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V.

VARIABLES DEFINITORIAS: DESARROLLO


ORGANIZACIONAL (DO) Y ORGANIZACIÓN DE LA
PRODUCCIÓN (OP)

5.1. Desarrollo organizacional (DO)

Entiéndase el desarrollo organizacional como el establecimiento de proce-


sos de gestión administrativa en las organizaciones del bosque, los mismos
que incluyen acciones de planificación de la gestión, sistemas contables,
sistemas de seguimiento, control y evaluación de resultados, todos orienta-
dos a impulsar el manejo forestal sostenible, y que en conjunto están
indicando el grado de desarrollo organizacional de las unidades producti-
vas para el manejo forestal.
Para una mejor explicación de los parámetros de competitividad forestal
basada en el manejo, analizaremos la aplicación de los mismos por cada actor:
Tierras Comunitarias de Origen (TCO), Asociaciones Sociales del Lugar (ASL)
y concesionarios, considerando los siguientes aspectos:

• Conformación y organización.
• Distribución de costos y beneficios.
• Participación.
• Instrumentos de gestión.
• Obligaciones impositivas.

El objetivo de esta estructura de análisis del desarrollo organizacional es la


identificación de impactos sobre el manejo forestal sostenible que genera el
desarrollo organizacional de estos operadores forestales.
Previo al análisis por actor, en términos generales se ha podido constatar, a
través de las entrevistas (véase el gráfico 31), que las deficiencias organizacio-
nales por las que atraviesan las unidades productivas del bosque están relacio-
nadas con aspectos:

• Organizativos, debido a la ausencia de estructuras empresariales con


capacidad para realizar negocios, problemas operativos referentes a la

Bolivia. Variables definitorias 111


aplicación de los POAF, y falta de conocimientos y apoyo técnico en aspec-
tos netamente organizacionales; todo ello a causa de la falta de recursos
humanos debidamente capacitados en los ámbitos mencionados.
• De gestión, como deficiencias en el manejo administrativo, carencia de
mecanismos de capacitación y, en algunos casos (como en las ASL),
falta de liderazgo.

5.1.1. Tierras Comunitarias de Origen

a) Conformación y organización

La conformación y organización considera: i) el número de familias y personas


promedio que conforman las TCO analizadas; ii) los esquemas organizativos y
reglamentarios con los que se rigen; y iii) la personería jurídica como instrumen-
to que permite observar el grado de formalización de estas organizaciones ante
una estructura social y jurídica del país.

Gráfico 31
¿Cuáles son las deficiencias organizacionales de su institución que
repercuten en la implementación del manejo forestal?

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

112 La política forestal en la Amazonía andina


Entre las doce TCO estudiadas se contabiliza una población muestral aproxi-
mada de 22 mil personas. Si consideramos que el promedio de personas del hogar
en el área rural alcanza a seis personas en promedio, entonces se estima que un
total de 3.700 familias indígenas se encontrarían viviendo en estos territorios. La
mayor concentración, para efectos del estudio, se encontraría en la TCO Territorio
Indígena Chimán (TICH), con 33,7%, seguida de la TCO Lomerío, con 31,4%,
abarcando entre las dos un 65,2% de la población en estudio (véase el gráfico 32).
En lo que se refiere a la estructura organizativa, por lo general las TCO
presentan los siguientes elementos:

• Asamblea general. Conformada por las comunidades o representantes


de éstas, una instancia de decisión y de fiscalización.
• Coordinador forestal. Representante legal ante la Superintendencia
Forestal y otros actores legales; también se encarga de delegar respon-
sabilidades en los miembros que se brindan para participar en las
diversas actividades.
• Responsables. Tienen bajo su responsabilidad los inventarios, los cen-
sos, el aprovechamiento, la comercialización, la administración y las

Gráfico 32
Distribución de la pob
Distribución lación de las TCO analizadas
población

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

Bolivia. Variables definitorias 113


finanzas. Estas personas se encargan de la ejecución, el seguimiento y
el apoyo a la fiscalización del Plan General de Manejo Forestal (PGMF),
junto con el coordinador forestal.
• Suplentes. Asumen los cargos ante la ausencia o retiro de los responsa-
bles titulares.
• Grupos de trabajo. Están constituidos, en la mayoría de los casos, por
miembros de las Unidades Forestales Indígenas (UFI).
• Consultores contratados. Forman parte de la estructura organizativa,
ubicados jerárquicamente debajo del coordinador. Cumplen activida-
des como asesores en la parte técnica. Son, por lo general, un ingeniero
forestal y un contador.

La estructura organizativa de las TCO, así como su reglamentación, se ve


influida por aspectos culturales y políticos del entorno particular de cada TCO. El
componente participativo-social es el principal medio de articulación entre sus
instancias de ejecución del plan de manejo y las de decisión de la comunidad.
Debido a los patrones culturales organizacionales, el título de responsa-
ble es sinónimo de director o gerente, criterio utilizado para la designación e
identificación de las personas con altos niveles de responsabilidad, pero no
así de decisión, dado que la comunidad –vía asamblea– es la única instancia
encargada de la toma de decisiones. Esta estructura organizativa hace que el
proceso decisorio sea lento, retrasando muchas veces las actividades pro-
ductivas o comerciales.
Se ha identificado que un alto porcentaje de las TCO aún no tienen persone-
ría jurídica, por lo cual recurren al uso de la personería de sus comunidades u
organizaciones indígenas como única solución en situaciones en las que se
requiere cumplir con el requisito.

b) Distribución de beneficios y costos

En las TCO estudiadas, los costos están orientados a la distribución de gastos;


es decir, en función de las actividades que implican el aprovechamiento. De
este monto se descuentan, entre otros, los costos de transporte, combustible
para la maquinaria para los trabajos en el monte, pago de jornales, etc.
Los beneficios se distribuyen en:

• Beneficios indirectos, que están en función de las necesidades de la


comunidad, relacionadas generalmente con la realización de obras
comunales en áreas de educación, salud, deportes y otras similares.
• Beneficios directos, que son los resultados positivos de las actividades
derivadas del manejo y aprovechamiento, y que han permitido generar

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beneficios para la comunidad traducidos en empleo directo e ingresos
adicionales en forma de jornales. Por ejemplo, para el caso de las TCO
Cururú y Salvatierra, la gente que vive en las comunidades recibe un
beneficio directo que se traduce en un jornal aproximado de 25 bolivia-
nos y un bono de producción del mismo monto, de tal forma que es un
factor de motivación para la aplicación del manejo. Cuando hubo utilida-
des, éstas se distribuyeron entre las personas que prestaron un mayor
apoyo a las actividades de aprovechamiento.
• Fondo de reserva, que son los recursos ahorrados y que permiten a las
TCO financiar sus próximas actividades sin apoyo financiero de institu-
ciones externas.

En el caso de las TCO Cururú y Salvatierra, el fondo de reserva se alimenta


con aportes situados entre el 30% y 40% de los beneficios generados en la
gestión anterior. Estos recursos sirven de capital de arranque para la próxima
cosecha, y el saldo, 60% a 70%, es distribuido en la comunidad como benefi-
cios directos o indirectos.
Para evitar desvíos de fondos, muchas TCO organizan comités1 que se
encargan específicamente de la recepción de propuestas para distribuir los
beneficios indirectos. Estos comités realizan el seguimiento del proceso de
ejecución. Es importante resaltar que, pese a que hubo algunos problemas en
cuanto al manejo de recursos económicos, sumados a las expectativas genera-
das por la distribución de beneficios, tales problemas fueron superados me-
diante acciones de transparencia en el manejo financiero y, principalmente, a
través de la toma de decisiones comunitarias por consenso.

c) Participación y mecanismos de comunicación

La visión social de las TCO ha generado un sistema de distribución equitativo


de beneficios y costos, que al mismo tiempo se constituyó en un factor motivante
para una mayor participación al interior de las propias estructuras establecidas
por estas organizaciones.
El carácter participativo de la estructura organizacional ha permitido a la
mayoría de las TCO contar con mecanismos de comunicación óptimos entre las
bases, representantes, coordinadores y responsables de las unidades de fores-
tería comunitaria, a través de asambleas anuales ordinarias y extraordinarias, de

1 Por ejemplo, hay un comité que se encarga de recoger los datos referidos a las necesidades o
requerimientos internos de salud. Se elabora una propuesta que se entrega al coordinador forestal,
quien de manera interna la evalúa para considerar la posibilidad de destinar recursos a esta área.

Bolivia. Variables definitorias 115


cabildos (cada 4 años), y mediante comisiones cabildantes (reuniones cada
tres meses) o comités.
Asimismo, se identifica que dichos mecanismos de comunicación han per-
mitido a estas organizaciones el desarrollo de procesos de socialización de
resultados de gestión, los cuales por lo general están a cargo de los coordina-
dores en las asambleas. Estos procesos están relacionados al aprovechamien-
to, planificación, aprobación de estados financieros y otros. Por ejemplo, el
responsable de administración y finanzas, y el contador contratado, realizan un
informe financiero mensualmente en una Asamblea General2.
Por otra parte, la alternativa de realizar aprovechamiento está generando
expectativas al interior de las comunidades, aspecto que ha fortalecido sus
niveles de comunicación y coordinación de actividades.

d) Instrumentos de gestión

Se entiende por instrumentos de gestión a aquellas herramientas que permiten


plantear metas, objetivos y resultados; establecer los medios y mecanismos
para alcanzar tales objetivos y metas; y evaluar los resultados alcanzados.
Entre los instrumentos de gestión a analizar están los criterios de planificación,
el manual de funciones y el de procedimientos, los sistemas de programación
de operaciones, los presupuestos, los estados financieros, las estructuras de
costos y los sistemas de seguimiento y control.
Debe resaltarse el hecho de que la mayoría de las TCO cuentan con
criterios de planificación de actividades, según los cuales cada responsable
realiza la planificación de costos, tiempos, número de trabajadores, equipos y
materiales, lo que es presentado al coordinador para su posterior aprobación
en una asamblea general, para luego ser ejecutados por los responsables de
área y finalmente supervisados por el técnico forestal y el coordinador.
La mayoría de las TCO no cuentan con manuales de funciones y procedi-
mientos, pero tienen un concepto claro de las responsabilidades de cada
instancia de la estructura organizativa, situación que ha permitido generar una
mayor conciencia, al interior de estas organizaciones, sobre la importancia de
contar con reglamentos administrativos. En las TCO Salvatierra y Cururú dichos
instrumentos se encuentran en proceso de elaboración, con el apoyo de institu-
ciones como BOLFOR.
Ninguna TCO analizada cuenta con sistemas de programación de operacio-
nes, posiblemente debido a la carencia de recursos humanos calificados y a la
aplicación, hasta el momento, de instrumentos básicos de gestión administrativa.

2 Los sistemas de información se reducen a la presentación de informes de gestión en una asamblea


anual, como en el caso de la TCO de Bajo Paraguá.

116 La política forestal en la Amazonía andina


La mayoría de las TCO no cuentan con presupuestos elaborados3, sino
sólo con borradores de presupuestos estimados o con formularios de planifi-
cación de costos por actividad, presentados a la asamblea antes de la inicia-
ción de cada actividad.
El hecho de que las TCO cuenten solamente con presupuestos estimados y
con estructuras de costos, sin considerar otros procesos de la cadena producti-
va, explica por qué sus sistemas de contabilidad aún no están bien desarrolla-
dos, evidenciándose una carencia de información financiera que respalde los
presupuestos y los informes de gestión.
Es posible identificar sistemas de seguimiento y control básicos en lo
administrativo y financiero, pero éstos requieren ser revisados y reformulados a
través de mecanismos más operativos y funcionales que permitan un control
sistematizado de gastos e ingresos, para fortalecer los sistemas contables,
además de contar con estados financieros e informes económicos periódicos.
Otro mecanismo de seguimiento son las rendiciones de cuentas, que son
evaluadas y aprobadas en asamblea o reuniones realizadas cada vez que se
considera necesario.
Pese a los avances registrados por las TCO, se identifican debilidades
organizativas en la incorporación y aplicación de instrumentos técnicos de
gestión administrativa, expresados principalmente por la carencia de recursos
humanos calificados y la escasez de recursos económicos capaces de soportar
la contratación de este tipo de personal. Esto ha generado la necesidad de
incorporar en sus organigramas, de manera permanente, a personal calificado
como mecanismo de fortalecimiento de las actividades relacionadas al manejo
y aprovechamiento forestales.

e) Obligaciones impositivas/fiscales

En ningún caso se encuentran TCO inscritas en el Servicio de Impuestos, por lo


que se puede afirmar que estos actores no cuentan con Registro Único de
Contribuyentes (RUC)4, aspecto que obliga a los compradores a retener el 8%
sobre el importe para el descargo posterior. Evidentemente hay una preocupa-

3 La TCO Tacana es la única que tiene un presupuesto elaborado, además de un flujo de caja y controles
de ejecución.
4 El Registro Único de Contribuyentes (RUC) es un padrón en el que se inscriben los contribuyentes
de acuerdo con su actividad económica. Según las disposiciones de la Ley 843 (principal normativa
del sistema tributario boliviano), todos son sujetos pasivos de alguno de los siguientes impuestos:
al Valor Agregado, Régimen Complementario al Impuesto al Valor Agregado, a las Transacciones, a
la Renta Presunta de las Empresas y a los Consumos Específicos, así como todas las personas
que no siendo sujetos pasivos de ellos estuviesen obligadas a actuar como agentes de retención
de los impuestos mencionados.

Bolivia. Variables definitorias 117


ción sobre este asunto, ya que la demanda de emisión de facturas por parte de
los clientes es cada vez mayor.

f) Impactos

Pese a las deficiencias técnicas identificadas, las características organizacio-


nales de las TCO están permitiendo que estas instancias desarrollen niveles de
credibilidad y confianza entre los miembros de la comunidad, lo que genera
mayores compromisos que a su vez se reflejan en una participación creciente y
en una racionalidad en cuanto al cuidado de sus propios recursos naturales,
para constituirse ellos mismos en guardabosques de sus áreas, controlando de
esta manera la explotación ilegal de madera por parte de piratas (saqueo de
bosques), así como la caza y pesca indiscriminada realizada por terceros.

5.1.2. Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL)

a) Conformación y organización

Las Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL) son de reciente conformación.


Estas organizaciones tienen un promedio de vida de tres años y están com-
puestas por 28 socios en promedio, de los cuales 87% son hombres y 13% son
mujeres, aproximadamente (véase el gráfico 33).
En cuanto a la organización, es posible identificar una estructura organiza-
tiva con los siguientes elementos:

• Asamblea de socios. Conformada por los aportantes de capital, quienes cum-


plen funciones indirectas a través de la prestación de servicios a sus mismas
asociaciones y cumplen funciones directas al formar parte del directorio.
• Directorio. Conformado por un presidente, un vicepresidente, un teso-
rero, un secretario general y vocales, nombrados por la asamblea de
socios para cumplir funciones ejecutivas de ámbito administrativo, asig-
nadas de acuerdo con las circunstancias y no sobre la base de criterios
de planificación establecidos. Dirige las actividades de aprovechamien-
to a través de contratos de servicios de corte, rodeo y transporte (en
algunos casos coordinan con los compradores para que sean éstos los
directos involucrados en la actividad de aprovechamiento).
• Personal técnico responsable. Cumple funciones como instancia eje-
cutora del aprovechamiento y se encuentra dirigida por el directorio.
Está constituido por técnicos clasificados en función de las responsabi-
lidades; por ejemplo, responsable de monte (técnico forestal en aprove-
chamiento) y responsables de playa.

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Gráfico 33
Distribución de la población de las ASL según sexo

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

• Personal técnico eventual. Responsable del censo forestal.

La estructura organizativa de las ASL se caracteriza por la centralización de


la toma de decisiones, reflejada ésta en procesos de consultas permanentes a
la dirección ante cualquier situación, lo que genera pérdidas de tiempo y de
oportunidades. En dicha centralización se observa, además, que sólo los
aportantes participan tanto de la asamblea como del directorio, aspecto que se
ve agravado por la existencia de grados de parentesco entre los socios.
Por otra parte, a pesar de que la mayoría de las asociaciones cuentan con una
estructura organizativa, tan sólo nueve tienen personería jurídica, en tanto que
otras utilizan la personería de su comunidad, como es el caso de ASAI-Porvenir.
La escasa interacción entre los directivos y los socios ha generado un
desconocimiento de sus estatutos y reglamentos entre los miembros de las
ASL, lo que los convierte en un requisito burocrático y no instrumentos norma-
tivos aplicables al interior de las organizaciones.
Esta situación se genera porque no se establecen, desde el inicio de las
actividades, normas internas transparentes que definan la participación, los
derechos y las obligaciones de los socios en las actividades que correspon-
den a la organización.

Bolivia. Variables definitorias 119


Este esquema de regulación interna inhabilita el ejercicio del control sobre
las operaciones económicas de la organización, generando muchas veces
cierta desconfianza por parte de los miembros de las ASL hacia sus directivas,
situación que se justifica por la ausencia de reglamentos y procedimientos
claramente establecidos y difundidos entre todos los miembros de las ASL5.

b) Distribución de beneficios y costos

El centro para el desarrollo de cualquier empresa asociativa es la distribución


de los costos y beneficios resultantes de sus actividades productivas entre los
socios6. Por ello, es fundamental que este tipo de organizaciones cuenten,
desde sus etapas iniciales de formación, con normativas y políticas claras que
permitan regular y orientar las actividades como mecanismo de participación
de los socios en los costos y beneficios.
El que estas organizaciones no cuenten con normativas claras desde sus
inicios, y el mantenimiento de estructuras poco participativas y desarticuladas,
está generando: i) mayores conflictos y divisiones internas; ii) desincentivos a
futuras inversiones; y iii) una menor disposición de los socios a continuar
contribuyendo al manejo y funcionamiento de la ASL, aspectos que obstaculi-
zan el desarrollo económico y social de estas agrupaciones.
La noción de que los socios tienen el derecho a los mismos beneficios indistin-
tamente de su contribución o inversión constituye un desincentivo significativo para
aquéllos que están dispuestos y son capaces de contribuir e invertir más.

c) Participación

Las falencias antes señaladas, combinadas con el desconocimiento de los objetivos


y las metas de la organización por parte de los socios, es otro problema que incide en
el poco compromiso de éstos y genera muchas veces ausentismo y desinterés frente
a las convocatorias de la directiva. Así se rompe el único mecanismo de comunica-
ción y transmisión de información como instrumento de participación.
Lo anterior también se explica por la ausencia de comunicación entre los
socios y el directorio de las ASL. Esto trae consigo el desinterés de los dirigen-
tes para socializar y comunicar los resultados de sus actividades.
Los escasos resultados presentados por las directivas ante los socios
también contribuyen a reducir la participación de los socios. Los resultados

5 Freddy Contreras (2000) Fortalezas y debilidades de algunas Agrupaciones Sociales del Lugar.
Boletín BOLFOR n.° 19, La Paz: BOLFOR.
6 Ivo Kraljevic (2002) Evaluación rápida de temas organizativos que afectan al desarrollo de las ASL.
La Paz: Chemonics Internacional, USAID.

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principales, por los cuales son evaluados los directivos de las ASL, son el alto
endeudamiento y las bajas utilidades logradas, en tanto no están satisfaciendo
las expectativas de los socios.
Por estas razones, en los casos analizados se observa muy poca costumbre
de comunicar los resultados de gestión a través de actas o informes de gestión7,
lo cual genera esquemas de información asimétrica entre la directiva y la
asamblea, aspecto que se agrava cuando no se cuenta con los instrumentos de
gestión adecuados.

d) Instrumentos de gestión

En este acápite se analizan instrumentos de gestión como los criterios de


planificación, el manual de funciones y el de procedimientos, los sistemas de
programación de operaciones, los presupuestos, los estados financieros, las
estructuras de costos y los sistemas de seguimiento y control.
Si bien las ASL cuentan con estructuras organizativas, el hecho de no contar
con procesos y criterios de planificación hace que sus organizaciones sean
poco articuladas y funcionales.
Muchas veces muestran una baja interacción al interior de su propia estruc-
tura; es decir, entre los socios y el directorio.
En el caso de las ASL estudiadas, es general la poca o casi nula planificación8.
Esto, debido a:

• La centralización en las decisiones por parte del directorio (excepto en


El Cedro, donde las decisiones son tomadas por la asamblea).
• La falta de herramientas de planificación y de una orientación al respecto.
• La poca predisposición de los socios a trabajar de una manera mancomunada.

La falta de manuales de funciones y procedimientos en la esfera organizativa


de las agrupaciones no permite una definición y delegación clara de las respon-
sabilidades. Sólo se percibe la tercerización del aprovechamiento por parte de
los socios al prestar sus servicios en la corta, arrastre y transporte de la madera.
En ninguno de los casos se cuenta con sistemas de programación de
operaciones, resultante de la falta de procesos de planificación.
En cuanto a presupuestos y flujos de caja, en ninguno de los casos
existen. Sólo dos asociaciones cuentan con estados financieros: Afosan
(gestiones 1999, 2000 y 2001) y Asociación de Madereros Agroindustriales

7 Se observa sólo el caso de El Cedro, donde los informes de gestión son presentados en asamblea,
aunque no existen estados financieros.
8 Ascención, El Turere y Las Petas cuentan con un plan de trabajo para cuando accedan a un área.

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San Miguel (Amaisam) (gestiones 1999, 2000, 2001 y 2002 en elaboración);
el resto no cuenta con información financiera, lo que perjudica el acceso a
financiamientos convencionales.
Los precios de la madera que fijan las ASL no están en función de una
estructura de costos. Son definidos en función de precios referenciales de
alguna ciudad o de consultas con los compradores de madera. Estos precios no
toman en cuenta pagos como patente forestal, salarios del profesional forestal,
costos de funcionamiento del proceso (censos), compra de equipos y distribu-
ción de beneficios entre los miembros.
En ninguno de los casos es posible identificar por lo menos un avance en
mecanismos de control y seguimiento debido a la poca participación e interés
que muestran los socios. En todos los casos, son sistemas o mecanismos
precarios e ineficientes.
Se realizan asambleas ordinarias una vez al año, y extraordinarias en casos
especiales, a las cuales concurre una mínima parte de los socios. Este ausen-
tismo provoca en los dirigentes la despreocupación por realizar los cambios
necesarios requeridos; por el contrario, los induce a continuar cometiendo las
mismas faltas, provocando el agravamiento de la situación de la organización y,
más aún, que tienda a agravarse.
La aplicabilidad de los instrumentos de gestión analizados se ve afectada
por la inexistencia de mecanismos claros para la distribución de costos y
beneficios, y la ausencia de participación, así como por la carencia de recursos
humanos capacitados.

e) Obligaciones impositivas/fiscales

De todos los casos, sólo dos asociaciones cuentan con RUC y pagan sus
impuestos: Afosam y Amaisam.

f) Impactos

El desarrollo organizacional es una variable crítica que puede influir sobre el


desarrollo de las organizaciones analizadas. Se constata que el esquema
organizativo analizado y las malas gestiones de las directivas están desmoti-
vando y, en algunas ocasiones, provocando actitudes desleales por parte de
los socios, lo que deviene en la explotación ilegal de los recursos forestales,
haciendo a un lado consideraciones de manejo forestal sostenible y ocasio-
nando distorsiones en los precios9 de comercialización.

9 Es decir, los precios no son acordes a la estructura de costos y no consideran una valoración social
del bien comercializado.

