contextos y la individualidad cotidiana.

III
Esta reacción en cadena, puede ser dibujada con la metáfora de la
lluvia de estrellas de información que parpadea en los cielos de las
espirales multidimensionales, y en tanto que son captadas,
consolidan este eterno presente. Punto.

^ • Z Anécdota Y • ]

Sueños fuera de tiempo.

Les puedo y quiero contar que cuando hice la fase de campo… no:
hace un par de meses tuve un sueño: soñé que perdía una cámara
fotográfica mientras salía corriendo de la obra, acompañado de dos
amigos de la prepa, uno de Oaxaca y otro de San Felipe de Progreso,
y en la prisa tropecé, pues íbamos ascendiendo del sótano-
estacionamiento de la construcción hacia el circuito de salida para
dirigirnos, me imagino, a Tacubaya o algún lugar para distraernos,
pasarla bien y, por qué no, echarnos unos tragos; en tanto, tropecé,
caí y pues la cámara simplemente no resistió el impacto, ¡ja! Se
destruyó, y el problema es que ésta era prestada, era un depósito de
confianza que me había otorgado en ese entonces mi mai, el amigo
que me inscribió y enroló en las dinámicas de una obra en
construcción (claro, el pionero para esto y siempre seguro asesor
sobre estos menesteres fue y es mi primo Cayetano, el chivo: hábil
para las manualidades, los oficios y ¡bueno! para tomar decisiones y
resolver problemas técnicos)…

Posterior a este sueño y durante los tres meses de trabajo de campo,


nunca perdí la cámara. Atendí de la mejor manera mi trabajo y las
tareas que se tenían que realizar; aprendí los modos de cargar y la
velocidad que se debe utilizar para que los turnos y la ausencia de
tareas no se vuelvan tedio y rutina, o las formas de volver

IV
dificultades en imposibilidades, apropiar el lugar, las dinámicas sin
alterar su orden con la única finalidad de gozar antes de chingarle
como se debe.

Nunca perdí el instrumento con que veía. Perdí alicatas, tira líneas,
material; una vez me hicieron perdedizo el láser (éste es el sustituto
avanzado del plomo y nivel de manguera que, a partir de un rayo
láser rojo, guía trazos perfectos y corrige niveles en los muros,
paredes y lozas) que era de uso común y financiado por el arquitecto
de la obra… Mientras me aseguraba de mantener el orden en mi
trabajo y la armonía con mis compañeros, perdí mi realidad y
comencé a vivirla… dejé de hacerlo cuando pude escribirla, hasta que
se cansó de mí y yo no tuve más que perder y entregarle.

Seis de enero (2006)

Afuera de la casa, en compañía de El Beto, El Tostadas (ahora


conocido como El Pasadas), Tito y Oscar se afinaba la guitarra, se
prendían algunos cigarros y se pasaba el tiempo sin novedad ni dato
relevante… de la nada, bajando la calle se dejaba ver mi informante
clave, emparentado por gracia de mi tía y mi madre; llegaba con
caguama en mano y un par de camaradas de la obra, un compa de
Chimalhuaclan, Chimalhualodo o formalmente conocido como
Chimalhuacán, y otro de El Oro.

Después de un par de cervezas y al ver pasar una lady con su chico,


camarada de Chimal le chifló a manera de piropo a la chica. Nadie de
los que ahí estábamos siguió el chiflido, ni lo tachamos, nada;
continuamos con la reunión y de pronto, posterior al regreso de dejar
a su chica, el morro se dejó venir con los de la esquina… ¡sobres!... El
mogui cortando cartucho y gritando pestes, muertes y mentadas de
madre, advirtió: al que se paso de gaver con la lady del compa se la
iban a descargar todita y, pues nada, el morro que había chiflado ni

V
habló, ni el morro ofendido dijo pío… Momentos después, se calmaron
los ánimos, y como éramos conocidos de los morros de la esquina,
pues ahí quedo el rencor…

Un rato después que los compas de mi primo iban por una par de
wamas44 los morros de la esquina bajaron corriendo y, ¡como iban!…
¡madres¡ a darse un tiro con el chavo que le había chiflado a la lady.
Finalmente se dieron su tiro, se armó la campal45 y le metieron una
corretiza al morro que no había chiflado, en el acto se le cayo su
cartera y todo el varo que le habían pagado de su semana.

