Año sacerdotal

junio 2009
Año Sacerdotal - 2009

INDICE

INTRODUCCIÓN

La fidelidad, propiedad esencial del amor pág. 2

La llamada a la Fidelidad, según Cristo pág. 5

La fidelidad a Solo Dios pág. 7

La Eucaristía, cumbre de la fidelidad al

Proyecto cósmico de Dios pág. 10
 xixFlp 4, 13; Cfr. Documento del Encuentro de los
Sacerdotes Asociados de la Sagrada
Familia, Martillac (2007), 8 Febrero 2008, pp. 23-25
xx
  Cfr. Naturaleza y Finalidad…, o.c., Art. 2 
 
xxi Cfr. Doc. Sacerdotes Asoc., Martillac, 2007, o.c.
13
 
xxii
  Doc. Sacerdotes Asociados de la Sagrada Familia, o.c., pp. 
14‐15 

xxiii Cfr. Los Votos para la Misión, Escoger la Vida,

Capítulo General De Instituto-Roma,
Mayo 2008, pp. 7-8
 
xxiv
  Fuente 4, 143 a 152 
 
xxv
  Jn 10,17   
 
 
xxvi
  Jn 11,52 

xxvii Jn 13 y 1 Cor 11, 23-26; Mc 14, 22-26; Lc 22,17-20;

Mt 26,26-27
 
xxviii
  Doc. Sacerdotes Asociados de la  Sagrada Familia, Marti‐
llac, 2007‐8febrero 2008, pag.22 
 

2 15
iv
   Denis Edwards, El Dios de la evolución, Una teología trinita‐ Pedro Bienvenido Noailles
ria, Presencia Teológica, 
     Sal Terrae, 2006.  pág. 44  Sacerdote fiel a Dios y al Reino
 
v
   Sal 35,6; cf. 56,11; 33,4 
 
vi
   Cfr. Os 3,2  La invitación a celebrar el año “sacerdotal”
  nos anima a entrar en el tema de la Fidelidad a Cris-
vii
  Cfr. 1 Cor 10,13. 1 Tes 5,24; 2 Tes 3,3  to desde la vida de nuestro Venerable Pedro Bien-
  venido Noailles, sacerdote y fundador. El es para
viii Cfr. Salmo 85 (84) toda la Familia un ejemplo de fidelidad a Cristo vivi-
  do desde un amor a Dios, total y absoluto, manifes-
ix
   2 Cor 1, 20‐21  tado en su entrega al servicio del Reino. Fue este
  mismo amor a Solo Dios, según el ejemplo de la Sa-
x
   Cfr. Naturaleza y Finalidad, o.c., art. 1  grada Familia de Nazaret, el que inspiró, sostuvo e
  impulsó su gran dinamismo apostólico.
xi
   Cfr. Fuente IV, 222 a 227 
  Desde la diversidad y complementariedad de
xii
  Crf. Notas en Issy, 7 marzo 1817  nuestras vocaciones ofrecemos esta reflexión, con
  el deseo de seguir ayudándonos y enriqueciéndo-
xiii Juan Pablo II, Cartas a los Sacerdotes, 1991, pág. nos mutuamente. La compartimos con sencillez pe-
143 ro también con la convicción de que “la gracia
concedida a Pedro Bienvenido Noailles, permanece
xiv
  Jn 17,21  viva hoy” i y no puede quedar oculta
 
xv
   Hch 10, 38 
 
xvi
La fidelidad,
  Amand Noailles, Memorias de los Contemporáneos, ND. 
Doc. VI, D, 4 pag. 434 
propiedad esencial del amor
 
