“Año de la Unión Nacional Frente a la Crisis Externa”

Año: X Edición 17 de julio de 2009

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Edición de Homenaje Póstumo

El maestro que aún vive
E
l 30 de julio de 2008, Andrés Aziani nos dejó de repente, sin aviso alguno. Sus largos y sonoros pasos dejaron de escucharse en los
pasillos y el eco de su enérgica voz paró de colarse por las puertas y ventanas de las aulas. Los sucesivos días grises envolvieron la
tristeza de sus amigos, alumnos y tantas personas que lo admiraron. Hace un año, Andrés partió hacia la eternidad en medio de la
certeza de que se encontraría con el Padre, luego de una vida hecha vocación y entrega al otro.
Son innumerables las muestras de afecto, agradecimiento y valor que sus alumnos, amigos y maestros, como él, le han dedicado mediante
notas, artículos, homenajes publicados en la Internet y diversos medios. La Facultad de Ciencias de la Educación ha perpetuado el legado y
presencia del querido Profesor Aziani, fundador de nuestra universidad, en un gesto digno del propio Andrés: un espacio, una sala que lleva su
nombre y donde todo nos remite a él, sus libros, sus cds, sus textos.
Casi un año después, otra pérdida nos ha sorprendido. El profesor Edgar Fernández Condori, de la Facultad de Ciencias Económicas y
Comerciales, falleció el pasado 3 de julio. Entrañable amigo, dedicado a la UCSS por más de 6 años de compromiso con su vocación de
maestro, Fernández Condori ha significado para muchos alumnos un modelo a seguir y toda una experiencia inagotable por compartir.
Esta edición del Sedes ha querido recoger el testimonio de los alumnos, de los amigos y unirse al gesto póstumo de la UCSS en memoria de
los maestros que aún conviven en medio del recuerdo, el reconocimiento y el quehacer universitario.

Milagro desde Milán (no «en»)

«Nos basta con una cabaña, para vivir y dormir.
Nos basta un poco de tierra, para vivir y morir.

Pedimos un par de zapatos, medias y un pedazo de pan,

¡Con éstas condiciones Creeremos en el mañana!»

Fragmento de la Banda Sonora del film Miracolo a Milano, de Vittorio de Sica.

Esta melodía se la escuché cantar muchísimas veces a Andrés. No podría afirmar si era su canción favorita o no. Pero sí,
por las veces que lo escuché cantarla, creo que le gustaba mucho. Así como le gustaba mucho el filme Milagro en Milán.
Si he de pensar en un maestro que me ayudó a entender, querer y amar el cine pienso inmediatamente en Andrés. Más que
por un gusto estético o técnico, fue el recorrido que hicimos juntos, a través de largas y apasionadas discusiones sobre filmes que
le interesaban o quería conocer más. Todo empezaba con un apurado mail o una conversación rápida en el corredor. Me metía en
Internet y le preparaba un pequeño informe del filme en cuestión. Después buscaba la película donde podía, Emule, Block Buster (cuando
existía) Blue Powders, todo valía. Y me ponía a prueba a mí mismo, con la velocidad con que le conseguía la película que quería
ver. Siempre me armaba una fiesta cuando la conseguía. DeSica, Tarkovski, Bergman, Mel Gibson, Jet Li, Don
Camilo (que lo hacía reír a carcajadas) Batman, Matrix y un largo etc. Pero también cualquier película que
haya escuchado comentar o algún alumno le hubiera comentado. Si era posible lo veíamos junto a otros amigos y lo
discutíamos. Obviamente, todo esto a «su ritmo» que era vertiginoso y huracanado. Un huracán que te arrastraba
hacia la verdad. «Nos basta una chocita», a Andrés sólo le bastaba La Verdad. Un huracán que te arrancaba
del conformismo, del relativismo y de tantos «ismos», porque no te dejaba solo frente a la realidad, sino que te
acompañaba a entrar en ella y descubrir lo verdadero que hay en ella. Gracias, Andrés, por ayudarme a descubrir
el «cine – cine», tú que siempre estuviste cerca de la «gente – gente».
Igor Navarro
Director la Biblioteca UCSS
2 Sedes
Quincenario Informativo
Edición de Homenaje Póstumo

Del Acontecimiento al acontecimiento

¿Cuál es el Acontecimiento más grande de la historia? Que el Hijo de Dios se nos ha revelado. Y, ¿cuál ha
podido ser uno de los acontecimientos más grandes, aparte de Cristo, que han sucedido en la UCSS, en
nuestra vida? Convivir con nuestro maestro Andrés Aziani.