Como pudo se dio a la fuga, se escondió dentro de un taxi, los chavos


de la esquina lo alcanzaron, lo sacaron a madrazos y ¡sopas! lo
siguieron abaratando hasta que se logró zafar y dar a la fuga.
Después, en la chamba le contó a mi primo como le hizo para llegar a
la chamba al lunes siguiente.

El mercado no vende a su madre porque no la tiene

Sobre las mercancías juveniles, el valor de los principios y la venta de


la contracultura:

… finalmente estas no son racistas, clasistas, discriminatorias, y


aunque así lo fueran, los jóvenes que las apropian las transforman y
las resignifican.

Lo anterior se entiende como el acto de poner la cara de la historia


viendo al suelo para poder escribir de manera sublime lo que las
prácticas inscriben en las atmósferas urbanas que a manera de
venganza histórica, los iconos y signos que separaron a los nativos y
a los colonizadores en clases, castas y grupos ahora son burlados y

44
Cerveza familiar, se usa en plural y singular de manera indistinta.

45
Pelea multitudinaria y por cualquier motivo y consigna.

VI
gracias a la oferta descontrolada en el mercado la esvástica reivindica
a las juventudes mexicanas en la urbe, los estereotipos
norteamericanos son revestidos con el folclor mestizo de los
migrantes y el rock urbano a dado una vez más el lugar a los
marginados en las tocadas, en los bailes y en cada una de las
playeras que rezan que el punk no ha muerto, que se pudra el
gobierno y que somos parte de un sistema que apesta.

Es una descolonización inédita de los espacios corroídos por el


consumismo, que desemboca de las largas jornadas egipcias de las
construcciones a los palacios del oficio más antiguo del mundo, donde
no importa el origen, el oficio, la familia, ni nada que no tenga que
ver con billetes y placer.46

^ • Z • Epígrafes • Y • ]

Primero pasos en la ciudad

Con los nervios saliéndome del cuerpo


como hilachas
como las fibras de una escoba vieja
y arrastrando en el suelo, jalando todavía
el fardo de mi alma.
Cansado todo, más que mis propias piernas,
hastiado de usar mi corazón del diario.
Estoy sobre mi cama y a estas horas,

esperando el derrumbe,
la inminente caída que ha de sepultarme.
(Hay que cerrar los ojos como para dormir
y no mover ni una hoja de tu cuerpo.
Esto puede ocurrir de un momento a otro:

46
Notas de Campo del autor

VII
estarse quieto.
Pañuelos de aire giran lentamente,
sombras espesas rascan las paredes,
el cielo chupa a través del techo.)

Mañana te has de levantar de nuevo


a caminar entre las gentes.
Y amaras el sol y el frío,
los automóviles, los trenes,
las casa de moda y los establos,
las paredes a que se pegan los enamorados
al entrar la noche como calcomanías,
los parques solitarios en que se pasean las desgracias
con la cabeza baja, y los sueños se sientan a descansar,
y algún novio lo busca bajo la falda,
mientras la sirena de la ambulancia da la hora
de entrar a la fabrica de muerte.
Amarás la milagrosa ciudad, y en ella el campo soñado,
el río de las avenidas iluminadas por tanta gente que quiere lo mismo,
las puertas de los bares abiertas, las sorpresas de las librerías,
el estanco de flores, los niños descalzos
que no quieren ser héroes de la miseria,
y las marquesinas, los anuncios,
la prisa de los que no tienen adónde ir.
Amarás el asfalto y la buhardilla
y las bombas para el drenaje y las grúas

y los palacios y los hoteles de lujo


y el césped de las casas de donde hay un perro guardián
y dos o tres gentes que también se van a morir.
Amarás los olores de las fritangas
que en la noche atraen como una luz a los hambrientos,
y tu cabeza se irá detrás del perfume
que alguna mujer deja en el aire como una boa suspendida.
Y amaras las ferias mecánica
donde los pobres llegan al vértigo y a la risa,
y el zoológico, donde todos se sienten importantes,
y el hospital donde el dolor hace más hermanos
que los que puede hacer la pobreza,

VIII
y las casa de cuna y las guarderías en que juegan los niños
y todos los lugares en que la ternura se asoma como un tallo
y las cosas todas se ponen a dar gracias.