122 La política forestal en la Amazonía andina


Pese a que el modelo forestal ha generado empleo y oportunidades de
ingresos para los socios, muchas veces éstos se ven limitados por sus propias
dificultades organizativas.

5.1.3. Concesionarios

a) Conformación y organización

Las empresas concesionarias forestales presentan características comunes, sien-


do el fundamento de su existencia la generación de utilidades basada en lógicas
de mercado, aspecto que las diferencia de las empresas comunitarias, que man-
tienen criterios sociales y de equidad en su organización y funcionamiento.
A partir del hecho de que su principal objetivo es la generación de excedentes,
estas unidades económicas se rigen por el Código de Comercio, marco que
regula las relaciones jurídicas derivadas de la actividad comercial. Un alto por-
centaje de ellas son empresas de sociedades de responsabilidad limitada (SRL)
–96%, aproximadamente– o sociedades anónimas (SA) –cerca de 4%–.
La diferencia entre estos dos tipos de asociación radica en que las SA pueden
constituirse en acto único propiciado por los fundadores o mediante suscripción
pública de acciones y sin una limitación en el número de socios. Las SRL, por su
parte, precisan de un fondo común dividido en cuotas de capital que en ningún
caso pueden representarse por acciones o títulos valores; además, el número de
socios está limitado a no más de 25.
Las características de las empresas concesionarias tienen en general una
estructura organizativa derivada del Código de Comercio, en el que se encuentran
definidos los instrumentos normativos y organizativos, que son los requisitos para
certificar el carácter formal de las mismas a través de la personería jurídica respectiva.
Queda en manos de las empresas el establecimiento de sus formas de gestión, así
como su organización interna, en función de sus objetivos y su actividad económica.
La característica dominante de las empresas concesionarias es su conforma-
ción familiar o de grupos de familias. Los derechos propietarios se estructuran a
partir de cuotas de participación.
Para el caso del sector forestal, el principal gremio es la Cámara Forestal de
Bolivia (CFB), instancia que aglutina a todas las empresas concesionarias,
propiedades privadas y exportadores forestales.

b) Distribución de beneficios y costos

Las empresas concesionarias no presentan problemas en la distribución de


beneficios y costos, dada su propia estructura y constitución. La distribución de

Bolivia. Variables definitorias 123


sus beneficios es realizada a partir de la estructura de aportes de cada socio. En
cuanto a los costos, su distribución está en función de las actividades que
realizan, desde la planificación hasta la comercialización.
Posiblemente el problema en este tipo de organizaciones se encuentre en la
falta de una visión de conjunto, en sus perspectivas de muy corto plazo y en la poca
articulación que se establece entre los propios concesionarios, y éstos, a su vez,
con otros actores, como las ASL y TCO. Es evidente que este hecho no se presenta
en la generalidad de los casos, pero sí es un parámetro común en la mayoría.

c) Participación y mecanismos de comunicación

La participación al interior de estas organizaciones está determinada por los


aportes o el número de acciones que poseen los socios.
Los esquemas de libre contratación y la poca o ninguna aplicación de normas
laborales que definan criterios básicos de regulación hacen que, en algunos casos,
existan relaciones de producción frágiles entre concesionarios y asalariados.

d) Instrumentos de gestión

En el sector privado forestal existen diversos tamaños de empresas, con dife-


rencias en su capacidad de gerencia. Por ejemplo, existen gerencias interna-
cionalmente competitivas, en tanto que otras tienen esquemas administrativos
básicos e incipientes. Asimismo, unas tienen capacidad y solvencia financiera
para apoyar su gestión, mientras que otras empresas, si no reciben un respaldo
económico por concepto de adelanto de parte de su comprador, no tienen
condiciones para producir.
En ese sentido, la aplicación de instrumentos de gestión que consideren
criterios de planificación, manual de funciones y procedimientos, sistemas de
programación de operaciones, presupuestos, estados financieros, estructu-
ras de costos y sistemas de seguimiento y control, entre otros, es incipiente en
la mayoría de las empresas, lo que revela la necesidad de fortalecerlas en la
aplicación de dichos instrumentos de manera integral y articulada entre ellas.

e) Obligaciones impositivas/fiscales

Todas las empresas forestales concesionarias, al estar enmarcadas en el


Código de Comercio, deben cumplir con sus obligaciones impositivas estable-
cidas por ley. Para efectos del presente estudio no se ha analizado si efectiva-
mente estas empresas cumplen con sus obligaciones, puesto que se considera
que si no lo hicieran no estarían funcionando.

124 La política forestal en la Amazonía andina


f) Impactos

En el antiguo régimen forestal, el sector tenía bajo contratos de largo plazo


cerca de 22 millones de hectáreas concedidas por el Estado. Con la aprobación
y puesta en vigencia de la Ley Forestal 1700 se permite que, de manera
voluntaria, todos aquellos contratos se conviertan en concesiones, teniendo
que pagar un dólar por hectárea de la totalidad de la superficie a ser convertida
en concesión. Esta condición económica hizo que el número de hectáreas en
concesión disminuyera drásticamente de 21 millones a cerca de 6 millones,
teniendo que realizar los concesionarios un desembolso de aproximadamente
6 millones de dólares en un plazo anual, aspecto que indudablemente afectó la
economía de estas empresas.
En ese contexto, los actores tradicionales (concesionarios) se vieron en la
necesidad de asimilarse al nuevo marco jurídico y sus reglamentos, aspecto
que implicó una readecuación de sus estructuras organizativas y productivas
orientadas hacia el aprovechamiento integral del bosque y la aplicación de
instrumentos de manejo forestal.
Con estas nuevas condiciones, se verifica que no todos los concesionarios
lograron asimilar los retos que les imponía la nueva legislación, lo que desem-
bocó en la reversión de tierras fiscales y en la disminución de la cantidad de
hectáreas en concesión, en tanto que otras empresas concesionarias sí pudie-
ron readecuarse y reorganizaron sus estructuras de acuerdo con el nuevo
marco jurídico e institucional, en procura de un uso integral del bosque y una
aplicación adecuada de los instrumentos de manejo forestal.

5.2. Organización de la producción (OP)

La organización de la producción está referida a la organización y combinación de


los diferentes factores de producción con el fin de elaborar productos primarios,
intermedios o finales a través de procesos de transformación en un sistema de
actividades humanas interrelacionadas operativamente desde la penetración al
bosque hasta la transformación final de productos maderables y no maderables.
Se observa que las mayores dificultades de producción forestal se encuen-
tran en el primer eslabón de la cadena productiva, lo que genera un efecto
multiplicador en el resto de los eslabones. De acuerdo con las entrevistas
realizadas, los actores señalan que los principales problemas en el encadena-
miento productivo del sector son (véase el gráfico 34):

• Falta de infraestructura, que se expresa en una deficiente red de cami-


nos, aspecto que encarece los costos y, por tanto, dificulta la competitividad

Bolivia. Variables definitorias 125


en comparación con productos similares de países vecinos, además
de obstaculizar los procesos de comercialización.
• Limitada disponibilidad de capital de operaciones, que se expresa en
las limitaciones de los actores para proveerse de insumos y materias
primas para producir. Esta debilidad tiene relación con la variable
condicionante de financiamiento y crédito, puesto que, como se dijo en
el capítulo IV, los actores del bosque poseen poca capacidad de
acceder al sistema financiero, lo que se traduce en dificultades de
aprovisionamiento de insumos e incumplimiento de obligaciones co-
merciales, entre otras.
• Acceso a información, de mercados emergentes de especies y sus
precios, es decir, conocimiento sobre aquellas especies que el mer-
cado está demandando y que aún no tienen valor social y económico
en el mercado interno.
• Inseguridad jurídica, en la medida en que el Instituto Nacional de
Reforma Agraria (INRA) demora demasiado en el saneamiento de
tierras forestales. Sin embargo, es importante precisar que el sector ha
sido uno de los más beneficiados del proceso de saneamiento y
catastro de tierras en general.

Gráfico 34
¿Cuáles son los problemas en la cadena de producción, incluyendo el
manejo forestal?

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

126 La política forestal en la Amazonía andina


Si bien existen problemas, también se registran avances importantes en cuanto
a las condiciones organizativas de la producción forestal, ámbito en el que se
encuentra de manera precisa el proceso de certificación forestal voluntaria. Para
el sector, este proceso ha significado el tránsito a un estadio diferente y superior,
en comparación con el que se manejó en la Superintendencia Forestal (SF).
La profundización del manejo en el marco de la certificación tiene estrecha
relación con la apertura de mercados a productos provenientes de bosques
certificados. Esta intermediación de la certificación entre el manejo forestal y los
nuevos mercados está impulsando a los actores del bosque, cada vez con mayor
convencimiento, a incorporar instrumentos de manejo en la organización de sus
procesos productivos.
Dicho proceso está siendo complementado con el accionar de varias institu-
ciones, como BOLFOR, el Consejo Boliviano para la Certificación Forestal Volun-
taria (CVF) y organismos bilaterales (Holanda, Alemania y Suecia, entre otros),
que apoyan el proceso de la certificación a través de programas concretos.
Ésta es la razón por la cual 75% de los entrevistados consideran que la certifi-
cación es una ventana de oportunidades hacia los nuevos mercados y, por tanto, un
medio para alcanzar mayores volúmenes de ventas externas (véase el gráfico 35).
El manejo forestal es también consecuencia de procesos investigativos cien-
tíficos, puesto que 75% de los actores entrevistados indican haber incorporado
en sus procesos de manejo forestal resultados de investigaciones científicas,
principalmente sobre cultivo de montes o bosques a través de la silvicultura10 para
la regeneración e identificación de nuevas especies (véase el gráfico 36).
El manejo forestal tiene carácter integral, puesto que no sólo tiene como
condicionantes criterios de forestería sino que incluye también el cumplimiento
del principio de impacto ambiental11 sobre la diversidad biológica, los recursos
agua y suelo, y el ecosistema circundante, incluyendo el paisaje.
Como se observa, este proceso beneficia de manera simultánea la realiza-
ción de investigaciones sobre el hábitat de los animales y aves del lugar, así como
el impacto sobre los ríos, para demostrar que el manejo forestal ha cumplido con
sus objetivos de conservación.

10 PRINCIPIO 6 FSC: Las prácticas silviculturales y de aprovechamiento no son consideradas riesgosas


para la biodiversidad del bosque (eliminación de especies y erosión genética). Estándares para la
certificación del manejo forestal de productos maderables en las tierras bajas de Bolivia (versión
aprobada por el FSC). Santa Cruz, Bolivia, setiembre del 2000.
11 PRINCIPIO 6 FSC: IMPACTO AMBIENTAL.Todo manejo forestal deberá conservar la diversidad biológica
y sus valores asociados, los recursos de agua, los suelos, y los ecosistemas frágiles y únicos, además
de los paisajes. Al cumplir estos objetivos, las funciones ecológicas y la integridad del bosque podrán
ser mantenidas. Estándares para la certificación del manejo forestal de productos maderables en las
tierras bajas de Bolivia (versión aprobada por el FSC). Santa Cruz, Bolivia, setiembre del 2000.

Bolivia. Variables definitorias 127


Gráfico 35
¿Considera que la Cer tificación Forestal Voluntaria contrib
Certificación uy
contribuye de fforma
uye orma
significativa a la apertura de mercados?

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

Gráfico 36
¿Su gestión de manejo forestal ha sido alimentada por algún resultado de
investigación científica?

Elaboración propia basada en las entrevistas realizadas.

128 La política forestal en la Amazonía andina


En ese contexto, a continuación analizaremos los criterios y las variables
que explican la organización de la producción forestal de los distintos actores
del bosque.

5.2.1. Tierras Comunitarias de Origen

a) Certificados de saneamiento

La mayoría de las TCO presentan dificultades en el saneamiento, debido a que


aún no cuentan con su correspondiente certificado de propiedad comunitaria
emitido por el INRA. Es decir, dichos documentos se encuentran en proceso de
trámite, como es el título de la TCO del Bajo Paraguá. Este hecho, sumado a la
falta de saneamiento de tierras destinadas a las TCO, está generando inseguri-
dad y desconfianza sobre el acceso y tenencia de la tierra, configurándose un
panorama de obstáculo y desincentivo para el desarrollo de este tipo de
organizaciones.
La propensión de las comunidades hacia el manejo también está determinada
por la intención de excluir a otros actores que quieren apropiarse de sus bosques,
dado que el manejo consolida la cuasi propiedad y cierra toda posibilidad de
reversión, consolidando así las demandas territoriales de las comunidades12.

b) Plan General de Manejo Forestal y Plan Operativo Anual Forestal

El Plan General de Manejo Forestal (PGMF) es el instrumento de gestión forestal


resultante de un proceso de planificación basado en la evaluación de las caracte-
rísticas y el potencial forestal del área a utilizarse, en tanto que el Plan Operativo
Anual Forestal (POAF) es el instrumento operativo que se prepara anualmente y en
el que se establecen las actividades de aprovechamiento forestal que se ejecuta-
rán en el periodo que corresponda, de acuerdo con lo establecido en el PGMF.
La planificación participativa es el principal instrumento para la elaboración
de los PGMF de las TCO, aspecto que se explica por sus propios esquemas
organizativos y su articulación política y social, que establecen que los planes
de manejo no sólo contemplarán aspectos técnicos sino también sus implica-
ciones sociales y culturales, por lo que debe trabajarse sobre la base de los
esquemas organizativos locales y los sistemas de control social13.

12 Anthony Stocks, "Iniciativas forestales indígenas en el trópico boliviano: realidades y opciones",


documento técnico. Bolivia: USAID.
13 Ministerios de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, "Normas técnicas para la elaboración de
instrumentos de manejo forestal comercial (inventarios, planes de manejo, planes operativos, mapas)
en tierras comunitarias de origen", Resolución Ministerial 136/97, 1997.

Bolivia. Variables definitorias 129


Se han percibido actitudes positivas en cuanto a la adopción de los instrumen-
tos de gestión forestal por parte de las TCO; una gran parte de éstas tienen PGMF,
a excepción de Salvatierra, cuyo documento aún se encuentra en proceso de
elaboración (véase el gráfico 37).
Se observa que estas organizaciones están esforzándose por elaborar y
presentar los instrumentos de gestión forestal, aunque algunas evaluaciones in
situ han permitido identificar debilidades principalmente en los aspectos referi-
dos a la gestión, la administración y el control social, lo que evidencia su nece-
sidad de apoyo técnico en estos ámbitos. En algunos casos las comunidades,
pese a tener un plan de manejo, aún no han establecido sus formas de organi-
zación ni el modelo empresarial que adoptarán, postergando de este modo
aspectos organizativos y de distribución de beneficios.
Muchas TCO han optado por presentar primero su POAF, condicionado al
compromiso de elaborar el PGMF en plazo perentorio y definido por la Superin-
tendencia Forestal.

c) Aprovechamiento

En la mayoría de las TCO analizadas el aprovechamiento es un proceso funda-


mental, puesto que en función de éste se definen las actividades y los resultados
a lograr. Los esquemas organizativos de la comunidad están articulando el
manejo y el aprovechamiento con criterios de bienestar social, por lo que las
características de la organización para el aprovechamiento contienen aspectos
socioeconómicos de la comunidad.
Estos esquemas organizativos son también el eje de la organización de la
producción, puesto que permiten, primero, que la comunidad pueda entender
el ciclo del aprovechamiento con respecto a contratos de clientes, prestadores
de servicios y el despacho de madera; y segundo, asimilar de la mejor manera
la estructura organizativa socioeconómica a través de la propia ejecución de
sus actividades.
En este sentido, las empresas comunitarias han ganado experiencia en el
manejo forestal, cumpliendo satisfactoriamente las normas técnicas, situación
que se considera un avance y una profundización del manejo, considerando que
su medio de sustento económico –y muchas veces de subsistencia– fue la
actividad agrícola. Pese a ello, es evidente que las TCO, aunque hayan ganado
experiencia y recibido capacitación en aspectos relacionados con el aprovecha-
miento, esto no ha sido suficiente puesto que todavía presentan ciertas dificul-
tades en la presentación de los PGMF y POAF14.

14 En casos muy aislados (Monteverde, Santa Mónica) cuentan con comunarios experimentados en el manejo
de tractores y motosierras, pero que carecen de experiencia en extracción de madera en el ámbito comercial.

130 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 37
Número de PGMF aprobados para las TCO

Elaboración propia basada en datos de la Superintendencia Forestal.

Es importante resaltar que los beneficios generados por la actividad forestal


han permitido una mayor monetización de las economías indígenas, las cuales
hasta hace poco tiempo atrás aún practicaban el trueque15. Se constata que las
lógicas de mercado son percibidas más como incentivos que como castigos,
además de los esfuerzos de estos actores para adecuarse al régimen forestal,
incluso más allá de consolidar su demanda territorial.
La supervisión de aprovechamiento y, por ende, del manejo forestal con el
nuevo régimen, ha servido para que las empresas comunitarias incorporen
mecanismos y criterios de seguimiento y control. En algunos casos analizados
es la propia asamblea la que fiscaliza las actividades de manejo y aprovecha-
miento. En otros, desarrollan sistemas de seguimiento vía formularios, que están
siendo acompañados de obligaciones y funciones para los responsables.

Disponibilidad de maquinaria y equipo, y contratación de servicios

La mayoría de las empresas comunitarias no disponen de la maquinaria y


equipo necesarios para realizar de manera independiente sus actividades de

15 Según estimaciones realizadas por BOLFOR, para el caso de Lomerío el aprovechamiento forestal de
madera podría estar generando entre 2% y 3% del ingreso anual por familia como promedio.

Bolivia. Variables definitorias 131


aprovechamiento. En algunas TCO, los planes de inversión ya prevén la
adquisición de los mismos16. Por tal razón, estas organizaciones deben con-
tratar los servicios de terceros.
En cuanto a la contratación de servicios, se otorga prioridad a todos los
miembros de las comunidades que conforman la TCO, a los que se da preferencia
en contratos de corta (tumbada y saneada de troncas), en tanto que para activi-
dades que implican la utilización de maquinaria pesada (arrastre y transporte)
se recurre a la contratación de servicios de terceros.
La oferta de servicios está determinada por la distancia o lejanía de la zona,
lo que influye de modo determinante en la competitividad de la producción de las
TCO por el lado de los costos y, por tanto, de los precios finales de venta.
Asimismo, se presentan ciertas dificultades para la realización de contratos con
aserraderos, debido a que en la mayoría de los casos éstos son de baja capacidad
y presentan deficiencias técnicas, aspectos que limitan el rendimiento y la calidad
de la madera extraída por las TCO; en otros casos, los aserraderos están orientados
a su propia operación maderera y en menor grado a la prestación de servicios a
terceros. Por lo tanto, la contratación de este tipo de servicios es limitada, lo que
conlleva restricciones en la organización de la producción y en el manejo forestal.

Disponibilidad de recursos financieros y capital de operaciones

Uno de los principales obstáculos que tienen este tipo de organizaciones es la


falta de recursos financieros para cumplir con requerimientos técnicos y contar
con capital de operaciones, situación que es subsanada, algunas veces, con
apoyo de la cooperación internacional y, en otras, con adelantos que dan las
empresas compradoras al momento de suscribir el contrato de compra-venta de
la madera, dado que las posibilidades de financiamiento mediante el sistema
financiero son pocas o nulas.
Por esta razón, las empresas comunitarias contemplan en su estructura de
distribución de beneficios un monto de reserva, destinado a la gestión productiva
siguiente. Esta previsión asciende al 30% del ingreso total de la gestión que genera
el ingreso, tal como se explicó en el capítulo referido al desarrollo organizacional.

d) Estructura de costos

Por lo general no existe una estructura de costos bien definida; pero hay
excepciones, como las TCO Bajo Paraguá17 y Tacana, que cuentan con una

16 Es el caso de Cururú y Salvatierra.


17 Bajo Paraguá cuenta con una estructura de costos estimada en varios procesos de la cadena
productiva, base sobre la cual planifican sus actividades.

132 La política forestal en la Amazonía andina


estructura de costos clara elaborada sobre la base de la experiencia adquiri-
da en los procesos de manejo forestal y aprovechamiento en función de la
planificación realizada.

e) Transformación y valor agregado

Las dificultades por las que atraviesan las TCO en la disponibilidad de servicios
y en recursos financieros, y su mínima experiencia en negocios forestales,
explican por qué están llegando solamente a niveles de aprovechamiento
forestal y no de transformación.
El límite de la producción de una TCO, es decir, el valor que los indígenas le
agregan a un árbol en pie, se sitúa en la venta de tumbado, o sea, los árboles
cortados y despuntados18 y puestos al tocón (parte del tronco que queda unida
a la raíz cuando cortan un árbol).

f) Comercialización

La demanda de productos forestales ha ido mejorando con el tiempo y actual-


mente tiene perspectivas alentadoras para las empresas que generan valor
agregado. Para las organizaciones que se encuentran solamente en el sector
primario, las perspectivas son distintas.
Las TCO identifican que los mercados locales presentan inestabilidad en
los volúmenes demandados, precios y cumplimiento de pagos por parte de las
empresas compradoras, razón por la cual la articulación de las TCO con el
mercado interno es débil y poco sostenible.
Son fábricas o empresas grandes del interior del país las que generalmente
compran árbol tumbado y trozado, puesto al lado del tocón, siendo las mismas
las que se encargan del arrastre y transporte de la madera hasta el destino final
para su primera transformación.
Esta inseguridad y desconfianza en el mercado interno se explica también
por la sobreoferta de madera. La situación implica, en muchos casos, precios
poco atractivos para las empresas comunitarias, considerando además que en
algunos casos existe monopsonio.
Otro problema que limita las oportunidades de negocio de las empresas
comunitarias es que no todas las especies disponibles en sus áreas de aprove-
chamiento son comerciales o están registradas en la lista de especies valiosas,
como la mara, porque ya fueron extraídas bajo criterios irracionales dentro del
anterior régimen forestal. Por lo tanto, hay asimetrías en la dotación de recursos

18 Término usado para indicar que un árbol ha sido desprovisto de sus ramas y está listo para ser
transportado a un aserradero.

Bolivia. Variables definitorias 133


naturales entre TCO, lo que implica que unas tengan en sus áreas más espe-
cies comerciales que otras.
Una de las principales debilidades de las TCO es que no cuentan con
una lógica empresarial clásica y tienen poca conexión con el mercado.
Esto se refleja en los objetivos de sus lógicas culturales, económicas y
productivas, que se refieren a la generación de empleo y alternativas de
generación de ingresos para los comunarios, relegando a un segundo
plano las lógicas de mercado. Se dan casos en los que la producción no
puede ser acomodada en el mercado porque no saben dónde están sus
posibles demandantes.
Pese a ello, al interior de su estructura organizativa las empresas comunita-
rias cuentan con un responsable del área de comercialización, designado por
la asamblea. Cuando no disponen de estos responsables, las actividades son
realizadas de manera coordinada entre los responsables de otras áreas y el
coordinador forestal19.
La participación de las TCO en el mercado se ve limitada por los costos
logísticos, la falta de experiencia, el poco desarrollo de instrumentos comercia-
les (carpetas de comercialización, por ejemplo) y la no disponibilidad de recur-
sos humanos calificados en esta área y en la de negociación.
Actualmente, algunas empresas comunitarias han establecido contratos de
compra-venta con concesionarios, los cuales son revisados por la Unidad de Coor-
dinación con Pueblos y Organizaciones Indígenas (UCPOI); ejemplo de ello son los
contratos de la TCO TICH con la empresa Fátima, y de Cururú con United Furniture20.
Asimismo, se está iniciando la elaboración de contratos para aclarar los
niveles de relacionamiento y pagos, dado que fue muy común encontrar contratos
con problemas de especificidad; es decir, que no eran lo suficientemente claros
en sus cláusulas, lo que generó conflictos y malos entendidos entre las partes.
Por ejemplo, no se consideraron garantías de pago, condiciones y cualidades de
entrega del producto, la unidad monetaria (dólares o bolivianos), un responsable
por parte del comprador para garantizar la calidad del producto (despachador y
recepcionista) y otros factores que en muchos casos fueron el justificativo para
la cancelación o la postergación de las operaciones comerciales.
Los precios referenciales con los cuales trabajan y negocian este tipo de
empresas no están basados claramente en una estructura de costos, sino que
los obtienen de lo que escuchan sobre las experiencias de otras comunidades.