xvii
  Hna. Foucault, Tomo I, pag. 134 
  La fidelidad como propiedad esencial del
xviii
  Notas personales, Julio 1819  amor, nos anima a dirigir nuestra reflexión, primera-
14 3
mente hacia la fidelidad del amor de Dios que se
ha dado a sí mismo en todo lo creado. Su anhelo
de amor ha sido y es, un regalo para toda la crea-
ciónii
En la tradición bíblica, la autodonación de
Dios, se manifiesta como promesa y como futuro,
llegando a través de Abraham, primero a toda una
nación y con el tiempo a todos los pueblos de la
tierra. Hoy, la nueva comprensión del cosmos y la
necesaria articulación entre naturaleza e historia,
nos lleva a un nivel de profundidad en el que po-
demos encontrar la misma promesa divina que
abrió el futuro a Abrahán, a los profetas y a Jesús,
abrazando a su vez a la totalidad del universo iii
“La idea de que Dios es una Trinidad de per-
sonas-en-relación-mutua sugiera una visión del
mundo y una praxis en la que las relaciones son pri-
mordiales”iv Es el amor y fidelidad de Dios para con
todo lo creado que nos invita poderosamente a la
fidelidad.
Toda la Biblia está atravesada por esta reali-
dad relacional y amorosa entre Dios y su pueblo la
madre tierra y todo lo creado. Los Salmos no se
cansan nunca de alabarla como fundamento de
nuestra esperanza: “Señor, tu amor llega hasta el
cielo, hasta las nubes tu fidelidad”v. La fidelidad de
Dios se muestra especialmente en el hecho de que
siempre acoge de nuevo al pueblo infielvi. En la mis-
teriosa fidelidad de Dios nos viene la esperanza de
nuestra perseverancia final, nuestra fidelidad hasta
la muertevii. Así lo vivió Cristo y así lo enseñó a sus
4 13
Espíritu Santo, te alabamos y te bendecimos
Porque eres el Amor del Padre y del Hijo,
Entregado a todo el universo
como fuego de ternura
Porque tu amor anima e ilumina todo lo crea-
do, ¡Bendito seas!
Trinidad Santa, te alabamos y te bendecimos.
Tú reflejas tu imagen en la Familia de Nazaret
inspiradora de nuestro Fundador.
Solo Dios, Trinidad Santa, te bendecimos por el
don de Pedro Bienvenido Noailles,
Por la vida de quienes fueron los primeros lla-
mados a formar nuestra Familia en la diversas
de vocaciones.
Llámanos hoy, Trinidad Santa,
a entrar en tu profunda visión de comunión,
A renovar la Alianza que has querido desde
siempre, entre el universo y la humanidad.
A vivirla y anunciarla al mundo
Dios, Trinidad Santa, ¡Bendita seas!
i
   Naturaleza y Finalidad de la Sagrada Familia de Burdeos, art. 
3 
ii Cfr. John Polkinghorne (ed.), The Work of Love.
Creation as Kenosis, La obra del
amor, la Creación como Kénosis, edv, 2008, cap.
10)
iii Cfr. John P, o.c., cap. 3)
la vida trinitaria; es decir, la participación en el amor
de Dios y en la entrega al Reino.
En nuestra reflexión queremos terminar con un
apunte que llama la atención: Su ordenación sa-
cerdotal en la misma víspera de la Trinidad. Este
dato de sobras conocido es para nosotras más que
un dato biográfico; nos anima a resaltar la profunda
atracción que ejercía en su vida la contemplación
de la Trinidad y que, fue iluminando su caminar.
Hoy, al calor del testimonio de nuestro Vene-
rable Pedro Bienvenido Noailles, terminamos con
una oración de Alabanza a la Trinidad. Que a su
luz, nos sintamos atraídos cada vez más a entrar en
la danza del Amor de Dios para que co-partícipes
en su proyecto creador, habitados por su Espíritu,
avancemos hacia un futuro abierto en comunión
de amor con todo lo creado y con Dios.
Padre, te alabamos y te bendecimos
Porque eres el Padre de Jesús,
la fuente de toda Vida.
Por el esplendor de la creación,
por la belleza y la misericordia
Padre, ¡bendito seas!
Jesús, Hijo de Dios,
te alabamos y te bendecimos
Porque eres el Hijo de su amor,
Por haber dado la vida por nosotros,
Tú, el primer nacido de los hijos e hijas de Dios,
¡Bendito seas!
12
seguidores; revelando con su relación íntima con
Dios, que Dios es AMOR y que en Él, la gracia se ha
derramado con gran misericordia en nuestra tierra
“La misericordia y la fidelidad se encuentran…” viii
La resurrección de Cristo es el “sí” de Dios al
mundo, a toda nuestra historia y a toda la creación,
“todas las promesas de Dios en él, cumplieron el sí,
y así nosotros por él respondemos amén, a gloria de
Dios.Es Dios quien nos mantiene, a nosotros y a voso-
tros, fieles al Mesías” ix
Seducido por Dios, inspirado por la familia de