Sin embargo, esta distinción se hace irrisoria porque la vida de Andrés Aziani no se puede entender sin
el Acontecimiento que es Cristo. Pensar que el Maestro dio clases a nuestro maestro en el salón del alma,
observar como este conocimiento obtenido, conservado y vivido se nos ha transmitido en las aulas y
en algunos, en el corazón. Observar como Andrés Aziani, amante de la educación, vivió su existencia,
siempre en tendencia, en pasión por hacer que veamos aquello que a nuestros ojos no se podía. De hacer
querer ver a sus alumnos que Dios existe, que actúa, que se es dependiente de Él y que nos ama desde
que ni siquiera nuestros padres nos tenían en mente.

Ver la personalidad del maestro no es sólo ver como corría, andaba de un lado a otro con su maletín y
demasiados papeles en las manos, sino es ver su mirada, aquella que nos transmitía: «infinita felicidad;
comprendía que (…) él la (nos) amaba, la (nos) amaba infinitamente»1. Pero cuando uno ve esto se llega a
preguntar, ¿qué ha sucedido en la vida de este hombre? ¿Por qué me ama si nunca hablé con él?

A estas preguntas líneas arriba han sido respondidas, en él pasó un Acontecimiento, Alguien lo miró así en
un momento y lo siguió mirando durante toda su vida, pero ¿quién? Ese alguien es Cristo.

Aziani vio: «aquella mirada penetrante ante la que el corazón de los hombres se sentía al descubierto»2. Y esa
mirada cambió su vida, cambió su ser, ya que es «una mirada reveladora de lo humano a la que nadie podía
sustraerse»3. Pienso que tal vez ante aquella mirada fulminante no se pudo negar y se entregó, para después
entregársenos y mirarnos de la misma manera. Aziani fue Cristo vivo en la UCSS, y nadie se puede negar a esta
presencia acompañado de aquella otra Presencia.

A un año de la muerte del maestro, su presencia es palpitante en la comunidad

universitaria, sigue y es que ¿ésta se borrará algún día? Nunca, ya que Aziani
deja una huella grande tanto en nuestro corazón con en el de aquel como
sólo lo habrá visto una vez, y aquella huella tiene la forma de Cristo, y
aquella huella es Cristo.

Hasta pronto, maestro Aziani, espero y estés rezando por nosotros,

como algunos lo hacen por ti, espero que guíes y acompañes con tu
mano extendida, en este lago camino que es la vida apasionada por la
realidad, a tus colegas, a tus amigos, a tus alumnos, es pocas palabras,
a tus hermanos. Nos vemos, maestro, nos vemos.

¡FORZA, UCSS!

