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Este texto es opinión sin pretensiones de ninguna clase. Es el resultado de estudios llevados a
cabo por el autor sin rigor científico, ni académico, ni religioso, por lo tanto no debe tomarse
éste como un libro de texto, ni guía de estudio y menos aún como un manual de autoayuda.
Es posible que el ser humano al liberarse de tantos mitos que le atan y lo llevan hacia su propia
destrucción sea capaz de entrar en un proceso dignificante de sí mismo y de la vida que lo
rodea: humanos, animales, vegetales y en general células.
Se solicita que la lectura sea crítica pero abierta, permitiéndose tener una óptica que provenga
del interior, no impuesta por dogmas o doctrinas.
El Autor.
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Como ser humano tengo el deber de promover la vida en libertad, de reconocer a todos los
seres humanos como iguales, de proteger a los vegetales por ser los dadores de vida, de
proteger a los animales como ancestros y compañeros. Debo proteger las fuentes de alimento,
agua, sol y oxigeno pues son el patrimonio de la vida.
Contenido
Primera Parte:
La Serpiente.
Segunda Parte:
Prehistoria de la Mujer.
Tercera Parte:
Historia del Hombre.
Cuarta Parte:
La Maldición del Paraíso.
Quinta Parte:
Darse cuenta, Despertar, Abrir los Ojos.
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La Serpiente
Génesis 3 – La tentación y el pecado. (Texto bíblico)
1. La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Iahveh Dios había
hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los
árboles del jardín?"
2. Respondió la mujer a la serpiente: "Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
3. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo
toquéis, so pena de muerte."
4. Replicó la serpiente a la mujer: "De ninguna manera moriréis.
5. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis
como dioses, conocedores del bien y del mal."
6. Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente
para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente
comió.
7. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban
desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
8. Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín a la hora de
la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles
del jardín.
9. Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?"
10. Este contestó: "Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me
escondí."
11. El replicó: "¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del
que te prohibí comer?"
12. Dijo el hombre: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí."
13. Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: "¿Por qué lo has hecho?" Y contestó la mujer: "La
serpiente me sedujo, y comí."
14. Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todas
las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás
todos los días de tu vida.
15. Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza
mientras acechas tú su calcañar."
16. A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás
los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará.
17. Al hombre le dijo: "Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo
te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el
alimento todos los días de tu vida.
18. Espinas y abrojos te producirán, y comerás la hierba del campo.
19. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste
tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás."
20. El hombre llamó a su mujer "Eva", por ser ella la madre de todos los vivientes.
21. Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió.
22. Y dijo Yahveh Dios: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en
cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también
del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre."
23. Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido
tomado.
24. Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama
de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.
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Esto sin contar la cantidad de personas que sin ser creyentes han recibido
influencia de las religiones mencionadas, al ser adoptadas y adaptadas sus
creencias dentro de las costumbres y cotidianidad.
Estas palabras iniciales como introducción al estudio del capítulo 3 del libro del
Génesis dada la importancia que éste tuvo y ha tenido en el desarrollo de la
humanidad.
La autoría del libro del Génesis se atribuye a Moisés, profeta liberador del
pueblo hebreo cuando se encontraba esclavizado en Egipto. Sin embargo los
hechos relatados en el mencionado libro sucedieron milenios antes de que su
autor los escribiera, esto quiere decir que lo descrito por Moisés es el
resultado de recopilaciones de leyendas y mitos muy antiguas tanto de los
hebreos como de otros pueblos sumerios de donde aquellos seguramente
provenían.
¿Qué motiva, desde lo más profundo de la conciencia humana ese temor hacia
la naturaleza animal? Hay que analizar este hecho desde dos perspectivas la
primera desde la conciencia celular y la otra desde la propia conciencia
humana.
