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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

INAH SEP

LA PINTURA MURAL Y LA FUNCIÓN DE LOS ESPACIOS EN LOS


CONJUNTOS DEL BARRIO LA VENTILLA, TEOTIHUACÁN

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE:


LICENCIADA EN ARQUEOLOGÍA

P R E S E N T A
LIZETH AZUCENA CERVANTES REYES

DIRECTOR DE TESIS:
SERGIO GÓMEZ CHÁVEZ

MÉXICO, D.F. DICIEMBRE 2007


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LA PINTURA MURAL Y LA FUNCIÓN DE LOS ESPACIOS EN LOS CONJUNTOS DEL


BARRIO DE LA VENTILLA, TEOTIHUACÁN

CONTENIDO

Agradecimientos………………………………………………………………………….. 4
Introducción………………………………………………………………………………... 6

CAPITULO I. TEOTIHUACÁN Y EL BARRIO LA VENTILLA………………………… 10


1. Consideraciones generales
Ubicación y características fisiográficas del Valle de Teotihuacán…….. 10
Cronología……………………………………………………………………. 18
2. La Ventilla………………………………………………………………………… 35
Antecedentes………………………………………………………………… 35
Proyecto La Ventilla 1992-1994……………………………………………. 38
3. Conjuntos arquitectónicos de La Ventilla………………………………….. 41
Frente de excavación 1……………………………................................... 41
Frente de excavación 2……………………………………………………... 51
Frente de excavación 3……………………………………………………… 65
Frente de excavación 4……………………………………………………… 67
El gran espacio abierto……………………………………………………… 70

CAPITULO II. CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE LA SOCIEDAD CLASISTA INICIAL


1. Formación Económico Social ………………………………………………… 72
Modo de producción………………………………………………………… 73
Superestructuras…………………………………………………………….. 74
1.2.1 Psicología Social…………………………………………………………. 75
a) Conciencia social………………………………………………………… 76
b) Afectividad………………………………………………………………... 77
1.2.2 Institucionalidad …………………………………………………………... 77
2. Cultura…………………………………………………………………………….. 77
3. Sociedad clasista inicial.............................................................................. 79
3.1 La institución religiosa……………………………………………………….. 90
4. El Simbolismo religioso………………………………………………………… 92
5. Hipótesis y proposiciones……………………………………………………… 94

CAPITULO III. ARQUITECTURA: ESPACIO Y FUNCIÓN


1. Arquitectura de Teotihuacán…………………………………………………… 98
Planeación y desarrollo urbanos……………………………………………. 99
Conceptos y elementos arquitectónicos principales………………………. 111
Áreas de actividad…………………………………………………………….. 117
El barrio teotihuacano…………………………………………………………. 119
Materiales y sistemas constructivos …………………………………………. 124
2. Arquitectura de La Ventilla………………………………………………………. 131
2.1 Análisis arquitectónico…………………………………………………………. 133
2.1.1 Espacios y elementos principales…………………………………… 133
2.1.2 Etapas constructivas………………………………………………….. 146
2.2 Los espacios y sus murales…………………………………………………… 149

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CAPITULO IV. DISTRIBUCIÓN DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS EN LOS


CONJUNTOS ARQUITECTÓNICOS
1. Cerámica…………………………………………………………………………… 151
2. Lítica……………………………………………………………………………….. 151
3. Entierros…………………………………………………………………………… 153
4. Otros materiales…………………………………………………………………. 158

CAPITULO V. ANÁLISIS DE LA PINTURA MURAL


1. La pintura mural en Teotihuacán……………………………………………… 164
1.1 Investigaciones previas sobre pintura mural teotihuacana……………… 173
2. Cronología………………………………………………………………………… 177
2.1 Épocas, fases técnicas y estilísticas……………………………………….. 177
3. Iconografía en Teotihuacán……………………………………………………. 190
3.1 Aspectos generales de la Iconografía...................................................... 190
3.2 Los murales del Conjunto Templo del Barrio
(Frente de excavación 1)………………………………………………………….. 195
3.2.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos………………… 195
3.3 Los murales del Conjunto de los Glifos
(Frente de excavación 2)………………………………………………………….. 219
3.3.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos………………… 219
3.4 Los murales del Conjunto Habitacional
(Frente de excavación 3)………………………………………………………….. 255
3.4.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos………………… 255
3.5 Los murales del Conjunto Residencial
(Frente de excavación 4)………………………………………………………….. 259
3.5.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos………………… 259

CONCLUSIONES…………………………………………………………………………….. 268

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………….. 275

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A mis padres
Aidé y David

A mi hermana Lorena

En memoria de mi gran amiga


Patricia González López †

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AGRADECIMIENTOS

Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo y ayuda de mucha gente a la que quiero
agradecer infinitamente. Después de muchos meses de contratiempos, trabajo y
dedicación, finalmente concluyo mi tesis de licenciatura que es el resultado de un
esfuerzo conjunto.
Primero quisiera agradecer a mi director de tesis, el Arqlgo. Sergio Gómez Chávez por su
paciencia, dedicación y por hacer que me esforzara con cada revisión. Por sus consejos,
aportaciones y por ser una guía en el desarrollo de este trabajo.
A mis asesores Dra. Maria Elena Ruiz Gallut y Dr. Jorge Angulo Villaseñor por haber
aceptado ser parte de este trabajo y por sus valiosas aportaciones.
Al Profesor Rubén Cabrera por brindarme su ayuda, de quien he aprendido mucho sobre
el barrio La Ventilla y Teotihuacán en general. Gracias por su apoyo y confianza.
A Julie Gazzola por facilitarme algunas imágenes y por sus comentarios y conocimientos
sobre La Ventilla.
Al Centro de Estudios Teotihuacanos por el apoyo económico y moral para el desarrollo
de esta tesis, en especial al Arqlgo. Jesús Torres.
Al Dr. Arturo Menchaca, Dr. Ernesto Belmont y a todo el grupo del Instituto de Física por
permitirme contribuir con mi granito de arena en el proyecto de La Pirámide del Sol y
hacer crecer mi interés por Teotihuacán.
A mis maestros de la ENAH, sobre todo a aquellos que dejaron una huella en mi carrera:
Luis Felipe Bate, Manuel de la Torre †, John Joseph Temple Sánchez G., Serafín
Sánchez, Fernando Botas, Lauro González, Javier Martínez y Vera Tiesler.
A mis amigos y compañeros de la ENAH: Larissa Mendoza Straffon por ser siempre una
gran amiga y por su ayuda siempre que la he necesitado. A Itzel Velasco, Blanca Vilchis,
Alejandra Badillo y Oscar Sánchez por su apoyo y amistad durante y después de la
carrera.
Muy especialmente a mi amiga Patricia González †, que aunque ya no está entre
nosotros, dejó una huella imborrable. Quien siempre creyó en mí y me dio todo su apoyo
cuando lo necesité. Por la maravillosa amistad que nos unió.
A mi amiga Iliana Villaurrutia por su gran amistad y por motivarme en todo momento. Por
su ayuda incondicional en todos estos años.

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A Roberto Magdaleno por alimentar mi interés por la arquitectura, por sus conocimientos y
por su amistad. Gracias también por contribuir con algunas fotos para esta tesis.
A Erika Carrillo, Gonzalo Morales y Teresa Palomares, por su amistad durante el tiempo
que he trabajado en Teotihuacán. En especial agradezco a Erika por su paciencia durante
el análisis de materiales del Proyecto La Ventilla 2006, por sus consejos y aportaciones.
A Jaime Delgado, por su valiosa amistad, sus consejos y palabras de aliento en los
momentos difíciles. Le agradezco todo su apoyo y ayuda.
A Karina Zárate por demostrarme su apoyo y amistad cuando lo he necesitado.
A Claudia López por su confianza para participar en la descripción de los murales del
Acervo de la ZAT.
A Roberto Esparza por su paciencia para enseñarme a mejorar algunas imágenes y por
ayudarme a imprimir el primer borrador de esta tesis.
A mis amigas Claudia Rivera y Luz Salmerón, por su gran amistad, por el apoyo y por
motivarme a concluir con este trabajo.
A mis tías Marcela, Lourdes y Ma. Del Carmen Reyes Cabrera por ser un apoyo
incondicional en mi vida, por los consejos y la ayuda de siempre.
A mi hermana Lorena porque ha sido una inspiración de lucha y perseverancia. Gracias
por tu cariño y consejos.
Pero sobre todo agradezco infinitamente a mis padres David Cervantes y Aidé Reyes por
su apoyo incondicional y su comprensión, porque sin ustedes esto no sería posible,
gracias por su esfuerzo y amor que me sirvió para seguir adelante ante los problemas y
adversidades. Este trabajo es de, para y por ustedes.
Y a todos mis amigos y familiares por su cariño…

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INTRODUCCIÓN

El estudio de la ideología en general y de la cosmovisión particular de una sociedad,

considera el análisis de algunas manifestaciones culturales, entre las que destacan la

escultura, la cerámica ritual y la pintura mural. Estas manifestaciones se caracterizan por

tener símbolos que reflejan ideas sobre el mundo, creencias sobre la forma como los

dioses actúan e inciden sobre la vida del hombre, representando una realidad

determinada por aspectos económicos y sociales.

El análisis de la pintura mural ha tenido diferentes enfoques. A pesar de que se

han realizado trabajos donde se analiza la técnica, el estilo y el contenido simbólico, son

pocos los que se han dedicado a estudiar la pintura mural en su contexto, es decir,

analizar los murales en conjunto con la arquitectura, los materiales arqueológicos

asociados, así como de acuerdo a su cronología y otros aspectos determinados con las

relaciones fundamentales y procesos sociales de una sociedad concreta, expresados en

la formación económico social, una categoría que “refleja el hecho de que la base material

y las superestructuras integran la indisoluble unidad real de la sociedad” (Bate 1998: 57).

En Teotihuacán encontramos pintura mural en diversas partes de la ciudad, con

una extensa gama de imágenes y significados que incluyen desde motivos geométricos

hasta complejas escenas, reflejo de un sistema ideológico inmerso en la religión y los

mitos.

En relación con la arquitectura, la pintura mural se presenta en muros de templos y

pisos de recintos con características específicas. Estas características están relacionadas

con la distribución y el tipo de espacios, con la función y las actividades que allí se

realizaban, por lo que el binomio pintura mural y arquitectura se unen formando un

discurso simbólico irrepetible, lleno de sentido y significación.

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Los variados ejemplos que se tienen en Teotihuacán de conjuntos con

características particulares que presentan pintura mural y una distribución espacial, nos

refiere funciones específicas y una distinción en cuanto a las actividades, su uso y los

grupos sociales que los ocuparon.

Nuestro caso de estudio está enfocado toda la pintura mural localizada en un

barrio de la antigua ciudad: La Ventilla. En principio, esto implica una mayor complejidad

en cuanto al análisis de la pintura y su contexto, ya que se localiza en varios conjuntos

arquitectónicos con características particulares y funciones diferentes.

A partir del proyecto La Ventilla 92-94, se han realizado una serie de estudios e

investigaciones sobre los materiales arqueológicos, la arquitectura, los entierros, la pintura

mural y en general sobre su articulación, estructura y funcionamiento como un barrio de la

antigua ciudad. Nuestra propuesta es una aportación al estudio y comprensión del barrio y

la función de sus componentes estructurales. El análisis de los murales es una

herramienta útil para conocer elementos de la sociedad teotihuacana, un “documento”

para acercarnos al conocimiento de su ideología.

En La Ventilla encontramos pintura mural en distintas fases de ocupación de los

conjuntos, los cuales presentan cambios en las técnicas empleadas para su elaboración,

en los colores y los símbolos, reflejando cambios económicos y sociales al interior del

barrio y en la sociedad teotihuacana.

El interés de nuestro estudio se centra sobre todo en tratar de dar respuesta a las

siguientes preguntas: ¿Quiénes tenían el acceso a los espacios arquitectónicos en donde

se encuentran los murales?, ¿Cuál fue la función de los espacios que presentan pintura

mural? y ¿Qué actividades se realizaron en los conjuntos?.

En el primer capítulo de esta tesis damos un panorama general sobre Teotihuacán

y en cuanto a las características fisiográficas del valle; hacemos una revisión cronológica

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para entender los cambios ocurridos a lo largo de casi 600 años, analizando los factores

que contribuyeron a su desarrollo, decadencia y abandono. En seguida nos enfocamos al

barrio de La Ventilla, describiendo cada uno de los conjuntos arquitectónicos y la

ubicación particular de cada una de las pinturas murales.

Fundamentada desde una base materialista, en el segundo capítulo definimos las

características generales de las primeras sociedades de clase, ubicando a Teotihuacán

dentro de esta complejidad social. Este capítulo comprende la revisión de las categorías

de formación económico-social y cultura, que caracterizan a una sociedad concreta.

Dentro de estas mismas categorías definimos las superestructuras de psicología social e

institucionalidad, enfocándonos en la conciencia social y la religión, dos aspectos

fundamentales para comprender la función de los murales como medio de comunicación,

a través de los cuales se transmiten valores y creencias. En términos generales podemos

adelantar que las pinturas murales poseen un código simbólico con una fuerte carga

religiosa. Dentro de este capítulo también abordamos el tema del simbolismo, poseedor

de un profundo significado ideológico y acorde con la visión del mundo y su

representación por medio de distintos símbolos. Por último establecemos nuestras

hipótesis y la metodología empleada para este estudio.

El tercer capítulo está dedicado al análisis arquitectónico. Partimos de una visión

general de la arquitectura teotihuacana, revisamos las características de la organización

espacial de la ciudad, su planificación y los elementos que la componen: el centro urbano

y sus edificios, los conjuntos arquitectónicos y los barrios. Hacemos una revisión de los

sistemas constructivos, de circulación, de sus elementos estructurales, de la pintura mural

y los diferentes espacios que conforman y caracterizan la arquitectura teotihuacana.

También dedicamos un apartado para definir el concepto de espacio. En la última parte

del capítulo, presentamos el análisis arquitectónico de los conjuntos que componen el

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barrio La Ventilla, enfocándonos principalmente en los espacios con pintura mural.

En el cuarto capítulo hacemos una revisión de los resultados del análisis de los

materiales arqueológicos recuperados en las excavaciones. Cabe señalar que si bien no

se ha analizado todo el material, existen algunos estudios sobre la lítica pulida y tallada, el

hueso trabajado, los entierros y la cerámica que nos aportan información sobre la función

general de los conjuntos, no así de los espacios con pintura mural en particular.

El último capítulo lo dedicamos a varios aspectos de la pintura mural. En la primera

parte damos una perspectiva general de su importancia y características y hacemos una

revisión de los estudios realizados sobre pintura mural en Mesoamérica y en Teotihuacán.

También analizamos las propuestas cronológicas desarrolladas en torno a la pintura mural

de Teotihuacán, sus diferencias y coincidencias. En la segunda parte, nos enfocamos

propiamente al simbolismo, estableciendo los aspectos y conceptos que consideramos

fundamentales para el estudio de la pintura mural. Posteriormente hacemos el análisis de

cada mural de los conjuntos por unidad y espacio arquitectónico, describiendo en primer

término los motivos para después tratar de interpretar los símbolos y establecer su posible

significado, siempre considerando a la pintura mural como un elemento inseparable de la

arquitectura y el contexto donde se produjo y utilizó.

En la parte final de la tesis retomamos la información obtenida para la

constrastación de las hipótesis y presentamos las conclusiones generadas de nuestra

investigación.

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CAPITULO I

TEOTIHUACÁN Y EL BARRIO LA VENTILLA

1. Consideraciones Generales

1.1 Ubicación y características fisiográficas del Valle de Teotihuacán

Para entender mejor la estructura y dinámica de una sociedad, es necesario conocer y

aprehender todos los aspectos que la conforman. Por tal motivo, en este trabajo

pretendemos no dejar de lado el contexto natural en que se desarrolló la sociedad

teotihuacana para entender cómo condicionó de alguna manera su proceso de formación

y desarrollo.

En la parte noroccidental de la Cuenca de México se ubica el Valle de Otumba-

Teotihuacán-Tepexpan, también conocido como Cuenca del río San Juan. En este valle

se localiza la antigua ciudad de Teotihuacán, asentada en parte sobre un pedregal

basáltico, a una altura de 2,270 msnm (Figura 1.1).; otra parte de la ciudad se construyó

sobre la planicie aluvial.

Al ser una región volcánica, el valle está rodeado de una serie de edificios

volcánicos. Mooser (1968: 32-33) distingue dos sistemas de fracturas en el valle; la

primera dirigida de WNW a ESE (fracturamiento Chapala-Acambay) y es parte de la faja

volcánica transversal. El segundo sistema esta dirigido de SSW a NNE (perpendicular al

primer sistema). A su vez, en el primer sistema se identifican dos fracturas, una

corresponde a la Sierra del Patlachique y la otra a la del Cerro Gordo. Este último es la

máxima elevación de todo el valle con una altura de 3,050 metros sobre el nivel del mar.

Mooser indica que se trata de un volcán de edad intermedia que estuvo activo desde el

Plioceno. Por otro lado, el cerro del Patlachique con 2,600 metros de altura está ubicado

al sur del centro ceremonial y pertenece al Plioceno (Ibid.). El Valle de Teotihuacán

presenta una forma rectangular debido a los fracturamientos descritos, alargado de

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oriente a poniente, con salida hacia el lago de Texcoco en el extremo suroeste a través de

una planicie cercada por el cerro Chiconautla y la sierra Patlachique (Mooser ob.cit.: 34).

MÉXICO

Figura 1.1. La Cuenca de México y el Valle de Teotihuacán


(Tomado de Morelos, 1993)

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Esta característica volcánica del valle pudo suministrar de gran cantidad de

materiales para la construcción de la ciudad de Teotihuacán. La parte norte se asentó

sobre el pedregal basáltico, mientras al sur se erigió sobre la planicie aluvial. La roca

volcánica más utilizada fue el basalto en sus variedades escorioso (tezontle1) y compacto.

La andesita también se utilizó en bloques de revestimientos de muros y escalinatas,

aunque en menor proporción. Tanto el basalto como la andesita afloran en las

elevaciones circundantes2 y en lugares cercanos al valle.

En Teotihuacán existe un sistema de túneles artificiales ubicado en la parte

noroeste de la ciudad y corre en dirección noreste-sureste desde Oztoyahualco hasta el

pueblo de San Francisco Mazapa; recientemente se localizó otro complejo de túneles en

los alrededores de la Pirámide del Sol. Al este del Valle de Teotihuacán también se

localizan túneles (Oxtotícpac) que al parecer fueron ocupadas durante el periodo

Posclásico (Chávez et al.1988: 2). Después de una serie de estudios geofísicos y

geológicos realizados en diferentes sectores de la ciudad de Teotihuacán bajo la dirección

de la Dra. Linda Manzanilla, se llegó a la conclusión de que los túneles (comúnmente

referidas como cuevas) son cavidades artificiales excavados por los antiguos pobladores

del valle, de los cuales se extrajo gran cantidad de material de origen volcánico

(piroclastos o escoria volcánica) para usarlo como material de construcción (Manzanilla et

al. 1994: 143).

En cuanto a la hidrología, hay un estrechamiento en el valle que lo divide en dos

partes: una planicie superior o “altos” con un drenaje fluvial marcado y otra planicie baja

1
También conocido como escoria volcánica. El tezontle fue el material más utilizado para la construcción de
la ciudad de Teotihuacán debido a que se encuentra de forma abundante en la región y a sus propiedades
físicas que lo hicieron un excelente material constructivo.
2
La roca andesítica es la formación más antigua de la región, las emisiones basálticas son temporalmente
posteriores y reposan sobre las otras rocas ígneas. El cerro Patlachique está constituido en su mayoría por
andesita, así como los cerros Tepepatlaco, Santiaguito, Xoconoxtepec y Huitztoyo. La andesita basáltica o
basalto andesítico se encuentra en los cerros de San Luis, Tlactepec, Tompiatli, Trigo y Cerro Gordo, este
último se compone principalmente de basalto (Díaz 1922: 32-62).

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prácticamente sin drenaje (Mooser ob.cit.: 34). En la planicie superior se originan los tres

ríos principales de la región: San Juan, Huixulco y San Lorenzo. Es notoria la modificación

que sufrió el río San Juan por parte de los antiguos teotihuacanos, pasando a formar parte

de la traza urbana de la ciudad, sin embargo al sur de la población de San Juan3, se libera

y corre naturalmente. Al pasar por el estrechamiento, estos ríos se unen en uno solo que

después se pierde en la planicie inferior pantanosa para llegar finalmente al lago de

Texcoco (Lorenzo 1968: 55). En la parte suroeste del valle encontramos una de las áreas

más fértiles, donde existieron manantiales y suelos óptimos para la agricultura.

Mooser (ob. cit.) señala que esos manantiales se originan por las aguas infiltradas

debido a las lavas permeables de los altos y que alimentaban al río San Juan.

Anteriormente se había atribuido a esta zona la base de subsistencia de la población de la

ciudad (Parsons 1987). Sin embargo, Gómez y Gazzola (2004: 35-36) obtuvieron

evidencia suficiente para considerar que la formación de estos manantiales de la zona

suroeste es reciente, posiblemente originados durante la época colonial como resultado

de la deforestación y la construcción de un sistema de represas para evitar las

inundaciones que sufría la Ciudad de México, y por lo tanto, no es un sistema

prehispánico como se había pensado.

En época de lluvias, la planicie donde se unen los tres ríos, era propensa a

inundaciones a causa del estrechamiento aguas abajo que actuó siempre como un cuello

de botella (Ibid.). Lorenzo explica que la hidrología del Valle de Teotihuacán depende de

la precipitación. Esta conclusión es resultado de una serie de observaciones en donde se

registró una clara correlación entre la precipitación anual y los aforos del río San Juan, es

decir que hay una dependencia del caudal del río respecto a las precipitaciones (ob.cit.:

56). En la actualidad los manantiales trabajan bajo esta dinámica, es decir, dependen de

3
Esta modificación se puede identificar por las líneas rectas que presenta en parte de su cauce, con cambios
de dirección de 90° (Lorenzo 1968: 55).

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la cantidad de agua que se precipita e infiltra, es decir que a mayor precipitación por un

ciclo prolongado, mayor surgencia y viceversa (Ibid.: 57).

Es importante señalar que debido a las características orográficas del valle, se

originan diferencias considerables en la cantidad de humedad, lo cual produce climas que

varían de semisecos a subhúmedos. La temporada de lluvias comienza aproximadamente

entre mayo y junio, siendo julio el mes más lluvioso. En el Valle de Teotihuacán se

registra una precipitación anual promedio de entre 500 y 600 mm (García 1968: 12, 21 y

23).

Con respecto al clima, en el Valle de Teotihuacán se presenta el subtipo climático

BS1 semiseco templado, con temperatura media anual entre 12° y 18° C y la de los meses

más fríos (diciembre y enero) entre 3° y 18° C (Ibid.: 23). En la temperatura se presentan

dos máximos que corresponden con el doble paso del sol por el cenit (mayo o junio y

agosto) y dos mínimos (en enero y julio) (Ibid.: 11-12).

Aunque hoy en día en el Valle de Teotihuacán se aprecia un paisaje semiárido,

Mooser (ob.cit.: 34) señala que seguramente en otros tiempos se podían encontrar en el

valle, bosques de pino y encino cubriendo las elevaciones cercanas y pastizales en la

planicie, así como ahuehuetes y sauces bordeando los arroyos (Figura 1.2).

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Figura 1.2. Tipos de vegetación en el Valle de Teotihuacán 1100 a.C. – 100 d.C.
(McClung, 2003, Arqueología Mexicana N° 64)

Estas características fisiográficas hicieron del valle un lugar propicio para la

agricultura y por lo tanto para el asentamiento permanente de grupos humanos4. En este

sentido, existe evidencia de diversos tipos de plantas utilizadas tanto para el consumo ya

sea como alimento o como materia prima, ya sea para el vestido, y la fabricación de

instrumental y la arquitectura como combustible. Identificados a partir de análisis botánico,

así como en las representaciones pictóricas tanto en murales como en cerámica, se ha

planteado que los antiguos pobladores del valle consumieron diversas plantas como maíz

(razas Palomero, Toluqueño y Cónico), tule, amaranto, huauhzontli, epazote, verdolaga,

aguacate, frijol, huizache, tuna, nopal, biznaga, chile, tomate, calabaza, ciruela, algodón,

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amate, quelite, carrizo, tejocote, ciruela, papa y otras que han sido identificadas (Mc Clung

1987: 60 – 66). Pero muchas de estas especies no fueron cultivadas dentro del valle

aunque sí dentro de la Cuenca de México e incluso en otras partes del Altiplano Central.

Según Lorenzo (1968: 68) la capacidad de carga del valle sólo podía sostener a cerca de

40,000 personas y por lo tanto una población mayor a este número, como la que llegó a

tener Teotihuacán, tuvo que haber obtenido alimento fuera del valle, por lo que sugiere

que el comercio debió ser la manera en que la ciudad obtenía parte del alimento

necesario para su subsistencia. Gómez y Gazzola (2004) señalan que las estimaciones

sobre la producción agrícola en la época prehispánica están basados en apreciaciones

erróneas ya que la fisiografía actual de las áreas de cultivo señaladas por otros autores

(Puxtla y Atlatongo) son “producto de actividades humanas de los últimos 500 años” y en

consecuencia el valle debió sostener a una población menor a la calculada por Lorenzo.

Por lo tanto es posible suponer que la mayor parte del alimento necesario para sostener a

la población del valle era importado5.

En cuanto a la fauna hay evidencia arqueológica de que la caza y la domesticación

fueron actividades practicadas por los antiguos pobladores. Se han identificado restos de

diferentes especies, incluyendo algunas propias de otras regiones que fueron importadas

o traídas por los teotihuacanos. Los animales domesticados fueron el perro y el guajolote,

aunque los teotihuacanos aprovecharon la fauna local como conejo, venado, coyote,

tlacuache, cacomixtle, cenzontle, roedores, armadillo, tecolote, codorniz, rana, ardilla,

liebre, mapache, cincuate, sapo, paloma, ganso, tortuga, camaleón, chapulín, culebra,

halcón, zopilote y zorrillo entre otros.

4
La capacidad de carga del valle es insuficiente para mantener a una población tan numerosa como la que
llegó a tener en el valle. Esto ha llevado a suponer que para las primeras fases hubo la necesidad de construir
un sistema de canales para la agricultura.
5
Gómez y Gazzola (2004: 18) señalan en este sentido que tanto la Cuenca de México en particular como el
Altiplano Central y sus diferentes áreas constituyeron fuentes importantes de recursos alimenticios y otros

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Algunos autores atribuyen mayor importancia al factor ecológico en el surgimiento

y fin de Teotihuacán (Sanders y Price 1968, Sanders 1970, 1972, 1976, Sanders, Logan y

Parsons 1976), sin embargo nosotros pensamos que es un aspecto que condiciona el

desarrollo de las sociedades sin que lo determine.

Bajo esta visión ambientalista existen perspectivas como las del determinismo

ambiental y la ecología cultural (Steward 1955) que tratan de explicar la relación entre las

comunidades humanas y el medio ambiente, así como relación entre la producción y

explotación del medio con base al desarrollo de la tecnología agrícola (McClung 1979).

Consideramos que el desarrollo de las sociedades implica factores de índole económico y

social más que de tipo ambiental o ecológico, que si bien es importante tomar en cuenta

para comprender ciertos aspectos, no es determinante para explicar procesos sociales.

Como veremos a continuación, en Teotihuacán surge a partir de una serie de eventos

que podrían explicarse desde una perspectiva socioeconómica, lo que nos permite

comprender cómo fue que se convirtió en la ciudad más importante de Mesoamérica y

cuyo poder perduró casi 600 años.

Desde esta perspectiva, nuestro estudio tendrá un enfoque materialista que intenta

explicar las relaciones sociales y su correspondencia con el grado de desarrollo de las

fuerzas productivas. Las contradicciones propias del modo de producción generan

“cambios evolutivos, en los cuales se dan los procesos de revolución social que

transforman cualitativamente el modo de producción y, consiguientemente, la totalidad

social” (Bate 1998: 83).

productos, aunque otras regiones más lejanas también debieron abastecer a la gran urbe de otro tipo de
productos y materias primas.

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1.2 Cronología

La sociedad teotihuacana se desarrolló entre los años 250 a.C. y el 650 d.C. Para

comprender de una manera más sistemática el proceso histórico, se deben conocer las

particularidades de cada una de estas fases en que los investigadores han dividido la

historia de Teotihuacán. Para nuestro estudio es indispensable la cronología, porque

ayudará a ubicar el grado de desarrollo de la ciudad en las fases en que el barrio de La

Ventilla estaba en funcionamiento. El interés de ellos es poder hacer un análisis de la

pintura mural y la arquitectura en relación con las características de la formación

económico-social.

ƒ Fase Patlachique (150 a.C. - 0)

Millon (1973: 71) sugiere que en la fase Patlachique en el valle había una población de

entre 5 mil a 10 mil habitantes formado por una serie de pequeños asentamientos

dispersos. Dos asentamientos que cubrían un área aproximadamente de 6 km2 al norte de

la región, donde posteriormente se erigiría la ciudad (ob.cit.: 51).

Angulo plantea que en esta fase se dio un proceso de formación y atracción centrípeta, es

decir, que todos estos pequeños asentamientos del valle se comenzaron a concentrar en

donde posteriormente estaría el centro urbano de Teotihuacán (1997: 157).

Se considera que en esta fase comenzó la edificación de pequeños templos que

serían el antecedente de los conjuntos de tres templos, representativos de la siguiente

fase y que la población existente en el valle estaría conformada de diversos grupos

etnolingüísticos, resultado de la llegada de grupos provenientes de la Cuenca de México y

de otras regiones6 además de los que ya estaban asentados en la zona (Millon 1966,

1973). Existen hipótesis que sostienen que al Valle de Teotihuacán llegó gente de

18
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Cuicuilco a consecuencia de la erupción del volcán Xitle, aunque se identificó presencia

de cerámica muy parecida a la de Cuicuilco desde fases anteriores a la Patlachique7.

En cuanto a la producción agrícola, Gómez y Gazzola proponen que para la fase

Patlachique o Tzacualli, la agricultura era la base y el factor fundamental de la economía

por lo que “debieron haberse desarrollado sistemas de cultivo intensivo que permitieron el

sostenimiento [...]” de la creciente población (2004: 24).

ƒ Fase Tzacualli (0 - 150 d.C.)

Denominada también como Teotihuacán I. Para esta fase, el asentamiento que había

adquirido las características de una ciudad alcanzó una extensión de 17 km2, y contaba

con una población aproximada de 30 mil habitantes, convirtiéndose así, en el centro más

importante del Altiplano Central del periodo Clásico Temprano (Millon 1966: 71-72)

(Figura 1.3).

Morelos considera que a partir de esta fase comienza la construcción de espacios

y volúmenes urbanos en Teotihuacán (1998: 93) y Drewitt (1966: 81) señala que en esta

fase da inicio el desarrollo de la planeación de la ciudad, lo que se refleja claramente con

la construcción de la Pirámide del Sol, las estructuras interiores de la Pirámide de la Luna

y el Templo de la Serpiente Emplumada. Millon (1973) identifica que la división en

cuadrantes de la ciudad comenzó a partir de esta fase, teniendo como ejes principales la

Calle de los Muertos y la Avenida Este según estos autores la orientación de las

construcciones en Teotihuacán pertenecientes a esta fase es de 15°30’ al este del norte

astronómico (Ibid.), sin embargo, recientes investigaciones llevadas a cabo por Gazzola y

6
Morelos menciona que estas migraciones debieron afectar y contribuir en la conformación y desarrollo
urbano de Teotihuacán, y que estos grupos tendrían una identidad étnica por lenguaje, costumbres o mitos
semejantes (1998: 98).
7
Hipótesis sustentada sobre todo en la presencia de tradición cerámica Cuicuilco desde la fase Cuanalán o
Ticomán (contemporáneos), hasta la fase Tzacualli, cuando finaliza dicha tradición cerámica en Teotihuacán
(cfr. Bennyhoff 1966: 20-22).

19
_________________________________ ______________________________

Gómez (2006) en La Ciudadela han demostrado que es esta fase la orientación de las

construcciones era de 11°, es decir que tenían una diferencia de 3° y 4° con las épocas

posteriores.

Figura 1.3. Superficie de la ciudad durante la fase Tzacualli


(Tomado de Millon 1973 y Matos 1990)

Como parte del proceso de generación de espacios en Teotihuacán se inicia la

construcción de los conjuntos de tres templos, que se distinguen por la distribución de tres

plataformas con sus respectivos templos, orientados a los puntos cardinales, limitando

una plaza en cuyo centro hay un altar o adoratorio. Esta distribución tripartita de templos

se repite en toda la ciudad no sólo en la fase Tzacualli, sino también en fases posteriores.

También existen algunas hipótesis sobre la dinámica y función de estos conjuntos (Millon

1973, Manzanilla 1993, Gómez 2000). En general se propone que los conjuntos de tres

20
_________________________________ ______________________________

templos fueron parte del sistema que sirvió para cohesionar a la población, ya fuera de un

barrio o de un sector de la ciudad, en donde confluían la política, la economía y la religión.

De acuerdo a la clasificación cronológica de monumentos de Acosta, la Época I

comienza en esta fase, en la cual sólo hay dos monumentos antes mencionamos, y que

corresponden a las primeras subestructuras de las pirámides del Sol y la Luna (1966: 46).

Spence identifica que en la fase Tzacualli comienza el gran desarrollo de la

industria lítica en Teotihuacán. De acuerdo a los lugares que identificó y al material

encontrado, Spence propone que para esta fase había una especialización desarrollada,

ya que el material es muy variado, por lo que se podría decir que “cada artesano fabricaba

todos los tipos de herramienta de obsidiana” (1966: 214). Sin embargo Clark (1986)

cuestiona y critica las propuestas tanto de Spence como de Santley con relación a los

talleres en la antigua ciudad. Clark considera que la identificación de un taller de

obsidiana depende del tipo de artefactos que se registren y no solamente de la densidad

de material (ob.cit.: 29-31), es decir, la alta densidad de artefactos y desechos de éstos

registrados en superficie, es evidencia insuficiente para identificar un taller, como tampoco

es suficiente para calcular la escala de la producción lítica en Teotihuacán. Esta situación

ha llevado a replantear la idea del número o cantidad de talleres.

En cuanto a la cerámica, se localizó una gran concentración en la parte noroeste

de la ciudad, lo cual “nos indica que había crecido enormemente la población en esta

etapa” (Rattray 1998: 256). También se detectó la presencia de elementos extranjeros,

posiblemente originarios de Puebla, así como algunas cerámica foráneas como el

Anaranjado Delgado, el Anaranjado Lustroso de la región del Golfo y el Anaranjado

Granular, posiblemente de Guerrero y Morelos (cfr. Rattray 1979, 1998). Estos datos nos

muestran la presencia de grupos externos dentro del valle, así como el inicio de un

intercambio comercial con diversas regiones de Mesoamérica.

21
_________________________________ ______________________________

Con relación a la pintura mural, Magaloni (1995, 1998) y Lombardo (1995)

proponen que en esta fase da inicio la tradición pictórica en Teotihuacán. Magaloni

determina que la Primera fase técnica (1-200 d.C.) comienza en las fases Tzacualli y

Miccaotli. Por su parte Lombardo señala que la Primera fase estilística ocurre en la fase

Tzacualli.

Para esta fase Teotihuacán comienza a mostrar los inicios del gran desarrollo que

alcanzaría en fases posteriores; además presenta una clara y compleja estratificación

social, resultado de las relaciones sociales establecidas en torno a la propiedad de los

medios de producción.

ƒ Fase Miccaotli (150 - 200 d.C.)

También conocida como Teotihuacán II. De acuerdo a las investigaciones realizadas por

Millon, Teotihuacán llegaría a su máxima extensión con 22.5 km2 con una población de

aproximadamente 45 mil habitantes (1966: 72), aunque posteriormente Cowgill (1974: 38)

estima que la población alcanzaría una población de entre 50 y 60 mil habitantes (Figura

1.4). La ciudad ya estaría bien conformada en los cuadrantes antes mencionados con la

construcción de la Avenida Oeste que sería la continuación de la Avenida Este. Se

superpone otro nivel a la Pirámide de la Luna y se construye el pretemplo de Quetzalcoatl.

El inicio de la construcción de La Ciudadela muy probablemente se dio al final de esta

fase e inicios de la siguiente (Cabrera 1991, 1998, Millon 1973, Rattray 1973, 1998),

convirtiéndose en el centro político y religioso de Teotihuacán.

Como parte de esta nueva traza urbana se realizó la desviación del Río San Juan,

que corre en forma perpendicular a la Calzada de los Muertos. Sin embargo aún existen

dudas con respecto a la cronología de estos trabajos (Sánchez 1998). Angulo (1997)

asocia este cambio del curso del río a la fase que él mismo denomina de Transición

22
_________________________________ ______________________________

Miccaotli-Tlamimilolpa, que abarcaría los últimos años de la fase Miccaotli, lo que coincide

con la propuesta inicial.

Es importante señalar que autores como Angulo (1998), Rattray (1998) y Cowgill

(1998) proponen una fase de Transición entre las fases Miccaotli y Tlamimilolpa (200 -

300) para hacer más comprensible los procesos del cambio ocurridos entre ambas. Según

Rattray esta fase ha creado confusión, ya que se detectaron errores en la clasificación

original de la cerámica, lo que motivó a una revisión exhaustiva de la cronología (1998:

259). Angulo apoya la modificación hecha por Rattray después de observar:

cambios en los estilos, contenido y la motivación iconográfica que encierran los


mensajes politicorreligiosos, pero sobre todo, los cambios que se reflejan en
algunas de las modificaciones urbano-arquitectónicas y en la sustitución de los
elementos simbólicos que quedaron plasmados en las esculturas, la cerámica y
en las pinturas murales... (1998: 218).

Acosta propone que en esta fase comienza la Época II de la cronología de

monumentos, en la cual ubica la construcción de edificios superpuestos, antes llamados

“Los Subterráneos”, el Templo de la Agricultura y el de los Animales Mitológicos (ob.cit.:

47-48).

Para esta fase hay conjuntos arquitectónicos con diferentes características; están

aquellos de tipo residencial donde vivieron los grupos de élite o bien donde realizaban

actividades de tipo institucional; y por otro lado están los de tipo habitacional con

actividades domésticas y artesanales, que se distinguen entre otras cosas por la

austeridad de los acabados. Los conjuntos de tipo residencial y con funciones

institucionales presentan pintura mural, constituyéndose como un instrumento

fundamental de la ideología de la clase explotadora y los grupos que la integraron, lo que

sirvió para incrementar el distanciamiento social entre las clases y grupos en Teotihuacán,

23
_________________________________ ______________________________

una condición necesaria de las primeras sociedades de clase (Bate 1984, Gómez y

Gazzola 2004).

La industria lítica manifiesta un incremento ya que según Spence se detectaron

dos áreas de gran tamaño en la parte este del perímetro de la ciudad pertenecientes a

esta fase, aumentando el uso de la obsidiana verde en la manufactura de navajas (1966:

215, 217).

Figura 1.4. Superficie de la ciudad durante la fase Miccaotli


(Tomado de Millon 1973 y Matos 1990)

Rattray observa que el complejo cerámico de esta fase muestra ciertas

continuidades con el de la fase Tzacualli, en donde se mantienen alguna de las formas

(1998: 260).

Según Magaloni (ob.cit.) continúa la Primera fase técnica de la pintura mural en

Teotihuacán y de acuerdo a Lombardo comienza la Segunda fase estilística (ob. cit.). Al

24
_________________________________ ______________________________

respecto cabe hacer un paréntesis y adelantar un comentario respecto a la cronología de

la pintura mural. A diferencia de Magaloni y Lombardo, Gómez y Gazzola (en prensa: 3)

proponen una cronología de cuatro épocas de la pintura mural teotihuacana. Su propuesta

considera que “cada época de la pintura mural refiere cambios y procesos económicos y

sociales complejos, relacionados con el desarrollo de la sociedad, de la dinámica interna

del sistema y de sus contradicciones”. Aunque en esta parte de la tesis todavía no

analizaremos esta propuesta con detalle8, es preciso decir que los autores establecen el

desarrollo de la Época 1 de la pintura mural en esta fase de acuerdo a su análisis que

más adelante explicaremos, coincidiendo con Millon, quien establece que la pintura mural

aparece en Teotihuacán en la fase Miccaotli (1966b: 15).

La gran actividad constructiva de esta fase sugiere la existencia de una sólida

estructura política y una base económica suficientemente estable que permitió el

desarrollo y consolidación del Estado teotihuacano.

ƒ Fase Tlamimilolpa (200 – 350 d.C.)

La ciudad de Teotihuacán alcanzó en esta fase una extensión de 22 km2, es decir, un

poco menor a la fase anterior, aunque la población aumentó a casi 150 mil habitantes

(Millon 1976) (Figura 1.5). Este crecimiento poblacional se ve reflejado en el aumento de

la actividad constructiva y el número creciente de los llamados conjuntos

departamentales. Estos conjuntos tienen la misma orientación que la Pirámide del Sol

(Millon 1973: 56). Algunos de los conjuntos explorados de esta época son Tlamimilolpa,

Tetitla, los del barrio de La Ventilla, La Ventilla A y B y Tlajinga 33 (Rattray 1998:

267,Gómez 2000).

8
Esta propuesta también será desarrollada en el último capítulo (V) que corresponde al análisis de la pintura
mural.

25
_________________________________ ______________________________

Para esta fase Angulo (1997) habla de un florecimiento y una expansión centrífuga

de Teotihuacán, esto quiere decir que tuvo influencia y presencia en toda Mesoamérica,

así como una gran actividad comercial y de intercambio de bienes, productos, ideas, etc.

Hacia el 250 d.C., La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada terminan

de ser construidos, así como los dos conjuntos a cada lado de ese edificio (Ibid.: 262). En

las pirámides del Sol y de La Luna, se construyen los basamentos adosados. De acuerdo

a la clasificación de Acosta (ob.cit.), el Templo de los Caracoles Emplumados se ubicaría

en la Época II de su cronología. También Millon (ob.cit.) sitúa la construcción de este

edificio en Tlamimilolpa. Hacia el final de Tlamimilolpa Tardío (300 - 450 d.C.), Acosta

propone el inicio de la Época III en la arquitectura, que se prolongaría hasta Xolalpan

Tardío (ob.cit.: 48).

Figura 1.5. Superficie de la ciudad durante la fase Tlamimilolpa


(Tomado de Millon 1973 y Matos 1990)

26
_________________________________ ______________________________

A partir de la fase Tlamimilolpa aparecen más áreas donde se trabajaba la lítica.

De acuerdo a Spence (ob.cit.) y Millon (1973) la mayor concentración de obsidiana se

localiza en la parte este de La Ciudadela, al oeste del Gran Conjunto y al noroeste de la

Pirámide de la Luna.

La mayor presencia de cerámica foránea es un indicador del crecimiento de las

actividades comerciales y de intercambio de Teotihuacán con otras regiones de

Mesoamérica como Oaxaca, la región el Golfo de México y el área maya (Kaminaljuyú)

(Millon ob.cit.: 58). Un ejemplo de cerámica importada es el Anaranjado Delgado

proveniente del sur de Puebla, ya presente en fases anteriores pero ahora en mayor

cantidad.

En la pintura mural se muestran notables cambios tanto en los motivos

iconográficos y el estilo como en la técnica pictórica. Magaloni (ob.cit.) identifica una

segunda fase técnica dentro de la fase Tlamimilolpa Temprana (200 - 300 d.C.) y además

propone una fase técnica de transición II -III para Tlamimilolpa Tardío (300-450 d.C.).

Gómez y Gazzola (ob.cit.) identifican la Época 2 de la pintura mural también dentro de

Tlamimilolpa Temprana (200 - 250 d.C.) y coinciden con Magaloni en proponer una fase

de transición 2-3 correspondiente a Tlamimilolpa Temprana – Tlamimilolpa Tardía (250 -

300 d.C.). Por su parte, Lombardo (ob.cit.) distingue una tercera fase estilística que se

desarrolla durante la fase Tlamimilolpa.

La organización y estructura de los espacios de la ciudad en barrios, la existencia

de cientos de conjuntos departamentales, la especialización en las actividades

económicas, artesanales, y la presencia de instituciones que regían diferentes aspectos

de la sociedad, pero sobre todo la existencia de dos clases sociales fundamentales,

presupone la existencia de un aparato estatal plenamente consolidado.

27
_________________________________ ______________________________

En esta fase, la antigua ciudad de Teotihuacán presenta transformaciones que

responden a los cambios ocurridos en su estructura política y social. Se inicia la

construcción de los conjuntos departamentales destinados para ser ocupados por la

mayoría de la población, que como explicaremos en el capítulo III, son el reflejo de

cambios en la estructura social.

Pero así como la sociedad se volvía más compleja, las instituciones también se

fueron transformando y algunas debieron adquirir mayor fuerza. La religión como

instrumento ideológico de dominación, habría servido para justificar la posición de la clase

explotadora en el sistema de relaciones sociales (cfr. Morelos 1991). Las imágenes y el

código simbólico eran algunos de los medios que servían para justificar el

distanciamiento social y que sólo la clase dominante detentaba, ya sea como elementos

de prestigio y distinción. Los espacios con pintura mural fueron restringidos en cuanto a

su uso para los miembros de clase dominada, legitimando el poder de las instituciones y

de los grupos de la clase dominante.

ƒ Fase Xolalpan (350 – 550 d.C.)

La fase Xolalpan corresponde a Teotihuacán III y III A. De acuerdo con las estimaciones

de Millon (1973, 1976), para esta fase la antigua ciudad de Teotihuacán alcanzó una

extensión de aproximadamente 23 km2. La población seguía aumentando

considerablemente hasta llegar a tener entre 150 mil y 200 mil habitantes (Figura 1.6).

Aunque la actividad constructiva ya no es tan intensa durante esta fase, Millon

plantea que seguramente fue cuando se construyó el Gran Conjunto, un lugar donde

probablemente se ubicaba el mercado principal de Teotihuacán (1966: 75-76). Al respecto

Drewitt señala que esta hipótesis se sustenta porque parece que hubo libre acceso desde

la Calle de los Muertos y de la Avenida Oeste hacia la plaza central del conjunto y

28
_________________________________ ______________________________

además de que no hay templos, por lo que debió tener una función económica y no

ceremonial (1966: 85). Junto con La Ciudadela conforman un “mega-complejo” que se

localiza en el centro de la ciudad (Millon ob.cit.: 75).

Figura 1.6. Superficie de la ciudad durante la fase Xolalpan


(Tomado de Millon 1973 y Matos 1990)

Continúa la actividad constructiva en los conjuntos departamentales. Tepantitla,

Zacuala, Yayahuala y Atetelco por citar solo algunos, seguirán ocupándose y

remodelándose (Rattray ob.cit.: 267, 271). Acosta ubica en la Época III de su clasificación

de monumentos (la cual finaliza con la fase Xolalpan) el conjunto de Quetzalpapalotl y el

conjunto de los Jaguares.

29
_________________________________ ______________________________

En la industria lítica se detecta un aumento en la producción de instrumentos de

obsidiana, así como en el número de talleres, disminuyendo hacia el inicio de la siguiente

fase (cfr. Spence ob.cit.: 218).

También en la industria cerámica se presenta una mayor especialización y se

introducen nuevos grupos como el Copa y el Anaranjado San Martín. Sin embargo hacia

el final de la fase, esta industria entra en un periodo de estancamiento (Rattray ob.cit.:

265, 269).

La fase técnica III de la pintura mural teotihuacana se desarrolla durante toda la

fase Xolalpan que se caracteriza por su gran calidad y la variada cantidad de colores

utilizados para su elaboración (cfr. Magaloni 1998: 238), lo que de alguna manera refleja

el gran desarrollo y poderío económico del Estado teotihuacano. También pertenece a la

fase Xolalpan, la cuarta fase estilística propuesta por Lombardo (ob.cit.). En la propuesta

de Gómez y Gazzola corresponde a la Época 3 de la pintura mural que abarca la fase

Tlamimilolpa Tardía y Xolalpan Temprana (300 – 450 d.C.) (ob.cit.).

Durante esta fase Teotihuacán se consolidó como el centro político, religioso y

económico más importante de Mesoamérica. Al inicio de esta fase hay una fuerte

actividad de intercambio con la mayoría de las regiones de Mesoamérica. Al ser la ciudad

más importante tanto como el mayor centro de peregrinaje y de comercio, la entrada y

salida de peregrinos y comerciantes hicieron que Teotihuacán llegara a tener una

importante población flotante y continúa el fenómeno de migración que ya había

comenzado en fases anteriores.