Pasa tu mano sobre la piel de los muebles,


quita el polvo que has dejado caer sobre los espejos:
en todas partes hay semillas que quieren nacer.
(¡Como una escarlatina te va a brotar pronto la vida!)

II

Con tus amarguras a cuestas


y tus dolores en los bolsillos
-las uñas todavía llenas de la tierra de los sepulcros que arañas-
y los ojos rodeados, hundidos en la sombra
que la noche inyecta con innumerables y finas agujas;
con el corazón convaleciente, tierno como una manzana,
sucio y torpe como un recién nacido,
vas en las calles viendo y aprendiendo
-y una sonrisa crece en los labios de tu sangre-
como si fueras el primer habitante del mundo.

Resucitado, para ti es la calle


y los árboles y la neblina
y el sol que pica
y la tarde friolenta que pide cama con mujer
y la noche amorosa que te recibe amorosa con un libro.
Para ti es también el amanecer de los que trabajan,
las fauces de las fábricas que también se abren con ruido,
los relojes de las oficinas de mala digestión,
la estercolada y húmeda ternura de los establos,
y el delantal de los almacenes y el garrote de seda,
el agua borricada de los despachos, el fenol diario de la misa
y la triste sabiduría de los barrenderos.
Para ti es la ciudad de los amores y los crímenes,
de las tentaciones y las locuras ordenadas,
de las necesidades en busca de alguien,
de las soledades atropellándose.
Para ti, las bibliotecas y los burdeles
y los cines y los teatros
y los estadios y las arenas y las pistas de baile

IX
y el asfalto desierto de la madrugada.
Para ti son estas gentes y estos fantasmas
y estos otros resucitados y estas sombras
que caminan y comen y se divierten
y sufren y gozan y viven y se enferman y mueren
en estos sitios que estás conociendo.
Para ti son las manos caídas
para que las estreches con tus muñones,
con las manos que te van a brotar ahora mismo.
Para que tú te entregues
se te están dando todas estas cosas;
para que dejes tu cuerpo usado
allí en el polvo donde estabas tendido boca abajo y llorabas;
para que te levantes a los treinta y tres años
y juegues con tus hijos y todas las gentes
en el nombre del padre y del espíritu santo
y en el nombre del huérfano y del espíritu herido
y en el nombre de la gloria del juego del hombre.

III

A un lado de los dioses


-porque los dioses han sido condenados a vivir entre los hombres-
aprendiendo a montar el becerro de oro,
dulcísimo de tanto renunciar a todo,
alegre de aceptar tu escasez y tus mutilaciones,
(¿cuáles dioses son éstos, hijos de que dioses?)
hermano, al fin, de todos tus hermanos,
gemelos de las gotas de su música,
corazón de tu tiempo, latido de ti mismo,
constante en despertar igual que el día.
Te saludo. Brindo por ti
que te levantas de tu ruina.
El aire de la noche te adelgaza,
la canción te espera.
Abre sus calles esta ciudad de México
como los brazos de una amante nueva.
Estás aquí y es tuya. Poséela. (Sabines, 1961: ¡6-17)

X
… con Identidad

Gente anónima a quien nadie preguntó por qué vagan, ni por qué emigraron;
Nadie se interesa en reconocerlos.

Ellos mismos olvidaron, borraron de su memoria asociativa, su propia identidad.