19 Se identifica a los mejores clientes, se los invita a la zona para entablar la negociación, se llega a un
mutuo acuerdo entre partes y se elabora el contrato que firman el coordinador y el cliente;
posteriormente, este acuerdo es puesto en conocimiento de la SF mediante una asamblea con
participación del comprador, del vendedor y de la UCEPOI-SF (Caso Cururú y Salvatierra).
20 Superintendencia Forestal (2003), Informe anual 2002, capítulo 8. Santa Cruz, Bolivia.

134 La política forestal en la Amazonía andina


Las organizaciones plantean la necesidad de realizar estudios sobre las po-
tencialidades productivas y comerciales que puedan tener ciertas especies no muy
comerciales, para contar con información que les permita ampliar y diversificar su
oferta (efecto sustitución), así como sus opciones de mercado (efecto escala).
Dada la falta de experiencia en la articulación con el mercado, muchas de
estas organizaciones expresan la necesidad de contar con información referida
a mercados y potenciales compradores para las maderas que producen.

g) Certificación Forestal Voluntaria

Los mercados internacionales están documentando cada vez más madera


certificada pero no por su título de certificación en sí, sino por lo que existe
detrás de ello: indicadores de un buen manejo de bosques que no sólo evita la
depredación de las áreas verdes sino que implica la generación de valor
agregado de las especies que se comercializan.
Las TCO tienen perspectivas de certificar su producción para obtener mayo-
res beneficios de las especies que están explotando, las cuales no necesaria-
mente son las más comerciales, puesto que para especies alternativas la
apertura de nuevos mercados tiene una dinámica mayor. A la fecha, sólo dos
TCO –Yuqui y Lomerío– están en tramitación y evaluaciones por parte del
Consejo de Certificación Forestal Voluntaria (CFV).
Es evidente que muchas de estas organizaciones son conscientes de las
exigencias que trae consigo el proceso de certificación, para lo cual tienen que
prepararse. Esto exige el cumplimiento, además de los aspectos técnicos
relacionados al manejo, de un régimen impositivo no del todo claro para las
empresas comunitarias forestales.

h) Pago de la Patente de Aprovechamiento Forestal

Al estar garantizadas por ley las áreas de aprovechamiento forestal para las
TCO, éstas asumen la obligación de pagar la patente del área intervenida
anualmente. Las empresas comunitarias se encuentran en el sector forestal
primario y están asumiendo costos directos e indirectos derivados del aprove-
chamiento –pago de impuestos y patente de aprovechamiento21–, así como
otros costos, lo que demuestra su inserción efectiva en el proceso de manejo.
Es justamente el pago de la patente forestal22 lo que permite hacer dicha
aseveración, puesto que el cumplimiento de tales obligaciones representa

21 BOLFOR (2003), Análisis de la patente forestal por superficie. Santa Cruz, Bolivia.
22 Sólo en Bajo Paraguá y Tacana se observa que cumplen con el pago de patentes forestales; del resto
no queda claro porque no se especifica.

Bolivia. Variables definitorias 135


costos previos como la elaboración del PGMF y del POAF. Las organizaciones
que tienen PGMF, pero que no están realizando aprovechamiento, presentan
problemas en el cumplimiento de esta obligación.
La percepción de las comunidades acerca del destino y uso de los recursos
derivados del pago de patentes es clara. Expresan, por un lado, su satisfacción
por la labor del ente regulador, que recibe un tercio del total recaudado; en
cambio, la percepción sobre los municipios y las prefecturas es negativa,
puesto que estas instancias reciben cuota-parte del cobro de las patentes pero
no desarrollan acciones ni generan prestaciones en favor del sector.

Recuadro 1.4
Un análisis de la Certificación Forestal Voluntaria en Bolivia
La Certificación Forestal Voluntaria es un La certificación involucra dos aspectos:
instrumento que sirve para verificar que el primero, la evaluación de operaciones de
manejo forestal cumpla con estándares de manejo forestal de acuerdo con estándares
desempeño aceptadosinternacionalmente. fijados internacionalmente; y segundo, la
Estos estándares combinan principios y denominada inspección de cadena de custo-
criterios internacionales desarrollados por dia, proceso que implica una verificación
el Forest Stewardship Council (FSC), orga- del flujo de madera desde el bosque, pasando
nización que autoriza a verificadores loca- por procesos de transformación, hasta el
les y regionales en cada país. consumidor final.

Figura 1. Crecimiento de las áreas certificadas en Bolivia. Periodo 1996-2002

Elaboración propia basada en datos del Forest Stewardship Council (FSC).


sigue...

136 La política forestal en la Amazonía andina


...continúa
Uno de los principales objetivos de la cer- millones de hectáreas, y el Banco Mundial y
tificación es asegurar a los consumidores que la WWF aspiran a que en el 2005 sean 200
sus adquisiciones de productos forestales no millones las hectáreas certificadas.
contribuyan a la deforestación y degradación Hoy, los países ricos poseen 80% de la
del medio ambiente. Por ende, esta medida totalidad de bosques y plantaciones certifica-
contribuye positivamente a la producción y dos. Tres de ellos (Suecia, Polonia y Estados
exportación de productos forestales, evitan- Unidos) tienen 60%, con más de 17 millones
do que se generen problemas ambientales de hectáreas, mientras que sólo 3% de la
provocados por el consumo y por aquéllos superficie está en manos de comunidades cam-
que se originan en los procesos productivos. pesinas y pueblos indígenas.
En Bolivia, la Certificación Forestal Vo- Bolivia se encuentra entre los diez prime-
luntaria se inició a partir de 1995 con la ros países con mayor cantidad de tierras
fundación de la CFV, asociación civil boli- forestales certificadas. En el hemisferio ame-
viana sin fines de lucro con la misión de ricano es el cuarto país, y en Sudamérica es
promover el manejo forestal sostenible a el segundo con una mayor cantidad de hec-
través de la Certificación Forestal Volunta- táreas certificadas.
ria en todo el territorio nacional. La máxi- En este contexto, el sector forestal bolivia-
ma autoridad de la CFV es la Asamblea Ge- no tiene una mejor competitividad y oportu-
neral de Miembros, que cada año renueva nidades de acceso a mercados y diversificación
parcialmente y por votación democrática de sus productos. Es el caso de la industria de
un directorio que supervisa las actividades de muebles, que actualmente utiliza otras espe-
una oficina operativa. cies forestales para su producción, ante los
Los avances en certificación son impor- cambios en gustos y exigencias de los consu-
tantes y destacados, dado que desde 1995 midores de los mercados internacionales.
hasta el presente la cantidad de hectáreas de Los principales mercados de productos fo-
tierras certificadas ha pasado de 53 mil a casi restales se encuentran en países que confor-
un millón. Estos avances logrados en muy man el Tratado de Libre Comercio de Amé-
pocos años significan para el país una mayor rica del Norte y la Unión Europea, donde se
credibilidad interna y externa, expresada en exige con mayor énfasis el cumplimiento de
el reconocimiento internacional y en la mayor la certificación, que se convierte no sólo en
transparencia en la administración del mode- una medida ambiental a cumplir sino tam-
lo forestal. Las hectáreas de bosques certifi- bién en una oportunidad de acceder a nuevos
cados representan 1,87% del total de hectá- mercados.
reas de bosques bolivianos. En este sentido, cada vez se pone más én-
Estos logros constituyen un cambio de ima- fasis en la certificación forestal como un
gen del país en cuanto al manejo forestal y instrumento orientado hacia el mercado, pese
otras medidas derivadas del modelo, de suma a que en sus orígenes fue concebida como una
importancia para la atracción de inversiones forma de enfrentar el deterioro ambiental,
y el acceso a financiamiento. especialmente en los bosques tropicales hú-
En el ámbito internacional, la certificación medos, para beneficiar a quienes viven en el
forestal ha pasado de ser un instrumento que bosque o del bosque.
regula porciones crecientes del mercado in- En el caso de las exportaciones, se observa
ternacional de la madera a considerarse en que los productos de exportación certificados
una herramienta de mercado. Hoy la super- representan un 10% del total exportable del
ficie de bosques certificada sobrepasa los 25 sector forestal.
sigue...

Bolivia. Variables definitorias 137


...continúa
Si se observa la estructura de las exportaciones gado. Esto no se da por un hecho puramente
de productos certificados, se concluye que más ambiental, sino que los criterios de mercado
de 80% son elaborados, en tanto que los produc- han sido fundamentales. Asimismo, se obser-
tos primarios certificados han tendido a dismi- va que la certificación fue y es un instrumento
nuir: de 41,5% en 1998 a 6,5% en el 2001. que ha complementado y dado mayor impor-
De lo anterior se desprende que la certifica- tancia a la aplicación de instrumentos de
ción es un factor determinante para la expor- gestión forestal como los Planes Generales de
tación de productos con mayor valor agre- Manejo Forestal y otros.

Tabla 1. Áreas de bosques certificados

País Área
Suecia 10.133.240
Estados Unidos 4.196.985
Polonia 3.592.160
Brasil 1.197.718
Estonia 1.063.517
Reino Unido 1.060.927
Canadá 1.000.920
Bolivia 965.263
Otros (48) 6.419.525
Total 29.630.255
Elaboración propia basada en datos del FSC.

Figura 2
Exportaciones de productos certificados respecto del total.
Periodo 1998-2001

Elaboración propia basada en datos de SIFORBOL.


sigue...

138 La política forestal en la Amazonía andina


...continúa

En el caso de las exportaciones, se observa cación es un factor determinante para la


que los productos de exportación certificados exportación de productos con mayor valor
representan un 10% del total exportable del agregado. Esto no se da por un hecho pura-
sector forestal. Si se observa la estructura de mente ambiental, sino que los criterios de
las exportaciones de productos certificados, mercado han sido fundamentales. Asimis-
se concluye que más de 80% son elaborados, mo, se observa que la certificación fue y es
en tanto que los productos primarios certifi- un instrumento que ha complementado y
cados han tendido a disminuir: de 41,5% en dado mayor importancia a la aplicación de
1998 a 6,5% en el 2001. instrumentos de gestión forestal como los
De lo anterior se desprende que la certifi- Planes Generales de Manejo Forestal y otros.

Tabla 2. Composición de las exportaciones de productos certificados,


según grado de industrialización. Periodo 1998-2001
(porcentaje)

Descripción 1998 1999 2000 2001


Elaborados 37,6 98,3 81,0 83,8
Primarios 41,5 0,7 12,5 6,5
Semielaborados 20,9 0,9 6,5 9,6
Total 100,00 100,00 100,00 100,00
Elaboración propia basada en datos del Sistema Nacional de Información Forestal de Bolivia (SIFORBOL).

5.2.2. Agrupaciones Sociales del Lugar

Las Agrupaciones Sociales del Lugar surgen a partir de las demandas


realizadas por madereros informales/ilegales para obtener el derecho de
aprovechar el bosque legalmente. Muchos de ellos están caracterizados
como colonizadores dentro de zonas boscosas. Ante esta demanda y
presión sobre los bosques, el Nuevo Régimen Forestal previó la delimita-
ción de 20% de áreas de reserva de las tierras fiscales de las jurisdiccio-
nes municipales para ser destinadas a la producción forestal en concesio-
nes a estos actores, que a partir de entonces adquieren la denominación
de agrupaciones.

a) Certificado de saneamiento

En cuanto a la seguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra, el saneamiento


de éstas también afecta a las ASL. Este aspecto es de gran importancia, dado
que muchas veces se constituye en el factor principal de incertidumbre y
riesgo para las inversiones de las agrupaciones.

Bolivia. Variables definitorias 139


A partir del muestreo de dieciséis ASL estudiadas se logró identificar que
sólo la Asociación Forestal de Madereros San Miguel (Afomasam) cuenta con
el certificado de saneamiento otorgado por el INRA, mientras que el resto se
encuentra en espera de la conclusión de algún trámite o, definitivamente, no
cuenta con saneamiento de tierras.

b) Plan General de Manejo Forestal y Plan Operativo Anual Forestal

Según datos de la Superintendencia Forestal, de julio de 1997 a diciembre


de 1999 se habrían otorgado 602.636 hectáreas en régimen de concesión a
trece ASL23.
Siguiendo el gráfico 38, a partir de los informes anuales que emite la Super-
intendencia Forestal se observa que hasta la fecha existen diez PGMF aproba-
dos, con un total de 357.144 hectáreas bajo este instrumento de planificación.
De las organizaciones estudiadas, sólo cuatro de las dieciséis cuentan con un
PGMF, es decir 25% del universo estudiado, en tanto que 31% poseen inventario
forestal, entre ellas Afomasam, Amaisam, El Cedro, El Tuna y Monte Verde.

Gráfico 38
Número de PGMF aprobados en ASL

Elaboración propia basada en datos de la Superintendencia Forestal.

23 Para los años 1998 y 1999 no existen datos desagregados que permitan observar la cantidad de
PGMF efectivamente aprobados. Según datos de BOLFOR, se habrían otorgado, hasta el año 2002,
doce concesiones a ASL, de un total de 61 grupos interesados en formar ASL.

140 La política forestal en la Amazonía andina


Se observa que sólo la mitad de las asociaciones cuenta con su POAF
–elaborado la mayoría de las veces por un consultor profesional–, mientras que
68% de las organizaciones cuentan con censo.

c) Aprovechamiento

En la mayoría de los casos estudiados se constata la falta de procesos de


planificación de las actividades de aprovechamiento 24, lo que se explica por la
carencia de esquemas organizativos definidos que permitirían establecer res-
ponsables y actividades en cada fase del aprovechamiento. La falta de perso-
nal con experiencia es otro factor que dificulta esta etapa primaria de produc-
ción. Algunas asociaciones tienen como personal encargado a artesanos,
talladores, agricultores o ceramistas; en tanto que otros, pese a haber trabajado
como madereros o aserraderos, aún no cuentan con suficiente experiencia en
este campo, considerando que el actual modelo forestal incorporó criterios
técnicos (PGMF, POAF, etc.) que implican procesos de adaptación.
Asimismo, es importante resaltar que la débil estructura organizativa, ex-
puesta en el capítulo anterior, afecta el desempeño productivo de estas organi-
zaciones y, por tanto, la cadena productiva.
Pese a que algunas ASL tienen un responsable de monte como encargado
de supervisar el aprovechamiento, controlar la madera en rodeo y su despacho,
así como también responsables de aserradero y de control de producción de
durmientes (esto sólo en el caso de las asociaciones que llegan hasta niveles
de transformación), se constata que a menudo estas tareas son realizadas por
los miembros de la directiva. Esto se debe a que en las ASL los asociados son
al mismo tiempo dueños y empleados, no distinguiéndose un límite claro entre
las funciones de dirección y la ejecución de responsabilidades.
En algunos casos las actividades o labores de aprovechamiento son reali-
zadas por el comprador. Por ejemplo, en el caso de Guapomó hay contratos
para que una empresa realice el servicio de rodeo y aprovechamiento a cambio
de madera.
En cuatro casos –Ascención, El Tururé, Las Petas y Monte Verde– no hubo
aprovechamiento, razón por la cual no hay equipos de trabajo ni, por tanto, una
organización en este sentido.

Disponibilidad de maquinaria y equipo, y contratación de servicios

La mayoría de las ASL analizadas no disponen de maquinaria o equipo; o, si


lo tienen, se encuentra deteriorado. Por esta razón suelen optar por la contra-
24 En los casos de Ascención, El Turere y Las Petas, se identifican procesos incipientes de planificación
de las primeras actividades de aprovechamiento.

Bolivia. Variables definitorias 141


tación de servicios de los mismos socios y/o de terceros, o dejan en manos del
comprador las acciones de aprovechamiento. También se observa que una
gran parte no cuentan con planes de inversión o de alianzas estratégicas que
les permitan acceder a maquinaria de manera permanente.
Los contratos de maquinaria de las ASL con terceros son por lo general para
corte, arrastre, transporte y aserrío de madera; sin embargo, se dan algunas
excepciones, como es el caso de Amaisam, que no aceptan contratistas ajenos a
la institución. Este proceso de contratación presenta debilidades en su elabora-
ción y conducción, aspecto que ha determinado una serie de incumplimientos.
Hay asociaciones –como la Asociación Chiquitana de la Pequeña Indus-
tria y Artesanía (ACIA), Afomasam, Amaisam, El Cedro y Guapomó– que
contratan los servicios de sus propios asociados en algunas etapas del
aprovechamiento, especialmente en corte y transporte.

Disponibilidad de recursos financieros y capital de operaciones

En general, las ASL no cuentan con el capital de operaciones necesario para


llevar adelante sus actividades productivas. Su principal fuente de financiamiento
son los anticipos por la venta de madera (habilito).
Cuenta también la baja capacidad patrimonial, lo que no les permite acce-
der al sistema financiero, aspecto que limita aún más las posibilidades de
inversión y, por ende, de crecimiento. Por todo ello, requieren algún tipo de
alianza estratégica con potenciales inversionistas.

d) Estructura de costos

La mayoría de las ASL carecen de una estructura de costos bien definida, que
establezca los costos que implica cada etapa de la cadena productiva. Es
posible identificar, en algunos casos, una estimación gruesa de sus costos,
generalmente de preproducción, es decir, de aquellas actividades referidas a la
aprobación del Plan Operativo Anual y de otros requisitos que debe cumplir
como cualquier otra organización del régimen.

e) Transformación y valor agregado

En la mayoría de los casos la cadena productiva llega a niveles de aprove-


chamiento; en dos casos, ACIA y Afomasam, llega a niveles de transforma-
ción en pequeñas cantidades25. Es interesante observar que en el caso de
ACIA existe una participación activa del comprador en el proceso de trans-

25 La única especie, el soto, llega hasta niveles de trasformación (láminas de durmiente).

142 La política forestal en la Amazonía andina


formación, que instaló un aserradero dentro del Área Anual de Aprovecha-
miento (AAA) de la asociación.

f) Comercialización

Las especies de madera más demandadas y comercializadas por las ASL en


las diferentes regiones son: soto, roble, tajibo, cedro y morado, vendidas por lo
general en troza o tronca puesta en aserradero. En menor escala se comercia-
lizan sirari, jichituriqui, momoqui, cuchi y cambara.
Este tipo de organizaciones orientan su producción al mercado nacional.
Identifican como principales centros de comercio San Ignacio de Velasco, San
Miguel de Velasco y San Rafael, de los cuales la primera localidad es un
mercado temporal donde se desvía buena parte de la producción hacia el
mercado cruceño (de Santa Cruz de la Sierra).
Por el lado de la oferta, hay dificultades de mercado por la existencia de
competidores ilegales, que comercializan madera a menor precio y no siguen los
procesos legales de aprovechamiento. En este contexto, las empresas concesio-
narias son una opción de compra para los productos de estas agrupaciones,
pero éste es un hecho que aún no ha sido probado.
Si bien existen avances en la comercialización, muchas ASL realizan sus
gestiones a través de intermediarios o de manera directa, siendo la directiva 26 la
que cumple estas funciones.
Las dificultades por las que atraviesan estas organizaciones en la comer-
cialización se explican por: la falta de personal con experiencia en el área; la
baja capacidad de negociación; la falta de información de mercado sobre
especies y precios; la precariedad de las vías de acceso a las áreas de apro-
vechamiento; y el incipiente o nulo desarrollo de instrumentos de gestión
comercial.
Al igual que las TCO, estas agrupaciones no disponen de información sobre
precios de especies alternativas con potencial de mercado, razón por la cual
realizan sus ofertas sobre referencias o experiencias desfasadas, más aún si
consideramos que los dirigentes tienen un mediano conocimiento de sus costos.

g) Certificación Forestal Voluntaria

Está claro que la ventaja comparativa existente, en términos de la cantidad


de hectáreas certificadas (véase el recuadro sobre certificación p. 134), aún no

26 En el caso de ACIA la decisión de firmar los contratos de venta es tomada por la directiva, excepto
en el caso de El Tuná, donde el presidente realizó todas las gestiones pero el contrato fue aprobado
por la asamblea de socios.

Bolivia. Variables definitorias 143


está siendo aprovechada por las ASL. Así, hasta fecha ninguna ASL está en
proceso de certificación, aspecto que limita sus posibilidades de ingreso a
mercados internacionales, en los cuales la variable manejo es un factor de
competitividad y de posibilidades de negocios, especialmente en Europa.

h) Pago de patente de aprovechamiento forestal

Las ASL deberán pagar la patente por el área anual de aprovechamiento


aunque no trabajen la concesión. Según estudios realizados por BOLFOR, se
estima que las ASL, una vez restados los costos a sus ingresos previstos, sin
considerar la patente, presentan márgenes de ganancia muy reducidos, y si a
este resultado se le disminuye la patente, entonces las ASL en algunos casos
serían deficitarias. Para enfrentar esta situación, se ha considerado que las ASL
tienen que modificar su estructura de producción y, consecuentemente, la de
sus ingresos27.

5.2.3. Concesionarios

a) Certificación de saneamiento

La certificación de saneamiento es una condición necesaria para: i) asegurar


las actividades productivas realizadas dentro de las concesiones, evitando
posibles confrontaciones de los concesionarios con los indígenas, campesinos
o cualquier invasor, debido a la demanda de estos últimos a un derecho de
propiedad de tierras forestales; y, ii) reducir los niveles de incertidumbre y
riesgo asociados a las inversiones.
En zonas donde existen conflictos por el reconocimiento de asentamientos
de colonos, las empresas concesionarias ven perjudicadas sus actividades
hasta la posibilidad de renunciar a la certificación forestal. Esta falta de seguridad
jurídica y, en muchos casos, de seguridad física, implica costos financieros y
pérdida de oportunidades para las inversiones de las empresas concesionarias.

b) Plan General de Manejo Forestal y Plan Operativo Anual Forestal

Según datos obtenidos a través de los informes anuales de la Superintendencia


Forestal, desde 1997 hasta el 2002 se aprobaron 76 PGMF para las empresas
concesionarias. En las gestiones 2001 y 2002 no se aprobó ningún Plan de Manejo
Forestal pues no hubo un programa de concesiones a ser licitadas públicamente.