Francisco Villanueva

1
dostoievski, Fiódor. Crimen y Castigo. Editorial: Planeta. P. 503
1
dostoievski, Fiódor. Crimen y Castigo. Editorial: Planeta. P. 503 2
guisani, Luigi. Los orígenes de la pretensión cristiana. Editorial: Encuentro/ UCSS. P. 65.
2
guisani, Luigi. Los orígenes de la pretensión cristiana. Editorial: Encuentro/ UCSS. P.
3 65.
Ibídem.
3
Ibídem.
Edición de Homenaje Póstumo
¿Cómo pudiste irte sin despedirte,
Andrea Aziani?
V
oy a contarles algo que me pasó hace casi
dos años. Llegó un momento en que nuestra
profesora de Antropología Religiosa se enfermó
y adivinen quién la relevó en el auditorio todos
los miércoles: el profesor Andrea Aziani, quien no sólo era
uno de los mejores profesores que he conocido, sino que
además tenía un don por el que cualquier profesor daría lo
que fuera: el de capturar la atención de los estudiantes.
En el Colli Sapiens de septiembre del año pasado, leí muchas
cosas sobre el profesor Aziani. Por ejemplo: el cariño con
que veneraba a su santa de Siena, Catalina. Yo recuerdo
haberlo visto durante las misas de los martes por la tarde en
la Parroquia de El Buen Pastor, y siempre estaba enfrente del
sagrario orándole a Santa Catalina.
Tengo muchos recuerdos de él incluso antes de que fuera mi
profesor: algunas veces cuando podía verlo en el auditorio, o
en un aula, cuando daba sus clases
de Antropología Religiosa, Ética,
Filosofía y Metafísica. Siempre
estaba al parecer tenso, pero
también muy serio y se notaba
que era un excelente profesor.
A veces pensaba: «Quisiera que
fuera mi profesor» y al final ese
deseo se me hizo realidad.
Siempre recordaré el trato que le
dimos a lo largo de este tiempo
todos los alumnos de la UCSS,
aunque también me da pena
pensar que nunca volverá a darme
clases de algún curso. Hubiese
querido que él me enseñara Ética,
pues así habría vivido del todo las experiencias que muchos
comentan sobre él. No obstante, su repentina muerte truncó
todos mis planes.
Aquel 31 de julio llegué a la UCSS para asistir a la clase de
Historia de la Civilización y me avisaron que el profesor
Aziani había muerto y en el auditorio se iba a rezar por su
eterno descanso. Fui enseguida y no podía creer lo que estaba
leyendo en un cartel: «HOY A LAS 2:30 P.M. REZAREMOS
EL ROSARIO POR EL SENSIBLE FALLECIMIENTO
DEL DR. ANDRÉS AZIANI». Solo al enterarme de esto
me entristecí mucho y no podía creerlo, pues siempre yo lo
veía tan activo y pendiente de sus clases. No descansaba casi
nada del día.
Sedes 3
Quincenario Informativo
En cuanto ingresé a mi aula, todos mis
compañeros de clase estaban llorando,
gimiendo y lamentándose la partida del
maestro Andrés Aziani. En eso llegó el
profesor Héctor Maldonado, quien nos
contó cómo murió el profesor Aziani. Eso
sorprendió a todos, pues había sucedido de
la nada. Luego se nos indicó dónde era el
velorio.
Acudí a los últimos honores que se le hicieron
aquí en la UCSS y luego fuimos todos al
cementerio Jardines del Buen Retiro, donde
lo enterraron. En el momento en que el ataúd
descendía, había personas que lloraban. No
alcancé a ver cómo bajaba el ataúd porque había
mucha gente, pero sí pude al final ver la lápida de
la que adjunto una
fotografía.
No puedo hasta hoy
entender cómo pudo
irse sin despedirse el
profesor Aziani. Me
dolió bastante enterarme
de esto y también el no
poder acolitar en su misa
de cuerpo presente. Sin
embargo, a las dos semanas
de sucedido esto se celebró
una misa en la Parroquia
de El Buen Pastor por su
eterno descanso. Y esta vez
sí pude acolitar.
Ahora que Ud., Profesor Aziani, se ha ido, no me queda
más que agradecerle sus enseñanzas y esperar a que su
alma descanse por siempre. Gracias por todo, y pido a
Dios lo resguarde por siempre en la gloria.
¡Adiós, Andrea Aziani, paradigma de los maestros de la
Universidad Católica Sedes Sapientiae! Si bien tu cuerpo ya
está presente, tu alma habitará los corazones de las personas
que te han amado durante toda tu vida y ellas te llevarán de
regreso a la UCSS, donde con gran pasión dictabas tus clases.
Que tus familiares y amigos más cercanos hallen consuelo
por la pérdida que han sufrido y que tus alumnos sigan
adelante, tal como hubieses querido verlos.
Mario Grasso
4 Sedes
Quincenario Informativo
Edición de Homenaje Póstumo