Al respecto Morelos señala que durante esta fase y la siguiente la ciudad se vio

afectada por los procesos de reconstrucción como consecuencia del aumento en la

densidad poblacional (1993: 134). En este sentido se plantea que en esta fase se

construyó otra ciudad sobre la ya existente, reflejado principalmente en el centro urbano,

30
_________________________________ ______________________________

aunque también se manifiesta en la construcción de más conjuntos arquitectónicos en la

periferia. En general varios autores señalan que en esta fase se dan cambios drásticos en

la estructura sociopolítica de Teotihuacán (Rattray 1998, Angulo 1998, Gómez 2000,

Morelos 1993,1998) que también se ven plasmados en la iconografía de la antigua

ciudad, caracterizada por la aparición de gran cantidad en las representaciones

zoomorfas de felinos, cánidos y otros animales, además de elementos referentes al

sacrificio y la parafernalia ritual.

ƒ Fase Metepec (550 – 650 a.C.)

Teotihuacán IV, considerada como el periodo que marca el final de la sociedad

teotihuacana. Millon propone que durante esta fase la ciudad tuvo una disminución tanto

en extensión como de la población, lo que significaría que Teotihuacán entraba en una

etapa de decadencia. El área total de extensión territorial llegó a los 25 km2 y la población

pudo haber superado los 200,000 habitantes (Millon 1988), llegando posiblemente a

250,000 (Gómez 2005) (Figura 1.7).

En años recientes se han replanteado las fechas de esta última fase, ya que

anteriormente se ubicó la fase Metepec entre 650 a 750 d.C. Sin embargo Rattray (2001)

ha sugerido ajustar la cronología basándose en numerosos fechamientos de C14, con lo

que esta última fase de la ocupación teotihuacana se ha recorrido un siglo más temprano

quedando entre 550 a 650 d.C.

Varios autores coinciden en que ya no hay gran actividad constructiva durante esta

fase (Acosta 1966, Rattray 1998, Millon 1973). Sólo se trata de superposiciones en

algunos de los conjuntos pero ya no aparecen nuevas construcciones. Acosta propone

una última época en la arquitectura de Teotihuacán, la Época IV, que abarca toda la fase

Metepec, la cual “es la prolongación de la cultura teotihuacana después de la destrucción

31
_________________________________ ______________________________

y abandono de la parte ceremonial de la ciudad” (ob.cit.: 50).

Figura 1.7. Superficie de la ciudad durante la fase Metepec


(Tomado de Millon 1973 y Matos 1990)

En la cerámica se observa una disminución en cuanto a la calidad de su

fabricación con respecto a fases anteriores (Rattray ob.cit.: 273).

En lo que respecta a la técnica de la pintura mural, Magaloni menciona que hay

una fase IV que corresponde a la fase cerámica Metepec. Gómez y Gazzola también

distinguen un último momento de la pintura mural, la Época 4 que comprende las fases

Xolalpan Tardío y Metepec (450 – 600 d.C.); al respecto los autores señalan que

posiblemente durante los últimos cincuenta años de la fase Metepec ya no se realizaron

más murales debido, entre otras cosas, a la crisis social y económica que caracterizó a

este periodo en la vida de la sociedad Teotihuacanaa (ob.cit.: 17). Lombardo propone una

32
_________________________________ ______________________________

quinta fase estilística que para la autora corresponde al final de la fase Xolalpan y tal vez

parte de Metepec (ob.cit.: 60).

Cuando se habla de esta fase y del fin de la sociedad teotihuacana, se hacen

muchas especulaciones al respecto, pero no podemos atribuir a un sólo factor la caída y

abandono de la ciudad de Teotihuacán. Las evidencias de incendio, destrucción y saqueo

en la ciudad muestran que hubo una serie de acontecimientos (inestabilidad política y

social, etc.) que contribuyeron al abandono de la ciudad, pero no estamos de acuerdo con

que este suceso haya ocurrido de manera abrupta.

Pensamos que el fin y colapso de Teotihuacán fue un proceso paulatino. A pesar

de que la ciudad subsistió más de 600 años y su influencia estuvo presente en toda

Mesoamérica con una estructura estatal que se fue consolidando, no es difícil pensar en

un desgaste de las instituciones y una disminución en las condiciones de vida,

ocasionando finalmente que la población migrara hacia otras regiones.

Al respecto del colapso y caída de Teotihuacán, Gómez y Gazzola (2004: 51)

señalan que el colapso de la sociedad podría entenderse por una “multiplicidad de

factores y su grado de incidencia bajo condiciones particulares [...]”.

1. Una sobrepoblación ocurrida desde fases muy tempranas que alcanzaría los 200,000

habitantes en las fases Xolalpan y 250,000 en Metepec. Este inusitado crecimiento

tuvo como consecuencia que desde tiempos muy tempranos la ciudad ocupara las

áreas de cultivo. Por otro lado, consideran que la necesidad de abastecer de alimento

a una población tan numerosa, requirió de la importación de éstos, lo que indica un

cambio en el sistema económico (Gómez 2005).

2. La producción agrícola dejó de ser el factor fundamental de la economía,

convirtiéndose en un elemento más del sistema económico junto con la producción

artesanal.

33
_________________________________ ______________________________

3. Escaso desarrollo tecnológico en los distintos ámbitos de la producción como la

agricultura, la producción artesanal, los sistemas productivos y medios de transporte,

entre otros. La inhibición del desarrollo técnico pudo haberse dado por la canalización

de la plusproducción a los sectores no productivos, “en vez de aquellos que pudieran

favorecer las condiciones para el desarrollo tecnológico” (Ibid.: 50).

4. El distanciamiento social entre las clases fundamentales se fue incrementando, donde

la clase dominante concentró cada vez más riqueza y poder. Esta diferencia

económica y social dentro de la ciudad, desencadenó inestabilidad por el descontento

de los miembros de la clase dominada.

5. La dependencia establecida con las comunidades agroartesanales. Estas

comunidades estaban encargadas de la producción de alimentos y otros bienes

destinados a la satisfacción de las necesidades de la población. Estas comunidades

reprodujeron las relaciones de producción que se daban en la ciudad, y manteniendo

la propiedad particular objetiva de los medios de producción, generando así los

medios necesarios para su subsistencia y el intercambio. La plusproducción eran

tributada en especie o en fuerza de trabajo para trasportar el alimento o para la

construcción.

34
_________________________________ ______________________________

2. La Ventilla

2.1 Antecedentes

Cuando Millon y su equipo de trabajo elaboraron el plano de la ciudad de Teotihuacán

surgió la necesidad de definir aquellos complejos y conjuntos arquitectónicos que

conformaron la ciudad, tanto a lo largo de la Calzada de los Muertos como en la periferia,

ello con la finalidad de explicar la manera en que se estructuró y organizó la ciudad. En

general la antigua ciudad se compone de un centro urbano constituido por grandes

estructuras que incluyen los complejos de las Pirámides del Sol y de la Luna, La

Ciudadela y el Gran Conjunto, un eje norte-sur que es La Calzada de los Muertos,

definida por una serie de conjuntos arquitectónicos ubicados a ambos lados de ese eje

principal. En la periferia de este centro urbano se ubica una serie de conjuntos

arquitectónicos al parecer de tipo residencial que Millon (1973: 23-24) identificó como

“Conjuntos Departamentales”, algunos de ellos mal llamados palacios y los conjuntos

habitacionales. Además propuso (ob.cit.: 40), con base a la evidencia en que Teotihuacán

estaba organizada en barrios, habitados por miembros de un mismo gremio o grupos

étnicos. De igual forma aplicó este concepto a barrios foráneos donde se detectó la

presencia de cerámica alóctona y conjuntos ocupados por grupos de extranjeros.

Originalmente el barrio de La Ventilla fue identificado con grupos de artesanos

(Piña Chán 1963, Serrano y Lagunas 1974).

...en los tres sistemas excavados en el rancho La Ventilla se apreciaron por


debajo de las estructuras antes mencionadas, paredes y pisos de estuco, restos
de pinturas murales, construcciones con talud y tablero, etc.; pero de mayor
importancia fueron ciertos entierros, que confirman la existencia del carácter de
barrio de artesanos en el gran centro ceremonial (Piña Chán ob.cit.: 51-52).

El barrio de La Ventilla, se localiza 600 metros al suroeste de La Ciudadela, en los

sectores N1W1, N1W2, S1W1 y S1W2 (Millon 1973) (Figura 1.8). Aunque no hay datos

35
_________________________________ ______________________________

sobre los orígenes del rancho La Ventilla, se sabe que éste funcionaba como posada para

comerciantes y viajeros entre la Ciudad de México y Veracruz9 (Gómez 2000: 10).

Los propietarios del rancho realizaron trabajos para instalar un sistema de

irrigación, el cual afectó algunas estructuras prehispánicas, causando daños en muros y

pisos de los conjuntos en sus últimas etapas constructivas. En los terrenos del rancho se

practicaba el cultivo de diversos productos, afectando de igual manera las estructuras de

la última ocupación del barrio (Ibid.).

Los primeros reportes arqueológicos que se tienen de este lugar datan de

principios del siglo XX. La Comisión Científica de Pachuca bajo la dirección del ingeniero

Ramón Almaraz (1864) ya mencionaba la importancia arqueológica de La Ventilla.

Fue en 1963 cuando a partir de algunas excavaciones realizadas por uno de los

propietarios del rancho cuando se dio el hallazgo fortuito de una escultura seccional que

se ha relacionado con el juego de pelota y que lleva el nombre de la Estela de La Ventilla.

Piña Chán (1963) realizó una serie de excavaciones en el Rancho La Ventilla para

tratar de ubicar el lugar donde pudo haber estado la estela. Estos trabajos, como

señalamos antes, consistieron en excavar tres sistemas de estructuras en las que se

hallaron muros, pisos de estuco, fragmentos de pintura mural y enterramientos que

confirmaron la existencia de varios conjuntos arquitectónicos y la importancia del lugar.

9
Como parada entre ambos destinos.

36
_________________________________ ______________________________

Figura 1.8. Ubicación del barrio La Ventilla


(Tomado de Cabrera, en prensa)

En ese mismo año se llevó a cabo un proyecto dirigido por Juan Vidarte en un

conjunto conocido como La Ventilla B. Como resultado de las excavaciones se

encontraron gran cantidad de entierros, altares con ofrendas y restos de pintura mural

(Rattray 1977).

Serrano y Lagunas (1975) trabajaron en este conjunto explorando un total de 174

enterramientos, de los cuales identificaron 106 adultos (43 del sexo masculino, 52 del

femenino y 11 indeterminados), 8 individuos jóvenes, 24 infantiles y 34 prenatales y 2 que

no pudieron ser identificados. Todos estos entierros se encontraron debajo del piso de las

37
_________________________________ ______________________________

habitaciones, a una profundidad de 45 a 190 cm. La mayoría se ubicaron en fosas de

forma circular con fondo cóncavo, excavadas en el tepetate. La investigación realizada

por los autores tuvo el propósito de conocer el sistema funerario característico del sitio,

así como las características físicas de los individuos que habitaron el conjunto

habitacional.

Otros trabajos de excavación se realizaron en 1985 bajo la dirección del

arqueólogo Horacio Corona en el actual rancho “El Hórreo”, que anteriormente formó

parte del rancho La Ventilla. Estos trabajos de rescate se llevaron a cabo al sur del área

explorada por el proyecto La Ventilla 1992-94, y consistieron en pozos estratigráficos

donde se registraron elementos arquitectónicos superpuestos (tres niveles), entierros,

cerámica y otros materiales.

En 1994 Sempowski y Spence publicaron un estudio acerca de las prácticas

funerarias en Teotihuacán con base a la información recuperada en los trabajos y

excavaciones de La Ventilla B. El análisis de patrones de enterramiento sugirió la

existencia de formas de residencia patrilocal.

Gómez (2000:15) señala que se realizaron trabajos en otro conjunto conocido

como La Ventilla C, pero se desconoce quién hizo las excavaciones, ya que no hay

archivos en México, aunque posiblemente se encuentren en la Universidad de Rochester,

Nueva York.

2.2 Proyecto “La Ventilla 1992-1994”

El proyecto “La Ventilla 1992-1994” dio inicio en el mes de octubre de 1992 como parte

del Proyecto Especial Teotihuacán dirigido por el arqueólogo Eduardo Matos. Los trabajos

en La Ventilla estuvieron bajo la dirección del arqueólogo Rubén Cabrera, quien junto con

Sergio Gómez se encargaron de coordinar las exploraciones que en un inicio tenían como

38
_________________________________ ______________________________

objetivo hacer un salvamento en una gran extensión del terreno, donde se planeaba

construir un centro comercial (Plaza Jaguares), sin embargo, debido a la gran cantidad de

hallazgos y de datos obtenidos en el lugar, se tomó la decisión de replantear los objetivos

y comenzar un proyecto de investigación interdisciplinario para el estudio del lugar

(Cabrera 1996, 2003, Gómez 1996, 2000)10.

Con la finalidad de facilitar el registro de materiales e información, “se formaron

cuatro equipos o frentes de excavación, los cuales se distribuyeron de manera arbitraria

de acuerdo con el avance de los trabajos” (Cabrera 2003:19).

Gómez explica que durante el proyecto La Ventilla, “se permitió que en cada frente

de excavación se establecieran las estrategias de exploración más adecuadas y a partir

de objetivos concretos generar sus propias metas e hipótesis de trabajo” (2000: 16).

Además el autor señala que establecieron objetivos generales y particulares para

investigar lo que se suponía era un barrio de la antigua ciudad, su estructura y

composición (Ibid.).

Por la complejidad de los trabajos y la cantidad de hallazgos en el lugar, el

proyecto necesitó de la colaboración de especialistas en biología, topografía, antropología

física, restauración, entre otros, dando al proyecto un carácter interdisciplinario. También

se contó con la participación de estudiantes y pasantes de licenciatura y posgrado de

diferentes carreras e instituciones académicas entre las que destaca la ENAH (Figura

1.9).

10
Cabe mencionar que en el Teotihuacán Mapping Project (1973), Millon concluyó que en los terrenos de La
Ventilla no había vestigios arqueológicos importantes debido a que habían sido arrasados y el terreno había

39
_________________________________ ______________________________

Frentes de excavación 1, 2 , 3 y
4 (A, B, C y D)

Figura 1.9. Plano general de las excavaciones del Barrio La Ventilla.


Ubicación de los diferentes frentes de excavación
(Dibujo Sergio Gómez)

sido nivelado.

40
_________________________________ ______________________________

3. Conjuntos arquitectónicos de La Ventilla

Para poder llevar a cabo nuestro estudio sobre la pintura mural de La Ventilla y su

relación con la función de los espacios, consideramos que primero debemos describir los

conjuntos arquitectónicos explorados en cada frente de excavación, para identificar cuáles

de estos conjuntos tienes espacios con pintura mural, así como las fases constructivas de

cada conjunto, sin embargo será en los siguientes capítulos cuando realicemos el análisis

de cada uno de los elementos que conforman los conjuntos, para finalmente poder inferir

qué actividades se realizaron en los espacios con murales, es decir, determinar qué

función tuvieron.

Cronológicamente los conjuntos del Barrio La Ventilla fueron construidos a partir

de la fase Miccaotli y permanecieron ocupados hasta la fase Metepec, es decir, hasta el

fin de Teotihuacán. En varias partes y sobre los restos de la ocupación teotihuacana, hay

evidencias de una ocupación posteotihuacana (Coyotlatelco) (Gómez 2000).

3.1 Frente de excavación 1

Los trabajos del primer frente de excavación estuvieron bajo la dirección del arqueólogo

Rubén Cabrera. Se exploró una superficie de 5600m2 que comprendió un conjunto

arquitectónico de carácter cívico-religioso (4000 m2), dos calles que delimitan el conjunto

en sus lados norte y oeste, así como un grupo de cuartos localizados al norte de una de

las calles (Cabrera en prensa: 13). Tanto por sus características arquitectónicas como por

el análisis de distintos materiales y contextos, Gómez identifica la función de este

conjunto como el Templo del Barrio. Se trata de un conjunto de carácter institucional,

relacionado con el ejercicio del poder, la práctica de actividades rituales y religiosas y el

control de las actividades desarrolladas en la plaza pública. Es uno de los componentes

del sistema que sirven para el control y cohesión social de la comunidad del barrio

41
_________________________________ ______________________________

(Gómez 2000) (Figura 1.10). El Templo del Barrio está limitado por altos y gruesos muros

en tres de sus lados, ubicándose al este una amplia escalinata que permite el acceso al

conjunto.

Figura 1.10. Frente de excavación 1


(Tomado de Gómez 2000)

Arquitectónica y espacialmente en el Templo del Barrio se identifican cuatro

unidades arquitectónicas claramente definidas: La unidad del Patio de los Bordes Rojos,

la unidad del Patio de los Chalchihuites, la unidad Plaza Sur y la unidad Plaza Central. La

primera corresponde a la época más antigua, siguiéndole la de los Chalchihuites y las dos

últimas, pertenecientes al último nivel de ocupación teotihuacano que se conserva.

42
_________________________________ ______________________________

En general el conjunto está conformado por amplios cuartos porticados en torno a

patios y plazas delimitadas por basamentos escalonados decorados con talud y tablero y

otros elementos que más adelante describiremos. En algunos de los espacios que limitan

los patios y plazas se descubrieron pinturas murales con diversos motivos y colores, los

cuáles manifiestan diferentes estilos, técnicas y distintos niveles de ocupación.

Unidad Patio Bordes Rojos

En esta unidad arquitectónica hay un patio limitado por basamentos distribuidos hacia los

cuatro puntos cardinales, los cuales estuvieron decorados con talud y tablero; cada

basamento cuenta con una escalinata que permitía el acceso al templo ubicado en la

parte superior (Figura 1.11).

El nombre de la unidad se debe a la pintura que presentan las aristas de las

escalinatas, alfardas y muros de tres de las estructuras del patio, las cuales están

decoradas con franjas rojas (Foto 1); en los tableros conservados de la estructura norte

se observan bandas entrelazadas en rojo y naranja pintadas sobre el estuco que sirve de

fondo; las molduras de estos tableros presentan una sucesión de “conchas” en tonos

rojos y naranjas (Foto 2). También se pueden observar motivos “almenados” en rojo

pintados sobre un fondo blanco en el desplante de los muros en talud del templo y la

parte posterior del basamento, siendo estos últimos de mayor tamaño (cfr. Gómez y

Padilla 1998: 204, Mercado y Martínez 1995: 165) (Foto 3).

Es importante señalar que tanto en el Templo del Barrio como en el Conjunto de lo

Glifos, se detectaron subestructuras de esta fase constructiva caracterizada por la

presencia de pintura roja en las aristas de elementos arquitectónicos, lo que quiere decir

que este estilo en la pintura mural estuvo presente en los conjuntos y representó un

momento histórico en la vida tanto del barrio, como de la antigua ciudad de Teotihuacán.

43
_________________________________ ______________________________

Gómez y Padilla (ob.cit.) señalan que este tipo de composición se puede observar en

otras estructuras de la ciudad fechadas para la fase Tlamimilolpa Temprana.

Figura 1.11. Unidad Patio Bordes Rojos


(Tomado de Gómez 2000)

Foto 2. Motivos de bandas


Foto 1. Escalinata con franjas rojas en las entrelazadas y conchas en tablero
aristas

44
_________________________________ ______________________________

Foto 3. Motivos
“almenados” en el
desplante del templo
norte del Patio de
Bordes Rojos

Unidad Patio Chalchihuites

La unidad se ubica en el vértice NE del Conjunto de los Glifos. Se compone de un patio

limitado al este, oeste y sur por basamentos con escalinatas ornamentados con talud y

tablero (Figura 1.12). Al norte se localiza el muro que limita con la calle norte del conjunto,

el cual sólo presentaba talud y tablero. Se le dio este nombre a la unidad por los motivos

que decoran las molduras de los tableros y el peralte de las escalinatas, la composición

consiste en una serie de círculos concéntricos pintados con el centro verde y dos en rojo.

En los tableros y muros laterales de las alfardas se identifican imágenes

combinadas de tres elementos. Según algunos autores son “representaciones de

corazones seccionados que se sobreponen a cuchillos curvos de cuyos extremos se


11
derraman gotas de sangre” (Gómez y Padilla ob.cit.: 206). Langley y Von Winning

denominan al motivo central como el signo trispiral o “trilobulado” respectivamente. Este

motivo está pintado de color rojo circundado por una banda verde, todo delineado en

negro. Los diseños curvos señalados como “cuchillos” están delineados por líneas rojas

11
Cualquier interpretación y análisis sobre los símbolos descritos de los murales de los conjuntos se hará
hasta el capítulo V.

45
_________________________________ ______________________________

gruesas sobre un tono rojo más tenue. Los motivos en forma de gotas están delineados

en rojo sobre un fondo blanco (cfr. Mercado y Martínez 1995: 171-172) (Foto 4 y 5).

Figura 1.12. Ubicación de la Unidad Patio Chalchihuites


(Tomado de Gómez 2000)

Foto 4. Mural de la Unidad Patio Chalchihuites

46
_________________________________ ______________________________

Foto 4. Mural de la Unidad Patio Chalchihuites

Unidad Plaza Sur

Esta unidad se ubica al suroeste del conjunto y corresponde a la misma etapa

constructiva que el Patio Chalchihuites (Figura 1.13). Se trata de una plaza con altar al

centro que conserva restos de tres superposiciones. Al este y oeste se localizan dos

cuartos con pórtico y al norte hay una escalinata que permite el acceso a la plaza. El sur

está formado por el muro que limita el conjunto.

Por sus características, el altar parece haber funcionado también como un

pequeño templo, el cual presenta una escalinata con alfardas al oeste para acceder a él.

Al interior de dicho templo o adoratorio tiene una banqueta, conservando toda la

estructura restos de pintura roja.

En la primera etapa constructiva del altar los muros tienen un talud al exterior y al interior

son verticales, mientras que la segunda superposición presenta talud y tablero; en tanto

que la última se distingue por que ocupa casi completamente la plaza. En los desplantes

47
_________________________________ ______________________________

de los pórticos de los cuartos al este y oeste se conservaron fragmentos de pintura mural

con motivos geométricos (Gómez y Padilla ob.cit.: 207) y representaciones fitomorfas

(Cabrera 2003: 26). Tanto los cuartos como los pórticos tuvieron modificaciones

arquitectónicas. Cabrera (2003) y Gómez y Cabrera (2007) mencionan que incluso se

identificaron restos de construcciones posteotihuacanas correspondientes a la fase

Coyotlatelco.

Figura 1.13. Unidad Plaza Sur


(Tomado de Gómez 2000)

Unidad Plaza Central

Es una de las unidades del conjunto que mejor se conservan del último nivel de ocupación

teotihuacana. Cabrera menciona sin embargo, que la parte superior de los edificios fue

severamente dañada a consecuencia de los trabajos de nivelación del terreno y de los

saqueos de que fue objeto después del abandono de los edificios (en prensa: 24).

48
_________________________________ ______________________________

Esta unidad arquitectónica se compone de una gran plaza delimitada en sus lados

norte, oeste y sur por basamentos (Figura 1.14). El acceso a la unidad se realizaba desde

el este por medio de una escalinata que conduce la circulación a través de una

plataforma. También hay escalinatas situadas en los vértices noroeste y suroeste de

menor anchura, que conducen la circulación a otras unidades.

Los basamentos que

Figura 1.14. Unidad Plaza Central delimitan la plaza tienen

escalinatas con alfardas y los

muros con talud y tablero. Al

centro de la plaza se

conservan los restos de un

altar. A pesar de su estado

de conservación, se puede

observar que también

presentaba talud y tablero.

Cabrera (2003: 25) menciona


Figura 1.14. Ubicación de la Unidad Plaza Central
(Tomado de Gómez 2000) que este posible templo

pudo haber tenido almenas

de barro en la parte superior, ya que durante los trabajos de exploración se encontraron

algunos fragmentos, con representaciones de trilobulados.

Cabe mencionar que en esta unidad se registraron restos de pintura mural en el

Templo Sur, mismos que fueron desprendidos.

49
_________________________________ ______________________________

Calle Norte

Es una de las calles que separa al Templo del Barrio de otras construcciones ubicadas al

norte.

Figura 1.15. Calle Norte


(Tomado de Gómez 2000)

Construcciones al norte de la Calle Norte

Al norte del Templo del Barrio y separado por una calle explorada en una longitud de

154.50 metros y un ancho de 3.50 a 3.80 metros, se ubican los restos de una serie de

construcciones delimitados por calles angostas que se caracterizan por la austeridad de

los acabados arquitectónicos con respecto al conjunto Templo del Barrio. Los materiales

asociados localizados sobre los pisos son de tipo doméstico, identificándose desechos de

diferentes materiales. El número de entierros fue mayor que en el Templo del Barrio a

pesar de haberse excavado una superficie mucho menor, lo cual indica que estos

espacios fueron de tipo habitacional (Gómez 1998).

50
_________________________________ ______________________________

3.2 Frente de excavación 2

Los trabajos de excavación de este frente se llevaron a cabo por los pasantes Román

Padilla y Julio Zúñiga, explorando un área de aproximadamente 4,200 metros cuadrados.

Se exploraron varios conjuntos arquitectónicos pero sólo uno se liberó casi por completo

(Cabrera en prensa) (Figura 1.16). También se exploró el extremo oeste de la Calle Norte,

la Calle Oeste y se detectaron calles que dan hacia otros conjuntos arquitectónicos que

fueron excavados parcialmente (Ibid.: 13). El conjunto en el que nos enfocaremos es el

llamado Conjunto de los Glifos por ser el que presentó pintura mural en varios de sus

espacios, aunque describiremos de manera general los otros conjuntos.

El Conjunto de

los Glifos ocupa una

superficie de 3,720

metros cuadrados y

presenta acabados de

excelente calidad. Por

la distribución de sus

espacios se propone

que fue un edificio

público donde se

llevaban a cabo

actividades de

carácter institucional,

(administración,

gobierno, enseñanza)

e incluso se propone
1.16. Frente de excavación 2
(Tomado de Cabrera en prensa)

51
_________________________________ ______________________________

que algunos espacios pudieron haber servido como aposentos de algunos individuos que

lo ocuparon así como para el servicio del conjunto (preparación de alimentos,

mantenimiento arquitectónico, etc.) (Gómez 1999 2000, Cabrera en prensa).

El Conjunto de los Glifos está separado del Templo del Barrio por la Calle Norte-

Sur. Todo el conjunto está delimitado por anchos muros y al igual que el Templo del

Barrio, está compuesto por varias unidades arquitectónicas formadas por una serie de

cuartos con pórticos, pasillos, patios

y plazas. En este conjunto además

de pintura mural también hay una

serie de glifos pintados sobre el

piso y muros de una plaza, así

como una pintura de un personaje

en el piso de un pequeño patio.

Como en todos los conjuntos del

barrio, se observan distintas fases

constructivas; además por la

distribución y composición de sus

espacios el Conjunto de los Glifos

puede dividirse en tres secciones

Figura 1.17. Plaza de los Glifos en las que se identifican varias


(Tomado de Cabrera en prensa)
unidades arquitectónicas: La

Sección Central integrada por la unidad Plaza de los Glifos, la unidad Plaza Oeste; la

Sección Norte, compuesta de las unidades Norte-Este y Norte-Oeste; la Sección Sur

integrada por la unidad de los Edificios de Bordes Rojos, la unidad Patio Jaguares, la

unidad Central Sur y la unidad Sur Este (cfr. Cabrera en prensa).

52
_________________________________ ______________________________

Sección Central

Plaza de los Glifos

Al inicio de este apartado mencionamos la existencia de una serie de glifos pintados sobre

el piso y aunque nuestro estudio está enfocado a la pintura mural, es fundamental tomar

en cuenta estos glifos, ya que aportan información relevante para inferir la función de este

conjunto (Figura 1.17).

Se trata de 42 glifos pintados en el piso y muros de una plaza del conjunto, la cual

se ha denominado como Plaza de los Glifos. Esta plaza está separada de la Plaza Oeste

por un basamento piramidal que ocupaba la parte central del conjunto. La escalinata del

basamento oeste tiene alfardas y se orienta precisamente hacia la Plaza de los Glifos,

destacando su importancia por ser la de mayor tamaño de esta unidad. Ambas plazas

están comunicadas por medio de pasillos ubicados al norte y al sur del basamento central.

La Plaza de los Glifos está delimitada al norte, este y sur por tres basamentos con

espacios porticados a los que se accede por medio de amplias escalinatas. Las fachadas

de los cuatro basamentos presentan talud y tablero con diferente proporción y estilo,

conservando restos de pintura roja. Los tableros de los basamentos norte, sur y este

tienen molduras en la parte superior y lateral, en tanto que el basamento del oeste tenía

seguramente el típico talud y tablero teotihuacano. Al centro de la plaza se conservan

restos de un altar en el que podemos observar indicios de saqueo. Desde los vértices de

la plaza hay espacios que conducen la circulación a otras unidades.

53
_________________________________ ______________________________

En un patio ubicado en la parte norte del conjunto hay un motivo antropomorfo

pintado en el piso (Foto 6). Hacia el este y oeste del patio se ubican dos cuartos con

pórtico, en uno de los cuales se conservan restos de pintura mural donde se distinguen

las patas de varias aves en procesión en

verde, amarillo y rojo.

La imagen pintada en el piso fue

realizada en rojo y está orientada hacia el

este. La cara del personaje parece tener

rasgos de animal, posiblemente de un cánido

y está desnudo. Sus atavíos consisten en un

taparrabos, un collar, una orejera, un tocado

elaborado. Aguilera y Cabrera (1999) piensan

que en una de las manos sostiene una navaja

que corta el pene. Los genitales están bien

Foto 6. Personaje pintado en el piso definidos y del pene caen gotas sobre unas

plantas que florean. El pene erecto apunta al drenaje, haciendo alusión a la fertilidad. De

la boca del personaje sale una vírgula, lo mismo que de la olla colocada atrás del éste.

Las modificaciones que sufrió el Conjunto de los Glifos podrían indicar cambios en

el sistema de circulación y la organización y

uso del espacio. Tomando en cuenta que ya

se ha realizado una investigación en torno a

los glifos y su posible lectura (King et al..

2004), podremos inferir la función no sólo de

la Plaza de Glifos, sino de todo el conjunto.

Considerando la información disponible, el fin Figura 1.18. Reconstrucción de la Plaza de


los Glifos
(Tomado de Cabrera 1996)

54
_________________________________ ______________________________

último sería comparar nuestras conclusiones con los elementos del modelo de barrio

propuesto por Gómez (2000) con respecto a la función de cada conjunto, inferir cómo se

interrelacionaban entre sí y qué actividades se realizaban en cada uno (Figura 1.18).

Plaza Oeste

Se ubica al oeste del basamento

central del conjunto (Figura 1.19).

La plaza está conformada por tres

grandes aposentos porticados

ubicados al norte, oeste y sur con

un adoratorio al centro. En una

subestructura de la plaza se

localizaron restos de pintura mural

monocroma y policroma que

ornamentaban el tablero de un

basamento (Gómez y Gazzola en

prensa). Los motivos de este


Figura 1.19. Plaza Oeste

mural consisten en volutas

alternadas separadas por bandas diagonales y tres círculos. Las dos volutas parecen

unirse por medio de seis bandas horizontales (Figura 1.20).

Figura 1.20. Fragmento de pintura mural en la Plaza Oeste.


(Tomado Gómez en prensa)

55
_________________________________ ______________________________

Sección Sur

Unidad de los Edificios de Bordes Rojos

Esta unidad se localiza en el extremo suroeste del conjunto y es contemporánea a la

unidad del mismo nombre en el Templo del Barrio. Como su nombre lo indica, en esta

unidad se observa un altar al interior de un cuarto que presenta pintura roja en las aristas

(cfr. Gómez y Padilla ob.cit.: 208). La existencia de un drenaje en uno de los espacios

contiguos pudiera indicar la existencia de un temazcal.

Unidad Patio Jaguares

Se caracteriza principalmente por la pintura mural en el que se encuentran diversos

elementos iconográficos, así como por mostrar diferentes fases y modificaciones

constructivas. La unidad se

compone de varios cuartos

porticados en torno a un patio

hundido de planta rectangular. Los

cuartos están ubicados a los cuatro

puntos cardinales y otros espacios


1

en tres de sus vértices. También se

pueden observar modificaciones

2 arquitectónicas que cambiaron tanto

los accesos como la circulación.

(Figura 1.21).

El nombre de esta unidad se

debe a la pintura mural del cuarto y


Figura 1.21. Patio Jaguares (1) , Unidad Bordes
Rojos (2). pórtico norte, que en un nivel de

56
_________________________________ ______________________________

ocupación presenta felinos. En los muros del cuarto y pórtico norte. Los felinos del pórtico

están de perfil y se dirigen hacia el acceso del cuarto (Foto 7); dos de los felinos del

cuarto se están orientados hacia el acceso, mientras que los que están en los muros

laterales se dirigen al fondo del cuarto (Figura 1.22). Están pintados en naranja, las patas

y las garras en rosa y rojo y todo delineado en azul. Se observa que el animal tiene las

fauces abiertas donde se sobresalen los colmillos y la lengua. Los ojos están formados

por tres círculos concéntricos en azul, rosa y rojo. Llevan un tocado con plumas en azul y

amarillo (cfr. Padilla y Ruiz 1995: 173).

Sobre el lomo de cada uno de los

felinos se aprecia un motivo antropomorfo

puesto de perfil. Lleva el rostro pintado de

amarillo con un antifaz rojo y grandes

orejeras circulares. Junto a las patas

traseras del animal se presenta un lienzo


Foto 7. Murales con felinos del pórtico norte
o manta de color rojo con motivos

geométricos y plumas. Los felinos del cuarto presentan la particularidad que de sus

fauces emerge una vírgula adornada con diversos motivos.

Figura 1.22. Felinos en procesión en el cuarto norte del Patio Jaguares.


(Tomado de Duque en prensa)

Las figuras de los felinos están enmarcadas por una cenefa a cada lado que

presenta un círculo concéntrico en la parte superior y una serie de elementos que son

difíciles de interpretar. El elementos que semeja un rombo tiene por dentro un motivo en

57
_________________________________ ______________________________

forma de palma; junto a esta cenefa hay otra con motivos curveados “dentados pintados

en azul, rojo y rosa (Ibid.: 173, 176). Existe otra franja pintada en el acceso al donde se

observa la representación de crótalos de serpiente que ascienden sobre el marco (ob.cit.:

209) (Foto 8).

En el mismo nivel pero del cuarto oeste, se

observan motivos con ondulaciones o polilobulados

(Duque, en prensa) formados por una franja color

verde y otra amarilla sobre un fondo rojo (Foto 9).

Motivos semejantes aparecen en el cuarto

sureste de la unidad, pero con la diferencia que en su

interior hay un motivo en forma de estrella con cinco

puntas12. Este motivo está pintado de blanco


Foto 8. Mural en vano del cuarto
norte
delineado en rojo sobre un fondo del mismo color

(Foto 10).

En el nivel más tardío de esta sección,

encontramos una serie de motivos

antropomorfos en procesión en el pórtico del

cuarto este (Figura 1.23). Estos personajes

aparecen ricamente ataviados, con una capa


Foto 9. Mural cuarto oeste.
adornada con plumas y aves. En el antebrazo

cargan una bolsa de copal y en la mano

sostienen un recipiente de la que parece

derramarse un líquido. En la otra mano

sostienen un motivo alargado, posiblemente un


Foto 10. Mural cuarto sureste

12
Más adelante veremos que a este símbolo se le ha relacionado con Venus y diferentes ciclos.

58
_________________________________ ______________________________

paño y de su boca sale una vírgula. A los lados de estos personajes hay una cenefa con

motivos geométricos (triángulos y cuadrados a la mitad con puntas redondeadas) (cfr.

Padilla y Ruiz ob.cit.: 185-187).

Figura 1.23. Murales con Personajes, Pórtico oeste.


(Tomado de De la Fuente 1995 y Gómez en prensa)

Perteneciente a este nivel pero en el cuarto norte, arriba de las pinturas de felinos,

se alcanza a observar pintura mural con elementos geométricos. En el cuarto oeste se

conservan restos de pintura mural con felinos vistos de frente, ataviados con taparrabo

compuesto de motivos geométricos (Gómez y Padilla ob.cit.: 211) (Figura 1.24).

59
_________________________________ ______________________________

Figura 1.24. Fragmentos de murales del cuarto norte y cuarto oeste


(Tomado de Duque en prensa).

Unidad Central-Sur

Al centro de la sección sur se ubica esta unidad que se compone de una serie de cuartos

en torno a dos patios. Cabe mencionar que esta unidad no terminó de explorarse durante

la temporada 1992-94, sino que los trabajos se realizaron en temporadas posteriores

llevadas a cabo por estudiantes de la ENAH, donde nos tocó colaborar como parte de las

prácticas de campo de la materia de Técnicas de Investigación Arqueológica II, bajo la

dirección del arqueólogo Sergio Gómez.

El patio de mayor tamaño se localiza al este de la unidad, es de planta cuadrada y

limita con un cuarto porticado al este y otros cuartos hacia el norte. El otro patio es de

menores dimensiones y se ubica al oeste del anterior, cuenta con dos cuartos distribuidos

hacia el norte y sur respectivamente. También se identificó un pasillo que conducía hacia

la unidad Jaguares encontrándose el acceso tapiado (Cabrera en prensa).

60
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Unidad Sureste

Esta unidad limita al norte con la Plaza de los Glifos y al este con la calle Norte-Sur. Se

caracteriza por presentar una pequeña plaza que limitar al este, sur y oeste por cuartos

porticados a los que se accede subiendo dos escalones.

De acuerdo con Gómez (2000) las evidencias presentadas durante la exploración

de los espacios que conforman esta unidad indican que posiblemente funcionó como un

área de servicio en la que sus ocupantes preparaban alimentos y daban mantenimiento al

conjunto (Figura 1.25).

Figura 1.25.
Unidad Central (1)
Unidad Sureste (2)

61
_________________________________ ______________________________

Sección Norte

Unidad Noreste

Se ubica en el vértice noreste del conjunto, limitando al sur con la Sección Central (Figura

1.26). Esta parte de la sección presenta varias fases constructivas y modificaciones, las

estructuras mejor conservadas pertenecen al último momento y consiste en dos cuartos

porticados limitados al este y oeste a un patio de planta rectangular que también presenta

modificaciones.

Unidad Noroeste

Esta parte del conjunto arquitectónico presenta muros muy deteriorados. De las

estructuras mejor conservadas hay dos cuartos ubicados al este y oeste de un patio de

planta rectangular. En el piso de uno de los cuartos se resgistraron motivos pintados en

rojo que no han sido bien identificados, especulándose que puedan tratarse de motivos

antropomorfos o de primates en posición sedente (Gómez 2000).

En otro espacio se ubica un cuarto donde se encontraron motivos pintados sobre

el piso. Se identificaron 13 motivos zoomorfos pintados también en rojo. Estos motivos

son muy similares a los encontrados en el piso de uno de los aposentos en el conjunto de

Tetitla (Angulo 1991, Gómez 2000, Cabrera en prensa) (Figura 1.27).

En el piso de otro cuarto ubicado junto al anterior, se identificó un diseño zoomorfo

también en rojo que parece representar un cánido (Cabrera en prensa, Gómez en prensa)

(Figura 1.28).

62
_________________________________ ______________________________

A B

Figura 1.27. Motivos zoomorfos


pintados sobre piso con características
similares en La Ventilla (A) y en Tetitla
(B) que Gómez (en prensa) identifica Figura 1.28. Motivo zoomorfo
como representación de monos. pintado en piso
(Tomado de Gómez en prensa)

Calle Oeste

Se ubica en el extremo oeste,

va de norte a sur separa al

Conjunto de los Glifos de otros

ubicados al oeste. En esta calle

desembocan los drenajes de

distintos conjuntos,

identificándose varias bajadas

de agua de los espacios que

aluna vez fueron techados

(Cabrera en prensa).

Calle Central Norte-Sur

Esta calle separa el Templo del Figura 1.26. Sección Norte

Barrio al este y el de los Glifos al oeste (Figura 1.27). Tiene una longitud de 61 metros y

63
_________________________________ ______________________________

un ancho aproximado de 3.50 metros.

En esta calle se encuentran tres de los accesos al Conjunto de los Glifos. El

primero mide 1.22m de ancho y se ubica cerca del extremo sur de la calle. El segundo

está casi a mitad de la calle y permite el acceso a la Plaza de los Glifos. El tercer acceso

está más al norte de un pequeño altar adosado y mide 1.50 metros de ancho (Ibid.: 26-

27).

Figura 1.27. Ubicación de la Calle Central Norte-


Sur

Altar de la Calle Central Norte-Sur

Esta pequeña estructura se localiza en la calle, fue adosada al paño exterior oeste que

limita el Conjunto de los Glifos. El altar se desplanta sobre una plataforma de 3.43 metros

de largo por 1.38 metros de ancho y 24 cm de alto. Es la representación de un basamento

64
_________________________________ ______________________________

piramidal de un sólo cuerpo con muros en talud y tablero, tiene 1.65 metros de longitud y

una altura de .39 metros. En los taludes se encontraron restos de pintura roja, las

molduras parecen tener motivos en forma de flechas, y los tableros tienen motivos que no

pudieron ser identificadas por el mal estado de conservación, pintadas en amarillo sobre

un fondo rojo (Ibid.: 27).

Conjuntos B y C

Ambos conjuntos se ubican al oeste de la Calle Oeste. Se componen de varios cuartos

con acabados de menor calidad que el Conjunto de los Glifos. Una de las unidades

exploradas de uno de los conjuntos limita hacia el oeste y sur respectivamente, con un

espacio abierto en el cual se detectó un pozo de agua. A este espacio probablemente de

uso común se accede por la Calle Oeste y mide 9.20 X 6.20 metros. (Ibid.).

3.3 Frente de excavación 3

Los trabajos de excavación de este frente estuvieron a cargo del arqueólogo Sergio

Gómez. La superficie explorada fue de 4,235 metros cuadrados donde se detectaron

cinco conjuntos arquitectónicos denominados como A, B, C, D y E (Gómez 2000, Cabrera

en prensa) (Figura 1.28).

El Conjunto A fue el que se exploró casi en su totalidad. Éste se compone de

varias unidades arquitectónicas formadas por cuartos con o sin pórtico, pasillos y patios

hundidos. El Conjunto A limita al norte, oeste y sur por calles, que lo separan de otros

conjuntos. Los acabados son austeros y no se encontraron restos de pintura mural con

excepción de un espacio con pintura roja y otros en los que se identificaron algunas líneas

y bandas en las aristas. De acuerdo a la gran cantidad de material encontrado durante los

trabajos de excavación, los acabados de muros y pisos y la distribución de los espacios,

65
_________________________________ ______________________________

Gómez propone que se trata de un conjunto habitacional ocupado por los grupos

domésticos de artesanos dedicados de la producción directa de bienes (lapidaria y

concha), es decir, por familias de artesanos altamente especializados” (ob.cit.: 603),

pertenecientes a la clase dominada.

El Conjunto B no fue explorado totalmente, sólo se excavó una pequeña parte del

mismo pero suficiente para conocer algunas de sus características. Se trata de un

conjunto con mejores acabados, ya que se localizaron espacios con pintura mural en el

pórtico sur de una plaza (Plaza 1). En estos murales se pueden observar

representaciones de felinos policromos con motivos fitomorfos y geométricos pintados en

azul, verde y amarillo sobre un fondo rojo. Gómez propone que en este conjunto

funcionaba como residencia de los grupos de elite, y que sus ocupantes estaban

desligados de la producción directa de bienes materiales, es decir, serían las residencias

de grupos pertenecientes a la clase dominante. (Ibid.: 602).

De los Conjuntos C, D y E sólo se conocen los límites de algunas de sus esquinas,

los cuales están separados por calles.

D E

Figura 1.28. Frente de excavación 3


Tomado de Gómez 2000

66
_________________________________ ______________________________

3.4. Frente de excavación 4

Este frente fue explorado como parte de los trabajos de salvamento en los espacios

donde continuaban las obras del centro comercial que se pensaba construir. Las

excavaciones fueron realizadas por un equipo integrado por varios arqueólogos, entre

ellos Felipe Nava, Andrés Gutiérrez y Raúl Barrera (Ibid.).

Se excavaron cuatro secciones en este frente a los que se les denominó 4A, 4B,

4C y 4D (Figura 1.29). Las secciones 4B y 4D se exploraron por medio de pozos

estratigráficos en los que se recuperó gran cantidad de material como cerámica, lítica

pulida y tallada, hueso trabajado, restos de fibras, ofrendas y entierros (Ibid.: 45).

En las secciones 4A y 4B se

detectó arquitectura que en general

consistió en cuartos, algunos con

pórticos, distribuidos alrededor de

patios, pisos superpuestos, muros,

un basamento y parte de su

escalinata con alfarda. En cambio

en la sección 4D no se encontró

arquitectura, sólo algunos

materiales que en esta parte fueron

escasos (Ibid.).
Figura 1.29. Frente de excavación 4
A diferencia de las otras

secciones, en la sección 4C se localizaron restos de un conjunto con pintura mural por lo

que se decidió hacer una excavación extensiva para liberar un total de 290 metros

cuadrados. El conjunto debió estar compuesto por varias unidades arquitectónicas, de las

cuales se exploraron parte de cuatro (A, B, C y D) que están conformadas por una serie

67
_________________________________ ______________________________

de cuartos porticados, pasillos y patios principalmente (Figura 1.30).

En la Unidad 4C-A se

B
identifican dos fases constructivas.

A En el nivel más bajo podemos

observar un patio central, en el

oeste un cuarto con pilastras que


C
presenta pintura mural. En los

D muros de este espacio se

encuentran motivos que

representan tocados. Estos

murales están deteriorados debido

al desplante del piso de una fase


Figura 1.30. Conjunto 4C y Unidades Arquitectónicas A
B, C y D
constructiva posterior. Los tocados

tienen una forma trapezoidal invertida que está rematado con plumas. También presenta

otros elementos como gotas, pétalos y motivos geométricos, todo aparece pintado en rojo,

rosa, azul, verde sobre un fondo rojo (cfr. Nava y Ruiz 1995: 195 y 201) (Foto 13 y 14).

Al norte de este cuarto hay otro que también conserva pintura mural y que

pertenece a una fase constructiva posterior. Estas pinturas muestran bandas onduladas

diagonales pintadas en verde y azul sobre un fondo rojo y rosa. También están

representados motivos zoomorfos, caracoles y conchas. De la boca de cada animal sale

una planta. Estos animales parecen ir en forma ascendente. En los extremos de los

muros hay una cenefa que presenta una banda de volutas que se curvan hacia el interior,

están pintadas en rosa sobre un fondo rojo (Ibid.) (Foto 15 y 16).

68
_________________________________ ______________________________

En el muro norte hay un motivo que no se vuelve a repetir; se trata de una cabeza

zoomorfa muy estilizada color verde con los rasgos delineados en rojo (Ibid.) (Foto 17).

La Unidad 4C-A es la que presenta

mejores acabados y fue sólo en ésta donde

se detectó la pintura mural, mientras que las

otras tres unidades del conjunto tienen

acabados más burdos y espacios más

pequeños.
Foto 14. Murales con tocados. Muro norte

Foto 13. Murales con tocados. Muro oeste Foto. 16. Detalle de mural con motivos
acuáticos

Foto. 15. Mural con motivos acuáticos Foto. 17. Detalle motivo zoomorfo

69
_________________________________ ______________________________

3.5. El gran espacio abierto

Es un espacio de grandes dimensiones que visto en planta tiene forma de “T”, limitado al

sur por el conjunto identificado como el Templo del Barrio y al norte con el conjunto

explorado por el Frente 4 (4C) y los que se exploraron por el Frente 3 (Figura 1.31). El

límite este fue parcialmente definido y en esta parte se encuentra la estructura explorada

de la sección 4A. El área que ocupó el gran espacio abierto es cercana a los 160,000 m2.

Como lo indica su nombre, se caracteriza por no presentar arquitectura aunque de

acuerdo con las excavaciones realizadas, se confirmó que el espacio desocupado hasta

la fase Xolalpan Tardía aunque posteriormente, se edificaron construcciones de tipo

doméstico invadiéndolo parcialmente (Gómez 2000).

Se propone que en este espacio funcionaba como la plaza pública del barrio, un

lugar propio para instalar el mercado o tianguis; pudo ser un lugar en donde se llevaban a

cabo actividades públicas de carácter político y las festividades del barrio. Su ubicación es

estratégica ya que está en el centro del barrio. (Gómez 1999: 92).

