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Ortner, Sherry. 1984. Anthropological Theory Since the 1960s.

Comparative Studies in
Society and History 26, 1:126-166.

Antropología del desarrollo

Texto: Teoría antropológica desde los años sesenta


Autor: Sherry B. Ortner
Traducción de María del Valle.
Valdivia, 2001.

En los años ochenta: LA PRACTICA

En los últimos años ha habido un interés creciente por un análisis enfocado en alguno
de los siguientes e interrelacionados términos: PRACTICA, PRAXIS, ACCION,
INTERACCION EXPERIENCIA Y ACTUACIÓN ( performance). Un segundo grupo
( muy relacionado al anterior) de terminos se focaliza en el “hacedor” de las acciones:
AGENTE, ACTOR, PERSONA, SELF, INDIVIDUO, SUJETO.

En algunas areas de conocimiento, el cambio en esta dirección comenzó, apenas


entrados los años setenta, algunos de ellos en directa reacción al estructuralismo. Por
ejemplo en lingüística, hubo una temprana reacción contra el estructuralismo y un
fuerte cambio tendiente a ver al lenguaje como comunicación y actuación. También en
antropología, existen aislados intentos por una aproximación basada mas en la
acción. En Francia Bourdieu, en Estados Unidos Geertz (critica el estéril formalismo
del estructuralismo, reemplazandolo por el comportamiento humano como acción
simbólica) En Inglaterra hubo una rama minoritaria que criticó las visiones tradicionales
de la “ estructura social” no desde el punto de vista del Marxismo, sino desde la
perspectiva de la elección individual y la toma de decisiones.

Sin embargo, durante la mayor parte de los años setenta, los marxistas
estructuralistas y, luego, los economistas políticos, permanecieron dominantes, al
menos dentro de la antropología. Para ellos el fenómeno social y cultural debía
explicarse, de uno u otro modo, en referencia a los mecanismos sistémicos y
estructurales

Fue sólo a partir de finales de los años setenta, que la hegemonía del estructuralismo
marxista comienza a decrecer. En 1978 se publicó una traducción al inglés del libro de
Bourdieu y fue durante ese mismo período que los pedidos por una aproximación
orientada a la práctica se hicieron más latentes.

Ej: Los instrumentos de razonamiento están cambiando y la sociedad es representada


más como un juego, que como una máquina elaboradora o un cuasi-organismo (Geertz
1980a: 168)
Necesitamos ver estos sistemas en acción para estudiar sus tácticas y estrategias, no
solamente las reglas del juego. (Barnes 1980: 301)
... Las concepciones de generación en una sociedad deben ser entendidas como
aspectos funcionales de un sistema cultural a través del cual los actores manipulan,
interpretan, legitiman y reproducen las pautas que ordenan su mundo social... (Collier y
Rosaldo 1981:311)
¿Qué quieren los actores y cómo lo consiguen? (Ortner 1981:366)
Si el análisis semiótico estructuralista es extendido a la antropología general en el
modelo de su pertenencia al “lenguaje”, entonces no se pierde sólo la historia y el
cambio, sino la acción práctica humana en el mundo. Algunos pueden pensar que lo
que se pierde es de lo que se trata la antropología (Sahlins 1981:6)

Como en el caso de la fuerte tendencia revisionista de los años 60, el movimiento


actual excede el campo de la antropología: En lingüística, Alton Becker pone énfasis
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en la construcción del texto mas que en la rectificación del mismo. En sociología,
llama la atención el interaccionismo simbólico y otras formas de microsiciología.
Anthony Giddens duda acerca de que la relación entre la estructura y el “organismo”
sea uno de los problemas centrales de la teoría social.
En historia, Thompson critica fuertemente a los teóricos (desde los parsonianos hasta
los stalinistas) que tratan a lo histórico como un “proceso sin sujetos”. En los estudios
literarios Raymond Williams insiste en que la literatura debe ser vista como un
producto de prácticas particulares.
Si vamos inclusive más adelante, podríamos ver al movimiento de la sociobiología
como parte de esta tendencia, ya que ésta presenta al fenómeno de la evolución como
una elección intencional de actores en la búsqueda de maximizar el éxito reproductivo
más que como una mutación azarosa.