¿Qué saben y que les importa saber ya, quienes fueron antes?
El haber sido “alguien” en la vida social, o en la política,
o en el arte o en ciencia –pillo o apóstol-

¿Acaso puede modificar o desfigurar lo que se es actualmente? (Licurzi)

… lúdico

Habitantes de la embriaguez y la violencia cotidiana como otorgamiento de sentido


(Encuesta Nacional de Juventud, 2002: 421)

… de vida cotidiana

… donde despiertan, desayunan, trabajan, comen, juegan, trabajan, se enamoran,


pelean, planean, fuman, beben, estudian, cenan y duermen. Solo un día la a vez, no
da tiempo para más…

La invención de los Territorios: Yo, El Otro, El


Mundo, El Cosmo

La exaltación del YO por la modernidad, acompañada de la aceleración científica y


tecnológica, ha venido así a crear una paradójica reducción de los territorios de
nuestra conciencia, al mismo tiempo que la técnica permite la exploración de
territorios extraplanetarios, la atención humana se restringe a territorios
infraplanetarios más estrechos, discontinuos y esporádicos. El proceso de
urbanización y la electrificación del territorio atrae la atención del hombre moderno
hacia lo más inmediato y el interés mítico del hombre arcaico por el cosmos, pierde su
carácter poético y pasional para hacerse utilitarista y racional. La luz de la ciudad
electrificada (colonizadora del ambiente rural como en el caso de la canadiense y el
ejemplo de la explotación del territorio leridano en aras de Barcelona), desplaza la
atención humana del cielo nocturno estrellado a los anuncios luminosos y a las
atracciones comerciales y lúdicas. El hombre moderno carece ya, a pesar de la nueva

XI
física, de mitologías sobre el origen y la estructura del universo. Sólo las mitologías
del mercado y del consumo están hoy presentes en la llamada sociedad el bienestar.

Jamás ha tenido el ser humano más facilidad de desplazarse de un territorio a otro.


Sin embargo, el contacto con el otro no exige ya que nos movamos de nuestro
escritorio o de nuestra sala de estar. Requiere casi más esfuerzo entrar en contacto
con el vecino de la casa de al lado que con un antípoda terrestre. Y cuando, a pesar
de todo, nos desplazamos a territorios alejados, constatamos que todos los territorios
se van pareciendo cada vez más unos a otros y que "en todas partes cuecen habas",
siguiendo además la misma receta culinaria. Hasta las extravagancias, que por
definición representan lo inusual, son exactamente las mismas en todas las urbes: las
cabezas rapadas, los Hara Krisna, el pantalón vaquero andrajoso, la droga. (Ramírez,
2004)

El mayo de nuestra juventud

El 68 francés fue la puesta en escena de una serie de tendencias, e inauguró, la era


virtual. Los defectos y limitaciones de la revuelta fueron también sus principales
virtudes.

En estas fechas se cumplen cuarenta años del mayo del 68 y con este motivo se
publican libros y artículos que no parecen despertar grandes pasiones. Incluso
quienes vivimos aquellos sucesos de lejos, pero en tiempo real, los recordamos hoy
como algo más curioso que sustancial, y un cierto pudor nos vacuna contra la
nostalgia. Lo mismo, aunque con menos frialdad, sucede en Francia, donde los
comentarios desdeñosos de Nicolás Sarkozy sobre la efeméride fueron tenidos por una
falta de respeto, pero no un error de juicio.

Los chicos del mayo del 68 eran decididamente jóvenes. La juventud había dejado de
ser una etapa para convertirse en una identidad

Ciertamente, pocos acontecimientos históricos son más fáciles de desacreditar que


aquellas jornadas, que ya en su momento provocaron el rechazo de la derecha y el
recelo de la izquierda, y de las que, en definitiva, sólo se conservan unos pocos lemas
ingeniosos ("prohibido prohibir", "bajo los adoquines la playa", etcétera)
considerablemente desgastados por la reiteración. La generación siguiente, que no
guarda memoria directa de los hechos y que, en buena medida, hoy ostenta el poder,
mal puede tener otra imagen que la de unos hijos de papá irresponsables y
desnorteados que se comportaban como si estuvieran reviviendo La Revolución
Francesa, mientras otros enfrentamientos más trascendentales y mucho más
arriesgados tenían lugar en Praga, en México, en Polonia o en Memphis, Tennessee,