Aunque en este capítulo sólo describimos de manera general tanto la arquitectura

como la pintura mural y su iconografía, es la base de la que partiremos para continuar con

nuestro estudio. El objetivo es dar un panorama general sobre la distribución espacial de

los elementos arquitectónicos y la pintura mural de los conjuntos que conforman el barrio

La Ventilla. Los símbolos de las pinturas murales serán descritos con más detalle para

después analizarlos, con la finalidad de que nos brinden información sobre la función de

los espacios que las contienen.

70
_________________________________ ______________________________

Figura 1.31. El gran espacio abierto

71
_________________________________ ______________________________

CAPITULO II

CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE LA SOCIEDAD CLASISTA INICIAL

1. Formación Económico-Social

Para realizar nuestro trabajo de investigación partimos del supuesto de que la arqueología

es una ciencia social, y como tal, su objetivo es conocer y explicar los procesos históricos,

sociales y económicos de una sociedad dada, vista como una totalidad histórica concreta.

La particularidad de esta disciplina antropológica radica en las condiciones, los medios

que utiliza y que se presentan para la investigación de su objeto de estudio: la sociedad.

La arqueología cuenta con datos obtenidos y generados de la observación empírica y en

la cual se involucran aspectos sobre la formación y transformación de contextos (Bate

1998: 43-44). A partir de esta información se busca inferir los procesos sociales, las

relaciones sociales y los contenidos generales de las formaciones socioeconómicas. Para

llegar a la explicación de estos procesos sociales y de los datos obtenidos a partir de la

observación empírica, se teoriza sobre tres clases de procesos reales, estableciendo una

conexión entre la teoría sustantiva (que en nuestro caso es el materialismo histórico), la

historia de los contextos y de la producción de la información.

La teoría sustantiva aporta las definiciones de las unidades de conocimiento, es

decir, proporcionan el cuerpo de leyes, conceptos y categorías que permiten la

explicación científica en el campo social (López 1990: 85). Como teoría sustantiva, el

materialismo histórico nos permite explicar los procesos sociales en su dimensión

histórica y estructural. Esta dimensión comprende tres categorías: la formación

económico-social, el modo de vida y la cultura que “expresan los distintos niveles de

existencia de la sociedad” (Bate ob.cit.: 56).

La categoría de formación económico-social comprende la base material del ser

social y las superestructuras, las cuales integran la “indisoluble unidad real de la sociedad,

72
_________________________________ ______________________________

permitiendo la explicación...” de la dinámica de sus componentes (Bate ob.cit.: 57). Para

que una sociedad se pueda reproducir requiere tanto de la producción económica como

de la reproducción biológica de los seres humanos. La primera se refiere al modo de

producción, que comprende todas aquellas actividades y procesos económicos. El modo

de reproducción se refiere a la reproducción biológica, relacionada con todas aquellas

actividades destinadas al mantenimiento y reposición de la población y de la fuerza de

trabajo, llámese procreación, alimentación, diversión, etc.

1.1 Modo de producción

Este concepto se refiere a “la unidad de los procesos económicos básicos de la sociedad

como son la producción, la distribución, el cambio y el consumo, siendo esenciales en la

determinación de la estructura social las relaciones que se establecen en torno al proceso

de producción” (Bate ob.cit.: 58).

El modo de producción se cualifica esencialmente a través de las relaciones


fundamentales de propiedad sobre los elementos del proceso productivo que
median el establecimiento de las relaciones sociales que permiten la producción
y condicionan las formas de distribución, cambio y consumo”(Bate 1984: 50).

Las relaciones sociales que se establecen entre productores y productores están

mediadas por la propiedad sobre los elementos del proceso productivo: fuerza de trabajo,

instrumentos de producción y objetos de trabajo. La propiedad puede ser objetiva o

subjetiva; la propiedad objetiva se refiere a la capacidad real de disponer de un bien y es

la que se establece en el modo de producción (Ibid.: 60).

En las formas de propiedad se distingue la propiedad colectiva, la propiedad

particular y la propiedad privada. La transición entre la propiedad colectiva a las otras dos

formas de propiedad, implica una serie procesos históricos “que tienen que ver tanto con

los contenidos del proceso productivo sobre los cuales se establece diferencialmente la

73
_________________________________ ______________________________

propiedad, como con las posibilidades que condicionan el desarrollo de las fuerzas

productivas y las formas que adquieren las contradicciones de intereses de clases” (Ibid.:

61), esto es de las clases sociales fundamentales, así como en los grupos que integran

una misma clase social. Por lo tanto, en la propiedad particular como privada tenemos

que hablar de clases sociales integradas por miembros que son propietarios de

determinados elementos del proceso productivo. Cada clase se distingue entre sí por el

contenido determinado de los elementos del proceso productivo sobre los cuales se

establece diferencialmente la propiedad, ya sea privada o particular (Ibid.: 62).

1.2 Superestructuras

“Son los sistemas de ideas y reflejos condicionados por la práctica del ser social y las

organizaciones o instituciones que [...] instrumentan normativamente la voluntad social de

mantener o transformar las formas de reproducción de la base material de la sociedad”

(Bate ob.cit.: 62). Las dos formas superestructurales a las que haremos referencia son las

de psicología social e institucionalidad, ambas son esenciales en una sociedad ya que

responden a “otro tipo de necesidades culturales, ideológicas, etc.” (Sarmiento 1992: 31).

Cuando se habla de sistema de ideas y reflejos se está haciendo referencia a la

ideología, que de acuerdo con López Austin se define “como sistema de ideas, valores y

actitudes que una capa o clase social dominante crea, frecuentemente por medio de sus

miembros más destacados, e impone a la sociedad entera como un instrumento de

cohesión que reproduce el contexto de explotación y justifica el poder de un grupo

humanos sobre el resto de los integrantes de la sociedad” (1976: 197).

Bate señala que el concepto de ideología “se refiere al conjunto de ideas y valores

que responden a las prácticas particulares, condiciones de vida e intereses de una clase

social” (1998: 63). Retomando ambas definiciones, la ideología podría definirse como un

74
_________________________________ ______________________________

conjunto de valores e ideas que responden a los intereses de una clase social como

instrumento para incrementar y justificar su posición, sirviendo para cohesionar a la

población.

No debemos dejar de lado el hecho de que la ideología está en correspondencia

con la base del ser social y que no podemos entender una sin la otra, ya que en principio,

para tratar de comprender la ideología de una sociedad, es imprescindible conocer las

características y calidad del modo de producción que le dio origen.

1.2.1 Psicología Social

Sarmiento (ob.cit.) menciona que dentro de las necesidades de una sociedad, no sólo

están las que respectan a los bienes materiales, también están las necesidades

ideológicas y culturales. “El concepto de psicología social nos da cuenta de cómo [...] se

genera el reflejo del mundo que representa a un primer nivel de las diversas formas de la

conciencia social” (Bate 1978: 28-29), porque todo lo que los hombres crean, de una u

otra manera, pasa por su conciencia, es decir, en sus creaciones está plasmada su

ideología (Bate 1998: 63). Estas creaciones nos permiten conocer la ideología de una

formación social son las manifestaciones culturales13.

Estas manifestaciones comprenden la pintura mural, escultura, arquitectura,

lapidaria, cerámica decorada de uso ritual, entre otras, que tienen la intención de

comunicar valores y creencias.

75
_________________________________ ______________________________

a) Conciencia social

Es una de las formas del reflejo subjetivo de la realidad o cosmovisión y tiene dos niveles:

ƒ La conciencia habitual “es un reflejo de lo inmediato que nos rodea [...], el sentido

común de la sociedad. Se agrupa en la memoria colectiva de la sociedad y refleja la

realidad social bajo su forma cultural aparente” (Sarmiento ob.cit.: 32). Comprende

tanto el reflejo de las condiciones sociales como el de la relación empírica con la

naturaleza, los conocimientos y hábitos adquiridos en el proceso productivo (Bate

1978: 29).

ƒ La conciencia reflexiva “supera el nivel habitual en su forma empírico-espontánea, ya

que implica un análisis de la realidad percibida, y produce explicaciones que son el

resultado de una reflexión racional”. En otras palabras, “es la esfera de la ideología y

de la ciencia” (Sarmiento ob.cit.: 29).

Este concepto también se refiere a ciertos aspectos del comportamiento humano (Bate

ob.cit.: 29) y que son:

a) Las ideas y representaciones generadas por el conjunto de las condiciones de vida

del grupo social, en el marco de toda la sociedad.

b) Los hábitos y las costumbres que norman la conducta humana y son aceptados

por un grupo social. Estos aspectos constituyen la expresión conductual de las

ideas, valores, afectividad y actitudes de la psicología social, los cuales se

expresan en la práctica social.

13
Preferimos utilizar el término de manifestación cultural porque creemos que las características formales o
estilísticas de las expresiones de una sociedad están comprendidas dentro de la cultura como formas

76
_________________________________ ______________________________

b) Afectividad

Es la otra forma del reflejo subjetivo de la realidad; muestra cómo la realidad afecta a los

sujetos. La manera como un mismo fenómeno afecte al sujeto a un grupo social, será de

acuerdo a su posición en el sistema social (cfr. Bate 1998: 63).

También es necesario señalar que dentro de esta esfera de la psicología social,

están los valores, que son aquellas representaciones en donde se asocia la afectividad

con los reflejos cognitivos. La diversidad de estas representaciones conforman los

sistemas de valores. Estos sistemas condicionan una visión y conforman actitudes que

motivan las conductas sociales (Ibid.).

1.2.2 Institucionalidad

Esta forma superestructural se refiere al “sistema de organizaciones sociales a través de

las cuales se ejercen las actividades de coerción y administración que permiten el

mantenimiento o los cambios en la reproducción de las formas de conducta del ser social”

(Bate 1998: 65). Más adelante nos enfocaremos en la institución de la religión y el rol que

ésta jugó en la sociedad teotihuacana.

2. Cultura

Como vimos al principio de este capítulo, otra categoría que junto con la formación social

y el modo de vida expresan los distintos niveles o dimensiones de existencia de la

sociedad, es la de cultura. Nos referiremos a ésta particularmente por ser relativa a la

categoría de formación social. “La cultura es el conjunto singular de formas fenoménicas

que presenta toda sociedad real, como efecto multideterminado por las condiciones

concretas de existencia de una formación social” (Bate 1998: 68).

fenoménicas singulares que constituyen el contenido de la formación social (Bate 1978, 1998).

77
_________________________________ ______________________________

Cuando hablamos de grupo social, nos referimos a partes del sistema social que

dentro de esta categoría aparecen como “subculturas”, las cuales se refieren al conjunto

de manifestaciones culturales que corresponden a los diversos grupos sociales que

componen una formación social. Estos grupos sociales se definen por su participación en

las actividades y relaciones que se establecen y desarrollan en la base material del ser

social. También incluyen las formas culturales que constituyen expresiones de la

conciencia y psicología social, así como su participación institucional. Y por último cada

subcultura posee singularidades que la distinguen de las demás, pero al mismo tiempo,

comparten diversas formas culturales con otros grupos sociales integrantes de una misma

formación social (Ibid.: 71). Los criterios para identificar una subcultura son:

1) Su posición en el sistema de relaciones sociales de producción, es decir, la clase

social

2) Su posición en la división social del trabajo,

3) El origen histórico geográfico particular,

4) Su posición en un sistema de parentesco,

5) Grupos determinados por el género.

En cuanto a las formas culturales, lo relativo al proceso de producción de bienes,

es importante considerar cómo podemos visualizar la cultura a través de los restos

materiales. En el contexto arqueológico podemos observar parte de la cultura de una

sociedad. Aunque los productos o materiales tengan un carácter esencialmente funcional

que responde a la satisfacción de las necesidades generales de cualquier sociedad (de

acuerdo con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas), también es cierto que

reflejan tradiciones sociales, es decir, tiene una forma cultural (Bate 1978: 32).

78
_________________________________ ______________________________

De esta manera, tanto los instrumentos de caza, los adornos personales,


los caracteres de la escritura, el estilo arquitectónico de las viviendas y
edificios públicos, como los hábitos y supersticiones populares,
manifiestan en forma sensible el sello de la singularidad cultural (Ibid.:
33).

Para sintetizar lo anterior, las formas culturales se presentan en tanto conjunto de

conductas sociales como en el conjunto de productos del trabajo humano, las cuales

constituyen las condiciones en y con las que se desarrolla la conducta social. Es decir

que lo cultural se presentará en el proceso productivo, desde cómo se establecen las

relaciones sociales, hasta en el medio transformado en donde se desarrolla la sociedad y

que es consecuencia de ese proceso. También lo fenoménico se presenta en la ideología

mediante las expresiones o manifestaciones culturales y en las actividades

institucionalizadas. En el caso de la arqueología, la conducta social deberá ser inferida

porque la información que se nos presenta está restringida a los materiales encontrados.

3. Sociedad clasista inicial

Después de exponer los principios y conceptos de las categorías que conforman la teoría

sustantiva con la que partirá nuestra investigación, es necesario establecer el estadio de

desarrollo de la formación social que estamos estudiando, en nuestro caso la sociedad

teotihuacana. Retomaremos el estadio histórico de la sociedad clasista inicial y sus

proposiciones básicas, sin embargo, consideramos pertinente iniciar con una breve

discusión sobre el concepto “modo de producción asiático “(M.P.A.), durante mucho

tiempo utilizado para explicar distintos aspectos de las antiguas sociedades

mesoamericanas.

79
_________________________________ ______________________________

Autores como Bartra (1975) y Carrasco (1978) caracterizaron a las sociedades

prehispánicas como formaciones sociales con un “modo de producción asiático”14. Sin

embargo y como veremos más adelante, Bate considera que el concepto de M.P.A. “es

ambiguo y no corresponde a una conceptualización teórica más o menos precisa15”, es

decir, es “teóricamente inadecuada e históricamente restringida” (ob.cit.: 89).

Carrasco señala cómo puede utilizarse el concepto de M.P.A. en el estudio de las

sociedades mesoamericanas y él mismo lo aplica para la sociedad mexica, aunque

también señala que “la distinta importancia dada a cada uno de [los rasgos esbozados por

Marx] ha llevado a formulaciones muy dispares y ha suscitado problemas” (ob.cit.: 67).

Nikiforov dice que “Marx habría pensado no en una formación económica y social

particular, sino en ciertas particularidades de la producción en Asia” (1969: 109). Al

respecto Bate explica que “es difícil aceptar que Marx y Engels pensaran [que en toda

Asia] hubiera existido un sólo modo de producción: el asiático” (1984: 56). Por lo tanto,

para explicar las primeras formaciones clasistas, Marx habría propuesto el concepto de

modo de producción asiático refiriéndose a las particularidades de una de las líneas de

desarrollo de las sociedades clasistas y no como un sólo modo de producción de esta

formación social (cfr. Bate 1998).

La sociedad clasista inicial se refiere a la primera forma de sociedad de clases, la

cual fue resultado del “desarrollo de las desigualdades internas y externas que conduciría

a la crisis de la comunidad primitiva y al proceso de conformación de clases sociales y

Estado” (Ibid.: 88).

La sociedad clasista inicial se caracteriza fundamentalmente por las relaciones de

propiedad entre dos clases sociales fundamentales. Como señalamos anteriormente, lo

14
Modelo propuesto por Marx, y retomado posteriormente por Wittfogel quien desarrolló el concepto de
despotismo hidráulico (1957). Bartra (1975) identifica el M.P.A. desde el clásico en Teotihuacán, Chesnaux
(1969) en el área maya (en Gándara 1986: 43), Palerm (1972, 1973) también aplicó el modelo de M.P.A. para
el estudio del México antiguo.

80
_________________________________ ______________________________

que distingue a cada “modo de producción son las relaciones de propiedad que cualifican

las relaciones sociales fundamentales del sistema de producción históricamente

determinado” (Bate 1984: 59). Luego entonces distinguiremos a la sociedad clasista inicial

por las relaciones de propiedad entre la clase explotadora y dominante y la clase

explotada y dominada. En este modo de producción las dos clases sociales tiene en

común ser fundamentales y en torno a su relación se estructura y desarrolla todo el

sistema de relaciones sociales de producción (Ibid.: 63).

a) Clase dominante

En la estructura económica y política, esta clase es la explotadora. Es la propietaria

objetiva de la fuerza de trabajo de la clase dominante. En su carácter de explotadora, esta

clase se apropia de un volumen de trabajo, ya sea en servicios o en productos, mayor que

el que aporta a la producción. La forma de propiedad tiene carácter particular, en donde

sus miembros tienen la capacidad de disponer de elementos del proceso productivo. Es

decir, que había una copropiedad en tanto integrantes de una clase fundamental, la

explotadora o dominante (Bate 1984:63, 1998: 89).

La clase explotadora asume las funciones del trabajo intelectual, por ello dirigían y

planeaban diversas actividades, monopolizando el conocimiento especializado. Este

conocimiento comprende diversos fenómenos de la realidad, de los mitos, de los símbolos

religiosos, de la ejecución de los ritos y ceremonias a través de los cuales ejercían el

control de la sociedad; eran los especialistas en la administración de los recursos, la

organización militar, el intercambio, la diplomacia y por su puesto quienes ejercían

directamente el poder político (Bate 1984).

En cuanto a la distribución de la riqueza, esta clase dispone de gran parte de la

plusproducción y la producción generada. El excedente económico y la fuerza de trabajo

15
Ob.cit. : 57
81
_________________________________ ______________________________

habrían sido utilizados e invertidos en obras públicas que “beneficiarían” a toda la

sociedad (Bate ob.cit., Gómez y Gazzola 2000).

b) Clase dominada

En la sociedad clasista inicial, esta clase fundamental es la de los productores explotados

económicamente y políticamente subordinados. Es la fuerza de trabajo que está a la

disposición de la clase dominante para la realización de las obras públicas, la guerra, etc.

(Bate 1984: 64). Son propietarios de los objetos e instrumentos de trabajo y comprende

tanto a campesinos y artesanos, así como la gente dedicada a la construcción y

mantenimiento de los edificios de la urbe, quienes realizan esencialmente el trabajo

manual, es decir, la producción de todo tipo de bienes materiales, llámense alimenticios y

artesanales (cerámica, lítica, textiles, pintura mural, etc.). En la distribución de la

producción, la clase dominada o explotada, se apropia de la cantidad de productos que

permitan su subsistencia (Ibid.: 65).

La forma de propiedad, al igual que en la clase dominante es particular, es decir,

que sus integrantes son “copropietarios de determinados tipos de elementos del proceso

productivo”, en este caso, de los medios e instrumentos de producción (Bate 1998: 91).

La clase dominante conserva para sí, sólo una parte de la producción necesaria

para su subsistencia, reconociendo que en una sociedad clasista inicial hay un acceso

diferencial a determinados recursos.

La sociedad clasista inicial sólo es capaz de reproducirse tras la articulación de


unas relaciones de desigualdad intersocial en el espacio que, más allá de la
provisión de productos para materializar la distancia social, están encaminadas a
la disposición directa o diferida de la fuerza de trabajo (Nocete, 1999: 46).

82
_________________________________ ______________________________

c) Acerca del Estado

Como señalamos antes, la clase social dominante era quien dirigía y controlaba las

instituciones. Este sistema institucional es condición y consecuencia del desarrollo de la

sociedad clasista inicial y, por otro lado, la conformación de este sistema origina el

proceso de formación del Estado (Bate 1998: 91).

El Estado es quien organiza todas aquellas actividades que sirven a los intereses

de la clase dominante para mantener las relaciones de propiedad y explotación (Ibid.).

El estado se define como:

La superestructura institucional que sirve a las clases económicamente


dominantes que lo controlan políticamente, mediando las relaciones políticas
entre las clases . (Ibid.).

Con relación al Estado, Rodríguez (1986) propone seis criterios e indicadores que

caracterizarían y permitirían reconocer tácticamente a una sociedad estatal:

1) Clases sociales: Sociedad dividida básicamente en dos segmentos, uno propietario de

la fuerza de trabajo y el otro propietario de los medios e instrumentos de trabajo; ambos

“tienen una relación asimétrica respecto del acceso a los medios de producción y a la

plusproducción” (Ibid.: 116).

En una sociedad clasista existen dos clases sociales fundamentales, la dominada

y la dominante. Esta última al ser propietaria objetiva de la fuerza de trabajo le permite

tener una posición privilegiada en el sistema de relaciones sociales de producción. En

consecuencia, la clase dominante podía disponer de todo tipo de recursos, así como tener

el control y manejo de símbolos religiosos.

83
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La clase dominada o explotada habría tenido acceso restringido a cierto tipo de

recursos y espacios.

2) Monopolio del poder: Poder centralizado en la clase social dominante, encargados de

gobernar, administrar y regular las relaciones al interior de la sociedad. “Ejercicio

profesional por parte del gobierno de la fuerza pública y del ritual oficial” (Rodríguez

ob.cit.).

Al ser propietarios de la fuerza de trabajo de la clase dominada, la clase dominante

puede disponer y apropiarse de la plusproducción, enajenado como tributo, ya sea en

especie o en trabajo (Bate 1998: 89). Para ello también requirió de mecanismos de control

y regulación (coerción ideológica, acceso restringido a ciertos recursos, milicia, régimen

de propiedad, etc.) llevados a cabo por el Estado y algunas sus instituciones16 que

incrementaran el distanciamiento social, “condición necesaria para la reproducción del

sistema y las relaciones sociales de producción” (Gómez y Gazzola ob.cit.: 47) mismas

que servirían para concentrar el poder y la riqueza en la clase dominante.

3) Persistencia de la organización productiva rural: Existencia de aldeas autárquicas,

con aporte de fuerza de trabajo y/o plusproducción que van más allá de sus propias

necesidades (Rodríguez ob.cit.).

Las comunidades agroartesanales17 jugaron un papel fundamental para el sistema,

desarrollando relaciones de dependencia en donde a cambio de generar excedentes que

serían canalizados por medio del tributo, ya fuera en especie o en fuerza de trabajo, a

cambio el Estado habría brindado a las comunidades dependientes protección, o bien, la

16
Althusser (1968: 116) menciona que hay instituciones como la familia que no son ideológicas, como la
familia, ya que interviene en la reproducción de la fuerza de trabajo.

84
_________________________________ ______________________________

sujeción y control de estas comunidades, se daría por medio de la coerción militar.

Políticamente la elite de estos sitios debió estar sometida obteniendo algún tipo de

beneficio o habría sido impuesta por el Estado (Gómez y Gazzola 2004: 41-44).

4) Importancia de la residencia individual dentro del territorio establecido:

Pertenencia de la sociedad basada en la residencia y no en el parentesco, a un dominio

territorial reconocido como propio por una sociedad (Rodríguez ob.cit.).

La organización de la sociedad clasista inicial no se estructura con base al

parentesco, ya que se genera un nuevo sistema de relaciones sociales (resultado de las

contradicciones internas en la sociedad tribal) y de la relación de las clases con los

medios de producción.

Aunque el parentesco siguió estando presente como factor de integración en la

sociedad clasista, no fue sino un elemento secundario.

5) Legitimización del poder independientemente del parentesco: Se hace necesaria

la validación legal del poder por parte de la clase dominante.

A diferencia de las sociedades preclasistas18 en donde la organización se

estructuraba con base a las relaciones de parentesco, en la sociedad clasista la

legitimización del poder se hacía con base a las relaciones de propiedad, donde la clase

social dominante era propietaria de la fuerza de trabajo y la clase dominada propietaria de

los objetos de trabajo, es decir que “el estado materializa las relaciones asimétricas en

17
Estas comunidades no sólo habrían producido alimento, sino también materias primas para la elaboración
de artesanías, la construcción, herramientas e instrumentos (obsidiana por ejemplo) o bien, productos ya
terminados (cerámica).
18
Con este término nos referimos principalmente a las sociedades las tribales y sus etapas de desarrollo. La
fase inicial es la llamada comunidad tribal no jerarquizada y en una fase terminal es la sociedad tribal
jerarquizada o cacical (Bate 1998: 88)

85
_________________________________ ______________________________

leyes que supone la necesidad de determinadas funciones que norman las relaciones de

producción” (Rodríguez ob.cit.: 119).

Para legitimar su poder, la clase dominante se sirvió de ciertos mecanismos que le

permitieron someter y controlar a la población. Entre estos mecanismos se incluyen el

aparato militar y el ideológico. Ambos serían fundamentales para cohesionar y someter a

la clase dominada.

6) Producción secundaria más allá del nivel doméstico: la elaboración de bienes y

objetos es mayor y excede las necesidades domésticas, es decir, hay una

“plusproducción motivada por la diversificación de los mecanismos distributivos productos

de la acción del estado como regulador” (Ibid.).

Surge del conocimiento especializado, es decir, grupos con una actividad

determinada, especializados en la manufactura de un tipo de bienes, servicios, etc., algo

lo que necesariamente generó un aumento en la producción. “Para mantener estos

especialistas, cuya actividad se hace necesaria y es monopolizada por la organización

central de la sociedad, se requiere que los productores directos transfieran parte de su

producción” (Bate ob.cit.: 89). Por consiguiente, la transferencia del plusproducto “se

convierte en un sistema social de enajenación de excedente” y, por lo tanto, en

explotación clasista (Ibid.).

Teotihuacán, una sociedad clasista inicial

Después de desglosar los principios y proposiciones básicas del materialismo histórico y

particularmente de las primeras sociedades de clase, a continuación trataremos de ver

cómo se suceden en Teotihuacán.

86
_________________________________ ______________________________

Consideramos que el modo de producción en Teotihuacán presenta las

características de una sociedad clasista inicial. En principio podemos decir que había dos

clases sociales fundamentales, la dominante y la dominada, así como grupos que

integraban cada una de estas clases. La consolidación de Teotihuacán como sociedad

clasista “estaría relacionada con los mecanismos de control y disposición casi ilimitada de

la fuerza de trabajo humano por parte de la clase dominante” (Gómez y Gazzola 2004:

45). Por otro lado, existen múltiples indicadores de que el distanciamiento social entre

estas clases fundamentales aparece como “una condición necesaria y constante para su

reproducción” (Ibid.).

Estudios realizados en la antigua ciudad (Proyecto La Ventilla 1992-1994, Gómez

2000, Cabrera en prensa) muestran una diferenciación entre los conjuntos que ocuparon y

habitaban los grupos de la clase dominante (los cuales tienen mejores materiales y

acabados en su arquitectura) y los ocupados por la clase trabajadora. Además sugerimos

que dentro de estos mismos conjuntos, los espacios que cuentan con pintura mural eran

ocupados y utilizados por miembros de la clase dominante que tenían un mayor estatus.

Con respecto a este punto Morelos señala que “la pintura unida a la arquitectura debió

crear un ambiente arquitectónico urbanístico jerarquizado en correspondencia con la

existencia de clases sociales y la ocupación diferencial de los espacios dentro y fuera de

la ciudad” (1991: 245). Además fueron los miembros de esta clase social quienes

establecieron el código simbólico de la pintura mural en donde podían “reproducir de

manera extensa la filosofía, las creencias, las costumbres, las normas de comportamiento

social, las determinantes sociales y los lineamientos político-ideológicos, que permitían

mantener constantes e inalterables las relaciones sociales” (Ibid.: 235).

En el caso de la pintura mural, Gómez y Gazzola (2004: 47) han postulado que su

uso habría sido exclusivo para los conjuntos ocupados por los grupos de la clase

87
_________________________________ ______________________________

dominante, ya sea como residencias o para la realización de actividades de tipo

institucional, acentuando de alguna manera el distanciamiento social, una “condición

necesaria para la reproducción del sistema y las relaciones sociales de producción”.

La clase dominante o explotadora considera tanto al grupo sacerdotal como a los

grupos especializados y dedicados a la administración pública, la diplomacia, el

intercambio y todo lo que tuviera que ver con el ejercicio del poder. Estamos de acuerdo

con Gómez y Gazzola (2004: 46-47) en que en Teotihuacán la clase dominante estaba

integrada por varios grupos sociales, siendo ellos quienes dirigían y tenían el control de

las instituciones, pues “de acuerdo con las relaciones sociales de producción mantendrían

una posición social y económica por encima de la mayoría de la población, teniendo un

acceso irrestricto a diferentes recursos”.

Por otro lado, la clase dominada o explotada habría tenido acceso restringido a

cierto tipo de recursos, lo que de alguna manera incrementaba el distanciamiento social.

Los conjuntos ocupados por los grupos de la clase dominada habrían sido por lo tanto

más modestos y sencillos, con acabados de menor calidad. Estos espacios habrían

concentrado más gente en un área menor, donde desarrollaban actividades de tipo

artesanal, junto con aquellas tareas cotidianas necesarias para su subsistencia y la

reproducción.

En Teotihuacán podemos encontrar diversos conjuntos arquitectónicos que nos

muestran una diferenciación social caracterizada principalmente por la presencia de

pintura mural, por la calidad de los acabados y por el tipo de objetos que en ellos se han

localizado, indicando que en ellos se realizaban actividades de tipo institucional o bien

donde residían las familias de la clase dominante. Por el contrario hay conjuntos donde se

producían cierta clase de objetos en los que se han encontrado los instrumentos con los

88
_________________________________ ______________________________

que se elaboraban materias primas y desechos19, así como espacios destinados a la

preparación de alimentos de la clase trabajadora, etc.

En La Ventilla tenemos un claro ejemplo de esta diferenciación en los conjuntos

dedicados a diferentes actividades como el Conjunto de los Glifos y el Conjunto

Arquitectónico A de tipo habitacional.

Pensamos que es en las manifestaciones culturales, como la pintura mural, en

donde podemos ver reflejada la psicología social y la ideología dominante de la sociedad

teotihuacana. Para que podamos entender el significado de su contenido, primero

debemos considerar que la pintura mural es un código simbólico (Morelos 1991) en donde

se representa la conciencia social de una formación social, claro está, impuesto y

establecido por la clase dominante. En ella está plasmada tanto la conciencia habitual

como la conciencia reflexiva de la sociedad, ya que si bien se representa la manera cómo

veían la realidad y lo que les rodeaba, también es un discurso que tuvo la intención de

controlar y someter ideológicamente a ciertos grupos de la sociedad. En la conciencia

reflexiva también están comprendidos los conocimientos con relación al movimiento de los

astros, y de la naturaleza en general. Por ejemplo, varios estudios han mostrado que

muchas de las representaciones están relacionadas con los ciclos sinódicos de Venus y

las Pléyades, por citar sólo algunos aspectos.

Las imágenes de la pintura mural debieron haber afectado de manera diferente a

las clases sociales en Teotihuacán, porque si bien fueron parte de su tradición cultural,

también es cierto que no debió representar lo mismo para todos los grupos sociales. Es

decir, el código simbólico afectó de manera diferencial a un grupo o un individuo de

acuerdo a su posición social. Podemos suponer que había una asimilación social de los

símbolos constituyentes de las obras y una “receptividad comunicativa y participación

19
Como por ejemplo del desecho de talla de la obsidiana, o la lapidaria en el conjunto A de La Ventilla.

89
_________________________________ ______________________________

social del sistema simbólico, con las implicaciones económicas, ideológicas, técnicas, de

organización y de explotación de clases correspondientes” (Ibid.: 244-245).

3.1 La institución religiosa

La religión como parte de la ideología se desarrolla sobre la base de la cosmovisión. En

una sociedad clasista inicial sirve como instrumento de cohesión y como una forma de

coerción ideológica implementada por una institución especializada en dicha actividad, la

cual permite la integración y el control de todo el sistema político y económico por parte

de la clase dominante. Es una institución de subordinación que representa los intereses

de los dioses frente a los hombres y es así como la clase dominante tiene la capacidad de

represión y coerción a través de la manipulación ideológica (Bate ob.cit.: 91). Por esto,

tanto la religión como la política y la cultura son considerados como aparatos ideológicos

del Estado ya que “se presentan al observador como un cierto número de realidades bajo

la forma de instituciones precisas y especializadas” (Althusser ob.cit.: 115-116).

De manera particular en la sociedad clasista inicial la religión sirve para reproducir

las condiciones de explotación de una clase por otra por medio de la falsificación de la

realidad para “justificar lo injusto” (cfr. Bate op.cit.). La manipulación religiosa fue sin duda

un poder utilizado por grupos sociales dominantes que generaron una serie de ritos,

ceremonias y costumbres que permitieron el control sobre los demás miembros de la

población.

López señala que debemos pensar en la “religión como un complejo heterogéneo

en el que sus componentes se ven afectados en distinto grado por las transformaciones

sociales, desde aquellos que resienten de inmediato el efecto del cambio, hasta los que

perduran [...]” al pasar del tiempo (ob.cit.: 200).

90
_________________________________ ______________________________

En Teotihuacán como en otras culturas mesoamericanas, se observa que la

religión fue un rasgo que formaba parte de la vida de la sociedad. Fue el eje principal en

la integración de la población, ya que tiene la capacidad de cohesionar a la sociedad en

diversas formas y por muchos medios, ya sea a través de los mitos, los ritos y ceremonias

e imágenes. Considerando que la antigua ciudad de Teotihuacán llegó a ser un gran

centro de peregrinaje, la religión fue parte esencial en la vida de los teotihuacanos y por

consiguiente, un recurso económico, político y social utilizado por el Estado.

En la pintura mural encontramos diversas representaciones de personajes

ricamente ataviados que han sido identificados como sacerdotes, ya sean procesiones o

practicando ritos. La iconografía de los murales teotihuacanos tiene una fuerte carga

mítico-religiosa en la cual vemos representadas deidades a las que se les rendía culto.

Esta tradición no fue exclusiva de la sociedad teotihuacana, fue inherente a todas las

sociedades mesoamericanas.

La religión tuvo una influencia directa en la arquitectura, la pintura mural y la

escultura de Teotihuacán, jugando un papel fundamental en la vida de la sociedad al

representar símbolos relativos a sus deidades. Si bien no tenemos un documento que nos

diga cómo se realizaron estas ceremonias, contamos con algunas representaciones de

esas prácticas en la pintura mural, además de que podemos observar en la arquitectura la

carga religiosa que poseen sus construcciones, desde las monumentales pirámides del

Sol y de la Luna, hasta plazas y altares en los conjuntos arquitectónicos, pues en todos

está inmerso el pensamiento cosmogónico.

Morelos menciona que “uno de los factores más ligados al código simbólico dentro

de la sociedad es el religioso que se relaciona con éste determinando la mayor parte del

mensaje que le es inherente” (ob.cit.: 235). Ligado a este aspecto religioso de la vida del

hombre mesoamericano, se introdujeron una serie de mitos y creencias relacionados con

91
_________________________________ ______________________________

el enfrentamiento del hombre con la naturaleza; de esta relación del ser humano con su

medio surgen una serie de representaciones de la realidad, por lo que podemos ver

símbolos, signos y glifos asociados a fenómenos y elementos de la naturaleza, que fueron

deificados y a los que se les rindió culto.

Los grupos de la clase dominante encargados de gobernar la ciudad, fueron los

responsables de crear y registrar en las imágenes de la pintura mural temas relacionados

con la religión y la cosmovisión utilizada entre otras cosas, para justificar su poder y la

explotación.

No podemos entender a la pintura mural desligada de la arquitectura. En este

sentido también debemos tomar en consideración a la arquitectura y el llamado espacio

sagrado, que como lo indica su nombre, le otorga una connotación religiosa.

El espacio sagrado en Teotihuacán está inmerso en toda la ciudad, en muchos

casos vinculado por la pintura mural. Heyden (1975: 276) señala que hay que considerar

a los espacios con pintura mural como sagrados, ya que contienen representaciones de

dioses y sacerdotes.

4. El Simbolismo religioso

Para este trabajo es importante considerar algunos conceptos sobre el simbolismo

religioso, inmerso en la vida de toda sociedad. Sin ello, sería difícil explicar cualquier

manifestación, ya sea una imagen en la pintura, un objeto, una escultura, etc.

El simbolismo religioso tiene que ver con la visión del mundo y su representación

por medio de símbolos. Lo simbólico está estrechamente relacionado con lo intuitivo, de

ahí que “las imágenes e ideas se tomen de las relaciones más estrechas que son intuibles

más fácilmente y se usen como expresiones de relaciones más universales e ideales que,

a causa de su penetración e idealidad, no pueden expresarse directamente” (Marshall

92
_________________________________ ______________________________

1952: 337). Jung señala que la actitud del simbolismo

Consiste en dotar un hecho, un suceso en el espacio y en el tiempo, ya sea


grande o pequeño, con un sentido al que se da más valor y mayor importancia
que el que le corresponde en su pura realidad o existencia (en Marshall ob.cit.:
352).

El simbolismo religioso toma imágenes y símbolos de categorías accesibles a la

experiencia humana, pero principalmente de la relación entre la naturaleza y la condición

humana (Ibid.: 488). Revela aspectos de la realidad, de una realidad trascendental y

espiritual y es por lo tanto, la representación de lo ideal, de lo que ha sido creado por los

dioses y que el hombre reproduce en este mundo, como una manera de acercarse y

contactarse para trascender. Los símbolos religiosos tienen que ver con las deidades, con

atributos y actos divinos, de éstos últimos se toman sucesos naturales e históricos como

símbolos de la actividad divina (Ibid.).

Eliade (1999) señala que el estudio del símbolo debe ir más allá de la realidad

objetiva, porque si bien los símbolos son parte de la historia de las sociedades, su sentido

y significado es más profundo, proyectando una realidad más bien subjetiva. No se trata

de una experiencia inmediata, sino de “una experiencia vital y ontológica que se refiere a

la raíz del ser; y que tiene que ver con la dimensión sacramental de la existencia humana”

(Eliade en Rohde 1982: 143).

La simbolización de espacios, lugares y territorios sagrados está fundamentada en

la concepción del cosmos (cfr. Barabas 2003). En este sentido, todo espacio y objeto es

una hierofanía, es decir, una manifestación de lo sagrado. Y lo sagrado representa la

realidad objetiva, vivir en un mundo real, pero una realidad desde la visión particular de

cada sociedad (Eliade 1983).

Todo lo que el hombre hace y crea está en función de su cosmovisión. Se concibe

el mundo como un microcosmos, fuera de cuyos límites está el caos, que es lo

93
_________________________________ ______________________________

desconocido, lo que precede a la vida y también lo que le sigue a ésta. Se observa en

estos conceptos una dualidad, que es precisamente lo que caracteriza al simbolismo. El

concepto de caos es más bien universal y podemos equipararlo en algunos aspectos con

el del inframundo en Mesoamérica.

El simbolismo religioso se apoya y materializa en el mito, aquel que cuenta una

historia sagrada, un acontecimiento que tuvo lugar en el “comienzo”. Narra las hazañas

de personajes, de seres sobrenaturales que conformaron el mundo tal y como se conoce

en el presente, relata cómo es que “una realidad ha venido a la existencia” (Eliade 1992:

15). El mito es pues el relato de todo comienzo.

Existen varios tipos de mitos, los cosmogónicos que cuentan cómo se conformó el

cosmos y los mitos de origen, que relatan la historia de un nuevo comienzo, de la

creación de algo y no precisamente del mundo.

Pero el mito estaría incompleto sin el rito, parte fundamental de su función. Porque

es en el rito en donde se conmemora ese “comienzo”, y es a través del ritual que se

realza la importancia social del mito.

Desde la fundación de los primeros asentamientos hasta la construcción de la

ciudad y su colapso, la religión siempre estuvo presente en cada aspecto de la vida de los

antiguos pobladores de Teotihuacán. Los mitos habrían regido la vida de esta sociedad,

pues estaban ligados a la idea de la renovación y la regeneración, de tal manera que los

ritos servían para reactualizar los hechos sagrados que dieron origen al hombre mismo, al

universo y al cosmos.

5. Hipótesis y proposiciones

Después de haber desarrollado la parte correspondiente al marco teórico, el siguiente

paso será plantear nuestras hipótesis que se fundamentan desde una base materialista y

94
_________________________________ ______________________________

que guiarán nuestra investigación. Las hipótesis que planteamos son:

1) Los espacios con pintura mural eran de uso exclusivo de la clase dominante.

Argumentación: La pintura mural fue un instrumento de carácter elitista, considerando el

acceso a recursos que implicaba su elaboración por lo que de acuerdo a la posición en el

sistema de relaciones sociales, la clase dominante era la que podría utilizar la pintura

mural en los espacios donde realizaba sus actividades.

Por lo tanto:

2) La clase dominante utilizó la pintura mural para acrecentar y justificar su posición

social.

Argumentación: La pintura mural sirvió para diferenciar los espacios ocupados por la clase

dominante e incrementar el distanciamiento social, remarcando su posición de clase.

3) La función de los espacios con pintura mural estuvo relacionada con actividades de

tipo institucional y residencial ocupados por la clase dominante.

Argumentación: La pintura mural presenta un código simbólico que implica un mensaje

relacionado con aspectos políticos, sociales y religiosos, es decir, tenían que ver con las

actividades que realizaban los grupos de la clase dominante. Los murales servían

entonces para enmarcar las actividades de carácter institucional por un lado, pero también

remarcaban el hecho de que aquellos espacios eran de uso y acceso exclusivo para

miembros de la clase dominante, por lo que sus residencias también fueron decoradas

con murales.

4) Los murales reflejan los cambios ocurridos en el proceso del desarrollo de la

sociedad teotihuacana.

Argumentación: La secuencia cronológica de los murales en el barrio La Ventilla se

presenta desde la fase Miccaotli hasta la fase Xolalpan Tardío, además, las

representaciones iconográficas de los murales reflejan transformaciones sociales

95
_________________________________ ______________________________

ocurridas en la sociedad a lo largo de su existencia. Estos cambios obedecen a cambios

en aspectos ideológicos, políticos, religiosos y económicos, y mantienen una

correspondencia con los símbolos, las técnicas y los materiales que fueron cambiando de

acuerdo al grado de desarrollo de las fuerzas productivas.

5) Algunos símbolos fueron reemplazados por otros de acuerdo al grupo social que

estuvo en el poder, a la llegada e influencia de otros grupos.

Argumentación: En la pintura mural se plasmaron símbolos que prevalecieron durante

algunas fases cronológicas, para desaparecer posteriormente y ser reemplazados por

otros. Se observan cambios en los símbolos que habrían obedecido a los cambios

políticos y sociales, así como a la influencia y presencia de grupos étnicos provenientes

de otras regiones de Mesoamérica.

6) Los murales representan las prácticas, costumbres e ideología de cada tiempo en la

que se elaboraron, reflejando así la tradición de la formación económica y su

desarrollo y cambio en el tiempo. La función de los espacios con pintura mural

estuvo estrechamente relacionada con los símbolos e imágenes ahí plasmadas.

Metodología

El objetivo de este estudio es determinar la función general e inferir las actividades

desarrolladas en los conjuntos en el barrio La Ventilla con pintura mural.

Para realizar nuestro estudio tomamos en cuenta tres aspectos fundamentales, la

arquitectura, los materiales arqueológicos recuperados en contexto arqueológico y la

pintura mural.

El análisis arquitectónico comprende una revisión de la arquitectura y la planeación

de la antigua ciudad. Para entender la función de los espacios se analizarán las

características arquitectónicas que dan el carácter a los edificios (religiosos,

96
_________________________________ ______________________________

institucionales, habitacionales, etc.), las áreas de actividad, los elementos arquitectónicos,

los materiales utilizados en los diversos tipos de construcciones y los sistemas

constructivos, para posteriormente hacer una análisis de los conjuntos arquitectónicos del

barrio La Ventilla. Se describen jerárquicamente a nivel de conjunto, unidad y espacio,

considerando los niveles de ocupación, modificaciones y acabados. En este caso

haremos énfasis en los espacios con pintura mural, que es nuestro indicador para tratar

de describir la función de los conjuntos.

Para complementar este estudio se hará un análisis general de los materiales

asociados, como son la cerámica, la lítica y los entierros principalmente; también

consideraremos materiales como el hueso, la concha, etc. que serán indicadores

importantes para conocer qué grupos de las clases fundamentales ocuparon ciertos

espacios y conjuntos.

Finalmente haremos el análisis de la pintura mural, considerando la cronología

(épocas y fases técnicas) para dar un contexto temporal a cada mural. El estudio de la

iconografía será fundamental para hacer la lectura de los murales, con lo que se

establecerá un criterio para identificar y diferenciar un signo, un glifo y todos aquellos

elementos que conforman el código simbólico de los murales.

El siguiente paso será describir cada mural por conjunto, unidad y espacio,

retomando las características arquitectónicas y los materiales asociados. Después se

analizará cada uno de los signos y símbolos, remitiendo a sus posibles significados.

Todos estos aspectos ayudarán a proponer la función de los espacios con pintura mural y

por lo tanto inferir la función de la unidad e incluso del conjunto arquitectónico para

reforzar o refutar la idea sobre la estructura y organización del barrio propuesta por

Gómez (2000).

97
_________________________________ ______________________________

CAPITULO III

ARQUITECTURA: ESPACIO Y FUNCIÓN

1. Arquitectura de Teotihuacán
La arquitectura es un indicador arqueológico que nos ayuda a comprender el desarrollo de

las sociedades antiguas, ya que al ser una manifestación cultural expresa la ideología, el

desarrollo político y económico, así como aspectos de la organización de una sociedad.

En Mesoamérica encontramos una gran diversidad arquitectónica con características

específicas según el área o región, variando en cuanto a la planeación, distribución,

recursos (económicos y materiales), temporalidad, etc., aunque también presentan

algunas constantes resultado de la herencia y tradición cultural mesoamericana.

La antigua ciudad de Teotihuacán es considerada como la más importante, grande

y compleja de Mesoamérica, entre otras cosas por la planeación urbana, la

monumentalidad de sus construcciones y la diversidad étnica y social de sus habitantes.

La arquitectura de Teotihuacán se caracteriza también por la variedad de edificios que

reflejan diferentes funciones y que la conformaron como un gran centro urbano, teniendo

una alta densidad de población, superior a cualquier otra ciudad de la época prehispánica.

También se realizaron obras hidráulicas importantes como la desviación del Río San Juan

y el sistema de drenaje dentro del centro urbano, así como en los diferentes conjuntos

arquitectónicos ubicados en la periferia.

Teotihuacán alcanzó una extensión aproximada de 25 kilómetros cuadrados, con

una población que pudo haber oscilado entre los 150,000 y los 200,000 habitantes (Millon

1988) o probablemente más20. El eje principal de la ciudad es la “Calzada de los Muertos”.

A lo largo y a ambos lados de esta calle se emplazan una serie de construcciones

públicas como son La Ciudadela, El Gran Conjunto, construcciones residenciales y

20
Gómez y Gazzola (2004) proponen que la ciudad pudo haber alcanzado un número mayor de habitantes al
propuesto por Millon.

98
_________________________________ ______________________________

administrativas, la Pirámide del Sol y la Pirámide de La Luna. Una de las características

más sobresaliente de la antigua ciudad fue su división en barrios que reflejan parte de la

organización social. Algunos fueron ocupados por artesanos especializados y otros por

grupos de extranjeros que conservaron parte de su identidad cultural. También hay una

serie de conjuntos departamentales o residenciales distribuidos alrededor del centro

urbano con diferente calidad en los acabados y en la distribución de los espacios al

interior.

1.1 Planeación y desarrollo urbanos

Drewitt (1966) define que “planeación en la antigua ciudad es la combinación premeditada

de elementos arquitectónicos en un ambiente urbano”. Para el autor, los elementos

arquitectónicos básicos en la planeación y arquitectura teotihuacanos son los edificios,

espacios abiertos, plataformas, calles y cauces de ríos; éstos se presentan de formas

diversas, con características diferentes, según la función y el uso. La planeación, por lo

tanto, tiene que ver con la manera en cómo se colocan y distribuyen estos elementos que

a su vez responden a las necesidades sociales.

De acuerdo con la cronología, Teotihuacán presenta un desarrollo que puede

apreciarse en su arquitectura, en donde cada fase ha sido identificada, entre otras cosas,

por la construcción de ciertos edificios en particular.

El centro urbano

Abarca un área aproximada de 7 kilómetros cuadrados (Millon 1993) y se compone de

templos, edificios públicos y conjuntos residenciales. El eje principal de este centro es la

“Calzada de los Muertos” orientada de norte a sur y tiene una desviación de 15°25’ al este

del norte astronómico, con una longitud de tres kilómetros. Esta gran calzada se compone

99
_________________________________ ______________________________

de cinco patios hundidos sucesivos. Rivera (1992) señala que la “Calzada de los Muertos”

puede considerarse como tal sólo en parte debido a que estos patios cortan su recorrido.