27 BOLFOR, Análisis de la patente forestal por superficie, ob. cit.

144 La política forestal en la Amazonía andina


c) Aprovechamiento y transformación

Para las concesiones, el aprovechamiento forestal implica la opción de avanzar en


la generación de valor agregado, puesto que estas inversiones –dadas las venta-
jas del modelo vigente– difícilmente podrían estacionarse en las salientes del
bosque o en la primera trasformación. Pero el camino a recorrer aún no es llano, en
tanto existen factores que requieren superarse, como: i) altos costos de energía; ii)
deficiente infraestructura vial, lo que hace que la cosecha forestal sea estacional,
debido a la inaccesibilidad de las áreas de aprovechamiento; y iii) falta de recursos
financieros e inaccesibilidad permanente al sistema financiero para emprender
sus operaciones y acceso a tecnologías domésticas e intermedias (no de punta).
El modelo forestal en Bolivia ha obligado a incorporar especies alternativas
a la "canasta" de especies de los usuarios forestales por la imposibilidad de la
práctica tradicional de extracción selectiva de especies valiosas, como mara,
cedro y roble. En la situación anterior, tanto el Estado como el operador made-
rero buscaban maximizar sus ingresos y recaudaciones, pero no existían in-
centivos para un manejo forestal sostenible. Hoy el escenario ha cambiado;
existen incentivos contextuales que están permitiendo el aprovechamiento de
especies alternativas, las que a pesar de tener menor valor relativo tienen
posibilidades de llegar a más mercados previa suma de valor agregado.
Actualmente la extracción se realiza a través de formas intermodales de
transporte, especialmente en las áreas amazónicas de Bolivia. Allí, las especies
aprovechadas viajan como 'callapos' (grupos de trozas unidas mediante ama-
rras) en los ríos navegables, puesto que la infraestructura caminera de las
zonas aledañas a los bosques se mantiene inundada entre diciembre y marzo.
El hecho de que los bosques tengan el estatus de concesión y no el de
propiedad privada, al igual que las tierras agrícolas y/o ganaderas, es la mayor
desventaja estructural del aprovechamiento de los bosques, debido principal-
mente a que: i) en la concesión, al no ser ésta una propiedad privada y pertenecer
al Estado, el que mantiene el derecho propietario es la sociedad y, por lo tanto,
el bosque es un bien que no es libremente tratable en el mercado, por lo cual
carece de valor comercial intrínseco, hecho que desincentiva las inversiones,
dado que éstas no repercuten comercialmente en el incremento del valor de ese
bien; ii) las tierras agropecuarias que han sufrido el retiro del bosque (desmonte)
aumentan automáticamente de valor, mientras que las tierras agropecuarias que
mantienen su vegetación tienen valores inferiores, lo que en los hechos significa
que la forma de darle valor a la tierra es retirando el bosque. Así, el comporta-
miento de la economía, en términos de valoración comercial, está actuando en
contra de la conservación de los recursos forestales.
Éste es un problema de tenencia, de productividad del bosque y de informa-
ción, puesto que los actores que se acogen a un régimen de producción menos

Bolivia. Variables definitorias 145


rentable en el mediano plazo (agrícola o ganadero) lo hacen porque están
fallando los canales de información para la toma de decisiones en materia de
inversión.

d) Comercialización

Los procesos de comercialización de los concesionarios tienen problemas


similares a los anteriormente vistos, pero con un mayor impacto en la produc-
ción: falta de financiamiento e inversión, infraestructura vial precaria y alto
costo del transporte –a veces hasta 60% de los costos de producción–,
aspectos, entre otros, que determinan que las prácticas comerciales sean
débiles e incipientes.
La falta de información sobre mercados o el débil acceso a ésta es uno de
los problemas más gravitantes para los concesionarios, puesto que les limita
el acceso a nuevos mercados, a las gestiones comerciales y a las negocia-
ciones con sus clientes. Esta limitación tiene sus ramificaciones hacia los
acuerdos comerciales bi- y multilaterales, los cuales hasta el presente han
sido poco aprovechados.

e) Certificación Forestal Voluntaria

La mayoría de las concesionarias están conscientes de que el manejo forestal


sostenible es la base del nuevo diseño productivo del sector, siendo un resultado
de este proceso la certificación forestal, instrumento que ha permitido a las
empresas concesionarias y privadas certificar bosques y producción forestal, así
como acceder a nuevos mercados internacionales. Los mayores certificadores
hasta el presente son los concesionarios y propietarios privados, confirmándose
que el proceso de certificación, más allá de significar la conservación de áreas
naturales boscosas, constituye un incentivo de mercado capaz de generar mo-
dificaciones en la racionalidad de los agentes económicos del bosque.

f) Pago de patente de aprovechamiento forestal28

La implementación del nuevo modelo forestal ha generado implicaciones


tanto ecológicas como financieras para los concesionarios, al otorgar parte
del control sobre las tierras forestales a grupos indígenas, personas locales y
propietarios privados.

28 La patente forestal no debe considerarse como otro impuesto; es simplemente el cobro por permitir el
acceso y el aprovechamiento del recurso forestal.

146 La política forestal en la Amazonía andina


VI. EL MANEJO FORESTAL: ESTUDIO DE CASOS

Para evaluar la sustentabilidad del modelo de manejo forestal sostenible se ha


buscado información entre los usuarios del bosque que ejecutan sus instru-
mentos de gestión forestal. Para ello, se utilizaron instrumentos de la gestión
forestal identificados en sus reportes oficiales, que permitieron responder las
siguientes interrogantes:

• ¿Es suficiente el sistema de planificación regulada mediante inventarios


para asegurar la sostenibilidad del manejo forestal, marcado de árboles,
mapeo de árboles en áreas anuales de aprovechamiento respecto de
diámetros mínimos de corta, ciclo de corta definido y técnicas de aprove-
chamiento de impacto reducido?
• La adopción de mejores prácticas de manejo forestal en las unidades de
manejo forestal, ¿es adecuada y garantiza el mantenimiento de la capa-
cidad productiva de los bosques, incluyendo la conservación de la
diversidad biológica, suelos y aguas?

6.1. Objetivo

Para responder a las interrogantes expuestas en el acápite anterior, plantea-


mos los siguientes objetivos:

• Analizar y evaluar el sistema de regulación del manejo forestal sosteni-


ble en lo referido a planificación y operativización, todo ello en la pers-
pectiva de garantizar la sostenibilidad.
• En una muestra seleccionada al azar, analizar y evaluar, mediante
revisión de instrumentos de gestión forestal e informes de ejecución sin
verificación de campo, el nivel de adopción de mejores prácticas de
manejo forestal por parte de los usuarios forestales para garantizar el
mantenimiento de la capacidad productiva de los ecosistemas forestales,

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 147


la conservación de la diversidad biológica y la protección de los recur-
sos agua y suelo.
• Evaluar si los avances en gestión forestal han generado condiciones
para que los actores organizados incorporen el manejo forestal sosteni-
ble en su rediseño productivo.

6.2. Metodología

Para evaluar el cumplimiento en la ejecución de las prácticas de manejo


forestal sostenible, se ha realizado una comparación entre lo autorizado, lo
ejecutado y lo informado. Se utilizó como instrumento el Informe Anual del Plan
Operativo Anual Forestal (IAPOAF).
Este análisis comparativo proporciona ciertos parámetros que, a su vez, nos
permiten evaluar el cumplimiento de la norma por parte de los usuarios del
bosque en la ejecución del aprovechamiento según lo autorizado, lo que nos
posibilita deducir la forma de manejo aplicado por el usuario; por ejemplo,
identificar, dentro de su plan de manejo, las especies más aprovechadas que
formarán parte de su oferta de comercialización.
Con el fin de reflejar los resultados de la comparación entre lo autorizado y
lo aprovechado, se presentan cuatro estudios de casos: una empresa concesio-
naria forestal, una propiedad privada, una Agrupación Social del Lugar (ASL) y
una Tierra Comunitaria de Origen (TCO), todas ellas con su plan de manejo
forestal y su POAF debidamente aprobados. En este sentido, el análisis compa-
rativo ha sido realizado entre el POAF, que autoriza un determinado espacio
territorial y un volumen a cortar por especie, y el IAPOAF, que informa lo extraído
y los saldos que quedan en pie en el bosque.
En cuanto a las concesiones forestales y los propietarios privados, ya se
tiene una bitácora de informes anuales que permite evaluarlos, considerándo-
se para ello, mínimamente, dos POAF y un IAPOAF para su correspondiente
evaluación; en tanto que para las TCO y ASL sólo se cuenta con informes que
datan de los años 2001 y 2002.
Los criterios e indicadores utilizados han sido extraídos de la normativa
actual vigente, los que asimismo fueron útiles para determinar: i) el cumplimien-
to o incumplimiento; ii) las tendencias en el comportamiento del usuario en el
bosque; y iii) la situación actual respecto a la adopción de mejores prácticas de
manejo forestal sostenible.
A continuación se describe cada caso/usuario evaluado desde la pers-
pectiva del cumplimiento o grado de adopción de las prácticas de manejo
forestal sostenible.

148 La política forestal en la Amazonía andina


6.3. Estudio de casos

6.3.1. Concesión forestal en tierras fiscales

ASPECT
ASPECTOSOS EV ALU
EVALU ADOS ESTUDIO DE CASO 1
ALUADOS
Tipo de derecho Concesión forestal en tierras fiscales
Ubicación Provincias Chiquitos, Ángel Sandoval y Germán
Busch, de Santa Cruz, Bolivia.
Superficies Total de hectáreas: 79.332, y 3.570 hectáreas
del área anual de aprovechamiento.
Aspectos generales Evaluación de los IAPOAF de 1998, 1999 y 2000,
presentados por un profesional forestal debida-
mente registrado y habilitado.
Superficie de los POAF
POAF El POAF 1998 se divide en dos compartimientos:
evaluados el primero cuenta con 1.000 hectáreas censa-
das, de las que 743 hectáreas fueron efectiva-
mente intervenidas; el segundo compartimiento
tuvo 551 hectáreas, de las que se informa que
sólo se intervinieron 536 hectáreas.
Para los POAF de 1999 y 2000 se accedió a un
solo compartimiento, a partir del cual se verifica
que la superficie intervenida no es mayor que la
del área anual de aprovechamiento.
Linderamiento de áreas Todos los POAF y sus compartimientos presen-
anuales de tados cuentan con coordenadas de ubicación,
aprovechamiento y/o en UTM, Datum WGS 84. Su importancia radica
compartimiento en que permite la ordenación espacial de los
derechos forestales vigentes; en este caso, da fe
de que el POAF fue ejecutado donde fue autori-
zado. Su verificación en campo es primordial. Su
certificación garantiza la regulación por área.
Árboles remanentes y Según los IAPOAF, se respetaron los árboles
semilleros remanentes, es decir, los que quedan en pie a
pesar de tener el diámetro mínimo de corta. Sólo
una verificación de terreno permitirá asegurar
que son los que se propusieron en el POAF
aprobado, con las características fenotípicas ade-
cuadas para quedar como tales, juntamente con
los árboles semilleros.

sigue...

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 149


...continúa

Caminos, canchas de La información entregada no es suficiente para


acopio y fajas de conocer la calidad de los caminos, las canchas
madereo de acopio y las fajas de madereo construidos en
el área, además de su impacto general y especí-
fico. Se presta muy poca atención a este aspecto
antes, durante y después de la ejecución del
aprovechamiento.
Servidumbres ecológicas No hay información respecto de servidumbres
ecológicas en ambos casos, salvo una que indi-
ca que se han levantado puentes falsos a fin de
no obstruir el drenaje natural de las quebradas.
Parcelas de muestreo En los IAPOAF no se ha reportado la instalación
permanente de parcelas de muestreo permanente.
Tipo de extracción En el cuadro 14 se observa que se ha dejado
madera en el bosque; de 2.137 árboles se han
cortado sólo 1.041, principalmente de dos espe-
cies valiosas: el morado y el roble. Esto precisa un
monitoreo en terreno a fin de verificar el grado de
aprovechamiento integral del bosque que la ley
exige. Está demostrado que aún hay una fuerte
tendencia a mantener la extracción selectiva, pro-
bablemente condicionada por la tecnología y el
mercado potencial de la empresa. La empresa,
en este caso, es exportadora de láminas de mora-
do y roble, por lo que se puede ver que su preocu-
pación principal es el abastecimiento de estas
dos especies a su industria. En los años reporta-
dos no hay señales de incorporar más especies a
su canasta real de aprovechamiento.

150 La política forestal en la Amazonía andina


En el cuadro 14 se puede ver que de las seis especies autorizadas en el
POAF 1998 sólo tres han sido aprovechadas. El volumen mayoritario corres-
ponde a las especies morado y roble; suman, entre ambas, más de 70% del
volumen total extraído. En el cuadro 15 se observa que la empresa ha concen-
trado su extracción a las mismas dos especies (morado y roble), practicando un
aprovechamiento selectivo poco consistente con los principios de sostenibili-
dad del manejo forestal y los postulados de la ley vigente.

Cuadro 14
Aprovechamiento en concesión forestal en tierras fiscales según
IAPOAF 1998

Especie Autorizado Cortado Saldo en pie


N.° árboles Vol. en m³ N.° árboles Vol. en m³ N.° árboles Vol. en m³
Cedro 95 104 18 19 77 86
Cuchi 87 79 - - 87 79
Jichituriqui 184 134 - - 184 134
Morado 1.240 949 956 711 284 238
Roble 320 273 67 57 253 217
Verdolago 211 158 - - 211 159
TOTAL 2.137 1.698 1.041 787 1.096 913
Elaboración propia basada en datos del POAF e IAPOAF presentados ante el órgano regulador.

Cuadro 15
Especies más aprovec
apro hadas en cada uno de los PO
vechadas AF
AF,,
POAF
concesión forestal en tierras fiscales

Autorizado Cortado Saldo en pie


Especie N.° árboles Vol. en m3 N.° árboles Vol. en m3 N.° árboles Vol. en m3

IAPOAF 1999 COMPARTIMIENTO 1

Morado 729 868 729 868 0 0


Roble 231 359 231 359 0 0

IAPOAF 1999 COMPARTIMIENTO 3

Morado 1.065 963 600 543 465 364


Roble 302 418 48 66 254 352
Elaboración propia basada en datos del POAF e IAPOAF presentados ante el órgano regulador.

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 151


6.3.2. Propiedad privada

ASPECT
ASPECTOSOS EV ALU
EVALU ADOS ESTUDIO DE CASO 2
ALUADOS
Tipo de derecho Autorización de aprovechamiento forestal en
tierra de propiedad privada.
Ubicación Provincia Ñuflo de Chávez del departamento de
Santa Cruz, Bolivia.
Superficies Total de superficie: 23.230 hectáreas y 929 hectá-
reas de área anual de aprovechamiento.
Aspectos generales Evaluación de los IAPOAF de 1998, 1999 y 2000,
presentados por un profesional forestal debida-
mente registrado y habilitado.
Superficie de los POAF
POAF El POAF 1998 fue propuesto en dos comparti-
evaluados mientos, teniendo el primero 529 hectáreas cen-
sadas, de las que se informa que 389 hectá-
reas fueron efectivamente intervenidas; el se-
gundo compartimiento tuvo 929 hectáreas, de
las que se informa que sólo se intervinieron
723 hectáreas.
Linderamiento de Todos los POAF y sus compartimientos presenta-
áreas anuales dos cuentan con coordenadas de ubicación, en
de aprovechamiento y/o UTM, Datum WGS 84. La importancia de este
compartimiento detalle técnico radica en que permite el ordena-
miento espacial de los derechos forestales vi-
gentes. En este caso, da fe de lo informado en el
IAPOAF. Es necesario resaltar que este aspecto
de localización en terreno y deslinde de las áreas
anuales de aprovechamiento es de vital impor-
tancia para garantizar la regulación por área. Su
verificación en campo es primordial.
Marcado y numeración de De los reportes de ingreso de trozas al aserrade-
árboles censados y ro o centro de transformación informados en los
respeto a diámetros IAPOAF, se deduce que están marcando los ár-
mínimos de corta boles en el área de aprovechamiento, aunque su
seguimiento es difícil. Urge una verificación de
terreno para identificar su cumplimiento.

sigue...

152 La política forestal en la Amazonía andina


...continúa
Árboles remanentes y El IAPOAF reporta que se respetaron los árboles
semilleros remanentes, es decir, los que quedan en pie a
pesar de tener el diámetro mínimo de corta. Es
necesario verificarlo en terreno, para asegurar
que sean los que se propusieron en el POAF
aprobado y tengan las características fenotípicas
adecuadas para quedar como tales, junto con los
árboles semilleros.
Caminos, canchas de La información sobre la calidad de los caminos,
acopio y fajas de las canchas de acopio y las fajas de madereo
madereo construidos en el área y su impacto general y
específico es escasa. Se presta muy poca aten-
ción a estos aspectos antes, durante y después
de la ejecución del aprovechamiento. Es necesa-
rio ajustar estos asuntos en la normativa vigente.
Sólo existe la información propuesta en cada
Servidumbres ecológicas POAF en cuanto a la superficie que efectivamen-
te destina el usuario a la protección de servidum-
bres ecológicas en ambos casos.
Con el IAPOAF 1998 se encuentra reportada la
Parcelas de muestreo instalación de 25 parcelas permanentes de mues-
permanente treo, cada una de 0,25 hectáreas, además de sus
coordenadas y sus respectivas planillas de me-
dición de campo.
De la revisión del IAPOAF en el caso de la pro-
Tipo de extracción piedad privada, se puede ver que se presentan
resultados del tipo de extracción realizado. En
cuanto al volumen, se establece que se han de-
jado alrededor de 50% de la abundancia en el
bosque; en este caso se han extraído en el com-
partimiento I, también de manera selectiva, sólo
tres especies; en tanto que en el compartimiento
II se han incorporado dos especies más al apro-
vechamiento (ver cuadros 16 y 17). Esto precisa
un mayor análisis y una verificación de la extrac-
ción en terreno para establecer el grado de apro-
vechamiento integral que la ley exige.

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 153


Cuadro 16
Autorización de aprovechamiento forestal en tierras de propiedad privada
(AA TPP)
(AATPP)

Especie Autorizado Cortado Saldo en pie

N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³

Curupaú 1.078 1.322 522 440 556 882

Tajibo 648 615 517 432 131 183

Tarara amarilla 727 589 266 205 461 384

Cuchi 163 204 154 146 9 58

Morado 368 374 110 99 258 274

Elaboración propia basada en datos del POAF e IAPOAF presentados ante el órgano regulador.

Cuadro 17
Repor te de apr
Reporte ovec
apro hamiento realizado IAPO
vechamiento AF 1998 II
IAPOAF

Especie Autorizado Cortado Saldo en pie

N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³

Curupaú 934 951 341 357 593 594

Tarara amarilla 346 254 106 75 240 180

Momoqui 211 150 69 47 142 102

Tajibo 65 55 44 39 21 16

Morado 124 130 36 36 88 94

Elaboración propia basada en datos del POAF e IAPOAF presentados ante el órgano regulador.

154 La política forestal en la Amazonía andina


6.3.3. Agrupación Social del Lugar (ASL)

ASPECT
ASPECTOSOS EV ALU
EVALUADOS
ALUADOS ESTUDIO DE CASO 3
Tipo de derecho Concesión forestal en tierras fiscales a Agru-
pación Social del Lugar (ASL)
Ubicación Provincias Chiquitos, Ángel Sandoval y Ger-
mán Busch, de Santa Cruz, Bolivia.
Superficies Total de hectáreas: 15.482, y 774 hectáreas de
área anual de aprovechamiento.
Aspectos generales Análisis de un IAPOAF y un POAF del 2001
presentados por un profesional forestal debida-
mente registrado y habilitado.
Superficie de los POAF
POAF El POAF evaluado propone un compartimiento
evaluados de 721,5 hectáreas censadas. Luego del apro-
vechamiento se procede a informar en el IA-
POAF. La evaluación de este aspecto permite
verificar que la superficie intervenida no sea ma-
yor que la del área anual de aprovechamiento.
Linderamiento de áreas El IAPOAF 2001 evaluado cuenta con coorde-
anuales de nadas de ubicación en UTM, Datum WGS 84. Su
aprovechamiento y/o importancia radica en que permite la ordena-
compartimiento ción espacial de los derechos forestales vigen-
tes; en este caso, da fe de que el POAF fue
ejecutado donde fue autorizado. Su verificación
en campo es primordial. Su certificación garanti-
za la regulación por área.
Marcado y numeración de La numeración de árboles debe ser verificada
árboles censados y en terreno a fin de garantizar su real implemen-
respeto a diámetros tación. La verificación de las bases de datos del
mínimos de corta censo comercial presentado no ha detectado
corta de especies con diámetros que se en-
cuentren por debajo de los límites permitidos
por especie. Urgen, en este sentido, verificacio-
nes en terreno para certificar lo que se reporta
en los IAPOAF. Éste es, además, otro pilar de
garantía de los principios de sostenibilidad del
manejo forestal. Luego de una tenaz oposición,
para los usuarios hoy se ha convertido en un
instrumento de gestión empresarial.
Árboles remanentes y Según los IAPOAF se respetaron los árboles
semilleros remanentes, es decir, los que quedan en pie a
pesar de tener el diámetro mínimo de corta.
sigue...

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 155


...continúa
Particularmente en este caso, una verificación en
terreno permitirá asegurar que los árboles rema-
nentes sean los que se propusieron en el POAF
aprobado y que tengan las características fenotí-
picas adecuadas para quedar como tales, junto
con los árboles semilleros.
Caminos, canchas de En estos aspectos, al igual que en los casos 1 y 2,
acopio y fajas de la información entregada no es suficiente para
madereo conocer la calidad de los caminos, las canchas de
acopio y las fajas de madereo construidos en el
área, y su impacto general y específico. Se presta
muy poca atención a este aspecto antes, durante y
después de la ejecución del aprovechamiento.
Servidumbres ecológicas No hay información respecto de servidumbres
ecológicas, por lo cual es necesario verificar en
terreno el respeto a éstas.
Parcelas de muestreo En los IAPOAF no se ha reportado la instalación
permanente de parcelas de muestreo permanente.
Tipo de extracción Para el caso de las ASL, en el cuadro 18 (que
resume la extracción realizada) se destacan los
siguientes elementos:
• Se han cortado cuatro de las 25 especies cen-
sadas y se ha dejado la mayor cantidad en el
bosque. El aprovechamiento se concentró en
una especie: mara macho (Cedrelinga sp.),
complementada por otras tres: roble, trompillo
y yesquero, todas ya conocidas en el mercado.
• Salta a la vista que hay especies como el almen-
drillo y el quecho, abundantes y con la mayor
proporción de volumen. Al parecer, el mercado
en ese momento no fue atractivo para estas es-
pecies; por ello habrían quedado relegadas en el
bosque, o quizá la accesibilidad al área de apro-
vechamiento de la ASL sea compleja y costosa.
• Queda demostrado que aún hay una fuerte
tendencia a mantener la extracción selectiva,
probablemente condicionada, en este caso,
por el poder comprador del mercado.
• A la ASL estudiada acaso no le conviene cortar
maderas alternativas porque no cuenta con la
posibilidad de comercializarlas y menos de
transformarlas.