XII
por no hablar de Vietnam, lo cual, por otra parte, resulta irrelevante, porque las cosas
no se hacen para competir por un lugar en el podio de la perspectiva histórica. Pero lo
cierto es que en el mayo de París los grandes acontecimientos mundiales no
estuvieron presentes o lo estuvieron de un modo tangencial y complementario. La
revuelta de París, al margen de las proclamas grandilocuentes, obedecía a causas más
bien burguesas. Con la prosperidad y la seguridad imperantes en Europa, la población
estudiantil no sólo había desbordado las posibilidades materiales del sistema
educativo, lo que en parte motivaba la protesta, sino que se había convertido en una
auténtica clase social independiente de su extracción. Los estudiantes, que ya no
representaban a la clase dirigente del país, habían perdido el sentido de la
responsabilidad individual y habían adquirido una novedosa sensación de fuerza, no
sólo numérica, sino como representantes de todos los estratos de la sociedad. Los
hijos de la alta burguesía rechazaban todo lo que representaban sus padres, mientras
que los hijos de las clases inferiores, ascendidos a la categoría de estudiantes,
menospreciaban a los suyos. Mayo del 68 fue, en esencia, una revuelta juvenil,
seguramente la primera de la historia y por esta razón, pilló desprevenidas a las
jerarquías de todo tipo, incluidas las intelectuales y las familiares, que se limitaron a
mover la cabeza con una mezcla de indulgencia y desdén, no exenta de temor ante lo
que parecía ser una pérdida irreversible de su autoridad moral. Sólo el Gobierno
francés supo conservar la calma y acabó aprovechando los sucesos para hacer una
demostración de solidez y tolerancia. Los enfrentamientos callejeros fueron violentos,
pero no hubo muertos ni represalias ni se practicaron torturas o abusos. Todo lo que
pasó, pasó a la vista del público.

Al final, la cosa acabó como tenía que acabar. Al concluir el mes de mayo las calles de
París fueron tomadas de nuevo por una ingente multitud que manifestaba su apoyo al
gobierno y al orden existente. A renglón seguido, la policía desalojó las universidades,
los obreros en huelga volvieron al trabajo y los estudiantes remolonearon hasta que
empezaron las vacaciones de verano. En las elecciones celebradas poco después, el
partido conservador obtuvo un triunfo aplastante que mantuvo durante muchos años.
A la vista de estos resultados y de otros inmediatamente posteriores y más brutales,
como La Primavera de Praga, los jóvenes del mundo llegaron a la conclusión de que
todos los sistemas eran inamovibles. No era cierto, como se vio al cabo de poco en
Portugal, en España y en los países del Este, pero en el 68 cundió el desaliento.
Algunos siguieron defendiendo sus principios integrados en el sistema parlamentario,
otros se decantaron brevemente por la lucha armada, los más volvieron a la rutina
cotidiana y unos cuantos se convirtieron en una nueva élite arrogante, ostentosa y sin
escrúpulos e instauraron la ética del todo vale y del pelotazo.

XIII
De la revuelta quedó el rechazo generalizado de cualquier forma de autoridad, que
sólo se tradujo a la realidad en el campo de la educación, por la mala conciencia de
los padres y la debilidad de quienes representaban el poder en este campo, es decir,
los pobres maestros. En el fondo, la subversión no iba mucho más lejos. El desafuero

característico de aquella década de sexo, drogas y rock and roll , barbas y melenas y
atuendos estrafalarios, vino luego, del otro lado del Atlántico. Los chicos de mayo del
68 llevaban corbata y las chicas eran modosas. Pero eran decididamente jóvenes, en
la medida en que la juventud había dejado de ser una etapa de la vida para
convertirse en una identidad. Una identidad con fecha de caducidad, ciertamente,
pero, como todas las identidades, incompatible y excluyente. Después de mayo del 68
se abrió una brecha insalvable entre los jóvenes, que encarnaban lo bueno, y los
mayores, que encarnaban lo malo. A esta brecha, sincera en su planteamiento y hasta
cierto punto lógica por razones sociológicas, se apuntó de inmediato una industria
dispuesta a satisfacer a una nueva clase consumidora con bastante poder adquisitivo,
todavía sin responsabilidades familiares y, en consecuencia, muy poco previsora a la
hora del gasto.