Sin embargo hay que considerar que estos patios se construyeron para salvar las

diferencias del nivel que ocurren en el espacio natural, pues presenta una inclinación de

norte a sur con una diferencia de casi 30 metros desde la Plaza de la Luna hasta la

Ciudadela. Cada espacio está separado por una plataforma con escalones hacia ambos

patios, conforme aumenta el número de escalones también aumenta, contrarrestando el

ángulo de inclinación.

La calzada se puede dividir en tres sectores; el norte va desde la Plaza de La Luna

hasta la Pirámide del Sol; el central comprende los cinco patios hundidos y por último el

sector sur, que inicia al sur del Río San Juan hasta La Ciudadela y el Gran Conjunto,

aunque posiblemente la calzada continuaba más allá de estas estructuras hacia el sur

(Figura 3.1).

En la parte más al norte de la

“Calzada de los Muertos” está la Plaza

de la Luna, limitada en el lado norte por

la Pirámide de La Luna y al este y oeste

por una serie de basamentos de cuatro

cuerpos (Foto 18). En el centro de la

plaza se encuentran dos altares o


Foto 18. Pirámide y Plaza de la Luna
adoratorios. La Pirámide de la Luna es un

gran basamento orientado hacia el sur, compuesto por cinco cuerpos escalonados con

muros en talud y con un cuerpo o plataforma adosada también con cinco cuerpos con

talud y tablero y escalinata al centro.

100
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Hacia el oeste de la Plaza de la Luna se ubican otros conjuntos arquitectónicos que

sobresalen por sus excelentes terminados y pintura mural: el Palacio de los Jaguares, la

Subestructura de los Caracoles Emplumados y el Palacio de Quetzalpapálotl.

Figura 3.1. El centro urbano. Antigua ciudad de Teotihuacán

A los lados del sector norte de la “Calzada de los Muertos” se localizan otros

conjuntos, algunos de ellos caracterizados por la pintura mural que presentan: destaca el

Templo de la Agricultura, el Conjunto de los Animales Mitológicos, el mural del Puma y el

Conjunto de los cuatro pequeños templos.

Otro de los ejes principales del centro urbano es el Oriente-Poniente, transversal a

la “Calzada de los Muertos”, que corresponde con el eje de la Pirámide del Sol. Este

101
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basamento de 63 metros de altura está orientada hacia el oeste, su base casi cuadrada

mide 222 x 225 metros y está rodeada por una plataforma en tres de sus lados. Tiene

cinco cuerpos escalonados en talud y un cuerpo adosado. También tiene una plaza al

frente, limitada por varias estructuras que incluyen la Casa de los Sacerdotes.

En la sección central de la “Calzada de los Muertos” es donde se ubica la serie de

cinco patios hundidos, dos de ellos con un altar al centro. A los lados de esta sección se

localizan los conjuntos Plaza Oeste y Plaza Este, el Grupo Viking, el Complejo “Calzada

de los Muertos” y los Edificios Superpuestos.

Al final de la sección central de la calzada se encuentra Río San Juan, que como

hemos mencionado fue desviado para hacerlo pasar por el centro de la urbe. En este

canal desembocaba el sistema de drenaje del sector central de la “Calzada de los

Muertos” y de otros conjuntos arquitectónicos de la ciudad, lo que indica que la desviación

pudo haber sido proyectada para cubrir las necesidades de la urbe para un mejor

funcionamiento de la misma (Sánchez 1998).

En el sector sur de la “Calzada de los Muertos” se localizan dos grandes conjuntos

arquitectónicos, el Gran Conjunto en el oeste y La Ciudadela en el este de la calzada. El

Gran Conjunto fue la estructura más grande de la ciudad, se componía de dos grandes

plataformas (norte y sur) con un acceso hacia la calzada (lado este) y otro por el lado

oeste. Este conjunto al parecer albergó al mercado principal de la ciudad (Millon 1973,

1976), siendo el punto focal de la vida económica.

Frente del Gran Conjunto, al otro lado de la calzada, se ubica el complejo

arquitectónico de La Ciudadela. Mide 160,000 metros cuadrados y se compone de cuatro

plataformas que limitan una plaza con un altar al centro en la parte superior de

plataformas están cuatro basamentos con talud y tablero en el norte, sur y oeste

respectivamente y tres en el este (Figura 3.2).

102
_________________________________ ______________________________

Sin duda la estructura más importante de La Ciudadela es el Templo de la

Serpiente Emplumada (Foto 19 y 20). Para conmemorar el inicio de la construcción de

este edificio se sacrificaron cientos de individuos que fueron depositados con ofrendas en

grupos y números que reflejan la estructura del calendario (Sugiyama 1998). El Templo

de La Serpiente Emplumada se orienta hacia el oeste y se compone de siete cuerpos con

talud y tablero (aunque actualmente sólo se conservan cuatro cuerpos). La característica

principal de este templo son las alfardas y los tableros ornamentados con esculturas de

cabezas de serpientes y de cipactli en forma alternada. Las esculturas se integraron en el

proceso de edificación por medio de una espiga que se introduce en el núcleo. Esta

característica del sistema constructivo del talud y tablero ornamentado con esculturas no

se encuentra en ningun otro edificio de la ciudad.

Un reflejo de los cambios políticos y religiosos ocurridos en Teotihuacán es la

construcción de la Plataforma Adosada, que cubrió parte de la fachada principal del

Templo de la Serpiente Emplumada, así como la destrucción intencional del edificio cuyo

material fue reutilizado en otras construcciones (Cabrera 1998). La nueva estructura que

cubrió la fachada de este templo consta de al menos cuatro cuerpos con talud y tablero y

escalinata al centro; a diferencia del Templo de la Serpiente Emplumada, esta plataforma

no presenta esculturas, sólo se pudieron observar restos de estuco con pintura roja.

A cada lado del Templo de la Serpiente Emplumada se localizan los conjuntos

arquitectónicos 1E al sur y 1D al norte. En el vértice noreste de la explanada se ubica el

conjunto 1C’; al adoratorio central de la explanada se le denominó como edificio o

estructura 1C; la Estructura 1B’ se localiza en la parte sur de explanada que se compone

de 6 subestructuras.

103
_________________________________ ______________________________

A partir de su construcción La Ciudadela se convirtió en el centro político y

religioso de la antigua ciudad. Las características de este gran complejo reflejan un

cambio, donde fue reemplazada la verticalidad por la horizontalidad de los monumentos.

Figura 3.2. La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada.

104
_________________________________ ______________________________

Fotos 19 y 20. Detalle del Templo de la Serpiente Emplumada

Millon (1973) propone la existencia de otra calzada que comienza detrás de La

Ciudadela y que corre hacia el este tres kilómetros; por el oeste se prolonga dos

kilómetros a partir del Gran Conjunto. Con este eje la ciudad habría quedado dividida en

cuatro cuadrantes o sectores y La Ciudadela, particularmente el Templo de la Serpiente

Emplumada quedaría en la parte central, reforzando su importancia como centro político y

religioso (Foto 21).

Foto 21. Vista aérea de La Ciudadela

105
_________________________________ ______________________________

Los Barrios

La antigua ciudad de Teotihuacán estuvo dividida en barrios. Con respecto a su formación

y composición, existen varias propuestas (Millon 1973, Manzanilla 1993, Rattay 1987,

Altschul 1987, Gómez 2000, 2002, Cabrera 1997). Los barrios estuvieron integrados por

grupos de artesanos de diferentes especialidades y por extranjeros (Oaxaca, Occidente) o

por comerciantes.

Cualquiera que haya sido su composición, ya fuera de tipo étnico o por

especialidades, lo importante es considerar y entender la dinámica del barrio dentro de la

sociedad teotihuacana y su estructura interna.

Al tratar de comprender cómo se integró la sociedad en Teotihuacán surgieron

propuestas e hipótesis, basados principalmente en la distribución espacial de conjuntos

arquitectónicos identificados alrededor del centro urbano, así como por el registro

arqueológico de concentración de materiales específicos en áreas delimitadas.

Millon (1966, 1973, 1976) fue de los primeros en plantear la existencia de barrios

en la antigua ciudad. Para el autor éstos debieron estar habitados por “grupos

corporados”, relacionados entre sí por el parentesco, la filiación étnica o bien por tener el

mismo oficio. También considera que la organización en barrios, fue un nivel intermedio

de organización entre la ciudad y el conjunto departamental (1976), con lazos

económicos, sociales y rituales y que permitió la integración cultural y social de la

población.

Gómez propone que los barrios fueron el “resultado del tipo de relaciones sociales

establecidas entre las comunidades productoras, y las normas y estrategias impuestas

por el Estado” (2000: 594). Estas relaciones sociales se reflejan en la organización

espacial de los barrios, que tuvieron también la finalidad de cohesionar a la población,

controlar la producción y asegurar la circulación de bienes. Dentro de éstos habría una

106
_________________________________ ______________________________

diferenciación social que establecería el acceso de ciertos grupos a determinados

espacios de acuerdo a sus actividades. Más adelante profundizaremos en la definición y

características del barrio cuando nos enfoquemos al barrio La Ventilla.

Los Conjuntos Arquitectónicos

A consecuencia de la complejidad social, en la ciudad se construyeron conjuntos

arquitectónicos de tal forma que lograron la integración de la población. Millon (1976)

considera que para la fase Tlamimilolpa hubo un cambio significativo en el patrón de

asentamiento urbano de Teotihuacán, caracterizado por la construcción intensiva de

conjuntos arquitectónicos. Los conjuntos de departamentos (Apartment compound), como

el autor los denominó (Millon 1973), en parte pudieron ser resultado del incremento de las

actividades artesanales y de la llegada de gente de otras regiones a la ciudad. Los

cambios en la organización social teotihuacana generaron la necesidad de crear nuevos

espacios para albergar y agrupar a los diversos grupos sociales y para ello se

construyeron complejos habitacionales que adquirieron características específicas en

cuanto a su distribución. Para la fase Xolalpan Temprana ya había conjuntos de

departamentos por toda la ciudad, reflejo del desarrollo alcanzado por Teotihuacán en

todos los ámbitos, dentro y fuera del valle.

Estos conjuntos son resultado de las estrategias políticas y económicas del Estado

para lograr la cohesión social y el control de la producción. Los grupos sociales

dominantes ocuparon conjuntos que se distinguen por tener excelentes acabados

arquitectónicos y espacios de mayores dimensiones. Los conjuntos residenciales fueron

ocupados por las familias de la élite dominante al contrario de los conjuntos ocupados por

los grupos de la clase dominada, que tendrían características formales con diferencias

significativas con relación a las actividades que desarrollaban, contaban con espacios

107
_________________________________ ______________________________

destinados al trabajo artesanal y a la preparación de alimentos y a la vivienda de los

grupos domésticos.

El conjunto de departamentos es una estructura que consta de un gran número de

cuartos con o sin pórtico, distribuidos generalmente alrededor de un patio hundido

formando unidades o “departamentos”, la mayoría de las veces, conectados entre sí por

pasillos, con un sistema de drenaje subterráneo y con grandes muros que delimitan y

rodean todo el conjunto. Al parecer tuvieron una medida estándar de 60 x 60 metros21,

con algunas variantes (Millon 1973, 1976). Estos probablemente alojaron un promedio de

100 personas, conformadas en grupos o familias, en donde cada una ocuparía un cuarto.

Esta disposición de los espacios se presenta de forma más o menos constante,

permitiendo plantear la presencia de un modelo general (Millon 1981: 209). Manzanilla

considera que estos conjuntos pudieron ser ocupados por grupos corporados con

ocupaciones comunes, ya que arqueológicamente se ha observado que artesanos

dedicados a diferentes especialidades vivieron en conjuntos separados (1993: 92). Se

estima que en la ciudad había al menos 2,000 conjuntos de departamentos

(habitacionales y residenciales).

Algunos de los conjuntos presentan estructuras de templos, lo que sugiere que los

habitantes habrían participado en rituales comunes (Millon 1976: 216). Estos templos

generalmente están en un espacio amplio, limitando uno o varios lados de una pequeña

plaza.

Los conjuntos fueron diseñados para un máximo de privacidad, aislados, sin

ventanas al exterior y generalmente con un sólo acceso (Manzanilla ob.cit). Los patios y

plazas, además de captar agua de lluvia, fueron espacios importantes para proveer de luz

y aire a los cuartos, y las plazas funcionaron como espacios rituales.

21
Millon estima que la variedad en el tamaño de estos conjuntos era de 15 a 20 metros por lado hasta 50 por
150 metros (1976: 217).

108
_________________________________ ______________________________

En estos conjuntos se presentan superposiciones. Generalmente los diferentes

niveles constructivos se ajustaban al patrón anterior, pero también se ha observado que

se realizaban algunas modificaciones, ya fuera cerrando o abriendo espacios,

convirtiendo pórticos en cuartos, cuartos en patios, etc. Esta práctica de sobreponer

niveles fue común en Teotihuacán y lo podemos ver por toda la ciudad.

Algunos conjuntos tuvieron mejores acabados que otros e incluso en un mismo

conjunto hay espacios con acabados de mejor calidad o con pintura mural. Los murales

se presentan en espacios que debieron tener una función diferente a la de vivienda. La

pintura mural le confería al espacio una mayor jerarquía y por lo tanto su acceso debió ser

restringido para ciertos miembros del conjunto ocupado sólo por grupos de la clase

dominante.

En resumen, los conjuntos de departamentos fueron, junto con los barrios, las

unidades básicas en que se organizó la ciudad. Estos conjuntos estuvieron caracterizados

por los grupos sociales que los ocuparon, diferenciados principalmente por los acabados,

y que definieron la clase social que los ocupó y habitó. Así tenemos los conjuntos

residenciales ocupados por la élite donde vivieron con sus familias (grupos domésticos) y

los conjuntos habitacionales, ocupados por los grupos de productores de bienes, que

también vivieron con sus familias. Consideramos por lo tanto que la estructura interna, es

decir, la composición social de los grupos en los conjuntos habitacionales y residenciales

fue reflejo de la organización social teotihuacana.

Algunos de los conjuntos que han sido explorados y que formaron parte de la la

ciudad fueron Atetelco, Tepantitla, Tetitla, Zacuala, Tlajinga 33, Oztoyahualco,

Teopancaxco, Yayahuala entre otros (Figura 3.3).

109
_________________________________ ______________________________

Yayahuala
Tetitla

Figura 3.3. Conjuntos arquitectónicos de la


antigua ciudad de Teotihuacán.

Zacuala

110
_________________________________ ______________________________

1.2 Conceptos y elementos arquitectónicos principales

Consideramos que es fundamental discutir el concepto de “espacio” ya que será uno de

los términos arquitectónicos primordiales en nuestro estudio, pero también pensamos que

se trata un concepto que comprende aspectos que van más allá de un mero recurso para

definir constantes o formas arquitectónicas.

Cuando hablamos de arquitectura necesariamente tenemos que referirnos a los

espacios, ya que estos son una expresión material de la sociedad. Los espacios

arquitectónicos son creados para satisfacer las necesidades de una sociedad, son el

reflejo de su organización, de su ideología, de las relaciones sociales, etc. En una

sociedad clasista, los espacios debieron generarse en forma y función con respecto a las

relaciones sociales establecidas entre las clases fundamentales en primera instancia,

pero también debieron concebirse en relación con el tipo de actividad y función de los

grupos sociales que los ocuparon. Establecer jerarquías y límites “espaciales” entre

clases y grupos sociales tendría como finalidad incrementar el distanciamiento social.

Los espacios son la expresión material de la reproducción de la fuerza de trabajo y

de las relaciones de producción (Morelos 1993: 197); son el reflejo del modo de

producción y por tanto de las relaciones sociales, donde la clase social dominante tuvo un

amplio acceso a recursos y materiales de prestigio de uso restringido; con la capacidad de

uso y acceso a ciertos espacios que se caracterizarían por sus acabados de excelente

calidad, como son la pintura mural y pisos estucados, e incluso diferenciados por la

distribución espacial (Gómez y Gazzola 2004: 46). Precisamente la pintura mural puede

ser indicador de estatus ya que fue utilizada exclusivamente por la clase social dominante

pues fueron quienes tenían el manejo y control del código simbólico, haciendo uso de él

para justificar su posición social.

111
_________________________________ ______________________________

El concepto de espacio también contiene un profundo simbolismo religioso. Lo

sagrado está inmerso en cada espacio de las antiguas ciudades prehispánicas. Las

ciudades, conjuntos arquitectónicos, plazas, patios, cuartos y cada espacio en general

son representaciones del cosmos y una hierofanía.

En cada espacio se revela un centro, a partir del cual se organiza y construye el

“mundo”. El centro es el lugar sagrado que rompe con la homogeneidad del espacio y es

además el eje que comunica los niveles cósmicos (cielo, tierra y región inferior) (Eliade

1957). En toda ciudad prehispánica debió existir un centro. Pero también cada conjunto,

edificio, etc, habría tenido un centro. Esto quiere decir que había diferentes centros, unos

más significativos que otros, todos importantes pero con jerarquías.

En las sociedades antiguas generalmente se reconoce a la Montaña como el

Centro del Mundo, el Axis mundi que enlaza los planos cósmicos. Para reproducir esta

hierofanía, el hombre se ha valido de la arquitectura, como una manera de estructurar22 y

organizar su propio espacio.

Todo espacio y estructura tiene un simbolismo, ya que se trata de la reproducción

del cosmos que el hombre realizó de acuerdo al mandato de los dioses. Así tenemos que

la distribución, la forma, la orientación y cada elemento arquitectónico tienen un

significado relacionado con la visión del mundo, con la ideología de la sociedad, y por otro

lado, refleja las relaciones sociales.

En Teotihuacán se presenta un patrón en cuanto a la distribución de los espacios

en los conjuntos arquitectónicos dentro y fuera del centro urbano. Esta distribución y unión

de espacios implicó la necesidad de mantener y vincular las actividades cotidianas con las

actividades de tipo ritual que sirvieron para cohesionar a los habitantes. En este sentido,

Morelos señala que “mantener y reproducir el esquema físico de los espacios significó

112
_________________________________ ______________________________

sostener y repetir la unión entre los fenómenos ideológicos y el conjunto de las

actividades sociales en Teotihuacán” (1993:67).

Aunque es innegable la existencia de un patrón en los conjuntos arquitectónicos

de Teotihuacán, también hay particularidades y diferencias específicas entre éstos, según

el grupo social que los ocupó y la función que tuvieron. Por tal motivo encontramos en la

antigua ciudad, diversos conjuntos arquitectónicos, que reproducen el modelo de

distribución espacial aunque presenten diferencias significativas.

Siguiendo con el estudio arquitectónico para definir conceptos y términos,

comenzaremos por establecer el nivel de análisis más general que será el de conjunto

arquitectónico, que está compuesto de unidades y elementos arquitectónicos.

Como siguiente nivel de análisis está la unidad arquitectónica, que se compone

de espacios cerrados generalmente distribuidos alrededor de un espacio abierto (una

plaza o un patio), “integrados por medio de elementos que definen el sistema de

circulación” (Gómez, ob.cit.: 52). “La combinación de área y volumen es lo que define la

composición de las unidades de [un] conjunto” (Morelos 1993: 88).

Las unidades arquitectónicas se conforman de diferentes espacios que pueden

ser tanto abiertos como cerrados, por lo que es importante entender su distribución, ya

que se presenta como un patrón generalizado en los conjuntos de la antigua ciudad, con

sus respectivas variantes reflejo de las relaciones sociales. Pensamos que si tenemos

bien identificada la distribución de los espacios con pintura mural, podremos comprender

mejor su función.

22
Duverger menciona que la arquitectura es una manera de dar contenido al espacio, de darle estructura. El
espacio no existe hasta que el hombre lo configura mediante el rito, la escritura y la arquitectura. (Curso “La
escritura en el espacio, el espacio en la escritura en Mesoamérica”, impartido en la ENAH, 2007).

113
_________________________________ ______________________________

Con respecto a los espacios, Morelos (ob.cit.) señala que éstos son “todos los

interiores y exteriores de las construcciones así como estas mismas, debido a que no

importando su forma ocupan un espacio y determinan espacios a sus alrededor” (Ibid.: 86-

87).

Cuarto: Espacio cerrado o cubierto con o sin pórtico y al que se accede por un patio. Hay

autores (Gómez ob.cit.; Morelos ob.cit.) que identifican dos variantes de este tipo de

espacios. Uno sería el cuarto que se caracteriza por limitar un patio y por encontrarse al

nivel del piso y por otro lado está el “recinto” que es aquel con mejores acabados y limita

una plaza, es de mayores dimensiones y se presentan sobre una plataforma. Gómez

(ob.cit.) utiliza el término de “aposento” con la finalidad de no asignar una función a priori.

Morelos también hace una distinción entre habitación y recinto, pero consideramos que el

término de habitación implica una función en su definición. Por tal motivo nosotros

proponemos diferenciar un cuarto como un espacio cerrado limitado por muros, limitando

generalmente un patio; y un recinto23 como un espacio limitado por muros emplazado

sobre una plataforma o basamento.

El cuarto y el recinto son espacios que simbólicamente estarían un lugar sagrado,

por que es allí donde se tiene el contacto con los dioses, donde el hombre se introduce al

centro del mundo y a un tiempo sagrado. También es el lugar donde se reproducen

algunas de las acciones ejemplares de los dioses, y que son actividades significativas

para el hombre, como la alimentación, la sexualidad, el trabajo, etc (Eliade 1957).

Templo: Espacio cerrado sobre un basamento que se ubica alrededor de una plaza,

aunque también los hay limitando patios. El templo se caracteriza y distingue de otros

23
En el diccionario encontramos que a la palabra “recinto” no se le da una función en su definición: “Espacio
cerrado y comprendido dentro de ciertos límites”.

114
_________________________________ ______________________________

espacios cerrados porque su fachada se encuentra decorada con talud y tablero. Se

accede a su interior por medio de una escalinata y a través de un pórtico (Gómez ob.cit.:

54).

Arquitectónicamente, la representación de la Montaña es el basamento del templo,

que simboliza un lugar sagrado donde viven los dioses o donde se tiene comunicación

con ellos por su cercanía el cielo. El templo es la santificación del mundo y del tiempo,

porque al ser el “centro”, es el lugar donde comenzó el tiempo, a partir del cual surgió y se

estructuró el cosmos,

Pórtico: Es un espacio parcialmente cerrado que precede el acceso a otro espacio

cerrado que puede ser un cuarto o un recinto. Decimos que es parcialmente cerrado

porque presenta dos accesos, uno hacia el otro espacio cerrado y otro hacia el patio o

plaza. El pórtico se caracteriza también por tener columnas que ayudan a soportar la

techumbre.

El pórtico simboliza el espacio de transición entre “el fuera y el dentro”, el paso de

un lugar profano a uno sagrado. Es un lugar de tránsito entre dos zonas cósmicas,

representadas por el patio o plaza (fuera) y el cuarto o recinto (dentro).

Pasillo: Es un espacio de circulación que comunica a otros espacios abiertos, puede o no

estar techado. También puede comunicar unidades arquitectónicas (Gómez ob.cit.: 53-

54).

Este también podría considerarse como un lugar de tránsito, como el camino hacia

el Centro del Mundo.

115
_________________________________ ______________________________

Patio: Se identifica como un espacio abierto limitado por cuartos con o sin pórtico en dos,

tres o cuatro de sus lados. Por lo regular los patios son hundidos, es decir, están a un

nivel más bajo con respecto a los espacios que lo limitan y por lo tanto los separa una

banqueta. Presentan una inclinación hacia una perforación, ya sea hacia una esquina o al

centro, que forma parte del sistema de drenaje del conjunto.

Plaza: Es otro espacio abierto pero con la diferencia de presentar un altar o adoratorio al

centro. También está limitado por espacios cerrados que pueden ser cuartos o recintos

que generalmente se levantan sobre basamentos o plataformas con escalinatas.

Tanto el patio como la plaza pueden aludir a un “centro”. Como lugares públicos y

abiertos, habrían sido destinados al rito, a las ceremonias, a reproducir el tiempo mítico.

Este tipo de espacios abiertos tuvieron la función de introducir a los miembros de los

diferentes grupos sociales en la dinámica ritual, como observadores y en cierta forma

partícipes de la recreación del tiempo sagrado y como mecanismo de cohesión social. En

este tipo de espacios había jerarquías en cuanto a su función. Algunos sólo accesibles

para integrantes de la clase dominante; otros, principalmente los grandes espacios

abiertos, con acceso para los grupos sociales de la clase dominada, estableciendo así

una distinción social entre los espacios. En el caso de los conjuntos ocupados por grupos

doméstico, los patios habrían sido destinados para el culto familiar.

Altar: Se puede encontrar al centro de las plazas, consta de un basamento que puede

tener uno o más cuerpos.

El altar es un elemento que funcionaría y definiría el “centro” del espacio más

sagrado.

116
_________________________________ ______________________________

La unidad mínima de análisis será el de elemento arquitectónico, este

comprende:

• Muros • Columnas

• Talud-tablero • Pisos

• Escalinatas • Techos

• Alfardas • Almenas

1.3 Áreas de actividad

El área de actividad “es la concentración y asociación de materias primas, instrumentos o

desechos en superficies o volúmenes específicos, que reflejen actividades particulares”

(Manzanilla 1986: 11). La manera en cómo están distribuidos, organizados y asociados

los materiales son indicativos de la organización social y de las relaciones sociales

establecidas en torno al proceso productivo.

Las áreas de actividad pueden estar delimitadas espacialmente, ya sea por

elementos arquitectónicos, cavidades en el terreno, etc. (Ibid.). Pero también podemos

encontrar dentro de un mismo espacio arquitectónico más de dos tipos de áreas de

actividad que pueden estar asociadas.

Las actividades desarrolladas en un área determinada pueden ser de diferente tipo

como son la producción, el consumo, el almacenamiento y el desecho. Al respecto

autores como Flannery (1976) y Manzanilla (1986) han establecido las características de

las distintas áreas de actividad. El problema está en detectar cada área, ya que

regularmente se presentan asociados dos o más tipos de áreas de actividad, donde hay

material que producto o consecuencia de otros, sin embargo unos van a predominar más

que otros.

117
_________________________________ ______________________________

a) Producción: Son aquellas que están relacionadas con las diferentes etapas del

proceso productivo, ya sea de tipo artesanal, de construcción e incluso las

actividades relacionadas con la preparación de alimentos. En otras palabras

“reflejan procesos de obtención de materia prima, procesos de manufactura y/o

procesos de preparación de materiales durables o perecederos” (Sarmiento ob.cit.:

39).

b) Consumo: Tiene que ver con el uso de instrumentos, herramientas, estructuras,

espacios para el consumo de alimentos, para el culto, etc. Es decir que “puede

hablarse tanto de actividades de consumo propiamente como de uso, todo ello en

relación con la naturaleza durable o no del artefacto en cuestión” (Ibid.: 40). Al

respecto, Manzanilla (1979) hace una subdivisión de acuerdo a ciertos elementos:

1. Subsistencia familiar (alimentación, producción artesanal y construcción), 2.

Circulación e intercambio, 3. Esfera política, 4. Esfera ideológica.

c) Almacenamiento: Se caracterizan por la presencia de materiales de un mismo

tipo, productos ya terminados o con un mismo nivel de manufactura que pueden

ser preformas de obsidiana, granos, cerámica, etc. que se encuentran contenidos

en cavidades en el terreno, construcciones o recipientes muebles (Manzanilla,

1986). Estos tipos de áreas aparecen asociados con las anteriores como parte del

proceso de trabajo (Sarmiento ob.cit.)

d) Desecho: Estas áreas se caracterizan por ser depósitos donde se acumulan los

desechos de una o de varias actividades.

Como señala Sarmiento (1992), por medio de la identificación de las áreas de

actividad podemos determinar la función de un espacio, área o un sitio, aspecto que

estamos tratando de establecer para los espacios de La Ventilla con la pintura mural, y

que como hemos visto, no será suficiente sólo con el análisis iconográfico, sino que

118
_________________________________ ______________________________

debemos considerar las características arquitectónicas, y los materiales asociados que

nos servirán para apoyar nuestras consideraciones sobre las actividades que se

realizaban, por lo tanto, definir la función de esos espacios.

1.4 El barrio teotihuacano

Fue a partir de los trabajos de reconocimiento de la planeación y traza urbana de

Teotihuacán (Mapping Project) cuando se comenzaron a plantear propuestas en torno a la

organización de la ciudad en barrios. Se planteó que los barrios estarían ocupados por

grupos provenientes de diferentes regiones mesoamericanas es decir por extranjeros

además de los que ocuparon los mismo teotihuacanos; otros estarían habitados por

artesanos del mismo oficio.

La propuesta de Millon no señala cómo se articuló el barrio dentro de la

organización estatal teotihuacana, si bien plantea que fue un eslabón intermedio “entre la

gente común de Teotihuacán y la jerarquía” (1966: 151) no establece cómo fue esa

interrelación y su fundamento se basa prácticamente en la cuestión de identidad. Sin

embargo, la idea planteada de que Teotihuacán estuvo organizado en barrios fue el punto

de partida para otras propuestas con mayor fundamento teórico y práctico.

En Teotihuacán se han identificado barrios que estuvieron habitados por grupos

étnicos procedentes de Oaxaca, del área maya, del Golfo de México (Rattray 1987) y del

Occidente de México (Gómez 1998, 2002). Al respecto de la residencia de grupos

extranjeros en la antigua ciudad, Gómez (2002) plantea dos hipótesis. La primera plantea

que estos grupos seguramente mantenían vínculos con sus comunidades de origen y por

lo tanto al Estado teotihuacano le permitía mantener un enlace con aquellas regiones para

el intercambio comercial. A su vez la elite de aquellas comunidades recibía beneficios

económicos y la protección del Estado teotihuacano, lo que aseguraba mantener su

dominio sobre una región. La otra hipótesis plantea que el Estado teotihuacano “toleraba”

119
_________________________________ ______________________________

a estos grupos por el interés de tener una mayor cantidad y calidad de fuerza de trabajo,

ya que como hemos reiterado, la clase dominante en Teotihuacán era propietaria de la

fuerza de trabajo de la clase dominada y en este caso, los grupos étnicos de las diversas

regiones de Mesoamérica fueron uno de los tanto grupos que formaron parte de esta

clase social fundamental (Ibid.: 619).

La identificación de estos barrios foráneos ha sido posible gracias al material

cerámico encontrado procedente de esas regiones, así como del hallazgo de

enterramientos humanos que son evidencia de costumbres funerarias características del

Occidente de México y de Oaxaca, hacen evidente la residencia de estos grupos

extranjeros en Teotihuacán. Aunque todos estos grupos se integraron en la dinámica

social teotihuacana, también conservaron costumbres y hábitos propios de su lugar de

origen y que posiblemente a la caída de Teotihuacán regresaron a sus comunidades con

las que nunca perdieron relación, llevando consigo parte de la herencia y prestigio de

Teotihuacán, razón por la que podemos encontrar rasgos culturales de Teotihuacán en

otras regiones y en épocas posteriores (cfr. Gómez ob.cit.)

Pero los barrios teotihuacanos también fueron ocupados por grupos de artesanos

teotihuacanos de la misma especialidad, como es el caso de Tlajinga y La Ventilla, este

último nuestro objeto de estudio.

Con las investigaciones del Proyecto La Ventilla 1992-94 además de confirmar que

la antigua ciudad de Teotihuacán estuvo organizada en barrios y corroboró que éstos

fueron ocupados por artesanos especializados, que para el caso de La Ventilla, la

producción lapidaria y malacológica fue la actividad económica principal del barrio. Los

artesanos representaban a la clase social trabajadora o dominada y por lo tanto estaban

bajo el control de grupos de la clase social dominante, quienes administraban y

supervisaba la producción dentro del barrio. Es aquí donde el modelo de barrio propuesto

120
_________________________________ ______________________________

por Gómez (ob.cit.) explica esta dinámica interna del barrio y su articulación con el Estado

teotihuacano.

De acuerdo con esta propuesta, un barrio “es resultado del tipo de relaciones

sociales establecidas entre las comunidades productoras, y las normas y estrategias

impuestas por el Estado” (Ibid: 594); por lo tanto el barrio es un subsistema que

funcionaba con base en las “características de las relaciones sociales establecidas en

torno a la especificidad de los procesos de producción económica, las cuales a su vez

condicionan las formas particulares de la distribución y el consumo” (Ibid.).

Este modelo propone los elementos que conformaron el barrio, cuya distribución

espacial sería el reflejo no sólo de la cosmovisión y la ideología, ya que como sostiene el

autor, este patrón urbano más que representar aspectos de la superestructura, tiene una

base material que “refleja las características de la formación económica social y del modo

de producción dominante” (Ibid.: 595) (Figura 3.4).

Templo del Barrio

Es el lugar central de la administración de los recursos económicos y políticos en el barrio

y por lo tanto uno de los componentes básicos, ya que es donde convergen la institución

religiosa y política. Ambas instancias debieron ser las más importantes en Teotihuacán

por su función particular de cohesionar a la sociedad. Por medio del Templo del Barrio, el

Estado teotihuacano podía tener el control de la producción y distribución de aquellos

productos de gran importancia para la economía del Estado, así como de otros bienes

restringidos (de prestigio) para cierta parte de la población (Ibid.).

El Templo del Barrio se identifica arquitectónicamente con los Complejos de Tres

Templos conformados por igual número de plataformas de uno o varios cuerpos

soportando templos, los cuales limitan una plaza con un altar al centro. Alrededor de este

121
_________________________________ ______________________________

gran espacio se ubicarían otros tipos de espacios abiertos de menores dimensiones y sus

respectivos espacios cerrados (Millon 1973; Manzanilla 1993; Gómez ob.cit.).

Plaza pública

Espacio abierto24 donde se realizaban actividades en las que se encuentran involucrada

toda la comunidad del barrio. Las actividades habrían tenido un carácter religioso, político

y económico, pues en estos espacios públicos donde seguramente se instalaban

mercados temporales25. Gómez menciona la posibilidad de que en este espacio también

se practicara el juego de pelota (ob.cit.).

Edificios públicos

Serían todos aquellos donde se llevaban a cabo actividades de tipo institucional que

comprenderían la de tipo religioso, administrativo, político, para la enseñanza e incluso

relacionadas con la milicia. También se propone que estos edificios pudieron tener

espacios usados como aposentos para los algunos de los miembros y representantes de

esas instituciones (Ibid.). Estos conjuntos se caracterizarían por sus excelentes acabados,

y pintura mural.

Residencias de los grupos de la clase dominante

Eran los conjuntos que funcionaban como vivienda de las familias de los grupos sociales

de la clase dominante, es decir, de administradores, sacerdotes, militares, comerciantes,

etc. Estos conjuntos también contarían con buenos acabados, donde algunos de los

24
Este espacio estaría limitado por los conjuntos que conformaban el barrio, también como parte del sistema
de circulación en el barrio y se ubicaría en un lugar estratégico como podría ser al centro del barrio (Gómez
200: 598).
25
Gómez señala que es posible que no todos los barrios contaran con este tipo de espacios para instalar
mercados temporales y que entonces sólo estuvieran destinados a actividades comunitarias. (Ibid.).

122
_________________________________ ______________________________

espacios estarían decorados con pintura mural. Otros espacios se identificarían por tener

una función relativa a labores domésticas y rituales (Ibid.: 603).

Conjuntos habitacionales

Eran ocupados por grupos de la clase social dominada, en este caso por su condición

habitacional, eran la vivienda de grupos domésticos de los artesanos dedicados a la

producción. Los conjuntos de este tipo estarían construidos de materiales de igual calidad

que los anteriores aunque con acabados más austeros y con espacios de menores

dimensiones. El arreglo espacial sería reflejo entre otras cosas del tipo de actividad que

realizaron sus habitantes.

Áreas de uso común

Serían aquellos espacios utilizados por los habitantes de varios conjuntos para el depósito

de desechos, o para el abastecimiento de agua potable. Estos se localizarían entre los

límites de los conjuntos. Su uso, por lo tanto sería de carácter comunitario y

probablemente sobre estos existía un control por parte de las autoridades del barrio

(Ibid.).

123
_________________________________ ______________________________

Conjunto Residencial
Conjunto Habitacional

Conjunto Residencial

Plaza pública Conjunto


Habitacional
Área de uso
común

Conjunto de Los Glifos Templo de Barrio

Figura 3.4. La conformación de los principales elementos de un modelo


de barrio para Teotihuacán
(Tomado de Gómez 2000)

1.5 Materiales y sistemas constructivos

En el primer capítulo mencionamos que debido a las características geológicas del valle,

los teotihuacanos aprovecharon los materiales de origen volcánico, muy abundantes en la

zona, para la construcción de edificios y monumentos. Estos materiales fueron usados en

el sistema constructivo (como relleno), en el recubrimiento de dichas construcciones y en

esculturas que ornamentaron algunos de los edificios. Pero además debieron utilizarse

otros materiales de origen vegetal como madera, arcillas, minerales, etc.

Escoria volcánica o tezontle

124
_________________________________ ______________________________

El tezontle fue el material más utilizado en la arquitectura teotihuacana. Como habíamos

señalado, es una roca volcánica muy abundante en la región. Se caracteriza por ser

porosa y ligera pero que a la vez es dura y fácil de trabajar. Se presenta en colores rojo y

gris oscuro. Estas características físicas lo hicieron un material ideal para la construcción,

en forma de gravilla para los entortados de las techumbres o para hechura de muros,

columnas y taludes de estructuras. El tezontle se empleó tanto como material de relleno,

como en la mampostería; con él se hicieron varios tipos de aplanados usando distintos

tamaños de gravilla (Morelos 1993; Margáin 1966). El basalto escorioso también fue

utilizado para la elaboración del hormigón, formado de pequeños fragmentos de tezontle

mezclado con arcilla o lodo y que servía para el revestimiento de muros (Gamio 1922).

Basalto compacto, andesita y basalto andesítico

Estos otros tipos de rocas volcánicas también fueron empleados como material de

construcción en la antigua ciudad. En el estudio realizado por el equipo de Gamio26

(1922), se analizaron diversos fragmentos de rocas provenientes de varios de los edificios

de la ciudad (La Ciudadela, el Templo de la Agricultura, la Pirámide de la Luna, etc.). Los

resultados mostraron que se utilizaron estos tres tipos de rocas principalmente para el

recubrimiento de las estructuras en forma de bloques labrados como acabado final y en

los muros más gruesos de las habitaciones. Al parecer el basalto compacto y basalto

andesítico27 se usó en forma de lajas o iztapaltetes, generalmente como tapas que cubren

los drenajes y para formar el soporte inferior de las molduras de los tableros. (Morelos

ob.cit.; Margáin ob.cit.).

Tepetate o toba volcánica

26
Para “La población del Valle de Teotihuacán”, en la sección de “Rocas y minerales del Valle de
Teotihuacán” por Enrique Díaz Lozano, pp. 32- 62.

125
_________________________________ ______________________________

Este material se encuentra en el subsuelo del valle y al parecer existen dos tipos de

tepetate en la región, uno de ellos es pesado, de grano fino y de consistencia arcillosa. El

otro es ligero y de grano más grueso (Gamio ob.cit.). Al respecto, Margáin (ob.cit.) señala

que existe una contradicción en torno a la propiedad impermeable del tepetate, ya que se

menciona por un lado que este es muy permeable mientras que por otro señalan que

sirvió para evitar la humedad. Por ello, Margaín considera que talvez uno de los tipos de

tepetate que es más blanquecino que el otro, pudiera haber sido utilizado como aislante

de la humedad por capilaridad y no por gravedad (Ibid.).

El tepetate se encuentra intercalada con los demás materiales, usado en los

rellenos de las construcciones, en fragmentos o formando bloques; se puede encontrar en

muros, columnas, apisonados, entortado de techumbres, en los cajones del sistema

constructivo de algunos edificios, etc. (Morelos ob.cit.).

Adobe

El adobe fue otro material muy utilizado en la construcción. Es un material manufacturado,

producto de la transformación de materiales naturales. Consiste en tierra o barro

mezclado con algún material de tipo orgánico en forma de prisma rectangular y secado al

dejarse expuesto al sol y al aire. Generalmente se encuentra en el relleno y núcleo de los

edificios. Por su fácil elaboración y sus propiedades físicas, fue un material usado por los

teotihuacanos, ya que lo encontramos en los grandes monumentos como la Pirámide del

Sol y en los muros de diversos conjuntos de la ciudad, ya sean habitacionales,

residenciales o administrativos.

Cal

27
No se encontró una diferencia clara entre el uso de estos tipos de basalto en forma de lajas o losas. Autores
como Margáin y Morelos sólo mencionan que estos elementos son de basalto sin especificar el tipo o la

126
_________________________________ ______________________________

Considerando que nuestro estudio está enfocado principalmente a la pintura mural, no

podemos dejar de mencionar que la cal fue uno de los materiales más importantes,

empleados para los aplanados o enlucidos de muros y para los pisos. Se utilizó para

recubrir prácticamente todas las construcciones de la ciudad. Sobre la capa de enlucido

de muchos de los edificios se pintaron murales policromos con gran variedad de

imágenes aunque también hubo casos donde sólo se aplicó un color (pintura mural

monocroma).

La cal se obtiene de la calcinación de rocas calizas, es decir, no existe en la

naturaleza. En el proceso de obtención que describe Margáin (ob.cit.) también se señala

la utilización de morteros puzolánicos que igualmente requieren de cal. Considerando la

gran cantidad de superficie de edificios y pisos que fueron cubiertos con estuco y

aplanado, así como las frecuentes aplicaciones de capas de este material como parte del

proceso de mantenimiento de la ciudad, debió tener una gran demanda.

Madera y otros materiales

La madera es un material que se degrada rápidamente y por lo tanto no se conserva en

los contextos arqueológicos, pero que gracias a algunos vestigios podemos saber que fue

utilizado en la arquitectura teotihuacana, sobre todo para la construcción de techumbres y

en los rellenos de algunos elementos arquitectónicos.

Parece que la madera fue empleada principalmente para los sistemas de

techumbres de las construcciones a manera de soporte, en forma de vigas o trabes y en

morrillos. Pero también se sabe que se utilizaron pilotes de madera en los núcleos de

algunos muros y columnas de edificios en conjuntos arquitectónicos y en grandes

monumentos como la Pirámide del Sol.

variedad.

127
_________________________________ ______________________________

Los núcleos de las construcciones también estaban compuestos de diferentes

tipos de tierra, pequeñas rocas y tiestos de cerámica y hasta fragmentos de obsidiana que

eran aprovechados como material de relleno.

Sistemas constructivos

La arquitectura de edificios, monumentos y conjuntos de la ciudad no presenta cambios

tecnológicos significativos. Al parecer fueron mínimos los cambios ocurridos en el sistema

constructivo de los edificios y de los diversos elementos arquitectónicos, como el talud y

tablero, que aunque presenta algunas variantes, su estructura fue siempre la misma. Los

cambios detectados básicamente consisten en una combinación de técnicas constructivas

que se comenzaron a desarrollar en las primera fases, pero que no presentaron ningún

progreso técnico en las últimas fases (Gómez y Gazzola 2004: 33).

Cabrera (1991) identifica tres técnicas que se emplearon en Teotihuacán para la

formación de los núcleos de los edificios teotihuacanos:

1. Un sistema de cajones o cuartos para relleno.

2. Formación de núcleos compactados por medio de adobes

3. Rellenos de cascajo formando capas horizontales

Las dos primeras técnicas fueron utilizadas principalmente en edificios de gran

volumen como plataformas y basamentos piramidales. Hay casos en que se emplearon

de manera conjunta y otras en forma separada. La tercera técnica en cambio parece

haber sido utilizada sólo en áreas habitacionales, para construcciones con poco volumen

(Ibid.)

El sistema de cajones se construía con adobes, piedras irregulares o bloques de

tepetate. Algunos de estos cuartos o cajones fueron construidos de forma y tamaño

regular pero en otros casos se hicieron irregularmente (Ibid.). Esta técnica se utilizó para

128
_________________________________ ______________________________

la construcción de La Ciudadela, El Templo de la Serpiente Emplumada, y la Pirámide de

la Luna, por citar algunos ejemplos.

Los contrafuertes también formaron parte del sistema constructivo de edificios

como la Pirámide del Sol y la Pirámide de La Luna. Las piedras salientes que se observan

en algunos edificios al parecer funcionaron para sujetar el relleno para formar el

recubrimiento final de los edificios (Ibid.).

Talud y Tablero

Este elemento fue una de las características de la arquitectura de Teotihuacán. Se

presenta en casi todas las construcciones, tanto en los edificios públicos como en los

conjuntos residenciales y habitacionales. Aparece en diversas proporciones, es decir, el

tablero a veces es más grande que el talud y viceversa, no como se creyó en algún

tiempo, que había una única proporción y “que llevó a las lamentables reconstrucciones”

(Morelos 1993: 93). El talud lo podemos encontrar sin el tablero, como por ejemplo en los

cuerpos de las pirámides del Sol y la Luna y en algunos muros de conjuntos

arquitectónicos.

El talud es un muro con inclinación que tiene como función abatir el ángulo natural

de reposo del material. El tablero es un muro vertical que se desplanta sobre el muro en

talud y se compone de dos molduras salientes en los extremos superior e inferior, dos

laterales y por un paño en la parte central.

Más que ser una forma de construcción, el talud y tablero es también un elemento

arquitectónico que ha caracterizado a Teotihuacán, apareciendo también en otras

regiones con sus respectivas modificaciones, lo que ha llevado a pensar que

posiblemente este elemento no se haya originado en Teotihuacán “sino que fuera uno de

los muchos rasgos culturales que ésta heredó, convirtiéndose en un rasgo cultural propio

durante el Clásico en Mesoamérica” (Ibid.). Se ha planteado que uno de las regiones

129
_________________________________ ______________________________

probables donde tuvo origen el talud y tablero haya sido la zona de Puebla - Tlaxcala

(Tlalancaleca) (García Cook 1994).

La pintura mural

La pintura mural aparece como el acabado final de muchas de las construcciones en

Teotihuacán. Después de la capa de enlucido que recubre los muros, en ocasiones se

aplicaba una capa de pintura, que podía ser monócroma o polícroma, esta última con gran

variedad de imágenes de carácter simbólico, donde se plasmaron elementos de la

ideología y cosmovisión de la sociedad teotihuacana, por lo que además de ser un

acabado, la pintura en los muros tuvo una función específica, como parte de un sistema

de comunicación que hoy podemos utilizar como indicador de jerarquía y posición social

de los grupos que tuvieron acceso a este elemento.

La pintura mural fue parte integral de la arquitectura y para su elaboración tuvo

que contar con un proceso definido que contemplara la preparación de la superficie hasta

el acabado final con el bruñido de la superficie pictórica. Gracias a losestudios y análisis

Magaloni (1995,1998) enfocados a la técnica pictórica tanto de los soportes como de la

capa pictórica, se ha podido inferir el proceso de aplicación de este acabado que tuvo

implicaciones de tipo social e ideológico.

La elaboración de la pintura mural considera tanto el manejo de técnicas

arquitectónicas como pictóricas (Magaloni 1998). Para la elaboración de los soportes se

utilizaron materiales diversos como el carbonato de calcio y arenas silícicas que

permitieron, según sus características y aplicación, la obtención de superficies adecuadas

para la aplicación del pigmento y así conseguir una mejor definición en la imagen y

130
_________________________________ ______________________________

durabilidad de los colores. La autora observó que hubo un cambio y desarrollo en estas

técnicas, distinguiéndose cinco fases28.

Con respecto a los pigmentos y a la técnica de aplicación, también se detectaron

cambios en la utilización e introducción de minerales. Hay un cambio en la paleta

cromática y en la técnica del molido de los pigmentos que dieron a la pintura una

apariencia diferente en ciertas fases. Los minerales utilizados para la obtención de los

pigmentos y que a su vez se combinaron para crear diversas tonalidades que ampliaron la

paleta cromática de la pintura mural teotihuacana son los siguientes: verde = malaquita,

rojo = hematita, óxido de fierro y cinabrio, azul = azurita, ocre / amarillo = lepidorocita,

negro = pirolusita, pirita, carbón y blanco = cal.

2. Arquitectura de La Ventilla

En el barrio de La Ventilla se presentan todos los elementos y características de la

arquitectura teotihuacana: conjuntos arquitectónicos con la distribución típica de espacios

en la ciudad (cuartos, patios, pórticos, pasillos, etc.), acabados con pintura mural,

sobreposiciones o niveles constructivos, modificación de espacios, etc.

En el primer capítulo revisamos a grandes rasgos la arquitectura de La Ventilla, sin

embargo será en este capítulo que analizaremos los espacios y elementos de algunos de

los conjuntos, particularmente de los que tiene pintura mural para poder relacionar las

características arquitectónicas con las imágenes y tratar de entender la función y

actividades que allí se realizaron.