156 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 18
Aprovec
Apro hamiento realizado según IAPO
vechamiento AF 2001 ASL
IAPOAF

Especie Autorizado Cortado Saldo en pie


N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³
Ajipa 48 121,67 0 0 48 121,67
Almendrillo 345 1.975,51 0 0 345 1.975,51
Amarillo 76 222,59 0 0 76 222,60
Bibosi 117 692,88 0 0 117 692,88
Cedro macho 12 38,10 0 0 12 38,11
Coloradillo 58 151,22 0 0 58 151,23
Copaibo 28 164,16 0 0 28 164,16
Cuta 38 146,12 0 0 38 146,16
Gabun 59 203,38 0 0 59 203,38
Laurel 22 48,26 0 0 22 48,26
Lúcumo 6 52,41 0 0 6 52,41
Maní 111 381,70 0 0 111 381,70
Mapajo 82 946,93 0 0 82 946,94
Mara macho 102 536,92 34 195 68 341,89
Masaranduba 141 596,10 0 0 141 596,11
Murure 43 113,35 0 0 43 113,36
Ochoo 34 170,89 0 0 34 170,89
Palo maría 12 46,21 0 0 12 46,21
Quecho 180 579,56 0 0 180 579,57
Quina quina 12 31,71 0 0 12 31,72
Roble 35 155,88 3 12,88 32 143,00
Tajibo 24 81,67 0 0 24 81,67
Trompillo 25 53,02 1 3 24 50,03
Verdolago 167 536,88 0 0 167 536,89
Yesquero 83 355,01 3 15,84 80 339,17

La lectura del cuadro 18 permite identificar la prioridad para el usuario,


quien podría estar buscando recuperar rápidamente lo invertido. Es probable
que, por ello, sus decisiones estén dirigidas a cortar especies con mercado
seguro y de buen precio, para capitalizarse y continuar creciendo.

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 157


6.3.4. Tierras Comunitarias de Origen (TCO) (véase el cuadro 19)

ASPECT
ASPECTOSOS EV ALU
EVALU ADOS ESTUDIO DE CASO 4
ALUADOS
Tipo de derecho Tierras Comunitarias de Origen (TCO)
Ubicación Provincia Ñuflo de Chávez, municipio de Con-
cepción, Santa Cruz, Bolivia.
Superficies Total de hectáreas: 19.982, y 371 hectáreas de
área anual de aprovechamiento.
Aspectos generales Análisis de un IAPOAF y un POAF del 2002
presentados por un profesional forestal debida-
mente registrado y habilitado.
Superficie de los POAF
POAF POAF del 2002, propuesto en un primer compar-
evaluados timiento de 260 hectáreas censadas.
Linderamiento de áreas El POAF tiene las coordenadas que permiten
anuales generar el polígono al interior de la TCO, aunque
de aprovechamiento y/o no se informa sobre marcas visibles que se hu-
compartimiento bieran podido colocar para su real y efectiva veri-
ficación posterior o durante el proceso de corta.
Marcado y numeración Para este caso, se menciona que las trozas son
de árboles censados y numeradas con base en la numeración que reci-
respeto a diámetros bió cada árbol en el censo comercial realizado.
mínimos de corta (DMC)
Árboles remanentes y Los árboles remanentes y semilleros han sido
semilleros respetados, pero existe el riesgo de ingreso pos-
terior a la extracción.
Caminos, canchas de No hay información suficiente sobre caminos,
acopio y fajas de canchas de acopio y fajas de madereo como
madereo para efectuar la evaluación de su calidad. Es
urgente una verificación en terreno sobre la real
implementación del manejo forestal sostenible.
Servidumbres ecológicas Cada POAF considera la discriminación de áreas
con fines de protección; para el caso, se plantea
proteger las áreas que por ley son definidas
como servidumbres ecológicas, tales como la-
deras de fuerte pendiente.
Parcelas de muestreo No se reporta la instalación de parcelas de mues-
permanente treo permanente (PPM).
Tipo de extracción La extracción es más integral que en el caso de las
concesionarias. Las especies son de maderas al-
ternativas, y los saldos en pie son suficientes para
garantizar la existencia de condiciones para una
buena regeneración del bosque. Se manifiesta la
especialidad en maderas duras, propias de la re-
gión productora donde se localiza la chiquitania.

158 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 19
Aprovec
Apro hamiento realizado según IAPO
vechamiento AF 2001 TCO
IAPOAF

Especie Autorizado Cortado Saldo en pie


N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³ N.° Vol. en m³
Ajunau 14 21,13 13 17,9 1 3,27
Cacha 0 0 5 4,9 11 11,51
Curupau 16 16,38 21 20,2 12 11,13
Jichituriqui 33 31,33 0 0 21 25,66
Momoqui 21 25,66 0 0 7 7,30
Mora 7 7,26 4 10,2 8 32,90
Morado 0 0 1 1,8 4 5,77
Ochoó 12 43,09 194 187,9 74 66,45
Paquio 0 0 27 26,7 5 4,63
Sauco 5 7,61 128 251,4 81 134,81
Tajibo amarillo 0 0 39 68,9 14 18,35
Tajibo mono 0 0 0 0 4 9,10
Tarara amarilla 268 254,31 13 17,9 1 3,27
Tarara colorada 32 31,30 5 4,9 11 11,51
Verdolago 4 9,05 21 20,2 12 11,13
Yesquero blanco 209 386,18 0 0 21 25,66
Yesquero negro 53 87,29 0 0 7 7,30
Fuente: Elaboración propia en base a datos del POAF e IAPOAF presentados ante el órgano regulador.

6.4. Evaluación

La aplicación de los criterios de evaluación del cumplimiento o incumplimiento


de la normativa vigente ha permitido establecer los siguientes aspectos sobre-
salientes en los estudios de caso:

• Con respecto a la ubicación y el linderamiento del área anual de aprove-


chamiento, en todos los casos se cuenta con la información cartográfica
georreferencial suficiente para la verificación posterior de los comparti-
mientos cuando fuere necesario.
• Con relación al marcado, plaqueteado y numeración de árboles censa-
dos, no se puede establecer si su cumplimiento es evidente.
• Para realizar una revisión adecuada sobre el respeto al diámetro míni-
mo de corta y a los árboles remanentes, se requiere analizar las bases
de datos del POAF aprobado y la base de datos del IAPOAF, las que son
accesibles sólo en los POAF después del año 2000.

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 159


• En relación con los caminos forestales, en todos los estudios de caso la
información entregada en los POAF es muy escueta, ya que indica sólo
el ancho y los kilómetros construidos. No se mencionan obras como
puentes, alcantarillas, etc.; tampoco su trazado en consideración a mini-
mizar el impacto, ni se hace referencia a que tuvieran que mejorar caminos
existentes para permitir la circulación de vehículos durante todo el año.
• En ninguno de los casos existe información sobre el tamaño de las
canchas de acopio y fajas de madereo, por lo que es difícil estimar los
daños causados a la vegetación remanente.
• En ninguno de los casos estudiados se menciona la protección de las
riberas de río o quebradas, denominadas servidumbres ecológicas.
• Sólo se cuenta con la información debidamente georreferenciada en el
área de la propiedad privada de 25 parcelas de muestreo permanente
de 0,25 hectáreas durante la ejecución del POAF 1998 en un área de
6,25 hectáreas, correspondiente a las fechas 05/07/98 y 29/07/03.
• En cuanto a los niveles de extracción, la información analizada permite
observar que en el caso 1 se extraen sólo dos especies, mientras que en los
otros casos se extraen más especies (alternativas). Diversas podrían ser las
explicaciones de este comportamiento, pero al parecer son el mercado y la
oportunidad los factores que condicionan las especies a extraer, aunque la
tecnología de transformación podría también influir en este sentido.
• Lo reportado en el IAPOAF sobre volúmenes extraídos pareciera ser una
simple resta aritmética entre los volúmenes autorizados y extraídos, sin
considerar que en el proceso de extracción propiamente dicho no todos
los árboles son de calidad 1 cuando ya se los corta, y que las trozas no
todas son de calidad 1. No se ha observado en ninguno de los casos un
descuento por estos factores.

6.5. Conclusiones

La mayor parte de los usuarios han adquirido capacidad suficiente en el manejo


de los instrumentos de gestión, y la presentación de los informes ya no constituye
una dificultad. Sin embargo, se ha podido identificar que todavía hay problemas
en la gestión del recurso en el bosque y más aún en la industria, etapas que
merecen un esfuerzo mayor para proyectarse hacia los mercados certificados.
A partir de la información revisada en los IAPOAF se concluye que existe un
avance en la elaboración y puesta en vigencia de instrumentos de gestión
forestal como los inventarios forestales y los censos comerciales, que a su vez
derivan en los Planes de Manejo Forestal, así como en los Planes Operativos
Anuales Forestales.

160 La política forestal en la Amazonía andina


Se han dado pasos importantes en materia de manejo forestal sostenible al
aplicar el sistema vigente con un sistema de planificación regulada mediante
inventarios, marcado de árboles, mapeo de árboles en áreas anuales de
aprovechamiento, respeto a diámetros mínimos de corta, ciclo de corta definido
y técnicas de aprovechamiento de impacto reducido. No obstante, falta el
sustento que debe provenir de una evaluación del terreno para la implementa-
ción de prácticas de manejo forestal en cada UMFS, con una intensidad tal que
permita afirmar que en Bolivia se practica un manejo forestal sostenible.
Aún es prematuro afirmar que todas las UMF hubieran adoptado las mejo-
res prácticas de manejo forestal a nivel de sus unidades, con lo cual garantiza-
rían el mantenimiento de la capacidad productiva de los bosques y la conserva-
ción de la diversidad biológica, de los suelos y de las aguas.
La información analizada no es suficiente para detectar problemas de
organización de la producción y de desarrollo organizacional en el ámbito de la
empresa, pero se puede observar que la extracción selectiva por parte del
concesionario denota una visión de aprovechamiento del bosque que aún no
considera un manejo integral. Esto se puede deber a que se desconoce la
tecnología para el aprovechamiento de nuevas especies, a que se prefiere
mantener los mercados ya conocidos y se procura la materia prima más cono-
cida, o a que la tecnología de transformación condiciona el aprovechamiento
por la especialidad que tiene la industria. Por otra parte, la propiedad privada sí
ha incorporado un enfoque sostenible dado que su extracción no es selectiva.
En ese contexto, uno de los principales problemas identificados se refiere al
régimen de propiedad de la tierra, que ha sido y seguirá siendo el mayor
obstáculo para la efectiva aplicación del manejo forestal sostenible en las
diferentes regiones productoras y en las tierras de producción forestal perma-
nente, por la inseguridad jurídica que esto conlleva. Son frecuentes, y cada vez
en mayor número, los avasallamientos y los asentamientos humanos en áreas
con capacidad de uso forestal. Mientras el área concedida siga siendo tierra
fiscal, la actitud de aprovechamiento parece inclinarse hacia la búsqueda de
las especies maderables más valiosas del bosque, riesgo que se debe minimi-
zar en la medida de lo posible.
El marco normativo e institucional vigente, en el contexto de la Ley
Forestal 1700 y sus normas conexas, ha generado un gran avance en cuanto
a la implementación del manejo forestal sostenible. Asimismo, ha contribuido
a la organización de un espectro más amplio de actores para encarar los
nuevos desafíos de mercado y hacer que el manejo forestal sostenible sea su
base productiva.

Bolivia. El manejo forestal: estudio de casos 161


162 La política forestal en la Amazonía andina
VII. VARIABILIZACIÓN DEL MANEJO FORESTAL

Una vez analizadas las variables condicionantes, independientes y definito-


rias, se presenta la variabilización del manejo forestal respecto de los tres
actores estudiados. Para ello, se identifican los indicadores que permitirán
medir la competitividad basada en el manejo forestal, tanto en el desarrollo
organizacional (DO) como en la organización de la producción (OP). Estos
indicadores incorporan criterios de financiamiento de capacidades (FC) y desa-
rrollo de capacidades (DC), como variables condicionantes, y marco legal e
institucional (MleI), como variables independientes.

7.1. Definición de indicadores

Los indicadores identificados para el análisis y cuantificación del desarrollo


organizacional son:

• Estatuto orgánico y reglamentos internos. Normas, reglas o preceptos


que definen la estructura orgánica de las organizaciones forestales,
determinan deberes, responsabilidades y atribuciones de cada nivel de
la administración y fijan sanciones ante el incumplimiento de sus pro-
pias disposiciones.
• Personería jurídica. Determinación que emite una institución pública hacia
una institución privada, reconociendo la organización formal de ésta para
que pueda desarrollar sus actividades y actuar como persona jurídica.
• Estructura organizativa. Esquema de organización interna definido por
los actores forestales para sus actividades administrativas y productivas.
Precisa los ámbitos ejecutivos, de control y seguimiento, así como las
instancias para la toma de decisiones.
• Planificación. Proceso que genera instrumentos de gestión tales como
misiones, visiones, objetivos, estrategias, políticas, programas y proce-
dimientos, para apoyar el proceso de toma de decisiones y permitiendo

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 163


establecer cursos de acción claros y específicos para las futuras activi-
dades que realicen los actores forestales.
• Manual de funciones. Documento que detalla las atribuciones, obligaciones
y responsabilidades que tiene y asume cada nivel de la estructura organiza-
tiva, y en el que se establecen las condiciones para ejercer un cargo.
• Manual de procedimientos. Documento que contiene normas sistemáti-
camente ordenadas que determinan y explican los procesos administra-
tivos que rigen en la organización, fijando tiempos y relaciones entre
una y otra instancia de la organización.
• Sistema de programación de operaciones. Proceso que genera instru-
mentos orientadores de las acciones de una institución, cuyas activida-
des se encadenan entre sí de modo que persiguen la consecución de
resultados y el uso de recursos y medios, previamente establecidos por
la organización forestal.
• Presupuesto. Declaración formal de los planes para un periodo futuro,
expresado en unidades monetarias.
• Estados financieros (informe financiero). Existen dos informes financieros
que señalan la situación financiera de una organización: el estado de
situación financiera (balance general) y el estado de resultados. El estado
de situación financiera muestra lo que debe y posee la empresa en un
momento específico, por lo general al finalizar el año fiscal. El estado de
resultados resume las operaciones de la empresa durante un periodo,
por lo general un año, y muestra si se ha producido utilidad o pérdida.
• Sistemas de seguimiento y control. Conjunto de elementos y herramien-
tas que hacen y permiten la observación del desarrollo de los procesos
administrativos y de gestión, para asegurar el cumplimiento de normas,
disposiciones, reglamentos, etc., al interior de las organizaciones.
• Actas de informaciones anuales. Acopian la información que debe brin-
dar cada área o nivel jerárquico de la organización forestal sobre las
actividades realizadas durante una gestión. Dicha información debe
permitir evaluar los resultados alcanzados respecto de los objetivos
planteados inicialmente.
• Socialización de resultados de gestión. Información que se da a conocer
de manera global a todos y cada uno de los socios y empleados de la
organización, quienes a su vez analizan los resultados de la gestión
para la futura toma de decisiones.
• Acceso permanente al sistema financiero. Acceso de los actores foresta-
les al sistema financiero, para contar con el capital necesario para sus
operaciones y actividades productivas en general.
• Disponibilidad de personal capacitado. Recursos humanos técnicos y
profesionales de los que dispone la organización forestal.

164 La política forestal en la Amazonía andina


• Capacitación en negociación y desarrollo organizacional. Mecanismos
de transmisión de conocimientos sobre negociación y desarrollo organi-
zacional, en los niveles técnicos, administrativos y de decisión de las
unidades de producción forestal, a través del apoyo de instituciones
externas o por iniciativa propia.
• Obligaciones impositivas. Deberes fiscales que tienen que cumplir los
actores forestales.

En lo referente a la organización de la producción, los indicadores


identificados son:

• Certificado de saneamiento. El saneamiento es el procedimiento técni-


co-jurídico transitorio destinado a regularizar y perfeccionar el derecho
de propiedad agraria, ejecutado de oficio o a pedido de parte.
• Resolución POAF. Documento legal en el que la Superintendencia Fores-
tal aprueba el POAF y, por ende, el área de aprovechamiento anual.
• Plan General de Manejo Forestal (PGMF). Instrumento de gestión fores-
tal resultante de un proceso de planificación basado en la evaluación de
las características y el potencial forestal del área a utilizarse. Debe estar
debidamente aprobado por la Superintendencia Forestal.
• Inventario forestal. Contiene las estimaciones de las existencias de
madera de un bosque, trata de describir la cantidad y calidad de sus
árboles y otras variables de interés del estudio.
• Plan Operativo Anual Forestal (POAF). Instrumento operativo que se
elabora anualmente y en el que se establecen las actividades de apro-
vechamiento forestal que se ejecutarán en el citado periodo, de acuerdo
con lo establecido en el Plan General de Manejo Forestal (PGMF).
• Censo forestal. Actividad en la cual se ubican, marcan y miden todos los
árboles de las especies comerciales a ser aprovechadas, con diámetro
superior al mínimo de corta establecido.
• Informe Anual del POAF (IAPOAF). Documento que se presenta una vez
al año, luego de la ejecución del POAF aprobado por la Superintenden-
cia Forestal.
• Manual de aprovechamiento. Instrumento que establece el plan de corta
en el bosque, de acuerdo con los datos recabados en el censo comer-
cial. Define, además, las reglas de operación en el bosque.
• Estructura de costos en cada etapa productiva. Manejo de los costos de
insumos, mano de obra, transporte y otros, necesarios para llevar ade-
lante las actividades productivas.
• Disponibilidad de recursos humanos con experiencia en aprovechamien-
to y comercialización. Son personas con las que cuentan las unidades de

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 165


producción forestal, las mismas que adquirieron conocimientos a tra-
vés del tiempo y por medio de la experiencia en áreas de aprovecha-
miento y en comercialización de madera los ámbitos local, nacional e
internacional.
• Supervisión de aprovechamiento. Fase de observación de las activida-
des en todas las etapas y procesos de extracción de recursos forestales,
con el objetivo de vigilar el cumplimiento de las normas establecidas.
• Disponibilidad de maquinaria y equipo . Existencia física de elementos
necesarios con algún grado de aplicación tecnológica, que intervienen
en los procesos de aprovechamiento o transformación de los recursos
forestales y que son de propiedad de los agentes forestales.
• Contratación de servicios de corte, arrastre y transporte (socios) . Hace
referencia a la contratación de servicios para actividades de corte,
arrastre y extracción entre los propios socios o involucrados directos en
el proceso de extracción o aprovechamiento de recursos forestales,
debido a la necesidad generada por la inexistencia de maquinaria y
equipo de propiedad de los agentes forestales.
• Contratación de servicios de aserradero (socios). Hace referencia a la
contratación de servicios para actividades de aserrío entre los propios
socios o involucrados directos en el proceso de transformación de
recursos forestales, debido a la necesidad generada por la inexistencia
de maquinaria y equipo para este tipo de actividades.
• Transformación y valor agregado. Está referido al valor incremental que
se aplica a los productos forestales primarios a través de los procesos de
transformación.
• Carpetas de comercialización. Instrumento que contiene especificacio-
nes de productos, precios, cartera de clientes, etc., que facilitan las
gestiones comerciales a las unidades productivas forestales.
• Contratos claros de compra-venta. Documentos formales de carácter
transaccional en los que quedan establecidas las condiciones, formas
de pago, garantías, etc. entre las partes (comprador y vendedor).
• Información de especies y precios referenciales. Datos de los cuales
disponen los operadores forestales sobre las especies de madera posi-
bles de identificar en un área boscosa, así como valor comercial de éstas
a través de la comparación de precios referenciales establecidos en los
mercados locales.
• Identificación y contratos permanentes con proveedores de servicios.
Hace referencia a la identificación de proveedores de servicios en corte,
arrastre, transporte y aserrío al interior de sus comunidades o zonas de
trabajo, y a la aplicación formal de contratos con los operadores de
servicios identificados.

166 La política forestal en la Amazonía andina


• Disponibilidad de recursos financieros y capital de operaciones. Capaci-
dad financiera con la que cuentan las unidades forestales, por operacio-
nes de aprovechamiento, transformación o comercialización de recursos
forestales.
• Certificación forestal voluntaria. Instrumento para verificar que el manejo
forestal cumple con estándares de desempeño aceptados internacio-
nalmente. Involucra dos aspectos: evaluación de manejo forestal e
inspección de cadena de custodia.
• Pago de patente de aprovechamiento forestal. Está referida al derecho
que deben pagar los operadores forestales por la utilización de los
recursos forestales de propiedad del Estado.

7.2. Valoración de los indicadores

Una vez identificados los indicadores óptimos, 16 para desarrollo organizacio-


nal y 23 para organización de la producción, la valorización de cada indicador
según actor forestal está dada por una calificación binaria (0, -1) a cada
indicador, establecida en la metodología. Por tanto, los grados de avance en
DO y OP se medirán dependiendo de los:

grados de avance del desarrollo organizacional = 16 + p


grados de avance de la organización de la producción = 23 + q

Donde 'p' y 'q' son el total de indicadores cumplidos efectivamente, es decir,


disponibles en la unidad productiva forestal analizada.
A cada actor se le asigna un valor de manera individual. Los resultados
(véase el anexo II) muestran claramente en qué medida los marcos normativos
vigentes e institucionales han permitido que las organizaciones forestales,
tradicionales y nuevas, incorporen el manejo forestal como base de su rediseño
productivo, y cómo las variables condicionantes e independientes afectan el
desempeño de estas organizaciones en cuanto a su DO y OP.

7.3. Bases para la variabilización

MF = ∫ {[DO, OP] * [FC, DC]} * MLeI

Las variables definitorias, al contemplar aspectos relacionados con las variables


condicionantes (financiamiento y desarrollo de capacidades) y con las variables

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 167


independientes (marco legal e institucional), expresan la medida en que las
organizaciones forestales nuevas y tradicionales han incorporado en sus respecti-
vos procesos productivos el manejo forestal como base de su rediseño productivo.
En este sentido, la valorización de los indicadores tanto en DO como en
OP de cada operador forestal, así como su correspondiente posicionamiento
en la matriz de competitividad, muestra el grado de avance en cuanto al
manejo forestal, dadas las condiciones de mercado existentes desde 1997.
En ese contexto, la matriz de competitividad (véase el gráfico 39) nos permite
verificar la hipótesis propuesta a partir de un análisis dinámico, el mismo que
se divide en tres partes:

• Posición actual. Referida a valorizar y evaluar en qué medida los actores


forestales están incorporando el manejo forestal, dadas las condiciones de
mercado brindadas por los nuevos marcos normativos e institucionales.
• Posición futura (proyección). Está basada en la definición de las posibles
traslaciones de los agentes forestales a partir de los avances que reali-
cen en DO y OP.
• Tendencia general. Los componentes del análisis previo: posición ac-
tual y futura, permiten establecer la tendencia que podría seguir la
variable resultante; es decir, las condiciones de mercado necesarias en
la organización de actores tradicionales y nuevos que incorporan el
manejo forestal como base de sus procesos productivos.

Por tanto, los criterios y supuestos generales que guían el análisis diná-
mico son:

Criterios

• Aquellas organizaciones forestales que se encuentren más lejos del


origen, es decir que presentan un gran avance tanto en desarrollo
organizacional como en organización de la producción, han incorpora-
do en sus respectivos procesos productivos el manejo forestal como
base de su rediseño productivo, por lo que estarán en mejores condicio-
nes de acceder y permanecer en los mercados.
• Aquellas organizaciones forestales que se encuentren más cerca del
origen se caracterizan por tener bajos niveles de DO y OP; por tanto, la
incorporación del manejo forestal en sus respectivos procesos produc-
tivos no está consolidada y su rediseño productivo está en riesgo.
Además, sus posibilidades de acceso y permanencia en mercados es
incipiente o nula.