Homenaje en
Ante la pérdida de Andrés Aziani, innumerables fueron
personales que se difundieron luego del 30 de jul

Andrés Aziani estuvo fuera del paradigma,

es uno de esos hombres diferentes a lo que
normalmente y rutinariamente somos y
hacemos todos los días, sin mirar la realidad, sin
amarla apasionadamente, sin sentirla y llevarla
consigo como el Maestro Aziani lo hacía. Esa
entrega con la que enseñaba, aquella voluntad
para hacer sus cosas, educar, estaba dirigida
por El Misterio que se hizo carne y más que
una historia es una realidad: CRISTO. Tenemos
muchas cosas que aprender de este gran
hombre sabio, lleno de conocimiento, pero más
que nada de su sentir humano como persona y
la sencillez de su corazón.

Gamboa Olaya Rene Paholi.

Agosto 1, 2008.

serie
s o r fu era de Recuerdo mucho que e
rofe ntía
A z ia ni un p c e p c io nal. Se de los pocos excelente
Andr é s e x ntos,
s e r humano s u s c onocimie cia Universidad Particular M
y u n rasmit ir to ha por la década de los 90,
ción de t n respe
satisfac pre con un gra encillez. Para a apreciar la música clá
m as
pero sie s y con much tenerlo
como Fellini; sobre todo, cua
m n o e d e
los a lu su e r t es una
e t u vimos la ifícil olvidarlo, pelìcula La Strada. Per
los q u d la vez
fe s o r s erá muy erdido, pero a tro. que dejó en mí ese hom
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lugar a dudas el amar m
gran pe e r lo t e A z ia ni y a mis alumnos, esa pa
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un en Paz e Dios, donde enseñanza era impresio
s c a n s e d
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de la Glo quedará el recuerdo de
disfrute r a . de sus pasos apurado
ra aho
encuent mochila incaica repleta
, 2008.
c il a . A gosto 1 sobre todo, de su inme
Lu todo, absolutamente to

Erika V. Agosto 2, 2008

 Edición de Homenaje Póstumo Sedes 5
Quincenario Informativo

la Blogósfera
los escritos que circularon por la Web, a través de blogs
lio de 2008. Aquí reproducimos algunos de ellos:

Sin duda, uno de los mejores maestros que

conocí en la universidad. A Andres Aziani,
que dio y dejó todo en cada clase, no lo
olvidaremos, porque en cada uno dejó
la semilla a seguir y luchar por nuestra
libertad y que el éxito no sólo tiene que
ser superficial, sino en nuestra vida en
plenitud. Te agradezco por hacernos ver
lo importantes que es vivir buscando esa
libertad que nos hará felices por siempre.
Adiós te digo porque ya no estarás con
nosotros, pero en un futuro no muy lejano
se que te acompañaremos.

Fabiola L.B. Agosto 1, 2008.