Aunque en La Ventilla se identificaron varios conjuntos arquitectónicos, nosotros

solamente analizaremos aquellos con pintura mural:

28
Las fases técnicas propuestas por Magaloni serán explicadas en el capítulo V que corresponde a la pintura
mural.

131
_________________________________ ______________________________

Conjunto Templo del Barrio, Conjunto de los Glifos, Conjunto de los Felinos y

Conjunto 4C.

Cada conjunto recibió su nombre a partir de ciertas evidencias arqueológicas,

proponiendo una posible función para cada uno; identificar la función, sirvió para

“visualizar el fenómeno desde una perspectiva más amplia” y ver a cada conjunto “como

parte de la estructura de un sistema integral de relaciones económicas y sociales”,

permitiendo plantear un modelo de barrio (Gómez, 2000). Este modelo fue estructurado:

A partir del estudio de diferentes materiales y de la identificación de diversas


áreas de actividad, se introduce una discusión acerca de la función del conjunto
explorado y su relación con otras estructuras, formulando algunas hipótesis en
torno a las formas de la organización espacial y de articulación con otros
componentes del sistema urbano en Teotihuacán (Gómez, ob.cit.: 4)

Conjunto Templo del Barrio

Fue identificado y propuesto como tal por que los elementos y materiales registrados

indican que las actividades desarrolladas en él fueron de culto, administrativas y políticas

y no comprenden las de tipo doméstico (Gómez, 2000: 24). Su función sería similar a la

propuesta para los conjuntos de Tres Templos (Manzanilla, 1993; Millon, 1973), donde se

concentraban las actividades rituales.

Conjunto de los Glifos

Es sin duda uno de los conjuntos más singulares de La Ventilla por encontrarse allí 42

glifos pintados en el piso de una de sus plazas. Distintos elementos permitieron sugerir

que el conjunto fue ocupado por un grupo de la clase dominante del barrio, donde se

llevaban a cabo actividades de tipo institucional. Gómez (ob.cit.: 30) no descarta la

posibilidad de que en la sección sur de este conjunto, ciertos espacios pudieron haber

132
_________________________________ ______________________________

sido utilizados para la preparación de alimentos y el mantenimiento, y algunos en otras

unidades como aposentos para los individuos que lo ocupaban.

Conjunto Arquitectónico B

Este conjunto se exploró en una pequeña porción, pero se pudo identificar la presencia de

pintura mural, además de que denota una mejor calidad en los acabados, con respecto al

conjunto A del mismo frente (Frente 3), por lo que se propone que funcionó como

residencia de grupos de la clase dominante.

Conjunto 4C

Sobre la función de este conjunto, también se propone que pudo haber sido la residencia

de grupos domésticos de élite, con actividades de tipo religioso y doméstico, ya que

también se caracteriza por tener pintura mural.

2.1 Análisis arquitectónico

Aunque el barrio La Ventilla se compone de varios conjuntos arquitectónicos, para nuestro

análisis sólo consideraremos cuatro de ellos, ya que fue en éstos donde se encontraron

restos de pintura mural y dentro de estos mismos conjuntos se analizarán las unidades

con murales.

2.1.1 Espacios y elementos principales

Conjunto Templo del Barrio

En este conjunto se localizaron restos de pintura mural en varias unidades pertenecientes

a diferentes niveles constructivos. Sin embargo dos de estas unidades sobresalen: la

Unidad Patio Bordes Rojos donde el elemento característico son los bordes rojos en las

aristas de las estructuras. Se identificaron otros edificios de Bordes Rojos dentro del

conjunto, reconociendo así que este diseño corresponde a la primera etapa de ocupación

del conjunto e incluso del barrio.

133
_________________________________ ______________________________

Antes de analizar cada una de las unidades con pintura mural de este conjunto,

queremos resaltar las características arquitectónicas generales, ya que la distribución de

sus espacios es reflejo de las de actividades que allí se realizaron.

En general este conjunto sobresale por sus excelentes acabados arquitectónicos,

al menos en las subestructuras que conservaron esta evidencia: pintura mural, superficies

bien pulimentadas y pisos estucados. El tipo de espacio que predomina es el basamento

soportando un templo o recinto y que conforman complejos de tres o cuatro templos

limitando patios y plazas. La Plaza Central destaca como el espacio principal y central del

conjunto. Otra plaza del conjunto es la Plaza Sur que tiene como característica un altar

compuesto de un basamento con templo, con tres superposiciones. Los dos patios de

este conjunto, el Patio Bordes Rojo y el Patio Chalchihuites, presentan excelentes

acabados y son los que conservaron más superficie con pintura mural pero además

sobresalen por que están limitados por basamentos con templos o recintos.

Otra de las características del conjunto es su acceso este, el cual presenta varias

modificaciones, mostrando que debido al incremento de las actividades se fue ampliando

cada vez más hasta presentar una gran plataforma con escalinatas.

a) Unidad Patio Bordes Rojos

En esta unidad sobresale una estructura que se ubica al norte del patio, la cual fue

explorada casi en su totalidad. Es un basamento de un sólo cuerpo con excelentes

acabados, caracterizado por tener el talud y tablero y por la pintura mural que presenta en

sus cuatro lados, aunque seguramente estuvo completamente pintado. Este basamento

tiene escalinatas angostas con alfardas29 al frente (al sur), en la parte superior presenta el

desplante de un templo, el cual también tiene pintura mural. Los otros dos basamentos

29
Cabrera señala que las escalinatas de estos edificios son más angostas que las que normalmente se observan
en otros edificios teotihuacanos de épocas posteriores (en prensa: 16).

134
_________________________________ ______________________________

(sur y oeste) estaban decorados de la misma forma. Estos basamentos limitan un patio de

pequeñas dimensiones.

Otras estructuras que pertenecen a la misma fase identificada con los edificios de

Bordes Rojos, se caracterizan por tener acabados de excelente calidad, superficies de

estuco blanco perfectamente pulidas sobre las que se pintaron las bandas rojas en las

aristas de los edificios (Foto 22, 23 y Figura 3.5).

Foto 22. Fachada basamento norte Foto 23. Vista desde basamento oeste

Figura 3.5. Reconstrucción Patio de los Bordes Rojos


(Dibujo Sergio Gómez)

b) Unidad Patio Chalchihuites

Esta unidad cuenta con tres basamentos de un sólo cuerpo, de los que sobresalen dos,

ubicados al sur y este del patio, con excelentes acabados arquitectónicos, muros

construidos con talud y tablero y decorados con pintura mural. Cada basamento tiene

135
_________________________________ ______________________________

escalinatas con alfardas decoradas con pintura mural a través de las escalinatas éstas se

accedía a los templos ubicados en la parte superior, y de los que sólo “quedan restos de

su desplante frontal, ya que fueron cortados por los propios teotihuacanos para edificar el

siguiente nivel de ocupación” (Cabrera, ob.cit.: 18). De estos basamentos, el este y oeste

conservan restos de sus espacios porticados; sobresale el basamento oeste por que el

muro de separación entre el pórtico y el recinto muestra dos accesos, lo que hace

suponer que esta estructura contaba con dos recintos. El templo este, de dimensiones un

poco menores, presenta un sólo acceso en la parte central (Ibid.) y conserva evidencia de

que los muros del pórtico estaban decorados con pintura mural policroma, sin embargo no

se pudieron identificar claramente los motivos, pues sólo se conserva en uno de los muros

en talud, franjas onduladas color verde delineadas en negro sobre un fondo rojo.

La unidad pertenece a un nivel constructivo posterior al de Bordes Rojos y cuando

dejó de utilizarse para construir el siguiente nivel, las tres estructuras fueron demolidas

(Fotos 24, 25 y Figura 3.6).

c) Plaza Suroeste

Esta unidad se caracteriza por tener cuatro cuartos con pórticos al este y oeste de una

plaza30 delimitada por escalones lo que hace que el piso esté hundido con respecto a los

espacios laterales. Además cuenta con un altar con un pequeño templo.

Los cuartos de esta unidad presentan acabados de excelente calidad, indicando

que fueron ocupados por grupos de élite. Posiblemente los sacerdotes encargados del

culto.

30
Cabrera señala que las escalinatas del lado norte de la plaza también debieron conducir a recintos
pertenecientes a la misma época pero que no se descubrieron (en prensa: 23).

136
_________________________________ ______________________________

Foto 24. Detalle del vértice sureste del Patio


Chalchihuites

Foto 25. Vista del basamento este.


Figura 3.6. Dibujo en
planta del Patio
Chalchihuites

Los cuartos de ambos lados comparten un mismo pórtico con columnas que

sostenían la techumbre, manteniendo una posición simétrica entre sí.

El templo ubicado al centro de la plaza presenta tres sobreposiciones. Fue

construido con muros con talud-tablero, tiene angostas escalinatas con alfardas hacia el

lado oeste. En la segunda etapa constructiva esta estructura ocupó el lado este de la

plaza, quedando como espacios disponibles para la circulación los lados oeste, norte y

sur (Ibid.: 23). Para la tercera etapa constructiva del templo se tienen pocos datos debido

a los daños ocasionados por las raíces de un árbol, pero hay evidencia para suponer que

137
_________________________________ ______________________________

se trataba de un templo – altar ya que se localizó una bajada

de agua, lo que corrobora que había una azotea y por

consiguiente el basamento soportaba un templo (Figura 3.7).

Conjunto de los Glifos

Este conjunto presenta una distribución espacial diferente al

anterior, destacando por las dos plazas (Oeste y de los Glifos)

al centro del conjunto, compartiendo un mismo basamento

central con fachada hacia cada una.

En torno a las dos plazas, se distribuyen una serie de

cuartos porticados limitando patios que destacan por sus

buenos acabados arquitectónicos, algunos con pintura mural e

incluso con presencia de pintura en pisos.


Figura 3.7. Dibujo en planta
de la Plaza Suroeste
Sin duda esta distribución de los espacios refleja una

función diferente al Templo del Barrio. El material arqueológico mostró que sólo en

algunos espacios del conjunto se realizaron actividades relacionadas con la preparación

de alimentos, en tanto que la función del conjunto tiene un carácter institucional.

Sección Sur

a) Unidad Patio Jaguares

Esta unidad está conformada por varios cuartos limitando un patio, algunos de ellos

porticados, donde se observan modificaciones en los diferentes niveles constructivos pero

que básicamente conservaron la misma distribución espacial. El Patio Jaguares sobresale

por lo acabados de excelente calidad y la presencia de pintura mural, con una gran

variedad de imágenes y símbolos.

138
_________________________________ ______________________________

El cuarto norte es un espacio porticado con pintura mural. El cuarto este también

tiene pórtico, este último con pintura mural. Los cuartos al oeste y sureste, no tienen

pórtico, aunque también presentaron pintura mural (Fotos 26, 27 y 28).

Existen otros espacios cerrados en esta unidad, son tres cuartos en las esquinas

NW, NE y SW, sin embargo no se reportaron restos de pintura mural (Figura 3.7).

Foto 26. Vista del cuarto sureste

Foto 27. Murales del cuarto


sureste

Foto 28. Pórtico del cuarto

139
_________________________________ ______________________________

Figura 3.7. Dibujo en planta del Patio Jaguares

Sección Central

a) Plaza Oeste

Esta unidad se encuentra al del basamento central, se compone de una plaza con tres

grandes cuartos porticados al norte, sur y oeste. Los muros de espacios estaban pintados

de rojo y se reporta además un fragmento de pintura mural policroma en uno de los

recintos con motivos geométricos. En un nivel constructivo posterior al de los tres cuartos

se sobrepusieron tres basamentos.

Esta plaza es simétrica a la Plaza de los Glifos y estaban comunicadas por medio

de pasillos al norte y sur del basamento central.

En general estos espacios presentan acabados arquitectónicos de buena calidad

teniendo junto con la Plaza de los Glifos una relevancia especial con relación a los demás

espacios del conjunto (Figura 3.8).

140
_________________________________ ______________________________

Figura 3.8. Dibujo en planta de la Sección Central,


señalando la Plaza Oeste

b) Plaza de los Glifos

Sin duda es uno de los espacios más singulares del conjunto por los más de 42 glifos

pintados en el piso. Esta plaza se ubica al este del basamento central, delimitada por tres

basamentos de un sólo cuerpo soportando templos porticados ubicados en los lados

norte, este y sur. Los elementos de los basamentos presentan características especiales.

Las fachadas frontales cuentan con amplias escalinatas con alfardas y talud y tablero. Los

tableros presentan diferencias con del típico

tablero teotihuacano, ya que las molduras

están colocadas en forma de “U” invertida, con

semejanzas al tablero tipo escapulario

oaxaqueño (Cabrera, ob.cit.: 30) (Foto 29).

El basamento central, al contrario de los Foto 29. Detalle de tablero de basamento,


Patio de los Glifos
tres anteriores, presenta escalinatas angostas

con alfardas, en tanto que los tableros de la fachada este son los típicos teotihuacanos

(Ibid.). Es la estructura central de este conjunto (Foto 30).

141
_________________________________ ______________________________

En esta misma unidad hay un

diseño pintado sobre el piso de un

pequeño patio ubicado hacia el

noreste de la Plaza de los Glifos. El

patio está delimitado por dos cuartos,

donde también se registró restos de

Foto 30. Vista de la Plaza de los Glifos pintura mural pero que se encontraron

en mal estado de conservación aunque se alcanzó a identificar que se trataba de aves

(Figura 3.9).

Figura 3.9. Dibujo en planta de la Sección Central, señalando la


Plaza de los Glifos

Sección Noroeste

En esta sección también aparecieron motivos pintados sobre el piso dentro de dos

recintos. En uno de los cuartos los motivos pintados en el piso son similares a los del

pórtico 24 de Tetitla (Figura 3.10).

142
_________________________________ ______________________________

Figura 3.10. Sección Noroeste donde se localizaron motivos


pintados en pisos de cuartos

Conjunto Arquitectónico B

A diferencia del Conjunto Arquitectónico A que fue explorado casi en su totalidad este

conjunto presenta mejores acabados arquitectónicos con muros estucados y decorados

con pintura mural (Figura 3.11).

Por las características arquitectónicas que presentan ambos conjuntos, es

evidente que tuvieron funciones diferentes. El Conjunto Arquitectónico B habría sido

ocupado por grupos de la clase dominante, aunque “es necesario contar con mayor

información de este conjunto para conocer sus dimensiones, las funciones específicas

que pudo haber tenido y el estatus y las actividades de sus habitantes” (Cabrera ob.cit.:

43) (Figura 3.12).

143
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Figura 3.11. Conjunto Arquitectónico B

Figura 3.12. Dibujo en planta plaza en el Conjunto


Arquitectónico B

a) Pórtico Sur

El espacio que presentó pintura mural en este conjunto es un pórtico que se localiza al

sur de una plaza. Los acabados son de muy buena calidad, con presencia de pintura

mural y muros con superficies bien pulidas (Foto 31).

144
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Foto 31. Detalle de esquina del pórtico

Conjunto 4C

Los espacios que se pueden observar en este conjunto son principalmente patios

limitados por cuartos porticados, destacando un basamento de un cuerpo con muros en

talud y tablero y escalinata con alfardas limitando un patio (Figura 3.13).

De las cuatro unidades

arquitectónicas que componen el

conjunto, la unidad A sobresale por la

pintura mural que presentan dos de sus

espacios. Las otras tres unidades tienen

acabados de menor calidad, con espacios

más reducidos y austeros. Cabrera

considera que estas tres unidades

debieron ser ocupadas por grupos de una

clase social diferente a la que ocupó la

unidad A, en particular los dos espacios

Figura 3.13. Detalle del Conjunto 4C y los con pintura mural (ob.cit.: 46).
cuartos norte y sur con pintura mural

145
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a) Cuarto Sur

Este espacio se ubica al oeste del patio central en la unidad A. Se trata de un cuarto con

dos columnas con pintura mural. A pesar de que presenta columnas que limitan con el

patio, este espacio carece de pórtico.

b) Cuarto Norte

Se ubica al norte del cuarto sur y también forma parte de la unidad A. Este espacio tenía

dos accesos angostos que fueron tapiados (muro sur y oeste) en cierto momento de la

ocupación. Este cuarto está limitado por otros en los que no se registró pintura en muros

(Fotos 32 y 33).

Foto 32. Vista desde el norte del conjunto 4C Foto 33. Vista hacia el sureste del conjunto 4C

2.1.2 Etapas constructivas

Hemos observado a lo largo del desarrollo de este trabajo que en los conjuntos del barrio

La Ventilla se detectaron varios niveles constructivos. Será necesario hacer referencia a

cuántas etapas constructivas se registraron en cada uno de los conjuntos y unidades

arquitectónicas para después ser contrastadas con la cronología de la pintura mural.

146
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Templo del Barrio

Los niveles constructivos detectados en este conjunto son tres. La ocupación más

temprana corresponde a la del Patio Bordes Rojos fechado en 200 – 250 d.C., que

corresponde a las fases Miccaotli y Tlamimilolpa Temprana. También el primer nivel

constructivo con bordes rojos de la Unidad Plaza Suroeste tiene esta cronología.

En el Patio Bordes Rojos se registra una ocupación posterior representada por el

basamento este, que según Cabrera, se desplanta del mismo piso que los otros tres

basamentos, y que podrían estar indicando que “al menos en determinado momento

fueron contemporáneos, posiblemente en su momento final” (Ibid.: 16).

El siguiente nivel de ocupación en el conjunto lo representa el Patio Chalchihuites,

que corresponde a las fases Tlamimilolpa Tardía y Xolalpan Temprana, aproximadamente

al 350 d.C. (Ibid.). En esta unidad también se registró ocupación más tardía representada

por la demolición de los templos o recintos superiores de los basamentos. Al parecer

debajo de este nivel constructivo había edificios correspondientes a la ocupación Bordes

Rojos.

El tercer y último nivel constructivo del conjunto corresponde a la Unidad Plaza

Central, que por ser la más superficial fue la más deteriorada y dañada por los trabajos de

nivelación del terreno. Cronológicamente esta etapa se ubica hacia la fase Xolalpan

Tardía tal vez a Metepec (650 d.C.).

Conjunto de los Glifos

También se registraron tres niveles constructivos en este conjunto. El primero

corresponde a la ocupación de edificios de Bordes Rojos. El segundo nivel está

representado por la Unidad Patio Jaguares (Nivel Jaguares), la Plaza de los Glifos y la

Unidad Plaza Oeste (Tlamimilolpa Tardío - Xolalpan Temprano). La tercera ocupación

pertenece a la Unidad Jaguares (Nivel Sacerdotes), fase Xolalpan Tardía y Metepec.

147
_________________________________ ______________________________

Conjunto Arquitectónico B

Debido a que se exploró solamente un área de aproximadamente 100 metros cuadrados,

no se tiene la información sobre los niveles constructivos de este conjunto y son pocos los

datos que existen al respecto. Sin embargo en el análisis cronológico de la pintura mural

de La Ventilla (Gómez y Padilla 1998), de acuerdo con la evidencia estratigráfica de la

plaza y “el análisis de los materiales asociados al nivel de ocupación de las pinturas”, se

estableció que la ocupación corresponde a un momento de la fase Xolalpan Tardía hacia

600 d.C. (Ibid.: 219).

Conjunto 4C

Para este conjunto se identificaron dos pisos superpuestos que indican que también hubo

varios niveles constructivos. Los dos cuartos con pintura mural pertenecen al mismo nivel,

de hecho se puede ver en el muro oeste del Cuarto Sur el daño sufrido por la

sobreposición de un piso que afectó la pintura mural. Según el estudio de los materiales

asociados a estos espacios, la ocupación de se ubica en la fase Xolalpan Tardía a

Metepec (550 – 650 d.C.) (Cabrera ob.cit.: 47).

Es importante señalar que estas etapas constructivas se distinguieron sobretodo

por la sobreposición de estructuras y modificación de algunos espacios, sin embargo

también se identificaron modificaciones parciales o sobreposiciones de pisos que indican

un mantenimiento constante de estos espacios. Esto quiere decir que durante la

ocupación de algunos espacios había mantenimiento constante y pequeñas

modificaciones en estructuras, superficies de muros y pisos, además esto se hacía en los

conjuntos que parecen haber sido ocupados y habitados por grupos de la clase dominante

lo que habla del poder económico que tuvo esta clase, donde había un gran “derroche de

recursos materiales y humanos aunque ciertamente, necesarios para la reproducción del

sistema” (Gómez y Gazzola, 2004: 45).

148
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CONJUNTO UNIDAD
CRONOLOGÍA
ARQUITECTÓNICO ARQUITECTÓNICA
Miccaotli – Tlamimilolpa
Patio Bordes Rojos
Temprano
Conjunto Templo del Tlamimilolpa Tardío –
Barrio Patio de los Chalchihuites
Xolalpan Temprano

Plaza Central Xolalpan Tardío – Metepec

Miccaotli – Tlamimilolpa
Bordes Rojos
Temprano

Patio Jaguares (Nivel Tlamimilolpa Tardío –


Jaguares), Xolalpan Temprano
Conjunto de los Glifos
Patio Jaguares (Nivel
Xolalpan Tardío – Metepec
Sacerdotes)

Plaza de los Glifos y Plaza Tlamimilolpa Tardío –


Oeste Xolalpan Temprano

Conjunto Arquitectónico B
Pórtico Sur Xolalpan Tardío
(Habitacional)

Tlamimilolpa Tardío-
Conjunto 4C Cuartos Norte y Sur
Xolalpan Temprano ó
(Residencial)
Xolalpan Tardío - Metepec

2.2 Los espacios y sus murales

De acuerdo con lo anterior, en el barrio La Ventilla encontramos gran variedad y tipo de

espacios, muchos de ellos con pintura mural en muros, tableros y pisos; en basamentos,

cuartos, templos, plazas y patios. La pintura mural fue de especial importancia como

indicador de estatus y jerarquía.

149
_________________________________ ______________________________

A manera de resumen queremos exponer en el siguiente cuadro los tipos de

espacios y elementos arquitectónicos en donde hay presencia de pintura, en muros o

pisos, relacionándolos con la función que se ha propuesto a cada conjunto del barrio.

CONJUNTO FUNCIÓN DEL ESPACIO ELEMENTO


ARQUITECTÓNICO CONJUNTO ARQUITECTÓNICO ARQUITECTÓNICO
Basamentos y
Templo del Barrio Público - Institucional recintos en patios y Muros, tableros
plazas
Basamentos,
Conjunto de los
Público - Institucional cuartos, pórticos, Muros, pisos
Glifos
patios y plaza
Residencia de las
Conjunto Pórtico limitando
familias de los Muros y pilastras
Arquitectónico B plaza
grupos de élite
Conjunto 4C Residencia de los Cuartos limitando
Muros
grupos de élite patio

150
_________________________________ ______________________________

CAPITULO IV

DISTRIBUCIÓN DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS EN LOS


CONJUNTOS ARQUITECTÓNICOS

1. Cerámica

El estudio de la cerámica es de gran ayuda para conocer y deducir la función y el uso de

los espacios. Sin embargo para nuestro caso de estudio carecemos de esta información,

ya que hasta la fecha no se ha concluido el análisis del material cerámico registrado en

las excavaciones de La Ventilla, sólo se ha realizado el análisis de algunas temporadas y

de algunas unidades31. En este caso sólo contamos con datos aislados que no están

relacionados directamente con la pintura mural. Por tal motivo tenemos datos muy

generales –sólo de dos conjuntos- que aún necesitan profundizarse con un análisis

minucioso.

El material cerámico encontrado en el Templo del Barrio y en el Conjunto de los

Glifos sugirió que en estos no se realizaron actividades de tipo doméstico, refiriéndonos a

la preparación y consumo de alimentos (Gómez, 2000). Cabe señalar que en el Conjunto

de los Glifos se pudo reconocer una pequeña unidad localizada en el vértice sureste que

pudo haber servido para la preparación de alimentos de los individuos que ocuparon el

conjunto (Gómez, en prensa).

2. Lítica

En caso de la lítica ocurre casi lo mismo que con la cerámica, tampoco se ha realizado un

análisis profundo que nos pueda aportar datos relevantes para nuestro estudio. Aunque a

diferencia de la cerámica, tenemos más información sobre la distribución y el contexto

31
Actualmente el arqueólogo Rubén Cabrera dirige un proyecto donde se está llevando a cabo el análisis de la cerámica y
de otros materiales arqueológicos de la Temporada 2004, pero que tiene como objetivo dar continuidad al análisis del
material de las excavaciones realizadas en el barrio La Ventilla en sus diferentes temporadas de trabajo.

151
_________________________________ ______________________________

tanto de lítica tallada como de la lítica pulida que, en todo caso, pueden apoyar las

hipótesis generadas en relación con la función general de los conjuntos.

En cuanto a la lítica pulida, en el Templo del Barrio y en el Conjunto de los Glifos

se registraron numerosos fragmentos de metates, morteros y manos como relleno de las

construcciones y de nivelación (Acosta, 2003). Los únicos ejemplares completos que

aparecieron en contextos primarios fueron tres metates semicompletos localizados en la

parte suroeste del Frente 2 pero corresponden a una ocupación posteotihuacana (Ibid.).

La ausencia de este tipo de objetos en ambos conjuntos permite suponer que en aquellos

espacios no se realizaron actividades relacionadas con la molienda, sino que los

fragmentos fueron aprovechados como material de relleno en la arquitectura cuando éstos

habían agotados su uso.

Sin embargo hay artefactos de lítica pulida que se encontraron en gran cantidad,

como son alisadores o pulidores que también fueron agotados y utilizados como material

de relleno de las construcciones (Ibid.). Pero la abundante cantidad de éstos sugiere que

en el Templo del Barrio y el de los Glifos (en los que se efectuó el estudio) se realizaron

constantes trabajos de mantenimiento, reflejado en la sobreposiciones de pisos, en los

finos acabados de estuco y pintura de sus muros y pisos.

La lítica tallada encontrada en el Templo del Barrio, se presentó en mayor

proporción también como relleno constructivo. Debido a esta problemática, su análisis se

dirigió principalmente a “identificar las variedades formal y tecnológica [...] ya que

proporciona una visión sobre las posibilidades del desarrollo tecnológico alcanzado en la

sociedad teotihuacana” (Sarabia, ob.cit.: 61).

El problema es que la información de los rellenos no es suficientemente útil para

poder inferir la función de espacios. Sin embargo debemos señalar que se encontraron

principalmente fragmentos o piezas incompletas de puntas de proyectil de la familia

triangular, convexa y subtriangular pero como material de relleno. Por otro lado se

152
_________________________________ ______________________________

encontraron ejemplares de lascas de forma más abundante y en todos los contextos

(Ibid.).

3. Entierros

El estudio y análisis de los sistemas de enterramientos en los contextos arqueológicos

representa uno de los mejores indicadores de diferentes aspectos que conformaron la

vida de las sociedades desaparecidas. Estos aspectos comprenden la ideología,

costumbres, hábitos, relaciones sociales, etc. Por medio del estudio de los restos óseos

podemos conocer las características físicas de los individuos, enfermedades, tipo de

actividades que realizaron, alimentación, edad, sexo, etc. En muchos de los casos, estos

restos vienen acompañados de una ofrenda compuesta de diversos elementos, objetos y

artefactos que pueden aportar datos sobre el individuo, la clase y el grupo social al que

perteneció, su posición dentro de este último y el tipo de actividad que realizó, reflejado en

el tratamiento que se le dio a su cuerpo después de muerto (Gómez 1999: 88).

En Teotihuacán se observan diferentes tipos de ritos funerarios en parte

consecuencia de la población multiétnica que conformaba la sociedad, además de que se

han identificado costumbres funerarias de otras regiones de Mesoamérica, como Oaxaca

y del Occidente de México. También se han identificado las prácticas mortuorias

características de Teotihuacán, las cuales incluyen: enterramientos en fosas, entierros en

urnas funerarias y cremación, evidencias de decapitación y desmembramiento ritual,

sacrificio de infantes así como sacrificio a gran escala (Cabrera, 1999: 505).

En la sociedad teotihuacana la religión fue de gran relevancia como una forma de

cohesionar a la población. Este rasgo se refleja tanto en la pintura mural como en los

entierros y ofrendas, estos últimos producto de la vida ritual de la sociedad que para

153
_________________________________ ______________________________

rendir culto a sus deidades ofrendaban individuos u objetos para mantener el orden

cósmico, como una manera de reproducir mitos, o bien como plegarias.

En el barrio La Ventilla se han encontrado más de 350 entierros de hombres,

mujeres, recién nacidos y nonatos; de sexo y edades diferentes con o sin ofrenda. Los

hay individuales y colectivos en posiciones variadas.

De los entierros registrados hasta la fecha en el barrio La Ventilla, una minoría es

de la ocupación Coyotlatelco, mientras que la mayoría son teotihuacanos. Queremos

señalar que tomaremos en cuenta las características generales de cada uno de los

entierros que se localizaron en los espacios con pintura mural que estamos estudiando, lo

cual nos dará información relevante en cuanto a las características de la ocupación y la

función de los conjuntos, particularmente de los espacios así como de los grupos sociales

a los que pertenecieron los individuos enterrados. También tomaremos en cuenta los

materiales depositados en ofrendas asociadas a los individuos.

Templo del Barrio

En este conjunto se excavaron 14 entierros: siete fueron entierros primarios de adultos,

cuatro humanos secundarios y tres de perros. Otros entierros fueron localizados fuera de

los límites del conjunto. De estos entierros el 185 fue el único primario identificado como

teotihuacano, el cual presentó una ofrenda conformada de recipientes cerámicos

fechados como Miccaotli – Tlamimilolpa Temprano. De acuerdo con su localización

parece ser que se dedicó como ofrenda a la construcción, por lo que posiblemente fue

sacrificado para este fin (Gómez y Núñez, 1999).

A pesar de que se encontraron seis entierros dentro de los espacios que estamos

estudiando, estos fueron fechados como Coyotlatelco por lo que la información que

arrojaron no será tomada en cuenta en esta ocasión (Figura 4.1).

154
_________________________________ ______________________________

185

Entierros secundarios, Coyotlatelco o


anteriores a la construcción del conjunto

Entierro teotihuacano con


ofrenda

Figura 4.1. Distribución de entierros dentro del Conjunto


Templo del Barrio.

Conjunto de los Glifos

En este conjunto se registraron 50 entierros, de los cuales 12 son teotihuacanos: ocho

adultos, cuatro infantiles perinatos (Ibid.). Nueve entierros están asociados a espacios con

pintura mural del conjunto (Entierros 7, 8, 9, 40, 43, 70, 137 y 172).

Los entierros 70 y 172 fueron localizaros en la Plaza de los Glifos, en el interior de

dos fosas de más de tres metros de profundidad y que fueron cavadas desde el nivel del

piso de la plaza. Se ubicaron a ambos lados de las alfardas de la escalinata del templo

este de la plaza. Ambos presentaron evidencia de exposición al fuego y estaban

acompañados de una ofrenda que consistía en distintos objetos de cerámica. Asociado

con el entierro 172 había 16 cuentas circulares de concha, probablemente de un collar,

varios objetos de cerámica y de hueso, así como 32 puntas de obsidiana. El entierro 70

155
_________________________________ ______________________________

por otra parte, presentó una ofrenda con recipientes miniatura, una jarra trípode fechada

como Tlamimilolpa y fragmentos de objetos foráneos (Ibid.). Por sus características estos

dos entierros parecen haber sido de individuos de alto estatus social. Además se sugiere

que estos individuos habrían sido los encargados de llevar a cabo algún ritual en la plaza,

o sea que talvez se trataba de sacerdotes (Alonso Rubio en Gómez y Núñez, ob.cit.: 110).

El entierro 20 se registró en el Patio Jaguares, justo en el centro del patio. Su

ofrenda contó con 34 objetos de cerámica y dos objetos importados, posiblemente del

Occidente de México (Ibid.).

En resumen, los entierros primarios teotihuacanos registrados en este conjunto

fueron adultos 67% e infantiles 33%. Como arriba señalamos, las características y

elementos de los entierros

sugieren que los individuos

tuvieron un tratamiento

especial, objeto de un ritual

mortuorio complejo por lo

que éstos habrían

pertenecido a la clase

social dominante, ya que se

presentaron objetos
Distribución de entierros
considerados como de alto
asociados a espacios con
pintura mural
estatus y de uso restringido

(Figura 4.2).
Figura 4.2. Distribución de entierros en el conjunto asociados a
pintura mural

156
_________________________________ ______________________________

Conjunto Arquitectónico B

En este conjunto se registraron dos entierros colectivos. El entierro número 88 se localizó

en una fosa en el centro de la plaza, con dos individuos adultos en posición decúbito

dorsal flexionado. Había además huellas de exposición al fuego, cenizas y carbón que

indicaron que fueron cremados por lo

que se sugiere que eran de alto


88
estatus social (Ibid.). La ofrenda

asociada presentó varios objetos y un

fragmento de concha con cinabrio.


78,
El otro entierro (78 y 78a) 78A

presentó dos infantes perinatos, que

se registraron como indirectos,

localizados en la esquina SE del Entierro asociado a espacios con


pintura mural

conjunto (Ibid.) (Figura 4.3).

Figura 4.3. Entierros localizados en el Conjunto


Arquitectónico B

Conjunto 4C

Se registraron siete entierros pertenecientes a diferentes momentos de ocupación. Tres

de ellos indirecto con cuatro individuos infantiles perinatos, ya que se encontraron sobre

recipientes cerámicos; los otros cuatro fueron de adultos, tres primarios y uno secundario

(Ibid.).

Dos de los entierros se presentaron dentro del Cuarto 1, dos fueron registrados

como primarios, aunque uno de ellos era infantil (Figura 4.4).

157
_________________________________ ______________________________

Figura 4.4. Entierros en espacio con


pintura mural

Figura 4.4. Distribución de entierros en el


Cuarto 1 del conjunto

4. Otros materiales

Además de los materiales arriba mencionados existen otros que también son comunes en

los contextos arqueológicos y que pueden ser indicadores de actividades, estatus y

posición social de los ocupantes de un conjunto. Estos materiales pueden tener un

significado simbólico dentro de la sociedad ya que aparecen principalmente en contextos

funerarios. Estos materiales son de concha, piedra verde, mica, pizarra, esculturas, hueso

trabajado, cinabrio, entre los principales.

En el barrio La Ventilla se encontraron restos de todos estos materiales que

aportaron información valiosa para inferir qué grupos ocuparon los conjuntos

arquitectónicos y sus espacios y su función.

En las ofrendas de algunos de los entierros se presentaron objetos de concha,

hueso trabajado y cinabrio. Estos sirvieron para identificar el estatus del individuo y en

todo caso suponer qué actividad pudieron haber desarrollado en el conjunto.

158
_________________________________ ______________________________

Hueso trabajado

El hueso además de encontrarlo como restos óseos humanos y animales en entierros y

ofrendas se puede encontrar como material trabajado, como materia prima de artefactos e

instrumentos que aportan información útil sobre procesos de trabajo, así como de su

utilización y aprovechamiento en las sociedades desaparecidas. “Todo aquél material

óseo que presenta una alteración tecnológica producto de la mano del hombre

(transformación antrópica) lo consideramos bajo la denominación de hueso trabajado”

(Romero 2005: 59).

Los artefactos de hueso fueron localizados en gran cantidad durante los trabajos

de excavación en La Ventilla. El trabajo de análisis del hueso se desarrolló sobre el hueso

tanto humano como animal.

Romero (ob.cit.) estableció cinco grupos genéricos para el análisis de los

artefactos de hueso trabajado recuperado en las excavaciones de La Ventilla 1992-1994

de tres de los cuatro frentes de excavación. El material analizado consistió en 1063

piezas, la mayoría objetos terminados pertenecientes a los primeros cinco grupos

genéricos que comprende las herramientas, y los ornamentos. El grupo Miscelánea fue el

menos numeroso no por ello menos importante. Este presenta objetos que se

conservaron casi en su forma original pero que presentaron evidencia de corte, algunos

otros se consideraron como desecho y otros con evidencia de haber sido expuestos a

proceso de cocción (Ibid.: 66 - 67).

159
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GRUPO FORMA
USO CATEGORÍA FAMILIA
GENÉRICO CARACTERÍSTICA
Longilíneos, Desgaste, no Aguja, punzón, Recta o cuerva
Herramientas puntimorfos, y definido y lezna, gubia, sierra, con o sin
rectimorfos. percusión ind. espátula, cincel. epífisis.

Ornamentos Variable Cuenta y orejera

Objeto
Idiomorfos Frotación Raspador o güiro
sonoro

Arte-Mueble Idiomorfos Diente esgrafiado

Matriz, placa con


desgaste, placa,
Miscelánea Variable Desconocido diente,
indeterminado,
desecho.

Frente Frente Frente


Grupo Genérico
1 2 3

144 236 271


Herramientas

1 2 4
Utensilio doméstico probable

Ornamento 11 0 0

Objeto Sonoro 3 6 3

Arte-mueble 0 1 0

Miscelánea 141 113 126

Materiales óseos de La Ventilla, modificado de


Romero 2005

En cuanto a la distribución en los Frentes de excavación, se encontró que en el

Frente 3 hubo mayor cantidad de piezas de hueso, con un total de 405, mientras que en el

Frente 1 se localizaron 300 piezas y en el Frente 2 358.

Como se pudo observar, hay una mayor concentración de herramientas de hueso

en el Frente 3 que en los otros dos frentes de excavación, lo que refuerza la idea de que

en el Conjunto Arquitectónico A, fue un conjunto habitacional donde se desarrollaron

actividades propias de la vivienda y la producción artesanal.

Romero señala que la producción de herramientas fueron en su mayoría

elaborados con hueso humano, lo que permite pensar si “tenía que ver con un acto

160
_________________________________ ______________________________

mágico o ritual... o simplemente se buscó aprovechar la cualidad de dureza y dimensiones

que ofrecen.” (Ibid.: 175). Una de las conclusiones del trabajo de Romero se refiere a que

la producción de herramientas de hueso fue una actividad de apoyo de los procesos

productivos de otras industrias, tales como la de lítica pulida, la lapidaria y la concha

(Ibid.: 175-176).

Foto 34. Artefactos y objetos de hueso trabajado


(Tomado de Gómez en prensa)

Concha

La concha es un material muy frágil que generalmente se encuentra en contextos

funerarios como parte de las ofrendas. Se encuentra como residuo de alimento, como

materia prima y como objeto manufacturado (Suárez, 1986: 115). Las características de

este material son su belleza, variabilidad, procedencia y abundancia (Suárez, 1999). En

cuanto a la procedencia, existen datos suficientes que demuestran que el material

malacológico que se utilizó del océano Pacífico, del Atlántico y del Caribe. El hecho de

venir de regiones distantes, le confirió un valor especial, convirtiéndose en un objeto de

uso exclusivo de unos cuantos, es decir sólo al alcance de la clase dominante. La

variabilidad se refiere a las diferentes formas que presenta, ya sean bivalvos o univalvos,

161
_________________________________ ______________________________

con diferentes colores, texturas y tamaños, con las que se elaboraron principalmente

utensilios, instrumentos y ornamentos.

En Teotihuacán la concha se encuentra con cierta regularidad en ofrendas y

entierros, principalmente como ornamentos. La Ventilla no es la excepción. El material de

concha que se registró durante las excavaciones apareció sobre todo en las diversas

ofrendas de algunos entierros que ya antes mencionamos: en el Conjunto Arquitectónico

A, se identificó como materia prima, desechos y objetos terminados (Foto 35).

Foto 35. Objetos de concha


(Tomado de Gómez en prensa)

Cinabrio

Es un mineral del que se obtiene un pigmento rojo el cual fue utilizado por las sociedades

mesoamericanas de diversas maneras, principalmente en contextos funerarios, es decir,

en ofrendas y entierros (Gazzola, 2003). Es común que el cinabrio sea confundido con la

hematita u óxido de hierro (Fe2O3), también un mineral de color rojo que se obtiene y

encuentra con mayor facilidad (Ibid.).

En Teotihuacán se sabe que en los contextos funerarios el cinabrio se utilizó

cubriendo el cuerpo del individuo, en objetos de la ofrenda y la indumentaria y como

ofrenda (Ibid.: 82). Por su color similar a la sangre, el cinabrio debió ser considerado como

162
_________________________________ ______________________________

un material sagrado por lo que se encuentra en los contextos antes mencionados.

Generalmente se registran restos de este mineral en concha o piedra verde, aunque

también se ha encontrado sobre figurillas, dentro de contenedores de cerámica así como

en pizarra y hueso (Ibid.: 83).

Hasta el momento no hay evidencia sobre el uso de este mineral en la pintura

mural de Teotihuacán aunque en sitios del Golfo de México y el área maya si se identificó

su uso como pigmento (Ibid.).

El cinabrio es por lo tanto un mineral que se encuentra en ciertos contextos y que

al parecer tuvo un significado especial para los teotihuacanos, siendo un recurso obtenido

por el intercambio, sólo al alcance de la clase dominante32 y que tuvo además un

simbolismo religioso importante en los ritos.

32
Por lo tanto es un indicador de estatus social

163
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CAPITULO V

ANÁLISIS DE LA PINTURA MURAL

1. La Pintura Mural en Teotihuacán

La pintura mural es una manifestación cultural que desarrollaron muchas de las antiguas

sociedades prehispánicas. Ha sido analizada y estudiada para tratar de comprender la

religión, la política y la organización social. Es una expresión de la ideología dominante,

aspecto que le atribuye especial importancia, sobre todo en aquellas sociedades sin

documentos escritos. La pintura mural representa uno de los mejores medios para

comprender aspectos sobre la vida y el pensamiento de las sociedades que no sería

posible comprender estudiando otros materiales.

La característica inherente a toda la pintura mural prehispánica es la que tiene que

ver con su carácter plano y bidimensional. Sin embargo existen otras características que

se desarrollaron de manera particular en cada región y lugares de Mesoamérica (Foto 1 a

-f).

La pintura mural en Teotihuacán se localiza en muros tanto exteriores (en taludes

y tableros de templos y edificios públicos) como en interiores (pórticos y cuartos),

característica que tuvo mucho que ver con la función de esos espacios y con los grupos

sociales que hacían uso de ellos. Por este motivo los espacios con pintura mural que

conformaron los conjuntos de la ciudad tuvieron una mayor jerarquía de aquellos que no

estaban pintados. La información disponible permite plantear que la pintura mural sólo se

encuentra en aquellos conjuntos ocupados por la clase dominante y era por lo tanto un

elemento exclusivo de la élite.

164
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Foto 1a. Mural estructura I, Cuarto 2, muro norte,


Bonampak, Chiapas.
(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

Foto 1c. Mural Templo Mayor.


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

Foto 1b. Edificio Z, Cacaxtla, Tlaxcala.


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

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Foto 1d. Nicho oeste de la Tumba 5 de


Suchilquitongo. Oaxaca.
(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

Foto 1e. La Higueras, Veracruz.


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

Foto 1f. Edificio I de Tajín, Veracruz


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

166
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Otro planteamiento que en esta tesis queremos postular es que las imágenes de

los murales están en estrecha relación con la función y utilización de los espacios, y por lo

tanto, reflejan las actividades que allí se realizaron. Nuestro objetivo en este capítulo es el

de identificar los elementos que conforman las imágenes de los murales en los diferentes

conjuntos del barrio de La Ventilla, identificar la función de los espacios con pintura mural

y vincular la ocupación de estos espacios con grupos sociales y sus actividades (Foto 2 a

- d).

Debido a esa gran diversidad de imágenes que encontramos en Teotihuacán y a la

complejidad del lenguaje pictórico, se han desarrollado estudios y propuestas enfocadas a

la iconografía, las técnicas pictóricas, el estilo, etc. Dentro de todas esas propuestas se

identifican tres tendencias para el estudio de la pintura mural, la escultura y la cerámica

decorada (Morelos 1991: 233). Una es la comparativa, en donde se hacen analogías con

las obras mexicas. La otra se orienta hacia la descripción de las obras, pero el resultado

se queda a este nivel. Y una tercera trata de vincular las distintas expresiones con el

desarrollo social.

La primera tendencia es la más común, y aunque que a veces es necesario

apoyarse de las fuentes históricas para tratar de acercarnos a la comprensión de las

sociedades prehispánicas más tempranas, pensamos que esta forma de comparación

puede perder objetividad. Sabemos que existe una “tradición Mesoamérica”, sin embargo,

también es cierto que existen diversos factores que influyeron y transformaron aquellos

símbolos, creencias y costumbres que hemos podido conocer a través de las crónicas y

los códices.

Sejourné basó muchos de sus trabajos en fuentes históricas de la época mexica.

Su investigación nos ha aportado datos muy valiosos para el entendimiento de la

sociedad teotihuacana y aunque diferimos con algunas de sus propuestas, reconocemos

su gran labor en el estudio simbólico de la arquitectura, la pintura mural y la escultura de

167
_________________________________ ______________________________

Teotihuacán. En este sentido estamos de acuerdo con Kubler y Von Winning cuando

dicen que es peligroso creer que “formas iconográficas similares conservan el mismo

significado” en contextos diacrónica y sincrónicamente diferentes, es decir, es criticable

aplicar el significado que conocemos de las formas y de las manifestaciones culturales

mexicas para explicar las manifestaciones teotihuacanas (Von Winning 1987: 39).

Foto 2a. Patio Blanco, Atetelco, Teotihuacán


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

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Foto 2b. Mural 2, Cuarto 2, Tepantitla,


Teotihuacán.
(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995)

Foto 2c. Mural 4, Subestructura 2, Templo de los Jaguares,


Teotihuacán.
(Tomado de De la Fuente, 1995)

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Foto 2d. Mural del Tlalocan, Tepantitla, Teotihuacán.


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 64, 2003)

La descripción sigue siendo un primer y fundamental paso para la investigación y

el estudio del significado de los símbolos. Sin embargo, es sólo el primer paso para tratar

de descifrar el código contenido por ejemplo en las imágenes de la pintura mural y la

cerámica. El propósito de la descripción es identificar todos los elementos que tenemos

para después hacer una interpretación que nos dé más datos sobre el pensamiento y la

ideología de la sociedad que estamos estudiando. Nuestro interés particular es el de

llegar más allá de este punto y tratar de comprender la función de los conjuntos donde

encontramos pintura mural en La Ventilla.

Otro aspecto que ha sido estudiado es el que se refiere al desarrollo social pero

como menciona Morelos “al carecer de una propuesta teórica general sobre la sociedad

teotihuacana, es común que se expongan conclusiones que resultan inverosímiles” (Ibid.).

En la tarea de descifrar los símbolos de la pintura mural, Angulo señala que hay

cinco posibilidades para poder leer e interpretar el mensaje de un mural (1995b: 71). La

primera, con un enfoque materialista, considera las imágenes como un medio de

170
_________________________________ ______________________________

comunicación con un mensaje relacionado con aspectos socio-económicos, político-

religiosos o aspectos tecnológicos que manifiestan sus resultados en las obras tangibles.

La segunda perspectiva se basa en el análisis de los atributos de los personajes que

aparecen en las escenas, el vestido y los adornos principalmente, en donde se busca

identificar dentro de una estratificación social, los rangos, estamentos o linajes existentes

dentro de una sociedad. El siguiente se suscribe al orden lingüístico, en donde se

reconocen emblemas, símbolos de tipo genealógico, toponímicos o con locuciones en un

orden sintáctico. El cuarto considera las imágenes como un mensaje que pudiera estar

dirigido al grupo sacerdotal; tal idea surge del fuerte contenido religioso de los murales.

En este aspecto se reconocen tanto en la pintura mural como en la arquitectura y otros

materiales, atributos relacionados con algunas deidades y fuerzas de la naturaleza. El

último alcance que reconoce este autor es el de lograr una concepción global, es decir,

donde se pueden aplicar los enfoques anteriores y se pueden reconocer escenas

relacionadas con juegos rituales, ceremonias, que en general se tratan de “escenas de

diversión y esparcimiento” (Ibid.).

Mucho se ha discutido sobre las imágenes de la pintura mural en Teotihuacán con

respecto a si son una representación fiel de la realidad o es parte de un código

desarrollado por algunos miembros de la sociedad teotihuacana. En este sentido se han

tratado de identificar especies de animales y plantas en la pintura mural y aunque muchas

de estas imágenes son fácilmente reconocibles, consideramos que la intención no fue la

de reflejar la realidad tal y como es, sino de expresar conceptos mediante el uso de

imágenes y símbolos de la naturaleza.