El enfoque de la PRÁCTICA es muy diverso, por lo que no trataré de comparar o


contrastar sus líneas de desarrollo, sino que seleccionaré una serie de trabajos para su
discusión que aparentemente comparten una orientación que, a mi entender, es
particularmente prometedora.
Empezaremos por contrastar, de manera general, estos nuevos trabajos orientados a la
práctica con enfoques más establecidos, especialmente los del interaccionismo
simbólico de la sociología y el transaccionismo en antropología.
Lo primero que se debe notar es que éstos últimos enfoques fueron elaborados “en
oposición” a lo dominante (esencialmente el enfoque de Parsons y Durkhein) que ven
al mundo ordenado por reglas y normas. El interaccionismo simbólico y el
transaccionismo, a pesar de reconocer la existencia de la organización institucional y
las pautas de conducta, tratan de minimizar la relevancia de éste fenómeno para
entender la vida social.

Por otro lado, los nuevos teóricos de la práctica comparten la visión de que “el
sistema tiene, de hecho, un gran poder y un efecto determinante sobre la acción
humana y la modelación de los eventos. Su interes en el estudio de la acción y la
interacción no es negar ni minimizar este punto, sino tambien expresar la
urgencia y la necesidad de saber de donde proviene “el sistema” –cómo se
produce, reproduce y cómo cambió en el pasado y cambiará en el futuro-. Como
explicó Giddens en un libro reciente (1979), el estudio de la practica no es antagónico
al de los sistemas y estructuras, sino complementario.

La influencia marxista se aprecia en la suposición de que las formas más importantes


de acción e interacción para propósitos analíticos, son aquellas que se refieren a las
relaciones asimétricas de dominación.
Siendo estas formas de acción las que mejor explicarían la forma de un sistema dado
en cualquier momento histórico.

Procederé a explicar y evaluar la posición de esta NUEVA PRÁCTICA a través de


una serie de preguntas: ¿Qué busca explicar el enfoque de la PRACTICA? ¿Qué
es la PRÁCTICA? ¿Cómo es motivada? ¿Qué tipo de relaciones analíticas postula
el modelo?

¿QUÉ EXPLICA?

Como se dijo anteriormente, la teoría moderna de la práctica trata de explicar la


relación entre la acción humana por un lado y una entidad global (que llamaremos
sistema) por otro lado.

Dos trabajos recientes en antropología tratan explícitamente de elaborar un modelo


basado en la práctica (Bourdieu 1978 y Sahlins 1981) los autores toman al sistema
desde el punto de vista del estructuralismo francés.
El punto es que los antropólogos de la práctica asumen que ni la sociedad ni la historia
son una simple suma de respuestas ad-hoc y adaptaciones a estímulos particulares,

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sino que están regidos por esquemas organizativos y evaluativos. Es esto (junto con
las formas institucionales, simbólicas y materiales) lo que constituye el sistema.
El sistema no se divide en unidades, como la base y la superestructura o la
sociedad y la cultura, sino que es visto como un todo “sin costuras” (sin
divisiones)

Un ejemplo
Una institución –como el matrimonio- es un sistema de relaciones sociales, arreglos
económicos, procesos políticos, categorías culturales, normas, valores, pautas
emocionales, etc. No se trata de separar estos componentes en niveles o de asignar
primacias de unos sobre otros. Tampoco se trata de asignar el matrimonio a la
sociedad y la religión a la cultura. Un enfoque de la práctica no necesita partir al
sistema en trozos artificiales como la base y la superestructura (y discutir acerca de
cual determina a cual).
El esfuerzo analítico no tiende a explicar una parte (trozo) del sistema haciendo
referencia a otra, sino explicar el sistema como un todo integrado (lo que no implica
que sea armónicamente integrado) en referencia a la práctica.

Aún suponiendo que el sistema es un todo integrado, sus partes o dimensiones no


tienen un mismo significado analítico. En el centro del sistema (formándolo y
deformándolo) se encuentran las realidades específicas de asimetría, inequidad y
dominación en un tiempo y lugar dado.

¿Qué es la PRACTICA?