Los que entonces seguíamos los acontecimientos desde España a través de un denso
velo de censura estábamos perplejos. De inmediato nos solidarizamos con la rebeldía,
aunque por causas equivocadas. El que vive sucesos de un modo vicario suele ver lo
que no hay y adaptar lo que hay a sus propias circunstancias. A decir verdad, en
España, buena parte de la autoridad académica estaba al lado de los estudiantes y a
menudo sufría iguales o mayores represalias, los padres se mostraban bastante
tolerantes con nuestras modestas rebeldías y la cultura oficial se había desautorizado
sola. Pero cualquier forma de combatir la autoridad nos parecía digna de ser apoyada.
En el plano teórico hicimos lo que pudimos: leer a Althusser, Marcuse, Lukács y a
Erich Fromm; en el práctico, seguir conspirando y manifestándonos y recibiendo
alguna que otra tunda.

En última instancia, el Mayo del 68 tuvo lugar en París y sólo en París. No fue en rigor
un movimiento revolucionario, sino la puesta en escena de una serie de tendencias.
También fue, seguramente, el primer acontecimiento retransmitido por las televisiones
de todo o casi todo el mundo, con lo que inauguró la era virtual en la que aún
estamos. En todos estos sentidos inauguró una época y, pese a todo, estuvo bien. Sus
defectos y sus limitaciones fueron al mismo tiempo sus principales virtudes. Desde
otro punto de vista, marcó sin saberlo el fin de las grandes ideologías, especialmente
del marxismo, que ya no volvió a levantar cabeza, y también marcó el final de París
como capital intelectual del mundo, un título que se había ganado justamente desde
los tiempos de la Ilustración, pero que ahora cedía sin rechistar a Londres y a Nueva

XIV
York. Entonces era inimaginable, pero París pronto dejaría de ser el maître à penser ,
el epicentro de los movimientos artísticos, literarios, teatrales y cinematográficos, e
incluso el árbitro de la moda y de la gastronomía. Con este ocaso se fue también el
recuerdo del Mayo del 68. Lo que tuvo de apolítico determinó su persistencia en el
terreno de las actitudes sociales y personales. Quienes lo vivimos, dentro o fuera, nos
hemos convertido, como en la canción de Jacques Brel, en los denostados mayores
ante cuyas narices voceábamos consignas irrealizables. Tal vez los jóvenes de hoy
deberían tomar ejemplo. No sé muy bien de qué, pero ejemplo.

Colectivo Binaria

…el morbo, el ateísmo, la violencia tecnológica, el terror cósmico, el caos, los


estimulantes, la geopolítica, las megaciudades y sus nuevas identidades mestizas…

…extravió la memoria de la humanidad entregándose al caos del distrito-federal; para


narrar con ultra violencia, paisajes delirantes, de la realidad circundante a la que
todos comienzan a temer. Tu vecino es tu peor enemigo, tal vez ya no regreses a
casa, millones de imágenes entran por tus ojos todos los días sin permiso, en forma
alarmante. Los gases que salen de las coladeras contaminan tu imaginación, el fin es
convertirte en un digito perdido en una cuenta de miles de objetos.

El otro yo es un cuerpo que yace en el suelo en medio de la calle. Por metálicas venas
corre la desesperación de una raza en vías de locura. La saliva, los olores y las voces
portan el virus ira. Por el drenaje fluye el eco de nuestra civilización, murmullos que
sólo escuchan las ratas, las cucarachas y los cadáveres...