Consideramos que la pintura mural presenta símbolos que contienen significados

que van más allá de meras imágenes estéticas, geométricas, naturalistas o realistas. Los

murales son un medio para difundir los mitos que relatan cómo surgió el Cosmos. Son el

relato del origen de un pueblo, de sus dioses, de la sacralidad inmersa en cada espacio y

171
_________________________________ ______________________________

rincón de la ciudad. Revelan modelos ejemplares de las actividades humanas

significativas como el arte, la educación, el trabajo, etc., cuentan la actividad creadora de

los dioses o héroes civilizadores (Eliade 1983, 1992).

Debido a que todo espacio es sagrado, la pintura mural sirvió para expresar mitos

y relatos de la historia sagrada ancestral, del origen inaugural del universo. Por lo tanto,

su ubicación no fue azarosa, sino que fueron determinados por una condición específica,

relacionada con el uso y función de los conjuntos y los espacios, de las actividades

particulares de sus ocupantes. No podríamos entender la pintura mural sin la arquitectura,

sin considerar todo el contexto, esto es, donde se encuentran los elementos claves de su

contenido, del significado simbolismo expresado en las imágenes y en los contextos.

La pintura mural contiene un código de significación, encierra conceptos profundos

y complejos sobre el ámbito sagrado, algo presente en todos los aspectos de la vida

cotidiana y el pensamiento del hombre, de su realidad social, económica, política, etc. Los

murales fueron una manera de reiterar el carácter religioso de los espacios, que por

medio de símbolos expresan los acontecimientos que tuvieron lugar en los tiempos

primigenios, aquellos sucedidos en un tiempo mítico. Los símbolos contenidos en los

murales habrían sido creados por grupos de la clase social dominante, y por lo tanto, los

podían manejar a su conveniencia, restringiendo su uso a los demás miembros de la

población, fundamentalmente a la clase social dominada. Como postulamos antes, la

forma más evidente de esta restricción de los símbolos fue la pintura mural, que se usó

sólo en templos, residencias y otros conjuntos de carácter institucional lugares donde

llevaron a cabo actividades específicas. La pintura mural fue una manifestación de la

existencia de las clases sociales fundamentales en Teotihuacán (cfr. Gómez y Gazzola

2004: 47); fue parte de la ideología, de la concepción del universo que impuso la clase

dominante.

172
_________________________________ ______________________________

1.1 Investigaciones previas sobre pintura mural teotihuacana

Dentro del estudio de la iconografía teotihuacana tenemos varios autores que estarían

dentro de la primera tendencia que distingue Morelos. Entre los primeros estudiosos de

los símbolos teotihuacanos se encuentran Armillas (1945, 1947, 1950), Beyer (1922a

1922b, 1955) y Seler (1912), quienes identificaron y estudiaron las representaciones de

dioses en pintura mural, la cerámica y la escultura. Armillas trató de encontrar la relación

de estas representaciones con las de otras regiones de Mesoamérica, mientras que Beyer

y Seler las compararon y relacionaron con los dioses mexicas.

Caso (1967) fue otro de los estudiosos dedicados al estudio de la iconografía; su

preocupación principal fue poder identificar escritura y los signos calendáricos. Al respecto

de la pintura mural escribió que:

el arte teotihuacano no es ni realista ni abstracto; es un arte simbólico


por excelencia, en que cada detalle tiene un sentido (Ibid.:250).

También señala que la descripción de los símbolos no es suficiente para

entenderlos, sino que es necesario tratar de penetrar en su significado (Ibid.). Aunque los

trabajos de estos autores fueron pioneros en el estudio de la iconografía teotihuacana

realizaron importantes aportaciones. Su metodología se basa en la comparación, de la

cual ya explicamos las limitaciones de este recurso.

C. Millon (1972) desarrolló un método para la pintura mural teotihuacana, el cual

consiste en estudiar la continuidad estilística y su cambio basado principalmente en la

presencia o ausencia de motivos y en un orden seriado de variaciones y cambios en

combinación con asociaciones de elementos. Con este método encontró seis divisiones o

periodos pictóricos que permiten ver el desarrollo de ésta manifestación cultural (Ibid.: 3-

4). La autora menciona cuáles son las pinturas de los conjuntos y edificios que pertenecen

a cada una de las fases cronológicas teotihuacanas y sus características estilísticas

173
_________________________________ ______________________________

principales. Dentro de la misma tendencia podemos citar a Pasztory (1976), quien se

dedicó al análisis de las pinturas murales de Teotihuacán, particularmente de Tepantitla y

estableció los diferentes cambios estilísticos mediante un análisis de formas y técnicas,

así como las representaciones de los motivos religiosos. No discutimos la relevancia del

trabajo de ambas autoras, pero desde nuestro punto de vista, el hecho de basar un

estudio de la iconografía y de la pintura mural únicamente en el estilo, limita el análisis, ya

que los signos y símbolos son el producto de una cosmovisión e ideología impuesta por

una clase social. Para entender un código tenemos que partir del análisis de la formación

económica - social para luego comprender los mecanismos que utilizaron los miembros

de la clase dominante para someter a la clase dominada.

Kubler (1972) señala dos criterios frecuentemente utilizados para el estudio de la

iconografía de Teotihuacán1. El primer criterio está relacionado con la conexión que

algunos autores han tratado de hacer con la sociedad mexica, a pesar de la diferencia

temporal que existió entre ambas sociedades. El segundo criterio que observó es aquel

en donde se ve a las imágenes como representaciones fieles de la realidad, como

especies biológicas y objetos cotidianos, a pesar de que muchas de esas imágenes no se

encuentran en la realidad palpable (Ibid.: 69). Para Kubler hay una solución intermedia

consistente en un modelo lingüístico que:

“examine cada forma en cuanto a su función verbal, ya se trate de


nombre, adjetivo o verbo (...) nuestro modelo lingüístico está construido
en la suposición de que las imágenes teotihuacanas no sólo
corresponden a las formas naturales, sino que también designan
comparaciones más complejas, tal y como se usan en letanías y en el
arte litúrgico, donde por medio de metáforas o imágenes alógicas se
evocan poderes, fuerzas y presencias” (Ibid.: 74-75).

1
Después también señalados por Morelos (1991), como discutimos párrafos atrás en este capítulo.

174
_________________________________ ______________________________

En su propuesta, Kubler identifica siete formas en la composición de la pintura

mural para llegar a su interpretación: nombre y adjetivo, jerarquía, motivos simples y

compuestos, motivos de frente y de perfil, alternancia, enmarcamiento y orillas y

conjuntos iconográficos. Si bien se ha observado que en la pintura mural existen ciertas

constantes en cuanto a la composición, también es cierto que el contexto varía y que es

necesario tomar en cuenta elementos como la arquitectura, el contexto espacial y la

cronología.

Langley (1986) desarrolló una metodología para analizar los símbolos de

Teotihuacán, estableciendo una relación entre los símbolos y su contexto como parte de

un sistema de comunicación. El autor se basó en la propuesta de Kubler sobre los signos

agrupados, llamados clusters y analizó elementos de la pintura mural, cerámica y

escultura. Uno de los problemas a los que se enfrenta el autor es el de distinguir entre los

signos notacionales (notational signs), los motivos decorativos y símbolos no notacionales

(no-notational), ya que según él, visualmente no hay una diferencia intrínseca (Ibid.: 15).

Langley distingue básicamente tres tipos de signos con relación al contexto. Uno es el

estructural que se encuentra en los bordes y en los fondos; el segundo lo llama simbólico

por presentar imágenes abstractas y el tercero lo distingue como representaciones

naturalistas. Por otro lado, nos presenta una clasificación de los signos de acuerdo a sus

características y a cómo se presentan regularmente: el signo individual, que es el más

elemental, los agrupamientos simples o signos compuestos. En este punto surge la

discusión sobre el uso de los signos: decorativo o simbólico. Este autor observa la

complejidad del concepto “simbólico”, por tal motivo establece el término de signo

rotacional (notational sign) como una solución para estudiar algunos de los símbolos más

recurrentes en la iconografía teotihuacana. Este concepto se refiere a la comunicación

escrita (Ibid.: 12).

175
_________________________________ ______________________________

Von Winning publicó en 1987 un estudio detallado de los símbolos y signos

relacionados con conceptos asociados a deidades. El autor hace un inventario

iconográfico de motivos que divide básicamente en imágenes humanas o antropomorfas,

animales y vegetales, imágenes compuestas, signos y glifos.

En 1973 Miller publicó un estudio exhaustivo consistente en registrar y analizar

fotográficamente y con dibujos, todos los murales conocidos en Teotihuacán hasta ese

momento, tanto los que estaban in situ así como los fragmentos que fueron retirados para

su restauración y los resguardados en bodegas y museos. En su obra “The Mural Painting

of Teotihuacán”, propuso una clasificación de los murales de acuerdo a la composición

pictórica. Identificando nueve categorías de composición:

1. Figuras de perfil en procesión: Incluye figuras de perfil con elaborados atuendos


que parecen estar en movimiento, indicando la dirección hacia la que van. Pueden
tratarse tanto de figuras antropomorfas como zoomorfas.
2. Figura de frente: Se refiere a la categoría que comprende figuras antropomorfas y
zoomorfas vistas de frente.
3. Figuras de frente con figuras de perfil: En esta categoría se combinan las dos
anteriores.
4. Escenas: Compuestas de elementos con algunas de las categorías anteriores.
5. Imágenes heráldicas: Están conformadas por imágenes naturalistas y formas
creadas por el hombre que debieron ser reconocibles para los antiguos
teotihuacanos, compuestas por ideas y conceptos abstractos.
6. Motivos naturalistas: Esta categoría comprende figuras que podemos reconocer
por tratase de cosas de la naturaleza.
7. Parafernalia ritual: Un tema que aparece como un elemento accesorio en la
composición de un mural, en esta categoría se convierte en un tema importante o
en el diseño principal por sí mismo.
8. Diseños geométricos o diseños curvos: estos se presentan usualmente como un
accesorio de la composición, como son los bordes.
9. Formas arquitectónicas: Son motivos que representan templos u otro tipo de
edificios o espacios arquitectónicos.

176
_________________________________ ______________________________

2. Cronología

2.1 Épocas, fases técnicas y estilísticas

Para lograr un análisis comparativo de la pintura mural de La Ventilla se deberá partir de

una cronología enfocada a la tradición pictórica en Teotihuacán. Gómez y Padilla (1998)

realizaron una propuesta cronológica para la pintura mural de La Ventilla. Los autores

señalan que en el estudio de la pintura mural debe considerarse “no solamente el aspecto

artístico, técnico o iconográfico, sino además el cronológico y contextual” (Ibid: 201-202).

Este trabajo considera la secuencia estratigráfica y los materiales recuperados bajo los

pisos de esos espacios, así como al contexto arquitectónico de los espacios con pintura

mural. Aunque no se establecen etapas o fases por tratarse de resultados preliminares, si

se hace referencia a qué y cuántos niveles de ocupación se identificaron en La Ventilla y

cuáles murales corresponden a cada uno.

En un trabajo posterior, Gómez y Gazzola (en prensa) establecen cuatro épocas

de la pintura mural a partir de un análisis diacrónico y sincrónico de las pinturas de La

Ventilla; estas cuatro épocas están en correspondencia con el proceso histórico de la

sociedad teotihuacana. Pensamos que una propuesta que considere el desarrollo social

como base para explicar los cambios en las imágenes de la pintura mural tendrá mayores

alcances, ya que es al interior de la sociedad y del sistema de las relaciones sociales

donde puede llegar a comprenderse el código, a quién o quiénes estaba dirigido y quiénes

podían utilizarlo como medio de comunicación y como una manera de resaltar y justificar

el estatus de una de las clases sociales fundamentales. La propuesta de los autores

considera que:

177
_________________________________ ______________________________

cada época de la pintura mural refiere cambios y procesos económicos y


sociales complejos, relacionados con el desarrollo de la sociedad, de la
dinámica interna del sistema y de sus contradicciones. Dichos procesos
corresponden con la innovación e introducción de nuevos elementos
simbólicos que nos permitirían reconocer líneas generales del desarrollo
(Ibid.).

La metodología empleada por los autores para el análisis de los murales de La

Ventilla y otros conjuntos consistió en tomar toda la información disponible relacionada

con la pintura mural como la estratigrafía, la cronología, las técnicas pictóricas, el uso de

pigmentos, los motivos y la composición, así como el contexto arqueológico (Ibid.: 4).

Existen otras propuestas cronológicas como la de Sonia Lombardo (1995) y Diana

Magaloni (1995, 1998), quienes establecen una periodificación distinta con base a otros

criterios. Lombardo establece cinco fases de acuerdo al estilo de los murales “tratando de

correlacionarlas con el proceso cultural” (op.cit.: 18), pero concretamente su trabajo se

centra en el estilo y la iconografía. Si bien no establece fechas para cada fase, su

cronología la respalda con la propuesta de Magaloni, quien plantea una cronología

pictórica con base al análisis de los enlucidos de fragmentos de murales in situ. Estos

datos fueron correlacionados con los niveles estratigráficos de la arquitectura, “de esta

manera –señala el autor- fue posible dar una dimensión temporal y obtener fases técnicas

que sirven de base a la datación” (1995: 196), sin embargo como señalan Gómez y

Padilla (1998), el problema es la asociación de los murales con fases cerámicas, lo que

evidentemente denota un problema de orden metodológico.

Magaloni establece básicamente cuatro fases técnicas en donde cada fase reúne

ciertas constantes técnicas complementado con variantes estilísticas (atributos de factura,

color, motivo y organización del discurso visual). Esta autora aclara que el tomar en

cuenta el estilo en su estudio no tiene la pretensión de crear una secuencia estilística,

178
_________________________________ ______________________________

“sino incorporar a los grupos técnicos que trazan una periodización, elementos que

puedan facilitar reconocer las fases técnicas a simple vista” (Ibid.: 197) (Figura 5.1).

1. Muro de tezontle cal


y tierra.
2. Mortero: cal más
cuarzo volcánico.
3. Enlucido: cal más
cuarzo volcánico.
4. Capa de pigmento.
5. Capa microcristalina
de carbonato de
calcio.

Figura 5.1. Proceso de aglutinación del color. Técnica al fresco.


(Tomado de Magaloni 1995)

Nosotros partimos del principio de que más allá de formas y motivos polícromas

representadas en muros de estructuras arquitectónicas, la pintura mural comprende otros

aspectos que deben ser considerados, tal es el caso de la técnica pictórica, ya que es un

indicador del desarrollo tecnológico y de la especialización lograda por la sociedad

teotihuacana en esta actividad, que fue cambiando a lo largo de los casi seis siglos de su

existencia. El desarrollo en la técnica de manufactura es indicativo de un mayor

conocimiento del uso de materiales para la elaboración de los soportes (enlucidos), de los

colores y los pigmentos, aspectos estrechamente relacionados con el desarrollo

económico y social.

A continuación haremos una revisión comparativa de las propuestas de Magaloni

(1995, 1998) y de Gómez y Gazzola (en prensa) para identificar relaciones y

coincidencias entre ellas, considerando que sus criterios son diferentes aunque el objeto

de estudio sea el mismo, la pintura mural.

179
_________________________________ ______________________________

Fase Miccaotli

• Época 1: 150 – 200 d.C. (Gómez y Gazzola en prensa)

• Fase técnica I (desde la fase Tzacualli): 1 – 200 d.C. (Magaloni 1998)

Como ya señalamos y de acuerdo con la evidencia arqueológica, la pintura mural en

Teotihuacán comenzó en esta fase, coincidiendo con una gran actividad constructiva.

De acuerdo con la propuesta de las épocas de la pintura mural establecida por

Gómez y Gazzola (op.cit.: 6) los materiales cerámicos asociados con los espacios con

pintura de la primera época se encuentran en los niveles más profundos de La Ciudadela,

antes de la construcción del Templo de la Serpiente Emplumada y temporalmente más

temprano que La Ventilla; en este caso concreto “se trata de fragmentos con diseños

naturalistas y geométricos policromos, pintados en verde, amarillo, rojo, naranja y negro

realizados sobre aplanado de barro y sobre estuco” (Ibid: 6) (Foto 3). También Magaloni

(1995: 205) asocia pintura mural de La Ciudadela (Estructura 1B’) con la primera fase

técnica, aunque hasta ahora no ha podido confirmarse con excavaciones estratigráficas.

Tanto Gómez y Gazzola como

Magaloni observan que la pintura mural

presenta motivos naturalistas y

geométricos usándose el rojo en sus

diversos tonos incluyendo uno naranja y

otro rosa, así como negro sobre el estuco

blanco. Gómez y Gazzola señalan la

utilización de verde y amarillo (op.cit.).


Foto 3. Pintura mural representativa de la Época 1 de
la pintura mural según Gómez y Gazzola (en prensa).
El análisis de los soportes (Foto Julie Gazzola).

correspondientes a la primera fase demostró que la técnica de los enlucidos es muy

diferente a la de las fases posteriores, principalmente por que no contiene arena cuársica

y por el patrón de distribución del material de carga (Magaloni 1995).

180
_________________________________ ______________________________

Fase Tlamimilolpa Temprana

• Época 2: 200 – 250 d.C. (Gómez y Gazzola en prensa)

• Fase técnica II: 200 - 300 d.C. (Magaloni 1995)

Gómez y Gazzola señalan que la pintura mural durante la segunda época se plasmó

básicamente sobre muros y fachadas de edificios religiosos, así como en basamentos de

altares, templos y en aposentos adjuntos a plazas relacionadas con funciones rituales

(op.cit.: 7). Sin embargo Magaloni, menciona que los murales que pertenecen a la

segunda fase técnica corresponden sólo al conjunto de Tetitla, lo que pensamos es

limitado si tomamos en cuenta la gran cantidad murales en Teotihuacán, ya que sin duda

hubo bastante producción de pintura mural durante esta fase considerando también el

aumento en la actividad constructiva.

En cuanto a la iconografía, Gómez y Gazzola identifican como formas

predominantes en esta época los motivos geométricos como motivos entrelazados,

ganchos, volutas, motivos almenados o caracoles seccionados (por ejemplo La Ventilla y

La Ciudadela), todos relacionados con conceptos básicos del “pensamiento cosmogónico,

las fuerzas creadoras del universo y conceptos como la renovación, la tierra, el cielo, el

inframundo y la fertilidad” (Ibid.: 7). Por su parte Magaloni establece como formas

representativas de la segunda fase técnica seres y objetos de la naturaleza (aves, felinos,

etc.) y signos como el trílobe, las vírgulas del sonido, anteojeras, etc. (1995: 217).

Ambas propuestas identifican el predominio del rojo en sus diferentes tonos. En

este sentido Magaloni hace notar que esta particularidad es el resultado de la intención de

“representar una forma particular de la luz en su versión nocturna”, inaugurando “las

representaciones «monocromas» en distintos tonos de rojo” (1995: 215).

En cuanto a la técnica del enlucido hay un cambio en el material de carga con la

utilización de arena de cuarzo de gran tamaño, así como trozos de carbonato de calcio

que seguirían utilizándose en las fases técnicas posteriores (Foto 4).

181
_________________________________ ______________________________

Tablero con entrelaces y conchas, Patio Bordes Rojos.


Barrio La Ventilla.
(Tomado de De la Fuente, 1995.
Foto María Elena Ruiz Gallut)

Caracoles seccionados. Ciudadela. Templo de Bordes Rojos. Patio


(Tomado de De la Fuente, 1995. Bordes Rojos. Barrio La
Foto Rubén Cabrera.) Ventilla.
(Foto Roberto Magdaleno)

Foto 4. Murales representativos de la Época 2 de la pintura mural según


Gómez y Gazzola (en prensa)

182
_________________________________ ______________________________

Fase de transición 2 – 3: Tlamimilolpa Temprana-Tlamimilolpa Tardía 250 - 300 d.C.

(Gómez y Gazzola en prensa).

Fase de transición II – III: Tlamimilolpa Tardía 300- 450 d.C. (Magaloni 1998)

Gómez y Gazzola identifican una época de transición que denominan 2-3 de la pintura

mural, caracterizada por presentarse, igual que en la época anterior, en edificios de

carácter religioso (op.cit.: 10). Los autores observan la introducción de otros colores

además de rojo en sus diferentes tonos.

Para esta época de transición son características “las volutas y diseños

entrelazados, cuadrados, rectángulos y bandas diagonales en tableros”, así como

“círculos concéntricos (chalchihuites) en las molduras de los tableros” (Ibid.). Aparecen

nuevos símbolos relacionados con Tláloc y con el sacrificio. Señalan también que

posiblemente “al final de ésta fase de transición también se incorporaron los primeros

elementos zoomorfos, motivos híbridos y fitomorfos” y los primeros complejos

ideográficos. Consideran además que en esta época se presentan por primera vez los

rasgos naturalistas y seres míticos (Ibid.: 11). Estas observaciones corresponden con

cambios sociales que ya varios autores han señalado y que se venía gestando en la

ciudad desde la fase anterior (Miccaotli).

Los murales de La Ventilla que pertenecen a esta fase son los que se localizan en

el Patio de los Chalchihuites y en la subestructura de la Plaza Oeste, en el Conjunto de

Los Glifos, (op.cit.: 13).

Es importante mencionar con relación a las fases técnicas, que en la publicación

de su estudio en 1995, Magaloni menciona que “no fue posible establecer

diferenciaciones perceptibles entre el periodo Temprano y Tardío” (1995: 200) de la fase

Tlamimilolpa por lo que tomó la decisión de agrupar los murales de ambas subfases en

una sola. Posteriormente en la publicación de 1998, la autora estableció una fase de

transición para señalar los cambios que logró identificar entre Tlamimilolpa Temprana y

183
_________________________________ ______________________________

Tardía. Esta fase la denominó Fase de transición II – III, quedando de la siguiente

manera: segunda fase técnica en Tlamimilolpa Temprano y la de transición en

Tlamimilolpa Tardío. En cuanto al color, observó el empleo del verde en varios tonos, el

amarillo, naranja y azules, pero la característica principal de esta fase son las diferentes

graduaciones del color, es decir, un juego tonal de los colores. La autora reconoce una

tecnología pictórica más desarrollada con acabados de mejor calidad (Ibid.: 237), aunque

no se mencionan las formas o motivos que caracterizan esta fase de transición. Con

respecto a los soportes, en la fase de transición se presentan características similares a la

segunda y tercera fase, con la particularidad de que en ésta se muelen con más técnica

los cuarzos volcánicos, teniendo como resultado cargas de tamaño regular. También se

agregan feldespatos de forma alargada y estrecha a las cargas, lo que facilita que la

mezcla tenga un mejor repartimiento de las cargas en la matriz de cal y una mayor

uniformidad en la resistencia mecánica de ésta (Ibid.: 228) (Foto 5).

• Época 3: Fase Tlamimilolpa Tardía – Xolalpan Temprana. 300 – 450 d.C. (Gómez y
Gazzola en prensa).
• Fase técnica III: Xolalpan Temprana – Xolalpan Tardía. 450 – 650 d.C. (Magaloni

1995, 1998).

Tanto Gómez y Gazzola (ob.cit.: 14) como Magaloni (ob.cit.) identifican el cambio de la

línea negra por la roja para delinear los diferentes motivos. La paleta cromática es variada

para lo que utilizaron diversos pigmentos minerales para lograr el azul (azurita), amarillo

(limonita, lepidocrosita), verde (malaquita), y rojo (hematita y ocres).

Las representaciones geométricas desaparecen, en tanto que las naturalistas se

incrementan y van a caracterizar esta etapa. Se pintan motivos zoomorfos como cánidos,

felinos, y aves que aparecen tanto de perfil como de frente. Los motivos antropomorfos

aparecen en un primer momento representadas solamente con el torso, cabeza y brazos;

184
_________________________________ ______________________________

posteriormente se presentan de cuerpo completo vistas de perfil (Gómez y Gazzola

ob.cit.: 15).

Tablero con símbolos


trilobulados, gotas, cuchillos y
chalchihuites. Plaza
Chalchihuites. Barrio La Ventilla.
(Tomado de De la Fuente, 1995.
Foto María Elena Ruiz Gallut)

Subestructura. Templo de los


Caracoles Emplumados.
(Tomado de De la Fuente,1995.
Foto Pedro Cuevas)

Templo de la Agricultura.
(Tomado de De la Fuente, 1995.)

Foto 5. Murales representativos de la Fase de transición 2-3 según


Gómez y Gazzola (en prensa)

185
_________________________________ ______________________________

La tecnología y los acabados de la pintura mural desarrollada durante la tercera

fase técnica son mejores que las anteriores. Debido a sus características técnicas, el

conglomerado de cal y arena tiene una mayor resistencia (Magaloni 1995: 205). El

manejo del color para estas fases parece tener la intención de “crear la sensación de ser

vistas con una luz especial” (Ibid.) mediante el uso de contraste tenues. La autora

caracteriza la iconografía de esta fase técnica por la superposición y yuxtaposición de

elementos.

Aparecen las “cenefas como partes integrantes y reforzadoras del discurso

simbólico”, por ejemplo las cenefas trenzadas, que son representativas de esta fase (Ibid.:

221).

Los murales de La Ventilla que pertenecen a esta época son los que se ubican en

la Unidad Patio Jaguares (Nivel Jaguares) del Conjunto de los Glifos y las

representaciones de “tocados” y elementos acuáticos en el Conjunto 4C (Gómez y

Gazzola ob.cit.) (Foto 6).

Diosa de jade. Tetitla.


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16, 1995.)
Pórtico norte, Patio Jaguares, Barrio
La Ventilla,
(Tomado de De la Fuente, 1995.
Foto María Elena Ruiz Gallut.)

186
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Tocado, Pórtico 1 del Conjunto 4C, Barrio La Cuarto 18, Tetitla.


Ventilla. (Tomado de De la Fuente, 1995.
(Tomado de De la Fuente, 1995. Foto Pedro Cuevas.)
Foto María Elena Ruiz Gallut.)

Foto 6. Murales representativos de la Época 3 de la pintura mural.

• Época 4: Fase Xolalpan Tardía – Metepec. 450 – 600 d.C. (Gómez y Gazzola en

prensa).

• Fase técnica IV: Metepec. 650 – 750 d.C. (Magaloni 1995, 1998).

En la cuarta época se distingue el uso exclusivo del color rojo en diversos tonos y

líneas del mismo color para el contorno de los motivos. En cuanto a las representaciones,

predominan los personajes con armas, escudos y flechas; por otro lado están aquellas

imágenes relacionadas con el sacrificio, cuchillos y corazones sangrantes (Gómez y

Gazzola en prensa: 18). La iconografía de esta fase de la cronología teotihuacana

presenta un carácter bélico, reflejando la situación por la que atravesaba la antigua

ciudad, manifestando un cambio social y político drástico ante la difícil situación que debió

haberse presentado. Los autores proponen la instauración de un grupo militar o la

transformación de las funciones de la elite a una de tipo bélico como respuesta a un

nuevo modo de vida, representados en la pintura mural por imágenes de felinos, coyotes

y aves con armas (Ibid.: 21).

187
_________________________________ ______________________________

Los murales en los conjuntos ocupados por la elite, cuyo acceso debió haber
sido restringido a la mayoría de la población, habían cumplido la función de
destacar su pertenencia a una orden o casta militar, exaltando y reforzando su
idiosincrasia particular (Ibid.: 19).

Para Magaloni esta fase se define por la complejidad de su estructura y una

técnica avanzada en la fabricación de un conglomerado resistente. Las cargas silícicas y

la matriz de cal son casi equivalentes. Los enlucidos de esta fase parecen estar hechos

para soportar el intemperismo (1998: 230). Al parecer se siguen utilizando los mismos

colores. Tanto la forma como el color no pudieron ser estudiados como en las fases

anteriores por contar sólo con algunos fragmentos (1995: 216) (Foto 7).

Existe evidencia de situaciones de conflicto social durante las últimas fases

teotihuacanas en La Ventilla, reflejado por la invasión al espacio público más importante

del barrio, en donde se construyeron una serie de viviendas y se restringió el acceso a

calles. Gómez y Gazzola (ob.cit.: 17-18) señalan que es muy posible que en la fase

Metepec ya no hubo producción de pintura mural “debido a la crisis social y económica”

que padecía la ciudad y que culminaron en su abandono y destrucción. Los materiales

recuperados identificados como Metepec se encontraron entremezclados y cubiertos con

materiales de derrumbe por lo que es dudoso asociar la hechura de la pintura mural de los

últimos niveles.

Como se puede observar, ambas propuestas tienen algunas coincidencias, sin

embargo, reiteramos lo que señalaron Gómez y Padilla (1998) al respecto del problema

metodológico de la cronología de Magaloni, ya que las fases fueron establecidas con base

en la cronología cerámica. Evidentemente la pintura mural debió tener un desarrollo

independiente a la cerámica y la cronología debería hacerse de acuerdo a una secuencia

estratigráfica, aspecto que fue tomado en cuenta en la propuesta de Gómez y Gazzola, la

188
_________________________________ ______________________________

cual utilizaremos como base para desarrollar nuestra propuesta y ubicar temporalmente

los murales de La Ventilla.

Pórtico 1, Conjunto del Quetzalpapálotl.


(Tomado de De la Fuente, 1995.
Foto Pedro Cuevas.)
Patio Blanco, Atetelco, Teotihuacán
(Tomado de Arqueología Mexicana N° 16,
1995.)

Mural 2 . Patio Blanco, Atetelco.


(Tomado de De la Fuente 1995.)

Foto 7. Murales representativos de la Época 4 de la pintura mural según Gómez


y Gazzola (en prensa)

189
_________________________________ ______________________________

3. Iconografía en Teotihuacán

3.1 Aspectos generales de la Iconografía

En el estudio de la pintura mural y la función de los espacios es fundamental analizar el

significado de las imágenes. Primer tenemos que definir lo que entenderemos por imagen

y por qué, ya que será el punto de partida para desglosar las partes que integran el mural

y que nos permitirán observar los componentes del código y entonces poder hacer una

interpretación de la pintura mural.

Miller define la imagen como “la cualidad pictórica de un mural, ya que el resultado

final de la pintura es producir una imagen” (1973: 24). Más que la cualidad pictórica, la

imagen es el resultado de la unión de elementos con contenido simbólico que conforman

un código; éste tiene como finalidad transmitir ideas, mitos, relatos y creencias.

Todo acto comunicativo se funda en un código que se define como un sistema o

conjunto de símbolos que permite formular un mensaje, el cual está estrechamente

relacionado con aspectos sociales, políticos, económicos y religiosos (cfr. Morelos 1991).

La mayor parte de las imágenes presentadas en los murales tienen un carácter religioso,

pero su interpretación también puede hacerse considerando criterios de índole social y

política.

El código simbólico dentro de una estructura social precapitalista (como


Teotihuacán) debió haber servido para reproducir de manera extensa la filosofía,
las creencias, las costumbres, las normas de comportamiento social, las
determinantes sociales y los lineamientos político-ideológicos, que permitían
mantener constantes o inalterables las relaciones sociales (Morelos ob.cit.: 235).

Cuando hablamos de código queremos decir que se trata de un sistema de

comunicación, aunque esto no significa que sólo podemos explicarlo por medio de

categorías lingüísticas. También podemos estudiar fenómenos comunicativos como

códigos visuales (Eco 2000: 187). Para nosotros la pintura mural en Teotihuacán tuvo

190
_________________________________ ______________________________

como propósito, entre otras cosas, comunicar y transmitir mensajes con una carga

ideológica, religiosa y política. Por lo tanto, consideramos la pintura mural como un

sistema de comunicación visual compuesto por símbolos.

Siguiendo con el concepto de sistema, en el entendido de que se trata de un

conjunto de elementos que se relacionan entre sí (código) para comunicar o transmitir un

mensaje, la semiótica de los sistemas plantea que existen tres relaciones signo–objeto

(Pierce citado por Eco 2000: 183-190). Estos son el icono, índice y símbolo.

Nuestra propuesta considera a la pintura mural como un sistema de comunicación

visual. En el caso del código visual vamos a utilizar una serie de conceptos que nos

ayudarán con el análisis de los murales. Estos conceptos categorizan elementos

perceptibles que articulan el código y nos sirven para establecer niveles en la complejidad

de significación:

• Motivo: es el tema básico de una composición o imagen. Este concepto nos servirá

para la descripción de cada elemento antes de interpretar su posible contenido.

• Símbolo: es un signo convencional que presenta las propiedades del objeto. Forma

parte de un “lenguaje” codificado. Un sustantivo, un relato, una convención iconográfica,

es decir, es un signo establecido y reconocido por un grupo o sociedad. El símbolo es una

creación del hombre, resultado de su necesidad de explicarse una realidad inalcanzable e

incompresible para su mente, por lo que crea el símbolo para expresar algo que

sobrepasa lo obvio o lo inmediato. Es cuando transforma un objeto, acto o palabra, en

algo que lo trascienda (Nájera 1987: 15). Es un motivo con un significado mucho más

profundo y complejo de lo que se observa a simple vista. El símbolo es para comunicar

esa realidad incomprensible a un grupo social que tiene acceso a sus significados (Eliade

citado por Nájera ob.cit.).

191
_________________________________ ______________________________

• Enunciado icónico: (Ibid.: 224) están conformadas por símbolos. El enunciado

icónico es lo que comúnmente llamamos imágenes. En otras palabras, es el resultado

final de la pintura mural, un mensaje estructurado mediante una serie de símbolos (Figura

5.2).

Motivo:
Antropomorfo.

Motivo: Zoomorfo. Imagen:


Enunciado icónico
conformado por todos
los elementos presentes
en el mural.

Símbolo: Felino. Lo que representa este animal,


todo las propiedades que quieren transmitirse
como concepto. Cualidades, grupos sociales,
deidades, fenómenos naturales, etc.

Figura 5.2. Elementos para el análisis de la pintura mural

192
_________________________________ ______________________________

El problema que encontramos en el análisis de la iconografía teotihuacana es el

reconocimiento de un símbolo, ya que debe haber una experiencia adquirida en torno al

conocimiento sobre la ideología y la cosmovisión de los antiguos pobladores de

Teotihuacán. Es precisamente en esta cuestión que resulta difícil la lectura de los

murales, ya que nuestra experiencia evidentemente es distinta a la de los antiguos

pobladores de Teotihuacán o que poseían una visión generalizada del mundo natural y

sobrenatural.

En general observamos que en Teotihuacán hay símbolos que se presentan en

determinados contextos, pintados en ciertos elementos arquitectónicos, en espacios o

conjuntos arquitectónicos y asociados con otros símbolos en particular.

Glifo: Von Winning (1987) establece de manera errónea que los glifos son “signos que

están enmarcados por un cartucho y contienen un mensaje”. Consideramos que esta

definición es limitada, ya que los glifos no siempre están enmarcados por un cartucho

aunque evidentemente contienen un mensaje. Los glifos pueden ser calendáricos ya que

algunos se componen de numerales aunque otras veces sólo aparece el símbolo que

puede representar el nombre de una persona o de un lugar (topónimo). Esto implica un

sistema de escritura (ideográfica), que puede estar expresado en la pintura mural, la

escultura, la cerámica y en los códices2.

Algunos autores han observado y señalado la existencia de glifos en la pintura

mural como una clara manifestación de escritura en Teotihuacán. Sobre este aspecto

Taube propone la existencia de un “complejo sistema de escritura jeroglífica”, identificable

tanto en la cerámica como en la pintura mural (2000: 2). El autor identifica tres tipos de

glifos de acuerdo al contexto temático, reconociendo así un sistema de escritura en

193
_________________________________ ______________________________

Teotihuacán caracterizado, de acuerdo a su propuesta, por una serie de glifos de diversa

índole presentes tanto en la pintura mural como en la escultura y en la cerámica (Ibid.).

Sin embargo con el hallazgo de los glifos en el piso de La Ventilla se comenzaron

a generar nuevas hipótesis con respecto a la escritura teotihuacana. King y Gómez

(2004:1) reconocen que este hallazgo, “es hasta ahora, la evidencia más completa y

confirmada de escritura antigua al menos para el altiplano central” lo que también ha

permitido pensar en cuál fue la lengua de la antigua ciudad. En este sentido estos autores

realizaron un minucioso estudio y análisis de los glifos que relacionan con el sistema de

escritura Mixteca-Puebla, con el llamada proto-nahuatl-pochuteca. Con relación a estos

glifos, nuestro estudio no busca hacer una lectura de ellos o realizar algún análisis sobre

su origen y contenido, ya que nuestro objeto de estudio se centra en la pintura mural, sin

embargo se tomará en cuenta la propuesta de King y Gómez (ob.cit.) para inferir la

función de la Plaza donde se encuentran.

2
Lamentablemente se conservan pocos códices de la época prehispánica, estos pertenecen a las culturas
maya, mexica y mixteca principalmente. Para el caso teotihuacano no se ha encontrado ningún códice,

194
_________________________________ ______________________________

3.2 Los murales del Conjunto Templo del Barrio

(Frente de excavación 1)

3.2.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos

a) Unidad Patio Bordes Rojos (Miccaotli - Tlamimilolpa Temprano)

ƒ Época 2 de la pintura mural

ƒ Fase técnica II

Como señalamos en el primer capítulo, la característica principal de este nivel de

ocupación es la franja roja en las aristas de escalinatas, alfardas y muros de estructuras

que se encuentran distribuidas en torno a un patio. La pintura mejor conservada se ubica

en una estructura con talud y tablero que limita el patio por el norte, con su fachada

orientada al sur. En los lados oeste, sur y norte de este basamento se puede observar

pintura mural en buen estado de conservación (Figura 5.3).

Además de las franjas rojas en las aristas, se presentan tres motivos diferentes:

entrelaces o volutas entrelazadas, conchas o bivalvos e insignias de poder

Los motivos entrelazados se encuentran en el paño del tablero del muro oeste y del

muro sur, en este último sólo se conserva una porción en la esquina sureste. Se trata de

una serie de franjas pintadas de rojo con líneas blancas, delineados en rojo sobre un

fondo naranja. Estos motivos se han identificado como bandas o volutas entrelazadas que

algunos autores equivocadamente llaman “estilo tajinesco o totonaco” (Mercado y

Martínez 1995, Miller 1973, Cabrera 1995c, Marquina 1951) (Foto 8).

documento o manuscrito que nos pueda aportar datos sobre el sistema de escritura.

195
_________________________________ ______________________________

Figura 5.3. Murales de la Unidad Patio Bordes Rojos,


Conjunto Templo del Barrio

196
_________________________________ ______________________________

Motivos de entrelaces o
volutas entrelazadas

Foto 8. Motivos de volutas entrelazadas, Unidad Patio Bordes


Rojos

197
_________________________________ ______________________________

Motivos muy parecidos aparecen otros conjuntos, estructuras, objetos y esculturas

de la antigua ciudad: en el Templo Pintado de los Edificios Superpuestos, en la estructura

1B’ de la Ciudadela, en el Altar 53-sub del Complejo Calzada de los Muertos, también en

la Estela de La Ventilla y en objetos de cerámica (Foto 9).

Algunos autores han relacionado erróneamente estos motivos con grupos del

Golfo que habrían tenido influencia en Teotihuacán. Sin embargo existe un desfase

temporal que pone en entredicho la presencia temprana de estos grupos de filiación

totonaca, sobretodo del Tajín en Teotihuacán. La ciudad del Tajín se desarrolló hacia el

Clásico Tardío y el Posclásico, mientras que los motivos de volutas entrelazadas

aparecen en Teotihuacándurante la fase Tlamimilolpa Temprano (Clásico Temprano) y no

vuelven a pintarse en fases posteriores. Pascual también señala que muchos arqueólogos

han caído en el error de comparar los motivos entrelazados característicos del Tajín con

los que aparecen en algunos murales teotihuacanos, refiriendo que “los entrelaces [...]

nada tienen que ver con los totonacos, pero tampoco pueden asociarse con la cultura de

El Tajín. De hecho, existe un absoluto desfase cronológico [...]” (1995: 308). Por otro lado,

Angulo señala que la presencia más antigua de estos motivos está en la costa sur del

Golfo, en el área de La Mixtequilla en el Preclásico superior, extendiéndose

posteriormente hasta el Soconusco, y en la cuenca del río Tecolutla entre el 400 a.C. y el

600 d.C. (2004: 147).

En cuanto a qué representan los entrelaces, se ha señalado que representan “el

agua en movimiento del inframundo” (Angulo 2004, Gómez y Gazzola en prensa).

Consideramos que el origen o procedencia de estos motivos no determina conocer su

significado, ya que el simbolismo que encierran va más allá del tiempo y el espacio. Son

símbolos que remiten a la cosmovisión de los pueblos mesoamericanos que,

independientemente de las variaciones formales, revelan ciertos aspectos de la realidad,

198
_________________________________ ______________________________

de lo sagrado de tal importancia y trascendencia para el pensamiento religioso y la

cosmovisión, que han sobrevivido a lo largo de siglos3 (Eliade1999).

Foto 9. Entrelaces o volutas entrelazadas en murales de


Teotihuacán y en la estela de La Ventilla

3
“Las cosmovisiones indias, la mitología, las prácticas rituales, la territorialidad, son procesuales y están a su
vez insertas en procesos sociales dinámicos y cambiantes, pero al mismo tiempo son conceptos que persisten,
con pocos o lentos cambios, en las concepciones y prácticas sociales.” (Barabas 2003: 18).

199
_________________________________ ______________________________

Por lo tanto, proponemos que la ubicación de los motivos entrelazados en el paño

del tablero le otorgan una connotación simbólica especial como mensaje principal de la

pintura mural del templo. Los entrelaces hacen referencia a las aguas del inframundo,

simbolizan el Caos acuático que precede a la creación o a las aguas que están

contenidas dentro de la montaña representada por el basamento, el mismo que emerge

en el momento de la creación original, primigenia.

Los motivos de conchas o bivalvos que enmarcan las molduras de los tableros están

dispuestos en sucesión. Tienen la forma de valva, en anaranjado con franjas rojas (Foto

10).

Las conchas y los elementos asociados al mar o ambientes acuáticos en general

contienen un simbolismo relacionado con el surgimiento de la vida, con lo femenino, con

la fertilidad. El significado religioso de las conchas ha trascendido tiempo y espacio,

presentándose en la cosmovisión de una gran diversidad de sociedades en la historia de

la humanidad. Aparecen en ritos, en ceremonias de iniciación, en contextos funerarios,

que expresan el simbolismo del nacimiento y del renacimiento (espiritual) (Eliade 1999).

En el estudio de la iconografía mesoamericana, las conchas han sido relacionadas

con la fertilidad. La concha y el caracol fueron utilizados como símbolos:

reafirmando el agua o como elemento característico de ella. Acompaña a los


dioses como simple adorno o es símbolo específico de ellos. Adorna a altos
personajes, recalcando su rango político, religioso o social... Aparece en
escenas simbólicas y religiosas, a las cuales caracteriza o de las que participa,
y en las que representa el nacimiento o el sacrificio (Suárez, 1999: 42).

200
_________________________________ ______________________________

Motivos de conchas o
bivalbos

Foto 10. Motivos de conchas en moldura de tablero. Patio


Bordes Rojos

Angulo (1995: 75-76) agrupa algunos de los motivos de relacionados con el agua;

uno de estos grupos se refiere al agua marina en donde se encuentran todas aquellos

motivos asociados a elementos de éste ámbito, entre ellos están los gastrópodos que son

las conchas y caracoles

201
_________________________________ ______________________________

De acuerdo con Miller se trata de una categoría relacionada con los motivos

naturales, que aparecen de manera “secundaria” (1973: 22). Sin embargo consideramos

que los motivos en bordes o cenefas la pintura mural no son secundarios, si no que la

función era reiterar el mensaje y el simbolismo de la imagen central. Los motivos de

conchas que se presentan en forma consecutiva (en sucesión) en la moldura superior e

inferior de los tableros del templo, que están la connotación acuática del motivo del

tablero.

Los motivos de conchas encierran un simbolismo complejo que no tuvieron como

finalidad representar al objeto en sí. Es decir, pintar una concha no tenía como finalidad

representarla como tal, sino un concepto asociado a ésta. En el caso del mural al que

hacemos referencia, las conchas de la moldura del tablero están reforzando el mensaje

del paño, relacionado con las aguas primordiales. Se trata de un motivo que simboliza,

por un lado, el elemento acuático, y por otro la semilla de donde surgirá la vida, el mundo,

el Cosmos.

Los motivos o insignia de poder también llamados “almenados”4 aparecen en el muro

oeste, por encima del tablero, donde se observan varios de los mismos pintados en rojo

sobre el fondo blanco y enmarcadas por una franja roja (Foto 11). Un motivo similar se

encuentra en el muro que formaba el pórtico del templo. En la misma estructura norte

pero en la parte posterior, también se encontró este motivo pintado pero de mayor tamaño

también en rojo sobre blanco y una franja roja vertical en el extremo oeste.

202
_________________________________ ______________________________

Motivo almenado

Foto 11. Insignia de poder. Patio Bordes Rojos

Los motivos de este tipo también se identifican como caracoles seccionados

(Mercado y Martínez ob.cit.). Fragmentos de murales con los mismos motivos se

observaron en otros espacios del conjunto, pertenecientes a la misma fase, lo que nos

indica que todo el conjunto debió presentar murales similares en esa fase de ocupación

correspondiente a Miccaotli-Tlamimilolpa. Motivos similares aparecen en la pintura mural

de una estructura en La Ciudadela5 (Foto 12).

4
Denominadas así por su similitud con las almenas, elementos arquitectónicos.
5
Estructura próxima al lado norte del Templo de la Serpiente Emplumada, Ciudadela.

203
_________________________________ ______________________________

Como señalamos antes, Miller (1973) propone una categoría de composición de la

pintura mural teotihuacana que corresponde a motivos heráldicos. Esta comprende

formas naturales o construidas por el hombre que se relacionan con ideas o conceptos.

Los motivos heráldicos se componen de elementos complejos que para nosotros no son

inmediatamente reconocibles o identificables (Ibid.: 22). De acuerdo con esta propuesta,

Gómez considera que caracoles seccionados expresan metafóricamente el “lugar

originario o fundacional del barrio, y el lugar alrededor del cual se establece el

asentamiento de la comunidad” (2000: 20). Nosotros proponemos llamar a este tipo de

motivos “insignias de poder”, ya que consideramos que se refieren a símbolos que

utilizaron los grupos de élite para identificarse a sí mismos, para ser reconocidos por la

sociedad, como un emblema.

Evidentemente este tipo de motivos tienen una asociación con la forma en cómo

se concibe el ordenamiento y el origen del cosmos en los tiempos primigenios. Por lo

tanto, podremos

encontrar en otros

templos de barrio de la

misma época estos

motivos, ya que

simbolizan la superficie

que emerge de las

aguas primigenias. En

este sentido, el caracol,


Foto 12. Insignia de poder. Caracoles seccionados,
símbolo del origen y del La Ciudadela

inframundo (Nájera 1987: 96), estaría simbolizando esta idea del lugar originario o de

fundación del barrio.

204
_________________________________ ______________________________

Los murales que hemos descrito se presentan en basamentos que sostenían

templos y que limitan un patio. Señalamos anteriormente que un basamento tiene una

implicación simbólica asociado a la montaña, enlace entre los niveles o planos cósmicos

(inframundo, tierra, cielo), es decir, el basamento representa a la montaña que une los

diferentes planos en los que se halla separado el cosmos. Los basamentos y los murales

de este espacio sagrado son una hierofanía, donde se revela que la pirámide, es decir el

templo, la montaña que emerge es el “Centro del Mundo”. A partir de este axis mundi fue

que se constituyó el mundo y la primera comunidad de manera semejante a cómo los

dioses lo hicieron en los tiempos inmemoriables.

Resumiendo, los murales simbolizan el surgimiento, el nacimiento del mundo a

partir del Caos representado por las aguas del inframundo que es lo que precede a la vida

y la sigue (Eliade ob.cit.). De esta agua emergen las “montañas” o “cerros”. Pero también

las montañas o cerros seguían conteniendo las aguas subterráneas del inframundo6.

Los murales con este tipo de motivos simbolizan el lugar de fundación, ya que los

encontramos en los edificios más antiguos del barrio. Son el emblema de la fundación del

barrio, del lugar sagrado para la nueva comunidad. Este espacio sagrado conformado por

los templos sobre basamentos que metafóricamente representan montañas o cerros, fue

el “Centro del mundo”, es decir, el centro del barrio a partir del cual se asentó la

comunidad (cfr. Gómez en prensa). La fundación se hace a partir de un ritual que repite

“el acto ejemplar de los dioses”, reproduce la creación del mundo y la santificación del

tiempo sagrado (Eliade ob.cit.). La importancia de este espacio se refleja en el simbolismo

conformado por la pintura mural y la arquitectura. Al tratarse del Templo del Barrio, era

necesario reafirmar y acentuar su función y significado para el barrio, donde sus

ocupantes además de dirigir las fiestas religiosas, también habrían participado en la

6
El binomio de la montaña y el agua son el símbolo de la fertilidad y de la abundancia en la cosmovisión
mesoamericana y de los pueblos indígenas actuales (Barabas 2003, Broda 1997, Gómez en prensa).