En principio, la respuesta a esta pregunta es casi ilimitada, práctica es todo lo que la


gente hace. Sin embargo, si en el modelo se da más relevancia a la dominación, la
forma más significativa de práctica son aquellas que tienen implicancias políticas
(intencionales o no). Aún así, casi todo lo que hace la gente tiene este tipo de
implicancias. Entonces el estudio de la práctica es, después de todo, el estudio de
todas las formas humanas de acción, pero desde un ángulo particular (el
político).
Más allá de este punto general, introduciremos algunas distinciones.
1- La primera cuestión refiere a qué se considera como unidades de acción. La
mayoría de los antropólogos de la práctica toma a estas unidades como actores
individuales (ya sea individuos históricos o tipos sociales –mujeres, trabajadores,
etc.). El analista toma a estas personas y sus acciones como un punto de
referencia para entender el desarrollo de eventos y/o para entender los procesos
involucrados en la reproducción y cambio de un grupo de características
estructurales.

2- Una segunda cuestión se refiere a la organización temporal de la acción.


Algunos autores (ej. Bordieu) tratan a la acción como una toma de decisiones
ad-hoc y en cortos períodos de tiempo. Otros, sugieren que los hombres actúan
por planes o programas que superan los períodos cortos de tiempo, y así, la
mayoría de los movimientos se comprenden en el contexto de estos planes a
largo plazo (Sahlins 1981, Ortner 1981, Collier y Rosaldo 1981).
Algunos planes son provistos por la cultura pero otros son construidos por los
mismos actores. Pero en definitiva, se destaca el hecho de que la acción como
tal tiene una estructura, pero al mismo tiempo opera dentro de una estructura y
en relación con ésta.

3- Finalmente, existe una cuestión acerca de los tipos de acción que son
centrales, analíticamente hablando, en este enfoque.
Todos parecen acordar (en oposición a la visión de Parson o de Saussure, en
que la acción es vista como una mera actuación o ejecución de reglas y normas)
que tampoco es posible el heroico y romántico “voluntarismo” que enfatiza la
libertad y la inventiva irrestricta de los actores. Lo que resta es una visión de la

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acción en términos de la elección pragmática y la toma de decisiones (cálculos
de estrategias). Hablaremos más acerca del modelo estratégico cuando discuto
la motivación de la teoría de la práctica.

Bourdieu y Giddens reconocen el rol central que tienen las pautas y los
comportamientos rutinizados en la reproducción del sistema (de Parsons). Es
precisamente en esas áreas de la vida (las llamadas de dominio doméstico), donde la
acción procede con poca reflexión, donde se localiza la conservación del sistema. El
grado de realidad por el que los actores se limitan a cumplir pautas debido a que “es la
manera en que lo hacían sus antepasados” es puesto en duda, ya sea porque los
teóricos quieren enfatizar la acción y la intencionalidad de ésta, o porque hay un
creciente interés en el cambio más que en la reproducción, o por ambas.

¿QUÉ MOTIVA LA ACCIÓN?


Una teoría de la práctica requiere de una u otra manera una teoría de la motivación.
Hasta el momento la teoría dominante de la motivación en la antropología se deriva de
la teoría del interés. Este modelo es el de un actor individualista (de alguna manera
agresivo) interesado por sí mismo, racional, pragmático y con una orientación a la
maximización.
Se asume que lo que hace el actor es ir racionalmente hacia lo que él quiere, y lo que
quiere es política y materialmente útil para él en el contexto de su situación histórica y
cultural

La teoría del interés ha sido removida de las cenizas varias veces, aquí es suficiente
con hacer notar algunos puntos que tienen relevancia para los estudios antropológicos
de la práctica.

La teoría del interés es, aunque no pretenda serlo, una teoría psicológica y es
demasiado estrecha. A pesar de que la racionalidad pragmática es uno de los aspectos
de la motivación, en ningún caso es el único y no siempre el dominante. Si así lo fuese
se excluiría del discurso analítico toda una gama de terminaos emocionales que deben
ser parte de la motivación. ( necesidad; miedo, sufrimiento, deseo , etc.)