Los humanos al igual que la gran mayoría de los animales y un alto porcentaje
de los vegetales utilizan la coproducción sexual como forma de multiplicación,
mandato de la célula ancestral. La coproducción establece dos individuos de la
misma especie con diferencias claras, el uno, el masculino, produce una parte
y el otro, el femenino, produce la otra.
Los objetivos secretos del escrito bíblico seguramente pretenden detener ese
despertar de los seres humanos que están reconociendo su poder, la mujer ha
adquirido la capacidad de relacionarse con la Naturaleza de una manera
distinta a la del hombre y lo está dominando. Ambos saben que solo a través
de la Naturaleza, el ser humano encontrará su conciencia y si es posible lograr
la inmortalidad al conquistar el simbólico Árbol de la Vida.
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Prehistoria de la Mujer
La aparición de la escritura es un hecho muy importante en la historia de la
humanidad. Pareciera que ella hubiese dado un salto extraordinario, que
hubiese salido de la oscuridad a la luz por ello. Pero no, la historia no es así, es
un proceso continuo, un suceso genera otro, un antecedente a una
consecuencia. El único cambio tras la aparición de la escritura fue la posibilidad
de registrar los eventos, las historias, las tradiciones, las experiencias y el
conocimiento.
Tal era el ambiente que reinaba cuando apareció el género humano: un mundo
inhóspito y cruel, lejano a la visión del jardín del Edén propuesto en la Biblia.
Todo lo contrario, los humanos debieron huir de las fieras que los acechaban,
protegerse de las inclemencias del tiempo y aprender a sobrevivir en ese
entorno.
cuales les eran peligrosas. El reino animal, con todas sus características, fue la
gran maestra de la humanidad.
Sin embargo la otra maestra silenciosa fue la vegetación, ella siempre mostró
otro aspecto de la naturaleza, un comportamiento pasivo, calmado y generoso,
siempre dispuesta a dar su vida, vida que renacía. El reino vegetal brindaba
abrigo, protección y alimentos.
La mujer tenía que cuidar a sus frágiles crías durante un largo periodo de
lactancia, mantenerlo unido a su pecho durante extenuantes caminatas, de
darle calor en las frías noches de invierno y sobretodo de darle las instrucciones
básicas para poder sobrevivir en aquel mundo.
Durante milenios los novatos humanos vagaron por tierras salvajes dominadas
por animales en medio de una exuberante flora que paulatinamente empezó a
decaer por cambios climáticos, obligando a las manadas animales a emigrar
buscando nuevas fuentes de alimento, tras ellas, furtivamente, marcharon los
humanos.
Ejemplo de esto último fue el dominio del fuego, logro que no se puede decir a
ciencia cierta si fue femenino o masculino. Por la naturaleza del hombre
agresiva pudo haber sido masculino por cuanto es más avezado, mas también
pudo ser femenino por la cualidad observadora de este género.
El dominio del fuego fue el logro humano que estableció la diferencia y los
límites sobre el reino animal y el vegetal, y que permitió finalmente la
dominación humana. Es por esto que el fuego es el símbolo de la humanidad.
Se debe notar que en el último versículo del capítulo 3 del Génesis, el fuego
tiene esa connotación de límite y poder, gracias a él el Árbol de la Vida estaría
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fuera del alcance del ser humano. El fuego es entonces un elemento de poder
solo accesible a los organismo superiores, igualmente es un medio de
intimidación, algo que conocieron muy bien los humanos y lo habrían de usar a
lo largo de toda su historia por venir.
Si bien tanto hombres como mujeres buscaban permanecer con vida, los
caminos tomados, mandados por la naturaleza de cada uno, fue diferente. El
hombre miraba hacia el horizonte, para no perder la manada que seguía, la
mujer miraba el entorno cercano para no perder de vista a sus críos. En la
lejanía estaba el futuro, en la cercanía el presente.
Pasaron miles de años desde que el género humano hizo su aparición hasta que
apareció la primera ciudad. Seguramente los primeros milenios los asustadizos
humanos trabajaron mancomunadamente en la búsqueda de su supervivencia,
pero lentamente los caminos se fueron distanciando debido a la brecha sexual
y los llamados de la naturaleza propia.