205
_________________________________ ______________________________

“administración de los recursos del barrio, regulando y supervisando las actividades

comerciales, el intercambio en el tianguis” (Gómez en prensa: 10). De ahí que el mensaje

esté vinculado con las actividades económicas y sociales llevadas a cabo allí, como el

lugar central y eje del barrio, en donde se administraban y distribuían los recursos, se

almacenaban los excedentes, se abastecía de materias primas, etc. Por eso la

importancia de transmitir por medio del código simbólico la función, e identificar por medio

de una insignia al grupo de poder encargado de dirigir aquellas actividades.

Los templos sobre las “montañas” conformaron el espacio más cercano a los

dioses, era el lugar donde se establecía por excelencia la comunicación con ellos. Por

medio de las escalinatas se accedía al plano celestial, como un espacio de transición

entre las regiones cósmicas. El acceso y uso del espacio lo tenían únicamente los

individuos con una alta jerarquía que pertenecían a la clase dominante. Esos individuos

tuvieron acceso a estos santuarios por su conexión con los dioses, conocedores de los

mitos de origen y encargados de encabezar los ritos y las fiestas religiosas para

reactualizar el tiempo sagrado. Los grupos de la clase dominante, podían justificar con

ello su poder y posición social ya que eran privilegiados de tener comunicación con los

dioses; de ser el enlace entre los dioses y los hombres.

El patio Bordes Rojos es por lo tanto el centro del imago mundi, del microcosmos

que en este caso está representado por el Templo del Barrio. Como axis mundi, el patio y

sus templos sobre basamentos conformaron el espacio donde se realizaron rituales y

ceremonias y se recitaban los mitos de origen para reintegrar el tiempo sagrado, para

renovar el cosmos. Este espacio fue el lugar más importante del Templo del Barrio, éste

último, centro de la vida social, económica y religiosa de la comunidad (Ibid.: 9) (Figura

5.4).

206
_________________________________ ______________________________

Figura 5.4. Reconstrucción de los templos del patio Bordes Rojos.


(Tomado de Gómez en prensa)

b) Unidad Patio Chalchihuites (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

ƒ Fase de transición 2-3

207
_________________________________ ______________________________

ƒ Fase técnica de transición II - III

Esta unidad pertenece al siguiente nivel constructivo del conjunto (Figura 5.5). La pintura

mural se presenta en los tableros y escalinatas en las estructuras que limitan un patio

ubicado en la parte noroeste del conjunto. Los murales presentan motivos que se repiten

tres veces en el paño de cada tablero, así como a ambos lados de las alfardas. Uno de

ellos se compone de tres volutas rojas unidas por el centro, rodeadas por una gruesa

línea verde. Los motivos de este tipo han sido identificados por varios autores como

“trilobados” o “trilobulados” (Mercado y Martínez 1995, Cabrera en prensa, Gómez y

Gazzola en prensa) e interpretados como corazones vistos en sección.

El motivo “trilobulado” lo encontramos con frecuencia en la iconografía de la pintura

mural teotihuacana. Langley (ob.cit.) lo identifica como trispiral (Ref. 76 y 60), usualmente

frente a las fauces de felinos (Foto 13).

Este motivo aparece desde Monte Albán, en sitios del preclásico hasta llegar a

Teotihuacán por lo que fue muy difundido en toda Mesoamérica.

Séjourné lo identifica como un corazón y señala que el “corte horizontal (a la altura

de las cavidades del cono arterioso, por un lado y de las aurículas derecha e izquierda por

el otro) forma tres espirales [...]” (ob.cit.: 152). La autora explica que en Teotihuacán el

corazón se representó tanto en corte vertical como horizontal, de ahí los diferentes

motivos asociados a este órgano (Ibid.).

208
_________________________________ ______________________________

Felino con símbolo trilobulado en fauces. Pórtico 13,


Tetitla.
Detalle del símbolo trilobulado
acompañado de motivo de gotas.
(Tomado de Séjourné 1966.)

Felino con símbolo trilobulado y gotas


en fauces. Pórtico 2. Patio Blanco.
Atetelco.
(Tomado de Séjourné 1966.) Hombre quetzal con corazón ensartado a
cuchillo curvo y gotas de sangre. Tetitla.
(Tomado de Séjourné 1966.)

Vaso del grupo Pintado. Conjunto de los


Glifos, Barrio La Ventilla (Proyecto La
Ventilla 2004)
Corazones engarzados en dos cuchillos de
obsidiana. Pintura mural de Zacuala.
(Tomado de Séjourné 1966.)

Foto 13. Símbolo trilobulado y representación del corazón en la pintura mural y


cerámica de Teotihuacán.

209
_________________________________ ______________________________

La idea de que se trate de un corazón se debe principalmente a que este motivo aparece

en imágenes interpretadas como rituales de sacrificio, ya que en las sociedades

prehispánicas la práctica de sacrificios en donde se extraía el corazón era uno de los más

comunes. Von Winning señala que en Teotihuacán, “el cuchillo encorvado ocurre en la

mano de un guerrero (identificado por las flechas) y con un corazón. Observamos el

cuchillo con o sin corazón, es la insignia del oficio de sacrificador” (1987: 91).

Diferimos sobre el hecho de que el motivo trilobulado sea precisamente la de un

corazón, porque aunque pudiera tratarse de una representación estilizada, planteamos

que este es un símbolo que refiere un concepto mucho más complejo que sólo a un

órgano. Podemos observar en algunas pinturas murales motivos que asemejan más a

este órgano. El motivo que se representa en este mural podría simbolizar el aliento o el

halo, la energía que se desprende y se ofrece en el acto del sacrificio. Gómez señala que

se trata del elemento simbólico asociado con la forma de representar la energía liberada

por el acto sacrificial (en prensa: 12). Al respecto, Duverger (1983: 110 -113) señala que

“el organismo humano oculta una considerable energía potencial” y por lo tanto, los

mexicas pensaban que se debía liberar esta energía contenida por medio del sacrificio,

para aprovecharla y captar sus cualidades.

Si toda destrucción orgánica libera energía, sólo la artificialidad de esta


destrucción autoriza su captura. Adelantarse al plazo fatal transmuta la fuga de
fuerzas en brote de potencia (Ibid.: 113).

Los otros dos motivos han sido identificados como gotas de sangre y cuchillos

curvos. Langley (ob.,cit.) propone una serie de conjuntos de signos (compound signs)

210
_________________________________ ______________________________

relacionados con el sacrificio de corazón que están conformados por el motivo trilobulado,

las gotas7 y un cuchillo:

this association suggests that compounds of this general configuration are


metaphors for Herat sacrifice, a rite well attested elsewhere in Mesoamérica
(1986: 50).

Cabrera también propone que estos tres motivos (cuchillos curvos, corazones, y

gotas de sangre) aluden al sacrificio humano y que el motivo trilobulado es una

representación estilizada del corazón en corte8, aspecto con la cual diferimos (Foto 14).

Pasztoy señala que uno de los temas más comunes en las manifestaciones

culturales teotihuacanas es el corazón humano en un cuchillo de sacrificio y frente al

hocico de un animal. A diferencia de otras sociedades que representan a sus víctimas de

conquista que son sacrificadas, en Teotihuacán sólo se hace énfasis al acto mismo del

sacrificio, sin especificar el origen de la víctima y de hecho no se representa a ninguna

víctima en particular (cfr. 1993:48).

Graulich sugiere que en Teotihuacán “el sacrificio por extracción del corazón fue

una práctica importante, como se observa en su pintura mural” (2003: 16). Sin embargo,

al parecer la práctica de la extracción del corazón en los sacrificios se remite al Posclásico

en el área maya (Nájera 1987) y en el Altiplano Central (Duverger 1983), como lo

muestran códices, pintura mural y escultura. Como hemos señalado, en Teotihuacánno

existen imágenes donde se muestre el acto mismo de este tipo de sacrificio, sólo

encontramos algunas representaciones de personajes con corazones insertados en

cuchillos curvos. Podríamos suponer que en la antigua ciudad se habría practicado el

sacrificio por extracción de corazón por lo que observamos en los murales, pero

7
Langley distingue entre gotas (drops) y trilobe, que es el signo donde aparecen tres gotas o más unidas y que
se asocia con líquido, particularmente con sangre, sobretodo para el caso de los Conjuntos A-D (ver en
Langley, 1986: 43-44).
8
Ponencia presentada por el Mtro. Rubén Cabrera en el Curso de La Pintura Mural Prehispánica en México,
Séptima parte. Beatriz de la Fuente (coord..), Octubre 2001, Colegio Nacional, México, D.F.

211
_________________________________ ______________________________

reiteramos que la intención fue la de expresar el significado y simbolismos del sacrificio en

sí, como la forma de comunicarse con lo divino, como el símbolo de unión de lo profano

con lo sagrado (Nájera ob.cit.: 40 – 41).

Cuchillo
curvo
Motivo
trilobulado
Gotas

Foto 14. Símbolo trilobulado con cuchillo y


gotas de sangre

212
_________________________________ ______________________________

Entre los mayas, el corazón es exigido por los dioses, al tratarse del centro de la

energía vital de los seres vivos, y en particular del ser humano (Nájera ob.cit.: 54).

Generalmente este órgano tenía una connotación solar, una asociación con el fuego,

mientras que la sangre, también producto del sacrificio, se ofrendaba a la tierra, como el

agua preciosa para fecundarla.

El sacrificio humano constituye la dependencia entre el hombre y los dioses, ya

que por este medio, el hombre otorgaba el alimento que los dioses necesitaban para

conservar su existencia y permitir la vida. También era una manera de agradecer por lo

beneficios otorgados, como una ofrenda que además los conectaba con lo sagrado (Ibid.:

105).

En este sentido, Duverger (1983: 88) señala que el sacrificio fue “la respuesta más

eficaz, en el caso mexica, al desgaste de las fuerzas estructurales y la solución mejor

adaptada al problema de la alimentación energética de la sociedad”. El sacrificio humano

significó el vehículo ideal para la reproducción de la clase dominante9, ya que fue un

mecanismo de sometimiento ideológico, y por ese medio, podía seguir justificando su

posición de intermediario ante los dioses, apareciendo entonces el sacrificio como la única

manera de asegurar la existencia.

Con relación a este tema, nuestro apoyo principal es lo que conocemos de otras

sociedades, como la mexica y la maya10, de las que hay información amplia y puede servir

como punto de referencia. Como evidencia arqueológica del sacrificio en Teotihuacán,

podemos citar el hallazgo de los cientos de individuos enterrados en el Templo de la

Serpiente Emplumada y los recientes hallazgos en la Pirámide de la Luna. Por lo tanto

podemos pensar que en Teotihuacán el sacrificio en cualquiera de las formas que se haya

9
Con esto nos referimos a aquellas actividades que permiten “la reproducción o cambios de las características
históricamente determinadas del ser social (prácticas rituales, lucha política, etc)” (Bate 1998: 62).
10
Considerando que hay prácticas, creencias, costumbres, símbolos y una ideología en común de los pueblos
mesoamericanos.

213
_________________________________ ______________________________

dado, extracción del corazón, autosacrificio, decapitación, flechamiento, lapidación, etc,

fue fundamental para el mantenimiento del Cosmos. El sacrificio fue seguramente una

práctica institucionalizada por el Estado, pues serviría para cohesionar a la población por

medio de ceremonias y rituales, debiendo la sociedad presenciar los actos. Posiblemente

habían sacrificios con diferente finalidad y de acuerdo con esto, las ceremonias podían

ser presenciadas por algunos grupos sociales, mientras que otros estaban destinados

para que participara toda la comunidad (cfr. Mauss citado por Nájera ob.cit.: 30).

Los círculos concéntricos o chalchihuites se presentan en la iconografía

mesoamericana y particularmente en la teotihuacana (Foto 15). Este motivo se presenta

en la moldura de los tableros y en el peralte de las escalinatas. En ambos casos el motivo

se repite de forma sucesiva. Son círculos concéntricos que se identifican como

chalchihuitl (Mercado y Martínez ob.cit.). De este último se desprende el nombre de la

plaza y de la unidad del conjunto.

Según Langley, hay círculos concéntricos (circles concentric Ref. 8, 38, 746) que

presentan varios círculos internos, siendo uno de los motivos más comunes en

Teotihuacán. Por otro lado están los círculos (roundel, Ref. 8, 85), que es el motivo que el

autor asocia con el chalchihuite mexica y que simboliza el agua, líquido precioso (ob.cit.:

223-340). A este respecto, los motivos identificados por Langley como círculos

concéntricos son los que simbolizan chalchihuites, aunque también es importante tomar

en cuenta los motivos y símbolos asociados a éstos.

El chalchihuitl se representa generalmente de color verde, físicamente se

elaboraba con piedras verdes, jadeíta o serpentina por lo que fueron objetos de gran

valor para la sociedad.

El chalchihuitl simboliza la “esencia divina que da la vida y al agua que se esparce

sobre la tierra para fertilizarla, hacerla florecer y reproducir los frutos” (Angulo 1995: 77).

214
_________________________________ ______________________________

Encerró también un gran valor tanto “para la cosecha del agricultor como la sangre para la

vida humana” (Ibid.). Por lo tanto, los teotihuacanos debieron corresponder este regalo a

los dioses del agua y la fertilidad por medio de ceremonias con ofrendas de líquidos

preciosos como la sangre del sacrificio.

En este mural, los chalchihuites están en estrecha relación con el simbolismo

sobre el sacrificio, donde representan las gotas preciosas de la sangre del sacrificio.

Las gotas de sangre son el agua preciosa, de gran importancia por ser la sustancia

de la vida. Entre los mayas este líquido fue muy apreciado, sobre todo la sangre de los

reyes que de acuerdo a su ideología “era la sustancia que daba vida y crecimiento a los

elementos del mundo que nos rodea” (Stuart 2003: 29).

Por otro lado, esta sustancia, según la

mitología maya (Nájera ob.cit.: 58) era el alimento

fundamental para los dioses que requerían “para su

subsistencia por ser la energía vital por excelencia”.

Por lo tanto, el sacrificio fue el vehículo para obtener

la sangre preciosa que serviría para fecundar y

regenerar la tierra (Figura 5.6).

De acuerdo con lo anterior, siguiendo la


Figura 5.6. Imagen de la
extracción del corazón en el
Códice Tudela propuesta de Gómez planteamos que la imagen

conformada por el motivo trilobulado, las gotas y los cuchillos simbolizan el ritual del

sacrificio en general necesario para el mantenimiento del Cosmos y como tal, la máxima

ofrenda de los hombres a los dioses. Los chalchihuites de las molduras y escalinatas le

otorgan al espacio y a las pinturas el significado de valor del líquido precioso que servirá

para fecundar la tierra y permitir la regeneración de la vida.

215
_________________________________ ______________________________

Moldura con chalchihuites

Foto 15. Círculos concéntricos o


chalchihuites. Patio Chalchihuites. Templo del
Barrio

La pintura mural se presenta en los paños y molduras de los tableros de

basamentos. Se trata además de un patio de grandes dimensiones. Ya hemos señalado

el simbolismo del basamento como representación de la montaña o cerro (sagrados),

como el punto de unión entre el cielo y el inframundo, es decir, la tierra. La imagen del

paño de los tableros y de alfardas alude al sacrificio, como mensaje principal, necesario

para mantener el equilibrio cósmico. Los motivos de las molduras de tableros y de las

escalinatas, representan el valor de la sangre como líquido precioso, esencial para la vida

y la regeneración del mundo, haciendo énfasis en el simbolismo de la fertilidad terrenal.

Aunque no podemos asegurar que en este lugar o espacio se llevaron a cabo sacrificios

humanos, podría tratarse del lugar que reitera la necesidad del ritual del sacrificio,

indicando así la obligación de esta actividad para la comunidad o los sacerdotes del

templo, asegurando la subsistencia del cosmos. Quizá en este espacio se prepararía

física y mentalmente a los que dirigían las grandes ceremonias del barrio en las que se

hacían sacrificios humanos.

El tablero decorado en el basamento simbolizaría la importancia del sacrificio

como rito de umbral para permitir el acceso al espacio sagrado; en este caso recordemos

216
_________________________________ ______________________________

que el templo es el lugar sagrado donde habitan los dioses. Los chalchihuites en el peralte

de las escalinatas simbolizan la importancia del agua preciosa como el tributo a los

dioses, necesario para mantener el equilibrio cósmico y como acceso a otro nivel, ya que

las escalinatas representan el espacio de transición, un umbral entre los diferentes niveles

cósmicos.

Los individuos que hicieron uso de este espacio conocerían los mitos de origen y

los rituales para mantener la vida y prolongarla después de la muerte; conocían los

mecanismos para alimentar a los dioses, para la renovación del mundo y el cosmos. La

experiencia de lo sagrado celebrada en este espacio sería fundamental para esta

instrucción, de tal manera que todo el espacio brindaba esa experiencia mediante la

reiteración del simbolismo plasmado tanto en la pintura mural como de la arquitectura que

sirve de soporte.

Los símbolos de estos murales que reflejaban el significado del sacrificio, también

habrían funcionado como insignia de los sacrificadores y de esa actividad en particular,

desarrollada con toda seguridad en el Templo del Barrio, o en la plaza pública. Incluso,

especulando un poco, quizás los espacios que se hallan sobre los basamentos, habrían

servido como aposentos de los sacrificadores.

Los encargados del culto habrían sido los sacerdotes, figura institucional que tenía

la característica de ser el vínculo entre lo sagrado, lo divino y lo humano o profano. El

sacerdote era quien tenía el poder de comunicarse con los dioses, de “intervenir a favor

de los miembros de su propia comunidad” (Nájera ob.cit.: 117). Evidentemente, el

sacerdote ocupaba un cargo dentro de la élite teotihuacana, es decir, conformaba uno de

los grupos de la clase social dominante.

Dado su poder especial y al ser los depositarios del conocimiento de los símbolos

que constituyen el pensamiento y la ideología de la sociedad, les habría permitido tener y

217
_________________________________ ______________________________

ejercer el control de muchas de las actividades rituales considerando que eran ellos

quieres encabezaban las diferentes ceremonias y rituales públicos.

Por lo tanto consideramos que dentro de los conjuntos del barrio La Ventilla y en

particular del Templo del Barrio, el grupo sacerdotal, que seguramente también tenía

jerarquías, llevaba a cabo sus actividades en varios espacios de los conjuntos del barrio,

como es el caso del Patio Chalchihuites. Estos espacios habrían sido de uso exclusivo

para este grupo, dado el carácter sagrado de las actividades realizadas por los

integrantes del mismo.

3.3 Los murales del Conjunto de los Glifos (Frente de excavación 2)

3.3.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos

a) Unidad Bordes Rojos (Miccaotli - Tlamimilolpa Temprano)

Los murales de esta unidad también presentan las bandas rojas en las aristas de muros y

pertenecen a la misma temporalidad que la unidad del conjunto del Templo del Barrio, y

por lo tanto es el nivel más temprano con pintura mural de este conjunto. Sin embargo no

se presentan imágenes en los muros por lo que sólo mencionamos la pintura en las

aristas de esta unidad como característica de este primer nivel de ocupación de los

conjuntos del barrio.

b) Unidad Patio Jaguares

(Nivel Jaguares)

Pórtico y Recinto norte (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

ƒ Época 3

ƒ Fase técnica 3

Esta unidad se caracteriza por los motivos zoomorfos de felinos o “jaguares” que se

presentan en los muros del recinto y pórtico norte de ese patio (Figura 5.7). Junto a las

218
_________________________________ ______________________________

patas traseras del animal aparece un lienzo o manta de color rojo con motivos

geométricos; los felinos parecen descansar sobre ellos (Padilla y Ruiz ob.cit., Gómez y

Padilla 1998). Llevan las fauces abiertas, mostrando los colmillos y la lengua. Los ojos

son círculos concéntricos en rojo, azul y rosa. Los felinos llevan tocados con plumas que

se compone de una banda o diadema amarilla, rematando con una serie de plumas.

Los felinos del recinto norte presentan una vírgula “florida” que emerge de sus

fauces, junto a ésta hay otros motivos que se han identificado como semillas y flores de

algodón (Duque en prensa: 18). Las imágenes de animales con vírgula son características

de la iconografía de Teotihuacán. Estos felinos están vistos de perfil y están pintados de

anaranjado y delineados con una franja azul.

Los felinos del pórtico van en dirección al acceso del recinto, en total son cuatro,

dos de cada lado. En el interior hay dos felinos en cada uno de los muros divisorios que

también se dirigen al acceso y dos más en los muros este y oeste del recinto

respectivamente, que se dirigen hacia el muro norte.

Los felinos de los murales de esta unidad están acompañados de un motivo

antropomorfo que aparece sobre su lomo visto de perfil, con el rostro amarillo. Estos

personajes llevan un gran tocado y orejeras y portan un antifaz rojo. Al respecto de este

elemento, Duque (en prensa) propone que el antifaz es una de las características de

Tlahuizcalpantecuhtli, “dios antropomorfo que encarna a Venus y que aparece

representado en varios códices...” (Ibid.: 16).

A los lados de estas imágenes de felinos hay cenefas o bordes con una serie de

motivos que hacen énfasis en la importancia simbólica de la imagen central. A ambos

lados del acceso al cuarto norte se presenta una cenefa con motivos de crótalos de

serpiente en dirección ascendente en diferentes tonos de rojo (Foto 16).

Sobre estas representaciones de felinos, la mayoría de los autores las interpretan

como “jaguares”. Dentro de la cosmovisión e ideología mesoamericana el jaguar ha sido

219
_________________________________ ______________________________

el felino de mayor importancia. Debemos considerar el hecho de “que la representación

gráfica [...], no puede mostrar aspectos naturales ni tampoco evidentes en cuanto a su

significado”, ya que los atributos de ciertos motivos “no son una descripción del mismo

sino, más bien, una representación de diversos significados de orden cultural y social”

(Saunders en Castellón 2000: 62-64), es decir, se trata de una construcción cultural, de un

símbolo. Estamos de acuerdo con Castellón cuando señala que:

debería ser claro para los investigadores que la representación de un felino


como el jaguar no intenta reproducir al jaguar mismo sino que emplea algunos
de sus atributos para convertirlos en signos, que a su vez son soportes de
relaciones sociales en el plano de lo simbólico (Ibid.: 64).

Dentro de la cosmovisión mesoamericana, el felino presenta varios atributos y

cualidades11. Este animal fue muy apreciado y estuvo presente en prácticamente todas

las sociedades prehispánicas. Las representaciones más antiguas datan del Preclásico

con los olmecas, de quienes aún se conservan esculturas de seres mitificados con

características felinas, relacionadas principalmente con el jaguar. De acuerdo con Piña

Chán, el jaguar entre los olmecas fue un símbolo relacionado con la tierra,

sus partes constitutivas: ríos, montañas, milpas, vegetación, cuevas, etc.; los
fenómenos naturales: agua, aire, fuego, sol, etc.; las direcciones del cosmos:
cielo, tierra, inframundo, eje y centro del Universo, así como donde nace y
muere el sol; la siembra de la semilla, su germinación gracias a la fecundación
del agua-tierra; el maíz y la vegetación; la muerte y muchos otros temas...”
(1993: 10).

11
Está asociado con la noche y la oscuridad, con el mundo nocturno y subterráneo; es fuerte, valiente y
agresivo. Se relaciona con el sol poniente (donde se mete el Sol), es decir, representa el oeste y también tiene
que ver con la fertilidad de la tierra. Es un símbolo calendárico; considerado como compañero del águila. De
acuerdo con Sahagún es el príncipe y señor de otros animales; es hechicero. Dios de las montañas, dios de las
cavernas. Es la tierra que ataca al sol. Su piel manchada es comparada con el cielo estrellado y también es
expresión para designar a los guerreros valientes (Caso 1967, Ruiz et al. 1995, Sánchez Caero 2000, Sahagún
1979, Seler 1961).

220
_________________________________ ______________________________

Figura 5.8. Murales del Patio Jaguares. Conjunto de los


Glifos.

221
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Foto 16. Murales con felinos. Patio Jaguares.


Conjunto de los Glifos

222
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Sánchez (2000) señala que el felino también aparece representado en pueblos de

Sudamérica, evidenciando que compartieron algunos rasgos con los pueblos

Mesoamericanos. En Tiwuanaku, por ejemplo, el felino estuvo asociado con la noche, el

inframundo y con el poniente.

En la pintura mural de Teotihuacán encontramos gran cantidad de imágenes de

felinos, siendo uno de los símbolos más recurrentes en la iconografía (Figura 5.8). Este

animal aparece en diversos tipos de escenas en la pintura teotihuacana, se le puede ver

en procesiones y con rasgos antropomorfos.

Angulo señala la diversidad de representaciones de felinos que existen en la

pintura mural de la ciudad, tanto de jaguares como de pumas, diferenciados

principalmente por el color y la presencia de manchas negras en el cuerpo de algunos de

ellos (1995: 94).

Dibujo de pintura mural con felino reticulado y cánido. Atetelco.

Felino en mural del Conjunto


Felino en mural Zona 5-A Jaguares

223
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Dibujo de mural de felinos en tablero


del Conjunto Plaza Oeste

Mural 2
Conjunto del
Sol, Zona 5A

Mural del Gran Puma, Zona 3

Hombre-Jaguar del Mural 7, Tetitla


(Tomado de Arqueología Mexicana N° 72, 2005)

Vaso decorado con jaguar y


conchas
(Tomado de Arqueología Mexicana N° 72,
2005)

Mural con felino, Pórtico 13, Tetitla

Figura 5.9. Imágenes de felinos en murales de


Teotihuacán.
224
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Consideramos que el felino, ya fuera jaguar o puma, no representaba al animal

mismo, sino refleja el simbolismo otorgado a éste; el significado y sentido dados

dependieron de las circunstancias y de una compleja serie de conceptos que tuvieron que

ver con cuestiones sociales, políticas y religiosas, y con otro lado estuvieron relacionados

con mitos y ritos. Teotihuacán retomaría el significado del jaguar de sociedades

antecesoras, de las que habrán heredado parte de su ideología, transformando el

simbolismo y modificándolo de acuerdo con su cosmovisión, resultando una expresión

particular de esta sociedad (Castellón ob.cit.).

El felino se presenta de diversas formas y con diferentes características para

distinguir entre grupos sociales con ciertas funciones institucionales o con la finalidad de

resaltar algún atributo o característica simbólica específica.

...las clases dominantes de la formación socioeconómica surgiente, buscaron


utilizar este simbolismo de un mito compartido, pero introduciendo elementos
que manifestaran el rasgo centralizado y cohesionante del nuevo orden social
(Morelos ob.cit.: 250).

Los mitos surgidos en torno a este animal parecen haber perdurado desde

entonces hasta llegar a territorio teotihuacano.

...el felino (jaguar) procedente de la cultura olmeca (periodo formativo)


seguramente era un mito compartido por diversos grupos regionales que por la
misma razón tuvo significados simbólicos diversos (aún no definidos), esto trajo
como consecuencia que se representara de manera diferente (Morelos 1991:
250).

Sin embargo es poco lo que sabemos sobre los felinos en Teotihuacán. La

información con la que contamos para épocas más tardías ha servido como base para las

interpretaciones, aunque las características conocidas sobre este animal no las “podemos

aplicar en forma inmediata para Teotihuacán, puesto que la distancia temporal con la

cultura mexica [por ejemplo] es grande” (Ruiz et al. 1995: 347).

225
_________________________________ ______________________________

Las imágenes de felinos son muy variadas, se presentan en diferentes colores, con

y sin manchas y también los hay “reticulados”. Aparecen generalmente de perfil, aunque

hay imágenes en que están de frente donde algunas de estas son “[...] consecuencia de

la unión de dos perfiles de felinos, es decir se presentan dos motivos una frente a otra de

perfil[...]” (Morelos 1991: 248).

Algunos autores proponen que existe una relación del felino con la constelación de

Las Pléyades, y que posiblemente los teotihuacanos asociaron esa constelación con este

animal (Angulo 1991, Ruiz et al. 1995, Tomo II). En el piso de uno de los patios del

conjunto de Tetitla se encontraron una serie de motivos (nueve) pintados que podrían

representar esta constelación y además cada figura tendría la forma de un felino (Angulo,

ob.cit.). En otra parte de esta tesis hemos señalado que Gómez y King (2000) los

identifican con monos.

Von Winning señala que en Teotihuacán el felino era el protector de los regentes

(1987: 87). Se relaciona con el ambiente acuático, en general con el agua y con la lluvia

fertilizante (Ibid.: 98-100). Kubler observa que en la pintura mural, el felino siempre se

combinan con otros elementos, es decir, no se presenta tal y como lo vemos en la

naturaleza, característica que reitera el hecho de que las imágenes de los murales forman

parte de un código, construido con base a los elementos con que contaron y por

consiguiente reflejan valores y creencias de la sociedad que lo creó.

El que los felinos de esta unidad aparezcan en el pórtico y recinto norte de un

patio, es una característica poco común según un análisis realizado por Ruiz et al.

(ob.cit.). Este análisis se realizó con base a las a representaciones de felinos con

implicaciones astronómicas en murales de varios conjuntos de la antigua ciudad. El

estudio se enfocó principalmente en pórticos de conjuntos como Tetitla, Atetelco y los

Edificios Superpuestos. Los autores observaron que la mayor parte de los murales de

226
_________________________________ ______________________________

felinos se ubican en estructuras orientadas al poniente, sin embargo también se

encontraron en otras direcciones.

El tocado que presentan los felinos de estos murales es una característica que se

presenta frecuentemente en la pintura mural teotihuacana. Von Winning (1987) señala

que los tocados en los felinos son indicadores de rango. Paulinyi (2201), por su parte,

considera que los felinos con tocados pueden estar representando a un ser sobrenatural y

además estaría relacionado con los señores con tocados de borlas. El autor encontró que

en la iconografía teotihuacana el felino aparece en los tocados y en otros murales el

animal es quien lo porta, considerando que representan a personajes de rango alto

disfrazados. Propone que las imágenes de felinos y personajes disfrazados como ellos

están relacionadas con el Dios de la Lluvia, señalamiento que también hizo Von Winning

con respecto a la relación de este dios con el jaguar reticulado (en Paulinyi ob.cit.).

Hay autores que señalan que para la fase de transición Miccaotli -Tlamimilolpa hay

un predominio del felino sobre la Serpiente Emplumada, deidad más importante en

Teotihuacán hasta ese momento. Con el nuevo orden social impuesto la Serpiente

Emplumada pasó a otro plano y el felino se convertiría desde ese momento en la deidad o

símbolo principal de la ciudad. Sin embargo observamos que durante todas las fases del

desarrollo de Teotihuacán, siguen presentes elementos relacionados con la Serpiente

Emplumada, ya que ésta sería “la columna vertebral de la religión mesoamericana”

(Sergio Gómez comunicación personal). Lo que nos hace pensar que en realidad el felino,

así como los cánidos y otros animales que se presentan en la iconografía, no se refieren a

dioses propiamente, sino que muestran a grupos sociales que se representaron a sí

mismos por medio de los atributos de estos animales. Aunque parece que existen mayor

cantidad de representaciones de felinos, pensamos que esto no indica que haya sido el

símbolo de la ciudad, ya que la pintura mural que hasta hoy se conserva es sólo una

muestra de lo que debió haber en toda la ciudad. Aunque las representaciones de aves,

227
_________________________________ ______________________________

mariposas, cánidos y reptiles se presentan en menor número, son un claro ejemplo de

que éstos identificaban a diferentes grupos sociales de Teotihuacán.

Gómez y Gazzola (en prensa: 15) indican que para la época 3 de la pintura mural

aparece la imagen de Tláloc, deidad que tomaría mayor importancia, así como también

aparecen las primeras representaciones de torsos antropomorfizados, característica que

pudimos observar en los murales de este recinto.

Retomando lo anterior, al contrario de lo que generalmente se presenta en

Teotihuacán en cuanto a la orientación y asociación del felino con el poniente en la pintura

mural, en el recinto y pórtico norte de esta unidad no se presenta esta constante; sin

embargo el felino también está asociado con la noche, la muerte, ambos conceptos

relacionados con el norte.

Los felinos de los murales en el Patio Jaguares están ubicados en el recinto y

pórtico norte, orientación regularmente relacionada con este animal en la cosmovisión

mesoamericana. En esta asociación con el inframundo y la noche, la imagen del felino

con el personaje no podría sino representar un rito de iniciación. La iniciación significa

muerte, resurrección del neófito o bien, descenso al inframundo, seguido de la ascensión

y por lo tanto la renovación (Eliade 1999: 52). Por medio de la iniciación, los miembros de

un grupo o grupos sociales que ocuparon estos espacios morían simbólicamente para

renacer como hombres nuevos, para despertar hacia una nueva conciencia, hacia una

trascendencia religiosa. El iniciado va más allá de lo humano y lo divino. Tal vez por ello

se le representa como el antifaz, no por estar asociado a algún dios en particular, sino por

el hecho de representar la naturaleza de la iniciación, donde el felino como ser nocturno

acompaña al hombre en esta transición de la vida a la muerte y que culmina con el

renacimiento (cfr. Gómez en prensa).

Por otro lado, consideramos que el felino también puede simbolizar al grupo social

que ocupó estos espacios, básicamente por el tocado que lleva cada uno, lo que podría

228
_________________________________ ______________________________

estar representando un rango social alto. El felino podría simbolizar al hombre en dos

etapas, el iniciado (personaje con antifaz) y el renacido (felino), ya como integrante del

grupo. La manta o estera que acompaña a los felinos junto a las patas traseras, reiteraría

el alto rango del grupo, semejante a las representaciones en códices, donde los

personajes de alto rango, generalmente reyes o señores están sentados sobre tronos o

petates para remarcar su jerarquía.

Entre los mexicas se creía que algunos individuos podían transformarse en felinos

y quienes tenían este poder adquirían riqueza y conocimientos. Además el felino se

relacionaba con los nobles por sus características: sabiduría, orgullo, nobleza, “rey de los

animales” (Olivier 2005). Esta idea nos remite al llamado “tonalismo”, creencia de que

“cada individuo, desde su nacimiento, mantiene una relación de coesencia espiritual con

un alter ego o doble animal” (Lupo 1999: 17).

Por ejemplo, en el caso de los olmecas existen representaciones de personajes

importantes o emblemas de su estatus con animales, entre ellos los felinos, simbolizando

el “poder místico ligado a su función político – religiosa”. Entre los mayas se ha

identificado el concepto de espíritu compañero o “nahual fundador” de una dinastía

gobernante, que le otorgaba poder místico y por lo tanto justificaba su estatus y el de su

descendencia. Los llamados way eran entonces espíritus zoomorfos de cuya conexión

provenían los poderes de los gobernantes (Ibid.: 18 – 19).

Entre los actuales grupos tzotziles también existe la idea de que los poderes de los

que ocupan los puestos político – religiosos son producto de la coesencia con alter ego de

animales “fuertes” como el felino (Ibid.). Por lo tanto, consideramos que es posible

vincular al felino con miembros de la élite por un lado, y por otro, tomando en cuenta los

atributos de este animal, que fuera éste el que acompañara al iniciado, por ser su alter

ego o doble animal.

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Los murales con felinos en el recinto norte que presentan las volutas floridas,

entran en el mismo discurso pictórico. Las volutas presentan pequeños motivos

identificados como capullos o semillas de algodón (Duque en prensa, Gómez en prensa).

Las volutas representan cantos o bien la recitación de un mito que contaría la historia

sagrada con relación a la iniciación, de tal forma que los pequeños capullos y demás

motivos simbolizarían lo sagrado de esta acción.

Al recitar los mitos “se reintegra este tiempo fabuloso y, por consiguiente, se hace

uno de alguna manera contemporáneo de los acontecimientos evocados, se comparte la

presencia de los dioses o de los héroes” (Eliade 1992: 24). El mito es esencial en

cualquier rito ya que “no se puede cumplir un ritual si no se conoce el origen”, es decir,

cómo fue la primera vez (Ibid.) (Figura 5.9) (Foto 17).

Figura 5.9. Felinos con volutas floridas, recinto norte. Patio


Jaguares, Conjunto de los Glifos.
(Tomado de Gómez en prensa)

Foto 17. Felinos del cuarto norte

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Las cenefas de los murales tanto del recinto como del pórtico reiteran la idea de la

iniciación. En este sentido, la cenefa interior alude al autosacrificio como acto de

iniciación, donde de un chalchihuite, que simboliza la sangre preciosa, caen gotas de

sangre representadas por lo motivos que están debajo. Los motivos de la cenefa exterior

también están relacionados con el autosacrificio, ya que como mencionamos antes, se

trata seguramente de cuchillos estilizados vistos de perfil, instrumento indispensable para

el ritual.

La pintura mural configura el espacio interior, de tal manera que en las imágenes

con motivos zoomorfos y antropomorfos que parecen estar en movimiento o en procesión,

la dirección y orientación da un sentido a la lectura que jerarquiza los espacios. Los

felinos de estos murales están orientados hacia el acceso y al fondo del recinto. Los del

pórtico se dirigen hacia el acceso que simboliza el umbral, el lugar de transición. El recinto

en este caso es el espacio que representa el inframundo. A cada lado del acceso dentro

del recinto, dos felinos se dirigen hacia el umbral, recibiendo a los iniciados mientras

recitan los cantos que cuentan la historia del paso mítico por el inframundo. Los demás

felinos se dirigen hacia el fondo del recinto, que continúan cantando para la iniciación.

En el vano del acceso, la cenefa con los motivos relacionados con la serpiente

está relacionada con el simbolismo del acceso como umbral, que delimita dos zonas: el

pórtico como el “fuera”, lo profano y el recinto como el “dentro”, lo sagrado. La serpiente

es un animal asociado con el agua, la sangre, la regeneración y la renovación. También

se le relaciona con la fecundidad “pues se piensa que la serpiente se interna en las

entrañas de la tierra” simbolizando la fecundación de la mujer (Cruz 2000: 193). Antes

mencionamos que el agua contiene un simbolismo relacionado con el inframundo, con lo

subterráneo y la preforma. Por lo tanto consideramos que esta parte del mural simboliza

que al entrar a la zona sagrada, el iniciado se adentrará en las aguas del inframundo para

después renacer ya como hombre cuyo ancestro es el felino.

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Cuarto oeste (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

ƒ Época 3

ƒ Fase técnica III

Este espacio también pertenece al nivel intermedio de ocupación del conjunto. En la

pintura mural del cuarto oeste de esta unidad se observa un motivo que aparece desde el

desplante de los muros. Son motivos de arcos con cinco ondulaciones compuestos de dos

bandas, una verde y otra azul sobre un fondo rojo. Se presentan tres en el muro norte,

tres en el muro sur y cinco en el muro oeste (Foto 18).

Padilla y Ruiz los denominan como “cerros” porque los asocian con

representaciones de cerros en códices (ob.cit.: 185). Gómez y Padilla en una publicación

posterior señalan que estos motivos posiblemente representen cuevas (1998: 210).

Motivos similares también se pueden observar en murales de diferentes conjuntos

de la antigua ciudad, presentando algunas variaciones, como en la Zona 5A Conjunto del

Sol, Patios de Zacuala y Yayahuala. En estos casos, se les ha denominado como arcos

polilobulados.

Foto 18. Mural del cuarto oeste con arcos polilobulados

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Cuarto sureste (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

ƒ Época 3

ƒ Fase técnica III

Estos murales se componen básicamente de cuatro motivos. Al igual que en el mural del

cuarto oeste, aparecen arcos con ondulaciones o lóbulos pero con la variante de que en

su interior aparece una estrella con cinco puntas. Los arcos también presentan dos

bandas, la externa verde y la interna amarilla delineados en rojo sobre un fondo rojo más

oscuro. Las estrellas se componen de una banda blanca y otra amarilla, ambas

delineadas en rojo. En la parte interior de la estrella se dibuja un medio círculo pintado en

diferentes tonos de rojo. Los motivos están pintados desde la base del muro, tres en los

muros norte, oeste y sur respectivamente. Entre cada uno de los arcos podemos observar

un motivo en forma de gota de cuyo extremo superior derecho se distingue una elipse o

medio círculo compuesta de líneas curvas, todo pintado de rojo (Foto 19).

Enmarcando estos murales aparecen unas cenefas en sentido vertical formadas

por bandas de color verde. Dentro de las bandas se alcanzan a apreciar motivos de

círculos concéntricos, que podrían tratarse de chalchihuites.

233
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Foto 19. Murales en cuarto sureste con arcos con ondulaciones y


figuras de estrellas de cinco puntas en el interior

Existen muchas propuestas en torno a los motivos de estos murales. Ya

mencionamos que el arco con ondulaciones se ha interpretado como cerro o como cueva.

Von Winning (1976) considera que este motivo forma parte del complejo simbólico

del dios del fuego, asociado a elementos acuáticos como las gotas de agua y las estrellas

de mar. Por otro lado, Miller (1973) llama a este motivo arco festonado.

En cuanto a si se trata de un cerro, Angulo señala que los arcos ondulados,

dependiendo de lo que contengan en su interior, pueden representar una montaña con

agua dulce (gotas con un ojo) o una montaña con agua marina (cuando hay una estrella

marina) (1995: 74-76). Con respecto a si se trata de una cueva, Duque menciona que este

motivo “es muy similar a la representación de la cueva matriz con fauces de jaguar,

234
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conformado por tres arcos y al relieve grabado en el Monumento 1 de Chalcatzingo” (en

prensa: 12).

En la cosmovisión de muchos pueblos, aun en la actualidad, la montaña o cerro y

la cueva están estrechamente relacionados en el aspecto simbólico. El cerro al ser el

“centro” que une a la tierra y el cielo, es el lugar de “origen”. Se relaciona también con el

agua, visto como la “montaña de los mantenimiento” (Barabas 2003: 71). Se cree que en

el interior de los cerros están las fuentes de agua y para llegar a ellas se debe atravesar

por una cueva. Este es el lugar “donde se acumulan todo tipo de bienes” y por lo tanto son

“lugares de riquezas” (Ibid.: 74). De acuerdo con diversos estudios y fuentes, sobretodo

del posclásico, las cuevas han sido consideradas como lugares sagrados y han tenido

múltiples significados, todos relacionados generalmente con la vida y el nacimiento, la

transformación, el inframundo y el mundo de los muertos.

Por otro lado, los cerros también son considerados como lugares de iniciación al

igual que las cuevas. En ellas se realizan hasta la fecha los ritos de iniciación y

pedimento.

Sobre la estrella hay prácticamente una sola interpretación. Varios autores

identifican este motivo como la estrella de Venus o caracol de Venus (Duque ob.cit., Miller

ob.cit.). Langley12 (1986), Kubler y Helmuth (en Langley ob.cit.) le llaman Halfstar, pero

también se le ha denominado glifo ojo de ave (Caso 1937). Angulo lo identifica como una

estrella de mar que asocia a la montaña con agua marina (ob.cit.).

Sobre el motivo de gota, Duque lo identifica como gotas-lágrimas con un ojo

adosado verticalmente que caen (ob.cit: 13). Angulo lo asocia con el agua de lluvia

“silueta de gotas que encierran un ojo [...] asociadas a nubes o a otros elementos

biológicos de las que escurren” (ob.cit.: 75). También son denominadas como “ojos de la

12
Ref. 787, 61, 132, 258

235
_________________________________ ______________________________

noche” u “ojos del agua”. Langley13 (ob.cit.) lo llama Drop eye. Para Von Winning (ob.cit.)

representa una gota de agua y Séjourné (1959) lo describe como una gota de sangre de

sacrificio. Regularmente este motivo se presenta asociado con los arcos polilobulados y

con el símbolo Venus como se puede observar en murales de Patio Zacuala (Figura

5.10). El motivo de ojo nos remite a las representaciones en códices, donde se observa

que al referirse al cielo se pintan ojos para expresar ese plano cósmico, por lo que

consideramos que en la pintura mural teotihuacana también se utilizó este recurso

simbólico.

Motivo de arco polilobulado con estrella de cinco


puntas y conchas. Mural 1, Yayahuala
(Tomado de Séjourné 1966)

Motivos polilobulados con estrellas de cinco


puntas en el interior. Mural 4 de Patios Zacuala
(Tomado de De la Fuente 1995)
Motivos polilobulados con estrellas de
cinco puntas en el interior y motivos de
ojo gota. Mural 5, Patios de Zacuala
(Tomado de De la Fuente 1995)

13
Ref. 15, 178, 94, 179

236
_________________________________ ______________________________

Dibujo de Mural 1 con motivo polilobulado y ojo gota al


interior, Patios de Zacuala
(Tomado de De la Fuente 1995)

Figura 5.10. Murales con arcos con ondulaciones,


estrellas de cinco puntas y gotas con ojos.

De acuerdo con lo analizado, consideramos que los motivos de arcos con

ondulaciones aluden al concepto cerro-cueva, simbolizado también por la banda verde

que compone cada arco. En el cuarto oeste donde no se presenta Venus, los cerros están

representados por un banda verde y tienen otra banda azul, lo que puede tener un

significado relacionado con Venus vespertino, en donde el color azul representa la noche,

la puesta de sol.

La estrella de cinco puntas simboliza a Venus. En el cuarto sureste es donde los

cerros-cuevas presentan este símbolo. En estos motivos la banda azul se reemplaza por

el amarillo, tal vez aludiendo a día, por lo que estos murales estarían simbolizando a

Venus matutino. Lo anterior nos remite a un simbolismo relacionado con el renacimiento,

ya que se creía que Venus, igual que el Sol, hacía un recorrido en el cual tenía que pasar

por el inframundo para después renacer del otro lado del firmamento, es decir, el

movimiento de este astro representa la vida, la muerte y el renacimiento. Con respecto a

los ojos gota de este cuarto (sureste) también estarían relacionados con la sangre del

sacrificio en el ritual de la iniciación, con simbolismo semejante a los chalchihuites, pero

en este caso representando gotas que caen, producto del sacrificio para el renacimiento

del iniciado (crf. Duque en prensa).

237
_________________________________ ______________________________

El simbolismo de los murales de estos espacios alude a la iniciación, donde el

neófito viaja al inframundo y renace en un nuevo ser. Si consideramos que estos espacios

guardan cierta privacidad con respecto a otros espacios del conjunto, el Patio Jaguares

durante esta fase de ocupación, se habría utilizado como lugar para llevar a cabo ritos de

iniciación de los ocupantes, miembros de una élite, en donde se preparaban para formar

parte en las actividades rituales realizadas en el conjunto.

(Nivel Sacerdotes)

Pórtico este (Xolalpan Tardío – Metepec)

ƒ Época 4

ƒ Fase técnica III

El pórtico se localiza al este del patio y corresponde a la tercera fase de ocupación del

conjunto (Foto 19 y Figura 5.11). Son murales que se encontraron en mal estado de

conservación, pero gracias al tratamiento y limpieza que recibieron luego de su hallazgo,

se pudieron distinguir los elementos de esas imágenes. La pintura mural presenta motivos

antropomorfos de perfil que de acuerdo a la posición de piernas y pies parecen estar en

movimiento, en procesión. Esta característica corresponde a la primera categoría de

composición de la pintura mural teotihuacana propuesta por Miller (1973) (Processional

profile figures) que incluye tanto motivos antropomorfos como zoomorfos y que es una de

las imágenes más recurrentes en la pintura mural. Los personajes aparecen ataviados, su

indumentaria consiste en una capa o quechquémitl rojo en cuyo borde hay una serie de

motivos triangulares que podrían estar representando plumas. También llevan un faldellín

adornado por plumas. El personaje ubicado en el muro sur que parece dirigirse hacia el

acceso del cuarto (hacia el norte) tiene el faldellín cubierto de plumas y con flores. En los

otros dos personajes el faldellín aparece adornado con aves vistas de frente con las alas

extendidas.

238
_________________________________ ______________________________

Estos personajes llevan orejeras y calzan sandalias. En una mano sostienen un

recipiente adornado con la mitad de una flor; junto al recipiente se observan gotas que

parece se derraman del mismo. De la muñeca de cada personajes cuelga una bolsa de

copal o copalera (Duque ob.cit., Gómez y Padilla 1998, Padilla y Ruiz 1995). Con la otra

mano sostienen un objeto alargado pintado en varios tonos de rojo (Padilla y Ruiz ob.cit.).

Gómez y Padilla (ob.cit.) sugieren que podría tratarse de una especie de bastón. En uno

de los personajes se observa una vírgula que sale de la boca compuesta de dos bandas

adornadas con motivos cuadrangulares.