Desafortunadamente, los antropólogos han encontrado que el trato psicológico de los


actores es muy difícil de abordar metodologicamente. Sin embargo, hay un cuerpo de
literatura creciente que explora la construcción variable del “self” ( yo) de las personas,
de las emociones y de la motivación, desde la perspectiva cultural ( Rosaldo 1980;
Friedrich 1977; Geertz 1973; Singer 1980; Kirkpatrick 1977; guemple 1972) El
crecimiento de esta literatura, forma parte de una larga tendencia de creciente interes
por la elaboracion de un paradigma centrado en el actor. De hecho el la antropología
psicológica, parece estar reaciendo. ( Paul 1982; Kracke 1978; Levy 1973).

La tería del interes presupone demasiada racionalidad en los actores, tambien los
asume demasiado activos. La idea de que los actores estan siempre presionando,
reclamando, persiguiendo metas, adelantándose a sus propósitos, puede ser
simplemente, una manera demasiado energica y política de explicar cómo y porqué
actua la gente.

Debemos hacer aquí la distinción , subestimada por Geertz, entre la teoria del interes
y la de la Tensión (strain). Si la teoria de la acción ve a los actores persiguiendo
metas y buscando obtener beneficios todo el tiempo; la Teoría de la tensión los ve
experimentando la complejidad de sus situaciones y tratando de resolver la complejidad
de sus situaciones y tratando de resolver los problemas de posicionamiento de esas
situaciones. De esto se deriva que la perspectiva de la tensión pone énfasis en el
análisis del sistema mismo, en las fuerzas que juegan sobre el actor como una manera
de entender de donde provienen los actores. El sistema es analizada para visualizar los
tipos de lazos que crea y las cargas que pone sobre los actores. Este análisis permite

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entender las motivaciones del actor y los tipos de proyectos que construyen para
enfrentar esas situaciones.

A pesar de que la teoría de la tensión no rectifica o soluciona las fallas psicológicas del
ineterés, al menos contribuye a una exploración más sistemática de las fuerzas
sociales que modelan las motivaciones. La teoría del interés ve a la accion como “
movimientos tácticos y a corto plazo”, más que como proyectos desarrollados a largo
plazo. Tácticamente los actores buscan logros particulares, mientras que desde el
punto de vista del desarrollo de proyectos, los actores se ven envueltos en
transformaciones de sus condiciones de existencia, (de sus relaciones con las cosas,
las personas, y ellos mismos).

LA NATURALEZA DE LA INTERACCION ENTRE LA PRÁCTICA Y EL


SISTEMA.

¿ Cómo el sistema modela la practica.?


Los antropólogos ( americanos) concuerdan en que la cultura, modela, guia y hasta
determina el comportamiento. Sin embargo existen ciertos cambios de énfasis
derivados de la centralidad de la dominación dentro del marco de la práctica. Por un
lado, y como dije anteriormente, el énfasis cambia desde lo que la cultura permite,
ver, hacer y sentir a la gente, hacia lo que la cultura restringe e inhibe para ver,
sentir y hacer. Más aún, a pesar de coincidir en que la cultura constituye
poderosamente la realidad en la que viven los actores, esta realidad es vista con una
mirada crítica: ¿porqué esta realidad y no otra? ¿Que clases de alternativas no puede
ver la gente?

Es importante hacer notar, que este punto de vista difiere parcialmente, de aquel que
ve a la cultura como una mistificacion . Con una vision de mistificacion, la cultura ( =
a “ideología”) miente acerca de la realidad que vive la gente, y el problema analítico es
comprender como la gente llega a creer esas mentiras ( Bloch 1977).

En el enfoque que estamos discutiendo aquí, existe una sola realidad y esta constituida
por completo por la cultura. El problema no es que el sistema nos mienta acerca de una
realidad extra sistémica sino porqué el sistema como un todo, adopta una determinada
configuración y porqué y como excluye otras posibles alternativas de configuración.