Jesús, María y José, imagen de la Trinidad, urgido
por el anuncio del Evangelio, atento a las necesi-
dades de sus contemporáneos y conducido por
Mariax, Pedro Bienvenido Noailles concibió un pro-
yecto de “sociedad nueva” basada en la COMU-
NIÓN. De sus notas escritas en Issy, en 1818 pode-
mos descubrir la huella de un corazón joven que
rebosa de amor a Dios: “¡Que todo el universo
comparta la locura de ese Amor divino! ¡Abrasa mi
alma en tu Amor divino! ¡Oh Amado mío! ¡Quédate
siempre conmigo, acompáñame, no quiero sepa-
rarme más de Ti! xiy nos permiten captar la fuerza de
la gracia que recibió en el Seminario de San Sulpi-
cio. Fue el amor de Dios el principio que fue trans-
formando progresivamente su vida en la entrega
total, en la búsqueda de la voluntad de Dios y en el
olvido de síxii.
5
La llamada a la fidelidad según Cristo
Si la fidelidad es una propiedad del amor y el
amor es esencialmente relacional, podemos afirmar
que la fidelidad no puede vivirse si no hay una rela-
ción íntima con un tú. Cuánto más íntima sea una
relación personal, tanto más tiene que estar mar-
cada por la fidelidad.
La llamada de Benedicto XVI a todos los sa-
cerdotes es una llamada a avanzar más y más en la
relación de intimidad con Cristo para descubrir en
todo momento la voluntad de Dios y crecer en la
entrega y servicio del Reino. Es sugerente que la
fecha del comienzo de este año sacerdotal, sea el
día de la solemnidad del Sagrado Corazón de Je-
sús, recordándonos lo que El Papa Juan Pablo II es-
cribía en su día, a los sacerdotes: “si no acudimos a
la misma fuente (al Corazón de Jesús, al amor de
Dios), nuestro ministerio correrá el riesgo de dar muy
pocos frutos” xiii
En esta relación de intimidad en el amor, tal y
como lo vivió Cristo, la fidelidad no será sólo una
respuesta en virtud de las promesas que hayamos
pronunciado, sino también y sobre todo en virtud
del amor de Dios, que se nos ha dado desde toda
la Creación y culminado en Jesucristo.
Jesús encarna el amor de Dios en su persona,
por sus palabras y su acción. Con él se desató un
dinamismo de compasión que no conocía fronteras
6 11
La Eucaristía, cumbre de la fidelidad
al proyecto cósmico de Dios
Si nos paramos a contemplar el misterio euca-
rístico, bajo el discreto velo de los símbolos que apa-
recen en ese momento cumbre de la “despedida”
de Jesús, tanto en el lavatorio de los pies (Evangelio
de Juan) como en la entrega del pan y el vino (Si-
nópticos), podremos acceder al gesto de entrega
total y sin condiciones de Jesús, la máxima expre-
sión de su fidelidad plan de Dios: “Nadie me quita la
vida… la entrego libremente”xxv para “Reunir en una
sola familia a todos los hijos de Dios…” xxvi
Fidelidad al querer de Dios de amar a los más
pequeños y necesitados, incluidos los pecadores
(en el lavatorio de los pies), y fidelidad a su deseo
de incluir en un gran abrazo universal a toda la co-
munidad de la tierra y toda la creación, en el com-
partir el pan y el vino. Todo ello es más que una es-
cena, más que un ritual celebrativo, es una llamada
y una exigencia: “¿Comprendéis lo que he hecho
con vosotros?... “Haced esto en memoria mía”xxvii
Invitamos a ser conscientes de la presencia de Dios
y de su llamada a formar UNA FAMILIA, con toda la
comunidad de la tierra y toda la creación.
Pedro Bienvenido Noailles “celebraba la Eu-
caristía con mucha devoción y piedad” xxviiiconside-
rándola la cumbre de su ministerio sacerdotal. Inspi-
rado por la contemplación de la Trinidad en ella
encontraba la profundidad de su participación en
 todos los colores y de todos los países: ca-
da especie tenía su canto particular, pero,
había momentos en que formaban todos
una sola voz y, perfectamente al unísono,
parecían decir: Gloria a Dios, Gloria a Solo
Dios, y todo por María”
Su sueño es fuego y deseo que ilumina nuestro
caminar en fidelidad. La Gloria de Dios es un canto
a la vida, a la creación, a la comunión, a la acogi-
da de la diversidad, a la inclusión, a la interrelación
de todo cuanto existe, logrando una armonía que
solo en Dios la podemos encontrar; es el universo
lleno de vidaxxiii.
En su camino de fidelidad, una mujer, MARIA.
Desde el primer momento de su conversión, María
será compañera fiel de camino. Cerca del Hijo, será
mano tendida que sostiene, orienta e intercede.
“…todo por María”. “Estoy convencido de haber
obtenido por intercesión de María, la gracia de mi