Figura 5.11. Dibujo de murales con motivos antropomorfos,


posiblemente sacerdotes
(Tomado de Gómez en prensa)

Foto 19. Sacerdotes Pórtico Este.

239
_________________________________ ______________________________

Los murales están enmarcados por una cenefa compuesta de dos bandas

verticales. La cenefa interior está decorada con una serie de motivos cuadrangulares con

las aristas redondeadas. En la banda exterior aparecen triángulos de manera consecutiva.

Duque señala que estas cenefas simbolizan el fuego (triángulos) y corrientes de agua

(semicírculo) “indicando que la acción representa la unión de los contrarios, fuego y agua

necesarios para el equilibrio” (ob.cit.: 21).

Los personajes de estos murales representaban a sacerdotes, cuya característica

precisamente era la indumentaria que presentan, así como los demás objetos que se

asocian al culto religioso, como la copalera, el recipiente y el posible bastón. Duque

sugiere que se trata de sacerdotisas por el quechquémitl que presentan, pero también

porque “desde la antigüedad fueron las sacerdotisas las que realizaban las actividades al

culto de la luna y a Venus vespertino está asociado a la luna” (ob.cit.: 21). Los diferentes

motivos que presentan en los faldellines podrían estar refiriendo a un grupo sacerdotal

específico a manera de insignia.

Los sacerdotes son los personajes que se encargaban del culto, de encabezar y

dirigir las ceremonias y todas aquellas actividades relacionadas con la religión. En todo

rito y ceremonia, el sacerdote recitaba los mitos, porque como antes señalamos, para

llevar a cabo cualquier rito se tenía que conocer el relato del origen y el mito no sólo

expresa y realza las creencias, también narra y justifica una situación. Conociendo el

origen se puede manipular y dominar una situación (Eliade 1992). Por ello, los sacerdotes

de estos murales presentan vírgulas, aludiendo a la acción de recitación o canto de mitos,

aquellos que el iniciado debe conocer, talvez relacionados con la iniciación, como en el

caso de los felinos del cuarto norte. Estos personajes van del pórtico hacia el acceso del

cuarto, característica ya antes presentada en el cuarto norte, donde apuntamos que

simboliza el paso de un lugar profano a otro sagrado, donde el pórtico representa el

umbral, el lugar de transición. Por desgracia al interior de este cuarto no encontramos

240
_________________________________ ______________________________

murales que correspondan a este nivel constructivo y que den continuidad al discurso

simbólico.

Pórtico norte (Xolalpan Tardío – Metepec)

• Época 4

• Fase técnica III

Sobre el nivel de los murales de los felinos del nivel constructivo anterior, aparece parte

de un mural con motivos geométricos que se encontró en muy mal estado de

conservación. Este mural se ubica en el muro norte del pórtico en el que se presentan

líneas verticales posiblemente como parte de una cenefa, en cuyo interior hay dos

estrellas con cinco puntas. Junto a esta cenefa hay una línea en zigzag también en

sentido vertical que se une con bandas diagonales en la parte superior. En la línea

superior diagonal hay otra estrella de cinco puntas. Los motivos están pintados en varios

tonos de rojo (Padilla y Ruiz ob.cit.: 188) (Figura 5.12).

Este fragmento de mural no proporciona mucha información, sólo podemos

resaltar la presencia una vez más del símbolo de Venus tanto en la imagen central como

en la cenefa o borde.

Cuarto Oeste (Xolalpan Tardío –

Metepec)

• Época 4

• Fase técnica III

Otro de los fragmentos de mural

correspondiente a este nivel de

construcción es el que se ubica en el


Figura 5.12. Mural Pórtico norte

241
_________________________________ ______________________________

extremo norte de este cuarto (Figura 5.13 y Foto 20). Es un motivo zoomorfo visto de

frente, del que sólo se alcanza a ver la parte inferior. Parece tratarse de un felino que

únicamente conserva la pata izquierda con tres garras. El animal lleva un taparrabo con

motivos geométricos. Debajo de este se presentan dos motivos con puntas que Duque

(ob.cit.) identifica como el signo “doble peine endentado” citado por Von Winning. El mural

presenta una cenefa vertical compuesta por dos bandas en cuyo interior aparece una

estrella de cinco puntas. Todo el mural esta pintado en diferentes tonos de rojo.

Miller (ob.cit.) propuso una categoría de composición en la que aparecen

personajes y motivos zoomorfos de frente, las más comunes en la pintura mural

teotihuacana son las de aves y mariposas, y en una menor proporción felinos.

Figura 5.13. Mural con felino de frente, Cuarto Oeste


Foto 20. Detalle de mural con
felino de frente, Cuarto Oeste.

Gómez y Padilla (ob.cit.) mencionan que estos murales al parecer fueron pintados

al momento de tapiar los accesos, es decir, hay un cambio en la circulación del patio,

aspecto también observado en todo el barrio.

Al igual que en nivel anterior, se presentan felinos, esta vez vistos de frente, donde

sólo se conservó la parte inferior del animal y no es posible saber si éstos también

presentaban tocados u otros atavíos. Sin embargo, se observa un taparrabos, es decir, la

figura del felino se antropomorfiza. Al igual que en el mural del cuarto norte de este mismo

nivel, el borde del mural presenta el símbolo de Venus. Consideramos que este mural

242
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simboliza el mito de la transformación del iniciado en un hombre-felino, en adelante

miembro de un grupo social de élite y que los bordes con las estrellas son la reiteración

del renacimiento de neófito en un nuevo ser. Los sacerdotes por lo tanto serían los

encargados de encabezar el rito de la iniciación y de recitar el mito del origen de este

grupo.

El Patio Jaguares destaca por la cantidad de murales que presenta en un espacio

de tipo privado; no en templos ni basamentos, sino en cuartos que rodean un patio. La

característica principal es que cada cuarto tiene murales con imágenes diferentes, sin

embargo existe relación entre ellos y particularmente los que tienen la misma cronología,

aunque el discurso parece ser el mismo. Por lo tanto, esta unidad habría sido utilizada

para la realización de los ritos de iniciación de los ocupantes del conjunto, quienes

realizaron actividades de carácter institucional.

La unidad Patio Jaguares está localizada en los límites del conjunto donde hay

otros espacios con la distribución ya conocida de los conjuntos teotihuacanos. La

característica de privacidad con cuartos alrededor de un patio sin duda refiere a prácticas

en las que sólo un grupo pequeño tenía acceso y era partícipe. En este caso la pintura

mural servía para reiterar la función y señalar las prácticas rituales que ahí se llevaban a

cabo.

c) Plaza de los Glifos (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

Glifos

Como señalamos en el primer capítulo, uno de los hallazgos más importantes en el barrio

La Ventilla y en Teotihuacán es el de los 42 glifos pintados sobre el piso de una plaza

(Figura 5.14). Los glifos están pintados en color rojo, limitados por una retícula formada

por líneas rojas. La mayoría de estos glifos aparecen de manera individual dentro de la

retícula o en forma dispersa y separados de los demás (28), otros están en grupos de tres

243
_________________________________ ______________________________

(9) y sólo algunos glifos aparecen pintados en los muros (5) (Cabrera 1995, Gómez 2000,

Padilla 1995, Gómez y King 2004).

Figura 5.14. Plaza y sus glifos. Conjunto


de los Glifos.
(Tomado de De la Fuente, 1995)

244
_________________________________ ______________________________

Sobre la función de la plaza se consideraron básicamente dos hipótesis. La

primera se refiere a que la plaza posiblemente funcionó como un lugar dedicado a la

enseñanza de la lectura de los símbolos de la iconografía de Teotihuacán y a la

instrucción de la religión, es decir, un espacio de aprendizaje, como una forma de control

ideológico de la sociedad (Cabrera ob.cit., Gómez ob.cit.). Al respecto Piña Chán (2000)

sostiene que había un recinto principal ocupado por un gran sacerdote, con recintos para

sacerdotes de menor jerarquía y otros ocupados por aprendices. De acuerdo con estas

propuestas, el conjunto sería entonces una escuela sacerdotal y los glifos pintados en el

piso habrían sido “como un almanaque adivinatorio referido a Venus o Quetzalcóatl” que

los futuros sacerdotes debían aprender (Ibid.: 14).

La segunda hipótesis es la más aceptada por tener mayor fundamento

metodológico propone que los glifos podrían indicar lugares geográficos, lugares que

estaban bajo la administración del barrio, es decir topónimos, o bien son glifos de

representantes de lugares, grupos o actividades y que su posición era el lugar que

ocupaba cada representante en reuniones como una sala de consejo (Gómez 2000).

Con base a esta hipótesis, King y Gómez (2004) realizaron un análisis de cada

glifo. Los autores sostienen que la mayoría de ellos son toponímicos, otros son nombres

de individuos con títulos, y otros son vocacionales o de barrios, por lo que la distribución y

posición de cada glifo podría corresponder al espacio que ocupaba cada representante en

la plaza durante los actos que se realizaban en ese espacio del conjunto. Esto es, que la

plaza podría haber funcionado como una sala de consejos o tribunal de cuentas (Ibid.: 4).

Los autores además proponen que los glifos son parte de un sistema de escritura en

Teotihuacán. El lenguaje expresado en este sistema de escritura se trata del Proto-

nahuatl-pochuteca (o (pre-) proto-nahuatl o proto-pochuteca) (Ibid.: 14 y 37). Este análisis

lingüístico e iconográfico se apoyó en la información arqueológica y es hasta ahora la

contribución mejor sustentada sobre un sistema de escritura teotihuacano que sólo

245
_________________________________ ______________________________

algunos autores habían sugerido (Taube 2000, 2002, Langley 1986, 1992, 2002, Kubler

1972), pero que no se había estudiado a fondo por falta de evidencia (sólo basado en

algunos signos de la pintura mural). En términos generales podemos decir que la

presencia de los Glifos refuerza la idea sobre la función institucional del conjunto.

Figura antropomorfa (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

Sobre el piso de un patio hundido ubicado en la parte norte del conjunto de los Glifos se

localizó la imagen de una figura antropomorfa que mantiene una estrecha asociación con

el drenaje o desagüe del mismo patio (Foto 21). Toda la imagen está pintada en rojo

sobre un fondo blanco y mide 72.5 por 54.5 cm (Aguilera y Cabrera 1999). El personaje

está visto de perfil mirando hacia el este, los pies están orientados hacia el norte y la

cabeza hacia el sur. Presenta rasgos zoomorfos en el rostro, como de un cánido con el

hocico abierto. El cuerpo tiene características humanas y aparece desnudo, sólo con

algunos atavíos. Se pueden observar los genitales: el pene erecto, los testículos y el vello.

El personaje presenta un tocado que esta visto de frente con dos círculos rojos con

borde blanco. Aguilera y Cabrera (ob.cit.) proponen que podrían ser espejos,

simbolizando la fertilidad, relacionados además con Quetzalcóatl. Junto a cada círculo

aparece una figura pintada de blanco, sobre ellas hay pequeñas motivos en forma de “u”

de color rojo. Los autores ya citados señalan que se trata de una peluca blanca de cabello

ondulado, que puede estar indicando vejez (Ibid.: 8) arriba hay una especie de moño de

cuyos extremos cuelgan unas bandas en rojo y blanco. Sobre el moño están dos círculos

blancos con líneas rojas de las que sobresale un triángulo rojo. El tocado remata con una

flanja blanca sobre la que aparecen una serie de seis motivos que parecen representar

plumas.

246
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Foto 21. Personaje pintado en piso. Conjunto de los


Glifos.
(Tomado de De la Fuente, 1995.
Fotos María Elena Ruiz Gallut)

También lleva una orejera sencilla roja delineada en blanco. Se puede observar

que el personaje tiene un collar compuesto de esferas blancas y en la parte de atrás se

alcanza a ver la cinta en que están insertadas. Del hocico sale una vírgula compuesta de

dos volutas, pero que a causa del deterioro de la pintura, sólo una de ellas se alcanza a

observar de manera más definida (Ibid.: 9). La vírgula que es visible es blanca delineada

con rojo en cuyos extremos hay una serie de pequeños cuadros.

247
_________________________________ ______________________________

El taparrabos que porta el personaje es de color blanco con líneas rojas y sólo se

ve la punta de atrás, ya que en la parte delantera lo que sobresalen son los genitales.

En una de las manos, el personaje parece sostener dos objetos alargados que

podrían ser navajas y con las que está cortando o punzando el pene del que caen tres

gotas, probablemente de sangre. En la parte baja hay dos motivos con forma de flores,

también aparecen tres más del otro lado, es decir, atrás del personaje. Aguilera y Cabrera

señalan que las flores podrían representar a la planta Tillandsia imperialis o tecolumate,

que se encuentra en los estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla y posiblemente también

creció en el valle de Teotihuacán. Esta planta se caracteriza por dar flores que se tiñen de

color rojo a medida que van madurando, lo que podría haber originado la idea de que eran

teñidas por la sangre de este personaje (Ibid.: 10).

Otro elemento importante de la pintura es el que se encuentra detrás del

personaje. Es una figura circular identificada como una olla esférica con tres círculos

distribuidos al centro de color blanco. La olla tiene dos orejas o asas de las parece estar

sujetada una cinta o banda blanca que cae de la parte superior. Sobre la olla hay una

especie de moño o paño blanco de la que parece surgir una vírgula de color rojo con

motivos en forma de flor en los extremos (cinco en total).

Sobre esta acción de la punción del miembro, las gotas de sangre y su relación

con el orificio del drenaje, Aguilera y Cabrera plantean que está representando un rito que

se llamaba motelpulitzio14, práctica antigua donde se sangraba el pene. También está

registrado por Landa con los mayas, y en la “Leyenda de los soles”. Este ritual está

relacionado con la fertilidad de la tierra y con la creación de los hombres (Ibid.).

En cuanto a la posible identidad del personaje, Aguilera y Cabrera proponen que

se trata de Xolotl, identificado sobre todo por los rasgos de cánido, semejantes al dios

248
_________________________________ ______________________________

perro o “perro monstruoso” que aparece en el Códice Borbónico (Lámina 26) pero además

también es parecido en el moño del tocado, el collar y la olla (Ibid.: 19). Xólotl es una

advocación de Quetzalcóatl y también es identificado como Venus en su aspecto

vespertino; dios de los mellizos o de las cosas dobles.

Estamos de acuerdo con Aguilera y Cabrera (ob.cit) con respecto a la relación del

personaje y la fertilidad; la acción de punzar o cortar los genitales de los cuales se

derrama sangre, expresa su simbolismo e importancia como líquido “precioso” necesario

para la regeneración y mantenimiento de la vida, representado por su relación con el

drenaje y el patio en sí, así como por la iconografía que muestra cómo las gotas caen

sobre la planta en acción de fertilización.

Si bien nuestro análisis está enfocado en la pintura sobre muros, es importante

referir a la pintura en pisos con la finalidad de mostrar las características de este conjunto,

el cual, a diferencia de los demás, presenta aspectos que refuerzan el carácter de su

función dentro del barrio.

d) Plaza Oeste (Tlamimilolpa Temprana – Tlamimilolpa Tardía)

ƒ Fase de transición 2 – 3

ƒ Fase técnica de transición II – III

Subestructura

Después de las exploraciones en el 2003 se detectaron subestructuras en esta plaza que

consistieron en basamentos de templos en cuyas fachadas se encontró pintura mural. La

imagen de los murales se compone básicamente de motivos geométricos, que consisten

en volutas alternadas separadas por bandas diagonales y tres círculos también

dispuestos diagonalmente. Las dos volutas parecen unirse por medio de seis bandas

14
Códice Magliabechiano, The Book of the Life of the Ancient Mexicans, vol. 1, introducción, traducción y
comentario de Zelia Nuttal, Berkeley, The University of California, 1983 (1903), citado por Aguilera y

249
_________________________________ ______________________________

horizontales. Estos motivos forman un patrón que se habría repetido en todo el tablero.

Están pintados en verde y distintos tonos de rojo (Figura 5.15 y Foto 22).

Figura 5.15. Dibujo del mural de subestructura de la Plaza


Oeste, Conjunto de los Glifos.
(Tomado de Gómez en prensa)

Foto 22. Detalle de mural en subestructura de la Plaza


Oeste.
(Tomado de Gómez en prensa)

Las volutas que se presentan es este mural son muy similares a las del mural del

basamento del Patio Bordes Rojos. Recordemos que las volutas en aquel contexto

representan las aguas primordiales. Sin embargo vemos que aquí se intercalan con

bandas y círculos en diagonal.

En la cosmovisión mesoamericana existe una lógica dual, una simetría entre

opuestos que se complementan. En esta dinámica existía una yuxtaposición de elementos

Cabrera 1999.

250
_________________________________ ______________________________

que configuraba el universo mesoamericano. Dentro de esta visión de la conformación del

cosmos, queremos puntualizar sobre algunos aspectos que observamos en este mural.

Se observa que los motivos se presentan en un número de dos y tres

respectivamente; el dos está asociado al agua y el tres al fuego (Christian Duverger

comunicación personal). Si desglosamos los motivos del mural, tenemos que hay una

imagen que se repite, formada por dos volutas y dos bandas diagonales encerrando tres

círculos. Este patrón se une al siguiente por medio de seis bandas en dos grupos de tres

bandas cada una. Retomando los conceptos mesoamericanos a los que nos referimos,

tenemos la representación del agua y el fuego en yuxtaposición, como opuestos pero

también como complemento uno del otro. Por medio este código simbólico es como se

construye el espacio en el mural, donde se repiten símbolos en un patrón que reitera el

mensaje.

Por otro lado tenemos los colores de los motivos, el rojo en varios tonos y el verde.

El rojo nos remite al fuego, mientras que el verde puede hacer referencia al agua, como

en los chalchihuites de jade que representan el agua preciosa, por lo que este color

podría estar asociado con el elemento agua. Los tres círculos en verde podrían simbolizar

chalchihuites, sin embargo no se presenta como comúnmente aparece en la iconografía

mesoamericana, como círculos concéntricos.

Considerando lo anterior, el código de este mural bien podrían estar relacionado

con el concepto dual agua-fuego, necesarios para la vida, para el equilibrio cósmico.

Además encontramos que el mural es parte del tablero de un basamento que sostenía un

templo, por lo que el código simbólico está refiriendo a la unión de los opuestos para el

surgimiento del cosmos, representado por la montaña-cerro que surge del caos, de lo

primigenio, simbolizado por la pintura mural; pero también como lo que contiene en sus

entrañas.

251
_________________________________ ______________________________

El mural pertenece a una de las primeras etapas de construcción del barrio, que

por las características arquitectónicas, habría sido uno de los lugares centrales del

conjunto.

Otras pinturas

Dentro del mismo conjunto se encontraron motivos en diversos espacios también pintados

sobre pisos de diferentes niveles. Destacan motivos de monos muy parecidas a las

encontradas en uno de los pórticos del conjunto de Tetitla (Figura 5.15 y Foto 23) y en

uno de los murales de la Plaza de la Pirámide del Sol (Gómez 2000: 28). También se

reportaron otros motivos en mal estado de conservación que al parecer se tratan de

motivos antropomorfos en posición sedente (Ibid.).

Foto 23. Figura pintada en piso.


Tetitla.
Figura 5.15. Motivos pintados en
piso de otros espacios del Conjunto
de los Glifos, La Ventilla

Otro motivo antropomorfo representando un cánido fue hallado pintado en el piso

de otro cuarto correspondiente a los niveles más tardíos del conjunto. El motivo se

presenta de perfil con el hocico abierto mostrando los colmillos y la lengua (Figura 5.16 y

Foto 24).

252
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Figura 5.16. Dibujo de motivo


zoomorfo pintado en el piso de
cuarto
(Tomado de Cabrera en prensa)

Foto 24. Delineado de motivo


en piso de cuarto
(Tomado de Gómez en prensa)

Como hemos podido observar, el Conjunto de los Glifos es el que presenta mayor

superficie con pintura, no sólo en muros, sino también en pisos, característica que denota

una relevancia y función distinta al Templo del Barrio. Gómez (ob.cit.) también detectó

esta particularidad y planteó la hipótesis de que el conjunto y especialmente la plaza pudo

haber sido ocupada por un grupo de la clase dominante y que tuvo funciones de tipo

institucional relacionadas con la administración. Con los trabajos de King y Gómez (2004)

sobre los glifos, se refuerza la hipótesis sobre la función de carácter institucional, ya que

en general los edificios presentan acabados de mejor calidad, resaltando el estatus de los

grupos de la clase dirigente.

Los glifos sobre el piso de la plaza enfatizan el hecho de que en aquellos espacios

las actividades realizadas estaban vinculadas con aspectos ideológicos y políticos,

estrechamente ligados con el Templo del Barrio. En ambos conjuntos se realizarían

actividades relacionadas con el control del barrio, en la distribución de los recursos,

253
_________________________________ ______________________________

almacenamiento de excedentes, cohesión y control ideológico por medio de la religión en

rituales y ceremonias, así como actividades institucionales relacionadas con la

administración y la política.

3.4 Los murales del Conjunto Residencial (Frente de excavación 3)

3.4.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos

a) Conjunto arquitectónico B

Pórtico Sur (Xolalpan Tardío – Metepec)

• Época 4

• Fase técnica III

Este conjunto se caracteriza por presentar mejores acabados y pintura mural. Los trabajos

en el conjunto Arquitectónico B estuvieron enfocados en la liberación de una plaza

delimitada por estructuras hacia los cuatro lados (Figura 5.17). El hallazgo de pintura

mural fue en un pórtico localizado en el extremo sur de la plaza y consistió en cinco

fragmentos con una composición policroma, motivos zoomorfos, geométricos y fitomorfos

(Gómez y Ramos 1995).

Mural 1

Mide 50 cm de largo por 27 cm de alto. Se ubica en la parte baja de una pilastra. En este

fragmento se alcanza a ver parte de una cenefa, compuesta por dos bandas color azul

sobre un fondo rojo. Al interior de la cenefa aparecen motivos de círculos color verde

formando dos hileras que se entrecruzan. Gómez y Padilla (1998) mencionan que estos

círculos verdes están formando “sartales de chalchihuites”. Entre una de las bandas y el

borde de la pilastra se observa un motivo fitomorfo que han identificado como un “capullo”

(Gómez y Padilla ob.cit., Gómez y Ramos ob.cit.).

254
_________________________________ ______________________________

Figura 5.17. Conjunto arquitectónico B, Frente 3.


(Tomado de Gómez 2000)

255
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Foto 23. Mural 1. Fragmento ubicado en


pilastra.

Mural 2

Mide 37 cm de largo por 27 cm de alto. En la cara sur de la misma pilastra se localizó otro

fragmento de mural con parte de un motivo zoomorfo, al parecer de un felino, identificado

por las garras de una pata, que parece estar de perfil, pintado en azul sobre un fondo rojo

(Foto 25).

Foto 25. Mural 2. Fragmento con felino.

Mural 3

Mide 1.25 m de largo por 23 cm de alto. Está ubicado en el muro oeste del pórtico,

presenta los mismos motivos que los murales 1 y 2 de la pilastra: parte inferior de un

felino (una pata con garras) visto de perfil en azul, aunque este mural además presenta

256
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parte de una vírgula compuesta por dos bandas grises y junto hay una cenefa que parece

tener los mismos elementos que la del Mural 1 (bandas azules e hileras de círculos

verdes entrecruzadas). Estos elementos están pintados sobre un fondo rojo (Foto 26).

Foto 26. Mural 3. Fragmento ubicado en muro


de pórtico.

Murales 4 y 5

En el muro este del pórtico se localizan dos fragmentos de mural, uno a cada lado de un

acceso que fue tapiado en una fase posterior como una modificación del espacio. Los

murales fueron hallados en mal estado de conservación pero se alcanzó a observar que

tienen motivos similares a los otros murales del pórtico. El mural 4 mide 1 m. de largo por

18 cm de alto y el mural 5 es de 80 cm de largo por 23 cm de alto (Gómez y Ramos

ob.cit.). Gómez y Padilla consideran que los murales “podrían representar los linajes de

los grupos de élite que ocupan el conjunto” (ob.cit.: 213).

La cronología de estos murales se ubica para el 600 d.C., es decir hacia el final de

la fase Xolalpan en correspondencia con el Nivel Sacerdotes de la Unidad Patio Jaguares

(Ibid.: 219).

Para la interpretación de este mural y la función de los espacios con los que se

relaciona, contamos con poca información, por lo que consideramos que no hay

elementos suficientes para una propuesta concreta. Sólo podemos decir que los felinos

257
_________________________________ ______________________________

pueden simbolizar al grupo que ocupó el conjunto, caracterizado por el color azul

principalmente como un atributo simbólico que los distinguía de los felinos del Conjunto de

los Glifos.

Como señalamos antes, los felinos en sus diversas representaciones pueden estar

simbolizando a grupos sociales de élite y la manera en cómo se muestran (reticulados,

con manchas, y de diversos colores) refirieren al grupo que ocupaba los espacios en torno

a la plaza.

3.5 Los murales del Conjunto Residencial (Frente de excavación 4)

3.5.1. Descripción y análisis de componentes simbólicos

a) Sección 4C

La sección se divide en cuatro unidades arquitectónicas y sólo la unidad “A” presentó

pintura mural localizada en los muros de un pórtico y un recinto en el lado este de un patio

(Figura 5.18).

Pórtico 1 (Tlamimilolpa Tardío – Xolalpan Temprano)

• Época 3

• Fase técnica III

Las pinturas de este espacio están ubicadas en los muros sur (3.13 m), este (4.88 m) y

norte (3.72 m) con una altura de 80 cm (sur y este) y 50 cm (norte). El mural está

conformado por 11 imágenes que presentan dos variantes, pintadas en forma alternada.

La imagen ha sido identificada como “penacho” o “tocado” (Gómez 2000, Nava y Ruiz

1995).

258
_________________________________ ______________________________

Figura 5.18. Sección 4C, Frente 4.

259
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Imagen 1

El motivo central es un rectángulo de color verde claro, dividido en tres, delineado por una

franja roja. Al interior está pintado de manera que da el efecto de textura. A los lados del

rectángulo sobresalen varios motivos, algunos rectos y otros curvos, del mismo color y

con el mismo efecto que el motivo central. A los lados y debajo del rectángulo se

observan algunos motivos que parecen ser plumas de diferentes tamaños, pintados en

azul. Toda la composición remata con

un tocado, con arreglo de “plumas” en

azul (Foto 27).

Del motivo central no

encontramos ninguna referencia y no

quisiéramos hacer una interpretación sin

suficientes fundamentos. Sin embargo,


Foto 27. Imagen 1

las líneas al interior del motivo

geométrico generalmente se relacionan con representaciones de piel de cánidos.

Las plumas simbolizan lo precioso y siempre los encontramos como parte de

tocados y en general en el atuendo de personajes, por lo que se relacionan con la élite y

con los grupos de la clase dominante.

Imagen 2

La segunda variante presenta algunos motivos diferentes al primero, excepto por el

arreglo de “plumas” que lo coronan en azul. El motivo central es de forma geométrica

compuesta por dos trapecios y un rectángulo en medio de los dos. Los trapecios se

forman de tres bandas en rosa, rojo y azul y el rectángulo rojo. A cada lado hay dos

círculos concéntricos (cuatro en total) en verde claro.

260
_________________________________ ______________________________

Debajo de la composición central hay unas líneas “quebradas” en verde claro con

bandas de la misma forma en azul. Estas líneas rematan en la parte inferior con una

banda horizontal en rosa.

Sobre la composición central, en la

parte media hay un triángulo con la punta

redondeada hacia arriba en cuyo interior

presenta el signo ya identificado y analizado

por nosotros en dos murales de los dos

primeros conjuntos como “gotas de líquido”

o sangre. Detrás del triángulo, aparece un


Foto 28. Imagen 2

trapecio invertido formado con tres

bandas en rosa, rojo y azul. Finalmente a cada lado hay un motivo que consiste en un

arreglo de plumas o penachos también en azul (Foto 28).

Ambas imágenes están pintadas sobre un fondo rojo y están mutilados en la

porción media, resultado de la sobreposición de un piso.

El motivo del triángulo con el trapecio que se presenta en la parte superior lo

identificamos como el símbolo del año, que se presenta con regularidad en la iconografía

de Teotihuacán. Langley (2002: 290 y 291) señala que el símbolo del año15 (TR) es una

de las formas simples que se presentan como accesorio en vestimentas que aparece en

varias formas de tocados simbólicos que denomina como Feather Headdress Symbol

(FHS). Es común en las vasijas trípodes estucadas así como en la pintura mural. Este

símbolo se relaciona con contextos calendáricos y nominales, pero una de sus funciones

principales debió ser como emblema de liderazgo y nobleza, connotando variaciones en el

tema de los altos dignatarios políticos, religiosos y militares (Ibid.).

15
Langley lo designa como Trapeze and Ray o bien lo abrevia como TR.

261
_________________________________ ______________________________

El motivo de gotas múltiples del que ya hablamos, también aparece en tocados

junto con el símbolo del año. Por sí sólo simboliza líquido, como agua o sangre,

dependiendo del contexto y de los motivos asociados.

Los círculos concéntricos se identifican como chalchihuites, de los que hablamos

antes en la descripción de los murales del Templo del Barrio en el Patio de los

Chalchihuites16. Sólo retomaremos que este motivo simboliza el agua o líquido precioso.

El círculo al centro de la composición, podría ser una flor, que aparece con

regularidad en la iconografía teotihuacana, sin embargo no tenemos datos concretos

acerca de su posible significado. Hemos observado que se presenta en imágenes junto

con el símbolo del año y en tocados, lo que indica que estos motivos conforman un

discurso simbólico definido pero que aún desconocemos (Figura 5.19).

El motivo de líneas quebradas en la base de la imagen se identificó como lo que

Langley (1986: 62) denomina chevron y que es poco común en la iconografía

teotihuacana, sin embargo lo encontramos en la mixteca, interpretado como “camino de

guerra”, relacionado con imágenes de guerra y la milicia como cuchillos, dardos, escudos,

etc. (Tabla 10, Langley 1986: 63).

Sobre las plumas hacemos referencia a lo que ya señalamos en la imagen

anterior.

Las representaciones de tocados han sido un tema tratado por varios autores

(Pasztory 1978, Millon 1988, Langley 1986, Paulinyi 2001, Conides y Barbour 2002) como

símbolo de poder, asociados con los gobernantes de la ciudad. Los motivos a los que

hemos hecho referencia, en efecto parecen ser tocados y bien podría tratarse de insignias

de poder, aludiendo al grupo que ocupó los espacios de este conjunto que posee

características residenciales. El hecho de presentarse en el pórtico refuerza esta idea,

pues dentro del discurso simbólico nos estaría indicando la transición de un espacio a

262
_________________________________ ______________________________

otro, de carácter privado, al cual sólo los miembros de ese grupo tenían acceso,

manifestando su importancia y estatus.

Cuarto 1

Este espacio limita al sur con el pórtico 1 y al norte con un recinto pequeño. La pintura se

ubica en los cuatro muros del recinto que mide aproximadamente 3.40 m de largo por 3 m

de ancho (Nava y Ruiz 1995).

Foto 29. Mural del Cuarto 1.

La iconografía de este mural consiste en una serie de elementos que evocan un

ambiente acuático, principalmente por las bandas diagonales onduladas y paralelas que

encierran motivos con forma de conchas y caracoles. Las líneas o bandas diagonales

están pintadas en azul y verde claro. Debajo de la banda verde claro se alcanza a

distinguir una banda roja que en el extremo inferior termina con puntas o picos (Foto 29).

Angulo (1995) señala que para ambientes acuáticos se utilizan conchas y

caracoles acompañados de algas, tortugas y peces. Por otro lado, para representar el

agua hay varias formas figurativas, una de estas son las “bandas superpuestas con

elevaciones equidistantes que simulan el suave oleaje en un corte transversal” (Ibid.: 74).

16
Ver página 215 en este capítulo.

263
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Un ejemplo de estas representaciones que simbolizan ambientes acuáticos lo

encontramos en el Pórtico 26 de Tetitla (Figura 5.19).

Entre cada línea diagonal

hay una serie de motivos

zoomorfos que se han identificado

como conchas y caracoles con

colas, patas, brazo y cabeza que

podrían sugerir que están vivas

(Angulo 1995). Estos motivos Figura 5.19. Ambiente acuático. Pórtico 26. Tetitla.

parecen estar en movimiento, desplazándose hacia arriba. Están pintados en rojo,

naranja, azul y rosa. Relacionados con las motivos zoomorfos hay otros que aparecen en

las bocas y manos. Algunos autores las identifican como vírgulas (Nava y Ruiz ob.cit.) o

bien podría tratarse de una flor y un botón, al parecer un lirio acuático pintados en

amarillo, azul y verde (Angulo 1995).

El lirio acuático o Nymphaea ampla es una planta acuática relacionada el

inframundo ya que posee una doble cualidad: ser acuática y terrestre. También es

considerada como símbolo de la realeza al estar ligada con el poder y con la clase

gobernante. También, por su cualidad acuática, se le asocia con Tláloc (Yunes 2004:

148).

El lirio es una planta alucinógena que fue utilizada en ceremonias para

comunicarse con los dioses, y en este sentido su consumo lo hacían grupos específicos

para el ritual, tal vez por su relación acuática, se creía que al ingerirla podría establecerse

comunicación con el inframundo.

En la pintura mural, la Nymphaea ampla se asocia con los motivos y símbolos de

ondas, caracoles, cenefas, manos dadivosas, animales acuáticos, felinos reticulados

principalmente (Ibid.: 239).

264
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Llama la atención de este mural, una cabeza zoomorfa color verde ubicada en el

extremo inferior del muro norte. Sobresalen sus rasgos delineados en color rojo y que

consisten en ojos, orejas, fosas nasales y un hocico. En la cara además aparecen una

serie de líneas así como cuatro puntos en la frente, tres arriba y una bajo el punto central

(Nava y Ruiz ob.cit., Padilla ob.cit.). Sobre este motivo no tenemos ninguna referencia,

aunque Gómez (comunicación personal) piensa que se trata de un cocodrilo.

El simbolismo de estos murales parece tener una relación con el culto al agua, ya

que presentan motivos relacionados con el ámbito acuático. Por lo tanto este espacio

pudiera estar relacionado con un culto a la fertilidad, o bien, también podemos pensar en

que el grupo social que ocupó este cuarto se encargaba de la administración de recursos

relacionados con el ámbito acuático, quizás la concha, sin embargo para confirmarlo

habría que explorar todo el conjunto. La pintura mural serviría entonces para remarcar la

importancia de los recursos acuáticos como símbolo de fertilidad pero también como

símbolo de estatus, ya que sólo los miembros de la clase dominante tenían acceso a

ellos. Considerando que este conjunto era donde residían los grupos sociales con

actividades institucionales en el barrio, la pintura de los espacios de esta unidad

representan tanto al grupo por medio de las insignias, como el tipo de actividad que

realizaban, probablemente relacionada con la administración de cierto tipo de recursos

suntuarios.

Dentro del modelo de barrio, se propone la existencia de conjuntos residenciales.

En este caso, y continuando con lo que señala Gómez (2000), este conjunto se

consideraría como de tipo residencial, donde vivían individuos de la clase dominante,

cuyas actividades estarían relacionadas con la administración de los recursos producidos

en el barrio. Considerando en el barrio La Ventilla se producían bienes como lapidaria y

de concha, los murales de este conjunto podría estar expresando la importancia de este

recurso, que además está estrechamente ligado a la idea de fertilidad y vida. La pintura

265
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mural es, por lo tanto, un indicador del estatus de los individuos que ocuparon estos

espacios, que sirvió además para mostrar, por medio de las insignias, al grupo que vivió

allí y por otro lado, expresaron simbólicamente el tipo de actividad que realizaban y la

importancia de ese recurso, símbolo de vida y fertilidad.

266
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CONCLUSIONES

El estudio de la pintura mural de los conjuntos arquitectónicos del barrio La Ventilla ha

permitido adentrarnos en el conocimiento de la ideología de la sociedad teotihuacana, así

como a entender la función de los espacios y los conjuntos arquitectónicos.

El espacio arquitectónico comprende una serie de aspectos que le confieren un

significado religioso en cuanto a su uso y función. Estos aspectos comprenden tanto

características formales como simbólicas, ambas estrechamente ligadas. Bien podríamos

decir que una es consecuencia de la otra, donde la forma responde a la intención de

simbolizar, recrear y representar el cosmos, por lo que observamos que en Teotihuacán

existe un “patrón” espacial que refleja cómo se concibió el universo.

El elemento complementario de la arquitectura es la pintura mural, que ayudó a

estructurar un código simbólico que tenía varios propósitos: acentuar el carácter sagrado

y ritual del espacio arquitectónico mediante símbolos, signos e imágenes. Y por otro lado,

para diferenciar los espacios a los que sólo algunos integrantes de la sociedad tenían

acceso, ya fueran de tipo residencial o institucional.

Para la interpretación de la pintura mural y de la arquitectura en este trabajo, fue

esencial considerar el aspecto simbólico, ya que la sociedad teotihuacana concibió la

ciudad, y todo lo relativo a ésta, desde una visión inmersa en la religión, donde todo fue

creado para representar y conmemorar el origen del mundo, el surgimiento del cosmos,

los diferentes planos cósmicos y a través de los rituales la recreación del universo, con la

finalidad de estar en contacto permanente con el orden de lo sagrado.

En la pintura mural, los símbolos como expresión de la ideología, condensaron las

ideas y las creencias de la sociedad teotihuacana, ya que sirvieron como sistema de

comunicación y como mecanismo para cohesionar a ciertos grupos sociales que conocían

268
_________________________________ ______________________________

el significado de las imágenes de la pintura mural y que a su vez, funcionaron como

indicador de jerarquía.

Hemos observado que en las imágenes de la pintura mural de Teotihuacánse

reflejan aspectos religiosos, políticos y económicos de la sociedad. Se plasmaron mitos,

ritos, costumbres; se representaron a deidades y mundos míticos. Quizá de manera

inconciente se representó parte de la estructura y composición social, ya que involucran a

ciertos grupos con actividades específicas como el sacerdocio, la milicia y el gobierno. Se

observan personajes en procesión y otras actitudes, todos ataviados con indumentarias

específicas que nos hablan de su rango y actividad. También se observan animales como

el felino y el cánido principalmente, con atuendos y atributos especiales, humanizados, en

procesión, danzando, o bien personajes con características animales, etc.

Esto nos ha llevado a postular que estas representaciones se refieren a grupos

que conformaron parte de la sociedad teotihuacana, siendo la pintura un medio ideal para

expresar simbólicamente las características de cada grupo, su función, estatus social y

actividades. Así mismo utilizaron insignias para identificarse y señalar su lugar de

residencia o bien los espacios que ocuparon y donde desarrollaron sus actividades.

Pero la pintura mural también nos expresa conceptos abstractos, de cuestiones

simbólicas que sirvieron para fundamentar prácticas y actividades encaminadas a la

reproducción de la sociedad. Por un lado encontramos conceptos relacionados con los

diferentes planos cósmicos (cielo, tierra, inframundo) y con diferentes ámbitos que

refieren a un simbolismo determinado, como puede ser la fertilidad, la vida, la muerte, la

renovación. Por otro lado, se observan prácticas rituales encaminadas a asegurar la

existencia del universo y por consecuencia del hombre mismo.

En el barrio La Ventilla, encontramos muchos de estos ejemplos en la pintura

mural de los conjuntos arquitectónicos. En los murales del Templo del Barrio observamos

insignias de poder, que podría equipararse a lo que Miller denominó como signos

269
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heráldicos. Este tipo de insignias sirvió a los diversos grupos sociales para representarse

a sí mismos como parte de un corporación y para identificar los espacios que ocuparon,

como podrían ser sus aposentos o bien los lugares donde realizaban sus actividades

institucionales. Tal es el caso del Templo del Barrio, donde el grupo encargado de la

administración de los recursos del barrio se estableció en un conjunto de tres templos

limitando una plaza, y que de acuerdo a la secuencia cronológica de ocupación, habría

sido el centro del barrio desde su fundación, en las primeras etapas. El grupo en cuestión

utilizó insignias de poder para identificar el carácter de su actividad y de estatus.

En la pintura mural del Patio Bordes Rojos, también se representó de manera

metafórica la creación del cosmos a partir del caos, expresado a través del surgimiento de

la montaña primigenia representado por el basamento y donde el mural del tablero está

expresando simbólicamente las aguas del inframundo, plano cósmico donde surge la vida

y el mundo. Tanto la arquitectura, como la pintura aluden al simbolismo del “Centro”, del

lugar a partir del cual surge el mundo. Este aspecto considera la fundación de la

comunidad, del barrio, como uno de los “centros” del universo. Los motivos de conchas

refuerzan la idea de las aguas primordiales, pero en sí mismos, estos motivos simbolizan

la semilla a partir de la cual surge la vida y el mundo.

En los murales del Patio Chalchihuites se expresan ideas referentes al sacrificio,

donde más que una actividad, se trató de una institución con implicaciones sociales,

económicas y religiosas, que tuvo como función el control de la sociedad mediante la idea

de ofrendar a los dioses la energía contenida en el cuerpo para la regeneración de la vida

misma y que sólo por medio del sacrificio esta energía podía ser aprovechada. Este patio

habría sido destinado a la preparación de esta actividad, controlada y llevada a cabo por

los sacerdotes. Ellos eran los portadores del conocimiento y el enlace entre la comunidad

y los dioses. Por el carácter sagrado de sus actividades, los espacios que ocuparon eran

también sagrados, restringiendo su uso y acceso para otros grupos y clases sociales.

270
_________________________________ ______________________________

En el Patio Jaguares del Conjunto de los Glifos, encontramos imágenes

relacionadas con los ritos de iniciación, donde el iniciado debe pasar por un ritual para

formar parte de un grupo social determinado, representado por su doble animal, en este

caso por un felino. También se expresa simbólicamente este ritual mediante metáforas

que representan esta idea de la conversión espiritual de un individuo. En otro mural,

aunque perteneciente a un momento posterior, observamos a los personajes encargados

de dirigir estos rituales y preparar a los individuos en esta transición.

En el Conjunto Arquitectónico B, se observaron también elementos que sugieren

que se trata de una residencia de la élite, donde los felinos, así como en el Patio

Jaguares, podrían estar representando a un grupo social.

Por último, el conjunto residencial 4C también muestra insignias de poder, que

habrían representado a los grupos que vivieron en el conjunto, quienes habrían realizado

actividades de tipo institucional. Otros murales representan un ámbito relacionado con la

fertilidad o acuático.

El análisis de todas estas imágenes en la pintura mural de La Ventilla se

complementaron con el análisis del espacio arquitectónico y, en la medida de lo posible,

con los materiales arqueológicos, que en conjunto, nos han ayudado a reforzar la

propuesta de modelo de barrio planteado por Gómez (2000) para el caso de Teotihuacán.

La finalidad de nuestro estudio se centró en continuar trabajando sobre este modelo de

barrio, tomando como indicador a la pintura mural para tratar de explicar la estructura y

organización del barrio, así como la función de los conjuntos arquitectónicos. Aunque sólo

se analizó una parte de la pintura mural, ésta nos ayudó a entender mejor de los murales

y cómo éstos nos aportan información sobre la ideología y sobre la función simbólica de

los espacios y de los conjuntos con pintura mural.

La propuesta sobre la pintura mural, planteada anteriormente por Gómez (2000) y

Gómez y Gazzola (2004, en prensa) y que hemos retomado y desarrollado de manera

271
_________________________________ ______________________________

más amplia en esta tesis, se considera a Teotihuacáncomo una sociedad clasista inicial

con dos clases sociales fundamentales: la clase dominante y la clase dominada. Desde

esta perspectiva se presentan ciertas características en los conjuntos arquitectónicos que

estudiamos, como acabados y materiales de buena calidad, así como pintura mural,

indicando que la clase dominante tuvo acceso a cierto tipo de recursos con lo que se

acentuaba de alguna manera la posición social de los grupos de poder, además de ser

una condición necesaria para su reproducción.

En el segundo capítulo señalamos que cada una de las dos clases sociales

fundamentales estaba conformada por diversos grupos sociales con actividades definidas

de acuerdo a su función y jerarquía en el sistema social. Al ser una sociedad clasista

estamos hablando de la existencia del Estado, quien organiza todas las actividades al

servicio de los intereses de la clase dominante y de los grupos que la conformaron para

mantener y reproducir las relaciones de propiedad. Por lo tanto sostenemos que

Teotihuacán fue una sociedad con clases sociales y con un aparato estatal.

El barrio La Ventilla estaba conformado por varios conjuntos arquitectónicos, cada

uno con una función específica, donde la pintura mural se relaciona con actividades y

grupos que ocuparon sus espacios, reflejando aspectos de organización económica y

social que alcanzó la sociedad de Teotihuacán.

Consideramos que el análisis de pintura mural ha contribuido a en cierta medida a

reforzar la propuesta, de cada conjunto, tienen una función determinada:

El Templo del Barrio fue el centro del barrio desde la primera ocupación, el lugar

donde se administraban y distribuían los recursos. Sería la parte medular del barrio, el

sostén, donde convergían las instituciones más importantes del Estado: la política, la

economía y la religión.

El Conjunto de los Glifos fue un conjunto donde se desarrollaban actividades

fundamentalmente políticas y religiosas, caracterizado por la Plaza de los Glifos como

272
_________________________________ ______________________________

posible lugar de reunión. También contaba con espacios donde se llevarían a cabo

rituales iniciáticos de grupos sociales de la clase dominante. Se ha detectado también una

posible área de servicio, donde sus ocupantes se habrían dedicado a la preparación de

alimentos y al mantenimiento del conjunto.

Por otro lado, se identificó un conjunto residencial y otro habitacional, donde

habitaron, por un lado, las familias de los grupos de élite, y por otro, los mismos

integrantes de la clase dominante.

El Conjunto Arquitectónico A, no presenta murales como los demás conjuntos, sin

embargo es el punto de comparación y la corroboración de que la pintura mural es un

indicador de estatus, ya que éste fue señalado por Gómez (2000) como un conjunto

habitacional ocupado por la clase dominada, dedicados a actividades artesanales,

concretamente al trabajo de la lapidaria. Era la vivienda de grupos domésticos que

también se dedicaban a la producción. Esto quiere decir, que se identificó como vivienda y

taller de los artesanos del barrio. Por lo tanto, se cumple la condición mencionada de que

la pintura mural es un indicador de la clase social que ocupó esos espacios y también

expresa su función, en estrecha relación con la arquitectura. Ambos conformaron un

discurso simbólico y reflejaron parte de la ideología de la sociedad teotihuacana.

Finalmente queremos señalar que no en todos los casos se pudo llegar a una

conclusión sobre la función de los espacios con pintura mural, ya que contamos con

elementos insuficientes para poder hacer una propuesta fundamentada. Estos fueron los

murales localizados en el Cuarto Oeste y Pórtico Norte del Patio Jaguares y la

Subestructura de la Plaza Oeste en el Conjuntos de los Glifos. Sobre estos murales, sólo

contamos con pequeños fragmentos donde los motivos que se pudieron observar, no

fueron suficientes para hacer un análisis iconográfico más profundo. En el caso de la

pintura mural del Conjunto Arquitectónico B del Frente 3, tampoco aportó suficiente

información, ya que sólo se registró la parte inferior de los murales y la propuesta sobre la

273
_________________________________ ______________________________

función del conjunto se derivó de la de Gómez (2000), así como de la referencia que

tuvimos de los murales con felinos del Pórtico y Cuarto Norte del Patio Jaguares en el

Conjunto de los Glifos, los cuales estarían representando a un grupo social. Sin embargo

no existen más elementos para confirmar esta propuesta.

Para poder hacer una propuesta concreta sobre la función de los espacios con

pintura mural, es necesario contar con la imagen completa del mural, donde se puedan

observar los motivos y los símbolos para su interpretación, ya sea un muro, un tablero o

un talud completo. También es esencial tener la información arquitectónica suficiente:

saber si la pintura mural está localizada en un basamento, cuarto, pórtico, etc., o si se

trata de un espacio privado o público. Contar con algunos datos sobre los materiales

arqueológicos, de ser posible del espacio mismo, o en todo caso, de la unidad o conjunto

arquitectónico donde se localice el mural.

Si bien la pintura mural puede aportarnos información en sí misma, no podemos

hacer una interpretación bien fundamentada sin considerar el contexto, es decir, la

arquitectura, ya que el discurso simbólico comprende al mural junto con la arquitectura,

formando una sola unidad. Los materiales arqueológicos también son una herramienta útil

para comprender la función no sólo del espacio, sino de la unidad y del conjunto

arquitectónico en general, aunque no es determinante para hacer una buena

interpretación.

274
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