Ruido estridente provocativo. Ira + Civismo + Insomnio + Psique + Decibel +


Número... gritan juntos un monólogo que llega sin pedir permiso a la mente del que lo
escucha: Los seres del edificio descubrieron gracias a sus tecnologías que el caos
abrió su enorme ojo sólo para mirarlos y se escondieron detrás de los números. Y los
que viven en el suelo escuchan a las coladeras gritar la mierda de todos los
ciudadanos. Todo eso narra Ogo: la impenetrable y ruidosa violencia que se ha
instalado en todos los niveles de la sociedad, que se viste de monja pero hizo votos
de puta. Es una crónica estridente de las ciudades que, en los albores de un nuevo
tiempo, le fueron fieles al caos.

Eros y Thánatos te tientan violentamente, una sacudida de pixeles golpea tu ojo. La


posición de un ser virtual que se refleja en la vida de una hiperciudad. De su boca
salen tus deseos ocultos y sus manos mecen el tiempo. Los edificios inteligentes
sucumben ante su imagen plagada de perfecta violencia, una invitación a recorrer su

XV
cuerpo sobre informado. Eva te quiere gritar al odio todo aquello que su naturaleza
sabe.

Contemplarás cómo el centro te sonríe con un gesto que ya conoces, ha guardado el


misterio del morbo desde tiempos inmemoriales. ¿Qué hay dentro? Tal vez la
búsqueda de tu origen te lleve a cometer los peores crímenes, acercarte tanto a la
tentación te produce la regresión.

En medio oriente las medicinas ya no surten efecto, deambularás y nada podrá


consolarte. Bacterias que han llegado de lejos, llenas de ira por ira. Los analgésicos
causan cosquillas, jamás te sostendrás en pie. Nada puede borrar este paisaje
desolado. Aunque te escondas, los paramédicos te encontrarán, te adormecerán con
muchas agujas enterradas en tu piel corroída, ya nada podrá desintoxicarte.

Los ciudadanos han callado, los laberintos están vacios, pero tu búsqueda no termina;
tiemblas, los cerrojos parecen tener conciencia de lo que ocultan. La realidad de
concreto te ha cerrado la puerta, no quiere que sepas más de lo permitido. Pero la
sombra de tu inquietud volara por encima de la megaciudad.

El poder es la puta con la que todos quieren acostarse, todos los saben, no importan
los medios. Imploras una oportunidad para saber lo que es ser un tirano. Has tenido
una soga en el cuello desde niño, te han amaestrado bien, recibirás las órdenes con
una sonrisa y con la certeza de saberte útil.

Material de naturaleza étnica: "Mestizo tus actos serán tu patria". Así hace un llamado
a todo aquel que quiere olvidar su origen por medio de la imitación y el consumo de
productos extranjeros. Acompañado de hipertextos que hablan de la abstinencia, la
concupiscencia, de los imbéciles brillantes que habitan los callejones de la realidad,
del macrometasomacosmos, de la pérdida de la memoria temporal y la congelación de
las arterias que paralizan la mano izquierda. Mil CDs que en un mes fueron
distribuidos de mano en mano gratuitamente. Resultado sonoro: Estridencia potente y
experimental desde el centro que retiembla.

Proyecto de trasgresión cataléptica de las emociones y la mente. Sonido ácido contra


las normas de control social y su perdición, una propuesta violenta que declara la
guerra al falso profeta... el sistema.

En una atmósfera de ironías colectivas, 1999 era el inicio de la apocalíptica realidad,


la verdad vociferada por los elegidos daba inicio, a la enfermedad codificada, las
mentes eran incendiadas por los alaridos de la psicosis, las revelaciones eran calladas
por los ciegos. Sólo unos pocos renunciaban al cáliz de la locura cuando los mitos
emergían como historia y las nubes transmutaban su textura y su ritmo a un solo

XVI
nivel: la ignorancia. Sólo los violadores del método existente habitarán el presente y
destruirían a sus falsos ídolos.

”La ciudad de México siempre parece asfixiante". Paisajes en gris. En la institución, un


par de pies descalzos caminan por largos pasillos y por los rincones de la mente.

^ • Z Poesía y Lírica Y • ]

Con la flor del Domingo, Jaime Sabines

Con la flor del domingo ensartada en el pelo, pasean en la alameda antigua. La ropa
limpia, el baño reciente, peinadas y planchadas, caminan, por entre los niños y los
globos, y charlan y hacen amistades, y hasta escuchan la música que en el quiosco de
la Alameda de Santa María reúne a los sobrevivientes de la semana.