Parece haber un cierto acuerdo en que la acción se ve determinada más profunda y


sistemáticamente por las maneras en que la cultura controla las definiciones del mundo
para los actores, limita sus herramientas conceptuales y restringe sus repertorios
emocionales.
La cultura se vuelve parte del “yo” (self); y hablando del sentido del honor en Kabyle,
por ejemplo, Bordieu dice:
... el honor es una disposición permanente, grabada en los cuerpos de las personas
en forma de disposiciones mentales, esquemas de percepción y pensamiento. Es de
aplicación general, como las disposiciones que dividen al mundo en oposiciones entre
masculino y femenino, este y oeste, futuro y pasado, arriba y abajo, izquierda y
derecha, etc.; y también, a nivel más profundo, determina las posturas corporales, las
maneras de pararse, sentarse, mirar, hablar y caminar. El llamado sentido del honor,
no es otra cosa más que una disposición cultivada, inscripto en un esquema corporal y
de pensamiento (1978: 15)

Debido a que la dominación es mas un problema cultural y psicológico que un proceso


material y político, esta opera modelando las disposiciones de los actores , a punto tal
de que las aspiraciones de los actores tienen los mismos límites que las condiciones
objetivas de las que son producto. ( Bourdieu 1978; Rabinow 1975; Barnett y Silverman
1979; Rabinow y Sulivan 1979)

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Sin embargo, estos autores que ponen énfasis en la dominación cultural, tambien
remarcan los límites del control cultural. Nunca se llega, ni si quiera se aproxima a los
casos extremos, y a pesar de que aceptan que la cultura es un fuerte determinante,
saben que la hegemonía es más frágil de lo que parece y nunca total como se
pretende.

¿ Cómo la práctica modela al sistema?

Aquí hay dos consideraciones: a)- como la práctica reproduce al sistema y b)- como la
practica puede cambiar al sistema.
a)- La reproducción del sistema: En Antropología existe una larga tradición en
cuestionar Cómo las normas, valores y esquemas conceptuales, son reproducidos por
y a través de los actores.
• Antes de los años 60, el énfasis descansa sobre las prácticas de
socializacion, del proceso. Excepto en Inglaterra donde y por la influencia de
Durkheim, el proceso se centra en el ritual Es a través del ritual donde los
actores se unen a las normas y valores de su cultura o se separan de ellos.
• En contraste, el nuevo enfoque la práctica pone énfasis en las prácticas de la
vida cotidiana ( común- ordinaria). Prácticas que antes no fueron ingnoradas,
pero que son resaltadas con más fuerza en la actualidad. Bourdieu, se centra en
los momentos de mayor intencionalidad de la práctica, pero tambien pone
mucha atención en las pequeñas rutinas que la gente ( en su interaccion social)
realiza una y otra vez al trabajar, al comer, dormir, relajarse, o en los escenarios
de etiqueta ( gala). Estas rutinas, llevan consigo las nociones de tiempo,
espacio, y orden social que subyacen y organizan al sistema como un todo. Al
realizar estas rutinas los actores,. No solo siguen siendo modelados por los
principios subyacentes involucrados, sino que constantemente estan reforzando
estos principios en el mundo de la observación pública y del discurso.

Detrás de esto se esconde un interrogante acerca de si toda la practica ( todo lo que


hacen los hombres ) encarna y por lo tanto reproduce los principios del sistema. En
realidad nos encontramos frente a un profundo problema filosófico: si los actores son
seres completamente culturales, cómo podrían hacer algo que no implicara la
reproducción de esos principios. De manera mas mundana: la pregunta es si la práctica
divergente o no normativa es una simple variación de los temas culturales o si implican
realmente modos sociales y culturales alternativos.

b)- El cambio:

Las dos formulaciones anteriores implican dos modelos diferentes de cambio


sistémico.