Esa separación de visiones, aun vigente hoy en día, le fue otorgando a la mujer
un gran poder, un poder ganado por su capacidad de sentir y percibir, ella se
contactó sin agresión con las otras formas de vida, aprendiendo de ella. Y
entonces la serpiente se acercó a la mujer y le ofreció una vida mejor.
De sus relaciones con los astros, surgieron las religiones, eran inalcanzables,
lejanos, protectores o vengadores, al menos era lo que provenía de la mente
humana. Ellos, los humanos, incapaces de asumir su destino se lo achacaron a
otros seres que estaban allá, lejanos, ausentes y culpables de su eterno dolor.
Esas visiones fueron las que propiciaron el nacimiento de las religiones, de las
cuales las mujeres fueron las primeras sacerdotisas, ellas eran las poseedoras
de la llave a esos mundos nuevos y diferentes. La supremacía femenina pronto
acabaría.
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Los milenios de mandato femenino debieron de ser muy duros, quizás las
únicas referencias de su existencia vienen de los griegos, entre ellos Heródoto y
Homero que las mencionan en sus textos y las relacionan con la mítica batalla
de Troya. Este fue el único pueblo liderado por mujeres del que se tiene
referencia y del cual Heródoto da algunos detalles de él, de su época y de su
espacio.
Para llegar a constituir a los primeros imperios la humanidad tuvo que caminar
un largo trecho desde que aparecieron los primeros poblados, los cuales
surgieron alrededor de las granjas resultado de la domesticación de animales y
plantas. Igualmente los asentamientos permitieron el desarrollo de la
orfebrería y posteriormente la manipulación de los metales.
Se inició entonces una lucha sin cuartel en todas las direcciones, lucha que
habría de ganar, si así se puede decir, el hombre pero con una cuota de sangre,
violencia y dolor nunca vista sobre la faz de la tierra, excediendo con creces la
derramada en la época de los grandes dinosaurios carnívoros.
Aquí está el origen de la corrupción humana, todos los seres vivos se degradan,
se envejecen y mueren. Ni la célula, ni los organismos que conforma son
inmortales, el gran enemigo de la célula y de la vida es la muerte, los humanos
desarrollaron una estrategia de muerte y no de vida. Las condiciones difíciles
que vivieron los primeros humanos fueron transformadas en condiciones de
muerte, haciendo la vida más cruel que lo era para los animales, condiciones
que aún persisten.
miedo inmenso a morir. He aquí una respuesta, que no justifica la guerra, pero
si el comportamiento humano. Los últimos versículos del capítulo 3 del Génesis
plantean la respuesta: la búsqueda de la inmortalidad, el árbol de la vida.
Hay que volver al pasado tantas veces como se requiera para poder
comprender, para aprender y avanzar. Las guerras han causado más dolor y
más muertes inútiles que ninguna enfermedad o que la naturaleza cruel del
animal. Peor aún, ha creado un resentimiento en el inconsciente colectivo que
hace más daño y no permite romper el círculo vicioso.
Porque detrás del terror humano está la creencia religiosa que magnificada se
vuelve en idolatría, en ceguera, en incomunicación, en doctrina y en
manipulación de los más débiles. Ese fundamentalismo religioso ha matado a
millones por diversas razones, olvidando que son humanos y que son seres
vivos.
Hay tres caminos para llevar a cabo el análisis de este texto: desde la
perspectiva de la evolución celular, objetivo de esta serie de escritos; desde la
óptica del organismo humano en sí y la tercera sería desde la construcción de la
humanidad como sistema mayor que recoge a todas las demás organizaciones
desarrolladas por los seres humanos.