conversión y todas las que he recibido después.
Para agradecer en lo posible la bondad de tan tier-
na Madre, me entrego del todo a Ella. Me pongo
entre sus manos como un niño que le debe todo y
que todo lo espera de su intercesión. Por su media-
ción, pediré al Señor cuanto necesite” xxiv
10
y que tenía un sentido universal “Padre que todos
sean uno…”xiv. La fidelidad cristiana se vive por lo
tanto, en el seguimiento de Cristo, que no quiere
decir otra cosa que una vida de acuerdo con la
palabra y los hechos de Jesús enraizada en el don
del Espíritu y que fructifica en un amor activo que
desea recrear el proyecto del amor Dios para toda
la creación.
La fidelidad de la vida y del sacerdocio del
Venerable Pedro Bienvenido Noailles se asentó en
esta relación íntima con Dios. Fue un hombre de
oración y de acción; ambas se identificaban y sos-
tenían. Se dice de él que “pasó haciendo el bien”
xvy por eso le llamaban el Buen Padre. “…su cari-
dad para con todos no tenía límites…; los recibía a
todos con bondad y dulzura, e incluso iba a su en-
cuentro para conducirlos a Dios” xvi“Y cuando ya no
le queda nada que dar, se da a sí mismo”xvii. Y a la
vez decía que “nada en el mundo me debe hacer
renunciar al ejercicio de la santa oración…”xviii. Él
mismo anima a frecuentar la lectura, la meditación
y la oración como espacios privilegiados para reno-
var y profundizar en esta relación y fidelidad. El Sa-
cerdote Asociado tiene que poner en primer lugar a
Dios. Su vida debe estar centrada en Él; así, el Sa-
cerdote Asociado podrá decir “Todo lo puedo en
Aquel que me conforta” xix
Pedro Bienvenido Noailles apóstol apasionado
por el Dios de Jesús, nos invita a toda la Familia a
unirnos en el mismo deseo de buscar a Solo Dios se-
gún el espíritu de Jesús, María y José, para llegar jun-
tos un mismo fin: “extender y fortalecer la fe en to-
7
dos los ambientes, renovando el testimonio de los
primeros cristianos que no tenían más que un solo
corazón y una sola alma”xx. En definitiva un deseo
inmenso de comunión con todos y con todo lo
creado, desde una vida de sencillez y desprendi-
miento, promoviendo la justicia, la paz, la reconci-
liación y el respeto a toda forma de vidaxxi. ¿Reco-
nocemos nuestro Carisma de Comunión, integrado
en ese estilo de vida y búsqueda de justicia, paz,
reconciliación y respeto a toda forma de vida?
La fidelidad a solo Dios
Al igual que la Sagrada Familia que depen-
día totalmente de Dios y se entregó del todo a su
voluntadxxii, su fidelidad a Solo Dios y su entrega y
disponibilidad al servicio del Reino, son las dos caras
de una misma moneda. Cuanto más intensamente
se centraba en la búsqueda de Solo Dios, más cre-
cía su identificación con Cristo y más se robustecía
la fidelidad en su identidad sacerdotal y su dina-
mismo pastoral. Buscar y vivir para Solo Dios no era
para él una huída al intimismo o hacia una espiritua-
lidad desencarnada, sino el motor que más le lleva-
ba a la entrega en su ministerio pastoral, tanto en la
parroquia como en los barrios periféricos, junto a los
más necesitados; y más tarde como fundador, de-
dicándose a una obra inmensa: fundar UNA FAMI-
LIA. ¿Qué importancia se da, en el ministerio pasto-
ral, a la cercanía a la vida del pueblo?
8 9
Su vida fue configurándose más y más a Cris-
to, con unos rasgos peculiares inspirados en la Fami-
lia de Nazaret:
¾ Una sensibilidad de comunión y misión. Al
estilo de Jesús, Pedro Bienvenido Noailles,
llamó, reunió y envió. Fue por lo tanto una
persona de COMUNIDAD Y EVANGELIZA-
CIÓN.
¾ Una vida centrada en la Palabra, en su re-
flexión, anuncio, diálogo, interpelación y
enseñanza. Intentó ir más allá de la pala-
bra escrita para llegar a la palabra de VI-
DA.
¾ Su vida como sacerdote-pastor y funda-
dor, la vivió como una auténtica oración.
Fue testimonio de ORACIÓN y MAESTRO
ESPIRITUAL.
¾ Y sobre todo, fue un hombre de VISIÓN
amplia. Iba siempre más allá del círculo
privado de personas, obras y fronteras. Su
sueño incluía a todos y a todo el universo:
¾ “En mi sueño ví a la Sagrada Familia, co-
mo un árbol gigantesco, una especie de
encina, lozana y frondosa. Tenía flores y
frutos de toda clase y cobijaba pájaros de
 Hna. Kumudini Dassanayake
Hna. Micheline Kenda
Hna. María Carmen Vilardell

             (Hermanas apostólicas, del Consejo General,    
             responsables de los Sacerdotes Asociados)