168 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 39
Matriz de competitividad forestal

Supuestos generales

• El objetivo de cualquier operador forestal es encontrarse en 3C. Deberán


atravesar por escenarios intermedios para poder alcanzar grados "altos"
de DO y OP (vector verde), considerando las condiciones complejas que
cada actor presenta, analizadas a lo largo de los capítulos precedentes.
• La traslación de una organización forestal de un nivel bajo a un nivel
medio o alto en desarrollo organizacional (vector azul) es considerada
como ineficiente, puesto que el destinar recursos humanos, económicos
y financieros en DO sin avanzar antes o simultáneamente en OP, no
representará ni la incorporación/fortalecimiento del manejo forestal al
interior de sus procesos productivos, ni tampoco cambios sustantivos de
su presencia en los mercados.
• Para que las organizaciones forestales se muevan de un cuadrante a
otro de manera competitiva, éstas tendrán que avanzar en no más de
una unidad en DO por cada dos en OP (vector rojo). De lo contrario, se
estaría destinando más recursos a DO que a OP, lo que demostraría una
racionalidad contraria a la del manejo forestal como base del rediseño
productivo de los agentes forestales.

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 169


7.4. Posicionamiento actual y proyecciones por actor

7.4.1. Tierras Comunitarias de Origen (véase el gráfico 40)

Posición actual

• El hecho de que las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) mantengan


una visión más organizacional que productiva no es casual, puesto que
están organizadas bajo lógicas sociales y gremiales y no incorporan las
lógicas empresariales y de mercado. Por ello se registran comportamien-
tos ineficientes en cuanto a la incorporación del manejo forestal en sus
procesos productivos; nos referimos a las TCO de los cuadrantes 1A y 1B.
• Destacan las TCO del cuadrante 2B (Lomerío, Yuquis y Bajo Paraguá),
puesto que denotan que, además de mantener sus lógicas sociales y
gremiales, han incorporado en parte las empresariales y de mercado. Estas
TCO al presente están mejor posicionadas que las demás; sin embargo, se
ubican en las partes más débiles del cuadrante "DO medio" - "OP medio".
• Las TCO del cuadrante 2A están mejor situadas que las del cuadrante
1B, puesto que han desarrollado una base de competitividad relativa-
mente más estable que las situadas en 1B.
• Las TCO del cuadrante 1A son las que cuentan con menos condiciones
que las demás en términos del manejo forestal y de su incorporación y
permanencia en los mercados.

Proyección

• Las TCO que se ubican con relativa eficiencia en el presente –cuadrante


2B– tendrían que priorizar en el corto plazo la asignación de mayores
recursos a la organización de la producción para así potenciar su des-
plazamiento a lo largo de dicho vector, para luego tener oportunidades
de proyectarse a 3C, de acuerdo con la secuencia de acumulación de
capacidades organizacionales y productivas. Estas organizaciones ten-
drian que proponerse como paso inicial alcanzar 3B y después conti-
nuar hacia 3C. El paso hacia 2C se consideraría como un desempeño
ineficiente, puesto que se estaría avanzando en más unidades organi-
zativas que productivas.
• Las TCO del cuadrante 2A están mejor situadas que las del cuadrante 1B,
puesto que con pocos esfuerzos organizativos estarían en 2B. Si avanzaran
simultáneamente de acuerdo con el tercer supuesto general, entonces po-
drían, en un corto plazo, situarse en la parte más ventajosa del cuadrante 2B.

170 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 40
Posicionamiento competitivo de las TCO
competitivo

• Se podría decir que las TCO del cuadrante 1A tienen todas las posibili-
dades de avanzar hacia 3C, pero en el mercado hay otros competidores;
por tanto, estas organizaciones requieren tomar decisiones que les
permitan avanzar consolidando su estructura productiva, evitando así
asignaciones superfluas o salir del escenario de la competitividad fores-
tal. Ahora: no es lo mismo estar en la situación de El Chontal que en la de
Tacana Apiat; obviamente, por su posición, la última tiene mayores
posibilidades y perspectivas que la primera.

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 171


7.4.2. Agrupaciones Sociales del Lugar (veáse el Gráfico 41)

Posición actual

• Las Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL) se caracterizan por haber


desarrollado hasta el presente mayores capacidades en OP frente a DO. En
el gráfico se observa una situación de conjunto opuesta a la que presentan
las TCO, principalmente debido a la poca o ninguna experiencia de las ASL
en "contratos claros de compra-venta", "información de especies y precios
referenciales", "identificación y contratos permanentes con proveedores de
servicios" y "certificación forestal voluntaria".
• Este posicionamiento, que se centra más en el desarrollo de la produc-
ción y deja rezagada la organización, se explica por las particularidades
de las personas que componen las ASL, tomando en cuenta que éstas
son organizaciones en las que sus miembros buscan negocios y bene-
ficios directos e individuales antes que réditos grupales o sociales, como
ocurre con las TCO.
• Los miembros de las ASL tienen un sistema de trabajo e ingresos en el
cual la organización es todavía el complemento de otros ingresos y esfuer-
zos, puesto que cada uno tiene otra actividad dentro del mismo rubro; por
tanto, las prioridades –adoptadas de manera grupal o asociativa– pasan
por producir más sin que importen los esquemas organizativos.
• A partir de los anteriores puntos es posible explicar el desplazamiento
predominante de las ASL en el eje del desarrollo organizacional, cuyas
posiciones denotan grados aceptables de eficiencia en la asignación de
recursos. Por tanto, a pesar de ubicarse mayoritariamente en el estrato
bajo de DO, es posible afirmar que este posicionamiento es más compe-
titivo que si estuvieran más desplazadas hacia el eje de las ordenadas.
• La ventaja del posicionamiento actual de las ASL es que éstas se encuentran
más cerca del supuesto general del modelo de competitividad forestal: "Avan-
zar en no más de una unidad en DO por cada dos en OP como mínimo".
• Dos ASL lideran un acercamiento al cuadrante 2B (Afomasam y Amai-
sam), organizaciones que necesariamente tendrán que avanzar unida-
des de DO para luego plantearse avances más relevantes.
• Las ASL que se ubican en el cuadrante 2A se sitúan en el primer tercio
del cuadrante1, por lo que su posicionamiento es más cercano a 1A que
a los cuadrantes de avanzada (2A y 2B). Esto demuestra que el avance
de estas organizaciones requiere consolidarse.
• Las ASL del cuadrante 1A presentan la tendencia general: están más
cerca del eje de las abscisas que de las ordenadas; por tanto, requieren
definir su estrategia de modo que les permita llegar al cuadrante 2B.

172 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 41
Posicionamiento competitivo de las ASL

Proyección

• La tendencia general de las ASL está orientada a tener una pendiente que
las aproxime al eje de la OP; por ello, es conveniente examinar las opciones
que tendrían para alcanzar en el mediano plazo el cuadrante 3C.
• Las ASL posicionadas en el límite de ingreso a 2B necesariamente
tendrían que avanzar en algunos grados de DO para luego continuar
por la abscisa. Esto quiere decir que para llegar a 3C no es posible
pensar en saltos diagonales (vector verde); por el contrario, será nece-
sario trazar una estrategia que tenga en la gráfica una forma gradiente.
• Las ASL ubicadas en 2A tienen dos opciones: i) avanzar de manera
más consistente hacia 3B a través de 2B; o ii) avanzar al mismo destino,
pero a través de 3A. Las diferencias entre ambas opciones son mayo-
res costos y pérdida de oportunidades. Como vimos, una de las mayo-
res dificultades organizativas de las ASL es el reparto de beneficios y la
toma de decisiones; por tanto, podrían optar por el segundo camino
aunque con grandes riesgos, el principal de los cuales podría ser el

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 173


incumplimiento con compromisos de mercado ocasionado por las difi-
cultades mencionadas, lo que repercutiría en la pérdida de oportunida-
des. La primera opción es más segura, aunque evidentemente más
costosa.
• Para las ASL situadas en el cuadrante 1A las perspectivas son mejores
que para las TCO situadas en el mismo cuadrante, debido a: i) la
concentración de una cantidad importante de unidades productivas con
la posibilidad de establecer alianzas estratégicas para producir bajo
manejo, organizarse y avanzar en su posicionamiento en el mercado
forestal; y ii) las tendencias de las demás ASL son similares (no regis-
tran la dispersión que presentan las TCO), por lo cual las ASL de los
cuadrantes 2A y 2B pueden arrastrar consigo a las ubicadas en el
cuadrante 1A.

7.4.3. Concesionarios (véase el gráfico 42)

Posición actual

• La realidad de los concesionarios es de vanguardia frente a la de los


otros actores. Tres están situados en el cuadrante 3C, lo que implica que
han aprovechado los marcos normativos e institucionales vigentes des-
de 1997 y las condiciones de mercado derivadas de éstos, pero al
mismo tiempo han incorporado el manejo forestal como base fundamen-
tal de su rediseño productivo, puesto que son los mismos actores que
operaban en el modelo forestal del pasado.
• Los grados de aplicación de OP y DO se expresan en los niveles de
certificación alcanzados por CIMAL (Grupo Rodas), La Chonta e Impa
Parket, bajo los criterios del FSC (Forest Stewardship Council); por tanto,
es evidente que las unidades económicas forestales posicionadas en
este cuadrante están más cerca de las oportunidades de acceso a
mercados para productos tradicionales y alternativos.
• La concesiones ubicadas en 2B y 3B confirman que éstas han priorizado
OP frente a DO, puesto que en su tránsito hacia 3C difícilmente pasarán
por 2C. En este caso, es posible que estas empresas efectúen el paso
diagonal (vector verde) debido a la proximidad de las intersecciones de
los cuadrantes en las que se encuentran.

1 Si imaginariamente dividimos cada cuadrante en tercios, ya sean verticales u horizontales, veremos


que las posiciones presentes de los actores se aproximan, a través de los tercios extremos, a
cuadrantes pasados a los cuales podrían retornar con facilidad.

174 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 42
Posicionamiento competitivo de los concesionarios

• Es de destacar que las posiciones actuales de las concesiones foresta-


les se registran a pesar de problemas gravitantes, como el acceso a
financiamiento e infraestructura deficiente, entre otros.

Proyección

• Las proyecciones de las concesiones forestales generan expectativas


favorables, toda vez que a partir de mayo del 2003 se han registrado
modificaciones importantes a la patente forestal, habiéndose liberado
con ello presiones financieras que estaban ahogando a los concesiona-
rios. Estas modificaciones implican la posibilidad de ampliación de los
capitales de operaciones de las empresas, puesto que en la matriz de
posicionamiento algunas variables que fueron registradas como no
disponibles (-1), debido a la falta de este capital, podrían incorporarse
como disponibles.
• Las concesiones ubicadas en el cuadrante 3C podrían pasar a un
estadio superior de competitividad forestal, ampliando así el horizonte
del manejo forestal en los mercados globales. Para ello, estas concesio-

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 175


nes tendrían como próximo desafío ingresar y mantenerse en nuevos
mercados con productos de madera certificada.
• Lo anterior podría generar deficiencias en la provisión de materias
primas producidas por los propios concesionarios, por lo cual se podría
establecer la posibilidad de instituir alianzas estratégicas entre estos
concesionarios y las ASL y TCO ubicadas en el cuadrante 2B, con el
propósito de que la producción de éstas complemente las deficiencias
de las concesiones mejor posicionadas.
• Las concesiones situadas en los cuadrantes 2B y 3B podrían estructurar
escenarios referidos a: i) competir con las concesiones de 3C en los
mercados de productos certificados; ii) articular alianzas con ASL y TCO
para avanzar directamente hacia 3C; o iii) simplemente situarse en 3C
mejorando los parámetros de su DO y OP.

7.5. Tendencias (véase el gráfico 43)

Las tendencias del sector en su conjunto podrían explicarse como:

• Las Tierras Comunitarias de Origen han desarrollado mayores capaci-


dades organizacionales que productivas, lo que se refleja en que 65%
de estas organizaciones se encuentran por encima y a la izquierda de la
línea de tendencia. También es notorio el hecho de que las que confor-
man el restante 35% presentan escasos niveles de ambos componen-
tes, DO y OP, como para ser competitivas. Por tanto, estos actores aún no
han incorporado suficientemente el manejo forestal como para redise-
ñar sus estructuras productivas.
• Las Agrupaciones Sociales del Lugar se encuentran en su totalidad por
debajo de la línea de tendencia y a la derecha, lo que demuestra que
han desarrollado en mayores proporciones su producción en compara-
ción con sus capacidades organizacionales, lo que, en el corto plazo,
podría ampliar sus posibilidades de aprovechar las condiciones de
mercado existentes y profundizar la aplicación del manejo forestal en la
perspectiva de diseñar su perfil productivo, todo ello en el marco de la
sostenibilidad económica, social y ambiental.
• Las empresas concesionarias tienen importantes avances en las varia-
bles DO y OP, lo que demuestra que desde 1997 han aprovechado
adecuadamente los marcos normativos e institucionales y las condicio-
nes de mercado, habiendo incorporado, asimismo, el manejo forestal
como base fundamental de su rediseño productivo, llegando incluso a
certificar niveles por demás interesantes.

176 La política forestal en la Amazonía andina


Gráfico 43
Tendencias en DO y OP según actor

Bolivia. Variabilización del manejo forestal 177


178 La política forestal en la Amazonía andina
VIII. CONCLUSIONES

8.1. Marco legal e institucional

El régimen forestal de la nación aplicado a partir de 1997 establece las bases del
posicionamiento del sector forestal como un sector productivo de la economía
boliviana, dado el carácter de sostenibilidad que le otorgan el funcionamiento
orgánico e independiente de la institucionalidad, la democratización del acceso
a los recursos del bosque de los actores tradicionales y nuevos, la legalización
y formalización de éstos, así como también la aplicación de instrumentos técnicos
para el aprovechamiento del bosque. Por su parte, las instituciones públicas
responsables del sector, en los ámbitos nacional y municipal –unas en mayor
medida que otras– han empezado a ejercer sus atribuciones establecidas en
las normas, generando con ello condiciones legales e institucionales favora-
bles para el ingreso del sector en la agenda económico-productiva de las
políticas públicas. La Superintendencia Forestal se ha constituido en la institu-
ción eje del régimen, dado su carácter independiente y coadyuvante al desa-
rrollo de las actividades productivas forestales, y como punto de referencia
técnico para los actores económicos del modelo.
La descentralización de la gestión del ámbito nacional hacia las instancias
departamentales es una tarea pendiente. A pesar de percibir recursos deriva-
dos del pago de patentes, las prefecturas aún no se han incorporado al funcio-
namiento del régimen mediante la generación de prestaciones que prevé el
marco legal, el mismo que se ha desarrollado de manera desigual para el rubro
no maderable en comparación con el desarrollo del sector maderable, en tanto
aún no se cuenta con políticas, normas técnicas ni condiciones objetivas que
permitan desarrollar este potencial.
Otra asignatura pendiente del régimen vigente es la incorporación integral
de los bosques interandinos en sus estructuras de funcionamiento. Si bien
hasta el momento sólo han sido tomados en cuenta los bosques de las tierras
bajas, es conveniente señalar la urgencia de incorporar el potencial forestal de
tierras altas en las dinámicas de aprovechamiento ya desarrolladas. Para ello,

Bolivia. Conclusiones 179


la normativa y el marco institucional vigentes tendrían que rediseñar el acceso
y la tenencia de bosques y tierras forestales en altura, en la perspectiva de
promover iniciativas productivas forestales privadas y comunitarias. En este
sentido, el régimen en funcionamiento requiere adoptar un carácter integral,
puesto que hasta el momento ha desarrollado únicamente la fase del aprove-
chamiento. Queda pendiente la incorporación del desarrollo industrial y de
mercados, así como la profundización de la investigación aplicada.

8.2. Desarrollo de capacidades

El desarrollo de la capacidad de los recursos humanos registrado en cada


grupo analizado ha sido y continúa siendo uno de los pilares de la reconstruc-
ción del sector. Sin embargo, se recoge la necesidad de contar con procesos de
capacitación permanente, especialmente en lo referido al manejo y la transfor-
mación, para superar los eslabones débiles del proceso.
Las demandas de desarrollo de capacidades de manejo y transformación
se refieren principalmente a las técnicas de corta por especies, al monitoreo de
existencia de especies en pie, a las técnicas de aserrío, y al uso y la aplicación
de estándares en todas las etapas de manejo y trasformación, entre otras. En
cuanto a comercialización y negociación, las dificultades que presentan los
actores son la falta de personal con experiencia en el área, la baja capacidad
técnica e institucional de negociación, la discontinuidad de la información
sobre el funcionamiento de los mercados (especialmente sobre especies y
precios), la precariedad de los canales de comunicación entre los ámbitos de
aprovechamiento y comercialización, y el incipiente o nulo desarrollo de instru-
mentos de gestión comercial y financiera. Éstas constituyen demandas que
podrían atenderse si se subsanan las dificultades antes mencionadas.

8.3. Financiamiento

El sector ha contado hasta el momento con dos importantes fuentes de financia-


miento: recursos de cooperación externa y recursos de los actores económicos
por concepto de pago de patentes. Ambos tipos de recursos han estado y aún
están dirigidos a la consolidación de las instituciones públicas del sector. Sin
embargo, estas contribuciones no han sido suficientes en términos de garanti-
zar la sostenibilidad del funcionamiento de dichas instituciones, puesto que los
primeros son temporales y los segundos conllevan las variaciones del merca-
do. En tal sentido, se requiere iniciar un proceso de involucramiento fiscal en el
financiamiento del modelo, para garantizar la sostenibilidad de las instituciones

180 La política forestal en la Amazonía andina


y la neutralidad en la aplicación de las normas. Es muy probable que al principio
esta participación del Estado sea reducida, pero en el mediano plazo debería
propender a garantizar el funcionamiento mínimo necesario de las instituciones
públicas del régimen. De manera paralela, la inversión pública que demanda el
sector tendría que focalizarse en la dotación y el mejoramiento de infraestructu-
ra, de tal manera que los procesos de transporte y comercialización dejasen de
ser estacionales en función de la posibilidad de usar los caminos debido a
factores climáticos.
Un segmento prioritario del proceso productivo forestal que requiere ser
atendido con políticas y acciones de financiamiento es el desempeño financie-
ro-operativo de los actores. Ahora bien: en cualquier sector productivo este
requerimiento normalmente es satisfecho en función de la capacidad de apa-
lancamiento de cada inversionista, es decir que, de acuerdo con los activos que
éste posea y que estén involucrados en la producción, el mercado financiero le
proveerá determinado financiamiento.
En el caso del sector forestal boliviano, el bosque y las tierras forestales no
son considerados un activo: por precepto constitucional son propiedad del
Estado, razón por la cual son otorgados tan sólo como concesiones de largo
plazo. Esta situación de inexistencia de un mercado de tierras determina que
los emprendimientos productivos forestales estén estructuralmente desconec-
tados del circuito financiero. En consecuencia, el Estado es parte de la resolu-
ción de esta ecuación, lo que lo hace corresponsable de las inversiones
destinadas al aprovechamiento productivo de un factor de producción que se
encuentra bajo su propiedad. En este sentido, el Estado, cuando menos,
tendría que considerar el establecimiento de una instancia de financiamiento
forestal en términos de fomento, con el propósito de intermediar recursos de
inversión dirigidos a subsanar la falta de capital de operaciones en el mercado
financiero corriente para tales proyectos.

8.4. Competitividad forestal

La competitividad y la productividad forestales están en proceso de construc-


ción. Sin embargo, en los últimos años se han identificado y superado debilida-
des que antes de 1997 ni siquiera se conocían. En este sentido, se requiere del
concurso mancomunado del Estado, de los programas de cooperación y de los
actores para precisar aún más las potencialidades productivas y comerciales
de especies alternativas que hoy tienen escaso o nulo potencial comercial, con
la premisa de ampliar el efecto sustitución logrado por el sector combinado con
el efecto escala, de tal forma que los tomadores de decisiones –privados y
comunitarios– adopten determinaciones basadas en información técnica y de

Bolivia. Conclusiones 181


mercado, en procura de ampliar y diversificar su oferta, así como sus opciones
de mercado.
Las debilidades de la productividad y la competitividad forestales que presen-
ta el sector se originan en las deficiencias de dos componentes: organización de
la producción y desarrollo organizacional. Destacan principalmente los altos
costos unitarios de producción y organización, así como el bajo aprovechamiento
de materia prima por unidad extraída del bosque. Para dinamizar la productividad
y la competitividad forestales urge reducir los niveles de incertidumbre y riesgo
asociados a las inversiones presentes y futuras, para asegurar las actividades
productivas que se desarrollan en las áreas de manejo y evitar así posibles
confrontaciones entre los actores del sector (concesionarios tradicionales o
nuevos, propietarios, indígenas o campesinos) y los invasores que últimamente
han proliferado y demandan derechos de propiedad sobre tierras forestales.
Las capacidades productivas y competitivas del sector tienen que ser
visualizadas en función de las particularidades de cada actor. Las Tierras
Comunitarias de Origen involucradas en el manejo forestal, por ejemplo, están
generando lecciones referidas a la construcción y organización de la empresa
comunitaria forestal, que pueden ser contrastadas con las visiones estricta-
mente académicas. Este proceso de continuo aprendizaje, desplegado en este
caso por las organizaciones indígenas, muestra la viabilidad de articular
estructuras, visiones, y aspectos culturales y políticos particulares, con lógicas
e instrumentos de mercado. Sin embargo, es necesario precisar que esta
articulación no es general ni casual. Las TCO están articulando las instancias
de ejecución de su plan de manejo con las de decisión de la comunidad; y
están estableciendo, además, sistemas de distribución de beneficios directos
e indirectos, así como fondos de reserva y estructuras modelo de costos,
generándose así un impacto mayor: la ampliación de los márgenes de credibi-
lidad y la confianza de los miembros de la comunidad respecto del manejo, sus
instrumentos, normas e instituciones.
Las TCO, no obstante lo anotado, aún presentan debilidades en cuanto a la
incorporación de lógicas empresariales, sin las cuales difícilmente podrán
responder a las demandas de funcionamiento de los mercados y la conexión
con éstos. Tal debilidad se refleja en los bajos niveles de organización de la
producción observados entre estos actores. Asimismo, se debe tener en consi-
deración que, como parte de los avances agregados del modelo, los actores
tienen que especializarse a futuro en alguna de las fases de la cadena produc-
tiva, aunque manteniendo estructuras de vinculación permanente entre los
diversos actores. Las ASL y las TCO podrían especializarse como proveedores
de materia prima manejada bajo criterios técnicos de calidad y escala.
Respecto de las Agrupaciones Sociales del Lugar, estas organizaciones
requieren consolidar su presencia en el modelo, puesto que en muchos casos