¿Para qué reflexionar en un texto tan antiguo, que pocas personas en este
mundo sin tiempo, habrán leído? Considero que pocos textos han influido
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En cambio, a la historia la describo como una época muy violenta con total
dominio del hombre, con una mujer prácticamente anulada y considerada
simplemente como un objeto de valor. En la etapa de la historia del hombre, el
miedo se constituye como la forma de dominación imperante.
Maestros que eran nocivos para el autor, o autores, del libro sagrado. En el
capítulo 3, el primer personaje que aparece es la serpiente, la más astuta, la
más hábil para engañar. Aquí la frase da a entender que podrían existir otros
animales y plantas con capacidad para engañar, de hecho engañar es, en la
naturaleza, una manera de autoprotegerse.
El lector que ha seguido con cuidado estas letras habrá comprendido en las
secciones pasadas que considero que la idea de Dios surge en las comunidades
prehistóricas como resultado de la magnificación humana de las emociones, en
especial la del desamparo que sufren buscando fuerzas superiores que lo
protejan, le cuiden y le brinden lo que requiere su supervivencia. En el fondo
refleja su incapacidad para enfrentar el miedo por su propio esfuerzo.
Abrir los ojos significa darse cuenta, pero ¿darse cuenta de qué? Darse cuenta
de la realidad, de lo que se es, en donde se está y de la propia fortaleza, ese el
despertar, es tomar conciencia de quien se es. Esa fue la tentación de la
serpiente: decirle a la mujer, tú humano tienes el poder en ti, despierta,
libérate. Una blasfemia revivida milenios después por Nietzsche, quien sería
equiparado en su época con la serpiente.
Falta entonces que aparezca el próximo personaje, el temido Dios con su gran
poder, quien interroga al hombre, este es el hombre normal sometido y lacayo,
por la tanto débil y cobarde. Al ser cuestionado simplemente contesta con
miedo, sin ser capaz de asumir su indefensión, su propia desnudez ni tampoco
su responsabilidad pues culpa de su desgracia a la mujer.
Y entonces llega el momento cumbre, una vez la mujer acepta que ha fallado al
ser convencida por la serpiente, el todopoderoso Dios suelta su primera trágica
sentencia: Maldice al astuto animal, que curiosamente y desde la antigüedad
ha sido el símbolo de la sabiduría. Sí interpreto esta sentencia como una
metáfora en contra del desarrollo humano gracias a la sabiduría, la frase sería
como una condena al humano para permanecer en la ignorancia, sobre todo la
mujer, ¿Sería esta la justificación para mantenerla durante siglos analfabeta?
En un acto de gran generosidad, los viste, quizás no por protección sino por
pudor, para expresar que la desnudez como la debilidad no debe ser vista. Usa
pieles animales como indicando que es mejor disfrazarse con lo animal que
mantener el desarrollo humano. Es esta una metáfora impresionante, serán
como animales, es decir seguirán viviendo en el miedo y la crueldad antes de
que puedan mantener al descubierto su cuerpo desnudo. Cuánto daño ha
causado la sentencia del todopoderoso.
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Desde esta perspectiva solo resta comentar que el texto contenido en el libro
sagrado de hebreos, y posteriormente de cristianos y musulmanes fue escrito
con el único fin de justificar la dominación a base de terror, exclusión,
dominación e ignorancia, el texto es puramente humano y perseguía preservar
la institución religiosa, fundamento del imperio, sistema que habría de existir
hasta bien entrado el siglo XX, y si bien ya no existe como forma de gobierno si
lo está en otras formas de sometimiento.
De todos modos aún existen la miseria, aun reina la ignorancia, aún persisten el
terrorismo, la barbarie y lo que es peor aún la mujer sigue siendo brutalmente
sometida, ultrajada y menospreciada.
Este organismo es muy joven frente a los cuatro mil millones de años de
existencia de la célula, tiene mucho menos tiempo que vegetales y animales,
los cuales hicieron su primera aparición hace unos mil millones de años. El
género homo apareció en la Tierra hace menos de un millón y medio de años,
es decir nada frente al proceso celular.