Maestro,
el profesor Aziani fue uno p
agua fría ara mí fue com
es profesores que tuvo la su partid o un ba
y Antro a. Fui su ld
Marcelino Champagnat, allá pología alumna d azo de
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cuando gracias a él aprendí dras ma en la S a
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dic. Agos lv idaré
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8. 8.
6 Sedes
Quincenario Informativo
Mi experiencia con
el profesor Andrés Aziani
H
ace aproximadamente 3 años que
soy alumna de esta universidad,
lugar en donde he tenido una
experiencia educativa muy buena
y en donde tuve la oportunidad de conocer al
Dr. Andrés Aziani Samek - Lodovici, quien por
fortuna y honor fuera mi profesor y mi amigo.
Recuerdo que fue la primera persona que vi en
la universidad al momento de matricularme.
Lo vi conversando en el patio, reunido con
otros profesores y luego yéndose hacia la
fotocopiadora.
Lo curioso es que la semana siguiente, al
comenzar las clases me di con la sorpresa que
él era el profesor que me iba a enseñar
el curso de Ética. Recuerdo haber
tenido un poco de temor al
comienzo porque pensaba
que iba a ser un curso difícil,
ya que teníamos que leer a
varios filósofos un tanto
complicados, pero luego,
poco a poco, al transcurrir
las semanas, ese miedo se
fue desvaneciendo al darme
cuenta del buen profesor que
tenía y de la calidad de persona
que era. Nos pasaba videos, nos
hacía reflexionar sobre artículos y
hechos actuales, nos ponía música de
diferentes países y épocas, con el fin de
poder ensanchar nuestra razón, ampliar nuestros
horizontes y hacernos conocer más sobre la realidad en
la que vivimos. Así es como, desde que lleve ese curso, mi
admiración hacia él se hizo muy firme y creciente.
Después de terminar el curso, nos encontrábamos a
menudo en los pasadizos, en el patio y siempre tenía esa
apertura y me mostraba una gran amabilidad y amistad,
a pesar de ya no ser mi profesor, ofreciéndome ayuda en
cualquier cosa que necesitara.
Fue mi primer amigo en mi nueva universidad y también
la primera persona que me habló del Movimiento Comunión
y Liberación, permitiéndome conocer la profundidad del
carisma y la calidad de las personas que lo integran.
Edición de Homenaje Póstumo
Luego, más adelante, tuve el honor de poder trabajar
con él en un periódico mural. Ahí aprendí a conocerlo
más directamente. Me impulsó y me dio confianza a fin
de que le ayudara a materializar sus ideas. Me enseño a
tener confianza en mí misma, demostrándome que
con voluntad y respaldo se puede hacer muchas cosas
buenas.
Me enseñó lo importante que es ser humilde, a
valerme por mí misma, a que si quería lograr algo tenía
que hacerlo con mi propio esfuerzo y luchar para
obtener las cosas que quiero, pues nada, me decía, es
fácil en la vida.
Carecía de rencor, perdonaba fácilmente, trataba en
lo posible de no dañar a nadie, pensaba siempre
bien de las personas, fue una persona muy
abierta y me enseñó con su ejemplo
lo que es entregarse por completo
a su misión.
Su saber era tan vasto que
en una de las conversaciones
que tuvimos sobre las
apariciones de la Virgen
de Lourdes, la cual tengo
muy presente, me ilustró
que Santa Bernardette al
preguntarle a la Virgen
quién era, ella le respondió
Aqueró, palabra vasca que
significa Aquella.
Es tan difícil poder resumir mi
experiencia con el profesor Andrés.
Sólo puedo decir que su muerte fue
prematura, su ausencia se siente y sus alumnos nos
sentimos como si nos hubiera dejado a mitad de
camino. Nos hace mucha falta.
Era un alma tan buena que Dios la necesitó a su
lado y desde el Cielo nos dará la fuerza y confianza
para cumplir uno de sus sueños y hacer que la UCSS
siga adelante.
Valeria Allende
Edición de Homenaje Póstumo Sedes 7
Quincenario Informativo

En la UCSS existe un lugar en donde el momento se vuelve intimidad. de quien nos quisiera atender ante una consulta que le
Donde la música se vuelve valor del alma, hasta convertirse en matices hiciéramos. Nos acogería con una gran amabilidad, nos
del pensamiento y paz del corazón. Allí, pediría pasar y encontraríamos
los libros nos miran con tierna esperanza una grata música de fondo
para que los consultemos. El silencio se para hacer una amable
convierte en meditación cotidiana. Algo estadía. Luego, nos invitaría
maravilloso, tú mismo fijas el control de a tomar la bibliografía que
tu entrada y tu salida, porque sientes que el quisiéramos, con el mayor
tiempo te pertenece. Es más, en ese lugar aprecio, para después
si buscas leer, escribir, meditar, te sentirás invitarnos a ocupar un
vivo porque la música que se escucha te sitio en una banca de la
acompaña en la aventura. Está lleno de sala. Y si pensáramos
libros, videos, CDs, copias desde cuando se estar o pidiéramos
estableció la universidad, pero todo para ser retirarnos, el nos haría el
consultados. gesto de agradecimiento
Pues este lugar se encuentra en el cuarto ante la amabilidad de la
piso, a la mano derecha saliendo del vista. Esta es la impresión
ascensor. Este lugar fue gestado por un que sentimos los que los
maestro universitario que junto con su conocimos, porque sus
magnanimidad dedicó su vida a nuestra actitudes eran siempre de