182 La política forestal en la Amazonía andina


están enfrentando conflictos y divisiones internas debido a la demora en la
generación de ingresos permanentes y a la falta de incentivos para continuar
contribuyendo con el manejo y funcionamiento de la respectiva ASL (estructu-
ras legales e institucionales destinadas a atender los requerimientos de
funcionamiento y procedimientos para orientar la consolidación organizacio-
nal de las agrupaciones).
Las destrezas organizativas de las ASL son débiles a causa de la naturaleza
y el origen de sus miembros, que expresan parámetros culturales, organizati-
vos, sociales y políticos diversos, por lo cual las estructuras establecidas son,
cuando menos, poco participativas y desarticuladas entre sí. A pesar de tales
contingencias, las ASL presentan mejores condiciones de organización de su
producción, pues cuentan con un posicionamiento ventajoso y se ubican más
cerca del supuesto general del modelo de competitividad forestal: "Avanzar en
no más de una unidad en DO por cada dos en OP como mínimo". De esto podría
concluirse que son actores más eficientes y con tendencia a consolidarse.
Las ASL muestran mejores perspectivas que las TCO debido a: i) la concen-
tración de una cantidad importante de unidades productivas, que tienen la
posibilidad de establecer alianzas estratégicas para producir bajo manejo,
organizarse y avanzar en su posicionamiento en el mercado forestal; y ii) las
tendencias de las ASL son similares; es decir, no registran la dispersión que
presentan las TCO. Por otra parte, la mayoría de los concesionarios se vieron
en la necesidad de adecuar sus estructuras organizativas al marco jurídico y a
los instrumentos de manejo forestal. Por otra parte, la mayoría de los concesio-
narios se vieron en la necesidad de adecuar sus estructuras organizativas al
marco jurídico y a los instrumentos de manejo forestal. Sin embargo, estos
últimos, a pesar de ser los más dinámicos en cuanto al desarrollo organizacio-
nal, aún no han cambiado de estatus empresarial: un alto porcentaje continúan
siendo sociedades de responsabilidad limitada (SRL), lo cual significa, para
ellos, una serie de restricciones en la perspectiva de ampliar sus capacidades
de articulación a mercados, inversiones y otra serie de oportunidades.
Las capacidades organizativas alcanzadas por los concesionarios represen-
tan para el sector una ventaja en cuanto son un referente para establecer las
metas de los otros dos actores. Asimismo, porque constituyen una plataforma
para que éstos avancen hacia la constitución de empresas medianas y grandes.
La posición de los concesionarios es de vanguardia frente a los otros
actores, puesto que han incorporado el manejo forestal como base fundamen-
tal de su rediseño productivo. Los actuales concesionarios son los mismos
actores que operaban en el modelo forestal del pasado; por ello, cabe destacar
que las posiciones actuales de las concesiones forestales se registran a pesar
de que tienen problemas gravitantes como el débil acceso a financiamiento y
una infraestructura deficiente. En ese contexto, las proyecciones de las conce-

Bolivia. Conclusiones 183


siones forestales también crean expectativas, toda vez que en los últimos
meses se han registrado modificaciones importantes a la patente forestal,
habiéndose liberado presiones financieras que estaban ahogando a los conce-
sionarios. Estas modificaciones implican la disponibilidad de capital de opera-
ciones en las empresas, puesto que en la matriz de posicionamiento algunas
variables registradas como no disponibles (-1), debido a la falta de este capital,
en el corto plazo podrían incorporarse como disponibles.
A pesar de lo anotado sobre cada actor –y desde una perspectiva más global–,
se observa que el sector carece de una estructura social productiva capaz de
compactar los eslabones más críticos de la cadena de producción forestal, en
procura de elevar la productividad de una manera sostenida. Un síntoma de dicha
carencia es la escasa consideración de los actores abocados al manejo forestal
a la primera transformación sobre el mercado interno de bienes intermedios y
finales de maderas. La mayor parte de ellos tienen en su imaginario la visión de
estar próximos a protagonizar un "salto de garrocha forestal" que los hará pasar
de su actual situación a la de exportadores en gran escala.
Un escenario posible para modificar este panorama consistiría en aprovechar
las condiciones que presentan los actores analizados, especializándolos en
productos intermedios y servicios para la producción forestal, de acuerdo con las
características de escala y composición de sus respectivas capacidades de
producción. Se priorizaría la primera transformación y, dentro de ésta, el desarro-
llo y la ampliación de técnicas de aserrío de una canasta de maderas compuesta
por especies preciosas y alternativas, bajo la condición de convertir las ASL y las
TCO en pequeñas y medianas industrias forestales (PyMEF) capaces de proveer
a los productores de la segunda transformación materia prima aserrada bajo
criterios de mejor calidad, oportunidad y precios competitivos.
Los posibles impactos de impulsar este escenario tendrían significados prác-
ticos, puesto que el fortalecimiento de un segmento técnico, de uno de los
eslabones de la cadena de producción a través de la formación de PyMEF, estaría
contribuyendo al incremento de la productividad maderera, minimizando los
impactos de informalidad que produce mantener el mercado interno alejado de
las expectativas de los productores y estructurando el tejido social productivo
forestal, como condiciones sine qua non para mejorar la competitividad del sector.

8.5. Información

La Superintendencia Forestal posee valiosa información técnica derivada de


la aplicación de los instrumentos de manejo por parte de los actores. Esta
información –así como su análisis– requiere ser procesada y puesta a dispo-
sición de los tomadores de decisiones, en tanto los avances derivados de la

184 La política forestal en la Amazonía andina


puesta en vigencia de instrumentos de gestión forestal requieren ser ajusta-
dos y mejorados.
Las cuentas nacionales todavía registran al sector forestal como un compo-
nente del sector denominado "agrícola, ganadero y pesca". Dentro del proceso
de consolidación del sector forestal como productivo, es necesario avanzar en
la medición independiente del comportamiento macroeconómico del sector; de
lo contrario, se continuarán utilizando variables proxi que encierran distorsiones
que urge disipar.
La productividad y competitividad forestales han encontrado en la certifica-
ción la meta hacia la cual están orientados la mayoría de los esfuerzos. Las
normas técnicas del Estado boliviano son parte de las exigencias del proceso
de certificación, y las expectativas de los actores están condicionadas por ser
parte de dicho proceso; sin embargo, el mercado aún no está premiando los
productos certificados tal como correspondería.

8.6. Factores estructurales

Mientras el régimen de propiedad de la tierra mantenga su estructura actual,


éste seguirá siendo el mayor obstáculo para la aplicación del manejo forestal
sostenible, puesto que la división de la propiedad del aprovechamiento conti-
nuará generando inseguridad. En este sentido, se trata de avanzar hacia la
creación del mercado de tierras, instancia en la cual las responsabilidades
derivadas de la propiedad deberían coincidir y estar indisolublemente ligadas a
las responsabilidades propias del aprovechamiento. Ésta es una de las mayo-
res lecciones del sector forestal en la materia, puesto que está quedando
demostrado que una de las formas más efectivas de garantizar la seguridad
jurídica en este rubro es, precisamente, el manejo forestal.

8.7. Perspectivas

Lo hasta aquí expuesto nos permite afirmar que el conjunto de políticas públi-
cas expresadas en la Ley Forestal 1700 y otros instrumentos legales y arreglos
institucionales analizados en el presente trabajo han facilitado el tránsito del
sector forestal boliviano de una estructura enteramente extractivista hacia un
modelo de manejo forestal como plataforma para la construcción de un sector
productivo sostenible.
El nuevo régimen forestal y de tenencia de la tierra no ha eliminado del todo
las fallas estructurales en el acceso al uso de los recursos forestales; aunque,
es cierto, ha democratizado dicho acceso.

Bolivia. Conclusiones 185


Las características de comando y control del viejo régimen han sido supera-
das en gran medida con los instrumentos que definen el nuevo régimen, muchos
de ellos caracterizados por corresponder a lógicas de mercado (funcionamiento
de la regulación), al régimen de incentivos contextuales vigentes, a la indepen-
dencia de la institucionalidad y a la existencia de una demanda externa dinámica.
El instrumental de las políticas forestales utilizado hasta el presente corres-
pondió a pocos tipos de bosque respecto de las tipologías existentes en el país,
motivo por el cual se considera al modelo en una fase de construcción de su
carácter integral, que debe incluir el manejo en el bosque, la industria, los
mercados y la prospectiva tecnológica. No obstante, es posible afirmar que los
marcos normativos e institucionales vigentes en el ámbito forestal han genera-
do, en la organización de los actores tradicionales y nuevos, las condiciones de
mercado necesarias para posibilitar la incorporación del manejo forestal como
base fundamental de su rediseño productivo. Por tanto, se puede decir que el
sector forestal está transitando hacia la segunda generación de su desarrollo.
Respecto del proceso de desarrollo citado, la primera etapa podría ser
caracterizada desde la puesta en vigencia de los marcos normativos e institu-
cionales (1997) hasta la concreción de un millón de hectáreas certificadas
(2002). La segunda, desde el hito citado hasta la conformación del tejido social
productivo forestal expresado en alrededor de mil PyMEF y la inclusión del
mercado interno forestal en la cadena productiva maderera. La tercera genera-
ción abarcaría desde dichas referencias hasta alcanzar los mil millones de
dólares en exportaciones. Finalmente, la cuarta, desde este último hasta consa-
grar a Bolivia como país eminentemente forestal.

186 La política forestal en la Amazonía andina


LISTA DE ENTREVISTADOS

Arturo Bowles, gerente general, Cámara Forestal de Bolivia.


Arturo Moscoso, asesor en desarrollo institucional, Superintendencia Forestal.
Baltasar Urayuarey, responsable de comercialización, Empresa Comunitaria Salvatierra.
Daniel Cutty, responsable de comercialización, Empresa comunitaria Cururú.
Fernando Mustafá, gerente general, Empresa Pontons.
Francisco Kempff, superintendente forestal, Superintendencia Forestal.
Gerd Resnikosy, gerente general, Centro Amazónico de Desarrollo Forestal.
Henry Moreno, director ejecutivo, Certificación Forestal Voluntaria.
Hugo Frank, Unidad de Forestería Comunitaria, Proyecto Bolivia Forestal (BOLFOR).
Jaime Gonzales, asesor en recursos naturales y medio ambiente, Confederación Indíge-
na del Oriente Boliviano (CIDOB).
José Eduardo Paz, gerente general, Empresa San Pedro.
Larry Hesler, gerente general, Compañía Industrial Maderera (CIMAL).
Lars Gunnar, Proyecto PRINS, Superintendencia Forestal.
Marianela Curi, viceministra de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Ministerio de
Desarrollo Sostenible.
Mario García, apoyo técnico TCO Guarayos, Proyecto BOLFOR.
Moira Paz Estensoro, ministra de Desarrollo Sostenible, Ministerio de Desarrollo Sostenible.
Pablo Antelo, gerente general, Empresa Maderera La Chonta.
Preston Patie, director, Proyecto BOLFOR.
Raúl Lobo, Unidad de Forestería Comunitaria, Proyecto BOLFOR.
René Fong, gerente general, Asociación de Productores de Goma y Almendra (ASPROGOAL).

Bolivia. Lista de entrevistados 187


188 La política forestal en la Amazonía andina
ABREVIATURAS UTILIZADAS

AAA Área anual de aprovechamiento


ACIA Asociación Chiquitana de la Pequeña Industria y Artesanía
AFP Administradora de fondos de pensiones
AFOMASAM Asociación Forestal de Madereros San Miguel
ALADI Asociación Latinoamericana de Integración
AMAISAM Asociación de Madereros Agroindustriales San Miguel
ASL Agrupaciones Sociales del Lugar
BOLFOR Proyecto Bolivia Forestal
CADEFOR Centro Amazónico de Desarrollo Forestal
CAF Corporación Andina de Fomento
CAN Comunidad Andina de Naciones
CEADES Colectivo para Estudios Aplicados al Desarrollo Social
CEBEM Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios
CFB Cámara Forestal de Bolivia
CIES Consorcio de Investigación Económica y Social (Perú)
CIPCA Centro de Investigación y Promoción del Campesinado
CFV Certificación Forestal Voluntaria
CNSP Crédito Neto al Sector Público
DAP Diámetro a la altura del pecho
DC Desarrollo de capacidades
DO Desarrollo organizacional
DOP Desarrollo organizacional - Organización de la producción
FC Financiamiento y crédito
FCS Forest Stewarship Council
FMI Fondo Monetario Internacional
FONABOSQUE Fondo Nacional de Desarrollo Forestal
GLOBAL - CDS Global - Consultores en Desarrollo Sostenible
IAPOAF Informe Anual del Plan Operativo Anual Forestal
IDH Índice de desarrollo humano
INE Instituto Nacional de Estadística
INRA Instituto Nacional de Reforma Agraria
MAGDR Ministerio de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural
MDS Ministerio de Desarrollo Sostenible
MERCOSUR Mercado Común del Sur
MF Manejo forestal
MFS Manejo forestal sostenible

Bolivia. Abreviaturas 189


MLeI Marco legal e institucional
OP Organización de la producción
PAC Programa Andino de Competitividad
PGMF Plan General de Manejo Forestal
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PIB Producto interno bruto
POAF Plan Operativo Anual Forestal
PROMAB Programa de Manejo de Bosques de la Amazonía Boliviana
RFN Régimen Forestal de la Nación
RUC Registro Único del Contribuyente
SATIF Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales
SBPC Sistema Boliviano de Productividad y Competitividad
SF Superintendencia Forestal
SIRENARE Sistema de Regulación de Recursos Naturales
TCO Tierras Comunitarias de Origen
TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte
TCER Tipo de cambio efectivo y real
TPFP Tierras de producción forestal permanente
UCPOI Unidad de Coordinación con Pueblos Organizacionales Indígenas
UE Unión Europea
UFM Unidad Forestal Municipal
UFI Unidad Forestal Indígena
USAID Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
VBP Valor bruto de producción

190 La política forestal en la Amazonía andina


BIBLIOGRAFÍA

BARRANTES, R. (ed.) (1997). Hacia un nuevo dorado. Economía de los recursos naturales.
Lima: Consorcio de Investigación Económica y Social.

BAUMGARTER, Lukas (2000). Experiencias de COSUDE en el sector forestal de la Bolivia


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192 La política forestal en la Amazonía andina


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Bolivia. Bibliografía 193


194 La política forestal en la Amazonía andina
BOLIVIA: ANEXOS

Bolivia. Anexos 195


196 La política forestal en la Amazonía andina
ANEXO I. INFORMACIÓN ESTADÍSTICA

Cuadro 1
Datos generales

Descripción Unidad Cantidad

Superficie del país km2 1.098.581,00

Indicadores demográficos
Población Millones de habitantes 8.328.700,00
Densidad hab/km2 8,00

Situación actual de los bosques


Superficie boscosa Millones de ha 53.444.182,00
Superficie boscosa / Superficie del país % 48,00
Superficie de tierras de producción permanente Millones de ha 33.574.575,00
Superficie de áreas protegidas Millones de ha 31.265.639,90
Superficie de regiones productoras forestales Millones de ha 14.200.281,50

Concesiones forestales 6.710.104,23


A empresas madereras Millones de ha 5.436.781,07
Para investigación Miles de ha 273.770,60
Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL) Miles de ha 354.297,39
Tierras Comunitarias de Origen (TCO) Miles de ha 141.060,11
Contratos de aprovechamiento a largo plazo Miles de ha 316.720,00
Propietario privado Miles de ha 187.475,06

Superficie de plantaciones Miles de ha 19.485,89

Fuente: Superintendencia Agraria-Fotos Satelitales 2001.

Bolivia. Anexos 197


198

Cuadro 2
Producto Bruto Interno a precios corrientes, según actividad económica
Periodo 1990-2002 (en porcentajes)

Actividad 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

1. Agricultura, silvicultura, caza y pesca 15,35 15,54 14,40 14,65 15,24 14,86 14,18 14,92 12,63 13,26 13,08 13,75 13,50
2. Petróleo crudo y gas natural 4,30 3,35 2,90 2,01 0,92 1,20 1,26 2,06 1,91 2,04 3,40 3,45 3,02
3. Minerales metálicos y no metálicos 5,94 4,46 4,37 3,17 3,98 4,83 4,64 4,25 3,62 3,39 3,31 2,80 2,85
4. Industrias manufactureras 16,96 17,73 17,14 16,87 16,66 16,73 16,43 14,52 13,99 13,59 13,42 13,39 13,75
5. Electricidad, gas y agua 1,61 1,98 2,64 3,21 3,45 3,42 2,99 2,74 2,79 2,85 2,88 2,94 3,05
6. Construcción y obras públicas 3,07 3,08 3,11 3,36 3,13 2,96 2,63 2,87 3,81 3,27 2,72 2,47 2,18
7. Comercio 8,88 8,84 8,33 8,22 8,50 8,42 8,15 7,91 7,68 7,37 7,14 7,16 6,69
8. Transporte, almacenamiento y comunicaciones 9,32 9,90 10,52 11,09 10,83 10,08 10,39 10,86 11,95 11,83 11,34 11,95 12,62
La política forestal en la Amazonía andina

9. Establecimientos financieros, seguros, bienes inmuebles


y servicios prestados a las empresas 10,16 10,28 10,33 10,54 10,29 9,86 10,58 11,61 12,30 14,60 13,89 12,80 12,90
10. Servicios de las administraciones públicas 10,05 10,19 10,96 11,47 11,46 11,12 10,93 11,21 11,81 12,00 11,79 11,90 12,87
11. Otros servicios 7,70 7,40 7,39 7,62 7,25 7,25 7,46 7,63 7,98 8,43 8,81 9,55 10,66
12. Servicios bancarios imputables - 1,64 - 1,81 - 2,21 - 2,51 - 2,63 - 2,72 - 3,04 - 4,04 - 4,41 - 4,86 - 4,74 - 4,44 - 4,46
13. Derechos sobre importaciones, Impuesto al Valor
Agregado no deducible, Impuesto a las transacciones
y otros impuestos indirectos 8,29 9,05 10,12 10,30 10,93 11,99 13,39 13,47 13,94 12,23 12,96 12,27 10,37

Producto Bruto Interno (a precios de mercado) 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE).


Cuadro 3
Valor Bruto de Producción. Precios pr
Producción. oductor a precios constantes
productor
(en miles de bolivianos)

Productos/departamentos 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Extracción maderas
de primera clase 95.683 98.238 99.832 103.030 107.354 111.991 117.431 120.273 122.045
Extracción maderas
de segunda clase 47.103 49.050 50.025 50.991 52.413 53.784 56.619 60.251 59.412
Productos de silvicultura 42.499 42.000 42.271 43.457 43.323 50.123 54.214 62.856 72.708
Desarrollo de plantaciones 8.102 8.366 8.518 8.740 9.047 9.368 10.004 9.450 9.369
Silvicultura. caza y pesca 193.387 197.654 200.646 206.217 212.136 225.266 238.268 252.830 263.534
Caza y pesca 3.272 3.468 3.631 3.808 3.956 4.036 4.161 4.333 4.423
Silvicultura, caza y pesca 196.659 201.122 204.277 210.025 216.093 229.302 242.428 257.163 267.958
VBP Sector agropecuario

Elaboración propia basada en datos del INE.

Cuadro 4
Composición de las exportaciones forestales
según grado de industrialización
Periodo 1992-2001

Año Elaborados Primarios Semielaborados Preprimarios

1992 17,86% 66,08% 5,89% 10,17%


1993 31,65% 63,40% 1,36% 3,59%
1994 32,07% 64,82% 1,79% 1,32%
1995 34,68% 60,76% 1,46% 3,09%
1996 42,94% 54,37% 1,51% 1,18%
1997 45,65% 49,45% 4,90% 0,00%
1998 55,20% 37,71% 5,51% 1,58%
1999 61,03% 20,53% 18,13% 0,30%
2000 57,75% 20,70% 21,52% 0,03%
2001 69,62% 24,62% 5,57% 0,19%

Elaboración propia basada en el SIDCOM.

Bolivia. Anexos 199


Cuadro 5
Exportaciones de productos certificados y no certificados
según grado de industrialización
Periodo 1998-2001 (en dólares americanos)

Producto 1998 1999 2000 2001

No certificado
Elaborados 66.194.995 63.675.357 62.121.845 52.019.404
Preprimarios y de recolección 1.900.066 329.405 380.120 164.251
Primarios 45.191.361 22.344.337 23.683.274 20.550.855
Semielaborados 6.577.191 19.725.948 25.173.744 3.886.017
Total 119.863.613 106.075.048 111.358.982 76.620.527
Certificado
Elaborados 68.165 2.797.868 6.937.104 7.825.206
Primarios 75.062 21.155 1.070.214 607.958
Semielaborados 37.860 26.612 556.579 899.838
Total 181.087 2.845.635 8.563.896 9.333.002
TOTAL 120.044.700 108.920.683 119.922.878 85.953.529

Fuente: Cámara Forestal de Bolivia-Proyecto SIFOR/BOL.

Cuadro 6
Balanza comercial del sector forestal
Periodo 1998-2001 (en millones de dólares americanos)

Producto 1998 1999 2000 2001

Exportaciones 120,04 108,92 119,92 85,95


Importaciones 47,39 54,15 61,26 57,86

Balanza comercial 72,65 54,77 58,67 28,09

Fuente: Cámara Forestal de Bolivia-Proyecto SIFOR/BOL.

200 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 7
Número de PGMF*, PO
Número AF**, Planes de desmonte y P
POAF**, APMP***
PAPMP***
Periodo 1997-2002

Año N.° PGMF N.° POAF N.° Planes N.° PAPMP


PAPMP
de desmonte

1997 1 88 75
1998 97 82 1.143 354
1999 152 241 1.092 660
2000 170 455 1.299 925
2001 143 516 2.519 721
2002 45 611 2.087 712

T O TAL 608 1.993 8.215 3.372

* Planes Generales de Manejo Forestal.


** Planes Operativos Anuales Forestales.
*** Planes de Abastecimiento y Procesamiento de Materia Prima Aprobados.

Fuente: Cámara Forestal de Bolivia-Proyecto SIFOR/BOL.

Cuadro 8
Recaudación de patentes por superficie, desmonte, volumen y multas
Periodo 1998-2002 (en bolivianos)

Descripción 1998 1999 2000 2001 2002

Patente por superficie 24.257.660 18.666.471 4.736.015 2.475.312 3.754.220


Patente por desmonte 8.553.095 10.479.877 5.305.880 6.396.823 9.713.251
Patente por volumen 20.007.797 5.176.017 7.685.158 6.858.907 6.999.678
Multas y remates 2.453.319 4.019.076 6.351.274 4.381.761 2.977.393

TOTAL 55.271.871 38.341.441 24.078.327 20.112.803 23.444.542

Elaboración propia basada en datos de la Superintendencia Forestal.

Bolivia. Anexos 201


Cuadro 9
Lista de bosques certificados
DOC. 5.3.3 Octubre 22, 2001
Elaborado con base en información del FSC

País Área (ha)

Suecia 10.133.240
Estados Unidos 4.196.985
Polonia 3.592.160
Brasil 1.197.718
Estonia 1.063.517
Reino Unido 1.060.927
Canadá 1.000.920
Bolivia 965.263
Otros (48) 6.419.525

T O TAL 29.630.255

Elaboración propia basada en datos del FSC.

Cuadro 10
Crecimiento de las áreas certificadas en Bolivia
Periodo 1996-2002 (hectáreas)

Año Area anual certificada Área acumulada

1996 53.000 53.000


1997 0 53.000
1998 238.933 291.933
1999 365.200 657.133
2000 224.847 745.513
2001 181.750 927.263
2002 38.000 965.263

Elaboración propia basada en datos del FSC.

202 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 11
Composición de la cartera vigente por tipo de institución,
al 31 de diciembre del 2002
(en bolivianos)

Tipo de institución Cartera vigente %

Bancos 288.792.956 90,61


Fondo Financiero Privado (FFP) 19.536.381 6,13
Cooperativas 9.790.185 3,07
Mutuales 609.091 0,19

T O TAL 318.728.613 100,00

Elaboración propia basada en datos del SIFORBOL y la SBEF.