• Uno de ellos es el modelo marxista clásico, en el que las diferencias del trabajo y
las relaciones asimétricas de poder, crean contraculturas incipientes dentro del
sitema dominante mismo. Al menos algunas prácticas y modos de conciencia
de los grupos dominantes “ zafan” o se “escapan” de la hegemonía
prevaleciente. El modelo marxista tiene una variedad de problemas que no
revisaré aquí, pero si diré que este modelo funciona mejor cuando se analizan
diferencias de clase, históricas, y culturales como por ejemplo en el caso del
colonialismo y el imperialismo. Sin embargo, es menos efectivo en otros casos
(con los que lidian diariamente los antropólogos) donde los sistemas culturales
son homogéneos y donde las asimetrías e inequidades – basadas por ejemplo
en genero, edad o parentesco- son inseparables de las complementariedades y
reciprocidades que son sentidas como reales.
• Marshal SAHLIM ofrece un modelo diferente donde el cambio sistémico deriva
del cambio en las prácticas pero de un modo distinto al anterior. Para Sahlins el
cambio radical no debe relacionarse con la llegada al poder de grupos con
visiones alternativas del mundo. Él pone énfasis en la importancia de los
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cambios de significado en las relaciones de existencia ( o existenciales) . Para
Sahlins ( y desde una cascara de nuez – ingenuo) la gente de diferentes
posiciones sociales tiene intereses diferentes y actua en consecuencia. Esto no
implica conflicto o lucha, tampoco implica que personas con intereses diversos
tengan visiones radicalmente diferentes del mundo. Lo que sí implica es que
ellos tratarán de mejorar e incrementar sus respectivas posiciones cuando se
presente la oportunidad , y lo harán a través de los significados tradicionalmente
disponibles para personas en su posición. El CAMBIO DEVIENE cuando las
estratégias tradicionales, que implican pautas tradicionales de relacion (por
ejemplo entre hombres y mujeres) son desplegadas en relación a un fenómeno
nuevo (por ejemplo, el arribo del capitán Cook a Hawai) que no responde a
aquellas estrategias tradicionales. Este cambio de contexto, esta refracción del
mundo real a las expectativas tradicionales, responde a: las estrategias de la
práctica y la naturaleza de las relaciones que persiguen.
El modelo de Sahlins no incorpora la divergencia de intereses en la formación de
una contracultura y no ve al cambio en términos de reemplazo de grupos. El
cambio, para él, es una reproducción fallida, y al subrayar los cambios de
significado como un proceso revolucionario, presenta a la revolución misma
menos extraordinariamente que a otros modelos. Podemos distinguir algunas
objeciones: Sahlins, de alguna manera, sigue tomando la perspectiva del interes,
la confronta muy poco y ofrece una fórmula que atenta muy suavemente contra
las cualidades etnocéntricas de la misma. En realidad, Sahlins no aborda los
pensamientos y sentimientos que llevan al actor a actuar de manera compleja.
Sahlins hace que el cambio parezca demasiado sencillo, ya que no profundiza a
cerca de los mecanismos que hacen que el sistema se mantenga.

Del hecho de que la reproducción sistémica se realice a través de las actividades


rutinizadas e interacciones de la vida doméstica se derivan algunos puntos:
Debido al grado de protección que tiene la vida doméstica de la esfera social, prácticas
muy importantes (como la socialización infantil) permanecen intactas y la transmisión
de valores y categorías nuevas puede ser obstruída. Lo que se transmite será
significativamente modificado.

Resumiendo, hay más nexos y posibilidades de fuga que lo que sugiere Sahlins. Pero
si bien el curso del cambio estructural es más difícil y complejo de cómo lo ve Sahlins,
éste presenta un convincente enfoque de cómo el cambio puede ser más fácil de lo que
se cree.

Cierro esta sección con dos comentarios a cerca de los dos realizados anteriormente:
El primero tiene que ver con la centralidad que ocupa la dominación en el marco
contemporáneo de la practica. Estoy persuadido de que penetrar en el campo de las
relaciones asimétricas, es ir al centro de lo que ocurre en cualquier sistema. Estoy
igualmente convencido de que tal campo, por sí mismo, es sesgado. Las pautas de
cooperación, reciprocidad y solidaridad constituyen la otra cara de la moneda en la
sociedad. En el contexto posterior a los años 70 las visiones de lo social, en términos
de intercambio y obligación moral son tratados como una ideología.
En segundo lugar, tengo una reserva respecto a una ironía en el modelo de la práctica.
La ironía es que a pesar de que las intenciones de los actores son centrales en el
modelo, la mayor parte del cambio social proviene DE LAS CONSECUENCIAS NO
BUSCADAS DE LA ACCIÓN. Afirmar que la sociedad y la historia son productos de la
acción humana es verdadero, pero sólo en un sentido irónico. Casi no existen
productos de la acción humana que los actores mismos hayan querido provocar.

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