Hay un rincón
institución. Me estoy refiriendo a la Sala gratitud por todo aquello que
Andrés Aziani. Lugar que guarda la herencia nosotros nos interesáramos.
bibliográfica de este gran maestro. Este Hoy, después de haber
rincón del cuarto piso es el monumento compartido sus ideales sobre
vivo a su memoria. De forma casi triangular, cobija sus libros, su esta Casa de Estudios y haber disfrutado de su amistad,
menaje didáctico de enseñanza, pero también nos muestra su quiero que estas notas lleguen a los que visitan la sala
enquistes por la cultura, el amor por el arte, su preocupación por los donde guardo sus recuerdos, sus preocupaciones en
problemas del hombre. El maestro Aziani, con su bibliografía, nos sus lecturas y hagamos el propósito de ver publicada
puede responder puntos sobre la fe, la vida de los santos, en general, su obra como un reto para conocer más integradas sus
la preocupación de un ser viviente por las cosas del mundo ideas y opiniones.
Pero lo que más llama la atención es que la sala muestra la presencia César Cortez M.

Andrés Aziani, mi maestro.

En el año 2003, cuando ingresé a la UCSS, para suerte mía, mi
primer curso fue Ética. Todos comentaban sobre el profesor que
nos enseñaría esta materia, entonces un hombre delgado, alto, con
una gran barba, cargando varios libros, más dos mochilas en la
espalda, entró al aula, tiró todo en la carpeta y empezó a
hablar con nosotros, no de ética sino de lo que significaba
en nuestras vidas un curso y entonces lo llevó a nuestra
vida.
En un primer momento no le entendí nada, y menos con la
forma de hacer su pizarra, pero al pasar el tiempo, cada cosa
que hacía o decía, era algo sorprendente.
Me dijeron que por mi especialidad él me enseñaría varios
cursos y así fue, cinco en total; cada vez que entraba al aula
lo empezaba a amar más.
Como se lo dije a él mismo, Andrés Aziani me enseñó a
amar mi profesión, pues antes de conocerlo yo solo quería
aprender cosas y no enseñarlas, él me cambio el pensamiento
y siempre le estaré totalmente agradecido y, como también
le dije frente a su tumba: ¡Oye, Aziani, ahora esto también
es por ti!
Christian Taboada Bringas
(Alumno egresado de educación)
8 Sedes
Quincenario Informativo
Gracias, querido profesor Fernández.
«Vivía de una manera extraordinariamente
unida y eso es parte de la tradición de la
UCSS»
Testimonio de la Dra. Clara Caselli,
Decana de la Facultad de Ciencias
Económicas y Comerciales.
Conocí al profesor Fernandez Condori en el año 2000. Él
se había enterado de la existencia de una nueva universidad
cerca de donde él vivía y me visitó para dejarme su hoja
de vida. Conversamos un poco y me impresionó por su
seriedad profesional y su dinamismo. En aquel entonces, las
actividades académicas estaban en sus inicios y todavía no
se dictaban cursos de especialidad: tuvimos que esperar el
2003 para que se incorporara a la plana docente de la UCSS,
donde dictó los cursos de Administración de Operaciones,
Sistemas de Decisión Empresarial,
Dirección Estratégica, entre otros.
Un profesor muy exigente, como
lo describen sus alumnos, que
podía pedir mucho porque sabía y
daba mucho también. Un profesor
que se comprometía y cumplía,
serio y silencioso.
Comparto unos recuerdos personales.
El primero, cuando el profesor Edgar
fue a los Estados Unidos, invitado
por la Loyola University, me pidió
un semestre de licencia y me dijo
que no se iba a olvidar de nosotros y
quería ser el embajador de la UCSS en
dicha universidad. El segundo, cuando
en la ANR le dieron el premio por su
tesis de posgrado: estaba rodeado por su
familia, es difícil olvidarse de su alegría y