Las gatitas, las criadas, las muchachas de la servidumbre contemporánea, se


conforman con esto. En tanto llegan a la prostitución, o regresan al seno de la familia
miserable, ellas tienen el descanso del domingo, la posibilidad de un noviazgo, la
ocasión del sueño. Bastan dos o tres horas de este paseo en blanco para olvidar las
fatigas, y para enfrentarse risueñamente a la amenaza de los platos sucios, de la ropa
pendiente y de los mandados que no acaban.

Al lado de los viejos, que andan en busca de su memoria, y de las señoras pensando
en el próximo embarazo, ellas disfrutan su libertad provisional y poseen el mundo,
orgullosas de sus zapatos, de su vestido bonito, y de su cabellera que brilla más que
otras veces.

(¡Danos, Señor, la fe en el domingo, la confianza en las grasas para el pelo, y la


limpieza de alma necesaria para mirar con alegría los días que vienen!) (Sabines)

Cd. De Necios (Colectivo caótico)

Nací en este vil changarro// echado a patadas no se de donde// vivo solo por vivir// y
hago de mi vida un caos enorme.// Nacido en la frontera// más grande y absurda de
todos los tiempos// prisionero por mi gusto// y porque soy un necio y porque soy un
necio.// Tonto ilusionado de la Gringosfera mundial establecida// y a trecientos
Imecas// recorrere ciudad necia mientras se pasa la vida.// Mexicanauta de la gran
Tesmogtitlan// ahora aspiro a Indocumentado interanual// mientras el caos ilumina//

XVII
amanece una vez más en el territorio de las emergencias.// Hay que seguir jugando a
la suerte de vivir// en el changarro más grande del mundo.// Correremos// en los
estudios de T.V.// a la velocidad de la inmovilidad.// (Se repite primera
parte.)(Colectivo Caótico, 1996)

Sé que no (Todos tus Muertos)

(Chinga tu pinche madre pinches policías weyes pendejos salvajes culeros)// (El
palacio de gobierno che viejo amigo decime donde se encuentra el palacio de
gobierno, I'am sorry señore I'am no habla españole)// El fuego me consume la
mente// mi cuerpo inquieto te busca// el fuego me consume la mente// mi cuerpo
inquieto te busca// dando vueltas en una cama vacía y sucia// dando vueltas en una
cama vacía y sucia// Se que no vas a volver// se que no se que no vas a volver// se
que no vas a volver a ella jamás// "y que es lo que voy hacer"// Se que no vas a
volver// se que no se que no vas a volver// se que no vas a volver a ella jamás//
"don't wait."// El que toca el fuego se quema// el que busca el demonio lo conoce// el
que toca el fuego se quema// el que busca el demonio lo conoce// Se que no vas a
volver// se que no se que no vas a volver// se que no vas a volver a ella jamás// "y
dice..."// Se que no vas a volver// se que no se que no vas a volver// se que no vas a
volver a ella jamás// No vas a volver a envolverte en sonidos// negros y humo dulce
otra vez// no vas a envolverte en sonidos negros// y humo dulce otra vez// Se que no
vas volver a comprender// por mas que pasa el tiempo yo nunca te olvidaré// ...// Yo
te tuve alguna vez lo se// fuiste mi guía ahora doy vuelta sin sentido// ya no te tengo
que mas puedo perder// ya no importa nada me importa// solo te recuerdo hasta que
me muera// Se que no vas a volver// se que no se que no vas a volver// se que no
vas a volver a ella jamás// ...// Se que no vas a volver// se que no se que no vas a
volver// se que no vas a volver a ella jamás// podré vivir sin ti...// y que voy hacer sin
ti... (Gutiérrez, Nadal, Villafañe , 1996)

XVIII
Ubicación

, Ubicación del sitio donde se realizo el trabajo ce campo. Imagen tomada del sitio oficial
de Mediterránea residencial® [mediterranearesidencial.com.mx ®]

XIX

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