Dentro de sí, el organismo humano también posee las dos naturalezas, No solo
en el exterior, en el mundo que comparte están presentes, y en su interior la
lucha es similar o mayor, la naturaleza vegetal lo inclina a la quietud, la calma y
el autosostenimiento mientras que la animal lo impulsa al movimiento, a la
acción y la depredación. La naturaleza humana debe encontrar el equilibrio
entre las dos y constituirse como una nueva forma de vida, ese es el objetivo
celular.
Para el organismo humano la Maldición del Paraíso no ha sido más que una
carga muy pesada que le ha impedido trabajar en su propio desarrollo, lo ha
limitado y disminuido, en muchos casos a ser menos que el más humilde de los
seres vivos. El humano, llamado a preservar la naturaleza y la vida, hoy muere
de hambre, billones de billones de células humanas viven lo que es su peor
terror: morir de inanición, y de igual manera lo sufren billones de billones de
células animales domesticadas o no que padecen por la irresponsabilidad
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El diseño del organismo humano está realizado para que pueda llevar a cabo
toda su capacidad de entendimiento, para comprender su mundo y la vida
misma, para que se dé cuenta y tome conciencia. Ese es el abrir de ojos. El ser
humano es curioso e investigador, el texto del capítulo tres se origina cuando
ya ha dado muchos pasos en el despertar. El humano, impulsado por su propia
naturaleza tarde o temprano tendría que darse cuenta que era distinto al
vegetal y al animal.
Provenimos de un proceso que se llama Vida y que lleva más de cuatro mil
millones de años llevándose a cabo en este planeta. Eso es real. ¿Cómo se
inició? No lo sé, no tengo respuesta y no la voy a dar desde una especulación
mental, y para los efectos no cambia para nada el resultado del trabajo.
La realidad es que somos un ser vivo habitante de este planeta, última etapa,
hasta ahora, del proceso Vida. Somos un organismo, es decir un conglomerado
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Aclaremos que es la célula original o célula madre, es aquella que se forma una
vez se sucede la concepción. La concepción es el instante cuando se une el
gameto femenino con el masculino dando paso a la formación de una célula
completa que contiene toda la información genética del nuevo ser.
El ser humano difiere de sus ancestros vegetal y animal en que puede, como
organismo, darse cuenta de que es un conglomerado de células y que por ende
debe trabajar en beneficio de ellas, en mantenerlas debidamente para que
pueda generar evolución en el proceso celular, es decir el proceso de la vida. El
humano tiene la capacidad de darse cuenta de que es un ser vivo.
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La función primordial del ser humano es tomar conciencia de la vida para luego
potenciarla a nuevos niveles de evolución, la célula humana es un procesador
de alta capacidad que está esperando acceder a estados superiores que solo se
pueden lograr dentro del organismo humano. Ese el destino del ser humano,
del que aún nos encontramos muy lejos.
La mujer es el par del hombre, humana como él, con la misma dignidad y
capacidad de desarrollo, organismo celular con el mismo origen, nada la hace
diferente o de nivel inferior. Entonces la maldición del Paraíso nos habla de
terminar con esa absurda dominación, sin la mujer la vida humana
simplemente no podría darse, ese debería ser motivo para dignificarla.
Por ello no es de extrañar que la Maldición del Paraíso le devele al humano cual
es el objetivo y cuál es su misión. Pero no es fácil saber qué clase de
inmortalidad busca la célula, de por si ella ya casi lo es, a cada instante se crean
nuevos seres vivos de toda clase, los humanos se coproducen de una manera
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El miedo es a primera vista la gran arma usada en la Maldición del Paraíso, pero
es precisamente lo que el humano debe superar. La naturaleza animal es
temerosa, el humano debe superar ese miedo, la fuerza la posee en sí mismo,
su capacidad de razonar, por ello, el texto lo dice claramente, “He aquí que el
hombre se ha vuelto como nosotros”.