Bolivia. Anexos 203


204

Cuadro 12
Financiamiento al sector forestal según institución,
al 31 de diciembre del 2002

Tipo de institución En bolivianos En millones de dólares americanos

Total sector fforestal


orestal Total sistema % Total sector fforestal
orestal Total sistema %

Banco 471.000.638 19.947.640.000 2,36 62,8 2.659,7 2,36


Fondo Financiero Privado (FFP) 20.967.947 1.422.638.000 1,47 2,8 189,7 1,47
La política forestal en la Amazonía andina

Cooperativa 12.074.068 2.417.152.000 0,50 1,6 322,3 0,50


Mutual 626.015 2.116.350.000 0,03 0,1 282,2 0,03

T O TAL 504.668.668 25.903.780.000 1,95 67,3 3.453,8 1,95

Elaboración propia basada en datos del SIFORBOL y la SBEF.


Bolivia. Anexos
Cuadro 13
Financiamiento por tipo de cartera para el sector forestal,
según CIIU, al 31 de diciembre del 2002
(en bolivianos)

CIIU Descripción Cartera Cartera Cartera en Contingente Total por CIIU


vigente vencida ejecución

15431 Elaboración de cacao y de chocolate y de productos


de confitería 1.553.373 14.939 5.323.834 149.600 7.041.746
20100 Aserrado y cepilladura de maderas 72.600.295 1.181.195 69.902.786 3.396.345 147.080.621
20210 Fabricación de hojas de madera para enchapado,
fabricación de tableros contrachapados, tableros
laminados, tableros de partículas y otros tableros 65.790.593 25.259 6.934.201 204.045 72.954.098
20220 Fabricación de partes y piezas de carpintería para
edificios y construcciones 34.791.548 157.538 6.494.181 2.901.976 44.345.243
20230 Fabricación de recipientes de madera 493.980 5.581 35.071 - 534.632
20290 Fabricación de otros productos de madera, fabricación
de artículos de corcho, paja y materiales trenzados 26.209.201 142.605 14.549.432 1.094.910 41.996.148
3001 Silvicultura, extracción de madera y actividades
de servicios conexas 10.199.006 - 17.010.118 85.548 27.294.672
3002 Silvicultura, extracción de madera y actividades
de servicios conexas 2.103.233 4.784 819.060 50.418 2.977.495
Fabricación de muebles 104.987.384 15.718.981 35.646.888 4.090.760 160.444.013
36101 Fabricación de muebles 97.104.337 15.685.082 33.443.968 3.133.850 149.367.237
36102 Fabricación de muebles 7.883.047 33.899 2.202.920 956.910 11.076.776

TOTAL 423.715.997 32.969.863 192.362.459 16.064.362 665.112.681

Elaboración propia basada en datos del SIFORBOL y la SBEF.


205
Cuadro 14
Estructura de las importaciones y exportaciones
Periodo: primer semestre del 2002 y 2003 (en millones de dólares)

Descripción I Semestre 2002 I Semestre 2003 Variación


Millones % Millones % %
US$ US$

Impor tación (V
Importación alor CIF fr
(Valor ontera)
frontera) 863,82 100,00 759,55 100,00 -12,07
Bienes de consumo 182,34 21,11 157,15 20,69 -13,81
Materias primas y productos intermedios 458,43 53,07 399,08 52,54 -12,95
Bienes de capital 220,74 25,55 198,64 26,15 -10,01
Diversos 2,30 0,27 4,69 0,62 103,91
TOTAL EXPORTACIONES
EXPORT 603,94 100,0 688,47 100,0 14,00
TOTAL EXPOR
EXPORTTACIONES SIN GAS 487,41 524,39 7,59
Agricultura, ganadería, caza, silvicultura
y pesca 20,24 3,4 36,97 5,4 82,66
Extracción de hidrocarburos 143,63 23,8 208,03 30,2 44,84
Gas natural 116,53 81,1 164,08 78,9 40,80
Petróleo 27,11 18,9 43,95 21,1 62,12
Extracción de minerales 93,15 15,4 108,85 15,8 16,85
Industria manufacturera 346,92 57,4 334,62 48,6 -3,55
Suministro de electricidad - -

Elaboración propia basada en datos del INE.

Cuadro 15
Flujo financiero del sector público no financiero
Periodo: primer trimestre del 2002 y 2003 (en millones de dólares)

DETALLE
DETALLE Primer trimestre 2002 Primer trimestre 2003 Var. 03/02
Millones % Millones % %
US$ de US$

Ingresos totales 551,3 100,0 518,6 100,0 -5,1


Ingresos corrientes 505,2 91,6 468,7 90,4 -7,2
Ingresos de capital 46,1 8,4 49,9 9,6 8,2
Egresos totales 603,8 100,0 612,2 100,0 1,4
Egresos corrientes 498,9 82,6 516,6 84,4 3,6
Egresos de capital 105,0 17,4 95,6 15,6 -8,9
Superávit o déficit corriente 6,3 -47,9 -857,5
Superávit o déficit global -26,1 -93,6 258,4
Pensiones 94,0 88,9 -5,4
Superávit o déficit global antes de pensiones 41,5 -4,7 -111,4
Financiamiento total 52,5 100,0 93,6 100,0 78,3
Financiamiento externo 90,6 172,5 13,0 13,9 -85,6
Financiamiento interno -38,1 -72,5 80,6 86,1 -311,8

Elaboración propia a partir de cifras del Banco Central de Bolivia.

206 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 16
Comportamiento del sector monetario
(en bolivianos)

Detalle Valor Tasa de


Jun-02 Jun-03 crecimiento
(%)

Base monetaria 3.643.283 4.071.933 11,77


Billetes y monedas en poder del público 2.040.596 2.389.146 17,08
Reservas bancarias 1.602.687 1.682.787 5,00
Credito neto al Sector Público 834.966 1.914.426 129,28
Medio circulante (M´1) 7.187.632 7.899.377 9,90
Depósitos a la vista 5.147.036 5.510.231 7,06
Liquidez total (M´3) 27.559.154 28.680.798 4,07
Caja de ahorro 7.661.199 8.010.880 4,56
Cuentas a plazo fijo 12.403.925 12.558.279 1,24
Otras obligaciones 306.398 212.263 -30,72
Emisión 2.293.388 2.658.654 15,93

Elaboración propia a partir de cifras del Banco Central de Bolivia.

Cuadro 17
Evolución de la balanza comercial
Periodo 1990-2002 (en millones de dólares americanos)

Año Exportaciones Importaciones Balanza comercial

1990 956 703 252,95


1991 895 994 (98,47)
1992 774 1.130 (356,66)
1993 809 1.177 (368,01)
1994 1.124 1.196 (72,11)
1995 1.181 1.434 (252,38)
1996 1.295 1.657 (361,27)
1997 1.272 1.926 (653,63)
1998 1.325 2.451 (1.126,16)
1999 1.405 2.098 (692,75)
2000 1.475 2.020 (545,32)
2001 1.351 1.708 (356,42)
2002 1.305 1.770 (465,00)

Elaboración propia basada en datos del INE.

Bolivia. Anexos 207


Cuadro 18
Producción de las diez principales especies y otras
Periodo 1998-2001 (en m3)

Producción 1998 % 1999 % 2000 % 2001 %

Principales diez especies 540,7 68 304,8 61 357,4 72 316 57


Otras especies 256,1 32 197,6 39 138,4 28 243,2 43

T O TAL 796,8 100 502,4 100 495,8 100 559,2 100

Elaboración propia basada en datos de la Superintendencia Forestal.

Cuadro 19
Producción según especie
Periodo 1998-2001 (en m3)

1998 1999 2000 2001

Almendrillo 152,7 486,3 473,9 218,8


Amarillo 27,5 2,7 8,7
Bibosi 1.379,1 907,6 402,7 1.030,9
Cambará 1.951,3 1.837,5 2.271,5 1.325,4
Cedro 36.916,0 25.258,9 23.063,0 19.214,5
Mara 21.914,8 10.108,0 11.956,3 7.449,6
Morado 1.079,3 608,7 2.055,9 8.143,4
Ochoó 2.471,5 2.456,4 2.310,8 1.768,3
Palo María 2.735,3 1.411,5 1.267,7 1.199,8
Roble 21.036,6 8.808,6 10.181,3 6.114,1
Soto 283,0 42,5 41,4
Tajibo 483,2 888,9 1.141,1 703,9

T O TAL 90.430,2 52.775,1 55.166,7 47.218,8

Fuente: Superintendencia Forestal.

208 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 20
Exportación según principales especies
Periodo 1998-2001 (en dólares americanos)

1998 1999 2000 2001

Almendrillo 176.956 351.758 324.056 157.844


Amarillo 5.108 4.289 443
Bibosi 1.365.653 1.203.277 578.571 1.202.142
Cambará 936.016 1.024.412 2.137.722 1.447.855
Cedro 21.207.031 27.013.370 25.337.705 10.870.941
Mara 18.020.299 12.529.202 10.609.117 8.119.144
Morado 1.414.498 1.326.190 2.069.792 2.303.368
Ochoó 2.258.255 1.889.728 1.932.880 2.383.636
Palo María 2.309.137 1.014.051 559.858 431.935
Roble 14.580.140 9.307.663 12.471.467 7.315.994
Soto 81.500 23.000 9.399
Tajibo 220.405 525.120 617.867 424.166

Total g eneral
general 62.574.998 56.193.287 56.683.955 34.668.688

Fuente: Superintendencia Forestal.

Bolivia. Anexos 209


210

Cuadro 21
Las diez primeras especies más producidas por año

N.º Año 1998 Año 1999 Año 2000 Año 2001 Año 2002
3 3 3 3
Especie Vol. m r Especie Vol. m r Especie Vol. m r Especie Vol. m r Especie Vol. m3r

1 Ochoó 122,6 Ochoó 75,2 Cedro 63,7 Ochoó 118,0 Ochoó 63,3
2 Roble 122,3 Cedro 55,5 Serebó 61,9 Roble 34,0 Tajibo 43,5
3 Cedro 103,6 Roble 35,8 Roble 53,0 Cedro 32,0 Roble 39,3
4 Mara 38,3 Cambará 24,6 Ochoó 51,1 Tajibo 23,0 Sujo 21,1
5 Mara macho 30,3 Yesquero 24,5 Yesquero blanco 40,3 Yesquero 21,0 Yesquero blanco 21,1
6 Tajibo 33,0 Serebó 21,2 Mara macho 24,5 Almendrillo 21,0 Cedro 20,2
La política forestal en la Amazonía andina

7 Yesquero 29,2 Mara 19,8 Mara macho 23,7 Bibosi 18,0 Soto 14,5
8 Serebó 21,1 Tajibo 18,8 Yesquero 15,7 Serebó 17,0 Mapajo 13,9
9 Mapajo 20,6 Almendrillo 15,3 Mapajo 13,4 Curupaú 17,0 Bibosi 8,7
10 Bibosi 20,0 Yesquero blanco 14,1 Palo María 10,1 Cambará 15,0 Almendrillo 7,3

Fuente: Superintendencia Forestal.


ANEXO II. POSICIONAMIENTO DE LOS ACTORES FORESTALES

Cuadro 1
Valoración del desarrollo or
desarrollo ganizacional de las TCO
organizacional

Descripción Cimal La Chonta Impaparket Pontons San Pedro Concesionario 3

Grado de avance en DO (17+q) 16 14 14 12 11 12


Desarrollo organizacional (q) total -1 -3 -3 -5 -6 -5
Estatuto orgánico y reglamentos internos 0 0 0 0 0 0
Personería jurídica 0 0 0 0 0 0
Estructura organizativa 0 0 0 0 0 0
Planificación 0 0 0 -1 -1 -1
Manual de funciones 0 0 0 0 0 0
Manual de procedimientos 0 0 0 0 0 0
Sistema de programación de operaciones 0 0 0 0 0 0
Presupuestos 0 0 0 0 0 0
Estados financieros 0 0 0 0 0 0
Sistemas de seguimiento y control 0 0 0 0 0 0
Actas de informaciones anuales 0 0 0 0 0 0
Socialización de resultados de gestión 0 0 0 -1 -1 0
Acceso permanente al sistema financiero 0 -1 -1 -1 -1 -1
Disponibilidad de personal capacitado 0 0 0 0 -1 -1
Capacitación en desarrollo organizacional 0 -1 -1 -1 -1 -1
Capacitación en negociación -1 -1 -1 -1 -1 -1
Obligaciones impositivas/fiscales 0 0 0 0 0 0

Fuente: Global CDS.

Bolivia. Anexos 211


Cuadro 2
Valoración de la organización de la pr
organización oducción de las TCO
producción

Descripción Cimal La Chonta Impaparket Pontons San Pedro Portal

Grado de avance en OP (23+p) 18 18 17 15 15 16


Organización de la producción (p) total -5 -5 -6 -8 -8 -7
Certificado de saneamiento 0 0 0 0 0 0
Resolución Área de Aprovechamiento
Anual (AAA) 0 0 0 0 0 0
Plan General de Manejo Forestal (PGMF) 0 0 0 0 0 0
Inventario forestal 0 0 0 0 0 0
Plan Operativo Anual Forestal (POAF) 0 0 0 0 0 0
Censo Forestal 0 0 0 0 0 0
IAPOAF 0 0 0 0 0 0
Manual de Aprovechamiento 0 0 0 0 0 0
Estructura de costos en cada etapa
productiva 0 0 0 0 0 0
Recursos humanos con experiencia
en aprovechamiento 0 0 0 0 0 0
Supervisión aprovechamiento 0 0 0 0 0 0
Disponibilidad de maquinaria y equipo 0 0 0 0 0 0
Contratación de servicios corte, arrastre
y transporte (socios) -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratación de servicios aserradero
(socios) -1 -1 -1 -1 -1 -1
Transformación y valor agregado 0 0 0 -1 -1 -1
Carpetas de comercialización 0 0 -1 -1 -1 -1
Contratos claros de compra-venta 0 0 0 0 0 0
Información de especies y precios
referenciales -1 -1 -1 -1 -1 -1
Recursos humanos con experiencia
en comercialización -1 -1 -1 -1 0 0
Identificación y contratos permanentes
con proveedores de servicios -1 -1 -1 -1 -1 -1
Disponibilidad de recursos financieros
y capital de operaciones 0 0 0 0 -1 0
Certificación Forestal Voluntaria 0 0 0 -1 -1 -1
Pago de Patente de Aprovechamiento
Forestal 0 0 0 0 0 0

Fuente: Global CDS.

Cuadro 3
Resultados TCO: DO y OP

Descripción Cimal La Chonta Impaparket Pontons San Pedro Portal

Grado de avance en OP (23+p) 18 18 17 15 15 16


Grado de avance en DO (17+q) 16 14 14 12 11 12

Fuente: Global CDS.

212 La política forestal en la Amazonía andina


Cuadro 4
Bolivia. Anexos

Valoración del desarrollo or


desarrollo ganzacional de las TCO
organzacional
Descripción Bajo Tacana Tacana Tacana Tacana Cururú Salvatierra Lomerío Yuracaré TICH El Monteverde Sirionó Yuquí
Paraguá San Apiat Agrofort Chontal Sta. Mónica
Pedro

Grado de avance en
DO (17+q) 8 6 5 5 6 9 9 9 7 3 2 4 4 7
Desarrollo organizacional
(q) total -9 -11 -12 -12 -11 -8 -8 -8 -10 -14 -15 -13 -13 -10
Estatuto orgánico y
reglamentos internos 0 -1 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0
Personería jurídica 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 0 0 0 0 0 0
Estructura organizativa 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0
Planificación 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Manual de funciones 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Manual de procedimientos 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Sistema de programación
de operaciones -1 -1 -1 -1 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Presupuestos -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Estados financieros -1 0 -1 0 0 0 0 0 0 -1 -1 -1 -1 0
Sistemas de seguimiento
y control 0 0 -1 -1 0 0 0 -1 0 -1 -1 -1 -1 0
Actas de informaciones
anuales -1 -1 -1 -1 -1 0 0 0 0 -1 -1 -1 -1 0
Socialización de resultados
de gestión 0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0 0
Acceso permanente al
sistema financiero -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Disponibilidad de personal
capacitado -1 -1 -1 -1 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Capacitación en desarrollo
organizacional -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Capacitación en negociación -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Obligaciones impositivas/
213

fiscales -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Fuente: Global CDS.
Cuadro 5
214

Valoración de la organización de la pr
organización oducción de las TCO
producción
Descripción Bajo Tacana Tacana Tacana Tacana Cururú Salvatierra Lomerío Yuracaré TICH El Monteverde Sirionó Yuquí
Paraguá San Apiat Agrofort Chontal Sta. Mónica
Pedro
Grado de avance en OP (23+p) 8 6 9 7 9 8 8 9 7 7 4 8 3 8
Organización de la producción
(p) total -15 -17 -14 -16 -14 -15 -15 -14 -16 -16 -19 -15 -20 -15
Certificado de saneamiento -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1
Resolución Área de
Aprovechamiento Anual (AAA) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0
Plan General de Manejo
Forestal (PGMF) 0 -1 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0
Inventario forestal -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 0 0 0 0 -1 0
Plan Operativo Anual
Forestal (POAF) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 -1 0
Censo Forestal 0 -1 -1 -1 -1 0 0 0 0 0 0 0 -1 0
IAPOAF -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Manual de Aprovechamiento -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Estructura de costos en cada
etapa productiva 0 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Recursos humanos con
experiencia en aprovechamiento -1 0 0 0 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0
Supervisión aprovechamiento 0 0 0 0 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
La política forestal en la Amazonía andina

Disponibilidad de maquinaria
y equipo -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratación de servicios corte,
arrastre y transporte (socios) -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 0 0 -1
Contratación de servicios
aserradero (socios) -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Transformación y valor agregado -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Carpetas de comercialización -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratos claros de compra-venta -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Información de especies y
precios referenciales 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 -1 0 0 0
Recursos humanos con
experiencia en comercialización -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Identificación y contratos
permanentes con proveedores
de servicios -1 -1 -1 -1 -1 0 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 0
Disponibilidad de recursos
financieros y capital de operaciones -1 -1 0 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Certificación Forestal Voluntaria -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Pago de Patente de
Aprovechamiento Forestal 0 0 0 0 0 -1 -1 0 0 -1 -1 0 -1 -1
Fuente: Global CDS.
Bolivia. Anexos

Cuadro 6
Resultados TCO: DO y OP
Descripción Bajo Tacana Tacana Tacana Tacana Cururú Salvatierra Lomerío Yuracaré TICH El Monteverde Sirionó Yuquí
Paraguá San Apiat Agrofort Chontal Sta. Mónica
Pedro

Grado de avance en OP (23+p) 8 6 9 7 9 8 8 9 7 7 4 8 3 8

Grado de avance en DO (17+q) 8 6 5 5 6 9 9 9 7 3 2 4 4 7

Fuente: Global CDS.


215
216
Cuadro 7
Valoración del desarrollo or
desarrollo ganzacional de las ASL
organzacional
Descripción ACIA Afomasam Amaisam ASAI Ascención El El El Guapomo La Las Miraflores Monte Mucha Puerto Santa
Cedro Tuna Turere Cuta Petas Verde Miel Alegre Rosa

Grado de avance en DO (17+q) 3 6 6 2 2 5 4 1 3 3 2 2 1 3 3 5


Desarrollo organizacional
(q) total -15 -12 -12 -16 -16 -13 -14 -17 -15 -15 -16 -16 -17 -15 -15 -13
Estatuto orgánico y
reglamentos internos 0 0 0 0 -1 0 0 -1 0 0 -1 -1 -1 0 0 -1
Personería jurídica 0 0 0 -1 -1 -1 0 -1 0 0 -1 0 -1 0 0 0
Estructura organizativa 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0 0 0 0 0 0
Planificación -1 -1 -1 -1 0 0 -1 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 0
Manual de funciones -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Manual de Procedimientos -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Sistema de programación de
operaciones -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Presupuestos -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
La política forestal en la Amazonía andina

Estados financieros -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0
Estructura de costos -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Sistemas de seguimiento
y control -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Actas de informaciones anuales -1 0 -1 -1 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Socialización de resultados
de gestión -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0
Acceso permanente al sistema
financiero -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Disponibilidad de personal
capacitado -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Capacitación en desarrollo
organizacional -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Capacitación en negociación -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Obligaciones impositivas/
fiscales -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Fuente: Global CDS.
Bolivia. Anexos
Cuadro 8
Valoración de la organización de la pr
organización oducción de las ASL
producción
Descripción ACIA Afomasam Amaisam ASAI Ascención El El El Guapomo La Las Miraflores Monte Mucha Puerto Santa
Cedro Tuna Turere Cuta Petas Verde Miel Alegre Rosa
Grado de avance en OP (23+p) 7 12 11 8 3 9 10 2 8 5 2 6 7 7 6 9
Organización de la Producción
(p) total -16 -11 -12 -15 -20 -14 -13 -21 -15 -18 -21 -17 -16 -16 -17 -14
Certificado de saneamiento -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Resolución Área de
Aprovechamiento Anual (AAA) 0 0 0 0 -1 0 0 -1 0 0 -1 0 0 0 0 0
Plan General de Manejo
Forestal (PGMF) -1 0 0 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1
Inventario forestal -1 0 0 -1 -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 0
Plan Operativo Anual Forestal
(POAF) 0 0 0 -1 -1 0 0 -1 0 -1 -1 0 0 -1 -1 0
Censo Forestal 0 0 0 0 -1 0 0 -1 0 -1 -1 0 0 0 0 -1
IAPOAF -1 0 0 -1 0 -1 0 -1 -1 0 -1 0 -1 0 0 0
Manual de Aprovechamiento -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Estructura de costos en cada
etapa productiva -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Recursos humanos con
experiencia en aprovechamiento -1 0 0 0 -1 0 0 -1 0 0 -1 -1 -1 0 0 0
Supervisión aprovechamiento 0 0 0 -1 -1 0 0 -1 0 -1 -1 -1 0 -1 0 0
Disponibilidad de maquinaria
y equipo -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratación de servicios corte,
arrastre y transporte (socios) 0 0 0 -1 -1 0 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratación de servicios
aserradero (socios) 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Transformación y valor agregado -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Carpetas de comercialización -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Contratos claros de compra-venta -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Información de especies y
precios referenciales 0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0 0 0 0 -1 0
Recursos humanos con
experiencia en comercialización -1 0 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 0
Identificación y contratos
permanentes con proveedores
de servicios -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Disponibilidad de recursos
financieros y capital de
operaciones -1 -1 -1 1 -1 -1 -1 -1 -1 0 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Certificación Forestal Voluntaria -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Pago de Patente de
217

Aprovechamiento Forestal -1 -1 -1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Fuente: Global CDS.
218

Cuadro 9
Resultados ASL: DO y OP
Descripción ACIA Afomasam Amaisam ASAI Ascención El El El Guapomo La Las Miraflores Monte Mucha Puerto Santa
Cedro Tuna Turere Cuta Petas Verde Miel Alegre Rosa

Grado de avance en OP (23+p) 7 12 11 8 3 9 10 2 8 5 2 6 7 7 6 9

Grado de avance en DO (17+q) 3 6 6 2 2 5 4 1 3 3 2 2 1 3 3 5

Fuente: Global CDS.


La política forestal en la Amazonía andina

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