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Las causas de los incendios forestales son diversas. Entre ellas, destaca
la acumulación de la masa total de materia viva -biomasa-, provocada por
una mala gestión de las zonas forestales. La inflamabilidad de la materia
vegetal varía mucho según la humedad ambiente: en verano el bosque
llega a perder hasta la mitad de esa humedad. El abandono del pastoreo y
de la recogida tradicional de leña traen como consecuencia la
acumulación y el excedente de materia vegetal muerta, que aviva el fuego
en caso de incendio. Las repoblaciones forestales masivas de coníferas,
fácil pasto de las llamas, tampoco ayuda. Las especulaciones
urbanísticas, el mercado de la madera y el cobro de seguros se apuntan,
por su parte, como origen de los incendios provocados. Y por último, no
se puede arrinconar una de las causas fundamentales de los incendios: la
irresponsabilidad de algunas personas (sobre todo los fines de semana y
festivos, en áreas rurales) que preparan sin las debidas precauciones su
paella dominguera, si bien el uso incorrecto de cerillas, fogatas y
cigarrillos es la causa principal de los incendios forestales.
Se calcula que, cada año, las pérdidas ocasionadas por estos incendios
ascienden a 50.000 millones de pesetas. Sin embargo, las consecuencias
no se pueden medir sólo por el valor de la madera destruida ya que las
pérdidas medioambientales son más importantes. El bosque proporciona
oxígeno, retiene y atrae agua, combate la erosión y alberga y mantiene la
diversidad biológica. Un bosque puede tardar más de 120 años en
recuperarse tras un incendio: tras10 ó 15 años se crea el monte bajo; se
necesita entre 15 y 20 años más para desarrollar un estrato arbóreo pleno,
entre 30 y 40 años más para que crezca un matorral arbolado arbolado de
regulares dimensiones y unos 50 años más para la restauración definitiva.
Lo importante es la prevención
Los ecologistas advierten que la verdadera solución a los incendios es
evitarlos, mediante la prevención. Para Xavier Pastor, presidente de
Greenpeace, los incendios son "un tema veraniego que llena los vacíos
informativos del periodo vacacional. Durante el resto del año,
profesionales, silvicultores, ingenieros y ecologistas solicitamos una
mirada de la sociedad hacia el bosque, pero la gente está preocupada en
asuntos más urgentes. Cuando se producen los incendios, sólo cabe
esperar la coordinación y el buen hacer de los profesionales, y rogar al
cielo para que las condiciones meteorológicas nos sean favorables.
Cuando de verdad se puede hacer algo, el resto del año, los bosques no
son noticia."