de su orgullo. El tercero, la última vez que
conversé detenidamente con él para saber
como se encontraba con nosotros y si tenía propuestas, sugerencias,
recomendaciones. Me contó algo de su vida familiar, de su nueva
casa, de sus proyectos de trabajo, y por supuesto hicimos proyectos
que aún quedan por realizar.
Quiero hacer unos comentarios también sobre su actividad de
investigación. El libro que fue publicado por la ANR, Análisis de
la transparencia del costo del crédito en el comercio corporativo,
puede parecer muy técnico para los no especialistas, pero en realidad
se trata de una experiencia no muy rara: frente a los fenómenos
financieros muchas veces nos encontramos en una posición de
inferioridad porque nos faltan informaciones claras y exhaustivas.
De esto habla precisamente el libro. Él investigó este fenómeno en
Lima Norte, involucrando a sus alumnos, y demostró que no hay
suficiente transparencia, para lo cual sugirió medidas a tomar. Es fácil
darse cuenta que el tema no es secundario, considerando el contexto
de la crisis financiera que estamos viviendo. Tenemos entonces un
testimonio de la relevancia moral de su empeño científico.
Edición de Homenaje Póstumo
La fe me sugiere que no se acaba todo con la muerte, sino que todo
vuelve a empezar de una manera distinta. Yo sé que es verdad y sé,
por el amor a su familia, el entusiasmo para la enseñanza y la pasión
para la investigación, que el profesor Edgar vivía de una manera
extraordinariamente unida y eso es algo que forma parte imperecedera
de la tradición de nuestra Casa de Estudios.
«Su seriedad y firmeza no limitaron la amistad»
Testimonio de Ángela Maza, ex alumna UCSS.
Es difícil sintetizar en unas pocas líneas lo que un profesor puede
marcar en la vida de un alumno. Casi siempre, solo recordamos a los
profesores que nos exigieron demasiado y a aquellos que solo repetían
palabras y nos aburrían. De aquellos que estuvieron siempre a medias,
sin implicarse totalmente con la labor educativa, se quedaron en los
vagos recuerdos de la mente.
Para mí, y estoy segura que también para
mis compañeros y amigos de la primera
promoción UCSS, nuestro querido profesor
Fernández (porque así lo llamábamos
siempre) fue de los primeros, es decir, de
aquellos que nos exigieron demasiado, y
ahora cada uno podrá dar fe, dentro de
la aventura del trabajo, que en el fondo no
era precisamente demasiado, era lo justo, lo
bueno, lo mejor.
Entrar a las clases de Administración de
Operaciones, era esperar que nos diga algo
interesante y nos desafíe a pensar, a razonar,
a juzgar. Su seriedad y firmeza no limitaron
la amistad, tal es así que la primera frase que
decía cuando llegaba al salón era: «Jóvenes,
¿cómo están?».
El profesor Fernández ha dejado un ejemplo
bueno que debe seguir dando frutos. Es difícil hacer comparaciones
entre nuestros profesores cuando ellos ya no están, y aún más, dejarse
dominar por cosas superficiales nos pone en el riesgo de estropear el
significado del encuentro con él y el gusto de haberlo tenido como
profesor.
Ya no verlo apresurado y de perfil bajo por los patios de la UCSS, nos
llenará de nostalgia porque físicamente no estará, pero nos llena de
gratitud y certeza que su constante esfuerzo, su sublime dedicación,
aquella impecable sabiduría, su pasión por la educación y amor a sus
alumnos, ya han sido premiadas: Cristo mismo lo ha premiado.
No hay mejor homenaje para regalar a su esposa Gladys, a sus hijos y
toda su familia, que custodiar en la memoria lo que el encuentro con él
ha generado. Estoy convencida que nos esperará allí, donde la vida en
plenitud se encuentra.